Teoría de La Ideología
Teoría de La Ideología
Teoría de La Ideología
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TEORÍA
DE LA IDEOLOGÍA
ISBN 968-837-300-1
I. IN T R O D U C C IÓ N
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n . C O N C E PT O D E ID E O L O G ÍA
E N L A ID E O L O G ÍA A L E M A N A
“ “Para estos filósofos de una parte está la masa como el elemento material
de la historia, pasivo, carente de espíritu y ahistórico; de otra parte está el
espíritu, la Crítica, el Sr. Bruno y Cía., como el elemento activo, del que
parte toda la acción histórica. El acto de transformación de la sociedad se
reduce a la actividad cerebral de la crítica crítica. La historia es, tanto en
B. Bauer como en Hegel la toma de conciencia de la verdad absoluta”, K.
Marx, F. Engels, La Sagrada Familia, citado en Auguste Cornú, Marx, Engels,
del idealismo al materialismo histórico, Buenos Aires, Platina-Stilcograf, 1965,
p. 660-1.
12 George Labica, Le statut marxiste de la philosophie, Editions Complexe,
Paris, 1976, p. 284.
13 K. Marx F. Engels, La Sagrada Familia, México, Grijalbo, 1967, p. 205.
El concepto de ideología 13
m ente la afirm ación de que las ide& dom inantes son las de la clase
dom inante el resultado al que se llega después de desarrollar la crítica
a Feuerbach. O sea, a lo que se llega es a distinguir entre un tipo
de ideas y otro, ante la eficacia social de unas (la de dom inación)
y la no eficacia de las otras y, finalm ente, entre un grupo social
-d o m in a n te — y otro -d o m in a d o .
Las ideas expuestas en contra de los hegelianos plantean ya una
concepción de la estructura social que se presenta en forma simple,
ya que se trata de tesis filosóficas que, para enfrentarse a otras tesis
filosóficas (idealistas,) recurren al m ecanism o sim ple de la inversión.
D e acuerdo con estas escasas afirm aciones, la sociedad está inte
grada al menos por dos elem entos: las relaciones sociales materiales
(o base material o infraestructura) y las ideas o representaciones del
proceso de vida real (o supraestructura). A partir de este esquema
básico el concepto de ideología se encuentra pobrem ente teorizado.
En L IA la ideología se presenta como un conjunto de ecos y reflejos
de la vida real, por lo cual su concepto está relacionado únicam ente
con los conceptos de “ base m aterial” y de supraestructura, ubicándo
los en el terreno de ésta. La relación entre am bos elementos es la
de determinación absoluta de la base m aterial sobre la supraestruc
tura.
b) LA IDEOLOGÍA EN RELACIÓN
CON LA CONCIENCIA Y LA DIVISIÓN DEL TRABAJO
los hom bres organizados en sociedad tienen con ella. E ste com ienzo
es, dice M arx, tan anim al como la vida m ism a: es la conciencia
gregaria, es el principio de la conciencia de vivir en sociedad, m om en
to en el que los hombres se agrupan para satisfacer sus necesidades
más primarias. E sta conciencia gregaria se desarrolla con el aum ento
de la productividad, la m ultiplicación de las necesidades y el incre
m ento de la población. D e esta m anera se produce un desarrollo de
la división de trabajo y es sólo entonces cuando hay escisión entre la
conciencia y la naturaleza, que es el m om ento en que se opera
la división entre el trabajo material e intelectual. E s a partir de
entonces, dice M arx, que la conciencia puede verdaderam ente im a
ginar que está representando realmente algo sin representar nada real;
es este el m om ento en el que se hace posible la especulación. Dice
M arx: “ la conciencia está entonces en condición de pasar a la forma
ción de la teoría 'pura’, de la teología, la filosofía, la moral, etcétera”
{ LIA , 32), es decir, de la ideología o de las form as ideológicas de la
conciencia. E sta s formas ideológicas no tienen nada que ver con la
realidad; su contenido, o lo que afirm an, entra en contradicción con
las relaciones sociales existentes. Esto, dice M arx, se explica porque
la división del trabajo hace posible que las actividades espirituales
y m ateriales, el disfrute y el trabajo, se asignen a diferentes indivi
duos. E sta división del trabajo determina, pues, la existencia de las
clases sociales “ entre las cuales hay una que dom ina sobre todas
las dem ás” (L IA , 35).
La división del trabajo, m anual e intelectual, atraviesa tam bién
a la clase dom inante; son los políticos y los juristas a quienes “ la
división del trabajo les encomienda la m isión de practicar el culto
a / los / conceptos, viendo en ellos, y no en las condiciones de la
producción, el verdadero fundam ento de todas las relaciones reales
de la propiedad” (LIA , 4 3 1 ). Éstos son los pensadores
Las ideas de la clase que domina sobre las demás son las ideas
dom inantes en la sociedad, porque así como posee los medios. para
la producción m aterial, dispone también de los medios para la
producción espiritual ( LIA , 50-1). La posesión de estos medios hace
que se le som etan las ideas de quienes carecen de los m edios nece
sarios para producir espiritualm ente. Según esto, la posesión de
los m edios de producción espiritual está determinada por las rela
ciones materiales, por lo que puede concluirse que el dom inio espiri
tual encuentra su fundam ento en las relaciones m ateriales.
T o d a clase que conquista el poder político “ se ve obligada a
presentar su propio interés como el interés com ún de todos los m iem
bros de la sociedad" (L ÍA , 52). Las ideas de la clase dominante-
“ tendrán una forma tanto m ás general y am plia, cuanto m ás for
zada se vea la clase dom inante a presentar su interés como el de
todos los miembros de la sociedad” ( LÍA , 6 77), lo cual ocurre-
cuando se agudizan las contradicciones entre las fuerzas productivas
y las relaciones sociales ele producción: cuando se agudiza el anta
gonismo entre la clase dom inante y la clase dom inada, m ás se falsea
la conciencia que originariamente correspondía a la primera etapa
del dominio de la clase “ hasta convertirse en frases deliberadamente:
idealizantes, en una ilusión consciente, en una deliberada hipocresía..
Y cuanto más las desmiente la realidad y más se desvalorizan an te
la conciencia misma, con mayor energía se las hace valer, más hipó
crita, más moral v más sagrado se torna el lenguaje de esta sociedad
norm al" (LÍA , 340-1).
ciones una vez que M arx y Engels pusieron “ m anos a la obra” fueron
precisam ente los textos de Bruselas y, entre ellos, L a ideología ale
mana. Por eso aquí se piensa a la ciencia como lo que destruye a
la ideología: “ Allí donde termina la especulación, en la vida real,
comienza tam bién la ciencia real y positiva, la exposición de la ac
ción práctica, del proceso práctico de desarrollo de los hombres.
T erm inan allí las frases sobre la conciencia y pasa a ocupar su sitio
el saber real.” (L IA , 27.) D etrás de la oposición m aterialista de la
historia y la concepción idealista se establece la oposición radical
entre la ciencia y la ideología. Am bas son lo negativo una de otra.
Una vez que se abre el camino de la ciencia, la ideología no es más
que una falsa ciencia que se disipa como la brum a de la mañana
tan pronto como apunta el sol. 26
L ciencia y la revolución son, pues, las únicas vías para combatir
la ideología y generar la conciencia comunista; no es sólo la ciencia la
que cambia la conciencia sino que es la ciencia y la necesaria revolu
ción que implica. Si se concibe a la revolución como una práctica
transform adora de las relaciones sociales, la oposición conciencia
revolucionaria/ práctica no estaría planteada; antes por el contrario,
es clara la vinculación entre am bas: la formación de la conciencia
revolucionaria, sea por la contradicción creciente entre las relaciones
de producción y las fuerzas productivas, sea por la intervención de la
ciencia, es la condición de posibilidad del proceso revolucionario.
En efecto, esto es así y así se plantea en LIA . Sin embargo, debemos
recordar lo siguiente: en este texto no hay una teoría correcta de la
práctica, la ideología dom inante se piensa fundam entalm ente como
lo otro de la ciencia y no como “ un poder organizado en un conjun
to de instituciones” ; 27 la ideología dom inante se concibe como
perteneciente al terreno de la conciencia y casi lo mismo con la con
ciencia revolucionaria; parece que ésta no tiene posibilidad de exis
tir más que en m om entos de crisis del sistema capitalista (agudiza
ción de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones
de producción) y en situaciones revolucionarias. E n tanto que la
m aterialidad de la conciencia (de toda conciencia, ideológica o no)
sólo se expresa en formas discursivas y nunca en formas prácticas
institucionales u organizativas no pueden pensarse las formas de
lucha que pueden com batir aspectos parciales de la ideología dom i
nante a través del largo proceso que, por lo general se requiere para
arribar a una situación revolucionaria. E n L IA se piensa la historia
como un proceso, es decir, como “ un desarrollo considerado en el
por un tiempo breve. Cfr. sobre este punto E. Balibar, “Marx, Engels y el
partido . . . ”, ed. cit., y F. Claudín, op. cit.
10 E. Balibar, “Estado, partido, ideología”, en E. Balibar et al., Marx y
su crítica de la política. México, Nuestro Tiempo, 1980, p. 168-9.
11 Ibid., p. 154.
12 Marcel Liebman, La prueba del poder (El leninismo bajo Lenin, II),
México, Grijalbo, 1979, p. 9 (Teoría y Praxis, 44).
34 Comentario del concepto leninista
21 Consideramos que toda ideología liga a los hombres con sus prácticas
sociales en la medida en que tiene que ver realmente con sus intereses. Esto
lo trataremos en la quinta parte de este trabajo.
IV. UN CAMBIO DE PROBLEMATICA
EN LA CONCEPCIÓN ALTHUSSERIANA
DE LA IDEOLOGÍA
II
16 RT, 54.
11 A. Sánchez Vázquez, op. cit., p. 26.
42 Un cambio de problemática
III
IV
VI
V II
V III
IX
Dijimos antes que una de las cuestiones que nos interesaba mar
car eran las formaciones teóricas diferentes relacionadas con los
usos althusserianos del concepto de ideología. Ahora estamos en
condiciones de hacerlo sobre la base del análisis del desarrollo del
concepto en la obra de Althusser. Si bien no seguimos detallada
mente la exposición del Ensayo, 35 sí establecimos cuáles eran sus
33 En Ciencia y revolución, ed cit., p. 43.
34 En La filosofía como arma de la revolución, ed. cit., p. 63.
35 Lo que haremos en la quinta parte de este trabajo.
Un cambio de p 'oblemática 53
11
III
Esta sola tesis supone otras que tienen que ver con el registro
de lo imaginario que analizamos. Si la ideología puede tener exis
tencia material es porque implica prácticas concretas de los indi
25 Cuando pensamos que estos poblemas de la “conciencia revolucionaria”
pueden plantearse alrededor de la categoría de cuerpo no solamente aludimos
a Michel Foucault, cuyos desarrollos teóricos giran en torno de dicha noción
(cfr., por ejemplo, Microfísíca del poder, Madrid, La Piqueta, 1979), sino
también a Spinoza, quien en forma verdaderamente sorprendente sostiene que
“nadie ha determinado hasta aquí lo que puede el cuerpo, esto es, la experiencia
no ha enseñado a nadie hasta aquí lo que el cuerpo, por las solas leyes de
la Naturaleza en cuanto se la considera sólo como corpórea, puede obrar, y
lo que no puede, ni ser determinado por el alma . . . / si / el cuerpo fuese inerte,
el alma sería al mismo tiempo inepta para pensar . . . Ellos ignoran lo que
puede el cuerpo o lo que se puede inferir de la sola consideración de su propia
naturaleza” (Ética, México, FCE, 1958, p. 106-7). Por lo que toca a la noción
de sujeto, de ella trataremos al analizar la tesis iv de esta sección del trabajo.
26 Nicolás Casulla, “Nicaragua: comunicación y lucha ideológica", Uno Más
Uno, 2 de marzo de 1981.
Tesis m 71
Hay que señalar, sin embargo, que además del carácter universal
de la cohesión ideológica dominante, la cohesión funciona también
en forrrna regional (respecto del todo social): la ideología dominante
no sólo cohesiona a todas las clases sociales sino también a la misma
clase dominante: la liga a sus prácticas y a sus discursos en forma
tal que la dominación ideológica la ejerce con el pleno convenci
miento de que hay correspondencia entre su discurso y la realidad
social.
De este efecto secundario (en tanto que particular) Althusser
deriva que el efecto práctico fundamental de toda ideología es el
de cohesionar a los individuos con sus prácticas, pero no necesaria
mente en torno de las prácticas implicadas por la ideología domi
nante sino en torno de las prácticas que implica una ideología
cualquiera. Lenin aludió a este punto cuando señalaba que “no se
puede llevar las masas a ]a revolución si no se crea una organización
ilegal que propague, discuta, valore y prepare los medios revolucio
narios de lucha”. 2930 Y no digamos el caso de Gramsci, quien basó
toda su teoría de la ideología en su capacidad de funcionar como
cemento social. 31
Consideramos que la importancia de lo ideológico deriva precisa
mente de su capacidad de cohesionar a los individuos con sus prác
ticas. Si este efecto no se produjera, la ideología no sería un factor
de la reproducción social ni de su transformación. ¿Cómo se realiza
este efecto de cohesión? ¿Qué elementos entran a jugar para que
dicho efecto se produzca? ¿Qué mecanismos se ponen a funcionar
que producen tales resultados? La respuesta a estas preguntas nos
conduce al análisis de otra tesis de la teoría que analizamos, a
saber: la que se refiere al mecanismo de la interpelación y de la
constitución de los individuos en sujetos.
IV
4" Son interesantes las indicaciones de Claude Meillasoux (en Mujeres, gra
neros y capitales, Siglo XXI, México, 1977, p. 8) acerca de la ausencia notable
en la obra de Marx del análisis de la producción “de los hombres” : "La
reproducción de los hombres es, en el plano económico, la reproducción de la
fuerza de trabajo en todas sus formas. Pero el materialismo histórico, del cual
se podría esperar que concediera una mayor importancia a este tema, y aun cuan
do haya sido el único en plantear el problema, sólo integra imperfectamente la
reproducción de la fuerza ele trabajo a su análisis.
Las circunstancias históricas y económicas de la aparición del capitalismo no
plantearon como primordial el problema de la reproducción de la fuerza de traba
jo. En realidad esta reproducción, mediante el proceso de acumulación primitiva
del que nació el capitalismo, se encontró resuelta de entrada. Ni Marx ni los
economistas se preocuparon por ella como si fuera un problema fundamental.”
Tesis v 81
B®N. Poulantzas (en Estado, poder y socialismo, ed. cit.) hace algunas pre
cisiones críticas a la concepción althusseriana del Estado como la suma de
aparatos represivos y aparatos ideológicos. Su crítica la funda en que considera
que el concepto de “aparato ideológico”, remite únicamente a mecanismos
coercitivos de inculcación y que, por tanto, el Estado en su conjunto no sería
sino una maquinaria que ejerce diversas formas de represión (ideológicas o no).
Esta concepción, según Poulantzas, no toma en cuenta los aspectos positivos
del Estado. El Estado, dice siguiendo a Foucault, “actúa también de manera
positiva, crea, transforma, produce realidades” (p. 30). Consideramos correcta
esta conclusión pero no que se derive del concepto althusseriano de ideología
o de los aparatos ideológicos. Es cierto que Althusser no desarrolla, como lo
hace Poulantzas, el lado positivo de las contradicciones sociales que se juegan
en el Estado, pero su concepción del sujeto como un individuo que realiza
“voluntariamente” ciertas prácticas —es decir, la referencia al carácter ima
ginario de la ideología— alude directamente a los efectos ideológicos estatales
de positividad, que tienen que ver con los deseos de los individuos.
■ t
VI. CONCLUSIONES
1. In tro d u cc ió n ..................................................................................5
TESIS I
La ideología notiene h isto ria ...........................................................56
TESIS II
La ideología representa la relación imaginaria entre los
individuos y sus condiciones reales de existencia . . . . 60
TESIS III
La ideología tiene una existencia material ( subtesis: l a
ideología cohesiona a los individuos con sus prácticas
materiales) . . . . 70
tesis IV
La ideología interpela a los individuos y los constituye en
suj e t o s .................................................................................. . 73
TESIS V
Una ideología existe siempre en el seno de un aparato
(ideológico de Estado) y en su práctica o sus prácticas.
Esta existencia es m a te r ia l......................................................... 80