Los Años de Velasco (1968-1975) - Rolando Rojas Rojas
Los Años de Velasco (1968-1975) - Rolando Rojas Rojas
Los Años de Velasco (1968-1975) - Rolando Rojas Rojas
':rl'- I l
:t;,:].', I :
t,'..
HISTORIAS MINIMAS REPUBLICANAS
IEP
INSTITUTO DE
tr
Serl¿: Estudios Históricos, 88
Colección Historias Mínimas Republicanas, 2
ISBN de la colecció¡: 978-612-3iA-l,ZS-Z
..Ly editgrys agradecen a los p_ropietarios de los derechos de autor delos textos
2. La nacionalización del peróleo .............43
crtados y de l.as i.máge1es por rclaborar en esta publicación. Asimísmo
declaramos
h,aber,hecho,todo lo. posíbk para identifcar a los auLores y propietarios
rI
de los d.erechos de las imágenes que se reproduren en este libro, cualqiier 3. La reforma agraria ..............59
omisión es
involunlaria. Agradeceremos loda inJormacíón que permita rectijcar
cualquíer crédito para futuras edicioies.
4. La política de desarrollo industrial.... ........................ 87
1 \aE^L-ASCO ALVARADO,
JUAN, tgto-1977; 2. HrSToRr& 3. POLÍTrCA 6. El Sinamos y los movimientos sociaIes................ ....129
4. GOBIERNO MILITAR; 5. NACIONAIISMO; 6. FUERZAS ARMADAS;
7. RE¡ORMAAGRARIA; 8. SIGLOxX;9. pERú
w/o1.04.03/}l}/,/2
7. Los partidos políticos ante el régimen..................... l5l
8. t71
t2. La estatización de la prensa......... .........239 urante las últimas dos décadas, la producción de
trabajos sobre historia del Perú se ha incrementado
13. Lahuelga policial ylacaída.... .............257 de manera exponencial. Lejos están los tiempos en que
cada nuevo libro era nodcia para celebrar con alborozo.
EpÍroco: srGNrFrcADo y HERENCTA
Cada ario son decenas los texros que se publican sobre
DEL vEr¿SeursMo ........... .........271 el pasado prehispánico y las épocas colonial y republica-
na, ya sea en español o en otros idiomas. Su calidad es
CoNler.rrAnro BrBLrocRÁFrco............... .......279 diversa, así como sus contenidos, pero todos ellos suma-
dos suponen un caudal de conocimiento muy superior al
que estaba disponible a comienzos de este siglo.
Esta proliferación de trabajos sobre el pasado pe-
ruano forma parte de una tendencia global. En todo el
planeta, a medida que nuestro mundo cambia a veloci-
dad acelerada, se multiplica la curiosidad por el pasado.
Queremos leer y conocer sobre esos mundos que senti-
mos que se desvanecen debido a la transformación de
nuestras pautas sociales y culturales. Pero el renovado
interés por la historia peruana también tiene que ver
con procesos locales. Es el resultado de la masificación
de la enseñanza universitaria, de los mayores recursos
disponibles para la investigación, del incremento de
profesionales que realizan posgrados en el perú o en el transformaciones sociales y culturales ocurridas desde el
extranjero y de la puesra a disposición de los especialistas inicio de la república.
de nuevos y más sofisticados archivos. Como resultado Tiataremos de hacerlo sin caer en el triunfalismo
se han multiplicado los temas de interés, las perspecti- rri el derrotismo, balanceando los aspectos positivos y
vas y los enfoques teóricos con los que los piof.iiorr- negativos de nuestra historia. Si algo nos ha enseñado la
les abordan el estudio de la historia peruana. Tenemos rcumulación de trabajos recientes es precisamente que
nuevos temas, nuevos argumentos y nuevas fuentes de ni todo fueron éxitos ni todo fueron fracasos. Analizare-
información. mos las singularidades de la historia peruana, pero tam-
Consecuencia positiva de esta multiplicación de tra- lrién sus vínculos latinoamericanos y globales. Veremos
bajos es que ahora poseemos un conocimiento mucho que no somos copia de nadie, pero tampoco somos tan
más completo, complejo y maúzado de nuestro pasado. diferentes de nuestros vecinos.
Un efecto negativo, en cambio, es el aumento de la br.- Cada volumen se centrará en un periodo concreto
cha entre el saber especializado y las versiones de la his- de nuestra historia, un evento o un personaje clave. No
toria peruana que llegan a las esluelas y al gran público. aspiramos, sin embargo, a ser exhaustivos ni a abarcar
Son tanros los artículos, tesis y libros que salen cada año todos las etapas de Ia historia republicana. Nos centrare-
que es diftcil estar al tanro. La actualización parece ser rnos, por el contrario, en momentos clave donde, como
un reto solo al alcance de especialistas y profesionales. resultado de la confuencia de elementos políticos, eco-
La colección Historias Mínimas Republicanas que nómicos, sociales y culturales, los resortes de la repúbli-
ahora inicia el Instituto de Estudios peruanos (IÉf) ca parecen chirriar y comeÍzat a girar. Los autores serán
apunta a ceffar esta brecha. Nuestro objetivo es poner en todos los casos historiados profesionales, que de esta
a disposición de un lector inquieto y curioso, p.io ,o manera nos acercarán a las complejidades de nuestro
necesariamente especializado, los conocimientos ge_ acontecer colectivo.
nerados por los historiadores profesionale, p.rurnoi y Con esta iniciativa, el Ipp pretende contribuir a
extranjeros durante los últimos años, con un lenguaje los debates sobre la realidad peruana en este inicio de
ameno y sencillo, pero sin rehuir ni la complejidad ni nuestro tercer siglo de vida independiente, tal como lo
la controversia. Tlataremos tanto aquellos aspecros en venimos haciendo desde la fundación del Instituto hace
los que los conocedores esrán de a.uerdo como aquellos casi sesenta años. Lo haremos con rigor académico y vo-
otros en los que aún discuten y sobre los que tienán ver- cación de debate. Esta es nuestra misión como centro de
siones diferentes. Nos acercaremos a la historia global, a investigación independiente que agrupa a profesionales
los grandes acontecimientos planetarios, pero también a de ciencias sociales de diferentes tendencias de enfoques
la historia regional y local; a los sucesos políticos y a las
10 11
teóricos y disciplinas: contrastar ideas y discutir sobre el
Perú, sus retos y perspectivas del futuro.
El lector está invitado a acompañarnos en esta rura;
a discutir y debatir consigo mismo, con sus conocimien-
tos adquiridos y con la complejidad, los desencuenrros, Introducción
las decepciones y los éxitos de nuestra propia historia.
Los Borton¡s
t2 t3
panorama comenzó a aclararse: el gobierno de Velasco La necesidad de reformas, sobre todo de una refor-
Alvarado no iba reperir el libreto tradicional de los mi- rlrr agraria, fue un consenso compartido por amplios
litares golpistas. scctores sociales y políticos. La redistribución de la tierra
Visto en perspectiva, el golpe de Velasco parece casi htbía sido planteada por intelectuales como José Carlos
la culminación natural de la acumulación de intentos Mariátegui y Vctor Raúl Haya de la Torre a finales de
de reforma bloqueados por la resistencia de los grupos l¿r década de 1920. En los decenios siguientes, conforme
oligárquicos y de los sectores conservadores de las Fuer- krs movimientos campesinos y las tomas de tierras sa-
zas Armadas. Los militares habían sido la roca contra r:udían a la sociedad oligárquica, líderes políticos como
la que se estrellaban los esfuerzos revolucionarios y las fosé Luis Bustamante y Rivero y Fernando Belaunde
aspiraciones reformistas. Sin embargo, fueron esos mis- ¡rlantearon una reforma agraria gradualista y la coloni-
mos militares, denüo de los cuales se había formado un zación de la selva amazónica. Ampliar la frontera agríco-
"sector progresistd', de ideas cercanas al reformismo de la y distribuir las nuevas tierras entre los campesinos sin
la Democracia Cristianay al Movimiento Social Pro- ticrra de la sierra y la costa era, desde su punto de vista,
gresista, los que irrumpieron en la escena política para runa alternativa a la expropiación de las grandes propie-
rcalizar las frustradas reformas sociales que en ese mo- rlades. Manuel Prado, perteneciente a una familia de
mento contaban con consenso de la opinión pública. llanqueros y empresarios, creó durante su segundo pe-
El sociólogo francés Frangois Bourricaud fue uno de riodo presidencial (1956-1962) el Instituto de Reforma
los pocos que percibió que algo así podía ocurrir. Dos Agraria y Vivienda, presidido por el economista liberal y
años antes del golpe, rras un largo trabajo de campo en irntiguo director de La Prensa Pedro Beltrán Espantoso.
Puno y otras regiones del país, había escrito que el esce- l)cro prácticamente no se produjeron expropiaciones, y
nario nacional estaba atravesado por una contradicción lus cuestiones de fondo se quedaron sin resolver: las in-
principal: sectores sociales y políticos movilizados que iusticias económicas y sociales derivadas de la desigual
demandaban reformas frente a un régimen oligárquico clistribución de la tierra en la mayor parte del país.
que no podía o no quería procesar dichas demandas. El Cuando el arquitecto Fernando Belaunde asumió
Perú hervía de movimienros campesinos y populares- lir presidencia en julio de 1963, el Perú se encontraba
barriales que invadían rierras y presionaban por servicios cn este ciclo de tibias e insuficientes reformas. Belaunde
públicos, sin que los gobiernos supieran cómo atender había sido un destacado diputado durante el gobierno
sus reclamos. En el breve periodo de Ia Junta Militar rlc Luis Bustamante y Rivero (1945-1948) y se hizo po-
de 1962-1963 y algunas medidas reformistas llevadas a pular por su defensa de la vivienda popular. Tenía un
cabo por dicha Junta, advirtió Bourricaud la aparición ¡rcrfil moderado y parecía el hombre adecuado para di-
de una tendencia progresista en el interior del Ejército. rigir la modernización del Perú. Durante su campaña
t4 t5
presidencial prometió realizat la ansiada reforma agtatia, ircuerdo, sin embargo, no reconocía la deuda por im-
así .o*o solucionar la larga contienda entre el Estado puestos atrasados que el Estado reclamaba a la compa-
y la International Petroleum Company, compañía que ñía. Contemplaba además otras cláusulas que permitían
mantenía por décadas una controversia con el Estado c¡ue la IPC siguiera teniendo un papel central en el mer-
reladva al pago de impuestos y derechos de explotación cado de la refinación. Estas concesiones, interpretadas
del petróleo. Estas medidas, junto a la promesa de aten- como una claudicación del Gobierno peruano, causaron
der las demandas de las decenas de miles de peruanos rrn gran escándalo y terminaron por agriar el panorama
que vivían en los nuevos barrios marginales que rodea- político. Los militares, que al principio habían visto con
ban las ciudades, hicieron que el arquitecto comenzara simpatía la llegada al poder de Belaunde, comenzaron
su mandato con grandes expectativas y con el apoyo de a diseñar un plan de intervención en la convicción de
buena parte la población, incluyendo los sectores pro- t¡ue sin ellos las reformas que el país necesitaba nunca se
18 r9
Las reformas reorganizaron la sociedad peruana so_
bre nuevas bases socioeconómicas. Hubo así sectores
so_
ciales que resultaron beneficiados, como los campesinos
sin derra, los obreros y los empresarios industriales, y
otros que vieron disminuir su importancia económica, Agradecimientos
relevancia social y poder político, particularmente
los
propietarios de las haciendas de agroexportación de la
costa norte y las compañías extranjerr. q.r. dominaban
la extracción del petróleo y la mináría. Es la radicaridad
de estas üansformaciones, muchas de las cuales solo
se
percibieron décadas después, lo que explica que en la ste libro ha sido posible gracias a la confianza de
actualidad.el velasquismo siga siendo u., ,.-, de apa- mis colegas y amigos del IEP, Raúl Asensio, coordi-
sionado debate en la sociedad peruana. nador de Ia Colección de Historias Republicanas, y de
Ludwig Huber, por entonces director de Publicaciones.
En su confección, colaboraron conmigo Carolina Luna
Uchuya en la búsqueda de información en la prensa de
la época y Celina Porras Machado en la recopilación
de las imágenes que ilustran este libro. Yenisa Guizado,
transcribió las entrevistas que logré realizar antes de que
la pandemia cortara mis esfuerzos de indagar en la me-
moria de los actores políticos. Aquí quiero agradecer los
testimonios que me brindaron Héctor Béjar, Gustavo
Espinoza, Franscisco Guerra García, Antonio Aragón
Gallegos y Carlos Fernández Chacón. Además de la lec-
tura y supervisión de Raúl Asensio, el manuscrito de
este libro fue leído y comentado críticamente por Carlos
Contreras. Espero haber subsanado las observaciones
que agudamente realizó. Este libro se empezó a escribir
antes de la pandemia, en los ambientes ffsicos del Insti-
tuto de Estudios Peruanos, y se continuó en sus pasillos
espirituales gracias a la constante comunicación con mis
20 2l
colegas iepinos. El IEP, casa a la que tengo la fortuna y
el privilegio de pertenecer, es la institución donde he CAPÍTULO 1
22 23
la t ohesión de los militares y restringió el margen de ac-
r iri¡r de la oposición política dentro del régimen.
[,a noticia del golpe no suscitó grandes resistencias
l)or parte de los sectores civiles. El líder aprista Arman-
rlo Villanuevaorganizó una concentración en las afueras
,lcl local de su partido y se dispuso a pronunciar un dis-
rrrrso, pero los asistentes fueron disueltos rápidamente
¡rrrr la policía.Hayade laTorre, quien tenía la esperanza
Imagen Ll.El ,lc ganar las elecciones del año siguiente, entró en un
general Juan Velasco
lorrrpás de espera; :al.vez temía una deportación que lo
Alva¡ado y el pre-
sidente Fernando
apirrtara del desenvolvimiento de los acontecimientos.
Belaunde Grry días lil gabinete de ministros de Belaunde intentó sesionar
antes del golpe de err cl Ministerio de Relaciones Exteriores, pero sus inte-
26 27
¡rrovenientes de sectores populares y de los estratos de
En noviembre de 1976, Rodríguez y orros milita- la clase media. Con el asesoramiento de miembros de la
res y civiles que trabajaron para el gobierno de Velasco (lomisión Económica para América Latina y el Caribe
fundaron el Partido Socialista Reyolucionario. por sus (Cepal) y del religioso francés y exoficial de la Marina.
actividades políticas, fue deportado, con orros dirigen- l.ouis-Joseph, Ios militares adquirieron una formación
tes del Partido Socialista Revolucionario (pSR), a Mé- que iba más allá de lo estrictamente castrense, que in-
xico en enero del año siguie nt e. En l97B resultó electo corporó conceptos y teorías sociales modernizadoras.
miembro de la Asamblea Constituyente y participó de Por el CAEM desfilaron numerosos profesionales
los debates para la redacción de la Constitución de y académicos, entre ellos varios intelectuales reformis-
1979. En las elecciones de 1980 postuló a la presi-
ras vinculados al Movimiento Social Progresista y a la
dencia por Unidad de lzquierda, un frente conforma-
Democracia Cristiana: el ingeniero y estudioso de la
do por el PSR, el pcp-Unidad y otras organizaciones
realidad peruana Jorge Bravo Bresani, el antropólogo
menores. Más tarde, el pSR formó parte de Izquierda
Unida, hasta la división de 1989, cuando el pSR apo- José Matos Mar, el filósofo Augusto Salazar Bond¡ el
yó a Alfonso Barrantes en un nuevo frente electoral, abogado y político Alberto Ruiz Eldredge, el filósofo y
el Acuerdo Socialista. Rodríguez Figueroa falleció en educador Leopoldo Chiappo y el líder de la Democracia
Lima en 1997. Cristiana Héctor Cornejo Chávez. Gracias a esta aper-
tura intelectual, la doctrina de la seguridad nacional,
central en la formación de los militares, adquirió ma-
yor complejidad y pasó a identificarse cadavez más con
que protagonizó el golpe era muy diferente de las los problemas del subdesarrollo, particularmente con la
anteriores. En buena medida, era resultado de un amplio
situación de la población indígena rural. Un país con
proceso de profesionalización de las Fuerzas Armaáas,
grandes desigualdades sociales, con una abultada pobla-
que abarcó las escuelas de oficiales, la creación de los
ción analfabeta, sin acceso a servicios educativos y de
servicios de inteligencia y particularmenre del Centro
salud, somedda a los abusos de los grandes propietarios,
de Altos Estudios Militares (CAEM), fundado por el ge-
se consideraba como terreno propicio para una insu-
neralJosé del Carmen Marín en la década de 1950. Eita
rrección comunista, o, en caso de producirse un confic-
institución, a cuyo creador se le vinculó con la fracasada
to externo, se repetiría una terrible derrota como había
revolución aprista de 1948, supuso un cambio radical
ocurrido con ocasión de la guerra con Chile.
en el pensamiento militar, y ruvo una gran infuencia
La apertura a nuevos enfoques doctrinarios y la ex-
en el surgimiento de una corriente nacionalista-refor- pansión intelectual de los militares estuvieron acompa-
mista entre los oficiales del Ejército, muchos de ellos ñadas de un cambio en Ia propia composición de las
28 )q
Fuerzas Armadas, especialmente en el Ejército, que in- cor¡runista. La transformación que pretendían llevar a
corporó un numeroso contingente de oficiales que pro- calro era de una neturil.eza completamente diferente a
venían, como dijimos, de las clases medias y populares. la que se proponían los movimientos revolucionarios
Muchos de ellos habían nacido fuera de Lima y cono- etr la región o como la que había realizado Fidel Cas-
cían la realidad del interior del país, del campesinado tro cn Cuba. Así, cuando las guerrillas del Movimiento
pobre y de las situaciones de explotación y abuso que de lzquierda Revolucionaria (MIR) entraron en acción
sufrían. En cambio, la Marina, cuyos oficiales recibían err 1965, los militares no dudaron en sofocarla violen-
influencia de la Marina británica, ylaFuerzaAérea, con fsnlente. De hecho, varios de los oficiales que partici-
influencia norteamericana, mantuvieron en mayor me-
¡uron en el gobierno de Velasco dirigieron la represión
dida su perfil elitista, vinculado a las clases altas capi- de las guerrillas lideradas por Luis de la Puente uceda,
talinas, lo que hizo que en estas ramas predominaran (iuillermo Lobatón y Máximo Velando.
enfoques conservadores, no siempre bien avenidos con Sin embargo, los militares de la generación del
las ideas progresistas de los nuevos oficiales del Ejército. (lAliM tampoco veían con agrado un gobierno de la
En el CAEM y los servicios de inteligencia, un tlerccha tradicional que retrasara las reformas que de-
sector de los oficiales del Ejército adquirió una nueva nrirndaban los sectores populares y particularmente los
comprensión de la realidad peruana y se convenció de la c*rnpesinos movilizados por una redistribución de la
necesidad de implementar profundas reformas socioe- tierra. El golpe de julio de 1962,liderado por el general
conómicas que desarrollaran y modernizaran el Perú, Iticardo Pérez Godoy, tuvo precisamente el propósito de
con el propósito de evitar una revolución desde abajo evitar que la alianza conservadora de Manuel Odría y el
y conducida por la izquierda marxisra. Hay que preci- en el Congreso vista de que ninguno de los
sat no obsante, que si bien los militares asumieron una ^l'ltA
carrdidatos
-en
obtuvo el tercio más uno de los votos exigi-
retórica nacionalista y revolucionaria, ni Velasco ni su tlrs por la Constitución- eligiera a Odría como presi-
entorno más íntimo eran socialistas. Por el contrario, tle nte y se postergaran las reformas. Si bien aún persistía
disponían de su propia visión del país y de su propia rl vcto militar contra Haya de la Torre, para entonces el
agenda de reformas, disrante tanto de la izquierda revo- Al'l{A había virado a posiciones de derecha, y la coali-
lucionaria como de la derecha tradicional y oligárquica. lirin APRA-UNO representaba la continuación del go-
Es un error identificar al velasquismo como un hicrno oligárquico de los periodos de Prado y Odría.
gobierno de izquierda y menos con uno socialista o Teniendo en cuenta estos antecedentes, se entiende
comunista. Los militares habían visro con simpatía ¡ror qué el COAP, instancia en Ia que se concentraron los
al gobierno reformista de Belaunde, pero de ninguna r ¡liciales reformistas, fue el soporte político-institucional
30 3t
del gobierno de Velasco. Fue aquí, más que en el Conse-
jo de Ministros, donde se diseñaron las reformas y donde
se redactaron los principales decretos gubernamentales.
Los miembros más destacados del COep fueron, enrre
otros, los enronces coroneles Aníbal Meza Cuadra, Jor-
ge Fernández Maldonado, Enrique Gallegos, Leonidas
Rodríguez y José Graham Hurtado (este último fue su
presidente desde abril de 1969). Varios de ellos habían
participado en la redacción de la sección política del plan
Inca, el documento director del gobierno militar donde
se plasmaban las líneas generales de las reformas. El plan
Inca, dice Fernández Maldonado, se mantuvo en reserva
para no advertir a los sectores que serían afectados, por
lo que solo fue publicado años después.
Por otro lado, debemos considerar también la pro-
pia personalidad de Velasco. Las reformas militares no
habrían sido posibles sin su decisivo liderazgo o habrían
sido mucho más moderadas. Juan Velasco Alvarado na-
ció en 1910, en el seno de una familia de condición
modesta, en el pueblo de Castilla, cerca de la ciudad
de Piura. Estudió la secundaria en el colegio San Mi-
guel, después de lo cual viajó a Lima, en 1929, en un
barco carguero para postular a la escuela de oficiales del
Ejército. Era la primera vez que estaba en la capital,
¡ Imagen 1.3. Jorge Fernández Maldonado, ministro de
debido a que llegó cuando el examen de oficiales había
Energía y Minas, uno de los hombres fuertes del gobierno
concluido, se inscribió como soldado raso. Después de de Juan Velasco. Fuente: Galería PCM.
su servicio militar, se presenró a la escuela de oficiales
y obtuvo el decimoctavo puesro de veinte postulantes.
No obstante, al concluir los estudios logró el primer lu- clisciplinado y exigente. Buena parte de su carrera mili-
gar de su promoción, aunque no la espada de honor. tar transcurrió como instructor militar y como conduc-
tor de tropas. La mayoría de los generales y coroneles
Quienes lo conocieron lo recuerdan como un oficial
32 33
que lo acompañaron en su gobierno habían estado en l,a primera crisis que encaró Velasco ocurrió ape-
algún momento de sus cerreras bajo su mando o cono- nas clos días después del golpe de Estado.El motivo fue
cían de esta trayectoria. la nacionalización de la International Petroleum Com-
Resulta diftcil rastrear la formación del pensamien- psny, que Velasco puso en debate como medida inau-
to político de Velasco. Fue siempre muy reservado, y gural de su gobierno. La mayoría de los ministros se
su carrera militar lo muestra como un hombre vincula- fnostraron en desacuerdo con la medida, de modo que
do a las escuelas de instrucción militar, primero como el Oonsejo acordó suspenderla por dos semanas. A nadie
instructor y luego como director de ellas. Estuvo des- eteapaba que el aplazamiento equivalía a poner el tema
tacado en dos oportunidades en la selva y fue agregado en la congeladora para probablemente descartarlo en las
militar en París, en 1962, donde observó el auge de los Eernanas siguientes.
Estados de bienestar, pero desconocemos cómo impactó El sector más reformista del gobierno militar temía
en él la experiencia en Francia. Empezó a manifestar su quc este paso atrás marcafael tono del régimen que ape-
pensamiento reformista tardíamente, cuando fue nom- n.ls comenzaba. De modo que los coroneles más jóve-
brado jefe del Estado Mayor, y a muy pocos hombres ncs que integraban el CO¿.p amenazaron con dimitir
de confianza. Como no dejó escriros políticos, debemos rrr bloque si la nacionalización de Ia IPC no se llevaba a
conformarnos con la manifestación de sus actos para ctbo. Esta medida habría proyectado una imagen de di-
hacernos una imagen de su pensamiento. visión interna ante la opinión pública, y era casi un acto
Velasco y el grupo de militares que planificó el gol- que rozaba la insubordinación, ya que suponía que los
pe'diseñaron un régimen que se apoyaba en una triple coroneles desafiaban la decisión de los generales miem-
institucionalidad: una Junta de Gobierno constituida bros del Consejo de Ministros, pero tuvo un efecto po-
por los jefes de las tres ramas militares, un Consejo de sitivo para sus promotores, pues obligó al Consejo, con
Ministros presidido por el ministro de Guerra lrr presión de Velasco, a aprobar la nacionalización para
go que siempre recaía en un general del Ejército- y
-'car- (lue se llevara a cabo cuatro días después.
el mencionado COAP, que funcionaba como un con- Tias esta primera victoria, el COep se fortaleció,
sejo de asesores. El ejercicio del poder estaba regulado ¡rues había quedado claro que los coroneles contaban
por un Estatuto Militar y las reformas gubernamentales r'on el respaldo de \relasco, por encima incluso de los
por el denominado Plan Inca. De acuerdo con Kruijt, lultos mandos convertidos en ministros. Estos últimos
el liderazgo de Velasco fue crucial en los primeros meses irsimilaron la lección y comertzaron a pedir a sus funcio-
de gobierno, cuando en el Consejo de Ministros pre- rr¿rrios que antes de presentar una propuesta al Consejo
dominaban los sectores conservadores de la Marina y la tlc Ministros coordinaran con el CO¡.p.
FrerzaAérea, e inclusive del propio Ejército.
34 35
En los siguientes meses, Velasco siguió dando pa-
sos para consolidar su autoridad. El primer objetivo era
remodelar la Junta de Gobierno, donde se sentaban los
máximos responsables de las tres ramas de las Fuerzas
Armadas, incluidos los conservadores jefes de la Mari-
na y la Fuerza Aérea. Alberto López Causillas, el res-
ponsable de la Fuerza Aérea, era quien más se oponía a
las reformas. Thas conminarlo para que renunciara, en
nombre de la unidad de las Fuerzas Armadas, Velasco
convocó una reunión con los integrantes del Estado
Mayor del Ministerio de Aeronáutica, a quienes soli-
citó que nombraran a su reemplazante en laJunta. Por
indicación de Velasco, la designación recayó en Rolan-
do Gilardi Rodríguez, quien fue ascendido al grado de
teniente coronel. A diferencia de su antecesor, se rrata-
ba de un oficial favorable a las reformas, y fue uno de
los hombres más leales a Velasco durante el tiempo que
duró el régimen. Con el apoyo de Gilardi, Velasco neu-
tralizó a la Junta Militar y evitó cualquier tentación de
reemplazarlo como cabezade gobierno.
Este último no era un temor gratuito. Por cuestio-
nes de tiempo de servicio, a finales de enero de t969,
Velasco debía pasar al retiro. Los generales del Ejército lrrngen 1.4. El general Juan Velasco Alvarado instalado en
se reunieron paru analizar el tema de la sucesión, y pro- l'alacio de Gobierno.
pusieron que el general Ernesro Montagne, miembro de l;uente:Wikipedia.
la Junta Militar en representación de la rama terrestre,
fuera su sustiruro, ya que según el estatuto militar le Montagne contaba con el apoyo del almirante
correspondía por antigüedad. Sin embargo, fortalecido N;rvrrrro, designado comandante de la Marina tras la
por la popularidad de la nacionalizaciónde la IpC y con nurcrte por infarto de Pardo de Zela en diciembre de
el apoyo del COAP, Velasco decidió continuar como jefe l'XrU. Ambos representaban a los sectores más conser-
de Estado. v,r,lores de las Fuerzas Armadas. La sesión de la Junta
36 37
para afializar el relevo de Velasco fue un momento de como militar. El CO,qp pasó así a tener asiento y voz en
alta tensión. Montagne y Navarro se pronunciaron por cl Consejo de Ministros. La importancia del COAP era
el relevo, pero cuando Velasco solicitó el parecer de Gi- t:tl que, como señala Kruijt, se convirtió en una suerte
lardi, como era de esPerar, este se mostró a favor de la de superministerio de planificación y supervisión de las
permanencia de Velasco, quien, apelando a la falta de rcfbrmas. Por orden de Velasco, tenía a su cargo traducir
unanimidad de la Junta, dirimió en favor de su propia cl Plan Inca a directivas con medidas concretas que se
continuidad. El Consejo de Ministros recibió la noticia enviaban a los ministerios y a los responsables de los
r'rrganos de línea para su implementación. En el COAP,
con muestras de desagrado por parte de los integran-
tes más conservadores. No obstante, Velasco consiguió et¡n el apoyo de asesores civiles, se debatió entre otras
rncdidas la reforma agraria,la reforma educativa y laley
que su continuidad se ratificara tras apelar una vez más
a la necesidad de mantener la unidad de las Fuerzas dc comunidades industriales, así como se diseñaron los
Armadas. ¡rlanes de ejecución y los decretos que normaron sus al-
Después de estas maniobras, tanto la Junta Militar cances; lo mismo ocurrió con las demás reformas que
Vclasco impulsó durante su estancia en el poder.
como el Consejo de Ministros acabaron subordinados
Sobre todo durante el periodo anterior a su enfer-
a la autoridad de Velasco y relativamente relegados del
medad, Velasco presidía y participaba en los debates del
gobierno efectivo. En los años siguientes, Velasco hizo
( IOAP, comité que era 1o más parecido a un organismo
,"1.. tr,, infuencia Para conseguir que los miembros
del COAP ascendieran a generales y se incorpotaran tecnocrático militar, hasta el punto de que muchos mi-
al Consejo de Ministros, con lo que fortaleció todavía nistros habían pasado por el COAP, a modo de entre-
más su posición. Por algún tiempo, el almirante Luis E'
namiento sobre el funcionamiento del Estado, antes de
rrsumir sus responsabilidades ministeriales. Velasco tenía
Vargas Caballero emergió como el oPonente ideológico
de Velasco dentro del gabinete. Sus posiciones críticas una gran confranza en la capacidad técnica del CO,tp.
Sc trataba de una herramienta política útil y versátil,
alentaban a los opositores al régimen, que veían en é1
r¡ue permitía soslayar las diferencias entre reformistas y
un posible sustituto de Velasco. Sin embargo, como Ye-
c«rnservadores que existían en el interior del Consejo de
remos más adelante, el mandatario sabría sobreponerse
también a este desafío. Ministros y de las Fuerzas Armadas, apartando del po-
A fines de diciembre de 1969, un nuevo decreto dcr real a estos últimos y asegurando que las reformas
salieran adelante.
transfirió a Velasco la presidencia del Comando Con-
junto de las Fuerzas Armadas' Con esta medida, acu- El cuadro de los apoyos de Velasco se completaba
mulaba ya todo el poder institucional, tanto político con un grupo de asesores civiles cuyo poder e influencia
39
38
han sido objeto de múltiples especulaciones, desde régimen. Cornejo mantuvo una relación personal con
quienes veían en ellos a los verdaderos artífices de las Ve lasco y se convirtió en el asesor jurídico del Gobierno;
reformas hasta quienes limitaban su infuencia a un pa- ntils adelante ocupó otros puestos clave a medida que se
pel poco menos que testimonial. El más infuyente era ¡r
r<lfundizaban las reformas.
Carlos Delgado, un destacado cuadro exaprista, antiguo La existencia de estos grupos civiles de apoyo no
secretario del líder aprista Haya de la Torre. Delgado rlcbe llevar, sin embargo, a engaño. El velasquismo fue
lideraba un equipo de asesores civiles que trabajaban en or esencia un régimen militar. Ni el mandatario ni el
(:OAP estaban dispuestos a ceder cuotas de poder a los
el Sistema Nacional de Movilización Social, conocido
con el acrónimo de Sinamos, de evidentes resonancias civiles. Entre ambos grupos hubo siempre una relación
reivindicativas (sin-amos), el organismo creado por Ve- dc carácter instrumental. Los civiles eran escuchados y
lasco para encuadrar el apoyo popular a las políticas del sus ideas se aceptaban siempre y cuando coincidieran
Gobierno. Desde esa posición fue uno de los principales crrn los parámetros del pensamiento reformista mili-
ideólogos del régimen. Fue Delgado quien contribuÉ trr. Velasco tuvo siempre la última palabra al momento
más a la construcción de un discurso ideológico-revo- tle iniciar una reforma o definir la orientación política
lucionario que confiriera sustento teórico al velasquis- dc su gobierno. La infuencia de los civiles, la retórica
mo y a las reformas militares. Delgado construyó, en rcvolucionaria y los mecanismos de participación po-
este sentido, la tesis de la "democracia de participación pular tenían como límite la voluntad del gobernante y
plena", concepto con el que pretendía diferenciar a Ve- dc los coroneles del COAP. El reformismo militar tuvo
lasco de la oleada de regímenes militares reaccionarios sicmpre un carácter autoritario y vertical, tal como se
que en aquellos años se expandía por toda la región. ibln a encargar de demostrarlo las primeras medidas
En esta misión acompañaban a Delgado intelectuales y tomadas por Velasco, así como las relaciones que esta-
activistas que provenían de las canteras de la izquierda hlu'ció con los partidos de izquierda y las organizaciones
peruana, como Carlos Franco y Héctor Béjar, ambos ex- s i ndicales-populares.
miembros de la Juventud Comunista.
Velasco también contaba con el aPoyo de un sector
de la Democracia Cristiana, dirigido por el abogado y
político Héctor Cornejo Chávez, con quien el gober-
nante sentía una fuerte identificación ideológica. De
hecho, las propuestas de la Democracia Cristiana aPa-
recen recogidas en el Plan Inca y otros documentos del
40 41
CAPÍTULO 2
43
en la época colonial, pero el Estado la vendió en 1826 a lubsuelo, asumió que le pertenecía. En 1890, la empresa
José Antonio de la Quintana como comPensación por lnglesa London & Pacific Petroleum arrendó La Brea y
unos préstamos que este había realizado al Gobierno. AI forlñas, y empezó a explotarla sin pagar los derechos co-
tratarse de una "venta" y no de una concesión, la extrac- lttrpondientes por la extracción de petróleo. En el Con-
ción de la brea no estaba gravada con impuestos, como EfÉso, esta situación generó enconadas polémicas
entre
ocurría con otras actividades mineras. Los problemas bt parla*e.rtarios, quienes demandaron la acción guber-
comenzaron cuando, tras descubrirse petróleo en 7873, ñcmental. En 1911, el Gobierno ordenó que se midiera
el Gobierno estableció un régimen de concesiones Para cl área de explotación de La Brea y Pariñas, que ante-
la explotación de este recurso. Entre tanto, Quintana tlormente se había estimado en 10 "pertenencias", cada
vendió La Brea y Pariñas a Genaro Helguero. El Gobier- [ña de 40.000 m2.La nueva medición elevó el número
no reconoció al nuevo propietario, Pero no quedaba cla- & pertene.rcias a 41.614, por lo que el monto de los
ro si la compra incluía los derechos de explotación del hpuestos se incrementó de 300 soles a casi 1,3 millones.
subsuelo, ya que Helguero únicamente pagaba el im- La diferencia era enorme, por lo que resultaba evi-
puesto de superficie, como cualquier concesión minera. dente qr'r.los funcionarios que habían hecho la primera
Mientras la mina se limitaba a explotar brea, el aetlición incurrieron en irregularidades. La dispari-
Gobierno toleró que Helguero actuara como si tam- detl cle criterios generó malestar en la opinión pública
bién fuera dueño del subsuelo, pero la situación cambió y crr algunos sectores políticos, que consideraban que
cuando en la zona objeto de controversia empezó a ex- l¡ enrpresa se aprovechaba de un recurso de la nación
tr"Lrr. el petróleo. La política gubernamental consistía y deFraudaba al Estado. Adicionalmente, el embajador
en otorgar concesiones y cobrar derechos a la extracción brltánico envió una nota diplomática a la Cancillería
de mineral o petróleo, pero Helguero reclamaba ser pro- ñacional, en la que señaló en tono poco diplomático
pietario de la mina, y no un concesionario. Según alega' qile cl Gobierno peruano debía ver "la manera de anular
ba, así se lo había reconocido el Gobierno al propietario el tlecreto del 15 de marzo". Esta nota no tuvo efecto,
anterior, y en esas condiciones la había adquirido é1. pues cl Gobierno no anuló la nueva medición de las
Esta situación contrariaba la legislación nacional sobre u¡rrrrcnencias",
aunque su filtración a la opinión públi-
hidrocarburos, por lo que la controversia quedó en el €e clcvó el sentimiento de ultraje a la nacióny atizó el
aire. Ni el Gobierno impuso su autoridad, ni Helguero har'ionalismo en torno al petróleo.
logró el reconocimiento de la propiedad del subsuelo. Itrco después, en 1914, la situación se complicó
En estas circunstancias, la mina fue vendida al in- €uuntl«l la empresa norteamericana International Petro-
glés Herbert Tweddle, quien, como Helguero, pese a que leurrr Company, subsidiaria de la Standard Oil de Nue-
el Estado no reconocía explícitamente la propiedad del Va lcrse¡ subarrendó La Brea y Pariñas a la London &
44 45
rcconocía que este pertenecía a la IPC. El Congreso pe-
ruano consideró que el laudo dañaba los intereses nacio-
nales, y se rehusó a ratificarlo, por lo que nuevamente la
controversia se mantuvo en el aire. En 1932, durante el
gobierno de Luis M. Sánchez Cerro, el Congreso apro-
bó una ley que attorizaba al Ejecutivo a revisar el laudo
arbitral para declararlo nulo, y desde entonces la con-
troversia permaneció como un tema pendiente de las
relaciones entre el Gobierno y la IPC. Mientras tanto,
cn 1924,la IPC compró La Brea y Pariñas a su anterior
dueñ.o, pasando de la condición de subarrendatariaala
Imagen 2. 1. Refinería de Talara, expropiada por el gobierno de Juan de propietaria.
Vela"sco a la International Petroleum Company el 9 de octubre de La controversia de la IPC se mantuyo irresuelta por
1968. varias décadas. Si bien esta situación permitió a la em-
Fuente: PetroPerú. presa norteamericana seguir acumulando ganancias, es-
timuló también el nacionalismo de los sectores políticos,
Pacific. La IPC asumió una actitud de franco desacato, cle los militares y de la opinión pública. De acuerdo con
dejó de pagar el impuesto a la superficie y adquirió en cl Laudo de París, la concesión debía terminar en 1971,
los hechos un estatus distinto al de otras empresas mi- por lo que la empresa intentó durante el gobierno de
neras que sí pagaban los derechos estipulados en la ley Manuel Prado negociar su adecuación al marco jurídico
de minería. Para solucionar la controversia, el Congreso cstablecido por la Ley de Petróleo n.' 11780, dada por
alrtorizó, a fines de 1918, al gobierno de José Pardo a cl gobierno de Manuel Odría, de modo que asegurara
someter el caso a un arbitraje internacional' Ties años su control de La Brea y Pariñas. En 1959, el premier
después, el fallo del arbitraje, conocido como el Laudo l)edro Beltrán firmó un decreto que elevó el precio del
de París, dictaminó que la IPC debía pagar por cincuen- petróleo, medida que favorecía ala IPC, al tiempo que
ta años un impuesto de treinta libras peruanas por cada ¡rermitía la adecuación de la empresa a la mencionada
una de las 4t.6l4pertenencias, así como el adeudo acu- ley. Las bancadas de Acción Popular y de la Democracia
mulado de un millón de dólares. (lristiana interpelaron a Beltrán y rechazaron el decreto.
El laudo solo gravaba el pago de la superficie y los I'll director de El Comercio,Luis Miró Quesada, publi-
derechos de exportación que rcgían legalmente, pero có columnas que cuestionaban esta medida, y, en gene-
no a la ertracción del petróleo. Es decir, en los hechos ral, la opinión pública era opuesta a la medida Porque
47
46
significaba aceptar los años que la IPC no había pagado acumulada durante cincuenta años de explotación' Adi-
los derechos de extracción de petróleo. cionalmente, la IPC mantenía la refinería de Talara' Ia
Poco a poco el Perú comenzó a desarrollar su pro- parte más rentable del negocio del petróleo, y ampliaba
pia industria petrolera. En 1962, el gobierno del general su capacidad de 50.000 a 80.000 barriles diarios' La|u'
Ricardo Pérez Godoy fundó la Empresa Petrolera Fiscal g"d, el control de IPC sobre el mercado de
",.rrrr..rtabay disminuía la participación de la Em-
(EPF), que luego Belaunde impulsó paru acabar con el I..rdo refinado
presa Peruana Fiscal. Al parecer, Ia larga controversia
lle-
monopolio de la IPC en materia de refinería. La cons-
trucción de la refinería La Pampilla, administrada por la g"b" su fin. Belaunde y una comitiva gubernamental
"
Isistieron a la ceremonia de entrega de los yacimientos
EPF, y el ingreso de la Belco Petroleum diversificaron la
explotación y la comercialización de los combustibles. de petróleo. Sin embargo, cuando trascendió a la prensa
Cuando Belaunde ganó las elecciones, prometió que los detalles del acuerdo, la impresión general fue que
arreglaría la controversia con la IPC en noventa días. el Gobierno había hecho demasiadas concesiones a la
Envío entonces al Congreso un proyecto de ley para de- empresa norteamericana.
clarar nulo el Laudo de París y pana que La Brea y Pa- Peor aún fue la polémica alrededor del precio del
riñas pasaran a administración de Ia EPF. El Congreso barril de petróleo que la IPC debía comprar a la EPF'
aprobó, en noviembrc de 1963, la nulidad del laudo, Dicha poié-i"" provino de la denuncia que hizo ante
pero no se pronunció sobre el segundo punto porque las cááras de teievisión el presidente de [a EPF, el in-
significaba la expropiación de la IPC. geniero Carlos Loret de Mola. Según aseguró, la última
"pagin
Recién en 1967, el Congreso otorgó facultades ex- del acuerdo, la número 11, había desaparecido'
traordinarias al Gobierno para reivindicar los yacimien- Alií.rt"b" la formula que establecía el precio del petró-
tos de La Brea y Pariñas contra los adeudos de la IPC. Las leo, precio por debajo áel mercado y perjudicial para los
negociaciones finales entre los directivos de la empresa irrtelses de la nación. Lo sabía, afirmó, porque él mis-
y el Gobierno se realizaron en los meses de junio y julio mo la había escrito. Un pronunciamiento firmado por
de 1968. La IPC exigió a cambio de La Brea y Pariñas la Juan Velasco Alvarado reconocía
que era positivo que el
entrega de un millón de hectáreas de tierra en la selva y Estado hubiera recuperado los yacimientos de La Brea y
que la EPF acogiera a un número elevado de sus traba- Pariñas, pero lamentaba los perjuicios económicos para
jadores, pero la amenaza de expropiación de Belaunde la nación. El escándalo mediático y político precipitó
propició que el 13 de agosto se llegara a un acuerdo sin la caída del gabinete liderado por el médico Oswaldo
aceptar las peticiones de la IPC. Los yacimientos de La Hercelles, qri., también ocupaba la cartera de Rela-
Brea y Pariñas retornaban finalmente al control del Es- ciones Exteiiores. La noche del 2 de octubre juramentó
tado, aunque se dejaba sin efecto el reclamo de la deuda un nuevo gabinete, presidido por Miguel Muiica Gallo'
48
empresario y miembro de una de las
familias más acau-
El 'ilflíffi'
drladrs del !aís, pero el golpe ya estaba organizado'
acompañaron
objetivo d. V.ht.o y los militares que 1o
.ri.,ritr. que asumieran plenamente.sus funciones' En
tror", d. la -adrug"da del 3 se produjo la defenestra-
ción de Belaunde.
--
ói", después, la tarde det 9 de octubre' Velasco
nación que el Ejér-
anunció en un mensaje televisivo a la
la refinería
ft"Ur" ingresado poto'minutos antes en
"i,ála IPC ..r"T"lrr", tt"" dt trescientos soldados ocu-
de
las instalacio-
f"ron las oficinas y tomaron el control de
'".r- Bf general Fermín Málaga Prado fue el encargado
de expropiación
de dirigi la operación y leer el decreto
J g.rá* de operaciones de la IPC' James \flible' Lo
acJmpañab" ,r., .quipo de funcionarios
y técnicos de
y de
la EPF, de Ia Superintend'encia de Contribuciones
la Universidad
la Facultad de Ingeniería de Petróleo de
redac-
Nacional de Ingeniería, quienes inmediatamente
taron un iniciaronla transferencia de la empresa
^rt^, de las insta-
al Estado. La EPF asumió la administración
laciones, bienes y activos de la IPC'
La medida fue acla-
;rá" por la opinión pública, los sectores nacionalistas
v las organizaciones sociales. En Piura y algunas _otras
lt"áá.3, gruPos de ciudadanos salieron a las calles
a
bautizó la jor-
celebrar ellcónt.ci*iento' El Gobierno
nada como el "Día de la Dignidad"'
La reacción de los E'táo' Unidos fue inmediata'
peruana los
Pocos días después, llegaron a la Cancillería
pri*"ror r..lr*o, delndemn izaciín y compensación Iruagen 2.2. Octpación de fuerzas del ejército de las instalaciones
icorrómi.a por la nacionalización' Estas pretensiones ,lt' la IPC en TáIara, Piura, el 9 de octubre de 1968'
tanto por
fueron rechazadas con rotundas declaraciones lirrcnte:Wrkipedia.
5r
50
[a Cancillería como por el propio Velasco, a razón de por la propia empresa era de 120 millones. Para saldar
la deuda que el Perú reclamaba a la IPC por derechos la controversia, una tasación independiente, ordenada
impagos por la explotación del petróleo. Pendía sobre el por el Gobierno, arrojó la cifra de 71 millones. El equi-
Perú la enmienda Hickenlooper, que consistía en cance- valente de este monto en soles fue depositado en el Ban-
lar los créditos, suspender el comercio y la ayuda técnica co de la Nación a nombre de la IPC e inmediatamente
a los países que afectaban a las emPresas norteameri- embargado como parte del pago de 690 millones que
canas sin una compensación económica. De aplicarse, el Perú reclamaba a la empresa norteamericana por los
Perú podría convertirse en un paria financiero, pues Es- años en que no pagó los derechos de explotación de La
Brea y Pariñas.
tados Unidos infuenciaría en los organismos de crédito
Esta no fue la única expropiación que el Gobierno
internacionales. La enmienda afectaba particularmente
las cuotas de azicar peruana en el mercado norteameri-
llevó a cabo en aquellos meses. Para asegurar la provi-
sión de combustible, en enero de 1969, expropió la par-
cano, que tan importantes eran para la economía nacio-
nal, las que se verían recortadas o eliminadas. Aun así, ticipación de la IPC en la empresa Concesiones Lima y
su red de distribución de gasolina y derivados de diésel.
Velasco contaba con el respaldo de la opinión pública, y
se dispuso a resistir las presiones norteamericanas.
El objetivo era resarcir los adeudos pendientes. Para no
ser percibidos como contrarios a los intereses naciona-
Para reforzar la posición Peruana, el general Edgar-
Ies, los diversos sectores políticos y de la prensa tuvieron
do Mercado Jarrín, ministro de Relaciones Exteriores,
exploró en las Cancillerías latinoamericanas posibles de- que sumarse a Ia posición del Gobierno apoyando las
claraciones de solidaridad, por si se ponían en marcha expropiaciones y la posición de fuerza frente a las de- \
sanciones contra el Perú. El Gobierno creía que era Po-
mandas norteamericanas. Las tensiones propias de las \
negociaciones se agudizaron cuando se produjo la cap- \
sible que en América Latina la enmienda Hickenlooper
desatara sentimientos antinorteamericanos. En ese pun-
tura de dos barcos atuneros de empresarios de Estados
to, el presidente Nixon envió un rePresentante personal Unidos que incursionaron en las 200 millas que el Perú
sostenía que eran parte de su soberanía marítima. Afor-
para poner fin a la controversia. Se trataba del abogado
y diplomático John N. Irwin. Las reuniones entre el tunadamente, el incidente terminó en un intercambio
de notas diplomáticas.
comité encabezado por Irwin y Velasco, acompañado
Velasco mantuvo siempre una posición firme, aun-
siempre de ministros y asesores, emPezaron en marzo
que el periodista y asesor presidencial Augusto Zimmer-
de 1969. La posición del gobierno militar era que la
tasación de los bienes expropiados a la IPC ascendíaa54
mann señala que existía un plan de contingencia por si
Estados Unidos aplicaba la enmienda. Este plan consistía
millones de dólares, mientras que la tasación realizada
q) 53
en explorar nuevos mercados parala caña de azitcar, re-
convertir los cultivos de la costa norte, refinanciar los
créditos con Europa occidental y acefcan el Perú a los
países socialistas con fines comerciales y de ayuda técni-
ca. Los Estados Unidos temían que la enmienda desen-
cadenara una campaña antinorteamericana en América
Latina, I 9ue, alentado por esta ola, eventualmente el
gobierno militar podía afectar los intereses de otras em-
presas. El hecho de que una sanción contra el Perú lo
empujara a los brazos de la Unión Soviética pesaba tam-
bién en las negociaciones. Los militares eran conscientes
de ello y aprovecharon esa carta. Ni a los Estados Unidos
ni al Perú les convenía la ruptura de relaciones, por lo
lnagen 2.3. El compositor Sixto Chulli Thboada, autor de la mar-
que la situación quedó al final en punto muerto: los Es-
t'ha "9 de octubre", entregando la letra de la canción que conme-
tados Unidos no aplicaron la enmienda Hickenlooper, rrroró la nacionalización de la IPC. La foto corresponde a 1969.
pero tampoco abandonaron sus pretensiones de obtenet litente: MarkLozada.
aunque fuera simbólicamente, una reparación por la ex-
propiación de la IPC. (lobierno peruano evitaba hacer desembolsos inmedia-
En los años siguientes, otras empresas norteame- tt¡s de su propia caja. Por su parte, los Estados Unidos
ricanas fueron nacionalizadas por el régimen militar, ilccptaron esta solución porque de esta manera evitaban
pero, dado que no tenían reclamos de deudas impagas (lrre se cÍelÍa en la región un antecedente de expropia-
como Ia IPC, se acordó abonar un precio por ellas. Las ción de empresas norteamericanas sin compensación.
negociaciones se llevaron a cabo al más alto nivel, hasta
Aunque el Perú seguía negándose a reconocer cual-
que en agosto de 1973 se firmó el acuerdo Mercado- t¡uier pago a la IPC, el Gobierno de los Estados Unidos
Greene, que establecía un pago conjunto de 76 millones rlccidió destinar a esta compafiía23 millones del montó
de dólares que el Gobierno estadounidense se encargaría
tlcl acuerdo global de los 76 millones. En el acuerdo sus-
de distribuir entre las empresas que reclamaban com- t rito por el Perú se señaló expresamente que la IPC que-
pensaciones económicas por las expropiaciones. Para fi- rlrl'ra excluida de las compensaciones, pero el Gobierno
nanciar este pago, los Estados Unidos otorgaron al Perú cstadounidense realizó una interpretación fexible de
un crédito de 80 millones de dólares, gracias al cual el tlicho acuerdo y pagó a la IPC. Algunos sectores de la
54 55
un
oposición criticaron esta medida, que consideraban
la luna de
p'rgo pot debajo la mesa. Para ese momento' en el maoísmo su marco de referencia para construir
'-i? .l gábi.rrro militar yahúia terminado' y el sus identidades políticas y aproximarse a la comPren-
"o"
velasquismo comenzaba a tener problemas desde
varios sión de la realidad peruana. En Lima, la Federación
el mercado nor- Universitaria de San Marcos rechazí el golpe militar,
flr.r.ár. Con todo, el arreglo evitó que
posición que no varió ni con Ia nacionalización de la
teamericano del azúcat se cerrara para los exportadores
positivamente por la IPC ni con la reforma agraria, que fueron vistas como
;;;;;""t, por 1o que fue evaluado parte de un proyecto de "corporativizar" a la sociedad
Á^yorí^d.lot ,."1or.. de la opinión pública' peruana.
Tias la nacionalización del petróleo y la populari- Por el contrario, como señala Nicolás Lynch, Ia
en un compás
dad de la media, el gobierno militar entró suspicacia sanmarquina contra el régimen pareció
expertos
de espera mientras se consolidaba el gruPo de confirmarse en febrero de 1969, cuando se promulgó
Aun-
militares y civiles organizado en torno a Velasco' el Decreto Ley n." 17 437 , que restringió la participa-
que en f.tr.ro de ti6g se promulgó la Ley Universita- ción estudiantil en el gobierno de las universidades,
iá, q". mereció el rechazo del movimiento estudiantil' eliminó los gremios estudiantiles, prohibió las activi-
ftr. án la Ley de Reforma Agraria cuando se reiniciaron dades políticas e instauró un ciclo inicial básico' El
las reformas estructuralet q'á t"' la razónprincipal
del movimiento universitario, que un mes antes había
régimen militar. fuí como había ocurrido con la expro- provocado la renuncia del rector Luis Alberto Sán-
chez, resistió la intervención estatal, movilizó a los es-
p1i"iO" de la refinería de Talara, la atención a la confic-
ser otro tudiantes, tomó las instalaciones y organizí protest¿rs
tiva situación del mundo rural Peruano iba a
lo, ejes centrales del nuevo gobierno' Por fin iban a
callejeras.
J. La respuesta del Gobierno fue la represión policial
iniciarse las reformas estructurales' lo
y el encarcelamiento de dirigentes estudiantiles,
que alimentó aún más la radicalidad de los universi-
tarios. El Frente Estudiantil Revolucionario (FER), de
El radicalismo universitario y los militares enorme influencia en aquella época, definió el velas-
quismo como un régimen militar fascista, por lo que
asumió en el movimiento universitario el nombre de
Cuando se produjo el golpe de 1968'-las universida-
FER-Antifascista.
des públicas atravesaban un periodo de masificación
y ,^dir tir rión política' Sectores provenientes de las Junto con el PCP-Patria Roja y el Partido Comu-
nista Revolucionario, el rER-Antifascista organizó la
."p", -.di"s provincianas y populares encontraron
57
56
CAPÍTULO 3
la
oposición a la intervención estatal y logró paralizat
rechazaban el
reforma universitaria. Los estudiantes La reforma agraria
"ciclo básico", una medida que elevaba la exigencia
áé*i." y retardaba la conclusión de los estudios
universitarios. Con esto, el movimiento universitario
mili-
le infringió una temprana derrota al régimen
,"r, a costa d. it""-tt'tar el aislamiento de
"""ó.
la universidad de los Procesos de transformación
en
59
58
así como proyectos de irrigación en la costa para am-
Acción Popular. En el plano internacional, las reformas
pliar la frontera agrícola y entregarlas a campesinos in-
agrarias .án alentadas por el programa" Nianza para
dependientes en forma de minifundios. Los sectores de
.l Progr.ro, lainzado por los Estados Unidos, como un
la derecha, si bien sobre el papel aceptaban una reforma
caminó para modernizar las economías latinoamerica-
agraria en la sierra, en la práctica trataban de contro-
nas. En Tg6l,laOtgtnización de Estados Americanos
lar el proceso para bloquearlo, ya fuera porque estaban
(OEA), que precisarrr..rt. debatió la implementación de
comprometidos con los propietarios o porque percibían
la Alianza pata el Progreso, asumió también la reforma
que la reforma agraria podía erosionar las bases sociales
agrariacomo Parte de su programa en una reunión cele-
de la sociedad oligárquica.
brada en Punta del Este, UruguaY.
Durante el gobierno de Manuel Prado se creó una
Aunque la necesidad de la reformaagraiaeraprác-
Comisión de Reforma Agrariay Vivienda (CRAV), pre-
dcamente un consenso en el Perú, había fuertes discre-
sidida nada menos que por Pedro Beltrán Espantoso,
pancias sobre sus alcances y los mecanismos para llevarla
antiguo presidente de la Sociedad Nacional Agreria y
."bo. Para los grupos de la izquierda radical, la redis-
"tribución de la tierra era una pieza de sus proyectos de director de La Prensa. En su info¡me final, entregado en
I 960, suger ía crear un impuesto que gravara a las derras
transformación revolucionaria de Ia sociedad peruana;
improductivas, dirigido sobre todo a las haciendas de la
es decir, esta debía ser consecuencia de las luchas por la
sierra peruana, que concentraban grandes extensiones
tierra. Para algunos, la tierra debía colecdvizarse, mien-
de tierra sin cultivar. Este impuesto debía empujar a los
üas que ofros defendían que se entregara a los campesi-
hacendados a tecnificarse y modernizarlaproducción o,
nos en forma de minifundio o a las comunidades' Los
caso contrario, a vender las tierras sin uabajar a agricul-
sectores más moderados, como el Partido Comunista
tores independientes.
Peruano, demandaban una ley de reforma agraria que
El informe (firmado por Ernesto Nayza Grundy,
al menos acabase con los latifundios' Esta fue la bande-
uno de los fundadores de la Democracia Cristiana, que
ra de varios postulantes comunistas al Congreso en los
poco antes había sustituido a Beltrán) sugería también
comicios de 7962.
un proceso de expropiación controlada, a realizarse por
Los partidos reformistas, como Acción Popular y
lises, de acuerdo con la disponibilidad del presupuesro
la Democracia Cristiana, planteaban que la reforma
rracional, de modo que se garantizafa la productividad
agrariadebía concentrarse en las haciendas de la sierra'
y la provisión de capitales. De todas estas medidas que-
q".r. ,. caracterizaban por su baja productividad, por
rlaban fuera las grandes haciendas de la costa central y
.-p1.", fiterza de trabajo gratuita y Por mantener las norte. Estas eran explotaciones bastante tecnificadas,
p.or., formas de explotación y abuso de la población
t¡ue empleaban fuerza de trabajo asalariada y generaban
indígena. Alentaban también la colonización de la selva'
6t
60
divisas gracias a la venta internaciond. del azicar y el al-
godón. En su interior existían sindicatos de trabajadores
influidos por el APRA que realizaban huelgas y acciones
de protesta para mejorar las remuneraciones y las con-
diciones de trabajo. Al contrario que las haciendas de la
sierra, que casi todos consideraban que debían desapa-
recer por ser instituciones arcaicas, sectores de la dere-
cha pensaban que las haciendas capitalistas de la costa
clebían quedar al margen de la reforma o que merecían
run tratamiento especial.
Según el informe de la CRAV, el primer año de-
lrían expropiarse 5000 hectáreas en la costa, junto con
30.000 hectáreas agrícolas y 300.000 de pastos en la
sierra. Un fondo de crédito ayudaría a los pequeños
y medianos productores a hacerse cargo de las nuevas
lrarcelas. Bourricaud sostiene que la reforma defendida
lror Beltrán tenía un catácter "técnico", ya que debía
rcalizarse privilegiando la capacidad de gasto del Estado
(solo el primer año se calculaba que harían falta 300
rnillones de soles del presupuesto público) y cuidando
,lc no afectar la eficiencia de la agricultura mediante la
¡iarantización de créditos y asesoría técnica.
La reforma agraria propuesta por la CRAV, en par-
tc por problemas presupuestarios, no produjo mayores
, rrmbios en el agro, y el problema siguió sin resolverse.
No obstante, las transformaciones rurales no se dete-
nían. En Junín, Cerro de Pasco y Crtzco se produje-
Agraria y su reglamento'
Imagen 3. 1. Pottadade la Ley de Reforma ron diversos conflictos por la derra entre campesinos
las organizaciones campesinas y
l;il;,. que se difundió entre
v hacendados que agudizaron las contradicciones en la
la opinión Pública.
s«rciedad rural. Entre 1959 y 1963, en el valle de La
Fuente: \Tikipedia.
( i¡nvención, situado en la ceja de selva de Cuzco, los
63
62
aáos: si la reforma agraria no se realizaba desde el Esta-
campeSinoSorganizadoSenSindicatosagrarioSPromo- do de manera controlada, sería impulsada desde abajo,
contra los abusos
,ri..ár, huetgas y paros para Protesar por los propios campesinos, con desenlaces imprevisi-
derivó en to-
d. to, h"".ñd"áot. Pronto el movimiento bles debido a la agitación de los partidos de Ia izquierda
** ¿. tierras. Liderados por el joven trotskista Hugo revolucionaria. La entrega de títulos de propiedad a los
gi;rr"o, los sindicatos decretaron e implementaron una
campesinos estuvo acompañada de un paquete de inver-
;.fb;;;;ñia desde abaio-, expulsaron a los hacenda- siones en escuelas, postas médicas, carreteras y canales
dos y se .rrfr.rr,"tott a la Policía' . - de regadío, que buscó reinstalar la autoridad estatal en
1o-
El movimie,,,o ""tp"'ino de La Convención La Convención.
de la opinión pública
incluida la
grO J "Y11:tñ"' Cuando en 1963 Fernando Belaunde ganó las elec-
"p"y"Co*.'"io locJ' que publicó un comunica-
Ze^^rii. ciones presidenciales, la reforma agraria fue una de sus
J. ." .f que solicitaba al Gotierno la implementación principales promesas. La victoria belaundista alentó a
de la reform a agtxia. La respuestl fu:.l"ttptradamente los campesinos de las comunidades del Cuzco, Cerro
líderes campesinos
oositira. Aunq,]e Hugo Blanco y los de Pasco y Junín a "recuperar" las tierras que los ha-
í."";;;;; p*p"t"¿" f,"'" ot" rápresión gubernamental cendados les habían arrebatado en el pasado. Cientos
y .""".t.,1i", tr"tt" por Ia tierra en una revolución' el
^Rit"'do de campesinos con la bandera peruana invadieron las
Pérez Godo¡ quien de-
sobierno del general haciendas y se enfrentaron a las fuerzas del orden. En
una re-
?J " l,r"n.rá Prrdo en julio de 1962' aprobó Cerro de Pasco y Junín, las tomas adquirieron un matiz
agraria que se aplicaría tot: t1 La
Convención'
forma
'ir*-i.gifrr¿ nacionalista, pues su principal objetivo era la compañía
por
la'redistrilución de la tierra realizada
norteamericana Cerro de Pasco Corporation, empresa
los sindicatos campesinos y, al
mismo tiempo' apaciguó
tam- minera que había ampliado sus inversiones a la ganade-
i, agratii'Adicionalm ente' Pérez Godoy
"git""ión Agraria y coloniza- ríaylaproducción de lácteos. En la sierra del Cuzco, las
bién creó el Instituto de Reforma tomas de tierras fueron irreversibles gracias al apoyo de
de la agricultura
ción para Promover la modernización la Federación de Ti'abajadores y de la población urbana,
derras'
y l" po.tt".n explotación de nuevas
' 'E.r" fue la irimeta reforma agratia peruana' Aun- que se sumó a los mítines campesinos que paralizaron la
limitado' mostró que ciudad durante largas jornadas.
que su alcance g.og'áfito. ltre muy En Cerro de Pasco y Junín, el Gobierno logró dete-
entendían que
cada'vez*á, ,."to""s políticos y sociales ner parcialmente las ocupaciones de derras, pero a nadie
era necesario Poner fitt rnodtlo.injusto de dist¡ibución
"llas décadas anteriores' La refor- escapaba que era urgente continuar con la reforma agra-
á. ü,i.rm hÉredada de ria iniciada por el gobierno dePérez Godoy. Sin embar-
Convención supuso para los militares
-" lgt"tr, en Laque resultaría crucial en los siguientes
go, a diferencia del régimen militar, Belaunde no podía
.r., ,f,r..tdizaie
65
64
sino que tenía que contar
actuar de manera unilateral' le.era
d.l c;;;*'o'.do'á' la oposición
;üld"
"I,ili
contraria. EI proyecto dJ
tty de reforma agrtia que'Be-
encalló en un largo debate
launde envió al Co'Et'o
al bloque aprista-odriista
oarlamentario, que f?'ti'iO
:J""',,, i;;;;:;'l; i'""" hacerl a i n út il' Así' la
f "" mayo de 1964
Lev de Reforma Ag';il;;"mulgada :n ri a-
g""d" s agro indust
;.j * ;;;;ñ ""1*
c Jm p le j o
sierra central' En
les v a las estancia' gín"at"t de ia
representantes de este sec-
;r ffi,J;**;Já "a'io' de proteger sus intereses
; *. se habían encargado
que permitieron a
añadiendo numerosas eicepcionet
propiedades. En con-
ilil;"dos salvagu"rdr, _ro. belaundista resultó un fra- Imagen 3.2. Hacienda Casa Grande, en La Libertad. Perteneció a
secuencia, l"tfo'*"t"graria et
p'opitdad' 1o que provocó la familia de origen alemán Gildemeister. Fue expropiada 1969.
caso, pues.*".pt"o"iig'"" (lolección del autor.
la solución
i" ¿.J.p"u" ¿t to' taniptsino' y posteruó hizo con el
del problem"
q'"'vtl""o""
'r'"nJ'*ül* pues en el Perú se celebraba el Día del Indio. Siguiendo
poder. el estilo militarista que tan exitoso había sido en Tálara,
la reforma agraria iba a ser
Los militares sabían que mismo tiempo que se producía el anuncio público,
que llevaría a cabo ¿rl
una de las grandes tt""'fo"t'"tiones cl Ejército ocupaba 18 complejos azucareros en la costa
ahí quedesde.muy. temPrano comen-
.i't¿g*."lDe para norte. Haciendas como Casa Grande, Roma y Laredo,
zaran lts negociaciones
en el interior del COAP
agratta q": f:tt1 mucho de la familia Gildemeistet o las haciendas Cartavio y
formular r.rr," ttylt reforma l)aramonga, pertenecientes a la empresa norteamericana
más allá de lo que
pJ"' codoy! Btht"tde habían plan-
(lrace, fueron ocupadas por equipos de funcionarios y
teado. E,,t,. o.t.,b.. ¿.
tgegy junio de 1969,Ve1asco
C:ittjt de Ministros' técnicos de la reforma agraría que iniciaron su conver-
maniobró pr,' ""otPoner :1, ministro sión en cooperativas agrícolas.
cesando ."t" ot* "l geneml José'Benavides'
tt perfil con- En las semanas siguientes, equipos similares se mo-
;Añ;i;.", a' q"iá de'confiaba.lot sin vilizaron por las haciendas de la sierra. Esta era la medida
servador, dt -odo ü:"t
f" reforma agretia se lanzara
de ReformaAgraria se Pro- rnás radical de reforma agraria que hasta ese momento
oposiciones interna'' LaLey
1969' fecha simbólica'
mulgó nr,"trnt"tli li ¿'junio
67
66
en el Perú' La inclusión en
se había Puesto en marcha
que pro.ducían para el
i; ü;d! i* hr.i.t'd"s ^zucareras' más allá del "consen-
mercado internacional, iba mucho
los años anteriores' Era
so reformistd' generalizado en
militar claramente
una medida que situaba al gobierno
izquierdista de Ia polí-
dentro del espectro p'og"'i"" o
-* nacional.
tica
su reforma agraria
F;q;é Velasco decidió iniciar Hubo dos razones
por las emPresas agroexportadoras?
lado' se trataba
oue explicaban esta decisión' Por un
lin ¿"árá. ,r.," ¿ttiti¿n política' El régimen.militar
los latifun-
que la olig"'qt'í" se sostenía en
"""Já.trU"
dios azucareros y en li"t'""' sus
dos grandes pilares' de
eliminaba una [magen 3.3. Ferrocatil de la hacienda Paramonga, perteneciente
rnodo que al .*propi" estas haciendas a la compañía Grace, expropiada durante el gobierno de Velasco.
Velasco se refirió a
de las bases de ,t' podt'' El propio Cortesía de Raúl Flores.
pensado
la reforma agtaria como un acontecimiento
t'pi""'o de la oligarquía' Modernizar
;;;;;bt"r".l los poderes tra- transformación tendría más posibilidades de salir bien
i" ro.i.drd peruana requería acabar con que los si el nuevo modelo comenzaba a aplicarse en la costa, de
dicionales op.r."o' "1 p'o"t'o-"revolucionario" rnanera que pudiera servir de ejemplo al resto del país.
militares pretendían llevar a cabo' Más allá de las consideraciones económicas y polí-
tenían la
Por otro lado, las haciendas aztJcarenas ticas, la reforma agtaria tuvo también un fuerte conte-
bien' y' por
,r.rrr";" d. q.r. funcionaban relativamente nido social. Los militares sabían perfectamente que la
r en el tipo
,r^ rláon, *"r, tl lugar ideal Parajvanz r:oncentración de la tierra en pocas manos daba lugar a
de reforma agrxia q"t" Vtlattá y
los militares tenían
rrn régimen de dominación y explotación sobre la po-
en entregar la tierra di-
en la cabeza, que no consistía blación indígena rural, que se expresaba en el trabajo
en crear emPresas
rectamente , t, t"-pesinos' sino
¡iratuito o la servidumbre, así como en la negativa de los
;;;;;-*t *odt""' de las que los campesinos fue- lracendados a implementar escuelas dentro de sus pro-
,""'r"lt"t y trabajadores' En la época' las cooperativas
eficien- ¡ricdades y favorecer la ciudadanización de los campesi-
.rrt .otriáeradas como una organ\ztción másque esta n«rs. Es deci¡ en ciertos aspectos el régimen de haciendas
;; q* .i minifundio' Los militares pensaban ¡rrcvaleciente funcionaba como una esfera autónoma a
69
68
como la depuración de los poderes regionales y locales
que habían hecho de la sociedad oligárquica una socie-
dad de privilegios.
Velasco se imaginaba el campo pletórico de coope-
ratiyas o empresas agrarias, modernas y mecanizadas,
que organizaran más eficientemente la producción.
Además de incrementar la justicia social y de convertir
a los campesinos en trabajadores-socios, el campo de-
bía proporcionar alimentos baratos a las ciudades con
el fin de asegurar lapaz social que la revolución necesi-
taba. Para lograrlo era imprescindible la modernización
y el incremento de la eficiencia del sector rural. Sobre
el papel, las cooperativas debían asegurar la provisión
de capita-les, maquinaria, recursos, tecnología y asesoría
técnica a los campesinos, así como facilitar la comercia-
lización de los productos en términos más justos. Para
esto último, el gobierno militar creó empresas esrarales
de comercialización agrícola con el objetivo de sustituir
a las empresas comercializadoras privadas.
La expropiación y adjudicación de tierras esruvo a
cargo de la Dirección General de Reforma Agraria del
Ministerio de Agricultura. Al principio, la norma esta-
Imagen 3'4' Trabaladores del ingenio MocaÍe- bleció un límite no expropiable de 150 hectáreas, aun-
ro Paramonga, en Lima' La hacienda perteneció que un decreto posterior permitió que en las haciendas
1" .o-p"ñia Grace y fue expropiada
en 1969'
"Colección que no pagaban salario a sus trabajadores se procediera
del autor'
r la expropiación incluso por debajo de esa superficie.
Irl proceso se llevó a cabo por etapas, sumando suce-
reforma agfari^ era siyamente provincias y territorios, según la capacidad
la legalidad y al Estado' Por esto' Ia
de Ia sociedad perua- operativa de la Dirección General de Reforma Agraria.
Darte de un proceso de integración
;;;;b* ;"'.vas bases soci;les' entre ellas la expansión lrsta estrategia permitió que parte de los propietarios
así
áI i;;d;dad en los sectores rurales e indígenas' se anticipasen a la expropiación. Algunos vendieron las
7r
70
que otros parcelaron
maquinarias y el ganado, mientras
;;rii;tt"t y 1". trá,"firieron a familiares o las vendieron
obtenían precios
,rr, .olorros. Aunque por 1o general
"p"t áJ";" opción mejor
del m."ado, esta
-era-paraellos
llegaban los fun-
oue esperar la expropiación' Óuando
con que
il;;;i;t de la reformaagrariase encontraban sus cultivos
rnrr"h", haciendas t't"b"i descapitaiizadas'
,U"rrdo"rdos o habían sido fraccionadas'
se produjeron
En Cajamarca, Piura y Andahuaylas
los campesinos'
movimientos de protesta por parte
de-
reforma paru evltar
qrr. q,r.ti"" ,c.I."r el ritmo de la
oue estas prácticas continuaran'
El caso más célebre fue
liá. Áá"rruaylas, donde en 1974la federación el partido
Pro-
Van-
Imagen 3.5. Pla¡taciones de caña de azucar de la hacienda Larco,
po-r La Libertad, Perú, principios del siglo )O(
vincial de campesinos, influenciada
pot Lino Quintanilla Fuente: \Wikipedia.
g;;;di" R..nolo"io,'"'í" y lidtoda
impulsó tomas de tierras y su
; l*ii" César iMezzich, y a la inter- esperaban. Como resultado, en varios lugares, los fun-
distribución entre los campesinos, -obligó
agraria' En
de los funcionarios de la reforma cionarios velasquistas tuvieron que hacer concesiones
""rr"i¿r, con las or-
..r"t t.gt."es, dichos funcionarios se aliaron sobre el terreno, negociando formas híbridas de organi-
en contra de las
saniztciones campesinas, pues estaban zación empresarial que no se ajustaban exactamente al
de estos
il.,t'"l * ;ealizaban los hacendados' Muchos modelo diseñado por los militares y sus asesores desde
de izquierda'
funcionarios eran cercanos a los partidos Lima. El caso de la comunidad de Catacaos, Piura, es-
naturales' Sin
v veían a los campesinos como aliados tudiado por la antropóloga Mari Burneo, ilustra dicho
il;;.; rrt t.r""i""es no siempre fueron sencillas'
la orgtnización
proceso. Allí, los comuneros se movilizaron para recla-
Los campesinos tenían como referente mar la restitución de las tierras que consideraban que
la tierra de
;;;;"r: y deseaban que se les transfiriera se las habían arrebatado los hacendados, de modo que
manera directa, p"á reconstruir sus comunidades o cuando llegaron los funcionarios de la reforma agraria
'"" para organizan :una cooperativa se opusieron decidida-
para ser agricultores independientes'
' L, iiea de convertir las haciendas en empresas mente. Funcionarios y dirigentes tuvieron que negociar
que ellos
cooperativas no era el tipo de reforma
agraria y transar una salida: las cooperativas "comunales" de
73
72
la reforma agraria tuvo como objetivo impulsar una industria nacional median-
oroducción. Como en Catacaos' te la transferencia de capitales desde el sector agrario
existentes en las regiones'
[".-r*.i¿"rse a los procesos hacia el industrial. Eran un incentivo para convertir a
jarticularmente cuando existían sectores del campesi-
los antiguos hacendados oligarcas en una burguesía in-
^'-*i.,movilizados.
nado
de la sie- dustrial. Entre quienes siguieron este camino se encon-
tm haciendas de provincias y distritos
de lucha campe- traban empresarios en la actualidad tan representativos
rra, donde existía.l"" -t"o' tradición como Dionisio Romero, antiguo propietario de hacien-
marcaron la pauta y
sina, los funcionarios velasquistas das de algodón en Piura.
adap-
;;;;;;.1 tipo de orstnLación al que debían
en estas regiones donde el En la costa, la reforma agrariacomenzó con los lati-
tarse los adjudicatarios' Fue fundios azucareros, mientras que en la sierra se inició en
procedió a
Sinamos tuvo mayor infuencia política' pues
"":,;;"'';;;^lo, las grandes haciendas ganaderas de Cuzco y Pasco, don-
.io.,o, indígenas' " 1:: q"'brindó cur- de las comunidades campesinas estaban movilizadas,
;;; á. capacitación y educa'ción.política' Fue también incluso antes del ascenso al poder de Velasco, y llevaban
mayoritariamen-
ahí donde los campesinos respaldaron a cabo invasiones de tierras. En todos los casos se pre-
te al régimen militar' tendía evitar el riesgo de dividirlas en parcelas demasia-
Gobierno' eI
Más allá de los objetivos iniciales-del
muchos matices loca- do pequeñas, por lo que se pusieron en marcha diversas
Droceso de reforma
^g:'^'i^tuvo muy poca estrategias para asegurar una organización asociativa de
ío | ,.gio"aies. Aunque en general encontró frente las propiedades. Fueron muy pocos los campesinos que
,.rá..ri"i* de los p'opitt"'át' hubo que hacer La ley recibieron directamente la propiedad de la tierra desde
J-r.obl.-" de [as-compensaciones económicas' el primer momento. Esto solo ocurrió en zonas como La
;ffi;ñ" q* to' d*not de los predios expropiados Convención, donde los campesinos estaban moviliza-
ajusla;
J.bí"n recibir un justiprecio por su propiedad' dos e hicieron prevalecer sus intereses de convertirse en
lnwestigadores-del
do al valor d.l ,.gi't'á predial' Los propietarios independienres, y el Gobierno cedió ante el
Mar y José
i*,ii".. d. Estuiios Pt"'"to' José Matos como una "Yenta temor de perder el control de los acontecimientos.
il;;;JM.jía definieron esta práctica al contado y el Las Cooperativas Agrarias de Producción (CAP)
forzosa". Urra p"t" del valor "
p'g"b"
Los propietarios que flueron el modelo de organización destinado principal-
resto en borro, a 20,25 y 30 años' mente para la costa central y norte, donde estaban las
deseaban invertir en el'sector
industrial podían hacer
la indemniza- haciendas más modernas, con infraestructura indus-
inmediatamente el valor total de
parte trial y vinculadas a los mercados internacionales. En las
,i a cambio se comprometían a poner de su
"f..,i-ro
(lAP, el Estado retenía la propiedad de la tierra y los
"i¿r, in .rrión de monto^similar' Este mecanismo tenía
or"
/4
reservaba el derecho de nombrar a los delegados, lo que
aseguraba el control estatal de una CAP.
inicio compleja y
La gestión de las CAP fue desde un
confictiva. La mayoría de los trabajadores permanenres
de las haciendas tenían parcelas adjudicadas como com-
pensación por los bajos salarios que recibían, por lo cual
al momento de formarse las cooperativas adquirieron el
doble papel de "socios" y de "parceleros". Como socios
exigían el aumento de salarios y la mejora de las condi-
ciones laborales, pero como esro era inviable debido a
la incorporación de nuevos socios (por lo común traba-
jadores temporales de las exhaciendas) y al aumento de
Ios costos de producción, tendieron a reducir el tiempo
cledicado a las tierras de la cooperariva para dedicarlas al
trabajo de sus parcelas. A esros problemas internos debe
entregando diplomas en una
Irnagen 3.6. JwnVelasco Alvarado eñadirse el asedio de las comunidades campesinas que
La foto corresponde al ai'o
1971 '
...."rr."t* páblit'' rcclamaban como tierras comunales parte de los terre-
Colección del autor'
nos sobre las cuales se habían constituido las CAP. Un
de socios-trabajadores' caso representativo es el que refiere el sociólogo e inves-
campesinos adquirían la calidad
1a deuda agraria, es
é"r"'""""¿o .,rl-i.r"ra el pago de tigador del desarrollo rural Giovanni Bonfiglio sobre la
decir, la indemnización que
d1bí"' recibir los antiguos { )AP Viduque, que poseía 1576 hectáreas, pero después
a ser proPleta-
J.r.nor, los campesinos-socios pasarían tlc la invasión de la comunidad de Catacaos, en el Bajo
al Gobierno'
;t. il. modelo confería t"' gi"t' poder l)iura, se redujo a 600 hectáreas.
gerencial' admi-
que en la práctica impo.nía "1 i"tto"'l
La complejidad de la administración de las hacien-
La producción
nistrativo y técnico dt 1"' coopttati'"s'
,las agroindustriales colocaba a los antiguos trabajadores
a los
seguía las pautas qttt--""'b*
lot funcionarios' :rgrícolas, inexpertos y carentes de formación empresa-
y las demandas de
oue se subordinab' ú f'"ittpación lirrl, en una situación de desventaja. Por su parte, los
il;;tiror. L"' Jooperativas contaban con una firncionarios nombrados por el Gobierno reprodu-
de admi-
;;i.; general Jt aatg"aos'. ur.conse'io t írrn con frecuencia las relaciones autoritarias y pater-
vigilancia' El Gobierno se rrrrlistas de los antiguos hacendados, lo que hacía que
nistración y un consejo de
77
76
CNA del régimen de Morales-Bermúdez. En 7977, Avelino
Avelino Mar Arias Y la
Mar ocupó la presidencia de la CNA.
más populares
Un año antes se había incorporado al Partido
Fue uno de los dirigentes camPesinos Socialista Revolucionario liderado por Leonidas Ro-
Nlció^en 1935 en
vinculados al régimen velasquista' dríguez. Desde esa posición fue una de las grandes
Convención'
la hacienda Huayopata, provincia de
T 'a
figuras nacionales del movimiento campesino que lu-
¿;;.;. a;t prdrá. it"to"arrendires de la hacienda de
que pro- chó contra las políticas económicas del gobierno de
Benjamín La Torre, un célebre terrateniente Morales-Bermúdez. Pasó a la clandestinidad cuando el
Mar estudió en el
Áli^ r¿ y caia de azucar' Avelino régimen declaró ilegal a la CNA e inició la persecución
ár.", 1á¡o, d. la vigilancia del hacendado' Al con- de sus dirigentes. En 1978, a:ún en la clandestinidad,
J;;; .,'"p, .r.ol"" L'g"'ó a la carrera de. agronomía fue electo miembro de la Asamblea Constituyente y
Abad del
.r, t" Urrru.rsidad NaciJnal de San Antonio participó de los debates para la redacción de la Cons-
abandonó,los estudios
é,rr.o, pero dos aÁos después titución de 1979. Thas su experiencia parlamentaria
sindicatos cam-
.rrr" d.ái.rrse a la organización de regresó a su predio en Huayopata, donde retomó sus
;ti.;t. Fue uno de IÁ fundadores de la Federación
actividades de dirigente agrario vinculado a la CNA.
'Provincial de Campesinos de La Convención y Lares;
Avelino Mar nunca interrumpió sus vínculos con el
y propaganda'
en 1965 fue electo secretario de prensa movimiento campesino de La Convención. Murió en
Pelada' co-
Al instalarse las guerrillas del MtR en Mesa 2015, en un hospital de Lima.
mandádas por iuis de la Puente
lJceda' fue tentado
solo aceptó apoyar a
para incorporarse a sus filas, pero
fue detenido
io, g,r.r.ili.ros con provisiones' Por esto'
pori" policía yprocesado hasta que en l97l resultó
la confictividad con los campesinos fuera constante.
amnistiado Por Velasco' (lomo las cooperativas nunca fueron efecdvamente
Al salir áe prisión, Mar retornó a La Convención' controladas por los campesinos, estos las percibieron
campesino.y se
donde ,.rn,rdá sus labores de dirigente como cuerpos extraños a su forma de vida. En junio de
numerosas ligas
;*a J.i pr.dio familiar' Organ\zó 1972, una ola de protestas y huelgas obligó al Gobierno
-igr:^ro qr. di.,ot' origen. a Ia poderosa, Federación rr permitir elecciones abiertas de delegados en Tirmán.
"gr"",". Rerol,rcion"ria" Túpac Amaru' la principal
En estas Aun así, incluso en los casos en los que los trabajadores
Uir. ¿. la Confederación Nacional Agraria'
y el régimen mili- l,rgraban elegir a sus representantes en los directorios
tareas se vinculó con el Sinamos
pasó a la oposición tlc las cooperativas, los funcionarios del Ministerio de
tar. A la caída de Velasco, la CNA
Agricultura y del Sinamos continuaron imponiendo su
79
78
que los minifundios, pues permitían optimizar el uso
de tecnologías modernas y dotarlas de una otgenización
empresarial. Durante el proceso de reformas se crearon
alrededor de sesenta SAIS. Entre las más célebres están
las SAIS Cahuide y Túpac Amaru, ambas en el depar-
tamento de Junín. La primera reunió varias haciendas,
como Laive y Ranatullo, que conformaban la Sociedad
Ganadera del Centro y cerca de 29 comunidades cam-
pesinas. La segunda se formó sobre la base de los terre-
nos pertenecientes a la Cerro de Pasco Corporation, y
agrupó a 16 comunidades campesinas. Esta última SAIS
existe hasta la actualidad, dedicada principalmente a la
ganadería y producción de lácteos.
(sentado)' líder campesino y dirigente
de la El problema era que esta no era la reforma agratia
Imasen 3.7.Avelino Mar
'tí.!t agtaria' por entonces miembro de
la tuam- que los campesinos habían esperado. Buena parte de
i*l^"ii"Ñr.io,,a
blea ConstituYente de 1978' las tierras de las haciendas habían sido en el pasado tie-
óor,.rí" de fuchivo MMCC[uan Mendoza' rras de las comunidades, y los campesinos creían tener
derecho a ellas. Su objetivo era que se las adjudicaran
y nombrando a los directamente a ellos y no a las SAIS. La respuesta del
influencia, decidiendo los cultivos (lobierno consistió en diseñar un modelo complejo, en
gerentes Y administradores' cl que coexistían en el interior de las SAIS cooperativas
tipo de organización empresarial. i1-
ság,rr,do
de servicios conformadas por los antiguos trabajadores
p*k;;" fo, .1 régimen -i'Íit"' fueron las Sociedades
pen- rle las haciendas y las propias comunidades campesinas
lgtl""f"t ¿e Interé-sSocial (SAIS)' Las SAIS estaban
Ia con la categoría de socias, pero con sus propias estruc-
sadas particrrlr,-t"tt para las haciendas ganaderas.de t uras comunales y formas colectivistas de otganizar la
ttt
,i*"'p.rrrrna. Su objetivo^era evitar que maqulna-
y su 1llgl:t producción. El resultado era una institución muy dificil
latifundios, así como su infraestructura rle gestionar, con intereses divergentes en su interior, en
productiva'
ria, se disgregaran y perdieran -cllacldad p': lrr que convivían lógicas de funcionamiento contradic-
Bl .*. ,.ñriio, .t' á""tiótt refejaba el paradigm^ torias. Casi desde el principio comenzaron los proble-
las economías
¿o*irrrrra. en la época, que privilegiaba nlas y las tensiones. Las comunidades pugnaban Por
con'idt"ias más rentables y eficientes
;; ;;" escala,
81
80
directa de movimientos de izquierda, que consideraban que el mo-
desmantelar las SAIS y lograr la adjudicación
de antiguos tra- delo velasquista era insuficiente e inadecuado Para sus
tierras, mientras que las cooperativas
-U*"J.t.t
las
proyectos revolucionarios. Descontentos con la estrate-
(muchos át lot cuales no estaban adscritos a
temían perder sus medios de vida gi" d. avance progresivo, apoyaron o incluso impulsa-
;l;;;;nidad) io., to*", de derras, que pretendían iniciar una reforma
si eita adjudicación se Producía'
puso en agraria "desde abajo", en comPetencia con la reforma
Adeá¿s de las CAP y las SAIS' el Gobierno
adicionales dirigidas.a impulsada por el gobierno militar. Estas controversias
-"r"h" una serie de instituciones de llevaron a que con el tiempo se hicieran ajustes en la ley'
las capacidades técnicas de los trabajadores
""-.","t casos del Centro de Por ejemplo, los campesinos de la hacienda Huando,
las cooperativas agrarias' Eran los
para la.Reforma Agrariay propiedad de la familia Graña, se declararon en huelga
irr,r.rtii".iOn y Cipacitación p"r" qr.r. el Gobierno la interviniera y se evitara que las
de las Coo-
del Sisáma defuesoramiento y Fiscalización
Asimismo' se confor- ii..r"r fueran transferidas a miembros y allegados de di
;;;Ag;arias de Producción' Nacional de cha familia, como de hecho estaba ocurriendo'
maron emPresas estatales como la Empresa
Presionado por la escalada de tensión, el régimen
C"-.-irfi zación de Insumos' la Empresa Comerciali-
articular a las derogó el capítulo IX de la Ley de Reforma Agraria, que
ztdorade Arroz, entre otras' para Procurar
interno' Estas ins- permitía la parcelación por iniciativa privada. Sobre el
haciendas de la costa con el mercado
el nuevo papel esta norma estaba dirigida a promover que la par-
buscaban facilitar la transición hacia
,i,.r"io.,., celación se hiciera entre los campesinos, p€ro muchas
rir,.."" ¿" propiedad' Los grandes hacendados habían veces era empleada por los hacendados para transferir
i.nido al crédito privado y público' Pues mu-
""".ro de los bancos' La su propiedad entre su parentela o a testaferros, y de ese
chos de ellos eran también accionistas
modo continuar controlando al menos una parte de las
,g;*p"tr"ción funcio naba gracias a esta confluencia' tierras. Otro ejemplo de ajuste en la ley fue la inclusión
q"rr. p.r-itía generosos créditos
bancarios' La clave para
fujo de los fundos menores de 150 hectáreas, como resultado
qr.r. agratiatuviera éxito era evitar que el
ir r.for-á
régimen militar for- de las movilizaciones de los campesinos de los valles de
de crédito se cortara' De ahí que el
que poco Supe, Barranca y Pativilca, donde predominaba la me-
taleciera al Banco de Fomento Agropecuario,
con la misión r.liana y la pequeña propiedad. En Piura y Andahuaylas,
J.rprré, se convirtió en el Banco Agrario'
como se mencionó, los movimientos campesinos y los
de suministrar crédito público a l"i empresas
agrícolas
partidos de izquierda procedieron a organizar tomas de
t---M;;
oroducto de la reforma'
ticrras, lo que obligó al Gobierno a declararlas antes de
q.r" d" los propios hacendados' [a oposición
sector de partidos y Io previsto zonas afectas por la reforma agraria. Estos
a la reforÁ a agtatiapto"i"o de un
83
82
progresivamente en un mundo en el que prepondera-
ejemplos muestran que, si bien la reforma agraria fue
ban las CAP y SAIS, así como secrores de pequeños y
t'rn pio"..o desde arriba, hubo numerosos casos en los
medianos propietarios. En la década de 1980, sin em-
qt'r.lo, campesinos influyeron en el ritmo de las expro-
bargo, factores externos como la recesión internacional,
piaciorr.s e, inclusive, en las formas de organización
la escasez de crédito, el retraimiento de la ayuda técnica
empresarial.
del Estado e incluso fenómenos naturales como El Niño
Entre 1969 y 1975, se expropiaron y adjudicaron
afectaron profundamente al agro peruano. Las coopera-
en total casi seis millones de hectáreas. Matos y Mejía
tivas de la costa norte se descapitalizaron, entraron en
señalan que el crecimiento anual promedio del produc-
en esos años fue del 2,Lo/o' Esto signi- crisis económica y organizativa, y los campesinos opta-
to bruto
"grícola ron por sembrar cultivos alimenticios para sustentar a
fica que la-producción agraria no cayó con la reforma
sus familias. En los hechos, dejaron de funcionar como
Es iierto que pudo crecer-más, pero el limitado
^gr^ri^. una organización empresarial.
iicremento se debió sobre todo a la contradictoria posi-
Años después, varias de estas cooperativas empeza-
ción del Gobierno, que, Por un lado, empujaba a través
ron sus procesos de disolución. Lo paradójico es que
de sus funcionarios la siembra de cultivos alimenticios
esto fue un resultado inesperado de la reforma agraria.
en el 4}o/o de las derras y, Por otro, subsidiaba los ali-
Velasco quería mejorar el nivel de vida de los campesi-
mentos importados, particularmente al trigo, el attoz'
nos y liberarlos del sistema de abusos que soportaban
el maiz y lá, car.r.s para la población urbana' En con-
cn las haciendas, pero no pretendió convertirlos en pro-
,..rr.rr"i", concluyen Matos y Mejía, Velasco hizo una
pietarios, sino en una suerre de proletariado rural bien
reforma de la propiedad que revolucionó la sociedad ru-
remunerado y con derecho a participar en la gestión
ral, pero no propició una revolución productiva, ya que
de las nuevas empresas cooperarivas. El objetivo de los
sus política, tolrr"r.-entaron sustancialmente el valor
rnilitares era sustituir las haciendas por grandes coope-
de la producción agraria'
más significativos fueron los efectos sociales
rativas supervisadas y dirigidas por el Estado, no distri-
Mu.ho
buir la derra entre los campesinos. No obstante, tanto
de la reforma. La ilase terrateniente y el sistema de po-
Ias CAP como las SAIS fracasaron, y con el tiempo los
der, privilegios y abusos que había organizado alrededor
campesinos de la sierra procedieron a la parcelación de
d.l rnot opl[o de la tierra desaparecieron' Fue el tér-
las SAIS, como ocurrió en Puno, y lograron su objetivo
mino de la servidumbre indígena en las haciendas de la
r.lc controlar directamente las tierras, sea a la manera de
sierra. A finales de la década de 1970' el mundo rural
r¡rinifundios o porque las tierras de las SAIS pasaron a
peruano había dejado de estar dominado por las rela-
.ion., hacendado-campesino indígena Para convertirse ¡roder de las comunidades campesinas.
85
84
la refor-
Más allá de estos matices, lo cierto es que CAPÍTULO 4
más
ma agraria peruana fue una de las transformaciones
radiáes d. l, .rtrrr"tura de la propiedad rural
experi- La política de desarrollo industrial
fue
mentadas en América Latina' Visto en perspectiva'
milita¡'
.i ptr,r"rp¿ cambio impulsado.por.el régimen
Úri rn¿tiro adicional fue el hecho de que' a diferencia
deMéxico,BoliviaoCuba,dondelareformaagratit
,. ,.diró en medio de procesos revolucionarios' la re-
forma agraria Peruana fue bastante pacífrca' sin
costos
mi-
J. ,"rrgá. El hecho de que la rcalizara.un gobierno ientras que la reforma agraria convertía a los
,;"-.-d. controlaba lo, ""t"to' coercitivos' así como la campesinos indígenas en pequeños propieta-
con
*át.i, generalizada de la necesidad de acabar rios o socios de las cooperativas y elevaba su capacidad
a [a reforma'
el anticuadJ e injusto mundo rural previo de consumo, la política industrial debía modernizar la
colecti-
garantizó que esta se impusiera sin resistencias economía, consolidar al sector empresarial industrial y
í", org"rrir"das por parte de los antiguos propietarios' fortalecer a una clase trabajadora estable, con derechos
No oárriría lo misÁo con otras reformas del gobierno sociales reconocidos por el Gobierno. Para el régimen
militar. militar, ambas cosas iban de la mano: la reforma agraria
convertía a campesinos en consumidores y la promo-
ción de las industrias tenía en ellos a su mercado natural.
Eran estos los dos pilares claves de la gran transforma-
ción socioeconómica en marcha.
Cuando Velasco asumió el poder, la idea de que el
desarrollo industrial debía ser conducido por el Esta-
do era un sentido común compartido en muchos paí-
ses latinoamericanos. En las décadas de 1940 y 1950,
el economista y teórico argentino Raúl Prebisch y la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal) habían publicado numerosos estudios e infor-
mes con recomendaciones en esa línea, que se traduje-
ron en políticas desarrollistas basadas en la noción de la
87
86
Es- directas de compariías extranjeras (ensamblaje de autos
industrialización por sustitución de importaciones'
encontra- y electrodomésticos) como por la aparición de nuevas
tos estudios señalaban que América Latina se
países del empresas nacionales. El espectacular crecimiento de la
ba en una situación de áesventaja frente a los
materias economía internacional después de la Segunda Guerra
Primer Mundo porque se limitaba a exportar
Mundial, así como el incremento de la población urba-
pri-"., p^fa a""*bio importar productos industriales
nayla demanda de bienes y servicios, estimuló el desa-
á. -á, ,jto rrlor. La única mat"t' dt salir de esta espiral
rrollo de un moderno aunque pequeño sector fabril que
de dependencia y subdesarrollo consistía en fomentar
producía bienes de consumo no duraderos: alimentos,
u.ra i.rdustria nacional, que sustituyera gradualmente
bebidas, textiles, calzado, papel, etc. Impulsados por
las importaciones y diversific ata el aparuto productivo
este auge, los industriales empezaron a demandar una
lo.al. Para ello era imprescindible que el Estado asu-
política específica para su sector, lo que llevó en 1959
miera un papel conductor, ya que de otra manera
era
a la aprobación de la Ley de Promoción Industrial, que
i*fotibl. teurrir los capitales necesarios para desarrollar establecía un marco de protección para esta rama de la
mediante
la industria. El Estado debía además asegurar
nacionales economía nacional.
estrategias proteccionistas que las empresas
Siguiendo las recomendaciones de la Cepal, la
.rr"o.ri"r"r, un ambiente propicio para consolidarse'
norma contemplaba protecciones arancelarias y exone-
El Perú había sido hasta entonces una excepción
Latina' raciones para la importación de bienes de capital, equi-
relativa a esta ola industrializadon en América
Pra- pamiento y materias primas necesarias para la industria.
Durante los gobiernos de Manuel Odría y Manuel
sectores Con el amparo estatal, el sector industrial nacional ex-
do, la políticá económica se había basado en los
y del al- perimentó una relativa expansión. Sin embargo, se trató
tradicionales: la agricultura de lacañade azicat
cobre' cinc de un auge efimero, pues al asumir Pedro Beltrán como
godón, y l".rpor-t"ción de minerales, como
de obras públ-i ministro de Economía volvió a reducir los aranceles,
I pht",l,rnto io., un intenso Programa ante la oposición de la Sociedad Nacional de Industrias
."" pot íodo et país para sadsfacer la creciente demanda (SNI), gremio que desde la revista Indusnia Peruana rc-
d,. É-pleo. Si bien este último sector estaba
en manos
clamaba mantener la política de protección arancelaria.
.r".iorrd., y había ayudado a consolidar un tenue teji-
resPecto La polémica se mantuvo durante el gobierno de
do empresarial, la dependencia de la economía
Belaunde, quien apostó tibiamente por la promoción
á. f" opottación de productos primarios seguía siendo
de Ia industria nacional. Con todo, el resultado fue la
muy alta.
consolidación de un pequeño sector de empresarios
No obstante, desde la década de 1950' la econo-
un industriales, a quienes los militares percibirán como
mía peruana venía experimentado la expansión de
interlocutores y aliados naturales para su proyecto de
incipiente sector industrial, tanto Por las inversiones
89
88
respecto a las opresiones foráneas. Para lograrlo, en ju-
Iio de 1970, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza
Armada promulgó la Ley General de Industrias, que
contemplaba un ambicioso programa de úpida indus-
trialización de la economía peruana. La ley establecía
diferentes tipos de propiedad industrial: pública, priva-
da y lo que llamaba "propiedad social". Definía además
cuatro categorías, según la prioridad e importancia que,
desde la perspectiva del régimen, tenía cada industria
para el desarrollo nacional
La primera categoría era la más importante, e incluía
las industrias básicas, las industrias específicas producto-
ras de bienes de capital y las productoras de tecnología
industrial. Un escalón más abajo, la segunda categoría in-
Imagen 4.1. El general Juan Velasco en
una ceremonia oficial de cluía las industrias de apoyo social (alimenticias, textiles,
Fiestas Patrias. farmacéuticas, transporte y culturales) y las industrias de
Peruanos'
FuenteiArchivo del Instituto de E'studios apoyo productivo (bienes intermedios no esenciales para
la producción). La tercera prioridad eran las actividades
efecto' ParaVelas-
desarrollo económico e industrial' En complementarias, consideradas no esenciales para el de-
a agratia' la industria na-
.., , dif.*ncia de la oligarquí sarrollo social y producdvo del país. La cuarta eran las no
de la economía
cional era un vector dt LoJttttización prioritarias, que producían bienes de lujo, considerados
a erradicar
y á. f" sociedad peruanas' No era un sector innecesarios para el desarrollo del país.
iba
'rtrro expandir. Árí, 1" política industrial de Velasco Evidentemente, la primera y segunda categorías
" de recupera, ti tit*po perdido' incorporando eran las claves. Esta clasificación era importante porque
a úatar
p.rri , l, t.rrá..,cia latinoamericana de "crecimiento la Dirección General de Industrias otorgaba una cons-
"l
hacia adentro". tancia de prioridad, mediante resolución directoral, que
- espe-
Lapolítica industrial fue una de las grandes determinaba el tipo de incentivos a los que podía ac-
del país' Perú
ranzasd.l ,égi.rr.., para la transformación ceder cada empresa. Para este efecto, las empresas que
que permitie-
debía desarrá[", orr" industria nacional producían manufacturas en el país estaban inscritas en
l^ la soberanía económica frente a las poten- el Registro Nacional de Manufacturas. Las iniciativas
^fr,^n ^r
ird,rrtrializadas y la autonomía de sus gobernantes industriales que se desarrollaban en el interior del país
"im
91
90
consideraban que debía asumir mayores responsabilida-
que significaba una
gozab^Íd,e ventajas adicionales' 1o des para el desarrollo del país
enorme transferencia de recursos
del erario público al
Al amparo de esta ley, la participación del Estado en
"I"-i.tindustrial'
sector
un papel la propiedad de las empresas industriales aumentó, sea
de Industrias reservaba al Estado por procesos de estatización o por creación de aquellas
ca-
.í h. denominadas "industrias básicas"' que se consideraron fundamentales para el desarrollo na-
".rr,rJ qu" ir"lrí, la producción de papel' industrias
*o.rá siderur- cional. Pero también la ley fue aprovechada por empre-
;;r;r; petroquími ci, ferúliztntes' cemento' sarios nacionales que invirtieron en diversas iniciativas
emPresas privadas que
g-i" . i"i"ttria metalúrgica' Las industriales que, gracias a los subsidios y la protección
ser exProPiadas' Los
ooeraban en estas ramas pasaron a del mercado, aseguraban su rentabilidad. Fueron estos
impres-
riiii,"r., consideraban que estas industrias eran años la época del auge de la industria peruana. En parte
cindibles Para sentar 1" b""' del
desarrollo industrial
planifica- como resultado de estas medidas, el sector industrial al-
;;., po, lo que debían someterse a una canzó en 1974 el2l% deI producto bruto interno. Sin
de la inyección de
da intervención estatal, acompañada embargo, este auge no supuso el final de la dependencia
creían que
i.r¿"t públicos' Probablemente' tambiénlimitado con de las importaciones de bienes de capital y de insumos.
;1;.; privado tenía un compromiso Labalanza de pagos no cambió significativamente y el
;i ;;";¿ de construcción nacional' Los empresarios llujo de capitales al exterior continuó. El eslabonamien-
pero a condición
oodían participar en estas industrias' to de la industria con los otros sectores de la producción
il;.il" .á^ .1 Estado mediante contratos de con- cra apenas incipiente, pues estos procesos requieren de
la norma
;;;". Concluido el periodo de concesión'que de esta
rrn periodo de largo plazo para su consolidación.
.r."¡f..i" que la activiáad revertía al Estado' El problema de fondo era que la mayoría de la pro-
manera se convertía en el motor
del desarrollo de las
rlLrcción peruana no era competitiva en los mercados
^'^-tiili.rrdo
industrias básicas' internacionales. Aunque el gobierno militar tenía la es-
los fundamentos nacionalistas que la pcÍanza de que el recién creado Grupo Andino sirviera
fo1;
inspiríban, Ia Ley de Industria estableció tue los ¡rara establecer una red regional de relaciones comercia-
más del 49o/o del
dos extranieros no podían rePresentar lcs con los países vecinos, esta articulación regional no
."pt.J -J*f d. h" t-p"'^' este
Esto. obligó
T:"t:l:
límite a emPresarlos ¡rlsó de ser un proyecto trunco. La industria peruana
las acciones que sobrepasaran rcsultaba sumamente cara en comparación con la indus-
que desearan es-
nacionales. Las compiías extranjeras ril de otros países, que disponía de mayor experiencia o
con emPresarlos
tablecerse en el país debían asociarse rlc cconomías de escala más grandes. En consecuencia,
peruanos. Esta medida, como es evidente' pretendía
que los militares
fortalecer al empresariado nacional'
93
92
una apuesta de alto nivel y
muy costos a para el era-
Fue
rio nacional.
^,";i^tuñen que los
militar consideraba que' dado
beneficia-
.-pr.r"ri"o, industriales eran los principalesdebían in-
estos
rios de la nueva política económica' de la
en la construcción
volucrarse .o,. -"yo' empeño
y buscó r-elaciones con los
nación. Para esto" "t'ió Los primeros pa-
,.pr.r."rr"tes del gremio industrial' en febrero
fue invitado'
sos se dieron cuando Velasco
de 1969, tt Cot'greso de Industriales y nombrado
"l
nresid.ente honorariJ, y cuando
a finales de año el Go-
entonces Pre-
li.rno nombró a Eduardo Dibós' hasta como Imagen 4.2. La CGTP fue la principal organización sindical que
,id..r,. de la Sociedad Nacional de Industrias'
aceptaron brindó apoyo a las reformas militares.
J.J¿. de Lima. Dibós y otros empresarios
embargo'. aPoyos Fuente: Gilberto Hume/Archivo MMCC/Juan Mendoza.
Iollsor", con Velasco' Eitos eran' sin predomina-
de Ia SNI
individuales, pues en el interior
desconfianza porque en ellas el régimen militar cristalizaba su con-
;;; i;tñfo, t'"ditionales que veían.con
nacionalista del régi- cepción de las relaciones entre empresarios y trabajado-
las reforrnas militares, el disclrso
del sindicalismo obrero' res, así como el modelo de sociedad que pretendíafolar
men y el crecimiento político
de colaboración' nun- [-lasta entonces, el Estado había tendido a favorecer a los
Aunque hubo varias táy"n'u"'
i" á"""á" alianzaentre el régimen y
los dueÁos de las empresas contra las demandas laborales de
:" t.";;; los trabajadores. La legislación y las sentencias del Poder
industriales.
^-^-
gf ptf"cipal escollo que impidió.que los empresa- f udicial solían ser favorables
al empresariado y predomi-
cómodos con el gobierno militar
eran n,rba la represión policial de huelgas y movilizaciones.
rios se sintieran
Lln nue- Itrr el contrario, las comunidades industriales replan-
i"r-¿.rr.-inadas "comunidades industriales"'industrial'
leuron esta situación, promoviendo una comunidad de
vo modelo at o'g";i'""i¿t' dt
la propiedad
de la intereses entre empresarios y trabajadores. La ley esta-
instituido por el velasquismo como.complemento
los intereses lrlccía que los trabajadores debían participar del 10olo
i.u C.n.ál de Industrias' Era aquí donde .1,.' los beneficios de las empresas y que 15% adicional
;íg;;i.t"o militar y los empresarios colisionaron'
--- oL", creadas por ,lt'lría reinvertirse en la misma empresa Para aumentar
comunidadás indusiriales fueron
1970' Eran importantes
decreto ley en sepdembre de
95
94
a nombre de la comu- reconocimiento oficial tras vencer diversos obstáculos
su capital, en forma de acciones que anteponían los propietarios. Para mayor solem-
nidad industrial. nidad, el acto de creación de las nuevas comunidades
elevaran poco
El objetivo era que estas reinversiones
jt hs comunidades industriales industriales se realizó en el Ministerio de Tiabajo, en
a poco la participa"iá" ceremonias en las que los funcionarios entregaban los
alcanzar el 50olo de las
en el capital d.l' tmf"sa' hasta certificados de reconocimiento a los dirigentes de los
acciones. De esa *rrri..", a
mediano plazo las empresas
entre,los empresarios trabajadores y pronunciaban discursos que resaltaban
;trr" ;fropiedad compartida que el proceso se lle- las ventajas de la propiedad social de las empresas.
y i"t^rt"U";,"¿,j"t' P"o ""gt""' Como era de esperar, las comunidades industriales
un rePresentante de las
vaba a cabo con ffansparencia, rápidamente se convirtieron en bases de apoyo al régi-
de inmediato a
i"*""t¿"¿es ind'ustriales debía sumarse aumentaría men militar. Las autoridades promovían esta identifi-
i;;;;;";;tios de l"' t*p"'"s' cantid¿d que de acciones cación mediante encuentros nacionales, en donde los
que se i"""á""t"ra el volumen
"en-.did,
manos áe las comunidades'
representantes de las nuevas instituciones debatían sus
divididas sobre la logros y transmitían a las autoridades sus inquietudes.
Los sindicat"' tt"i"" opiniones ParaL974 se contaban ya3535 comunidades industria-
industriales' Para la Con-
idoneidad de las comunidades les en todo el país, con 199.070 trabajadorcsy 229.537
Perú (CTP)' cercana al
federación a. f'"U';"at"' dtl beneficiarios. Estas cifras equivalían a casi el 60/o de la
APRA, eran un avance, pero
también un riesgo, Ia-9ue
de los sindica- población económicamente activa. Ese mismo año las
su existenci, di'minuía'la importancia comunidades.industriales controlaban casi el l3% del
tos.LaConfederaci¿,,G.'"'"lTrabajadoresdelPerú
estaba claramente a favor' capital de las empresas.
¡acfnl, por el "o"t"'io'
que. ambas il""l":]-':j
La creación áe las comunidades industriales se inser-
|,"*-.á"i¿eraba Desde su punto de :'^,*.:":. taba dentro de un esquema de "pluralismo económico",
ffiH::':;;."HÑ;,,t",i",.
industriales eran un avance
en entendido como la coexistencia de varias modalidades
r1ta", f"t comunidades empresariales. Desde el punto de vista de los militares,
las luchas obreras p"'" tlt'"' la calidad de vida de los
la empresa privada tradicional, la empresa de interés
trabaiadores.
de comunidades industriales'
h'bli social, las empresas autogestionarias y las cooperativas
la'.t.".,U" 3*
..;'*;;"t;;;;;, ; "celeró 1P":"i 1'l "t"i1: de trabajadores debían convivir, sin que ningún modelo
se impusiera sobre los demás. El régimen quería traba-
;;;ts;r,"i" ¿' l" á'*a cuandopaís'Í 9:ol':l'^:T: jar junto con el empresariado industrial nacional, pero
::: il'tilil;-.;;;;i"o" 't rábric",P?::T
rambién deseaba evitar que este sector se convirtiera en
co.nf.or1"",."
brica, para promover su I,1""::j:.?lii
industriales lograron el
il ;.i;';J;;;;;;;"idades
97
96
un grupo económico extremadamente poderoso, que
dominara al resto de la sociedad. El objetivo era amor-
tiguar los antagonismos de clase y sustituirlos por una
suerte de comunidad nacional interclasista, unida por
intereses compartidos.
En Ia visión de los militares, el Estado debía colo-
carse por encima de las clases en conflicto, regulando
las relaciones en procura de armonía. Empresarios y
trabajadores compartirían los beneficios y coexistirían
en favor de la prosperidad de la nación. Al sentar a em-
presarios y delegados obreros en el directorio de la em-
presa, se esperaba que resolvieran sus antagonismos, que
llegaran a un nivel de entendimiento ¡ con el tiempo,
desarrollaran pautas de colaboración sobre la base del
beneficio mutuo. Mientras que los empresarios aporta-
ban capitales, capacidades gerenciales y conocimientos
sobre el mercado, los trabajadores aportaban fuerza de
trabajo y compromiso con Ia empresa, sobre la base del
reconocimiento de sus derechos y de su papel como
generadores de riqueza. Este esquema debía incentivar
relaciones armónicas entre el empresariado y los traba-
jadores, ya que a estos últimos también les conyenía el
úxito de la empresa.
El hecho de que el Estado se colocara en una po-
sición equidistante entre empresarios y trabajadores le
confería un carácter nacional. Por primera yez, desde
cl punto de vista de los militares, el Estado perdía su
carácter de superestructura de dominación de clase.
una ceremonia Proto- [.os discursos oficiales describían a los trabajadores
Imagen 4.3. JunVelasco Alvarado durante
.ol"i.r, Palacio de Gobierno, 1972' t¡ue integraban las comunidades industriales como co-
Colección del autor. propietarios. Tenían derechos sobre la empresa, pero
99
98
también debían asumir mayores responsabilidades' La
colaboración debía redundar en la estabilidad y el cre- Luis Bambarén, el obispo de los pobres
cimiento general de la economía nacional' Se esperaba
que el trabajador fuera consciente del funcionamiento y Fue una de las figuras de la Iglesia católica que apo-
lós vaivenes de la empresa, de modo que asumiera una yó las reformas militares, aunque también criticó el
actitud más propositiva y menos ideologizada' Decre- autoritarismo de algunos sectores del régimen. Bam-
tos legislatirros posteriores definieron otros aspectos del barén, nacido en 1928, siguió estudios de filosofía y
teología en España, donde se ordenó como sacerdore.
funciánamient; de hs comunidades industriales, como
De regreso al Perú, ejerció la docencia en varias insti-
el derecho de los trabajadores a contratar especialistas
tuciones religiosas y fue rector del colegio San Ignacio
que revisaran los libros de contabilidad para asegurarse
de Loyola de Piura. En 1968, fue nombrado obispo
i. qu. las cuentas presentadas en los directorios fueran auxiliar de Lima en la parroquia de San Martín de Po-
correctas. rres, cargo desde el que se vinculó con los "pueblos
Por supuesto, la mayoría de los empresarios recha- jóvenes", como denominaba el régimen de Velasco a
zaron las cómunidades industriales. Apenas se conoció las barriadas. En 7970, al producirse el terremoto de
la ley, la SNI criticó la norma señalando problemas eco- Yunga¡ de donde era originario, el Gobierno designó
nómicos que, en su opinión, generaba el nuevo régi- a Bambarén miembro del comité de reconstrucción.
,ne.r. Según afirmaban, Ia reforma afectaba al derecho Bambarén también fue representante de la Iglesia
,1, prof,i.dad privaday ala libertad de empresa, 1o en la Oficina Nacional de Desarrollo de Pueblos Jó-
q,r. á"sir..ntivaría las inversiones. tmpoco ayudaba a venes. Sus relaciones con el ministro del Interior, el
los trabajadores, que al retirarse de la empresa perdían general Armando Artola, se tensaron después de que
automáticamente sus derechos como accionistas' A la criticara el reparto que hizo dicho ministerio de pa-
netones y ropa. Cuando en mayo de l97l se produjo
posición de la SNI contraria a las comunidades indus-
la invasión de Pamplona, Bambarén ofreció una misa
iriales se sumaron la Sociedad de Minería, los gremios
de solidaridad contra la represión policial, que causó
empresariales y los sectores políticos oPuestos a las re-
la muerte de uno de los "invasores" e hirió a varios.
for-"s velasquistas. Contrariamente a lo que pensaban El ministro Artola tomó este gesto como un araque
los promotorls de la reforma, los industriales no estaban personal y ordenó el arresto de Bambarén, a quien ca-
disiuestos a compartir la riqueza generada por las em- lificó de "agitador con sotana". La situación derivó en
prorr, incluso cuando esto supusiera recibir incentivos un conficto entre el Gobierno y la Iglesia muy publi-
arancelarios, terminar con las huelgas y aumentar la citado por la prensa, que se resolvió cuando Velasco
productividad.
100 101
las comunidades industriales. Buena parte del mdestar
de los empresarios se debía a que consideraban que el
ordenó liberar aI obispo. Días después Artola
renunció
Gobierno diseñaba la política industrial sin escuchar-
al Ministerio. los y mucho menos incorporarlos en las deliberaciones.
Los "invasores" de Pamplona fueron masladados a
Para el régimen, por el contrario, aceptar a los represen-
los arenales de la Thblada de Lurín, donde se formó
tantes de la SNI en el diseño de las políticas de Estado
Villa El Salvador, distrito al que Bambarén'ya conver-
era una línea que no deseaban cnvzar, ya que desde su
tido en una frgura nacional, siempre estuvo vinculado'
punto de vista esto suponía replicar las prácticas de su-
ganándose el ápelativo de "Obispo de los pobres"'
misión de los gobiernos anteriores a los intereses de los
grupos de poder económico. El Estado debía colocar-
se por encima de las clases en pugna, y, por tanto, los
No obstante, el régimen persistió en llegar a un delegados empresariales no podían tener una silla en el
entendimiento con los industriales' En la Conferencia equipo ministerial que elaboraba la política industrial.
des-
Anual de Ejecutivos de noviembre de 1970' Velasco Las posiciones de los empresarios se endurecieron
.".á frr páiUitid"aes económicas que se derivaban de en los siguientes años. Si bien la SNI apoyaba pública-
la, ..fo.mas' Thas reseñar los incentivos para las indus- mente las medidas del Gobierno que favorecían a los
iri". ,r".iorrales, resaltó que la reforma agraria creaba un empresarios industriales tales como el seguro de crédi-
vasto mercado de consumidores y nuevos propietarios to a Ia exportación aprobado en octubre de 1972, re-
donde ,o1o había campesinos sin salario' Velasco chazaba el núcleo duro de la política industrial. Como
".rt.,
llamó a los empresarios a inlegrar un
"frente contra el muestra de esta tensión, a finales de 1973, Raimundo
es-
subdesarrollo" q.r. permitiera coordinar las políticas Duharte, presidente del gremio, fue impedido de ingre-
Pero los re-
tatales y 1o, .-pr..rdi-i.t"ot industriales' sar al Perú a su regreso de un viaje de negocios.
1500
sultrdos fueron escasos. Si bien una delegación de El creciente desencuentro con la SNI corrió en pa-
industriales , encabezados Por Alfredo Ostoja'
presiden- ralelo a los esfuerzos del gobierno militar por fortalecer
de Gobier- las comunidades industriales. Ministros, intelectuales
te de la SNl, llegó días después hasta Palacio
.ro p"r" manifeiar a Velasio su apoyo a este Proyecto' la y expertos participaron en diversos seminarios con los
colaboración nunca se concretó' integrantes de estas organizaciones. En un inicio, los
Los sectores contrarios al Gobierno prevalecieron encuentros tenían un claro sesgo político-doctrinario,
del frente
en la SNI, que se negó a asistir a las reuniones pero poco a poco se convirtieron en espacios de capaci-
la institución rei- tación sobre el funcionamiento empresarial, cuestiones
contra .1 ,rrtd.r"r.ollo. Po.o después,
oposición a
teró, junto a otros gremios empresariales' su
103
t02
el Perú Giorgio Alberti consideraba como el sector más
administrativas y de contabilidad para fortalecer la par-
moderno del empresariado, se autonomizó y conformó
ticipación de los trabajadores. Ayn así, estos eventos en
la fuociación de Exportadores (ADEX) en marzo de
o"rriorr., no estaban exentos de tensión' En octubre
1973. Adiferencia de otros empresarios, este sector veía
de l972,los delegados de las comunidades industriales
con simpatía la política industrial, y sí estaba dispuesto
aprovecharon un ieminario con directivos de las empre-
a aprovechar las oportunidades que implementaba el ré-
,", pr." plantear sus reclamos al ministro de Thabajo'
gimen militar.
Los^empiesarios, por su Parte, se defendieron resaltan-
La reforma industrial se profundizó en 1974 con Ia
do l" politizaciói de los trabajadores' Poco después' el
promulgación de la Ley de las Empresas de Propiedad
organizador del Primer Congreso Nacional de
"o-ité
Comunidides Industriales declaró a Raimundo Duhar-
Social (EPS), que fomentó la participación de los tra-
bajadores en la gestión y la propiedad de las empresas.
te Persona non grdtd. Evidentemente, la participación
Estas instituciones constituían para el gobierno militar
de los .-pr.r"r1o, en los seminarios organizados por
un sector prioritario, del que dependía el futuro de la es-
el Gobierno decaÉ de manera sensible' Así' lejos de
tructura económica del país, por lo que la nueva norma
armonizar a empresarios y trabajadores, las comunida-
las favorecía mediante políticas arancelarias y compras
des industriales se convirtieron en un espacio más de
directas. La SNI consideraba por el contrario que se tra-
confrontación.
taba de un ataque, que redoblaba la amenazaba contra la
Ahora bien, las protestas de los integrantes de las
propiedad privada. Este era uno los múltiples aspectos
comunidades industriales no eran gratuitas' Como ocu-
en el que las reformas se encontraban con la oposición
rría con las haciendas rurales, para evitar el reparto de
de los sectores tradicionales que se resistían al avance
utilidades los empresarios subdividían sus empresas y
del proyecto de transformación radical de la sociedad
entorpecían la revisión de los libros contables por par-
peruana trazado por Velasco. Por esto, las comunidades
te de los especialistas contratados Por los trabajadores'
industriales no lograron consolidarse, fueron siempre
Cuando lo, irrt.gr"ntes de las comunidades denuncia-
un motivo de confictos y decayeron poco después de
ban estos hechoi ante el Ministerio de Industria' era
in- que Velasco fuera defenestrado por Morales-Bermúdez.
poco lo que las autoridades hacían' De manera algo
los empresarios actua- No era, sin embargo, el único escenario de conflicto.
!"n,r", el Gobierno esperaba que
I"., d.. acuerdo co, l" i.y y se desprendieran de parte de
sus ganancias con la promesa de mayores rentabilidades
.r, .I fu,rr.o. Mientrai tanto, el Comité de Exportadores
de la SNI, a quienes el investigador italiano radicado
en
105
104
CAPÍTULO 5
t07
los fundamen- desde su perspectiva, debía liberar o, más precisamente,
color de su cubierta' En él se expusieron promover la autoliberación de los individuos de la alie-
,.t i".iti""rios de la reforma educadva' un diagnóstico nación y los mitos distorsionantes de la realidad. La es-
debía enca-
á. h ,rrir-a, los principales problemas que cuela, en ese sentido, no era neutral. Antes había servido
de dicha
,*^.f C"Ut.rto y los iineamientos generaleslugar un para aceptar la dominación de los grupos de poder eco-
;;¡.;-". La pubíicación del Libro azul dio comoa en nómico, pero ahora debía contribuir a la formación del
políticos
intenso debaie tanto en los sectores nuevo hombre, uno consciente de sus derechos sociales
hasta que en 1972 el
los vinculados al sector Educación,
y la y de su papel protagónico en la creación de la nueva
é.Ul*". promulgó la Ley General de Educación'
sociedad. El nuevo hombre que aparece en los escritos
reforma comenzó a dar sus primeros Pasos' de Salazar Bondy poseía una conciencia crítica de la rea-
estaban
En la medida que las "io'-"' estructurales
a la refor- lidad y era capaz de actuar para cambiar el statu quo en
forjando un nuevo modelo socioeconómico' procura de un mundo sin dominación.
la tarea de levantar un
-" d. la educación se le asignó social acor- La educación debía también revalorar la diversidad
;;" ideológico-cultural, irna conciencia
cultural, regional y lingüística de la nación. Tanto en
d. velasquistas y la sociedad emergente'
las reformas
"or una suerte el Libro azul como en los planes educativos se señalaba
Así, la reforma educativa pretendía generar que hasta ese momento la educación había privilegiado
d. i'-r.t,o ideológico" que propiciara.la identificación Ia puesta en valor de la cultura urbano-criolla y de las
de la población cán las-reformas
y el régimen' En su
re- visiones extrailerizantes. Salazar Bondy recogió en este
L"r"¡. a'la nación del 28 de julio de l97o'Velasco punto los aportes del pensamiento indigenista, y plan-
educativa' Señaló
saltó la importancia de dicha "fo'rn" teó que había que superar la "castellanización violenta"
ti; efectiva' profunda y perma-
ñ ',rr,'",r"rrrformación era imposible gxantizat
y el menosprecio de las lenguas aborígenes mediante la
.t.rt. d. la educación Peruana alfabetización bilingüe. Dicho enfoque se expresó en la
reformas en las
el éxito y la continuidad de las demás Ley de Educación, que Promovía la educación en len-
Las reformas
que el gábi.rrro militar estaba embarcado' gua nativa como una forma de revalorar la diversidad
árr.r.,í.d.s requerían de una "conciencia revoluciona-
generar apoyo lingüístico-cultural de la nación. La educación, enton-
rid', como la entendían los militares' Para ces, debía reafirmar su carácter andino-regional-popu-
tenía
,ri.ni,i-t¿"d, en la sociedad' La reforma educativa lar, en el que se reconocieran los sectores históricamente
irffi.potito fundamental' aunque no era el único' postergados de la sociedad.
la reforma fueron
Los lineamientos doctrinarios de
Augusto Sala- Por otro lado, la Ley de Educación reorganizaba el
forrnr'rtr¿o, por el filósofo sanmarquino sisrema educativo, que pasaba de la división tradicio-
ideólogo de
zar Bond¡ vicepresidente de la Comisión' nal en cuatro niveles (preprimaria, primaria, secundaria
l;;.f"táy ho-b" cercano al régimen' La educación'
r09
108
o ingresar a la universidad mediante la convalidación de
y superior) a un esquema de tres niveles: inicial, bási-
cursos. Otra institución surgida con la reforma educati-
to ¡ superior. El nivel inicial correspondía a los niños
de seis años, mientras que el segundo nivel se va fueron los Centros Educativos de Calificación Profe-
..r.tor.,
sional Extraordinaria (Cecape), que impartían cursos y
dividía en Educación Básica Regular (que correspondía
talleres de capacitación de acuerdo con las necesidades
a la educación tradicional de primaria y secundaria) y
Educación Básica Laboral (EBL), destinada a los estu- de las diversas regiones y localidades del país: trabajos
de bordado y tejido, cianza de ganado, agricultura, sil-
diantes de más de quince años. La EBL combinaba ma-
terias escolares (ciencias sociales, matemáticas, etc') y
vicultura, economía doméstica, construcción civil, en-
tre otros. Estos cursos eran, por lo general, coordinados
materias técnicas o de oficios: mecánica automotriz, tra-
por el Ministerio de Educacióny organizados por los de
bajos de construcción, carpintería mecánicay de made-
ra, electrónica, agricultura, etc. Esta innovación partía
Agricultura, tabajo y Comercio, y atendían ala reali-
dad local, con el propósito de elevar la productividad de
del diagnóstico de que existía una carencia de trabaja-
Ios agentes económicos
dor., áificados que limitaba el esfuerzo del régimen
Las ESEP y los Cecape se ubicaban en las principales
para moder nizar la economía. La escuela, se sostenía'
ciudades del país y en numerosas provincias. Durante el
debía contribuir con los proyectos para desarrollar una
gobierno de Velasco, fueron equipadas con maquinaria,
industria nacional fuerte, autónoma y entaizada en los
profesores especialistas en cada oficio y se adecuaron
sectores populares.
se orientaban amplios locales. Para incentivar la producción en los ta-
8., ál niv.l superior, las innovaciones
pri- Ileres de las ESEP y los Cecape, el Ejército y algunos or-
a diversificar la oferta educativa, que hasta entonces
ganismos gubernamentales les encargaron la confección
vilegiaba de manera casi exclusiva las carreras universi-
de productos, como artículos de uso militar o mobilia-
trrias. En este sentido, se crearon las Escuelas Superiores
rio para las escuelas. Dos ejemplos ilustrativos fueron el
de Educación Profesional (ESEP) sobre la base de un
Cecape y la ESEP de Villa El Salvador, en Lima, al que
proyecto diseñado por \flalter Peí'aloza' Las ESEP esta-
asistieron los jóvenes de ese distrito, y donde el Sinamos
tan bajo jurisdicción del Ministerio de Educación, y se
ori.rrtábr., a formar profesionales en camPos especial- y los funcionarios del Gobierno desarrollaron nume-
rosas intervenciones de apoyo. Los funcionarios de la
mente sensibles para el gobierno militar, como el magis-
reforma educativa imaginaban que cuando estas inno-
terio, industria, agricultura, comercio, servicios sociales,
vaciones se consolidaran generarían ejércitos de técnicos
paramédicos, etc- Después de tres o cuatro años de es-
iudio, los egresados obtenían un título profesional que y trabajadores calificados que elevarían la producción y
el valor agregado, contribuyendo a Ia modernización e
les permitía incorporarse en las actividades económicas
110
Los retroalimentación entre todas las partes implicadas: co-
industrialización del aParato productivo peruano'
época de es- munidad magisterial, padres de familia, rePresentantes
C.""p. y las ESEP vivieron una pequeña y autoridades de los sectores e instituciones de carácter
y. se mantuvieron en la
¡.J;i"rante el velasquismoestaban ligadas a los pro- social, cultural y profesional. Solo estaban excluidos los
dé"rd" de 1980, p.,o "o"'o
entraron en partidos políticos.
yectos de crecimiento del sector industrial'
terrenos que En los NEC se concretaba la política participativa
áe.[r,e en los años noventa. Los amplios
re- del Gobierno. Los representantes de la comunidad de-
tuvieron en Villa El Salvador fueron posteriormente
Tecnoló- bían plantear sus problemas y necesidades e involucrarse
*rifir"¿.. para albergar a la actual Universidad en el diseño de la gestión de las escuelas. Era, para los
gica de Lima Sur.
o funcionarios de la Comisión, una manera de transfe-
D.rr.ro del esquema de participación popular del
también la rir a la comunidad el poder sobre la educación. Cada
régimen, la Comisión de Reforma incluía
Nú- NEC tenía un Consejo Educativo Comunal (Conse-
J.?o-i.r"da "nuclearización" de la educación' El com) integrado por entre diez y veinte rePresentantes
anteceden-
cleo Educativo Comunal (NEC) tenía como
por Luis de la comunidad educativa. El 40o/o eran docentes, el
te los Núcleos Educativos Campesinos creados
de Educa- 30% padres de familia y el otro 30%o representantes de
E. Valcárcel durante su etaPa como ministro
con el la comunidad (sindicatos, cooperativas, etc.). Además
.i¿"?.i gobierno de José bt"t"rn""tt y Rivero'
de proponer al director del NEC y asesorarlo, el Conse-
i" Ia expansión de la educación en los
"Up,i". """1.r"r com coordinaba y supervisaba la ejecución de los planes
á-bito, rurales. Para los miembros de la Comisión de
la escuela a la comuni- educativos.
R.fo.-", los NEC debían "abrir" El NEC regulaba la vida educativa de los niveles ini-
la gestión
á"d, ir"orporando a los pobladores rurales en
educación a las cial y básico. Este sistema debía acabar con el carácter de
de la escueia, de modo q-ue orientaran la
"enclave" de las escuelas, particularmente en las zonas
necesidades Y realidad locales'
o base rurales y urbano-marginales. Se esperaba que la partici-
Los NEC consistían en una escuela núcleo
de las es- pación en las NEC canalizeralas energías y los recursos
que debía coordinar y alimentar el trabajo
de la comunidad local para que los representantes de
J*.U, perifericas de su ámbito geográfico' Los NEC las familias y las instituciones sociales contribuyeran a
canalizirían colectivamente y optimizari'an
el uso de
de su solventar los requerimientos económicos de las escue-
las infraestructuras y equipamientos educativos
las. Los NEC debían implementarse progresivamente en
áii,o geográfico. i'o, t¡tt"plo, |os escasos materiales
cir- todo el territorio nacional, pero su consolidación fue
y lot equipos de laboratorio podían
"rrJi""iirtá
cular por turnos .r, l,t ti"utl"t' Este sistema implicaba un proceso bastante dificil. Funcionó mejor en los sec-
y la tores urbanos pobres, donde las familias se organizaron
una red educativa que fomentaba la cooperación
113
r12
En realidad, estas medidas partían del diagnóstico
Dara construir escuelas y equipar aulas' esperando que
de que las escuelas privadas reproducían las desigualda-
:iffi;ti"¿"* r" ¿át""io" de maestros requeridos'
los inte- des en el mundo educativo; firncionaban como ü). a?ar-
;;;;tg;, cuando este problema no existía'
por cuestiones formales' theid qre confinaba a los hijos de las élites en colegios
grantes de las NEC se ttt"tí"" exclusivos, mientras que los sectores populares se veían
escuelas' Por
!ir, plenamente la gestión de las
"rrr-i, se resistían a la inter- segregados en los colegios públicos precarios. Los cole-
un lado, los directort' y "t""'os por gios privados, que eran como una isla de instituciones
;;.rñ de los padres de familia en las decisiones; privilegiadas con infraestructuras modernas y docentes
la comunidad no siem-
otro lado, los representantes de con extranjeros, debían integrarse en un sistema educativo
pr.p""do' en cuestiones pedagógicas' y
;;.*b;"
'f...,r.rr"i" estandarizado y relativamente igualitario. Las medidas
asumían una actitud pasiva'
una mayor inter- que obligaban a que el70o/o de los profesores fueran pe-
Todos estos cambios significaban ruanos, que las clases se dictaran en español y la prohibi-
lo que Ia reforma
del Estado t" l" t"t"las' por
,..r.r¿r, secto- ción del uso de textos importados tenían el propósito de
l;i;;"."ción despertó la oposición de diversos
medida controlados deselitizar y peruanizar a dichas instituciones privadas.
res. Los colegios ptii"do'' ""tt""" Lo mismo ocurría con el uniforme escolar. La antropó-
rechazaban los co ntenidos nacio-
;; ; ; ;il.t í.[gio'"', y el lenguaje- antiimperialista de loga e historiadora Leonor Lamas, quien ha estudiado
nalistas, campesinitas este proceso, señala que a la par que se impuso el uni-
familia, apelando
los textos educ"ti ros. Lo, p"d"r.r'de forme gris o "colo n Íati' , que reglamentó el tipo de tela
de sus hijos' cri-
,o d.r."ho a decidir en la^ educación y las formas de la camisa, se prohibió el uso de los sacos
" Los curas
,i."ron los alcances de la reforma educativa' de y corbatas que caracterizaban a los alumnos de escuelas
a cargo de las t'""i"' recelaban d'e la pretensión Estas y colegios privados. Así, simbólicamente, el uniforme
;.,i; el curso de religión del currículo escolar' estableció gris igualaba a los escolares de escuelas públicas como
;nsi.; se agudizaroí tt'""do el Gobierno como la privadas; generaba una suerte de imagen de comunidad
privadas,
diversos controles ,ou.. las escuelas nacional. Las asociaciones católicas se pronunciaron en
y la creación de escalas
susoensión del alza de pensiones contra de los aspectos de la reforma que afectaban a los
social de los alumnos
;;;:H;tin."' l" prácedencia recursos' Aunque colegios privados, y se inició así una larga controversia
y de becas p",' t"t'diantes de bajos cn la prensa sobre la libertad de los padres y de las aso-
que los colegios privados se
estas medidas apuntaban a ciaciones educativas privadas para establecer sus propios
populares, los.pro-
abrieran a sectores medios .l.r"luro criterios de funcionamiento.
que el régimen
;;;;l;t;los religiosos interpretaron los colegios privados Fue, no obstante, la oposición de los sindicatos ma-
buscaba ahogar ."-o?ó-it"*t"tt '
a su estatización'
¡iisteriales lo que convirtió a la reforma educativa en un
para Proceder
115
rr4
política de algunos sectores de ellos. En una entrevista,
el ministro Arrisueño declaró provocadoramente que
había pocos maestros con calidad para participar en la
Comisión de Reforma.
Un problema adicional residía en la política sala-
rial del régimen militar. Los sindicatos magisteriales
tuvieron una experiencia positiva con el expresidente
Fernando Belaunde, quien les prometió duplicar sus
salarios, aunque solo cumplió con aumentarles el 50%
debido a la crisis de 1965. Los maestros esperaban que
un gobierno nacionalista y "revolucionario" les otorga-
ra un aumento similar o mayor. Con esta expectativa,
representantes del magisterio, entre los que estuvo el
se difundió con el gobierno
de
lrnagen5.1. EI uniforme escolar que presidente de la Federación Nacional de Educadores
lo' del colegio Pachacútec
Velasco. La foto corresponde ' "I"rn"o' del Perú (Fenep), Julio Pedro Armacanqui, asistieron a
a"i*g""a" año de primaria, en Villa El Salvador (1975)'
una reunión con Velasco y los ministros de Educación y
Cortesía de Moisés Salvatierra'
Economía y llevaron su pliego de reclamos. No obstan-
contexto en el que te, el Gobierno no estaba dispuesto a conceder aumen-
verdadero campo de batalla' En un tos significadvos a los docentes. Los recursos estaban
en ascenso y en un
los sindicatos de profesores esaban
el régimen esta- comprometidos en las reformas que simultáneamente
pro".ro de c.rrtrali'ación organizativa' cstaba llevando a cabo: desarrollo del sector industrial,
a
fa obligado a negociar y llegar a un entendimiento reforma agraria, entre otras. En realidad, el presupues-
Aunque
i" ftorr?. implerientar los planes de reforma' to educativo no experimentó un aumento acorde con
que sin los maes-
slbreJ frpa.f Gobierno consideraba un proyecto de reforma global de la educación. El gasto
no se incluÉ en la
,ro" rr" ára posible ninguna reforma' educativo en 1968 fue de 2,35 millones de soles, una
é.-iriO" áe Refor-'"a ningún representante del ma-
sí hubo participación de
cantidad inferior a la de 1966 (3,04 millones) y 1967
g-i;;. E" las subcomisionÁ (3,0t4 millones). Recién en 1972, el gasto en educación
ausencia de rePresen-
docentes y otros especialistas' Esta
instancia respondía superó ligeramente a los presupuestos de la época de Be-
tantes del magisterio en la máxima launde (3,125 millones), pero de ninguna manera hubo
,l .rtilo vertiJd con el que régimen implementaba las un shock de inversiones para una reforma tan profunda
subestima-
reformas, pero también a que los militares
la radicalidad
ú; i" idoneidad de los -"t"'o' debido a
tt7
116
Era posible recurrir al endeudamiento externo, pero los
aumentos salariales requerían de fondos regulares. Así,
la ambiciosa reforma educativa tuvo la paradoja de im-
plementarse sin grandes recursos extraordinarios. Esta
fue una de sus limitaciones estructurales. A diferencia
de los anteriores proyectos educativos, no contempló un
incremento significativo en el presupuesto educativo ni
en el alza salarial de los maestros.
La alternativa del gobierno militar fue apelar a los
recursos materiales y las energías de los padres de familia
y las élites de las comunidades locales. Esta estrategia
izquierda a derecha: Julio
funcionó en el gobierno de Belaunde, cuando Coopera-
Imagen 5.2. D\rigenres del magisterio',De
ción Popular logró canalizar el trabajo y los recursos de
-i*"tr,n.-"."nq".,i, Cét"' B"'it" áe
p"iio y Horacio Zeballos'
Patria Roja' cortesía de Mario los pueblos de provincia para construir locales escolares,
Árr¡*o, p*'" Ia Historia
Crsz. abrir carreteras y mantener los caminos. El mecanismo
para canalizar los aportes materiales y de fuerza de tra-
En los siguientes
como Pretendía el régimen militar' bajo de la comunidad organizada, como se dijo, fueron
ligeros del presupues- los NEC. De esta manera, el exiguo presupuesto educa-
años condnuaron estol aumentos
se revirtió' tivo podía compensarse con las contribuciones locales
to hasta 1977, ctando la tendencia
Estosincrementosestabanmuylejosdeloquere. cn materiales de construcción, equipamiento escolar y
quería la reforma educativa' La
Comisión reconocía la otros. Es probable que parte importante de la amplia-
que caractetizaba al magisterio' ción de la matrícula escolar que ocurrió en estos años
ir."rta¿"¿ económica medidas para mejorar las
Dor Io que planteó cn los sectores populares, urbanos y rurales, haya sido
"lgt-"' una esca-
I""int.'""s salariales / l"bot"ltst creación de y-cultural linanciada por los propios padres de familia, moviliza-
i;;r;tJ, seguridad slcial y bonos laboralescallejón sin tlos por el Sinamos. En el caso del distrito de Villa El
i;r: st" ;;bígo, el Gobierno estaba en un Selvadot donde el Sinamos cumplió un papel clave en
salida. Los recursos eran escasos
y debían dedicarse de lrr construcción de la organización vecinal, está bastante
t25
r24
sector se empezó a hablar como meta del año 1980. Si
v consignas radicales, sin presentar ninguna proPuesta la crisis económica de 1973 puso límites al avance de la
'..*prt?Uf. a la reforma educativa velasquista' El co-
reforma (el porcentaje del sector Educación en el presu-
luti""¿o final del Sutep insistió en denunciar' desen- puesto nacional inició su tendencia alabaja), el ascenso
-"r"r.", y combatir l, ttfo'**
educadva' y se ahondó
al poder de Francisco Morales-Bermúdez significó su
el enfrentamiento verbal con el régimen'
- supuesto, el Gobierno careció de una política
paralización Como consecuencia de las presiones de la
P";
princi- derecha militar y civil, así como con el pretexto de la
de diálogo con los maestros' Dado el catáctet
del Sutep' la ca- infiltración del comunismo, varios aspectos de la refor-
fd-.rrrJ económico de las demandas ma fueron desactivados, particularmente en cuanto a los
.,rcidad de negociación del Ministerio de Educación
contenidos de los textos escolares, y se inició el retorno
I.r,rl,"b" brrt"rrt. limitada' A diferencia de la CGTP' a la situación anterior.
Gobierno' no
que rápidamente tendió puentes con el
magis-
f.r. poriUt. un entendi-it"to con los gremios
t..id.r. La confrontación se impuso a la colaboración'
y
Los continuos Paros, huelgas, tomas de-colegios -tji-
En
¿a Sutep á1o"",o" J Gobitttto a la defensiva'
".r
.rrn d..t"r""iOtt d. Velasco a la prensa' señaló
que en
127
t26
CAPÍTULO 6
r29
a sus asesores civiles'
reformas. Los militares escuchaban
de refor-
;;;;;t valoraban Por sus ideas y ProPuestas
decisión' De modo que
ma, pero se reservaron la última
se entre Velasco' los militares y el gruPo
discutió
"rr"¿"
á. civiles (entre los cuales las posiciones
estaban
"r.r.r.,
áiui¿i¿"$ la creación de un partido
velasquista- se im-
partido"' Citlti:tlg"d9, el asesor
i"t.-f, *tts del "no(prolte"í" del epRa y había sido se- Imagen 61. Carlos Delgado,
iirrit -¿, ingenioso "de-
í{"y" d.i"to"t)' formuló la idea de la director superior del Sinamos.
"r.,J¿.
áo".".i" so.iai d. participación plend'' Con esto
quería Fuente: Archivo del Instituto de
Estudios Peruanos.
á.J;ñ il p"r,ido' no eran aParatos indispensables
el Gobierno y
entre
oara establecei vínculos orgánicos
ñ;;;J.L a fin de 'ín^li'^' las demandas de los pensar y promover la construcción de instituciones so-
creía que dichos vín-
diversos sectores sociales' Delgado ciales que empoderaran a los sectores populares urbanos
de
."i"t p"¿l"n realizarse a travé"s de las organizaciones
de trans-
y rurales indígenas. Desde sus perspectivas, la moviliza-
"r,r.rro tipo" que emergían del propio Proceso ción popular que generaba el proceso de reformas debía
f"r-".i.l., q.r. llt""ta a cabo la revolución militar' institucionalizarse para que la población participara or-
sectores populares
Así, los lazos entre el régimen y los. ganizadamente de ellas, de las que en el mediano plazo
debían ser directos, la intermediación de aPa-ralos debían apropiarse para contrabalancear el poder de los
'in representación de los
partidarios que se apropiaran de la gremios empresariales. Este fue el propósito de la crea-
,..,or., beneficiarios de las reformas' ción en junio de 7971 del Sistema Nacional de Apoyo
Estado velas-
De manera que el enraizamiento del a la Movilización Social (Sinamos), cuya jefatura fue
implica-
quista y Ia institucionalización de las reformas encargada al infuyente general cuzqueño Leonidas Ro-
ü;i;;;o d. l" organizaciones de la sociedad' En dríguez, y donde Carlos Delgado tuvo el alto cargo de
militar
ttr*.rorm declaraciont"t, Vtl"to y su entorno a los director. Este organismo se convirtió en la maquinaria
el poder
;;J;"" que el régimen no transferiríaDelgado^y Car-
político-social del gobierno militar, el sucedáneo de un
,rrtidor, sino , h sáciedad organizada' partido velasquista aglutinador del apoyo ciudadano al
profesión v
il;;;;;;, este último psicólágo social deconsideraban régimen.
."-ilit"rrt. de la Juventud Cámunista' El propio nombre de Sinamos había sido pensado
militares realizarían di-
seriamente qrr. t"'tl futuro los para expresar la idea principal que el régimen velasquista
a la tarea de
cha transferencia, por 1o que se volcaron
L3r
130
Delgado fue un intelectual imaginativo, autor de
Carlos Delgado Olivera planteamientos como la "democracia de participación
plena", que confirieron al régimen militar una identi-
del régimen' fue el ase-
Considerado como el ideólogo dad propia, distante del comunismo y del capitalismo.
militar' Nació en
sor civil más influyente del gobierno La apuesta por el "participacionismo" propició que
eilily", en 1926, t" tl de una familia de clase no existiera un partido político velasquista y permitió
'áo
á.JJ'p-rinciana' Estudió en el Colegio Nacional encubrir las prácticas populistas que marcaban la rela-
la tempra-
J. i"n'¡ore, y se hizo militante aprista a eran
ción entre el Gobierno y las organizaciones nacidas al
,r" .d"i d. q.rin.. años' Sus hermanos también calor de las reformas. Delgado fue también un activo
;;ri;*t trno d. ellos estuvo varios aáos en prisión'hasta
polemista con los intelectuales de la izquierda críti-
il ;;brr.que, Delgado fu e dirigente.iuvenil
Educación en
cos del régimen, labor para Ia cual escribió numerosos
para estudiar
;;; o+; "i"1a a L]maú"yo' de San Marcos' En la
artículos y dio incontables entrevistas. Al producirse
la Universidad Nacional el golpe de Morales-Bermúdez, dejaron de convocarlo
Torre hasta que el
caoital, trabaió cerca de Haya de la como asesor del Consejo de Ministros, por lo que re-
tras la caída del pre-
l"ii;;;;i,," marchó al de'tierro Delgado es-
nunció inmediatamente y marchó al extranjero. Mu-
dd*,¿ José Luis Bustamante y Rivero' rió en 1980.
Estados
.*. "I.i.*po en Guatemala y lueS9 e1Jos
de Educación en
Unidos, do.rá. terminó sus estudios
que regresó al Perú
igl¿ .-Uo.oria en 1956, ano en
En 1960 fue quería transmitir: una sociedad "sin amos". Gracias al
o'^í^ o^rriripar en la campaña electoral'
ffi Ú;;;:t¿¿ ¿. cornell para seguir estudios de activismo de sus integrantes, se crearon numerosas or-
social' Poco después seapartó del
APRA'
ganizaciones sociales, sindicales, campesinas, barriales,
"t*.p.i.gl-
.rrrnáo esl partido se alió con el odriismo' juveniles, de mujeres y culturales, y se impulsaron pe-
";.k Chile
d.'eiercíala docencia universitaria en queños y medianos proyectos de desarrollo rural y local.
al Perú
.rr*do"r. p.ád,,¡o el golpe de 1968' Regresó Su sede estaba en el edificio del Centro Cívico de Lima y
en enero dál siguiente para trabajar en el Instituto
"no se convirtió
tenía rango ministerial, dependiente del presidente de la
Ñl.i"""f de Planiñcación' Poco después'
superior República. Al crearse absorbió diversos organismos gu-
.t ,r.ro, de Velasco y fue nombrado director
bernamentales, como la Oficina Nacional de Desarrollo
i.t iirrr-or, donde reunió a un gruPo de intelectuales
provenientes de la izquierda y sectores
de Pueblos Jóvenes o la Dirección de Organizaciones
y f-foiottdes Campesinas, asumiendo funciones variadas que iban
progresistas.
desde la promoción de nuevas organizaciones sociales
t33
132
hasta la imple-
de izquierda, del social progresismo, de la democracia
v cáDacitaciones a dirigentes populares cristiana y de sectores juveniles del epRe llenaron las
respec-
i".i".i¿", en coordináción con los ministerios oficinas nacionales, regionales y locales de la nueva insti-
de impacto provincial y local'
tivos, de Proyectos yobras tución. Estos funcionarios expandieron un discurso de-
gubernamentales
El sinamos ,rrrii"¿ ocho oficinas sarrollista comunitario que tuvo enorme acogida en los
funcionarios' El sociólogo
con un total de cuatro mil sectores populares que recibieron apoyo para sus locali-
de dicho organis-
i;;;;". Guerra Gucía'funcionario dades, y cuyos dirigentes empezaron a ser recibidos en
de estos funcionarios fue-
mo, señala qo. tt'"" áe mil las oficinas ministeriales, particularmente el de Vivienda
incorporar a nuevos
,ál.r"rt"¿"áos a otras oficinas para y Agricultura, ministerios que antes les habían cerrado
departamentos y lo-
profesional., y tet"i"o'' E" ""iio' las puertas. Los dirigentes locales, hombres y mujeres,
Regionales de Apoyo.a
calidades se abrieron oficinas que se formaron en los programas de capacitación o que
la Movilización socialio"r."r)
ybfi.inrt Zo¡ales de manifestaban su simpatía con el régimen, fueron llama-
(Ózams)' desde las cua-
;t* " i" fvfo'iti'ación Socialorganización de la pobla- dos "sinamistas" por los dirigentes vinculados a los parti-
les se procedió p'o**t'I" dos de izquierda o críticos al gobierno.
" Á"t'q"t también había
ción rural y ttU"to--arginal' fueron Los ámbitos de acción del Sinamos fueron bastante
;ii.;,;.,áe de las ot'"t Ó"'*s que se abrieron
extensos, y aunque debía trabajar coordinadamente con
aparato
;irua"t por militares' Nació así un enorme las demás oficinas estatales, a veces sus acciones se su-
subernamen,"t q," fue creciendo y complejizando..sus perponían a los organismos vinculados a los ministerios
:ffiffi;;;;t':;;s siguientes' EI Sinamos movilizó
de Vivienda, de Thabajo o de Agricultura. Por ejemplo,
de promotores'
, ,., ,r.rd"dero ejército di varios miles los funcionarios del Sinamos fueron los encargados de
que llevaron la pre-
I¿..,i"or, .dutadáres y voluntarios los cursos de capacitación de los campesinos beneficia-
del régimen a
r."li" áa Estado y el discurso reformista críticos del rios de la reforma agraria, mientras que la Dirección de
;;il t;;.,.' dt l" población' Los sectores
como "la aplanadord"
la Reforma Agraria procedía a las tareas de expropiación
;¿;í;;; .. ,.ft'i"" 'ltinamos y fun- y transferencia de la tierra. Si bien los funcionarios del
El nuevo o,g"t'J-o concentrabaa los asesores Sinamos realizaban los talleres donde se explicaban los
del régimen' En parte
cionarios civiles más a la izquierda objetivos y el alcance de dicha reforma, y promovían la
,r.,r Ia infuencia de Carlos Delgado
y en parte Porque
lsociatividad y la identificación de los campesinos con
oii"'taban a la capacita-
il'iJ;;;;-á't st""o'a la" creación las reformas emprendidas por el Gobierno, no siempre
de organiza:t:l:'
ción de líderes populares' la visión de los sinamistas coincidía con la de los funcio-
de relaciones entre el régi-
;;;t ;;.ri,bittitiánto militantes de los partidos
rrarios de la reforma agraria., colectivo conformado por
men y la población, "t"ttt'o'o'
r35
134
Algo parecido ocurrió con Ia creación de las organiza'
ciones sociales y vecinales de los denominados "pueblos
jóvenes", que demandaban servicios de educación, salud
y vivienda al Gobierno. De todos modos, durante es-
tos años, los promotores del Sinamos se convirtieton en
personajes habituales del mundo popular urbano y ru-
ral, en agentes del régimen militar Presente en todos los
rincones del país, a veces recibidos con simpatía y otras
yeces rechazados por la población influenciada por los
paftidos de izquierda y los sectores políticos oPuestos a
los militares.
Ahora bien, la acción del nuevo organismo no se li-
mitaba a la promoción de la asociatividad popular, sino
que también desarrolló numerosos Proyectos de desa-
rrollo comunal gracias al apoyo gubernamental, que
El general Leonidas Rodríguez' jefe del Sinamos' otorgaba fondos para pequeñas obras de servicio local.
Imagen 6.2.
., iro d. ,,r, Jis.ursos ante los representantes de los gremios Por 1o general, el Sinamos era el organismo que gestio-
campesinos. naba en el ministerio correspondiente el fondo para Ia
Furite,Archivo familia Rodríguez' realización de un proyecto, Pero su protagonismo ha-
cía que apareciera como el otorgante de estos fondos.
muchos de Así, el Sinamos funcionaba como correa de transmisión
ingenieros, técnicos y otros profesionales'
ell"os sin compromiso político con
el proceso de reforma' entre las demandas de las organiztciones rurales y ur-
Por otrolado, como el Sinamos intervenía
en la for- banas que el propio organismo generaba y el Estado. Y
de este papel lo cumplió intensamente. Como nunca an-
mación de las Cooperativas Agrarias de Producción'
y de las Comu- tes, las oficinas públicas y los ministerios abrieron sus
las Sociedades Agraria' de Interés Social
puertas a los dirigentes formados en los programas de
,ridrd., Industriáles, se duplicaban los interlocutores
es-
quienes los campesinos y los obreros debían capacitación sinamistas, a quienes se les entregaba un
ará."
"on acuerdo para el funcionamiento de sus res- carné de identificación. Esto otorgó ventajas relativas a
;;;.^. de las organizaciones nacidas con el auspicio del Sinamos
p..tirr", organizaciones' Debido a esta situación' entre
ilr b.;;fi"t"rios de Ia reforma agrariayde las comunida- liente a las organizaciones infuenciadas Por los partidos
des industriales se percibió un exceso de burocratismo'
r37
t36
de izquierda y el APRA, que
reivindicaban su autonomla
ante el gobierno militar'
-"--E;1i "democracia de par-
marco de la denominada
al amparo
,kip;;;;;;d', las organizaciones surgidascontara con
del Sinamos permrtieron que el régimen
io' ménos' amortiguar el
bases de apoyo P"P;i;t o'
1o
de la izquierda radical en la
mo-
;;;;;;io, p,"iao'
vilización de los sectores urba.ros y rurales' Era común
a las que
qr. fm otganizac\ones creadas por eJ Sinamos' las mani-
movilizadas en
se sumaban la CGTP, fueran
Por esto'
i.rir"io.r., y mítines políticos del régimen'
il;;*dJpercibió J Si""*o' como un competidor poPu-
**";ir," y denunció la cooptación de dirigentes
sociales' Por
;;í;ió"ralelismo de las trganizaciones denuncia- lmagen 6.3. El general Leonidas Rodríguez, jefe del Sinamos, en
,, fí.., io, ,."to"' de la deiecha también resultado
una ceremonia con los campesinos de la sierra Peruana'
ron esta
"oopt""'o",
ft'o 'eñalalol 1"t erainfiltración Fuente: Archivo familia Rodríguez.
de la infiltr""i¿.,
en el régimen,
"oírrnista a posicioltt. *{t
que pretendía empujar a. los militares a la población para la transferencia del poder a los sec-
l¿iJ"f., o a los del bloque soviético' tuí' desde
b;;;t tores organizados. De ahí que este sector del Sinamos
sectores d. i'qtit'd' torno
l, it'dt
la derecha' hubo
procurara empujar la participación popular más allá del
Sinamos'
una convergencia opositora "ol:t'.tl discurso reformista.
régimen' Ia capacidad
. Desde .t p"^iá át del
"i"' e[ Sinamos apuntaba a Entre las numerosas organizaciones que el Sinamos
organizativa que Lsarrollaba impulsó, probablemente fue la Confederación Nacio-
sectores po-
áñd."., la posición de los trabaiadores y el poder nal Agraria (CNA) la más representativa, la que logró
oulares, lo que t"á" manera dá "o"tt"ptsar enraizarse en numerosas y extensas bases campesinas.
T;;i. tot empresarios y las élites económicas' Fundada el 3 de octubre de 1974, agrupó a los cam-
popular debía crear las
Por otro lado, la partitip"tión pesinos beneficiarios de la reforma agraria organizados
fitrturo^ la sociedad organiza-
condiciones Para it" t"^tl cn cooperativas y en las SAIS, a las comunidades cam-
;;;*di"'" dti Proceso de reformas' En los escritos pesinas y a los campesinos independientes. La CNA fue
creación de orga-
ál e*'l""belgado y C"'lot Franco' la resultado de un largo y paciente trabajo de base. Los
ro"fdt' tt"í" to*o objetivo último Preparar
,rirr.to.r.r
r39
138
líderes c¿mpesinos afines
funcionarios sinamistas y los
150 ligas agrarias' con
JGobi..rro organizaron cerca de
de 120 asam-
;ü;;;;;ináal o de valle' que' despuéslocales' conflu-
il;ó;"ciales y iooo to""tnciones No obstante'
,.t."t"", o !.J.t""i t""s dep artamentales'
en cuenta alas organiza-
la CNA se consüuyo sin tener
lo que en la prácti-
ciones campesinas ya existentes' Por
ca entró en comPetencia
con Ia podttosa Confederación
ór-p.14" d.l^pt'i' iccn)' üfluida Por vanguardia
Revolucionaria'
en el local de la
La CNA se fundó simbólicamente
con esto que
Cá*"r" d. Diputados' Se quiso significar política' pero
realidad
;;;i;;"-" expresión de la nueva un nuevo pod:' T Imagen 6.4. Pteunión de campesinos en la costa norte del Perú or-
también que se constituía como -11 ganizada por el Sinamos.
a la CNA
,*i.¿r¿ iosoligárquica' El Gobierno cedió Nacional Cortesía de Francisco \állejo Berríos.
los bienes y p"dio"Jt h dt"tti'ada
Sociedad
a los principa-
ngtJ",-tritiitución que había agrupado Perú' Los di- (congresos, asambleas, convenciones, etc.), lo que blo-
del
Ies hacendaao, y p'olietarios "giítáht queó los intentos de los sectores autoritarios del régi-
el dirigente
;;;;,., de l, it'l¡', átt"t lo' que-M"'destacaba las refor- men de convertirla en una institución digitada desde
campesino .t Avelino
'qt"áo "pou'ron el Gobierno. Por el contrario, mantuvo una relativa
mas militar.,, , t'"'i t""tiátt'¿t' p- ttt dirigentes de
autonomía institucional, y llegó a establecer canales de
del
la CCP t"UJq'i* (Mar fuá luego.miembro coordinación con la CCP. Así, a diferencia de otras or-
"o-o formado por milita-
Partido Socialista {t'o1'"io"ario' ganizaciones generadas por otros sectores del régimen
con Velasco' y electo a la
res y civiles q,,t toi"So'aron velasquista, la CNA mantuvo una autonomía relativa
Asamblea Cot"titlyt"* de
1978)' Evidentemente' la
y una importante representatividad en el mundo del
aparato gubernamental y
creación de ta cNA desd,e un campesinado y sus organizaciones. Inclusive, después de
la-crítica' de los sectores
con recursos estatales despertó la caída de Velasco, en una muestra de independencia
de parte de los sec-
p.1i,i""r, y el régimen militar recibió Frente a Morales-B ermidez, nombró asesor a Leonidas
de "corporativista".'
tores de la i,quierda el calificativo ^ Rodríguez, quien poco después del cambio de régimen
Peseaestaacusación'lociertoesque-laCNA había sido pasado al retiro. Más adelante, la CNA pasó
de toma de decisiones
supo crear sus propios canales
r41
t40
a la oposición política conforme Morales-Bermúdez fue
luego
viranio hacia posiciones conservadores' Mantuvo .
"""
1980 y decaYó en los años noventa' r
de Vivienda
ban a Palacio de Gobierno y "i Ministerio
Prado y Manuel la Ondepjov fue absorbida por el Sinamos, organismo
para presentar sus demandas' Manuel
que desarrolló un intenso trabajo de promoción comu-
b¿ti" establecieron políticas clientelistas con estos sec-
de izquierda nal y que auspició uno de los proyectos autogestionarios
tores, Pero.r,o."-bió cuando los partidos
las barriadas y más ambiciosos de la época. En mayo de 1971, dos-
empezaron a tener presencia política en
cientas familias "invadieron" los cerros de Pamplona, en
pro'-ori.ton la movili zación popular' El gobierno
de
los alrededores de la Panamericana Sur, Pero en los días
V.l"r.o, por su Parte, estableció relaciones relativamen-
siguientes se sumaron varios miles más, lo que destapó
te institrrciorrrl., .on estos sectores urbano-marginales'
la acuciante necesidad de viviendas y una crisis política
La Oficina Nacional de Desarrollo de Pueblos Jó-
se encargaba debido al reclamo de los propietarios afectados, entre
venes (Ondepjov) era la institución que
ellos los religiosos del colegio La Inmaculada. Después
¿. t" ,,.rr.iól gubernamental a los bautizados por
el
de un fracasado intento de desalojo, el Gobierno de-
,égi-.., militar"como "pueblos.jóvenes"' por considerar
cidió trasladar a las familias a los arenales de Thblada
q; .l término "barriaád' resultaba peyorativo' Luego'
143
r42
y
de Lurín, en el distrito de Villa María del Thiunfo'
las fa-
lanzó una convocatoria para que se inscribieran
recibir allí
milias que carecía., d. ,ri 'i.'da y quisieran
camio-
,rr, lot". En los días siguientes, con la ayuda de
de miles
nes del Ejército, ,. ,rJrl"d"'on varias decenas
de fami[ás para posesionarse de un terreno'
Enseguida'
los promotár., i.l Sinamos organizaron a la población
.r, Jo-it¿t vecinales para las tareas de la ocupación y la
de servicios
"gesdón Públicos'
Adi"io.r"l-.tt., un sector del Sinamos apoyó la
formación de una organiztción comunitaria' la
Co-
munidad Urbana AutJgestionaria de Villa El Salvador Imagen 6.6. Apolinario Rojas, hablando con el megáfono, y Antonio
(Cuaves), que culminó con la creación de un Consejo fuagón, dirigentes de la Comunidad UrbanaAutogestionaria de Villa
El Salvador, fundada en 7973.
ij.*á óo*.rr,"1 (cEC) en representación de más de Cortesía de Asociación Amigos de Villa.
se ca-
tbO.OOO familias. A través de esta otganización
con la
nalizaron los contratos para el servicio eléctrico
empresa estatal ElectroPerú, y de agtra y desagüe con Aunque al parecer la autogestión se inspiró en la ex-
S"d'"p"I. Thmbién a través de la Cuaves se implementó periencia yugoslava, su formulación fue resultado de las
,rrr" ,.d de postas médicas y de construcción de
escuelas' negociaciones entre los funcionarios velasquistas y los lí-
.or, d. l".o-.rnidad en trabajo y materiales' El deres locales como Antonio Aragón y Apolinario Rojas,
"poyorespaldó igualmente la creación de "empresas quienes tenían una larga experiencia de lucha sindical y
SinrÁo.
comunales" por el CEC' que pretendían política que venía de la década de 1950. En la forma-
"d*irriirt"das y una fuente ción de las empresas comunales, el Gobierno aportaba
ser una alternativa a la" empresas privadas
de trabajo para los pobladores' La Cuaves
fue la expe- pequeños fondos u otorgaba préstamos para el impul-
riencia á" y autogobierno más radical que so inicial. La Caja Comunal de Villa El Salvador, una
"rr,og.r,ióny, en particular' un sector de fun- suerte de banco administrado por los propios dirigentes
promo,,ió el Siámos
iiorr"rio, civiles que Provenían de la izquierda' Vamos a vecinales, fue posible gracias a un fondo otorgado por el
entrar en algunos detalles Porque se-trata de un Proceso Gobierno y a Ia asesoría del Banco Popular del Perú, que
d" .orrrt..r"Ición de un nuevo tipo de sociedad y mues- para entonces había sido estatizado por Velasco. lJna vez
tra hasta dónde podía llegar una de las tendencias
más puesta en marcha, laCajaComunal centralizó las cuotas
progresistas del gobierno militar'
t45
144
de electrificación paralelas a las existentes, incluso en competencia con las
de las familias para pagar los contratos
recaudados se pres- infuenciadas por partidos aliados, como el PCP-Unidad.
; *"pot"ble. Pati. dt los capitales comerciantes locales Esto ocurrió con el mencionado Sindicato de Educadores
taban a los pequeño' t"'p""iios y
Caja tuvo de la Revolución Peruana (SnRf'), que nació para contra-
, rr., i",.t¿t -od.."do. Con esta estrategia' la rrestar al Sutep. Francisco Guerra García señala que el
de la banca for-
alsunos altibaios, Pero ante la ausencia
SERP se formó con desconocimiento del Sinamos, y que
Á?il"-pf,¿ ,,, t"üot de facilitar el ahorro familiar' la responsabilidad recayo exclusivamente en los servicios
los grifos de
La otra experiencia importante fueron
de inteligencia y del Ministerio del Interior, quienes pro-
k ror.t. .o-rr,"lt', comlustible doméstico que
fue
comerciantes' cedieron a cooptar a dirigentes magisteriales y a otorgar-
oU;.,o de la especulación de los pequeños
les rápidamente reconocimiento legal. Otro ejemplo en
Viíh Bt Salvaáor tuvo seis grifos' colocados estratégi- la misma línea fue la Central de Tiabajadores de la Re-
camente, que permitieron acabar
con la especulación
volución Peruana (CTRP), creada en los primeros meses
;;;;r.;.; .rábl., los precios' Los dirigentes organi-
'r^b^, el transporte y Ia distribución mediante camio- de 1972 con las federaciones de pescadores y de choferes.
desde la refinería La Estas instituciones carecían de legitimidad y vida propia,
nes cisterna qr,r. t,"í"t' el kerosene
pues no estaban enraizadas en las dinámicas populares,
n"-piff", en el Callao' Esta fue la empresa comunal sino en la cooptación de dirigentes y en subvenciones
más exitosa, pues permitió financiar
o subvencionar
comunal' |a ferretería financieras. Esta situación respondía, como veremos más
otras iniciati't as, coÁo la farmacia
del adelante, a que el régimen estaba conformado por va-
de vidrio soplado' Así' con el concurso
;"i;f;ñ
'Gobi.r.,o, emergió t"t" to*pltia organización vecinal rias tendencias que pugnaban por imponerse sobre las
y demás, en un contexto en el que solo la autoridad de
que, además de organizar la ocupación del espacio
los lotes de vivienda' Velasco mantenía un reladvo equilibrio.
ir"t.tp"t ." l, "d;""dit'ción de de autogestión que. le Más allá de esto, los esfuerzos del régimen por crear
desarrolló ,rrrrn..oío, Proyectos
social' una base social propia despertaban el recelo tanto de
otorgaron una gran t'p'áia¿. de movilización la izquierda como de Ia derecha. Los sectores conser-
Ño-3¡r,"rr.., .ibi." el "modelo" de Villa El
Salvador
solía visi- vadores dentro y fuera del régimen veían la autonomía
il ;;;;".io.,ado por el régimen y Velasco
con la que el Sinamos se conducía como una amettaza
tar ia zona,l" ."pt'it"tia t'á
fue replicada' por 1o que
en potencia, particularmente porque ahí estaba concen-
de funcionarios del Sinamos
W.dó asociada a un sector trado un grupo de civiles que provenía de la izquierda
,'.r,., q.r. al conjunto del gobierno militar' o que, como el caso de Héctor Béjar, habían participa-
promovió la
El Sinamos no fue el Jnico órgano que
Desde varios secto- do en las guerrillas de 1965. De ahí que estos sectores
creación de organizaciones sociales'
organizaciones
r.r J.r régimerihubo intentos por generar
147
r46
"autonomía popular" frente al velasquismo era el eje de
un enfrentamiento por la hegemonía en los movimien-
tos sociales.
La nueva dirección del Sinamos, bajo jefatura del
general Sala Orozco, euien pertenecía a una tendencia
dentro del régimen liderada por Javier Tántaleán, proce-
dió a promover a dirigentes afines a su facción y a des-
prenderse de los cuadros que provenían de la izquierda.
Imagen 6.7. Héctor Béjar,
La reorientación del Sinamos se expresó en el operati-
exguerrillero del Ejército
de Liberación Nacional vo conjunto con los ministerios de Tiabajo, Interior e
y funcionario del Sinamos Industrias para desconocer al Comité Directivo de la
durante el gobierno Confederación de Comunidades Industriales (Conaci).
de Velasco. La Conaci fue organizada por el sector progresista del
Fuente: fuchivo del lnsti-
régimen, y el comité apoyaba a Velasco, pero la facción
tuto de Estudios Peruanos.
de Thntaleán deseaba dirigentes incondicionales. Die-
cisiete federaciones apoyaron la maniobra, y lograron
denunciaran al Sinamos como un nido de comunistas que se convocara un Congreso Nacional Extraordinario,
y promovieran el desmantelamiento de dicho organis- como resultado de lo cual la Conaci se dividió en dos
mo. La presión de las facciones conservadoras contra facciones: el Comité Directivo y una "comisión orga-
el Sinamos tuvo éxito en 7974, cuando, en medio de nizadori', controlada por la burocracia del Sinamos y
los confictos internos del régimen, Leonidas Rodríguez del Ministerio de Industrias. Esto puso en evidencia las
fue removido de la dirección. Francisco Guerra García pugnas dentro del régimen, las cuales se agudizaron en
señala que, después de la salida del carismático general los dos últimos años del gobierno velasquista. Y si bien
.rrq,r.ño, la facción autoritaria del Gobierno desplazó poco después ambas facciones se reunificaron, resultó
a los sectores izquierdistas y reorientó el Sinamos para evidente la manipulación gubernamental, y la Conaci
convertirlo en un mero instrumento de cooptación de quedó seriamente desprestigiada. Eran los últimos años
las organizaciones sociales' La izquierda, Por su Parte, del gobierno de Velasco, y anunciaba su debacle.
rcchaiaba al Sinamos, ya que en el mundo popular ur-
bano y rural competía con sus propios esfuerzos para
conformar sindicatos de trabajadores, federaciones cam-
pesinas y organizaciones barriales. La búsqueda de una
149
r48
CAPÍTULO 7
151
Sin capacidad para organizar una oposición en las
calles, los acciopop,rlitt"t se refugiaron en la política de
salón, a la espera de una coyuntura favorable Para actua-r'
En los años iiguientes, varios exministros y dirigentes de
AP fueron delortados debido a sus constantes declara-
ciones par" dé-a.tdar que el gobierno militar convocara
a elecci,ones o por sus críticas frontales a las reformas'
En
las actas de la Presidencia del Consejo de Ministros se
registró que los ministros de Hacienda e Interior realiza'
,o-n iru.rtigaciones sobre contrabando relacionado con
varios excoitgresistas, particularmente contra Javier Alva
Orlandini. Pero sin Belaunde, la oposición de AP no
representaba ningún peligro, y estas investigaciones se
Más bien, algunos grupos de jóvenes del
"ürrdorrrror,.
ala izquierdista de AP, agrupados alrededor de Edgardo
S.oane, primer vicepresidente de Belaunde y hermano
del líder aprista Manuel Seoane, vieron con simpatía-las
reformas, y se incorporaron al régimen militar en dis- Imagen 7.1. Sepelio de Rafael Belaunde, padre del presidente Fer-
tintos organismos g.rb..r"-.ntales' Este hecho fue un nando Belaunde Terry, a quien se le permitió asistir al entierro. La
foto corresponde a 1972.
golpe moral Para una disminuida AP'
Fuente: Repositorio USIL.
Por su Parte, el Partido Popular Cristiano (PPC)'
agrupación áel flanco derecho del espectro político que
no realizó mayores críticas al régimen hasta la inaugu-
,J n"Ui" desprendido de la Democracia Cristiana a fi- ración en 1969 del monumento a Ramón Castilla en el
nes de 1966, asumió un discurso conservador-consti-
parque del mismo nombre. Con ocasión de ese evento,
tucionalista frente a las reformas militares' Luis Bedoya '
paraaca)lar las críticas que los jóvenes pepecistas realiza-
Reyes, su figura principal, era alcalde de Lima cuando
-.1 ban sobre su silencio, pronunció un discurso conocido
se prod.u;o goip. militar, y tenía cierta relación de
como "Castilla, soldado de la ley'', donde destacó el de-
.on V.lri.o y su esposa Consuelo' hermana
"-irt"d ber de las Fuerzas Armadas de defender la legalidad y la
por parte de padre del dirigente aPr-ls-ta Luis Gonzales Constitución, en clara alusión a la arbitrariedad del ré-
i'or"d". Bedoya continuó como alcalde de la capital' y gimen militar. Velasco estuvo presente en la ceremonia,
r53
r52
y, según Bedoya, le dijo desde unos metros de distancia: dirigentes conservadores tenían pocas posibilidades de
"Me has jodido. Pero has estado brillante, caraio". propiciar la caíáa del régimen. La casa de Luis Bedoya
La crítica de AP y el flC se enfocó en el carácter Reyes, ante las sospechas de conspirar con sectores de la
inconstitucional del régimen y Ia demanda constante de Marina, fue allanada en varias ocasiones. La principal
elecciones. A través de la prensa, el PPC se pronunció esperanza de estos partidos era el almirante Luis Vargas
sobre las diversas medidas gubernamentales, cuestio- Caballero, el principal opositor de Velasco entre los mi-
nando sobre todo la manera en que se realizaba la refor- litares. De hecho, desde la Marina se produjeron varios
maagraria,la creación de las comunidades industriales intentos de insurrección, como el protagonizado por un
y la riforma educativa. El argumento básico era que la grupo de oficiales en diciemb re de 1974, en vísperas de
reforma tgrariaafectaba a la propiedad privada y desin- la conmemoración de la batalla de Ayacucho. Sin em-
centivaba la inversión. Si bien era necesaria en la sierra, bargo, este levantamiento fracasó porque el capitán del
las haciendas de la costa eran distintas porque tenían crucero Miguel Grau (probablemente se trate de Geró-
una economía tecnificada, con trabajadores asalariados nimo Cafferata) se negó a plegarse al movimiento, rin-
y orientada a Ia exportación, es decit generaban divi- dió su espada y fue detenido.
sas. Al eliminar la administración privada de las hacien- Por su parte, el RpR¡. se había desplazado en el
das azucareras, se debilitaba la producción agraria. En decenio previo hacia la derecha, y en los últimos años
cuanto a las comunidades industriales, como ya vimos, se había convertido en aliado del exdictador Manuel
creían que retraerían las inversiones y entorPecerían el Odría. Esto le significó algunas crisis, como la ruptura
funcionamiento empresarial de las industrias. La refor- de un grupo de jóvenes liderados por Luis de la Puen-
ma educativa mereció duras críticas Por considerar que te Uceda, que formó eI APRA Rebelde, Pero mantuvo
adoctrinaba a los estudiantes y fomentaba una concien- sus bases populares y sindicales, por lo que era la única
cia socialista y autoritaria. Se üataba, desde el punto de fuerza con capacidad para movilizar una oposición en
vista de los partidos conservadores, de la política de la las calles. Cuando se produjo el golpe, los jóvenes de la
manipulación y la conversión ideológica. Universidad Nacional Federico Villarreal salieron a pro-
La oposición del PpC y de AP a'las reformas mi- testar en el Centro de Lima, y algunos dirigentes apristas
litares contrastaba con el aPoyo popular a la reforma intentaron organizar manifestaciones, Pero fueron rápi-
agraria. Dichos partidos estaban lejos de sintonizar con damente controlados. Con la mayoría de sus líderes ave-
el clima de cambios que se vivía el país, y al que sectores jentados, esta vez no hubo ningún intento insurgente de
juveniles de diversas procedencias políticas sumaban su escala importante, al contrario de lo ocurrido durante
apoyo. Replegados a la conspiración en sus salones, los los regímenes militares anteriores. Así, a los pocos meses
155
t54
cuarteles de invier- Haya tuvo que redescubrir al joven Haya y editó por
del golpe, el¿.pR¡. se refugió en sus primera yez en el Perú, en 1977, El arutimperialismo y
régimen'
?"áUi¿" a la espera dei agotamiento del el ¿.pn¿. El libro había sido editado en 1936 en Chile,
"á,
Esta actitud .,itó qt" el Gobierno
otgtnizata tna'
que Por su par- y era. raro encontrarlo en el país. Los jóvenes del APRA
represión contra el "Partido del Pueblo"' Rebelde, luego convertidos en Movimiento de Izquier-
te'se cuidó de no proYocar a los
militares' Por e[ con-
a numerosos da Revolucionaria, editaron una versión a mimeógrafo,
trario, como vimos, las reformas atrajeron no oficial para reivindicar el caricter revolucionario del
en ellas la concre-
cuadros apristas iuveniles que- veían partido. Ahora era el propio Haya quien se veía obli-
que Vícto.r
;il á; "'lg*tor'elementos del programa en su juventud: gado a imprimirlo para mantenerse actual y conectado
R;,tl H"yáe la Torre había defendiáo con el tiempo reformista que experimentaba el Perú.
los recursos natura-
la nacionali zación del petróleo y de Estas medidas tuvieron un éxito limitado. Durante
les, la reform otros' De cierta manera' las
^^gr^'i^,''ntre APRA derechista de el velasquismo, el partido aprista experimentó no solo
reformas militares contrapusieron aI un periodo de aislamiento político, sino también la
con
i;;"t sesenta, aliado dál pradismo y del odriismo' y anti- pérdida de su enraizamiento sindical. Al principio del
;i An*A r"roral de la décaáa de 1930' reformista régimen, las protestas organizadas por jóvenes apristas
a'Haya
i-p"tirlo.". Las reformas de Velasco colocaron época y propiciaron que los militares allanaran el local partida-
con su
de la Torre como un líder desconectado rio y clausuraran La Tribuna en abril de 1970. Pero en
que confirmó
un desleal con sus proPuestas juveniles' !o general el,tpRR se mantuvo a la espera de la evolución
la "conviven-
los cuestionamientos que había suscitado de los acontecimientos porque Haya temía que un en-
.l]' "o, el pradismo y-la alianza con el odriismo'
Torre consis- frentamiento con el régimen provocara la persecución
La reaición ptt*t"l de Haya de la del partido y el exilio de sus dirigentes, como había
de las reformas
tió en reclamar la paternidad intelectual ocurrido con Benavides y Odría. En el campo sindical-
para de alguna ,,t""t' empalmar 9on
el nuevo escena-
popular, el ApRA fue lentamente desplazado por los
ii.. S.girí Nekon Manrique' .el dirigente aprista-per- partidos de izquierda, que, alentados por las reformas
dt"""tá todo el gobierno de Velasco
-"rr""iO en el Perú formación de cua- y el discurso revolucionario del régimen, se volcaban a
realizando un paciente trabajo de- crear organizaciones obreras y campesinas que sustraían
más valiosos
dros jóvenes Para evitar que sus militantes al APRA de sus antiguas bases sindical-populares. Los
f*;rJ" absorbidos po' ti régimen militar' No obstan- sindicatos textiles, tradicionalmente conúalados por di-
de Thabajadores
te, los dirigentes ¿i t" Co"ftderación rigentes apristas, fueron conquistados por los numero-
buscaron un
del peri, (órp), controlada por el APRA' sos partidos de la izquierda que experimentaron un auge
contener
acercamiento con el régimen. Asimismo, Para durante los años del gobierno militar.
.l d.rb"rrd. de sus basles sindicales y juveniles' el viejo
t57
t56
En realidad, en un inicio los partidos de izquierda
se
el desconcierto
vieron sorprendidos por el golpe' y reinó
lo que ge-
cuando ,. produjero., l"t primeras reformas'
sobie el catictet del régimen' La
,r.ró int..rro, d.trt.,
yorí^creyó que los militares seguirían el
libreto tra-
^Ji"il""f de los gobi.,"ot conservadores' El semanario
fascista'
U"¡¿r¿del PCP"calificó el golpe militar como
lá.lurtgo, cuando ,* ptád";o la nacionalización de
i" ,oc, quf ocurrió,acámpañada de un fuerte discurso
*rii-piiAista, los dirigentes comunistas debatieron
,obre la orientación del régimen militar'
reconsideraron
inicial y buscaron un acercamiento' Ante
la
r"
"pi"tO"
expropiación, a inicios de noviembre' de
las haciendas Imagen 7.2. Los dirigentes de la CGTP Gustavo Espinoza e Isidoro
r59
158
la
el margen de maniobra de los sindicatos' aunque
CGTP áebía procurar que las movilizaciones
no se des-
con
bordaran. El tb;etivo era llegar a acuerdos directos
el Ministerio dá Thabajo, que actuaba como árbitro
en
modo
los conflictos entre .*p,."'iot y trabajadores'
de
161
160
Revolucio nario' organi zación fo rmada por exmilitares
y
civiles que aPoyaron a Velasco' Antonio Aragon Gallegos
El iíde; campesino y dirigente trotskista Hugo
Blanco, también amnistiado por Velasco, fue invitado
a Fue un reconocido político de izquierda que se vincu-
trabajar en Ia reform a' agratia, pero rechazó la propuesta; ló al Sinamos y contribuyó a la formación de la expe-
f*. áportado meses después, cuando p¿rticipó en una riencia autogestionaria de Villa El Salvador. Nació en
el Cuzco y estudió en el Colegio Nacional de Ciencias,
manifástación campesina en Cerro de Pasco' En cam-
junto con el futuro líder campesino Hugo Blanco. En
bio, Antonio Aragón, trotskista como Blanco y también
in- la décadade 1950, se incorporó al Partido Obrero Re-
miembro del Frente de Izquierda Revolucionaria' se
volucionario, organización trotskista afiliada a la IV
corporó al Sinamos, y ft; "" 1:.tol.iTportante en la
Miem- Internacional, y conformó sindicatos de trabajadores
experiencia autogestionaria de Villa El Salvador' en Lima y Vitarte. Cuando Hugo Blanco regresó al
bá, d. otr", f".áones trotskistas también se sumaron al Perú y se convirtió en líder del movimiento campesino
régimen, como el periodista Ismael Frías' quien acePtó de La Convención, Aragón se trasladó al Cuzco para
como director de Últ¡*a Hora y fue hombre hacerse cargo del aparato de propaganda. Fue dete-
"o'írbo.r,a la facción del general Javier Thntaleán' Junto nido en 1962 y procesado por dar refugio a los mi-
cercano
a Frías se incorpor"ro., ot,o, trotskistas, entre
ellos Fé- litantes trotskistas que asaltaron el Banco de Crédito
lix Zevallos, diiigente obrero y fundador de la primera en Lima. Estuvo en prisión hasta que Velasco lo am-
organizaciór, tro-trkirt" en el Perú, el Partido Obrero nistió en enero de 1971. Poco después, se incorporó
RJvolucionario. para muchos militantes o intelectua- al Sinamos.
Aragón tuvo un papel protagónico en la formación
les de izquierda, el velasquismo actuó como un
polo de
de Ia Comunidad Autogestionaria de Villa El Salvador,
atracción Porque brindaba la oportunidad de ParticiPar
donde impulsó numerosos proyectos autogestionarios
en la liquidación de la sociedad oligárquica y porque
se
a los que se denominó "empresas comunales". Fue el
identificaban con las reformas' enlace entre el Gobierno y la organización vecinal que
Una posición más compleja la adoptó Vanguardia emergió de ese proceso, así como uno de los más tena-
pcp-
Revolucionaria (VR), partido que con el MIR' el ces defensores de la autogestión. Para Aragón, las "em-
Patria Roja y Ia, organizaciones trotskistas conformaban presas autogestionarias" incrementaban el poder de las
la denominada Nrieva Izquierda, organizaciones políti- organizaciones sociales porque estas podían regular la
cas integradas por generaciones jóvenes y críticas
del economía local en beneficio de la población, como
"reformf,mo" i.l póp-Unidad. vn se fundó en 1960' sucedió con los grifos de kerosene que permitieron
y tuvo como cabezas visibles a Ricardo Letts' Edmundo
r63
162
campesinas, donde construían sus bases sociales; y, Por
167
166
cuando Velasco expropió la IPC y decretó la reforma
agraria., Patria Roja no dejó de considerar al régimen
como un instrumento "fascistoide" del imperialismo y
de la burguesía industrial y financiera. Desde su Punto
de vista, como señala la historiadora quebequense Gen-
viéve Dorais, el verdadero objetivo de la reformatgtatia
era ampliar el mercado interno peruano para permitir la Imagen 7. 4. P.olando Breña,
168 169
de Huamanga y Huanta en junio de 19,69 ' En respues- CAPÍTULO 8
ta, a esta última ciudad llegaron los sinchis, un gruPo
es-
17r
170
de a los créditos de los organismos internacionales, y los
porque creían que las reformas y las expropiaciones
Estados Unidos mantenían su presencia en el Perú, y
i", á-prnías norte"mericanas alentaban la autonomía eventualmente podían conspirar y apoyü a la oposición
y de los sectores
f"fi,i", y el crecimiento de la izquierda países- veci- política para derrocar a Velasco.
,r".iorr"ii.tas tanto en el Perú como en los
En las actas conservadas del Consejo de Ministros
;;t. a; temía la influencia de Velasco antes que al pro- existen varias referencias a la conveniencia de iniciar
pio régimen. Y es que las reformas militares despertaron
y de los conversaciones con los países socialistas, pero debemos
i;".;o?;r, d. ü comunidad internacional La prensa y tener en claro que los militares se movieron con pru-
Gobi.rnos progresistas latinoamericanos'
denominaron el "experim_ent-o dencia, pues si bien buscaban una mayor autonomía
los analistas
".i'dé*i.or desde ante la política exterior de los Estados Unidos, de nin-
peruano" a este intento de organizarlaeconomía
guna manera deseaban entrar a la órbita de la URSS.
il Er,"do e industrial izx elpals sin adscribirse a [a órbi- El progresivo acercamiento del Perú a China, los países
ta de la URSS ni a la de los Estados Unidos'
y di- socialistas y Cuba respondía más bien tanto al mencio-
La pronta apertura de relaciones comerciales
nado enfoque multilateral de política exterior como a Ia
plomáticas con los países socialistas incrementó los
prevención de sanciones comerciales de Norteamérica.
i;;;;t de \washingion' Esta aPertura' sin laembargo' En ese sentido, las relaciones comerciales y de coope-
t..f""af, a la orien"tación "multilateral" de política ración técnica con Checoslovaquia y Yugoslavia debían
.rá.iot de los militares antes que a un acercamiento contrapesar Ia influencia de los Estados Unidos y mar-
iá.d%t.. con el comunismo soviético' Cuando Ia som- car un giro en relación con gobiernos anteriores, como
en el hori-
br" di" enmienda Hinckenlooper apareció
ofreció comPrar el de Manuel Prado, quien había alineado al Perú con
zonte, el Gobierno de Checoslovaquia
una cuota la política exterior norteamericana, y que, por ejemplo,
el azicar Peruano. No obstante' el Perú tenía había decidido pese a la opinión conrraria del canciller
con los Estado, Unidos con precios preferenciales' Por
por lo e historiador Raúl Porras Barrenechea la expulsión de
encima de lo que pagaban los países euroPeos'
rompimiento que Cuba de la OEA.
que a los militares no l.s convenía un
Ahora bien, cuando Velasco llegó al poder, Ia comu-
ts d.;"r" sin la cuota y retraieralos créditos pen'lientes nidad internacional experimentaba el auge del tercer-
/Lt *.*iones. Al -i""o iit-po' los Estados Unidos mundismo, corriente ideológica aparecida a la sombra
'rr.rrr"" Perú porque
pretendieron cortar relaciones con el
sus víncu- de la GuerraEría, con la cual la política exterior de los
temían que esto empujara al país a fortalecer
las relaciones a militares se entroncó rápidamente. El tercermundis-
los con .l bloqrr. *,ié'ito' Mantener
para mo planteaba que los países subdesarrollados tenían
p.r", d. 1" t.rrrió,t era una estrategia beneficiosa una agenda propia, diferente de la de las potencias
y
,^bor. Perú tenía acceso al mercado norteamericano
173
172
comunistas' Este a las empresas nacionales, incentivar la transferencia tec-
capitalistas como de la de los países nológica y promover el desarrollo industrial del Tercer
discurso impactó en las naciones de
Africa y Asia' re-
Mundo. Como contraparte, los países favorecidos de-
.i..ri.-..r,e d.scolonizados, así como en las élites po- bían implementar reformas institucionales y económi-
una cierta
líticas de América Latina, a las que confirió cas para modernizar sus aparatos productivos y elevar su
que
ii.r,tidrd y un horizonte alternativo ante los polos efi ciencia y productividad.
de que
,r*g.;irrUan la política internacional' La idea Prebisch señalaba que, a mediano y largo plazo, el
como un
lo, páír.s del Tercer Mundo tenían que actuar desarrollo del Tercer Mundo favorecería a las potencias
bloqt. para maximizar su infuencia en las relaciones
prioritario industrializadas porque aumentaría la capacidad de
i.rt.rrr"áorrales se convirtió en un objetivo consumo mundial que conduciría a un boom económi-
la. conformación
de estos países. Para ello impulsaron co global. Reducidos los desequilibrios comerciales y
la asamblea de la orga-
á; C-p; de los 77 dentto de económicos, el crecimiento mundial sería más estable.
nizacióide las Naciones Unidas (ONU)'
Dicho grupo
Creía así que el aporte económico y financiero de los
reuníaalasnacionesenvíasdedesarrolloqueSeor- países desarrollados a Ia modernización económica del
de las Naciones
gan\zarcn alrededor de la Conferencia Tercer Mundo tendría una recompensa no solo moral,
(Unctad)'
Ú.ridas sobre Comercio y Desarrollo sino también material. Desde este punto de vista, con el
el mayor
La conferencia de la Unctad de 1964 fue
del comercio in- desarrollo del Grcer Mundo todos salían ganando.
esfuerzo por revertir los desequilibrios Belaunde incorporó al Perú en el G-77, aunque
un informe
ternacional, cuestión que constituía' según con un perfil moderado. Esta situación cambió cuando
,r.o"r"¿o por Raúl Prebisch, un problema crucial'
pues
Mun- Velasco percibió que el grupo podía convertirse en una
Ll.g"b, ,.rbd.r",rollo a los países del Tercer plataforma para proyectar la imagen del régimen militar
"l
do. Este economista argentino' nombrado
poco des-
que el comercio y su proceso de reformas en la comunidad internacio-
oués presidente de la unctad, sostenía
tt".J";;d de los nal. Como foro desarrollista que era, el G-77 compartía
tendía a tefotzat la especialización
meros exportadores de
un lenguaje similar al de la Revolución peruana, como
f"iro del Tercer Mundo como y que esto se d.1- los militares denominaban a las transformaciones que
materias primas y productos agrícolas' llevaban a cabo. De hecho, las delegaciones del gobierno
industriali-
bía a la posición áe dominiole los países velasquista fueron calurosamente recibidas por la ma-
Para revertir dicha
zados en el comercio internacional'
los productos yoría de los integrantes del G-77, que veían el proceso
situación proPuso estabilizar el precio de peruano como un ejemplo para elTercer Mundo. Según
L;;;t (q,r. iendían a bajar, contrariamente a los pro-
preferenciales el historiador chileno GermánAlbuquerque, Velasco as-
créditos
ductos -"n,rf""t,r'ados), oto'g"t piraba a que el Perú se convirtiera en uno de los países
175
174
líderes del G-77. Y, en efecto, Ia presencia del Perú en
los foros internacionales se agigantó en esta época.
En el marco de la Comisión Especial de Coordi-
nación Latinoamericana, la instancia en la que se con-
sensuaba la posición regional previa a las reuniones del
G-77, el Perú promovió en mayo de 1969 el llamado
Consenso de Viña del Mar, que planteaba la necesidad
de revisar las relaciones interamericanas y defendía re-
formas similares a las promovidas por la Unctad. Poco
después, el ministro de Relaciones Exteriores, Edgar- Imagen 8.1. El gene-
do Mercado Jarrin, solicitó y obtuvo para Lima la sede ral Edgardo Mercado
de Ia asamblea de octubre de 1971. Este fue tal vez el JarrÍn en el Día de la
Bandera (1975).
momento de mayor reconocimiento internacional del
Fuente: diario
régimen. La prensa y los analistas de todo el mundo úhima Hora.
dirigieron sus reflectores sobre el Perú y, en particular,
sobre el proceso de reformas. Las figuras de Velasco y la
1947, en cuyo marco se establecieron misiones de ase-
del propio Mercado Jarrín, quien ya era. un especialista
soría militar estadounidense en los países latinoamerica-
en temas geopolíticos antes del golpe, se Proyectaron nos. Como vimos, el Perú enfrentaba en ese momento
como líderes latinoamericanos.
las presiones de los Estados Unidos para compensar a la
El Perú también fue protagonista de la tercera reu-
IPC, situación que exacerbaba el nacionalismo militar.
nión de la Unctad, llevada a cabo en Santiago de Chile
En parte, el liderazgo del Perú en los foros del Tercer
en 1972. De la Flor, quien había reemplazado a Mer- Mundo provenía precisamente de esta actitud cuestio-
cado Jarrín, fue elegido vicepresidente de la asamblea.
nadora hacia los Estados Unidos.
Fortalecido por este reconocimiento internacional, el
Conforme el Perú se distanciaba de la esfera de
Gobierno profundizó sus críticas a Ia infuencia de los infuencia norteamericana, las relaciones con el mun-
Estados Unidos en América Latina y demandó una ma-
do socialista se hacían más intensas. En 1971, Merca-
yor autonomía económica y política. En la misma lí-
do Jarrín anunció en la ONU el restablecimiento de
nea, durante la Conferencia de los Comandantes de los
relaciones con la República Popular China. A fines de
Ejércitos Americanos celebrada en septiembre de 1973,
ese mismo año, Velasco se entrevistó con Fidel Castro,
Mercado Jarrín cuestionó el Tlatado Interamericano
cuando el avión del presidente cubano se detuvo en
de fuistencia Recíproca firmado en Río de Janeiro en
176 177
Lima después su famosa visita a Chile, donde gober-
naba el pii-.t presidente socialista, Salvador Allende,
que habia llegado al poder por la vía electoral' Castro
,. *ortró favorable a las reformas militares, y ambos
Gobiernos compartían un discurso antiimperialista'
Al año siguiente, la Cancillería peruana solicitó que la
Of,A autori zara alos países miembros a restablecer rela-
ciones con Cuba. En junio de 1972, el propio Velasco
anunció que Perú había iniciado conversaciones en esta
línea, y restablecidas las relaciones diplomáticas, se hizo
frecuente que autoridades y ministros Peruanos, como
Rodríguez.o el
Jorge Fernández Maldonado, Leonidas
p.opio Francisco Morales-Bermúdez, visitaran la isla'
El offo gran órgano de expresión del tercermundis- Imagen 5.2. El general Velasco con Fidel Castro en el Aeropuerto
mo en el qué particiPó el gobierno militar fue el Movi- Internacional Jorge Chávez, el 4 de diciembre de 1971.
miento de Paíies No Alineados (MPNA). Impulsado por Fuente: diario Granma.
los presidentes Gamal Abdel Nasser (Egipto), Jawahar-
hl Ñehru (India) y Josep Broz Tito (Yugoslavia), nació derecho en Ia reunión celebrada en Argel. En esa oca-
en Belgrado en 1961, y agrupaba a la mayoría de las sión se aprobó también la llamada Declaración de fu-
nacionÉs de Á'frica, fuia y Oceanía. Aunque al princi-
gel, que asumía los planteamientos de la Unctad sobre el
pio el único país latinoamericano que lo integraba era comercio preferencial para el Tercer Mundo.
brrbr, en los años setenta se sumaron el Perú, Chile y El G-77 y el unNe vivieron una edad de oro en
Bolivia. A diferenci a del G'77, que surgió en el marco las décadas de 1960 y 1970 gracias a la confluencia de
de la ONU para respaldar los esfuerzos de la Unctad' los procesos de descolonización de África y Asia, y al
el MpN,q. era un foro político de marcado tono anti- auge del desarrollismo en AméricaLatina. Pero la con-
colonialista que buscaba fomentar Ia solidaridad de las solidación de ambas coaliciones dependía del éxito de
naciones del Tercer Mundo, emitía comunicados sobre la Unctad para revertir las desigualdades del comercio
temas internacionales y buscaba la cooperación en fa- internacional y desarrollar las economías del Tercer
vor del desarrollo económico. En 1970, el Perú asistió Mundo. El problema erala resistencia de los países in-
como observador a la asamblea de Lusaka (Zambia), y dustrializados a un esquema que los obligaba a pagar
ües años después se integró como miembro de pleno
179
t78
mayores precios Por los productos agrícolas, otorgar cré-
ditás baátos y tiansferii tecnología. Sin embargo, en la
reunión de Nueva Delhi de 1968, donde se debían acor-
dar medidas comerciales sobre "productos básicos", los
resultados estuvieron bastante por debajo de lo esperado
por Prebisch y su equipo. Sin el concurso de las poten-
cias occidentales, loi acuerdos promovidos por el G-77
y la Unctad se convirtieron en mensajes declarativos' sin
consecuencias concretas, lo que a medio plazo marcó el
declive de los foros tercermundistas.
En paralelo a estos esfuerzos internacionales, el go-
bierno militar se adhirió a los esfuerzos de integración
Imagen 8.3. Salvador Allende durante visita oficial al Perú junto a
comercial y económica de los países latinoamericanos'
En 1960, con el impulso de la Cepal se creó la Aso- Juan Velasco y el canciller Clodomiro Almeyda.
Fuente: §Tikipedia.
ciación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc) con
el propósito de integrar económica y comercialmente a
compitieran entre sí, sino que sus economías se comple-
1r t.giO.. El reto .rá .no.rrr., ya que implicaba unifor-
mentaran en un régimen de mercado común. Algunos
miztr aranceles aduaneros, rcfotzar las comunicaciones
productos agrícolas e industriales peruanos se venderían
terrestres y establecer cuotas de exportación, entre otros
con aranceles rebajados en Colombia, y en contrapar-
temas. Colombia, Chite y Perú habían iniciado también
tida el Perú haría 1o propio con algunos productos de
conversaciones para avanzaf hacia una integración su-
exportación colombianos. El Pacto Andino también im-
bregional qr. .o-p.nsara su menor-peso industrial y plicaba la reconfiguración de las relaciones comerciales
..oiró-i.o frente a Argentina, Brasil y México' Estas con los Estados Unidos y Europa, de donde provenían
tratativas se concretaron en el Acuerdo de Cartagena'
buena parte de las importaciones de América Latina.
también conocido como Pacto Andino o Thatado de In-
El propósito era levantar barreras arancelarias comunes
tegración Subregional de 1969.
para hacer posible un mercado andino que abarcara a
El esquema del Pacto Andino no era menos com-
los tres países. Los Estados Unidos no veían con buenas
plejo que .l Alrl.. Por un lado, apostaba por la especia-
expectativas el éxito del Pacto Andino, pues significaba
iización productiva de cada país, de acuerdo tanto con
restricciones para sus manufacturas. Los acuerdos entre
las ,rent4as comparativas como con el estado de desa-
los socios andinos eran complicados porque, siguiendo
rrollo industrial. El propósito era que los tres países no
181
180
las directrices de la propia Cepal, los tres deseaban im- En realidad, las condiciones no estaban maduras.
pulsar su sector manufacturero. Los países con menor Tal vez la principal raz6n fue que las políticas de inte-
desarrollo industrial temían que el desequilibrio del gración latinoamericana no tuvieron la continuidad que
comercio global se reprodujera a escala regional y los requiere esta compleja operación. Si bien en los años se-
acuerdos reforzaransu condición de meros exportadores senta e inicios de los setenta los países latinoamericanos
de productos agrícolas. experimentaron cierto desarrollo industrial, la situación
Pese a todo, los militares tenían grandes esPeran- era desigual. La falta de comunicaciones terrestres gene-
zas en el Pacto Andino. El Gobierno consideraba que, raba desventajas en unos y ventajas en otros. Aunque se
además de la integración comercial y económica, el había previsto un trato especial paru Ecuador y Bolivia,
Pacto era un avance hacia la convergencia política de debido a su menor empuje industrial, existía el temor de
los países miembros. En 1970, la elección por parte del que los países más fuertes acabaran sometiendo a los me-
Congreso de Salvador Allende en Chile, con quien el nos desarrollados. Pero, más allá de estos desencuenrros,
régimen militar tuvo excelentes relaciones, y el ascenso probablemente el contexto económico internacional se
al poder del general nacionalista Juan José Torres en Bo- convirtió en el principal problema para este proyeco
livia dotó al Pacto Andino de un rostro innegablemente de integración. Desde 1973,la subida espectacular del
izquierdista.Talvez fue el mejor año para este esfuerzo precio del petróleo inició un periodo crítico que años
de integración. Sin embargo, poco después, en 1971, el después cristalizó en una enorme recesión internacional.
general derechista Hugo Bánzer derrocó a Torres y en El proceso de integración debió enfrenrar un conrexto
1973 Augrsto Pinochet depuso a Allende mediante un de contracción económica y no de prosperidad, en un
sangriento golpe militar. Con el apoyo de los Estados mercado ya de por sí pequeño.
Unidos, el nuevo gobernante chileno aplicó un progra- Para el Perú, la caída de Velasco significó un giro en
ma de reformas neoliberales que alejaron a su país del la política económica e internacional. Con el gobierno
Pacto Andino e iniciaron una ruptura con las tendencias del general Francisco Morales-Bermúdez y con la con-
desarrollistas de América Latina. En 1974, Chile desco- ducción de Luis Barúa en el Ministerio de Economía y
noció la Decisión 24 sobre el arancel externo común y Finanzas, las políticas económicas fueron desplazándose
dos años después se retiró del Pacto Andino' Estos vai- del desarrollismo a medidas de ajuste omodoxo, en un
venes políticos supusieron un golpe del que la alianza, contexto de desaceleración de la economía mundial. El
que tantas expectativas había generado en los sectores Fondo Monetario Internacional (FMI) recuperó su in-
progresistas, nunca se recuperó. fuencia en la política económica peruana y pasaron a
un segundo plano los esfuerzos de integración del Pacto
Andino.
t82 183
CAPÍTULO 9
El nacionalismo cultural
185
la construc- Así, los promotores culturales, profesionales y artistas
que promovía el trabaio comunitarif Para incorporados al Gobierno exPresaron en sus actividades
se inspiraba en Ia experienc'ia
ción de escuelas y t'*í"o'' y producciones culturales la identificación de las refor-
el iyniylaminka' Para di-
ancestral del hombre ""ái"", mas militares con las reivindicaciones históricas de los
ferenciarse del aprismo
y del comunismo' solía recurrir
sectores indígenas. Esto significó una ruptura con los
a la metáfora del
"pt"i"orno d'octrina"' recalcando así
discursos oficiales previos, que priorizaban a personajes
y político no se inspiraba
que su pensamientt át"Jntt criollos y urbanos como figuras representativas de la na-
los legados culturales
en ideologír, t*t"';t'"" 'it'o'"" ción. De este modo, pese a las contradicciones internas
*- -la civilización andina'
de del régimen, se forjaron los contornos de una retórica
tendencias se exacer-
En el gobierno militar estas acerca de la nación que exaltó la herencia andina y po-
baron. Los discursos nacionalistas
y las expresiones
pular sobre lo criollo e hispano.
conocieion un verdadero
culturales mdit'o-popt'1"t' Velasco realizó numerosos gestos para identificar
masivamente dentro de los
esplendor y se it'tegraron a su gobierno con el campesinado andino. El óleo del
oficiales' Este auge era
mítines y lo, .,,t'ti culturales conquistador español Francisco Pizano, que adornaba
Los militares no tenían una
en cierta forma paradójico' un salón de Palacio de Gobierno, fue reemplazado por
En las entrevis-
;,rñ;"b"rrd"'oitt í" "t'ltt"" andina'María del Pilar Tello' el del rebelde cuzqueño TÚpac Amaru II. Velasco solía
tas que brindaron "^itpt'iodista recibir en Palacio a delegaciones campesinas, así como a
de las capas medias
^ñhos to"io- pio*"it"tt'
se represena"" sus líderes y udra.loc. Recibió y se fotografió con Satur-
;q* de tlü' tti'i"dicaban su procedencia nino Huillca, un camPesino quechuhablante de la sierra
cotidiana se comportaban
orovinciana: pero t' " "id' cuzqueha que había organizado sindicatos para luchar
:;il'J"t,"l En las reuniones en la casa de
"¿""tt' ingerían comidas criollas y por la tierra. Muchos dirigentes campesinos y popula-
Velasco se bebía;ñLf' se res se esforzafon por llegar a Velasco. En una ocasión,
se escuchab""
¡iiÁp^'ií^b^n' eso sí' con los dis-
"d;;' á"tiaeraban que la deudahis- el líder del sindicato de la hacienda Huando, Zózimo
cursos indige"i'tasif"* Torres, asistió a una ceremonia en Palacio de Gobierno,
con los campesinos
tórica del Perú tra pri"tipalmente y le gritó a Velasco, quien saludaba a los concurrentes
indígenas.
-- "O. . Lr lncor- desde un estrado: "Presidente, soy de Huando". Velasco,
modo que no tuvieron problemas Para quien conocía que dicha hacienda estaba siendo frag-
su discurso antiimperialista
porar á ,., ,r""iot'-"1i'-o y mentada entre los miembros de la familiaGraía, se de-
la reivindic""i¿, á.1 campesinado y del mundo
".rii,rrd cultural se orga- tuvo y ordenó que lo dejaran subir. Escuchó a Torres y
;J;;-P.Pt't"' ¡'" realidad' el diicurso la que poco después Huando fue intervenida por la Dirección
a la reformaagraria' a
nizó básicamentátorno de la Reforma Agraria.
más importante'
V.t"r.. consideraba como su creación
187
186
rela- Asensio, Túpac Amaru era una imagen de culto de sec-
Ahora bien, el primer núcleo de propaganda tores intelectuales provincianos, indigenistas y maestros
,ir"-..,r. org"rir"áo fue la Dirección de Difusión de
del Cuzco y del sur andino, que desde la década de 1950
ir'n f"tttrAlrari, (DDRA), ubicado en el antiguo edi- habían convertido al cacique de Tirngasuca en un héroe
ficio del Ministerio de Agricultura' La DDRA
estuvo a
cuzqueño y cultural que simbolizaba diversas reivindicaciones regio-
cargo de Efraín Ruiz Caro, un periodista nales. El mérito del gobierno militar consistió en elevar
pofi,i"o de gran protagonism: t" lo,t ¿ños anteriores' a Túpac Amaru a la categoría de ícono nacional.
'Frrrrdrdo, dát di"ti" iltitna Hora, del Movimiento So-
Durante la implementación de la reforma agraria
cial Progresista y exdiputado P"-t tl Cuzco'
Ruiz Caro
se realizaron numerosas intervenciones para capacitar
;;; "" 3*p..,o .tt l" ptop aganda de masas' Desde su y difundir los alcances del proyecto. Cursos, talleres,
r."l.rtó a numárosos-profesionales' periodistas' teatro, títeres y documentales aterrizaron en el mundo
""rgo
artñtas y dibujantes Para diseRar la propaganda
de.la
rural con el objetivo de comunicar ala población rural
,.for*"'"gr"riá. E.rt,. ellos destacaron los artistas plás- las transformaciones en curso y promover su apoyo a
el poeta y
ticos JesúJ Ruiz Durand y José Bracamonte' estas. Sin embargo, el recurso propagandístico,que des-
Adolph' Fue
f.tráit," Mirko Lauer y de el escritor José
gran nivel y trascendencia
tacó entre todos fue el afiche. Christabelle Roca-Re¡
,rr, .qrripo pequeño, pero quien ha estudiado la propaganda política velasquista,
artística. señala que el afiche resultaba barato, f,ícil de transportar
pro-
LaDDRA fue lo más parecido a un aParato de y adecuado porque estaba destinado a la población ru-
las narra-
paganda cultural del régimen militar' -S,tgú" ral, en su mayoría todavía analfabeta y sin electricidad.
ciones posteriores de Riiz Durand y Mirko
Lauer' los
En la época, eran escasos los televisores en las zonas ru-
;ili*t;t carecían de ideas definidas para difundir lasporvir-lo rales, por lo que el afiche resultó el medio más eficiente
tudes de la reforma agtxiaentre el campesinado' para transmitir el mensaje gubernamental. La produc-
q". a equipo de la o-OnR contó con un amplio margen ción de los afiches fue verdaderamente masiva; por cada
i. -"t iobta. Ruiz Caro y su equipo debían interpretar versión se imprimía entre cien y ciento cincuenta mil.
.ip.rrr*-i.nto de los militares o bien convencerlos Para Entre los artistas que diseñaron los afiches, sobresalió el
esta oficina
evitar que vetaran sus Propuestas' Fue. en mencionado Jesús Ruiz Durand, un artista huancave-
donde iluiz Durand dibujó la imagen de
Túpac h'll
agraria' del licano egresado de la Escuela de Bellas Artes de Lima,
que se convirtió en el símtolo de la reforma quien optó por usar las técnicas del arte óptico en sus
dirrr-o, y del propio régimen' Reproducido innume- creaciones.
rables rr.... .r, ,fi.ñ.r, carteles y banderolas' la
"f'"to', fue una invención Aunque se han cuestionado las técnicas abstractas
reivindicación de este ^ha Personaje no de los afiches de Ruiz Durand y su inteligibilidad entre
del régimen. Como 1o estudiado el historiador Raúl
189
188
LaLeY del Cine integrada mayormente por militares, que otorgaba los
incentivos de Ia ley al mismo tiempo que censuraba
las películas con contenido considerado inmoral o
LaLey de Ia Industria Cinematográfrca, promulgada
contrarias a los objetivos educativos y culturales del
en 1972, fue un esfuerzo por Promover un cine nacio-
nacionalismo militar. Dicha censura se impuso sin
nal. La norma estableció la obligatoriedad de la exhi-
discriminaciones, como ocurrió con el frlme De nue-
bición de películas nacionales en las salas de cines' así
uo a la uida, de Leonidas Zegarra, que abordaba los
como incátivos tributarios que eran transferidos a las
inver- confictos por la tierra, pero tenía escenas sexuales que
empresas productoras para que recuperaran su
disgustaron a los militares.
sión y .e ie.arroll"r" l'rt industria cinematográfica'
" Un problema adicional a la censura militar fue
Años antes, había aparecido una joven generación de
la incomprensión del lenguaje cinematográfico y las
cineastas: Armando Robles Godoy en Lima o Manuel
apuestas estéticas de cineastas como el cuzqueño Jorge
Chambi en el Cuzco, que impulsaron películas de re-
Vignati, autor del coriometraje Danzantes de tijeras,
lativa popularidad.
filmado en 1972 en Ayacucho. El corto recibió buenas
Eran filmes "nacionales" en el sentido de que sus
críticas de los especialistas, pero fue censurado en los
historias y personajes expresaban las tensiones socia-
'é[o.a, cines comerciales, y tuvo que exhibirse en salas alter-
les de la los confictos por la tierra o los pro-
nativas y centros culturales. Más aún, cuando Vignati
blemas .it.rr"l., que confrontaban a hacendados y
asistió como invitado al Festival Internacional de Mi-
campesinos. En 1967, cineastas, críticos y estudiantes
lán, descubrió a su regreso que había sido multado con
d. ci.te formaron la Sociedad Peruana de Cinemato-
diez mil soles por exhibir un documental sin permiso
grafia,bajo la presidencia de Armando Robles Godoy'
Congreso de la gubernamental.
[,ri.r, prá...rtó un proyecto de ley al Así, si bien el régimen militar favoreció a las empre-
zupirbii.". El golpede 1968 interrumpió los debates
sas productoras con un marco legal e incentivos econó-
d. di.h, 1.y, plto 1" Sociedad insistiría la promul-
en
micos, a cambio estableció un sistema de censura que
gación de una ley parael cine nacional'
coartó las libertades crearivas de los jóvenes cineasras.
De acuerdo con el historiador Fernando Contreras'
en Ia formulación de la ley y su adscripción al sector
Industrias jugó un papel importante Robles Godoy'
los campesinos, debemos tener en cuenta que eran una
Sin embargo, las relaciones entre el régimen militar y
los cineastis fueron tensas' pues con la norma también parte de un despliegue mayor. Su distribución se reali-
nació la Comisión de Promoción Cinematogtáfrca' zaba en un contexto que les confería sentido, sin el cual
su diseño nos puede parecer ahora poco relevante. Los
191
190
y.comunidades de la costa
afiches llegaban a los pueblos
de promotores del
v la sierra de mano ¿. 1", ",rádrillrr
reforma agraria y de
ffi"-.o,, d. lo, io.,"io"arios de la
entregaban las tierras a
los técnicos que exproPiaban-y
i;; ;p.tinor. Los
"fi"htt
de sensibilización, orgtnización
fueron parte de campañas
social y promoción cul-
r0 pn0t$ltil[
de la reforma
;;; il. buscaban {t" lo.' beneficiaros con
*r"rir', además dt "tibi' la tierra' se identificaran
ií;iJ; Jel Gobierno y generaran una conciencia
que el país
social sobre el proceso dt ti"i'fottttaciones
comuna-
;;*br. Los'afiches se colocaban en locales la po-
i.r, .t"".f"s y oficinas públicas donde se reunía
-Ui""io.r.r,
ámblea', pt'o también servían para enlucir
f", y los t"io' de las casas de los campesinos
"i"i."¿"s
' '*i"igll, la DDRA fue absorbida por el.Sinamos'
v sus dirigentes.
política
B*. t.Jo significó un giro en la propaganda
.á.,"f, p*s lf libt'tad dt los artistas se vio de oposi-
restringida'
193
192
produciéndose' de los archivos nacionales y extranjeros sobre el proceso
calidad artística. Lo afiches siguieron de emancipación, que aborda los avatares colectivos de
;;** "rr-.rtó la edición masiva de folletos didácticos' aquellos años, los aportes de los próceres, el papel del
ffi;;;.; y cartillas. Como vimos' el sinamos realiztbay ejército y las instituciones militares, así como el de los
intensas campañas con los sectores urbano-populares grupos populares e indígenas.
prácticos' guías de
campesinos, que requerían manuales El historiador Carlos Aguirre señala que la Co-
y folletos informativos Para las es-
or-i*,""i¿r, pfti.i."
locales' misión estuvo integrada sobre todo por historiadores
cuelas de formación de dirigentes
--- conservadores, pero paradójicamente contribuyó a con-
P" paralelo a la reforrna agttria' el otro mili-
gran
solidar un discurso histórico nacionalista, que enfatiza-
foco de desarrollo del discursá nacionalista ba la convergencia de los sectores populares, indígenas,
ir, zu. la celebración d'el 150'" aniversario de la
mestizos y criollos en la gesta emancipadora. Así, por
denominado en la terminología oficial
i"i.p*a."cia, ejemplo, para Agustín de la Puente Candamo, Ia uni-
{;ü;;r,enario". Esta efeméride permitió articular ficación de los diversos sectores de la sociedad colonial
,rt"'."*p"ña patriótica de alto perfil' que buscaba
contra España ponía de manifiesto una nación embrio-
;^t;*;r/"., dir".r"o posrtivo y optimista sobre el Perú
naria. Desde su punto de vista, en el acto de la indepen-
i,rán,. el procesode reformas' Sin embargo' la inter-
independencia fue objeto de
dencia cristalizó una incipiente nación conducida por
;;"i¿"óe se hizo de laparte de intelectuales e histo- una facción militar complementada por ciudadanos de
L.r, fo.r,.'polémica Por todas las condiciones sociales. Esta visión contradecía
riadores. En septiemÉtt dt 1969' el
Gobierno nombró
de la Inde- la interpretación tradicional, que centraba el relato de
la Comisión Nacional del Sesquicentenario la independencia en las intervenciones de José de San
p.rJ.rr.i" del Perú (CNSIP), presidida por el general Martín y Simón Bolívar, y reducía a los peruanos a un
e integrada por importantes
iuan Mendoza Rodríguez papel pasivo o secundario.
plrr."Aia"des acadéÁicas como Aurelio Miró Quesa- La Comisión "nacionalizó" el relato de la indepen-
Candamo' César
á", f"t historiadores José de la Puente y dencia peruana y le atribuyó raíces populares y regiona-
de la Comisión
Pacheco Yé1e2,.,"" ot'o'' El mandato
las conmemoracio- les, al introducir una nueva categoría de próceres, que
contemplaba actividades clásicas de desde inicios del siglo )C( se convirtieron en el eje del
t.r t""i,or"listas, como la construcción de monumentos relato nacionalista peruano: los precursores. Se trataba
conmemorativos'
y Ú,rraor, y la organización de eventos
'P.ro fue la monumental Co- de un conjunto de líderes indígenas y criollos ilustrados
-trrt¡¡"st i.g"do Áá, pt'd"'able de finales del siglo XVII y del xVtIi cuyos proyectos po-
¿tí"*rnul i la independencia del Perú' una serie líticos y sociales se interpretaron en clave protonacional.
procedente
de g6 volúmenes con inme-nsa información
195
t94
de Luis
Era el caso de Túpac Amaru en la interpretación
ruPa-
Durand Flórc2, quien presentaba al movimiento
camarista como Lln faitot integrador de
indios' mes-
199
198
antes organismo descentralizado del Ministerio de Educa-
locales siguieron siendo consideradas indígenas
ción, cuya dirección general recayó al año siguiente en
q.r. y sus comunidades denominadas como
"rrrrp-arinas, la lingüista Martha Hildebrandt, quien permaneció en
"nativas".
un el cargo hasta7976. El INC desarrolló una intensa acti-
Aunque ocurrió al final del gobierno velasquista'
vidad de promoción del patrimonio cultural, la investi-
hito i.npártante de la reivindic'iión cultural se produio gación arqueológica, el arte popular andino, la música
largos deba-
eL25 demayo de 1975, cvndo después de regional y la producción literaria. La evolución de la
i.t .f qrr."É.rr, la lengua hablada.por.millones de habi- política cultural del régimen se expresó en 1975, cuan-
;.;t á. h ri.rr"y h áost', y que había sobrevivido a las do el Premio Nacional de Cultura, en categoría de arte,
oolíticas de castelian izació¡republicana' se
convirtió
en
recayó en el retablista ayacuchano Joaquín López Antay.
ñ;"" oficial. El decreto emitido por elgobierno militar
Fue la primera vez que el premio se concedió a un artista
.r,iUf."i" que dicha lengua t'" "" legado ancestral de la ajeno a las industrias culturales tradicionales: escritores,
cultura Peruana y qr'r. E tado tenía el deber de preser-
"l enseñanza pintores, músicos y otros. López Antay fue descubierto
varla. Desde abril de 1976 sería obligatoria su
al gran público por el etnólogo y escritor indigenista
todo, los niveles escolares, por lo que el Ministerio
de
"r, José María Arguedas, quien organizó exposiciones de su
Educación debía imple-t"t" el currículo y diseñar los obra en la peña Pancho Fierro; y el historiador Pablo
embargo' la
materiales necesarios Para su enseñanza' Sin
Macera le dedicó varios estudios y publicaciones.
*iá" ¿. Velasco y los cambios ministeriales frustraron la El premio produjo una gran controversia entre los
,pti"""iOn de diÁo decreto' El Ministerio de Educación sectores del arte y la cultura de Lima, pues López An-
.'""*tU cuatro libros de gramática.pzLa cada' una de las tay se impuso sobre artistas plásticos reconocidos como
lr"ri"ñ., d,ialectales del iáioma de los incas (Cuzco-Co- Carlos Quízpez Asín y Teodoro Núñez LJreta, y sobre
llro, Ayr".rcho-Chanca, Áncash-Huaylas y Cañaris-Ca- el músico Rodolfo Holzmann. Varios personajes desta-
jarraia),que quedaron como testimonio de un proceso
que cados de las artes se pronunciaron en contra de la dis-
,rt'rn.o. Lo mismo ocurrió con la parte del decreto tinción al retablista ayacuchano. El pintor Fernando de
debía
establecía que en enero de 1977 el Poder Judicial
en quechua'^ Szyszlo afirmó que, si bien un Ferrari era tan digno de
pr.p"iado para conducir procesos
"ra", valoraciórr como un caballo de raza, no cabía mezclar-
l-^ifrri^liri"ión del quechua era parte de un esfuer-
andina' los porque ambos pertenecían a mundos ajenos. Hubo
zo más amplio por reivinJicar la cultura popular
años del régimen también quienes defendieron aLópez Antay y cuestio-
Se puede di.ci.-q,r., en los ultimos dos
naron la concepción tradicional de la cultura que tenían
un discurso cultural indigenista'
se intensificó
-iii."t l97l' se los artistas limeños. Estas controversias no hicieron re-
algo que no existió en los primeros años' En
troceder al gobierno militar. El7 de enero de 1976, en
.i Instituto Nacional de Cultura (INC) como un
"rZ¿
201
200
contra los representantes del hippismo, así como por el re-
una concurrida ceremonia, el ministro de Educación'
la distin- chazo de grupos radicales de estudiantes sanmarquinos.
general Ramón Miranda Ampuero, entregó
En general, en cuanto a política cultural, el régimen
ción a LópezAntaY.
militar no realizó innovaciones importantes. Existían en
Como conffaPartida al discurso camPesinjsta' el
el Perú numerosos movimientos, colectivos y esfuerzos
régimen asumió u., discurso crítico de la influencia
de reivindicación de la cultura indígena y popular, que
cultural norteamericana. Restringió así la importación
Velasco incorporó a su gobierno porque se enmarcaban
de cómics, revistas y publicaciones que consideró alie-
dentro del discurso nacionalista de los militares. El in-
nantes. Un incidente de l97l con el cantante Carlos
digenismo tuvo un periodo oficial en la época en que
Santana y su banda de rock muestra el autoritarismo
fue ministro Luis E. Valcárcel, y también gracias a la
del régimen en cuestiones culturales, aunque también
labor de José María Arguedas como investigador del
,. ,r"á de un episodio que tiene mucho de leyenda' folclor en el Ministerio de Educación y como director
Santana debía presentarse en el estadio de la Universi-
del Instituto de Estudios Etnológicos. Este indigenismo
dad Nacional Mayor de San Marcos, evento al que
se
oficial, aunque heterogéneo, incrementó su relevancia
opuso la Federación de Estudiantes, infuenciada Por
en medio de las reformas militares, particularmente
gropo, maoístas. Se emitieron varios comunicados que
debido a la reforma'agraria. Algunas demandas del in-
F,r.ro., recogidos por el diario Expreso, bajo control gu-
digenismo se convirtieron en política pública, como la
b.rn"-.tt"'Í. Uná noche antes del concierto' según el
oficialización del quechua, y parecía que el régimen se
,.l"to d. Luis Jochamowitz, ardió una caseta de sonido
y definía en dirección a una política más profundamente
preparada para el especráculo' La.llegada de Santana
indigenista, pero este proceso quedó trunco con la caída
,r, trrd" recibió los reflectores de la prensa' Al bajar
de Velasco.
del avión, el rockero se quitó la camisa' hecho que
el
203
202
CAPÍTULO 10
La enfermedad de Velasco
205
en ese sentido. Sin embargo, el sector progresista nunca
teléfono. Casi al amanecer llegaron los ministros
Pe-
Gilardi' Vargas dudó en respaldar la continuidad de Velasco, y sin aquel
dro Richter, Mercado Jatin, Rolando cualquier intento de desplazarlo habría significado una
en crisis'
Caballero y otros. Al mediodía Velasco entró
operar' El doctor seria ruptura interna. De ahí que la Junta Militar auto-
po, lo q.rá lo, médicos decidieron rizó únicamente a Mercado Jarrín el encargo de firmar
'lr4rrio
lr4oli.r", quien desconocía los antecedentes del
dirigir.la los decretos y documentos administrativos de manera
paciente, f.r. .or,ro.ado de emergencia para
provisional. Velasco aceptó los términos de dicho acuer-
ip.r".tO". Aunque lograron salvarle la vida' una de las áo. Sin embargo, dos días después se publicó un decreto
y
p'i.rnr. estuvo ..tu.hai horas sin irrigación sanguínea firmado por Velasco que señalaba que la autorización
para
proced,ieron a extraerle los músculos necrosados M.rcado tenía como fecha de vencimiento el 31 de
irritr. su amPutación. No obstante, la.infección siguió "marzo. Con esto el general piurano, quien fue siempre
pr.g*o"ao, por lo cual días después (9 de marzo) fue muy desconfiado, impuso un plazo a las atribuciones de
-r
op.irdo nuevamente Para amputarle la pierna'
Mercado y aseguró su retorno al sillón presidencial para
La hospitalizac\óÁ de Velasco planteó un dilema el 1 de abril.
y del Consejo de
p"rJo.
'N4irir,ror.-i.*bro, de la Junta Militar En medio de la incertidumbre de la enfermedad de
La situación no estaba prevista en el Estatuto
Velasco, el diario Expreso, vinculado a la CGTP, convo-
Mili.r, y el gobierno no podía permanecer sin cabeza có una manifestación de respaldo. A esta convocatoria
,rri.ntras Velasco ,. ,..,,ptt"b'' El Ett't"to regulaba
eI
un pre- se sumaron la Democracia Cristiana y el Partido Co-
relevo presidencial, p€ro no existía la figura de
munista Peruano. Los sectores civiles temían que los
riá.",.' provisional ." ""'o ocurrieran eventualidades militares aprovecharan de esta crisis para apartarlos del
sala del
como esta. Los ministros se reunieron en una Gobiernó. El tema se analizó en el Consejo de Minis-
fr"tpt,A para deliberar, colocándose. sobre la mesa la tros. Prevaleció entonces el apoyo a la manifestación y se
te-
cuestión de la sucesión' El sector de los progresistas
interrum- abrió la convocatoria a todos los sectores que desearan
mía que, sin Velasco, la revolución militar se
a que el sumarse. El PCP y la CGTP organizaron la movilización
;i.;": La tendencia mayoritaria se
.inclinaba militar disciplinada de sus bases y atrajeron a numerosos secto-
i.l.,ro rec,ayeraen el premier Mercado Jatrín' un ,., qr'r. simpatizaban con Velasco. Según cálculos de la
."" pt."igio intelectual y respetado por los oficiales' época, unas 300.000 personas se concentraron en la pla-
Velasco'
pero sin lis convicciones "revolucionarias" de ," Dot de Mayo, desde donde desfilaron por Ia avenida
'Fr.r.ron opinión pública seguía
días tensos en los que la
Alfonso Ugarte y siguieron por la avenida Brasil con di-
expectante el curso de los acontecimientos'
rección al Hospital Militar, en cuya entrada se impro-
Corrió el rumor de un relevo presidencial' y posible-
fichas visó un mitin. Consuelo, la esposa de Velasco, salió a
mente los militares conservadores movieron sus
207
206
emocionalmente. Sus colaboradores más cercanos coin-
ciden en señalar que su capacidad de trabajo disminuyó
significativamente. Dejó de asistir a las reuniones de la
COAP (que como dijimos era la correa de transmisión
con los ministerios y organismos gubernamentales),
disminuyó la atención a las delegaciones provincianas
y se acabaron las inspecciones inopinadas que realizaba
a algún proyecto de infraestructura rural o para verifi-
car el funcionamiento de alguna cooperativa a tcaneÍa.
La pérdida de la pierna aisló a Velasco en su despacho
presidencial y redujo su entorno personal de colabora-
dores, que le proporcionaba información variada sobre
la situación del país en las provincias.
Los testimonios de los militares progresistas señalan
que después de la enfermedad Velasco se volvió irasci-
t. ble. El problema era que su autoridad derivaba del papel
Imagen 10. JvnYelasco Alvarado y su esPosa Consuelo Gonzales
Posada junto al mandatario de Rumania, Nicolae Ceausescu, en de árbitro que cumplía en los Consejos de Ministros,
visita oficial de 1973. escuchando las posiciones, sopesando los argumentos y
'§Tikipedia.
Fuenta decidiendo ,,medidas más o menos intermedias, con lo
cual se colocaba por encima de las facciones. Pero esto
saludar y tomó la palabra para agradecer ala multitud. cambió en la etapa posterior a su enfermedad. Estallaba
Mercado Jarcín, en nombre del Gobierno, también de- en cólera ante cualquier discrepancia y acusaba de con-
dicó unas palabras a los concurrentes. trarrevolucionarios a los militares progresistas que junto
En abril y mayo, entre terapias de rehabilitación y a él habían planificado el golpe y lo acompañaban desde
reposos en Paracas o Chaclacayo, Velasco retomó par- el inicio de las reformas. Vrlasco, que como dijimos era
cialmente la conducción del Gobierno. Sin embargo, muy desconfiado, empezí a percibir conspiraciones en
ya nunca fue el mismo. Le confeccionaron una pierna cada señal de opinión discrepante. Támbién es probable
ortopédica a la que jamás pudo adaptarse, y solo la usa- que su impaciencia para acelerar las reformas, particu-
ba en .ntrevistas con la prensa o en ceremonias públi- larmente el proceso de estatizaciones, respondiera a la
cas. Para un militar que siempre se mostró orgulloso de urgencia de culminar su obra. Es lo que sugiere Antonio
su estado físico, la pérdida de su pierna debió afectarlo
208 209
Las empresas de propiedad social, EPS
unificación, en Lima, de 27 excooperativas de trans-
porte con dificultades financieras. El l7o/o restante
de correspondió al sector extractivo, principalmente re-
Las EPS se formaron en el marco de las políticas
plena, sistematizadas por ferido a actividades agrícolas. Como las EPS fueron
democracia de participación
creadas con crédito estatal, los trabajadores tuvieron
una ley d,e tgi4. El Gobierno las consideró como
el
un reducido margen de decisión en Ia cogestión de las
sector prioritario, y destinó Para su fu.rn:tt" una
1í-
empresas. Pese al empeño de directivos y trabajadores,
nea de crédito administrada por el Fondo Nacional
de
El plan fue bastante ambi- varias EPS no pudieron implementarse y otras no pa-
Propiedad Social y Cofide.
saron de la fase formativa porque nacieron en años de
.io*, p.r., cont.mpl"ba, además de Ia adquisición de
empre- desaceleración económica.
bienes de capital, un Programa de capacitación
Con el cambio de gobierno, Morales-Bermúdez les
sarial para los trabajadores, así como de organizaclón
retiró el carácter de prioritario y restringió los recursos
.orpo."tiu" y conciencia política' Para su concreción'
destinados a dicho sector. A inicios de los años ochen-
,. .r.ó la Comisión Nacional de Apoyo a la Propie- ta, solo 62 EPS habían superado la etapa formativa, la
dad Social (Conap), cuya Junta estaba integrada por
los mayoría de ellas dedicadas a la agricultura. En los años
representant., d. do.. ministerios y delegados de
siguientes, sin el apoyo gubernamental y en medio de la
,r"b"1"do..r. El presidente de la Junta tenía rango mi-
recesión económica, las EPS entraron en declive y fue-
.rirt.íi"l y d.p.rrdi, directamente del presidente de la
ron desapareciendo del panorama empresarial del país.
República. La Conap dirigió la creación de numerosas
nP!, y sus funcionaiios asumieron temporalmente la
dirección de dichas emPresas.
De acuerdo con el investigador Mario Tueros' en
Zapata: el general presentía que no le quedaba mucho
los años 1974't975 se emprendieton 307 proyec-
La tiempo, y deseaba apresurar gl paso.
tos de EPS, aunque no todos se implementaron'
mayoría, el 54o/o-, estaba dentro del rubro industrial' No sabemos en qué momento los militares progre-
,ector fundamental para el régimen' Las primeras EPS sistas empezaron a percibir a Velasco como un problema
en constituirs. fuero., Nor Metal, sobre la base
de los para el proceso de reformas. Mientras estuvo bien fisi-
obreros despedidos de SiderPerú, y Depovent' cons- camente, nadie cuestionó la continuidad de su manda-
tituida ."-tié., con los trabajadores despedidos de to, ni siquiera los militares más conservadores. Pero su
dicha empresa. Un segundo rubro de las EPS fue el progresivo deterioro fisico y su distanciamiento de los
de servicios, q.r...pr.i.^tó el 29o/o,y empezí con
Ia
progresistas alentaron a la derecha militar, concentrada
en la Marina de Guerra, a intensificar sus campañas de
211
210
Caballero emer- 28 de mayo de 1974, seíaJó que Vargas Caballero, en
oposición. El vicealmirante Luis Vargas tanto ministro de Marina, no estaba autorizado a brin-
de una facción abier-
;iJ; ;t,. periodo como cabeza dar declaraciones políticas, pues estas se reservaban al
7r-.rrr. cortraria a Velasco en el interior de las Fuerzas presidente y al primer ministro. Los ministros, señaló,
resquebrajando así [a imagen unitaria
que
Ár-"d*, solo podían declarar sobre temas de su sector, y aquel
En una
resultaba .l"rr. prm ia estabilidad del
régimen'-
que deseara intervenir en política debía renunciar. La
de"lanción a Prensa' el vicealmirante
la
invitación a dimitir estaba extendida, Pero un pronun-
,firrrrO que el régimen "o tt "p"ttaria
"oll.rrorr.*ida de la tradición
a la propiedad ciamiento de oficiales de la Marina respaldó a Vargas
occidental y cristiana, con lo que aludía
Caballero, y señaló que, como miembro de laJunta Mi-
y la libertad de expresión'
'privada
Inmediatamente, los settotts conservadores
se litar estaba facultado a opinar sobre temas políticos. Así,
La prensa opo- la Marina en bloque manifestó su respaldo y el derecho
agruparon en torno a Vargas Caballero'
sus de- a la libertad de opinión de su vicealmirante. Paralela-
,i",oá to entrevistó reitttáamente y reproduio
mente, hubo movimiento en los buques de Ia Armada
claraciones para evidenciar las divisiones en el interior
..,f""tamientos entre Velasco yVargas en preparación de motines de resistencia. Solo la presen-
d,el régimen. Lo,
y ele- cia del comandante general de navíos Guillermo Faura,
órU"fi.ro a través de la prensa fueron numerosos
tensión política' En cierto momento' El
Comer- quien se¡/negó a moverse de su puesto, desactivó el le-
,-*""l;
Prensad.rt"t"'o" la respuesta del vicealmirante vantamiento. Finalmente, Vargas Caballero renunció el
t¡t i il
,r.t prorrtnciamiento de Velasco en torno
a las decla- 30 de mayo.
",a"ioi", del exministro Manuel Ulloa al diario O Esta- Velasco había anulado a Vargas Caballero y cortado
Utloa respaldaba las palabras del dirigente la controversia, pero esto no cambiaría la posición gene-
i d, Yruil.
había sugerido ral de la Marina. En realidad, debemos entender la su-
Javier 'Lias Stella' quien
"""iopop,rlista a. dar la voz alapoblación mediante la blevación verbal de Vargas Caballero, quien antes había
q";É"',i.-po
ocupado los ministerios de Justicia y Vivienda, como el
átro.r,oria a elecciones' Velasco salió rápidamente
a
214 215
Revolución u algún evento de representantes latinoame-
ricanos. Los atentados contra las sedes diplomáticas rusa
la
y cubana eran un evidente mensaje de rechazo tanto a
i.ndenci, progresista del régimen como a sus relaciones
con el comunismo internacional'
Por otro lado, los atentados demostraban que la
oposición al régimen había pasado a la ofensiva violenta'
En noviemb.."d. 1974, explotaron bombas en el local
d,e La Prensay frente a la casa de Fernández
Maldona-
los
do. Al mes siguiente, se produjo el sonado ataque a
ministros Meicado JartíiyJavierThntaleán, y a[ general
Guillermo Arbulú, quienes fueron interceptados Por un
camión cuando se ietiraban de un restaurante' Desde
un auto Toyota dispararon contra ellos e hirieron aTán-
taleán y Rrbulfr; fueron trasladados al hospital Imagen 10.3. El general Juan Velasco Alvarado en su casa, cuando
"-bot
militar. EI Gobierno atribuyó los hechos a la CIA' aun- ya había dejado el poder.
que internamente se sospechó de agentes de inteligen- Fuente. A¡chivo del Instituto de Estudios Peruanos.
216 217
de la prensay de la derecha política que, coincidente-
ment; arreciaron sus críticas contra el régimen' Fue en
en
estas circunstancias que Velasco comenzó a apoyarse
un grupo de militarei que la prensa denominó como La
Mñón, una facción que propició un mayor control del
Estado sobre la ..orrá-íá, piomovió la deportación de
periodistas y políticos opositores' y pretendió la coopta-
.i¿.r d. organlzaciones y dirigentes populares para evitar
los reclamás y huelgas de los trabajadores'
La Misión tuvo como cabezavisible al ministro de
Pesquería, Javier tntaleán, un hombre cercano a
Ve-
lrscá desde su época de cadete' Era uno de los Pocos
a quienes Velascá invitaba a almorzat a su casa los do-
*irrgor. La esposa de tntaleán era íntima amiga de
Imagen 10.4. JvnVelasco Alvarado en una reunión familiar, en los
Conluelo, y ,*brt solían visitarse' El general Graham
últimos años de su vida.
describe a La Misión como un gruPo de incondicionales Fuente: Archivo del Instituto de Estudios Peruanos.
a Velasco, identificados no con las reformas' sino
con
la figura presidencial. Por su Parte, el grupo progresista su influencia estaba en el Ejecutivo. Tantaleán formó
,..rá,r', propia apreciación del proceso revolucionario' el Movimiento Laboral Revolucionario (MLR), desde
que no ,i.-p.. estaba de acuerdo con Velasco' pero le el cual procuró, aunque sin suerte, construir bases de
gr"rd"b" l.aitad mientras este asegurara la continuidad apoyo entre los trabajadores. El MLR nació entre los sin-
á. lm reformas. La confranza que Velasco depositó en dicatos de estibadores pesqueros de Chimbote, donde
Tantaleán le otorgó una creciente influencia en las deci- se impuso empieando ü violencia conrra los dirigentes
siones de gobiernt en detrimento de las otras facciones' tanto comunistas como de la izquierda opositora. El
particularirente de los progresillt:9"t desde el inicio apaleamiento de sindicalistas críticos del régimen, así
irabían sido el principal sostén de Velasco entre los mili- como el asalto de asambleas y locales gremiales se con-
tares. Fue La Misión la que alentó la mano dura contra virtieron en sus prácticas comunes. Desde Chimbote,
la oposición Para asegurar la estabilidad política' estas prácticas se expandieron a los sindicatos de Lima
La Misión, señala el historiador Antonio Zapata' y otras regiones, y desataron la protesta de los partidos
carecíadel control de las regiones del Ejército' Pero te- de izquierda y de los sectores del velasquismo que no
nía los ministerios del Interior y de tabajo; es decir'
218 219
y Extra.
militares con los que planificó el golpe, que resultaban
participaron en su gestación' Los diarios Expreso fundamentales para mantenerlo en el poder. En cierto
iriti."ron la violericia del MLR, que se convirtió en el momento, Leonidas Rodríguez, José Graham y Jorge
principal atgumento de quienes sostenían que el
velas-
Fernández Maldonado, entre otros, perdieron el con-
(uismo era un régimen fascista' tacto directo y fluido que habían tenido con Velasco
No obstr.,te, Velasco respaldó al MLR en diversas durante los primeros años. Para estos militares, la coop-
declaraciones a la prensa. Según señalaba' el
régimen no
tación de Velasco por La Misión indicaba que había per-
fodí, renegar d. *r rlirdo'' E te
apoyo fue un balde de
dido el papel.de árbitro de las facciones políticas dentro
ig"^ frop"rr" lo, sectores progresistas.y de la izquierda del régimen. Es decir, al apoyarse en un solo secto¡ en
n pérr d. que Velasco había rechazado constituir este caso La Misión, Velasco se estaba convirtiendo en
"iif.
.r., p"r,ido oficialista, en la práctica el MLR funcionaba un problema para la estabilidad del régimen y la conri-
trl, aunque no como un partido del régimen' sino nuidad de las reformas. El alejamiento de Velasco del
"oÁogrupo L, ^Misiótt. Esto contradecía los discursos'
del grupo de militares progresistás habría de ser crucial para
.i de Carlos Delgado, de convertir el régimen en su caída.
"orná"demo ctacia de participación plena" que permitie-
una
ra transferir el podeia la sociedad organizada'
El MLR
fue una más de las inconsistencias que se multiplicaron
después de la enfermedad de Velasco y que despertaron
l" pi.o..rpr.ión tanto de los militares progresistas como
d.lo. ,.",or., civiles que apoyaban al régimen'
Las contradicciones que generaba La Misión au-
mentaron cuando Leonidas Rádríguez fue reemplazado'
en el Sinamos Por Rudecindo Zervaleta' un militar
del
entorno de Thntaleán que, poco después de asumir
el
221
220
CAPÍTULO I1
))4
en la economía, expropiando emPresas y creando aque- retiraba el apoyo estatal entraban en declive. Mientras el
llas que consideraba necesarias para el desarrollo de las PBI creciera esto no representaba mayor problema por-
manufacturas. que el Estado podía seguir subvencionándolas, con la
El problema de esta situación era que en ese mo- esperanza de que articularan las otras ramas de la pro-
mento ,olo .rn sector de la economíateníareal eficiencia ducción. Pero no era este el propósito del régimen mi-
productiva: la industria extranjera radicada en el Perú' litar. La expectativa gubernamental consistía en erigir
qu. t.ní" el inconveniente de repatriar sus ganancias' al Estado e+ un polo aglutinante de los sectores mo-
ñ. con el economista Máximo Vega Centeno' dernizantes y progresistas del empresariado para iniciar
"..r..do
buena parte de la industria generada a partir de la po- un proceso de desarrollo industrial y modernización del
lítica de incentivos simplemente lucraba de las facilida- aparato productivo. A diferencia de los terratenientes y
des brindadas por el Estado sin desarrollar tecnologías de las compañías extranjeras, los militares consideraban
o innovacio.r., .t los procesos de producción' En ese que los industriales tenían un puesto en el desarrollo
sentido, el empresariado actuó mirando el corto plazo' nacional. Cuando los empresarios rechazaron plegarse
Pero para que el proceso de industrialización se conso- al proyecto de modernización velasquista, el régimen
se vio obligado a asumir, prácticamente en soledad, la
lidara ,to ,á1o eran necesarias mayores inversiones' sino
también el desarrollo de tecnología propia' En 1969' el industrialización de la economía en una suerte de "capi-
Gobierno intentó intervenir en las universidades para talismo de Estado", como lo denominó, entre otror, .l
adecuarlas a las políticas de desarrollo industrial y con- economista Edmund V"lpy Knox Fitzgerald.
vertirlas .n polo, generadores de innovaciones tecnoló- La renuencia de los industriales a cooperar con las
gicas, pero los estudiantes radicalizados se opusieron
a políticas de desarrollo del régimen fue una limitación
ia L.y^U.,iv.rsitaria y convirtieron a las universidades en importante para los planes de modernización econó-
fo.o, d. oposición al régimen. Se perdió así la colabora- mica. Los esfuerzos del Gobierno para consolidar una
ción de una institución fundamental para el desarrollo burguesía empresarial nativa, obligando a los accionistas
manufacturero. extranjeros a traspasar parte de sus acciones en bancos y
Es decir, por un lado, la industria que nació con compañías a empresarios nacionales, fueron constantes
el amparo mi[itar prolongó la dependencia de las im- entre 1969 y 1973. Pero después de la enfermedad de
por,"Jiorr., de bienes de capital, insumos y materias Velasco, el régimen perdió coherencia y se tomaron de-
prim"s necesarias para la producción manufacturera' Y cisiones incongruentes con la política de fortalecimien-
po, o,ro lado, se trataba di industrias artificiales nacidas to del empresariado industrial, como la estatización
á. lrt barreras arancelarias y de subsidios que represen- de las empresas pesqueras. La industria de la harina de
taban forados en el erario nacional, y que cuando se les pescado había experimentado rn boom exportador en la
225
224
década de 1950, y alrededor de ella emergió un pujan-
te conglomerado de empresarios nacionales' entre los Luis Banchero Rossi
que dÁacaba Luis Banchero Rossi, hijo de inmigrantes
italiano, radicados en Tácna. En pocos años, recurrien- Este empresario pesquero emergió en el boom de la
do al endeudamiento con los bancos, Banchero amplió exportación de harina de pescado en la década de
y modernizó la flota Pesquera, construyó un astillero y 1950. Fue popular porque provenía de Ia clase media
y repitsentaba el empuje de un novísimo empresaria-
i.rr"rtó plantas de procesamiento de anchoveta' Ban-
do industrial. De familia genovesa, nació en Tácna en
chero y los empresarios pesqueros tenían conexiones
1929, donde su padre poseía una pequeña hacienda
en el mercado internacional, y se perfilaron como un de vid. Al concluir la secundaria, viajó a Thujillo para
sector "moderno", en el sentido de que buena parte de estudiar química en la universidad nacional de dicha
sus integrantes no provenía de las familias tradicionales' ciudad. Paralelamente, incursionó en el comercio de
sino de-las capas medias provincianas, como el propio vinos, maquinaria agrícola, autos y aceite de motor.
Banchero. Fundó junto al empresario trujillano Carlos Mannucci
Pero en 1972 el fenómeno El Niño y la depreda- una compañía de importaciones de forraje y alimentos
ción de la biomasa de anchovetas provocaron una crisis para ganado. En 1955 compró con los capitales acu-
de insolvencia generalizada. El ministro de Pesquería' mulados su primera fábrica de conservas, Florida, e
esta crisis la oportunidad inició su carrera en la industria pesquera en Chimbo-
Javier Tantaleáñ, advirtió en
para ampliar las bases de su poder y planteó estatizar te. Banchero amplió sus operaciones a la exportación
de harina de pescado, y, en pocos años, se convirtió en
i", .-p..r"s endeudadas, que evidentemente pasarían
uno de los hombres más ricos del país, dueño 10 de
a depender de su sector. La propuesta suscitó un am-
fábricas pesqueras y 320 embarcaciones.
plio debate en el Consejo de Ministros, pues se trata- Banchero también fundó los diarios Correo y Ojo,
t" d. empresarios nacionales y de un sector altamente este último en 1968, los que asumieron una posición
endeudad,o, por 1o que a una parte de los ministros
les
moderada ante el régimen militar. Por su parte, este
parecía,rr, ád negácio. El régimen, que había creado
veía con expectativa Ia formación de un empresaria-
il Mi.rirt..io de Peiquería a fines de 1969, ya eiercí,a un do nacional, en el que destacaba Banchero, que crecía
importante control de las actividades pesqueras: limi- constantemente, construyendo astilleros, moderni-
tó ia participación de compañías extranjeras y creó una zandolafota pesquera y generando empleo. De modo
.*pár" p"i" t" comercialización de conservas para el que las relaciones entre el empresario pesquero y los
Gracias a la influencia de Tantaleán' militares fueron cordiales. Además, Banchero estrechó
"orirtrrno-humano. que
el tr¿tR logró imponerse en los sindicatos Pesqueros
))7
226
en crisis, que en 1973 htbía reducido la captura de an-
numerosos lazos sociales con el mundo popular, que choveta a casi la octava parte de la del año anterior. De
Io diferenciaban de sectores del empresariado de la de- modo que, pese a que }a crisis de la industria pesquera
recha, encapsulados en su propio grupo social: hacía era en cierto modo su responsabilidad, pues se trataba
concesiones a los sindicatos pesqueros, realizaba dona- del encargado del sector, Thntaleán resultó premiado
ciones a las organizaciones sociales y apadrinaba a los con mayores poderes. Con esta medida, el régimen no
hijos de sus trabajadores. solo se echó a las espaldas un problema económico, sino
Banchero tuvo amigos entre los estibadores y tra- que liquidó a un sector del empresariado moderno al
bajadores pesqueros, algunos de los cuales fueron sus que supueStamente deseaba fortalecer. La estatización
guardaespaldas. De modo que cuando el 1 de enero de la industria pesquera, además de despertar las críticas
de 1972 el país despertó con la noticia de que Ban- de los empresarios nacionales y la alarma por próximas
chero había muerto apuñalado, la opinión pública
estatizaciones, puso de manifiesto la desorientación eco-
quedó profundamente conmocionada. Su asesinato
nómica del momento y el ascendiente poder de tnta-
coincidió con la crisis de Ia industria pesquera. Los
leán dentro del régimen.
empresarios habían invertido en modernizar sus em-
barcaciones, pero la pesca fue bastante mala ese año Por otro lado, el impulso de las industrias requería
debido a la excesiva explotación de los aios 1970 constantes inyecciones de capital, para lo cual se recu-
y 1971, así como por el fenómeno de El Nirio. Las rrió al endeudamiento externo y al control progresivo
empresas no pudieron cumplir con los créditos a los de las compañías mineras, las principales generadoras
bancos, lo que las colocó al borde la bancarrota. En de divisas. Al régimen le interesaba impulsar las acti-
esa situación, las empresas pesqueras, incluidas las de vidades'mineras porque aportaban impuestos y porque
Banchero, fueron estatizadas por el régimen en 1973. deseaba despejar las imputaciones de que las reformas y
expropiaciones ahuyentaban a las inversiones. No obs-
tante, Ia única inversión importante en el sector minero
constituían una fuerza de choque del régimen en el mo- fue la del yacimiento Cuajone, en el departamento de
vimiento sindical de Chimbote. Moquegua, acargo de la Southern Peru Copper Corpo-
Finalmente, en mayo de 1973, con un Velasco to- ration, cuyo inicio de operaciones se produjo recién en
davía en recuperación, se aprobó la estatización de las el gobierno de Morales-Bermúdez.
empresas pesqueras con la oposición de Luis Vargas Ca- Para incentivar las inversiones mineras, se promulgó
ballero y los ministros de Marina. Los empresarios re- en 1970la Ley de Minería, que estipuló que las conce-
cibieron compensaciones generosas para una actividad siones sin explotar revertirían al Estado, lo que efecti-
vamente ocurrió en algunos casos. La medida buscaba
228 229
Imagen 11.1. LuisVar-
gas Caballero, almirante
de la Marina que enca-
bezó la oposición a Ve-
Iasco desde el interior de
Ias Fuerzas Armadas.
Fuente'. A¡chivo del
Imagen 11.2. La construcción del oleoducto norPen¡ano en la sel-
Instituto de Estudios
va, durante el gobierno de Velasco.
Peruanos.
Colección del autor.
presionar para que las empresas concesionarias cumplie- precios de los minerales estaban en a)za. Sin embargo, la
ran con sus comPromisos de inversión e iniciaran la fase estatización también significó que los confictos laborales
productiva, pero el resultado fue que las concesiones entre las empresas mineras y los trabajadores pasaron a
,.,orrrro., al Ert"do, que, falto de capitales, no pudo dirigirse al Estado, propietario ahora de dichas empresas.
ponerlas en producción. En efecto, en los campamentos mineros se habían
Dos añás después, en 1972, se expropiaron los ya- formado sindicatos, influidos por Vanguardia Revolucio-
cimientos de cobre de la Southern Peru Cooper Cor- naria, el MIR y el PCP-Patria Roja, que endurecieron la
poradon para crear MineroPerú, empresa que pasó a posición de los trabajadores. Las huelgas y las consecuen-
Lorropolirrr el refinamiento del cobre, y MineroPerú tes pérdidas económicas impacientaron al régimen, que
Comercial, que tenía la exclusividad de la venta de mine- muchas veces recurrió a una dura represión, con conse-
rales en el mercado internacional. En 1971, el régimen cuencias fatales entre los trabajadores. Así, las empresas
nacionalizó la Siderúrgica de Chimbote, que se convirtió mineras se convirtieron en una fuente de conflictos la-
en SiderPerú; y en 1974 ocurtió lo mismo con la Cerro borales. Sobre el papel, en 1969 se formó la Federación
de Pasco Corporation, que se convirtió en Centromín' Nacional de Tlabajadores Mineros, Metalúrgicos y Side-
Estas empresas generaban ingresos constantes porque los rúrgicos del Perú, cuya secretaría general recaíaen Vctor
231
230
Cuadros, miembro del pcp-Unidad. Sin embargo, en
la práctica los sindicatos, bajo influencia de partidos de
izquierda de oposición, actuaban con autonomía de la
Federación empujando las reivindicaciones de los traba-
jadores a posiciones más radicales. Con el Estado como
propietario de las minas, la posibilidad de obtener con-
cesiones salariales era mayor. Cuadros recibía constante-
mente presiones de las bases sindicales para radicalizar
las demandas y confrontar al régimen.
En la práctica, los campamentos mineros funciona- Imagen 11.3. Francisco
'r2) 233
mejores precios para sus productos, apertura de caminos
y otras demandas. En una ocasión en que le anunciaron Los movimientos feministas
a Velasco que varios dirigentes campesinos esperaban
audiencia para presentar un memorial, este exclamó: En las décadas de 1960 y 1970 emergieron en el Perú,
"Pero ya les hemos dado la tierra". y particularmente en Lima, diversas asociaciones fe-
Esta situación, cargada de conflictos en varios fren- ministas vinculadas a los partidos de izquierda. La
tes, se agravó con la crisis internacional del petróleo de participación de las mujeres en los partidos, en el mo-
sepdembre de 1973,Ia que provocó la desaceleración de vimiento universitario y en las organizaciones sociales
la economía internacional. Entre 1969 y 1973, el pgl se había incrementado desde inicios del siglo )O(, pero
había crecido a un promedio del 5o/o anual, mientras el giro que se produce en esta época es la aparición
de una agenda particular feminista, crítica tanto del
que la inflación se mantenía controlada en tasas de al-
carácrer patriarcal como del dominio oligárquico de la
.id.dor del 10olo. Según Francisco Morales-Bermúdez,
sociedad peruana.
ministro de Hacienda en ese periodo, el porcentaje des-
Por su parte, el gobierno de Velasco intentó ca-
tinado a subsidios de alimentos y combustibles era de
nalizar Ia participación de las mujeres ¡ en tal senti-
apenas el del PBI, mientras que el déficit fiscal
O,2o/o
do, creó la Comisión Nacional de la Mujer Peruana
rá li-itaba al2o/o. Pero en 1974La crisis internacional (Conamup), órgano presidido por Consuelo Gonzales
disparó la infación aJ 17o/o. El endeudamiento externo de Velasco. La Conamup realizó numerosos estudios
para financiar el déficit fiscal y la compra de armamento e informes sobre los derechos de las mujeres, el pro-
militar a la URSS también creció. El margen de manio- blema del empleo femenino y la situación de la pros-
bra del régimen para satisfacer las crecientes expectativas titución. Estas publicaciones se difundieron entre las
que el discurso revolucionario velasquista había desper- organizaciones sociales e intensificaron los debates so-
tado entre los sectores populares y campesinos, ahora bre las desigualdades de género.
organizados y politizados, se redujo exponencialmente. Aunque algunas feministas se vincularon con la
Si bien el Gobierno concedió incrementos salariales, re- Conamup, Ia mayoría de ellas creó sus propias insti-
conoció a los sindicatos e impulsó la participación de tuciones feministas, como el Grupo de tabajo Flora
los trabajadores en las comunidades industriales, secto- tistán, Ia Acción para la Liberación de la Mujer Pe-
ruana y el Movimiento Promoción de la Mujer. Estas
res del movimiento sindical-popula¡ bajo influencia de
asociaciones realizaron numerosos talleres y eventos
partidos radicales, presionaban para obtener mayores
para debatir Ia situación de los derechos de las mujeres,
avances sobre un Gobierno ya debilitado.
incluido el derecho al aborto, entre las organizaciones
El primer estallido social vinculado a la crisis del pe-
tróleo ocurrió en noviembre de 1973 en Arequipa. El
234 235
cual tomaron acción, denunciando la explotación de
los propietarios de los prostíbulos y promoviendo en
1976 la "huelga del Tlocadero", con el propósito de
mejorar las condiciones de las trabajadoras sexuales.
Así, desde diversos frentes, tanto en eventos de
promoción social como de manifestaciones públicas,
la situación de los derechos de las mujeres adquirió un
renovado impulso y el tema fue colocado en la agenda
político nacional.
Imagen 11.4. Taller de las organizaciones feministas con
motivo del Día Internacional de la Mujer.
Cortesía de Silvia Beatriz Suárez Moncada.
Gobierno había restringido la venta de carne a quince
días al mes y establecido turnos para la circulación de
populares. Gran parte de las feministas militaban en
los vehículos públicos y privados, que eran controlados
los partidos de izquierda, pero reconocían que estos
con calcomanías de colores. Estas medidas tenían el pro-
no incorporaban cabalmente sus propuestas ni supe-
raban en sus aparatos políticos la representación igua-
pósito de ahorrar el consumo de combustible, ya que
litaria entre hombres y mujeres. los precios internacionales se triplicaron. Bajo la influen-
Los grupos feministas impulsaron numerosas orga- cia del PCP-Patria Roja, se formó el Frente de Defensa
nizaciones populares de mujeres, fomentaron el lide- del Fuero Sindical, que decretó una huelga en la ciudad.
razgo sindical femenino y los debates sobre la igualdad De acuerdo con el testimonio del dirigente de la CGTP
de género en el movimiento social-popular. Asimis- Gustavo Espinoza, la huelga fue apoyada por los comités
mo, realizaron concentraciones y manifestaciones para apristas y adquirió rasgos violentos: piquetes de manifes-
llamar la atención de la opinión pública sobre sus pro- tantes atacaron el local del Sinamos, incendiaron locales
puestas. Una de las protestas más recordadas fue la que públicos y lanzaron petardos de dinamita para generar
se organizó frente al Hotel Sheraton contra el concur-
caos. La paralización de las actividades laborales ocurrió
so "SeñoritaVerano 1973", en la que se denunció ante
sobre todo en el transporte, las escuelas, el comercio y
la prensa que estos eventos reforzaban los estereotipos
el servicio de ferrocarril. Los sindicatos afiliados a la Fe-
de mujer-objeto. La prostitución y la trata de perso-
deración Departamental de tabajadores de fuequipa
nas fue otra de las cuestiones que abordaron y sobre Ia
(FDTA), afiliada a la CGTP, no acararon la huelga.
236 237
Espinoza señala que algunos agitadores alentaron a CAPÍTULO 72
los trabajadores a sumarse a los disturbios, en una clara
maniobra para incrementar la inestabilidad' El Gobier- La estatización de la prensa
no declaró el Estado de emergencia y militatizó la' ciu'
dad para reprimir las manifestaciones. La CGTP envió
una delegación desde Lima, que convocó a una asam-
blea de t" pOf¿. en la que se declaró la huelga general'
Con esta medida, los comunistas tomaron el control
de las protestas, desplazaron al Frente de Defensa del
Fuero Sindical y elaboraron un pliego de reclamos para uando se produjo el golpe del 3 de octubre, los
negociar con el Gobierno en Lima. Días después, los diarios más influyentes eran El Comercio y La
diñgentes de la FDTAy de la CGTP anunciaron las con- Prensa. El primero, fundado en el siglo XIX, estaba en
cesiánes realizadas por el régimen y lograron desactivar poder de una antigua familia limeña, los Miró Quesada,
los motines. que, como vimos, asumió una posición nacionalista con
Así, después de la enfermedad de Velasco, el régi- respecto a la IPC y fue muy crítica de las negociaciones
men aparece bajo un fuego cruzado: la derecha presio- realizadas por el gobierno belaundista. La Prensa estaba
nandodesde la prensa, la Marina conspirando desde el en manos de Pedro Beltrán Espantoso, un economista
interior del régimen y los sindicatos infuidos por la iz- liberal y expresidente de la Sociedad Nacional Agraria,
quierda radical paralizando las actividades económicas el gremio que reunía a los principales propietarios de las
y promoviendo la inestabilidad en las calles' El régimen haciendas en el Perú. La Prensa defendía a los agroex-
no solo había fracasado en su intento de convertirse en portadores y promovía una irrestricta economía de libre
un polo aglutinador de las fuerzas modernizadoras de la mercado. Beltrán también era dueño de Última Hora,
,o.i.drd peruana, tanto de las élites como de los secto- el primer tabloide nacional que empleó un lenguaje po-
res populares, sino que parecía haber provocado la con- pular y tuvo una gran difusión. Los periódicos Correo y
,r.rg.rr.i, de los sectores de Ia derechay de la izquierda Ojo pertenecían al empresario pesquero Luis Banchero
opÁi,or". Es en esta situación de debilidad que Velasco Rossi, un magnate que dominaba la exportación de la
.rrdrrr... su posición, se aPoya cada vez más en el sec- anchoveta. Por último, estaban Expreso y Extra, de pro-
tor conocido como La Misión, incrementa la represión piedad de Manuel Ulloa, el exministro de Hacienda de
contra los partidos de izquierda y decreta la estatización Belaunde.
de la prensa.
239
238
Í-
il
Aunque con ocasión de la nacionalización de la IPC estaba fuera del país. Al producirse el golpe, Ravines
la prensa escrita y los sectores políticos celebraron la me- conducía el programa Vanguardia en Teleuisión, desde el
dida, conforme Velasco fue consolidándose en el poder cud,lanzó duros cuestionamientos a las negociaciones
y mostró su rostro reformista, los grupos políticos y los del Gobierno con la IPC respecto de las compensaciones
medios empezaron a cuestionar al régimen. Según Juan económicas. Junto a otros doce periodistas, fue acusado
Gargurevich, Expreso fue el más beligerante mediante por el ministro del Interior, Armando Artola, de recibir
la denuncia de una infiltración comunista en las Fuer- dinero de Ia IPC para desprestigiar al régimen. Al no re-
zas Armadas para hacerse del control del país. En reali- tractarse, se ordenó su deportación en febrero de L969.
dad, dada la incapacidad de los partidos de derecha para Lo acompañó en el avión, entre otros, José María de la
movilizar a Ia población y el repliegue del APRA para Jara y LJreta, dirigente de Acción Popular, igualmente
evitar una persecución política, la prensa se convirtió acusado de sabotear la nacionalización de la IPC. Desde
en el principal medio de combate de los sectores afecta- entonces, Ravines vivió en México hasta que murió mis-
dos por las reformas. Para el gobierno militar, la prensa teriosamente atropellado por un camión.
fue una piedra en el zapato que encaró con medidas de Para contrarrestar los cuestionamientos de la opo-
control gradualistas, hasta la estatización de 1974. A sición política y de los periodistas, Velasco y sus minis-
las críticas de Expreso, el Gobierno respondió con una tros convocaban regularmente a conferencias de prensa,
clausura temporal en noviembre de 1968, que incluyó a una práctica que por entonces era novedosa en el Perú,
Exna. También cerraron Ia revista Caretas, dirigida por y sentaban su posición sobre los temas de controver-
Enrique Zi\eri, y radio Continente, de filiación apris- sia. Pero paralelamente un grupo de civiles cercanos al
ta. Si bien al poco tiempo estos medios reanudaron sus Gobierno preparaba un Estatuto de Prensa, que se pro-
actividades, dichas medidas iniciaron una relación con- mulgó en diciembre de 1969, y constituyó la primera
flictiva entre el régimen militar y los medios de prensa. regulación gubernamental para intervenir en los me-
Por otro lado, el régimen puso la puntería en ciertos dios. El Estatuto marcó la ruptura de El Cornercio con
periodistas, varios de los cuales fueron enviados al exi- el Gobierno y provocó ásperos editoriales de La Prensa
Iio. Uno de los primeros en ser deportados fue Eudocio y Expreso. La norma estableció que los accionistas de las
Ravines, un antiguo comunista que cambió de bando empresas periodísticas tenían que ser peruanos y residir
para convertirse in un furibundo crítico a todo lo que al menos seis meses continuos al año en el Perú. Esto
oliera a izquierdismo. Ravines había sido reclutado por último estaba pensado para Manuel Ulloa, quien estaba
Pedro Beltrán, y lo convirtió en su mano derecha en La en el exilio, / s€ aplicó a Beltrán en 1971, quien fue
Prensa y su sustituto en la dirección del diario cuando obligado a delegar la dirección del diario a su sobrino,
Pedro Beltrán Ballén.
240 241
seguridad nacional, aunque no se definió qué se enten-
día por esto. Días después, el reglamento del Estatuto
dispuso la obligatoriedad de publicar los comunicados
oficiales del Gobierno en los diarios de circulación na-
cional. Como era de esperar, los gremios de periodistas
rechazaron estas medidas, que consideraron un atentado
contra la libertad de expresión. La Federación de Perio-
distas del Perú, influenciada por el APRA, y la Asocia-
ción Nacional de Periodistas se pronunciaron en contra
e interpusieron una demanda ante la Corte Suprema.
Días después, el2 de enero de 1970, se produjo el em-
bargo y cierre del periódico aprista La Tribuna, que te-
nía una abultada deuda con el Banco de la Nación.
El Estatuto marcó el inicio de la intromisión estatal
en los medios de prensa, a los que el régimen consi-
deraba instrumentos políticos de los sectores afectados
por las reformas, y a quienes denunciaba constantemen-
te como contrarreyolucionarios. Un paso más adelante
en la intervención estatal fue la promulgación en febre-
Imagen 12. I . Diario Expreso durante la expropiación que realizó el ro de 1970 de la Ley del Periodista, que, entre otras
gobierno de Velasco. cosas, sancionaba la estabilidad laboral fortaleciendo
Fuente: Diario Expreso. la posición de los periodistas frente a los propietarios,
quienes por supuesto protestaron contra la medida. Un
Por otro lado, el Estatuto estableció que la nómi- mes después, el 4 de marzo, se produjo la expropiación
na de los accionistas y su porcentaje de participación de Expreso y Extra, propiedad del mencionado Manuel
en las empresas debían hacerse públicos. Asimismo, los Ulloa. En ambos diarios existían confictos entre los di-
avisos y las cartas en los diarios solo podían publicarse rectivos y los trabajadores, por lo que la intervención
después de identificar a los anunciantes o autores. La gubernamental se realizó con el beneplácito del Frente
rectificación debía ser gratuita cuando afectaba el ho- Único de Tiabajadores de Expreso y Extra, que nombró
nor de personas naturales o jurídicas. Por último, se fi- al periodista Hernando Aguirre Gamio, un exmilitante
jaron sanciones a los reportajes que pusieran en riesgo la
242 243
üotskista, como director de Expreso; poco después fue
elegido Efraín Ruiz Caro.
El decreto que legalizó la expropiación de Expreso
otorgó nominalmente la administración a los sindica-
tos, quienes debían organizarse en cooPerativas para
adquirir la propiedad definitiva. Con esta formula, el
Gobierno evitaba asumir la administración de los dia-
rios, que formalmente quedaban en manos de sus tra-
bajadores. Expreso y Extra se convirtieron en fervorosos
defensores del Gobierno,Y a ellos se refirió algunavez
Velasco como los mastines del régimen. No obstante,
la propiedad de estos diarios nunca se transfiiió a los
trabajadores, y, por el contrario, fueron incluidos en la
expropiación de 1974. Según Juan Gargurevich, ambos
diarios fueron considerados como emPresas privadas. Imagen 12.2. El Sindicato Único de Tiabajadores del diatio El Co'
Si bien se trató de las primeras expropiaciones, no mercio, expropiado durante el gobierno de Velasco.
Fuente: Plaza Francia Antiques.
fueron las únicas que Pasaron al control directo o in-
directo del Gobierno. En junio de 1970, a raiz de la
quiebra del Banco Popular del Perú, las acciones que la meses una versión del diario en quechua que se llamó
familia del expresidente Manuel Prado tenía en varias Cronicauan.
empresas pasaron a manos del Estado. De esta mane- Otro sector afectado por las presiones del Gobierno
ra, el diario La Crónica, muY popular Por su sección fueron las revistas ilustradas que en décadas anteriores
policial, y su subsidiaria La Tercera fueron incorpora- habían aparecido tanto en el Perú como en toda Améri-
das a Editora Perú, emPresa estatal que administraba el ca Latina y cobrado un auge importante. La puntería fue
diario oficial El Peruano. Como en el caso de Expreso puesta en la revista Caretas y en su codirector Enrique
y Extra, La Crónica y La Tbrcera defendieron las polí- Zileri, quien fue detenido e interrogado luego de que
ticas oficialistas y atacaron constantemente a la oposi- apareciera en la portada de la revista el rostro del minis-
ción, incluyendo a los otros medios de prensa. En 1974, tro del Interior, Armando Artola, con la frase "Mamita,
se designó como director de La Crónica al periodista y Artold'. Mientras Zileri estaba en la Prefectura, las ins-
escritor Guillermo Thorndike, quien publicó Por unos talaciones de la revista fueron allanadas por la policía.
245
244
Aunque las presiones continuaron, Zileri persistió en su la televisión Fernando Vivas señala que, a diferencia de
autonomía crítica, por lo que fue deportado a mediados la prensa escrita, el régimen no entendía cómo funcio-
de 1969. Se le permitió regresar después de varios me- naban las empresas televisivas, y carecía de un proyecto
ses, pero las intimidaciones no cesaron; en diciembre de coherente. De modo que el control que impuso a di-
1970 se le condenó a seis meses de prisión suspendida. chos medios se dirigió principalmente a los noticieros
La condena fue una advertencia para el resto de perio- y programas periodísticos. Y si bien hizo aumentar los
distas opositores al Gobierno. Tal vez más embarazoso programas de contenidos culturales y educativos, la pro-
fue el caso del periodista Manuel D'Ornellas, hi.¡o de ducción de telenovelas y la importación de "enlatados"
padre peruano y madre española, conocido por su co- continuó como antes de la intervención estatal.
lumna "Yoz y voto" en el diario Expreso, quien fue de- En realidad, el empresario Genaro Delgado Par-
portado y despojado de la nacionalidad peruana. Otros ker se había anticipado a la expropiación separando de
periodistas que marcharon al exilio fueron el columnista Panamericana Televisión, la principal casa televisiva, la
de "La torre de papel" en La Prensd, Luis Rey de Castro, producción de contenidos en la compañía Panamericana
a inicios de 1973, deportado a España. Y en septiem- Producciones, el manejo de los programas informativos
bre ocurrió lo mismo con Luis Felipe Angell, conocido en la Agencia Peruana de Noticias, e incluso el edifi-
cio del canal perten ecía a la Inmobiliaria Panamericana.
como Sofocleto, un controvertido periodista, humorista
Así, en este caso, la expropiación recaÉ sobre la antena,
y político.
Entre tanto, el Gobierno preparaba una norma le- el transmisor y los equipos. El competidor de Paname-
gal para intervenir en la radio y la televisión, preparatiyo
ricana era América Glevisión, canal 4, cuyos dueños
que trascendió a la prensa y mereció el pronunciamien- eran los empresarios Nicanor González y Antonio Um-
to de lafuociación Nacional de Radioemisoras del Perú. bert (este último murió en 1972 debido a una dolencia
Con todo, una noche de noviembre de 1971, el minis- cárdiaca). Militares, funcionarios estatales, directivos y
tro de Tiansporte, Aníbal Meza Cuadra, anunció por gerentes tuvieron que convivir por un tiempo, aunque
televisión la nueva Ley General de Telecomunicaciones, progresivamente los gerentes ganaron libertad de acción
al mismo tiempo que se tomaban los canales. La norma en cuestiones de venta de publicidad, de producciones
estableció que el 5lo/o de las acciones de las empresas locales y de programación televisiva. Hubo sí una desig-
de televisión debían pertenecer al Estado. En la prác- nación de horas para programas educativos y culturales
tica, esta medida puso a dichos medios bajo el conffol que se encargó al Instituto Nacional de Cultura.
del Gobierno. En el caso de las empresas de radiodi- El Gobierno otorgó estabilidad laboral a los trabaja-
fusión, el Estado se reservaba el 25o/o de las acciones. dores de los canales y se organizaron comunidades labo-
El periodista y también investigador de la historia de rales, con el correspondiente acceso de un representante
246 247
al directorio de la empresa y a la repartición de utili-
dades. Fernando Vivas señala que, excePto Por unos
pocos, las relaciones entre el Gobierno y las empresas
televisivas fueron de colaboración o adaptación a las cir-
cunstancias. Una de las excepciones fue Tirlio Loza, un
exitoso actof y cómico nacional que tenía un personaje
irreverente, llamado "Camotillo", eue criticaba burlo-
namente a las autoridades políticas. En una ocasión en
que se mofo de Velasco, fue deportado a la Argentina,
donde permaneció varios años participando en películas
y comedias. En cambio, el animador Augusto Ferrando,
quien lanzaba arengas nacionalistas y tuteaba al "Chi-
no" Velasco durante las ediciones de su programa Ti'am- Imagen 12.3. El general Juan Velasco y el actor cómico Tirlio Loza
polín a kfama, fue un personaje intocable. en un almuerzo campestre. Al final de su gobierno, el actor sería
La televisión experimentó en esta época destellos deportado a la Argentina.
de nacionalismo. Para congraciarse con el régimen, Ios Colección del autor.
directivos programaron horas para la música criolla, do-
cumentales y reportajes dedicados a las reformas mili- Por otro lado, el Gobierno, acosado desde varios
tares; inclusive Panamericana lanzó el microprograma frentes por la oposición militar y por la derecha y la
Pensamiento reuolucionario y América llamó a Rafael izquierda políticas, fue endureciendo su relación con los
Roncagliolo para el programa de debates Quipu. No medios de prensa. La expresión de dicho endurecimien-
obstante, en 1974, se decretó la estatización del 49o/o de to se expresó en la promulgación de un nuevo Estatuto
acciones de los canales, con lo cual el régimen asumió de Prensa (julio de 1974) que expropió el resto de los
la propiedad total de las televisoras. Esta expropiación diarios que todavía permanecían en manos privadas. En
complementaria vino con la creación de Telecentro, una el interior del régimen no todos los sectores estaban de
compleja entidad estatal que fusionó Panamericana y acuerdo con la medida. La Marina estaba en completo
América Televisión para producir programas con crite- descuerdo y los militares progresistas dudaban. El sector
rios nacionalistas y culturales. Inicialmente, los militares que empujó la medida fue La Misión, por su vocación
nombraron a Delgado Parker como gerente, pero meses estatista y su incondicionalidad a Velasco. A los mili-
después fue cambiado por el coronel Jorge Ferreyros. tares progresistas les disgustaban las campañas antigu-
bernamentales que realizaban los diarios, pero también
248 249
comprendían las repercusiones políticas de dicha me-
dida y la situación de debilidad del régimen. Por otro
lado, la estatización de los diarios no resolvía el proble-
ma de la oposición de los civiles, que, como había ocu-
rrido con la Marina, podían radicalizarse y manifestarse
de otras maneras. No obstante, Velasco estaba decidido,
e impuso su aprobación en el Consejo de Ministros.
Paradójicamente, entre los firmantes del decreto que
aprobaba el Estatuto de Prensa se encontraba Fernan-
do Miró Quesada, ministro de Salud y miembro de la
familia propietaria de El Comercio. Además de este, fue-
,o., .rt"iir"d os La Prensa, Correl, Ojo y Última Hora.
En teoría, los diarios serían transferidos a la socie-
dad organizada, de modo que la expropiación se pre-
sentaba como parte de los procesos de socialización de
la propiedad. De esta manera, se deseaba evitar que la
medida apareciera como una simple estatización. Así,
El Comercio pasó a manos de las comunidades camPe-
sinas representadas por la CNA, Z¿ Prensa a las comu-
nidades industriales , Correo a los sectores profesionales
y así el resto de diarios. Desde el punto de vista del t,tl¡;or']
régimen, los medios se convertirían en voceros de los
sectores organizados de la sociedad en lugar de simples Imagen 12.4. lsmael Frías, periodista, dirigente trotskista
y director de Úhima Hora, diario expropiado por el go-
representantes de los intereses de los gruPos de poder
bierno de Velasco.
económico. Sin embargo, el Gobierno se reseryó, como Fuente: Archivo del Instituto de Estudios Peruanos.
una suerte de periodo de transición, el derecho a nom-
brar a los directores y gerentes por un año. Es decir, el durante el gobierno de Belaunde, ocupó la dirección de
control efectivo permaneció en sus manos. La Prensa. El antiguo militante trotskista y hombre cer-
EI antiguo político demócrata cristiano Héctor cano a Thntaleán, Ismael Frías, fue designado como di-
Cornejo Chávez fue designado director de El Comercio. rector de Úh¡rna Hora. El historiador y periodista Hugo
§falter Peialoza, exembajador en Alemania occidental
250 251
Efraln Ruiz Caro lo eligieron como director, y se convirtió en una de las
personalidades del régimen militar. Ruiz Caro realizó
Fue un reconocido periodista y político que se incor- diverdas reformas en estos diarios, convocando a jó-
poró al régimen militar como asesor de la Oficina de venes intelectuales y escritores para innovar sus con-
Difusión de la Reforma Agraria y como director de los tenidos. De acuerdo con Juan Gargurevich, después
diarios Extray Expreso. Nacido en el Cuzco en 1929, de la estatización de la prensa de 1974, Ruiz Caro se
viajó a Lima para estudiar ingeniería, pero su vocación apartó del Gobierno y fue designado como delegado
de periodista lo llevó a incorporarsr- Úlü*a Hora, dia- de América Latina en la Organizaciín Internacional
^ de Periodistas, con sede en Praga.
rio fundado por Pedro Beltrán, que resultó un éxito de
ventas al incorporar el habla popular en los titulares y Posteriormente, en la década de 1980, fue director
crónicas periodísticas. Luego de una exitosa carrera en de los diarios El Obseruador y La Voz, en los cuales
el periodismo, Ruiz Caro obtuvo una diputación por el cumplió una enorme labor de promoción de jóvenes
Cuzco en la lista del Frente Nacional de Juventudes De- periodistas. Murió en 2007.
mocráticas que postuló a Fernando Belaunde en 1956.
Ruiz Caro tenía simpatías con la izquierda, y fue uno
de los fundadores, junto a José Matos Mar, los herma-
Neira quedó a cargo de Correo, mientras que a Augusto
nos Augusto y Sebastián Salazar Bondy, entre otros, del
Rázuri se le encargó Ojo. En todos los casos se trataba
Movimiento Social Progresista que postuló a Alberto
de personajes reconocidos y con prestigio académico y
Ruiz Eldregde en las elecciones presidenciales de 1962.
A los pocos meses de producirse el golpe de 1968, profesional. Según señala Antonio Zapata, estos direc-
Ruiz Caro fue convocado para asesorar al gobierno tores convocaron a jóvenes periodistas que renovaron la
militar. Sus destrezas en la comunicación de masas calidad de los contenidos y de la información cultural.
fueron puestas al servicio de la Oficina de Difusión Pero como era de esperar, al cabo de un año, el Gobier-
de la ReformaAgraria, adonde convocó a un grupo de no extendió el plazo de la facultad de nombrar a los
intelectuales y artistas que trabajaron para la reforma directores y gerentes de los medios. Los diarios expro-
agraria. A Ruiz Caro se le atribuye la frase: "Campesi- piados fueran bautizados como "prensa parametrada",
no, el patrón ya no comerá más de tu pobreza", con la pues en la práctica se convirtieron en los voceros de las
que finalizó Velasco el discurso que anunció la Ley de diferentes facciones del régimen militar.
Reforma Agraria. Cuando fueron expropiados Expreso La estatización de la prensa coincidió con la visita
y Extra,los sindicatos de trabajadores de dichos diarios
al Perú de Raúl Castro, hermano del gobernante revolu-
cionario cubano, cuya presencia caldeó los ánimos de la
252 253
lmagen ]2.5. EfruínRuiz
Caro, periodista y cola-
borador del gobierno de
Velasco en la difusión de
las reformas militares.
Fuente: Archivo del
Instituto de Estudios
Peruanos.
254 255
medios de expresión a los sectores de la derecha; fue tam-
CAPÍTULO 13
bién una señal de la infuencia que adquirió La Misión
en el periodo posterior a la enfermedad de Velasco. La es-
La huelga policial y la caída
tatización de la prensa ocurrió en un momento de decli-
ve del régimen, acosado por las fracturas internas de las
Fuerzas Armadas, el estancamiento económico derivado
de Ia crisis del petróleo y por el alza de las huelgas de los
sindicatos de oposición. Velasco, carente de respuesta a
los problemas de fondo, acalló a la prensa como quien
desea borrar una realidad que no puede controlar.
A p..rr del deterioro de su salud fisica y de las señales
,{ Me que facciones internas actuaban conrra é1, Ve-
lasco nunca se decidió a organizar su sucesión. Proba-
blemente, desconfiaba de que sus sucesores continuaran
con sus reformas, y en esto no le faltaron razones. El
régimen poseía una fuerte esrructura piramidal, con él
en la cúspide, por lo que la suerte del régimen era inse-
parable de la figura de Velasco.
Difícilmente los generales progresistas Leonidas
Rodríguez o Jorge Fernández Maldonado hubieran
mantenido la unidad de las Fuerzas Armadas, basrante
cuestionada por la acción de la Marina. El sector pro-
gresista sabía perfectamente que Velasco era la garantía
de la continuidad de las reformas, pero también per-
cibió que su salud se dererioraba, que experimentaba
un desgaste político y que los atentados de la Marina
podían eyolucionar en una fractura de las Fuerzas Ar-
madas, en un enfrentamiento armado con el Ejército.
La Marina nunca dejó de socavar la posición de Velasco:
el día que el vicealmirante Guillermo Faura asumió el
Ministerio de Marina, un explosivo fue colocado en su
256 257
casa. Poco después, un nuevo motín en la Armada de-
mandó su dimisión. Velasco lo aceptó para calmar la si-
tuación, pero no percibió que el apartamiento de Faura
resultaría clave para su caída, pues él había desactivado
varias revueltas, y era el hombre de contención de los
conspiradores en la Armada. Sin Faura, Ia Marina podía
actuar con completa libertad.
Por otro lado, a fines de enero, el general Mercado
Jarrín pasó al retiro, y fue reemplazado por Francisco
Morales-Bermúdez en el doble cargo de premier y mi-
nistro de Guerra. Morales-Bermttdez, quien había sido
ministro de Hacienda de Belaunde y de Velasco, era re-
conocido como un militar "institucionalista", con pres-
tigio de tecnócrata en temas económico-financieros. El
hombre que iba a derrocar a Velasco había llegado al
puesto indicado. Varios testimonios señalan que Velasco
afirmó que aquel sería su sucesor, pero lo mismo había
dicho de Mercado Jarrín, por 1o que es posible que se
ffatara de una salida para tranquilizar a quienes mani-
festaban su preocupación ante la crisis o la salud delica-
da del presidente.
Para entonces, el aislamiento de Velasco se incre-
mentó. Su distanciamiento del sector de militares pro-
gresistas y el respaldo a La Misión Parecen indicar que
había perdido los reflejos políticos. El sector progresis-
ta era clave porque controlaba puestos con mando de
tropas y era el sostén de Velasco ante los embates de
los militares conservadores. Mientras ellos respaldaran
a Velasco, ninguna conspiración tendría éxito, de modo Imagen 13.1. Protestas de estudiantes de la Universidad Nacional
Federico Villarreal contra el gobierno, febrero de 1975.
que la estrategia de Morales-Bermúdez consistió en ga-
Fuente: Giancarlo Bigolin.
narse a este sector asumiendo un discurso revolucionario
258 259
e inclusive una retórica socialista. Es decir, se presentó Las tensiones y los desajustes en el interior del ré-
como el hombre que otorgaría un rostro fresco al régi- gimen salieron a luz pública cuando a principios de fe-
men y, al mismo tiempo, como quien aseguraba la con- brero de 1975 estalló una huelga dentro del estamento
tinuidad del proceso revolucionario. policial. La protesta se originó por un incidente entre
Los militares progresistas no confiaban en Morales- el general Enrique Ibáiez, jefe de la Casa Milita¡ y un
Bermúdez, quien de pronto había abandonado su perfil guardia civil asignado a Palacio de Gobierno. Kruijt se-
moderado para convertirse en un reformista radical. Lo ñala que lbáíez maltrató con algunas bofetadas a un
que les hizo aceptarlo fue el temor al poder que adquirió guardia civil porque este había permitido que los perio-
Thntaleán y La Misión, grupo que funcionó como un distas abordaran intempestivamente a Velasco. Chirinos
anillo alrededor de Velasco. Sin proponérselo, al auspi- Soto afirma que el incidente se originó Por un lugar en
ciar aLa Misión, \/elasco había fragmentando aún más el estacionamiento en Palacio. Sea como fuere, entre la
al Ejercito. La facción de Tántaleán agudizó las contra- policía y las Fuerzas Armadas existían tensiones no re-
dicciones internas, particularmente Porque actuaba con sueltas, de modo que lo que era un hecho menor escaló
violencia para crear sus propias bases sociales desplazan- en pocos días en un asunto institucional. La policía es-
do a los aliados civiles de los progresistas. Así, en ene- taba excluida del gobierno, el ministro del lnterior era el
rc de 1975, el MLR asaltó el local del sindicato de la general del ejército Richter y los reclamos Por aumento
minera norteamericana Marcona Corporation, ubicada de salarios eran constantemente desoídos. La situación
en el desierto de Ica, y que operaba la más grande con- se agudizó con el arresto del guardia, como consecuen-
cesión de hierro del Perú. TLas Ia toma se creó una jun- cia de una llamada de lbái,ez a su hermano, quien era
ta provisiona). para reemplazar al secretario general de comandante de la Guardia Civil.
este sindicato, Manuel Orrego, de filiación comunista. En los predios policiales circularon cartas de protes-
Este hecho derivó en un enfrentamiento entre el MLR ta y de solidaridad con el detenido. La ofensa al guardia
y la CGTP, que apoyaba a Orrego. Con una medida de civil acabó asumiéndose como un agravio a la institución
fterza, los comunistas consiguieron recuperar el local policial. Los pronunciamientos reclamaron la dimisión
sindical, pero la policía intervino y se lo entregó al diri- de Ibiiez, un aumento de sueldos y un lugar para la
gente Rolando Calle, un líder sindical auspiciado por el policía en el gabinete ministerial. Antonio Zapata con'
Ministerio de Tiabajo. lJna vez consolidado en la diri- sidera que debido a este último Punto el movimiento
gencia, Calle retiró al sindicato de la CGTP y lo afilió a policial no estaba dirigido contra el régimen, sino que,
la CTRP. Aunque el Pcp-Unidad no rompió la alianza por el contrario, aspiraba a participar en el reparto del
con el Gobierno, este episodio llevó a los comunistas a poder. No obstante, el Gobierno rechazó las demandas
reconsiderar su visión del régimen. y los policías, ya muy descontentos, se declararon en
26r
260
huelga. La paralización se inició el domingo 3 de fe' vitrinas, forzando las puertas metálicas y llevándose te-
brero en las comisarías 29." y 41.", y se generalizó d' día levisores, electrodomésticos y roPas. El Casino Militar
siguiente en el resto de comisarías. Aquel día la ciudad frente a la plaza San Martín fue incendiado y su mo-
amaneció desguarnecida. Los policías de la capital se biliario sacado a la calle y convertido en una hoguera.
acuartelaron en el local de Radio Patrulla de la avenida Una turba compuesta por estudiantes de la Universidad
28 de julio, en un barrio de La Victo ria, y allí esperaron Federico Villarreal, vinculada a la juventud universitaria
el curso de los acontecimientos. aprista, se dirigió a la avenida \7ilson, donde incendió
El Gobierno no estaba dispuesto a ceder a la medida los diarios Correo y Ojo.Los locales de Expreso y Ex*a
de presión policial, y ordenó que el Ejército desalojara a también fueron atacados, pero los trabajadores estaban
Ios policías acuartelados. La II Región Militar, dirigida preparados para defenderse gracias a la previsión de la
por Leonidas Rodríguez, fircIa encargada de recuperar CGTP, que envió contingentes de la guardia obrera para
las instalaciones de Rgdio Patrulla y desalojar a los huel- protegerlos. El local del Sinamos, en el Centro Cívico,
guistas. Un tanque tumbó la puerta del establecimiento así como el Hotel Sheraton fueron atacados y sufrieron
y se hicieron numerosos disparos. Se detuvo a quinien- diversos daños; la tienda estatal Superepsa de la avenida
tos guardias y se abrieron los correspondientes Procesos. Washington fue saqueada e incendiada.
Aunque los policías se rindieron inmediatamente, los Por varias horas, las turbas dominaron el centro de
rumores e historias sobre una masacre de guardias civiles Lima, a las que se sumaron oleadas de pobladores de
recorrieron Lima y la sensación de una crisis dentro del La Victoria, Barrios Altos y el Rímac. La delincuencia
Gobierno se apoderó del imaginario popular. aprovechó las circunstancias para colocarse como Yan-
Mientras tanto, para sorpresa de los observadores, guardia de los saqueadores. En la tarde, el Ejército sacó
la ciudad continuaba desguarnecida. La policía había los tanques y los soldados reprimieron a los revoltosos.
sido reprimida, pero no se dispuso que los soldados pa- Se autorizó a disparar a los que se resistieran, y hubo
trullaran las calles. Las versiones de por qué la II Región numerosas víctimas. Oficialmente los muertos fueron
Militar no salió a preservar el orden público son confu- algunas decenas, pero las versiones extraoficiales señalan
sas. Lo cierto es que Lima quedó a merced de quienes más de doscientos. Nunca se aclaró por qué la ciudad
se propusieran perturbar la paz, como así ocurrió. Al estuvo desprotegida. Morales-Bermúdez afirma que el
mediodía se desplazaron turbas por el Centro de Lima general Ót."t Vargas Prieto, presidente del Comando
que iniciaron los saqueos en diversos comercios, sobre Conjunto, quiso procesar a Leonidas Rodríguez, a cargo
todo en las tiendas de la plaza Manco Cápac, en las de la II Región Militar con jurisdicción en Lima, pero
galerías de la plaza San Martín y en el Mercado Cen- en su calidad de Premier intervino para que la situación
tral. Los fotógrafos registraron a la gente rompiendo las no llegara a mayores.
262 263
Tal vez se trató de una cadena de omisiones invo- Se pensó en un relevo pactado, que colocara a Velasco
luntarias, pero los incidentes de Ia huelga policial me- como una figura tutelar, infuyente en el régimen, Pero
llaron la imagen presidencial. Si bien la calma retornó sin manejo del Estado. Por su lado, Morales-Bermúdez,
en los días posteriores, resultó evidente que Velasco ha- por quien la mayoría de progresistas se inclinaba, los
bía perdido, aunque sea por unas horas, el control de tranquilizó reforzando su retórica revolucionaria. Según
la capital. Se había mostrado impotente, sin capacidad el general José Graham, en una de las reuniones en las
de previsión. La sensación de desgobierno cundió en la que se trató del relevo presidencial, Morales-Bermúdez
opinión pública y arreciaron los rumores de pugnas en les mostró unas cartas que le había enviado Fidel Castro
las entrañas del régimen. La prensa oficial responsabi- en las que le manifestaba su confianza como sucesor de
lizó al APRA, y exhibió fotografías de jóvenes apristas Velasco.
en las turbas. El estudiante aprista Juan Enciso se asi- En las semanas siguientes, las reuniones para anali-
ló en la embajada de Argentina. Armando Villanueva zar el relevo presidencial continuaron. Los altos mandos
y Haya de la Torre no rechazaron la participación de los se resistían a fijar una fecha con la esPeranza de que fue-
universitarios apristas, aunque negaron que el partido ra Velasco quien tomara la iniciativa, pero el general se
hubiera ordenado el incendio de los diarios. tmbién se limitaba a manifestar su deseo de entregar la conducción
habló de la participación de la CIA, lo que fue negado del proceso a Morales-Bermúdez, pero sin concretar
por la embajada de los Estados Unidos. Si bien se de- ningún plazo. Los progresistas esperaban con paciencia,
nunció que la huelga policial y los saqueos fueron parte pues consideraban indigno deponer a un hombre enfer-
de una conspiración para derrocar a Velasco, su caída, mo. Sería una ingratitud para con quien había iniciado
poco después, se debió principalmente a las fracturas en la revolución militar. Fueron semanas tensas porque a
el propio Ejército. Velasco le llegaron las noticias de las reuniones de cons-
A comienzos de marzo, Velasco sufrió un derrame piraciones para sacarlo del poder, y en varias ocasiones
cerebral que lo debilitó aún más. Las reuniones del Con- confrontó a los generales que participaron en ellas. La
sejo de Ministros se redujeron, y las pocas que hubo se confrontación más áspera fue con Leonidas Rodríguez,
realizaron en lugares de reposo, como en Paracas o Cha- después de la cual se produjo un distanciamiento.
clacayo. Posteriormente, sus actividades se suspendían a En realidad, en todo Lima se hablaba de la inminen-
las cuatro de la tarde para asistir a las terapias de reha- te caída de Velasco y de conspiraciones militares y civi-
bilitación. Fue por estas fechas que los militares progre- les. Thascendió que en abril un grupo de oficiales de la
sistas se decidieron por el relevo de Velasco. Además del Fuerza Aérea se había amotinado y que se había enviado
deterioro de su salud, sopesaron el papel perturbador al Ejército para develar el alzamiento. Afortunadamente,
de La Misión y la crisis originada por la huelga policial.
264 265
r
los sublevados desistieron, y se evitó un enfrentamien- para el 13 de septiembre, después de que Rolando Gi-
to armado. En los cuarteles hubo otros movimientos lardi, miembro de laJunta Militar y hombre leal aVelas-
que tampoco prosperaron. Hubo sospechas de que el co, pasara al retiro. Sin embargo, Morales-Bermúdez se
APRA,se reunía con mandos militares para conspirar. Y adelantó. El29 de agosto, mientras asistía a un aniver-
el dirigente pepecista Luis Bedoya Reyes señala en sus sario más de la reincorporación de Thcna al Perú, emi-
memorias que la Marina solía convocarlo a reuniones tió un pronunciamiento con el apoyo de la III Región
para que respaldara un golpe contra Velasco; a estas reu- Militar. En las horas siguientes, las otras regiones mi-
niones asistían tanto dirigentes de Acción Popular como litares, incluida la II Región que comandaba Leonidas
del epRl. En respuesta, el Gobierno ordenó a inicios de Rodríguez, se adhirieron al pronunciamiento. Cuando
agosto la deportación de un grupo de civiles, entre ellos Velasco se enteró de los hechos, convocó de emergencia
los dirigentes apristas Armando Villanueva y Carlos En- a un Consejo de Ministros. Desde Palacio fueron leyen-
rique Ferreyros, los dirigentes sindicales Vctor Cuadros do las adhesiones de las principales unidades militares
y César Barrera Bazán, y los periodistas César Lévano y del Ejército, la Marina y laFuerza Aérea. Después de
Mirko Lauer. constatar que había perdido el control de las Fuerzas Ar-
Para entonces, el régimen se estaba desmoronando. madas, Velasco aceptó dimitir. Lo que había empezado
Alarmados, los sectores civiles que apoyaban al Gobier- como un golpe militar acabó de la misma manera.
no trataron de fortalecer a Velasco. A través de Expreso, A las pocas horas y a insistencia de Graham, Mo-
lanzaron una convocatoria firmada, entre otros, por Al- rales-Bermúdez se trasladó a Lima para clausurar la V
berto Ruiz Eldredge, Guillermo Thorndike y Otoniel Conferencia Ministerial de Países No Alineados, que
Velasco, con el propósito de organizar un Movimiento Velasco había inaugurado unos días antes. Algunos de-
de la Revolución Peruana (MRP). La iniciativa tuvo el legados se refugiaron en sus embajadas temiendo un
respaldo de la CNA,la CTRP, el CR-Conaciyla CGTP. giro en el Gobierno y acciones represivas. En su discur-
Sin embargo, el propio Velasco desautorizó la convoca- so, Morales-Bermúdez aseguró a los presentes que, Pese
toria señalando que la conducción política la ejercía ex- al relevo presidencial, la misma revolución que los había
clusivamente el Gobierno. La organización no pasó de recibido era la que los despedía.
las primeras reuniones. En su reemplazo, el 1 de agosto,
En los días siguientes, Morales-Bermúdez reorgani-
se anunció la creación de un comité provisorio de la
zó el gabinete ministerial cesando al general Javier Thn-
Organización Política de la Revolución Peruana. Pero
taleán y desplazando a los miembros de La Misión de
era demasiado tarde.
los puestos claves que habían tenido con Velasco. Por
Finalmente, el acuerdo para relevar a Velasco tuvo
esta razón, el periodista Francisco Moncloa señala que
fecha. Según el relato del general José Graham, se fijó
267
266
el golpe de Morales y el apoyo de los progresistas tuvie- Al año siguiente, julio de 1976, con el pase al retiro de
ron como uno de sus propósitos la eliminación de dicha Fernández Maldonado, Miguel Ángel de la Flor y En-
facción. Pero Morales no eraVelasco. Si bien había desa- rique Gallegos, el sector progresista resultó purgado del
parecido la facción de Thntaleán, el conflicto se trasladó Gobierno. En el lapso de un año, Morales-Bermúdez
y opuso a los progresistas y los institucionalistas, estos se había desconvertido del socialismo y abandonado su
últimos fortalecidos porque Morales era su cabeza. El discurso revolucionario. El giro final ocurrió en mayo
sector institucionalista percibía que las reformas, a las de 1977, cuando nombró como ministro de Economía
que se oponía violentamente la Marina, estaban llevan- a'§l'alter Piazza, un economista y empresario que imple-
do a la fractrra de las Fuerzas Armadas, y había que mentó políticas de ajuste económico promovidas por el
detenerlas para reconciliar al Ejército con las otras ra- FMI. La época de las reformas había terminado.
mas militares. De modo que, pese a su proclama de pro-
fundizar el proceso revolucionario, Morales-Bermúdez
cumplió el papel de ralentizar las reformas y menosca-
El entierro de Velasco
bar la infuencia del sector progresista, quien deseaba
que las reformas continuaran. Después de una penosa enfermedad y varias operacio-
fuí,cuando empezaron a producirse las disputas nes en los Estados Unidos, Velasco murió de septice-
internas entre progresistas e institucionalistas, Morales- mia en el Hospital Militar el24 de diciembre de 1977.
Bermúdez inclinó la balanza a favor de estos últimos. La noticia se difundió rápidamente y, al día siguien-
En noviembre, después de un incidente con el presi- te, los diarios anunciaron que el entierro se llevaría a
dente del Comando Conjunto, Ór."r Vargas Prieto, cabo el mediodía del26,luego de una misa de cuerpo
pasó al retiro el general Leonidas Figueroa, exjefe del presente en la catedral de Lima. El Gobierno anunció
Sinamos, y al vez el militar progresista más popular un protocolo estrictamente militar. Sin embargo, a la
después de Velasco. Con él fue cesado el general José plaza de Armas llegó una multitud de más de 300.000
Graham, expresidente de la COAP y mano derecha de personas que desfiló ante el ataúd para despedirse del
general piurano. La gente continuaba llegando cuando
Velasco. Con esto, el sector progresista resultó seriamen-
la guardia militar inició el trayecto hacia del cemente-
te debilitado. Morales-Bermúdez cambió el equilibrio
rio EI Ángel. Morales-Bermúdez no se hizo presente
de poder dentro del Ejército y fue introduciendo cam-
en ningún acto del velatorio.
bios, como el nombramiento de un civil, el economista Aunque el entierro se planificó como un acto mi-
Luis Barúa, como ministro de Economía, personaje que litar, la multitud rompió los cordones de seguridad
reorientó la política económica a posiciones ortodoxas.
268 269
y rodearon el ataúd lanzando vivas a Velasco y gritos
contra Morales-Bermidez. Al llegai a la avenida Aban- Epílogo:
cay, la carfoza firnebre fue detenida y prácticamente
arrebatada por las miles de personas que rodeaban el
significado y herencia del velasquismo
ataúd. El entierro entonces, señala Alfredo Filomeno,
se convirtió en un acto de masas. Los analistas resal-
taron después que fue una manifestación contra Mo-
rales-Bermúdez, quien había implementado políticas
económicas ortodoxas contra las cuales se había orga-
'elasco
nizado el exitoso paro nacional del 1 9 de julio de 1977 . cambió la historia del Perú. Las reformas
En el trayecto fueron sumándose miles de personas militares trastocaron profundamente a la sociedad
más, en lo que se consideró el entierro más concu- peruana, y fue imposible un retorno al estado anterior.
rrido de todos los expresidentes de la República. Los El reformismo velasquista fue posible Porque a media-
dirigentes de la CGTP, de la CNA y otros gremios que dos del siglo )O( emergió un "consenso reformista", en el
apoyaron a Velasco organizaron el relevo de la gente sentido de que diversos sectores sociales
para cargar el ataúd. Según varios testimonios, cuando -campesinos,
trabajadores urbanos, clases medias, empresarios in-
la multitud llegó al cementerio, todavía había gente dustriales, élites modernizadoras y partidos políticos-
en la plaza de Armas esperando en una fila ordenada.
aceptaban la necesidad de reformar el orden oligárquico
Ante la tumba de Velasco, se pronunciaron nume-
y democratizar a la sociedad peruana. Ciertamente, la
rosos discursos. Entre ellos tomó la palabra Héctor
naturuleza y el alcance de las reformas diferían de un
Cornejo Chávez, líder de la Democracia Cristiana,
el premier Guillermo Arbulú Galliani a nombre del sector a otro, aunque todos coincidían en lo inevitable
Gobierno y el exministro Aníbal Meza Cuadra, uno de una reforma agrariay la nacionalización del petróleo.
de sus hombres más leales. En los días siguientes, las Quien había expresado muy bien este "consenso refot-
agencias de noticias señalaron que los concurrentes al mista", y fue uno de sus impulsores, fue el APRA y su
entierro bordearon las 500.000 Personas. programa de reformas de inicios de la década de 1930.
Sin embargo, su malap erformance política en el gobier-
no de José Luis Bustamante y Rivero (1945-1948) aca-
bó en un golpe de Manuel Odría, y el partido retornó a
la ilegalidad, cerrándose de este modo la posibilidad de
270 27r
que dichas reformas fueran procesadas por los poderes velasquistd' de llevarlas a cabo, sobre todo en los casos
públicos. de la reforma agraria y la nacionalización del petróleo.
Al final de la dictadura de Manuel Odría, en las Esta manera velasquista, que podemos definirla como
elecciones de 1956, el ApRA no pudo presentar candi- vertical y radicil,, se caracterizó porque las reformas
datos, pero aceptó, a cambio de recuperar la legalidad, eran parte de un intento atdaz de construir un nuevo
apoyar la candidatura de Manuel Prado, uno de los más tipo de sociedad. La concepción de sociedad que tenían
poderosos representantes de la oligarquía. Esto supuso los militares nunca fue coherente y clara. En el plano
la postergación de las reformas y el desplazamiento del económico buscaron una alianza con el empresariado
APRA a la derecha del espectro político, pues actuó como industrial que, como vimos, no prosperó, y fomenta-
un aliado del pradismo en la perspectiva de sostener al ron diversas formas de propiedad como las Empresas de
régimen y participar en las elecciones de 1962. De esta Propiedad Social, las cooperativas de trabajadores y las
forma, en el proceso electoral de 1956 apareció la figura empresas autogestionarias, que requerían para su madu-
del arquitecto Fernando Belaunde, euien, en virtud de ración de procesos de largo plazo.
un discurso reformista moderado, obtuvo el360/o de los En el plano político, el régimen levantó la idea de
votos. Belaunde, cuyo programa de reformas tenía un una "democracia de participación plend' y la entrega del
perfil de centro-izquierda, ganó las elecciones de 1963. poder a Ia sociedad organizada. Esto suponía la cons-
Como vimos, la peculiar alianza aprista-odriista en el trucción de instituciones sociales que fortalecieran el
Congreso bloqueó y desnaturalizó los proyectos de re- poder de los sectores para contrabalancear la supremacía
forma que presentó el Ejecutivo, entre ellos la reforma de las élites empresariales; pero las instituciones que na-
agraria. fuí, a la frustración de la opinión pública por cieron con el auspicio del Sinamos, como la Confedera-
una nueva postergación de las reformas se añadió la de- ción Nacional Agraria, devinieron en bases de apoyo del
cepción en relación con los partidos políticos presentes régimen, y nunca estuvo claro el lugar que ocuparían en
en el Congreso, incluido Acción Popular. Sobre esta ola, el régimen velasquista o de qué manera serían integra-
compuesta por el consenso reformista y el descontento das en el esquema de toma de decisiones. El sociólogo
hacia los partidos, llegó Velasco. y estudioso de la realidad peruana Julio Cotler señaló
Es decir, parte de las medidas que implementó Ve- en su momento que estas instituciones le conferían al
lasco, como la nacionalización del petróleo, la reforma régimen un carácter corporativo. Como Velasco nunca
agraria, el desarrollo de las industrias y la ampliación de puso una fecha para la supuesta transferencia del poder
los derechos laborales, contaban con un respaldo previo a la sociedad organizada y ni siquiera Ia de su relevo
y relativamente amplio. Lo particular del régimen mili- presidencial, debió pensar que el régimen militar había
tar no fueron las medidas en sí mismas, sino la "manera de durar muchos años.
'r-71
273
Apesar de cierta opacidad en la definición de un oligárquico. En ese senddo, por ejemplo, la disolución
modelo alternativo al capitalismo y al comunismo, como de las haciendas tenía el propósito de acabar con los po-
señalaba la propaganda gubernamental, lo que sí resulta deres extralegales que derivaban de ella y bloqueaban la
nítido es la liquidación de la vieja sociedad oligárquica. integración del campesinado indígena a la economía de
El significado profundo y el carácter "revolucionario" mercado y a la participación de la propiedad. Asimismo,
del gobierno militar, si admitimos dicho término, reside la prioridad que el régimen le otorgó a las Empresas de
en la cancelación del orden oligárquico, orden que como Propiedad Social, aunque no contaron con el tiempo
yimos era cuestionado desde varios fancos. Después de para madurar ni con los recursos para consolidarse, bus-
siete años de reformas estructurales el Perú resultaba caba ampliar la participación de los trabajadores en la
irreconocible para cualquier observador, y así debieron gestión de las empresas y acabar con el monopolio de las
percibirlo sus contemporáneos, como una época de élites empresariales. El derrocamiento de Velasco cortó
transformaciones o de revolución. El régimen no dejó el desarrollo de estas formas de integración social mar-
nada en su sitio, aunque, por supuesto, fue una trans- cadas por el papel central del Estado.
formación desigual. El mayor impacto de las reformas A pesar de que fue un proceso inacabado, las con-
ocurrió en la sociedad rural. EI mundo de hacendados secuencias de las reformas se prolongaron, como una
y siervos indígenas desapareció del panorama social. La suerte de herencia velasquista, hasta la década de 1980.
hacienda como organización económica y como ámbito De una parte, el Estado había acumulado un conjun-
social en el que se reproducían relaciones de opresión y to de empresas con abultadas burocracias, que abarca-
abuso fue reemplazada por las cooperativas, las SAIS y ban la producción industrial, la explotación petrolera
la pequeña propiedad campesina. La clase terrateniente y minera, la pesca, la banca y los servicios financieros,
fue disuelta, aunque pervivirá por mucho tiempo aún el así como la comercialización de insumos y productos
imaginario seriorial asociada a ella. variados, lo que lo convirtió en el principal agente eco-
Probablemente, quien mejor entendió el sentido de nómico. El pequeño empresariado industrial autónomo
las reformas velasquistas fue Julio Cotler, cuando definió que tenía el país dependía de la protección arancelaria,
la experiencia militar como un proceso de democratiza- de los subsidios y de un régimen especial de moneda
ción social por la vía autoritaria. Las reformas, señaló extranjera. Mientras el pgl creció, las empresas públicas
Cotlet apuntaban a la constitución de una "sociedad no supusieron grandes problemas de manejo económi-
nacional", donde el Estado cumplía un papel regulador co, pero tras Ia crisis internacional de 1973 muchas de
del equilibro social, estructurador de las relaciones so- ellas se convirtieron en un peso muerto para el Estado
ciales e integrador de los sectores excluidos por el orden y agudizaron los déficits fiscales. En la década de 1980,
)75
274
cuando la economía internacional entró en un nuevo Evidentemente, este ascenso de la movilización po-
periodo de recesión, los gobiernos de Belaunde y par' pular estuvo asociado con el crecimiento de la izquier-
ticularmente de AIan García utilizaron estas empresas da peruana, que también se vio favorecida por el clima
como agencias de empleo para colocar a sus militantes y reforrnista y el lenguaje revolucionario del régimen
agudizaron Ia crisis hasta extremos irreversibles. militar. Si bien varias organizaciones de izquierda bus-
Por otro lado, al amparo del régimen militar emer- caron diferenciarse del discurso velasquista, compartían
gieron numerosos sindicatos de trabajadores, organiza- visiones críticas de la realidad peruana y una retórica
ciones agrarias y del movimiento popular-barrial que reformista-revolucionaria. Tanto los que buscaron dife-
con el tiempo se constituyeron en actores infuyentes renciarse como los que apoyaron al régimen crecieron
de la política nacional. Al organizar sus propias bases impulsados por la movilización popular que activó el
de apoyo, los militares abrieron las compuertas para el proceso de reformas. Esta fue la tercera herencia del
crecimiento de la movilización popular. Los ideólogos velasquismo: un conjunto diverso de organizaciones
del régimen, que veían en este incremento de la asocia- de izquierda que crecieron en torno a la movilización
tividad una vía para contrarrestar el peso de los gremios popular, urbana y rural. Las diferencias entre los secto-
empresariales en la sociedad, reconocieron a numerosas res que apoyaron al régimen y los que lo criticaron se
federaciones y sindicatos de trabajadores, fueran o no acortaron en el gobierno de Morales-Bermúdez, cuando
afines al Gobierno. El incremento de la movilización convergieron en la oposición contra las políticas de ajus-
popular fue la segunda herencia velasquista para los te económico. Al respecto, es ilustrativo el caso del Par-
gobiernos posteriores. fuí, cuando Morales-Bermúdez tido Socialista Revolucionario, fundado por militares y
giró a la derecha y aplicó medidas de ajuste económico, civiles que habían integrado el gobierno de Velasco, que
tuvo que enfrentarse a un movimiento sindical-popular participó en las elecciones a la Asamblea Constituyente
fortalecido, al que se sumaron las organizaciones auspi- de 1978, y luego se incorporaron a la Izquierda Unida
ciadas por el Sinamos, entre ellas la CNA. Las grandes en la década de 1980, comPartiendo la mesa directiva
movilizaciones de fines de la década de 1970 adquirie- con representantes del pCp-Patria Roja.
ron tal relevancia en la política peruana que fue común La herencia velasquista se desvaneció con las re-
en los predios de la izquierda y en los debates académi- formas neoliberales de Alberto Fujimori, reformas que
cos hablar del "ascenso de la movilización de masas". La acabaron con el papel central del Estado en la econo-
influencia de los movimientos sociales en la política na- mía, debilitaron la sindicalización, incrementaron la
cional fue menguando en la segunda mitad de la década informalidad y cooptaron a las organizaciones vincu-
de 1980, pero funcionó como contención de cualquier ladas a los programas de ayuda social. Como ocurrió
intento de restauración oligárquica. con Velasco, las reformas de Fujimori reestructuraron
276 277
a la sociedad peruana, cancelaron un ciclo histórico y
abrieron uno nuevo, basado en la desregulación de los
mercados. Pero a medida que el ciclo neoliberal ha en-
úado en su fase de agotamiento y estamos en un escena-
Comentario biblio gráfrco
rio proclive a reformas que diversifiquen la economía y
modernicen el Estado, el fantasma de Velasco aparece y
recorre los debates políticos actuales.
278 279
las coordenadas de interpretación que guiaron a muchos otros en ¿Golpe o reuolución? Hablan los militares del68
investigadores. Así renemos .l
ternprarro libro de Aníbal (Lima: Sagsa, 1983); véase también de Francisco Mo-
Quijano, Nacionalismo, neoimperialismo y militarismo rales-Bermúdez, Mi úbima palabra. Tbstamento político
en el Perú (Buenos Aires: Ediciones Periferia, I97l); de I general Francisco Morales-Bermúdez en conuersdciones
probablemenre, el estudio más meditado corresponde con Federico Prieto Celi (Lima: Penguin Random House,
aJulio Cotler, Democracia e integración nacional (Lima: 20 1 8). Para comprender la transformación de la cultura
Instituto de Estudios Peruanos, 1980); también véase política militar véase de Víctor Villanueva, El CAEM y
de Henry Pease, El ocaso del poder oligárquico: la lucha la reuolución de la Fuerza Arrnada (Lima: Campodónico
política en la escena ofcial, l96S-1975 (Lima: Centro de Ediciones, Instituto de Estudios Peruanos, 1972);Jorge
Estudios y Promoción del Desarrollo-DESCO, 1979); y Rodríguez Beruff, Los militares y el poder: urt ensayo sobre
Alfred Stepan, The State and Society. Peru in Compara- la doctrina militar en el Pen), 1948-1968 (Lima: Mosca
tiue PerEectize (New Jersey: Princeton Universiry press, Azul Editores, 1983); Lourdes Hurtado, "Velasco, retó-
1978). Desde una perspectiva de analista y acor de los rica nacionalista y cultura militar en el Perú", y de Geor-
acontecimientos, véase de Francisco Guerra García, ge Philip, "Velasco y los militares: la política del declive,
Wlasco. Del Estado oligtírquico al capitalismo de Estado 1973-1975", ambos en Carlos Aguirre y Paulo Drinot
(Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y la parti- (eds.), La reuolución peculiar. REensando el gobierno mi-
cipación, 1983). litar dt Wlasco (Lima: Instituto de Estudios Peruanos,
Para el capítulo "El golpe y los militares", debo reco- 20 1 8), pp. 231 -261 y 263-27 9, respectivamente.
nocer mi deuda con el libro de Dirk IGuijt , La reuolución La nacionaliztción de la IPC ha merecido numero-
por decreto: el Perú durante el gobierno rnilitar (Lima: Ins- sos estudios, desde abordajes económicos, políticos y ju-
tituto de Defensa Legal, 2008). Probablemente, quien rídicos. El más documentado sigue siendo el de Augusto
más escribió sobre la experiencia militar, desde dentro Zimmerman, Historia semeta del penólea (Lima: Edito-
y con un talante narrativo, fue el periodista y asesor de rial Gráfica Labor, 1963). Para Ia época previa al golpe,
Velasco Augusto Zimmermatr, 9ue publicó El plan Inca. véase de Pedro Pablo Kuczynsl<t, Democracia bajo presión
Objetiuo: Reaolución Peruana (Lima: Empresa Editora econórnica: el primer gobierno de Belaunde, 1963-1968
El Peruano, 1974). Desde una perspectiva crítica, véase (Lima: MoscaAzul Editores, 1980), cap.5. Véase tam-
de Enrique Chirinos Soto y Guido Chirinos Lizares, El bién de Fernando Noriega Calmet, La Brea y Pariñas y la
septenato, 1968-1975 (Lima: Nfa,1977). La periodista integración d¿l Perú (Lima: Movimiento Cívico Distrital,
María del Pilar Tello recogió los imporuanres tesrimo- 1940); Luis Echechopar García, Informe jurídico sobre el
nios de los generales José Graham, Leonidas Rodríguez, dr La Brea y Pariñas (Lima: s. e., 1960). Humberto
caso
Jorge Fernández Maldonado, Edgardo Mercad o Jarrín y Campodónico presenta un cuadro del manejo de este
280 281
secror en La política petrolera, 1970-1985. El Estado, los
! caPitalisnno en el Perú d¿l siglo XX (Lima: Mosca Azul
contratistds )/ PenoPerú (Lima: Centro de Estudios y pro- Editores, 1989); Diego García-Sayán, Tomas d¿ tierras
moción del Desarrollo-DESCO, 1986); véase también en el Peni (Lima: Centro de Estudios y Promoción del
de Juana Kuramoto y Manuel Glave, "Exrracdvismo Desarrollo-DEsco, 1982); Rodrigo Sánchez, Torna de
y crecimiento económico en el Perú, 1930-1980", en tierras y conciencia política campesina: las lecciones de An-
Compendio d¿ historia económica del Perti Vk economía dahuaylas (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1981);
peraand enne k gran depresión y el reformismo militar Nelson Manrique, "Historia de la agricultura peruand',
1930-1980 (Lima: Banco Central de Reserva del perú, en Compendio d¿ historia económica d¿l Perú V la econo-
Instituto de Estudios Peruanos, 2Ol4), pp. 105-158. mía peruana. entre la gran depresión y el reformismo mi-
La bibliografía sobre la reforma agraria, por su litar, 1930-1980 (Lima: Banco Central de Reserva del
abundancia, consdruye un verdadero subcampo de Perú, Instituto de Estudios Peruanos, 2014), PP. 159-
estudio del régimen velasquista. Aquí los trabajos son 2l5.Parauna visión sobre el papel de las organizaciones
más ricos, pues abordan aspectos económicos, sociales y campesinas, véase de Jaymie Patricia Heilman, 'A fuego
hasta culturales. Probablemente quienes estudiaron más y sangre. La Confederación Campesina del Perú y el té-
detenidamente esre proceso fueron José Matos Mar y gimen de Velasco", en Carlos Aguirre y Paulo Drinot
José Manuel Mejía, La reforrna agraria en el Perú (Lima: (eds.), La reuolución peculiar. Repensando el gobierno mi'
Instituto de Estudios Peruanos, 1980); José Matos Mar litar de Wl¿sco (Lima: Instituto de Estudios Peruanos,
yJosé Manuel Mejía, Reforma agraria: logros y contradic- 2018), pp.20l-230. María Luisa Burneo reconstruye
ciones, 1969-1979 (Lima: Instituto de Estudios perua- la complejidad del proceso de reforma agraria como un
nos, 1 9 8 0) ; José Matos Mar, Yanaconaj e y reforrna agraria conficto/negociación entre los funcionarios y los diri-
en el Perú: el caso del ualle de Chancay (Lima: Instituto gentes campesinos en "La reforma agraria desde abajo:
de Estudios Peruanos, 1976); véase también de José luchas por la tierra, excooperativistas y parcelación entre
María Caballero, Economía agraria de k sierra peruAnd: los comuneros de Catacaos, Piurd', en Reuista Argurnen-
antes de la reforma agraria (Lima: Instituto de Estudios tos, aíto 2, frP 13, septiembre de 2019. Los libros tes-
Peruanos, 1981); y José María Caballero, Agricubura, timoniales son una importante fuente de información
reforma agraria y pobreza campesina (Lima: Instituto de cualitativa; véase de Enrique Mayer, Cuentos feos de la
Estudios Peruanos, 1984). Desde una perspectiva de reforrna agraria (Lima: Centro Peruano de Estudios So-
los movimientos campesinos y las luchas por la derra, ciales, Instituto de Estudios Peruanos, 2009); Charlot-
véase de Aníbal Quijano, Problema agrario y mouimien- te Burenius, Testimonio de un fracaso: Huando. Habk
tos campesinas (Lima: MoscaAzul Editores, 1979); Ro- el sindicalista Zózimo Tbrres (Lima: Instituto de Estu-
drigo Montoya, Lucltas por la tiena, reformas agrarias dios Peruanos, 2019); Lino Quinatanilla, Andahuaylas.
282 283
La lucha por la tiena: testimonio dr un rnilitante (Lima:
y Juan Nunura Chull¡ Industia y crisis. La década de
Mosca Azul Editores, 1981); Arturo Chávez Macedo,
los 70 (Lima: Centro de Estudios y Promoción del De-
Mi testimonio en el proceso de k reforma agraria peruuna
sarrollo-DEsco, 1984); de Francisco Durand, El poder
(Lima: Instituto del Perú, 2018); y Rolando Ro;as Ro-
incierto. Tiayectoria económica y política d.el ernpresaria-
jas, La reuolución de los arrendires. (Jna historia personal
do peruano (Lima: Fondo Editorial del Congreso de la
dz k reforma agraria (Lima: Instituto de Estuáios pe-
República, 2004), cap. 2: "Militares revolucionarios e
ruanos, 2019). Para una relectura de los aspecros em'-
industriales"; y de Máximo Vega-Centeno, Crecimien-
presariales de la reformaagraria, de Giovanni Bonfiglio,
to, industrialización y cambio técnico, Perú 1955-1980
uéase Las empresas de k reforma agraria: 40 años después
(Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1983).
(Lima: Instituto del Perú, 2019).
Recientemente, la reforma educativa velasquista
A diferencia de la reforma agraúa,los estudios so-
ha cobrado interés en la investigación histórica y las re-
bre la políticay la reforma industrial han sido menores,
fexiones sobre los procesos educativos. Para el capítulo
probablemenre porque en la actualidad la economía pe-
correspondiente, véase Reforma de k educación: informe
ruana está casi prácticamente desindustializada. para
general (Lima: Ministerio de Educación,1970). Dos ac-
comprender la experiencia de las comunidades indus-
tores importantes de la reforma dejaron su testimonio y
triales, véase de Giorgio Alberti, "Esrado, clase empre-
análisis: Emilio Barrantes, Crónica de una reforma (Lima:
sarial y comunidad industrial"; de Jorge Santistevan, ,,El
Inpet, 1990); y Augusto Salazar Bond¡ La educación
Estado y los comuneros indusrriales"; y de Luis pásara,
del hombre nuet)o. La reforma educatiuaperuAnt (Buenos
"Comunidad industrial y sindicatos", Ios tres estudios en
Aires: Paidós, s. f.). Desde una perspectiva externa a los
Estado y clase: la comunidad industrial en el perti (Lima:
actores, véase de Teresa Tovat Reforma de la educación:
Instituto de Estudios Peruanos, 1977), pp. 3l-104,
baknce y pers?ectiuds (Lima: Centro de Estudios y Pro-
105-188 y 189-240, respectivamente. Véase también,
moción del Desarrollo-DESCO, 1985); Kenneth Del-
de Luis Cueva Sánchez y Eftaín Salas, "La comunidad
gado, Reforma educatiua: ¿qué pasó? (Lima: Ediciones
laboral", en Carlos Franco (comp.), El pen) dr Wlasco,
Sagsa, 1981); Norman Gall, La reforma educatiua pe-
tomo III (Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y
ruuntt (Lima: Mosca Azul Editores,l976); José Rivero,
la Participación, 1983) , pp.74t-766; y David Llarena,
"La reforma educativd', en Carlos Franco (comp.), El
Ricardo Tiovarelli y Manuel Rodríguez, La cornunidad
Perú de Wksco, tomo III (Lima: Centro de Estudios para
industrial. Naturaleza económica de k empresa industrial
el Desarrollo y la Participación, 1983), pp. 809-841.
en el Perú (Lima: Universidad Nacional Federico Villa-
Estudios más recientes son los de Patricia Oliart, Edu-
rreal, 1972). Para una visión más global de la política in-
car en tiernpo de carnbios. Colección Pensamiento Educa-
dustrial, véase los estudios de Félix Porrocarrero Maisch
tiuo Peruano, Volumen VI (Lima: Derrama Magisterial,
284
285
2014); y "Politizando la educación: la reforma del año Para una visión sobre las relaciones entre el Sinamos y
1972 en Perú", en Carlos Aguirre y Paulo Drinot (eds.), los pueblos jóvenes, véase de David Collier, Barriadas
La reuolución peculiar. Repensando el gobierno militar de y élites: de Odría a Velasco (Lima: Instituto de Estudios
Wlasco (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 2018), Peruanos, l97S); Henry Dietz, Pobreza I participación
pp. 167-200. La antropóloga Leonor Lamas ha escrito política bajo un régimeru militar (Lima: Centro de Inves-
una valiosa historia social sobre la introducción del uni- tigación de la Universidad del Pacífico, 1986); también
forme único escolar: Borrando jerarquías y disciplinan- de Teresa Tovar, Wlasquismo y mouimiento popular: otra
do cuerpos: la introducción del uniforme escolar único historia prohibida (Lima: Centro de Estudios y Promo-
y la reforma educativa de Velasco, 1968-1975 (tesis de ción del Desarrollo-DEsco, 1985). Sobre el papel del
maestría, Pontificia Universidad católica del Perú). So- Sinamos en los procesos de reforma agraria, véase de
bre los confictos entre el régimen militar y los maes- Ana Cant, "Impulsando la revolución: Sinamos en tres
tros, véase de Rolando Rojas Rojas, "Velasco, la reforma regiones del Perú", en Carlos Aguirre y Paulo Drinot
educativa y los maestros", en Reuista Argumentos, rt.o 2, (eds.), La reuolución peculiar. Repensando el gobierno mi-
año 13, septiembre de 2019; y sobre el papel de la Igle- litar d¿ Wlasco (Lima: Instituto de Estudios Peruanos,
sia en la reforma educativa véase de Jeffrey l(laiber, La 2018), pp.283-317.
iglesia en el Perú. Su historia social desde la independencia No existen estudios específicos sobre los Partidos po-
(Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1996), líticos durante el velasquismo. Esa relación fue recons-
cap. IX. truida a partir de la historia política. Para la posición del
Para la comprensión del papel cumplido por el Si- APRA frente al régimen militar, véase de Nelson Manri-
namos en el proceso de reformas y su relación con el que, ¡üted fue aprista! Bases para una historid crítica d.el
movimiento social fueron importantes los trabajos de Apra (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú,
Francisco Guerra García, "Sinamos y la promoción de 2OO9), pp. 367-412; Nicolás Lynch, "El APRA y la dicta-
la participación", en Carlos Franco (comp.), El Perú de dura militar, 1968-1978", en Mariano Valderrama, Jor-
Wksco, tomo III (Lima: Centro de Estudios para el De- ge Chullé, Nicolás Lynch y Carlos Malpica, EIAPRA: un
sarrollo y la Participación, 1983), pp. 681-708; Carlos camino de esperanzds y frustraciones (Lima Ediciones El
Delgado, El proceso reuolucionario perudno: testimonio de Gallo Rojo, 1980), pp. 165-227. Para la posición de los
lucha (Ciudad de México: Siglo §1,1976); Reuolucitin partidos de izquierda frente al velasquismo véase de Ricar-
peruana: autonomía y deslindes (Lima: LJniverso, 1975); do Letts, La izquierda ?eraana: organización y tendencias
Carlos Delgado, Reaolucióru ! ?articipación (Lima: Edi- (Lima: Mosca Azul Editores, 1981); Alberto Adrianzen
ciones del Centro, 1974); y Carlos Franco, La reuolu- (ed.), Apogeo y crisis dt la izquierda peruana: hablan sus
ción participatoria (Lima: Mosca Azul Editores, 1975). protagonistai (Lima: Idea Internacional, 2011); Gustavo
286 287
Espinoza, Con la esperanzd uiua. Memorias de u.n cornu- del gobierno revolucionario peruano y los cambios en
nista ?eraana (Lima: edición del autor, 2Ol9); y Nicolís el orden internacional, 1968-1975", en Agenda Inter-
Lynch, Los jóuenes rojos dr San Marcos (Lima Universidad naciorual, aí,.o 25, n." 36,2018, pp. 257-301. Para los
Nacional Mayor de San Marcos, 1990). Para la posición aspectos económicos de las relaciones internacionales,
del Partido Popular Cristiano, véase de Harold Forsyth, véase de Barbara Stallings, "El capitalismo internacio-
Lapahbra delTucán. Conuersaciones con Luis Bedoya Reyes nal y el gobierno militar peruano" yLawa Guasti, "El
(Lima: Planeta, 2016); Luis Bedoya Reyes, Gradualidad bobierno militar peruano y las corporaciones interna-
en el cambio. 1i:xtos esenciales (Lima: Fondo del Congreso cionales", ambos en Cynthia MacClintock y Abraham
de la República, 2Ol2); Luis Bedoya Reyes, Jouen cente- F. Lowenthal., El gobierno rnilitar. Una experiencia pe-
nario. Realidad¿s dc una uida (Lima: Fondo Editorial del rutnn*, 1965-1950 (Lima: Instituto de Estudios Perua-
Congreso del Perú, 2018); y Pedro Beltrán, La uerdad¿ra nos, 1985), pp. 17L-206 y 207-230, respectivamente;
realidad peruana (Madrid: San Martín , 197 6) . Una visión Alejandro Santistevan, Entre el nacionalismo y el peso
general sobre los partidos políticos y el régimen militar en del dólar: Perú y Estados Unidos durante el gobierno de
Francisco Moncloa, Peú: ¿qué pa¡ó? 1968-1976 (Lima: Juan Velasco, 1968-1975 (tesis de licenciatura, Pontifi-
Horizonte, 1977); yAntonio Zapata, La caída deWlasco. cia Universidad Católica del Perú, 2018).
Luchapolíticay crisis d.e régimen (Lima: turus, 2018). Los estudios sobre los aspectos culturales del régi-
La política exrerior del régimen militar fue ana- men militar, antes un tema marginal, están exPerimen-
lizada como parte de las corrientes rercermundistas y tando un auge importante en los últimos años. Para una
del Movimiento de Países No Alineados. AI respeco, visión sobre el discurso histórico del régimen militar,
destacan Germán Alburquerque, "No alineamiento, véase de Carlos Aguirre, "¿La segunda liberación? El na-
tercermundismo y seguridad en Perú: la política exte- cionalismo militar y la conmemoración del sesquicen-
rior del gobierno de Juan Velasco Alvarado", en América tenario de la independencia peruand' y Charles \7alker,
Latina Hoy, n.o 75,2017, pp. 149-166; Hélan Jaworski, "El general y su héroe: Juan Velasco Alvarado y la rein-
"La identidad de la política exterior", en Carlos Franco vención de Túpac Amaru II", ambos en Carlos Aguirre y
(comp.), El Perú d.e Wlasco, torno II (Lima: Centro de Paulo Drinot (eds.), La reuolución peculiar. Repensando el
Estudios para el Desarrollo y la Participación, 1983), gobierno militar de Wlasco (Lima: Instituto de Estudios
pp. 575-612; Ernani Contipelli, "La Comunidad Andi- Peruanos, 2018), pp. 41,-70 y 7l'103, respectivamente;
na de Naciones y la evolución del proceso de integración Raúl Asensio, El apóstol de los Andes: el cuho a Tiipac
socioeconómica en Latinoaméricd', en Estudios de Deus- Amaru en Cusco durante la reuolución uelasquista, 1968-
to, vol. 64, n." 1, enero-junio de 2016, pp. 261-280 y 1975 (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, Z0l7); y
"Javier Alcalde y Gonzalo Romero, "La política exrerior Leopoldo Lituma, El uerdadero rostro de Túpac Arnnru,
288 289
Perú 1969-1975 (Lima: Pakarina, 20Ll). Una valiosa Universidad Católica del Perú, 2020); también véase
contribución sobre el papel de los artistas y sus creacio- de Luis Jochamowitz, "El episodio Santana", en Care-
nes para promocionar la reforma agraria en Christabelle tas, octubrede 2018 (consultado en <https://caretas.pel
Roca-Rey, La propaganda uisual durante el gobierno de archivo-expiatorio/el-episodio-santa nal >) .
Juan Wksco Aluarado, 1965-1975 (Lima: Instituto de La bibliograffa que analizala política económica del
Estudios Peruanos, Instituto Francés de Estudios Andi- régimen militar es bastante crítica, aunque basada casi
nos, Biblioteca Nacional del Perú, 2016); Miguel Sán- exclusivamente en los indicadores macroeconómicos:
chez Flores, Más allá del pop achorado. Una propuesta balanza de pagos, grado de inversión privada o produc-
de relectura de los afiches de Jesús Ruiz Durand para la tividad. En este aspecto debemos resaltar a Daniel M.
'§7'icht, "Anatomía
reforma agraria del gobierno de Juan Velasco Alvarado Schydlows§ y Juan de un fracaso
(tesis de maestría, Pontificia Universidad Católica del económico", en Cynthia MacClintock y Abraham F.
Perú, 2016). Para la política del régimen militar con el Lowenthal, El gobierno rnilitar. Una experiencia perua-
cine y la televisión, véase de Ricardo Bedoya, 100 años na, 1968-1980 (Lima: Instituto de Estudios Peruanos,
d¿ cine en el Perú: una historia crítica (Lima: Universi- 1985), pp. 119'170; Richard'Webb y Adolfo Figueroa,
dad de Lima, Instituto de Cooperación lberoamericana, Distribución del ingreso en el Peni (Lima: Instituto de Es-
1992), cap. IV; Moisés Fernando Contreras, Consrru- tudios Peruanos, 2017); Miguel Jaramillo y Rosa Hua-
yendo un cine nacional. Los cineastas y críticos de cine mán, "Los sectores no primarios y el mercado interno,
en la década de 7960, el gobierno de Juan Velasco Al- 1930-1980"; Gonzalo Pastor, "Perú: políticas moneta-
varado y laLey de Cine N." 19327, 1960-1975 (tesis rias y cambiarias, 1930-1980", y Luis Ponce, "Política
de maestría, Pontificia Universidad Católica del Perú, fiscal del Peri, 1920-1980", en Cornpendio d.e historia
2018); y Fernando Vivas, En uiuo y en directo. (Jna histo- económica del Peú V k economía peruana enne la gran
ria de k teleuisión peruAnt (Lima: Universidad de Lima, depresión y el reformismo militar, 1930'1 980 (Lima: Ban-
2008), cap. 3. Las relaciones del régimen militar con la co Central de Reserva del Perú, Instituto de Estudios
prensa están relatadas en Juan Gargurevich, Historia de Peruanos, 2Ol4), pp. 217-264,265-343 y 345-474,
la prensa perLtttruA, 1594-1990 (Lima: LaYoz, 1991). El respectivamente; y Carlos Parodi, Perú 1960-200. Polí'
caso de la cancelación del concierto de rock está con- ticas económicas y sociales en contornos cambiantes (Lima:
tado en Alejandro Santistevan, "¿Por qué se canceló el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico,
concierto de Santana en Lima?", en Miguel Sánchez 2Ot4). Una visión sobre los aspectos desarrollistas de la
Flores (ed.), M ito logías u e las quistas. Industrias cu burales política económica la ofrece E. V K. Fitzgerald, La eco-
y la reuolución peruana (1968-1975) (Lima: Pontificia nomía política del Peni, 1956-1978. Desarrolh económico
! restructardción d¿l cdPital (Lima: Instituto de Estudios
290 291
Peruanos, 1981); y Daniel Carbonetto, "La opción de
un nuevo modelo de acumulación: sus límites", en Car-
los Franco (comp.), El Perú de Wl¿sco, tomo II (Lima:
Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación,
1983), pp. 423-545. Para una visión sobre la política de
endeudamiento externo, véase de Óscar lJgarteche, Mo-
derruización reformista y deuda externt en el Perú, 1963-
1976 (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 2019).
La crisis del régimen militar y los sucesos que aca-
baron en el derrocamiento de Velasco están relatados
y analizados en varios rexros de la biblio grafía ya cita-
da. Sin embargo, debemos mencionar algunos trabajos
que tratan de explicar por qué caÉ Velasco. Desde una
perspectiva de analista y actor, véase de Héctor Béjar,
La reuolución en k tarnpa (Lima: Socialismo y Partici-
pación, 1976); y los libros de Augusto Zimmermann,
La Reaolución Peruana. Camino al socialismo (Lima:
Editora Humboldt, 1976) y Los úbin'ros días del general
Wlasco. ¿Quién recoge la bandera? (Lima: edición del au-
tor, 1978). Para un análisis de los significados del mul-
titudinario entierro de Velasco, véase de Adrián Lerner,
"¿Quién enterró la revolución? El funeral de Juan Velas-
co Alvarado"; y para una revisión de las memorias sobre
el velasquismo, véase de Paulo Drinot, "Recordando a
Velasco: las memorias en conficto del Gobierno Re-
volucionario de las Fuerza Armada", ambos en Carlos
Aguirre y Paulo Drinot (eds.), La reuolución peculiar Re-
pensando el gobierno militar de Wksco (Lima: Instituto
de Estudios Peruanos, 2018), pp. 105-133 y 135-164,
respectivamente.
101