Introducción Kemp
Introducción Kemp
Introducción Kemp
Introducción
La civilización de Egipto se desarrolló en una de las áreas desérticas y áridas más grandes del mundo. Pero fue
posible gracias al río Nilo, que atraviesa de sur a norte el desierto que ha depositado sobre su suelo una gruesa
capa de aluvión oscuro que ha proporcionado al valle un asombrosa fertilidad.
La división entre el valle y el delta da lugar a una frontera administrativa natural. Los antiguos egipcios dieron
el nombre a cada zona y las trataron como si en algún momento hubiesen conseguido construir reinos
independientes. Alto Egipcio para el valle, y Bajo Egipcio para el delta.
Alto Egipto: división interna en las proximidades de Asiut norte de Asiut debido a que tiene un carácter
propio, se suele utilizar el término Medio Egipto.
La topografía del delta: homogeneidad, pero distinguir entre un lado este y otro oeste. El primero es el que da a
la península del Sinaí, el vital puente terrestre con Asia.
Al este, la meseta desértica se eleva por encima del valle va alzándose gradualmente hasta formar la serrada
cadena de colinas y montañas que bordean el mar Rojo, mientras que al oeste se extiende u mar de grava y
arena, vacío, silencioso y barrido por el viento, que llega hasta el océano atlántico, a más de 5.500 Km. de
distancia.
El Nilo recibe dos afluentes, el Nilo Azul y el Atbara, que nacen ambos en el alto y montañoso macizo etíope,
las inmensas lluvias estivales en Etiopía elevan enormemente el caudal de estos afluentes, que arrastran consigo
una gran cantidad de sedimento rico en minerales.
Cuando la corriente se detenía, parte del limo se depositaban en la tierra y allí (octubre y noviembre). Momento
de sembraba en otoño e invierno, madurar los cultivos hacia marzo o abril. Después de la siega en verano, la
tierra se secaba y agrietaba. Lo que facilitaba su aireación y de esta manera se evitaba que se anegase o que se
produjera una acumulación excesiva de sales.
Estas 3 estaciones constituían las principales divisiones del antiguo calendario egipcio: aget (inundación), peret
(cosecha) shemu (sequía).
Era el siclo natural ideal, pero el ingenio humano podía todavía hacer mucho más para mejorarlo. Se podían
construir taludes de tierra que cercaran grandes balsas en donde el agricultor podía estancar durante un tiempo
el agua antes de devolverla al río. Se podía recoger el agua con aparatos para irrigar aquellas zonas a las que
no llegaba la riada o, en verano, cuando el río estaba en su nivel más bajo, regar los campos y realizar una
segunda siembra, o para mantener los huertos durante todo el año. El Nilo, pudo llegar más lejos y eficazmente
creándose un sistema de canales de irrigación y de avenamiento controlados por esclusas.
A la mentalidad egipcia le era ajena la idea de utilizar la tierra fértil para cultivar productos con fines
comerciales y obtener un beneficio vendiéndolo a otros países. Los avances que se realizaban era porque la
población aumentaba lentamente. El estudio de las fuentes antiguas nos sugiere que la administración de las
tierras era muy elemental. El Estado se interesaba muchísimo por su rendimiento anual con miras a recaudar las
rentas y los tributos, pero los documentos apenas mencionan la irrigación, lo que implica que se trataba de una
cuestión local fuera del control gubernamental.
En nuestros días puede contemplarse una gran variedad de máquinas hidráulicas. Antiguamente solo había una:
el shaduf. Escenas de las tumbas a partir de la dinastía XVIII (c. 1350 a.C.). anteriores a esta dinastía el método
era todavía más rudimentario. Lo que observamos en estas escenas no es la irrigación de tierras de labrantío,
sino el riego de una pequeña parcela. Esta evidencia sirve para reforzar el argumento de que la agricultura
cerealística de monocultivo tan solo se trataba de un cultivo anual que dependía de la humedad que quedaba en
el suelo tras la inundación.
A veces se ha creído que la sociedad organizada, la civilización surgió en Egipto y en otros lugares por la
necesidad de coordinar los esfuerzos colectivos para controlar los ríos y que se desarrollara la agricultura. Por la
que respecta al Antiguo Egipto, se puede afirmar que no fue así. No hay que buscar el origen de la civilización
en algo tan sencillo. Es cierto que actualmente el país se mantiene gracias a un complicado sistema de
irrigación. Pero ello ha resultado necesario únicamente a causa del fuerte incremento de la población producido
en los dos últimos siglos.
Formalmente reconocemos el fin de Egipto, en el año 332 a. C, cuando Alejandro magno lo conquistó e
inauguró tres siglos de gobierno de los reyes macedonios (los Ptolomeos), quienes vivían al estilo griego en
Alejandría. A última de esta línea fue la reina Cleopatra VII. Más tarde, Egipto se convirtió en un país
fervientemente cristiano, cuyo legado es la Iglesia copta: lengua del antiguo Egipto despojada de la antigua
jeroglífica.
Estas tres oleadas de cultura foránea (la griega helenística, la cristiana y la musulmana) destruyeron por
completo la cultura indígena del valle del Nilo de tiempos antiguos, una veces mediante un proceso de
modificaciones graduales, otras por un ataque deliberado. Por consiguiente, los conocimientos que actualmente
se tienen del antiguo Egipto son resultado de la reconstrucción que han hecho los investigadores a partir de dos
tipos de fuentes: el estudio de los restos antiguos que la arqueología exhuma y la lectura atenta de los relatos de
la época clásica.
En los comienzos de la egiptología, se dio un marco histórico y cronológico escrita en griego en el siglo III a.
C. por un sacerdote egipcio, Manetón. El acceso que Manetón tenía a los archivos del templo confiere a su obra
un grado de detalle y autoridad que ha resistido el paso del tiempo. La división se hace de una historia egipcia
en treinta dinastías o familias gobernantes continúa siendo todavía el marco histórico de referencia. Sin
embargo, por cuestiones prácticas, los investigadores actuales han agrupado las dinastías de Manetón en
unidades mayores, tal y como sigue.
Predinástico (cultura neolítica)
Duró un milenio aunque sus raíces en culturas neolíticas retroceden hasta el séptimo milenio a. C.
Fases: badariense
Amratiense Nagada I son fases culturales definidas por los estilos cerámicos
Guerzeense Nagada II
Desde una perspectiva política, en el último o los dos últimos siglos estamos tratando con “reyes”, y un
término general bastante útil para calificarlos es el de “dinastía 0”
Império Antiguo
(dinastias III a VIII) 2695-2160 a.C.
Império Médio
(dinastia XII) 1991-1785 a.C.
Império Nuevo
(dinastias XVIII a XX) 1540-1070 a.C.
Período Saíta
(dinastia XXVI) 664-525 a.C.
Período Tardio
(dinastías XXVII a XXXI) 525-332 a. C.