T 2.5 Voces de La Mente Cap 2 - Wertsch
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Capítulo 2
Una aproximación sociocultural
a la mente.
Una aproximación sociocultural a la mente comienza con
el supuesto de que la acción está mediada, y que no puede
ser separada del medio en el que se lleva a cabo. La mayoría
de los estudios existentes que cabrían bajo este título
involucran alguna clase de comparación explícita entre
épocas históricas, escenarios institucionales o contextos
culturales. Por cierto, los métodos comparativos han
aportado las principales herramientas en la investigación
sociocultural: muchos estudios de antropología psicológica,
por ejemplo, han incluido la comparación entre individuos de
sociedades tradicionales y modernas. Pero una
aproximación sociocultural a la acción mediada no necesita
incluir una comparación explícita: el criterio principal es que
el análisis se encuentre ligado de alguna manera con
factores culturales, históricos o institucionales específicos. Y
aun en el caso de los estudios socioculturales que no
incluyen una comparación explícita, el método comparativo
acecha apenas bajo la superficie, ya que la noción de
carácter situado implica un contraste con otras posibilidades.
Este acento sobre el carácter sociocultural situado de la
acción mediada no significada que no haya lugar para los
universales: creo que los universales existen y que habrán
de desempeñar un papel importante. Esto contradice la
creencia según la cual el universalismo que ha llegado a
dominar gran parte de la psicología contemporánea vuelve
extremadamente dificultoso el abordaje serio y teóricamente
fundado de la acción humana en contexto.
En muchas instancias, la diferencia entre los enfoques
de la mente universalistas y socioculturales no es
absolutamente contradictoria. Cada uno se concentra en
fenómenos y constructos teóricos tan diferentes, que a los
representantes de ambos les resulta difícil dialogar, y con
frecuencia cada uno ve a las propuestas del otro como
irrelevantes o sin interés. Así, los enfoques universalistas no
excluyen abiertamente el análisis del carácter
socioculturalmente situado, pero tienden a formularlo de un
modo que hace que tal carácter situado parezca trivial. Las
ideas de Piaget sobre los procesos de adaptación
universales —la asimilación y la acomodación— y los
esquemas que producen, no impiden a los investigadores la
indagación del desarrollo socioculturalmente situado; pero
de hecho adoptaron una actitud que —en comparación con
la comprensión de los procesos universales subyacentes—
concedía una importancia secundaria al examen del carácter
socioculturalmente situado. Una tendencia similar ha surgido
en otros análisis evolutivos.
1
N. de la T.: Procedimiento que consiste en determinar un «criterio»
numérico, es decir, un porcentaje de errores en la ejecución de la tarea en que
entrena al sujeto. Para considerar que el desempeño del sujeto ha sido exitoso, no
debe superar el criterio establecido.
frecuencia en un transcurso de milisegundos. Bajo este
encabezamiento estudió los procesos involucrados en la
transición del pensamiento al habla (véase Vygotski, 1987,
cap. 7).
2
En el texto original de Wertsch en inglés se emplean los términos
«intermental» e «intramental», siguiendo la práctica de Minick (Vygotski 1987),
como traducciones de interpsijicbeski e intrapsijicheski, respectivamente. Sin
embargo, se ha optado por usar los términos «interpsicológico» e
«intrapsicológico», evitando las connotaciones que podrían tener en castellano
palabras como «intermental».
específicos de las funciones intrapsicológicas pueden ser
rastreados en sus precursores genéticos del plano
interpsicológico. En palabras de Vygotski, «la composición
[de las funciones mentales superiores], su estructura
genética y sus medios de acción [formas de mediación] —en
una palabra, toda su esencia— es social. Incluso cuando nos
volvemos hacia los procesos mentales [internos], su
naturaleza permanece cuasi-social. En su propia esfera
privada, los seres humanos conservan el funcionamiento de
la interacción social» (1981b, p. 164). Vygotski no supone
que las funciones mentales superiores en el individuo sean
una copia simple y directa de procesos socialmente
organizados; contra una visión semejante nos adviértela
importancia que dio, en su formulación de la ley general del
desarrollo cultural, a las transformaciones involucradas en la
interiorización. Lo que dice es que existe una estrecha
conexión, basada en transiciones genéticas, entre los
procesos y estructuras específicos de las funciones
interpsicológicas e intrapsicológicas, lo que implica, a su vez,
que diferentes formas de funciones interpsicológicas
originan respectivas diferencias en las formas de las
funciones intrapsicológicas.
Un segundo aspecto concierne a la definición de las
funciones mentales superiores (tales como pensamiento,
atención voluntaria y memoria lógica). La definición
implicada aquí es'-completamente diferente de la que
habitualmente consideran los psicólogos cuando hablan de
funciones mentales. Específicamente, esta definición
supone que la noción de función mental puede aplicarse
adecuadamente a formas de actividad tanto sociales como
individuales. Este es el primero de los sentidos a los que me
referí en el capítulo 1, según el cual la mente «se extiende
más allá de la piel». Desde esta perspectiva, términos tales
como «pensar» y «recordar» resultan apropiados para
referirse también a diadas y a otros grupos mayores. Como
David Middleton (1987) advirtió, F. C. Bartlett (1935)
desarrollaba en Inglaterra esta idea al mismo tiempo que
Vygotski en la Unión Soviética, y está siendo recuperada por
investigadores que recientemente han emprendido el estudio
de la «memoria social» y la «cognición socialmente
distribuida» (Hutchins, en prensa).
Como ejemplo de la clase de fenómenos que Vygotski
tenía en mente, consideremos el siguiente caso (Tharp y
Gallimore, 1988):
Mediación