Okoshi - Historia Cocom

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La “historia” de los Cocom: una lectura


de la Relación de fray Diego de Landa1

Tsubasa Okoshi Harada

Introducción
En la obra de fray Diego de Landa intitulada Relación de las cosas de Yucatán está
contenida abundante información sobre la historia maya yucateca del Posclásico
tardío. Respecto al gobierno de Mayapán, Landa decía que después de haberse ido
Kukulcán, los señores de esta ciudad eligieron a los Cocom como “el principal al
mando” por “ser más antigua o más rica, o por ser el que la regía entonces hombre
de más valor” (Landa 1938: 14, cap. vii). Así, “todos los señores tenían cuenta con
respetar, visitar y alegrar a Cocom, acompañándole y festejándole y acudiendo a él
con los negocios arduos; y que entre sí vivían muy en paz y en mucho pasatiempo,
como ellos lo usan tomar en bailes y convites y cazas” (loc. cit.). Después de que
los Cocom se hacen de la hegemonía en Mayapán, “el gobernador Cocom entró en
cudicia de riquezas” e introduciendo a los mercenarios desde Tabasco “oprimió los
pobres y hizo muchos esclavos”. Pero “el señor de los Tutuxios nunca consintió en
esto”. (ibid.: 16, cap. viii). Luego, sigue Landa, “entre los sucesores de la casa
Cocomina hubo uno muy orgulloso, imitador de Cocom” e hizo otra alianza con los
de Tabasco y los metió en Mayapán. Este Cocom comenzó a tiranizar y esclavizar a
la “gente menuda”. Los demás señores que no estaban de acuerdo con esta actitud
opresiva, “se juntaron [...] a la parte de Tutuxiu, el cual era gran republicano como
sus pasados, y que concertaron a matar a Cocom, y que así lo hicieron, matando
también a todos sus hijos, sin dejar más de uno que estaba ausente” (ibid.: 16-17,
cap. viii). Resumiendo, Landa registra la historia de Mayapán en torno a los
Cocom, linaje gobernante de esta ciudad, quienes abusaron de su poder político
introduciendo hasta dos veces mercenarios desde Tabasco. Cuando lo hicieron por
segunda vez, los demás señores encabezados por un Tutul Xiu sublevaron contra
ellos. He aquí una explicación para la enemistad entre estas dos estirpes.
Esta historia descrita en la Relación de Landa fue retomada por varios estudiosos
en los dos últimos siglos y la repitieron sin crítica alguna. Por ejemplo, ya en 1871
Crescencio Carrillo y Ancona registraba esta historia de Mayapán en la que los
Cocom jugaban un papel principal como tiranos ([1871] 1978: 323-326, 333-344 y
359-262, caps. vi-xviii). Años más tarde, tanto Eligio Ancona ([1878] 1978, I: 155-

1
Este trabajo forma parte del proyecto intitulado: “Estudio inter y multidisciplinario de los itzáes,
chontales y grupos circunvecinos” (CONACyT-IIA/UNAM, 400358-5-25062H).
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161, cap. xiii) como Juan Francisco Molina Solís repitieron la misma idea en sus
obras (1896: XLVII-LV). Entrando al siglo XX, aquellos grandes estudiosos tales
como Sylvanus G. Morley (1973: 97-9), J. Eric S. Thompson (1973: 136-137, 148-
149), Ralph L. Roys (1957: 93-95; 1962: 24-86) y Alfredo Barrera Vásquez y
Sylvanus G. Morley (1949: 26-44) mantuvieron esta historia ya reconocida como
un hecho irrefutable. Especialmente, los trabajos de Roys han tenido una
repercusión decisiva para los investigadores posteriores, debido a su rigurosidad y
exhaustividad científica demostrada al manejar una amplia gama de documentos
coloniales hasta ese momento desconocidos. De tal manera, para los interesados en
el tema era más fácil y más lógico depositar una confianza absoluta en sus obras,
consideradas definitivas e incuestionables (Adams 1997: 75; 1991: 301-305; Sharer
1994: 386, 408, 412, 417-421, 422-423, entre otros tantos).
La singular homogeneidad interpretativa sobre la historia de Mayapán
protagonizada por los Cocom proviene de la suposición de que las palabras de
Landa son totalmente verídicas y confiables. Es por eso que los estudiosos mayas
no vieron la necesidad de realizar una crítica de texto, requisito indispensable en el
oficio del historiador. Así, en este trabajo examinaré, en primer lugar, a los
informantes mayas de este fraile franciscano así como sus intereses personales.
Luego, analizaré las características particulares de cada uno de sus discursos y a
través del estudio comparativo con otras narraciones de la historia del origen de los
linajes, demostraré que dichos informantes indígenas obedecieron a un paradigma
narrativo que los demás miembros de la nobleza maya empleaban para justificar la
legitimidad de su poder político. Por último, demostraré que el objetivo principal de
narrar la historia prehispánica de los gobernantes mayas era nada menos que
conservar sus honras y privilegios dentro del régimen colonial. Para ello, los mayas
alteraban, de acuerdo con su conveniencia, el contenido, la secuencia y hasta el
orden cronológico de los acontecimientos históricos, lo cual pondría en tela de
juicio la veracidad de la premisa antes mencionada que es aceptada por casi todos
los estudiosos del tema. De esta manera, la discusión revelaría la complejidad de
los discursos mayas registrados en la obra de fray Diego de Landa.

Informantes de fray Diego de Landa


Entre 1613 y 1615 cuando Pedro Sánchez de Aguilar elaboraba su obra que se
llamaría Informe contra idolorum cultores del obispado de Yucatán recordó un
hombre que había sido su maestro y escribió de él lo siguiente:
Vn indio conoci, y todos los deste tiempo conocieron, que fue criado desde su niñez del señor
Obispo don Diego de Landa, que sabia gramatica medianamente, y el me puso el arte della en
las manos de mi niñez, siendo maestro de Capilla en el pueblo de Tecemin, […] Era tan
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ladino como cualquier Español, cantaua canto llano, y canto de organo diestramente, y tocaba
tecla. Yo le conoci Organista en esta santa Iglesia, y despues Interprete general de
Gouernador. Defendia a los Indios en sus pleitos, e les hazia peticiones, o los componia.
Llamauase Gaspar Antonio de Herrera: fue hijo de vn Sacerdote de su gentilidad llamado
kinchi, que fue muy leal vassallo de su Majestad, y de los primeros que dieron la obediencia,
y se bautizaron. Era natural del pueblo de Mani segun lo oi. Sánchez de Aguilar ([1639]
1987: 96)

Este Gaspar Antonio Chi Xiu fue uno de los informantes mayas con quienes Landa
trabajaba. Tal como lo asienta Sánchez de Aguilar, él fue un hombre hábil y
seguramente ofreció a fray Diego de Landa varias informaciones sobre la sociedad,
cultura e historia del Yucatán prehispánico, 2 pues hacia 1557 él aparece
mencionado como intérprete -ah tzol than- (Crónica de Maní: 3v) y de hecho era un
fiel y constante colaborador de los frailes franciscanos. Esta posición particular de
Gaspar Antonio se reflejaba en sus testimonios sobre la historia posclásica de
Yucatán. Por ejemplo, Alfred M. Tozzer, citando la carta que Roys le escribió,
decía que este personaje no tenía vergüenza en alterar los datos históricos -ante los
españoles- cuando su interés personal se veía en riesgo y sobre todo quiso exaltar la
importancia de sus ancestros maternos y exageró mucho el tamaño de su poder
(Tozzer 1978: 45). Asimismo, debido al asesinato de su padre, Ah Kin Chi, en
Otzmal hacia 1536 a manos de los Cocom, el odio a este linaje lo marcó toda su
vida. De tal manera, la información histórica sobre dicho linaje que proporcionó
Gaspar Antonio podría estar influenciada por este rencor. Cabe señalar, no
obstante, que si bien los datos circunstanciales apuntan que hubo una relación
estrecha entre Landa y Gaspar Antonio, por razones desconocidas, en la Relación
de Landa no se puede encontrar siquiera una mención sobre este personaje maya.
En la Relación de Landa, empero, se puede deducir qué otros informantes pudo
tener. Uno de ellos era Blas Hernández, un conquistador que acompañó a Francisco
de Montejo. Este explicó al fraile franciscano la etimología de “Yucatán” (Landa
1938: 5, cap. ii). Otros informantes permanecen anónimos, pues son mencionados
como “los antiguos de los indios”, “los viejos”, “los naturales preguntados” y “los
indios”. De ellos Landa obtuvo información sobre: a) los primeros pobladores de
Yucatán (ibid.: 11, cap. v), b) los itzáes y Kukulcán en relación con Chichén Itzá
(ibid.: 12-13, cap. vi), c) “los indios que de parte de medio día vinieron a Yucatán
[…], y que parece haber venido de Chiapa […]” (ibid.: 15, cap. viii), d) cómo
llegaron los Xiu a Yucatán estableciéndose en Uxmal (ibid.: 16, cap. viii), e) la
costumbre de erigir cada 20 años una estela (ibid.: 17, cap. ix), f) las mujeres de
Yucatán (ibid.: 58, cap. xxxii) y g) los tres señores hermanos que gobernaron
2
Al respecto, Tozzer (1978: 44, 45) afirma: “[…] another person who undoubtly served as a informant
for Landa was Gaspar Antonio Chi, […] Considerable material comes directly from the pen of Gaspar
Antonio. […] Landa does not mention Gaspar Antonio but there is no doubt they worked together.”
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Chichén Itzá y su gobierno (ibid.: 118, cap. xlii). En algunas ocasiones Landa
omitía inclusive estas menciones a sus informantes y solamente lo expresaba
recurriendo al uso de la tercera persona del plural. Así en la Relación se lee: “dicen
que”, “según decían” y “cuentan un caso”. De esta manera, Landa relata sobre: a)
un señor de los Tutul Xiu castigado por cometer adulterio (ibid.: 16, cap. viii), b) el
fundador de la provincia de Ah Kin Chel (ibid.: 18, cap. viii) y c) los ídolos que
preparaban en el mes de Chen (ibid.: 88, cap. xl). Es indudable, por todo lo
anterior, que una de las fuentes primordiales de información para Landa fueron los
principales mayas, quienes, por ser de la nobleza indígena, poseían conocimientos
sobre las costumbres, la historia, la religión y el manejo calendárico de la época
prehispánica.
Es de subrayar el hecho de que aparte del conquistador Blas Hernández, el único
informante que menciona Landa con su propio nombre es un indio llamado don
Juan Cocom. A decir de este franciscano:
Que el sucesor de los Cocomes, llamado don Juan Cocom después de cristiano, fué hombre
de gran reputación y muy sabio en sus cosas, y en las naturales bien sagaz y entendido, y que
fué muy familiar del autor deste libro fray Diego de Landa, y que le contó muchas
antigüedades, y que le mostró libro que fué de su aguelo, hijo del Cocom que mataron en
Mayapán, […]. (ibid.: 21, cap. xi)

Este mismo personaje es referido en otro pasaje de Relación:


Pero, con todo eso, diré lo que me dijo un señor de los indios, hombre de muy buen
entendimiento y de mucha reputación entre ellos; hablando en esta materia un día y
preguntándole yo si habían oído algún tiempo nuevas de Cristo, señor nuestro, o de su cruz,
díjome: que no había oído jamás nada a sus antepasados de Cristo ni de la cruz […]. (ibid:
149, cap. lii)3

Debido a que este informante maya es referido con su nombre personal se entiende
que él jugó un papel primordial cuando Landa averiguaba la historia prehispánica
de Yucatán.
Don Juan Cocom, cuyo nombre maya era Na Chi Cocom, fue el halach uinic del
cúuchcabal o provincia de Sotuta al tiempo de la invasión española. De acuerdo
con sus propias palabras, su abuelo fue hijo del asesinado en Mayapán. Si bien no
contamos con información alguna sobre su gubernatura en las últimas décadas de la
época prehispánica, tenemos noticias de este personaje durante la conquista
española. Hacia 1533 cuando los Cupul atacaron a los españoles en la Ciudad Real
(Chichén Itzá), Na Chi Cocom se unió a estos indígenas (Chamberlain 1974: 149).
Más tarde, en 1536 él ordenó masacrar a los embajadores Xiu en Otzmal, lo cual

3
Las cursivas son mías.
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provocó una batalla con los de esta estirpe.4 Luego, en 1542 dirigió una campaña
militar contra los europeos en la recién fundada Mérida, y tras su fracaso tuvo que
“reconocer el señorío de los odiados españoles” y Na Chi Cocom recibió el bautizo
obteniendo como nombre de pila Juan (ibid.: 228-229). Este obedecimiento de los
Cocom, sin embargo, no era voluntario ni de convencimiento total, pues hacia 1546
los Cocom se sublevaron de nuevo contra los hispanos y fueron subyugados (ibid.:
248-254).
Esta historia de los Cocom encabezados por Na Chi Cocom durante la época de la
conquista española revela el hecho de que éstos siempre estuvieron en contra de la
dominación hispana y, por otra parte, mantuvieron su odio hacia los Xiu. Pese a
esto, fray Diego de Landa demuestra respeto y admiración hacia don Juan Cocom,
ignorando totalmente la presencia de Gaspar Antonio, fiel aliado de los europeos,
detrás de lo cual podemos entrever las posibles manipulaciones de la información
histórica a favor de los intereses particulares de este hombre maya.

Análisis de los discursos sobre la historia de los Cocom


Existen dos tipos de testimonios – positivos y negativos – sobre los Cocom en la
Relación de Landa. En cuanto a lo positivo, tenemos el siguiente:
Que partido Cuculcán, acordaron los señores, para que la república durase, que tuviese el
principal mando la casa de los Cocomes, por ser más antigua o más rica, o por ser el que la
regía entonces hombre de más valor; [...] Que todos los señores tenían cuenta con respetar,
visitar y alegrar a Cocom, acompañándole y festejándole y acudiendo a él con los negocios
arduos; y que entre sí vivían muy en paz y en mucho pasatiempo, como ellos lo usan tomar
en bailes y convites y cazas. Landa (1938: 14, cap. vii)

Es muy probable que esta información provenga de don Juan Cocom, donde el
informante alaba el origen legítimo del poder de su linaje. Obviamente esta
tradición de relacionar el origen de la estirpe con Mayapán fue notoria para Landa,
quien decía que los mayas “[…] tienen mucha cuenta con saber el origen de sus
linajes, especial si viene de alguna casa de Mayapán” (ibid.: 42, cap. xxiv).
Pero, en este discurso, el informante va más allá de lo acostumbrado. En primer
lugar, es de gran interés la mención sobre el “común acuerdo” para que los Cocom
ocuparan el gobierno de dicha ciudad. En los documentos mayas coloniales, sobre

4
No es de dudar que los Cocom hicieron una venganza contra los Xiu, quienes mataron a todos los
Cocom, menos a aquél que no se encontraba en Mayapán a mediados del siglo XV. Respecto al motivo
por el cual los Xiu fueron con Na Chi Cocom Landa afirma que los Xiu quisieron ofrecer sacrificio en
el cenote de Chichén Itzá y considerando que “en tal tiempo no renovarían las pasiones viejas”
solicitaron el permiso de pasar por la tierra de los Cocom (1938: 26, cap. xiv). En tanto que para López
Cogolludo los Xiu quisieron convencer a los Cocom y a los Cupul para que aceptaran a los españoles
con amistad (1957: 131-132, lib. lii, cap. vi).
144 TSUBASA OKOSHI HARADA

todo en los títulos de tierras, aparece varias veces mencionado el común acuerdo
(Quezada y Okoshi Harada, 2001: 55-65; Crónica de Yaxkukul: 1-16; Documentos
de tierras de Ch’icxulub: 201-256; Documentos de tierras de Sotuta: 187-200), lo
cual se referiría no solamente a la acción colectiva de amojonamiento en los montes
sino también puede ser interpretado como elemento legitimador del resultado al que
llegaron de manera comunal, con la finalidad de evitar posteriores problemas
territoriales. Por ejemplo, los dos textos mayas de los Documentos de tierras de
Sotuta (194, 196) inician con los términos de “concierto” y “otro concierto”, pues
en el deslinde participaron todos los representantes de aquellos pueblos colindantes.
Al término del mismo elaboraron los “conciertos”, que se convirtieron en un
documento legítimo y legal, por lo que en el Documento dice: “[...], que esto valga
de aquí adelante, y si alguno lo quebrantase sea castigado por ello y para ello sea
mostrado este concierto a la justicia” (ibid.: 199). Por lo tanto, es de comprender
que don Juan Cocom estaba señalando con el pasaje antes citado el origen auténtico
y legítimo de su gobierno en Mayapán.
Por otra parte, este discurso también está relacionado con el concepto de “señor
natural”, terminología ampliamente utilizada en la época colonial. En la
Enciclopedia del idioma se lee la voz “natural” que se usa “aplicada a los señores
de vasallos o a los que por su linaje tenían derecho al señorío, aunque no fuesen de
la tierra” (Alonso 1988, III: 2945). Así, se entiende que este informante maya
hablaba de los Cocom como gobernantes legítimos y no usurpadores del poder, los
cuales fueron mal vistos por los mismos mayas así como por la autoridad española.
Para demostrar de manera concreta el buen gobierno que mantenían los Cocom el
informante destacó el respeto que les tenían los demás así como la paz que
prevalecía en su gubernatura y la capacidad para aconsejar en “los negocios
arduos”. Es por eso que el primer Cocom está calificado como el “hombre de más
valor”.
A la par de la auto-alabanza de su linaje, don Juan Cocom no se olvidó del elogio a
Kukulcán, fuente legitimadora del poder de la casa cocomina en Mayapán. Así, él
hablaría de este hombre-dios como “gran señor” (Landa 1938: 12, cap. vi), “que en
Yucatán también le tuvieron como dios, por ser republicano, y que esto se vio en el
asiento que puso en Yucatán, después de la muerte de los señores para mitigar la
discusión que sus muertes causaron en la tierra” (ibid.: 13, cap. vi) y “que este
Cuculcán vivió con los señores algunos años en aquella ciudad, y que dejándolos en
mucha paz y amistad se tornó por el mismo camino a México” (loc. cit.).
Pero, Gaspar Antonio Chi, el informante Xiu de Landa, no utilizó el nombre de
Kukulcán como legitimador del poder político. El hablaba ante Yñigo Nieto,
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 145

encomendero de los pueblos de Citilcum y Cabiché, sobre “un señor” de Chichén


Itzá como lo siguiente:
En un tiempo estuvo toda esta tierra debajo del dominio de un señor, estando en su ser la
ciudad antigua de Chichenyza, a quien fueron tributarios todos los señores de esta provincia,
y aun de fuera de la provincia, de Inxico, Quauthemal, Monanapa y otras provincias les
enviaban presentes en señal de paz y amistad, y andando el tiempo, estando poblada Mayapán
cuando se hizo señor de ella Tutulxio. Relaciones histórico geográficas de la gobernación de
Yucatán (en adelante RHGGY, 1983, I: 182)

En este discurso, Gaspar Antonio sí menciona la grandeza de un “señor” de


Chichén Itzá, pero éste queda en el anonimato. Esto significaría que en realidad
este informante maya no reconoce ni tiene la intención de utilizar a Kukulcán como
legitimador del poder político de sus ancestros. Gaspar Antonio quiere lo contrario,
pues más adelante él afirmaba, ahora nombrando a Kukulcán: “dícese que los
primeros pobladores de Chichenisa, no fueron idólatras hasta que Kul Kan
[Kukulcán], Capitán mexicano, entró en estas partes, el cual enseñó la idolatría, o la
necesidad, como ellos dicen, les enseñó la idolatría” (loc. cit.). Luego, aparece
mencionado su linaje: “No comían carne humana ni usaban el pecado nefando, y
dícese que un Tutulgi [Tutul Xiu], señor de Mayapán, por hallar culpados algunos
indios en este pecado, los mandó quemar vivos en un horno de cal y canto que para
ello mandó hacer” (ibid.: 183). Dicho de otra manera, Gaspar Antonio, atribuyó a
Kukulcán elementos negativos relacionándolo con la idolatría, costumbre religiosa
perseguda por los frailes españoles. En tanto que Tutul Xiu aparece como un
hombre justo quien manejaba desde la época prehispánica una ética más parecida a
la cristiana.
Este manejo del esquema antagónico en que el linaje Xiu está siempre relacionado
con lo positivo se originó cuando Gaspar Antonio contaba la “historia”
prehispánica a fray Diego de Landa. Ahora, en vez de hablar de Kukulcán, él
relataría acerca de los Cocom, elemento discursivo intercambiable dentro de dicho
esquema narrativo y dice:
Que el gobernador Cocom entró en cudicia de riquezas, y que para esto trató con la gente de
guarnición que los reyes de México tenían en Tabasco y Gicalango, que les entregaría la
ciudad, y que así trujo gente mexicana a Mayapán, y oprimió los pobres y hizo muchos
esclavos; y que le mataran los señores si no tuvieran miedo a los mexicanos; y que el señor de
los Tutuxios nunca consintió en esto, […] Que aquel Cocom fué primero el que hizo
esclavos, pero que deste mal se siguió usar las armas con que se defendieron para que no
fuesen todos esclavos. Que entre los sucesores de la casa Cocomina hubo uno muy orgulloso,
imitador de Cocóm, y que éste hizo otra liga con los de Tabasco, y que metió más mexicanos
dentro de la ciudad, y que comenzó a tiranizar y hacer esclavos a la gente menuda; y que por
esto se juntaron los señores a la parte de Tutuxiu, el cual era gran republicano como sus
pasados, y que concertaron a matar a Cocom, y que así lo hicieron, matando también a todos
sus hijos, sin dejar más de uno que estaba ausente, […] y que duraron tanto los bandos entre
los Cocomes, que decían ser injustamente echados, y los Xiuis, que después de haber estado
146 TSUBASA OKOSHI HARADA

en aquella ciudad más de D años, la desampararon y despoblaron, yéndose cada uno a su


tierra. Landa (1938: 16-17, cap. viii)

En esta narración a los Cocom se les atribuyen los elementos negativos a través de
las siguientes oraciones: “el gobernador Cocom entró a la cudicia de riquezas”,
introdujo mercenarios tabasqueños, “oprimió los pobres y hizo muchos esclavos”.
Más tarde, su sucesor “muy orgulloso, imitador de Cocóm”, metió otro grupo de
tabasqueños y “comenzó a tiranizar y hacer esclavos a la gente menuda”.
Se sabe que en la época prehispánica los gobernantes mayas yucatecos encarnaban
todos los simbolismos del árbol sagrado de la ceiba (yax imixché): centro del
mundo, lugar de fertilidad, origen de la vida, unidad del universo y medio de
comunicación entre dioses y hombres. Por lo tanto, ellos gobernaban sus pueblos y
señoríos procurando mantener el equilibrio y la armonía del universo, lo cual
justificaba el poder de los gobernantes sobre el pueblo. Es por eso que ellos tenían
como principio no actuar despóticamente sino más bien procuraban cuidar y servir
para que hubiera una réplica del equilibrio y la armonía del universo en la vida
terrenal del común del pueblo (Okoshi Harada 1995: 26-27). Dentro de esta
normatividad que la sociedad maya exigía a sus gobernantes, lo que hicieron los
dos señores cocominos fue considerado como una violación de tales normas, razón
por la cual la masacre de los Cocom estaría más que justificada.
Los Xiu, por otra parte, encarnan la conciencia y el buen gobierno maya, lo cual
está expresado con la oración: “el señor de los Tutuxios nunca consintió (en los
actos violadores del gobernante Cocom)”. Esta tradición Xiu fue heredada por su
descendiente quien era considerado como “gran republicano como sus pasados”,
por lo que “se juntaron los señores a la parte de Tutuxiu” para derrotar al tirano de
los Cocom. En este discurso, Gaspar Antonio Chi quiso resaltar lo justo que fueron
sus antepasados y la importancia política de su linaje en el gobierno de Mayapán, y
para que quedara más clara esta idea introdujo a los Cocom como elemento
discursivo antagónico.
Este contraste discursivo entre los Cocom y los Xiu en el testimonio de Gaspar
Antonio Chi Xiu se entiende también de otra manera. En realidad, su narración está
basada en la visión cíclica, pues los dos gobernantes Cocom hicieron exactamente
lo mismo a principios y a finales de la época de Mayapán. Esta coincidencia no
debe ser considerada como una casualidad, sino que es una muestra de que él
estaba familiarizado con el estilo discursivo manejado en los libros de Chilam
Balam, en que la “historia” se escribía también con base en el tiempo cíclico. Por
ejemplo, en las páginas 75 y 76 de Chilam Balam de Chumayel se lee que en un
Katún 8 Ahau Hunac Ceel causó la despoblación de los itzáes (de Chichén Itzá) y
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 147

en el siguiente Katún 8 Ahau Mayapán fue abandonada por una “pelea apedrada
(puch’ tun)” y por “un conjunto de los señores reales (multepal)” (Gordon, 1913:
75-76). El folio 21v del libro de Chilam Balam de Tizimín, además, asienta que
Hunac Ceel conquistó a los itzáes con la ayuda de los siete mercenarios, varios de
los cuales tienen nombres de origen náhuatl (El libro de Chilam Balam de Tizimín
1980: 21v). La comparación de estas fuentes históricas y el discurso de Gaspar
Antonio nos hace comprender que este último tenía conocimiento del contenido de
uno de los Chilam Balam, muy probablemente el de Chumayel, así como de la
tradición oral relativa a su lectura, por lo que Hunac Ceel aparece en su relato como
un elemento discursivo equivalente al primer gobernante Cocom.
Nancy Farriss, hablando del tiempo cíclico que manejaban los mayas yucatecos del
siglo XVI asienta que:
La preocupación mayor de los mayas, la que infundía su pensamiento acerca del tiempo y del
pasado junto con todo lo demás, era la estructura, lo que podríamos llamar el orden, y sobre
todo el orden cósmico. […] El mal es el desorden, manifestado en el caso que precedió la
creación y que siempre está a punto de reafirmarse; el orden cósmico debe constantemente
ser reestablecido contra este caos que amenaza destruirlo. El tiempo forma parte del orden
cósmico – de hecho, para los mayas puede haber representado el orden cósmico mismo – y
su valor psíquico se basa precisamente sobre su carácter cíclico. Farriss (1985: 52-53)

En este orden de ideas se entiende que Gaspar Antonio pretendió demostrar, a


través de su discurso, la imagen de los Cocom como destructores del orden
cósmico. Así, contrastándolos con los Xiu que fueron “libertadores de la patria
matando al tirano” (Landa 1938: 19, cap. ix), afirmaría e inclusive destacaría la
postura de que los de su familia materna habían sido “tan buenos […] y tan
antiguos y tan señores, y que no fueron traidores” (loc. cit.).

Análisis comparativo de los mitos de origen de los Cocom, los Xiu y de los
itzáes
Las características de los discursos sobre la historia de los Cocom analizados en el
inciso anterior no deben ser consideradas como un caso aislado y singular, sino
tienen que ser discutidas dentro del género denominado “mito de origen”, en el cual
los gobernantes mayas de la filiación prehispánica y sus descendientes coloniales
contaron los orígenes mitológicos de sus linajes correspondientes. Así, en este
apartado, realizaré un análisis comparativo de las narrativas examinadas arriba con
las correspondiente a los Cupul, Xiu y los itzáes.
Veamos en primer lugar el manejo del esquema discursivo con dos protagonistas
antagónicos, específicamente en el mito de origen de los Cupul de Ekbalam. En la
“Relación de Ekbalam (1579)”, Juan Gutiérrez Picón, encomendero del pueblo del
148 TSUBASA OKOSHI HARADA

mismo nombre, registró la historia de los Cupul basándose en el escrito presentado


por "los principales y vecinos del dicho pueblo"(RHGGY, II: 138). De acuerdo con
esto, el pueblo de Ekbalam fue fundado por un señor del mismo nombre5 quien
llegó del “oriente" a esta tierra junto con otros cuatro capitanes y “gran número de
gentes." Este señor construyó un edificio, "el mayor y más suntuoso", y los demás
capitanes, a su vez, cuatro edificios más. Después de 40 años de haber mantenido el
gobierno en “justicia”, estos señores empezaron a ensoberbecerse, por lo que la
"gente popular" los mató a todos (RHGGY, II: 138). Le sucedió un señor llamado
He Blay Chac perteneciente al mismo linaje de Ekbalam. El aparece mencionado
como iniciador de la "idolatría", puesto que poco antes de su muerte mandó hacer
una figura a su semejanza y ordenó que lo adorasen como su dios. Tras su muerte,
eligieron como señor a un Cupul quien "gobernaba y mantenía en justicia su
provincia." El gobierno del "linaje de este gran Cupul" perduró hasta la invasión
española (RHGGY, II: 139).6
En este mito de origen, el fundador del señorío, Ekbalam o Coch Cal Balam está
descrito con varios elementos simbólicos relacionados con la cosmovisión maya.
Por ejemplo, ellos vinieron del “oriente”, rumbo cardinal que está relacionado con
la vida, regeneración y fertilidad (Sotelo Santos 1988: 69-70, 76), lo cual indicaría,
por tanto, el origen legítimo del poder de éstos. Esta justificación cosmológica se
confirma, además, por el simbolismo del número cinco que corresponde al de los
señores que se establecieron en Ekbalam así como al de los edificios construidos
por ellos mismos. De hecho, este número representa a los cinco sectores del
universo a nivel horizontal: cuatro rumbos cardinales y el centro del mundo. Así el
gobernante Ekbalam encarna todos los simbolismos del centro del mundo donde
está erguido el árbol sagrado, la ceiba: la unidad del universo, el medio de
comunicación entre los hombres y los seres sagrados habitantes de otros planos
cósmicos y el origen de la vida terrenal; en tanto que sus cuatro capitanes son
elementos indispensables para Ekbalam para sostener el firmamento así como
mantener en armonía el universo. Dicho de otra manera, los informantes de Juan
Gutiérrez Picón intentaban destacar la presencia del equilibrio y la armonía
cósmica en el gobierno de Ekbalam.
El equilibrio cósmico sostenido en este pueblo se derrumba por el abuso del poder
de los mismos ekbalamenses, lo cual se puede interpretar simbólicamente como el
retorno al caos cósmico. Es preciso recordar que para Eliade (1975: 364) el retorno

5
Su otro nombre era Coch Cal Balam (RHGGY, I:138).
6
Hacia 1579, año en que fue elaborada la "Relación de Ekbalam", Juan Cupul era gobernador de este
pueblo. Sin embargo, hacia finales del siglo XVI los Cupul habían desaparecido del panorama político
de este pueblo (RHGGY, II:139; Quezada 1993:181).
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 149

al caos es una necesidad del universo que se muestra como desequilibrio de fuerzas
para dar lugar a un nuevo orden cósmico y con ello a otro periodo del mundo. Así
el término de un gobierno significa el fin de un mundo o cosmos, por lo que se
necesita la regeneración del nuevo, en que los Cupul serían el único y auténtico
linaje que ocuparía la gubernatura. Es decir, los informantes mayas de Gutiérrez
Picón señalaron nuevamente la presencia del equilibrio y la armonía cósmicos en el
gobierno Cupul, y por lo tanto, la legitimidad de su poder político.
Comparando esto con el discurso de Gaspar Antonio en torno a la pugna del poder
entre los Cocom y los Xiu, la semejanza estructural de los discursos es evidente. En
ambos, los gobiernos anteriores aparecen mencionados con elementos discursivos
negativos, con la finalidad de destacar a los Cupul y los Xiu como los señores que
encarnarían el orden social y, por tanto, cósmico, lo cual podría ser traducido como
que sólo ellos serían los gobernantes legítimos. Dicho de otra manera, el manejo de
este esquema discursivo en que se describe el gobierno anterior con denotaciones
negativas para resaltar lo justo y legítimo del actual era una costumbre común en la
narrativa.7
El segundo esquema narrativo a comparar sería la alabanza al fundador del linaje.
Tal como lo vimos en el inciso anterior don Juan Cocom hablaba con orgullo del
primer Cocom nombrado gobernante de Mayapán por el común acuerdo,
sucediendo a Kukulcán, lo cual tampoco era un discurso singular. Por ejemplo, en
1581 Gaspar Antonio Chi contaba a Juan Bote, encomendero de los pueblos de
Tiab y Tiek, la siguiente historia sobre el fundador del linaje Xiu:
En un tiempo estuvo toda esta tierra so el dominio de un señor, y aunque con la mudanza y
sucesión de los tiempos que han sido muchos, y el último señor de ellos fue Tutulxiu, de
donde descienden los señores naturales del dicho pueblo de Many de la Corona Real, y éste
sujetó a todos los señores de la tierra más por maña que por guerra; dicen que fue el primero
de ellos llamado Hunuikil Chac, señor de Uxmal, […] y por grandeza y cosa particular se
dice de él que era muy sabio en las cosas naturales, y en su tiempo enseño a labrar las tierras,
repartió los meses del año y enseñó las letras que se usaban en la dicha provincia de Many
[…] y poco a poco vinieron los dichos Tutulxiues a mandar toda la tierra muy a gusto de los
naturales. (RHGGY, I: 318-319)

En este discurso, Hunuikil Chac (Hun Uitzil Chac) juega el papel de fundador del
linaje Xiu y de él descenderían los demás señores. Es decir, en primer lugar Gaspar
Antonio señala la continuidad genealógica de este linaje hasta la época de la
invasión española. Asimismo, este ancestro Xiu es mencionado como sabio y tenía
conocimientos de cosmología, las letras y los calendarios. Su gobierno fue

7
Al respecto, véase Okoshi Harada (2001a: 217-218, 222-225) donde se trata otro caso concreto,
específicamente sobre los Pech de Motul.
150 TSUBASA OKOSHI HARADA

mantenido en justicia, pues señoreaba con maña y los gobernantes sujetos a él


estaban muy a gusto.
Si comparamos este pasaje con el que relató don Juan Cocom a Landa la similitud
es notoria. Don Juan señalaba implícitamente la continuidad de la gubernatura de
los Cocom en Mayapán diciendo “[…] que tuviese el principal mando la casa de los
Cocomes”. La manera de gobernar a los demás se calificaba como pacífica, pues
“todos los señores tenían cuenta con respetar, visitar y alegrar a Cocom, […] y que
entre sí vivían muy en paz”. También ofrecía a los señores sujetos consultas de “los
negocios arduos”, lo cual implicaría que el gobernante Cocom era sabio y justo, por
lo que don Juan asienta que era “hombre de más valor” (Landa 1938: 14, cap. vii).
En estas dos formas de alabar al fundador del linaje, de tal manera, se puede
detectar la presencia de un protocolo común. En primer lugar, destacar la capacidad
intelectual del fundador del linaje era considerado algo fundamental. Luego, había
que decir que dicho ancestro mantenía su gobierno en justicia, y finalmente, hay
que referirse a la continuidad genealógica hasta el tiempo de la conquista española,
pues este mito no solamente era para legitimar su origen sino que a través de él los
gobernantes mayas también intentaban justificar la autenticidad del poder político
que gozaban en ese momento.
Ahora bien, el tercer esquema a discutir sería el manejo de una visión cíclica,
concretamente del ciclo katúnico. En el inciso anterior señalé la posibilidad de que
Gaspar Antonio hubiese empleado esta visión para narrar la “historia” de los
Cocom y los Xiu en Mayapán. Pero, sin duda alguna, el caso más conocido del
manejo del ciclo katúnico se le atribuye a los itzáes. De acuerdo con el libro del
Chilam Balam de Chumayel, en cada Katún 8 Ahau los itzáes abandonaban un sitio
y tardándose dos katunes, esto es 40 años, llegaban a su destino donde establecían
una nueva sede política. Por ejemplo, en dicho texto maya se lee:
Vaxac ahau paxci u Chich’een Ytza […] Can ahau chucci u lumil tumenob Chakanputun […]
Vaxac ahau paxci Chakanputunob tumenob ah yza uinicob
(En Katún 8 Ahau Chichén Itzá fue abandonado. <…> Katún 4 Ahau la tierra de
Chakanputún fue conquistada por ellos. […] Katún 8 Ahau Chakanputún fue abandonado por
los hombres itzáes.)8 Gordon (1913: 74-75).

Sobre todo cuando salieron de Chakanputún, según dicha fuente histórica maya
colonial, "yalan che yalan haban : yalan ah ti num yaob lae (bajo los árboles, bajo
la maleza y bajo los bejucos sufriendo)" llegaron hasta Chichén Itzá (Gordon 1913:
75).

8
De aquí en adelante la traducción del texto maya al español es mía.
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 151

Este “sufrimiento” antes de llegar al siguiente asiento katúnico puede ser


interpretado como un proceso que experimentaron simbólicamente en el
inframundo: una serie de pruebas a vencer. Solamente a través de este paso
iniciático ellos podrían obtener la sabiduría en el mencionado nivel inferior del
universo maya para posteriormente renacer con el poder legítimo en el mundo
terrestre. Dicho de otra manera, mediante esta “historia”, en realidad, los itzáes
demostraron el fundamento cósmico de su poder, remontando su origen hacia el
siglo V y en este sentido el discurso itzá de ninguna manera se trataba de su
“historia” como tradicionalmente se creía.9
En cambio, en la historia de los Cocom narrada por Gaspar Antonio Chi se puede
encontrar solamente un elemento discursivo que comparte con la de los itzáes:
sufrimiento causado por la tiranía de la casa cocomina. Sin embargo, esto no fue
utilizado para legitimar el poder político de los Cocom, sino era un pretexto
justificante para la enemistad contra esta estirpe. De hecho, registra Landa que los
Xiu decían “que se pagaban de lo que les había robado” (Landa 1938: 17, cap. viii).
Por ende, en términos reales entre estas dos historias solamente existe una
semejanza estructural basada en la visión cíclica nada más. Entonces, ¿por qué
Gaspar Antonio escogió este formato cíclico para narrar la historia de los Cocom y
de los Xiu? Quizás éste fue el único que se empleaba para narrar una historia y para
el Posclásico tardío, prácticamente el tiempo cíclico era el predominante. De tal
manera, aun después de la conquista española, cuando tenía que hablar de la
historia de la época prehispánica este informante maya siempre la relataba con este
modelo cíclico.
Ahora, debo contestar a otra pregunta inevitable, ¿por qué Gaspar Antonio recurrió
a tan escasos elementos simbólicos en su discurso? Una posible respuesta se
encuentra en la complejidad simbólica que encierra la historia de los itzáes, la cual
estaba destinada a los mismos mayas, quienes compartían el mismo código cultural.
Es por eso que al leer esta narración histórica comprendían perfectamente la
totalidad de los mensajes en su denotación y en su connotación. Pero para los
europeos, provenientes de una cultura totalmente diferente, este tipo de discurso
tradicional maya no tendría sentido, pues uno de los objetivos de Gaspar Antonio al
narrar la historia del Posclásico fue resaltar la importancia de los Xiu en la historia
maya. Si el receptor, en este caso fray Diego de Landa, no entendiera este mensaje,
fracasaría en su intento. Esta sería la única razón por la cual este hombre maya
simplificó considerablemente el contenido de su relato histórico.

9
Para la discusión más detallada sobre la interpretación simbólica de la “historia” de los itzáes, véase
Okoshi Harada (2001a).
152 TSUBASA OKOSHI HARADA

Objetivos de don Juan Cocom y Gaspar Antonio Chi


En el inciso anterior, he realizado un pequeño análisis comparativo entre la historia
de los Cocom narrada por don Juan Cocom y Gaspar Antonio Xiu con los discursos
históricos de los Cupul, los Xiu y los itzáes. De ahí se esclareció que las
narraciones pertenecientes al género “mito de origen” propiamente dicho
comparten prácticamente las mismas estructuras discursivas, pues tenían un solo
objetivo: la legitimación de sus poderes políticos, lo cual está relacionado de
manera íntegra con el contexto histórico colonial en que “los mitos de origen”
fueron elaborados.
Hacia la segunda mitad del siglo XVI la autoridad española se preocupó por
consolidar su dominio sobre los indígenas, razón por la cual mediante diversos
dispositivos políticos trató de ir circunscribiendo los privilegios y el poder del que
gozaban los gobernantes mayas y más adelante eliminarlos de la escena política de
la república de indios. Ante esta amenaza directa al estatus social de la élite maya,
que ahora podía quedar frente a los españoles como simples “indios”, ésta se
preocupó por aprender los caracteres latinos y la diplomática española y
posteriormente elaborar varios escritos para defender sus honras y privilegios como
en la época anterior. Para ello era necesario ser reconocido como “hidalgo” y luego
obtener el título de “don”. Uno de los procedimientos requeridos para este
reconocimiento era presentar ante la autoridad española la prueba de la hidalguía
desde la época prehispánica. De aquí nacieron los mitos de origen en que cada uno
de los señores relataba la historia de su propio linaje y su lector potencial, por ende,
eran los hispanos.
Por otra parte, es de señalar que los indígenas no necesariamente escribieron sobre
el papel europeo “la verdad” en el sentido occidental. Los mismos mayas sabían
que la autoridad española carecía del interés para cuestionar la veracidad de sus
declaraciones acerca de su historia. Además, el manejo del tiempo/historia cíclica
de por sí ofrecía la posibilidad de manipular la cronología, los acontecimientos
mismos y sus interpretaciones de acuerdo con su conveniencia, pues la estructura
cíclica de su cosmovisión, de tiempo y por tanto de la historia no solamente servían
de modelo de las acciones humanas, sino también de modelo para las mismas
(Farriss 1985: 53). Aun cuando la estructura discursiva del “mito de origen” no
obedeciera a esta visión cíclica de tiempo, el concepto y el manejo de la “historia”
podría haber sido igual, en la cual dicha “lógica” maya prevalece sobre el orden
cronológico de los sucesos históricos. Es aquí donde deberíamos buscar antes que
nada el interés y objetivo de los que narran tal historia.
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 153

En este orden de ideas, es indudable que tanto don Juan Cocom como Gaspar
Antonio Chi Xiu intentaron hacer ver a fray Diego de Landa la legitimidad del
poder político de sus linajes a través de sus relatos. Si bien este fraile franciscano
no tenía la facultad de otorgarles privilegios terrenales, para ellos era una de las
pocas oportunidades que podían aprovechar para cumplir sus intereses
primordiales. En realidad, éstos eran sobrevivir en el régimen hispano conservando
sus honras y privilegios obteniendo la hidalguía y el título de “don” y no era de su
preocupación ofrecer una historia verídica, pues ésta seguramente ya estaba
alterada según su parecer y lógica.
Cabe señalar, no obstante, que el interés de destacar el linaje materno no había sido
la preocupación primordial de Gaspar Antonio. Tal como lo discutí en otro trabajo
(Okoshi Harada 2001b), él buscaba también su propio interés dentro del régimen
colonial español. Más aun, después de 1560 era evidente que existía una ruptura
entre él y los Xiu de la provincia de Maní, no solamente porque en los procesos
inquisitoriales contra varios idólatras ocurrido en 1562 él trabajaba para los
europeos, prácticamente traicionando a su propia familia, sino también porque en
1571 cuando él fue elegido por don Diego de Santillán como lugarteniente del
gobernador de Maní, los mismos Xiu se opusieron a este nombramiento (Quezada
1993: 149). De esta manera, Gaspar Antonio se alejó de su familia materna (los
Xiu) y empezó a preocuparse por su futuro y el de sus descendientes. Justamente
para ello él necesitaba seguir narrando la gloriosa historia de los Xiu para
demostrar a los españoles su filiación con la nobleza maya y usarla posteriormente
como fundamento de sus probanzas. Así, a partir de 1579 él comienza a presentar
varias probanzas solicitando la ayuda de costa y al obtener una pensión de
doscientos pesos anuales, la heredó a su nieta. Es en este contexto histórico que
para Gaspar Antonio era necesario señalar a fray Diego de Landa su parentesco con
la gloriosa familia maya y demostrarle que él no era cualquier persona sino alguien
con noble sangre.10

Consideraciones finales
Hacia 1561 murió don Juan Cocom y lo sucedió su hermano Lorenzo, manteniendo
todavía el título del halach uinic del cúuchcabal de Sotuta. Sin embargo, don
Lorenzo fue procesado por haber organizado sacrificios humanos y presionado por
los juicios inquisitoriales se ahorcó en 1562 (Scholes y Adams 1938, I: 73). El fue
sucedido por Francisco, hijo de don Juan, quien al menos hasta 1580 gobernó el
pueblo de Sotuta sin ejercer su poder sobre los demás pueblos sujetos del ex-
10
Para la discusión más detallada sobre Gaspar Antonio Chi Xiu, véase Okoshi Harada (2001b).
154 TSUBASA OKOSHI HARADA

cúuchcabal. Después de don Francisco al parecer los Cocom desaparecieron del


panorama político de dicho pueblo y la “historia gloriosa” que don Juan Cocom
había relatado a fray Diego de Landa quedó olvidada hasta el siglo XIX cuando el
manuscrito del resumen de su obra fue descubierto y publicado por vez primera. A
partir de ese momento, de nuevo su nombre cobró vida y hasta el momento sigue
ocupando un lugar importante en la historia postclásica de las tierras bajas mayas
del norte.
En cuanto a Gaspar Antonio Chi, siguió trabajando para los españoles hasta 1610
cuando falleció a la edad de 79 años. Debido a su participación muy activa en la
elaboración de varios documentos legales, él tenía más oportunidades de contar la
historia de su propio linaje, razón por la cual después de su muerte sus testimonios
empezaron a cobrar vida propia y varias veces fue consultado su escrito sobre las
costumbres e historia de Yucatán. Si bien él no tenía ninguna intención de
preocuparse por la vida de sus parientes Xiu, éstos iniciaron una larga trayectoria
de esfuerzos por conservar sus honras y privilegios a través de numerosos
documentos legales, los cuales fueron publicados recientemente bajo el título de
Papeles de los Xiu de Yaxá, Yucatán (Quezada y Okoshi Harada 2001). De tal
manera, a lo largo de la época colonial los Xiu se convirtieron en uno de los linajes
mayas más conocidos.
Desde la época prehispánica los mayas manejaban la historia en relación con la
política, pues era una herramienta ideológica indispensable para la justificación y
legitimación del poder de los gobernantes. El pasado existía para explicar la
prosperidad del presente y éste, a su vez, era necesario para asegurar la continuidad
hacia el futuro. Entonces, el acto de relatar la historia del origen del linaje
significaba no solamente legitimar el poder actual sino también asegurar que las
generaciones venidera gozaran de tal herencia. Es por eso que en varios textos
mayas, sobre todo en los títulos de montes aparecen aquellas oraciones que dan fe
de verdad para los que vienen en el futuro.11
Dentro de este contexto ideológico debemos ubicar las historias de los Cocom
narradas por don Juan y Gaspar Antonio. Para ellos estas historias eran para el
beneficio del presente y del futuro colonial en que vivían y vivirían. Por ende
deberíamos concebir la posible alteración de los datos y orden cronológico

11
Por ejemplo, en la “Memoria de la distribución de los montes (1557)” en Quezada y Okoshi Harada
(2001: 64, 65) se lee: “binix ocçabac tumenob tu lacal uinicob bin ylic u dzibal xotanil u chi kaax ti
bay yanil lae (y será reconocida por todos los hombres que vean lo escrito sobre la tumba del borde del
monte tal como está)” y “uchaccix u hochor tumen hi mac bin yan hebal u uilal tumen hah tulacal bay
yanio ti original ti mana çipanie (posiblemente será copiado por cualquiera que venga lo que será
provechoso, porque es verdad todo. Así está en el original en que no hay error.)”
LA “HISTORIA” DE LOS COCOM: UNA LECTURA DE LA RELACIÓN DE FRAY DIEGO DE LANDA 155

realizada por estos dos informantes mayas, quienes lo habrían hecho de acuerdo
con su necesidad y conveniencia. Si esto fuere el caso, entonces, sería un gran error
interpretar al pie de la letra el contenido de sus testimonios desprendiéndolos de su
contexto histórico colonial, algo que ha sido ignorado hasta el momento por todos
los estudiosos de los siglos XIX y XX. De esta ingenuidad académica nacieron
aquellas imágenes cuestionables que he mencionado al inicio de este trabajo y peor
aún, siguiendo este camino, estaríamos en poder de estos señores mayas, quienes
hábil y estratégicamente prepararon sus discursos para que los occidentales los
creyeran y los apoyaran.
156 TSUBASA OKOSHI HARADA

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