Recursos Clase2
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RECURSOS – CLASE 2
En la clase 1 hablamos del poder de las metáforas para explicar cosas nuevas a partir de lo
conocido. Estamos aquí ante otra interesante metáfora: la curaduría de contenidos. Pero
comencemos con la categoría de “curador” en su ámbito original: el arte...
El curador de arte, como parte de su trabajo, realiza las siguientes actividades: establece el
objetivo, el valor artístico, histórico, social, cultural, simbólico y educativo y el sentido de la
exposición; investiga sobre los artistas, las obras y su contexto histórico y/o social de creación;
selecciona las obras; planifica las exposiciones, interviene en el diseño y montaje participa en la
divulgación; cuida la integridad y preservación de las obras.
En el mundo del arte, existe un debate complejo en torno al concepto de curador. Diversas miradas
ponen en discusión el alcance del rol. Algunos especialistas consideran que la muestra es también
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una obra en sí misma, una construcción narrativa con sentido propio. Así, el curador es, además,
autor. El curador-autor o curador-creador refiere a un rol más amplio, más que un “seleccionador”
de obras. El curador-autor las selecciona, las organiza, las interpreta y las expone con un
significado. Así el curador, en tanto autor o creador, ejerce un poder simbólico al legitimar y
construir sentidos en el mundo de la producción cultural.
Si bien el principal medio de producción y circulación es internet, muchos contenidos pueden llegar
a nosotros a través de otras vías offline, como servidores institucionales y diversos dispositivos de
almacenamiento. La cuestión, aquí, es que cada vez que nos proponemos abordar un tema
utilizando recursos digitales, las posibilidades son inabarcables.
En este escenario, aparece un nuevo rol: el curador de contenidos. Juan Freire (2011) se refiere
al curador como un comisario digital que frente a la gran oferta identifica, filtra, reutiliza y
transforma, generando de esa forma nuevos contenidos. Dolors Reig (2010) define al curador de
contenidos como intermediario crítico de conocimiento, alguien que busca, agrupa y comparte (…)
lo más relevante en su ámbito de especialización.
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2. La curaduría de contenidos digitales para el aula
La metáfora es por demás generosa y vale la pena explorarla como una invitación a reinventar los
modos de construirse en docente-autor. Desplegar la imaginación para disponernos a montar la
puesta en escena a partir de la cual los estudiantes se acerquen a los contenidos, es decir,
estructurar los recursos y planificar los procesos mediante los cuales los estudiantes interactúen
con él con el fin de enriquecer la experiencia de aprendizaje.
Valeria Odetti, 2012
No es algo nuevo para nosotros la tarea de buscar, filtrar y organizar materiales educativos.
Siempre hemos archivado en carpetas, fichas, cajas y estantes diversos artículos de diarios,
recortes de revistas, libros, juegos, cuadernillos, láminas, imágenes, etc. Esos materiales, a su vez,
mezclados, adaptados y modificados, han sido insumos para nuestras clases.
Sin embargo, como señalamos desde la clase 1, el mundo digital —especialmente la web—
amplifica, potencia y enriquece, pero también complejiza nuestras tareas habituales.
La metáfora de curador de contenidos resulta interesante para dar cuenta del desafío de
seleccionar, organizar y dar sentido a los contenidos digitales que podemos encontrar en internet,
servidores y diversos dispositivos de almacenamiento.
En la mayoría de los casos, los contenidos educativos digitales fueron desarrollados para fines
educativos e incluyen una propuesta didáctica más o menos explícita. Otros contenidos, en cambio,
tienen potencial educativo pero no fueron desarrollados para ese fin (por ejemplo: una canción, un
cuadro, una escena de una película, una entrevista, una obra literaria, una fotografía, etc.). En
estos casos, somos los docentes quienes consideramos su potencial didáctico y les otorgamos
sentido para utilizarlos en clase.
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El docente que lleva adelante un proceso de curaduría de contenidos digitales realiza las siguientes
actividades:
- Investiga acerca de diversos temas o autores y busca contenidos digitales en la web,
servidores o diversos dispositivos de almacenamiento a los que tenga acceso.
- Evalúa y selecciona contenidos que considera pertinentes en relación al currículum, el
contexto y sus objetivos. Además selecciona según criterios de calidad, rigurosidad y validez
en relación con su punto de vista sobre una disciplina o sobre un tema en particular, el enfoque
epistemológico al que adhiere, así como su visión de mundo, su ideología y sus valores.
- Almacena los contenidos utilizando diversos entornos en línea o de escritorio y los organiza (o
etiqueta) por tema, formato, unidad, autor, concepto u otros criterios que le resulten útiles.
- Otorga sentido a los contenidos cuando los selecciona y organiza, los mezcla, reutiliza,
transforma, adapta, contextualiza y presenta de determinada manera a sus alumnos en el
marco de una propuesta de aprendizaje.
- Comparte los contenidos con la comunidad educativa, a través de una red de colegas más o
menos amplia.
En la clase 1 ofrecimos algunas pistas sobre los criterios a tener en cuenta al evaluar un sitio de
internet. Lo hicimos en términos de confiabilidad: nos proponíamos identificar en el sitio aquella
información que pudiera ayudarnos a determinar si la información que habíamos encontrado era
confiable.
Ahora, avanzaremos hacia nuevos criterios que tienen que ver con el análisis del contenido en sí
mismo de cara a su utilización en el aula y teniendo en cuenta aspectos técnicos, didácticos,
disciplinares e institucionales.
Gros Salvat (2001) advierte que el problema más frecuente de la selección es que debe ser
realizada sin tener la oportunidad de ver a los alumnos utilizando el material en un contexto real.
Los profesores deben basarse en su experiencia personal para poder anticipar el efecto de un
determinado producto en sus alumnos. Por lo tanto, la selección de recursos para nuestras clases
en cierto modo es siempre una hipótesis que se ajustará en la práctica. Las decisiones que
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tomamos en ese proceso se basarán en nuestra experiencia y conocimientos. Pero ¿qué tipo de
conocimientos ponemos en juego al tomar esas decisiones?...
El modelo TPACK, desarrollado por Punya Mishra,
Matthew Koehler y Judi Harris, retoma algunos parámetros
propios del análisis didáctico especificándolos para el caso
de la inclusión de tecnologías. El modelo parte de tres
fuentes de conocimiento:
1. Conocimiento disciplinar, ¿qué enseñar?
2. Conocimiento pedagógico, ¿cómo enseñar?
3. Conocimiento tecnológico, ¿con qué recursos
enseñar?
Los docentes, por nuestra formación y experiencia, contamos con los dos primeros tipos de
conocimientos (el pedagógico y el disciplinar). El tercero, el conocimiento tecnológico y todas sus
intersecciones, en cambio, se constituyen en un gran desafío. Este conocimiento tecnológico,
pedagógico, disciplinar es el que ponemos en juego para cada una de las decisiones que
tomamos al utilizar recursos digitales en el aula y, por lo tanto, también, al curarlo.
Recuperemos las palabras del curador de arte independiente que compartíamos más arriba: el
curador es quien tiene criterios para decidir, en un mundo donde pareciera que no hay criterios
para definir la artisticidad. En nuestro ámbito también se trata de poner en juego un conjunto de
criterios para definir, ya no la artisticidad, sino la pertinencia, calidad y potencial educativo de
un contenido.
Confiabilidad del ¿El sitio ofrece suficiente información para determinar su confiabilidad y
sitio autoridad? (ver clase 1)
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contenido necesarios?, ¿argumenta con profundidad?, ¿toma en cuenta
diversas posturas y tradiciones?, ¿aborda perspectivas locales y
globales?
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- La propuesta de interactividad: ¿qué hacen los usuarios/lectores
frente al contenido?, ¿hay diálogo entre el contenido y el usuario?,
¿presenta un diseño estático y acabado?, ¿los usuarios/lectores
pueden tomar decisiones para tener una experiencia personalizada
en relación al contenido?
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2.3. Almacenamiento y organización de los contenidos:
Una vez que seleccionamos los contenidos, debemos almacenarlos y organizarlos de forma tal que
cuando deseemos usarlos podamos recuperarlos fácilmente. Dependerá de la conectividad si lo
haremos en línea o fuera de línea.
Internet nos ofrece una gran variedad de posibilidades para almacenar, organizar y compartir
aquello que encontramos en la web. Hasta hace un tiempo, cuando encontrábamos algo que nos
resultaba interesante, utilizábamos los “favoritos” o “marcadores” para guardar el enlace en el
navegador. Esta estrategia tiene limitaciones ya que no podemos acceder fácilmente desde
cualquier dispositivo, tampoco compartirlos y resulta engorroso organizar una gran cantidad de
contenidos. Los favoritos son ideales para crear acceso directo a los sitios que visitamos
asiduamente, por ejemplo, un servicio de correo electrónico, una red social, o el sitio de la
institución en la que trabajamos. En cambio, no resulta adecuado para contenidos específicos, por
ejemplo un artículo interesante, un video que consideramos útil para una clase, una imagen que
usaremos para un trabajo. Para esos casos, lo ideal es elegir una herramienta de curaduría de
contenidos o de marcadores sociales especialmente diseñada para compilar y organizar
enlaces. En este tipo de servicios en línea podremos crear un reservorio de contenidos curados y
organizados, listos para buscar en el momento en que los necesitemos para una clase.
Siempre hemos utilizado criterios de organización, por ejemplo, designamos un estante o una
caja para todos los materiales que vamos encontrando sobre “medio ambiente”. Entonces
organizamos artículos, recortes, folletos, láminas en diferentes carpetas a las que colocamos
rótulos por ejemplo: “calentamiento global”, “especies en peligro”, “desforestación”. En la web,
también podemos organizar materiales digitales de forma rápida y eficiente.
Estas herramientas siempre ofrecen algún tipo de estrategia de organización. En general nos dejan
crear “listas”, “paquetes” “historias”, “tópicos”, “páginas” o “colecciones” para agrupar contenidos
por ejemplo por tema, proyecto o asignatura. En algunos casos, además, a cada contenido que
agregamos podemos asignarle una o varias etiquetas más específicas. Una etiqueta es una
palabra clave que describe de forma clara el contenido que estamos agregando. Las etiquetas
pueden referirse al tema principal, a un concepto, al autor, al formato del contenido, u otro criterio
que consideremos importante para la organización de los contenidos. El criterio de organización
será clave para recuperar los contenidos cuando los necesitemos, por lo que es importante tenerlo
presente.
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Además, estos servicios permiten compartir con otros usuarios nuestros contenidos curados, así
como seguir y agregar en nuestro perfil los contenidos seleccionados por otros.
Algunas de estas herramientas son en inglés, sin embargo sus interfaces resultan intuitivas y con la
ayuda de tutoriales podremos adoptarlas sin necesidad de conocer el idioma. Veamos algunos
ejemplos:
Muchas veces no tenemos acceso a internet como desearíamos. Sin embargo, la curaduría de
contenidos puede realizarse combinando momentos con y sin conectividad. Una buena alternativa
es utilizar el tiempo que tengamos acceso a internet para buscar contenidos y descargarlos.
Algunos sitios ofrecen junto a sus contenidos botones que permiten descargar (en inglés
“download”). Es importante que revisemos la confiabilidad del sitio antes de hacerlo y tener un
antivirus actualizado en nuestra computadora. Veamos cómo descargar contenidos de la web en
los formatos más comunes:
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- Con el botón derecho de mouse sobre la imagen, debemos seleccionar “guardar imagen
como…” y elegir el lugar en nuestra computadora en el que queremos almacenarla.
- Otra alternativa es realizar una captura de pantalla. Tutorial para realizar capturas de pantalla.
Descarga de texto: hay dos alternativas principales para descargar contenidos en formato texto.
- Podemos seleccionar el texto que deseamos guardar y con el botón derecho del mouse hacer
clic en Copiar y pegarlo en un procesador de textos.
- Si se trata de un archivo en formato PDF o similares, en general al hacer clic sobre el título el
documento, este se abre en otra pestaña o ventana del navegador, es posible que nos
pregunte si deseamos abrir o guardar el documento. Una vez abierto, al hacer clic con el botón
derecho del mouse y eligiendo la opción “guardar como…” podremos almacenarlo en nuestra
computadora.
Una vez descargados, podremos guardar los materiales organizados en carpetas y subcarpetas en
la computadora u otro dispositivo de almacenamiento externo (por ejemplo un pendrive o un disco
externo). Si no tenemos acceso a internet en ningún momento, podremos buscar, por ejemplo, en
el servidor de Primaria Digital, alternativa que desarrollaremos más adelante.
Hoy existe una gran cantidad de portales y entornos que ofrecen contenidos y otros recursos
educativos ya seleccionados. En general, se trata de iniciativas de distintas organizaciones
privadas o gubernamentales que se especializan en la inclusión de tecnologías en las aulas. La
principal ventaja de buscar contenidos en estos portales es que, en la mayoría de los casos, los
recursos fueron evaluados y seleccionados por especialistas. Si reconocemos la autoridad del sitio
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podremos aplicar el criterio de transferencia de credibilidad (Burbules y Callister, 2001) que vimos
en la clase 1 y confiar en sus recomendaciones. Esto significa que parte del proceso de curaduría
ya está realizado. A partir de allí, pondremos en juego los criterios de evaluación que tienen que
ver con nuestros objetivos didácticos y las particularidades del contexto de implementación.
Otra ventaja importante de estos portales es que los recursos suelen estar organizados de forma
más o menos explícita. En general, en estos entornos, veremos secciones bien diferenciadas que
nos indican dónde encontrar recursos, así como listas de categorías, menús y etiquetas que nos
revelarán, por ejemplo, el formato del recurso (texto, video, imagen, audio etc.), el nivel educativo
(primaria, secundaria etc.), el área (Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Matemática, Lengua,
etc.) facilitando la búsqueda del recurso.
Ofrece una sección muy interesante: “Educ.ar visitado por”. Cada mes,
personalidades del ambiente científico, artístico y cultural recomiendan
recursos educativos desde su mirada especializada.
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En este video, Cecilia Sagol, coordinadora de contenidos del portal Educ.ar,
explica cuáles son los criterios con los que se seleccionan, organizan y
editorializan los contenidos que se recomiendan en el portal.
http://www.youtube.com/watch?v=WA3NZv8zWEY
En la clase 3 veremos con más detenimiento el caso de Primaria Digital y trabajaremos con estos y
otros ejemplos interesantes de portales educativos.
Las licencias libres son aquellas que están basadas en el ejercicio del Copyleft. Se trata de un tipo
de derecho de autor que permite la libre distribución, copia y en algunos casos inclusive la
modificación de una obra. Estas licencias mantienen el respeto de la autoría ya que, aunque
permiten su uso libre, obligan a citar y, en algunos casos, enlazar al autor. Un ejemplo de este tipo
de licencias es Creative Commons. Si ustedes descargan el PDF de esta clase, al final del texto y
junto con los datos de autoría, verán el tipo de licencia del material. En este caso se establece que
los lectores —ustedes— son libres para compartirlo y adaptarlo, pero atribuyendo autoría, sin fines
comerciales y en el caso de reutilizarlo hacerlo también bajo una licencia libre.
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Cuando descargamos, adaptamos y publicamos videos, textos, imágenes, software etc., debemos
cerciorarnos de que estamos ante obras con derechos libres y siempre citar al autor y fuente. En la
clase 3 veremos ejemplos de sitios que permiten descarga de contenidos con derechos libres.
Si tienes una manzana y yo tengo una manzana y la intercambiamos entonces tú y yo seguimos teniendo
una manzana cada uno. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea y la intercambiamos, entonces cada
uno de nosotros tendremos dos ideas.
(Bernard Shaw)
Una última cuestión que consideramos importante incluir en esta clase está relacionada con la
importancia de compartir nuestros contenidos curados. El esfuerzo de curaduría tiene más sentido
si cada uno de nosotros, desde nuestra mirada y especialidad, ofrece a la comunidad aquello que
curó y, al mismo tiempo, se enriquece con el trabajo de curaduría de los otros.
Existen dos entornos principales donde podemos compartir con colegas: en redes más o menos
amplias y abiertas, o al interior de la institución escolar en la que trabajamos.
Compartir en la escuela: una buena idea es proponerse con los demás docentes de la escuela
construir de forma colaborativa un reservorio de contenidos curados. Si contamos con conectividad,
podremos utilizar herramientas online, para el caso contrario podrá ser en el servidor de la escuela,
una computadora especialmente seleccionada para este fin u otro dispositivo de almacenamiento.
Tendremos que consensuar algunos criterios y organizar el trabajo colectivo.
Compartir en entornos sociales online: existen diversos espacios online donde podemos
contactarnos con colegas. Hoy las redes sociales compiten notablemente con los motores de
búsqueda como fuente de información. Ya no solo le “preguntamos” a Google, también lo hacemos
a nuestros contactos. Así, nuestras fuentes de información, sumadas a nuestra red de contactos
dan lugar a lo que algunos autores denominan “PLE” o Entorno personal de aprendizaje (Adell y
Castañeda, 2010). En Facebook, Twitter y otras redes sociales educativas, temáticas o
especializadas, así como en los entornos especialmente desarrollados para curaduría y marcación
social (Delicious, Storify etc.) podremos intercambiar recursos y contenidos curados. Es cuestión de
incluir en nuestra red de contactos, colegas, especialistas, grupos de interés y otros referentes del
área en la que nos desempeñamos. Además, es clave tener una actitud proactiva y generosa para
potenciar nuestro esfuerzo y enriquecernos con el de los otros.
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Actividad
Bibliografía de referencia
Adell, J. y Castañeda, L. (2010) “Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs): una nueva
manera de entender el aprendizaje”. En Roig Vila, R. y Fiorucci, M. (Eds.) Claves para la
investigación en innovación y calidad educativas. Alcoy. Marfil – Roma TRE Universita Degli
Studi.
Burbules, C; Callister, T. (2011) Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de
la información. Barcelona. Granica
Casanovas, L. (2009). Los curadores de arte ganan espacios. La Nación 9/12/2007. Disponible
en: http://www.lanacion.com.ar/969442-los-curadores-de-arte-ganan-espacios Fecha de
consulta 5/1/2015.
Freire, J. (2011) Los futuros de los content curators (o de los comisarios digitales). Disponible
en: http://nomada.blogs.com/jfreire/2011/10/los-futuros-de-los-content-curators.html Fecha de
consulta 5/1/2015.
Gros Salvat, B. (2001) El ordenador invisible. Hacia la apropiación del ordenador en la
enseñanza. Barcelona. Gedisa
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Odetti, V. (2012). Curaduría de contenidos: límites y posibilidades de la metáfora. Disponible
en: http://www.pent.org.ar/institucional/publicaciones/curaduria-contenidos-limites-posibilidades-
metafora Fecha de consulta 5/1/2015.
Pisani, F. (2011) La curaduría de contenidos en el mundo digital. Clarín 17/06/11. Disponible
en: http://www.clarin.com/opinion/curaduria-contenidos-mundo-digital_0_500949999.html Fecha
de consulta 5/1/2015.
Reig, D. (2013) Content curator, Intermediario del conocimiento: nueva profesión para la web
3.0. Disponible en: http://www.dreig.eu/caparazon/2010/01/09/content-curator-web-3/ Fecha de
consulta 5/1/2015.
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