Fruti 1 Unidad

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UNIVERSIDAD NACIONAL CAJAMARCA

FRUTICULTURA
Primera Unidad

DR. JUAN E. CHAVEZ RABANAL

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS


2022
INDICE GENERAL

I. ORIGEN Y DISPERSION DE LAS PLANTAS FRUTALES


1.1. ARBOLES FRUTALES SIEMPREVERDES
1.2. ARBOLES FRUTALES CADUCIFOLIOS

II. CONCEPTOS FISIOLOGICOS GENERALES


2.1. TIPOS DE REPOSO
2.2. RELACION COPA-RAIZ
2.3. CRECIMIENTO Y DESARROLLO
2.4. CORRELACIONES DE CRECIMIENTO Y DOMINANCIA APICAL
2.5. JUVENILIDAD
2.6. MADUREZ O ESTADO ADULTO DE LA PLANTA
2.7. DIFERENCIACION FLORAL
2.8. CRECIMIENTO Y PRODUCCION
2.9. RELACION PATRON-INJERTO
2.10. SEXO DE LAS FLORES Y TIPOS DE PLANTAS
2.11. PARTENOCARPIA
2.12. COMPORTAMIENTOS FLORALES DE ALGUNAS ESPECIES FRUTALES

III. FACTORES MEDIO AMBIENTALES


3.1. CLIMA
3.2. SUELO

IV. LA PROPAGACION
4.1. PROPAGACION SEXUAL
4.2. PROPAGACION VEGETATIVA
4.3. POLIEMBRIONIA

V. PLANIFICACION DE UN HUERTO

VI. INFLUENCIA DEL AGUA EN LOS FRUTALES


6.1. RELACION AGUA-SUELO-PLANTA

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VII. MANEJO CULTURAL

VIII. CULTIVOS INTERCALADOS

IX. LA PODA
9.1. CONCEPTO Y FUNDAMENTOS FISIOLOGICOS
9.2. TIPOS DE PODA

X. LA NUTRICION DE LOS FRUTALES


10.1. ELEMENTOS ESENCIALES PARA EL DESARROLLO DE LOS FRUTALES
10.2. ABSORCION DE NUTRIENTES
10.3. FERTILIDAD DEL SUELO
10.4. BALANCE NUTRICIONAL
10.5. FERTILIZACION O ABONAMIENTO
10.6. DIAGNOSTICO NUTRICIONAL
10.7. DETERMINACION DEL PLAN DE FERTILIZACION
10.8. APLICACION DE FERTILIZANTES AL SUELO
10.9. APLICACIONES FOLIARES DE NUTRIENTES
10.10. FUENTES DE NUTRIENTES

XI. LA FLORACION Y LA MADURACION


11.1. FACTORES QUE DETERMINAN EL F-M
11.2. CARACTER TEMPRANO, INTERMEDIO O TARDIO DE UN CULTIVAR
11.3. ALARGAMIENTO DE LA EPOCA DE COSECHA
11.4. CRECIMIENTO DEL FRUTO
11.5. MADURACION
11.6. MADUREZ
11.7. CALIDAD
11.8. COSECHA
11.9. ALGUNOS INDICES DE COSECHA EN CIERTAS FRUTAS
11.10. MANIPULEO O FORMA DE COSECHA
11.11. RENDIMIENTOS
11.12. CLASIFICACIÓN Y EMBALAJE

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XII. POST COSECHA - MANEJO DE LA FRUTA
12.1. BASES DE LA CONSERVACION
12.2. METODOS DE CONSERVACION
12.3. DECOLORACION
12.4. COMERCIALIZACION INTERNA
12.5. COMERCIO EXTERIOR

XIII. PLAGAS Y ENFERMEDADES


13.1. MEDIDAS DE CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES
13.2. PRINCIPALES PLAGAS EN LOS FRUTALES
13.3. PRINCIPALES ENFERMEDADES DE LOS FRUTALES

XIV. ESTUDIO ECONOMICO

XV. BIBLIOGRAFIA

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I. ORIGEN Y DISTRIBUCION DE LOS FRUTALES

Uno de los factores determinantes en la distribución de los frutales en el mundo es el


clima. Los centros de origen (conocidos también como centros genéticos o centros de
diversidad genética), están ubicados en diversos países del mundo. Así por ejemplo,
los mangos son originarios de La India, los paltos de Centroamérica y algunas
regiones tropicales de Sudamérica, los naranjos y el litchi de la China, el olivo del Asia
Menor o del Este del mediterráneo, el manzano de Afganistán, el papayo del Perú, los
pécanos de los Estados Unidos, el tamarindo, el melón y la sandía del África, la
macadamia de Australia, etc.

Existen en el mundo dos zonas climáticas de particular importancia en fruticultura y


que se encuentran graficadas en la figura 1: la tropical y la templada.
La zona tropical que se encuentra comprendida entre el trópico de cáncer (23.5°
latitud norte), y el trópico de capricornio (23.5° latitud sur), se caracteriza por presentar
un clima uniformemente cálido todo el año y con poca diferencia de duración entre el
día y la noche durante todas las estaciones.
La zona templada se ubica por encima del trópico de cáncer y por debajo del trópico
de capricornio, hasta los 50° a 55° de latitud norte y sur, aproximadamente. En ella
son muy notorios los cambios en la temperatura y la duración del día y la noche en
función de las estaciones del año.

En la práctica, no todas las localidades ubicadas geográficamente dentro de una u


otra zona poseen las mismas características climáticas. Es lo que ocurre en el caso
de la costa y sierra del Perú, cuyas condiciones ambientales teóricamente tropicales
son atenuadas, por efecto de la corriente marina fría de Humboldt y la presencia de la
cordillera de Los Andes, dando lugar a un clima conocido como subtropical.

De todas maneras, las dos zonas climáticas, tropical y templada, pueden considerarse
como los dos grandes centros de origen de los frutales. Esto da lugar a una

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clasificación de las referidas especies en dos grupos: frutales siempre verdes y
frutales caducifolios.

Figura 1: Delimitación de las zonas tropical y templada en el mundo.

1.1. FRUTALES SIEMPRE VERDES

Conocidos también como «de hoja perenne». Son originarios de la zona tropical, cuyo
clima estimula una actividad de las plantas más o menos uniforme todo el año, sin
variaciones muy marcadas de intensidad, por lo cual siempre poseen hojas
funcionales.

El envejecimiento, caída y reemplazo de las hojas se produce en forma paulatina y en


un periodo relativamente largo. Por eso es que de manera general, en ningún
momento los árboles se encuentran totalmente desnudos o defoliados.

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Entre las principales especies frutales que conforman este grupo se pueden
mencionar a las siguientes: cítricos en general, palto, mango, lúcumo, papayo, piña,
banano, plátano, maracuyá, granadilla, etc.

1.2. FRUTALES CADUCIFOLIOS

Son propios de climas templados. En tales condiciones estos frutales presentan


tanto periodos de intenso crecimiento y desarrollo como periodos de reposo o
descanso denominados dormancia. Este último, que es un tipo muy complicado de
reposo cuya salida exige una previa acumulación de frío de sus yemas, les permite
sobrevivir bajo las condiciones de temperaturas extremamente bajas de los inviernos.

Una de las manifestaciones externas del estado dormante es la caída de hojas en


otoño, quedando la planta totalmente defoliada hasta la estación de primavera. De
allí deriva el nombre de «caducos» o «de hoja caduca» con el que también se
conoce a estos frutales.

CICLO ANUAL TRADICIONAL DE UN CADUCIFOLIO

Creciendo en condiciones de climas templados, el ciclo anual tradicional de una planta


adulta, puede resumirse según el siguiente esquema:

Primavera. Ocurre el brotamiento y la floración. Los promotores del crecimiento,


como las giberelinas y las citoquininas, se presentan en mayor concentración que los
inhibidores.

Verano. Tiene lugar la máxima actividad fotosintética y generalmente en esta


estación se presenta la maduración y cosecha de los frutos y la diferenciación
floral.

Otoño. Se producen cambios internos en la planta como la translocación de solutos


hacia las zonas de reserva y de los inhibidores del brotamiento hacia las yemas.

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Posteriormente ocurre amarillamiento y caída del follaje. Las yemas, al final del otoño,
han alcanzado ya, por lo general, su estado dormante.

Invierno. Bajo la influencia del frío del invierno se producen cambios celulares
metabólicos que culminan con la ruptura de la dormancia de las yemas. Desde el
punto de vista hormonal se considera que el frío induce la producción y acumulación
de promotores del brotamiento en las yemas.

PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE LOS FRUTALES CADUCIFOLIOS Y


SIEMPREVERDES

Las principales diferencias pueden agruparse dentro de los siguientes aspectos:


Clima. Los caducifolios son originarios de climas templados; necesitan de inviernos
fríos y veranos calurosos. Los siempre verdes son propios de climas tropicales y
subtropicales.

Hábito vegetativo. En los climas templados los caducifolios entran en estado de


dormancia por varios meses. Los siempre verdes están en actividad todo el año,
aunque es menos intensa en invierno.

Resistencia a bajas temperaturas. En periodos de dormancia, los caducifolios


pueden soportar muy bajas temperaturas sin sufrir daños. Los siempre verdes, por no
presentar aquel estado, son más susceptibles a temperaturas frías.

Poda. La mayoría de caducifolios son exigentes en poda de fructificación. Los


Siempre verde, por lo general, sólo necesitan poda de formación. La poda en los
siempre verdes elimina follaje activo en cualquier época del año que se aplique.

Germinación. Las semillas botánicas de los caducifolios, al igual que sus yemas,
presentan el fenómeno de la dormancia y para poder germinar requieren de una
previa estratificación húmeda en frío. Además, conservan su poder germinativo por

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tiempo relativamente largo. Las semillas de los frutales de hoja perenne pueden
germinar inmediatamente después de extraídas de los frutos; pero, por otro lado,
pierden rápidamente su poder germinativo.

Conservación de los frutos. Los frutos de los caducifolios se conservan en frío mejor
y por mayor tiempo que los frutos de los siempre verdes.

Transplante. El transplante de los caducifolios puede hacerse a raíz desnuda,


aprovechando el periodo de reposo. La mayoría de los frutales siempre verdes se
maneja en envases o «con champa».

Cultivos intercalados. Con los caducifolios sólo es posible conducir cultivos


intercalados transitorios, cuyo ciclo completo coincida con los meses de actividad del
frutal. Con los siempre verdes, las posibilidades de instalar este tipo de cultivos son
mayores.

CULTIVO DE FRUTALES EN CLIMAS DISTINTOS A LOS DE SUS LUGARES


DE ORIGEN

Las posibilidades de lograr éxito en la solución de este problema de adaptación


depende por un lado de la capacidad misma del frutal para modificar o adecuar sus
hábitos y exigencias a su nuevo ambiente, y por otro de la aplicación de técnicas
especiales de cultivo por parte del hombre.

ADAPTACION DE LOS CADUCIFOLIOS A ZONAS SUBTROPICALES

Es el caso específico del Perú, donde la introducción de frutales caducifolios,


específicamente a la costa y valles interandinos, ha obligado a la aplicación de
medidas o adopción de técnicas muy peculiares entre las que cabe destacar las
siguientes:

a) Selección de algunos biotipos o cultivares «poco exigentes en frío»


La característica principal de estos es que son capaces de brotar después de un cierto

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tiempo bajo condiciones de muy poco frío. Probablemente en las condiciones
climáticas en que están creciendo, sus yemas no presenten una verdadera dormancia
o, estando esta presente, las suaves temperaturas bajas son suficientes para
superarla.

b) Utilización del «agoste» o suspensión del riego


Aplicado de manera temporal, normalmente en otoño y/o invierno, es una práctica que
permite inducir cierto descanso, tratando de imitar aunque de manera imperfecta a la
dormancia que, tal como se anotó anteriormente, podría no presentarse en forma
normal o suficiente. El «agoste» de ninguna manera reemplaza totalmente al
fenómeno complejo de la dormancia, por los muchos y complicados cambios internos
que esta conlleva.

c) Uso de defoliantes
Estos productos se aplican como un medio de activar y permitir el brotamiento
uniforme y de un mayor número de yemas que por la dureza e impermeabilidad de
sus capas protectoras o por el insuficiente frío, podrían quedar sin brotar. Esta
práctica es conocida en el país como el «quemado» o «quema» de las plantas.

En la costa peruana la secuencia del ciclo anual y la aplicación de las dos últimas
prácticas anotadas es, por lo general, la siguiente:
Agoste : entre abril y agosto (por dos, tres o cuatro meses)
Poda : agosto o septiembre (antes de aplicación de defoliante)
Aplicación de defoliantes y primer riego: septiembre.
Brotamiento y floración: septiembre-octubre.
Cosecha: febrero-marzo.

En la región de la sierra el agoste es posible aplicarlo en épocas diferentes, de


manera que la cosecha también se realice en fechas distintas, dando lugar a lo que se
conoce como «producción fuera de época».

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ADAPTACION DE FRUTALES TROPICALES O SIEMPREVERDES A ZONAS MENOS
CALIDAS O CON CIERTO FRIO

La presencia de temperaturas más bajas que en sus lugares de origen no afecta a


todas las especies tropicales de la misma manera. Las que se adaptan mejor como la
mayoría de cítricos y paltos, presentan pocas perturbaciones en sus características de
desarrollo y de calidad de la fruta producida, mientras que otras especies como las
piñas y papayos pueden ser fuertemente afectadas. Desde luego que la intensidad de
afectación estará en relación directa con la intensidad del frío.

De manera general, entre las manifestaciones más o menos características de un


frutal tropical creciendo en condiciones menos calurosas, se encuentran las
siguientes:
1. Desarrollo más lento de los árboles. El periodo juvenil se alarga y, por
consiguiente, las plantas demoran más en entrar en producción. Por ejemplo los
papayos en la selva empiezan a producir a los 6-7 meses después de la plantación,
mientras que en la costa lo hacen recién a los 10-12 meses.
2. Durante la estación o las estaciones frías el frutal siempre verde, que en
condiciones tropicales mantiene una actividad intensa y más o menos constante todo
el año, presenta un periodo de reposo. Algunos agricultores en la costa del Perú
adelantan, acentúan o prolongan, hasta ciertos límites, este estado mediante la
supresión temporal del riego (agoste), logrando adelantar, uniformizar o retrasar la
floración en algunas especies como el mango y el palto por ejemplo.

3. El periodo de floración se reduce. En consecuencia, también se acortará el


periodo de cosecha.

4. El periodo F-M (floración-maduración) se alarga, como resultado del crecimiento y


desarrollo más lento de los frutos.

5. La calidad de los frutos varía. Esto es más notorio en unas especies que en
otras. Por ejemplo, las papayas, toronjas y algunos cultivares de mango, no maduran
adecuadamente en lugares fríos.

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6. Daños por heladas. El fenómeno de las heladas se presenta con frecuencia en
ciertas zonas frutícolas de importancia en el mundo, como por ejemplo en Florida
(EE.UU.), donde ocasionan daños a frutos, hojas, ramas, etc., y en oportunidades
pueden destruir toda la cosecha, llegando inclusive a matar árboles adultos. En
nuestro país, algunas heladas se presentan en ciertos lugares de la sierra.

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II. CONCEPTOS FISIOLOGICOS

Los factores de la producción suelen dividirse en dos grupos: factores internos y


factores externos. Los primeros, llamados también factores intrínsecos están referidos
a la capacidad potencial de la planta para cumplir con los diversos procesos propios
de su ciclo. Esta capacidad es de naturaleza genética y los mecanismos de su
manifestación se ajustan a ciertos conceptos relacionados con la fisiología vegetal,
algunos de los cuales, referidos básicamente a árboles frutales, se desarrollan a
continuación.

2.1. TIPOS DE REPOSO

En todos los frutales, sean estos siempre verdes o caducifolios, en algunos momentos
de año y por periodos variados, las yemas de sus ramas no brotan, es decir no abren
para dar lugar a nuevos crecimientos o a floración. Se dice entonces que las yemas
están en reposo. Según las causas que lo originan, se reconocen tres tipos de reposo:

1. Quiescencia o ecodormancia. La causa de la inactividad reside en un factor del


medio ambiente (agua, temperatura, luminosidad).

2. Inhibición correlativa o paradormancia. Llamada también simplemente inhibición.


En este caso la actividad del meristema de la yema es limitada por la actividad de otro
órgano de la planta (hoja en crecimiento, fruto, otro meristema etc.).

3. Dormancia o endodormancia. La causa de la inactividad es interna, se sitúa en la


yema misma.

Los dos primeros son reposos bastante simples pues basta suprimir la causa que los
ocasiona para que haya una reversibilidad inmediata de la situación, con el retorno al
crecimiento.

En el caso de la dormancia, este reposo es consecuencia de un proceso sumamente

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complejo en sus detalles determinantes íntimos. Como posibles explicaciones,
frecuentemente se hace referencia a:
1. Balances hormonales internos entre promotores e inhibidores del crecimiento.

2. Aspectos nutricionales o metabólicos, por incapacidad de las células cercanas a


la yema y finalmente de la yema misma, para sintetizar o movilizar los diferentes
metabolitos necesarios para el crecimiento impidiendo así su acceso a las zonas
activas del meristema.

3. Interacción entre órganos o efectos correlativos.

Cualquiera sea la naturaleza de los mecanismos involucrados, el resultado es que las


yemas en estado dormante serán incapaces de brotar aunque las condiciones
ambientales (temperatura, luz, humedad, etc.) sean las más adecuadas. Para que
estas yemas broten deben primero «romper» su dormancia, es decir salir de su
estado dormante. Esto implica también cambios internos en el seno de la propia
yema, los cuales son activados por el frío.

2.2. RELACION COPA-RAIZ

Entre la copa, parte aérea o sistema caulinar, y la raíz o sistema radicular, que son los
elementos que constituyen la estructura de un árbol frutal, existe una mutua
dependencia.

Las ramas, hojas, frutos y demás constituyentes de la copa, necesitan de las raíces
sobre todo para abastecerse de agua y minerales presentes en el suelo, y a su vez
las raíces dependen de la copa para proveerse de los metabolitos y demás
sustancias que son elaboradas principalmente en las hojas.

Debido a esto es que el desarrollo evolutivo y fisiológico de ambas partes en un árbol


o planta que crece normalmente, es paralelo y siempre existe un balance funcional
entre ellas. Si algunas de las raíces activas son, por cierta circunstancia, destruidas, el

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abastecimiento de agua y minerales a la copa puede verse afectado y decrecer hasta
que nuevas raíces se desarrollen y reemplacen a las eliminadas.

De igual manera, si una porción de la copa con follaje activo es podada o eliminada, el
crecimiento radicular también sufrirá un retardo hasta que nuevas ramas y hojas
ocupen el sitio y funcionen en reemplazo de las que se suprimieron.

Este concepto debe tenerse muy presente para poder evaluar parte de los efectos que
produciría en un frutal, la aplicación de labranzas intensas y continuas y de podas
severas.

2.3. CRECIMIENTO Y DESARROLLO

Son una combinación de muchos eventos a diferentes niveles y que dan como
resultado la producción integral de un organismo. Los dos procesos se encuentran
íntimamente relacionados y su ocurrencia a menudo tiene lugar en forma paralela e
interdependiente uno del otro.

El crecimiento, uno de cuyos componentes es el incremento irreversible en tamaño y


en peso, tiene lugar principalmente sobre la base del aumento del número de células
y del volumen celular.

El desarrollo puede entenderse como un cambio ordenado o progresivo hacia un


estado superior más complejo. Esto implica diferenciación de tejidos especializados
y la formación de órganos. Podría decirse que el desarrollo es un «crecimiento
cualitativo».

Es posible que pueda haber crecimiento sin desarrollo y desarrollo sin crecimiento,
pero a menudo los dos están combinados en un solo proceso.

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El crecimiento y desarrollo de los tallos, raíces y otros órganos o estructuras, tienen
lugar a partir de tejidos compuestos de células indiferenciadas en proceso de activa
división. Son los tejidos meristemáticos o simplemente meristemas.

Los meristemas localizados en los ápices de las raíces y tallos, responsables del
crecimiento en longitud y la formación de hojas y de yemas terminales, son los
meristemas apicales.

Igualmente, las yemas en las axilas de las hojas se forman a partir de los conocidos
como meristemas axilares

El incremento en grosor tiene lugar a partir de otro tipo de meristema conocido como
cambium, que en las dicotiledóneas se ubica entre el floema y el xilema. El grado de
actividad del cambium, que es variable a través del año, es un factor de mucha
importancia en el prendimiento de los injertos.

El crecimiento vegetativo no es un proceso uniformemente continuo sino más bien


cíclico. Es decir que hay periodos en los cuales, coincidiendo generalmente con
cambios ambientales, se produce un intenso crecimiento y luego una disminución o
detención del mismo. Estos ciclos de crecimiento son más notoriamente acentuados
en los caducifolios.

2.4. EL CRECIMIENTO Y LA DOMINANCIA APICAL

La forma y las dimensiones de un árbol están determinadas por su crecimiento en


altura, el número y la longitud relativa de las ramas y el ángulo de inserción de las
mismas. Todos estos componentes están muy relacionados o son el resultado de
interacciones entre órganos o correlaciones de crecimiento. Estas ocurren dentro de
cada brote y en la planta entera.

Los mecanismos correlativos aún no han sido totalmente explicados.

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El fenómeno más notable es la dominancia apical. Al iniciarse el brotamiento es la
yema apical o esta y las axilares más apicales las que acaparan el vigor de
brotamiento.

Igualmente en brotes en crecimiento, los ápices terminales y las hojas jóvenes inhiben
el desarrollo de las yemas axilares. A esto se debe el concepto ampliamente
generalizado y aceptado que los árboles frutales crecen por las puntas o ápices de
las ramas.

Se piensa que es la auxina producida por el ápice del brote la que inhibe el
crecimiento de las yemas axilares. Igualmente se cree que son otros factores
específicos o inhibidores los responsables de la inhibición correlativa de las yemas.

También se postula que entre las yemas dominantes y el brote que las contiene se
desarrollan conexiones vasculares muy eficientes. Finalmente otra hipótesis
sostiene que la dominancia apical es el resultado del transporte preferencial de
nutrientes hacia el ápice en crecimiento.

2.5. JUVENILIDAD

Estado de la planta que, en condiciones normales, empieza inmediatamente después


de la germinación y durante el cual es incapaz de producir flores, aun cuando todas
las condiciones ambientales puedan ser favorables para que ello ocurra. Este periodo
corresponde a la fase de crecimiento vegetativo.

En un principio, el crecimiento del aparato radicular será esencialmente prioritario y


sólo un número reducido de meristemas activos producirán desarrollo vegetativo.

Durante la transición hacia el estado adulto, el número de puntos de crecimiento, así


como el grado de ramificación, progresivamente van a aumentar, mientras que la
capacidad asimilatriz de la planta se incrementa.

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Algunos otros rasgos morfológicos y fisiológicos del estado juvenil en algunos frutales,
aparte de la falta de floración, son: la ausencia de vellosidades, la forma lobulada de
sus hojas, presencia de espinas, fácil enraizamiento de sus tallos y la menor
concentración de ARN en sus tejidos.

2.6. MADUREZ DE LA PLANTA

En un determinado momento de la vida de un árbol (estado adulto), aparece una


diferenciación entre los diversos puntos vegetativos caulinares. Algunos permanecen
como los más favorecidos para un crecimiento activo y proseguirán con la edificación
del tronco y de ramas primarias.

En otros puntos de crecimiento, las condiciones serán también eventualmente


suficientes como para permitir una organogénesis activa, pero orientada a la
formación de órganos reproductivos. Es en estos puntos donde la floración y la
fructificación tendrán lugar.

Se considera que el frutal ha alcanzado su madurez cuando ocurre por primera vez la
diferenciación floral, aunque lógicamente la expresión más evidente de este estado
es la floración, es decir la presencia de flores sobre el árbol. A partir del momento en
que un árbol ha madurado, la diferenciación floral normalmente ocurrirá en forma
periódica en algún momento durante el ciclo anual del frutal.

La edad necesaria para que en un frutal ocurra el cambio de una condición vegetativa
a reproductiva, varía significativamente según la especie y/o el cultivar. Es decir está
bajo control genético. Sin embargo, muchos factores externos pueden influenciar
marcadamente sobre el proceso.

2.7. DIFERENCIACION FLORAL

Básicamente consiste en la transformación de una yema vegetativa en yema floral;


es decir de la formación, dentro de la yema, de los primordios de flor.

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Previo a este cambio morfológico ocurre un cambio fisiológico y bioquímico a nivel
meristemático conocido precisamente como «inducción del meristema» o
«evocación floral» (para diferenciarlo de la simple «inducción» que en plantas
fotoperiódicas ocurre en las hojas como respuesta al estímulo luminoso).

Los mecanismos de estos procesos son hasta ahora desconocidos. Parece sin
embargo que están relacionada con un complicado equilibrio hormonal interno en el
ámbito de la propia yema, y con una serie de efectos correlativos (o interacción
entre órganos), sobre los cuales influyen factores ambientales, nutricionales,
fisiológicos y genéticos.

A diferencia de las especies transitorias que una vez superado su estado de


juvenilidad, todas sus yemas vegetativas se convierten en florales, sacrificando así la
posibilidad de seguir viviendo después de fructificar, las plantas perennes, entre ellas
los árboles frutales, salvaguardan su aparato vegetativo transformando cada año en
florales sólo una porción de sus yemas y manteniendo el resto como vegetativas.

En cuanto a la época o momento en el que todos los años ocurre la diferenciación


floral sobre un árbol frutal, esta tiene lugar normalmente varios meses antes de la
antesis floral.

En paltos por ejemplo, se evidencian cambios microscópicos en los meristemas de las


yemas cuatro meses antes de la floración. En caducifolios, se presenta mucho antes,
en la estación de crecimiento (verano en el ciclo anual tradicional) anterior a la
floración.

2.8. CRECIMIENTO Y PRODUCCION

En los árboles frutales, como es obvio, existe una relación cuantitativa inversa entre
las yemas florales y las vegetativas.

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Normalmente, el número de flores y finalmente de frutos de un árbol adulto será el
resultado de ajustes progresivos que la planta realizará en función de la distribución
de los recursos que posea, entre el crecimiento vegetativo y la producción.

Este antagonismo fisiológico entre el desarrollo vegetativo y generativo es fácilmente


comprobable. Por ejemplo en los frutales jóvenes, el crecimiento vigoroso y violento
tiene lugar a expensas de la producción que es nula; o en el caso opuesto, cuando en
plantas adultas hay un exceso de fructificación, derivando hacia ella la mayor parte de
los recursos disponibles, el número de brotes vegetativos nuevos se reduce
considerablemente.

Pero por otro lado, la producción es, en gran medida, dependiente del crecimiento por
cuanto este significa, entre otras cosas, formación de nuevos brotes y tallos y
renovación constante de hojas, con la consiguiente formación de nuevas yemas o
estructuras florales. Por ejemplo en mangos es frecuente asociar, en parte, la
alternancia en la producción con la inadecuada renovación del follaje.

2.9. RELACION PATRON-INJERTO

En árboles frutales se considera generalmente como una unidad individual, la


combinación de dos partes provenientes de plantas distintas: el patrón, pie o
portainjerto y el injerto, copa o cultivar.

Tal como se muestra en la figura 2, cada una de estas partes está conformada por
material genético diferente, por lo que muchas veces se encuentran capacitadas de
distinta manera para el cumplimiento de determinada función.

En consecuencia, las características intrínsecas de un frutal injertado serán las


características de la combinación patrón-injerto, que a su vez serán la sumatoria o
resultante de mutuas influencias.

Tanto el patrón como la copa mantienen individualmente, a través de toda su vida, su

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carga genética original, (salvo eventuales mutaciones somáticas); de manera que el
fruto producido por una planta injertada tendrá las características propias de la
especie y cultivar correspondiente a la planta madre de la cual se extrajeron las
yemas, al margen del patrón sobre el cual se haya realizado la injertación.

Es decir, no existe mezcla de características de los frutos del patrón y del injerto.
Por ejemplo un limonero Sutil injertado sobre mandarina Cleopatra, Limón Rugoso o
mandarina ‘Sunki’ producirá en los tres casos frutas de limón Sutil con todas las
características generales de la planta yemera. Sin embargo, existen influencias
recíprocas entre el patrón y el injerto que pueden alterar algunos caracteres
originales de una u otra parte de la planta

Figura 2 : Constitución de un frutal injertado.


A: Planta madre yemera. Constitución genética de la copa: XX
B: Portainjerto. Constitución genética: YY
C: Nuevo frutal injertado. Constitución genética: copa: XX, patrón: YY

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Bajo ciertas circunstancias, y por alguna razón que lo justifique se recurre a la
utilización de un injerto intermedio o «puente» entre las dos partes. En estos casos
el injerto intermedio tiene también alguna participación dentro del esquema de las
influencias recíprocas aludidas, algunas de las cuales se detallan a continuación.

INFLUENCIA DEL PORTAINJERTO SOBRE LA COPA

Existen muchas características de la copa que son influenciadas por el portainjerto.


Algunas están relacionadas con aspectos como anatomía interna y composición
química de las hojas, eficiencia fotosintética, tolerancia al frío, tolerancia a la sequía,
etc.

Sin embargo, entre las más evidentes y fáciles de cuantificar se pueden mencionar a
las siguientes:

1. Vigor y tamaño de planta.


Mayores evidencias de esto se encuentran en frutales caducifolios. En manzanos por
ejemplo son bastante conocidos ciertos portainjertos de la serie «East Malling», de
los cuales se han seleccionado desde los muy vigorizantes hasta los fuertemente
enanizantes. Estos últimos (EM 7, EM 26, EM 27 etc.), son los de mayor interés para
plantaciones modernas de alta densidad en otros países.

Con el patrón membrillero, ampliamente utilizado en el Perú, se obtienen manzanos


con un tamaño de copa bastante menor que con el patrón manzano silvestre o
manzano franco.

En frutales siempre verdes también se tienen referencias, aunque en mucho menor


número, de portainjertos enanizantes. Así por ejemplo para mango se informa que
“Eldon” es un cultivar que como patrón induce enanismo. En paltos, en Israel se ha
seleccionado un portainjerto llamado “Maoz” que es enanizante y, además, resistente
a salinidad.

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En cítricos, el naranjo trifoliado, y en menor grado sus híbridos, reducen el tamaño
de copa de las especies y/o cultivares injertados sobre ellos, en comparación con los
otros portainjertos. En cuanto a los dos patrones más utilizados en nuestro medio, la
mandarina “Cleopatra” y el limón rugoso, a pesar que ambos confieren
aproximadamente el mismo vigor final, inicialmente el crecimiento de la copa es
mucho más vigoroso sobre el limón rugoso.

2. Precocidad en la fructificación.

El tiempo que transcurre entre la injertación y el inicio de la producción, en algunos


casos está influenciado por el patrón. Es lo que sucede por ejemplo en cítricos con el
limón rugoso en comparación con otros portainjertos.

3. Calidad de fruta.

Algunos aspectos de calidad, tanto interna como externa, pueden ser alterados por
influencia del patrón.

En cítricos por ejemplo se conoce que, de manera general, un determinado injerto


sobre limón rugoso produce frutos con un grosor de cáscara mayor que cuando es
efectuado sobre mandarina 'Cleopatra', mandarina 'Sunki' o naranjo trifoliado. Otros
factores de calidad como tamaño de fruto, color de cáscara, porcentaje de jugo,
porcentaje de acidez, etc., pueden ser también influenciados por el portainjerto.

En el Perú existen evidencias de que el manzano silvestre confiere mejor calidad que
el membrillero a los frutos de los cultivares comerciales que se injertan sobre ellos.

Estudios recientes, en manzanos, muestran que muchos factores de calidad y de


eficiencia en la producción, que son influenciados por los portainjertos, no se
manifiestan de manera constante todos los años. Es decir que los efectos de los
portainjertos no son absolutos.

23
INFLUENCIA DEL INJERTO SOBRE EL PATRON

El estudio de estas influencias es más difícil de llevar a cabo, por cuanto las
evaluaciones hay que realizarlas en el sistema radicular, lo cual supone en la mayoría
de los casos, grandes y complicadas remociones de terreno.

En general, se conocen variaciones en el vigor original del patrón como


consecuencia de ciertas modificaciones de su sistema radicular. En algunas especies
de caducifolios, la original resistencia al frío de un determinado patrón, puede ser
alterada por el injerto de ciertos cultivares que inducen la prolongación del crecimiento
radicular anual por un mayor tiempo que el normal, de manera que llegado el invierno,
los tejidos de la raíz no están lo suficientemente maduros para presentar resistencia a
las temperaturas bajas. Esto tiene especial importancia en los países de climas
templados.

En los cítricos, también se ha encontrado que la resistencia al frío de los patrones


puede ser parcialmente modificada por el injerto.

Por otro lado, el injerto puede influir sobre la selectividad en la absorción y transporte
de iones por parte del patrón. Así, el limón rugoso por ejemplo, absorbe mayor
cantidad de boro cuando tiene como copa a la naranja 'Valencia'.

2.10. SEXO DE LAS FLORES Y TIPOS DE PLANTAS

De acuerdo a los órganos sexuales presentes, las flores de los frutales pueden ser:

a) Hermafroditas. Conocidas también como flores perfectas, son anatómicamente


completas. Poseen estambres y pistilos adecuadamente desarrollados, aunque
fisiológicamente pueden o no ser funcionales.

b) Estaminadas. Llamadas igualmente flores masculinas, sólo tienen desarrollados


en forma adecuada los estambres.

24
c) Pistiladas. Al contrario de las anteriores, son los pistilos los únicos órganos
sexuales que los tienen convenientemente formados. Se les conoce también como
flores femeninas.

En las diversas especies frutales, una o más de estas tres clases de flores pueden
distribuirse, de distinta manera, dentro de una misma planta o en individuos
diferentes. Esto da lugar a que se consideren los siguientes tipos de plantas:

1. Plantas hermafroditas
Son aquellas que poseen en su totalidad flores perfectas o hermafroditas. Dentro de
este grupo se ubican frutales de gran importancia como los
cítricos en general, paltos, manzanos, perales, durazneros, tunales, etc.

2. Plantas monoicas
Cuando en una misma planta se encuentran flores estaminadas y flores pistiladas
ubicadas en diferentes lugares. Es el caso del pecano, nogal, avellano, castaño, etc.

3. Plantas dioica
Son aquellas en las que hay unas plantas que sólo tienen flores
estaminadas y otras que únicamente poseen flores pistiladas. Esto da lugar a la
existencia de las comúnmente llamadas plantas «macho» y plantas «hembra». A este
tipo pertenecen la palmera datilera, el pistacho, y el kiwi.

Además, hay algunas especies que no se ubican completamente dentro de uno u otro
de los grupos descritos, como el mango donde en una misma planta existen flores
hermafroditas y estaminadas o como el banano y plátano que presentarse los tres
tipos de flores en una sola planta. Inclusive hay especies como el papayo que son
dioicas y hermafroditas a la vez.

Desde el punto de vista de la fisiología reproductiva, los frutales pueden clasificarse


de la manera siguiente:

25
1. Plantas autofértiles.

Se caracterizan porque el polen producido por un árbol, fertiliza normalmente los


ovarios de las flores de ese árbol o de cualquier otro del mismo cultivar.

La mayoría de los cultivares autofértiles pueden además ser fertilizados por el polen
de otros cultivares de la misma especie. Incluso en algunos casos, como en los
cítricos, es posible que haya también fertilización con el polen de otras especies o
géneros.

2. Plantas autoestériles.

Son aquellas en las cuales el polen de un árbol de determinado cultivar no puede


fertilizar las flores de ese mismo árbol o de cualquier otro del mismo cultivar.

Se presenta en algunas especies y cultivares de cítricos, en la mayoría de cultivares


de almendros; igualmente con frecuencia variable en ciertos cultivares de manzanos,
perales y paltos. Las causas más comunes de autoesterilidad son: dicogamia, polen
no viable y autoincompatibilidad.

Cuando se presenta este problema, para asegurar la producción comercial se hace


necesario intercalar en la plantación cultivares polinizantes.

La eficiencia de los elegidos como tales va a depender en gran medida de la


coincidencia, con el cultivar a polinizar, en el momento e intensidad de floración,
aspectos que pueden ser marcadamente influenciados por factores climáticos.

Por otro lado, también existen especies o cultivares autoestériles que tienen la
capacidad de desarrollar sus frutos comerciales partenocárpicamente. En este caso
ya no será necesario la instalación de plantas polinizantes.

26
2.11. PARTENOCARPIA

Término que define, de manera general, a un fruto sin semilla. Existen especies
cuyos frutos comerciales son exclusivamente partenocárpicos, como la piña, el
banano y el plátano. En otros, sólo algunos de sus cultivares presentan esta
particularidad, es el caso de “Washington Navel” en naranjos, “Thompson
Sedles” en vides, “Esparta”' en paltos, etc.

También hay frutales en los cuales sus frutos comerciales normalmente poseen una o
varias semillas, pero que eventualmente son capaces de producir algunos frutos
partenocárpicos. Estos, en la mayoría de los casos son más pequeños que los
normales, por ejemplo los llamados «cuaresmeros» en mango o los «dedos» en
palto; algunos, como ciertas manzanas o peras pueden desarrollar hasta alcanzar un
tamaño prácticamente normal.

El desarrollo de un fruto partenocárpico puede tener tres orígenes:

a) Sin polinización ni fecundación. A manera de ejemplo se pueden citar a


especies como el plátano y la piña y cultivares como la lima ácida “Taití”, la naranja
“Washington Navel” la mandarina “Satsuma”, etc.

b) Con polinización y sin fecundación. Se presenta en algunas peras y manzanas.


c) Con polinización y fecundación, pero con posterior aborto del embrión. Esto
ocurre en algunas paltas y en la vid '”Thompson Sedles”.

2.12. COMPORTAMIENTO FLORAL DE LOS FRUTALES

1) LOS CITRICOS

La mayoría no tienen problemas de floración y cuajado, y por lo tanto pueden


manejarse en lotes de un solo cultivar. Sin embargo, hay ciertos casos de
autoesterilidad, que mayormente pueden tener dos orígenes:

27
a) Óvulos y/o polen no funcionales. Es el caso del naranjo 'Washington Navel' y la
mandarina 'Satsuma', que tienen el 100 % de su polen estéril y sólo algunos de sus
óvulos pueden ser funcionales; de la lima ácida “Tahití” o “Florida”, que por su
carácter triploide es totalmente estéril; de la toronja “Marsh” que posee el 70 a 90 %
de su polen funcional y unos pocos óvulos fértiles.

En todos estos cultivares, los frutos desarrollan partenocárpicamente y es


precisamente característica comercial muy importante de ellos, la ausencia total de
semillas.

b) Autoincompatibilidad. Ocurre en los tangelos “Orlando” y “Minneola”, los cuales


son además interincompatibles, y también en la mandarina 'Clementina'.

En estos casos puede ser necesario el uso de polinizantes para una adecuada
producción de frutos, aún cuando la 'Clementina' en climas suaves y sin mayores
variaciones puede llegar a rendir cosechas aceptables partenocárpicamente, sin
polinizantes.

Como cultivares recomendables a interplantar, cuando sea necesario, para los tres
casos, se tienen al tangor “Temple” y la mandarina “Dancy”.

2) EL PALTO

Las flores se localizan en sobre inflorescencias muy ramificadas que reciben el


nombre de panículas, cada una de las cuales posee de 100 a 500 flores en promedio.
El total de flores de un árbol es muy elevado; en el cultivar Fuerte por ejemplo se
calcula que fluctúa entre 0.23 y 1.28 millones, sin embargo sólo 0.01 a 0.05 %
alcanzan a ser frutos.

Las panículas pueden terminar en una yema vegetativa que dará lugar a un brote,
originando lo que se conoce como una inflorescencia indeterminada, o puede
terminar en una flor, en cuyo caso no habrá formación de brote en el ápice de la

28
inflorescencia, dando lugar a una inflorescencia determinada. En todos los
cultivares de palto, las flores individuales son sexualmente perfectas. ( figura 3 ).

Figura 3 . Esquema de una flor de palto

A pesar de ser hermafroditas, las flores se comportan como unisexuales debido al


fenómeno de la dicogamia. Es decir que sus estructuras sexuales femeninas y
masculinas no maduran en forma simultánea dando lugar a que todas y cada una de
las flores abran dos veces, y en cada oportunidad con sólo uno de sus sexos
funcional. La primera apertura es siempre como femenina (esto se conoce como
protoginea).

29
Las aperturas florales ocurren en forma cíclica, de tal manera que en determinado
momento, durante el periodo de floración, todas las flores abiertas de un cultivar
estarán funcionando como femeninas (con sus pistilos receptivos), mientras que en
otro momento, todas las flores abiertas de ese mismo cultivar se encontrarán
funcionalmente como masculinas (con sus estambres emitiendo polen).

Estas características peculiares en el comportamiento floral del palto, se conocen


como dicogamia sincrónica o sincronía dicogámica. De acuerdo a esto, sería
prácticamente imposible la autopolinización de las flores. Según el ciclo de las
aperturas, los diversos cultivares se clasifican en dos clases o grupos: A y B.

Las flores de los árboles pertenecientes al grupo A tienen su primera apertura en la


mañana, cierran al medio día, y en la tarde del día siguiente abren por segunda y
última vez.

Las flores de los cultivares de la clase B abren por primera vez en la tarde, cierran en
la noche, y en la mañana del otro día abren como masculinas.

La precisión de las aperturas florales puede sufrir modificaciones debido a variaciones


climáticas. De manera que es posible que se presenten sobreposiciones de las
aperturas en determinados momentos.

Al margen de esta posibilidad, que puede ser muy errática, para asegurar una
adecuada polinización, en plantaciones comerciales debe de considerarse como
indispensable intercalar a manera de polinizantes, cultivares que tengan
comportamientos sexuales recíprocos y que floreen en la misma época, así como la
instalación de una o dos colmena de abejas por hectárea.

Entre los principales cultivares comerciales, que se reportan como del grupo A se
tienen a los siguientes: 'Hass', 'Collinred', 'Choquette', 'Gottfried' y 'Villacampa'.

Dentro del grupo B se pueden mencionar a 'Fuerte', 'Nabal', 'Zutano', ‘Bacon’, 'La
Molina I' e 'Itzamna'.

30
3) EL MANGO

Como sucede en los paltos, las flores se localizan en panículas que son ramificadas y
contienen entre 300 y 7,000 flores cada una. Las inflorescencias nacen normalmente
de las yemas terminales en brotes de un año. Cuando estas yemas son destruidas o
han producido panículas donde por alguna razón no se ha formado fruto, suelen
crecer otras panículas a partir de las yemas laterales más cercanas al ápice y
constituyen lo que se llama la «segunda floración».

Inclusive algunos cultivares, entre los cuales se hallan el `Haden' y el conocido


localmente con el nombre de `Jafru' (o `Cafro'), pueden formar panículas a partir de
yemas axilares más bajas si el brote es podado. Esto debe tenerse presente si en
algún momento se desea retrasar la floración.

Las inflorescencias del mango poseen dos tipos de flores: perfectas y estaminadas,
(ver figura 4 ). La proporción de ellas varía entre cultivares y también de un año a otro.
Como regla general las flores perfectas constituyen normalmente sólo una pequeña
parte del total.

Sin embargo no existe correlación entre el número o porcentaje de flores perfectas y


el número de frutos producidos. Esto es debido, en parte, a que una porción variable
pero bastante alta de flores perfectas no llegan a alcanzar una completa
maduración de sus órganos. Otro factor importante en esta falta de correlación, es la
baja eficiencia en la polinización.

Al respecto, se ha determinado que la liberación del polen ocurre principalmente entre


8 y 10 a.m. La viabilidad del polen es de 48 horas. Por su parte el estigma está
receptivo unas 18 horas antes de la apertura floral y permanece en aquel estado
hasta 48 horas después de la antesis.

En muchos cultivares, como el 'Haden' por ejemplo, las flores perfectas se ubican en
su mayoría en el ápice de las inflorescencias y pueden ser polinizadas por el polen de
los estambres de la misma flor o por el polen de otras flores.

31
Figura 4 . Flores del mango.

4) EL OLIVO

Las flores del olivo, que se agrupan en panículas axilares o terminales y nacen sobre
ramas de un año, se considera que son hermafroditas. Sin embargo básicamente son
masculinas con distintos grados de desarrollo del pistilo, por eso algunos botánicos
clasifican esta especie como Andromonoica.

Las diferencias en el desarrollo de la parte femenina de las flores es una característica


que varía según los cultivares y algunas condiciones del medio ambiente como los
riegos y la fertilización. No obstante ser el olivo una especie resistente a la sequía,
condiciones extremas de esta induce la masculinización de las flores. Además son

32
bastante susceptibles al aborto de los ovarios cuando durante la floración se
presentan vientos secos y altas temperaturas.

El Olivo es una especie extremadamente alternante y parcialmente autocompatible.


La polinización es anemófila y se recomienda siempre la instalación de polinizantes.

5) EL PAPAYO

Esta especie tiende a ser dioica, pero lo es en forma incompleta. Es dioica y


hermafrodita a la vez, ya que hay plantas masculinas, femeninas y hermafroditas.

Las flores de las plantas masculinas son estaminadas y el pistilo es rudimentario. Se


forman en racimos ubicados sobre largos pedúnculos. Algunas veces, las flores de
estas «plantas macho» producen pistilos largos y llegan a cuajar frutos que son
pequeños, piriformes y cuelgan del extremo del largo pedúnculo.

Las flores de las plantas femeninas carecen de estambres normales, son


relativamente grandes y se forman en las axilas de las hojas, donde nacen pegados al
tallo y por lo general están solitarias, (algunas veces en pequeños racimos). El fruto
que se forma a partir de estas flores es esférico o ligeramente oblongo.

Las plantas hermafroditas, fundamentalmente poseen flores perfectas, cierta


proporción de las cuales presentan diversas aberraciones en sus partes florales.
Estas variaciones en la naturaleza de las flores determina también una variación en la
forma de los frutos. En la figura 5 pueden apreciarse los tres tipos de flores a los que
se acaba de hacer referencia.

La fructificación de las «plantas macho» y los cambios o malformaciones de las flores


y frutos de las plantas hermafroditas, aparentemente están relacionados con la
presencia de bajas temperaturas y días cortos.

En plantaciones comerciales, se recomienda dejar un 5 % de plantas con flores


masculinas para asegurar la adecuada polinización.

33
Figura 5. Tres tipos típicos de flores de papayo.
A: Masculina B: Hermafrodita elongata C: Hermafrodita pentandra D: Femenina

34
6) EL PECANO

Esta especie es monoica y su hábito de floración tiene gran similitud con el del nogal.
Las flores masculinas se ubican sobre inflorescencias que nacen de yemas axilares
que son yemas compuestas localizadas en ramas que crecieron la campaña anterior,
es decir de un año de edad. En cada nudo de este tallo existen normalmente más de
una de estas yemas.

Dentro de cada una de ellas hay un total de cuatro ápices florales y uno vegetativo. A
partir de cada yema o ápice floral de la yema compuesta, desarrollan tres
inflorescencias conocidas como amentos. Cada uno de los cuales se inserta en un
pequeño eje que se forma como consecuencia del crecimiento global (aunque
bastante limitado) de la yema compuesta.

El ápice vegetativo de la yema mixta empieza a desarrollarse y crecer, pero


rápidamente aborta y sólo continúan desarrollando las inflorescencias masculinas.

El caso totalmente opuesto ocurre en la yema localizada apicalmente sobre los


mismos brotes (que normalmente es la yema axilar más distal que deviene en apical ).
Acá, son todas las partes florales de la yema compuesta las que abortan y por el
contrario es el ápice vegetativo el que desarrolla y crece.

Previamente, poco antes del brotamiento y sobre el meristema apical de este ápice,
tendrá lugar la diferenciación floral que culminará después, en la misma campaña, con
el crecimiento y desarrollo de las flores femeninas o pistiladas en el ápice del brote
nuevo.

Estas se agrupan generalmente en número de tres y cada una de ellas está rodeada
por un involucro (ver figura 6).

La polinización y fecundación tiene lugar por acción del viento, que puede llevar el
polen, que es producido en grandes cantidades, hasta a un kilómetro de distancia.

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Figura 6. Ubicación de las flores en el pecano.
A: Rama crecida la campaña anterior, en descanso. Antes del brotamiento.
B: El mismo brote después del crecimiento de primavera.

Los árboles de pecano presentan heterodicogamia, es decir que hay cultivares que
presentan protoandría y otros que, como los paltos, son protogíneos. Cuando un
huerto posee un buen número de árboles, aunque sea de un mismo cultivar, es
posible que exista suficiente superposición en la liberación del polen y la

36
receptividad de los pistilos entre las distintas plantas, como para lograr una
fecundación y cosecha normales.

Sin embargo, para una mayor seguridad al respecto, es recomendable interplantar


siempre algunos otros cultivares a manera de polinizantes.

7) LA HIGUERA

La higuera desarrolla una inflorescencia completa, compuesta por gran número de


flores ubicadas en la pared interna de un receptáculo, o eje floral, hueco y carnoso,
al cual se adhiere el receptáculo de cada flor individual.

El fruto comercial es un fruto múltiple o sinconio, constituido principalmente por el


receptáculo o eje floral desarrollado y los tejidos de las flores. Cada flor individual se
transforma en un pequeño aquenio.

Según se observa en la figura 7, los sinconios desarrollan mayormente en las ramas


que crecen el mismo año, dando lugar a lo que se conoce como frutos de segunda
cosecha o cosecha principal.

Pueden así mismo formarse a partir de las yemas axilares más próximas al ápice, en
ramas del año anterior; en esta caso los frutos reciben la denominación de brevas,
son los primeros en aparecer y desarrollan al empezar la campaña, constituyendo la
llamada primera cosecha.

Las flores de un gran número de cultivares comerciales, agrupados bajo la


denominación de higueras comunes no producen polen y sus frutos desarrollan
partenocárpicamente, sin el estímulo de la polinización.

Los árboles de otros cultivares no desarrollan sus frutos sin previa polinización. Este
proceso es conocido como caprificación y es realizado por una pequeña avispita
llamada Blastophaga.

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Figura 7. Fructificación de la higuera.
A: Rama crecida la campaña anterior. Antes del brotamiento
B: La misma rama después del brotamiento.

El movimiento del insecto en el interior del receptáculo le permite ir dejando el polen


sobre el estigma de las flores. Los cultivares comerciales que necesitan de la
caprificación son conocidos como higos tipo Smyrna (todas sus flores son
femeninas), los cuales en efecto desarrollarán sólo después de la polinización de sus
flores y la formación de semillas. Algunas veces, sólo muy pocas brevas pueden
desarrollar sin este estímulo.

38
Hay otro grupo de cultivares, los del tipo San Pedro, que combina las características
de los tipos común y Esmyrna. Los frutos de la primera cosecha o brevas son
partenocárpicos, mientras que los higos de la segunda cosecha no terminan su
desarrollo y caen, a menos que hayan sido previamente polinizados y fecundados, tal
como ocurre con los del tipo Esmyrna.

8) EL CHIRIMOYO

Las flores suelen ser solitarias, algunas veces se presentan en grupos de 2 a 3, y


nacen en los brotes jóvenes de un año y aparentemente también sobre brotes o
ramas de mayor edad.

Las yemas laterales, están totalmente cubiertas por la base del pecíolo de las hojas,
y no pueden brotar hasta que estas caigan.

Cada flor (figura 8), de aproximadamente 2.5 cm de largo, es hermafrodita y posee


seis pétalos, de los cuales tres son carnosos, visibles y cerrados hasta su ápice, los
otros tres son internos y están reducidos a escamas.

Figura 8. Estructura de la flor del chirimoyo

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El fruto es un agregado o sincarpio, formado por la fusión de los pistilos y el
receptáculo floral.

Esta especie presenta dicogamia y protoginea. Los estigmas son receptivos más o
menos 24 horas antes que el polen se libere, y cuando esto último ocurre, los
estigmas ya no son receptivos. Como consecuencia de lo anterior, las posibilidades
de autofecundación son bastante limitadas.

Esta limitación es acentuada por la particular constitución y estructura de sus flores


que determina que la gran mayoría de insectos no sean agentes polinizadores
eficaces y que aún la polinización por el viento sea muy difícil. Por ello es que en
muchos países se recurre a la polinización manual de las flores como la única
alternativa para poder lograr cosechas comerciales.

Sin embargo en el Perú, cuando el cultivo se conduce en los valles interandinos y


otros lugares de la sierra, se obtienen regulares rendimientos sin hacer uso de la
polinización manual.

9) EL MANZANO

Las flores son hermafroditas, poseen estambres y óvulos convenientemente


desarrollados aunque ocasionalmente pueden haber algunos pistilos defectuosos o
también una porción de polen puede no ser viable (ver figura 9).

Es frecuente la presencia de autofertilidad y autoesterilidad total o parcial. En


algunos casos la autoesterilidad está asociada a una desviación del número diploide
normal de cromosomas (2n = 34), tal como ocurre entre otros, con los cultivares
Mutsu y Gravenstein que son triploides y, por lo tanto, su polen es infértil.

El grado de autofertilidad es una característica de cada cultivar, pero que puede variar
considerablemente con la edad y vigor de las plantas así como con el año, la
localidad, etc.

40
El manzano 'Jonathan' por ejemplo, en algunos lugares de Estados Unidos y
Australia, cuando los suelos tienen un contenido mediano de nutrientes, se comporta
como autofértil, mientras que en suelos más ricos se manifiesta como autoestéril.

Figura 9. Esquema de una flor de manzano.

La mayor parte de los cultivares que se conducen en plantaciones comerciales en el


país, no han sido aún convenientemente estudiados en este aspecto. Sin embargo, se
tienen evidencias que algunos, como 'Delicious de Viscas', 'San Antonio' y 'Pero
Manzano', son aparentemente autofértiles. Otras, como 'Winter Banana' y 'Sipa C-6',
lo serían sólo en forma parcial.

En las plantaciones comerciales es recomendable la instalación de polinizantes y de


una colmena de abejas por hectárea, incluso en aquellas donde el cultivar es
probadamente autofértil. Los cultivares que se usen como polinizantes deben ser
cuidadosamente seleccionados para cada localidad y aún para cada plantación en
particular.

41
III. FACTORES MEDIO AMBIENTALES

Los factores del medio ambiente, constituidos por el clima y el suelo, conjuntamente
con las labores culturales constituyen los llamados factores externos de la
producción.

Cada especie frutal, y aún en algunos casos cada cultivar, presenta determinadas
exigencias de clima y suelo en las que puede desarrollar y producir mejor. Sin
embargo, en la práctica, no siempre se encuentran todas ellas reunidas en el lugar de
la plantación. Las posibilidades de éxito serán mayores cuanto mayor sea el número
de condiciones favorables de clima y suelo existentes. Esto determina un concepto
conocido como «factor al mínimo» según el cual, el factor limitante en la producción
es aquel que se manifiesta como menos favorable.

3.1. CLIMA

Se puede definir como la influencia media que ejerce una serie de factores como
temperatura, luz, humedad, vientos, etc., para determinar condiciones especiales en
una zona o localidad.

Las posibilidades de una modificación del clima por parte del hombre son sumamente
restringidas. Puede llegar a atenuarse algunos de los factores climáticos, pero con
grandes esfuerzos y altos costos económicos, y no siempre se obtiene el éxito
esperado.

3.1.1. TEMPERATURA

Es la medida sensible del calor y del frío. El calor es una forma de energía que se
origina al ser reflejada, en ondas largas, la energía lumínica que llega del sol en
ondas cortas.

42
La temperatura juega un papel importante en todos los procesos químicos, físicos y
biológicos, puesto que su intensidad guarda relación directa con la velocidad de las
reacciones.

En algunas especies frutales tropicales y subtropicales, se estima que el crecimiento a


una temperatura de 20°C puede ser mucho más del doble que el registrado a 10°C.
Así mismo, la intensidad de la fotosíntesis puede duplicarse por cada aumento de
temperatura de 10°C ( dentro del margen de 10 a 25°C ), siempre y cuando el aporte
de CO2 y la intensidad de la luz sean óptimos.

En una misma zona geográfica, las temperaturas pueden sufrir modificaciones por
una serie de influencias; así por ejemplo, las temperaturas medias disminuyen con el
aumento de la altitud (aproximadamente 0.6°C por cada 100 metros de elevación
sobre el nivel del mar).

Los valores de temperatura, se expresan en los términos siguientes:

a) Temperaturas máximas y mínimas. Es decir los valores extremos que, en


condiciones normales, pueden soportar los frutales sin sufrir daños apreciables.

b) Temperatura óptima. Este concepto es bastante relativo, pues no puede


establecerse una temperatura óptima para cada frutal. Lo que realmente existen son
temperaturas óptimas para cada estado de su desarrollo.

Un ejemplo que es bastante ilustrativo es el de los caducifolios, en los cuales el frío


es necesario para romper la dormancia de las yemas, mientras que en otras etapas
de su ciclo anual es perjudicial.

Así mismo en los cítricos, las temperaturas óptimas para el crecimiento y floración
son relativamente elevadas, sin embargo para el proceso de decoloración de los
frutos, aquellas son mucho más bajas. Existen algunos otros conceptos importantes
con relación a la temperatura, entre los que pueden mencionarse los siguientes:

43
1. Daños por frío
Se presentan tanto en siempre verdes como en caducifolios y están relacionados con
las temperaturas mínimas invernales y la presencia de heladas. Los daños directos
más grandes son aquellos que significan muerte de los tejidos por formación de hielo
dentro de ellos.

En los daños por congelación, el hielo tiende a formarse inicialmente en los espacios
intercelulares, luego el agua de los protoplastos puede ser congelada o absorbida por
el hielo intercelular.

En los tejidos que tienen algo de resistencia a las heladas, ocurre la segunda
posibilidad anotada y el agua congelada es pura, pues las sustancias disueltas
permanecen dentro de las células, en las que la solución se hace cada vez más
concentrada. La célula va reduciendo su tamaño y distorsionándose por la presión
externa del hielo. Esto puede no causar daño, y el tejido será capaz de recuperar
después su normalidad total.

Si el descenso de la temperatura es muy rápido, el hielo se formará dentro de las


células y esto producirá la muerte del tejido. En los tejidos tiernos, el agua celular es
rápidamente congelada.

La temperatura del aire no siempre es una medida exacta de la temperatura de los


órganos de la planta expuestos a la intemperie. En una noche despejada y sin viento,
la temperatura real de las plantas es mucho más baja que la del aire. Por eso los
órganos tiernos, como flores y frutos recién formados, pueden helarse hasta morir
aún cuando la temperatura del aire a pocos centímetros de ellos esté por encima del
punto de congelación.

La resistencia al frío en una característica que varía según diversos factores como
especie, cultivar, edad de las plantas, grado de actividad, órganos presentes y grado
de desarrollo de estos, estado nutricional, etc.

44
En frutales siempre verdes, la presencia de heladas en cualquier momento
ocasiona daños significativos. Temperaturas inclusive por encima del punto de
congelación, pueden ser perjudiciales para muchos frutales tropicales, en los que
pueden presentarse los llamados «daños por enfriamiento».

En frutales caducifolios, cuando los árboles están en reposo, normalmente en los


meses de invierno, la sensibilidad de los órganos es variada, pero serán más
sensibles a la acción del frío cuanto más incompleto sea el reposo.

En esta época, en climas templados, los daños pueden incluir destrucción de yemas y
de tejidos conductores en las ramas jóvenes y en la unión del injerto, destrucción de
raíces, etc.

Las raíces no son tan resistentes al frío como algunas otras partes de la planta;
pero en compensación a ello, el suelo se enfría más lentamente que el aire y además
hay una cierta cantidad de calor que asciende desde el subsuelo.

Cuando los caducifolios están en actividad, los daños por heladas casi siempre son
graves.

Los diversos órganos difieren entre sí en cuanto a su resistencia al frío. En manzanos


por ejemplo, los frutos jóvenes son más sensibles que las flores a los daños por frío.

Para la mayor parte de las especies caducas, los límites de resistencia durante el
periodo de floración se ubican, aproximadamente y en promedio, dentro de los
siguientes valores: -5°C en la fase previa a la aparición de los pétalos, -3°C en la
aparición de los pétalos, -1.5°C en plena floración.

En el Perú, la mayoría de las zonas frutícolas de importancia actual no tienen el


problema de la presencia de heladas. Estas sólo ocurren en algunos lugares de la
sierra y en determinadas épocas del año (junio y julio mayormente), aunque no con la
intensidad con que se registran en otros lugares del mundo.

45
2. Requerimientos de frío

Término empleado en frutales caducifolios. Está referido al número teórico de


«unidades de frío» u “horas frío” que requeriría acumular determinado cultivar para
romper la dormancia de sus yemas y puedan estas después brotar y continuar con
todos los procesos fisiológicos que son propios del normal desarrollo de su ciclo
anual.

Hay variación en las demandas de unidades de frío entre los distintos cultivares de las
especies caducas. En este sentido, pueden considerarse las siguientes categorías:
A) Muy exigentes. Sus necesidades de horas frío se ubican entre 800 a 1,000 o más.
B) Medianamente exigentes. Requieren entre 400 y 600 unidades de frío.
C) Poco exigentes. Cuyos requerimientos son menores de 400 unidades de frío.

La temperatura mínima límite, a partir de la cual el frutal empezaría a acumular


unidades de frío, no está aún bien definida. Muchos investigadores, sobre todo para
cultivares de altos requerimientos de frío, consideran que 7.2°C es el óptimo para una
satisfacción eficiente de las necesidades de frío. Sin embargo, otros estudios indican
que para cultivares poco exigentes en frío, temperaturas unos cinco grados más
elevadas pueden ser igualmente efectivas.

En el Perú, la mayoría de las zonas en las cuales se conducen plantaciones


comerciales de caducifolios, a excepción de algunos lugares de la sierra, no
presentan condiciones de temperaturas suficientemente bajas y constantes, por
periodos más o menos considerables, como para permitir la acumulación de unidades
de frío según el esquema rígido al que se hizo referencia. No obstante, muchas
especies y cultivares de caducifolios considerados como de bajos requerimientos de
frío, son cultivados con relativo éxito en nuestro medio.

Posiblemente existen otros factores ambientales que aunados a ciertas prácticas


culturales especiales, como la aplicación de defoliantes, podrían reducir la cantidad de
frío necesario. Igualmente es posible que el reposo de las yemas, en las condiciones
climáticas del Perú, no alcance la categoría de una verdadera dormancia.

46
3. Requerimientos de calor

Este concepto es aplicable tanto a frutales caducifolios como siempre verdes. Se


refiere a que cada una de las diversas etapas, en el desarrollo de una planta o en el
transcurso de su ciclo anual, necesita cierto número de grados de temperatura
acumulados por encima de un mínimo predeterminado. Estos grados acumulados se
conocen como «unidades térmicas».

Para el cálculo de la cantidad de estas unidades, se hace necesario conocer la


temperatura promedio diaria y la temperatura base. Esta última es establecida
previamente, y con valores por encima de ella la planta avanza hacia la culminación
del periodo de su vida en estudio.

La diferencia entre la temperatura promedio diaria y la temperatura base indica el


número de unidades térmicas acumuladas. En el cálculo no se consideran unidades
térmicas negativas.

EFECTO DE LA TEMPERATURA EN FRUTALES CADUCIFOLIOS

1) MANZANO

a) Resistencia al frío

En términos generales, se reporta que los árboles en dormancia pueden soportar


temperaturas hasta de -34°C sin sufrir grandes daños; mientras que las raíces son
afectadas a -7°C y mueren a -12°C.

En los árboles en actividad, sus órganos son dañados a temperaturas mucho más
elevadas.

Las yemas o botones florales aún cerrados e iniciando el color plateado, pueden
soportar sin mayores problemas hasta -3.9°C, y las flores ya abiertas hasta -2.2°C.

47
Los frutos jóvenes sólo pueden soportar hasta -1.6°C, y las raíces pueden morir, en
algunos casos, inclusive a temperaturas de -3°C.

b) Requerimientos de frío

Las yemas florales tienen un requerimiento de frío ligeramente menor que las yemas
foliares. Cuando no se completan las unidades necesarias no habrá brotamiento ni
floración, o ambos serán irregulares y reducidos.

Entre los cultivares americanos más importantes que poseen bajos requerimientos de
frío, se encuentran los siguientes: 'Winter Banana', 'Pettingil', 'Early Mc Intosh'. Como
moderadamente exigentes se clasifican a 'Golden Delicious', 'Red Delicious',
'Gravenstein', 'Yellow Newton', 'Bellflower', etc. Por último, como muy exigentes en frío
se tienen a 'Mc Intosh', 'Macoun Red', 'Red Canadá', etc.

En el Perú, entre los principales cultivares comerciales considerados de bajos


requerimientos de frío, están los siguientes: 'Delicious de Viscas' ('Viscas' o 'Delicia'),
'Pachacamac' (o 'Sipa C-6'), 'Anna', 'Winter Banana', 'Hoover Rayada', 'Hoover Roja',
'San Antonio', etc.

c) Otros aspectos relacionados con temperatura.

Existe influencia de la temperatura sobre la coloración de las manzanas. La


descomposición de la clorofila es más acelerada en climas fríos; lo cual es evidente
en los valles interandinos del Perú, donde, debido a que las noches son bastante
frescas, los frutos de cáscara roja colorean mucho mejor que en la costa.

En algunos casos, el fenómeno de la «manzana helada» puede ser consecuencia de


la incidencia de altas temperaturas sobre los frutos que estimularían la formación de
azúcares en las células, con lo cual aumentarían su presión osmótica y tomarían agua
de otros tejidos, parte de la cual pasaría posteriormente a ocupar los espacios
intercelulares.

48
El proceso de fecundación del ovario de las flores es también afectado por la
temperatura.

La germinación del grano de polen y el crecimiento del tubo polínico ocurren más
rápidamente con temperaturas de 22 a 28°C. La germinación disminuye a los 30°C y
se anula por debajo de 5°C.

Hay así mismo cierta influencia de la temperatura en la forma de los frutos. Cuando
las temperaturas son frías durante las tres a cuatro semanas después de la floración,
los frutos tienden a ser más oblongos.

2) DURAZNEROS

a) Resistencia al frío

La madera de los tallos, en los árboles en dormancia de muchos cultivares, puede


sufrir severos daños a temperaturas de -26°C. Por su parte, las yemas florales
dormantes pueden soportar fríos invernales de hasta -25 a -30°C.

Sin embargo, después que las yemas florales han hinchado, un gran porcentaje de
ellas puede morir a -23°C si antes hubieron 5 a 7 días con temperaturas relativamente
elevadas, pero pueden sobrevivir a -29°C, o menos, si antes se registraron días fríos.

En estados iniciales del brotamiento, antes de la apertura de los pétalos, las yemas
pueden soportar hasta -5°C, y en plena floración las flores son dañadas a -3.9°C.

Los frutos en sus primeros estados de desarrollo, aproximadamente hasta que estos
alcanzan un diámetro de 1.25 cm , son más sensibles al frío que las flores abiertas.

b) Requerimientos de frío
Los requerimientos de frío de las yemas vegetativas son más elevados que los de las
yemas florales, y cuando no son debidamente satisfechos, ocurre la abscisión de
estas estructuras.

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Entre los cultivares comerciales más importantes que se reportan como muy
exigentes en frío se encuentran entre otros los siguientes: 'Elberta', 'Dixired',
'Springold' 'Redhaven', 'Ranger', 'Redglobe' y 'Garnet Beauty'.

Como medianamente exigentes en frío se pueden considerar a ciertos cultivares


conocidos entre nosotros como 'Amarillo Moqueguano', 'Huaycot' y 'Blanquillo', cuyos
mejores rendimientos, sobre todo de los dos primeros, se obtienen en las zonas
dequebradas o valles interandinos.

Existen así mismo, cultivares de bajos requerimientos de frío, muchos de los cuales
tienen gran importancia en nuestro país sobre todo en la zona de la costa. Destacan
entre estos: 'Flordared', 'Flordabell', 'Sharpe', 'Amarillo La Molina' (conocido también
como 'Florida 39'), 'Reliquia' y la nectarina 'Sunred', además del 'Okinawa' que es
utilizado como portainjerto.

ASPECTOS DE TEMPERATURA EN ALGUNOS FRUTALES SIEMPRE


VERDES

1) CITRICOS

Según las especies y cultivares, existen variaciones en las exigencias de temperatura,


o en los comportamientos de los árboles en condiciones extremas de este factor
climático. No obstante, de manera general, es posible anotar los siguientes datos de
importancia.

a) Los cítricos pueden, en promedio, resistir temperaturas mínimas de


aproximadamente - 2°C sin presentar daños apreciables. Algunas especies pueden
incluso soportar hasta - 8°C, o aún temperaturas más bajas como en caso del naranjo
trifoliado y algunos de sus híbridos.

Entre las especies comerciales más importantes, el ordenamiento de menos a más


resistentes al frío es el siguiente:

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1. Limonero sutil
2. Toronja
3. Naranjo dulce
4. Mandarina
5. Kumquat

En cuanto a los portainjertos, el más resistente al frío es el naranjo trifoliado, seguido


por la naranja agria y el limón rugoso

b) En lo que concierne a las temperaturas máximas, los árboles cítricos pueden


resistir hasta 50°C sin vientos secos, con alta humedad relativa y alto contenido de
humedad del suelo.

c) Las temperaturas óptimas se ubican entre 30 y 38°C para el crecimiento y


floración, y entre 20 y 13°C para la maduración de los frutos.

d) El periodo F-M (floración-maduración), se acorta en zonas cálidas. Por ejemplo


en el naranjo 'Valencia' es de 9 a 10 meses en los climas tropicales, mientras que en
zonas con cierto frío puede llegar a 15 o 16 meses.

e) El periodo de floración se alarga cuando las temperaturas medias anuales son


altas.

f) Las temperaturas más o menos uniformes y altas en los meses finales de la


maduración, tienden a retrasar en forma sensible la decoloración de los frutos.

2) PALTO

a) La resistencia a temperaturas mínimas es un factor que varía con la raza


hortícola a la que pertenecen los diversos cultivares de esta especie.

Raza antillana. Los árboles adultos mueren a temperaturas de alrededor de - 4°C y


son seriamente afectados a -2.5°C.

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Raza guatemalteca. Los árboles mueren aproximadamente a -6°C y son fuertemente
dañados a -3°C.

Raza mejicana. La muerte se presenta a -9°C y son gravemente perjudicados a -


5.5°C.

b) Las temperaturas frías o los cambios de temperatura durante la época de


floración
pueden afectar el particular comportamiento dicogámico de las flores.

c) Aparentemente no hay un efecto de la temperatura sobre el sabor de los frutos.

d) El periodo F-M se acorta a medida que la temperatura media es mayor.

3) MANGO

a) Son muy susceptibles al frío. Temperaturas próximas a 0°C causan fuertes


daños a los brotes y estancan el crecimiento. Temperaturas inferiores a la anotada
afectan a plantas adultas y matan a las jóvenes.

b) Algunos cultivares parecen mejorar la coloración de sus frutos en climas más


cálidos.

c) El periodo F-M, al igual que lo anotado para cítricos y paltos, se acorta con
temperaturas promedio elevadas.

4) PAPAYO

a) Prospera mejor en regiones con temperaturas medias altas, sin variaciones


durante el año. En estas condiciones, propias de los climas tropicales, las plantas
crecen y entran en producción en corto tiempo.

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b) Su cultivo en zonas no tropicales trae como consecuencia un desarrollo más lento y
una reducción en la producción total de frutos.

c) En lugares con temperaturas algo frías, los frutos son pequeños y de pobre
calidad interna, que se manifiesta por un sabor insípido, debido a la falta de una
adecuada translocación de los azúcares. Igualmente, en estas condiciones, las
plantas hermafroditas tienden a tener polen estéril y se producen, además,
malformaciones en las flores y en los frutos.

d) Temperaturas cercanas a 0°C causan daños severos a las plantas, aunque no


necesariamente lleguen a matarlas. A -4°C las plantas mueren.

5) PIÑA

a) Es muy susceptible a las heladas. Las plantas mueren a temperaturas inferiores a


los -1°C.

b) Temperaturas entre 10 y 16°C pueden detener su desarrollo.

c) El rango aproximado de temperaturas más convenientes para su cultivo es de 18 a


27°C.

Para la maduración del fruto, la temperatura promedio óptima es de 20°C. Cuando es


más baja, hay una disminución del tamaño y un incremento de la acidez; mientras que
con temperaturas superiores a la anotada, disminuyen tanto la acidez como los
azúcares y, en consecuencia, el sabor de los frutos se torna insípido.

3.1.2. LUZ

Para el caso de los árboles frutales, de los procesos fisiológicos influenciados por la
luz, tiene una mayor importancia relativa el relacionado con la fotosíntesis. Los
compuestos de Carbono que derivan del azúcar sintetizada en los cloroplastos de las
hojas, constituyen más del 90 % del peso seco de los árboles.

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La glucosa y la fructosa aparentemente son los primeros azúcares en ser sintetizados
durante la fotosíntesis, y luego se transforman rápidamente en sacarosa y almidón.
Este último compuesto es importante porque es la principal forma en que los hidratos
de carbono que no son empleados en el crecimiento y la respiración, se acumulan en
los leucoplastos.

En lo que respecta al fotoperiodismo, la mayoría de los frutales, que son especies


leñosas perennes, son neutros; es decir que florean dentro de rangos amplios de
fotoperiodo y, por consiguiente, este no constituye un factor limitante.

A pesar que la fotosíntesis es el proceso más importante, no existe un control eficiente


sobre ella, y en la mayoría de los casos hay que adaptarse a la cantidad y calidad de
la radiación natural que incide en la zona. Parcialmente puede tratarse de manejar y
controlar la radiación. Muchas operaciones culturales, como las siguientes, están
dirigidas, directa o indirectamente, hacia este objetivo.

1. Orientación de las hileras de la plantación. Lo óptimo es la orientación E-O para


evitar el sombreamiento entre ellas.

2. Sistemas de conducción. Se refiere a la forma individual que se da a cada planta,


lo cual se logra con la aplicación de la poda de formación y, en algunos casos, con el
uso adicional de ciertas estructuras de soporte.

La conducción sobre espalderas o en palmeta permite una mayor exposición del


área foliar al disminuirse el autosombreamiento. Por lo general pueden ser conducidos
así, entre otros, frutales tan importantes como la vid y el maracuyá en el primer caso,
y el manzano y el peral en el segundo.

3. Raleo de frutos. Se realiza para regular el número de frutos a fin de lograr, entre
otras cosas, una mejor utilización de la capacidad fotosintética de la planta.

4. Podas. A través de su aplicación se permite el ingreso directo de la luz a las hojas


y frutos que se encuentran en el interior de la copa. Son importantes en este sentido,

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tanto la poda de formación, que da lugar a la estructura arquitectónica de la planta,
como las podas de limpieza y cultural.

5. Densidad de plantación. La tendencia moderna en fruticultura es hacia el uso de


altas densidades que permiten la utilización más eficiente de la radiación, expresada
en altos rendimientos por unidad de superficie. Bajo estas condiciones, la producción
individual de cada planta es relativamente reducida debido a la gran competencia (por
la radiación misma, por nutrientes y por agua), que genera el elevado número de
plantas.

6. Uso de estructuras especiales. Referido principalmente al empleo de


invernaderos y tinglados en la fase de propagación de los frutales.

3.1.3. LLUVIA

Las lluvias tienen gran influencia como fuente de aprovisionamiento de la humedad


necesaria para el cultivo de frutales, sobre todo en zonas sujetas a la presencia
significativa de precipitaciones pluviales.

La intensidad de este fenómeno y su periodicidad a través del año, determinan


finalmente que se haga uso o no de la irrigación. En relación con la intervención de las
lluvias como factor activo en el manejo de los riegos se pueden darse los siguientes
casos:

a) Riego supeditado en forma total al uso del agua de los ríos, lagunas, pozos,
etc.

Es la situación típica de la costa peruana, donde la ausencia de precipitaciones (salvo


parte de la costa norte), que puedan tomarse en cuenta desde el punto de vista
agrícola, trae como consecuencia que se tenga que recurrir a la irrigación, utilizando
sobre todo el agua de los ríos complementado en muchos casos con abastecimientos
de lagunas y manantiales e inclusive con agua del subsuelo.

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b) Riegos supeditados exclusivamente al agua de las lluvias.

Las plantaciones sujetas a este sistema están localizadas en las regiones donde
existen precipitaciones pluviales más o menos bien distribuidas todo el año. En el
Perú, es el caso de la selva baja que corresponde al trópico húmedo. También se
presenta en muchos huertos ubicados en la selva alta (trópico seco), a pesar que las
estaciones de lluvia son seguidas de estaciones secas, en forma alternada y sucesiva.

c) Un tercer caso combina los dos métodos.

Es un sistema mixto, es decir utiliza las lluvias durante unos meses del año y luego,
durante la estación seca, se recurre a la irrigación. Este sistema es propio de zonas
con lluvias insuficientes o con estaciones pluviales cortas. En nuestro país es lo que
ocurre en la zona de la sierra, y sería también lo más recomendable para la selva alta
donde, normalmente, de mayo a agosto no hay lluvias.

ALGUNOS ASPECTOS POSITIVOS DE LA LLUVIA SOBRE LOS FRUTALES

1. Decrecen o son nulas las necesidades de irrigación. Esto baja los costos en agua,
infraestructura de riego y mano de obra.

2. Disminuyen los problemas entomológicos, pues la lluvia realiza una acción de


lavado de diversos estados de los insectos: huevos, larvas e inclusive adultos.

ALGUNOS ASPECTOS NEGATIVOS DE LA LLUVIA SOBRE LOS FRUTALES

Se derivan de la absoluta falta de control que hay sobre la intensidad o volumen de


agua que la precipitación aporta.
1. Se incrementan los problemas fitopatológicos.
2. Se intensifica el lavado de fertilizantes del suelo.
3. Aumentan los problemas de drenaje.

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4. Se agravan los problemas de erosión, sobre todo en terrenos desnudos y con
pendiente pronunciada.
5. Impide la acción de insectos polinizadores.
6. Arrastra el polen y diluye las secreciones estigmáticas.
7. Cuando es insuficiente, pueden haber pérdidas de la producción, las cuales se
acentúan a medida que más se dependa de la lluvia como fuente de agua.

3.1.4. VIENTOS

También ejercen una marcada influencia sobre la productividad de los frutales. En la


costa peruana los vientos predominantes son los del Sur-Oeste y soplan más fuerte
en las tardes.

La magnitud de los efectos de los vientos depende de tres factores: intensidad,


temperatura y humedad.

ALGUNAS INFLUENCIAS DE LOS VIENTOS SOBRE LOS FRUTALES

1. Vientos fuertes pueden desequilibrar la copa por inclinación de las plantas.


2. Incrementan la transpiración.
3. Desecan los estigmas y el polen. Esto ocurre sobre todo con vientos secos y
cálidos, aunque no sean muy fuertes.
4. Interfieren con la acción de los insectos polinizadores.
5. Pueden ocasionar caída de flores y frutos.
6. Las ramas de los árboles pueden quebrarse y en ciertos casos, sobre todo en
especies con sistemas radiculares poco profundos como el papayo y el plátano,
pueden causar la caída de las plantas enteras.

Un método para atenuar los efectos de los vientos es el empleo de las barreras
rompevientos que de preferencia deben ser instaladas antes de realizar la
plantación.

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Las plantas usadas como barrera rompevientos deben de estar ubicadas más o
menos a diez metros de la plantación, y se establecerá una barrera cada 200
metros, aproximadamente.

Muchas especies forestales pueden utilizarse como rompevientos, y la más empleada


en el Perú, es la casuarina. Sin embargo cualquiera sea la que se determine instalar,
es preciso que reúna los siguientes requisitos:
a) Crecimiento vertical.
b) Rápido desarrollo.
c) Follaje denso.
d) No albergar plagas ni enfermedades comunes al frutal de la plantación.

3.2. SUELO

Dentro de las múltiples características de este componente del medio ambiente, que
pueden estudiarse en relación con los frutales, merecen especial atención las
siguientes:

1. Aspectos físicos: contenido de materia orgánica, textura, drenaje, profundidad,


aireación.

2. Aspectos químicos: pH, salinidad.

Algunos rangos de estos factores, que pueden considerarse beneficiosos, son


comunes a todas las especies frutales. Es el caso del contenido elevado de materia
orgánica (que mejora las condiciones de estructura del suelo, libera lentamente los
nutrientes y mejora la retención del agua), de la necesidad de un buen drenaje y de
una adecuada profundidad y aireación.

Sin embargo, otras características del suelo deben de ser analizadas en función de
las exigencias o tolerancias de cada especie o aún de cada cultivar. Así, en lo que
respecta a la salinidad hay una gran variación en el grado de tolerancia que

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presentan las diversas especies frutales. Entre las más resistentes a condiciones
salinas podemos mencionar a la datilera, el olivo y la higuera, y en el otro extremo,
como una de las más susceptibles, se ubica el palto.

En cuanto al pH, las diversas especies muestran diferentes preferencias o tolerancias


para determinados reacciones del suelo. Si la acidez potencial es demasiado grande,
puede corregirse agregando una sustancia que tenga reacción alcalina.

Algunas veces basta la modificación de la fuente de fertilizante empleada; por ejemplo


aplicando nitrato o cianamida de calcio en lugar de sulfato de amonio. Una mejor
corrección se logra mediante la aplicación de cal.

Si la reacción del suelo tiende a ser demasiado alta, se puede lograr cierta mejora
empleando fertilizantes ácidos en lugar de los de naturaleza alcalina. Si no es
suficiente puede recurrirse a una sal ácida como sulfato de fierro por ejemplo.

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