Resumen de La Casa de Bernarda Alba
Resumen de La Casa de Bernarda Alba
Resumen de La Casa de Bernarda Alba
Aparece Bernarda, la protagonista, con otras mujeres del pueblo que han asistido al
funeral de su marido. Bernarda se presenta como una mujer autoritaria con las
criadas, reflejando la desigualdad entre ricos y pobres. Informan a Bernarda de que
también está allí Pepe el Romano, pero ella se niega a recibirle.
Más tarde, se ve cómo Bernarda se relaciona con sus cinco hijas. Explica que todas
deben guardar un luto de ocho años por la muerte de su padre, y durante todo ese
tiempo deberán vestir de negro y no relacionarse con ningún hombre. Una de las
hijas, Magdalena, se queja porque ella quería casarse, pero la autoridad de Bernarda es
más fuerte. También se presenta a María Josefa, abuela de las niñas y madre de
Bernarda, que está encerrada en una habitación porque su hija no quiere que las mujeres
del pueblo la vean. Poncia, una de las criadas, insinúa que Angustias se pasa las noches
escuchando conversar a los hombres desde la ventana. Aquí descubrimos que Bernarda
no le permite casarse con ningún hombre, menos aún si se trata de un campesino o
alguien de clase baja.
Entra en juego uno de los temas principales de la historia: el choque entre las mujeres de
antaño y las mujeres actuales. Se presenta con las hijas de Bernarda, que están
obsesionadas con los hombres. Adela, la más joven, se acicala con un vestido verde
mientras Angustias se muestra nerviosa, despertando la burla de sus hermanas porque
creen que está esperando a Pepe el Romano. Efectivamente, Pepe está fuera esperando
a Angustias, que sale a verlo, y las hermanas se asoman a la ventana para presenciar la
escena.
Se nos cuenta también la historia de María Josefa, antítesis de su hija Bernarda. Aparece
con flores en la cabeza y en el pecho, con una actitud jovial y alegre que abochorna a
Bernarda, quien reprende a la criada por haber dejado salir a su madre de la habitación.
Se sabe que Bernarda oculta a su madre debido a su locura, ya que ésta podría dar
que hablar en el pueblo y afectar a su reputación.
Acto 2
Poncia está con las hijas de Bernarda, cosiendo en silencio para preparar la boda de
Pepe y Angustias. Ésta se da cuenta de que todas sus hermanas la envidian, lo que le
hace comportarse de forma agresiva con ellas. Sin embargo, Poncia comenta que Pepe
estuvo hasta la madrugada en la ventana de Adela, quien lo niega fervientemente.
Poncia, convencida de que Adela está enamorada de Pepe, habla con ella a solas.
Aconseja a Adela que deje en paz a su hermana mayor, pero Adela amenaza a Poncia,
dejando entrever que, efectivamente, la criada está en lo cierto. Adela, además, está
alterada porque escucha hombres en la calle y anhela la libertad que tienen ellos en la
sociedad que le ha tocado vivir.
Poncia y Bernarda hablan a solas sobre la boda. Bernarda cree que Angustias debe
casarse cuanto antes para evitar que siga habiendo peleas entre sus hijas, y Poncia
insinúa que todo se debe a que Adela y Pepe tienen un idilio a espaldas de Angustias.
Bernarda no la cree, pensando que, al ser una criada, tiende a la mentira. Angustias
escucha la conversación entre su madre y Poncia, y dice que Pepe lleva marchándose a
la una de la madrugada desde hace varios días, pero Poncia dice que ella le escucha
hasta pasadas las tres.
Mientras tanto, Adela y Martirio tienen una fuerte discusión, ya que la primera cree que
su hermana también está enamorada de Pepe, pero Martirio sigue insistiendo que era una
broma. Adela aprieta hasta que Martirio no puede más y confiesa que, efectivamente,
también siente algo por Pepe.
Acto III
Bernarda y sus hijas están en el patio con Prudencia, una amiga de la familia. Prudencia
cuenta que su marido ha renegado de su hija por una ofensa, y Bernarda defiende al
hombre ante la sorpresa y tristeza de Prudencia. Después de la cena, Angustias se queda
a hablar con su madre. Angustias teme que su prometido la esté engañando, y
Bernarda le recomienda no buscar explicaciones y conformarse con la situación. Por su
parte, Adela y Martirio vuelven a discutir por Pepe, y Bernarda tiene que intervenir.
Más tarde, Poncia y Bernarda vuelven a hablar a solas sobre la situación de la casa.
Bernarda le asegura a Poncia que tiene a sus hijas vigiladas para que sigan siendo dulces
y educadas, pero Poncia insiste en que eso no está funcionando y que sigue
sospechando de idilios amorosos a espaldas de Angustias y Bernarda. Más
adelante, Poncia y otra criada escuchan ladrar a los perros, nerviosos. Inmediatamente
después aparece Adela con la excusa de que tiene sed, algo que hará sospechar aún
más a las criadas.
Vuelve a aparecer María Josefa, esta vez comportándose con una libertad encantadora.
Por su parte, Adela aparece para meterse en el corral, seguida por Martirio. Martirio se
acerca a la puerta del corral en el que entra su hermana y la llama; Adela sale con el pelo
despeinado y Martirio, celosa, reconoce que está enamorada de Pepe. Adela reconoce
que es amante de Pepe y Martirio grita para despertar a su madre y sus hermanas.