Aimé Césaire - Poemas
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Poemas
Aimé Césaire
Philippe Ollé-Laprunne
31 diciembre 2003
del momento. Hoy es necesario reconocer que sus textos no han perdido
vitalidad y que muchos de los problemas del siglo que se inicia ya están
observar el mañana.
1941, huyendo de la Francia ocupada por los alemanes (vía Marsella, como
muchos otros) con destino a Nueva York, donde permaneció refugiado hasta
pero sin lograr mayor resonancia; por una parte, la revista que lo
En efecto, esa isla fue uno de los numerosos lugares de destino de los
con los seres humanos llegaron los cantos y las maneras de cocinar, la
explotación por parte del poder colonial. Para tener una idea de la
negros, con muy pocos mestizos entre los dos grupos. Actualmente, esa
estructura prevalece. Hasta la abolición de la esclavitud en 1848,
negro, del mulato que ha escapado y vive como hombre libre: imagen de la
1931, con apenas 18 años, Aimé Césaire se embarcó en El Perú con destino
senegalés Léopold Sedar Senghor. Césaire, una vez más, fue un estudiante
reconocer una cultura negra que rebasa las fronteras. Los primeros en
con los soldados americanos en 1917, y Francia festejó los años veinte
sobre todo van a dar forma a su revuelta contra este estado de las cosas:
manifiesto, sino que pretenden abarcar lo que significa ser del Caribe,
con su tierra, del furor de las revueltas pasadas, del sueño que guarda y
profunda huella.
guerra, publicó junto con su esposa Suzanne y algunos amigos, como René
tomó otra forma. Además, durante estos años de guerra, dio clases de
Literatura a una generación de jóvenes martiniqueses como Edouard
grita la revuelta del mundo negro en una lengua que toma las formas del
su patria, Césaire explica sin rabia que en nombre de los valores mismos
de ese país no puede aceptar esos ataques. Conoce las contradicciones del
Obviamente Césaire fue miembro del Partido Comunista porque era un hombre
Argelia, antes de la guerra, por motivos similares. Pero también fue uno
Martinica y el poeta fueron uno solo; más allá de las circunstancias que
fundamentales acerca de las relaciones entre los países del Tercer Mundo
[...] Una civilización que engaña con sus principios es una civilización
isla sin estar sometido a ninguna maquinaria exterior. Muchas veces sus
"manipulador de palabras".
lengua francesa.
autores poco valorados por los escritores cercanos a él. He aquí una
afición exacerbada por la lengua francesa más clásica y no una comunión
Si Césaire ha estado tan marginado como poeta, ha sido ante todo porque
sin impulso. Su universo es del orden de lo visual, sabe que una imagen
conmueve más que una idea y que un discurso nos atrapa sólo si está
suficientemente ilustrado.
Asimismo, el deseo de producir palabras condujo a Césaire al teatro, como
Française.
Este año Aimé Césaire cumplió los noventa. Su pensamiento y sus escritos
siguen siendo guías tanto para la reflexión del hombre occidental como
al país natal:
Ustedes
quienes
Partir.
Así como hay hombres-hiena y hombres-pantera, yo
seré un hombre-judío,
un hombre cafre
un hombre-hindú-de-Calcuta
un-hombre-Harlem-sin-derecho-a-voto
El hombre-hambre, el hombre-insulto, el hombre-tortura
se le podría
prender en cualquier momento, molerlo a golpes-matarlo
por completo
sin tener que rendirle cuentas a nadie.
Un hombre judío
un hombre-pogromo
un perro de caza
un pordiosero.
Pero, ¿es que puede uno matar el remordimiento, bello
como la cara de sorpresa de una dama inglesa al encontrar
en su sopa un cráneo de hotentote?
Yo reencontraría el secreto de las grandes comunicaciones
y de las grandes combustiones. Diría tempestad, diría río.
Diría ciclón. .Diría hoja. Diría árbol, mejorarían todas las
lluvias, me humedecerían todos los rocíos.
Me revolcaría como sangre frenética sobre la lenta corriente
del ojo de las palabras,
en caballos locos, en niños tiernos, en toques de queda en vestigios
de templo, en piedras preciosas, lo bastante lejos como para
descorazonar a los menores.
Quien no me comprenda no comprenderá el rugido del tigre
Es mío
un hombre solo preso de blancura
un hombre solo que desafía los gritos de la muerte
blanca
(TOUSSAINT,TOUSSAINT L'OUVERTURE)
un hombre solo que fascina al gavilán blanco de la muerte
blanca
un hombre solo en la mar infecunda de la arena blanca
es un viejecito que se eleva contra las aguas
del cielo.
La muerte describe un círculo brillante encima de este hombre
la muerte brilla dulcemente sobre su cabeza
la muerte sopla en la caña madura de sus brazos
la muerte galopa en la prisión como un caballo blanco
la muerte luce en la sombra como los ojos de los gatos
la muerte hipa como el agua bajo las rocas
la muerte es un pájaro herido
la muerte decrece
la muerte vacila
la muerte es un paytura sombrío
la muerte expira en una blanca balsa de silencio.
----
Y ahora que estamos de pie, mi país y yo, con los cabellos al viento y mi
pequeña mano ahora en su puño enorme y la fuerza no está en nosotros sino
por encima de nosotros, en una voz que barrena a la noche y a la
audiencia como la penetración de una avispa apocalíptica. Y la voz dice
que Europa durante siglos nos ha cebado de mentiras e hinchado de
pestilencias,
porque no es verdad que la obra del hombre haya terminado
que no tengamos nada que hacer en el mundo
que seamos unos parásitos en el mundo
que basta que nos pongamos al paso del mundo
pero la obra del hombre ha empezado ahora
y falta al hombre conquistar toda prohibición
inmovilizada en los rincones de su fervor
y ninguna raza tiene el monopolio de la belleza, de la inteligencia,
de la fuerza
y hay sitio para todos en la cita de la conquista y ahora sabemos que el
sol gira alrededor de nuestra tierra iluminando la parcela que ha fijado
nuestra sola voluntad y que toda estrella que cae del cielo a la tierra a
nuestra voz de mando sin límite.
No hay que decir: era un buen negro. Los blancos dicen que era un negro,
un verdadero buen negro, el buen negro de su amo.
Yo digo ¡hurra!
Era un muy buen negro,
la miseria le había herido pecho y espalda y habían metido en su pobre
mollera que una fatalidad pesaba sobre él y que no la puede manejar a su
antojo que no tenía poder sobre su propio destino; que un señor avieso
había desde tiempo inmemorial escrito leyes de prohibición en su
naturaleza pelviana; y ser el buen negro; creer honradamente en su
indignidad, sin la curiosidad perversa de verificar nunca los
jeroglíficos fatídicos.
Era un muy buen negro.
La negrería sentada
inesperadamente de pie
de pie en la cala
de pie en los camarotes
de pie en el puente
de pie en el viento
de pie al sol
de pie en la sangre
de pie
y
libre
de pie y no como una pobre loca en su libertad y su indigencia marítimas
girando en la deriva perfecta y aquí está:
más inesperadamente de pie
de pie en los cordajes
Supervivencia
Te evoco
bananero patético que agitas mi desnudo corazón
en el día salmodiante
te evoco
viejo hechicero de las montañas sordas por la noche
justamente la noche que precede a la última
y sus redobles de tedio golpeando en la poterna loca de las ciudades
enterradas
pero no es sino el preludio de las selvas en marcha sobre el cuello
sangrante del mundo
es mi odio singular
llevando a la deriva sus témpanos de hielo en el aliento de las
verdaderas llamas
dadme
ah dadme el ojo inmortal del ámbar
y sombras y tumbas de granito cuadriculado
pues la barrera ideal de los planos húmedos y de las hierbas
acuáticas
escucharán en las zonas verdes
los intérpretes del olvidos anudándose y desanudándose
y las raíces de la montaña
exaltando la estirpe real de los almendros de la esperanza
florecerán por los senderos de la carne
(la penuria de vivir pasando como una tempestad)
mientras que bajo el cartel del cielo
un fuego de oro sonreirá
al canto ardiente de las llamas de mi cuerpo
Sol serpiente
Elegía
................
Cuerpo perdido
Yo que Krakatoa
yo que todo mejor que monzón
yo que a pecho descubierto
yo que carraspeo como un árgano viejo
yo que balo mejor que una cloaca
yo que fuera de gama
yo que Zambeze frenético o rombo o
caníbal
quisiera ser cada vez más humilde y más manso
siempre más grave sin vestigio ni vértigo
caer hasta perderme
en la viviente sémola de una tierra bien abierta
Fuera una neblina en lugar de atmósfera no
sería nada sucia
cada gota de agua conteniendo un sol
cuyo nombre idéntico para todas las cosas
sería el ENCUENTRO MAS TOTAL
de tal suerte que no se sabría a ciencia cierta
si cruza una estrella o una esperanza acaso
o un pétalo de flamboyán
o una retirada submarina
que las antorchas de las medusas aurelias frecuentan
Imagino que entonces la vida me bañaría por completo
mejor la sentiría palpándome o mordiéndome
tendido sentiría llegarme los olores al fin liberados
cual manos caritativas
que me atravesarían
para mecer largos cabellos
más largos que ese pasado que no puedo alcanzar.
Cosas apartaros, haced sitio
a mi reposo que alza en oleaje
mi cresta terrible de raíces fondeadoras
buscando dónde asirse
oh cosas, yo sondeo y sondeo
yo, el cargador, soy portarraíces
yo peso, fuerzo y arcaneo
y ombligueo
Ah, quien hacia los arpones me lleva
estoy muy débil
silbo, sí, silbo cosas muy antiguas
de serpientes de cosas cavernosas
Soy oro viento paz aquí
y contra mi hocico inestable y fresco
poso contra mi rostro corroído
tu frío rostro de risa descompuesta.
El viento, ay, lo escucharé aún
negro, negro, negro desde el fondo
del cielo inmemorial
un poco menos fuerte que hoy en día
pero demasiado fuerte sin embargo
y ese loco aullido de perros y caballos
que envía a nuestra persecución siempre cimarrona
mas a mi vez en el aire
me alzaré en un grito tan violento
que voy a salpicar al cielo entero
por mis ramas destrozadas
y por el chorro insolente de mi barril herido y solemne
ordenaré a las islas existir.
Morimos
con miradas creciendo en amores extáticos en salas carcomidas
sin palabras que se opongan en los bolsillos, como una isla
que se hunde en la explosión brumosa de sus pólipos
—la noche,
Morimos
entre sustancias vivientes hinchadas anecdóticamente
de premeditaciones
arborizadas que sólo regocijan, que sólo se insinúan en el corazón mismo
de nuestros gritos, que únicamente reverdecen con voces de niño,
que solamente
trepan a lo largo de los párpados en el peldaño
agujereado miriápodos sagrados lágrimas silenciosas,
(salvo del triángulo orquial que sangra violento como el silencio de las
tierras bajas)
brotar
en una gloria de trompetas libres con cáscara escarlata
corazón no mantecoso, sustrayendo a la ancha voz de los precipicios
incendiarios y embriagadores tumultos de cabalgata
Cadáver de un frenesí
Paciencia de signos
Visitación
había la belleza de los minutos que son joyas con rebaja del
bazar de la crueldad el sol de los minutos y su lindo hocico
de lobo que el hambre saca del bosque la cruz roja de los
minutos que son las murenas camino de los viveros y las
estaciones y las fragilidades inmensas de la mar que es un
pájaro loco clavado muerto sobre el portón de las tierras
cocheras y había hasta el pavor tales como el relato de julio
de los sapos de la esperanza y de la desesperanza limpios de
astros por encima de las aguas allá donde la fusión de los
días que garantiza el bórax justifica las veladoras gestantes
las fornicaciones de la hierba que no hay que contemplar
sin cautela las cópulas del agua reflejadas por el espejo de
los magos los animales marinos para atrapar en la cuenca
del placer de los asaltos de vocablos con todas las cañoneras
humeantes para festejar el nacimiento del heredero
varón en instancia paralela con la aparición de las praderas
siderales en la vertiente de la bolsa de los volcanes
escolopendra escolopendra
hasta el párpado de las dunas sobre las ciudades prohibidas
azotadas por la cólera de Dios
escolopendra escolopendra
hasta el desastre crepitante y grave que arroja las ciudades
enanas contra la cabeza de los caballos más fogosos cuando
en plena arena levantan
su tenebrario sobre las fuerzas desconocidas del diluvio
escolopendra escolopendra
cresta cresta cimacio revienta olas en sable en caleta
en aldea
dormido sobre sus piernas de pilotes y de safenas de agua
cansada
en un momento se producirá la derrota de los silos olfateados
de cerca
el azar rostro de pozo de condotiero ecuestre con charcos
artesianos y las cucharillas de los senderos libertinos a
modo de armadura
rostro de viento
rostro uterino y lémur con dedos ahuecados en las monedas
y la nomenclatura química
y la carne invertirá sus grandes hojas de plátano que el viento
de los tugurios fuera de las estrellas que señalan la marcha
hacia atrás de las heridas de la noche hacia los desiertos de
la infancia hará como si leyera
en un momento habrá sangre vertida donde las luciérnagas
tiran de las cadenillas de las lámparas eléctricas para la
celebración de las compitales
y las chiquilladas del alfabeto de los espasmos que traza las
grandes cornamentas de la herejía o de la connivencia
habrá el desprendimiento de los trasatlánticos del silencio
que surcan
día y noche las cataratas de la catástrofe en torno a las sienes
duchas en trashumaciones
y la mar retraerá sus minúsculos párpados de halcón y tú
tratarás de asir el instante el gran feudatario recorrerá su
feudo a la velocidad del oro fino del deseo por las rutas
de neuronas observa bien si el pajarillo no ha tragado la
estola de gran rey atónito en la sala pletórica de historias
adorará sus manos pulquérrimas sus manos levantadas
en el rincón del desastre entonces la mar calzará otra vez
sus zapatillas acuérdate de cantar para no apagar la moral
que es la moneda obsidional de las ciudades privadas de
agua y de sueño entonces la mar se sentará a la mesa muy
suavemente y los pájaros cantarán muy suavemente en las
básculas de la sal la canción de cuna congoleña que la
soldadesca me ha hecho olvidar pero que la mar muy piadosa
de las cajas craneanas conserva en sus folios rituales
escolopendra escolopendra
escolopendra escolopendra
Blues de la lluvia
Aguacero
bello músico
al pie de un árbol desvestido
entre las armonías perdidas
cerca de nuestras desencuadernadas memorias
entre nuestras manos de derrota
y pueblos de extraña fuerza
dejamos colgar nuestros ojos
y naciente
desenrollando el cordón de un dolor
sollozamos.
manera lingüística
piedra angular
jeroglíficos
poco importa la constelación abolida
nunca estrechada la infinita combinatoria
advertir desborda
el núcleo habla
imposible el error
difícil la errancia
el sonajero direccional pende de los árboles
al alcance de cualquier mano
el rombo vela los ojos cerrados
aquí comienza
retomándoselo a las fieras
pasajes