Este documento resume las líneas maestras del Evangelio según San Juan. Explica que Juan no pretende un análisis psicológico sino reflejar la revelación de Cristo. Señala que Cristo, como Hijo de Dios, es igual al Padre y su encarnación es central para revelar la salvación. La pasión y muerte de Cristo en la cruz nos redime y exalta. La salvación se realiza a través del encuentro con la Palabra de Dios encarnada en Cristo, según el testimonio de los que creyeron en
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
27 vistas2 páginas
Este documento resume las líneas maestras del Evangelio según San Juan. Explica que Juan no pretende un análisis psicológico sino reflejar la revelación de Cristo. Señala que Cristo, como Hijo de Dios, es igual al Padre y su encarnación es central para revelar la salvación. La pasión y muerte de Cristo en la cruz nos redime y exalta. La salvación se realiza a través del encuentro con la Palabra de Dios encarnada en Cristo, según el testimonio de los que creyeron en
Este documento resume las líneas maestras del Evangelio según San Juan. Explica que Juan no pretende un análisis psicológico sino reflejar la revelación de Cristo. Señala que Cristo, como Hijo de Dios, es igual al Padre y su encarnación es central para revelar la salvación. La pasión y muerte de Cristo en la cruz nos redime y exalta. La salvación se realiza a través del encuentro con la Palabra de Dios encarnada en Cristo, según el testimonio de los que creyeron en
Este documento resume las líneas maestras del Evangelio según San Juan. Explica que Juan no pretende un análisis psicológico sino reflejar la revelación de Cristo. Señala que Cristo, como Hijo de Dios, es igual al Padre y su encarnación es central para revelar la salvación. La pasión y muerte de Cristo en la cruz nos redime y exalta. La salvación se realiza a través del encuentro con la Palabra de Dios encarnada en Cristo, según el testimonio de los que creyeron en
Descargue como DOCX, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 2
Sem.
Eduardo Iván Pérez Fraga
Juan 4to de Teología Pbro. Lic. Arturo García Delgado Líneas maestras en el Evangelio según san Juan
Dentro de las características de la estructura de las narraciones de Juan,
encontramos que no se pretende desarrollar un análisis psicológico de los personajes o cosa parecida, sino una estructuración que refleje el esquema de la revelación de Cristo al modo joánica; sobre todo en Jn 3- 12: «Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo?», esta frase o hecho de Jesús se podría comprender en forma ambigua o de doble sentido-reacción de malentendido en los interlocutores, aclaración de Jesús-reacción de los oyentes (fe o rechazo). Es de real importancia reconocer que las líneas maestras son un compendio de Teología de Juan, es decir, quieren sistematizar las ideas que están a la base de Jn, que el autor sigue, consciente o inconscientemente. Estas ideas pueden orientar o ser una iniciación a la lectura de Juan, descubriendo en las ideas según el movimiento profundo de todo el Nuevo Testamento, que es ante todo un mensaje a anuncio de salvación y secundariamente una doctrina sobre el portador de la salvación y el modo de realizarla y de concretarse en los hombres. La síntesis joánica de los datos cristológicos del Nuevo Testamento se funda en que Jesucristo, por ser Hijo de Dios, es igual al Padre, uno con El, y así puede ser revelación suya («quien me ve a mí, ve a) Padre»: Jn 8,19; 12,44; 14,6 ss; 15,21; 16,3). Este es el eje de la Cristología joánica: Jesús, Hijo de Dios, se hizo carne, aquel que ya era desde antes ahora fue y será. La encarnación es un punto central en la que se mueve el evangelio de Juan, descubriendo en esto que el encuentro de Dios con el hombre es la revelación de la salvación concretada en Cristo. Lo que Juan y el Cristo joánico exigen es creer en Cristo como revelación personal, definitiva y única del Padre, como su Palabra (Logos: Jn 1,1.14). Dios al tener la iniciativa de salvarnos nos muestra en realidad al Padre que lo envía, para que todos tengamos vida en su nombre. Sem. Eduardo Iván Pérez Fraga Juan 4to de Teología Pbro. Lic. Arturo García Delgado En síntesis, Cristo Hijo de Dios, es igual al Padre, uno con Él. Cristo tiene el poder vivificador divino que nos saca de las tinieblas del pecado y de la muerte. La comunión de Cristo con el Padre y el Espíritu nos enseña la unidad de la Iglesia, está llamada a ser una con su Esposo. De tal manera, podemos afirmar que en Juan de un modo implícito se habla de una eclesiología. La Pasión-Muerte, culminación de la Encarnación, es vista por Juan, más bien que como sacrificio expiatorio, como la hora (Jn 2,4; 7,30; 8,20; 12,23.27; 13,1; 17,1) de la plena realización de Cristo como revelación del Padre, precisamente porque es la hora de la vuelta a la gloria con el Padre. El culmen se presenta en «la hora», la pasión y muerte de Jesús en la Cruz que nos redime y nos exalta con Él. Por lo tanto, la salvación se realiza en el encuentro del hombre con la Palabra de Dios en «carne, que es Cristo. Pues Dios que nos creó no nos hizo para condenarnos, sino para salvarnos. Después de la vuelta de Cristo al Padre, los hombres realizan ese encuentro con Cristo en el testimonio de los que vieron y creyeron, (Jn 20,26-30), testimonio que es lo que pretende presentar Juan (Jn 19,35; 20,30s; 21,24). La trama argumental de Juan (dramática), basada en la oscuridad de la revelación en Cristo producida en su «carne», expone el impacto doble de esta revelación de la Palabra en «carne», que origina el juicio de unos y salva a los creyentes. Se presenta en la vida del ser humano la posibilidad de aceptar o rechazar la Palabra, de ser salvado o decidir la muerte eterna. La Escatología de Juan se percibe en el hecho de la resurrección narrado en el Evangelio y la Pneumatología cuando se habla que Cristo se ha ausentado en su presencia en «carne, en el mundo, pero sigue presente actuando en nosotros, sobre todo a través del Paráclito, que nos ilumina su fe y su vida, nos acompaña y apoya, en varias formas, expuestas en Jn 14-16.