Arquitectura de Tierra-2
Arquitectura de Tierra-2
Arquitectura de Tierra-2
Existe una pérdida de las tecnologías tradicionales en Chile y varios países debido a
la acción de los terremotos, y la consiguiente desconfianza generalizada que se tiene
en ellas. La ausencia de criterios o normativas nacionales que regulen las
construcciones que consideren la tierra como material predominante y/o estructural
limita su uso. Ahora, la aparición de métodos de reforzamiento para mamposterías
macizas portantes en tierra cruda supuso una oportunidad de re-validación de dichas
técnicas. Sin embargo, tanto las propuestas como los ensayos revisados, consideran
morfologías de viviendas tradicionales que resultan, en ocasiones, inadecuadas o
indeseadas en el escenario sísmico.
Pese a los inigualables beneficios inherentes a la construcción con tierra, tanto en
términos económicos y sociales, como ecológicos, resulta imposible desconocer su
alta vulnerabilidad estructural que se debe en parte, a su poca resistencia a la tracción
ante eventos sísmicos. El presente artículo consiste en un resumen del trabajo
realizado hasta la fecha por la autora, con motivo de la ejecución de su tesis
magistral. Dicha tesis contempló un estudio que no se ha hecho mayormente por los
investigadores en la materia. Si bien existen diversas recomendaciones de
construcciones en tierra a modo de manual, se intentó relacionar la variable de la
forma construida con un método específico de reforzamiento sismo resistente. Se
llevó al extremo a dicho sistema mixto con el fin de ser un aporte al conocimiento y
contribuir a su estudio específico. Se estudió el comportamiento y vulnerabilidad de
edificaciones en tierra portante (adobe y tapial). Se consideró también el patrón de
falla de las construcciones de carácter hispano-andinos que son expuestos por los
principales autores investigadores de la materia. De este análisis, se dilucidó el
sistema de reforzamiento estructural más efectivo para obras nuevas, con el fin de
profundizar en el estudio de un caso específico de refuerzo para su posterior
desarrollo morfológico.
Ahora, entendiendo específicamente que la débil resistencia a tracción de las
mamposterías en tierra provoca su alta vulnerabilidad sísmica, y considerando que
reforzarlas con materiales de mayor ductilidad permite solucionar este problema, se
sostiene que la morfología de la construcción es una variable fundamental, en tanto es
capaz de minimizar las exigencias a tracción y potenciar las compresiones.
1. INTRODUCCIÓN
La edificación con tierra se remonta a miles de años. Es difícil decidir si este material
fue el primero con que construyó el hombre, sin embargo, es claro que junto con las
fibras naturales y las piedras, la tierra es uno de los materiales más ancestralmente
utilizados.
2. FUENTES DE INFORMACIÓN
Este estudio está basado en varias publicaciones existentes sobre la materia, además
del ejercicio de ensayos prácticos. Si bien, muchas publicaciones son bastante
conocidas por las personas que construyen con tierra, este artículo es un aporte
recopilatorio y comparativo. Además, se consideró la inclusión de la norma peruana y
entrevistas realizadas por la autora, que serán publicadas en su tesis magistral. Las
publicaciones incluyen los siguientes autores; John Norton, Paul Graham Mc Henry,
Instituto CRATerre, Gernot Minke, Julio Vargas, Jorge de Olarte, Hugo Pereira, Red
Proterra, e incluye la Norma peruana E.080. En general se trata de publicaciones de
las últimas dos o tres décadas.(1)
La primera etapa está compuesta por una serie de acciones; selección de las tierras,
su extracción, transporte, trituración, dosificación, humedecimiento y mezclado final.
Dichas acciones contemplan tres categorías de ensayo que se definen por su
propósito; ensayos de reconocimiento, ensayo de dosificación, ensayo de humedad.
Se hizo un repaso por las características que deberá tener una tierra para utilizarse
para cada técnica ya que la composición granulométrica de cada técnica posee una
influencia en su desempeño estructural. Se vio que, además de no coincidir todas las
recomendaciones, estas se basan en estandarizaciones de granulometrías diferentes,
lo que hace aún más difícil su comparación. La imagen muestra rangos
recomendados de dosificaciones para ambas técnicas. Es posible notar que si bien
existe una coincidencia entre los rangos, la diferencia de dosificación aparente entre
ambas técnicas pareciera no ser tal.(2) Luego la humedad de la mezcla se analiza en
base a ensayos de humedad, bajo recomendaciones dadas por los diferentes autores.
Al parecer es este aspecto el que significa la principal diferencia entre cada técnica en
términos de la mezcla a utilizar.
4.2 Ensayos de control de calidad y resistencias. La segunda etapa es diferente para cada
técnica; mientras en el adobe se fabricarán los ladrillos y luego se construirá el muro, el
tapial fabrica los bloques en su ubicación definitiva en el muro, por lo que estos dos pasos
son simultáneos. El adobe contemplará primero el moldaje de los ladrillos y su secado,
para luego la construcción del muro y su secado. En el tapial en cambio, se construirán los
muros mediante los bloques, que luego se dejan secar ya emplazados en el muro.
La construcción de los muros considera dos tipos de ensayo; de control de calidad y
de resistencias. El primero consiste en pruebas de campo que se realizan para
aceptar o rechazar los bloques durante su producción y son fácilmente realizables sin
equipos sofisticados. Los segundos ensayos, en cambio, poseen el propósito
específico de otorgar valores de resistencias que podrán ser utilizados para fines del
cálculo estructural. 5. COMPORTAMIENTO Y VULNERABILIDAD SÍSMICA;
PATRÓN DE DAÑOS.
Las técnicas que se estudiaron constituyen muros macizos de tierra que sirven de
masa y estructura del muro. Es su naturaleza fragmentaria la que permite considerar
ambas técnicas como mamposterías portantes y serán consideradas en el estudio ya
que su comportamiento estructural es semejante. La tierra es un material frágil, tiene
una alta resistencia a la compresión, pero baja a la tracción. Se analizó en este
estudio los intentos por aumentar su baja ductilidad y privilegiar estrategias
compresivas de estructuración.
Con respecto a la forma del muro se ha establecido que la relación espesor y altura es
importante a la hora de considerar su geometría estructural. Esto se debe a la labor
que posee la forma en la estructuración de las construcciones. Mientras algunas
estructuras privilegian las tracciones, la tierra necesita una priorización de las
compresiones para asegurar su estabilidad, más aún en escenarios sísmicos. La
imagen muestra las esbelteces recomendadas por varios autores. Los ingenieros del
Getty Conservation Institute establecen que existen tres clasificaciones de esbelteces;
muros gruesos, muros moderados y muros delgados. Estos últimos, establecen ellos,
deben considerar el reforzamiento con otros materiales, ya que si no, son incapaces
de sobrellevar los sismos. Pareciera ser que el límite máximo de esbeltez para muros
portantes de tierra en áreas sísmicas correspondería a 8. Esto debido a que los
valores inferiores recomendados por Mc Henry y Norton no especifican que
correspondan a recomendaciones para zonas sísmicas. Con respecto a la longitud del
muro, generalmente se establece un máximo admisible. Esto considerando que de no
ser así, se podrá siempre reforzar con contrafuertes y/o vigas superiores. Con
respecto a la forma del muro en corte, no hay especificaciones particulares, más que
la recomendación de que se tienda a formas trapezoidales.
El estudio de los vanos se ha referido más que nada a dimensionar los largos
admisibles de los mismos, a la vez que los largos de los machones que los
conforman. En este sentido, pareciera haber un cierto consenso de que los machones
y los vanos debieran medir entre 1.00m y los 1.50m. De esta forma, la medida que
establece que el ancho de los vanos debiera medir 1/3 del largo del muro parece
acertada. Llama la atención la recomendación de Jorge de Olarte que establece un
mínimo de 0.30m y un máximo de 1.50m en la medida de los machones, cosa que se
diferencia de las demás recomendaciones. Ahora, hay que considerar que el sistema
CET de dicho autor, es un muro reforzado, cosa que cambia la perspectiva estructural
del sistema. Por otro lado, parece importante hacer notar que, tanto Gernot Minke,
como Jorge de Olarte, promueven la utilización de alfeizares de materiales con mayor
flexibilidad. También promueven, junto con Gastón Barrios, la supresión de los
dinteles de tierra, y su unificación vertical con la viga superior. Estos aspectos, si bien
no cuentan con análisis publicados que los avalen, parecen ser recomendaciones
acertadas. Lo que se intenta es suprimir las áreas de mayor vulnerabilidad de la
edificación, los vanos, que consisten en cortes parciales del largo del muro. Llama la
atención la permisividad de John Norton que establece que los machones deberán
tener un mínimo de 0,50m, cosa que otros autores prohíben. Ahora, con respecto a la
forma de los muros, se toma como ley, la ortogonalidad, ya que nadie considera
soluciones innovadoras o desafiantes en este aspecto.
Permitir el balanceo fuera del plano, cosa que el diseño basado en la resistencia
evita a toda costa. Limitar el movimiento fuera del plano en su parte superior
Proporcionar conexiones flexibles entre muros perpendiculares Proveer
amarres que resistan el desplazamiento de los trozos de muro adyacentes,
separados por grietas