Pie Diabético
Pie Diabético
Pie Diabético
2021 1
Pautas para la
prevención y el abordaje
del pie diabético.
Autoridades
Presidente de la Nación
Dr. Alberto Ángel Fernández
Vicepresidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández
Índice
1. Abreviaturas............................................................................................................................................04
2. Introducción............................................................................................................................................. 05
Equipo de trabajo.......................................................................................................................................91
Bibliografía.................................................................................................................................................... 93
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 4
1. Abreviaturas
Verde
Manejo en el Primer Nivel de Atención
Naranja
Manejo en el Segundo Nivel de Atención
Rojo
Manejo en el Tercer Nivel de Atención
Derivación urgente por guardia
2. Introducción
La diabetes mellitus (DM) se define como un conjunto de alteraciones metabólicas, de etiología múl-
tiple, caracterizadas por hiperglucemia crónica y trastornos en el metabolismo de los hidratos de
carbono, las grasas y las proteínas, resultado de defectos ya sea en la secreción de la insulina, en la
acción de esta o ambos. Sin control, su curso es progresivo y se acompaña de complicaciones micro
y macrovasculares.
Una de las complicaciones crónicas más graves de la DM es la que se produce en torno al pie.
Pie diabético (PD) se define como aquel que presenta infección, úlcera o destrucción de los te-
jidos del pie asociado a neuropatía y/o enfermedad arterial periférica de miembros inferiores en
personas con diabetes [2].
Se estima que el 25% de las personas con DM desarrollarán una herida o úlcera de PD a lo largo de su
vida [3]. La prevalencia mundial de úlcera del PD en personas con DM es en promedio del 6,4% [4]. El
riesgo de recurrencia de úlceras es alto, entre 30 y 40%, dentro del primer año. La consecuencia más
lamentable del PD es la amputación, esta implica un riesgo elevado de mortalidad, 6% en el período
perioperatorio y hasta un 50% a los tres años [5]. La amputación es unas 20 veces más frecuente
en las personas con DM que en la población general y en la gran mayoría está precedida por una
ulceración[6].
Los distintos programas de atención del PD que incluyen educación y cuidados del pie, exploración
regular del pie y detección del grado de riesgo de úlcera en el primer nivel de atención, pueden reducir
la aparición de lesiones.
• Promover la educación de las personas con diabetes mellitus sobre el cuidado de los pies y la
prevención de lesiones.
• Proveer herramientas para el tamizaje de las situaciones de base que predisponen al desarrollo
de pie diabético: la neuropatía diabética y la enfermedad arterial periférica.
• Brindar lineamientos para el tratamiento adecuado de los factores predisponentes del PD: enfer-
medad arterial periférica, deformidades y neuropatía.
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• Brindar herramientas para el tratamiento de la úlcera neuropática y la infección leve de pie diabé-
tico.
• Dar pautas para la derivación oportuna a un nivel de atención de mayor complejidad.
Destinatarios: todos los integrantes del equipo de salud que brindan atención a personas con diabe-
tes.
Beneficiarios: todas las personas adultas con DM.
La educación diabetológica para el automanejo (EDAM) se constituye como una posibilidad de brin-
dar herramientas y acompañamiento para que las personas con DM, puedan autogestionar los cui-
dados cotidianos necesarios para su bienestar. Es competencia de todo el equipo de salud de los
tres niveles de atención.
La DM, al igual que el resto de las enfermedades crónicas, requiere de tratamientos y cuidados de
larga duración. Por tal motivo, las personas afectadas necesitan aprender a convivir con un conjunto
de situaciones nuevas referidas al propio cuidado que incluye alcanzar y sostener profundos cambios
en el estilo de vida a largo plazo.
Siguiendo el Modelo de Atención de Personas con Enfermedades Crónicas (MAPEC), con el propósito
de favorecer los cambios necesarios en las conductas y hábitos en las personas, se requiere trabajar
fuertemente sobre dos fenómenos interrelacionados: la adherencia al tratamiento y el automanejo
[9].
Los principales aspectos que necesitan ser considerados para pensar cualquier intervención dirigida
a mejorar la adherencia son:
En cuanto al automanejo, se trata de un proceso a través del cual una persona o un grupo de indivi-
duos adquieren poder y acceden a los recursos necesarios para manejar su propia vida. Hace refe-
rencia a la participación activa del individuo en su tratamiento o el aprendizaje sobre su condición,
incluyendo los aspectos biológicos, emocionales, psicológicos y sociales [9].
Es importante reconocer la red de contención social o familiar de la persona con DM. Las personas
con enfermedades crónicas pasan la mayor parte del tiempo fuera de las instituciones de salud por
lo que la mayoría de los cuidados que necesitan recibir son autoimpartidos o proporcionados por su
entorno cercano. De este modo, la educación sistemática y el apoyo al automanejo, les permite ad-
quirir capacidad para autogestionar su condición y prevenir complicaciones.
Resulta fundamental que el equipo de salud que los asiste esté capacitado en técnicas de comunica-
ción para brindar consejos saludables a la comunidad.
*
La GPC Nacional de prevención, diagnóstico y tratamiento de la DM2 recomienda: 10 a 12 hs de
EDAM, preferentemente dentro del primer año del diagnóstico, de modo individual o grupal (o com-
binaciones), y un refuerzo anual de 2 a 4 hs a cargo de un equipo de salud capacitado, para mejorar
el control glucémico, reducir las complicaciones y la mortalidad. Considerar la participación de
los cuidadores, cuando las condiciones de salud de la persona así lo requieran [11]. La EDAM muy
probablemente reduzca el riesgo de ulceración y amputación en personas con DM.
Los servicios de salud que proveen cuidados preventivos de los pies a personas con diabetes pue-
den reducir el número de amputaciones no traumáticas.
Con la intención de suministrar información básica, estimular y guiar el desarrollo de habilidades para
el automanejo [2,12], abordar los siguientes puntos en el orden propuesto:
1. Inspección Aconsejar:
de los pies
• Inspección diaria de los pies observando el dorso, la planta y los espacios in-
terdigitales con un espejo en búsqueda de lesiones entre los dedos, cambios de
color, hinchazón, ampollas, helomas (callos o durezas), cambios en la cantidad
de vello, inflamación, quemaduras o ulceraciones (figura 1). Ante la aparición de
estos signos o un cambio con respecto al estado previo, consultar al equipo de
salud.
• Contar con la colaboración de otra persona para la inspección de los pies, si la
Figura 1.Inspección de los pies. persona con diabetes tiene dificultades para hacerlo [2,12].
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2. Higiene Aconsejar:
de los pies
• Lavado diario de los pies con agua y jabón (figura 2).
• Usar agua tibia (nunca caliente, siempre por debajo de los 37°C). No utilizar los
pies para controlar la temperatura, hacerlo con la muñeca o el codo. Limitar el
tiempo de lavado e higiene para evitar la maceración de la piel.
• Preferir jabones cremosos, evitar el uso de jabones neutros (ej: jabón blanco o
de glicerina) o antisépticos.
• Secar cuidadosamente el espacio interdigital con una toalla [13–17].
Figura 2.
Lavado de los pies.
3. Cuidado de Aconsejar:
la piel y las uñas
• Hidratar la piel, luego del aseo, con cremas emolientes, a base de vaselina,
lanolina o aceites hiperoxigenados, en el área de planta y dorso, evitando el
espacio interdigital (figura 3).
• Cortar las uñas en línea recta limando los extremos (sin profundizar el corte
de los bordes libres cercanos a la piel). En caso de que la persona tenga dificul-
tad (visual, motriz, etc.), es preferible que este cuidado sea efectuado por alguien
capacitado de su entorno o un profesional entrenado (podólogo matriculado)
Figura 3. Hidratación de la piel (Figura 4).
con cremas. • En presencia de uñas gruesas o con lesiones, callos, grietas o fisuras con-
sultar al equipo de salud. No utilizar agentes químicos, callicidas, ni elementos
cortantes para retirar los callos.
4. Medias Aconsejar:
y zapatos
Medias
• Usarlas siempre.
• Cambiarlas todos los días.
• Utilizar medias claras, preferentemente de algodón. Revisarlas todos los días:
observar si hay desgastes que orienten a zonas de hiperpresión/ hiperapoyo o
manchas de sangre o secreción luego de su uso.
Figura 5. Medias claras, de algodón. • Elegir aquellas sin costuras, de no ser posible, usar las medias del revés con
las costuras hacia afuera.
• Evitar aquellas muy ajustadas o con elástico (figura 5).
Zapatos
• Revisar y palpar la parte interna del calzado todos los días antes de su coloca-
ción, en búsqueda de objetos extraños en su interior.
• Evitar que el calzado sea apretado, con ajustes elásticos, con bordes o cos-
turas internas irregulares o ásperas. No ajustar excesivamente los cordones.
• No usar ojotas.
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• Longitud: la longitud interna del calzado necesita ser de 1 a 2 cm más larga que la longitud del
pie, medida desde el talón hasta el dedo más largo cuando una persona está de pie.
• Profundidad: que permita acomodar y mover los dedos del pie libremente sin causar presión en
los bordes y empeine.
• Ancho: considerar el ancho de todas las partes del pie (figura 7).
• Altura de la caña: aquella que llega por encima de los tobillos proporciona más firmeza, estabili-
dad y reduce el movimiento articular. En caso que llegue hasta los tobillos, es importante que la
altura de la caña del calzado termine por debajo de ambos maléolos y su borde libre no los roce
durante la marcha.
• Suela: se puede usar goma/caucho, plástico o cuero, pero se considera que las suelas de goma
son superiores por tener mayor resistencia al deslizamiento. Evitar que el zapato sea más flexible
que el pie, porque se desarrollará fricción durante la marcha.
Agregado de un perfil basculante o en mecedora (suela tipo rocker): se utiliza para reducir
las presiones plantares. El punto de pivote/flexión debe estar próximo a las articulaciones
metatarsofalángicas, para reducción de la presión plantar. Esta suela puede afectar el equi-
librio de la persona, en mayor medida cuanto más cercano al talón se coloque el punto de
pivote.
• Talón: bien ajustado y cerrado, libre de bordes internos que sobresalgan del calzado.
• Taco: de 1,5 a 2 cm, no exceder los 3 cm.
• Materiales: elegir de cuero o una combinación de materiales (similar a los zapatos deportivos),
con un forro interior liso hecho de un material que no se endurezca con el tiempo, con la menor
cantidad de costuras posible, que no generen roce en la parte interna del calzado y preferible-
mente sin costuras en el área del empeine. La parte superior debe ser transpirable y duradera y
tener la capacidad de moldearse a las deformidades del pie sin provocar áreas de presión.
• Puntera/capellada: flexible para adaptarse a la forma de los dedos y evitar cualquier roce entre
ellos.
• Al comprar zapatos, hacerlo a última hora del día, probarlos de pie. Adaptarse al nuevo calzado
usándolo en forma gradual, 1 o 2 horas por día.
• Las personas con deformidades pueden necesitar una plantilla o calzado ortopédico, evaluar la
necesidad de derivación. En caso de utilizar ortesis plantares (ej: plantillas) revi-
sar, adecuar y renovarlas periódicamente [2,12,18].
• Si bien la primera elección es el calzado cerrado, se pueden usar sandalias
con suela de goma y velcro que contengan tobillo y antepié, siempre con medias.
Tener la precaución de utilizarlas para distancias cortas, sin estar demasiado
tiempo de pie y en sitios seguros (figura 8).
Figura 8: sandalia con suela de goma y • Tener en cuenta las preferencias del paciente y las características regiona-
velcro, siempre con medias. les.
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5. Ejercicios Además de actividad física aeróbica diaria, sumar precozmente un plan de ejerci-
cios de los pies adecuado y adaptado (figura 9).
Aconsejar:
!
¡A TENER EN CUENTA!
Advertir:
Material de implementación
Video de cuidados de los pies en personas con diabetes disponible en la página web del Ministerio
de Salud de la Nación: https://www.youtube.com/watch?v=mtyUCtwT81Q
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Este documento se complementa con la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre detección y
manejo ambulatorio de complicaciones microvasculares de la DIABETES MELLITUS, de donde
se extraen recomendaciones [19]
*
En todas las personas con diabetes, se recomienda realizar la evaluación de los pies: historia clíni-
ca, inspección, palpación de pulsos arteriales y de la temperatura, y valoración de la sensibilidad,
tanto al diagnóstico de diabetes como durante el seguimiento, para detectar y tratar los problemas
activos del pie y los factores de riesgo de desarrollar úlcera de pie diabético [19].
En el siguiente cuadro se describe brevemente la anamnesis y el examen físico del pie. Los ítems se
desarrollarán a lo largo del capítulo (cuadro 1).
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Años de duración
de la DM
Complicaciones -Retinopatía
microvasculares -Nefropatía
-Neuropatía
INTERROGAR
Conocimiento y prácticas -Ej.: particularidades del calzado, higiene de pies, corte de uñas, etc.
sobre el autocuidado de
los pies (EDAM)
Cuadro 1. Examen clínico del pie. HTA: hipertensión arterial, EDAM: educación diabetológica para el automanejo, MMII: miembros inferiores.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 13
Factores predisponentes para OSTEOARTICULARES: deformidades que suelen generar áreas de hiperapoyo que pre-
lesiones/ problemas activos de disponen a la formación de callos, como prominencias óseas, dedo en martillo, hallux
los pies valgus, amputaciones previas, atrofia de almohadilla plantar, etc.
INSPECCIÓN DE LOS PIES, LAS MEDIAS Y EL CALZADO
PIEL Y FANERAS: anhidrosis, hiperqueratosis difusa (ej. piel reseca y engrosada del
(de pie y acostado, sin calzado, medias ni vendajes)
SIGNOS DE NEUROPATÍA: atrofia de músculos del pie con flexión de las articulaciones
interfalángicas e hiperextensión de las metatarsofalángicas (disfunción motora), disten-
sión de venas dorsales del pie con aumento de la temperatura, piel fina, seca, atrófica y
con fisuras (disfunción autonómica).
TEST DE IPSWICH: tocar suavemente y de forma secuencial, sin ejercer presión, con la
punta del dedo índice del examinador, la punta del primer, tercer y quinto dedo de ambos
pies durante 1 a 2 segundos.
DIAPASÓN: sujetar el diapasón por el mango y percutir sus ramas con la palma de
la mano contraria, luego aplicar con una presión constante sobre parte ósea del lado
dorsal de la falange distal del primer dedo (hallux).
y de la temperatura
de la piel
Cuadro 1. Examen clínico del pie (continuación). EAP: enfermedad arterial periférica. MMII: miembros inferiores.
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El examen clínico del pie permite establecer la categoría de riesgo de desarrollar pie diabético, para
determinar un manejo y frecuencia de evaluación adecuados. Todas las personas con diabetes re-
quieren como mínimo la evaluación anual de sus pies. Es importante conocer los principales factores
de riesgo para el desarrollo de PD [20,21]:
El Grupo Internacional de Trabajo de Pie Diabético propone acordar un plan de cuidados del pie basa-
do en los niveles definidos de riesgo de ulceración del pie mediante su categorización (cuadro 2) [2]:
0 Muy bajo Ausencia de PSP y de EAP. Examen clínico de los pies, anual.
Educación.
3 Alto PSP o EAP + uno de los siguientes: Examen clínico de los pies cada 1 a 3 meses.
- antecedente de úlcera de pie, Educación y control podológico.
- amputación mayor o menor de Calzado adecuado (con plantilla y/o calzado a medida si
miembro inferior, lo requiere).
- enfermedad renal terminal. Tratamiento y seguimiento en conjunto con equipo
especializado.
Riesgo calculado:
Próximo control:
Cuadro 2. Sistema de categorización del riesgo de complicaciones diabéticas del pie. Modificado de Schaper N.C., van
Netten J.J., Apelqvist J., Bus S.A., Hinchlife R.J., Lipsky B.A. 2019 IWGDF Guidelines on the Prevention and Management of
Diabetic Foot Disease. PSP: pérdida de sensación protectora; EAP: enfermedad arterial periférica.
La evolución al aumento de categoría es el cambio más probable. Puede haber un descenso de ries-
go luego de una intervención quirúrgica que normalice la estructura del pie [2].
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Las deformidades de los pies, concomitantes con la polineuropatía diabética, se asocian al desarrollo
de áreas de hiperapoyo; se produce un aumento de la presión o de la fricción que no es percibido por
la persona y al no tomar medidas de protección o preventivas, se produce la aparición de hiperquera-
tosis. Esta condición favorece el desarrollo de callos o helomas; los mismos se comportan como un
cuerpo extraño sobre la superficie cutánea lo cual incrementa la presión local. En consecuencia, se
puede generar una úlcera, generalmente precedida por una hemorragia subcutánea [3,22] (figura 1).
Figura 1. Desarrollo y evolución de úlcera neuropática en área de hiperapoyo. Tomado de Schaper N.C., van Netten J.J., Apelqvist J., et al. 2019.
IWGDF Practical guidelines on the prevention and management of diabetic foot disease.
Las deformidades pueden ser flexibles (se pueden corregir manualmente) o rígidas (no se pueden
corregir manualmente).
Pie cavo: elevación anormal del arco longitudinal del pie. Esta pronunciación del arco se puede ver
acompañada por deformidades de las articulaciones metatarsofalángicas como los dedos en garra
o deformidades rígidas en garra del primer dedo.
A medida que aumenta la deformidad, el tejido adiposo plantar se desplaza en dirección distal y los
metatarsianos pierden la amortiguación del tejido adiposo.
Se produce un aumento del peso y esfuerzo sobre las cabezas de los metatarsianos y del talón cuan-
do la persona está de pie o caminando, siendo estos los lugares donde se van a encontrar la mayor
cantidad de lesiones y úlceras [23] (figuras 3a-3c).
Dedo en mazo
Última falange de los dedos con flexión fija generando hiperapo-
yo de los pulpejos (figura 5).
Juanetillo de sastre
Es una protuberancia en el quinto hueso metatarsiano, es decir
en la base del dedo pequeño del pie. La protuberancia que carac-
teriza el juanete de sastre se da en la cabeza del metatarsiano.
La fricción entre la prominencia ósea y el calzado puede llevar a
la aparición de una hiperqueratosis lateral [23] (figura 6).
Dedo en martillo
Deformidad en flexión de la articulación interfalángica proximal,
generalmente con una hiperextensión asociada de la articula-
ción metatarsofalángica [21]. La causa parece ser multifactorial,
tiene asociación con neuropatía diabética [23] (figura 8).
Figura 12. Hallux rigidus: vista sagital. Exostosis dorsal con área
de hiperqueratosis.
Deformidades flexibles
Puede utilizarse una plantilla personalizada con realce del arco longitudinal, oliva metatar-
sal retrocapital con descarga de la zona con hiperqueratosis, callo o heloma -cabeza de metatarsia-
no correspondiente-, realces en talón para corregir el retropié varo o valgo, entre otras; siempre de
acuerdo con cada deformidad. Generalmente la plantilla es realizada por un técnico ortesista, las
plantillas deben revisarse por el equipo de salud antes de ser utilizadas por primera vez.
En el caso de no contar con ortesista, puede utilizarse una plantilla de plastazote, goma EVA, tipo
Hannover, o algún otro material blando en el cual se realiza un orificio en la zona del callo para que
esa región no apoye cuando la persona deambula. Es importante elegir un calzado adecuado.
Deformidades flexibles
El primer paso es cambiar el calzado y utilizar horma ancha con puntera alta para evitar que el dedo
roce con el mismo, además pueden utilizarse protectores de silicona para disminuir la presión en la
zona. Esto también puede realizarse en los casos en que los dedos tengan roces o fricción entre ellos
debido a deformidades.
Deformidades rígidas
En el caso de que existan, además de las recomendaciones de calzado ya sugeridas, derivar a centro
de mayor complejidad para evaluar tratamiento quirúrgico -segundo o tercer nivel de atención con
especialista en ortopedia y traumatología-.
Tener en cuenta la posibilidad de utilizar calzado con suela en mecedora o rocker bottom, ya que
facilita la mecánica del paso en todos los casos antes mencionados .
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• Signos de neuropatía: atrofia de músculos del pie con flexión de las articulaciones interfalángicas
e hiperextensión de las metatarsofalángicas (disfunción motora), distensión de venas dorsales
del pie con aumento de la temperatura, piel fina, seca y con fisuras (disfunción autonómica).
• Signos de enfermedad arterial periférica: ausencia de vello, palidez, cianosis o gangrena, piel fina
y brillante. Derivación urgente por guardia al tercer nivel de atención en caso de cianosis, gan-
grena húmeda o gangrena seca extensa o progresiva (figuras 21 y 22).
Evaluar por dentro y por fuera el calzado, las plantillas y las medias para identificar uso, característi-
cas e higiene adecuados, áreas de alta presión y excesivo desgaste.
Figura 15. Anhidrosis de talón. Figura 16. Hiperqueratosis, grietas Figura 17. Callos o helomas. Figura 18. Micosis interdigital.
o fisuras.
Figura 19. Ampolla. Figura 20. Onicodistrofia Figura 21. Palidez. Figura 22. Cianosis.
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GRIETAS O FISURAS: crema con urea al 20% (sólo sobre áreas de hiperqueratosis, NO colocar dentro de la
grieta o fisura).
CALLOS: para corregir hiperapoyo, elegir calzado adecuado, indicar plantilla preferentemente según pedigrafía,
seguimiento por podología y, si no mejoran derivar al segundo nivel de atención para evaluación del apoyo.
MICOSIS INTERDIGITAL: reforzar el secado entre dedos, crema con antimicótico (elegir pasta si la lesión es
muy húmeda).
AMPOLLAS: no romper, evitar apoyo sobre la ampolla. Puede cubrirse con gasa seca. Higiene diaria en piel
indemne con jabones cremosos. Ante la ruptura de la ampolla, retirar restos de epitelios y cubrir con gasa vase-
linada. Lavar diariamente con solución fisiológica.
ONICODISTROFIA: solicitar estudio micológico directo y cultivo de la/s uña/s afectada/s y corroborar presen-
cia de pulsos (pedio y tibial posterior). Tener en cuenta para la toma de muestra:
• preferentemente no estar medicado con antifúngicos (tópicos y/o orales) previo a la realización;
• no cortar ni limar las uñas durante las 2 semanas previas,
• no esmaltar ni colocar talcos, cremas o lacas tópicas,
• 3 días previos, 2 veces por día, realizar baños de agua y sal durante 10 minutos (1 cucharada de sal por litro
de agua), facilita la toma de muestra cuando las uñas se encuentran hiperqueratósicas.
• concurrir el día de la muestra con calzado cerrado.
Es la neuropatía que se presenta con más frecuencia en las personas con diabetes, 25-48% de preva-
lencia, y es el factor de riesgo aislado más importante para el desarrollo de úlceras de pie diabético,
es distal y simétrica. Considerar otras causas posibles de neuropatía, especialmente si es asimétrica,
predominio motora, proximal o rápidamente progresiva, de ser así derivar al segundo nivel de aten-
ción [30].
Produce la debilidad y atrofia de los músculos del pie y la pierna, altera la presión plantar con aumen-
to de la presión en la cabeza de los metatarsianos y marcha anormal [3]. Produce la flexión de las
articulaciones interfalángicas y la hiperextensión de las metatarsofalángicas. El disbalance muscular
resulta en deformidades que alteran las propiedades biomecánicas del pie, lo que condiciona aumen-
to del estrés [31]. En consecuencia, aparecen sobre la zona plantar puntos de riesgo para úlceras
debido a las áreas de hiperqueratosis que se desarrollan con núcleo en zonas de hiperpresión de la
piel sobre un punto óseo, denominados helomas o callos. En presencia de dedos en garra u otras
protrusiones óseas como hallux valgus pueden aparecer úlceras por fricción o presión en dorso o
planta de los dedos (figura 23).
Neuropatía autonómica
En personas con diabetes, se sugiere como método de evaluación de la sensibilidad de los pies, el
monofilamento de 10 gramos para diagnóstico de la pérdida de la sensación protectora (PSP)/ND
sensitiva. Cuando el monofilamento de 10 gramos no esté disponible, se sugiere como método de
evaluación de la sensibilidad de los pies, la prueba táctil de Ipswich o el diapasón de 128 Hz [19].
*
La pérdida de la sensación protectora (PSP) aumenta el riesgo de traumatismos externos o inter-
nos indoloros.
Percepción de la presión:
->r Monofilamento de 10 gramos (mejor predictor de PSP): determina el riesgo de ulceración fu-
tura.
Preparación: acostar a la persona en una camilla, sin zapatos ni medias, luego pedirle que cierre los
ojos. Previo a la prueba, aplicar el monofilamento sobre las manos para ser reconocido por la persona.
Sitio de aplicación: pulpejo del primer dedo, cabeza de primer y quinto metatarsiano de ambos pies
[6,12,22] (figura 24).
Método: pedir a la persona que mantenga los ojos cerrados durante la prueba, aplicar el monofila-
mento perpendicularmente a la superficie de la piel con suficiente fuerza para provocar la curvatura
del mismo. Mantener el contacto con la piel aproximadamente 2 segundos. No aplicar en úlcera, callo
o tejido necrótico, sino en sitios periféricos [32,33] (figura 25).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 24
Mientras se presiona la piel con el monofilamento, preguntar a la persona si lo siente y que indique
dónde advierte la presión. Realizarlo dos veces en cada sitio, si la respuesta es discordante, realizar-
lo una tercera vez.
Figura 24. Sitios de aplicación del monofilamento. Figura 25. Test con el monofilamento. Modificado de Schaper N.C., van Netten J.J.,
Modificado de Schaper N.C., van Netten J.J., Apelq- Apelqvist J., et al. 2019. IWGDF Guidelines on the Prevention and Management of
vist J., et al. 2019. IWGDF Guidelines on the Preven- Diabetic Foot Disease.
tion and Management of Diabetic Foot Disease
Esta prueba simple se puede usar para detectar la pérdida de sensación protectora (PSP),
cuando el monofilamento de 10 gramos no está disponible (figura 26).
Instrumento: no requiere.
Preparación: explicar el procedimiento y asegurar que la persona lo entienda.
Método:
Indicar al individuo que cierre los ojos y diga “sí” cuando sienta el tacto.
El examinador toca suavemente y de forma secuencial, sin ejercer presión, con la punta de su
dedo índice, la punta del primer, tercer y quinto dedo de ambos pies durante 1 a 2 segundos.
Interpretación: PSP probable cuando el tacto suave no se detecta en 2 o más sitios [2].
Sequedad, anhidrosis, atrofia cutánea, grietas y fisuras, aumento de temperatura con dilataciones
venosas (figuras 30 y 31) [12,22].
Figura 28. Atrofia de músculos Figura 29. Maniobra del abanico Figura 30. Anhidrosis. Figura 31. Pie con dilataciones
interóseos. normal, separa los dedos. venosas.
Evitar/retrasar la progresión de la ND, muy probablemente dependa del adecuado control glucémico
(metas de HbA1c). La GPC Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes
Mellitus tipo 2 [11] aconseja metas individualizadas de HbA1c para reducir complicaciones micro-
vasculares y probablemente contribuir a la reducción de las macrovasculares. Asimismo, resalta
la importancia del tratamiento de las comorbilidades asociadas: obesidad, hipertensión arterial,
tabaquismo, manejo de lípidos, para prevenir el desarrollo y la progresión de las complicaciones
crónicas de la diabetes [11].
En personas con ND (sensitiva, motora y/o autonómica) con o sin antecedente de úlcera de pie
diabético, se sugiere la atención integral de los pies por un equipo interdisciplinario porque podría
reducir la ocurrencia y recurrencia de úlceras. Se sugiere según cada caso el uso de calzado ancho
y profundo u ortopédico, plantillas personalizadas y para los dedos con deformidades el uso de
ortesis (apoyos u otros dispositivos externos de silicona a medida) para reducir la ocurrencia y recu-
rrencia de úlceras [19].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 26
La ND dolorosa se manifiesta con un síndrome crónico de discomfort con síntomas como entu-
mecimiento, parestesias u hormigueos en los pies, especialmente nocturnos, dolor quemante
o lancinante, hiperestesia (aumento de la sensibilidad), menos frecuentemente alodinia (dolor
ante estímulos inocuos)[12].
Para poder objetivar la intensidad del dolor inicial, y así su respuesta al tratamiento, existen distintas
escalas. La escala numérica es un método semicuantitativo que permite graduar la intensidad del
dolor, la afectación de las actividades de la vida diaria y la interferencia con el sueño que experi-
menta la persona con neuropatía. Es útil durante el seguimiento para registrar los cambios evolutivos
subjetivos, agudos y crónicos del dolor con y sin tratamiento (figura 32 y cuadro 4) [30].
Intensidad Características
Severo mayor o igual • Dolor que limita las actividades de la vida diaria.
a7 • Afecta la calidad de sueño o lo interrumpe.
• El dolor es continuo.
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Síntomas incipientes/leves
Iniciar tratamiento con ácido tióctico 600 mg/día. Los efectos adversos más frecuentes son las mo-
lestias gastrointestinales leves [19].
Estos fármacos requieren titulación creciente, generalmente semanal. Los incrementos se realizan
preferentemente con las tomas de las últimas horas de la tarde o al acostarse [19].
*
RECORDEMOS no indicar amitriptilina en presencia de glaucoma, hipotensión ortostática, sínco-
pes, infarto agudo de miocardio reciente, arritmias, insuficiencia cardíaca.
Pocas personas tienen un alivio completo del dolor independientemente del fármaco elegido y se
considera una respuesta clínicamente significativa a una reducción del 30% al 50% respecto del
dolor basal[6].
Ante intolerancia o en ausencia de respuesta, alternar entre las cuatro opciones preferenciales de
inicio (pregabalina, gabapentina, amitriptilina, duloxetina). Suspender la opción no tolerada o ineficaz
e iniciar una de las tres restantes, considerar cambiar nuevamente si el segundo y el tercer medi-
camento que se prueban tampoco fueran efectivos o tolerados. De ser necesario, en el periodo de
rotación farmacológica, utilizar tramadol como rescate [19].
Uso de opioides
No usar analgésicos opioides (ej. tramadol, morfina) como tratamiento crónico ya que si bien tienen
eficacia, presentan riesgo de desarrollar tolerancia, dependencia, abuso y aumento de la mortalidad.
Usarlos sólo como tratamiento de rescate [19].
Puede combinarse con pregabalina o con gabapentina, tener precaución con la amitriptilina por ma-
yor riesgo de sedación y no combinar con duloxetina dado que aumenta la vida media del tramadol
(flujograma 1).
• Tramadol (analgesico opioide atípico, agonista puro no selectivo de los receptores μ (mu), κ
(kappa) y δ (delta), aumenta la liberación de serotonina e inhibe la recaptación de norepinefrina):
- Dosis: 50 mg 1 a 4 veces por día. Dosis máxima: 400 mg/día.
- Efectos adversos: náuseas y vómitos, constipación, mareos, cansancio, hiperhidrosis, trastor-
nos psiquiátricos; aumento de la mortalidad vinculado al uso crónico [19].
- Contraindicaciones: uso de inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO) en los últimos 14 días,
epilepsia no controlada, tratamiento concomitante por abstinencia de narcóticos. Evitar opioi-
des ante antecedente/presencia de otras dependencias como alcoholismo o adicción/abuso de
sustancias. Evitar ante la presencia de padecimientos mentales como trastornos de ansiedad y
depresión.
Tratamiento no farmacológico de la ND
No existe evidencia de suficiente calidad sobre la efectividad de la acupuntura, la terapia cognitiva
conductual, ni la terapia de estimulación eléctrica transcutánea de nervios en el tratamiento de per-
sonas con ND dolorosa [37].
Sí
Derivar a servicio especializado
(Segundo/Tercer Nivel
¿Cuál es la intensidad del dolor? de Atención)
Leve Moderada/Severa
Falta de Respuesta/
Intolerancia a los
Ácido Tióctico Pregabalina o Gabapentin o cuatro fármacos
Duloxetina o Amitriptilina Alternar
entre
Falta de Respuesta/ los cuatro
Intolerancia Falta de Respuesta/
Intolerancia fármacos
La EAP suele ser asintomática al inicio, o presentar síntomas inespecíficos como sensación de can-
sancio en miembros inferiores, parestesias y mayor sensibilidad al frío. En su evolución suele coexis-
tir con afectación de otros territorios arteriales (ej: coronario) y atraviesa distintas etapas que van
desde la claudicación intermitente no invalidante hasta la imposibilidad de deambular con dolor in-
tenso de reposo.
La DM es un factor de riesgo mayor para EAP. Las tasas de prevalencia de EAP en personas con DM
oscilan entre el 10 al 40%, aunque el 65% de los individuos con úlcera de pie diabético tienen algún
grado de EAP [38,39]. En las personas con DM, la EAP progresa más rápidamente y se presenta a
edades más tempranas que en la población general, afecta múltiples segmentos, es
bilateral y distal, además la formación de colaterales suele estar disminuida [2]. La mor-
talidad de las personas con EAP que sufren una amputación mayor es del 50% a 2 años
[39].
Isquemia crítica de miembro inferior: condición caracterizada por dolor de reposo is-
quémico crónico (mayor o igual a 2 semanas), heridas/úlceras que no cicatrizan, o gan-
grena en uno o ambos miembros inferiores atribuibles a EAP documentada [38].
Figura 33. Claudicación intermitente
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 30
Dolor isquémico de reposo: dolor intenso y persistente debido a enfermedad arterial periférica que
aumenta con el frío y con la marcha. Puede, al menos parcialmente, ceder o mejorar con los pies
colgando de la cama y puede empeorar al elevar los miembros inferiores [2].
Miembro inferior salvable (salvataje): condición con potencial para asegurar la viabilidad y preservar
la función motora en la parte que soporta el peso del pie si se trata [38].
Gangrena o necrosis: resultado de la muerte tisular, debido a isquemia, infección o lesión. En ausen-
cia de infección, generalmente resulta en un tejido seco y negro, llamado gangrena o necrosis seca;
cuando el tejido está infectado, se acompaña de putrefacción y celulitis circundante, y se denomina
gangrena o necrosis húmeda [2].
A. Preguntar por: claudicación intermitente, dolor isquémico en reposo, otros síntomas de los
miembros inferiores de esfuerzo no relacionados con las articulaciones, deterioro de la marcha
[38,41].
Síntomas Sospechar Tener en cuenta que en aquellas personas con ND concomitante, los síntomas de isque-
en compromiso mia pueden ser más sutiles y saltear la claudicación y el dolor en reposo para presentar-
Nalga Aorto-ilíaco se con gangrena o pérdida de tejido [42].
y muslo
En presencia de claudicación intermitente: establecer la localización (cuadro 5) y la dis-
Pantorrilla Fémoro-
poplíteo tancia en que aparece, para establecer el pronóstico. Es de peor pronóstico cuanto me-
nor es la distancia a la que aparece y más distal su localización [40].
Tobillo y Tibio-pero-
pie neo y sus
ramas Cuadro 5. Síntomas según territorio vascular afectado. Zavala AV. Pie Diabético. Editorial Akadia Buenos
Aires, Argentina 1986 p299-320.
B. Examen físico:
- Examen anormal de pulsos tibial posterior y pedio de cada pie: la presencia de pul-
sos palpables en los pies es un buen predictor de circulación distal adecuada, pero su
ausencia sólo es un predictor moderado de EAP. Para considerar “pulsos ausentes en el
pie” no se tiene que palpar ni el tibial posterior ni el pedio[2] (figuras 34a y b).
a b
- Presencia de soplos.
Figura 34. Las líneas punteadas - Relleno capilar enlentecido.
muestran donde tomar el pulso de
la arteria pedia (a) y tibial posterior
- Presencia de eritrocianosis o rubor a la dependencia: coloración rojiza visible cuan-
(b). Modificado de Guías ALAD de do la pierna está en una posición sentada pendiendo (sin que los pies apoyen), pero que
Diagnóstico, Control y Tratamiento desaparece cuando se eleva por encima del corazón (desde la posición supina elevar
de la Diabetes Mellitus tipo 2, Ca-
las piernas hasta 60 grados durante 1 minuto). La palidez dentro de los primeros 25
pítulo 13. Pie Diabético. Volumen
XIV, Nº 4, diciembre 2006. segundos sugiere enfermedad arterial periférica [39]. Es importante diferenciar el rubor
asociado con la EAP de la celulitis que acompaña a un proceso infeccioso, el eritema de
la celulitis persistirá a pesar de la elevación del miembro inferior.
- Piel fría, fina (atrófica) y brillante.
- Ausencia de vello y lento crecimiento de uñas o distrofia [2,38] (figura 35).
- Úlceras de pie diabético (UPD) secundarias a isquemia, se caracterizan por: locali-
zación distal (dedos de los pies, bordes laterales, talón); ser muy dolorosas, presentar
lecho necrótico, pálido, descamado, con granulación deficiente y ser lentas en su cica-
Figura 35. Pie isquémico: necro-
sis, atrofia cutánea, ausencia de
vello, eritrocianosis, onicodistrofia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 31
trización. Suelen presentarse en miembros inferiores con signos de EAP asociada (temperatura fría,
pulsos disminuidos o ausentes, etc.).
Siempre buscar infección asociada: edema/induración, eritema, dolor, pus, aumento de temperatura,
compromiso sistémico.
- Necrosis: La gangrena o necrosis seca se caracteriza por tejido negro y seco (figura 36).
La gangrena o necrosis húmeda se asocia a infección y habitualmente se acompaña de putrefacción
y celulitis circundante (figura 37).
Ante hallazgos sugestivos de EAP indicar: ejercicio físico, estatinas, cesación tabáquica,
control de presión arterial y glucemia.
Claudicación intermitente progresiva y/o invalidante (que afecta las actividades de la vida diaria)
y/o a menos de 100 metros: antiagregación plaquetaria, estatinas y cilostazol en dosis progresivas
según tolerancia (iniciar con 50 mg/día), hasta 100 mg c/12 hs; derivar a tercer nivel de atención con
especialista en cirugía vascular con turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días.
Dolor isquémico en reposo: derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular de
manera urgente, ingreso por guardia.
Otros síntomas de esfuerzo, de los miembros inferiores, no relacionados con las articulaciones,
deterioro de la marcha: derivar a segundo nivel de atención con equipo de pie diabético con turno
programado, en un plazo no mayor a 30 días, para realizar índice tobillo/brazo (ITB) y evaluación mul-
tidisciplinaria con el fin de establecer diagnóstico diferencial entre dolor isquémico y otros tales como
ND, alcohólica, disautonomía, canal estrecho medular, etc.
• Isquemia progresiva: derivación urgente al tercer nivel de atención con especialista en cirugía
vascular. Ingresa por guardia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 32
Las personas con enfermedad arterial periférica se considera que ya tienen enfermedad cardiovas-
cular establecida [43].
1. Ejercicio estructurado
Es de utilidad en todas las personas con EAP.
Personas con claudicación: un programa de ejercicio supervisado puede mejorar el estado funcional
y reducir los síntomas en los miembros inferiores.
El entrenamiento se realiza por un mínimo de 30-45 minutos/sesión, al menos 3 veces/semana
durante un tiempo mínimo de 12 semanas [38].
El ejercicio de deambulación en el hogar no es tan eficaz como el supervisado, pero es una alternativa
útil cuando el primero no está disponible y para continuar el entrenamiento cumplidas las 12 sema-
nas.
También se ha demostrado la eficacia de la práctica de ejercicios alternativos: bicicleta, entrenamien-
to muscular, ejercicios ergonómicos de los brazos [43,44]. Es importante analizar en cada caso la
intensidad y el tipo de ejercicio. Es deseable que este sea supervisado por un especialista o equipo de
atención, y en aquellos casos donde la persona sea idónea puede optarse por el autocontrol.
2. Terapia antiplaquetaria
EAP sintomática: aspirina (100 mg por día) o clopidogrel (75 mg por día) en caso de alergia o intole-
rancia a la aspirina [38,44].
3. Estatinas
Estatinas de alta intensidad (o la mayor intensidad tolerada): atorvastatina 40-80 mg/día o rosuvas-
tatina 20-40 mg/día [44].
4. Antihipertensivos
Personas con hipertensión arterial: elegir inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
(IECA) o antagonistas de los receptores tipo 1 de la angiotensina II (ARAII) como primera línea [38].
Véase la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Hiperten-
sión Arterial (HTA), 2019.
En presencia de EAP tener precaución para evitar que la presión arterial sistólica (PAS) descienda por
debajo de 120 mmHg [44].
5. Cilostazol
Personas con claudicación intermitente: titular desde 50 mg/día hasta 100 mg c/12 hs. Mejora los
síntomas y aumenta la distancia de caminata libre de dolor. Utilizar con precaución en personas con
IFGe menor a 25 ml/min/1.73 m2, contraindicado en insuficiencia cardíaca y en insuficiencia hepática
severa. Los efectos adversos más frecuentes son cefalea, diarrea y palpitaciones.
6. Cesación tabáquica
Personas fumadoras: plan de cesación tabáquica[38]. Véanse los materiales del Programa Nacional
de Control de Tabaco.
7. Manejo de la glucemia
La prevención y el control de las complicaciones de la DM muy probablemente dependan tanto del
control glucémico como del control de los factores de riesgo cardiovascular asociados.
Véase la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes
Mellitus Tipo 2.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 33
Tamizaje de EAP
en el Primer Nivel
de Atención
Signos de EAP:
pulsos alterados,
Examen físico soplos, eritrocianosis,
piel adelgazada,
ausencia de vello, etc.
UPD isquémica,
sin infección turno prioritario
ni progresión
UPD isquémica,
con infección
y/o gangrena húmeda
urgente por guardia
Isquemia progresiva
La úlcera de pie diabético (UPD) es una solución de continuidad de la piel del pie que abarca desde
afectación mínima de la epidermis y parte de la dermis, hasta heridas profundas que pueden llegar
al hueso [2]. Se caracterizan por su cronicidad. Suelen implicar un impacto en la calidad de vida y
en la morbimortalidad de las personas con diabetes [45,46].
El término UPD no complicada excluye a las UPD muy extensas y/o profundas (lesión que atraviesa
la dermis y llega a las fascias, el músculo o el tendón), y a aquellas úlceras con signos clínicos de in-
fección moderada a severa (compromiso de estructuras más profundas que la piel y el tejido celular
subcutáneo, presencia de trayecto linfangítico, fascitis, compromiso tendinoso, osteomielitis, artritis
séptica, absceso y, en las cuales, el eritema es mayor a 2 cm desde el margen de la herida); y a aquellas
con necrosis o gangrena y/o pulsos ausentes. Las UPD complicadas requieren derivación a segundo
o tercer nivel de atención.
Tipos de UPD
Para el seguimiento, elección del tratamiento y pronóstico de las UPD es fundamental poder distinguir
la causa predominante de ulceración. Las UPD se clasifican en: neuropáticas, isquémicas y neurois-
quémicas [13] (cuadro 6).
UPD isquémicas: la isquemia se asocia a UPD en localizaciones distales (dedos de los pies, interdigi-
tales, bordes laterales, talón); son muy dolorosas independientemente de su tamaño, presentan fondo
necrótico, bordes no viables y son lentas en su cicatrización (figura 39).
Figura 38. Úlcera plantar. Figura 39. Pie isquémico. Figura 40. Pie neuroisquémico infectado.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 35
Localización típica Zonas que soportan Puntas de los dedos, Bordes del pie y de los
el peso del pie, como bordes de las uñas, dedos.
las cabezas de los espacio interdigital,
metatarsianos, dorso bordes laterales del pie.
de dedos en garra.
El objetivo principal del tratamiento de la UPD es el cierre de la herida. La intención es tratar la UPD en
un estadío precoz para una curación temprana [48,49].
*
Los componentes esenciales del tratamiento son:
• Tratar los procesos patológicos subyacentes.
• Garantizar una irrigación sanguínea adecuada.
• Realizar el cuidado local de la herida, incluido el control de infecciones.
• Descargar la lesión.
Consiste en la evaluación biopsicosocial de la persona con pie diabético (PD), el denominado “Tria-
ge de PD”, la consideración de la necesidad de insulinización para mejorar el control metabólico y el
cuidado local de las UPD. Este último incluye la medición e iconografía de la lesión, su valoración lo-
cal (según esquema TIME), clasificación y la cura de heridas: eliminación del tejido no viable, control
de la carga bacteriana y del exudado, y protección de los bordes[50,51] (flujograma 3).
Evaluación biopsicosocial
Aborda a la persona con enfermedad crónica y UPD en forma integral, visualizando sus herramientas
de afrontamiento, enfatizando la interacción de la persona con sus heridas crónicas y el ambiente
donde vive, considerando factores sociales que condicionan la evolución de su enfermedad, como
sus comorbilidades (edemas, malnutrición), colocándola en el centro de la asistencia sanitaria [2].
Ante la presencia de UPD, considerar si la insulinización es requerida para el control metabólico. Esta
acción además favorece el proceso de cicatrización[52]. Véase Guìa de Práctica Clínica Nacional so-
bre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2. 2019. Versión breve para el
equipo de salud.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 36
Es la información que se recaba en la consulta por medio de la anamnesis y el examen físico exhaus-
tivo para poder diagnosticar adecuadamente y determinar la conducta a seguir con un tratamiento
óptimo.
Aspectos claves:
• La herida, ¿es predominantemente neuropática, isquémica o neuroisquémica? Si es isquémica,
¿se trata de una isquemia crítica de miembros inferiores?
• ¿Cuánto tiempo de evolución tiene esa UPD?
• ¿Tiene compromiso de tejidos profundos?
• ¿Está infectada la herida? En caso afirmativo, ¿hay síntomas y signos de compromiso sistémico?
• ¿Hay presencia de necrosis? ¿La necrosis es húmeda o progresiva?
T I M E
Tissue/Tejido Infection/Infección Moisture/exudado Edge/Bordes
Eliminación del Control de la carga bacteriana Control de exudado epiteliales
tejido no viable
exceso Hiperquerató-
no si seca Proteger
humedad sicos
Desbridamiento
enzimático
(colagenasa),
autolìtico solución Gasa vaselinada/ Alginato/
(hidrogel) antiséptico
fisiológica hidrogel hidrofibra
Desbridamiento Ver
cortante con bisturí flujograma
infección
Valorar la presencia de hueso expuesto y realizar prueba ósea introduciendo una sonda metálica
roma estéril en el fondo de la úlcera. Se considera positiva cuando hay contacto con el hueso[53].
T: Tejido no viable (Tissue). Evaluar el color/estado del lecho de la herida: negro (necrosis), amarillo
(fibrina), rojo (granulación), rosa (epitelización). La necrosis y la fibrina son tejidos no viables. En pre-
sencia de necrosis identificar si es húmeda o seca [50,51].
I: Infección (Infection). Se define por la presencia de al menos dos de las siguientes alteraciones: ede-
ma/induración local, eritema, dolor o aumento de la sensibilidad local, secreción purulenta (secreción
espesa, blanquecina a opaca, sanguinolenta), aumento de temperatura local [54].
M: Exudado (Moisture). Valorar la presencia de exudado, su nivel de producción (abundante, mode-
rado, escaso, nulo), color y consistencia, identificar si es purulento. Observar si los apósitos están
mojados y si la venda se visualiza externamente manchada.
E: Bordes epiteliales (Edge). Valorar el estado del borde de la herida (callo, maceración, eritema,
edema). También evaluar el área perilesional: la presencia de eritema o maceración indican compli-
caciones adicionales.
->r Clasificación
El registro de las características de las ulceraciones es necesario para planificar estrategias de tra-
tamiento, monitorizar efectividad, predecir resultados clínicos y mejorar la comunicación entre los
miembros del equipo de salud (lenguaje común en UPD), además de asegurar una adecuada referen-
cia y contrarreferencia en la derivación.
Consideramos el uso de la Clasificación de la Universidad de Texas [55] que tiene en cuenta, además
de la profundidad de las heridas, la presencia de infección y enfermedad arterial periférica, factores
que determinan el pronóstico de las mismas (cuadro 7).
• Grado 0: sitio pre o post ulcerativo. Actualmente está totalmente epitelizado luego de desbridar
hiperqueratosis o tejidos no viables. El diagnóstico de lesión grado 0 puede ser realizado sólo
luego de la remoción de alguna hiperqueratosis regional.
• Grado I: herida superficial. Compromete hasta dermis.
• Grado II: herida que penetra a tendón o cápsula.
• Grado III: herida que penetra hasta hueso o articulación. Se palpa hueso o articulación.
Figura 41. Texas 0 A. Lesión Figura 42. Texas I A. Úlcera Figura 43. Texas II B. Úlcera que Figura 44. Texas III D. Úlcera que
postulcerativa epitelizada limpia no superficial, limpia, sin isquemia ni penetra tendón o cápsula infectada, penetra hueso o articulación,
isquémica. Obsérvese el contorno infección no isquémica. isquémica e infectada que requirió
epitelizado por completo donde amputación menor. Obsérvese
previamente se localizaba la UPD borde superior con tejido necrótico,
rodeada de hiperqueratosis. fondo con sectores de fibrina y
parcialmente tejido de granulación.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 38
B Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón, cápsula o hueso dón o cápsula con infección. o articulación con infección.
infección de piel y partes con infección
blandas.
C Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón, cápsula o hueso dón o cápsula con isquemia o articulación con isquemia.
signos regionales de isquemia. con isquemia.
D Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón cápsula o hueso dón o cápsula con infección e o articulación con infección e
infección de piel y partes con infección e isquemia. isquemia. isquemia.
blandas y signos regionales de
isquemia.
Cuadro 7. Clasificación de Texas. Modificada de Lawrence A. Lavery, David G. Armstrong, Lawrence B. Harklees. Classification of Diabetic Foot
Wounds. The Journal of Foot and Ankle Surgery 35(6):528-531, 1996.
La cura húmeda consiste en mantener el lecho de la herida aislado del exterior proporcionándole
un medio húmedo adecuado, con control del exudado sin macerar los bordes.
No siempre se logra el cierre de la úlcera con un solo producto y según su evolución se seleccionan
opciones acordes al exudado, presencia de infección u otras características [19].
La cura húmeda se utiliza para la mayoría de las úlceras, excepto aquellas con necrosis seca (úlceras
isquémicas) en las que se realiza cura seca colocando en el lecho gasas embebidas en alcohol y pos-
terior vendaje, para promover la desecación del tejido y evitar la proliferación de microorganismos en
contexto de irrigación comprometida.
T (Tissue/ Tejido): control del tejido no viable. La presencia de tejido desvitalizado o necrosado
constituye un obstáculo para que la cicatrización se desarrolle de manera adecuada y óptima.
Se define al desbridamiento como el conjunto de acciones dirigidas a retirar tejidos necróticos, es-
facelos, colecciones serosas o purulentas y cuerpos extraños asociados, es decir, todos los tejidos y
materiales no viables presentes en el lecho de la herida. En ausencia de urgencia (infección), realizarla
sólo si se cuenta con un adecuado flujo sanguíneo en el miembro afectado[58].
Este procedimiento, realizado en forma seriada, se asocia con tasas más altas de cicatrización ya que
promueve la remoción de tejido necrótico, biofilm y permite la granulación de la herida.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 39
Escaras: tejido negro desecado secundario a isquemia cutánea de cualquier origen (figura 45).
Esfacelo: tejido húmedo, friable, viscoso (figura 46).
Fibrina: tejido amarillento de adherencia firme al lecho de la herida, derivado de la proteína generada
en exceso durante el proceso inflamatorio (figura 47).
Callos o helomas: áreas de hiperqueratosis reactivas a la hiperpresión alrededor de la úlcera [2]. Las
úlceras pueden estar ocultas por la presencia de callos (figura 48).
Figura 45. Escara Figura 46. Esfacelo. Figura 47. Fibrina. Figura 48. Luego del desbridamien-
to cortante con bisturí se visualiza
una UPD.
Tejidos que requieren ser promovidos por lo que hay que preservarlos:
Existen diversos métodos desbridantes acorde a su principio de acción. La elección del tipo o téc-
nica de desbridamiento a usar dependerá de las destrezas del médico, de la disponibilidad de los
insumos, de la ubicación de la úlcera y de las preferencias del paciente:
->r Métodos mecánicos: no selectivos en la remoción del tejido (remueve tanto viable como no
viable), rápidos, pueden generar dolor, requieren de un especialista para su realización. Ejemplos:
hidrocirugía, lavados a presión, remoción por ultrasonido.
Figura 49. Tijera iris curva. Figura 50. Bisturí número 15 de punta roma. Figura 51. Desbridamiento cortante con bisturí.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 40
->r Métodos enzimáticos: ungüentos o cremas cubiertos por una gasa. Selectivo para la re-
moción de tejido no viable, de tratamiento prolongado, requiere cambios frecuentes de apósito,
puede combinarse con otros métodos.
• Colagenasa (figura 52): es una enzima de origen bacteriano. Es un desbridante selectivo para
el colágeno desvitalizado, presentando una mínima actividad frente al colágeno viable, lo que
demuestra su respeto por el entorno cicatrizal del lecho de la herida. También estimula el tejido
de granulación [58,59]. Aplicarla en el lecho de la herida cada 12 a 24 hs. Recordar no utilizar
en forma conjunta iones de plata y antisépticos. Evitar el contacto con la piel sana perilesional.
->r Métodos autolíticos: selectivos para la remoción de tejido no viable, humectan el tejido necró-
tico y promueven el uso de las propias enzimas de la persona para el desbridamiento.
*
En presencia de úlcera neuropática de pie diabético no complicada que presenta tejidos no via-
bles/desvitalizados, se sugiere el desbridamiento por profesional entrenado ya sea cortante del
lecho y bordes; y/o utilizar productos desbridantes en el lecho (autolíticos o enzimáticos) como
cura húmeda para favorecer el cierre de la úlcera [19] (cuadro 8).
Indicaciones - Tejidos desvitalizados del - Tejidos desvitalizados del - Tejidos desvitalizados del le-
lecho. lecho. cho, especialmente con escaso
- Hiperqueratosis/ callo peri- exudado.
lesional. - Úlceras cavitadas.
- Exposición ósea.
Cuadro 8. Orientación a preferencia de uso, indicaciones y características de los distintos tipos de desbridamiento.
*Método selectivo: actúa solo sobre los tejidos desvitalizados.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 41
En la práctica clínica, en el manejo local de las UPD, se busca reducir la carga bacteriana dado que
esta enlentece o detiene el proceso de cicatrización.
A estas colonizaciones polimicrobianas se las denomina BIOFILM y su manejo es local.
Se pueden utilizar tratamientos tópicos como antibióticos de amplio espectro (sulfadiazina de plata,
mupirocina 2%, ácido fusídico 2%, metronidazol crema) o se puede sumar a los lavados habituales
con solución fisiológica un antiséptico por un periodo corto de tiempo, por ejemplo, clorhexidina dilui-
da. Cualquiera de estos recursos, ya sea simples o combinados (tópico local más lavados) se utilizan
por un periodo máximo de 15 días, considerando que la falta de respuesta local puede sugerir el re-
querimiento de tratamiento sistémico o derivación para estudios.
También existen apósitos para la cura de heridas en contexto de manejo de la carga bacteriana que
combinan diferentes principios activos: apósitos con plata elemental nanocristalina, apósitos no ad-
herentes de iodopovidona, miel farmacéutica [51,58,60–62].
En presencia de infección (leve, moderada, severa) indicar antibióticos sistémicos (véase sección In-
fección de Pie Diabético).
M (Moisture): humedad/exudado
Las UPD no suelen ser lesiones muy exudativas. En presencia de exudado, sospechar ciertas com-
plicaciones (infección, isquemia crítica -en donde la persona desciende el miembro inferior como
posición antálgica, y genera edema del miembro y aumento de exudación-).
En una herida con abundante exudado, utilizar alguna clase de apósito o recurso (vendaje multicapa,
por ejemplo) que modere esa secreción, como apósitos de alta absorción, que remueven exudado del
lecho y mantienen un ambiente húmedo.
->r Apósito hidrocelular: espumas de poliuretano trilaminares, con capacidad de transpirar el exuda-
do, mantener temperatura y pH en el lecho de la herida. Se les puede sumar a la composición el ion
plata.
->r Hidrofibras: fibras no tejidas que no pierden la estructura. Están compuestas por carboximetilcelu-
losa, con alta capacidad de absorción, puede permanecer en el lecho hasta 7 días acorde al exudado.
Se pueden encontrar combinadas con plata [58–61,63,64].
Si por el contrario, la herida tiene un lecho con escaso o nulo exudado y se observa desecado, elegir
un método de desbridamiento que aporte hidratación al lecho como el hidrogel.
Los bordes en buen estado que no presentan tejidos/materiales para remover, no tienen que desbri-
darse. Por el contrario, es necesario cuidarlos ya que son los sitios de avance para la reepitelización
(células sanas con posibilidad de multiplicarse y cubrir la herida), asimismo también es necesario
proteger la piel circundante. Para ello:
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 42
• lavar con solución fisiológica o agua segura y jabones preferentemente cremosos, evitar anti-
sépticos citotóxicos como iodopovidona, nitrofurazona, peróxido de hidrógeno -agua oxigenada-,
alcohol, entre otros;
• en presencia de hiperqueratosis realizar desbridamiento cortante y/o colocar crema con urea al
20%;
• usar cremas de barrera cutánea para evitar la alteración de las células de los bordes:
- ante exceso de humedad: pastas (pasta al agua, pasta lassar), o acrilatos en aerosol,
- en presencia de sequedad (xerosis): hidratar con cremas relipidificantes (ácidos grasos) o
vaselina sólida [49,65].
Una vez que la herida se superficializa, la epitelización propiamente dicha puede favorecerse con
apósitos hidrocoloides finos, apósitos hidrocelulares, colagenasa, apósitos de colágeno (según dis-
ponibilidad), siempre preservando la descarga y la cura húmeda como regla [58,66].
El cierre de la úlcera no siempre se logra con un solo producto y según la evolución puede ser
necesario ir rotando entre diferentes opciones acorde al exudado, presencia de infección u otras
características.
Al finalizar cada curación, en caso de no utilizar apósitos comerciales, cubrir con gasa y luego vendar.
Evitar vendajes ajustados sobre los dedos (ya que podría provocar efecto torniquete), dobleces y ven-
dajes voluminosos (puede generar dolor o disconfort). No aplicar cintas adhesivas sobre piel frágil
(se fijan al vendaje, no a la piel).
En la curación de las heridas se ocluye la UPD con gasas y vendas estériles o con apósitos comercia-
les. No utilizar material que contenga algodón en su interior (figuras 55 y 56).
En resumen, en presencia de úlcera neuropática de pie diabético se sugiere realizar cura húmeda
con alguna de las siguientes opciones, considerando las características de la lesión, disponibi-
lidad, costos, preferencias del paciente y tipo de dispositivo de descarga a usar, para favorecer
la curación de la úlcera. Presentan eficacia similar: crema con colagenasa, hidrogel, apósitos/
planchas de alginato de calcio, apósitos de hidrofibras, apósitos de colágeno, miel tópica estéril de
elaboración farmacéutica, agentes antimicrobianos (apósito no adherente de iodopovidona, plata),
apósitos de hidrocoloide. De no disponer de dichas opciones, utilizar vaselina sólida para la cura
húmeda [19] (cuadro 9).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 43
Apósitos de colá- Con una gasa cubrir la mem- Diariamente, quitar la pro- - Epitelización sobre tejido plano
geno brana, fijarla con tela adhe- tección de la membrana y y granulante.
siva, o realizar un vendaje pincelar o hisopar por encima
según la localización de la de ella con solución antisépti-
lesión. ca y volver a cubrir con gasa
o vendaje.
Alginato de calcio Cortar del tamaño del lecho Generalmente cada 2 a 3 - Granulación
de la herida o para rellenar días. Cuando las gasas se - Hemostasia
una cavidad. Luego cubrir con mojen o el apósito se sature.
gasa u otro tipo de apósito. Uso en exudado
moderado.
Hidrogel Cubrir con gasa u otro tipo de Diario (máximo cada 3 días) - Aporte de hidratación cuando
apósito. Agregar fina capa de vaselina hay exudado nulo.
sólida al apósito o gasa que - Desbridamiento.
se utilice de cobertura, si
el recambio no se realiza
diariamente.
Crema con colage- Aplicar en el lecho de la heri- Cambiar diariamente (cada - Desbridamiento
nasa da. Evitar el contacto con la 12 a 24 hs). - Granulación
piel sana perilesional. Cubrir - Epitelización.
con gasa. No utilizarla con
iones de plata ni antisépticos.
Miel tópica estéril Cubrir con gasa. Cuando las gasas se mojen o - Desbridamiento.
de elaboración el apósito se sature. Máximo
farmacéutica cada 7 días.
El manejo inicial de la UPD, se realiza en el PNA en ausencia de enfermedad arterial periférica aso-
ciada, necrosis o compromiso de tejidos profundos, sin infección o con infección leve (cuadro 10).
Desbridar Desbridamiento del tejido no viable (Tissue): elegir o combinar método quirúrgico, enzimático,
autolítico.
Controlar Tratamiento local de la infección (Infection): lavado con clorhexidina y uso de apósitos para el
la infección manejo de carga bacteriana o antibióticos tópicos por tiempo limitado. Agregar antibióticos sisté-
micos en caso de infección leve.
Lograr una Control del exudado (Moisture): uso de apósitos absorbentes en presencia de aumento del exuda-
humedad do, como alginato de calcio, hidrofibra, apósitos hidrocelulares; si el lecho está desecado, aportar
adecuada humedad, por ejemplo, con hidrogeles, hidrocoloides o vaselina sólida. Se destaca la importancia
de mantener una cura húmeda.
Cuidar los bordes Cuidado de los bordes (Edge) y la piel circundante: evitar maceración (utilizando pasta al agua,
pasta lassar, etc.) y desecación (utilizando vaselina sólida, etc.).
En estos casos puede considerarse la consulta desde el PNA a través de Telemedicina, esto es con-
sulta asincrónica con referencia– contrarreferencia, consulta sincrónica, consulta interdisciplinaria,
consulta virtual.
! En dichas situaciones, se puede considerar un manejo inicial en un menor nivel de atención con el apoyo de Tele asistencia.
Además del dispositivo de descarga, se requiere una interfaz apropiada (ej. fieltro de descarga, plan-
tilla de descarga selectiva, de no estar disponibles se puede añadir una plantilla personalizada), para
que las presiones se distribuyan adecuadamente y se reduzcan en la localización de la úlcera [19]
(cuadro 12).
Considerar, según el caso, balancear la diferencia de altura del pie contralateral a la descarga.
Se sugiere realizar descarga con dispositivos no removibles hasta la rodilla: bota de yeso de con-
tacto total o bota tipo walker con uso no removible (ej. que cierra con precinto y solamente se retira
para realizar las curaciones).
Sus contraindicaciones son:
• infección leve más isquemia leve,
• infección moderada a grave,
• isquemia moderada a grave (índice tobillo/brazo menor a 0,55)
• úlceras muy exudativas.
->r Bota de yeso de contacto total: es un molde de yeso y fibra de vidrio mínimamente almohadillado
que mantiene un contacto total con toda la planta del pie, el tobillo y la pierna[72]. Requiere de un
traumatólogo específicamente entrenado para su realización y cambios frecuentes (ej. cada 5 a 7
días inicialmente y luego cada 2 a 3 semanas) para realizar las curaciones de la lesión, por lo cual es
importante la adherencia al tratamiento por parte de la persona con UPD. En general requiere comple-
mentarse con muletas como asistentes de la marcha.
->r Bota tipo Walker o similar hasta la rodilla (con uso no removible): se trata de una ortesis funcional
para pie y tobillo que inmoviliza como un yeso, con la ventaja de que permite el movimiento controla-
do del tobillo y es más cómoda y ajustable (ej. velcro). Requiere explicar al paciente y familiares como
colocarse, evitando que la piel se mantenga húmeda y sin generar decúbito (apoyo inadecuado).
1. Desprender todas las cintas con velcro/ correas de la bota y separar la funda de neoprene o tela (blanda)
del soporte rígido (bota rígida).
2. Corroborar que el vendaje y medias que esté utilizando la persona estén bien colocados, evitando dobleces
que puedan lastimar o incomodar al deambular.
3. La persona debe incorporarse e introducir el miembro inferior con el pie a 90 grados y el talón ocupando
correctamente el sector posterior de la funda. Si no puede incorporarse debe estar acostada con la pierna
extendida y el pie a 90 grados simulando la posición de pie.
4. Una vez ajustados los velcros de la bota blanda, reintroducir la pierna en la bota rígida aprovechando todo
el espacio disponible y fijando el talón para que este quede firme en la parte posterior.
5. Los dedos de los pies no deben quedar por fuera de la bota en su extremo anterior (el talle no sería el ade-
cuado) y podrían generarse nuevas lesiones al caminar.
6. Los soportes verticales laterales de la bota rígida deben estar alineados al tobillo.
7. Por último se deben ajustar las correas de la bota rígida que darán firmeza a la estructura, empezando por
las de abajo y subiendo hasta que queden todas sujetas.
8. Es importante que la persona al deambular no perciba que el pie o la pierna se deslizan dentro de la estruc-
tura. De ser así se debería verificar la sujeción, técnica de colocación o talle de la bota.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 47
Tener en cuenta que con los dispositivos de descarga no removibles se requieren curaciones sema-
nales, por lo que, según el exudado que presente la herida, se elegirá el principio activo o apósito.
Existen productos que por sus características pueden dejarse en el lecho hasta 7 días (ej. apósitos
de hidrocoloide, hidrofibra, miel).
La isquemia severa es la principal contraindicación de la bota tipo walker hasta la rodilla con uso
removible. Esta situación requiere una derivación urgente al tercer nivel de atención.
Cuando los dispositivos de descarga removibles hasta la rodilla estén contraindicados, no sean
tolerados o no estén disponibles, se sugiere el uso de sandalias terapéuticas con taco de des-
carga. La ubicación del taco de descarga depende de la localización de la úlcera (taco anterior para
lesiones de retropié y taco posterior para lesiones del antepié)[19].
En presencia de úlcera neuropática de pie diabético de ubicación no plantar se sugiere el uso de algún
dispositivo (calzado, ortesis, etc.) que limite el roce/fricción para favorecer el cierre de la úlcera.
En los siguientes cuadros se describen las características de dispositivos de descarga (yeso de con-
tacto total, bota tipo walker y sandalia terapéutica) e interfaces para los mismos (fieltro y plantilla de
descarga selectiva).
Cuadro 11. Características de los distintos materiales y ortesis para descarga de lesiones ulcerativas.
Ventajas - Método no removible. - Inmoviliza con carga - Compatible con otros trata-
controlada. mientos.
Desventajas - Requiere cambios frecuentes - Posibles zonas de roce. - Limitación en los talles.
(ej. cada 5 a 7 días inicialmente
y luego cada 2 a 3 semanas). -Pérdida de relación propiocep-
tiva.
Observaciones -Requiere de un traumatólogo - Proteger las posibles - Taco recto: todas las localiza-
específicamente entrenado zonas de roce. ciones.
para su realización.
- Puede ser no removible o -Taco anterior: lesiones de
removible. retropié.
Ejemplos
Observaciones - Lesiones en planta del pie (antepié, mediopié, - Aptas para el pie derecho e izquierdo.
retropié).
- Colocar a 15 mm de la lesión.
- Requieren ajuste por equipo de salud.
Ejemplos
Los dispositivos de descarga, generalmente requieren del uso de asistentes de la marcha (bastones,
andadores y muletas), que sirven para facilitar la marcha aumentando la estabilidad, al ampliar la
base de sustentación y/o reducir la carga sobre uno o ambos miembros inferiores. Cuando los défi-
cits son muy importantes se preferirán las muletas.
Bastones
Tipos de bastones:
->r Bastón de cuatro patas: para personas con alguna alteración del
equilibrio. Aporta un apoyo más estable que el resto (figura 60).
Andadores
Indicaciones generales: personas con debilidad en uno o ambos miembros inferiores, con trastornos
de equilibrio o aquellas que presentan un cuadro de disminución global de la fuerza. La persona
necesitará empujar el andador mientras avanza y, a menudo, levantarlo para sortear algún pequeño
obstáculo.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 50
Tipos de andadores
->r Existen dos tipos fundamentales. Por un lado, los que tienen rue-
das delanteras para facilitar su desplazamiento y, por otro lado, los
que no las llevan. A unos y otros se les pueden adaptar dispositivos
especiales para apoyo en antebrazo o varios tipos de empuñaduras
(figuras 61 a 63).
Consideraciones para personas que utilizan andador: Figura 61. Andador con dos apoyos
fijos y dos móviles con asiento
• Regular la altura para que la empuñadura se sitúe a la altura de
los trocánteres mayores.
• Tomar el andador con las dos manos.
• Mientras se anda debe mantenerse el codo mínimamente flexio-
nado, entre 20º y 30º, para ayudar a mejorar la alineación corpo-
ral.
También sospechar infección en presencia de: lesión maloliente, hueso visible o una herida con
prueba ósea positiva, secreciones no purulentas, tejido de granulación friable o decolorado.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 52
Infección leve
Afecta piel y tejido celular subcutáneo y/o presenta eritema menor a 2 cm de diámetro, sin compro-
miso sistémico ni de tejidos profundos.
Infección moderada
• Compromiso de estructuras más profundas que la piel y el tejido celular subcutáneo: trayecto
linfangítico, fascitis, compromiso tendinoso, osteomielitis, artritis séptica, absceso.
• Infección de piel y partes blandas de más de 2 cm desde el margen de la herida [54].
Infección severa
Cualquier infección con compromiso sistémico:
• Temperatura mayor a 38 °C o menor a 36 °C, escalofríos.
• Frecuencia respiratoria mayor a 20 respiraciones/minuto o PaCO2 menor a 32 mmHg.
• Frecuencia cardíaca mayor a 90 latidos/minuto.
• Recuento de glóbulos blancos mayor a 12.000 o menor a 4.000 células/μL o ≥10% de formas
inmaduras (banda).
• Hipotensión.
• Confusión.
• Acidosis metabólica, hiperglucemia [2,54] .
*
El diagnóstico de infección de pie diabético es clínico.
¡ATENCIÓN!
En las personas con pie diabético, los signos y síntomas de inflamación pueden estar enmascara-
dos por la presencia de neuropatía diabética, enfermedad arterial periférica o disfunción inmuno-
lógica.
Los signos inflamatorios sistémicos por lo general están ausentes, incluso en infecciones graves
[2,74].
Manejo de la infección
Infecciones leves
Se diagnostican y resuelven en el primer nivel de atención (PNA), no requieren cultivos.
• Indicar limpieza diaria y cura húmeda.
• Indicar la descarga del miembro inferior afectado.
• Marcar el borde de la celulitis si está presente. De esta manera, la variación de la extensión puede
ser evaluada objetivamente, esperando su disminución luego de 72 hs de iniciado el tratamiento
antibiótico [75].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 53
• Iniciar tratamiento antibiótico empírico durante 5 a 7 días vía oral, considerando los gérmenes
prevalentes (gram positivos: Streptococcus sp y Staphylococcus sp). Se amplía cobertura para
Staphylococcus aureus meticilina-resistente (SAMR) cuando la persona tiene historia de infección
por SAMR o la prevalencia local es > 50% (centro y norte de Argentina, según los datos de la red
WHONET 2017) (figura 65).
• Tratamiento antibiótico con cobertura para SAMR
- Cotrimoxazol + amoxicilina (primera línea)
- Amoxicilina + doxiciclina
- Clindamicina (sólo si el resto no está disponible)
• Tratamiento antibiótico sin cobertura para SAMR:
- Cefalexina (primera línea)
- Amoxicilina Clavulánico
• En presencia de alergia a la penicilina, en ambos casos se utiliza Clindamicina[54,70].
Figura 65. Mapa de prevalencia local de Staphylococcus aureus Meticilino Resistente aislados de piel y partes blandas en Argentina. Datos
obtenidos de la red WHONET- Argentina 2017. ANLIS MALBRÁN. No. No. de aislamientos: 3165 AMBA (954), BSAS (288), CENTRO (923),
CUYO (142), NORTE (632), PATAGONIA (226). http://antimicrobianos.com.ar/ATB/wp-content/uploads/2019/09/Mapas-de-Resistencia-An-
timicrobiana-2017.-Red-WHONET-Argentina.-v2.pdf
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 54
Derivar de forma urgente (ingresa por guardia) al segundo o tercer nivel de aten-
ción que disponga de cirujano de guardia:
Deriva a tercer nivel de atención con turno prioritario (dentro de los 7 días):
Deriva a tercer nivel de atención e ingresa de forma urgente por guardia ante:
La neuroartropatía de Charcot (NCh) es un proceso que afecta huesos, articulaciones y tejidos blan-
dos del pie y el tobillo con una primera etapa inflamatoria que por sus características clínicas (pie
eritematoso, edematoso y caliente), podrían confundirse con un cuadro infeccioso. Sin tratamiento
adecuado (descarga sin apoyo) evoluciona a deformidades que pueden generar un pie inestable.
Sospechar NCh:
Pie con edema y asimétrico, con piel caliente, brillante y eritematosa, puede ser indoloro. Generalmen-
te los pulsos son palpables.
Ausencia de fiebre, síntomas sistémicos de infección, descompensación metabólica.
Realizar la maniobra de elevación del miembro inferior por cinco minutos: si el rubor cede considerar
NCh, si el rubor no cede considerar infección de piel y partes blandas.
Conducta:
Realizar descarga con bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo y derivar al segundo nivel de
atención para realizar diagnóstico diferencial con infección dentro de las 24 hs, ingresa por guardia
(véase sección Neuroartropatía de Charcot).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 55
COMPLETAR
5-7 días
Mejora de antibióticos
Primer Nivel de Atención
INFECCIÓN
LEVE
- Limpieza diaria y cura
húmeda.
- Antibiótico empírico No Mejora DERIVAR
- Descarga de la lesión al segundo nivel
Urgente de atención
por guardia
Evolución
a las 72 hs.
Urgente
por guardia
INFECCIÓN Piel y partes blandas
MODERADA
DERIVAR
Osteomielitis sin piel
y partes blandas al tercer nivel
Turno
prioritario* de atención
INFECCIÓN
SEVERA Urgente
o por guardia
Infección
+ necrosis
Dosis de antibióticos
Cuadro 13. Dosis de antibióticos. iFGe: índice de filtrado glomerular estimado, HD: hemodiálisis. Modificado de: Rotschafer JC,
Andes DR, Rodvold KA, editors. Antibiotic Pharmacodynamics. New York, NY: Springer New York; 2016. (Methods in Pharma-
cology and Toxicology).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 56
Cuadro 14. Resumen de criterios de derivación desde el primer nivel de atención. UPD: úlcera de pie diabético.
Prevención Educación diabetológica en el cuidado de los pies, elección y uso de medias y calzado.
Medidas correctivas - Alteraciones osteoarticu- Sospecha de onicomicosis (se deriva la realización del
de factores lares flexibles (plantillas y estudio micológico).
predisponentes calzado).
Se deriva a Servicio de Ortopedia y Traumatología:
- Anhidrosis, hiperqueratosis,
grietas o fisuras, callos o - Alteraciones osteoarticulares flexibles que generan
helomas, micosis interdigital, áreas de hiperapoyo que no mejoran con las medidas
ampollas. previas.
- Onicocriptosis.
- Isquemia asociada a
úlcera o infección.
Úlcera de pie UPD neuropática - UPD con compromiso de UPD isquémica.
diabético (UPD) superficial. tejidos profundos sin afec-
tación ósea ni articular.
- Asociada a isquemia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 57
A la evaluación en el primer nivel de atención, se le agrega la evaluación clínica del apoyo, pedigrafía,
examen radiográfico y evaluación de enfermedad arterial periférica con medición del índice tobillo/
brazo (ITB) en el segundo nivel y realización de estudios anatómicos (doppler arterial, arteriografía,
etc.) en el tercer nivel de atención.
Evaluar con la persona acostada, de pie y durante la marcha; por delante y por detrás. Descubrir por
lo menos hasta las rodillas para una mejor valoración del eje del miembro inferior. Las deformida-
des y la limitación de la movilidad articular son factores de riesgo para la ulceración. En caso de
deformidad, evaluar si esta es flexible (corrige con la movilización pasiva) o rígida (no corrige).
Si se observa una desalineación de los ejes, una deformidad significativa o rígida, se debe referir a
la persona a una evaluación por especialista en Ortopedia y Traumatología [12].
En caso de que estas medidas no sean posibles o no resulten efectivas, la persona con diabetes
necesita ser referida a evaluación por especialista en Ortopedia y Traumatología.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 58
Pedigrafía
La pedigrafía es la imagen de la huella plantar entintada sobre papel del apoyo de los pies desnu-
dos en bipedestación mediante el pedígrafo (figuras 1 y 2).
La pedigrafía valora las zonas de apoyo y los puntos de presión del pie. Brinda información objetiva
acerca de la posición del pie en el momento del apoyo, las zonas de hiperpresión se marcan con un
color más oscuro, mientras que las de hipopresión se marcan con un color más claro o blanco, por lo
que se puede ver si se trata de un pie cavo o plano, con deformidades o no del retropié.
Recientemente, se desarrolló la baropodometría digital que aporta mayor información acerca de las
presiones en forma dinámica y se asocia a estudios de la marcha que evalúan también las fases de
balanceo, apoyo y despegue del pie en forma dinámica [77].
Antepie
Talón anterior
Arco externo Arco interno
Pie plano
Talón posterior
Pie normal
Pie cavo Retropie
Figura 1. Clásica pedigrafía con impresión en papel. Figura 2. Pedigrafía con impresión en
papel.
Examen radiográfico
El índice tobillo/brazo en reposo es la prueba de diagnóstico inicial para EAP. Es una prueba no in-
vasiva, tiene una baja sensibilidad (60%) pero alta especificidad (90%) para isquemia en personas
con DM [38,39].
Se realiza ante:
• Claudicación intermitente que no cede con cilostazol.
• Durante la evaluación de una úlcera de pie diabético (UPD).
• Dudas diagnósticas: otros síntomas de los miembros inferiores de esfuerzo no relacionados
con las articulaciones (no típicos de la claudicación), deterioro de la marcha, para orientar en
la etiología de la úlcera o del dolor (realizar diagnóstico diferencial entre dolor isquémico y otros
tales como neuropatía diabética, alcohólica, disautonomía, canal estrecho medular, etc.) y reali-
zar la derivación correspondiente según los resultados.
->r Instrumentos: tensiómetro aneroide y doppler portátil con sonda de 5 a 10 MHz. Los manguitos
automáticos de presión arterial no son válidos para la presión del tobillo.
->r Preparación: persona a evaluar en posición supina (acostada boca arriba) y en reposo por 5 mi-
nutos.
->r Método: se toma la presión de ambos tobillos con un manguito 5 cen-
tímetros sobre el maléolo y un doppler sobre el trayecto de las arterias
tibial posterior y pedia.
Además, se mide la presión sistólica de ambos brazos con el manguito
2 a 3 centímetros sobre el pliegue del brazo, con la sonda del doppler en
el trayecto de la arteria braquial o radial.
Se realiza un cociente entre la presión detectada en cada tobillo sobre la
mayor presión detectada de ambos brazos [44] (figura 4).
->r Interpretación y manejo según los resultados del ITB
• mayor a 1.3: indica rigidez arterial que impide su compresión por lo
Figura 4. Técnica de realización de
que la prueba no es aplicable. Requiere interconsulta con equipo de índice tobillo brazo (ITB). Modifica-
pie diabético en un plazo no mayor a 30 días para estudios adicio- do de Ministerio de Salud de Chile.
nales. Prevención de Úlceras de los Pies en
la Persona con Diabetes. Orientación
• 0.9 a 1.3: normal. Considerar diagnósticos diferenciales.
Técnica. 2013.
• 0.7 a 0.8: isquemia leve. Indicar tratamiento médico de EAP. Consi-
derar diagnósticos diferenciales.
• 0.4 a 0.6: isquemia moderada. Derivar al tercer nivel de atención con especialista en cirugía vas-
cular con turno programado, en un plazo no mayor a 30 días. En presencia de UPD derivar con
turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días.
• menor a 0.4: isquemia severa. Derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vas-
cular con turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días [78].
En presencia de ITB límite, normal o alto, si hay alta sospecha de isquemia, derivar a tercer
nivel de atención con turno programado (dentro de los 30 días).
En este nivel:
• Se realizan estudios complementarios que aportan información sobre la anatomía arterial.
• Se define la necesidad de revascularización.
• Se determina el método de revascularización.
• Se realiza la revascularización.
• Se define amputación, necesidad de realizarla y nivel.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 60
Sólo una minoría de las personas con claudicación, menos del 10% al 15% durante 5 años o más,
progresará a isquemia crítica. Por lo tanto, el papel de la revascularización en la claudicación es la
mejora sintomática y del estado funcional, en lugar del salvataje del miembro inferior [38].
No se aconseja realizar procedimientos terapéuticos o diagnósticos invasivos en personas con
EAP únicamente para prevenir la progresión a isquemia crítica [38].
El procedimiento de revascularización será seleccionado caso por caso, con interacción entre ciruja-
nos, cardiólogos intervencionistas y cardiólogos clínicos. Se deben considerar: anatomía, extensión
de la enfermedad vascular, localización, comorbilidades, experiencia de los operadores y preferencia
del individuo para evaluar la conducta adecuada [83].
Todo individuo con dolor isquémico de reposo ingresa por guardia al tercer nivel de atención y es
evaluado en primera instancia por Cirugía Vascular. Según accesibilidad, considerar evaluación por
servicio de Hemodinamia.
Todo individuo con signos sugestivos de isquemia e infección ingresa por guardia al Tercer Nivel
de Atención.
Isquemia más infección con colección o gangrena húmeda: la identificación de la enfermedad ar-
terial subyacente no debe retrasar la cirugía urgente si está indicada [43]. El drenaje quirúrgico de
urgencia debe realizarse siempre antes de cualquier procedimiento de revascularización. La re-
vascularización, sin embargo, debe realizarse tan pronto como sea posible después del procedimien-
to de drenaje [70].
Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica:
tomar hemocultivos x 2, iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar re-
vascularización.
->r Ingresa por guardia al segundo o tercer nivel de atención que disponga de cirujano de guardia
• Infección moderada (segundo nivel de atención).
• Infección severa (tercer nivel de atención)
• Infección asociada a isquemia (tercer nivel de atención).
2. Valoración de la necesidad de intervención quirúrgica como urgencia (en ese caso, iniciar trata-
miento antibiótico empírico). No demorar la intervención por los estudios complementarios del ítem
3:
• Lesión con crepitación (sospecha de gangrena gaseosa).
• Lesión con dolor desproporcionado, necrosis tisular, bullas o equimosis (sospecha de infección
necrotizante).
• Compromiso hemodinámico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 61
3. Estudios complementarios:
a. Prueba ósea
En personas con una infección del pie diabético con una úlcera, introducir una sonda metálica roma
estéril en el fondo de la úlcera. Se considera positiva cuando hay contacto con el hueso, correlaciona
con la presencia de osteomielitis [71] .
b. Radiografía
Realizar una radiografía simple frente y perfil con foco en el área de lesión [43,69] para identificar:
• Destrucción ósea.
• Cuerpos extraños radiopacos.
• Imágenes radiolúcidas compatibles con gas: en este caso sospechar gangrena gaseosa y valorar
intervención quirúrgica como urgencia [39].
c. Laboratorio completo: hemograma con recuento plaquetario, coagulograma, ionograma, gluce-
mia, creatinina, estado ácido base con ácido láctico, hepatograma, eritrosedimentación (VSG), proteí-
na C reactiva (PCR), creatinfosfoquinasa (CPK).
4. Toma de muestra para estudio microbiológico. Es muy importante que este paso se realice
siempre.
5. Elección de antibióticos
->r Gérmenes prevalentes: flora polimicrobiana aeróbica y anaeróbica (incluir SAMR y Pseudomona
sp) [73].
->r Antibióticos: utilizar terapia parenteral, al menos inicialmente [84,85]:
MÁS
Flora polimicrobiana aeróbica Betalactámico con inhibidor de betalactamasa
y anaeróbica (ej. Piperacilina tazobactam)
o
Carbapenem
o
Cefalosporina de tercera o cuarta generación
(ej. Cefepime) MÁS metronidazol.
Secundariamente, generalmente a las 48 hs, basar la terapia definitiva en los resultados del cultivo,
las pruebas de sensibilidad de la muestra y la respuesta clínica al régimen empírico [54]. Puede ro-
tarse a vía oral, generalmente dentro de la semana, si la persona presenta mejoría clínica, no tiene
contraindicaciones para recibirla y hay un agente oral apropiado disponible [2,54] .
Realizar consulta a especialista en infectología, de forma presencial o vía Telemedicina.
Dosis de antibióticos
Dosis de administración
Antibióticos Ajuste a función renal
(endovenoso)
Vancomicina 15-20 mg/kg cada 8-12 hs IFGe 10-50 mL/min 15 mg/kg/24-96 Con shock séptico indicar dosis de
hs carga 25-30 mg/kg, luego 15-20
IFGe menor a 10 mL/min: 7.5 mg/ mg/kg c/ 8-12hs
kg/2-3 días
HD 7.5 mg/kg c/2-3 días post diálisis
Teicoplanina Dosis Carga: 6-10 mg/kg IFGe 30-80 mL/min: misma dosis c/48hs
c/12hs x 3 dosis, luego IFGe menor a 30 mL/min: misma dosis c/72hs
6-10 mg/kg/día
Cuadro 2. Dosis de antibióticos. IFGe: índice de filtrado glomerular estimado, HD: hemodiálisis, gr: gramos.
6. Intervención quirúrgica
Figura 5: Radiografía de pie Figura 6: Infección necrotizante. Figura 7: Absceso plantar. Figura 8: Necrosis húmeda en
izquierdo con imagen radiolúcida persona sin enfermedad arterial
compatible con gas (flecha). periférica.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 63
En personas con sepsis y compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección de miem-
bro inferior, la amputación puede ser considerada como una medida para salvar la vida. Cuando la
condición de la persona ha mejorado, puede agregarse la valoración vascular y revisar el nivel de
amputación [70].
7. Isquemia asociada
Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica
Infección moderada:
manejo por guardia en el segundo nivel de atención
Sí No
Emergencia
Emergencia
Gas en la radiografía Compatible con
Evaluación multidisciplinaria
absceso/colección
Drenaje quirúrgico
Persistencia o empeoramiento de parámetros inflamatorios sistémicos con toma de muestra
para microbiología
CONSIDERAR AMPUTACIÓN: Compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección (riesgo de vida).
Es una emergencia, no requiere valoración vascular previa.
Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica
Tomar hemocultivos x2 e iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar revascularización.
*1: En ausencia de requerimiento de exploración quirúrgica urgente, realizar la toma de muestra para microbiología por guardia y luego iniciar el
tratamiento antibiótico empírico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 65
Osteomielitis
Manejo en el tercer nivel de atención. En ausencia de infección de piel y partes blandas concomi-
tante se evalúa con turno prioritario (dentro de los 7 días). Si presenta infección de piel y partes
blandas ingresa por guardia.
La osteomielitis se produce a partir de la infección cutánea que compromete el hueso por conti-
güidad. Se observa en el 50% de las infecciones severas y en el 10-20% de las aparentemente más
leves[86] .
Radiografía
Solicitar: radiografía simple frente y perfil con foco en área de lesión [69,71] al inicio y otra pasadas
2 semanas, si persiste la sospecha. En presencia de osteomielitis se tarda aproximadamente 2 a 4
semanas en que la pérdida ósea sea visible[67].
Indicación:
• Sospecha diagnóstica con radiografía normal.
• Diagnóstico diferencial con Neuroartropatía de Charcot [2].
En caso de amputación o resección ósea: enviar hueso remanente proximal, para estudio microbio-
lógico e histopatológico, adecuadamente rotulado [91].
->r 4° TRATAMIENTO
Tratamiento inicial
Luego de realizada la toma de muestra, iniciar tratamiento empírico en caso de que el cuadro clínico
lo requiera. Si se puede, esperar resultado de aislamientos microbiológicos para iniciar tratamiento
antibiótico.
El tratamiento de la osteomielitis puede ser solo médico o médico-quirúrgico. Esto va a depender del
tipo de presentación clínica, la isquemia y el compromiso de la piel y partes blandas [68] .
Antibióticos
Vía de administración
Generalmente, el tratamiento médico de la osteomielitis es con antibióticos parenterales al inicio,
pero se ha demostrado también la eficacia del tratamiento por vía oral, sobre todo con antibióticos
con alta biodisponibilidad como fluorquinolonas, clindamicina o trimetoprima sulfametoxazol [92].
Se puede considerar cambiar a un régimen de antibióticos por vía oral que tenga una alta biodisponi-
bilidad después 5-7 días de tratamiento endovenoso, si el/los patógenos probables o probados son
susceptibles a un agente oral disponible [2].
Ausencia de infección residual en los tejidos Oral/parenteral 2-5 días luego de la intervención
Cuadro 3. Duración del tratamiento. Modificada de Benjamin A. Lipsky,1 Anthony R. Berendt,2 Paul B. Cornia. 2012 Infectious
Diseases Society of America Clinical Practice Guideline for the Diagnosis and Treatment of Diabetic Foot Infections. Clinical In-
fectious Diseases 2012;54(12):132–173 y Lázaro-Martínez JL, et al. Actualización diagnóstica y terapéutica en el pie diabético
complicado con osteomielitis. Endocrinol Diabetes Nutr. 2017.
La adición de rifampicina como adyuvante a otros antibióticos puede mejorar las tasas de curación
en Staphylococcus aureus sensible a esta[94].
Dosis
Administrar agentes antibióticos en el extremo superior de su rango de dosis [2].
• SIEMPRE. Realizarla antes de iniciar un tratamiento antibiótico empírico, o lo más cerca posible
a su inicio, en infecciones moderadas y severas.
• En aquella persona sin respuesta adecuada al tratamiento antibiótico instaurado: de ser posible
suspender antibióticos al menos 48-72 horas antes de tomar la muestra, si está clínicamente
estable [90].
Abscesos
2º Pintar con povidona iodada al 10% y dejar secar 2 minutos, o con clorhexidina y dejar secar 30
segundos.
3º Retirar la povidona iodada o la clorhexidina de la piel con etanol a 70º antes de tomar la muestra,
dado que pueden inhibir el crecimiento bacteriano en los cultivos [90,96].
4º Aspirar el pus con jeringa y aguja, preferiblemente a través de una zona de piel sana a 45 grados.
Si así no se obtuviera una muestra, se pueden inyectar 0.5 ml de solución fisiológica estéril, y volver
a aspirar [90].
Cuando la muestra para anaerobios no se envía en medio de transporte específico, procesarla lo más
rápido posible dentro de las 2 hs [97].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 69
Úlceras
1º Realizar antisepsia con povidona iodada al 10% y dejar secar 2 minutos, o con clorhexidina y dejar
secar 30 segundos. Luego lavar a chorro con solución fisiológica estéril.
4º Biopsia por punch o escisional o curetaje profundo del fondo [90,98,99]. De ser posible también del
borde del lecho. Elegir método según disponibilidad.
El conocimiento de la anatomía del pie puede facilitar el entendimiento clínico de las características
de la infección, su diseminación a través del pie, y la aparición de necrosis.
Se puede dividir al pie en 5 compartimientos, 3 rígidos (medial, central y lateral), uno interóseo donde
se encuentran los metatarsianos y los músculos interóseos y otro dorsal que contiene una delgada
capa de tejido celular subcutáneo y los tendones [100].
En la planta del pie, la aponeurosis plantar es la fascia más externa y conforma el límite inferior de los
tres compartimientos plantares: medial, central, lateral [75,88] (figura 10).
A continuación, observamos un corte transversal de los compartimientos del pie: el septum transver-
so se ubica en el compartimiento central. El cual presentaría, según algunas fuentes, los sub-compar-
timientos superficial y profundo o “calcáneo” (figura 11).
Figura 10. La superficie plantar del pie. Figura 11. Compartimientos del pie. Modifica-
Modificado de Jeff. G. van Baal; Surgical do de Aragon Sanchez J. Seminar Review: A
Treatment of the Infected Diabetic Foot, Review of the Basis of Surgical Treatment of
Clinical Infectious Diseases, 39:2, 123- Diabetic Foot Infections. International Journal
S128, 2004. 1: compartimiento lateral, 2: of Lower Extremity Wounds. 10: 33: 33-65,
compartimiento central, 3: compartimien- 2011. I, II, III, IV, V: Huesos metatarsianos. (a)
to medial. Compartimiento medial, (b y c) Comparti-
miento central, (d) Compartimiento lateral, (e)
compartimiento interóseo.
La anatomía del pie, que comprende varios compartimentos separados pero intercomunicados, fa-
vorece la propagación de la infección de pie diabético . Las infecciones se diseminan a través de los
tendones y sus vainas, que son estructuras avasculares, según la localización de la puerta de entra-
da del agente infeccioso, que es por lo general una úlcera neuropática o traumática. La infección se
esparce desde las zonas de mayor presión a las de menor presión, por lo que, si una úlcera infectada
se localiza en la planta del pie, tiende a invadir el dorso a través del compartimiento interóseo. La
respuesta inflamatoria inducida por esta puede ocasionar que la presión compartimental exceda la
presión capilar, lo que lleva a una necrosis tisular isquémica y, por ende, a una infección progresiva [2].
La infección produce además vasculitis neutrofílica de las arterias digitales, con trombosis y necrosis
del dedo comprometido. Es por esto que la presentación con necrosis de un dedo no implica que
haya isquemia del miembro [100].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 70
Fisiopatología
Etapa 0 (prodrómica) Cuadro clínico El pie está rojo, caliente y edematizado. Puede presentar dolor o incomodidad
(figura 12).
inflamación.
Puede haber antecedentes de traumatismo o sobrecarga.
Radiografías Normales.
Etapa 1: desarrollo-
Cuadro clínico El pie está rojo, caliente y edematizado (figura 12).
fragmentación
Radiografías Inicialmente pueden ser normales (figura 13) o se pueden observar restos
óseos en las articulaciones, fragmentación del hueso subcondral, subluxación
y dislocación (figura 14).
Figura 12. Etapa inflama- Figura 13. Radiografía Figura 14. Radiografía
toria aguda. Tomado de de frente de pie derecho de frente de pie derecho
López Gavito E y col. La en etapa 1. No se ob- en etapa 1. Compro-
neuroartropatía de Char- serva patología ósea. miso incipiente de la
cot en el pie diabético. articulación de Lisfranc.
Acta Ortopédica Mexicana Véase flecha.
2016; 30(1): Ene.-Feb.:
33-45 (5).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 71
Etapa 3: Cuadro clínico Ausencia de edema, eritema y calor. Si la consolidación fue efectiva el pie
tendrá estabilidad mecánica.
reconstrucción-
consolidación Secuelas en esta etapa: deformidades del pie e inestabilidad mecánica, por
ejemplo el colapso del arco con deformidad del pie en mecedora y convexi-
dad media. Como resultado, las presiones de pie al caminar se redistribuyen,
de modo que las áreas de deformidad desarrollan alta presión y se vuelven
propensas a ulcerarse. Finalmente, las áreas ulceradas pueden infectarse y
evolucionar a osteomielitis. En esta etapa, si la consolidación no fue efectiva
podemos encontrar un pie o tobillo mecánicamente inestable (figuras 16 a 19).
Curso natural
La NCh suele ser de naturaleza autolimitada. No obstante, puede inducir osteoporo-
sis localizada. Las complicaciones a largo plazo, como la deformidad, la ulceración
y la osteomielitis pueden prevenirse por un diagnóstico temprano.
La NCh puede reactivarse y afectar al pie contralateral.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 72
El diagnóstico se basa en la historia clínica de la persona con diabetes, el examen físico y los estu-
dios complementarios.
La sospecha clínica es importante para diagnosticar la NCh en forma temprana. Siempre considerar
este diagnóstico en cualquier persona con diabetes que presente un pie eritematoso, inflamado y
caliente unilateral, particularmente en el contexto de neuropatía periférica y con diabetes de larga
duración. En las primeras horas hay que realizar el diagnóstico diferencial con infección de piel y
partes blandas.
Cuadro clínico
• Pie con edema y asimétrico, con piel caliente, brillante y eritematosa, puede ser indoloro o ma-
nifestarse con dolor en un pie previamente insensible. Generalmente los pulsos son palpables.
• Ausencia de fiebre y síntomas sistémicos de infección.
• Generalmente no presenta descompensación metabólica.
• Realizar la maniobra de elevación del miembro inferior por cinco minutos: si el rubor cede consi-
derar NCh, si el rubor no cede considerar infección de piel y partes blandas.
Conducta (flujograma 2)
• Realizar descarga con bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo.
• Derivar al segundo nivel de atención dentro de las 24 hs.
Cuadro clínico
• Ver nivel anterior.
Laboratorio
• Hemograma completo, eritrosedimentación (VSG), Proteína C reactiva (PCR), creatinina, gluce-
mia.
Las pruebas adicionales dependen de la presentación clínica y son útiles principalmente para
excluir diagnósticos alternativos.
Radiografía de pie
Puede ser normal o presentar esclerosis ósea, huesos fragmentados con luxaciones periarticu-
lares, microfracturas, fracturas y/u osteopenia. Tiene sensibilidad y especificidad menor al 50 %
para detectar lesiones tempranas de neuroartropatía de Charcot [6].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 73
• Realizar descarga con yeso de contacto total, bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo.
• Derivar al tercer nivel de atención con especialista en Ortopedia y Traumatología dentro de los
7 días, con turno prioritario.
• Causas no infecciosas: trombosis venosa profunda, gota, fracturas por estrés, esguinces, etc.
• Infecciones: infección de piel y partes blandas, osteomielitis.
Se debe realizar una búsqueda activa de lesiones cutáneas que pueden funcionar como puerta
de entrada de un proceso infeccioso.
Osteomielitis
La ostoemielitis ocurre generalmente por contigüidad desde una úlcera, mientras que la NCh pre-
senta compromiso de tipo articular con predominio de las articulaciones tarsometatarsianas y
metatarsofalángicas, por lo que en la osteomielitis frecuentemente se encuentran involucrados:
el calcáneo, el maléolo y los huesos distales a la articulación tarsometatarsiana [104].
Clínica Ausencia de fiebre y compromiso sis- Posible presencia de fiebre y compro- Generalmente sin compromiso sistémi-
témico. La inflamación es solo local. miso sistémico. co, aunque es posible.
Sin descompensación metabólica.
Examen Pie con edema asimétrico, piel calien- Edema/induración, eritema local. Prueba ósea positiva, hueso o articula-
físico te, brillante y eritematosa, puede ser Dolor o aumento de sensibilidad local. ción expuestos.
indoloro. Generalmente los pulsos son Secreción purulenta (secreción espe-
palpables. sa, blanquecina a opaca, sanguino-
lenta).
Aumento de temperatura local.
Crepitación.
Laboratorio Puede o no presentar PCR o VSG Puede presentar leucocitosis, PCR o Puede presentar leucocitosis, PCR o
elevadas. VSG elevadas, hiperglucemia, acidosis. VSG elevadas.
Radiografía Compromiso de tipo articular. Aumento de tamaño de partes blan- Localización en relación a la puerta de
Esclerosis ósea, huesos fragmenta- das secundario a edema. entrada.
dos con luxaciones periarticulares, mi- Puede haber gas o cuerpos extraños Destrucción ósea.
crofracturas, fracturas y/u osteopenia. en el espacio tisular. Cuerpos extraños radiopacos.
Compromiso de articulaciones tarso- Imágenes radiolúcidas compatibles con
metatarsianas y metatarsofalángicas. gas. Compromiso de huesos distales a
la articulación tarsometatarsiana.
Cuadro 4. Diagnóstico diferencial entre NCh e infección. NCh: neuroartropatía de Charcot. VSG: eritrosedimentación. PCR: proteína C reactiva.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 74
• Derivar al tercer nivel de atención con especialista en Ortopedia y Traumatología dentro de los
7 días (turno prioritario).
Estudios complementarios
Hallazgos en la etapa aguda (etapa 0 -1): edema subcondral de médula ósea con mínimo derrame
articular y alteración de la señal en la médula ósea. Luego del contraste con gadolinio endovenoso se
evidencia realce de la señal en la médula ósea y los tejidos blandos periarticulares.
Medicina nuclear
Se puede realizar centellograma óseo con leucocitos marcados si existe alguna contraindicación para
la RMN, o si no es posible hacer diagnóstico diferencial de neuroartropatía de Charcot con osteomie-
litis[107].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 75
Diagnóstico: Diagnóstico:
NCh NCh + infección
No se logra IPPB/ OM
urgencia
diagnóstico concluyente Ver flujograma 1. Infección
moderada y severa
Tercer nivel de atención
urgencia
OM: osteomielitis; IPPB: infección de piel y partes blandas. Modificado de Rogers L. y col. The Charcot Foot in Diabetes. Diabetes Care 2011
Sep; 34(9): 2123-2129.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 76
Tratamiento
El objetivo general del tratamiento es el control de la posición y la forma del pie para conseguir un
pie plantígrado y estable, capaz de caminar calzado normalmente o con ayuda de ortesis, evitando el
desarrollo de deformidad y úlcera, y la afectación del pie contralateral.
El pilar del tratamiento es la descarga, mientras que la cirugía suele reservarse para casos crónicos
con inestabilidad articular o deformidad grave. Además, es importante considerar que se debe efec-
tuar un adecuado tratamiento de la diabetes mellitus.
Descarga
• Realizar descarga con yeso de contacto total -en caso de utilizarlo realizar cambios frecuentes-,
bota tipo Walker o bota neumática sin carga idealmente no removible. Recordar explicar al indi-
viduo y familiares como colocar la bota tipo Walker.
• Evitar que la piel se mantenga húmeda.
• Observar si alguna zona genera decúbito. Prestar atención a los decúbitos para evitar ulceracio-
nes.
• Evaluar la necesidad de muletas, silla de ruedas, etc.
Tratamiento quirúrgico
Se considerará ante NCh infectada para drenaje, desbridamiento, toma de muestras para cultivo y
anatomía patológica.
La estabilización quirúrgica puede estar indicada para la NCh cuando se asocie a marcada inestabi-
lidad, deformidad o úlceras que no cicatrizan [43].
Otros tratamientos
ATAQUE DE PIE DIABÉTICO: es aquel miembro inferior que, sin intervención, puede escalar en ho-
ras y amenazar el miembro inferior (planteando un alto riesgo de amputación) y la vida del pacien-
te. Incluye la infección con necrosis tisular o colección, la isquemia progresiva y la neuroartropatía
de Charcot (NCh) (cuadro 1). Requiere evaluación por guardia de manera urgente[40,100].
Infección con Pie con inflamación aguda, eritema, coleccio- Priman las intervenciones de
necrosis tisular o nes, tejido desvitalizado amplio, necrosis húme- tratamiento de infecciones, como
colección da. Recordar que más del 50% de las personas antibióticos empíricos, drenaje qui-
con una infección que amenaza el miembro rúrgico de colecciones y desbrida-
inferior no manifiestan signos o síntomas miento de tejido necrótico, segui-
sistémicos [75]. das de una rápida corrección de la
isquemia, cuando esté presente.
Isquemia Empeoramiento de la isquemia crítica de Priorizar las opciones de revascu-
progresiva miembros inferiores: ulceración o pérdida de larización.
tejido progresivos en presencia de enfermedad
arterial periférica o dolor en reposo. Hay una
ventana estrecha de oportunidad de prevenir la
progresión a isquemia que amenaza los miem-
bros inferiores.
NCh Pie caliente e hinchado, generalmente sin Priorizar la confirmación del diag-
úlcera. nóstico y la descarga sin apoyo.
Cuadro 1. Ataque de pie diabético. De elaboración propia, basado en Vas R.J.P., Edmonds M., Kavarthapu V., et. al. The Diabetic
Foot Attack: “’Tis Too Late to Retreat!” The International Journal of Lower Extremity Wounds 1–7. 2018. NCh: neuroartropatía
de Charcot.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 78
• Lesión ulcerada sin infección ni isquemia: herida que penetra la piel en cualquier región por
debajo del tobillo sin signos de infección ni de isquemia asociada.
• Infección leve sin isquemia: infección de piel y partes blandas que no va más allá de la piel y
el tejido celular subcutáneo. En presencia de úlcera se extiende hasta 2 cm alrededor de esta.
Ausencia de complicaciones locales y compromiso sistémico.
• Infección moderada (o sospecha de que sea moderada): trayecto linfangítico, infección profunda
-fascia subcutánea, tendón, hueso-, absceso. Infección de piel y partes blandas mayor a 2 cm
alrededor de la úlcera. Ausencia de compromiso sistémico.
• Sospechar gangrena gaseosa en presencia de crepitación o imagen compatible con gas
en la radiografía.
• Sospechar infección necrotizante en presencia de equimosis o petequias extendidas, bu-
llas hemorrágicas, dolor local desproporcionado a los hallazgos clínicos.
• Sospechar absceso/colección de los tejidos blandos o del hueso con o sin ulceración en
presencia de secreción purulenta, piel a tensión, plenitud en el espacio plantar, dolor en un
pie previamente insensible.
• La presencia de necrosis en una persona con pulsos distales palpables debe considerarse
como un posible signo de infección. La infección puede desencadenar la trombosis de
arterias terminales y causar la destrucción de la vascularización local con necrosis secun-
daria en las diferentes capas involucradas[75] .
• Infección severa: cualquier infección con compromiso sistémico: temperatura mayor a 38 °C
o menor a 36 °C, escalofríos, frecuencia respiratoria mayor a 20 respiraciones/minuto o PaCO2
menor a 32 mmHg, frecuencia cardíaca mayor a 90 latidos/minuto, recuento de glóbulos blancos
mayor a 12.000 o menor a 4.000 células/μL o más de 10% de formas inmaduras (banda), vómi-
tos, hipotensión, confusión, acidosis metabólica, hiperglucemia [54] .
• Sospecha de NCh aguda: considerarla en cualquier persona con diabetes que presente un pie
eritematoso, inflamado y caliente unilateral, particularmente en el contexto de neuropatía perifé-
rica y con diabetes de larga duración. Puede ser indoloro, generalmente los pulsos son palpables
[108].
• Sospecha de isquemia del miembro inferior: claudicación intermitente, dolor isquémico en repo-
so, otros síntomas de los miembros inferiores de esfuerzo no relacionados con las articulaciones
-no típicos de la claudicación-, deterioro de la marcha, examen anormal del pulso en los miem-
bros inferiores, presencia de soplos, eritrocianosis, piel adelgazada, onicodistrofia, ausencia de
vello [38]. Úlcera con características de ser isquémica -dolorosa, localizada en los bordes del pie
o entre los dedos, bordes netos-.
• Infección asociada a isquemia: presencia de signos clínicos de infección y sospecha de isque-
mia del miembro inferior asociada.
• Isquemia progresiva: empeoramiento de la isquemia crítica de miembros inferiores: ulceración
o pérdida de tejido progresivos en presencia de enfermedad arterial periférica o dolor en reposo
[40].
2. Manejo del problema identificado en el primer nivel de atención (PNA) (flujograma 1).
Resolución en el PNA:
• Lesión ulcerada superficial sin infección ni isquemia: realizar limpieza local, curación y descar-
ga.
• Infección leve: además de lo anterior, iniciar antibiótico empírico.
• Claudicación intermitente no invalidante: manejo médico de la enfermedad arterial periférica,
incluye cilostazol.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 79
Derivación prioritaria:
• Lesión ulcerada profunda sin infección ni isquemia: derivar a segundo nivel de atención si no
compromete hueso ni articulación, y a tercer nivel de atención si hay compromiso de dichos
tejidos.
• Lesión con sospecha de isquemia (no progresiva) sin infección: derivar a tercer nivel de aten-
ción con especialista en cirugía vascular. Derivación prioritaria en un plazo no mayor a 7 días.
• Claudicación a menos de 100 metros o invalidante (afecta actividades de la vida diaria): de-
rivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular. Derivación prioritaria en un
plazo no mayor a 7 días.
! En dichas situaciones, se puede considerar un manejo inicial en un menor nivel de atención con el apoyo de Tele asistencia.
3. Manejo en guardia del problema en segundo o tercer nivel de atención (siempre prio-
rizar tercer nivel en caso de infección severa y/o necrosis tisular o isquemia asociada).
Flujograma 2. Atención por guardia de la persona con infección grave o moderada con compromiso de tejidos profundos.
Infección moderada:
manejo por guardia en el segundo nivel de atención
Sí No
Emergencia
Emergencia
Gas en la radiografía Compatible con
Evaluación multidisciplinaria
absceso/colección
Drenaje quirúrgico
Persistencia o empeoramiento de parámetros inflamatorios sistémicos con toma de muestra
para microbiología
CONSIDERAR AMPUTACIÓN: Compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección (riesgo de vida).
Es una emergencia, no requiere valoración vascular previa.
*1: En ausencia de requerimiento de exploración quirúrgica urgente, realizar la toma de muestra para microbiología
por guardia y luego iniciar el tratamiento antibiótico empírico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 81
->r Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemo-
dinámica
Iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar revascularización.
Isquemia progresiva
Evaluación urgente por cirugía vascular. Considerar evaluación por equipo de hemodinamia según
accesibilidad.
Flujograma 3. Manejo de sospecha de Neuroartropatía de Charcot en la guardia del segundo nivel de atención.
Diagnóstico: Diagnóstico:
Nch Nch + infección
No se logra IPPB/ OM
diagnóstico concluyente Ver capítulo Infección
de PD
urgencia
La guía NICE recomienda asignar un “responsable” de las urgencias de pie diabético por día de guar-
dia. Esta persona hace el seguimiento del individuo con pie diabético de forma que se implementen
los algoritmos mencionados previamente y lo contacta con el Equipo de Pie Diabético [45].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 82
Figura 1. Niveles de amputaciones. Modificado de Asociación nacional de amputados de España. ANDADE. Manual
para amputados de miembro inferior. 2008
Desarticulación de cadera
Tercio superior
Tercio inferior
Desarticulación de rodilla
Tercio superior
Amputación infracondilea
Tercio medio
Tercio inferior
Amputación de Syme
Amputación tarsotarsiana (Chopart)
Amputación tarsometatarsiana (Lisfranc)
Amputación de los dedos
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 83
Amputaciones menores
->r Amputación digital: la resección de tejido es mínima y no precisa de rehabilitación, ya que des-
pués de la misma el pie se mantiene con una buena funcionalidad. Requiere calzado ortopédico u
ortesis personalizada (figuras 2A-C).
Figura 2A. Amputación digital, 2B. Amputación digital, segundo 2C. Amputación del hallux.
quinto dedo. dedo.
->r Amputación digital metatarso falángica: este tipo de amputación tiene la ventaja, sobre las más
proximales, de que la deformidad del pie es mínima, mantiene su funcionalidad y no precisa equipa-
miento.
->r Amputación transmetatarsiana: es la resección de la totalidad de las
falanges y de la epífisis distal de los metatarsianos. Se consigue una ex-
celente funcionalidad del pie y puede prescindir de equipamiento o reha-
bilitación compleja (figura 3).
Existen otras amputaciones, como son las de Lisfranc y Chopart. La pri-
mera consiste en la desarticulación tarsometatarsiana, y la segunda en
la sección a nivel mediotarsiano. Son amputaciones con un importante
Figura 3. Amputación transmetatar-
siana de pie derecho.
grado de inestabilidad, que se traduce por equinismo o equino-varo, y por
estas razones, habitualmente no se practican.
Amputaciones mayores
->r Amputación de Syme: se realiza a nivel de la articulación del tobillo. De esta forma, se consigue
un buen muñón de apoyo, restando espacio suficiente entre el extremo del muñón y el suelo, para la
adaptación de la prótesis que supla sus funciones (figura 4).
->r Amputación infrapatelar (figura 5): tiene la ventaja, sobre la supracondílea (figura 6), de preservar
la articulación de la rodilla, lo que facilita la prótesis de aquellas personas en las que, por sus con-
diciones físicas, no sería posible realizarla en el caso de amputaciones más proximales. El tipo de
muñón resultante no es de carga. El peso no lo soporta el muñón sino el extremo proximal de la tibia,
siendo importante conservar el peroné porque proporciona una estructura piramidal al muñón que le
procura una buena estabilidad.
Las personas con amputaciones mayores aumentan el gasto energético y cardíaco durante la mar-
cha [10-13].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 84
• Hematoma. Sus consecuencias son el incremento de la presión interna del muñón, la isquemia
secundaria y la infección.
• Infección. Complicación muy grave y que puede hacer fracasar la amputación y deteriorar gra-
vemente la situación general del individuo. Generalmente, se manifiesta en forma de dolor en el
muñón y suele ir acompañada por fiebre y leucocitosis. Cuando estos signos son inequívocos
realizar la reintervención, ya que retardarla supone la extensión de los tejidos necrosados y la
difusión de la infección.
• Fracaso en la cicatrización. Suele ser consecuencia de una inadecuada elección del nivel de
amputación. Son heridas que, en el curso del postoperatorio, presentan necrosis marginal en los
bordes cutáneos y escaras. Estas, si presentan signos inflamatorios evidentes, deben resecarse
para evitar su progresión y únicamente puede adoptarse un criterio expectante, si espontánea-
mente se advierte un inicio de separación entre el tejido necrótico y el sano.
• Percepción del miembro inferior amputado/ síndrome del "miembro fantasma”. Consiste en
la sensación expresada por la persona de seguir percibiendo físicamente el miembro inferior
amputado, puede asociarse a dolor. Se advierte con mayor frecuencia en las amputaciones su-
pracondíleas.
Rehabilitación
Su correcta realización evitará el edema y permitirá darle la forma cónica adecuada al muñón. Si no
se hace, el muñón se inflama y ocasiona dolor. Si no se aplica correctamente, se retarda el proceso
normal de cicatrización de la herida, se irrita la piel y se forman rollos de tejido graso que generan
dolor, todo lo cual prolonga el proceso de rehabilitación. Para esto se utilizan vendas elásticas de
algodón de 10 cm de ancho, que deben lavarse previamente para quitar el almidón y prevenir reaccio-
nes en la piel, y coserse por las puntas para evitar que se deshilachen [113,114].
Sugerencias generales:
• El muñón debe estar continuamente vendado hasta la puesta de la primera prótesis, una vez
quitada, se vuelve a vendar.
• Los vendajes se deben cambiar cada 4 a 6 hs.
• Entre los cambios de vendaje masajear el muñón 10 minutos.
• Es conveniente, durante el primer año siguiente a la amputación, que siga vendándose cuando no
tenga la prótesis puesta y sobre todo en períodos largos sin ella [114] .
Sirve para detener el vendaje del muslo y para vendarlo al nivel de la ingle.
Esto elimina la posibilidad de formación de un rollo de carne en la parte
interna del muslo, lo que ocurre con frecuencia cuando no se usa el ven-
daje en forma de cinturón.
• Comenzar a hacer el cinturón a partir de la parte interna de la ingle y
llevar la venda hacia afuera siguiendo el pliegue de la ingle (figura 8A).
• Pasar la venda hacia atrás alrededor del cuerpo y al nivel de las cade-
ras (figura 8B).
• Llevar la venda por delante del cuerpo hacia el muñón, dando una
vuelta alrededor de éste, (figura 8C), y luego otra vez alrededor del
cuerpo, (figura 8D).
• Terminar el vendaje dando varias vueltas oblicuas sobre el muñón
(figura 8E).
Con respecto a la prevención de posturas viciosas, se deben cuidar las articulaciones vecinas para
evitar acortamientos musculares que luego puedan complicar un equipamiento. Para esto mantener
el muñón junto al muslo del lado opuesto, no flexionarlo sobre el abdomen sino más bien extenderlo
hacia atrás, tener la rodilla extendida la mayor parte del tiempo, por ejemplo:
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 87
• Cuando la persona está sentada, mantener el muñón derecho y nivelado, para esto puede servir
ponerlo sobre un tablero acolchonado para mantenerlo derecho. Es importante no cruzar las
piernas cuando esté sentado, ya que esto puede detener la circulación al muñón (figura 10).
• Puede recostarse boca abajo para asegurarse de que la pierna esté derecha. Puede levantar el
pie de la cama para evitar que el muñón se hinche y para ayudar a mitigar el dolor. No poner una
almohada bajo el muñón ni colgarlo fuera de la cama (figuras 11 y 12).
• No girar el muñón hacia dentro ni hacia fuera cuando esté acostado en la cama o sentado en una
silla (abducción/aducción). Puede usar toallas o mantas enrolladas al lado de las piernas para
mantenerlas en línea con el cuerpo.
• Al estar de pie, no apoyar el muñón sobre la empuñadura del bastón (figura 13).
x x x x
Figura 10. Al sentarse NO dejar Figura 11. Al acostarse NO colocar Figura 12. NO colgar el muñón Figura 13. NO apoyar el muñón so-
el muñón flexionado o colgando. almohada debajo de la rodilla. Mo- fuera de la cama. Modificado de bre la empuñadura. Modificado de
Modificado de Asociación nacional dificado de Asociación nacional de Asociación nacional de amputados Asociación nacional de amputados
de amputados de España. ANDADE. amputados de España. ANDADE. de España. ANDADE. Manual para de España. ANDADE. Manual para
Manual para amputados de miem- Manual para amputados de miem- amputados de miembro inferior. amputados de miembro inferior.
bro inferior. 2008 bro inferior. 2008 2008 2008
Es necesario realizar una rehabilitación progresiva y cuidadosa por el riesgo de fallas en los cie-
rres de heridas.
Luego de la cirugía se inician los ejercicios isométricos, sujetos a tolerancia según dolor, acompaña-
do de fortalecimiento del resto de los grupos musculares:
Figura 14. Ejercicio de flexión. Modificado de Figura 15. Ejercicio de extensión. Modificado de Aso- Figura 16. Ejercicio de extensión. Modificado de Aso-
Asociación nacional de amputados de España. ciación nacional de amputados de España. ANDADE. ciación nacional de amputados de España. ANDADE.
ANDADE. Manual para amputados de miembro Manual para amputados de miembro inferior. 2008 Manual para amputados de miembro inferior. 2008
inferior. 2008
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 88
Flexión: Sentado, con cadera y rodillas flexionadas, cruzar las manos al frente de la pierna, entre el
muñón y la rodilla. Hacer flexión simultánea de cadera y rodilla. También se puede hacer este mismo
ejercicio con la persona acostada boca arriba.
Extensión: Sentado con el muñón colgando por fuera de la mesa o cama y con ayuda de otra perso-
na, forzar la extensión de la rodilla (figura 17). Con la ayuda de otra persona apoyar el muñón sobre el
hombro de la otra persona y hacer la tracción en la cara anterior del muslo (figura 18).
Abducción: De pie y apoyado de espalda a una pared, colocar el muñón sobre un taburete, pero sin
tocarlo. El muñón debe estar un poco alejado de la otra pierna. Flexionar la otra pierna.
Extensores de rodilla: Acostado boca arriba alzar, bajando el muñón con la rodilla extendida.
Sentado hacer movimientos de flexión y extensión de la rodilla. Después de unos días hacer estos
mismos ejercicios, pero que una persona oponga resistencia.
Figura 17. Ejercicio de extensión. Figura 18 Ejercicio de extensión. Modificado Figura 19 Ejercicio de flexores de rodilla.
Modificado de Asociación nacional de Asociación nacional de amputados de Modificado de la Asociación nacional de
de amputados de España. ANDADE. España. ANDADE. Manual para amputados amputados de España. ANDADE. Manual para
Manual para amputados de miem- de miembro inferior. 2008 amputados de miembro inferior. 2008
bro inferior. 2008
->r Alrededor del día 10 enseñar cómo vendarse, e iniciar el uso de muletas o andador.
->r Rondando la tercera semana se inicia la confección de conos provisorios que, según el medio,
pueden ser de distintos materiales, hasta lograr la configuración definitiva del muñón que puede llevar
6 meses aproximadamente.
->r Con el muñón estable se reeduca la sensibilidad del muñón, frotándo y moviendo manualmente el
tejido circundante con las manos para aflojar todo el tejido cicatricial que pueda haberse desarrollado
dentro del miembro inferior.
->r Con la prótesis se inicia el entrenamiento de subir o bajar escaleras, uso de rampas, caminar por la
calle y realizar actividades de la vida diaria y laboral, equilibrio, entrenamiento anticaída.
->r Cuando el individuo ya cuenta con su equipamiento definitivo hay que instruirlo en los cuidados del
equipo, limpieza y cuidado del muñón. Dejar visitas pautadas y signos de alarma.
La amputación mayor de un miembro inferior puede asociarse a lesión y riesgo aumentado de am-
putación contralateral [115–118] .
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 89
Fecha:
Nombre DNI FN
HbA1c fecha % Tratamiento antidiabético
INSPECCIÓN
Callos/helomas No Sí Intentar la corrección del hiperapoyo con calzado adecuado, uso de plantilla
->r preferentemente según pedigrafía y seguimiento por podología. Si no mejo-
ra, consultar con traumatología para evaluación del apoyo.
¿Utiliza ortesis? Sí No
NEUROPATÍA SENSITIVO-MOTORA
Síntomas No Sí Tratamiento:
->r
Signos Pérdida de sensación protectora (PSP) Atrofia muscular
Monofila Palestesia Test de
mento Ipswich
Pie Derecho
Pie izquierdo
NEUROPATÍA AUTONÓMICA
Síntomas No Sí Dolor en Derivar a tercer nivel de manera urgente, ingresa por guardia.
reposo
Claudicación Progresiva Aspirina
intermitente Cilostazol
Invalidante Estatinas
Derivar a tercer nivel con turno prioritario (antes de 7 días)
A menos de
100 metros
Signos • Ausen- • Onicodis- • Palidez • Cianosis En presencia de cianosis: derivación urgente
cia de trofia a tercer nivel.
vello
• Eritrocianosis
Pulsos Tibial anterior Tibial posterior
Pie izquierdo
Pie derecho
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 91
Equipo de trabajo
Coordinación general
Poggio, Lucía Fiorella. Médica, Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en Medicina Interna
(UBA) y Geriatría. Especializada en Diabetes.
Panel interdisciplinario
Braver, Daniel José. Médico endocrinólogo. Director de Programa y Coordinador del Grupo Multidiscipli-
nario de Pie Diabético del Hospital de Clínicas José de San Martín.
Calvagno, Marta Susana. Médica especialista en Nutrición. Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú.
Carballo, María Laura. Médica especialista en Cirugía Plástica y Quemados. Hospital El Cruce SAMIC
Florencio Varela.
Carro, Gabriela Verónica. Médica especialista en Medicina Interna, magister en Diabetes. Unidad de Pie
Diabético Hospital Prof. A. Posadas.
Casado, Pablo. Médico especialista en Medicina Familiar. Integrante del Consultorio de Diabetología en
H.Z.G.A. Mi Pueblo de Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires.
Cifalá, Analía Gabriela. Médica especialista en Nutrición y Medicina General y Familiar, especializada en
Obesidad y Diabetes.
García, Beatriz Alejandra. Especialista en Medicina Interna y Diabetología. Médica de la Unidad Provincial
de Pie Diabético. Córdoba.
Padró, Mónica. Médica especialista en Clínica Médica.
Stecher, Daniel. Médico especialista en Infectología. Jefe de la División Infectología del Hospital de Clíni-
cas José de San Martín. Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires.
Varela, María Cristina. Médica especialista en Nutrición (UBA), especializada en Diabetes, diplomada
en Cicatrización de Heridas (AIACH), docente Adscripta a la Cátedra de Nutrición Facultad de Medicina
(UBA). Médica del Hospital Central de San Isidro y Hospital General de Agudos Dr Enrique Tornú.
Videla Lynch, Ángeles. Médica especialista en Hemodinamia. Hospital El Cruce SAMIC Florencio Varela.
Witman Érica Lorena. Médica especialista en Nutrición con orientación en Obesidad, Diabetes rehabili-
tación especial CSMLP. Médica referente de OCD Centeno y Telesalud E.A. Gobernador Centeno, General
Pico, La Pampa.
Colaboración
Vidal, Marina. Médica especialista en Medicina General.
Revisión
Alcuaz, Alejandra. Médica(UBA). Especialista en Medicina Familiar. Especializada en Gestión en Salud,
Universidad Nacional de Lanús (UNLa)
Casetta, Brunilda. Médica (UBA). Especialista en Medicina Familiar. Magister en Efectividad Clínica (UBA).
Maestría en Planificación y Evaluación de Políticas Públicas (UNSAM). Maestría en Educación Médica,
Universidad Nacional de Tucumán (UNT) e Instituto Universitario CEMIC (IUC).
Moral, Mabel. Médica de Familia UBA. Especialista en Epidemiología Universidad Nacional de Córdoba.
Revisión de Redacción
Bertarini, María Florencia. Médica especialista en Medicina General y Dermatología clínica (UBA).
Poggio, Lucía Fiorella. Médica especialista en Medicina Interna (UBA) y Geriatría, especializada en Diabe-
tes.
Diseño gráfico
Carnelli, María Laura. Licenciada en Diseño, Universidad de Palermo. Diseñadora gráfica, Instituto de Di-
seño de Caracas. Posgrado en Dirección Gerencial de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad
Austral. Diplomada en Feminismo, Trabajo y Políticas Públicas, ATE - FiloUBA. Trabaja en el Área Produc-
ción de Contenidos e Información de la Dirección Nacional de Fortalecimiento de los Sistemas Provincia-
les, Secretaría de Equidad en Salud, Ministerio de Salud de la Nación.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 93
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