Pie Diabético

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Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético.

2021 1

Pautas para la
prevención y el abordaje
del pie diabético.

Dirección Nacional de Abordaje Integral


de Enfermedades No Transmisibles
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 2

Autoridades

Presidente de la Nación
Dr. Alberto Ángel Fernández

Vicepresidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández

Ministra de Salud de la Nación


Dra. Carla Vizzotti

Secretaria de Acceso a la Salud


Dra. Sandra Marcela Tirado

Subsecretario de Estrategias Sanitarias


Dr. Juan Manuel Castelli

Directora Nacional de Abordaje Integral


de Enfermedades No Transmisibles
Dra. María Graciela Abriata
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 3

Índice
1. Abreviaturas............................................................................................................................................04

2. Introducción............................................................................................................................................. 05

3. Prevención y cuidados de los pies en personas con diabetes................................... 06

4. Competencias del Primer Nivel de Atención............................................................................. 11


- Examen clínico del pie en personas con diabetes.............................................................................11
- Categorización del riesgo de pie diabético........................................................................................... 14
- Inspección: factores predisponentes (osteoarticulares, de piel y faneras),
calzado/medias y plantillas.........................................................................................................................15
- Neuropatía diabética: tamizaje y tratamientos de primera línea.................................................22
- Enfermedad arterial periférica: tamizaje y manejo.............................................................................29
- Manejo de úlceras de pie diabético........................................................................................................34
- Descarga de pie diabético con úlcera neuropática............................................................................46
- Detección y manejo de la infección de pie diabético ...........................................................................51

5. Orientación para el manejo en el segundo y tercer nivel de atención....................57


- Examen clínico de los pies en el segundo y tercer nivel de atención...........................................57
- Infección moderada y severa...................................................................................................................60
- Neuroartropatía de Charcot....................................................................................................................... 70

6. Urgencias y manejo de los problemas activos de pie diabético. Orientación


para el abordaje inicial........................................................................................................................... 77

7. Amputaciones y rehabilitación de pie diabético.............................................................. 82

8. Material de implementación: ficha de evaluación del pie en personas


con diabetes................................................................................................................................................. 89

Equipo de trabajo.......................................................................................................................................91

Bibliografía.................................................................................................................................................... 93
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 4

1. Abreviaturas

CI: claudicación intermitente


DM: diabetes mellitus
EAP: enfermedad arterial periférica
EDAM: educación diabetológica para el automanejo
EV: endovenoso
GABA: ácido γ aminobutírico
HD: hemodiálisis
HTA: hipertensión arterial
Hz: hertz
IFGe: índice de filtrado glomerular estimado
ITB: índice tobillo brazo
NCh: neuroartropatía de Charcot
ND: neuropatía diabética
PCR: proteína C reactiva
PD: pie diabético
PNA: primer nivel de atención
PSP: pérdida de la sensación protectora
RMN: resonancia magnética nuclear
SAMR: Staphylococcus aureus meticilina-resistente
UPD: úlcera de pie diabético
VSG: velocidad de sedimentación globular (eritrosedimentación)

Nota sobre uso de colores


a lo largo del documento

Verde
Manejo en el Primer Nivel de Atención
Naranja
Manejo en el Segundo Nivel de Atención
Rojo
Manejo en el Tercer Nivel de Atención
Derivación urgente por guardia

Modo de citar el presente documento: Ministerio de Salud. Pautas para la prevención y el


abordaje del pie diabético. Buenos Aires, Argentina. 2021
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 5

2. Introducción

La diabetes mellitus (DM) se define como un conjunto de alteraciones metabólicas, de etiología múl-
tiple, caracterizadas por hiperglucemia crónica y trastornos en el metabolismo de los hidratos de
carbono, las grasas y las proteínas, resultado de defectos ya sea en la secreción de la insulina, en la
acción de esta o ambos. Sin control, su curso es progresivo y se acompaña de complicaciones micro
y macrovasculares.

Datos de la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo muestran que en Argentina el 12,7% de la


población adulta presenta diabetes o glucemia elevada por autorreporte. Su prevalencia creciente
y la magnitud del daño que ocasiona la convierten en un problema de salud pública ineludible que
requiere la implementación de políticas activas tendientes a prevenir su desarrollo y reducir la carga
de enfermedad asociada [1].

Una de las complicaciones crónicas más graves de la DM es la que se produce en torno al pie.

Pie diabético (PD) se define como aquel que presenta infección, úlcera o destrucción de los te-
jidos del pie asociado a neuropatía y/o enfermedad arterial periférica de miembros inferiores en
personas con diabetes [2].

Se estima que el 25% de las personas con DM desarrollarán una herida o úlcera de PD a lo largo de su
vida [3]. La prevalencia mundial de úlcera del PD en personas con DM es en promedio del 6,4% [4]. El
riesgo de recurrencia de úlceras es alto, entre 30 y 40%, dentro del primer año. La consecuencia más
lamentable del PD es la amputación, esta implica un riesgo elevado de mortalidad, 6% en el período
perioperatorio y hasta un 50% a los tres años [5]. La amputación es unas 20 veces más frecuente
en las personas con DM que en la población general y en la gran mayoría está precedida por una
ulceración[6].

Los distintos programas de atención del PD que incluyen educación y cuidados del pie, exploración
regular del pie y detección del grado de riesgo de úlcera en el primer nivel de atención, pueden reducir
la aparición de lesiones.

Este documento se enmarca en el Plan Nacional de Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la DM2


y la implementación de la Red Nacional de Manejo del Pie Diabético que lleva adelante el Programa
Nacional de Prevención y Control de las Personas con Diabetes Mellitus, perteneciente a la Dirección
Nacional de Abordaje Integral de Enfermedades No Transmisibles. Su propósito es reducir las lesio-
nes del pie diabético y las amputaciones asociadas al mismo [7,8].

El objetivo general es proveer al equipo de salud las herramientas necesarias para prevenir y tratar
las lesiones del pie en personas con DM, con un carácter eminentemente práctico promoviendo un
abordaje interdisciplinario, acorde a la complejidad del problema.

Los objetivos específicos son:

• Promover la educación de las personas con diabetes mellitus sobre el cuidado de los pies y la
prevención de lesiones.
• Proveer herramientas para el tamizaje de las situaciones de base que predisponen al desarrollo
de pie diabético: la neuropatía diabética y la enfermedad arterial periférica.
• Brindar lineamientos para el tratamiento adecuado de los factores predisponentes del PD: enfer-
medad arterial periférica, deformidades y neuropatía.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 6

• Brindar herramientas para el tratamiento de la úlcera neuropática y la infección leve de pie diabé-
tico.
• Dar pautas para la derivación oportuna a un nivel de atención de mayor complejidad.

Destinatarios: todos los integrantes del equipo de salud que brindan atención a personas con diabe-
tes.
Beneficiarios: todas las personas adultas con DM.

3. Prevención y cuidados de los pies en personas con


diabetes

Educación diabetológica para el automanejo

La educación diabetológica para el automanejo (EDAM) se constituye como una posibilidad de brin-
dar herramientas y acompañamiento para que las personas con DM, puedan autogestionar los cui-
dados cotidianos necesarios para su bienestar. Es competencia de todo el equipo de salud de los
tres niveles de atención.

La DM, al igual que el resto de las enfermedades crónicas, requiere de tratamientos y cuidados de
larga duración. Por tal motivo, las personas afectadas necesitan aprender a convivir con un conjunto
de situaciones nuevas referidas al propio cuidado que incluye alcanzar y sostener profundos cambios
en el estilo de vida a largo plazo.

Siguiendo el Modelo de Atención de Personas con Enfermedades Crónicas (MAPEC), con el propósito
de favorecer los cambios necesarios en las conductas y hábitos en las personas, se requiere trabajar
fuertemente sobre dos fenómenos interrelacionados: la adherencia al tratamiento y el automanejo
[9].

La adherencia al tratamiento puede definirse como el grado en que el comportamiento de una


persona se corresponde con el plan de cuidados acordado con el equipo de salud (tratamiento
farmacológico, cambios en el estilo de vida, etc).

Los principales aspectos que necesitan ser considerados para pensar cualquier intervención dirigida
a mejorar la adherencia son:

1) Individualizar la intervención, adaptándola a las características y necesidades de la persona en


cada caso.
2) Fortalecer la relación con la persona; favorecer la confianza para que comparta sus preocupacio-
nes y dificultades para adherir al tratamiento.
3) Trabajar en forma interdisciplinaria.

En cuanto al automanejo, se trata de un proceso a través del cual una persona o un grupo de indivi-
duos adquieren poder y acceden a los recursos necesarios para manejar su propia vida. Hace refe-
rencia a la participación activa del individuo en su tratamiento o el aprendizaje sobre su condición,
incluyendo los aspectos biológicos, emocionales, psicológicos y sociales [9].

Empoderar a las personas es un desafío para los equipos de salud.


Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 7

Es importante reconocer la red de contención social o familiar de la persona con DM. Las personas
con enfermedades crónicas pasan la mayor parte del tiempo fuera de las instituciones de salud por
lo que la mayoría de los cuidados que necesitan recibir son autoimpartidos o proporcionados por su
entorno cercano. De este modo, la educación sistemática y el apoyo al automanejo, les permite ad-
quirir capacidad para autogestionar su condición y prevenir complicaciones.

Resulta fundamental que el equipo de salud que los asiste esté capacitado en técnicas de comunica-
ción para brindar consejos saludables a la comunidad.

Una buena comunicación estará favorecida por:

• El nivel del conocimiento que se va a transmitir.


• La utilización de términos comprensibles para las personas con diabetes y su entorno.
• La entrega de la información en forma ordenada, fraccionada y con soporte gráfico o digital [9,10].

*
La GPC Nacional de prevención, diagnóstico y tratamiento de la DM2 recomienda: 10 a 12 hs de
EDAM, preferentemente dentro del primer año del diagnóstico, de modo individual o grupal (o com-
binaciones), y un refuerzo anual de 2 a 4 hs a cargo de un equipo de salud capacitado, para mejorar
el control glucémico, reducir las complicaciones y la mortalidad. Considerar la participación de
los cuidadores, cuando las condiciones de salud de la persona así lo requieran [11]. La EDAM muy
probablemente reduzca el riesgo de ulceración y amputación en personas con DM.

La educación diabetológica de las personas y su entorno se conforma como el pilar fundamental


del cuidado de los pies. Es un aspecto de vital importancia para la prevención de la aparición de
úlceras. Posibilita una mejoría de la calidad de vida general de los individuos.

Los servicios de salud que proveen cuidados preventivos de los pies a personas con diabetes pue-
den reducir el número de amputaciones no traumáticas.

¿Qué información es necesario transmitir a la persona


con diabetes para que adquiera habilidades de automa-
nejo?

Con la intención de suministrar información básica, estimular y guiar el desarrollo de habilidades para
el automanejo [2,12], abordar los siguientes puntos en el orden propuesto:

1. Inspección Aconsejar:
de los pies
• Inspección diaria de los pies observando el dorso, la planta y los espacios in-
terdigitales con un espejo en búsqueda de lesiones entre los dedos, cambios de
color, hinchazón, ampollas, helomas (callos o durezas), cambios en la cantidad
de vello, inflamación, quemaduras o ulceraciones (figura 1). Ante la aparición de
estos signos o un cambio con respecto al estado previo, consultar al equipo de
salud.
• Contar con la colaboración de otra persona para la inspección de los pies, si la
Figura 1.Inspección de los pies. persona con diabetes tiene dificultades para hacerlo [2,12].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 8

2. Higiene Aconsejar:
de los pies
• Lavado diario de los pies con agua y jabón (figura 2).
• Usar agua tibia (nunca caliente, siempre por debajo de los 37°C). No utilizar los
pies para controlar la temperatura, hacerlo con la muñeca o el codo. Limitar el
tiempo de lavado e higiene para evitar la maceración de la piel.
• Preferir jabones cremosos, evitar el uso de jabones neutros (ej: jabón blanco o
de glicerina) o antisépticos.
• Secar cuidadosamente el espacio interdigital con una toalla [13–17].
Figura 2.
Lavado de los pies.

3. Cuidado de Aconsejar:
la piel y las uñas
• Hidratar la piel, luego del aseo, con cremas emolientes, a base de vaselina,
lanolina o aceites hiperoxigenados, en el área de planta y dorso, evitando el
espacio interdigital (figura 3).
• Cortar las uñas en línea recta limando los extremos (sin profundizar el corte
de los bordes libres cercanos a la piel). En caso de que la persona tenga dificul-
tad (visual, motriz, etc.), es preferible que este cuidado sea efectuado por alguien
capacitado de su entorno o un profesional entrenado (podólogo matriculado)
Figura 3. Hidratación de la piel (Figura 4).
con cremas. • En presencia de uñas gruesas o con lesiones, callos, grietas o fisuras con-
sultar al equipo de salud. No utilizar agentes químicos, callicidas, ni elementos
cortantes para retirar los callos.

Figura 4. Corte de uñas en línea recta.


Modificado de IWGDF- International
working group on the Diabetic Foot, I.
(2015). IWGDF Guidance documents.

4. Medias Aconsejar:
y zapatos
Medias

• Usarlas siempre.
• Cambiarlas todos los días.
• Utilizar medias claras, preferentemente de algodón. Revisarlas todos los días:
observar si hay desgastes que orienten a zonas de hiperpresión/ hiperapoyo o
manchas de sangre o secreción luego de su uso.
Figura 5. Medias claras, de algodón. • Elegir aquellas sin costuras, de no ser posible, usar las medias del revés con
las costuras hacia afuera.
• Evitar aquellas muy ajustadas o con elástico (figura 5).

Zapatos

• Revisar y palpar la parte interna del calzado todos los días antes de su coloca-
ción, en búsqueda de objetos extraños en su interior.
• Evitar que el calzado sea apretado, con ajustes elásticos, con bordes o cos-
turas internas irregulares o ásperas. No ajustar excesivamente los cordones.
• No usar ojotas.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 9

Elección apropiada y oportuna de un calzado adecuado (ancho y profundo): “adecuar el zapato al


pie y no el pie al zapato” (figura 6).

• Longitud: la longitud interna del calzado necesita ser de 1 a 2 cm más larga que la longitud del
pie, medida desde el talón hasta el dedo más largo cuando una persona está de pie.
• Profundidad: que permita acomodar y mover los dedos del pie libremente sin causar presión en
los bordes y empeine.
• Ancho: considerar el ancho de todas las partes del pie (figura 7).

tobillo Figura 6. Figura 7. Elección de un


Partes del calzado amplio. Modi-
maléolo lengueta
calzado. ficado de Schaper N.C.,
empeine Modificado de van Netten J.J., Apel-
caña van Netten et qvist J., et al. 2019. IWG-
capellada al. Journal of DF Practical guidelines
Foot and Ankle on the prevention and
Research (2018) management of diabetic
11:2. foot disease. Part of the
talón 2019 IWGDF Guidelines
on the Prevention and
Management of Diabe-
plantilla suela tic Foot Disease.
taco
rock

• Altura de la caña: aquella que llega por encima de los tobillos proporciona más firmeza, estabili-
dad y reduce el movimiento articular. En caso que llegue hasta los tobillos, es importante que la
altura de la caña del calzado termine por debajo de ambos maléolos y su borde libre no los roce
durante la marcha.
• Suela: se puede usar goma/caucho, plástico o cuero, pero se considera que las suelas de goma
son superiores por tener mayor resistencia al deslizamiento. Evitar que el zapato sea más flexible
que el pie, porque se desarrollará fricción durante la marcha.
Agregado de un perfil basculante o en mecedora (suela tipo rocker): se utiliza para reducir
las presiones plantares. El punto de pivote/flexión debe estar próximo a las articulaciones
metatarsofalángicas, para reducción de la presión plantar. Esta suela puede afectar el equi-
librio de la persona, en mayor medida cuanto más cercano al talón se coloque el punto de
pivote.
• Talón: bien ajustado y cerrado, libre de bordes internos que sobresalgan del calzado.
• Taco: de 1,5 a 2 cm, no exceder los 3 cm.
• Materiales: elegir de cuero o una combinación de materiales (similar a los zapatos deportivos),
con un forro interior liso hecho de un material que no se endurezca con el tiempo, con la menor
cantidad de costuras posible, que no generen roce en la parte interna del calzado y preferible-
mente sin costuras en el área del empeine. La parte superior debe ser transpirable y duradera y
tener la capacidad de moldearse a las deformidades del pie sin provocar áreas de presión.
• Puntera/capellada: flexible para adaptarse a la forma de los dedos y evitar cualquier roce entre
ellos.
• Al comprar zapatos, hacerlo a última hora del día, probarlos de pie. Adaptarse al nuevo calzado
usándolo en forma gradual, 1 o 2 horas por día.
• Las personas con deformidades pueden necesitar una plantilla o calzado ortopédico, evaluar la
necesidad de derivación. En caso de utilizar ortesis plantares (ej: plantillas) revi-
sar, adecuar y renovarlas periódicamente [2,12,18].
• Si bien la primera elección es el calzado cerrado, se pueden usar sandalias
con suela de goma y velcro que contengan tobillo y antepié, siempre con medias.
Tener la precaución de utilizarlas para distancias cortas, sin estar demasiado
tiempo de pie y en sitios seguros (figura 8).
Figura 8: sandalia con suela de goma y • Tener en cuenta las preferencias del paciente y las características regiona-
velcro, siempre con medias. les.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 10

5. Ejercicios Además de actividad física aeróbica diaria, sumar precozmente un plan de ejerci-
cios de los pies adecuado y adaptado (figura 9).

Aconsejar:

• Realizar la prensión de objetos con los dedos de los pies.


• Elevar el arco interno y flexionar los dedos.
• Con los pies en aducción, flexionar la punta de los dedos.
• Con los pies paralelos: flexionar las rodillas y separarlas.
Figura 9. Realizar ejercicios para • Hacer flexión dorsal y plantar máxima de los pies con flexión digital máxima
fortalecer músculos de piernas y pies. (acostado y con rodillas extendidas).
• Realizar movimientos de aducción y abducción de los dedos.
• Mantenerse parado en un pie sosteniendo la postura durante un minuto.
• Pararse en punta de pies y talones.

!
¡A TENER EN CUENTA!
Advertir:

Ante la aparición o presencia de una lesión, dolor,


cambio de color o temperatura en el pie,
consultar inmediatamente al equipo de salud.

! No usar bolsas de agua caliente ni ningún tipo de estufa


para calentar los pies. No caminar descalzo, ni en medias,
ni siquiera dentro de la casa [2].

Concurrir a la consulta para un examen completo de los pies


al menos 1 vez al año.

Material de implementación

Video de cuidados de los pies en personas con diabetes disponible en la página web del Ministerio
de Salud de la Nación: https://www.youtube.com/watch?v=mtyUCtwT81Q
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 11

4. Competencias del Primer Nivel de Atención

• Cuidados preventivos con énfasis en educación, calzado apropiado y prevención de lesiones.


• Examen clínico del pie. Categorización de riesgo.
• Detección de factores predisponentes osteoarticulares y de piel y faneras, y sus medidas correc-
toras básicas.
• Diagnóstico y primera línea de tratamiento de la neuropatía diabética.
• Manejo de claudicación intermitente no invalidante en personas sin lesiones.
• Sospecha diagnóstica de neuroartropatía de Charcot (NCh). Descarga inicial sin apoyo.
• En caso de úlceras, diferenciación entre neuropáticas e isquémicas.
• Manejo de lesión ulcerativa neuropática superficial sin signos de isquemia asociada, sin infec-
ción o con infección leve.

Este documento se complementa con la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre detección y
manejo ambulatorio de complicaciones microvasculares de la DIABETES MELLITUS, de donde
se extraen recomendaciones [19]

Examen clínico del pie en personas con diabetes

*
En todas las personas con diabetes, se recomienda realizar la evaluación de los pies: historia clíni-
ca, inspección, palpación de pulsos arteriales y de la temperatura, y valoración de la sensibilidad,
tanto al diagnóstico de diabetes como durante el seguimiento, para detectar y tratar los problemas
activos del pie y los factores de riesgo de desarrollar úlcera de pie diabético [19].

En el siguiente cuadro se describe brevemente la anamnesis y el examen físico del pie. Los ítems se
desarrollarán a lo largo del capítulo (cuadro 1).
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EXAMEN CLÍNICO DEL PIE

Grado de control - HbA1c


glucémico

Años de duración
de la DM

Complicaciones -Retinopatía
microvasculares -Nefropatía
-Neuropatía

Factores de riesgo - Consumo de tabaco


y complicaciones - Consumo de alcohol
macrovasculares - HTA
- Obesidad
- Enfermedad vascular establecida:
- enfermedad cerebro vascular
- enfermedad coronaria
- enfermedad arterial periférica.

Lesiones previas en - Úlcera


miembros inferiores - Infección
- Amputación menor o mayor
HISTORIA CLÍNICA

INTERROGAR

Conocimiento y prácticas -Ej.: particularidades del calzado, higiene de pies, corte de uñas, etc.
sobre el autocuidado de
los pies (EDAM)

Dolor en miembros Características del dolor neuropático:


inferiores.
Identificar si es - De reposo e intenso. Punzante, lancinante (sensación de dolor agudo de gran intensi-
neuropático o dad, limitado a una zona o punto concreto) o quemante.
isquémico. - Predominio nocturno, bilateral, distal y simétrico.
- Cede o mejora con la marcha.

Características del dolor isquémico:

- Dolor que aumenta con el frío y con la marcha.


- Claudicación intermitente: fatiga muscular de MMII, incomodidad, calambres o dolor
de origen vascular en los músculos que son inducidos por la marcha o ejercicio y alivia-
dos por el descanso (dentro de los 10 minutos).
- Si hay dolor en decúbito, cede o mejora con los pies colgando de la cama y puede
empeorar al elevar los miembros inferiores.

Dificultades - Aislamiento social


socioeconómicas - Dificultades económicas
- Dificultades en el acceso a la consulta con equipo de salud.

Cuadro 1. Examen clínico del pie. HTA: hipertensión arterial, EDAM: educación diabetológica para el automanejo, MMII: miembros inferiores.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 13

EXAMEN CLÍNICO DEL PIE (continuación)

Factores predisponentes para OSTEOARTICULARES: deformidades que suelen generar áreas de hiperapoyo que pre-
lesiones/ problemas activos de disponen a la formación de callos, como prominencias óseas, dedo en martillo, hallux
los pies valgus, amputaciones previas, atrofia de almohadilla plantar, etc.
INSPECCIÓN DE LOS PIES, LAS MEDIAS Y EL CALZADO

PIEL Y FANERAS: anhidrosis, hiperqueratosis difusa (ej. piel reseca y engrosada del
(de pie y acostado, sin calzado, medias ni vendajes)

talón), grietas o fisuras, callos o helomas, ampollas; micosis interdigital; onicocriptosis


(uña encarnada), onicodistrofia.
Higiene inadecuada de pies, corte incorrecto de uñas.

SIGNOS DE NEUROPATÍA: atrofia de músculos del pie con flexión de las articulaciones
interfalángicas e hiperextensión de las metatarsofalángicas (disfunción motora), disten-
sión de venas dorsales del pie con aumento de la temperatura, piel fina, seca, atrófica y
con fisuras (disfunción autonómica).

SIGNOS DE ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA: atrofia cutánea, distrofia ungueal,


ausencia de vello, palidez, cianosis o gangrena.

ÚLCERA DE PIE DIABÉTICO

SIGNOS DE INFECCIÓN: edema, eritema, secreción purulenta.


EXAMEN FÍSICO

Medias, calzado - Uso e higiene.


y plantillas - Carácterísticas.
- Áreas de alta presión y excesivo desgaste.

Tamizaje de la MONOFILAMENTO: aplicar durante 2 segundos perpendicularmente a la superficie de


pérdida de la sensación la piel con suficiente fuerza para provocar la curvatura de este. Realizarlo en pulpejo del
protectora (PSP) primer dedo, cabeza de primer y quinto metatarsiano de ambos pies.
VALORACIÓN DE LA
SENSIBILIDAD

TEST DE IPSWICH: tocar suavemente y de forma secuencial, sin ejercer presión, con la
punta del dedo índice del examinador, la punta del primer, tercer y quinto dedo de ambos
pies durante 1 a 2 segundos.

DIAPASÓN: sujetar el diapasón por el mango y percutir sus ramas con la palma de
la mano contraria, luego aplicar con una presión constante sobre parte ósea del lado
dorsal de la falange distal del primer dedo (hallux).

Palpación de pulsos - Palpar pulsos tibial posterior y pedio de cada pie.


EVALUACIÓN

periféricos de MMII - Palpar la temperatura de la piel.


DE EAP

y de la temperatura
de la piel

Cuadro 1. Examen clínico del pie (continuación). EAP: enfermedad arterial periférica. MMII: miembros inferiores.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 14

Categorización del riesgo de pie diabético

El examen clínico del pie permite establecer la categoría de riesgo de desarrollar pie diabético, para
determinar un manejo y frecuencia de evaluación adecuados. Todas las personas con diabetes re-
quieren como mínimo la evaluación anual de sus pies. Es importante conocer los principales factores
de riesgo para el desarrollo de PD [20,21]:

• Mal control glucémico.


• Tiempo desde el diagnóstico de DM mayor a 10 años.
• Sexo biológico masculino.
• Tabaquismo.
• Retinopatía diabética con disminución de la agudeza visual.
• Nefropatía diabética.
• Neuropatía diabética.
• Alteraciones osteoarticulares.
• Enfermedad arterial periférica.
• Historia de úlcera previa y/o amputaciones.
• Desconocimiento sobre la enfermedad y los cuidados de los pies.
• Dificultad en el acceso al sistema de salud.
• Condiciones psicosociales: vivir solo, antecedente de depresión.

El Grupo Internacional de Trabajo de Pie Diabético propone acordar un plan de cuidados del pie basa-
do en los niveles definidos de riesgo de ulceración del pie mediante su categorización (cuadro 2) [2]:

Categoría Riesgo de úlcera Características Conducta

0 Muy bajo Ausencia de PSP y de EAP. Examen clínico de los pies, anual.
Educación.

1 Bajo PSP o EAP. Examen clínico de los pies cada 6 a 12 meses.


Educación y control podológico.

2 Moderado PSP + EAP, o Examen clínico de los pies cada 3 a 6 meses.


PSP + deformidad del pie, o Educación y control podológico.
EAP + deformidad del pie. Calzado adecuado, con plantilla y/o calzado a medida si
lo requiere.

3 Alto PSP o EAP + uno de los siguientes: Examen clínico de los pies cada 1 a 3 meses.
- antecedente de úlcera de pie, Educación y control podológico.
- amputación mayor o menor de Calzado adecuado (con plantilla y/o calzado a medida si
miembro inferior, lo requiere).
- enfermedad renal terminal. Tratamiento y seguimiento en conjunto con equipo
especializado.

Riesgo calculado:
Próximo control:

Cuadro 2. Sistema de categorización del riesgo de complicaciones diabéticas del pie. Modificado de Schaper N.C., van
Netten J.J., Apelqvist J., Bus S.A., Hinchlife R.J., Lipsky B.A. 2019 IWGDF Guidelines on the Prevention and Management of
Diabetic Foot Disease. PSP: pérdida de sensación protectora; EAP: enfermedad arterial periférica.

La evolución al aumento de categoría es el cambio más probable. Puede haber un descenso de ries-
go luego de una intervención quirúrgica que normalice la estructura del pie [2].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 15

Inspección: factores predisponentes (osteoarticulares, de piel y faneras),


calzado/medias y plantillas

Realizar con la persona acostada y de pie, observando:

A. FACTORES PREDISPONENTES OSTEOARTICULARES


(DEFORMIDADES DE LOS PIES)

Las deformidades de los pies, concomitantes con la polineuropatía diabética, se asocian al desarrollo
de áreas de hiperapoyo; se produce un aumento de la presión o de la fricción que no es percibido por
la persona y al no tomar medidas de protección o preventivas, se produce la aparición de hiperquera-
tosis. Esta condición favorece el desarrollo de callos o helomas; los mismos se comportan como un
cuerpo extraño sobre la superficie cutánea lo cual incrementa la presión local. En consecuencia, se
puede generar una úlcera, generalmente precedida por una hemorragia subcutánea [3,22] (figura 1).

Hiperqueratosis Hemorragia Aparición de úlcera Profundización,


en metatarsiano subcutánea infección, osteomielitis

Figura 1. Desarrollo y evolución de úlcera neuropática en área de hiperapoyo. Tomado de Schaper N.C., van Netten J.J., Apelqvist J., et al. 2019.
IWGDF Practical guidelines on the prevention and management of diabetic foot disease.

Las deformidades pueden ser flexibles (se pueden corregir manualmente) o rígidas (no se pueden
corregir manualmente).

Anatomía del pie (figura 2).

Antepié: es la parte anterior del pie, está compuesta


por los huesos metatarsianos, las falanges y las es-
tructuras de tejido blando asociadas.

Mediopié: es la parte del pie que está compuesta por


los huesos cuboides, naviculares y cuneiformes y las
estructuras de tejido blando asociadas.

Retropié: es la parte posterior del pie, está compues-


ta por el astrágalo y el calcáneo, y las estructuras
asociadas de los tejidos blandos

Figura 2. Modificado de Anatomía humana. (2006). [Página web en línea].


Disponible en: http://www.anatomiahumana.ucv.cl.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 16

Deformidades más comunes del pie

Pie cavo: elevación anormal del arco longitudinal del pie. Esta pronunciación del arco se puede ver
acompañada por deformidades de las articulaciones metatarsofalángicas como los dedos en garra
o deformidades rígidas en garra del primer dedo.

A medida que aumenta la deformidad, el tejido adiposo plantar se desplaza en dirección distal y los
metatarsianos pierden la amortiguación del tejido adiposo.

Se produce un aumento del peso y esfuerzo sobre las cabezas de los metatarsianos y del talón cuan-
do la persona está de pie o caminando, siendo estos los lugares donde se van a encontrar la mayor
cantidad de lesiones y úlceras [23] (figuras 3a-3c).

Figura 3a. Pie cavo: Vista


posterior y anterior. Obsérvese
retropié en varo, elevación del
arco longitudinal, descenso
de la cabeza del primer meta-
tarsiano, elevación del hallux
e hiperapoyo del borde lateral
del pie.

Figura 3b. Figura 3c. Pie cavo: radiogra-


Pie cavo: fía de pie de perfil con apoyo.
vista sagital. Elevación del ángulo longitudinal
Elevación interno.
del arco
longitudinal.

Pie plano. Incluye:


• aplanamiento del arco longitudinal interno,
• retropié en valgo,
• abducción del antepié.
Las lesiones de riesgo por hiperapoyo y las úlceras se encontrarán en la zona medial del pie plano
[23] (figuras 4a-c).

Figura 4a. Pie plano: Figura 4c.


vista posterior. Retropié valgo Pie plano:
y signo de más dedos (en la vista sagital:
vista posterior, por el borde Pérdida
externo del pie se ven más del arco
cantidad de dedos). longitudinal
interno.

Figura 4b. Pie plano:


Vista frontal. Caída del arco
longitudinal interno, abducción
del antepié.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 17

Dedo en mazo
Última falange de los dedos con flexión fija generando hiperapo-
yo de los pulpejos (figura 5).

Figura 5. Dedos en mazo: 3er dedo en mazo: flexión interfalángica distal.

Juanetillo de sastre
Es una protuberancia en el quinto hueso metatarsiano, es decir
en la base del dedo pequeño del pie. La protuberancia que carac-
teriza el juanete de sastre se da en la cabeza del metatarsiano.
La fricción entre la prominencia ósea y el calzado puede llevar a
la aparición de una hiperqueratosis lateral [23] (figura 6).

Figura 6. Juanetillo de sastre.

Hallux valgus “juanete”


Es la subluxación estática de la primera articulación metatarso-
falángica [24] (figura 7).

Figura 7. Hallux valgus.

Dedo en martillo
Deformidad en flexión de la articulación interfalángica proximal,
generalmente con una hiperextensión asociada de la articula-
ción metatarsofalángica [21]. La causa parece ser multifactorial,
tiene asociación con neuropatía diabética [23] (figura 8).

Figura 8. 2do dedo en martillo con área dorsal de hiperapoyo.

Dedo en garra – inestabilidad metatarsofalángica


La afección primaria es la deformidad en extensión de la arti-
culación metatarsofalángica, acompañada de la flexión de las
articulaciones interfalángicas[25] (figuras 9a y b).

Figura 9a. Dedos en garra.

Figura 9b. Radiografía de perfil en pie con dedos en garra.


Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 18

Dedo cruzado: desviación medial del dedo, más comúnmente


en el segundo o tercero. Frecuentemente asociado a hallux val-
gus o “juanete”[25] (figura 10).

Figura 10. Dedo cruzado: hallux valgus severo con pronación


del dedo y segundo dedo en martillo supraducto con desviación
medial.

Quinto dedo supraducto o varo congénito del quinto dedo:


consiste en una dorsiflexión y aducción del mismo. Este apa-
rece típicamente superpuesto sobre el cuarto dedo [26] (figura
11).

Figura 11. Quinto dedo supraducto

Hallux rigidus: artrosis metatarsofalángica.Trastorno de la ar-


ticulación que puede ser doloroso; caracterizado por limitación
en el movimiento y una formación proliferativa de hueso periar-
ticular. Además de alterar la marcha, puede generar lesiones
por roce en la piel [23] (figura 12).

Figura 12. Hallux rigidus: vista sagital. Exostosis dorsal con área
de hiperqueratosis.

Hallux varus: es la desviación medial del primer dedo. Puede


ser una deformidad congénita o frecuentemente adquirida,
iatrogénica o por lesión del ligamento colateral lateral [23,27]
(figura 13).

Figura 13. Hallux varus.

Onicocriptosis hallux o “uña encarnada”: es la afección en el


borde medial o lateral de una uña, cuando esta crece dentro del
tejido. Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de com-
plicaciones: infección de piel y partes blandas u osteomielitis
de la falange subyacente (por ejemplo, el dedo afectado puede
presentar dolor, edema, eritema y secreción purulenta) (figura
14).
Figura 14. Onicocriptosis: Borde lateral del hallux: granuloma con
eritema e hiperqueratosis. Deformidades iatrogénicas: aquellas deformidades secunda-
rias a una intervención quirúrgica (ej. amputaciones).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 19

Orientación para descargar áreas de hiperapoyo

Deformidades flexibles

Puede utilizarse una plantilla personalizada con realce del arco longitudinal, oliva metatar-
sal retrocapital con descarga de la zona con hiperqueratosis, callo o heloma -cabeza de metatarsia-
no correspondiente-, realces en talón para corregir el retropié varo o valgo, entre otras; siempre de
acuerdo con cada deformidad. Generalmente la plantilla es realizada por un técnico ortesista, las
plantillas deben revisarse por el equipo de salud antes de ser utilizadas por primera vez.

En el caso de no contar con ortesista, puede utilizarse una plantilla de plastazote, goma EVA, tipo
Hannover, o algún otro material blando en el cual se realiza un orificio en la zona del callo para que
esa región no apoye cuando la persona deambula. Es importante elegir un calzado adecuado.

Deformidades flexibles que no mejoran el hiperapoyo con la descarga y deformidades rígidas:


considerar derivación para tratamiento quirúrgico.

Orientación para evitar roces en áreas de fricción


(laterales, dorso de los dedos)

Deformidades flexibles

El primer paso es cambiar el calzado y utilizar horma ancha con puntera alta para evitar que el dedo
roce con el mismo, además pueden utilizarse protectores de silicona para disminuir la presión en la
zona. Esto también puede realizarse en los casos en que los dedos tengan roces o fricción entre ellos
debido a deformidades.

Deformidades rígidas

En el caso de que existan, además de las recomendaciones de calzado ya sugeridas, derivar a centro
de mayor complejidad para evaluar tratamiento quirúrgico -segundo o tercer nivel de atención con
especialista en ortopedia y traumatología-.

Tener en cuenta la posibilidad de utilizar calzado con suela en mecedora o rocker bottom, ya que
facilita la mecánica del paso en todos los casos antes mencionados .
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 20

B. FACTORES PREDISPONENTES DE PIEL Y FANERAS

• Alteraciones de la piel: anhidrosis (sequedad excesiva), hiperqueratosis (engrosamiento en placa


de la capa más superficial de la piel), grietas o fisuras, callos o helomas, micosis interdigital, am-
pollas (figuras 15 a 19).

• Alteraciones de las uñas: onicocriptosis (véase arriba) y onicodistrofia (cambios morfológicos de


una o varias uñas afectando su color o su grosor) que puede hacer sospechar de una micosis o
cambios neuropáticos o isquémicos periféricos [28] (figura 20).

• Signos de neuropatía: atrofia de músculos del pie con flexión de las articulaciones interfalángicas
e hiperextensión de las metatarsofalángicas (disfunción motora), distensión de venas dorsales
del pie con aumento de la temperatura, piel fina, seca y con fisuras (disfunción autonómica).

• Signos de enfermedad arterial periférica: ausencia de vello, palidez, cianosis o gangrena, piel fina
y brillante. Derivación urgente por guardia al tercer nivel de atención en caso de cianosis, gan-
grena húmeda o gangrena seca extensa o progresiva (figuras 21 y 22).

C. MEDIAS/ CALZADO/ PLANTILLAS

Evaluar por dentro y por fuera el calzado, las plantillas y las medias para identificar uso, característi-
cas e higiene adecuados, áreas de alta presión y excesivo desgaste.

Figura 15. Anhidrosis de talón. Figura 16. Hiperqueratosis, grietas Figura 17. Callos o helomas. Figura 18. Micosis interdigital.
o fisuras.

Figura 19. Ampolla. Figura 20. Onicodistrofia Figura 21. Palidez. Figura 22. Cianosis.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 21

Estrategias de tratamiento de factores predisponentes de piel


y faneras para evitar el desarrollo de úlceras

HIPERQUERATOSIS: crema con urea al 10%. Valorar descarga de la lesión.

GRIETAS O FISURAS: crema con urea al 20% (sólo sobre áreas de hiperqueratosis, NO colocar dentro de la
grieta o fisura).

CALLOS: para corregir hiperapoyo, elegir calzado adecuado, indicar plantilla preferentemente según pedigrafía,
seguimiento por podología y, si no mejoran derivar al segundo nivel de atención para evaluación del apoyo.

MICOSIS INTERDIGITAL: reforzar el secado entre dedos, crema con antimicótico (elegir pasta si la lesión es
muy húmeda).

AMPOLLAS: no romper, evitar apoyo sobre la ampolla. Puede cubrirse con gasa seca. Higiene diaria en piel
indemne con jabones cremosos. Ante la ruptura de la ampolla, retirar restos de epitelios y cubrir con gasa vase-
linada. Lavar diariamente con solución fisiológica.

ONICOCRIPTOSIS: derivar a traumatología. Evaluar infección asociada.

ONICODISTROFIA: solicitar estudio micológico directo y cultivo de la/s uña/s afectada/s y corroborar presen-
cia de pulsos (pedio y tibial posterior). Tener en cuenta para la toma de muestra:

• preferentemente no estar medicado con antifúngicos (tópicos y/o orales) previo a la realización;
• no cortar ni limar las uñas durante las 2 semanas previas,
• no esmaltar ni colocar talcos, cremas o lacas tópicas,
• 3 días previos, 2 veces por día, realizar baños de agua y sal durante 10 minutos (1 cucharada de sal por litro
de agua), facilita la toma de muestra cuando las uñas se encuentran hiperqueratósicas.
• concurrir el día de la muestra con calzado cerrado.

ONICOMICOSIS: tratamiento sistémico (oral) según aislamiento microbiológico. Cuadro 3.

Aislamiento Examen directo Cultivo Tratamiento*


* Los principales efectos adversos
Dermatofito Hifas tabicadas -Trichophyton rubrum. 1°Opción: Terbinafina
son gastrointestinales en general y
compatibles - Continuo:
hepatotoxicidad, por lo que se aconseja con hongos -Trichophyton menta- 250 mg/día por 12 semanas o
contar con un examen de laboratorio filamentosos grophytes. - En pulsos:
con función hepática previo y a las 4-6 dermatofitos. 500 mg/día por 7 días
semanas de iniciado el tratamiento. - Trichophyton tonsu- y descansa por 21 días (3 ciclos).
No olvidar valorar las interacciones rans.
farmacológicas, algunas de ellas son: 2° Opción: Itraconazol:
- Evitar combinar: -Epidermophyton - Continuo:
itraconazol + atorvastatina.
floccosum. 200 mg/día por 12 semanas o
- En pulsos:
- Monitorear la combinación:
-Microsporum canis. 400 mg/día por 7 días y
fluconazol + sulfonilureas/atorvastatina descansa por 21 días (3 ciclos).
(aumentan los niveles de sulfonilureas y
atorvastatina).
Candida spp Levaduras con o Candida spp. 1° Opción: Itraconazol:
- No hay interacciones importantes sin seudohifas - Continuo:
entre: 200 mg/día por 12 semanas o
terbinafina y sulfonilureas/ atorvas- - En pulsos:
tatina/ rosuvastatina; itraconazol y 400 mg/día por 7 días y
sulfonilureas/rosuvastatina; fluconazol descansa por 21 días (3 ciclos).
y rosuvastatina. 2° Opción: Fluconazol:
De existir contraindicación para el - Continuo:
tratamiento por vía oral, la opción válida,
150-300 mg semanal.
aunque de menor eficacia, es el trata-
miento tópico con lacas o soluciones. Cuadro 3. Tratamiento según aislamiento microbiológico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 22

Neuropatía diabética: tamizaje y tratamiento de primera línea

Se define la neuropatía diabética (ND) como la presencia de signos o síntomas de disfunción


nerviosa en personas con diabetes, luego de excluir otras causas. Es la complicación crónica más
frecuente de la diabetes. Se relaciona fuertemente con los años de evolución de la DM e hipergluce-
mia, además de los factores de riesgo cardiovascular. Incluye un heterogéneo grupo de condiciones,
neuropatía difusa (neuropatía sensitivo motora distal y simétrica, neuropatía autonómica), mononeu-
ropatía y radiculopatía, afecta a distintas partes del sistema nervioso y presenta diferentes manifes-
taciones clínicas. La neuropatía puede presentarse de manera asintomática hasta en el 50% de los
casos y puede afectar hasta el 50% de los individuos con DM mayores de 60 años [29].

Neuropatía sensitivo motora distal y simétrica

Es la neuropatía que se presenta con más frecuencia en las personas con diabetes, 25-48% de preva-
lencia, y es el factor de riesgo aislado más importante para el desarrollo de úlceras de pie diabético,
es distal y simétrica. Considerar otras causas posibles de neuropatía, especialmente si es asimétrica,
predominio motora, proximal o rápidamente progresiva, de ser así derivar al segundo nivel de aten-
ción [30].

->r Neuropatía sensitiva

Se manifiesta por alteración/pérdida de la sensibilidad a la presión, tacto o vibración (hipoestesia/


anestesia) que expone a traumatismos externos/internos indoloros y/o síntomas asociados como,
parestesias u hormigueos en los pies, especialmente nocturnos, hiperestesia (aumento de la sensibi-
lidad), menos frecuentemente alodinia.

->r Neuropatía motora

Produce la debilidad y atrofia de los músculos del pie y la pierna, altera la presión plantar con aumen-
to de la presión en la cabeza de los metatarsianos y marcha anormal [3]. Produce la flexión de las
articulaciones interfalángicas y la hiperextensión de las metatarsofalángicas. El disbalance muscular
resulta en deformidades que alteran las propiedades biomecánicas del pie, lo que condiciona aumen-
to del estrés [31]. En consecuencia, aparecen sobre la zona plantar puntos de riesgo para úlceras
debido a las áreas de hiperqueratosis que se desarrollan con núcleo en zonas de hiperpresión de la
piel sobre un punto óseo, denominados helomas o callos. En presencia de dedos en garra u otras
protrusiones óseas como hallux valgus pueden aparecer úlceras por fricción o presión en dorso o
planta de los dedos (figura 23).

Figura 23. Áreas de riesgo donde


pueden aparecer lesiones y deformida-
des de los pies que deben rastrearse
en el examen físico. Modificado de Bus
S.A., van Netten J.J., Lavery L.A., et al.
IWGDF Guidance on the prevention
of foot ulcers in at-risk patients with
diabetes. 2015.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 23

Neuropatía autonómica

El sistema nervioso autónomo controla la vasodilatación y vasoconstricción; su afectación se aso-


cia al aumento del flujo sanguíneo por la apertura de comunicaciones arterio-venosas, provocando
la distensión de venas dorsales del pie, con aumento de la temperatura y edema. La neuropatía
autonómica condiciona una piel seca, atrófica y con fisuras [3].

Tamizaje de Neuropatía diabética

En personas con diabetes, se sugiere como método de evaluación de la sensibilidad de los pies, el
monofilamento de 10 gramos para diagnóstico de la pérdida de la sensación protectora (PSP)/ND
sensitiva. Cuando el monofilamento de 10 gramos no esté disponible, se sugiere como método de
evaluación de la sensibilidad de los pies, la prueba táctil de Ipswich o el diapasón de 128 Hz [19].

*
La pérdida de la sensación protectora (PSP) aumenta el riesgo de traumatismos externos o inter-
nos indoloros.

Síntomas de neuropatía sensitiva

Preguntar a la persona sobre: dolor (aparición, localización, intensidad, características, irradiación,


alivio o exacerbación), parestesias u hormigueos en los pies, especialmente nocturnos. Hipoestesia
(disminución de la sensibilidad), anestesia, hiperestesia (aumento de la sensibilidad) o alodinia.

Recordar las características del dolor neuropático:

• De reposo e intenso. Punzante, lancinante (sensación de dolor agudo


de gran intensidad, limitado a una zona o punto concreto) o quemante.
• Predominio nocturno. Bilateral, distal y simétrico.
• Cede o mejora con la marcha y apoyando el pie en superficie fría.

Signos de neuropatía sensitiva

Percepción de la presión:

->r Monofilamento de 10 gramos (mejor predictor de PSP): determina el riesgo de ulceración fu-
tura.

Instrumentos: monofilamento (Semmes Weinstein 5,07) de 10 gramos. Se trata de un filamento de


nylon unido a un mango que al curvarse aplica una presión constante de 10 gramos.

Preparación: acostar a la persona en una camilla, sin zapatos ni medias, luego pedirle que cierre los
ojos. Previo a la prueba, aplicar el monofilamento sobre las manos para ser reconocido por la persona.
Sitio de aplicación: pulpejo del primer dedo, cabeza de primer y quinto metatarsiano de ambos pies
[6,12,22] (figura 24).

Método: pedir a la persona que mantenga los ojos cerrados durante la prueba, aplicar el monofila-
mento perpendicularmente a la superficie de la piel con suficiente fuerza para provocar la curvatura
del mismo. Mantener el contacto con la piel aproximadamente 2 segundos. No aplicar en úlcera, callo
o tejido necrótico, sino en sitios periféricos [32,33] (figura 25).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 24

Mientras se presiona la piel con el monofilamento, preguntar a la persona si lo siente y que indique
dónde advierte la presión. Realizarlo dos veces en cada sitio, si la respuesta es discordante, realizar-
lo una tercera vez.

Interpretación: será patológico (PSP) si no lo siente en el lugar indicado, siendo considerado de


riesgo para ulceración. La sensación protectora está presente en cada sitio, si la persona contesta
correctamente en 2 de 3 oportunidades.

Figura 24. Sitios de aplicación del monofilamento. Figura 25. Test con el monofilamento. Modificado de Schaper N.C., van Netten J.J.,
Modificado de Schaper N.C., van Netten J.J., Apelq- Apelqvist J., et al. 2019. IWGDF Guidelines on the Prevention and Management of
vist J., et al. 2019. IWGDF Guidelines on the Preven- Diabetic Foot Disease.
tion and Management of Diabetic Foot Disease

El monofilamento necesita dejarse en reposo por 24 hs luego de examinar a 10 personas.


Reemplazarlo cuando:

• esté curvado en reposo, presente rotura o torcedura,


• al ejercer la presión en vez de curvarse se quiebre,
• después de 6 meses de uso, si se utiliza diariamente, o luego de 12 meses (500 mediciones) si
se utiliza con menos frecuencia [2,34,35].

->r Prueba táctil de Ipswich

Esta prueba simple se puede usar para detectar la pérdida de sensación protectora (PSP),
cuando el monofilamento de 10 gramos no está disponible (figura 26).

Instrumento: no requiere.
Preparación: explicar el procedimiento y asegurar que la persona lo entienda.

Método:
Indicar al individuo que cierre los ojos y diga “sí” cuando sienta el tacto.
El examinador toca suavemente y de forma secuencial, sin ejercer presión, con la punta de su
dedo índice, la punta del primer, tercer y quinto dedo de ambos pies durante 1 a 2 segundos.

Interpretación: PSP probable cuando el tacto suave no se detecta en 2 o más sitios [2].

Figura 26. Prueba táctil de Ipswich


Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 25

->r Percepción de vibración: diapasón de 128 Hz.

Instrumento: diapasón de 128 Hz. Es un instrumento metálico en forma de horquilla


que al vibrar produce un tono puro.
Preparación: primero se aplica sobre la muñeca de la persona para que lo reconoz-
ca.
Sitio de aplicación: parte ósea del lado dorsal de la falange distal del primer dedo
(hallux) (figura 27).
Método: sujetar el diapasón por el mango y percutir sus ramas con la palma de la
Figura 27. Sitio de aplicación
mano contraria para posteriormente aplicar con una presión constante sobre el sitio
del diapasón en el primer dedo. de aplicación [32,33]. La persona no debe ver mientras el examinador lo aplica. Pre-
-
Modificado de Schaper N.C., van guntar en cada oportunidad si percibe la vibración.
Netten J.J., Apelqvist J., et al. 2019.
Interpretación: La prueba es patológica si la persona no percibe la vibración en 2
IWGDF Guidelines on the Prevention
and Management of Diabetic Foot de las 3 aplicaciones.
Disease.
Signos de neuropatía motora

Atrofia de músculos interóseos y lumbricales (figura 28).


Alteración en la maniobra del abanico: se solicita a la persona que separe los dedos de los pies, se
considera que la maniobra es patológica si no logra realizarlo [32] (figura 29).

Signos de neuropatía autonómica

Sequedad, anhidrosis, atrofia cutánea, grietas y fisuras, aumento de temperatura con dilataciones
venosas (figuras 30 y 31) [12,22].

Figura 28. Atrofia de músculos Figura 29. Maniobra del abanico Figura 30. Anhidrosis. Figura 31. Pie con dilataciones
interóseos. normal, separa los dedos. venosas.

Tratamiento de la neuropatía diabética

Evitar/retrasar la progresión de la ND, muy probablemente dependa del adecuado control glucémico
(metas de HbA1c). La GPC Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes
Mellitus tipo 2 [11] aconseja metas individualizadas de HbA1c para reducir complicaciones micro-
vasculares y probablemente contribuir a la reducción de las macrovasculares. Asimismo, resalta
la importancia del tratamiento de las comorbilidades asociadas: obesidad, hipertensión arterial,
tabaquismo, manejo de lípidos, para prevenir el desarrollo y la progresión de las complicaciones
crónicas de la diabetes [11].

En personas con ND (sensitiva, motora y/o autonómica) con o sin antecedente de úlcera de pie
diabético, se sugiere la atención integral de los pies por un equipo interdisciplinario porque podría
reducir la ocurrencia y recurrencia de úlceras. Se sugiere según cada caso el uso de calzado ancho
y profundo u ortopédico, plantillas personalizadas y para los dedos con deformidades el uso de
ortesis (apoyos u otros dispositivos externos de silicona a medida) para reducir la ocurrencia y recu-
rrencia de úlceras [19].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 26

Evaluación de la intensidad del dolor

La ND dolorosa se manifiesta con un síndrome crónico de discomfort con síntomas como entu-
mecimiento, parestesias u hormigueos en los pies, especialmente nocturnos, dolor quemante
o lancinante, hiperestesia (aumento de la sensibilidad), menos frecuentemente alodinia (dolor
ante estímulos inocuos)[12].

El dolor en la ND dolorosa es el resultado de la integración de dos sensaciones:

• la dimensión física o sensorial,


• la dimensión psíquica o afectiva-emocional que genera repulsión y rechazo inmediatos con un
deseo irresistible de escapar del estímulo rápidamente, y consecuencias tardías del daño que ge-
neran conductas emocionales de frustración, ansiedad y depresión que enrarecen la percepción
sensorial y que aportan elementos complejos y de amplificación que suelen dificultar la terapia
cuando el dolor permanece durante largo tiempo [36]. Provoca gran sufrimiento, altos grados de
invalidez e importante deterioro de la calidad de vida.

Es deseable que el abordaje de este tratamiento sea multidisciplinario y personalizado, contemplan-


do diferentes aspectos: costos, dosificación, efectos secundarios, síntomas asociados y comorbili-
dades.

Para poder objetivar la intensidad del dolor inicial, y así su respuesta al tratamiento, existen distintas
escalas. La escala numérica es un método semicuantitativo que permite graduar la intensidad del
dolor, la afectación de las actividades de la vida diaria y la interferencia con el sueño que experi-
menta la persona con neuropatía. Es útil durante el seguimiento para registrar los cambios evolutivos
subjetivos, agudos y crónicos del dolor con y sin tratamiento (figura 32 y cuadro 4) [30].

Se considera leve de 0 a 3, moderado de 4 a 6, severo mayor o igual a 7 (considerar el mayor puntaje


de cada aspecto).

Figura 32. Escala numérica.


AVD (Actividad de la Vida Diaria)
Modificado de Escaño-Polanco
F.M., Ariel Odriozola A., Davidson
J. Consenso de expertos para el
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
manejo de la neuropatía diabética. No dolor Dolor insoportable
Rev. ALAD. 2016; 6:121-50 Imposibilidad de realizar AVD
Interferencia con el sueño

Cuadro 4. Orientación para la evaluación de la escala numérica

Intensidad Características

Leve 0-3 • Dolor, parestesias, quemazón y/o entumecimiento leves.


• Síntomas que no limitan funciones o actividades.
Pueden pasar desapercibidos cuando la persona se
encuentra entretenida.
• El dolor no es continuo.

Moderado 4-6 • Dolor que limita parcialmente las actividades.


• Puede enlentecer los movimientos.
• El dolor es continuo.

Severo mayor o igual • Dolor que limita las actividades de la vida diaria.
a7 • Afecta la calidad de sueño o lo interrumpe.
• El dolor es continuo.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 27

Tratamiento sintomático de la neuropatía diabética dolorosa

Síntomas incipientes/leves
Iniciar tratamiento con ácido tióctico 600 mg/día. Los efectos adversos más frecuentes son las mo-
lestias gastrointestinales leves [19].

Dolor moderado a severo


Iniciar tratamiento con alguna de las siguientes opciones de primera línea: pregabalina, gabapentina,
amitriptilina, duloxetina, teniendo en cuenta preferencias de los pacientes, perfil de seguridad, cos-
tos, síntomas asociados y comorbilidades (por ejemplo, en presencia de depresión se puede optar
por la duloxetina, en caso de ansiedad se puede elegir pregabalina, en caso de trastornos del sueño
se puede optar por amitriptilina) [19].

Estos fármacos requieren titulación creciente, generalmente semanal. Los incrementos se realizan
preferentemente con las tomas de las últimas horas de la tarde o al acostarse [19].

Dosis, efectos adversos, observaciones:

• Pregabalina (análogo del ácido γ-aminobutírico (GABA), antiepiléptico y analgésico):


- Se inicia con 25 a 75 mg/día (preferentemente vespertina), luego 150 mg/día con incrementos
progresivos según equilibrio entre alivio del dolor y efectos adversos pudiendo alcanzar hasta 300
a 600 mg/día divididas en dos a tres tomas diarias.
- La dosis se ajusta según índice de filtrado glomerular estimado (iFGe).
- Efectos adversos más frecuentes: edema, mareos y somnolencia.
La mejorí­a del dolor puede manifestarse desde la primera hasta la quinta semana. Además podría
mejorar la calidad del sueño relacionada con el dolor.

• Gabapentina (análogo del GABA, antiepiléptico y analgésico):


- Se inicia con 300 mg/día repartidos en 3 tomas, con incrementos progresivos, según equilibrio
entre alivio del dolor y efectos adversos, pudiendo alcanzar hasta 600 a 900 mg/día repartidos
en tres tomas.
- La dosis se ajusta según iFGe.
- Efectos adversos más frecuentes: mareos y somnolencia.

• Amitriptilina (antidepresivo tricíclico):


- Se inicia con 10-25 mg/día. Se ajusta hasta 100 mg/día, preferentemente antes de acostarse.
- Solicitar electrocardiograma previo a su inicio.
- Efectos adversos: somnolencia y mareos. Además presenta frecuentes efectos adversos anti-
colinérgicos sobre todo en personas mayores de 60 años (hipotensión ortostática, constipación,
boca seca, palpitaciones, retención urinaria), puede asociarse a aumento del apetito, cambios en
el electrocardiograma, agranulocitosis y alucinaciones.
- Contraindicaciones: bloqueo cardíaco, arritmias, infarto agudo del miocardio reciente, insuficien-
cia cardíaca, consumo de cisapride o de inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO).

• Duloxetina (antidepresivo inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y noradrenalina):


- Se puede iniciar con 30 mg/día y se indica hasta 60 mg/día.
- No se ajusta en enfermedad renal leve a moderada, pero está contraindicado con iFGe menor o
igual a 30 mL/min y/o enfermedad hepática.
- Efectos adversos más frecuentes: somnolencia, mareos, náuseas, diarrea y fatiga.
- Contraindicaciones: inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO -selegilina, rasagilina-), glauco-
ma de ángulo estrecho no controlado, insuficiencia hepática, enfermedad renal con iFGe menor o
igual 30 mL/min, menores de 18 años, inhibidores potentes de la CYP1A2 (erlotinib, fluvoxamina,
fluoroquinolonas), hipertensión no controlada.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 28

*
RECORDEMOS no indicar amitriptilina en presencia de glaucoma, hipotensión ortostática, sínco-
pes, infarto agudo de miocardio reciente, arritmias, insuficiencia cardíaca.

La duloxetina y la pregabalina son las opciones farmacológicas de mayor costo.

Pocas personas tienen un alivio completo del dolor independientemente del fármaco elegido y se
considera una respuesta clínicamente significativa a una reducción del 30% al 50% respecto del
dolor basal[6].

Intolerancia o ineficiencia del tratamiento inicial


El tiempo para alcanzar la respuesta máxima varía de un medicamento a otro, pero en general se
requiere una prueba de dos a tres meses para evaluar el efecto.

Ante intolerancia o en ausencia de respuesta, alternar entre las cuatro opciones preferenciales de
inicio (pregabalina, gabapentina, amitriptilina, duloxetina). Suspender la opción no tolerada o ineficaz
e iniciar una de las tres restantes, considerar cambiar nuevamente si el segundo y el tercer medi-
camento que se prueban tampoco fueran efectivos o tolerados. De ser necesario, en el periodo de
rotación farmacológica, utilizar tramadol como rescate [19].

Falta de respuesta a todas las opciones de tratamiento de primera línea


En caso de no responder a ninguna de las cuatro opciones preferenciales, realizar una derivación/
interconsulta para atención especializada del dolor [19].

Uso de opioides
No usar analgésicos opioides (ej. tramadol, morfina) como tratamiento crónico ya que si bien tienen
eficacia, presentan riesgo de desarrollar tolerancia, dependencia, abuso y aumento de la mortalidad.
Usarlos sólo como tratamiento de rescate [19].
Puede combinarse con pregabalina o con gabapentina, tener precaución con la amitriptilina por ma-
yor riesgo de sedación y no combinar con duloxetina dado que aumenta la vida media del tramadol
(flujograma 1).

• Tramadol (analgesico opioide atípico, agonista puro no selectivo de los receptores μ (mu), κ
(kappa) y δ (delta), aumenta la liberación de serotonina e inhibe la recaptación de norepinefrina):
- Dosis: 50 mg 1 a 4 veces por día. Dosis máxima: 400 mg/día.
- Efectos adversos: náuseas y vómitos, constipación, mareos, cansancio, hiperhidrosis, trastor-
nos psiquiátricos; aumento de la mortalidad vinculado al uso crónico [19].
- Contraindicaciones: uso de inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO) en los últimos 14 días,
epilepsia no controlada, tratamiento concomitante por abstinencia de narcóticos. Evitar opioi-
des ante antecedente/presencia de otras dependencias como alcoholismo o adicción/abuso de
sustancias. Evitar ante la presencia de padecimientos mentales como trastornos de ansiedad y
depresión.

Tratamiento no farmacológico de la ND
No existe evidencia de suficiente calidad sobre la efectividad de la acupuntura, la terapia cognitiva
conductual, ni la terapia de estimulación eléctrica transcutánea de nervios en el tratamiento de per-
sonas con ND dolorosa [37].

No indicar los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), complejos vitamínicos ni glucocorticoides


para el tratamiento de la ND [30].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 29

¿La Neuropatía Diabética es la


causa más probable del dolor? No/Duda diagnóstica


Derivar a servicio especializado
(Segundo/Tercer Nivel
¿Cuál es la intensidad del dolor? de Atención)

Leve Moderada/Severa
Falta de Respuesta/
Intolerancia a los
Ácido Tióctico Pregabalina o Gabapentin o cuatro fármacos
Duloxetina o Amitriptilina Alternar
entre
Falta de Respuesta/ los cuatro
Intolerancia Falta de Respuesta/
Intolerancia fármacos

Considerar TRAMADOL como RESCATE, en el INICIO de TRATAMIENTO


y/o al ALTERNAR FÁRMACOS. EVITAR SU USO CRÓNICO.

Flujograma 1. Tratamiento sintomático de la neuropatía diabética dolorosa.

Enfermedad arterial periférica: tamizaje y manejo

La enfermedad arterial periférica (EAP) es aquella enfermedad vascular aterosclerótica obstructi-


va con síntomas clínicos, signos o anormalidades en estudios complementarios, que produce una
alteración en la circulación en uno o ambos miembros inferiores [2].

La EAP suele ser asintomática al inicio, o presentar síntomas inespecíficos como sensación de can-
sancio en miembros inferiores, parestesias y mayor sensibilidad al frío. En su evolución suele coexis-
tir con afectación de otros territorios arteriales (ej: coronario) y atraviesa distintas etapas que van
desde la claudicación intermitente no invalidante hasta la imposibilidad de deambular con dolor in-
tenso de reposo.

La DM es un factor de riesgo mayor para EAP. Las tasas de prevalencia de EAP en personas con DM
oscilan entre el 10 al 40%, aunque el 65% de los individuos con úlcera de pie diabético tienen algún
grado de EAP [38,39]. En las personas con DM, la EAP progresa más rápidamente y se presenta a
edades más tempranas que en la población general, afecta múltiples segmentos, es
bilateral y distal, además la formación de colaterales suele estar disminuida [2]. La mor-
talidad de las personas con EAP que sufren una amputación mayor es del 50% a 2 años
[39].

Claudicación intermitente: fatiga, incomodidad, calambres o dolor de origen isquémico


en los músculos de los miembros inferiores, que son inducidos por el ejercicio y alivia-
dos por el descanso, dentro de los 10 minutos [38] (figura 33).

Isquemia crítica de miembro inferior: condición caracterizada por dolor de reposo is-
quémico crónico (mayor o igual a 2 semanas), heridas/úlceras que no cicatrizan, o gan-
grena en uno o ambos miembros inferiores atribuibles a EAP documentada [38].
Figura 33. Claudicación intermitente
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 30

Isquemia progresiva: empeoramiento de la isquemia crítica de miembros inferiores (ulceración o


pérdida de tejido progresivos en presencia de enfermedad arterial periférica o dolor en reposo) [40].

Dolor isquémico de reposo: dolor intenso y persistente debido a enfermedad arterial periférica que
aumenta con el frío y con la marcha. Puede, al menos parcialmente, ceder o mejorar con los pies
colgando de la cama y puede empeorar al elevar los miembros inferiores [2].

Miembro inferior salvable (salvataje): condición con potencial para asegurar la viabilidad y preservar
la función motora en la parte que soporta el peso del pie si se trata [38].

Gangrena o necrosis: resultado de la muerte tisular, debido a isquemia, infección o lesión. En ausen-
cia de infección, generalmente resulta en un tejido seco y negro, llamado gangrena o necrosis seca;
cuando el tejido está infectado, se acompaña de putrefacción y celulitis circundante, y se denomina
gangrena o necrosis húmeda [2].

Tamizaje de enfermedad arterial periférica. Anamnesis y examen físico.

Los hallazgos positivos se consideran sugestivos de EAP:

A. Preguntar por: claudicación intermitente, dolor isquémico en reposo, otros síntomas de los
miembros inferiores de esfuerzo no relacionados con las articulaciones, deterioro de la marcha
[38,41].

Síntomas Sospechar Tener en cuenta que en aquellas personas con ND concomitante, los síntomas de isque-
en compromiso mia pueden ser más sutiles y saltear la claudicación y el dolor en reposo para presentar-
Nalga Aorto-ilíaco se con gangrena o pérdida de tejido [42].
y muslo
En presencia de claudicación intermitente: establecer la localización (cuadro 5) y la dis-
Pantorrilla Fémoro-
poplíteo tancia en que aparece, para establecer el pronóstico. Es de peor pronóstico cuanto me-
nor es la distancia a la que aparece y más distal su localización [40].
Tobillo y Tibio-pero-
pie neo y sus
ramas Cuadro 5. Síntomas según territorio vascular afectado. Zavala AV. Pie Diabético. Editorial Akadia Buenos
Aires, Argentina 1986 p299-320.

B. Examen físico:
- Examen anormal de pulsos tibial posterior y pedio de cada pie: la presencia de pul-
sos palpables en los pies es un buen predictor de circulación distal adecuada, pero su
ausencia sólo es un predictor moderado de EAP. Para considerar “pulsos ausentes en el
pie” no se tiene que palpar ni el tibial posterior ni el pedio[2] (figuras 34a y b).
a b
- Presencia de soplos.
Figura 34. Las líneas punteadas - Relleno capilar enlentecido.
muestran donde tomar el pulso de
la arteria pedia (a) y tibial posterior
- Presencia de eritrocianosis o rubor a la dependencia: coloración rojiza visible cuan-
(b). Modificado de Guías ALAD de do la pierna está en una posición sentada pendiendo (sin que los pies apoyen), pero que
Diagnóstico, Control y Tratamiento desaparece cuando se eleva por encima del corazón (desde la posición supina elevar
de la Diabetes Mellitus tipo 2, Ca-
las piernas hasta 60 grados durante 1 minuto). La palidez dentro de los primeros 25
pítulo 13. Pie Diabético. Volumen
XIV, Nº 4, diciembre 2006. segundos sugiere enfermedad arterial periférica [39]. Es importante diferenciar el rubor
asociado con la EAP de la celulitis que acompaña a un proceso infeccioso, el eritema de
la celulitis persistirá a pesar de la elevación del miembro inferior.
- Piel fría, fina (atrófica) y brillante.
- Ausencia de vello y lento crecimiento de uñas o distrofia [2,38] (figura 35).
- Úlceras de pie diabético (UPD) secundarias a isquemia, se caracterizan por: locali-
zación distal (dedos de los pies, bordes laterales, talón); ser muy dolorosas, presentar
lecho necrótico, pálido, descamado, con granulación deficiente y ser lentas en su cica-
Figura 35. Pie isquémico: necro-
sis, atrofia cutánea, ausencia de
vello, eritrocianosis, onicodistrofia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 31

trización. Suelen presentarse en miembros inferiores con signos de EAP asociada (temperatura fría,
pulsos disminuidos o ausentes, etc.).
Siempre buscar infección asociada: edema/induración, eritema, dolor, pus, aumento de temperatura,
compromiso sistémico.
- Necrosis: La gangrena o necrosis seca se caracteriza por tejido negro y seco (figura 36).
La gangrena o necrosis húmeda se asocia a infección y habitualmente se acompaña de putrefacción
y celulitis circundante (figura 37).

Figura 36. Gan- Figura 37. Gan-


grena o necrosis grena o necrosis
seca. húmeda.

Manejo de los hallazgos del tamizaje

Ante hallazgos sugestivos de EAP indicar: ejercicio físico, estatinas, cesación tabáquica,
control de presión arterial y glucemia.

Claudicación intermitente no invalidante: tiene indicación de antiagregación plaquetaria, estatinas y


cilostazol.
Si no mejora luego de 12 semanas de tratamiento médico, derivar a segundo nivel de atención con
equipo de pie diabético con turno programado, en un plazo no mayor a 30 días, para realizar índice
tobillo/brazo (ITB) y evaluación multidisciplinaria.

Claudicación intermitente progresiva y/o invalidante (que afecta las actividades de la vida diaria)
y/o a menos de 100 metros: antiagregación plaquetaria, estatinas y cilostazol en dosis progresivas
según tolerancia (iniciar con 50 mg/día), hasta 100 mg c/12 hs; derivar a tercer nivel de atención con
especialista en cirugía vascular con turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días.

Dolor isquémico en reposo: derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular de
manera urgente, ingreso por guardia.

Otros síntomas de esfuerzo, de los miembros inferiores, no relacionados con las articulaciones,
deterioro de la marcha: derivar a segundo nivel de atención con equipo de pie diabético con turno
programado, en un plazo no mayor a 30 días, para realizar índice tobillo/brazo (ITB) y evaluación mul-
tidisciplinaria con el fin de establecer diagnóstico diferencial entre dolor isquémico y otros tales como
ND, alcohólica, disautonomía, canal estrecho medular, etc.

Úlceras de pie diabético (UPD) secundarias a isquemia y zonas de necrosis:


• Sin signos de infección ni progresión de la herida (isquemia progresiva): derivación prioritaria
(plazo no mayor a 7 días) al tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular.

• Infección de la UPD o gangrena húmeda: tienen alta probabilidad de amputación. Se conside-


ran urgencias y requieren internación a la brevedad para tratar la infección y revascularización.
Derivación urgente al tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular. Ingresa por
guardia.

• Isquemia progresiva: derivación urgente al tercer nivel de atención con especialista en cirugía
vascular. Ingresa por guardia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 32

Descripción del tratamiento médico de personas con EAP

Las personas con enfermedad arterial periférica se considera que ya tienen enfermedad cardiovas-
cular establecida [43].

1. Ejercicio estructurado
Es de utilidad en todas las personas con EAP.

Personas con claudicación: un programa de ejercicio supervisado puede mejorar el estado funcional
y reducir los síntomas en los miembros inferiores.
El entrenamiento se realiza por un mínimo de 30-45 minutos/sesión, al menos 3 veces/semana
durante un tiempo mínimo de 12 semanas [38].
El ejercicio de deambulación en el hogar no es tan eficaz como el supervisado, pero es una alternativa
útil cuando el primero no está disponible y para continuar el entrenamiento cumplidas las 12 sema-
nas.
También se ha demostrado la eficacia de la práctica de ejercicios alternativos: bicicleta, entrenamien-
to muscular, ejercicios ergonómicos de los brazos [43,44]. Es importante analizar en cada caso la
intensidad y el tipo de ejercicio. Es deseable que este sea supervisado por un especialista o equipo de
atención, y en aquellos casos donde la persona sea idónea puede optarse por el autocontrol.

2. Terapia antiplaquetaria
EAP sintomática: aspirina (100 mg por día) o clopidogrel (75 mg por día) en caso de alergia o intole-
rancia a la aspirina [38,44].

3. Estatinas
Estatinas de alta intensidad (o la mayor intensidad tolerada): atorvastatina 40-80 mg/día o rosuvas-
tatina 20-40 mg/día [44].

4. Antihipertensivos
Personas con hipertensión arterial: elegir inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
(IECA) o antagonistas de los receptores tipo 1 de la angiotensina II (ARAII) como primera línea [38].
Véase la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Hiperten-
sión Arterial (HTA), 2019.
En presencia de EAP tener precaución para evitar que la presión arterial sistólica (PAS) descienda por
debajo de 120 mmHg [44].

5. Cilostazol
Personas con claudicación intermitente: titular desde 50 mg/día hasta 100 mg c/12 hs. Mejora los
síntomas y aumenta la distancia de caminata libre de dolor. Utilizar con precaución en personas con
IFGe menor a 25 ml/min/1.73 m2, contraindicado en insuficiencia cardíaca y en insuficiencia hepática
severa. Los efectos adversos más frecuentes son cefalea, diarrea y palpitaciones.

6. Cesación tabáquica
Personas fumadoras: plan de cesación tabáquica[38]. Véanse los materiales del Programa Nacional
de Control de Tabaco.

7. Manejo de la glucemia
La prevención y el control de las complicaciones de la DM muy probablemente dependan tanto del
control glucémico como del control de los factores de riesgo cardiovascular asociados.

Véase la Guía de Práctica Clínica Nacional sobre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes
Mellitus Tipo 2.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 33

Flujograma 2. Manejo de la Enfermedad Arterial Periférica (EAP)

Tamizaje de EAP
en el Primer Nivel
de Atención

Claudicación intermitente Cilostazol


Interrogatorio
no invalidante

No mejora luego DERIVA a


de 3 meses Segundo Nivel
Síntomas de los MMII de
esfuerzo, deterioro en la marcha

Tratamiento médico de la EAP


Claudicación intermitente
DERIVA a
invalidante, progresiva turno prioritario
Tercer Nivel
o a menos de 100 metros

Dolor isquémico en reposo urgente por guardia

Signos de EAP:
pulsos alterados,
Examen físico soplos, eritrocianosis,
piel adelgazada,
ausencia de vello, etc.

UPD isquémica,
sin infección turno prioritario
ni progresión

UPD isquémica,
con infección
y/o gangrena húmeda
urgente por guardia

Isquemia progresiva

Turno prioritario: menos de 7 días.


Tratamiento médico de la EAP: ejercicio físico, estatinas, cesación tabáquica, control de
presión arterial y glucemia. En caso de claudicación intermitente, dolor en reposo o úlceras
isquémicas, indicar antiagregación plaquetaria.
EAP: enfermedad arterial periférica. UPD: úlcera de pie diabético
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 34

Manejo de úlceras de pie diabético

La úlcera de pie diabético (UPD) es una solución de continuidad de la piel del pie que abarca desde
afectación mínima de la epidermis y parte de la dermis, hasta heridas profundas que pueden llegar
al hueso [2]. Se caracterizan por su cronicidad. Suelen implicar un impacto en la calidad de vida y
en la morbimortalidad de las personas con diabetes [45,46].

El término UPD no complicada excluye a las UPD muy extensas y/o profundas (lesión que atraviesa
la dermis y llega a las fascias, el músculo o el tendón), y a aquellas úlceras con signos clínicos de in-
fección moderada a severa (compromiso de estructuras más profundas que la piel y el tejido celular
subcutáneo, presencia de trayecto linfangítico, fascitis, compromiso tendinoso, osteomielitis, artritis
séptica, absceso y, en las cuales, el eritema es mayor a 2 cm desde el margen de la herida); y a aquellas
con necrosis o gangrena y/o pulsos ausentes. Las UPD complicadas requieren derivación a segundo
o tercer nivel de atención.

Tipos de UPD
Para el seguimiento, elección del tratamiento y pronóstico de las UPD es fundamental poder distinguir
la causa predominante de ulceración. Las UPD se clasifican en: neuropáticas, isquémicas y neurois-
quémicas [13] (cuadro 6).

UPD neuropáticas: la neuropatía sensitiva conduce a la pérdida de la sensación protectora, alterando


el umbral del dolor con un riesgo elevado de lesión desapercibida especialmente en zonas de hiper-
presión plantar como las cabezas de los metatarsianos y/o deformidades osteoarticulares previas
(neuropatía motora- trauma interno). Además, la pérdida sensitiva podría dar lugar a traumatismos
externos, con objetos cotidianos como clavos, espinas, tachuelas, piedras, alambres, astillas y hasta
elementos del mismo calzado (figura 38).

UPD isquémicas: la isquemia se asocia a UPD en localizaciones distales (dedos de los pies, interdigi-
tales, bordes laterales, talón); son muy dolorosas independientemente de su tamaño, presentan fondo
necrótico, bordes no viables y son lentas en su cicatrización (figura 39).

UPD neuroisquémicas: se asocian al efecto combinado de la neuropatía diabética y la isquemia.


Suelen infectarse con frecuencia. La neuropatía sensitiva puede asociarse a componente isquémico
asintomático [2,47] (figura 40).

Figura 38. Úlcera plantar. Figura 39. Pie isquémico. Figura 40. Pie neuroisquémico infectado.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 35

Cuadro 6. Características Característica Neuropática Isquémica Neuroisquémica


típicas de las úlceras de pie
diabético según su etiología. Sensibilidad Pérdida sensorial. Dolorosa. Según el grado de pérdida
sensorial puede ser indolora.
Elaborado a partir de Singer
A.J., Tassiopoulos A., Kirsner, Callo/Necrosis Callo (grueso) Necrosis común Callo mínimo
R.S. Evaluation and Mana-
gement of Lower-Extremity Lecho de la herida Rosado y granulado, Pálido y descamado con Granulación deficiente.
Ulcers. N Engl J Med 2017; rodeado de callo. granulación deficiente.
377:1559-1567.
Pulso y tempera- Caliente con pulso Frío con pulso ausente. Frío con pulso ausente.
tura saltón.
del pie

Otra Piel seca y fisuras. Retraso de la curación. Riesgo elevado de infección.

Localización típica Zonas que soportan Puntas de los dedos, Bordes del pie y de los
el peso del pie, como bordes de las uñas, dedos.
las cabezas de los espacio interdigital,
metatarsianos, dorso bordes laterales del pie.
de dedos en garra.

Prevalencia 35% 15% 50%

Tratamiento de la úlcera de pie diabético

El objetivo principal del tratamiento de la UPD es el cierre de la herida. La intención es tratar la UPD en
un estadío precoz para una curación temprana [48,49].

*
Los componentes esenciales del tratamiento son:
• Tratar los procesos patológicos subyacentes.
• Garantizar una irrigación sanguínea adecuada.
• Realizar el cuidado local de la herida, incluido el control de infecciones.
• Descargar la lesión.

->r Cuidado de las úlceras de pie diabético

Consiste en la evaluación biopsicosocial de la persona con pie diabético (PD), el denominado “Tria-
ge de PD”, la consideración de la necesidad de insulinización para mejorar el control metabólico y el
cuidado local de las UPD. Este último incluye la medición e iconografía de la lesión, su valoración lo-
cal (según esquema TIME), clasificación y la cura de heridas: eliminación del tejido no viable, control
de la carga bacteriana y del exudado, y protección de los bordes[50,51] (flujograma 3).

Evaluación biopsicosocial

Aborda a la persona con enfermedad crónica y UPD en forma integral, visualizando sus herramientas
de afrontamiento, enfatizando la interacción de la persona con sus heridas crónicas y el ambiente
donde vive, considerando factores sociales que condicionan la evolución de su enfermedad, como
sus comorbilidades (edemas, malnutrición), colocándola en el centro de la asistencia sanitaria [2].

Importancia de la Insulinización oportuna

Ante la presencia de UPD, considerar si la insulinización es requerida para el control metabólico. Esta
acción además favorece el proceso de cicatrización[52]. Véase Guìa de Práctica Clínica Nacional so-
bre Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2. 2019. Versión breve para el
equipo de salud.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 36

“Triage del PD”

Es la información que se recaba en la consulta por medio de la anamnesis y el examen físico exhaus-
tivo para poder diagnosticar adecuadamente y determinar la conducta a seguir con un tratamiento
óptimo.

Aspectos claves:
• La herida, ¿es predominantemente neuropática, isquémica o neuroisquémica? Si es isquémica,
¿se trata de una isquemia crítica de miembros inferiores?
• ¿Cuánto tiempo de evolución tiene esa UPD?
• ¿Tiene compromiso de tejidos profundos?
• ¿Está infectada la herida? En caso afirmativo, ¿hay síntomas y signos de compromiso sistémico?
• ¿Hay presencia de necrosis? ¿La necrosis es húmeda o progresiva?

Cuidado local de las UPD


Flujograma 3. Tratamiento local de la úlcera de pie diabético.

Medición e iconografía de la lesión


Valoración local de la lesión: TIME
Clasificación de Texas

CURA AVANZADA DE HERIDAS en personas con pulso

T I M E
Tissue/Tejido Infection/Infección Moisture/exudado Edge/Bordes
Eliminación del Control de la carga bacteriana Control de exudado epiteliales
tejido no viable

exceso Hiperquerató-
no si seca Proteger
humedad sicos
Desbridamiento
enzimático
(colagenasa),
autolìtico solución Gasa vaselinada/ Alginato/
(hidrogel) antiséptico
fisiológica hidrogel hidrofibra

Desbridamiento Ver
cortante con bisturí flujograma
infección

->r Medición e iconografía de la lesión

Registrar tamaño, profundidad y ubicación de la herida. Medirla colocando la fecha y documentarla


(iconografía: foto de la lesión) [50,51].
• Tamaño: se mide la mayor longitud en vertical o largo, y la mayor longitud perpendicular o ancho,
multiplicando ambas longitudes.
• Profundidad: se considera superficial aquella úlcera que no penetra más allá de la dermis, y
profunda aquella que penetra debajo de la dermis en estructuras subcutáneas, como la fascia, el
músculo, el tendón o el hueso [2].
• Ubicación: antepié, mediopié o retropié; plantar, dorsal o lateral.

Valorar la presencia de hueso expuesto y realizar prueba ósea introduciendo una sonda metálica
roma estéril en el fondo de la úlcera. Se considera positiva cuando hay contacto con el hueso[53].

El registro iconográfico facilita la teleasistencia, se puede adjuntar a la referencia- contrarreferencia de


la consulta asincrónica e ilustra la evolución de la persona con UPD [48,50,51].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 37

->r Valoración local de la lesión

T: Tejido no viable (Tissue). Evaluar el color/estado del lecho de la herida: negro (necrosis), amarillo
(fibrina), rojo (granulación), rosa (epitelización). La necrosis y la fibrina son tejidos no viables. En pre-
sencia de necrosis identificar si es húmeda o seca [50,51].
I: Infección (Infection). Se define por la presencia de al menos dos de las siguientes alteraciones: ede-
ma/induración local, eritema, dolor o aumento de la sensibilidad local, secreción purulenta (secreción
espesa, blanquecina a opaca, sanguinolenta), aumento de temperatura local [54].
M: Exudado (Moisture). Valorar la presencia de exudado, su nivel de producción (abundante, mode-
rado, escaso, nulo), color y consistencia, identificar si es purulento. Observar si los apósitos están
mojados y si la venda se visualiza externamente manchada.
E: Bordes epiteliales (Edge). Valorar el estado del borde de la herida (callo, maceración, eritema,
edema). También evaluar el área perilesional: la presencia de eritema o maceración indican compli-
caciones adicionales.

->r Clasificación

El registro de las características de las ulceraciones es necesario para planificar estrategias de tra-
tamiento, monitorizar efectividad, predecir resultados clínicos y mejorar la comunicación entre los
miembros del equipo de salud (lenguaje común en UPD), además de asegurar una adecuada referen-
cia y contrarreferencia en la derivación.

Consideramos el uso de la Clasificación de la Universidad de Texas [55] que tiene en cuenta, además
de la profundidad de las heridas, la presencia de infección y enfermedad arterial periférica, factores
que determinan el pronóstico de las mismas (cuadro 7).

Esta clasificación usa un sistema de cuatro grados según profundidad:

• Grado 0: sitio pre o post ulcerativo. Actualmente está totalmente epitelizado luego de desbridar
hiperqueratosis o tejidos no viables. El diagnóstico de lesión grado 0 puede ser realizado sólo
luego de la remoción de alguna hiperqueratosis regional.
• Grado I: herida superficial. Compromete hasta dermis.
• Grado II: herida que penetra a tendón o cápsula.
• Grado III: herida que penetra hasta hueso o articulación. Se palpa hueso o articulación.

Y en cada grado se describen cuatro estadios:

• A: úlcera limpia no isquémica.


• B: úlcera infectada no isquémica.
• C: úlcera isquémica.
• D: úlcera infectada isquémica.
(figuras 41 a 44)

Figura 41. Texas 0 A. Lesión Figura 42. Texas I A. Úlcera Figura 43. Texas II B. Úlcera que Figura 44. Texas III D. Úlcera que
postulcerativa epitelizada limpia no superficial, limpia, sin isquemia ni penetra tendón o cápsula infectada, penetra hueso o articulación,
isquémica. Obsérvese el contorno infección no isquémica. isquémica e infectada que requirió
epitelizado por completo donde amputación menor. Obsérvese
previamente se localizaba la UPD borde superior con tejido necrótico,
rodeada de hiperqueratosis. fondo con sectores de fibrina y
parcialmente tejido de granulación.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 38

Grado 0 Grado I Grado II Grado III


A Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada. mete tendón, cápsula o hueso. dón o cápsula, pero no hueso. o articulación.

B Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón, cápsula o hueso dón o cápsula con infección. o articulación con infección.
infección de piel y partes con infección
blandas.

C Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón, cápsula o hueso dón o cápsula con isquemia o articulación con isquemia.
signos regionales de isquemia. con isquemia.

D Lesión pre o post ulcerativa Herida superficial que no compro- Herida que penetra hasta ten- Herida que penetra hasta hueso
totalmente epitelizada con mete tendón cápsula o hueso dón o cápsula con infección e o articulación con infección e
infección de piel y partes con infección e isquemia. isquemia. isquemia.
blandas y signos regionales de
isquemia.

Cuadro 7. Clasificación de Texas. Modificada de Lawrence A. Lavery, David G. Armstrong, Lawrence B. Harklees. Classification of Diabetic Foot
Wounds. The Journal of Foot and Ankle Surgery 35(6):528-531, 1996.

->r Cura de heridas utilizando TIME como herramienta dinámica [50,56,57]

En cada curación: valorar y anotar en la historia clínica el tamaño, profundidad y ubicación de la


úlcera.
1. Retirar la curación anterior: humedecer las gasas y vendajes con agua segura o solución fisioló-
gica para retirarlos de forma no traumática.
2. Realizar la limpieza de la úlcera y piel circundante: lavar la úlcera con solución fisiológica o agua
segura (NO UTILIZAR rutinariamente: agua oxigenada, alcohol, iodopovidona, clorhexidina 4%).
3. Observar lecho y bordes:
- Evaluar la necesidad de desbridamiento y seleccionar el producto para la cura húmeda en base
a la valoración de cuatro elementos (nemotécnica en inglés TIME):

La cura húmeda consiste en mantener el lecho de la herida aislado del exterior proporcionándole
un medio húmedo adecuado, con control del exudado sin macerar los bordes.

No siempre se logra el cierre de la úlcera con un solo producto y según su evolución se seleccionan
opciones acordes al exudado, presencia de infección u otras características [19].

La cura húmeda se utiliza para la mayoría de las úlceras, excepto aquellas con necrosis seca (úlceras
isquémicas) en las que se realiza cura seca colocando en el lecho gasas embebidas en alcohol y pos-
terior vendaje, para promover la desecación del tejido y evitar la proliferación de microorganismos en
contexto de irrigación comprometida.

T (Tissue/ Tejido): control del tejido no viable. La presencia de tejido desvitalizado o necrosado
constituye un obstáculo para que la cicatrización se desarrolle de manera adecuada y óptima.

Se define al desbridamiento como el conjunto de acciones dirigidas a retirar tejidos necróticos, es-
facelos, colecciones serosas o purulentas y cuerpos extraños asociados, es decir, todos los tejidos y
materiales no viables presentes en el lecho de la herida. En ausencia de urgencia (infección), realizarla
sólo si se cuenta con un adecuado flujo sanguíneo en el miembro afectado[58].

Este procedimiento, realizado en forma seriada, se asocia con tasas más altas de cicatrización ya que
promueve la remoción de tejido necrótico, biofilm y permite la granulación de la herida.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 39

Tejidos que requieren ser desbridados:

Escaras: tejido negro desecado secundario a isquemia cutánea de cualquier origen (figura 45).
Esfacelo: tejido húmedo, friable, viscoso (figura 46).
Fibrina: tejido amarillento de adherencia firme al lecho de la herida, derivado de la proteína generada
en exceso durante el proceso inflamatorio (figura 47).
Callos o helomas: áreas de hiperqueratosis reactivas a la hiperpresión alrededor de la úlcera [2]. Las
úlceras pueden estar ocultas por la presencia de callos (figura 48).

Figura 45. Escara Figura 46. Esfacelo. Figura 47. Fibrina. Figura 48. Luego del desbridamien-
to cortante con bisturí se visualiza
una UPD.

Tejidos que requieren ser promovidos por lo que hay que preservarlos:

Granulación: tejido formado por múltiples brotes de neoangiogénesis.


Epitelización: tejido epitelial producido por migración de queratinocitos desde el borde de la herida
o desde los islotes foliculares remanentes en el lecho de la herida. Requiere indemnidad de la matriz
extracelular.

Existen diversos métodos desbridantes acorde a su principio de acción. La elección del tipo o téc-
nica de desbridamiento a usar dependerá de las destrezas del médico, de la disponibilidad de los
insumos, de la ubicación de la úlcera y de las preferencias del paciente:

->r Métodos mecánicos: no selectivos en la remoción del tejido (remueve tanto viable como no
viable), rápidos, pueden generar dolor, requieren de un especialista para su realización. Ejemplos:
hidrocirugía, lavados a presión, remoción por ultrasonido.

->r Métodos quirúrgicos (lecho y borde):


• Convencional: en el quirófano, para grandes heridas, requiere de personal experto.
• Cortante: puede realizarse en consultorio o al pie de cama: con tijera iris curva (figura 49) o
bisturí de preferencia número 15 (figura 50). Previo al procedimiento y luego del mismo realizar
antisepsia del lecho de la herida. Se aconseja para la misma el uso de clorhexidina (figura 51).
Solo realizarlo si se cuenta con profesional entrenado y la persona con UPD tiene un adecuado
flujo sanguí­neo en miembros inferiores.

Se considera el método de preferencia, considerar las contraindicaciones relativas como el dolor y


la isquemia severa. No realizar desbridamiento quirúrgico de una úlcera isquémica no infectada [2].

Figura 49. Tijera iris curva. Figura 50. Bisturí número 15 de punta roma. Figura 51. Desbridamiento cortante con bisturí.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 40

->r Métodos enzimáticos: ungüentos o cremas cubiertos por una gasa. Selectivo para la re-
moción de tejido no viable, de tratamiento prolongado, requiere cambios frecuentes de apósito,
puede combinarse con otros métodos.

• Colagenasa (figura 52): es una enzima de origen bacteriano. Es un desbridante selectivo para
el colágeno desvitalizado, presentando una mínima actividad frente al colágeno viable, lo que
demuestra su respeto por el entorno cicatrizal del lecho de la herida. También estimula el tejido
de granulación [58,59]. Aplicarla en el lecho de la herida cada 12 a 24 hs. Recordar no utilizar
en forma conjunta iones de plata y antisépticos. Evitar el contacto con la piel sana perilesional.

->r Métodos autolíticos: selectivos para la remoción de tejido no viable, humectan el tejido necró-
tico y promueven el uso de las propias enzimas de la persona para el desbridamiento.

• Hidrogeles: no elegirlos en individuos con isquemia de miembro inferior ya que la gangrena


seca se puede convertir en húmeda rápidamente. Fijarlo con gasa (figura 53).
• Hidrocoloides: placas binarias con una lámina de poliuretano semioclusiva y otra capa de
carboximetilcelulosa que, en contacto con el exudado del lecho, genera un ambiente húmedo,
presentando en el cambio de apósito un exudado “pseudopurulento” con hedor particular que
no debe confundirse con infección. Se los encuentra en diversos espesores acordes a requerir
granulación (grueso) o epitelización (fino) [58,59].
• Hidrofibras: con alta capacidad de absorción.

Figura 52. Colagenasa. Figura 53. Hidrogel.

*
En presencia de úlcera neuropática de pie diabético no complicada que presenta tejidos no via-
bles/desvitalizados, se sugiere el desbridamiento por profesional entrenado ya sea cortante del
lecho y bordes; y/o utilizar productos desbridantes en el lecho (autolíticos o enzimáticos) como
cura húmeda para favorecer el cierre de la úlcera [19] (cuadro 8).

Cortante Enzimático Autolítico

Indicaciones - Tejidos desvitalizados del - Tejidos desvitalizados del - Tejidos desvitalizados del le-
lecho. lecho. cho, especialmente con escaso
- Hiperqueratosis/ callo peri- exudado.
lesional. - Úlceras cavitadas.
- Exposición ósea.

Características - Método no selectivo. - Método selectivo*. - Método selectivo*.


- Reactivación de herida (cró- - Resultado lento. - Resultado lento.
nica aguda). - Generalmente indoloro. - Indoloro.
- Puede ser doloroso.

Métodos -Tijera iris curva. - Colagenasa. - Hidrogeles.


- Bisturí de preferencia hoja - Hidrocoloides
número 15.

Cuadro 8. Orientación a preferencia de uso, indicaciones y características de los distintos tipos de desbridamiento.
*Método selectivo: actúa solo sobre los tejidos desvitalizados.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 41

I (Infection): infección/ inflamación

En la práctica clínica, en el manejo local de las UPD, se busca reducir la carga bacteriana dado que
esta enlentece o detiene el proceso de cicatrización.
A estas colonizaciones polimicrobianas se las denomina BIOFILM y su manejo es local.

Se pueden utilizar tratamientos tópicos como antibióticos de amplio espectro (sulfadiazina de plata,
mupirocina 2%, ácido fusídico 2%, metronidazol crema) o se puede sumar a los lavados habituales
con solución fisiológica un antiséptico por un periodo corto de tiempo, por ejemplo, clorhexidina dilui-
da. Cualquiera de estos recursos, ya sea simples o combinados (tópico local más lavados) se utilizan
por un periodo máximo de 15 días, considerando que la falta de respuesta local puede sugerir el re-
querimiento de tratamiento sistémico o derivación para estudios.
También existen apósitos para la cura de heridas en contexto de manejo de la carga bacteriana que
combinan diferentes principios activos: apósitos con plata elemental nanocristalina, apósitos no ad-
herentes de iodopovidona, miel farmacéutica [51,58,60–62].

En presencia de infección (leve, moderada, severa) indicar antibióticos sistémicos (véase sección In-
fección de Pie Diabético).

M (Moisture): humedad/exudado

Las UPD no suelen ser lesiones muy exudativas. En presencia de exudado, sospechar ciertas com-
plicaciones (infección, isquemia crítica -en donde la persona desciende el miembro inferior como
posición antálgica, y genera edema del miembro y aumento de exudación-).

En una herida con abundante exudado, utilizar alguna clase de apósito o recurso (vendaje multicapa,
por ejemplo) que modere esa secreción, como apósitos de alta absorción, que remueven exudado del
lecho y mantienen un ambiente húmedo.

Existen diferentes tipos de menor a mayor absorción:

->r Apósito hidrocelular: espumas de poliuretano trilaminares, con capacidad de transpirar el exuda-
do, mantener temperatura y pH en el lecho de la herida. Se les puede sumar a la composición el ion
plata.

->r Alginato de calcio: alto poder de gelificación y absorción del


exudado, es biodegradable. Puede ser usado en lesiones cavitadas
y tiene acción hemostática. Cortarlo del tamaño del lecho de la
herida o para rellenar una cavidad. Luego cubrir con gasa seca u
otro tipo de apósito. Se puede encontrar combinado con plata. Se
Figura 54. Apósito de alginato de calcio. cambia cada 2 a 3 días dependiendo del exudado (figura 54).

->r Hidrofibras: fibras no tejidas que no pierden la estructura. Están compuestas por carboximetilcelu-
losa, con alta capacidad de absorción, puede permanecer en el lecho hasta 7 días acorde al exudado.
Se pueden encontrar combinadas con plata [58–61,63,64].

Si por el contrario, la herida tiene un lecho con escaso o nulo exudado y se observa desecado, elegir
un método de desbridamiento que aporte hidratación al lecho como el hidrogel.

E (Edge): bordes - epitelización

Los bordes en buen estado que no presentan tejidos/materiales para remover, no tienen que desbri-
darse. Por el contrario, es necesario cuidarlos ya que son los sitios de avance para la reepitelización
(células sanas con posibilidad de multiplicarse y cubrir la herida), asimismo también es necesario
proteger la piel circundante. Para ello:
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 42

• lavar con solución fisiológica o agua segura y jabones preferentemente cremosos, evitar anti-
sépticos citotóxicos como iodopovidona, nitrofurazona, peróxido de hidrógeno -agua oxigenada-,
alcohol, entre otros;
• en presencia de hiperqueratosis realizar desbridamiento cortante y/o colocar crema con urea al
20%;
• usar cremas de barrera cutánea para evitar la alteración de las células de los bordes:
- ante exceso de humedad: pastas (pasta al agua, pasta lassar), o acrilatos en aerosol,
- en presencia de sequedad (xerosis): hidratar con cremas relipidificantes (ácidos grasos) o
vaselina sólida [49,65].

Una vez que la herida se superficializa, la epitelización propiamente dicha puede favorecerse con
apósitos hidrocoloides finos, apósitos hidrocelulares, colagenasa, apósitos de colágeno (según dis-
ponibilidad), siempre preservando la descarga y la cura húmeda como regla [58,66].

El cierre de la úlcera no siempre se logra con un solo producto y según la evolución puede ser
necesario ir rotando entre diferentes opciones acorde al exudado, presencia de infección u otras
características.

Al finalizar cada curación, en caso de no utilizar apósitos comerciales, cubrir con gasa y luego vendar.

->r Prestar atención a los vendajes:

Evitar vendajes ajustados sobre los dedos (ya que podría provocar efecto torniquete), dobleces y ven-
dajes voluminosos (puede generar dolor o disconfort). No aplicar cintas adhesivas sobre piel frágil
(se fijan al vendaje, no a la piel).

En la curación de las heridas se ocluye la UPD con gasas y vendas estériles o con apósitos comercia-
les. No utilizar material que contenga algodón en su interior (figuras 55 y 56).

Figura 55. Gasa Figura 56. Venda

En resumen, en presencia de úlcera neuropática de pie diabético se sugiere realizar cura húmeda
con alguna de las siguientes opciones, considerando las características de la lesión, disponibi-
lidad, costos, preferencias del paciente y tipo de dispositivo de descarga a usar, para favorecer
la curación de la úlcera. Presentan eficacia similar: crema con colagenasa, hidrogel, apósitos/
planchas de alginato de calcio, apósitos de hidrofibras, apósitos de colágeno, miel tópica estéril de
elaboración farmacéutica, agentes antimicrobianos (apósito no adherente de iodopovidona, plata),
apósitos de hidrocoloide. De no disponer de dichas opciones, utilizar vaselina sólida para la cura
húmeda [19] (cuadro 9).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 43

Material Información Frecuencia Funciones


para curación adicional de curación principales

Apósitos de colá- Con una gasa cubrir la mem- Diariamente, quitar la pro- - Epitelización sobre tejido plano
geno brana, fijarla con tela adhe- tección de la membrana y y granulante.
siva, o realizar un vendaje pincelar o hisopar por encima
según la localización de la de ella con solución antisépti-
lesión. ca y volver a cubrir con gasa
o vendaje.

Alginato de calcio Cortar del tamaño del lecho Generalmente cada 2 a 3 - Granulación
de la herida o para rellenar días. Cuando las gasas se - Hemostasia
una cavidad. Luego cubrir con mojen o el apósito se sature.
gasa u otro tipo de apósito. Uso en exudado
moderado.

Hidrogel Cubrir con gasa u otro tipo de Diario (máximo cada 3 días) - Aporte de hidratación cuando
apósito. Agregar fina capa de vaselina hay exudado nulo.
sólida al apósito o gasa que - Desbridamiento.
se utilice de cobertura, si
el recambio no se realiza
diariamente.

Apósitos de Superponer 1 cm sobre la Cuando las gasas se mojen o - Granulación


hidrofibras piel que rodea la herida. el apósito se sature. Máximo
Cubrir con gasa u otro tipo de cada 7 días. Uso en exudado
apósito. abundante

Crema con colage- Aplicar en el lecho de la heri- Cambiar diariamente (cada - Desbridamiento
nasa da. Evitar el contacto con la 12 a 24 hs). - Granulación
piel sana perilesional. Cubrir - Epitelización.
con gasa. No utilizarla con
iones de plata ni antisépticos.

Miel tópica estéril Cubrir con gasa. Cuando las gasas se mojen o - Desbridamiento.
de elaboración el apósito se sature. Máximo
farmacéutica cada 7 días.

Apósito de Seleccionar el tamaño del Si se producen fugas, se ha - Granulación


hidrocoloide apósito de forma que queden despegado o se ha dejado en - Epitelización.
2,5 cm alrededor del borde de la herida durante 7 días.
la herida. Uso con exudado escaso.

Cuadro 9. Medicaciones tópicas: usos y funciones principales.

Actualmente no existe evidencia de suficiente calidad sobre el uso de terapias complementarias de


curación de heridas, tales como las terapias adyuvantes de factores de crecimiento, terapia de elec-
troestimulación. Tampoco sobre el uso rutinario de las terapias de presión negativa o terapia de oxí-
geno hiperbárico. La decisión de su utilización está a cargo de equipos multidisciplinarios de pie del
tercer nivel de atención[2,43].

Luego de finalizada la curación de la úlcera, se recomienda el uso de dispositivos de descarga con el


fin de aliviar la tensión mecánica o presión en el área de la úlcera, para facilitar su cierre. El método
de inmovilización/descarga necesita adaptarse a los recursos disponibles, las habilidades del efector,
características del producto a utilizar en la cura húmeda, costos y la adherencia por parte de la per-
sona con UPD [19].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 44

Resumen de manejo de úlcera de pie diabético (flujograma 4).

Primer nivel de atención

El manejo inicial de la UPD, se realiza en el PNA en ausencia de enfermedad arterial periférica aso-
ciada, necrosis o compromiso de tejidos profundos, sin infección o con infección leve (cuadro 10).

Lavar Higiene diaria de la herida (solución fisiológica o agua segura).


No utilizar rutinariamente: agua oxigenada, alcohol, iodopovidona, clorhexidina 4%.

Desbridar Desbridamiento del tejido no viable (Tissue): elegir o combinar método quirúrgico, enzimático,
autolítico.

Controlar Tratamiento local de la infección (Infection): lavado con clorhexidina y uso de apósitos para el
la infección manejo de carga bacteriana o antibióticos tópicos por tiempo limitado. Agregar antibióticos sisté-
micos en caso de infección leve.

Lograr una Control del exudado (Moisture): uso de apósitos absorbentes en presencia de aumento del exuda-
humedad do, como alginato de calcio, hidrofibra, apósitos hidrocelulares; si el lecho está desecado, aportar
adecuada humedad, por ejemplo, con hidrogeles, hidrocoloides o vaselina sólida. Se destaca la importancia
de mantener una cura húmeda.

Cuidar los bordes Cuidado de los bordes (Edge) y la piel circundante: evitar maceración (utilizando pasta al agua,
pasta lassar, etc.) y desecación (utilizando vaselina sólida, etc.).

Cubrir la herida Cubrir la herida con gasa y venda.

Descargar la lesión Descarga de la lesión (fundamental para el cierre de la úlcera).

Cuadro 10. Manejo de la úlcera de pie diabético en el PNA.

Derivar al segundo nivel de atención

URGENTE POR GUARDIA:


• UPD con sospecha de infección moderada, es decir, que exceda los 2 cm desde el margen de la
herida y/o con compromiso de estructuras más profundas que la piel y el tejido celular subcutá-
neo.
• UPD con comorbilidades que no se logran estabilizar.

TURNO PRIORITARIO (dentro de los 7 días):


• UPD con compromiso de tejidos profundos sin sospecha de compromiso óseo/articular.
• Evolución lenta de la curación -no cierra en 6 semanas o no se reduce un 50% en 4 semanas-.

En estos casos puede considerarse la consulta desde el PNA a través de Telemedicina, esto es con-
sulta asincrónica con referencia– contrarreferencia, consulta sincrónica, consulta interdisciplinaria,
consulta virtual.

Derivar al tercer nivel de atención

URGENTE POR GUARDIA:


• UPD con sospecha de isquemia asociada en caso de empeoramiento de la isquemia crítica de
miembros inferiores -es decir ulceración o pérdida de tejido progresivos o dolor en reposo-, gan-
grena húmeda o infección asociada.
• UPD con sospecha de infección severa.

TURNO PRIORITARIO (dentro de los 7 días):


• UPD con isquemia asociada sin gangrena húmeda, isquemia progresiva ni infección.
• UPD con sospecha de osteomielitis* sin infección de piel y partes blandas asociadas.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 45

* Sospechar osteomielitis (infección que compromete el hueso) en presencia de:


• Signos clínicos inflamatorios en una úlcera cercana a una prominencia ósea.
• Secreción purulenta o sinovial de una articulación.
• Hueso visible a través de la úlcera o exposición de estructuras capsulares.
• Dedo en salchicha, es decir inflamación importante de un dedo del pie que elimina la identifica-
ción de pliegues articulares.
• Úlcera que no evoluciona favorablemente a pesar del tratamiento correcto[67].
• Historia previa de úlceras, heridas recurrentes o múltiples en los pies[68].
• Tamaño de la úlcera mayor a 2 cm o herida profunda en el pie
(más de 3 mm de profundidad)[43,69].
• Prueba ósea positiva (realizar en presencia de úlcera).
->r Instrumento: elemento romo y estéril.
->r Método: contacto con hueso a través de una úlcera
espontánea (no postquirúrgica) [67] (figura 57).
->r Interpretación: la prueba se considera positiva cuando
hay contacto con un tejido sólido, lo que correlaciona con
el diagnóstico de osteomielitis [70,71].
Figura 57. Prueba ósea.

Flujograma 4. Manejo de las úlceras de pie diabético y tele asistencia

Triage de pie diabético

UPD NO COMPLICADA UPD COMPLICADA UPD SEVERA

• Superficial • Profunda (no hueso ni articula- • Isquemia no progresiva,


• Ausencia isquemia, pulsos
palpables
ción)
• Úlcera que no cierra ! sin infección ni gangrena
húmeda
!
• Infección leve
• Infección moderada • Sospecha de compromiso
• Comorbilidades que no logran
estabilizarse
óseo/ articular
• Charcot crónico +/- úlcera
!
Primer nivel
• Isquemia crítica
• Gangrena húmeda
TRASLADO A GUARDIA/ HOSPITALIZAR • Isquemia + infección
(Ataque de pie diabético) • Infección severa

• Decidir con el TIME el • Cultivos /estudios


tratamiento local Segundo nivel complementarios
• Descarga • Direccionar tratamiento Tercer nivel
• Educación a la persona • Desbridamiento
y familiar/cuidador cortante semanal

Telemedicina Coordinar seguimiento Telemedicina Alta o continuar en


Consulta de segunda con CAPS y cura local (OCD) internación domiciliaria
opinión (OCD)

! En dichas situaciones, se puede considerar un manejo inicial en un menor nivel de atención con el apoyo de Tele asistencia.

CAPS: Centros de Atención Primaria de la Salud.


OCD: Oficina de Comunicación a Distancia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 46

Descarga de pie diabético con úlcera neuropática

En presencia de úlcera neuropática plantar de pie diabético se recomienda el uso de dispositivos


de descarga con el fin de aliviar la tensión mecánica o presión, evitando que el área de la úlcera apoye
al pisar y/o caminar, para facilitar su cierre. El método de inmovilización/ descarga necesita adaptar-
se a los recursos disponibles, las habilidades del efector, características del producto a utilizar en la
cura húmeda, costos y la adherencia por parte de la persona con UPD[19] (cuadro 11).

Además del dispositivo de descarga, se requiere una interfaz apropiada (ej. fieltro de descarga, plan-
tilla de descarga selectiva, de no estar disponibles se puede añadir una plantilla personalizada), para
que las presiones se distribuyan adecuadamente y se reduzcan en la localización de la úlcera [19]
(cuadro 12).

Considerar, según el caso, balancear la diferencia de altura del pie contralateral a la descarga.

Se sugiere realizar descarga con dispositivos no removibles hasta la rodilla: bota de yeso de con-
tacto total o bota tipo walker con uso no removible (ej. que cierra con precinto y solamente se retira
para realizar las curaciones).
Sus contraindicaciones son:
• infección leve más isquemia leve,
• infección moderada a grave,
• isquemia moderada a grave (índice tobillo/brazo menor a 0,55)
• úlceras muy exudativas.

->r Bota de yeso de contacto total: es un molde de yeso y fibra de vidrio mínimamente almohadillado
que mantiene un contacto total con toda la planta del pie, el tobillo y la pierna[72]. Requiere de un
traumatólogo específicamente entrenado para su realización y cambios frecuentes (ej. cada 5 a 7
días inicialmente y luego cada 2 a 3 semanas) para realizar las curaciones de la lesión, por lo cual es
importante la adherencia al tratamiento por parte de la persona con UPD. En general requiere comple-
mentarse con muletas como asistentes de la marcha.

->r Bota tipo Walker o similar hasta la rodilla (con uso no removible): se trata de una ortesis funcional
para pie y tobillo que inmoviliza como un yeso, con la ventaja de que permite el movimiento controla-
do del tobillo y es más cómoda y ajustable (ej. velcro). Requiere explicar al paciente y familiares como
colocarse, evitando que la piel se mantenga húmeda y sin generar decúbito (apoyo inadecuado).

TÉCNICA DE COLOCACIÓN DE BOTA TIPO WALKER

1. Desprender todas las cintas con velcro/ correas de la bota y separar la funda de neoprene o tela (blanda)
del soporte rígido (bota rígida).
2. Corroborar que el vendaje y medias que esté utilizando la persona estén bien colocados, evitando dobleces
que puedan lastimar o incomodar al deambular.
3. La persona debe incorporarse e introducir el miembro inferior con el pie a 90 grados y el talón ocupando
correctamente el sector posterior de la funda. Si no puede incorporarse debe estar acostada con la pierna
extendida y el pie a 90 grados simulando la posición de pie.
4. Una vez ajustados los velcros de la bota blanda, reintroducir la pierna en la bota rígida aprovechando todo
el espacio disponible y fijando el talón para que este quede firme en la parte posterior.
5. Los dedos de los pies no deben quedar por fuera de la bota en su extremo anterior (el talle no sería el ade-
cuado) y podrían generarse nuevas lesiones al caminar.
6. Los soportes verticales laterales de la bota rígida deben estar alineados al tobillo.
7. Por último se deben ajustar las correas de la bota rígida que darán firmeza a la estructura, empezando por
las de abajo y subiendo hasta que queden todas sujetas.
8. Es importante que la persona al deambular no perciba que el pie o la pierna se deslizan dentro de la estruc-
tura. De ser así se debería verificar la sujeción, técnica de colocación o talle de la bota.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 47

Tener en cuenta que con los dispositivos de descarga no removibles se requieren curaciones sema-
nales, por lo que, según el exudado que presente la herida, se elegirá el principio activo o apósito.
Existen productos que por sus características pueden dejarse en el lecho hasta 7 días (ej. apósitos
de hidrocoloide, hidrofibra, miel).

Cuando esté contraindicado o no sea tolerado el dispositivo no removible o ante necesidad de


cura húmeda frecuente, se sugiere ofrecer el uso de una bota tipo walker hasta la rodilla con uso
removible para favorecer el cierre de la úlcera. Remover la bota solamente para curación, higiene y
eventualmente para dormir, siempre que se recoloque antes de deambular [19].

La isquemia severa es la principal contraindicación de la bota tipo walker hasta la rodilla con uso
removible. Esta situación requiere una derivación urgente al tercer nivel de atención.

Cuando los dispositivos de descarga removibles hasta la rodilla estén contraindicados, no sean
tolerados o no estén disponibles, se sugiere el uso de sandalias terapéuticas con taco de des-
carga. La ubicación del taco de descarga depende de la localización de la úlcera (taco anterior para
lesiones de retropié y taco posterior para lesiones del antepié)[19].

En presencia de úlcera neuropática de pie diabético de ubicación no plantar se sugiere el uso de algún
dispositivo (calzado, ortesis, etc.) que limite el roce/fricción para favorecer el cierre de la úlcera.

En los siguientes cuadros se describen las caracterí­sticas de dispositivos de descarga (yeso de con-
tacto total, bota tipo walker y sandalia terapéutica) e interfaces para los mismos (fieltro y plantilla de
descarga selectiva).

Cuadro 11. Caracterí­sticas de los distintos materiales y ortesis para descarga de lesiones ulcerativas.

Yeso de contacto total Bota tipo Walker Sandalia terapéutica

Ventajas - Método no removible. - Inmoviliza con carga - Compatible con otros trata-
controlada. mientos.

- Combinable con otros - Marcha plantígrada, no permite


tratamientos. fase de despegue.

Desventajas - Requiere cambios frecuentes - Posibles zonas de roce. - Limitación en los talles.
(ej. cada 5 a 7 días inicialmente
y luego cada 2 a 3 semanas). -Pérdida de relación propiocep-
tiva.

Observaciones -Requiere de un traumatólogo - Proteger las posibles - Taco recto: todas las localiza-
específicamente entrenado zonas de roce. ciones.
para su realización.
- Puede ser no removible o -Taco anterior: lesiones de
removible. retropié.

-Con taco posterior: lesiones del


antepié.

Ejemplos

Sandalia Taco posterior

Sandalia Taco anterior


Yeso de contacto Bota tipo Walker
total

Sandalia sin taco


Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 48

Interfaz para los dispositivos de descarga

Plantillas para descarga selectiva


Fieltro
de la presión

Ventajas - Diseño a medida, adaptable. - Ajuste individual mediante celdillas hexagonales


- Compatibles con otras lesiones. o panales que se pueden extraer por separado.

Desventajas - Dura 48-72 hs según peso y actividad. .


- No usar en piel isquémica.
- El adhesivo puede irritar la piel.
- Si está mal confeccionada.
puede generar lesiones y generar edema de venta-
na.

Observaciones - Lesiones en planta del pie (antepié, mediopié, - Aptas para el pie derecho e izquierdo.
retropié).
- Colocar a 15 mm de la lesión.
- Requieren ajuste por equipo de salud.
Ejemplos

Cuadro 12. Caracterí­sticas de las interfaces para descarga de lesiones ulcerativas.

Asistentes de la marcha: bastones, andadores y muletas

Los dispositivos de descarga, generalmente requieren del uso de asistentes de la marcha (bastones,
andadores y muletas), que sirven para facilitar la marcha aumentando la estabilidad, al ampliar la
base de sustentación y/o reducir la carga sobre uno o ambos miembros inferiores. Cuando los défi-
cits son muy importantes se preferirán las muletas.

Consejos para dar a las personas que utilizan asistentes de la marcha:


• Mirar hacia adelante durante la marcha, no al suelo ni a los pies.
• Utilizar sillas con apoyabrazos para facilitar sentarse o levantarse.
• Asegurarse de que no haya impedimentos para desplazarse de manera segura, como cables,
alfombras, suelo mojado. Tener cuidado en las superficies resbaladizas o húmedas, por ejemplo:
la cocina y el baño.
• Quitar las alfombras.
• No trasladarse saltando y sosteniéndose sobre los muebles; podría resbalarse o caer.
• Mantener el asistente de marcha cerca para que esté siempre al alcance.
• Durante los primeros días de uso de asistente de marcha, se puede usar un cinturón fuerte para
que alguien ayude brindando sostén.
• Tener cuidado en las rampas o pendientes, ya que es un poco más difícil caminar por ellas.
• No quitar ninguna pieza de las muletas y/o bastones, incluidas las puntas de goma.
• Ante una caída, arrojar el asistente de marcha hacia el costado y usar los brazos para frenar el
golpe. Para levantarse, primero sentarse. Apoyarse sobre un banco o una silla baja. Colocar las
manos hacia atrás sobre la silla. Flexionar la pierna sana. Hacer fuerza con las manos y empujar
con la pierna sana para subirse a la silla.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 49

Bastones

El bastón es un elemento que se lleva en la mano para apoyarse en él y mantener el equilibrio.

Tipos de bastones:

->r Bastón estándar: indicado en personas que necesitan descarga par-


cial del miembro afectado.
Los bastones simples resultan inestables si se aplican sobre ellos fuer-
zas superiores al 20-25% del peso corporal. Su principal función es pro-
porcionar equilibrio y aumentar la sensación de estabilidad (figura 58).

->r Bastón antebraquial (canadiense): utilizado por personas que solo


pueden apoyar una pierna de manera segura al caminar. Generalmente
Figura 58. Bastón estándar.
es más utilizado en individuos que no descargan el 100% del peso del Empuñadura: flecha superior.
miembro afectado. Deben tener buen tren superior (figura 59). Taco: flecha inferior.

->r Bastón de cuatro patas: para personas con alguna alteración del
equilibrio. Aporta un apoyo más estable que el resto (figura 60).

Consideraciones para personas que utilizan bastón:

• La empuñadura debe quedar a la altura de los trocánteres mayores


(hueso de la cadera).
• La empuñadura debe ser lo suficientemente ancha para que ayude
Figura 59. Bastón Figura 60. Bastón
a repartir la presión que recibe la mano y lo suficientemente gruesa antebraquial. de cuatro patas.
para que se pueda tomar con comodidad, sin forzar la mano.
• Un taco o regatón de goma garantiza una buena estabilidad y segu-
ridad al apoyar el bastón en el suelo. Hay que controlar el estado del regatón a menudo porque
se desgasta con facilidad y puede perder su función antideslizante.
• El bastón debe sostenerse con la mano opuesta a la pierna afectada, es decir, se utiliza del lado
de la pierna sana.
• La postura al estar de pie deberá ser completamente erguida con un agarre firme sobre el bastón.
• Al dar un paso hacia adelante con la pierna más débil, simultáneamente, balancear el bastón
hacia delante a la misma distancia, de modo que la punta del bastón (1 o 4 apoyos) y el pie de-
lantero estén igualados.
• Ejercer presión sobre el bastón para quitar algo de la presión ejercida sobre la pierna débil.
• Al dar el paso con la pierna fuerte, asegurarse de ir más allá del bastón.
• Para girar, hacerlo sobre la pierna fuerte.
• Para subir escaleras primero elevar la pierna más fuerte, luego subir la más débil y al final, el
bastón. Para bajar el sentido es a la inversa: primero el bastón, luego la pierna débil y al final la
pierna fuerte.
• Cargar una bolsa de mano puede ser un riesgo para la estabilidad, preferir una riñonera o bando-
lera para mantener las manos libres mientras esté marchando.

Andadores

Indicaciones generales: personas con debilidad en uno o ambos miembros inferiores, con trastornos
de equilibrio o aquellas que presentan un cuadro de disminución global de la fuerza. La persona
necesitará empujar el andador mientras avanza y, a menudo, levantarlo para sortear algún pequeño
obstáculo.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 50

Tipos de andadores

->r Existen dos tipos fundamentales. Por un lado, los que tienen rue-
das delanteras para facilitar su desplazamiento y, por otro lado, los
que no las llevan. A unos y otros se les pueden adaptar dispositivos
especiales para apoyo en antebrazo o varios tipos de empuñaduras
(figuras 61 a 63).

Consideraciones para personas que utilizan andador: Figura 61. Andador con dos apoyos
fijos y dos móviles con asiento
• Regular la altura para que la empuñadura se sitúe a la altura de
los trocánteres mayores.
• Tomar el andador con las dos manos.
• Mientras se anda debe mantenerse el codo mínimamente flexio-
nado, entre 20º y 30º, para ayudar a mejorar la alineación corpo-
ral.

Figura 62. Andador Figura 63. Andador


Muletas con dos apoyos fijos con cuatro apoyos
y dos móviles. fijos.

Consideraciones para personas que utilizan muleta:

• La empuñadura de la muleta debe estar regulada a la altura del


trocánter mayor del fémur (flecha de figura 64).
• La parte superior de la muleta debe colocarse pegada a la parrilla costal, dos
dedos por debajo de la axila, y hacer presión sobre la parrilla costal al descar-
gar el peso.
• No apoyar el peso de la persona en las axilas. La presión constante podría da-
ñar nervios y vasos sanguíneos. Sostener el peso colocando las manos sobre
los puntos de apoyo para las manos (estos deben estar acolchados). Figura 64. Muletas.
• Si se usa una muleta, a menos que se indique otra cosa, se debe colocar en el La flecha indica la
empuñadura.
brazo contrario de la pierna lesionada.
• Si se quiere normalizar el modo de andar y ayudar a disminuir el peso car-
gado en las piernas, se usarán dos muletas. En este caso, los dos pies se irán
alternando para avanzar, similar a la manera natural de andar.

->r Marcha sin soporte de peso


• Colocar las muletas aproximadamente a un paso de distancia.
• Hacer presión sobre las muletas con las manos, sosteniendo la pierna "afectada" separada del
piso y apretando la parte superior de las muletas entre el pecho y el brazo.
• Balancear la pierna "sana" hacia adelante, procurando no ir demasiado lejos.
• Luego pararse sobre la pierna "sana".

->r Marcha con soporte parcial de peso


• Colocar las muletas aproximadamente a un paso de distancia.
• Adelantar la pierna "afectada" y colocarla al nivel de la punta de las muletas.
• Sostener la mayor parte del peso haciendo presión hacia abajo sobre las empuñaduras y apre-
tando la parte superior de las muletas entre el pecho y el brazo.
• Dar un paso con la pierna "sana".
• Dar pasos de la misma longitud.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 51

->r Pararse partiendo de una posición sentada


• Asegurarse de mantener las muletas cerca para poder alcanzarlas cuando las necesite.
• Sostener las empuñaduras de ambas muletas con una mano y con la otra el borde de la silla.
Asegurarse de que la silla sea estable. Si fuera necesario, pedir a alguien que se pare detrás.
• Extender la pierna "afectada" hacia afuera manteniéndola recta.
• Hacer presión sobre la silla, las muletas y la pierna "sana" y ponerse de pie.
• No apoyar el peso sobre la pierna "afectada". Equilibrarse y colocar las muletas en posición para
caminar.

->r Sentarse partiendo de una posición de pie


• Caminar derecho hasta la silla.
• Al estar a un paso de la silla, girar para colocarse de espalda a esta usando la pierna "sana" y las
muletas. Nunca girar sobre los pies.
• Moverse hacia atrás hasta que la silla toque la parte posterior de la pierna "sana".
• Quitar las muletas de abajo de los brazos.
• Sostener ambas muletas con una mano y buscar la silla con la otra.
• Extender la pierna "afectada" hacia fuera y mantenerla recta y hacia adelante.
• Sentarse lentamente.

->r Uso de las escaleras


• Usar una muleta y la baranda de la escalera, si esta es estable, y si hay alguien que pueda llevar
la otra muleta. Si no hay baranda usar dos muletas.
• Si puede sostener ambas muletas con una mano sin correr riesgos, puede llevar las muletas de
un lado y tomar la baranda del otro.

->r Para subir escaleras


• Acercarse al primer escalón y tomarse de la baranda de la escalera.
• Sostenerse de la baranda con una mano y tomar la muleta con la otra.
• Presionar hacia abajo sobre la baranda y la muleta, y subir un paso con la pierna "sana”.
• Si no puede cargar peso sobre la pierna "afectada", saltar con la pierna "sana".
• Subir la pierna "afectada" y las muletas para colocarlas junto a la pierna "sana".
• Recordar que la pierna "sana" sube primero y las muletas suben junto con la pierna "afectada".

->r Para bajar las escaleras


• Caminar hasta el borde de las escaleras de la misma manera.
• Colocar la pierna "afectada" y las muletas en el escalón de abajo y sostener el peso apoyándose
sobre las muletas y en la baranda de la escalera.
• Bajar la pierna "sana".
Siga las mismas pautas para subir y bajar cordones.

Detección y manejo de la infección de pie diabético

Infección: la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (IDSA) la define por la presencia


de al menos dos de los siguientes ítems:
• Edema/induración local.
• Eritema (mayor a 0.5 cm alrededor de la herida).
• Dolor o aumento de sensibilidad local.
• Secreción purulenta (secreción espesa, blanquecina a opaca, sanguinolenta).
• Aumento de temperatura local [54] .

También sospechar infección en presencia de: lesión maloliente, hueso visible o una herida con
prueba ósea positiva, secreciones no purulentas, tejido de granulación friable o decolorado.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 52

Infección leve
Afecta piel y tejido celular subcutáneo y/o presenta eritema menor a 2 cm de diámetro, sin compro-
miso sistémico ni de tejidos profundos.

Infección moderada
• Compromiso de estructuras más profundas que la piel y el tejido celular subcutáneo: trayecto
linfangítico, fascitis, compromiso tendinoso, osteomielitis, artritis séptica, absceso.
• Infección de piel y partes blandas de más de 2 cm desde el margen de la herida [54].

Ausencia de compromiso sistémico.

Sospechar una infección profunda, ante:


• Celulitis que no mejora luego de 72 hs de tratamiento antibiótico adecuado.
• Presencia de una descarga purulenta o sospecha de colección.
• Plenitud en el espacio plantar.
• Dolor en un pie previamente insensible [73].

Infección severa
Cualquier infección con compromiso sistémico:
• Temperatura mayor a 38 °C o menor a 36 °C, escalofríos.
• Frecuencia respiratoria mayor a 20 respiraciones/minuto o PaCO2 menor a 32 mmHg.
• Frecuencia cardíaca mayor a 90 latidos/minuto.
• Recuento de glóbulos blancos mayor a 12.000 o menor a 4.000 células/μL o ≥10% de formas
inmaduras (banda).
• Hipotensión.
• Confusión.
• Acidosis metabólica, hiperglucemia [2,54] .

*
El diagnóstico de infección de pie diabético es clínico.

¡ATENCIÓN!
En las personas con pie diabético, los signos y síntomas de inflamación pueden estar enmascara-
dos por la presencia de neuropatía diabética, enfermedad arterial periférica o disfunción inmuno-
lógica.

Los signos inflamatorios sistémicos por lo general están ausentes, incluso en infecciones graves
[2,74].

Por esto es necesario un seguimiento cercano y un alto índice de sospecha.

En ausencia de infección: no administrar antibióticos sistémicos.

Manejo de la infección

Infecciones leves
Se diagnostican y resuelven en el primer nivel de atención (PNA), no requieren cultivos.
• Indicar limpieza diaria y cura húmeda.
• Indicar la descarga del miembro inferior afectado.
• Marcar el borde de la celulitis si está presente. De esta manera, la variación de la extensión puede
ser evaluada objetivamente, esperando su disminución luego de 72 hs de iniciado el tratamiento
antibiótico [75].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 53

• Iniciar tratamiento antibiótico empírico durante 5 a 7 días vía oral, considerando los gérmenes
prevalentes (gram positivos: Streptococcus sp y Staphylococcus sp). Se amplía cobertura para
Staphylococcus aureus meticilina-resistente (SAMR) cuando la persona tiene historia de infección
por SAMR o la prevalencia local es > 50% (centro y norte de Argentina, según los datos de la red
WHONET 2017) (figura 65).
• Tratamiento antibiótico con cobertura para SAMR
- Cotrimoxazol + amoxicilina (primera línea)
- Amoxicilina + doxiciclina
- Clindamicina (sólo si el resto no está disponible)
• Tratamiento antibiótico sin cobertura para SAMR:
- Cefalexina (primera línea)
- Amoxicilina Clavulánico
• En presencia de alergia a la penicilina, en ambos casos se utiliza Clindamicina[54,70].

Mapa de prevalencia local de Staphylococcus aureus meticilina-resistente (SAMR). % de SAMR del


sitio indicado/total S. Aureus del sitio indicado.

Figura 65. Mapa de prevalencia local de Staphylococcus aureus Meticilino Resistente aislados de piel y partes blandas en Argentina. Datos
obtenidos de la red WHONET- Argentina 2017. ANLIS MALBRÁN. No. No. de aislamientos: 3165 AMBA (954), BSAS (288), CENTRO (923),
CUYO (142), NORTE (632), PATAGONIA (226). http://antimicrobianos.com.ar/ATB/wp-content/uploads/2019/09/Mapas-de-Resistencia-An-
timicrobiana-2017.-Red-WHONET-Argentina.-v2.pdf
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 54

Derivar de forma urgente (ingresa por guardia) al segundo o tercer nivel de aten-
ción que disponga de cirujano de guardia:

• Sospecha de infección moderada.


• Sospecha de Neuroartropatía de Charcot*.
• Infección leve sin mejoría o con progresión de la extensión de la celulitis luego de 72 hs de trata-
miento antibiótico.
• Infección leve con sospecha de progresión a moderada con compromiso de tejido profundo.

Deriva a tercer nivel de atención con turno prioritario (dentro de los 7 días):

• Sospecha de osteomielitis (OM) sin infección de piel y partes blandas asociada.

Deriva a tercer nivel de atención e ingresa de forma urgente por guardia ante:

• Infección leve que evoluciona a severa.


• Infección severa.
• Presencia de isquemia asociada.

* Sospecha de Neuroartropatía de Charcot

La neuroartropatía de Charcot (NCh) es un proceso que afecta huesos, articulaciones y tejidos blan-
dos del pie y el tobillo con una primera etapa inflamatoria que por sus características clínicas (pie
eritematoso, edematoso y caliente), podrían confundirse con un cuadro infeccioso. Sin tratamiento
adecuado (descarga sin apoyo) evoluciona a deformidades que pueden generar un pie inestable.

Sospechar NCh:

Pie con edema y asimétrico, con piel caliente, brillante y eritematosa, puede ser indoloro. Generalmen-
te los pulsos son palpables.
Ausencia de fiebre, síntomas sistémicos de infección, descompensación metabólica.
Realizar la maniobra de elevación del miembro inferior por cinco minutos: si el rubor cede considerar
NCh, si el rubor no cede considerar infección de piel y partes blandas.

Conducta:

Realizar descarga con bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo y derivar al segundo nivel de
atención para realizar diagnóstico diferencial con infección dentro de las 24 hs, ingresa por guardia
(véase sección Neuroartropatía de Charcot).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 55

Flujograma 5. Manejo de la infección de pie diabético en el Primer Nivel de Atención.

COMPLETAR
5-7 días
Mejora de antibióticos
Primer Nivel de Atención
INFECCIÓN
LEVE
- Limpieza diaria y cura
húmeda.
- Antibiótico empírico No Mejora DERIVAR
- Descarga de la lesión al segundo nivel
Urgente de atención
por guardia

Evolución
a las 72 hs.
Urgente
por guardia
INFECCIÓN Piel y partes blandas
MODERADA
DERIVAR
Osteomielitis sin piel
y partes blandas al tercer nivel
Turno
prioritario* de atención

INFECCIÓN
SEVERA Urgente
o por guardia
Infección
+ necrosis

Considerar cormobilidades médicas y/o psico-sociales para determinar el nivel de atención


más adecuado para cada persona.

* Turno prioritario: dentro de los 7 días.

Dosis de antibióticos

Antibióticos Dosis Ajuste a Comentarios


de administración función renal
(vía oral)

Trimetroprima 800/160 mg c/8-12 hs iFGe 10-29 mL/min: 5-10


-sulfametoxazol mg/kg/12 hs
(Cotrimoxazol) iFGe menor a 10 mL/min: no
usar

Clindamicina 300 mg c/6 hs Sin ajuste

Amoxicilina 500-1000 mg c/8 hs iFGe 10-30 mL/min: 500 mg


c/12 h.
iFGe menor a 10 mL/min:
500 mg/día.

Doxiciclina 100 mg c/12 hs Sin ajuste Dosis inicial de 200 mg

Cefalexina 1 gr c/6-8 hs iFGe 10-50 mL/min: 500 mg


c/8 hs.
iFGe menor a 10 mL/min:
500 mg c/12 hs.

Cuadro 13. Dosis de antibióticos. iFGe: índice de filtrado glomerular estimado, HD: hemodiálisis. Modificado de: Rotschafer JC,
Andes DR, Rodvold KA, editors. Antibiotic Pharmacodynamics. New York, NY: Springer New York; 2016. (Methods in Pharma-
cology and Toxicology).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 56

Resumen de criterios de derivación desde el primer nivel de atención

Cuadro 14. Resumen de criterios de derivación desde el primer nivel de atención. UPD: úlcera de pie diabético.

Primer Nivel DERIVA al Segundo Nivel de DERIVA al Tercer


de Atención Atención Nivel de Atención

Prevención Educación diabetológica en el cuidado de los pies, elección y uso de medias y calzado.

Examen clínico - Anamnesis.


de los pies - Inspección.
- Tamizaje de neuropatía diabética: monofilamento, diapasón, test de Ipswich.
- Tamizaje de enfermedad arterial periférica: palpación de pulsos y temperatura.
- Categorización del riesgo de pie diabético.

Medidas correctivas - Alteraciones osteoarticu- Sospecha de onicomicosis (se deriva la realización del
de factores lares flexibles (plantillas y estudio micológico).
predisponentes calzado).
Se deriva a Servicio de Ortopedia y Traumatología:
- Anhidrosis, hiperqueratosis,
grietas o fisuras, callos o - Alteraciones osteoarticulares flexibles que generan
helomas, micosis interdigital, áreas de hiperapoyo que no mejoran con las medidas
ampollas. previas.

- Alteraciones osteoarticulares rígidas.

- Onicocriptosis.

Neuropatía Tamizaje. - Duda diagnóstica.


diabética
- Sospecha de Neuroartro-
patía de Charcot.
Tratamiento - Manejo con fármacos de - Falta de respuesta al trata-
de la neuropatía primera línea. miento de primera línea.
diabética dolorosa

Enfermedad - Tamizaje. - Claudicación intermitente - Claudicación intermi-


arterial periférica sin respuesta al cilostazol. tente progresiva y/o
- Tratamiento médico de las invalidante (que afecta
formas asintomáticas. - Otros síntomas de las actividades de la vida
los miembros inferiores de diaria) y/o a
- Claudicación intermitente esfuerzo no relacionados menos de 100 metros.
no invalidante. con las articulaciones (no
típicos de la claudicación), - Dolor isquémico en
deterioro de la marcha. reposo.

- Isquemia asociada a
úlcera o infección.
Úlcera de pie UPD neuropática - UPD con compromiso de UPD isquémica.
diabético (UPD) superficial. tejidos profundos sin afec-
tación ósea ni articular.

- UPD que no cierra luego


de 6 semanas de tratamien-
to o no se reduce en un
50% luego de 4 semanas.

Infección Leve. Moderada sin sospecha de - Severa.


de pie diabético osteomielitis.
- Sospecha de
osteomielitis.

- Asociada a isquemia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 57

5. Orientación para el manejo en el segundo y tercer ni-


vel de atención

Examen clínico de los pies en el segundo y tercer nivel de atención

A la evaluación en el primer nivel de atención, se le agrega la evaluación clínica del apoyo, pedigrafía,
examen radiográfico y evaluación de enfermedad arterial periférica con medición del índice tobillo/
brazo (ITB) en el segundo nivel y realización de estudios anatómicos (doppler arterial, arteriografía,
etc.) en el tercer nivel de atención.

Evaluación clínica del apoyo

Evaluar con la persona acostada, de pie y durante la marcha; por delante y por detrás. Descubrir por
lo menos hasta las rodillas para una mejor valoración del eje del miembro inferior. Las deformida-
des y la limitación de la movilidad articular son factores de riesgo para la ulceración. En caso de
deformidad, evaluar si esta es flexible (corrige con la movilización pasiva) o rígida (no corrige).

->r Con la persona acostada evaluar:


• El rango de movilidad de todas las articulaciones del pie y del tobillo. Especialmente, la flexibili-
dad de los músculos y tendones de la cadena posterior: elongación de gastrocnemios y tendón
de Aquiles con rodilla extendida.
• La almohadilla plantar y zonas con hiperqueratosis en la planta del pie y en el dorso de los dedos.
Puede haber hematomas debajo de las áreas de hiperqueratosis.
• Úlceras y amputaciones previas [12].

->r Durante la bipedestación evaluar:


• Deformaciones: pie plano, cavo, retropié valgo o varo, dedos en garra, martillo, supraductos, ha-
llux valgus, etc.
• Prominencias óseas [12].

->r Durante la marcha evaluar:


• Si son respetadas las fases de la marcha, es decir despegue, balanceo y apoyo.
• El apoyo dinámico de todas las partes del pie y si tiene tendencia a la supinación o pronación.
• La posición de las rótulas y la tuberosidad anterior de la tibia.
• La posición de los dedos en rotación externa o interna.
• La inversión del talón y la supinación del pie durante el despegue y la posición del pie en relación
con el suelo en el momento del apoyo del talón.
Evaluar la marcha con y sin calzado [23] .
Además, examinar el calzado, las medias y las plantillas de la persona para identificar puntos de alta
presión y excesivo desgaste. Se tendrán en cuenta las costuras, deformaciones y áreas de mayor
fricción; por ejemplo, si el taco está más gastado de externo o interno del calzado.

Si se observa una desalineación de los ejes, una deformidad significativa o rígida, se debe referir a
la persona a una evaluación por especialista en Ortopedia y Traumatología [12].

Si se observan callos por hiperapoyo, se debe indicar medidas correctoras:


->r Remoción de callos por podólogo.
->r Plantillas según pedigrafía.

En caso de que estas medidas no sean posibles o no resulten efectivas, la persona con diabetes
necesita ser referida a evaluación por especialista en Ortopedia y Traumatología.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 58

Pedigrafía

La pedigrafía es la imagen de la huella plantar entintada sobre papel del apoyo de los pies desnu-
dos en bipedestación mediante el pedígrafo (figuras 1 y 2).

La pedigrafía valora las zonas de apoyo y los puntos de presión del pie. Brinda información objetiva
acerca de la posición del pie en el momento del apoyo, las zonas de hiperpresión se marcan con un
color más oscuro, mientras que las de hipopresión se marcan con un color más claro o blanco, por lo
que se puede ver si se trata de un pie cavo o plano, con deformidades o no del retropié.

Recientemente, se desarrolló la baropodometría digital que aporta mayor información acerca de las
presiones en forma dinámica y se asocia a estudios de la marcha que evalúan también las fases de
balanceo, apoyo y despegue del pie en forma dinámica [77].
Antepie

Talón anterior
Arco externo Arco interno
Pie plano

Talón posterior

Pie normal
Pie cavo Retropie

Figura 1. Clásica pedigrafía con impresión en papel. Figura 2. Pedigrafía con impresión en
papel.

Examen radiográfico

->r Indicación: Personas con deformidades, desalineación y/o signos de hiperapoyo.


->r Solicitud: radiografías de ambos pies completos frente y perfil con apoyo monopódico y 3/4 obli-
cuas a fin de evaluar la alineación, el estado de los huesos, las articulaciones y los tejidos blandos
[78–81].
Según deformidad en articulaciones o ejes, solicitar también: radiografía de tobillo frente y perfil con
apoyo y panorámica de miembros inferiores (si hay desalineación de ejes y sospecha de discrepancia
de miembros inferiores).
->r Evaluación:
• Radiografía de frente:
Alineación: hallux valgus, dedos menores varo o valgo, descubrimiento de la cabeza del astrá-
galo.
Hueso: osteopenia, secuestros, reabsorción cortical, osteomielitis.
Cartílago y articulaciones: osteofitos, subluxaciones, luxaciones, pinzamiento de la línea articu-
lar.
Tejidos blandos: cuerpos extraños, gas, inflamación, calcificación arterial.
• Radiografía perfil: alineación (ej.: ángulo de Costa Bartani: normal 120°, pie plano mayor a 120°,
pie cavo menor a 120°), ángulo de declinación astrágalo primer metatarsiano (0° +/- 4°), eleva-
ción del primer rayo, dedos en martillo, subluxaciones o luxaciones de las articulaciones, espacio
articular, osteofitos [81,82] (figura 3).
• Radiografía 3/4 oblicua: huesos de la columna externa del pie, huesos del mediopié, alineación
articulación de Lisfranc (3er, 4to y 5to rayo) [82].

Figura 3. Ángulo de Costa Bartani. Modificado de Padró M.L, Mas


Moliné S. Alteraciones de la bóveda plantar. Revista Española de Reu-
matología. Vol. 30. Núm. 9. 2003.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 59

Enfermedad arterial periférica

El índice tobillo/brazo en reposo es la prueba de diagnóstico inicial para EAP. Es una prueba no in-
vasiva, tiene una baja sensibilidad (60%) pero alta especificidad (90%) para isquemia en personas
con DM [38,39].

Segundo nivel de atención: índice tobillo/brazo (ITB)

Se realiza ante:
• Claudicación intermitente que no cede con cilostazol.
• Durante la evaluación de una úlcera de pie diabético (UPD).
• Dudas diagnósticas: otros síntomas de los miembros inferiores de esfuerzo no relacionados
con las articulaciones (no típicos de la claudicación), deterioro de la marcha, para orientar en
la etiología de la úlcera o del dolor (realizar diagnóstico diferencial entre dolor isquémico y otros
tales como neuropatía diabética, alcohólica, disautonomía, canal estrecho medular, etc.) y reali-
zar la derivación correspondiente según los resultados.

->r Instrumentos: tensiómetro aneroide y doppler portátil con sonda de 5 a 10 MHz. Los manguitos
automáticos de presión arterial no son válidos para la presión del tobillo.
->r Preparación: persona a evaluar en posición supina (acostada boca arriba) y en reposo por 5 mi-
nutos.
->r Método: se toma la presión de ambos tobillos con un manguito 5 cen-
tímetros sobre el maléolo y un doppler sobre el trayecto de las arterias
tibial posterior y pedia.
Además, se mide la presión sistólica de ambos brazos con el manguito
2 a 3 centímetros sobre el pliegue del brazo, con la sonda del doppler en
el trayecto de la arteria braquial o radial.
Se realiza un cociente entre la presión detectada en cada tobillo sobre la
mayor presión detectada de ambos brazos [44] (figura 4).
->r Interpretación y manejo según los resultados del ITB
• mayor a 1.3: indica rigidez arterial que impide su compresión por lo
Figura 4. Técnica de realización de
que la prueba no es aplicable. Requiere interconsulta con equipo de índice tobillo brazo (ITB). Modifica-
pie diabético en un plazo no mayor a 30 días para estudios adicio- do de Ministerio de Salud de Chile.
nales. Prevención de Úlceras de los Pies en
la Persona con Diabetes. Orientación
• 0.9 a 1.3: normal. Considerar diagnósticos diferenciales.
Técnica. 2013.
• 0.7 a 0.8: isquemia leve. Indicar tratamiento médico de EAP. Consi-
derar diagnósticos diferenciales.
• 0.4 a 0.6: isquemia moderada. Derivar al tercer nivel de atención con especialista en cirugía vas-
cular con turno programado, en un plazo no mayor a 30 días. En presencia de UPD derivar con
turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días.
• menor a 0.4: isquemia severa. Derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vas-
cular con turno prioritario, en un plazo no mayor a 7 días [78].

En presencia de ITB límite, normal o alto, si hay alta sospecha de isquemia, derivar a tercer
nivel de atención con turno programado (dentro de los 30 días).

Tercer nivel de atención: estudios anatómicos y tratamiento invasivo

En este nivel:
• Se realizan estudios complementarios que aportan información sobre la anatomía arterial.
• Se define la necesidad de revascularización.
• Se determina el método de revascularización.
• Se realiza la revascularización.
• Se define amputación, necesidad de realizarla y nivel.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 60

Sólo una minoría de las personas con claudicación, menos del 10% al 15% durante 5 años o más,
progresará a isquemia crítica. Por lo tanto, el papel de la revascularización en la claudicación es la
mejora sintomática y del estado funcional, en lugar del salvataje del miembro inferior [38].
No se aconseja realizar procedimientos terapéuticos o diagnósticos invasivos en personas con
EAP únicamente para prevenir la progresión a isquemia crítica [38].
El procedimiento de revascularización será seleccionado caso por caso, con interacción entre ciruja-
nos, cardiólogos intervencionistas y cardiólogos clínicos. Se deben considerar: anatomía, extensión
de la enfermedad vascular, localización, comorbilidades, experiencia de los operadores y preferencia
del individuo para evaluar la conducta adecuada [83].

Restringir los procedimientos invasivos a personas que no respondan favorablemente al tratamiento


médico o que tengan síntomas que alteren significativamente las actividades de la vida diaria: dolor
en reposo, claudicación invalidante o a menos de 100 metros [44]. La indicación de angiografía queda
reservada para aquellas personas en las que se planifica un procedimiento de revascularización [83].

Todo individuo con dolor isquémico de reposo ingresa por guardia al tercer nivel de atención y es
evaluado en primera instancia por Cirugía Vascular. Según accesibilidad, considerar evaluación por
servicio de Hemodinamia.

Todo individuo con signos sugestivos de isquemia e infección ingresa por guardia al Tercer Nivel
de Atención.

Isquemia más infección con colección o gangrena húmeda: la identificación de la enfermedad ar-
terial subyacente no debe retrasar la cirugía urgente si está indicada [43]. El drenaje quirúrgico de
urgencia debe realizarse siempre antes de cualquier procedimiento de revascularización. La re-
vascularización, sin embargo, debe realizarse tan pronto como sea posible después del procedimien-
to de drenaje [70].

Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica:
tomar hemocultivos x 2, iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar re-
vascularización.

Infección moderada y severa

->r Ingresa por guardia al segundo o tercer nivel de atención que disponga de cirujano de guardia
• Infección moderada (segundo nivel de atención).
• Infección severa (tercer nivel de atención)
• Infección asociada a isquemia (tercer nivel de atención).

1. Recepción de la persona con pie diabético:


Valorar signos vitales, necesidad de acceso venoso e hidratación parenteral, manejo hemodinámico.
Laboratorio básico: hemograma con recuento plaquetario, coagulograma, ionograma, glucemia,
creatinina, estado ácido base con ácido láctico.
Hemocultivos x 2.
Manejo del medio interno.

2. Valoración de la necesidad de intervención quirúrgica como urgencia (en ese caso, iniciar trata-
miento antibiótico empírico). No demorar la intervención por los estudios complementarios del ítem
3:
• Lesión con crepitación (sospecha de gangrena gaseosa).
• Lesión con dolor desproporcionado, necrosis tisular, bullas o equimosis (sospecha de infección
necrotizante).
• Compromiso hemodinámico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 61

El desbridamiento quirúrgico rápido y adecuado de los tejidos desvitalizados puede disminuir la


necesidad de una amputación extensa [2].

3. Estudios complementarios:
a. Prueba ósea
En personas con una infección del pie diabético con una úlcera, introducir una sonda metálica roma
estéril en el fondo de la úlcera. Se considera positiva cuando hay contacto con el hueso, correlaciona
con la presencia de osteomielitis [71] .
b. Radiografía
Realizar una radiografía simple frente y perfil con foco en el área de lesión [43,69] para identificar:
• Destrucción ósea.
• Cuerpos extraños radiopacos.
• Imágenes radiolúcidas compatibles con gas: en este caso sospechar gangrena gaseosa y valorar
intervención quirúrgica como urgencia [39].
c. Laboratorio completo: hemograma con recuento plaquetario, coagulograma, ionograma, gluce-
mia, creatinina, estado ácido base con ácido láctico, hepatograma, eritrosedimentación (VSG), proteí-
na C reactiva (PCR), creatinfosfoquinasa (CPK).

4. Toma de muestra para estudio microbiológico. Es muy importante que este paso se realice
siempre.

5. Elección de antibióticos
->r Gérmenes prevalentes: flora polimicrobiana aeróbica y anaeróbica (incluir SAMR y Pseudomona
sp) [73].
->r Antibióticos: utilizar terapia parenteral, al menos inicialmente [84,85]:

Cocos gram positivos Vancomicina (1° línea)


o
Teicoplanina

MÁS
Flora polimicrobiana aeróbica Betalactámico con inhibidor de betalactamasa
y anaeróbica (ej. Piperacilina tazobactam)
o
Carbapenem
o
Cefalosporina de tercera o cuarta generación
(ej. Cefepime) MÁS metronidazol.

Cuadro 1. Antibióticos empíricos.

Secundariamente, generalmente a las 48 hs, basar la terapia definitiva en los resultados del cultivo,
las pruebas de sensibilidad de la muestra y la respuesta clínica al régimen empírico [54]. Puede ro-
tarse a vía oral, generalmente dentro de la semana, si la persona presenta mejoría clínica, no tiene
contraindicaciones para recibirla y hay un agente oral apropiado disponible [2,54] .
Realizar consulta a especialista en infectología, de forma presencial o vía Telemedicina.

Duración del tratamiento:


Continuar la terapia con antibióticos hasta la resolución de la infección, pero no hasta la curación de
la herida o el cierre de la úlcera.
• 2 semanas: si hay compromiso de piel y partes blandas SIN afectación de hueso, pero se debe
adaptar según la evolución clínica del individuo. Considerar la posibilidad de continuar el trata-
miento, hasta 3-4 semanas, si la infección está mejorando, pero es extensa, la resolución es más
lenta de lo esperado o si la persona tiene una enfermedad arterial periférica grave [2].
• 2 a 5 días: en caso de amputación sin tejido residual infectado [54].
• 6 semanas: en presencia de osteomielitis. Véase tratamiento de osteomielitis.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 62

Dosis de antibióticos

Dosis de administración
Antibióticos Ajuste a función renal
(endovenoso)

Vancomicina 15-20 mg/kg cada 8-12 hs IFGe 10-50 mL/min 15 mg/kg/24-96 Con shock séptico indicar dosis de
hs carga 25-30 mg/kg, luego 15-20
IFGe menor a 10 mL/min: 7.5 mg/ mg/kg c/ 8-12hs
kg/2-3 días
HD 7.5 mg/kg c/2-3 días post diálisis

Teicoplanina Dosis Carga: 6-10 mg/kg IFGe 30-80 mL/min: misma dosis c/48hs
c/12hs x 3 dosis, luego IFGe menor a 30 mL/min: misma dosis c/72hs
6-10 mg/kg/día

Piperacilina- 4.5 gr c/6 hs IFGe 20-40 mL/min: 3.375 gr c/6 hs


Tazobactam IFGe menor a 20 mL/min: 2.25 gr c/6 hs
HD 2.25 gr c/ 8 hs (dosis extra 0.75 gr post diálisis)

Imipenem 0.5 gr c/6 hs IFGe mayor a 50-90 mL/min: 250-500 mg c/6-8 hs


IFGe 10-50 mL/min: 250 mg c/8-12 hs
IFGe menor a 10 mL/min: 125-250 mg c/12 hs
HD: 125-250 c/12 hs, dar una de las dosis postdiálisis

Meropenem 1-2 gr c/8 hs IFGe 25-50 mL/min: 1 gr c/12hs

Cefepime 2 gr c/8-12 hs IFGe 10-25 mL/min: 0.5 gr c/12hs

Metronidazol 500 mg c/8hs IFGe menor a 10 mL/min : 0.5 gr c/24hs

Cuadro 2. Dosis de antibióticos. IFGe: índice de filtrado glomerular estimado, HD: hemodiálisis, gr: gramos.

6. Intervención quirúrgica

Requerimiento de intervención urgente (actuar en el menor tiempo posible e iniciar antibióticos


empíricos inmediatamente):

• Sospecha de gangrena gaseosa: crepitación, imagen compatible con presencia de gas en la


radiografía (figura 5).
• Sospecha de infección necrotizante: necrosis tisular, equimosis o petequias extendidas, bullas
hemorrágicas, dolor local desproporcionado a los hallazgos clínicos (figura 6).
• Sospecha de absceso/colección de tejidos blandos o de hueso con o sin ulceración: secreción
purulenta, piel a tensión, plenitud en el espacio plantar, dolor en un pie previamente insensible
(figura 7).
• Gangrena húmeda con o sin ulceración (figura 8).
• Compromiso hemodinámico por la infección.
• Rápida progresión de la infección.

Figura 5: Radiografía de pie Figura 6: Infección necrotizante. Figura 7: Absceso plantar. Figura 8: Necrosis húmeda en
izquierdo con imagen radiolúcida persona sin enfermedad arterial
compatible con gas (flecha). periférica.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 63

Otros casos que requieren intervención quirúrgica:

• Heridas con importante tejido no viable.


• Compromiso extenso óseo o articular [54].
• Necrosis extensa.
• Falla de la respuesta al tratamiento médico, en presencia o no de intervención quirúrgica previa,
ante la persistencia o empeoramiento de parámetros inflamatorios sistémicos.

Tipos de intervenciones quirúrgicas

->r Desbridamiento de tejidos no viables y drenaje de abscesos:

El objetivo del desbridamiento quirúrgico es el drenaje de las colecciones profundas y la remoción


de todos los tejidos infectados y desvitalizados, hasta que se alcancen tejidos sangrantes sanos
[86,87]. No olvidar la toma de muestra microbiológica.

->r Amputación urgente:

En personas con sepsis y compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección de miem-
bro inferior, la amputación puede ser considerada como una medida para salvar la vida. Cuando la
condición de la persona ha mejorado, puede agregarse la valoración vascular y revisar el nivel de
amputación [70].

7. Isquemia asociada

Isquemia más infección con colección o tejido necrótico

La identificación de la enfermedad arterial subyacente no debe retrasar la cirugía de urgencia si está


indicada [70]. El drenaje quirúrgico de urgencia debe realizarse siempre antes de cualquier proce-
dimiento de revascularización. La revascularización, debe realizarse tan pronto como sea posible
después del procedimiento de drenaje [88].

Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica

Tomar hemocultivos x 2 e iniciar antibióticos empíricos, realizar revascularización cuando la infec-


ción esté controlada.

CONSIDERAR AMPUTACIÓN: compromiso hemodinámico con gran extensión de la infec-


ción (riesgo de vida). Es una urgencia, no requiere valoración vascular previa.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 64

Flujograma 1. Manejo por guardia de la infección moderada y severa de pie diabético.

Infección moderada:
manejo por guardia en el segundo nivel de atención

PIE DIABÉTICO INFECTADO


Infección severa o asociada a isquemia:
manejo por guardia en el tercer nivel de atención

Manejo hemodinámico. Control de signos vitales, Manejo del medio interno


acceso venoso e hidratación parenteral

Hemocultivos x 2 Laboratorio básico: hemograma con recuento plaquetario, coagulogra-


e inicio de antibiótico EV ma, ionograma, glucemia, creatinina, estado ácido base con ácido láctico.
empírico*1

¿REQUIERE INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA COMO EMERGENCIA?


• Lesión con crepitación (sospecha de gangrena gaseosa).
• Lesión con dolor desproporcionado, necrosis tisular (gangrena húmeda), bullas o
equimosis (sospecha de infección necrotizante).
• Compromiso hemodinámico.

Sí No

Emergencia

• Exploración quirúrgica de tejidos profundos con toma Estudios complementarios


de muestra para microbiología e histopatología. • Prueba ósea.
• Desbridamiento quirúrgico de todos los tejidos desvi- • Rx frente y perfil.
talizados. • Completar laboratorio.
• Toma de muestra para microbiología.
• Ecografía de partes blandas

Emergencia
Gas en la radiografía Compatible con
Evaluación multidisciplinaria
absceso/colección

Progresión local rápida de la infección


Emergencia

Drenaje quirúrgico
Persistencia o empeoramiento de parámetros inflamatorios sistémicos con toma de muestra
para microbiología

CONSIDERAR AMPUTACIÓN: Compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección (riesgo de vida).
Es una emergencia, no requiere valoración vascular previa.

Isquemia más infección con colección o tejido necrótico


El drenaje quirúrgico de urgencia debe realizarse siempre antes de cualquier procedimiento de revascularización.
La revascularización, sin embargo debe realizarse tan pronto como sea posible después del procedimiento de drenaje.

Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemodinámica
Tomar hemocultivos x2 e iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar revascularización.

*1: En ausencia de requerimiento de exploración quirúrgica urgente, realizar la toma de muestra para microbiología por guardia y luego iniciar el
tratamiento antibiótico empírico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 65

Osteomielitis

Manejo en el tercer nivel de atención. En ausencia de infección de piel y partes blandas concomi-
tante se evalúa con turno prioritario (dentro de los 7 días). Si presenta infección de piel y partes
blandas ingresa por guardia.

La osteomielitis se produce a partir de la infección cutánea que compromete el hueso por conti-
güidad. Se observa en el 50% de las infecciones severas y en el 10-20% de las aparentemente más
leves[86] .

->r 1° SOSPECHAR en presencia de:

• Signos clínicos inflamatorios en una úlcera cercana a una prominencia ósea.


• Secreción purulenta o sinovial de una articulación.
• Hueso visible a través de la úlcera o exposición de estructuras capsulares.
• Dedo en salchicha, es decir inflamación importante de un dedo del pie que elimina la identifica-
ción de pliegues articulares.
• Úlcera que no evoluciona favorablemente a pesar del tratamiento correcto en una persona sin
isquemia [67] .
• Historia previa de úlceras, heridas recurrentes o múltiples en los pies[68].
• Tamaño de la úlcera mayor a 2 cm[69] .
• Herida profunda en el pie (más de 3 mm de profundidad) [43].

->r 2° REALIZAR DIAGNÓSTICO o DESCARTAR:

Radiografía

Solicitar: radiografía simple frente y perfil con foco en área de lesión [69,71] al inicio y otra pasadas
2 semanas, si persiste la sospecha. En presencia de osteomielitis se tarda aproximadamente 2 a 4
semanas en que la pérdida ósea sea visible[67].

Hallazgos sugestivos de osteomielitis:

• Engrosamiento o elevación del periostio.


• Alteración cortical, con erosión ósea o desmineralización.
• Pérdida de la arquitectura trabecular o radiolucidez medular.
• Lesiones líticas.
• Esclerosis ósea, con o sin erosión.
• Secuestro: hueso desvitalizado con aspecto radio-denso que se ha separado del hueso normal.
• Alteración de la densidad de partes blandas en la grasa subcutánea, o densidad gaseosa, que se
extiende desde la piel hacia el hueso subyacente, sugiriendo una úlcera profunda o una fístula
[2,67,69,75].

Resonancia magnética nuclear (RMN)

Indicación:
• Sospecha diagnóstica con radiografía normal.
• Diagnóstico diferencial con Neuroartropatía de Charcot [2].

En presencia de contraindicaciones para la realización de RMN, solicitar tomografía axial computada


(TAC) con contraste endovenoso.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 66

Prueba ósea (realizar en presencia de úlcera)

->r Instrumento: elemento romo y estéril.


->r Método: contacto con hueso a través de una úlcera espontánea
(no postquirúrgica) [67] (figura 9).
->r Interpretación: la prueba se considera positiva cuando hay contacto con
un tejido sólido, lo que correlaciona con el diagnóstico de osteomielitis[70,71]. Figura 9. Prueba ósea.

Otros estudios complementarios

• Eritrosedimentación (VSG): un valor superior a 70 mm/hora aumenta la probabilidad de padecer


osteomielitis y actualmente sigue siendo la prueba de laboratorio más útil y estudiada para el
diagnóstico de la osteomielitis del pie diabético. Es posible padecer una infección ósea con valo-
res normales de VSG [67].
• Proteína C Reactiva (PCR): menor utilidad que la VSG, pero también puede ser útil ya que se
encuentra elevada en personas con osteomielitis pero generalmente no en neuroartropatía de
Charcot [67,89].

->r 3° TOMA DE MUESTRA

• Realizarla siempre. El uso previo de antibióticos no excluye su realización. De ser posible, si el


cuadro clínico lo permite, suspenderlos 48-72 hs antes del procedimiento [67].
• Métodos de obtención de la muestra para estudio microbiológico e histopatológico:
• Biopsia percutánea.
• Cirugía convencional, sobre todo en aquellos casos en que se requiere una resección qui-
rúrgica [90].
En presencia de compromiso sistémico, acompañar las muestras con hemocultivos [90].

En caso de amputación o resección ósea: enviar hueso remanente proximal, para estudio microbio-
lógico e histopatológico, adecuadamente rotulado [91].

->r 4° TRATAMIENTO

Tratamiento inicial

Luego de realizada la toma de muestra, iniciar tratamiento empírico en caso de que el cuadro clínico
lo requiera. Si se puede, esperar resultado de aislamientos microbiológicos para iniciar tratamiento
antibiótico.
El tratamiento de la osteomielitis puede ser solo médico o médico-quirúrgico. Esto va a depender del
tipo de presentación clínica, la isquemia y el compromiso de la piel y partes blandas [68] .

Considerar tratamiento principalmente médico, ante:


• Úlceras confinadas al antepié.
• Buena vascularización.
• Ausencia de necrosis en tejidos blandos.
• Lesiones fáciles de descargar.
• Hueso y articulación no visible a través de la úlcera.
• Riesgo quirúrgico elevado.

Considerar tratamiento principalmente quirúrgico, ante:


• Presencia de necrosis en tejidos blandos.
• Hueso necrótico en la radiografía, secuestro.
• Hueso visible en el fondo de la úlcera o exposición articular.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 67

• Necesidad de drenaje de abscesos o colecciones.


• Necesidad de cirugía de descarga.
• Fracaso del tratamiento antibiótico.
• Alto riesgo de toxicidad a antibióticos, especialmente en presencia de nefropatía.
• Infecciones causadas por patógenos resistentes a los antibióticos disponibles.
• Compromiso sistémico en presencia de osteomielitis con infección asociada de tejidos blandos.
• Válvulas cardíacas protésicas [74,87,90].

Antibióticos

Vía de administración
Generalmente, el tratamiento médico de la osteomielitis es con antibióticos parenterales al inicio,
pero se ha demostrado también la eficacia del tratamiento por vía oral, sobre todo con antibióticos
con alta biodisponibilidad como fluorquinolonas, clindamicina o trimetoprima sulfametoxazol [92].

Se puede considerar cambiar a un régimen de antibióticos por vía oral que tenga una alta biodisponi-
bilidad después 5-7 días de tratamiento endovenoso, si el/los patógenos probables o probados son
susceptibles a un agente oral disponible [2].

La duración del tratamiento antibiótico es de aproximadamente 6 semanas. Esto varía si se realizó


resección ósea o no, tipo de antibiótico y vía de administración [43,74,92,93] (cuadro 3).

Duración del tratamiento

Estado de la infección Vía de administración Duración

Ausencia de infección residual en los tejidos Oral/parenteral 2-5 días luego de la intervención

Infección residual en tejido blando (NO en hueso) Oral/parenteral 1-3 semanas

Infección residual en hueso viable Inicialmente parenteral 4-6 semanas

Cirugía no practicada o infección residual en hueso Inicialmente parenteral 6 semanas


necrótico presente tras la cirugía

Cuadro 3. Duración del tratamiento. Modificada de Benjamin A. Lipsky,1 Anthony R. Berendt,2 Paul B. Cornia. 2012 Infectious
Diseases Society of America Clinical Practice Guideline for the Diagnosis and Treatment of Diabetic Foot Infections. Clinical In-
fectious Diseases 2012;54(12):132–173 y Lázaro-Martínez JL, et al. Actualización diagnóstica y terapéutica en el pie diabético
complicado con osteomielitis. Endocrinol Diabetes Nutr. 2017.

La adición de rifampicina como adyuvante a otros antibióticos puede mejorar las tasas de curación
en Staphylococcus aureus sensible a esta[94].

Dosis
Administrar agentes antibióticos en el extremo superior de su rango de dosis [2].

Un diagnóstico diferencial para considerar con la osteomielitis es la neuroartropatía de Charcot,


que se presenta como un importante edema del pie con lesiones óseas difusas radiológicas espe-
cialmente de la región mediotarsal. Véase sección Neuroartropatía de Charcot.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 68

Toma de muestra para examen microbiológico

• En úlceras con tejido necrótico o esfacelado y tejido de granulación, la muestra se toma en el


lugar en que exista tejido necrótico previo desbridamiento de éste, obteniendo un trozo de tejido
“vital” del porte de una lenteja, usando una cureta, pinza quirúrgica o bisturí.
• No cultivar úlceras que no posean signos clínicos de infección.
• En lo posible, tomar varias muestras incluyendo partes blandas -borde y lecho de la úlcera-, secre-
ciones en medio de transporte para anaerobios, y tejido óseo proximal.
• No tomar muestras superficiales con hisopos porque inevitablemente están altamente contami-
nados por múltiples microorganismos que no se correlacionan con los verdaderos patógenos
que participan en la infección [74,90,93,95].

->r ¿Cuándo realizar la toma de muestra?

• SIEMPRE. Realizarla antes de iniciar un tratamiento antibiótico empírico, o lo más cerca posible
a su inicio, en infecciones moderadas y severas.
• En aquella persona sin respuesta adecuada al tratamiento antibiótico instaurado: de ser posible
suspender antibióticos al menos 48-72 horas antes de tomar la muestra, si está clínicamente
estable [90].

->r ¿Cómo realizar la toma de muestra?

Abscesos

1º Desinfectar la piel con etanol a 70o.

2º Pintar con povidona iodada al 10% y dejar secar 2 minutos, o con clorhexidina y dejar secar 30
segundos.

3º Retirar la povidona iodada o la clorhexidina de la piel con etanol a 70º antes de tomar la muestra,
dado que pueden inhibir el crecimiento bacteriano en los cultivos [90,96].

4º Aspirar el pus con jeringa y aguja, preferiblemente a través de una zona de piel sana a 45 grados.
Si así no se obtuviera una muestra, se pueden inyectar 0.5 ml de solución fisiológica estéril, y volver
a aspirar [90].

5º Manejo del material:


• Enviar material para anaerobios (vial específico si está disponible) y gérmenes aerobios (jeringa
con la que se extrae el material).
• Vial para anaerobios: cambiar la aguja por otra estéril y desinfectar con etanol al 70% el ta-
pón de goma del vial de transporte para anaerobios. Inocular parte del contenido en el vial.
• Jeringa: el resto del contenido se envía en la jeringa sin aguja con un tapón estéril o en un
tubo o recipiente estéril.
• Solicitar examen directo y cultivo para gérmenes aerobios y anaerobios.
• Conservar la muestra a temperatura ambiente hasta su procesamiento.
• Además de los datos demográficos, especificar tipo y lugar de toma de la muestra[90].

Cuando la muestra para anaerobios no se envía en medio de transporte específico, procesarla lo más
rápido posible dentro de las 2 hs [97].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 69

Úlceras

1º Realizar antisepsia con povidona iodada al 10% y dejar secar 2 minutos, o con clorhexidina y dejar
secar 30 segundos. Luego lavar a chorro con solución fisiológica estéril.

2º Eliminar tejidos desvitalizados.

3º Lavar a chorro con solución fisiológica estéril.

4º Biopsia por punch o escisional o curetaje profundo del fondo [90,98,99]. De ser posible también del
borde del lecho. Elegir método según disponibilidad.

5º Manejo del material. Fraccionar las biopsias en dos mitades:


Material para histopatología: enviar en frasco con formol.
Material para microbiología: enviar en contenedor estéril con unas gotas de solución fisiológica estéril
–para evitar desecación de la muestra-, o el método sugerido por el laboratorio[90].
• Solicitar examen directo y cultivo para gérmenes aerobios y anaerobios.
• Conservar la muestra a temperatura ambiente hasta su procesamiento.
• Además de los datos demográficos, especificar tipo y lugar de toma de la muestra[90] .

ANATOMÍA DE LOS COMPARTIMENTOS DEL PIE Y FISIOPATOLOGÍA DE LA


INFECCIÓN PROGRESIVA

El conocimiento de la anatomía del pie puede facilitar el entendimiento clínico de las características
de la infección, su diseminación a través del pie, y la aparición de necrosis.
Se puede dividir al pie en 5 compartimientos, 3 rígidos (medial, central y lateral), uno interóseo donde
se encuentran los metatarsianos y los músculos interóseos y otro dorsal que contiene una delgada
capa de tejido celular subcutáneo y los tendones [100].

En la planta del pie, la aponeurosis plantar es la fascia más externa y conforma el límite inferior de los
tres compartimientos plantares: medial, central, lateral [75,88] (figura 10).
A continuación, observamos un corte transversal de los compartimientos del pie: el septum transver-
so se ubica en el compartimiento central. El cual presentaría, según algunas fuentes, los sub-compar-
timientos superficial y profundo o “calcáneo” (figura 11).

Figura 10. La superficie plantar del pie. Figura 11. Compartimientos del pie. Modifica-
Modificado de Jeff. G. van Baal; Surgical do de Aragon Sanchez J. Seminar Review: A
Treatment of the Infected Diabetic Foot, Review of the Basis of Surgical Treatment of
Clinical Infectious Diseases, 39:2, 123- Diabetic Foot Infections. International Journal
S128, 2004. 1: compartimiento lateral, 2: of Lower Extremity Wounds. 10: 33: 33-65,
compartimiento central, 3: compartimien- 2011. I, II, III, IV, V: Huesos metatarsianos. (a)
to medial. Compartimiento medial, (b y c) Comparti-
miento central, (d) Compartimiento lateral, (e)
compartimiento interóseo.

La anatomía del pie, que comprende varios compartimentos separados pero intercomunicados, fa-
vorece la propagación de la infección de pie diabético . Las infecciones se diseminan a través de los
tendones y sus vainas, que son estructuras avasculares, según la localización de la puerta de entra-
da del agente infeccioso, que es por lo general una úlcera neuropática o traumática. La infección se
esparce desde las zonas de mayor presión a las de menor presión, por lo que, si una úlcera infectada
se localiza en la planta del pie, tiende a invadir el dorso a través del compartimiento interóseo. La
respuesta inflamatoria inducida por esta puede ocasionar que la presión compartimental exceda la
presión capilar, lo que lleva a una necrosis tisular isquémica y, por ende, a una infección progresiva [2].
La infección produce además vasculitis neutrofílica de las arterias digitales, con trombosis y necrosis
del dedo comprometido. Es por esto que la presentación con necrosis de un dedo no implica que
haya isquemia del miembro [100].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 70

Neuroartropatía de Charcot (NCh)

La neuroartropatía de Charcot (NCh) es un proceso que afecta huesos, articula-


ciones y tejidos blandos del pie y el tobillo con una primera etapa inflamatoria.

Frecuentemente la NCh no se reconoce en las primeras etapas y progresa a un pie


inestable o con deformidades, por ejemplo, pie en mecedora, en la etapa final. Es
importante que el equipo de salud reconozca tempranamente y proteja el pie me-
diante la descarga sin apoyo en las primeras fases, así se podrá detener el proceso
inflamatorio, evitar la progresión y reducir el riesgo de desarrollar una deformidad
grave del miembro inferior que la ponga en riesgo de amputación[31] .

Fisiopatología

Probablemente es multifactorial, debido a una combinación de factores mecánicos


y vasculares resultantes de la neuropatía periférica y autonómica de la diabetes
y anomalías metabólicas de los huesos; dando como resultado una afección in-
flamatoria localizada aguda que puede conducir a diversos grados y patrones de:
destrucción ósea, subluxación, dislocación y deformidad. La deformidad distintiva
asociada con esta condición es el colapso del mediopié, que se describe como "pie
en mecedora", aunque puede aparecer en otras articulaciones y con otras presen-
taciones [101] .
El inicio de la afección puede deberse a un trauma frecuentemente menor, en una
persona con neuropatía diabética, o a diferentes causas de inflamación local, como
ulceración previa, infección o cirugía reciente del pie.

Progresión de la neuroartropatía de Chacot

Existen diferentes etapas desde el inicio hasta la consolidación [102]. La progre-


sión de una a otra puede durar semanas, meses o varios años, aunque a veces el
proceso se detiene en las primeras etapas [103].

Etapa 0 (prodrómica) Cuadro clínico El pie está rojo, caliente y edematizado. Puede presentar dolor o incomodidad
(figura 12).
inflamación.
Puede haber antecedentes de traumatismo o sobrecarga.

Radiografías Normales.

Etapa 1: desarrollo-
Cuadro clínico El pie está rojo, caliente y edematizado (figura 12).
fragmentación
Radiografías Inicialmente pueden ser normales (figura 13) o se pueden observar restos
óseos en las articulaciones, fragmentación del hueso subcondral, subluxación
y dislocación (figura 14).

Figura 12. Etapa inflama- Figura 13. Radiografía Figura 14. Radiografía
toria aguda. Tomado de de frente de pie derecho de frente de pie derecho
López Gavito E y col. La en etapa 1. No se ob- en etapa 1. Compro-
neuroartropatía de Char- serva patología ósea. miso incipiente de la
cot en el pie diabético. articulación de Lisfranc.
Acta Ortopédica Mexicana Véase flecha.
2016; 30(1): Ene.-Feb.:
33-45 (5).
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 71

Etapa 2: coalescencia Cuadro clínico El eritema, el calor y el edema disminuyen.

Radiografías Reabsorción de residuos óseos pequeños, formación de hueso nuevo, coales-


cencia de fragmentos más grandes y esclerosis de las puntas de los huesos
(figura 15). Esto podría dar como resultado una disminución de la movilidad
articular y un aumento de la estabilidad del pie o una pérdida de la masa ósea.

Figura 15. Radiografía


de frente de pie derecho
etapa 2, compromiso de
la articulación de Chopart.
Véase flecha.

Etapa 3: Cuadro clínico Ausencia de edema, eritema y calor. Si la consolidación fue efectiva el pie
tendrá estabilidad mecánica.
reconstrucción-
consolidación Secuelas en esta etapa: deformidades del pie e inestabilidad mecánica, por
ejemplo el colapso del arco con deformidad del pie en mecedora y convexi-
dad media. Como resultado, las presiones de pie al caminar se redistribuyen,
de modo que las áreas de deformidad desarrollan alta presión y se vuelven
propensas a ulcerarse. Finalmente, las áreas ulceradas pueden infectarse y
evolucionar a osteomielitis. En esta etapa, si la consolidación no fue efectiva
podemos encontrar un pie o tobillo mecánicamente inestable (figuras 16 a 19).

Radiografías Remodelación ósea, redondeo de las puntas de los huesos y disminución de la


esclerosis.

Figura 17. Radiografía de perfil de


pie en mecedora.

Figura 16. Radio- Figura 18. Pie izquierdo en etapa 3, pre-


grafía de frente de senta deformidad e inestabilidad con
pie derecho etapa 3, desarrollo de úlceras por inmovilización
compromiso de la ar- inadecuada
ticulación de Lisfranc.
Véase flecha.

Figura 19a. Figura 19b.


Pie izquierdo en etapa 3.

Curso natural
La NCh suele ser de naturaleza autolimitada. No obstante, puede inducir osteoporo-
sis localizada. Las complicaciones a largo plazo, como la deformidad, la ulceración
y la osteomielitis pueden prevenirse por un diagnóstico temprano.
La NCh puede reactivarse y afectar al pie contralateral.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 72

Diagnóstico y manejo de la Nch aguda (etapa 0 y 1)

El diagnóstico se basa en la historia clínica de la persona con diabetes, el examen físico y los estu-
dios complementarios.

La sospecha clínica es importante para diagnosticar la NCh en forma temprana. Siempre considerar
este diagnóstico en cualquier persona con diabetes que presente un pie eritematoso, inflamado y
caliente unilateral, particularmente en el contexto de neuropatía periférica y con diabetes de larga
duración. En las primeras horas hay que realizar el diagnóstico diferencial con infección de piel y
partes blandas.

PRIMER NIVEL DE ATENCIÓN: SOSPECHA CLÍNICA DE NCh AGUDA.

Cuadro clínico

• Pie con edema y asimétrico, con piel caliente, brillante y eritematosa, puede ser indoloro o ma-
nifestarse con dolor en un pie previamente insensible. Generalmente los pulsos son palpables.
• Ausencia de fiebre y síntomas sistémicos de infección.
• Generalmente no presenta descompensación metabólica.
• Realizar la maniobra de elevación del miembro inferior por cinco minutos: si el rubor cede consi-
derar NCh, si el rubor no cede considerar infección de piel y partes blandas.

Conducta (flujograma 2)

• Realizar descarga con bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo.
• Derivar al segundo nivel de atención dentro de las 24 hs.

Ante sospecha de NCh aguda:


· inmovilizar sin apoyo.
· derivar a segundo nivel de atención (dentro de las 24 hs).

SEGUNDO NIVEL DE ATENCIÓN: REALIZAR EL DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL ENTRE


NCh E INFECCIÓN.

Cuadro clínico
• Ver nivel anterior.

Laboratorio
• Hemograma completo, eritrosedimentación (VSG), Proteína C reactiva (PCR), creatinina, gluce-
mia.
Las pruebas adicionales dependen de la presentación clínica y son útiles principalmente para
excluir diagnósticos alternativos.

Radiografía de pie

Puede ser normal o presentar esclerosis ósea, huesos fragmentados con luxaciones periarticu-
lares, microfracturas, fracturas y/u osteopenia. Tiene sensibilidad y especificidad menor al 50 %
para detectar lesiones tempranas de neuroartropatía de Charcot [6].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 73

Conducta ante la confirmación diagnóstica de NCh (flujograma 2).

• Realizar descarga con yeso de contacto total, bota tipo Walker o bota neumática sin apoyo.
• Derivar al tercer nivel de atención con especialista en Ortopedia y Traumatología dentro de los
7 días, con turno prioritario.

Diagnósticos diferenciales de NCh

• Causas no infecciosas: trombosis venosa profunda, gota, fracturas por estrés, esguinces, etc.
• Infecciones: infección de piel y partes blandas, osteomielitis.

Infección de piel y partes blandas


Además de los signos y síntomas de inflamación local, puede presentar compromiso sistémico
como fiebre, leucocitosis, PCR o VSG elevadas.
Realizar la maniobra de elevación del miembro inferior por cinco minutos: si el rubor cede consi-
derar NCh, si el rubor no cede considerar infección de piel y partes blandas.

Se debe realizar una búsqueda activa de lesiones cutáneas que pueden funcionar como puerta
de entrada de un proceso infeccioso.

Osteomielitis
La ostoemielitis ocurre generalmente por contigüidad desde una úlcera, mientras que la NCh pre-
senta compromiso de tipo articular con predominio de las articulaciones tarsometatarsianas y
metatarsofalángicas, por lo que en la osteomielitis frecuentemente se encuentran involucrados:
el calcáneo, el maléolo y los huesos distales a la articulación tarsometatarsiana [104].

En la resonancia magnética nuclear (RMN), en presencia de osteomielitis se evidencian cambios


difusos en la médula ósea, mientras que la NCh presenta cambios periarticulares de la médula
ósea.

NCh Infección de piel y partes blandas Osteomielitis

Clínica Ausencia de fiebre y compromiso sis- Posible presencia de fiebre y compro- Generalmente sin compromiso sistémi-
témico. La inflamación es solo local. miso sistémico. co, aunque es posible.
Sin descompensación metabólica.

Examen Pie con edema asimétrico, piel calien- Edema/induración, eritema local. Prueba ósea positiva, hueso o articula-
físico te, brillante y eritematosa, puede ser Dolor o aumento de sensibilidad local. ción expuestos.
indoloro. Generalmente los pulsos son Secreción purulenta (secreción espe-
palpables. sa, blanquecina a opaca, sanguino-
lenta).
Aumento de temperatura local.
Crepitación.

Laboratorio Puede o no presentar PCR o VSG Puede presentar leucocitosis, PCR o Puede presentar leucocitosis, PCR o
elevadas. VSG elevadas, hiperglucemia, acidosis. VSG elevadas.

Radiografía Compromiso de tipo articular. Aumento de tamaño de partes blan- Localización en relación a la puerta de
Esclerosis ósea, huesos fragmenta- das secundario a edema. entrada.
dos con luxaciones periarticulares, mi- Puede haber gas o cuerpos extraños Destrucción ósea.
crofracturas, fracturas y/u osteopenia. en el espacio tisular. Cuerpos extraños radiopacos.
Compromiso de articulaciones tarso- Imágenes radiolúcidas compatibles con
metatarsianas y metatarsofalángicas. gas. Compromiso de huesos distales a
la articulación tarsometatarsiana.

Cuadro 4. Diagnóstico diferencial entre NCh e infección. NCh: neuroartropatía de Charcot. VSG: eritrosedimentación. PCR: proteína C reactiva.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 74

Duda diagnóstica entre infección y NCh, diagnóstico de NCh + infección:

• Derivar a tercer nivel de atención, ingresa por guardia.


• Inmovilizar sin apoyo + antibióticos.

Diagnóstico de NCh aguda:

• Derivar al tercer nivel de atención con especialista en Ortopedia y Traumatología dentro de los
7 días (turno prioritario).

TERCER NIVEL DE ATENCIÓN

• Evalúa la necesidad de realizar o no otros estudios complementarios.


• Confirma el diagnóstico de NCh.
• Realiza el seguimiento y tratamiento de la NCh: inicialmente la descarga sin apoyo, luego el apoyo
con ortesis adecuada y evalúa necesidad quirúrgica.
• Estudia la afección neuropática de otros órganos, por ejemplo, evalúa neuropatía autonómica
cardíaca.

Estudios complementarios

Tomografía axial computada


Es más sensible comparada con la radiografía para identificar anormalidades óseas y fracturas in-
tra-articulares tempranas.
Poco sensible para detectar edema óseo y microfracturas en forma precoz [105].

Resonancia magnética nuclear (RMN)


Es el método más confiable para evaluar las lesiones tempranas de la NCh [31].

Hallazgos en la etapa aguda (etapa 0 -1): edema subcondral de médula ósea con mínimo derrame
articular y alteración de la señal en la médula ósea. Luego del contraste con gadolinio endovenoso se
evidencia realce de la señal en la médula ósea y los tejidos blandos periarticulares.

Hallazgos de la etapa crónica (2-3): deformidades y fragmentaciones óseas acompañadas de derra-


me articular con edema moderado de médula ósea y mínimo de tejidos blandos [106].

Medicina nuclear
Se puede realizar centellograma óseo con leucocitos marcados si existe alguna contraindicación para
la RMN, o si no es posible hacer diagnóstico diferencial de neuroartropatía de Charcot con osteomie-
litis[107].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 75

Flujograma 2. Manejo de neuroartropatía de Charcot

Primer nivel de atención

Sospecha clínica de NCh:


edema, piel caliente, brillante y eritematosa.

Deriva a segundo nivel de atención


dentro de las 24 hs. SIN APOYO

Segundo nivel de atención

Diagnóstico diferencial con infección:


laboratorio - radiografías

Diagnóstico: Diagnóstico:
NCh NCh + infección

No se logra IPPB/ OM
urgencia
diagnóstico concluyente Ver flujograma 1. Infección
moderada y severa
Tercer nivel de atención
urgencia

Pie inestable Pie estable


DESCARGA

Considerar Con Sin


Tratamiento deformidad deformidad
quirúrgico

Post consolidación, Post consolidación,


descarga y seguimiento prescripción calzado adecuado
y seguimiento

OM: osteomielitis; IPPB: infección de piel y partes blandas. Modificado de Rogers L. y col. The Charcot Foot in Diabetes. Diabetes Care 2011
Sep; 34(9): 2123-2129.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 76

Tratamiento

El objetivo general del tratamiento es el control de la posición y la forma del pie para conseguir un
pie plantígrado y estable, capaz de caminar calzado normalmente o con ayuda de ortesis, evitando el
desarrollo de deformidad y úlcera, y la afectación del pie contralateral.

El pilar del tratamiento es la descarga, mientras que la cirugía suele reservarse para casos crónicos
con inestabilidad articular o deformidad grave. Además, es importante considerar que se debe efec-
tuar un adecuado tratamiento de la diabetes mellitus.

Descarga

• Realizar descarga con yeso de contacto total -en caso de utilizarlo realizar cambios frecuentes-,
bota tipo Walker o bota neumática sin carga idealmente no removible. Recordar explicar al indi-
viduo y familiares como colocar la bota tipo Walker.
• Evitar que la piel se mantenga húmeda.
• Observar si alguna zona genera decúbito. Prestar atención a los decúbitos para evitar ulceracio-
nes.
• Evaluar la necesidad de muletas, silla de ruedas, etc.

Continuar con la descarga hasta que se resuelva el enrojecimiento y el edema, la temperatura de la


piel se reduzca a menos de dos grados respecto a la del pie no afectado, y si había signos radioló-
gicos, que estos mejoren, por ejemplo: resolviendo cambios de resorción, reabsorción de residuos
óseos y evidencia de reparación.

Apoyo del pie

En ausencia de deformidad, post consolidación, realizar prescripción de calzado adecuado y segui-


miento.

Tratamiento quirúrgico

Se considerará ante NCh infectada para drenaje, desbridamiento, toma de muestras para cultivo y
anatomía patológica.
La estabilización quirúrgica puede estar indicada para la NCh cuando se asocie a marcada inestabi-
lidad, deformidad o úlceras que no cicatrizan [43].

Otros tratamientos

No se aconseja el uso rutinario de bifosfonatos en personas con neuroartropatía aguda de Charcot


[6,37,107].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 77

6. Urgencias y manejo de los problemas activos de pie


diabético. Orientación para el abordaje inicial

El desarrollo de conceptos de urgencia de PD en combinación con las estrategias de intervención y


unidades especializadas, como en el infarto agudo de miocardio y el ataque cerebrovascular isqué-
mico, modifican los resultados en estas patologías. La alta tasa de amputación de PD sugiere que
debemos adoptar el concepto de "tiempo es tejido", en un intento por resaltar la vulnerabilidad del
pie. La pérdida tisular típicamente progresa durante horas, lo que permite el alcance para la interven-
ción temprana, por ello es indispensable promover el compromiso oportuno en todos los niveles de
atención [40].

Neuroartropatía de Charcot Isquemia progresiva Infección con necrosis


tisular o colección

ATAQUE DE PIE DIABÉTICO: es aquel miembro inferior que, sin intervención, puede escalar en ho-
ras y amenazar el miembro inferior (planteando un alto riesgo de amputación) y la vida del pacien-
te. Incluye la infección con necrosis tisular o colección, la isquemia progresiva y la neuroartropatía
de Charcot (NCh) (cuadro 1). Requiere evaluación por guardia de manera urgente[40,100].

ATAQUE DE PIE DIABÉTICO (tiempo es tejido)

Tipos Características Manejo

Infección con Pie con inflamación aguda, eritema, coleccio- Priman las intervenciones de
necrosis tisular o nes, tejido desvitalizado amplio, necrosis húme- tratamiento de infecciones, como
colección da. Recordar que más del 50% de las personas antibióticos empíricos, drenaje qui-
con una infección que amenaza el miembro rúrgico de colecciones y desbrida-
inferior no manifiestan signos o síntomas miento de tejido necrótico, segui-
sistémicos [75]. das de una rápida corrección de la
isquemia, cuando esté presente.
Isquemia Empeoramiento de la isquemia crítica de Priorizar las opciones de revascu-
progresiva miembros inferiores: ulceración o pérdida de larización.
tejido progresivos en presencia de enfermedad
arterial periférica o dolor en reposo. Hay una
ventana estrecha de oportunidad de prevenir la
progresión a isquemia que amenaza los miem-
bros inferiores.

NCh Pie caliente e hinchado, generalmente sin Priorizar la confirmación del diag-
úlcera. nóstico y la descarga sin apoyo.

Cuadro 1. Ataque de pie diabético. De elaboración propia, basado en Vas R.J.P., Edmonds M., Kavarthapu V., et. al. The Diabetic
Foot Attack: “’Tis Too Late to Retreat!” The International Journal of Lower Extremity Wounds 1–7. 2018. NCh: neuroartropatía
de Charcot.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 78

Problemas activos de pie diabético

1. Identificar el problema en el primer nivel de atención (PNA)

• Lesión ulcerada sin infección ni isquemia: herida que penetra la piel en cualquier región por
debajo del tobillo sin signos de infección ni de isquemia asociada.
• Infección leve sin isquemia: infección de piel y partes blandas que no va más allá de la piel y
el tejido celular subcutáneo. En presencia de úlcera se extiende hasta 2 cm alrededor de esta.
Ausencia de complicaciones locales y compromiso sistémico.
• Infección moderada (o sospecha de que sea moderada): trayecto linfangítico, infección profunda
-fascia subcutánea, tendón, hueso-, absceso. Infección de piel y partes blandas mayor a 2 cm
alrededor de la úlcera. Ausencia de compromiso sistémico.
• Sospechar gangrena gaseosa en presencia de crepitación o imagen compatible con gas
en la radiografía.
• Sospechar infección necrotizante en presencia de equimosis o petequias extendidas, bu-
llas hemorrágicas, dolor local desproporcionado a los hallazgos clínicos.
• Sospechar absceso/colección de los tejidos blandos o del hueso con o sin ulceración en
presencia de secreción purulenta, piel a tensión, plenitud en el espacio plantar, dolor en un
pie previamente insensible.
• La presencia de necrosis en una persona con pulsos distales palpables debe considerarse
como un posible signo de infección. La infección puede desencadenar la trombosis de
arterias terminales y causar la destrucción de la vascularización local con necrosis secun-
daria en las diferentes capas involucradas[75] .
• Infección severa: cualquier infección con compromiso sistémico: temperatura mayor a 38 °C
o menor a 36 °C, escalofríos, frecuencia respiratoria mayor a 20 respiraciones/minuto o PaCO2
menor a 32 mmHg, frecuencia cardíaca mayor a 90 latidos/minuto, recuento de glóbulos blancos
mayor a 12.000 o menor a 4.000 células/μL o más de 10% de formas inmaduras (banda), vómi-
tos, hipotensión, confusión, acidosis metabólica, hiperglucemia [54] .
• Sospecha de NCh aguda: considerarla en cualquier persona con diabetes que presente un pie
eritematoso, inflamado y caliente unilateral, particularmente en el contexto de neuropatía perifé-
rica y con diabetes de larga duración. Puede ser indoloro, generalmente los pulsos son palpables
[108].
• Sospecha de isquemia del miembro inferior: claudicación intermitente, dolor isquémico en repo-
so, otros síntomas de los miembros inferiores de esfuerzo no relacionados con las articulaciones
-no típicos de la claudicación-, deterioro de la marcha, examen anormal del pulso en los miem-
bros inferiores, presencia de soplos, eritrocianosis, piel adelgazada, onicodistrofia, ausencia de
vello [38]. Úlcera con características de ser isquémica -dolorosa, localizada en los bordes del pie
o entre los dedos, bordes netos-.
• Infección asociada a isquemia: presencia de signos clínicos de infección y sospecha de isque-
mia del miembro inferior asociada.
• Isquemia progresiva: empeoramiento de la isquemia crítica de miembros inferiores: ulceración
o pérdida de tejido progresivos en presencia de enfermedad arterial periférica o dolor en reposo
[40].

2. Manejo del problema identificado en el primer nivel de atención (PNA) (flujograma 1).

Resolución en el PNA:
• Lesión ulcerada superficial sin infección ni isquemia: realizar limpieza local, curación y descar-
ga.
• Infección leve: además de lo anterior, iniciar antibiótico empírico.
• Claudicación intermitente no invalidante: manejo médico de la enfermedad arterial periférica,
incluye cilostazol.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 79

Derivación prioritaria:
• Lesión ulcerada profunda sin infección ni isquemia: derivar a segundo nivel de atención si no
compromete hueso ni articulación, y a tercer nivel de atención si hay compromiso de dichos
tejidos.
• Lesión con sospecha de isquemia (no progresiva) sin infección: derivar a tercer nivel de aten-
ción con especialista en cirugía vascular. Derivación prioritaria en un plazo no mayor a 7 días.
• Claudicación a menos de 100 metros o invalidante (afecta actividades de la vida diaria): de-
rivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular. Derivación prioritaria en un
plazo no mayor a 7 días.

Derivación urgente, debe ingresar por guardia, ante:


• Sospecha de Neuroartropatía de Charcot aguda: inmovilizar sin apoyo y derivar al segundo nivel
de atención. Ingresa por guardia para realizar diagnóstico diferencial con pie diabético infectado.
• Sospecha de infección moderada: derivar a segundo o tercer nivel de atención con cirujano
disponible, ingresa por guardia.
• Infección severa: derivar a tercer nivel de atención (considerar segundo nivel según accesibili-
dad), ingresa por guardia.
• Infección asociada a isquemia: derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía
vascular, ingresa por guardia.
• Isquemia progresiva: derivar a tercer nivel de atención con especialista en cirugía vascular o
hemodinamia, ingresa por guardia.

Flujograma 1. manejo de los problemas activos de pie diabético.

Triage de pie diabético

UPD NO COMPLICADA UPD COMPLICADA UPD SEVERA

• Superficial • Profunda (no hueso ni articula- • Isquemia no progresiva,


• Ausencia isquemia, pulsos
palpables
ción)
• Úlcera que no cierra ! sin infección ni gangrena
húmeda
!
• Infección leve
• Infección moderada • Sospecha de compromiso
• Comorbilidades que no logran
estabilizarse
óseo/ articular
• Charcot crónico +/- úlcera
!
Primer nivel
• Isquemia crítica
• Gangrena húmeda
TRASLADO A GUARDIA/ HOSPITALIZAR • Isquemia + infección
(Ataque de pie diabético) • Infección severa

• Decidir con el TIME el • Cultivos /estudios


tratamiento local Segundo nivel complementarios
• Descarga • Direccionar tratamiento Tercer nivel
• Educación a la persona • Desbridamiento
y familiar/cuidador cortante semanal

Telemedicina Coordinar seguimiento Telemedicina Alta o continuar en


Consulta de segunda con CAPS y cura local (OCD) internación domiciliaria
opinión (OCD)

! En dichas situaciones, se puede considerar un manejo inicial en un menor nivel de atención con el apoyo de Tele asistencia.

CAPS: Centros de Atención Primaria de la Salud.


OCD: Oficina de Comunicación a Distancia.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 80

3. Manejo en guardia del problema en segundo o tercer nivel de atención (siempre prio-
rizar tercer nivel en caso de infección severa y/o necrosis tisular o isquemia asociada).

Infección con compromiso profundo, necrosis tisular o colección e infección severa.


Véase flujograma 2 y sección Infección de pie diabético.

Flujograma 2. Atención por guardia de la persona con infección grave o moderada con compromiso de tejidos profundos.

Infección moderada:
manejo por guardia en el segundo nivel de atención

PIE DIABÉTICO INFECTADO


Infección severa o asociada a isquemia:
manejo por guardia en el tercer nivel de atención

Manejo hemodinámico. Control de signos vitales, Manejo del medio interno


acceso venoso e hidratación parenteral

Hemocultivos x 2 Laboratorio básico: hemograma con recuento plaquetario, coagulogra-


e inicio de antibiótico EV ma, ionograma, glucemia, creatinina, estado ácido base con ácido láctico.
empírico*1

¿REQUIERE INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA COMO EMERGENCIA?


• Lesión con crepitación (sospecha de gangrena gaseosa).
• Lesión con dolor desproporcionado, necrosis tisular (gangrena húmeda), bullas o
equimosis (sospecha de infección necrotizante).
• Compromiso hemodinámico.

Sí No
Emergencia

• Exploración quirúrgica de tejidos profundos con toma Estudios complementarios


de muestra para microbiología e histopatología. • Prueba ósea.
• Desbridamiento quirúrgico de todos los tejidos desvi- • Rx frente y perfil.
talizados. • Completar laboratorio.
• Toma de muestra para microbiología.
• Ecografía de partes blandas

Emergencia
Gas en la radiografía Compatible con
Evaluación multidisciplinaria
absceso/colección

Progresión local rápida de la infección


Emergencia

Drenaje quirúrgico
Persistencia o empeoramiento de parámetros inflamatorios sistémicos con toma de muestra
para microbiología

CONSIDERAR AMPUTACIÓN: Compromiso hemodinámico con gran extensión de la infección (riesgo de vida).
Es una emergencia, no requiere valoración vascular previa.

*1: En ausencia de requerimiento de exploración quirúrgica urgente, realizar la toma de muestra para microbiología
por guardia y luego iniciar el tratamiento antibiótico empírico.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 81

Infección con isquemia

->r Isquemia más infección con colección o tejido necrótico


El drenaje quirúrgico de urgencia debe realizarse siempre antes de cualquier procedimiento de revas-
cularización. La revascularización, sin embargo, debe realizarse tan pronto como sea posible después
del procedimiento de drenaje.

->r Isquemia más infección sin colección ni tejido necrótico, sin descompensación hemo-
dinámica
Iniciar antibióticos empíricos para controlar la infección, luego realizar revascularización.

Isquemia progresiva
Evaluación urgente por cirugía vascular. Considerar evaluación por equipo de hemodinamia según
accesibilidad.

Sospecha de neuroartropatía de Charcot (NCh)


El segundo nivel de atención recibe derivación con la descarga inicial, realizada en el primer nivel de
atención (flujograma 3).

• Realiza diagnóstico evaluando cuadro clínico, laboratorio y radiografías.


• Si se confirma diagnóstico de NCh, se optimiza descarga y se deriva al tercer nivel de atención
con especialista en Ortopedia y Traumatología con turno prioritario en un plazo no mayor a 7 días.
• Si se diagnostica infección de piel y partes blandas/osteomielitis, se maneja según sección de
Infección de Pie Diabético.
• En caso de que persiste duda diagnóstica o se sospecha NCh infectada, se deriva al tercer nivel
de atención dentro de las 24 hs, e ingresa por guardia.

Flujograma 3. Manejo de sospecha de Neuroartropatía de Charcot en la guardia del segundo nivel de atención.

Segundo nivel de atención

Diagnóstico diferencial con infección:


laboratorio - radiografías

Diagnóstico: Diagnóstico:
Nch Nch + infección
No se logra IPPB/ OM
diagnóstico concluyente Ver capítulo Infección
de PD
urgencia

Tercer nivel de atención


urgencia

La guía NICE recomienda asignar un “responsable” de las urgencias de pie diabético por día de guar-
dia. Esta persona hace el seguimiento del individuo con pie diabético de forma que se implementen
los algoritmos mencionados previamente y lo contacta con el Equipo de Pie Diabético [45].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 82

7. Amputaciones y rehabilitación de pie diabético

Tipos de amputaciones según el nivel (figura 1).

Primero se describen los distintos tipos de amputaciones y luego se desarrolla la rehabilitación de


las personas que las presentan.

Figura 1. Niveles de amputaciones. Modificado de Asociación nacional de amputados de España. ANDADE. Manual
para amputados de miembro inferior. 2008

Desarticulación de cadera

Tercio superior

Amputación supracondilea Tercio medio

Tercio inferior

Desarticulación de rodilla

Tercio superior

Amputación infracondilea
Tercio medio

Tercio inferior

Amputación de Syme
Amputación tarsotarsiana (Chopart)
Amputación tarsometatarsiana (Lisfranc)
Amputación de los dedos
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 83

Amputaciones menores

Son aquellas que se limitan al pie.

->r Amputación digital: la resección de tejido es mínima y no precisa de rehabilitación, ya que des-
pués de la misma el pie se mantiene con una buena funcionalidad. Requiere calzado ortopédico u
ortesis personalizada (figuras 2A-C).

Figura 2A. Amputación digital, 2B. Amputación digital, segundo 2C. Amputación del hallux.
quinto dedo. dedo.

->r Amputación digital metatarso falángica: este tipo de amputación tiene la ventaja, sobre las más
proximales, de que la deformidad del pie es mínima, mantiene su funcionalidad y no precisa equipa-
miento.
->r Amputación transmetatarsiana: es la resección de la totalidad de las
falanges y de la epífisis distal de los metatarsianos. Se consigue una ex-
celente funcionalidad del pie y puede prescindir de equipamiento o reha-
bilitación compleja (figura 3).
Existen otras amputaciones, como son las de Lisfranc y Chopart. La pri-
mera consiste en la desarticulación tarsometatarsiana, y la segunda en
la sección a nivel mediotarsiano. Son amputaciones con un importante
Figura 3. Amputación transmetatar-
siana de pie derecho.
grado de inestabilidad, que se traduce por equinismo o equino-varo, y por
estas razones, habitualmente no se practican.

Amputaciones mayores

->r Amputación de Syme: se realiza a nivel de la articulación del tobillo. De esta forma, se consigue
un buen muñón de apoyo, restando espacio suficiente entre el extremo del muñón y el suelo, para la
adaptación de la prótesis que supla sus funciones (figura 4).

->r Amputación infrapatelar (figura 5): tiene la ventaja, sobre la supracondílea (figura 6), de preservar
la articulación de la rodilla, lo que facilita la prótesis de aquellas personas en las que, por sus con-
diciones físicas, no sería posible realizarla en el caso de amputaciones más proximales. El tipo de
muñón resultante no es de carga. El peso no lo soporta el muñón sino el extremo proximal de la tibia,
siendo importante conservar el peroné porque proporciona una estructura piramidal al muñón que le
procura una buena estabilidad.

Figura 4. Amputación de Syme. Figura 5. Amputación infrapatelar. Figura 6. Amputación supracondílea.

Las personas con amputaciones mayores aumentan el gasto energético y cardíaco durante la mar-
cha [10-13].
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 84

Complicaciones de las Amputaciones

• Hematoma. Sus consecuencias son el incremento de la presión interna del muñón, la isquemia
secundaria y la infección.

• Infección. Complicación muy grave y que puede hacer fracasar la amputación y deteriorar gra-
vemente la situación general del individuo. Generalmente, se manifiesta en forma de dolor en el
muñón y suele ir acompañada por fiebre y leucocitosis. Cuando estos signos son inequívocos
realizar la reintervención, ya que retardarla supone la extensión de los tejidos necrosados y la
difusión de la infección.

• Fracaso en la cicatrización. Suele ser consecuencia de una inadecuada elección del nivel de
amputación. Son heridas que, en el curso del postoperatorio, presentan necrosis marginal en los
bordes cutáneos y escaras. Estas, si presentan signos inflamatorios evidentes, deben resecarse
para evitar su progresión y únicamente puede adoptarse un criterio expectante, si espontánea-
mente se advierte un inicio de separación entre el tejido necrótico y el sano.

• Percepción del miembro inferior amputado/ síndrome del "miembro fantasma”. Consiste en
la sensación expresada por la persona de seguir percibiendo físicamente el miembro inferior
amputado, puede asociarse a dolor. Se advierte con mayor frecuencia en las amputaciones su-
pracondíleas.

• Contractura en flexión de la articulación de la rodilla o cadera por dolor en el muñón [109,110] .

Rehabilitación

El objetivo de la rehabilitación se centra en reducir el dolor, prevenir posturas viciosas, mejorar la


movilidad, restaurar la función e identificar y prevenir las complicaciones postoperatorias inmediatas.

Al planificar una rehabilitación progresiva y cuidadosa es necesario tener en cuenta:

• La higiene corporal y prevención del desarrollo de nuevas lesiones en la piel.


• El cuidado de las cicatrices.
• El vendaje del muñón.
• El control del dolor.
• El fortalecimiento general de miembros.
• La prevención de posturas viciosas.
• El fortalecimiento de valores remanentes para la independencia en actividades básicas e instru-
mentales de la vida diaria.
• La prescripción de equipamiento adecuado -silla de ruedas, silla de baño, prótesis, asistentes de
marcha, etc.- y el entrenamiento en su uso.
• Adecuación, adaptaciones del domicilio y decisión sobre la necesidad de acompañamiento.
• El apoyo psicológico, la reinserción laboral y social [110–112].

En cuanto al cuidado de las cicatrices, se debe tener en cuenta:


• Limpiar el área alrededor de la herida con cuidado usando jabón suave y agua. No frotar la inci-
sión, pero dejar que el agua fluya suavemente sobre ella.
• No bañarse ni nadar sin indicación médica.
• Después de que la herida cure, mantenerla destapada, lavar el muñón con jabón suave y agua
todos los días. No empaparlo, secarlo bien.
• Inspeccionar el muñón todos los días. Usar un espejo si se dificulta mirar. Buscar cualquier área
roja o suciedad.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 85

Al vendar el muñón, es muy importante considerar:

Su correcta realización evitará el edema y permitirá darle la forma cónica adecuada al muñón. Si no
se hace, el muñón se inflama y ocasiona dolor. Si no se aplica correctamente, se retarda el proceso
normal de cicatrización de la herida, se irrita la piel y se forman rollos de tejido graso que generan
dolor, todo lo cual prolonga el proceso de rehabilitación. Para esto se utilizan vendas elásticas de
algodón de 10 cm de ancho, que deben lavarse previamente para quitar el almidón y prevenir reaccio-
nes en la piel, y coserse por las puntas para evitar que se deshilachen [113,114].

Sugerencias generales:

• El muñón debe estar continuamente vendado hasta la puesta de la primera prótesis, una vez
quitada, se vuelve a vendar.
• Los vendajes se deben cambiar cada 4 a 6 hs.
• Entre los cambios de vendaje masajear el muñón 10 minutos.
• Es conveniente, durante el primer año siguiente a la amputación, que siga vendándose cuando no
tenga la prótesis puesta y sobre todo en períodos largos sin ella [114] .

Vendaje de muñón del muslo


Realizar el vendaje en posición de pie o con la persona acostada sobre el lado sano. El muñón debe
mantenerse extendido hacia atrás desde el principio hasta el fi-
nal del vendaje.

Vendaje con vueltas verticales (figura 7):

• Comenzar el vendaje a partir de la ingle, bajando la venda


sobre la cara anterior del muslo.
• Pasar la venda sobre el extremo del muñón y luego llevarla
hacia atrás hasta el pliegue de la nalga. La persona amputa-
da debe sostener con sus manos la venda en la ingle y en el
pliegue de la nalga.
• Hacer dos vueltas iguales con la venda, pero pasándola so-
bre la parte interna de la punta del muñón y luego sobre la
parte externa del mismo.
• Fijar las vueltas verticales que se hicieron con la venda dan-
do unas vueltas horizontales oblicuas al nivel de la ingle, yen-
do de la parte de adentro hacia afuera.
• Cuando se hayan fijado bien las vueltas verticales, comenzar
a vendar el muñón hacia abajo, usando vueltas oblicuas has-
ta que llegue a la punta y luego volver a vendar hacia arriba
usando también vueltas oblicuas. Figura 7. Vendaje de muñón del muslo con vuel-
tas verticales. Modificado de Verner Steinvorth
J. Revista Médica de Costa Rica XXXIX (436)
La presión en la punta del muñón siempre debe aplicarse 171-179; 1972 Guía para Amputados del Miem-
hacia arriba y hacia afuera para evitar la formación de plie- bro Inferior CUIDADOS DEL MUÑÓN.
gues y arrugas.

Al poner el vendaje hay que apretarlo moderadamente sobre todo


el muñón, evitando que ligue la raíz de este para que no impida la circulación.

No usar vueltas circulares porque dificultan la circulación, sino oblicuas [113].


Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 86

Vendaje en forma de cinturón (figura 8):

Sirve para detener el vendaje del muslo y para vendarlo al nivel de la ingle.
Esto elimina la posibilidad de formación de un rollo de carne en la parte
interna del muslo, lo que ocurre con frecuencia cuando no se usa el ven-
daje en forma de cinturón.
• Comenzar a hacer el cinturón a partir de la parte interna de la ingle y
llevar la venda hacia afuera siguiendo el pliegue de la ingle (figura 8A).
• Pasar la venda hacia atrás alrededor del cuerpo y al nivel de las cade-
ras (figura 8B).
• Llevar la venda por delante del cuerpo hacia el muñón, dando una
vuelta alrededor de éste, (figura 8C), y luego otra vez alrededor del
cuerpo, (figura 8D).
• Terminar el vendaje dando varias vueltas oblicuas sobre el muñón
(figura 8E).

Vendaje de muñón de pierna Figura 8 (A-E). Vendaje en forma


de cinturón. Modificado de Verner
Para las amputaciones de tipo Syme el vendaje debe aplicarse desde la Steinvorth J. Revista Médica de
punta del muñón hasta arriba de la rodilla, pero no debe impedirse el mo- Costa Rica XXXIX (436) 171-179;
vimiento de esta. 1972 Guía para Amputados del
Miembro Inferior CUIDADOS DEL
MUÑÓN
Vendaje con vueltas verticales:

• Comenzar el vendaje en la parte anterior de la rodilla, bajando la ven-


da sobre la cara anterior del muñón (figura 9A).
• Pasar la venda sobre la punta del muñón y llevarla hacia atrás hasta
el pliegue de la rodilla (figura 9B).
• Hacer 2 vueltas iguales pasando la venda por la parte interna y exter-
na de la punta del muñón (figura 9C).
• Fijar las vueltas anteriores por medio de unas vueltas horizontales
circulares a nivel de la rodilla (figura 9D).
• Vendar el muñón hacia abajo usando vueltas oblicuas, luego hacia
arriba cuidando de apretar el vendaje moderadamente sobre todo el
muñón y evitando que se ligue a nivel de la rodilla (figuras 9E y F).

Fijación del Vendaje


Para fijar el vendaje usar alfileres de seguridad, no emplear broches para
venda ni tela adhesiva, pues el roce con la ropa hace que se desprendan. Figura 9 (A-F). Vendaje con vueltas
Siempre colocar los alfileres de seguridad en la parte anterior o externa verticales. Modificado de Verner
del muñón. Al usar el vendaje en forma de cinturón, poner un alfiler en Steinvorth J. Revista Médica de
Costa Rica XXXIX (436) 171-179;
donde termina el vendaje y otro donde se cruzan las vendas sobre la in- 1972 Guía para Amputados del
gle[114]. Miembro Inferior CUIDADOS DEL
MUÑÓN.

El fortalecimiento general de miembros superiores, abdomen y miembro contralateral, permitirá


afrontar el uso de muletas, lograr una buena elongación para garantizar movilidad, propiocepción
y equilibrio, y así evitar rigideces articulares. Iniciar con ejercicios de fortalecimiento, desde la etapa
previa a la cirugía.

Con respecto a la prevención de posturas viciosas, se deben cuidar las articulaciones vecinas para
evitar acortamientos musculares que luego puedan complicar un equipamiento. Para esto mantener
el muñón junto al muslo del lado opuesto, no flexionarlo sobre el abdomen sino más bien extenderlo
hacia atrás, tener la rodilla extendida la mayor parte del tiempo, por ejemplo:
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 87

• Cuando la persona está sentada, mantener el muñón derecho y nivelado, para esto puede servir
ponerlo sobre un tablero acolchonado para mantenerlo derecho. Es importante no cruzar las
piernas cuando esté sentado, ya que esto puede detener la circulación al muñón (figura 10).
• Puede recostarse boca abajo para asegurarse de que la pierna esté derecha. Puede levantar el
pie de la cama para evitar que el muñón se hinche y para ayudar a mitigar el dolor. No poner una
almohada bajo el muñón ni colgarlo fuera de la cama (figuras 11 y 12).
• No girar el muñón hacia dentro ni hacia fuera cuando esté acostado en la cama o sentado en una
silla (abducción/aducción). Puede usar toallas o mantas enrolladas al lado de las piernas para
mantenerlas en línea con el cuerpo.
• Al estar de pie, no apoyar el muñón sobre la empuñadura del bastón (figura 13).

x x x x
Figura 10. Al sentarse NO dejar Figura 11. Al acostarse NO colocar Figura 12. NO colgar el muñón Figura 13. NO apoyar el muñón so-
el muñón flexionado o colgando. almohada debajo de la rodilla. Mo- fuera de la cama. Modificado de bre la empuñadura. Modificado de
Modificado de Asociación nacional dificado de Asociación nacional de Asociación nacional de amputados Asociación nacional de amputados
de amputados de España. ANDADE. amputados de España. ANDADE. de España. ANDADE. Manual para de España. ANDADE. Manual para
Manual para amputados de miem- Manual para amputados de miem- amputados de miembro inferior. amputados de miembro inferior.
bro inferior. 2008 bro inferior. 2008 2008 2008

En cuanto a la adecuación, la adaptación del domicilio y la toma de decisiones sobre la necesidad


de acompañamiento, tener en cuenta las comorbilidades y trastornos cognitivos-conductuales. Es
muy importante, asegurarse que la persona y/o su red de apoyo comprendan las indicaciones, sean
capaces de realizarlas, y tengan los elementos necesarios para su cumplimiento. Por ejemplo:
• El teléfono debe ubicarse y manejarse acorde al individuo, accesiblemente.
• Si hay trastornos visuales la iluminación nocturna debe ser adecuada: especialmente en la
vía hacia los sanitarios.
• Eliminar objetos que no se utilizan en los accesos o pasillos de la casa.
• Instalar pasamanos en las duchas, baños, escaleras y desniveles.
• Utilizar alfombras antideslizantes en el baño.

Es necesario realizar una rehabilitación progresiva y cuidadosa por el riesgo de fallas en los cie-
rres de heridas.

Luego de la cirugía se inician los ejercicios isométricos, sujetos a tolerancia según dolor, acompaña-
do de fortalecimiento del resto de los grupos musculares:

Ejercicios para personas con amputación por encima de la rodilla (supracondílea)


[114]
Flexión: Sujetando el muñón con ambas manos por la parte posterior, traerlo hacia el tronco, hacien-
do todo el recorrido (figura 14).
Extensión: Acostado boca arriba flexionar la pierna sujetando la rodilla con ambas manos. Así se
estimula la articulación de la cadera (figura 15).
Estiramiento de cadera y de músculos flexores: Acostado boca abajo, apoyando los codos en án-
gulo recto, poner una almohada bajo los muslos de forma que estén un poco levantados (figura 16).

Figura 14. Ejercicio de flexión. Modificado de Figura 15. Ejercicio de extensión. Modificado de Aso- Figura 16. Ejercicio de extensión. Modificado de Aso-
Asociación nacional de amputados de España. ciación nacional de amputados de España. ANDADE. ciación nacional de amputados de España. ANDADE.
ANDADE. Manual para amputados de miembro Manual para amputados de miembro inferior. 2008 Manual para amputados de miembro inferior. 2008
inferior. 2008
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 88

Ejercicios para personas con amputación por debajo de la rodilla (infracondílea)[114]

Flexión: Sentado, con cadera y rodillas flexionadas, cruzar las manos al frente de la pierna, entre el
muñón y la rodilla. Hacer flexión simultánea de cadera y rodilla. También se puede hacer este mismo
ejercicio con la persona acostada boca arriba.

Extensión: Sentado con el muñón colgando por fuera de la mesa o cama y con ayuda de otra perso-
na, forzar la extensión de la rodilla (figura 17). Con la ayuda de otra persona apoyar el muñón sobre el
hombro de la otra persona y hacer la tracción en la cara anterior del muslo (figura 18).

Abducción: De pie y apoyado de espalda a una pared, colocar el muñón sobre un taburete, pero sin
tocarlo. El muñón debe estar un poco alejado de la otra pierna. Flexionar la otra pierna.

Extensores de rodilla: Acostado boca arriba alzar, bajando el muñón con la rodilla extendida.
Sentado hacer movimientos de flexión y extensión de la rodilla. Después de unos días hacer estos
mismos ejercicios, pero que una persona oponga resistencia.

Flexores de rodilla (figura 19):


Acostado de lado, flexionar muslo y rodilla. De pie hacer el mismo movimiento.
De lado extender primero el muslo y luego hacer flexión de rodilla. De pie hacer el mismo movimiento.

Figura 17. Ejercicio de extensión. Figura 18 Ejercicio de extensión. Modificado Figura 19 Ejercicio de flexores de rodilla.
Modificado de Asociación nacional de Asociación nacional de amputados de Modificado de la Asociación nacional de
de amputados de España. ANDADE. España. ANDADE. Manual para amputados amputados de España. ANDADE. Manual para
Manual para amputados de miem- de miembro inferior. 2008 amputados de miembro inferior. 2008
bro inferior. 2008

->r Alrededor del día 10 enseñar cómo vendarse, e iniciar el uso de muletas o andador.

->r Rondando la tercera semana se inicia la confección de conos provisorios que, según el medio,
pueden ser de distintos materiales, hasta lograr la configuración definitiva del muñón que puede llevar
6 meses aproximadamente.

->r Con el muñón estable se reeduca la sensibilidad del muñón, frotándo y moviendo manualmente el
tejido circundante con las manos para aflojar todo el tejido cicatricial que pueda haberse desarrollado
dentro del miembro inferior.

->r Con la prótesis se inicia el entrenamiento de subir o bajar escaleras, uso de rampas, caminar por la
calle y realizar actividades de la vida diaria y laboral, equilibrio, entrenamiento anticaída.

->r Cuando el individuo ya cuenta con su equipamiento definitivo hay que instruirlo en los cuidados del
equipo, limpieza y cuidado del muñón. Dejar visitas pautadas y signos de alarma.

La amputación mayor de un miembro inferior puede asociarse a lesión y riesgo aumentado de am-
putación contralateral [115–118] .
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 89

8. Material de implementación: ficha de evaluación del


pie en personas con diabetes

En esta ficha podrá encontrar una guía para el seguimiento de la persona


con diabetes.

Fecha:

Nombre DNI FN
HbA1c fecha % Tratamiento antidiabético

Tabaquismo Uso excesivo de alcohol


Fondo de ojo fecha Relación albuminuria/ fecha
creatininuria
Obesidad Índice de filtrado glomeurlar fecha mL/min
estimado
Enfermedad Lesiones previas en los pies
cerebrovascular
Enfermedad coronaria HTA Dislipemia

INSPECCIÓN

Deformidad ¿Se asocia No Sí


a área de
hiper-apoyo
o callo?
DESCRIBIR: ¿Es rígida? No - Corregir calzado
- Consultar a podología
En bipedestación: - Si no mejora derivar a segundo nivel.

En la marcha: Sí - Corregir calzado


- Consultar a podología
- Derivar a segundo o tercer nivel con ortopedista.
Maniobra del abanico: Normal/ Alterada

Hiperqueratos No Sí Crema con urea al 10%. Valorar descarga de la lesión.


->r
Grietas o fisuras No Sí Crema con urea al 20% (sólo sobre áreas de hiperqueratosis), NO colocar
->r dentro de la grieta o fisura.

Callos/helomas No Sí Intentar la corrección del hiperapoyo con calzado adecuado, uso de plantilla
->r preferentemente según pedigrafía y seguimiento por podología. Si no mejo-
ra, consultar con traumatología para evaluación del apoyo.

Micosis interdigital No Sí Reforzar el secado entre dedos y uso de medias de algodón.


->r Crema con antimicótico (elegir pasta si la lesión es muy húmeda).

Ampollas No Sí No romper. Evitar apoyar sobre la ampolla.


->r Puede cubrirse con gasa seca.
Ante la ruptura, retirar restos de epitelios y cubrir con gasa vaselinada. Lavar
diariamente con solución fisiológica o agua potable.

Úlceras No Sí Véase algoritmo Úlceras y Clasificación.


->r
Signos de infección No Sí Véase algoritmo pie diabético infectado.
->r
Ausencia de vello No Sí Sospechar enfermedad arterial periférica.
->r
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 90

Palidez o No Sí Sospechar enfermedad En presencia de cianosis: derivación urgente a tercer


cianosis ->r arterial periférica nivel.

Onicodistrofia No Sí Solicitar micológico directo y cultivo de la/s uña/s afectada/s. Si el resultado es


->r compatible con onicomicosis, indicar antimicótico vía oral.

Onicocriptosis No Sí Derivar a traumatología.


->r Evaluar infección asociada.

Medias ¿Usa siempre? Sí No


¿Son adecuadas? Sí No

Calzado ¿Usa siempre? Sí No


¿Es adecuado? Sí No

¿Utiliza ortesis? Sí No

NEUROPATÍA SENSITIVO-MOTORA

Síntomas No Sí Tratamiento:
->r
Signos Pérdida de sensación protectora (PSP) Atrofia muscular
Monofila Palestesia Test de
mento Ipswich
Pie Derecho
Pie izquierdo

NEUROPATÍA AUTONÓMICA

Signos No Sí • Anhidrosis • Fisuras y • Aumento tº • Dilataciones venosas


grietas

ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFÉRICA (aclarar izquierda o derecha)

Síntomas No Sí Dolor en Derivar a tercer nivel de manera urgente, ingresa por guardia.
reposo
Claudicación Progresiva Aspirina
intermitente Cilostazol
Invalidante Estatinas
Derivar a tercer nivel con turno prioritario (antes de 7 días)
A menos de
100 metros
Signos • Ausen- • Onicodis- • Palidez • Cianosis En presencia de cianosis: derivación urgente
cia de trofia a tercer nivel.
vello
• Eritrocianosis
Pulsos Tibial anterior Tibial posterior
Pie izquierdo
Pie derecho
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 91

Equipo de trabajo

Coordinación general
Poggio, Lucía Fiorella. Médica, Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en Medicina Interna
(UBA) y Geriatría. Especializada en Diabetes.

Equipo técnico elaborador


Bertarini, María Florencia. Médica especialista en Medicina General y Dermatología clínica (UBA).
Medvetzky, Liliana Estela. Médica (UBA). Especialista en Nutrición. Posgrado en Diabetología.
Méndez, Julieta Lorena. Médica (UBA).Especialista en Medicina Interna (UBA) y Nutrición (UBA). Especia-
lizada en Diabetes. Maestría en Efectividad Clínica (UBA).
Poggio, Lucía Fiorella. Médica (UBA). Especialista en Medicina Interna (UBA) y Geriatría. Especializada
en Diabetes.

Panel interdisciplinario
Braver, Daniel José. Médico endocrinólogo. Director de Programa y Coordinador del Grupo Multidiscipli-
nario de Pie Diabético del Hospital de Clínicas José de San Martín.
Calvagno, Marta Susana. Médica especialista en Nutrición. Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú.
Carballo, María Laura. Médica especialista en Cirugía Plástica y Quemados. Hospital El Cruce SAMIC
Florencio Varela.
Carro, Gabriela Verónica. Médica especialista en Medicina Interna, magister en Diabetes. Unidad de Pie
Diabético Hospital Prof. A. Posadas.
Casado, Pablo. Médico especialista en Medicina Familiar. Integrante del Consultorio de Diabetología en
H.Z.G.A. Mi Pueblo de Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires.
Cifalá, Analía Gabriela. Médica especialista en Nutrición y Medicina General y Familiar, especializada en
Obesidad y Diabetes.
García, Beatriz Alejandra. Especialista en Medicina Interna y Diabetología. Médica de la Unidad Provincial
de Pie Diabético. Córdoba.
Padró, Mónica. Médica especialista en Clínica Médica.
Stecher, Daniel. Médico especialista en Infectología. Jefe de la División Infectología del Hospital de Clíni-
cas José de San Martín. Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires.
Varela, María Cristina. Médica especialista en Nutrición (UBA), especializada en Diabetes, diplomada
en Cicatrización de Heridas (AIACH), docente Adscripta a la Cátedra de Nutrición Facultad de Medicina
(UBA). Médica del Hospital Central de San Isidro y Hospital General de Agudos Dr Enrique Tornú.
Videla Lynch, Ángeles. Médica especialista en Hemodinamia. Hospital El Cruce SAMIC Florencio Varela.
Witman Érica Lorena. Médica especialista en Nutrición con orientación en Obesidad, Diabetes rehabili-
tación especial CSMLP. Médica referente de OCD Centeno y Telesalud E.A. Gobernador Centeno, General
Pico, La Pampa.

AAMHEI, Asociación Argentina de Medicina Hiperbárica e Investigación:


Jordá Vargas, Liliana. Bioquímica microbióloga. Jefa de Microbiología de CRAI Norte CUCAIBA. Directora
científica de AAMHEI.

AIACH, Asociación Interdisciplinaria Argentina de Cicatrización de Heridas:


Mengarelli, Roberto. Médico especialista en Cirugía General. Secretario científico de la AIACH.

CACCV, Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares:


Cichero, Fernando. Médico especialista en Cirugía Vascular.
Paolini, Juan Esteban. Médico especialista en Cirugía General y Vascular. Presidente del Colegio Argen-
tino de Cirujanos Cardiovasculares.

Escuela de Podología, Universidad de Buenos Aires (UBA):


Cagnacci, Eduardo A. Podólogo. Profesor y Director de la Licenciatura en Podología. Facultad de Medicina
UBA.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 92

SAD, Sociedad Argentina de Diabetes:


Carrió, Luisa Mabel. Médica especializada en Diabetes. Coordinadora del Comité de Pie Diabético de la
SAD. Directora del Centro Municipal de Diabetes y de Hospital de Día de Pie Diabético del Polo Sanitario de
Malvinas Argentinas.
Fretes, Osvaldo. Médico especialista en Endocrinología.
Saurral, Rubén Nicolás. Médico especialista en Nutrición, máster en Diabetes, diplomado en Cicatrización
de Heridas. Secretario Comité de Pie Diabético de la SAD.

SAD, Sociedad Argentina de Dermatología:


Belatti, Anahí. Médica especialista en Dermatología. Jefa de Sección de Cicatrización de Heridas, Servicio
de Dermatología, Hospital Italiano de Buenos Aires.

SADI, Sociedad Argentina de Infectología:


Bello, Natalia Solana. Médica especialista en Infectología (UBA).
De Paz Sierra, Mariana. Médica Especialista en Enfermedades Infecciosas.
Querci, Marcia. Médica especialista universitaria en Infectología.
Terusi, Ana Laura. Médica especialista en Infectología.

SAMECIPP, Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de Pie y de Pierna:


Masaragian, Héctor José. Médico especialista universitario en Ortopedia y Traumatología (UBA-Docente
adscripto). Especialista recertificado. Consultor de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Ex-presidente de SAMECIPP.
Parise, Ana Cecilia. Médica especialista en Ortopedia y Traumatología y Cirugía de Pie y Tobillo.
Santini Araujo, Gala María. Médica especialista en Ortopedia y Traumatología y Cirugía de Pie y Tobillo.

SAMFYR, Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación:


Paleo, María Alicia. Médica especialista en Medicina Física y Rehabilitación.
Weinberg, Miriam. Médica especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Presidente SAMFYR.

Colaboración
Vidal, Marina. Médica especialista en Medicina General.

Revisión
Alcuaz, Alejandra. Médica(UBA). Especialista en Medicina Familiar. Especializada en Gestión en Salud,
Universidad Nacional de Lanús (UNLa)
Casetta, Brunilda. Médica (UBA). Especialista en Medicina Familiar. Magister en Efectividad Clínica (UBA).
Maestría en Planificación y Evaluación de Políticas Públicas (UNSAM). Maestría en Educación Médica,
Universidad Nacional de Tucumán (UNT) e Instituto Universitario CEMIC (IUC).
Moral, Mabel. Médica de Familia UBA. Especialista en Epidemiología Universidad Nacional de Córdoba.

Revisión de Redacción
Bertarini, María Florencia. Médica especialista en Medicina General y Dermatología clínica (UBA).
Poggio, Lucía Fiorella. Médica especialista en Medicina Interna (UBA) y Geriatría, especializada en Diabe-
tes.

Diseño gráfico
Carnelli, María Laura. Licenciada en Diseño, Universidad de Palermo. Diseñadora gráfica, Instituto de Di-
seño de Caracas. Posgrado en Dirección Gerencial de la Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad
Austral. Diplomada en Feminismo, Trabajo y Políticas Públicas, ATE - FiloUBA. Trabaja en el Área Produc-
ción de Contenidos e Información de la Dirección Nacional de Fortalecimiento de los Sistemas Provincia-
les, Secretaría de Equidad en Salud, Ministerio de Salud de la Nación.
Pautas para la prevención y el abordaje del pie diabético. 2021 93

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