Ensayo Módulo 4
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Autores:
https://drive.google.com/drive/folders/1lWAHgvpYKVccuZYSAceIuYCRF_G_Q1G4?usp=shari
ng
Guayaquil, Guayas
Ecuador
18/09/2022
Importancia de la investigación científica para la Educación Superior
en la sociedad del conocimiento.
Por: José Chica Pincay
Cristóbal Tigua Zavala
Marjorie Peñafiel R.
INTRODUCCIÓN
Partiendo de que la investigación científica y la educación superior son dos instancias
que representan el rumbo a seguir en la era digital (Rodríguez, Tuesca , Rueda y Touriz,
2018, p. 452). En efecto, la investigación científica cumple un rol fundamental en el
constructo social de las personas, en la formación de nuevos profesionales y en el
desarrollo de los profesionales que se orientan hacia la investigación (Delgado, 2021, p.
1).
Según Rodríguez et al. (2018), la importancia de la investigación científica en los
establecimientos de educación superior resulta ser, esencialmente necesaria y recíproca,
pero a la vez se necesita también del apoyo de los gobiernos de turno de los diferentes
países del mundo, eso sí, con el objeto de conseguir un mayor desarrollo y bienestar para
la humanidad (p. 452). No cabe duda de que hay un antes y un después sobre la
importancia y necesidad de la comunicación científica en las universidades del país, pues
está requiere de un proceso reflexivo, sistemático, controlado y crítico, que permita
descubrir nuevos hechos o datos, así como nuevas relaciones o leyes.
Es decir, la enseñanza de la investigación en la formación profesional es una exigencia
sine qua non para el cambio social, laboral, cultural y ambiental. Hay que entender que
las nuevas generaciones deben ser capaces de explicar el comportamiento social, así
como los fenómenos sociales mediante las bases científicas, sino no se podrá alcanzar
el reconocimiento académico a nivel internacional (Delgado, 2021, p. 1).
Por ende, el sistema universitario ecuatoriano ingresa a una transformación firme y
con una mirada fija hacia la internacionalización y globalización de las universidades,
puesto que la investigación no formaba parte de los programas de estudio, las pocas
investigaciones que se realizaban respondían a inquietudes científicas de profesores y
se convierten, generalmente, en tesis de grado o de doctorado (Rivera, Espinosa y
Valdés, 2017, p. 115).
DESARROLLO
En la actualidad, la calidad de la educación superior, así como la investigación
científica cumplen un papel fundamental debido a su carácter estratégico, la búsqueda
de respuestas y soluciones establecidas por la ciencia y la sociedad; se reconoce como
la base esencial para el progreso y la mejora de los servicios públicos y privados, e
incluso se relaciona con el desarrollo económico y social de un país (Dáher, Panunzio y
Hernández, 2018, párr. 5).
Por consiguiente, la investigación produce educación y la educación lo que hace es
potenciar la investigación, por eso, la universidad es el lugar más indicado para fomentar
la actividad científica, ya que el posicionamiento y la visibilidad de las investigaciones
hace que se mantenga el contacto con el flujo internacional del conocimiento (Rivera et
al., 2017, p. 118).
Según Torres (2018), el punto de partida para la reflexión y la acción ante los
fenómenos de la vida social y natural, lo hacemos desde la convicción del aprendizaje
como principio básico del método científico, donde la práctica de la investigación se
convierte en una tarea ineludible para la sociedad del conocimiento (citado por Rodríguez
et al., 2018, p. 455).
Ante ello, el saber científico no puede ser entendido como un mero hecho de una
tendencia, sino como una propiedad intelectual adecuada al surgimiento de la era digital,
donde las universidades y escuelas politécnicas evocaban el fenómeno globalizador,
entendido como una especie de revolución neoliberal, postindustrial y capitalista, aunque
para la academia comprendía las relaciones entre el Estado, la Universidad y el sector
empresarial, lo cual conlleva a la revisión y actualización de las políticas y reformas
curriculares en la educación superior (Rengifo, 2015, p. 810).
Entonces llegamos al intento actual de reforma, el gobierno del expresidente Rafael
Correa tiene el mérito de haber ofrecido, y luego haber cumplido, pues dijo que iba a
afrontar el problema universitario y así lo hizo afectando en parte a la autonomía
universitaria. Durante su mandato se evidenció un progreso acelerado de la investigación
científica en las universidades del país. Se promovieron estrategias educativas
orientadas a elevar los estándares académicos en el marco de la denominada revolución
ciudadana (Ayala, 2015, p. 65; Rivera et al., 2017, p. 114).
Hasta la década de los años setenta, las universidades ecuatorianas se dedicaban a
la docencia sin ningún espacio para la investigación, estaban llenas de colecciones de
discursos o ensayos, a pesar de las circunstancias se mantenía un número reducido de
bibliografías y escasas publicaciones (Ayala, 2015, p. 62).
Ya en los años ochenta se crea el Consejo Nacional de Universidades y Escuelas
Politécnicas, CONUEP, una concepción participativa y popular de tales instituciones,
pues se establece una asignación especial del uno por ciento (1 %) del presupuesto
general del Estado para la investigación, ya se pensaba invertir en la investigación (Ayala,
2015, p. 64).
Cabe señalar que los resultados alcanzados no fueron los más alentadores, ya sea
por la austeridad o el despilfarro de recursos, la excusa fue la masificación de la
educación superior, los profesores contaban con corto tiempo para investigar porque
parte de su tiempo lo dedicaba a preparar metodológicamente las clases, lo cual impedía
cumplir con la investigación y preferían permanecer en la docencia (Rivera et al., 2017,
p. 115).
Cuando se hablamos de docencia nos referimos como constructo social que debemos
observar ante los procesos evolutivos, uno de ellos, abrió paso a la educación virtual, no
podemos visualizar una universidad sin la abundancia de recursos digitales y
tecnológicos, herramientas que cada vez se caracterizan por favorecer la gobernanza del
aprendizaje, eso sí, sin descuidar la investigación como eje transversal, ya que todos los
programas académicos cuentan con una visión estratégica, como lo plantean Pérez y
Merino (2017, párr. 3), “deberá utilizarse el aula virtual, entendida esta como una
plataforma que posibilite el desarrollo del proceso de aprendizaje creada para la
interacción de los estudiantes con los docentes, en la que, a su vez, haya lugar para el
criterio personal” (citado en Morillo y Morales, 2022, párr. 2).
Además, no hay que perder el fomentar la innovación como la autonomía del
estudiantado, así mismo hay que puntualizar que el propósito de la investigación es
defender una estrategia globalizadora y acciones determinantes en la busca de mejoras
para la sociedad con soluciones a corto, mediano y largo plazo, dada las formas de
investigar que van desde los enfoques cualitativos y cuantitativos hasta conseguir los
resultados, así los estudios refieren lo significativo, que van desde lo deductivo e inductivo
hasta lo analítico, interpretativo y estudios de casos como parte de la formación
académica.
Hay que comprender que la ampliación del dominio técnico; los usos y prácticas; las
actitudes, las representaciones sociales y los valores se desarrollan en un torno virtual o
ciberespacio formando parte de la cultura digital, aquella que usa de manera masiva entre
las formas de los medios digitales, lo cual generan impacto en la educación universitaria
por las diversas maneras de aprender de los estudiantes, comprender como este boom
generacional puede transformar los espacios haciéndolos mediáticos entre lo cercano y
distante a la vez, para el docente guia debe estar predispuesto y preparado para esos
bemoles propios de una cultura digital.
Entre tanto, cada vez más la cultura digital se apropia de los espacios así como
también se perfila con los cambios en el sentido de la propiedad y de la autoría, los
trabajos colaborativos van desarrollando nuevos matices, en cuanto al consentimiento
del otro, el consumo en línea no esta dejando huellas sino una acumulación de piezas
digitales inservibles, donde la hipertextualidad y el streaming van cerrando los espacios
a la creatividad individual por una colectiva, ante esta realidad la universidad no puede
cerrar los ojos, sino ir a la par en esta tendencia cambiante e innovadora (Lugo, López,
Toranzos, y Corbetta, 2014, p. 23).
Enfatizar que la investigación universitaria es una realidad necesaria en un mundo
globalizado, pues se requiere el desarrollo de las competencias digitales tanto por parte
de los docentes como los estudiantes, esto supone un conjunto conocimientos,
capacidades, habilidades y destrezas relacionadas con el uso de la tecnología, aplicada
a los contextos y procesos educativos de la investigación, con el fin de resolver los
problemas planteados desde una óptica académica, según Ainhoa Otamendi Herrera et
al., en su Guía de innovación metodológica en e-learning, (Programa EVA, 2008, p. 61).
Además, se agrega el denominado aprendizaje móvil como metodología de la
enseñanza, con la posibilidad de aprender a través de internet, pero con la máxima
portabilidad, interactividad y conectividad (UNESCO, 2018, párr. 4-5).
El docente virtual se convierte en un mentor que proporciona al estudiante las
herramientas necesarias para llegar por sí mismo a sus propias conclusiones. Se trata
de una formación más vivencial y práctica, que se aleja mucho de las antiguas clases
magistrales y de la contraproducente memorización por la memorización. Hablamos de
un aprendizaje significativo y personalizado. La exigencia al docente en el dominio y
práctica de conocimientos teóricos y metodológicos que favorezcan el ejercicio de
docencia virtual, como sostiene Herrera Sánchez (2001, p. 3).
CONCLUSIONES
En definitiva, existen las suficientes razones para justificar la importancia de la
investigación científica en las universidades, escuelas y entidades educativas, pues
enseña a pensar, a comprender y a crear nueva información, conocimientos y tecnologías
a partir de la existente, permitiendo así, formar profesionales con creatividad, dispuestos
a innovar, curiosos y romper ese modelo de pasividad existente en los estudiantes de
hoy.
Uno de los factores de esta demanda son las visiones en la formación profesional
desde el constructivismo como método de enseñanza y líneas de acción sobre todo en
el campo educativo, donde los ambientes de aprendizaje deben estar interconectados,
por lo tanto, deber ser cooperativos y competitivos. Para Behar Rivero (2008), la
investigación rompe con el molde del confort, ya que por su naturaleza es un saber qué
hacer con el conocimiento disciplinado para producir a partir de este nuevas ideas-
constructos, modelos teóricos, procesos de innovación, en definitiva, evidencia teórica y
empírica que contribuya a una mejor comprensión de la realidad y facilite la detección y
resolución de problemas concretos de la sociedad (p. 14).
Desde esa perspectiva, la investigación científica es una herramienta vital y esencial
inherente a los países desarrollados para continuar con su evolución social, en el contexto
latinoamericano se puede observar cómo esta ha adquirido una paulatina discusión e
importancia desde el estado y las políticas de educación superior a fin de mejorar la
calidad del educando de acuerdo con las profesiones en competitividad, reconocimiento
y reputación basadas en la transformación social de las naciones.
REFERENCIAS CIBERGRÁFICAS
Shalom.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S2077-
28742018000400011&lng=es&nrm=iso&tlng=es
Central del Ecuador: ¿un nuevo reto académico? Estudios de la Gestión: Revista
https://doi.org/10.32719/25506641.2022.11.6
43142017000200011&lng=es&nrm=iso&tlng=es
Rodríguez Matías, J. L., Tuesca Armijos, R. J., Rueda López, R. J., y Touriz Bonifaz, M.
Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7116471
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Anexo: