Reporte de Sesión
Reporte de Sesión
Reporte de Sesión
FICHA DE IDENTIFICACIÓN
Edad 18 años
La paciente refiere que le cuesta trabajo relacionarse con las personas y se siente excluida. Además,
siente angustia y ansiedad al estar en contacto con otras personas.
La paciente tiene una estructura de su self no cohesivo, pues tiene dificultades para establecer relaciones
amorosas íntimas/estables, además de dificultades para hacer una evaluación realista y empática en su
entorno social. Además, tiene un super yo punitivo, lo que podría explicar los discursos de “tener que
entenderlo todo” y no saber poner límites.
La paciente se observa con una vestimenta informal pero aliñada, portando una blusa, tiene cabello largo
lacio de color castaño, pero en esta sesión lo tenía amarrado, no utilizó algún tipo de maquillaje y utiliza
braquets. Además, la edad cronológica corresponde con la edad biológica. Dado que la intervención es
en línea solo se alcanza a observar de los hombros hacia arriba, sin embargo por la
parte de atrás se nota como si estuviese en un cuarto ya que se alcanza a ver un tocador a su espalda.
REPORTE DE SESIÓN
En esta segunda sesión, me tocó a mi solo dar la consulta, comenzando 6 minutos después de las dos
debido a que la paciente no ingresaba a la sesión. Posteriormente, cuando ella ingresó al link, comencé
la sesión preguntándole cómo había estado en estos últimos días posteriores a nuestra primera sesión,
mencionando que no había hecho “nada”, al cuestionarle a qué se refería con “nada”, exclamó que
durante el fin de semana había visitado a su abuela y había visto a su madre, con quien pudo ver series y
películas mientras comían, además mencionó que en unos cuantos días iba poder ver a su novio, a quién
tenía tiempo que no veía. Ante esto, le pregunté cómo había ido su relación de pareja debido a que la
sesión pasada había mencionado que tenía problemas con él, a lo que ella menciona que había tenido
algunos problemas pero que entendía que él era así y que los tenía que solucionar por sí mismo,
haciendo énfasis en que cuando se molestan ella “no sabe decir que no” y “tiene que entenderlo todo”,
ante esto, le pedí que me contará más acerca de estos problemas con su novio y menciona que cuando se
pelearon, él la eliminó de sus redes sociales y había periodos de tiempo donde no le hablaba ni le
mandaba mensaje, posterior se le preguntó acerca de la ruptura que había tenido meses atrás en marzo y
fue cuando relató que había conocido a otro chico, Dante, con quien comenzó a salir de fiesta y verse
pues resultó ser su vecino, ante esto, se le preguntó cómo entablo esta relación si ella misma decía que
no tenía las habilidades para conocer a otras personas o socializar, a lo que respondió que tomar alcohol
le ayudaba mucho a soltarse y tener la confianza en sí misma para hablar con más personas, aclarando
que era la única sustancia que consume de vez en cuando. Continuando con su relación con Dante, ella
se distanció pues estuvo viviendo por momentos “difíciles”, tuvo una “crisis” y no se sentía bien, por lo
que perdió comunicación con él y cuando volvió a contactarlo, él se molestó porque no había sabido
nada de ella, lo que evocó en su ruptura. Al poco tiempo regresó con su novio con quien actualmente
está. Al preguntarle acerca de el no saber decir no y “tener que entenderlo todo”, ella menciona que
siempre ha sido así, que con todas las personas tiene que acceder a lo que le dicen y siempre estar ahí
para los demás, pues le preocupa mucho que estén cómodos y no estén disgustados.
Pasando al área familiar, se le preguntó a la paciente acerca de su interacción con su madre, que tiene 54
años y con quien comió durante esa semana con ella, pues su padre no le hacía de comer y eso
ocasionaba enfado en su madre. Al preguntarle cómo era la relación entre sus padres, comenzó relatando
que regularmente su padre la deja sola gran parte del tiempo, en ocasiones incluso días o una semana
entera, lo que suponía problemas para ella pues no sabía cocinar, al indagar más acerca de su padre, ella
menciona que tiene 55 años y que es una persona que le gusta mucho “salir de fiesta”,
trabaja en comercio por lo que constantemente está de viaje aunque la mayor parte de su trabajo es home
office. Cuando se le preguntó qué era lo que hacía durante tantos días de ausencia, ella respondió que era
porque su padre estaba de fiesta y que por ese motivo no regresaba a casa, lo que la molestaba pues no
tenía quien le cocinará y la llevara a la escuela. Aunado a ello, su madre trataba de pasar tiempo con
ella, pues debido a que su trabajo como maestra de kinder no era tan exigente le quedaba espacio para
estar con su hija. Respecto a su hermano, la paciente mencionó que es mayor que ella por 8 años, vive
con su madre, pero que su relación no era muy buena recalcando los mismos problemas acerca de poner
límites que tiene con otras personas, además, es importante resaltar que su hermano consume alcohol ,
tuvo problemas con drogas y actualmente está desempleado pero es “músico”, por lo que pasa grandes
lapsos de tiempo fuera de la casa, saliendo de fiesta y no ayudar en las labores cotidianas, conductas que
enfadan a la paciente. Durante algunos años, él estuvo en Estados Unidos, por lo que la paciente no tenía
contacto con él, pero cuando regresó a México, la comunicación seguía siendo distante y desinteresada.
Finalmente, la paciente declara que durante la pandemia ha estado más sola y sin contacto con otras
personas más allá de su pareja, pues no sale mucho de su casa, en sus tiempos libres ve películas y series
y a esto se agrega el tener un padre ausente, un hermano distante y una madre que va algunos días a
comer con ella.
Durante la sesión la paciente se mostró cooperativa y dispuesta al diálogo, pues expresó mayor detalle
en los discursos que narraba y se redujo los términos de “no sé” o “no me acuerdo”, proporcionando
más información de sus relaciones interpersonales y de su personalidad de manera inconsciente.
Además, no mostró resistencias y el setting analítico fue más propenso al insight debido a que la
transferencia en esta sesión fue positiva, que más adelante ahondaré en ello.
Por otra parte, al tener disposición al trabajo, la paciente se mostró más activa, permitiendo recordar
eventos o sucesos que la sesión pasada evitó como se mencionó anteriormente, evocando en menos
silencios y explicando a qué se refería con algunos significados y significantes que ella mencionaba.
CONTRATRANSFERENCIA
Hernández Valencia Alexis Oziel: Durante ésta sesión me sentí más cómodo y seguro al momento de ver
que la paciente colaboraba con el tratamiento, pues a diferencia de la sesión pasada en donde había
algunos silencios incómodos o algunos tropiezos, en esta ocasión fue lo contrario, pues me causó una
curiosidad genuina conocer más de la paciente y su relación con los demás, ya que al hablar de su
relación con su padre o su hermano me hizo darme cuenta de ciertos patrones que se repetían cuando
hablaba también con su novio. Ahora bien, me llamó la atención que la paciente haya sido más abierta
en cuanto al contenido de su discurso que la primera sesión, pues además de las defensas que pudieron
disminuir y de la tensión por entablar el primer contacto, considero que se sintió más cómoda en la
dinámica donde solo hay un terapeuta, pues las preguntas eran más fluidas y menos atropelladas, aunque
en la siguiente sesión veremos si este fue un factor que influyó, pues mi compañera ya estará de regreso
en las sesiones y veremos si esto es una variable que afecte el tratamiento o si por el
contrario, le resulta más práctico y ayuda a disminuir las posibles resistencias que se pueda producir
cuando empecemos a intervenir. Por otra parte, el hecho de que sea un terapeuta hombre me deja
pensando si ella puede tener transferencia debido al despliegue fantasmático con su relación con los
hombres en su vida, algo que será interesante explorar con las sesiones posteriores y, como dije
anteriormente, observar si la presencia de mi compañera terapeuta influye en el comportamiento que la
paciente pueda tener.
López Aboytes Ericka Gabriel: En esta segunda sesión no pude asistir debido a problemas personales,
sin embargo, en un principio no quería faltar a la sesión debido a que tenía curiosidad en saber qué
pasaba con la paciente, pero después reflexioné y sentí que debido a la situación que atravesé no estaba
preparada para poder ofrecer la terapia de manera que no influyera en el proceso de la paciente, es por
eso que decidí no asistir. Pero ahora, después de escuchar todo lo que pasó en esta segunda sesión, me da
un poco de incertidumbre el haberme perdido esta sesión y no poder continuar de manera fluida con el
proceso de la paciente. Sin embargo, trate de recabar la mayor información posible acerca de la sesión
para tratar de estar al tanto de todo o de lo más que pueda.
Por otra parte, Gónzalez y Romero (2006) menciona que en la adolescencia, los procesos predominantes
son la renovación del complejo de Edipo y sus conflictos, así como la desconexión de los primeros
objetos de amor; este último proceso implica el abandono de los objetos de amor infantiles, esto es, la
renuncia al objeto incestuoso y el abandono de las actitudes bisexuales y narcisistas, para hacer posible
la orientación hacia el objeto heterosexual. Esto es lo que caracteriza al desarrollo psicológico de la
adolescencia.
El impulso sexual adecuado gana gradualmente ascendencia y produce una angustia conflictiva en el Yo.
Los mecanismos defensivos y adaptativos pasan a primer plano; la vida emocional es más intensa, más
profunda y con mayores horizontes; los deseos edípicos y los conflictos resurgen; los conflictos internos
alcanzan el máximo desarrollo, y resulta imposible predecir el resultado final.
Se realizan cambios internos esenciales para el avance hacia la heterosexualidad. Este desarrollo
comprende muchos procesos diferentes, y sólo con la realización de todos ellos se produce la
maduración emocional. La aptitud para el amor heterosexual maduro se desarrolla con lentitud. Esta
capacidad no depende de que e1 adolescente tenga o pueda tener relaciones sexuales, sino de los
cambios catécticos relacionados con los objetos internos y con el propia Yo. En efecto,
el retiro de la catexis puesta en los padres, o en la representación de los objetos en eI Yo, produce un
aumento de la energía catéctica en el mismo. En la mujer adolescente persevera en la actitud bisexual,
conuna sobrevaIoración del componente fatiro. A su tiempo, este componente fálico es concedido al
amor heterosexual, ya que de lo contrario se genera una detención seria en el desarrollo de los impulsos,
lo que deriva en un aumento del narcisismo y origina una etapa narcisista, transitoria de la adolescencia
propiamente dicha.
El retiro de las catexis del objeto hacia el Self provoca en el adoIescente un aumento del narcisismo, el
cual produce, a su vez, una gran variedad de estadios en el Yo que son característicos de la adolescencia
propiamente tal. Si sobrevalora el Self aumenta la autopercepción a expensas de la percepción de la
realidad; se desarrolla una sensibilidad extraordinaria; se experimenta alejamiento de los objetos
familiares durante la infancia, y se puede llegar hasta la pérdida del contacto con Ia realidad. Este
empobrecimiento del Yo se debe tanto a la represión de los impulsos instintivos como a la incapacidad
para extender la Iibido de un objeto a los objetos infantiles de amor. Asimismo, se debe a la aceptación
de las emociones que provoca el proceso. Esta última fuente puede también verse como una resistencia
en contra de la regresión. Al descatectizar las representaciones objetales se eliminan los objetos como
fuente de gratificación libidinal. En consecuencia, se observa un hambre de objeto que lo lleva a uniones
e identificaciones superficiales y transitorias, lo cual impide que la libido se retraiga por completo del
Self. El objeto real necesitado es el padre del mismo sexo, ya que antes de que pueda darse la
posibilidad de1 amor heterosexual tiene que realizarse Ia identificación, positiva o negativa, con éI. Sin
embargo, esta etapa narcisista transitoria tiene también un valor positivo en el proceso de separación del
adolescente. Se pasa de la sobrevaloración de los padres a una infravaloración de éstos.
En concordancia con los puntos anteriores, es importante mencionar un tipo de duelo que sufre el
adolescente, y este es el tipo de duelo por el cuerpo y la sexualidad infantil, que podría relacionarse con
algunos comentarios que realizó la paciente cuando menciona que su papá no le hace de comer porque
no sabe o no la lleva a la escuela.
Hasta antes de la adolescencia es decir durante la niñez ese sujeto se ha formado una imagen corporal
que lo hace vivirse desde cierto lugar respecto a los otros que le rodean, durante la adolescencia esa
imagen habrá de modificarse en función de los cambios biológicos que están emergiendo ante el
surgimiento de la pubertad y de la adolescencia. Los adolescentes se encuentran, sin elegirlo, con el
desarrollo sexual hormonal, con cambios en los caracteres sexuales genitales y corporales, con
diferentes deseos y conductas sexuales.ya no se será jamás un niño nuevamente ni se tendrá ese cuerpo
infantil.
Se tendrá que desinvertir la imagen infantil de sí mismo para que el apego a ciertos objetos internos
desaparezca. Ese apego debe desaparecer porque el adolescente ahora tiene un cuerpo nuevo
sexualmente maduro que le permite llevar a cabo sus deseos tanto incestuosos como parricidad. La
pérdida del cuerpo infantil produce incierto tipo de despersonalización (Rosenthal y Knobel 1970), a la
que sigue una segunda individuación (Bloss 1967) y un desamparo parental (A. Freud 1957). Esto
conlleva a vivenciar un proceso de duelo ante la pérdida de un cuerpo que ya no será más el de un niño
con un sexualidad que ha permitido la fantasía omnipotente de la bisexualidad lo cual ahora le exige
renunciar para dar paso a una elección objetal. Esto implica una vivencia depresiva ya que el menor
deberá renunciar a una relación objetal de tipo narcisista y endogámico para dar paso a otra forma de
relación, ahora sobre un objeto erótico y exogámico.
Por último, debido a que la paciente es una mujer de 18 años de edad, y que acaba de
terminar un período de confinamiento de 2 años, que comenzó cuando ella tenía aproximadamente 16
años y que aparte su escuela ahorita se encuentra aún en clases virtuales, podemos inferir que ha sufrido
muchas dificultades en cuanto a sus relaciones interpersonales fuera de su círculo familiar, así como en
su identidad. Pues como menciona un artículo de Centro Eleia en el 2021 “Adolescencia y cuarentena”,
La adolescencia es un momento muy particular en el desarrollo psíquico; es un periodo de
transformación, movimiento y reacomodo que requiere de un arduo trabajo. En ella sobrevienen intensos
duelos que, si pueden tramitarse de manera exitosa, permiten la construcción de una identidad distinta a
la infantil. Aberastury y Knobel (1988) coinciden en que una de las grandes tareas de la adolescencia
consiste en dejar la seguridad de la familia para expandirse hacia otras relaciones fuera de ella. El grupo
de pares, la pareja, las actividades sociales y la vida “afuera” representan un escenario crucial para el
desarrollo del adolescente. Las generaciones pasadas rememoran este periodo como una época en
compañía de amigos, fiestas o eventos en donde lo adulto quedaba afuera. Los adolescentes de la
pandemia no gozan de dicha libertad y tienen que permanecer en casa, lo que muchas veces genera
dificultades. Algunos adolescentes se sienten muy angustiados al no poder contar con un espacio
privado para poder explorar su cuerpo y su mente.
Referencias:
Bloss, Peter. (1967). El segundo proceso de individuación. En: La transición adolescente. Buenos Aires :
Amorrortu.
Centro Eleia (2021). Adolescencia y cuarentena: ¿por qué es benéfica la psicoterapia en estas
circunstancias?. Recuperado de:
https://www.centroeleia.edu.mx/blog/adolescencia-y-cuarentena-por-que-es-benefica-la-psicoterapia-en-
estas-circunstancias/
Freud, Anna. (1957). Psicoanálisis del desarrollo del niño y del adolescente. Barcelona: Paidós, 1985