PLAGUICIDAS

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UNIVERSIDAD NACIONAL INTERCULTURAL DE

QUILLABAMBA

SEMESTRE I
TEMA: EFECTOS QUE CAUSAN AL MEDIO
AMBIENTE LOS PLAGUICIDAS

PRESENTADO POR :
RUTH SANDRA BOBADILA TROCONES
KAROL PRISCILA MONTESINOS SALAS
LIONEL OSCAR FLORES FERNADES
ASIGNATURA:
ECOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE
DOCENTE:
BIÓLOGO EDGAR FELIPE RIOJA SU
2022
Usos más frecuentes de los plaguicidas

El uso de los plaguicidas es múltiple y variado. La agricultura es la actividad


que más emplea este tipo de compuestos, consumiendo hasta el 85 % de la
producción mundial, con el fin de mantener un control sobre las plagas que
afectan los cultivos. Un 10 % de la producción total de los plaguicidas se
emplea en salud pública para el control de las enfermedades transmitidas por
vectores, como la malaria, dengue, enfermedad de Chagas, entre otras;
control de roedores, etc.

La intensificación de la producción de alimentos conduce a menudo a un


abuso de plaguicidas. Da lugar a nuevos brotes de plagas (reapariciones),
selecciona poblaciones de plagas resistentes (insectos, bacterias y malas
hierbas), aumenta los riesgos para la salud humana y el medio ambiente y
plantea obstáculos al comercio (residuos). Los países reforman sus políticas
para reducir estos problemas y garantizar paralelamente una producción de
alimentos intensificada mediante la aplicación de alternativas a los
plaguicidas.

También se emplean en la
ganadería y en el cuidado de
animales de cría y domésticos;
en el control de plagas de
grandes estructuras como
barcos, aviones, trenes,
edificios y centros
comerciales. Se aplican en áreas verdes ornamentales y de recreo como
parques y jardines, para controlar la proliferación de insectos, hongos y el
crecimiento de hierba y maleza. Con el mismo fin, se esparcen a lo largo de
autopistas, vías férreas y torres con líneas de corriente de alta tensión.

En reservas naturales o artificiales de agua estos compuestos se emplean


para prevenir el crecimiento de hierbas, algas, hongos y bacterias. En la
industria se utilizan ampliamente en la fabricación de equipos eléctricos,
neveras, pinturas, papel, cartón y materiales para embalaje de alimentos,
entre otros, para evitar en estos productos el desarrollo de bacterias, hongos,
algas, levaduras o que sean dañados por plagas de insectos y/o roedores.
Su uso en el hogar está dado por la incorporación de los mismos en
productos como cosméticos y champús para preservarlos del desarrollo de
hongos y bacterias, en repelentes de insectos y también en productos
destinados al cuidado de mascotas y plantas para atacar o prevenir
infestaciones por insectos.9

EFECTOS QUE CAUSAN LOS PLAGUICIDAS AL MEDIO AMBIENTE


La contaminación ambiental por plaguicidas está dada con mucho
por aplicaciones directas en los cultivos agrícolas, inadecuado uso
por parte de la población, derrames, accidentes, esto se debe al
desconocimiento de los efectos que puede ocasionar. El alto uso de
plaguicidas trae como consecuencia: reducción de la biodiversidad,
erosión y pérdida de permeabilidad de los suelos, calidad de agua en
aguas superficiales y sedimentos, aumenta la vulnerabilidad a las plagas y
enfermedades y conduce al desequilibrio y agotamiento de los
ecosistemas. Si bien los plaguicidas y los fertilizantes proporcionan
diversos beneficios, a su par también perjudicaciones en la producción y
utilización actuales, como son la falta de una gestión eficiente, conllevan
una serie de efectos adversos para la salud y el medio ambiente a lo largo
de sus ciclos de vida, de esta manera los plaguicidas y sus productos de
degradación son omnipresentes en el medio ambiente, incluidos los
suelos y las aguas superficiales y subterráneas. Con frecuencia se
detectan a niveles que superan las normas jurídicas o ambientales. Se han
observado efectos perniciosos de los plaguicidas en las abejas y los
enemigos naturales de las
plagas, las poblaciones de
aves, los organismos
acuáticos y en la
biodiversidad.
Los efectos ocasionados
por los plaguicidas
comunes:
A) Descuidos y accidentes. Tal es el caso de la muerte de peces por
vertidos accidentales o lavados sin precaución de equipos y depósitos de
tratamiento.
B) Alteración de la vida salvaje. a consecuencia de la utilización indebida
de un determinado plaguicida, como ocurre en algunos casos en arrozales
y en tratamientos de semillas.
C) Daños ocasionados por residuos de plaguicidas, tanto los liposolubles,
capaces de degradarse lentamente y concentrarse en los tejidos grasos
de los organismos, como los hidrosolubles que pueden contaminar las
aguas subterráneas.

D) Efectos indirectos, consecuencia de la alteración ambiental ocasionada


por los tratamientos fitosanitarios, como ocurre, por ejemplo, al eliminar
las malas hierbas acuáticas con la consiguiente desoxigenación del agua y
amenaza para los peces o la eliminación de malas hierbas terrestres, al
posibilitar la alteración de la vida salvaje
La mala utilización de las plaguicidas y los fertilizantes
En muchas regiones del mundo los fertilizantes y los plaguicidas no se
utilizan de acuerdo con buenas prácticas agrícolas. En el caso de los
plaguicidas, entre las limitaciones pueden incluirse la falta de buenas
prácticas aplicables a situaciones locales de cultivo específicas; la
capacitación e información inadecuadas
para los agricultores; la limitación en la
disponibilidad y asequibilidad de
productos o equipos de aplicación
apropiados, y la falta de equipos de
protección personal adecuados y
asequibles son dificultades añadidas. En
el caso de los fertilizantes, pueden
citarse entre otros factores la falta de
personal de extensión adecuado, la
capacitación inadecuada de los agricultores, y la poca disponibilidad de
fertilizantes a precios asequibles
El uso excesivo de plaguicidas
El exceso de nitrógeno y de fósforo contribuye a la eutrofización de los
sistemas de agua dulce y de las zonas costeras al propiciar el crecimiento
de floraciones de algas nocivas y la consiguiente formación de zonas
muertas en muchas partes del mundo. El exceso de nutrientes también
causa otros tipos de contaminación de las aguas superficiales y
subterráneas, el suelo y el aire.
El uso de plaguicidas contribuye al cambio climático
Los fertilizantes están asociados con las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) a la atmósfera durante su producción, transporte y uso.
El uso de fertilizantes inorgánicos y el almacenamiento y uso de estiércol
provocan casi el 40 % de las emisiones de GEI procedentes de la
agricultura. Una mejor gestión del nitrógeno es una de las estrategias de
reducción de GEI más efectivas que los agricultores pueden adoptar. En el
lado positivo, la intensificación de la agricultura se ha asociado con una
reducción de la pérdida de bosques, que actúan como sumideros de
carbono.
Organismos afectados negativamente por el uso de los plaguicidas
El uso de plaguicidas se ha
asociado con efectos
adversos en poblaciones de
organismos no
destinatarios. Se ha
vinculado los efectos
directos de los insecticidas
(principalmente) con la
reducción de las poblaciones de insectos terrestres y artrópodos
acuáticos. También se ha observado que los insecticidas afectan
negativamente a la polinización y al control natural de plagas, que son
servicios ecosistémicos importantes. En algunos países los efectos
directos de los plaguicidas en los vertebrados terrestres parecen haber
disminuido con el tiempo.
CONTAMINACIÓN DEL AIRE POR PLAGUICIDAS
La contaminación del aire tiene importancia cuando se trata de aplicaciones
por medios aéreos; la gran extensión que abarcan éstas y el pequeño tamaño
de las partículas contribuyen a sus efectos, entre los que se cuenta
el "arrastre" de partículas a las zonas vecinas, fuera del área de tratamiento.
Este efecto tiene importancia si contamina zonas habitadas o con cultivos, y
se hace muy evidente cuando se emplean herbicidas de contacto que llegan
hasta cultivos que son muy sensibles a los mismos.

La dispersión de plaguicidas en forma líquida o en polvo para exterminar las


plagas es hoy en día una práctica aceptada por muchos países. Los
insecticidas suelen dispersarse en el aire para combatir los insectos
voladores, aunque en ciertos casos los ingredientes activos de dichos
productos sólo actúan después de depositarse en objetos fijos, como la
vegetación, donde pueden entrar en contacto con los insectos. En estos casos
el aire se contamina deliberadamente con uno o varios productos cuyas
propiedades nocivas se conocen y que también pueden ser tóxicos para el
hombre.

En general, se volatilizan desde el suelo, fenómeno que depende sobre todo


de la presión de vapor, la solubilidad del plaguicida en agua, las condiciones
ambientales y la naturaleza del sustrato tratado.

También desde el agua puede contaminarse la atmósfera, como en el caso de


los plaguicidas clorados, poco solubles en ésta, por lo que tienden a situarse
en la interfase agua-aire. Se calcula, por ejemplo, que a partir de una
hectárea de agua tratada pueden pasar al aire, en un año, unos 9 kg de DDT.

CONTAMINACIÓN DEL SUELO POR PLAGUICIDAS


La contaminación del suelo se debe tanto a tratamientos específicos (por
ejemplo: insecticidas aplicados al suelo), como a contaminaciones
provenientes de tratamientos al caer al suelo el excedente de los plaguicidas,
o ser arrastradas por las lluvias las partículas depositadas en las plantas.

La mayoría de los herbicidas, los derivados fosforados y los carbamatos,


sufren degradaciones microbianas y sus residuos desaparecen en tiempo
relativamente corto. En la acumulación de residuos de plaguicidas influye el
tipo de suelo; los arcillosos y orgánicos retienen más residuos que los
arenosos. Los mayores riesgos se presentan con la aplicación de algunos
plaguicidas organoclorados, que son de eliminación más difícil, persistiendo
en el suelo más tiempo.
La persistencia de los clorados en el humus o mantillo no se mide en meses,
sino en años (Ej. El aldrín se ha encontrado después de 4 años, el toxafeno
permanece en el suelo arenoso hasta 10 años después de su aplicación, el
hexaclorobenceno se conserva durante 11 años por lo menos, y así pasa con
el heptacloro, etc.)

La evaluación del grado de


contaminación del suelo
por plaguicidas es de gran
importancia por la
transferencia de ellos a los
alimentos. Algunos
pueden permanecer
durante períodos de 5 a 30 años, como es el caso del DDT. En el caso de la
ganadería, los residuos de plaguicidas pasan del suelo al forraje y finalmente
a los animales, concentrándose en la grasa, y por consiguiente, incrementan
la concentración de residuos persistentes en la carne y la leche.

CONTAMINACIÓN DEL AGUA POR PLAGUICIDAS


Los plaguicidas constituyen impurezas que pueden llegar al hombre
directamente a través del agua potable y en forma indirecta a través de la
cadena biológica de los alimentos. Estas sustancias químicas pueden ser
resistentes a la degradación, y en consecuencia, persistir por largos períodos
de tiempo en las aguas subterráneas y superficiales.

Los plaguicidas imparten al agua potable olores y sabores desagradables, aún


a bajas concentraciones. Como generalmente el hombre rechaza el agua con
sabor u olor extraños, bastan ínfimas cantidades para hacer que un agua sea
impropia para el consumo desde el punto de vista organoléptico.

Los plaguicidas se incorporan a las aguas mediante diferentes mecanismos de


contaminación, como son:

• Por aplicación directa a los cursos de agua, para el control de


plantas acuáticas, insectos o peces indeseables.
• Por infiltración a los mantos de agua subterráneos o escurrimiento
superficial a ríos, arroyos, lagos y embalses desde las zonas agrícolas vecinas.
• Por aplicación aérea sobre el terreno.
• Por descarga de aguas residuales de industrias productoras de
plaguicidas.
• Por descargas provenientes del lavado de equipos empleados en la
mezcla y aplicación de dichos productos, como puede ocurrir en los
aeropuertos de fumigación aérea al regreso de los vuelos, en el proceso de
descontaminación de los aviones y sus equipos de aplicación de plaguicidas.
En las aguas se encuentran seres vivos (ostiones, almejas, etc.), que se
alimentan por "filtrado" del agua, de la que retienen las partículas orgánicas
aprovechables. Si hay residuos de un plaguicida orgánico, como el DDT, esta
capacidad de filtración hace que vayan acumulando el tóxico, llegando a
concentraciones miles de veces mayores que las del agua; por lo que
aparecerán residuos en estos seres vivos aunque no sean detectables en el
medio circundante. Cuando las ostras u otros organismos similares son presa
de otros más voraces, se acumula en estos últimos más cantidad del
plaguicida, y la escalada prosigue a través de seres inferiores, moluscos,
peces, aves, etc., hasta alcanzar niveles peligrosos para ciertas especies.

Los medios ambientales que se


contaminan por plaguicidas, determinan
el punto de contacto de los seres
humanos con estas sustancias, entre los
que se pueden encontrar: el medio
laboral, el doméstico, lugares de recreación o cuando se consumen alimentos
que contienen residuos de estas sustancias.

EFECTOS DE LOS PLAGUICIDAS SOBRE LA SALUD


Los plaguicidas entran en contacto con el hombre a través de todas las vías
de exposición posibles: respiratoria, digestiva y dérmica, pues estos pueden
encontrarse en función de sus características, en el aire inhalado, en el agua y
en los alimentos, entre otros medios ambientales.

Los plaguicidas tienen efectos agudos y crónicos en la salud; se entiende


por agudos aquellas intoxicaciones vinculadas a una exposición de corto
tiempo con efectos sistémicos o localizados, y por crónicos aquellas
manifestaciones o patologías
vinculadas a la exposición a
bajas dosis por largo tiempo.

Un plaguicida dado tendrá un


efecto negativo sobre la salud
humana cuando el grado de
exposición supere los niveles
considerados seguros. Puede
darse una exposición directa a plaguicidas (en el caso de los trabajadores de
la industria que fabrican plaguicidas y los operarios, en particular,
agricultores, que los aplican), o una exposición indirecta (en el caso de
consumidores, residentes y transeúntes), en particular durante o después de
la aplicación de plaguicidas en agricultura, jardinería o terrenos deportivos, o
por el mantenimiento de edificios públicos, la lucha contra las malas hierbas
en los bordes de carreteras y vías férreas, y otras actividades. 26
La toxicidad de los plaguicidas se puede expresar en cuatro formas, a saber:

1. Toxicidad oral aguda: se refiere a la ingestión "de una sola vez" de


un plaguicida, que causa efectos tóxicos en un ser vivo. Puede afectar tanto al
2.
3. manipulador como al resto de la población expuesta, aunque el
riesgo de ingerir en una sola dosis la cantidad correspondiente a la DL 50 oral
aguda sólo puede ocurrir por accidente, error, ignorancia o intento suicida.
4. Toxicidad dérmica: se refiere a los riesgos tóxicos debidos al
contacto y absorción del plaguicida por la piel, aunque es menos evidente y
sus dosis letales son siempre superiores a las orales, es por eso que presenta
mayor riesgo para el manipulador que para el resto de la población.
5. Toxicidad por inhalación: se produce al respirar una atmósfera
contaminada por el plaguicida, como ocurre con los fumigantes, o cuando un
ser vivo está inmerso en una atmósfera cargada de un polvo insecticida o en
pulverizaciones finas (nebulización, rociamiento o atomización).
6. Toxicidad crónica: se refiere a la utilización de dietas alimenticias
preparadas con dosis variadas del producto tóxico, para investigar los niveles
de riesgo del plaguicida, mediante su administración repetida a lo largo del
tiempo.9,11 Las alteraciones más importantes a considerar son: problemas
reproductivos, cáncer, trastornos del sistema neurológico, efectos sobre el
sistema inmunológico, alteraciones del sistema endocrino y suicidio.4,27-29

ALTERNATIVAS DEL EMPLEO DE PLAGUICIDAS


Los productos y sistemas naturales, utilizados antes de la llegada de los
productos químicos, vuelven a ser demandados por la agricultura ecológica,
que aunque no son 100 % efectivas, algunas plantas resisten a las plagas a
modo de repelentes naturales, por ejemplo, la madreselva, plantada cerca de
los rosales, actúa como repelente de pulgones.

En la actualidad se afirma la tendencia de volver a las fórmulas que la


naturaleza brinda, es decir, el retorno a las fórmulas orgánicas y naturales, y
conseguir a partir de extractos vegetales insecticidas ecológicos con fórmulas
que controlen y eliminen de manera eficaz determinadas plagas.

Tanto los insecticidas, los acaricidas, y los moluscidas, como los herbicidas
biorraccionales son sustancias que se derivan de microorganismos, plantas o
minerales, de allí, su raíz orgánica y ecológica.30

Los estudios a nivel de campo del impacto de los insecticidas en los


rendimientos de los cultivos, las visitas de intercambio del personal técnico y
los responsables de las políticas a los países vecinos, los simposios nacionales
y regionales sobre las alternativas, los programas de manejo integrado de
plagas que enseñan a los agricultores, los científicos y el personal asesor a
aplicar alternativas a los plaguicidas, los estudios de casos sobre los
obstáculos técnicos al comercio así como los rechazos de las exportaciones
por exceso de residuos de insecticidas han catalizado la reforma de las
políticas.17

Como parte del manejo de riesgos ocasionados por los plaguicidas en Cuba,
se encuentra la introducción de alternativas del control químico que se
implementa bajo dos enfoques:

1. Manejo integrado de plagas (MIP).


2. Manejo ecológico de plagas (MEP).

El manejo integrado de plagas fomenta el desarrollo de la agricultura


orgánica, nuevas estrategias de producción, uso y manejo de plaguicidas en
los cultivos intensivos como la papa y el tomate. Se añade un nuevo enfoque
del ecosistema para la salud humana, donde el hombre y su salud no se ven
como un hecho independiente, sino dentro de una compleja trama que traza
el ecosistema donde vivimos. Con el MIP se hace hincapié en el crecimiento
de cultivos sanos, el cual perturba lo menos posible los ecosistemas agrícolas
y fomenta los mecanismos naturales de control de plagas.11

Entre los elementos vitales del MIP está, el control biológico, las buenas
prácticas agrícolas, el control físico, genético, natural y legal así como el uso
de agentes de uso natural como repelente, hormonas entre otros.

El manejo ecológico de plagas se aplica para los cultivos que se siembran en


fincas de pequeños agricultores, el programa de agricultura urbana y demás
producciones de carácter agroecológico. Donde el control biológico es
también la alternativa principal. Algunas experiencias en el área de la Sanidad
vegetal han evidenciado una reducción total del uso de plaguicidas químicos
en un 63 %. Entre las principales alternativas empleadas se encuentran la
producción y uso de entomófagos, entomopatógenos y antagonistas y la
conservación de enemigos naturales mediante la diversificación de los
sistemas, que actúan como biorreguladores de las plagas, que aplican
alternativas para el manejo de los reservorios

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