Folleto para Posibles Participaciones
Folleto para Posibles Participaciones
Folleto para Posibles Participaciones
Monitor:
Hermanos y hermanas. Bienvenidos a la celebración de la eucaristía
dominical del 4º domingo de cuaresma. La gran revelación de Jesús es
mostrarnos a Dios como Padre, como alguien dispuesto siempre a la
misericordia y al perdón. Hoy vamos a escuchar en el Evangelio la parábola
del hijo pródigo o del padre misericordioso. Somos nosotros los que nos
alejamos de Dios yendo por malos caminos y el Padre se entristece. Pero él
nos espera, sale a nuestro encuentro, perdona y olvida. Y abre sus brazos
para regalarnos el perdón y una vida nueva. Hoy aquí, en su casa,
celebramos su amor, su misericordia y su perdón.
(Salimos con un cartel con una frase: “VUELVE a la casa de papá Dios”).
2. SÚPLICAS DE PERDÓN
SACERDOTE: Jesús perdonó a la pecadora, a Pedro, a los que le
crucificaron, perdonó siempre, tiene un gran corazón como su Padre.
Nosotros también le pedimos perdón.
- Padres: Tú, que tienes el corazón lleno de amor y de ternura, Señor, ten
piedad.
LECTURAS
JOSUÉ 5,9a.10-12: El pueblo de Dios, tras entrar en la tierra
prometida, celebra la pascua.
SALMO 33: Gustad y ved que bueno es el Señor.
2. Por el papa y los obispos para que nos muestren el rostro de Dios, ese
Padre que nos mira con amor y nos perdona siempre. Oremos.
4. Por nuestra parroquia para que cada día sea más como la de Jesús, más
acogedora, más cordial. Oremos.
7. Por todos nosotros, para que de nuestros labios salgan con facilidad
palabras como “perdón” y “gracias”. Oremos.
- ÁLBUM DE FOTOS:
- PAN Y EL VINO:
Con el pan y con el vino, queremos dar las gracias a Dios por la
fiesta de la eucaristía. Todos los domingos, después de reconocer
nuestros pecados, él hace una gran fiesta; el Señor convierte el
pan y el vino en su cuerpo y en su sangre para que sus hijos
vivamos una vida nueva.
6. SUGERENCIAS:
Cada mañana
Cada mañana sales al balcón y oteas el
horizonte por ver si vuelvo.
Cada mañana bajas saltando las
escaleras y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
Cada mañana me cortas la palabra y te
abalanzas sobre mí y me rodeas con un
abrazo redondo el cuerpo entero.
Cada mañana contratas la banda de
músicos y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
Cada mañana me dices al oído con voz
de primavera: “hoy puedes empezar de
nuevo”.