La Piedad o Lo Que Queda de Ella

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LA PIEDAD O LO QUE QUEDA DE ELLA

Escena 1: Noemí y Carlos Almuerzan

[Sucede en la cocina/comedor. Sillón, televisor, muebles marrones, luces amarillas, velador con
mampara grande –ambiente noventoso-]

(Características de Noemí: sumisa, dependiente, fuma. Muy femenina, con movimientos y actitudes
muy delicadas. Mientras él duerme la siesta ella limpia la cocina, lava su ropa, cose algún botón de
la ropa. usa perfume intenso “Avón”.
Características de Noemí adulta: empleado público mal pago. Muy agradable, de apariencia dulce,
cariñoso, inteligente, culto, menemista. Carlos sale de su trabajo para almorzar con Noemí todos los
mediodías. Duerme 20 minutos de siesta y vuelve al trabajo. Lleva puesto un pantalón marrón,
mocasines y corbata marrón con detalles en dorados. Tiene bigote, usa anteojos de sol negro tipo
aviador. Se peina con gel. Carlos y Noemí llevan un año de casados)

( Noemí está sacando comida de un packaging del Bodegón “El Colonial”. La pone en una bandeja,
le pone un repasador por encima. Y mete el packaging dentro de una bolsa que luego tira en el tarro
de basura. Sobre la mesa –con mantel de hule- hay un termo naranja y un mate caliente.)

-Suena de fondo en la radio: “se aprobó la La Ley de Convertibilidad del Austral, Ley 23.928. A
partir de ahora los argentinos disfrutaremos de mucha pizza y champagne”. Vamos a la tanda
y los dejamos con esta música: suena “Qué bello” de Lía Crucet.-

Llega Noemí adulta. Noemí baja el volumen de la radio con cuidado. Se saludan con un “Hola”
dulce y un beso. Ella comienza a hablar mientras se está quitando la corbata, la deja en el
sillón y se pone la bata

-Noemí: (baila y se mueve) ¡Pasó mamá y nos trajo el almuerzo!

-Noemí adulta: ¡¡Bueno, repollito gordo!!

-Noemí: Estoy más flaca.


-Noemí adulta: ya se. ¿Qué nos cocinó?
No te lo tomes a mal pero no me parece bien que venga tanto.

(Noemí se prende un cigarrillo Baja la cabeza, trata de suavizar la situación agarrándole de la mano
con delicadeza. Noemí adulta se acerca a Noemí y prende un cigarrillo en simultaneo. Están
apoyadas contra la mesada de la cocina mientras hablan)

-Noemí: Bueno. (ceba un mate y lo toma)

-Noemí adulta: Tenés que aprender a cocinar más, dedicarte a la casa más.

-Noemí: (Le ceba un mate a Carlos. Lo escucha atenta y le dá la razón y por lo bajo le contesta) Sí

-Noemí adulta: No sé para qué haces ese curso de corte y confección.

-Noemí: ( Asiente con la cabeza)


(Noemí adulta, le da el mate)
(Noemí se ceba un mate)
-Noemí adulta: ¿cómo anda mamá? Está viniendo muy seguido, pero parece que me esquiva

-Noemí: Bien, pero se siente muy sola. (Toma el mate) ¡Me pregunto cuando le vamos a dar nietos!

-Noemí adulta: Hummm. (incomodo). Qué se yo Noemí

-Noemí: (Noemí corta la situación rápidamente, cambia de tema. Deja el mate. Apaga el cigarrillo.
Noemí adulta también lo apaga. Y levanta la bandeja con la tortilla) ¡Mira! ¡La tortilla de papas, como
te gusta a vos! Con el huevo que chorrea, la cebolla bien cocida, morrón y longaniza.

-Noemí adulta: Bueno por lo menos se esfuerza para entrar a esta casa, jajaja. (le guiña el ojo)

-Noemí: No seas así. Desde que papá falleció y le robaron el gato estuvo muy deprimida.

-Noemí adulta: Bueno pero puede hacer sociales. Puede ir al club de bochas, como hacen las
jubiladas de su edad. Ahí va a conseguir compañía y quien te dice por ahí conoce a algún señor.

-Noemí: ¡No me gusta que hables así de mami!


-Noemi adulta: Pero que vaya al club de bochas de acá a la vuelta, porque en el otro son todos
radicales. ¿Te imaginas si nos trae un radical? No no no no. En esta casa sólo entran soldados del
Turco! ¡Vamos Noemí! Qué con el Turco el año que viene me compro el autito!

-Noemí: (Noemí finge alegría) ¡Siiii, ojalá!

-Noemí adulta: No puedo hacer ningún comentario. ¡Pero chee! estoy tratando de buscar soluciones.
(Le hace cosquillas)

-Noemí: ¡Disculpame!

-Noemí adulta: ¡Bueno, entonces cambia esa cara! (la reta)

-Noemí: (Ella le sonríe complaciente, se queda en silencio unos instantes y comienza a hablar) ¿y si
estoy embarazada? Llevo unos días de atraso. ¿Te gustaría?

(Mientras Noemí habla Noemí adulta se va hacía el televisor, lo enchufa y está por encenderlo pero
Noemí le hace una pregunta y él se incorpora, deja lo que está haciendo para contestarle)

-Noemí adulta: No. No me gustaria.

-Noemí: (Noemí se acerca a él para evitar levantar la voz durante la conversación) ¡Ay! Un hijo es
una bendición, un regalo de Dios.

-Noemí adulta: ¿Y sí se nos muere acá? Porque no lo sabemos cuidar. ¿Sabes que nos pasaría? O
tal vez a vos te condenarían mucho más…No, definitivamente no estoy preparada.

-Noemí: (Delicada, hablando bajo) Bueno Carlos, pero vos sabes que yo quiero ser mamá en algún
momento. Un hijo me acompañaría … lo necesito; como mujer.

-Noemí adulta: ¿Qué te falta?

-Noemí: (Noemí responde complaciente). ¡Ay! Me refería a realizarme como mujer.

-Noemí adulta: Noemí dale poné la mesa. ¡Ahhh! ¡y haceme un daiquiri de mandarina, esos que te
salen tan ricos!! Dale.
(Suena el teléfono. Noemí atiende. Noemí adulta se queda parando escuchando.)

-Noemí: ¡Hola!

-Noemí: ¿Cómo andas Estelita?

-Noemí: Sí, me enteré. De todos modos no me parece que esté bien hablar de eso.
(Se prende un cigarrillo. Carlos se ve intrigado, prende un cigarrillo también)

-Noemí: No yo no creo que empiece, Lo tengo que pensar mejor.

-Noemí: Y porque que no tengo tiempo, ocuparme de la casa me quita mucho tiempo. Lavar,
planchar. Encima se me rompió el secarropa, y tengo una pila de ropa. Asi que imagínate, Estelita!!!

-Noemí: ¡Claro!

-Noemí: Pero bueno Estelita podés venir a tomar un té o unos mates y hago unas madalenas. ¿Qué
decís?

-Noemí: Si querida, gracias. Se los daré. Vos también, mandale un beso grande a Rober y a los
chicos. Te espero, ¿sabes? Chau, chau!

(Cuelga el teléfono).

-Noemi adulta: ¿Cuándo me vas a presentar a Estelita?

(Noemí apaga el cigarrillo, se acerca a Noemí adulta, le toma la mano suavemente. Noemí también
apaga su cigarrillo)

-Noemí: Algún día. Sólo que nunca coinciden.


-Noemí adulta:¿Qué quería?

-Noemí: saber sí iba a empezar el lunes el taller de corte y confección.

-Noemi adulta: Ah! ¿Y le dijiste que no?

-Noemí: Claro, tal vez más adelante. ¿Te parece?

-Noemí adulta: me parece muy bien. ¡Mañana mismo vamos a comprarte algo que vi que te va a
encantar!

-Noemí: ¡Vení cuando te chisto, así no comemos todo frio!!

-Noemí: (Noemí se acerca a la puerta y le susurra:) Y no le pegues al perro de la vieja.

Escena 2: Carlos y Noemí cenan:

(Noemí se ve infeliz. Está muy arrugada. La boca apretada. Con el pasar de los años se volvió muy
nerviosa. Está terminando de preparar la mesa para cena de aniversario, mientras fuma. La mesa
tiene un mantel de hule. Hay dos copas, un vino sin abrir, una jarra de agua, dos platos, dos
cuchillos, dos tenedores, el cenicero lleno de cigarrillos. La cocina sucia, ollas y sartenes en el
fregadero, el piso sucio, diarios viejos tirados en el piso, moscas volando por todos lados,
cucarachas que vienen y van. Lleva puesto un vestido color marrón y un saco corto de cuadros
blancos y negros, desgatados. Tiene la boca pintada de rojo carmesí, bien peinada, ojos delineados,
rímel, rubor en su justa medida, uñas largas pintadas de rojo, perfume intenso “Avón”
Carlos se ve irritado. Está arrugado. Su piel esta gris. Siempre tiene el ceño fruncido. Con el pasar
de los años se volvió intolerante. No soporta la voz de Noemí. Noemí cree que llega del bar “del viejo
Beto” después de tomarse 5 whiskies. Él saluda a Noemí con un beso en la frente, entra fumando.
Lleva puesto un pantalón marrón, mocasines y corbata marrón con detalles en dorados,
desgastados. Tiene bigote, usa anteojos de sol negro tipo aviador. Se peina con gel. Usa un perfume
fuerte “Avón”)
(Se escucha la radio de fondo. Opinan sobre la reelección de Carlos Saúl Menem. Van a la
tanda publicitaria y suena “Mi soledad y yo” de Alejandro Sanz)

(Entra Noemí adulta)

-Noemí: Hola!

-Noemi adulta: ¡Hola! (Le da un beso en la frente)

-Noemí: ¿Podes abrir el vino?

(Le dice mientras él tira la corbata en el sillón y se pone la bata)

-Noemí adulta: ¿Éste compraste? Te dije Carcassone Clásico.

(Remarca las palabras al decírselo y se acerca a la mesa.)

-Noemí: siempre tomas San Valentín Lacrado o Carcassone.

-Noemí adulta: Pero te pedí Carcassone.

(Le dice mientras comienza a destapar el vino un tanto irritado)

(Noemí trae una bandeja con comida, la apoya en la mesa. Apaga el cigarrillo nerviosa. Noemí
adulta apaga el cigarrillo en simultaneo irritada y se sienta. Noemí sirve la comida, se sienta. Noemí
adulta se sirve vino. Le va a servir a ella…)

-Noemí: No, gracias. Voy a tomar agua.

(Noemí se sirve agua)

-Noemí adulta: No se brinda con agua, trae mala suerte.


-Noemí: chin- chin!

(Chocan las copas)


(Noemí adulta comienza a comer rápidamente. Mastica con la boca entre abierta, hace mucho ruido
al masticar. Noemí come pequeños bocados. Mastica muy despacio)

-Noemí adulta: ¡Esto está frio! Le falta sal…

(Noemí la mira indiferente, le pasa la sal)

-Noemí: ¿cómo te fue hoy?

(Noemí adulta responde apático)

-Noemí adulta: Como siempre. El ministerio una locura, lleno de gente reclamando cosas.

(Noemí adulta le dice un tanto irritada)

-Noemí adulta: ¿y a vos como te fue? ¿llamó alguien? ¿viste a alguien?

-Noemí: No, no hablé con nadie y no ví a nadie. Estuve arreglando las cortinas de la habitación y…

(Noemí asiente con un “aja” y enciende la tele. Se ve la televisión sin señal, pero el mira muy
compenetrada)

-Noemí: y preparé la cena para esta noche. Cocine carne de gato, salteada con cardos y ortigas. Y al
tuyo lo condimenté con veneno para ratas.
(dice Noemí para probar que él no la está escuchando)

Noemí adulta: ¡aja!

(Continúan comiendo en silencio. Se siente una tención muy fuerte. Que es musicalizada por el ruido
de la tv. Noemí se prende un cigarrillo nerviosa. Noemí adulta también prende un cigarrillo.
Continúan en silencio por un largo rato, sin siquiera mirarse. Noemí termina su cigarrillo lo apaga.
Carlos también termina el suyo y lo apaga. Noemí recoge la mesa, lleva las cosas al fregadero.
Carlos está sentado inmóvil viendo la tele. Noemí frente al fregadero, da vuelta la cabeza lentamente
y lo mira con desprecio.)
Escena 3: Noemí:

( Está en el baño mirándose al espejo en ropa interior escuchando la radio que menciona la
guerra Palestino-Israelí. En España la Eta dejó un tendal de muertos y heridos. En E.E U.U
asume Bush. En Argentina De la Rua plantea la reforma laboral y reflexiona.)

-Noemí: Me casé enamorada de Carlos. Ahora sólo pienso en matarlo.

Preferiría romperle la mollera con el palo de amasar, verlo desangrar delante mío. Mirarlo a los ojos
mientras se apaga.
Me casé de blanco, con un velo hermoso. Él estaba hermoso. Ahora lo veo jadeando y haciendo
fuerza para respirar y se me revuelven las tripas. Le cuelgan las pelotas.
Me agotó su fanfarroneo. Se transforma en bueno cuando sale a la calle. Siempre con una sonrisa y
un gesto de amabilidad para con los vecinos. Siempre le importó la apariencia y el qué dirán.

No soporto que entre todo sucio con olor a oficina. El olor a sudor de la piel grasa. Esos dientes
amarillos por el humo del tabaco, el aliento a wisky barato y el rumiar al masticar.

Me veo al espejo, mi rostro ajado, ojeras negras, opaca, sin belleza, rodeada de un aura oscuro y
turbio. Su muerte será el sacrificio por haberme arruinado.

Hace unos días se me apareció el espíritu de mami. Mientras horneaba unas madalenas rellenas
con batata y coco. Era martes, el día del Dios de la guerra.

Reflejaba el resplandor del sol en el piso cuando se me puso adelante. Estaba esplendorosa, alada,
endiosada. Me pidió que deje a Carlos. Claro como si fuese tan fácil separarme de él. ¡No es fácil, no
es fácil, no es fácil! Él no me dejaría. Se fue después de eso y no volví a verla más.

Hoy voy a matarlo, porque está feliz. Ganó boca juniors la copa libertadores.

Escena 4: Noemí y Carlos Desayuno

(Ella esta demacrada, nerviosa, histérica, sospechosa. Lleva puesto un vestido color marrón y un
saco corto de cuadros blancos y negros desgastados. Tiene la boca pintada de rojo carmesí, bien
peinada, ojos delineados, rímel, rubor en su justa medida, uñas largas pintadas de rojo. Él pensativo,
calculador… Carlos cree que Noemí tiene un amante. Lleva puesto un pantalón marrón, mocasines y
corbata marrón con detalles en dorados desgastados. Tiene bigote, usa anteojos de sol negro tipo
aviador. Se peina con gel)

(Desayuno: Carlos se prepara para ir a trabajar, se pone la corbata. Noemí sirve el desayuno. Los
dos sentados en la mesa. La mesa está repleta de cosas sucias, botellas, vasos, tienen que empujar
las cosas de la mesa para desayunar. Noemí fuma sin parar. Cuando suena el teléfono –puede ser
su amante en la cabeza de Carlos- Pasaron diez años de matrimonio)

-Se escucha la radio de fondo “En la ciudad de Rufino en la provincia de Santa Fé aparece
muerta Natalia Fraticelli, la hija de un juez de Rufino”, “se suicida en su depertament el
prestigioso cardiocirujano Rene Favaloro pegándose un tiro en el corazón”, “ el gobierno
coloca Internet en las escuelas”-

-Carlos: ¿El azúcar?

-Noemí: -se lo tira-

-Carlos: ¿Qué te pasa? ¡Estas raras!

-Noemí: Nada…

-Carlos: ¡Dale Noemí habla no me hagas calentar!

-Noemí: ¡Estoy harta de esta miseria!

-Carlos: ¿Te gusta? ¿no? ¡Vos disfrutas de amargarme el desayuno!

-Noemí: No Carlos, vos me preguntaste y yo te contesto. ¡Estoy harta de esta miseria, de no poder ir
un fin de semana a Mar del Plata, de no poder comprarme unos zapatos nuevos, de los techos llenos
de humedad que se caen a pedazos!

-Carlos: Te hubieses casado con el ricachón de la otra manzana, pero claro, no te da el lomo, si sos
un bofe. Es lo que tenemos, si no te gusta anda a limpiar culos al geriátrico de la vuelta.
-Noemí: -Lo mira con desprecio y se calla la boca.

-Carlos: ¿Vos sacaste plata del cajón?

-Noemí: ¡no, usé la que vos me das!

-Carlos: ¿Vino alguien? ¡Porque faltaron 500 pesos!!

-Noemí: ¡¡te los habrás gastado en lo del viejo Beto!!

-Carlos: ¿Quien vino Noemí?

-Noemí: ¡Nadie Carlos! ¡Sólo vino Estelita ayer!

-Carlos: ¡Estelita! ¡Estelita! ¡Estelita es como un fantasma, en diez años de matrimonio nunca la vi!
¡Entonces vino Estelita…!

-Noemí: ¡Si, Carlos!

-Carlos: ¿Y qué hicieron?

-Noemí: ¡nada, fuimos a comprar unas cosas para el cumpleaños del Fabián!

-Carlos: -La interrumpe- Otra vez nada, si, hicieron algo: ¡fueron a comprar el regalo! ¿Estás viendo
a otro tipo?

(Le mete la cara en el café)

(Noemí lo empuja)

-Noemí: ¡Estás loco! ¡No estoy viendo a otro tipo!


(Carlos la agarra del cuello)

-Carlos: ¡Dale, habla hija de puta! ¿Te estas cogiendo a otro? ¡Metiste un tipo en esta casa!
(Noemí lo empuja)

-Noemí: ¡Soltame Carlos! ¡Te digo que no estoy viendo a nadie!!


-Carlos: Noemí no me hagas lastimarte. Sí me lo decís podemos arreglar las cosas. ¡Podemos
hablar como personas decentes!!

-Noemí: ¡Soltame! – Lo empuja! - Carlos la re putisima madre que te pario ¿Qué te pasa?

-Carlos: ¿Me estas cagando? Te siento olor a pija. Te llama, pregunta por vos. ¿Quién es? ¿El
pelotudo de la vuelta? (La agarra del cuello. Comienzan a forcejear violentamente. Sacudones.)

-Carlos: ¿Te coge mejor que yo? ¿La tiene más grande que yo?? (intenta violarla. Siguen
forcejeando…)

-Carlos: Yo me rompo el lomo laburando para que vos te compres pinturas, para que vos tengas
para ir y venir como se te antoje ¿y así me pagas hija de puta?

(Carlos la agarra del cuello. ¡Noemí trata de alejarlo! Siguen forcejeando fuerte Noemí se lo saca de
encima)

SUENA EL TELEFONO.

-Carlos: ¡Atende, a ver, dale atende!

(la agarra del pelo)

(Noemí prende un cigarrillo y lo mira desafiante. Atiende)

(Carlos prende un cigarrillo y la mira desafiante mientras atiende)

-Noemí: ¡Hola!

-Noemí: sí, ella habla.

-Noemí: Si, 7. 304.375

-Noemí: casada
-Noemí: No

-Noemí: No, gracias. No estamos interesados.

(Cuelga y apaga el cigarrillo. Carlos apaga el cigarrillo)

SUENA EL TELEFONO.

(Carlos prende un cigarrillo y la mira desafiante. Atiende)

(Noemí prende un cigarrillo y lo mira desafiante mientras atiende)

-Carlos: ¡Hola!

-Carlos: sí, él habla.

-Carlos: Si, 7. 304.375

-Carlos: casado

-Carlos: No

-Carlos: No, gracias. No estamos interesados.

(Cuelga. Y ambos apagan el cigarrillo)

Escena 5: Carlos:

(Pasaron diez años de matrimonio. Carlos está en el baño, en calzoncillo, mirándose al espejo
escuchando la radio que menciona la guerra Palestino-Israelí. En España la Eta dejó un tendal
de muertos y heridos. En E.E U.U asume Bush. En Argentina De la Rua plantea la reforma
laboral y reflexiona…)
-Carlos: Mi casa es rara. Soy un ser raro. Despierto, por la mañana, rezo plegarias, me visto de
persona normal, al rato el sol me resulta hartante. Me disfrazo de malhumorado bajo las cortinas, las
persianas, todo cerrado.

Siempre recuerdo con mi esposa desayunábamos Criollitas, miel, café, licorcitos. Desde hace un
tiempo se vive raro. Persianas cerradas… Me gusta el olor a moho en la casa. El olor a moho viene
del sótano.

El martes, es el día del Dios de la guerra.

Noemí empezó a hablar raro, a vestirse raro, andaba con un tipo raro que espero que venga, ya
estuvo llamando. - ¿Está la Noemí? Seguro tiene granos y es puto, se la come doblada.

Lo espero con el cuerpo desnudo, barro en los pies, maquillado como un carapintada. Llevo una
pistola cuarenta y cinco atada a la cintura con una corbata, un revólver con un cinturón de balas
cruzado en el pecho y un hacha en la mano.

Se me para la pija. Me pasa siempre. No es lo único raro

La casa la veo rara, todo es de sal, todo es blanco y blindado, ni muebles ni nada, perchas y
moscones negros que cazo a zapatillazos y tiro en escupideras llenas de engrudo que como.

El que quiera que haga la prueba, que se prepare con todas las armas, me busque en el parapeto y
si es que puede y si es que llega que me abra en dos por el medio y me saque la pulpa que llevo roja
como un higo negro recién arrancado.

En realidad, preferiría: el cuerpo echado en una hamaca en una playa en el Caribe, pero al primer
daikiri tendría ganas de aniquilar y descansar. Iría a mi habitación del no sé cuánto resort y trataría
de pegar alaridos, jamás pude pegar alaridos. Pero qué me importaría esta sarta de idioteces, si se
apareciese Dios solamente por él sentiría piedad después de matarlo

*(Monologo adaptado de Alejandro Urdapilleta, La piedad)

Escena 6: Despedida
(Al día siguiente de su reflexión… Carlos está sentado en una silla, en medio de la cocina, su cabeza
sangra, tiene un arma en la mano. Tiene la boca pintada de rojo carmesí, bien peinado, ojos
delineados, rímel, rubor en su justa medida, uñas largas pintadas de rojo, camisa desprendida y una
corbata mal puesta.)

Carlos: Me quedé sin paciencia. No puedo callar esa voz en mi cabeza, es irritante, no la soporto.
Esa vocecita condescendiente se me clava en las sienes como mil puñaladas.
(Se apunta con el arma y la baja. Se le ve la mirada perdida).

Empecé a sentir miedo. Miedo de mí, de las cosas que se me pasaban por la cabeza y me daban
placer. Se me venían imágenes terribles y sentía placer. Era como un círculo vicioso que no podía
parar y cada vez me llevan a actuar de manera más violenta… (SE MIRA).

¿Y ella dónde está? ¿Cómo hace para huir cada vez? ¿Dónde estás Noemí?

(apunta con el arma hacía distintos lugares, paranoico)

De todos modos tiene sentido, si, si, ahora tiene sentido todo dentro de mi cabeza. ¡Shhhh!
(Carlos de queda inmóvil)
(Tiembla, se golpea la cabeza con el arma)

Carlos, pensa con claridad, ¿Lo ves no? ¡Sí lo ves!. Ayer pasó el día del Dios de la guerra y él quiere
sangre, quiere que esparza la sangre de Noemí, ¡jajajajaja!. Sí bajo la luz de la luna de plata, el piso
de sal y la sangre de Noemí brotando de su cuello…

(Noemí está sentada en una silla, en medio de la cocina, su cabeza sangra, tiene un arma en la
mano. Tiene la boca pintada de rojo carmesí, bien peinada, ojos delineados, rímel, rubor en su justa
medida, uñas largas pintadas de rojo, camisa desprendida y una corbata mal puesta.)

Noemí: Siempre delicada, atenta, cuidadosa con los detalles, prolija, arreglada, bien vestida, bien
peinada, perfumada, las uñas pintadas, labial rojo carmesí, rímel y delineador.

(Se sienta derecha, cruza las piernas)

¡No! ¡No! ¡No! No está bien que una mujer decente vaya por ahí llamando la atención. La buena
fachada lo es todo.
Esa es mi plegaria. Prácticamente no salgo de casa. Tengo que ocuparme de ser delicada, atenta,
cuidadosa con los detalles, prolija, arreglada, bien vestida, bien peinada, perfumada, las uñas
pintadas, labial rojo carmesí, rímel y delineador. Tengo que acordarme de eso antes de salir, no me
puedo olvidar ningún detalle.

(Seria)

No es fácil ocuparme de ser yo. ¿Y la fachada Noemí? ¡No te olvides de la fachada!


El trabajo tiene que ser prolijo, no puede haber errores, ¡jajajaja! Un error y “Puuuummm” todo se
derrumba.

(Comienza a alterarse)
¡Shhhhhhhhh! ¡Cuidado, cuidado él me puede escuchar! ¡Jajajajaja!
Intente callarlo, pero él no quiere dejar de hablar adentro de mi cabeza. ¡¡¡Shhhhhhhhhh!!!
(Le habla fijamente a la oscuridad, como si frente a ella hubiese alguien parado, comienza a cerrar
los ojos y a llevar el arma a su cabeza)
¡Shhhhhhhh! ¡Carlos, Carlos, Carlos no abras los ojos!
¡Carlos es una sorpresa!
(Se escucha un disparo).

En el piso yace sin vida el cadáver de Carlos Fernandez/Noemí Fernandez. Como quieras llamarle.

*La mente obra de manera misteriosa…¿vos con cuál te cruzaste?*

¡Telón!

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