España en Su Diversidad Regional.

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17. España en su diversidad regional: El proceso de organización administrativa de España.

Las Comunidades
Autónomas y regionales. Desequilibrios regionales. Políticas regionales y de cohesión.

El proceso de organización administrativa de España.


La organización del espacio es el resultado de un complicado desarrollo histórico que define la formación de las
fronteras y la creación de sentimientos de pertenencia a un territorio concreto. En el caso de España podemos ver
distintas etapas:
a) La época antigua: la primera división territorial que se conoce fue efectuada por los romanos al ocupar el territorio
ibérico. Consistió en la creación de dos zonas administrativas que acabarán siendo 6. En el siglo III d. C. hallamos por
primera vez el término provincia.
b) La época medieval: los visigodos intentaron mantener la organización romana pero poco a poco fue desapareciendo.
Los musulmanes dividieron sus tierras en coras, provincias que dependían de una ciudad, algunas de ellas eran muy
parecidas a las actuales. Con el tiempo estas coras se fueron independizando y se crearon los reinos de taifas.
Por su lado, los cristianos, sobre todo a partir del S. XII se configuran en cinco unidades territoriales: Portugal,
Castilla, Navarra y La Corona de Aragón, que a su vez se dividían en varios territorios: Aragón, Cataluña, Mallorca y
Valencia.
c) La época moderna: con los RR.CC. cada uno de los reinos conservó sus propias instituciones y el derecho propio.
Con la llegada de Felipe V en el S. XVIII y tras la guerra de Sucesión se abolieron los fueros, privilegios y costumbres
de los reinos de Valencia, Aragón, Baleares y Cataluña; solo Navarra y País Vasco conservaron sus instituciones
propias. Se crearon las intendencias, que tenían como base las provincias, pero no coincidían necesariamente con sus
límites, de forma que poseían muchas arbitrariedades.
d) La época contemporánea: En 1810 José I Bonaparte realiza una división basada en el sistema francés (prefecturas),
que hasta la fecha era el mejor intento de división administrativa. La Constitución de 1812 proyectó una nueva
organización en 44 provincias para cuya delimitación se tuvieron en cuenta principalmente criterios históricos. Cada
provincia estaría regida por una Diputación.
El gobierno liberal de 1822 aplicó otra división en la que se establecían 52 provincias, con límites parecidos a los
actuales y agrupadas en regiones que son las que perdurarán hasta la nueva organización por C.C.A.A.
Pero la solución no vendría, y no de forma definitiva, hasta 1833 gracias a la reforma realizada por D. Javier de
Burgos, ministro de Fomento. Este creó 49 provincias que en esencia son las actuales, con algunos retoques
posteriores, entre los que destacamos la creación de la provincia número 50 en 1927 al dividirse en dos las Canarias.
Las 50 provincias se ordenaban en 15 regiones.
La Primera República no pudo organizar el Estado federal que algunos proponían.
La Segunda República impulsó la regionalización de España dando autonomía a Cataluña, P. Vasco y Galicia con
aprobación de sus Estatutos, pero este intento no duró mucho por la llegada de la Guerra Civil y la política centralista
durante el Franquismo.

Las Comunidades Autónomas y regionales.


La llegada de la democracia produce la división de España en CC.AA. con el objetivo de:
- Responder al deseo de autogobierno de muchas regiones que quieren recuperar viejos derechos.
- Modernizar las estructuras del Estado.
-Dar estabilidad a la organización político-administrativa para emprender políticas de desarrollo regional.
- Adecuar las realidades económicas, sociales, culturales, etc. con su marco territorial.
Esta nueva organización territorial distingue tres tipos de demarcaciones autonómicas, siempre sobre la ineludible base
de la división provincial: Comunidades históricas, constituidas por el agregado de varias provincias limítrofes con
características históricas, culturales y económicas comunes. Comunidades conformadas por las provincias insulares,
que basan su existencia en razones geográficas evidentes. Comunidades uniprovinciales con entidad regional histórica
o de interés nacional. Ceuta y Melilla serán ciudades autónomas.
De esta forma, el entramado institucional español se caracteriza por poseer:
-Instituciones de rango estatal: Jefatura del Estado: rey. 2 Cámaras de representantes: Parlamento y Senado (poder
legislativo). Gobierno (poder ejecutivo) y jueces (poder judicial). Ley suprema: Constitución
Financieramente se encarga de recaudar los impuestos y repartirlos entre las demás instituciones (Excepto País Vasco
y Navarra).
-De rango autonómico (17 CCAA): Parlamento autonómico (elaboran leyes supeditadas a las leyes del Estado y según
las competencias). Gobierno. Marco legal autonómico = Estatutos de autonomía.
Financieramente reciben dinero del Estado y recaudan algunos impuestos según lo recogido en los Estatutos.
-De rango provincial (50 provincias): Diputación provincial, elegidos entre los concejales municipales.
Recaudan algunos tributos (por ejemplo IBI)
Cabildos (Canarias) y consejos insulares (Baleares). Formas de organización específicamente insulares que tienen las
atribuciones propias de las Diputaciones provinciales en el resto del territorio nacional. Su finalidad es mejorar la
administración atendiendo a las cuestiones particulares de cada isla. En Canarias fueron creados los Cabildos en 1912.
En Baleares se establecen en 1978. En la práctica funcionan igual a las Diputaciones provinciales.
-De rango municipal:
Ayuntamiento, Alcalde. Recaudan algunos impuestos.
Comarcas: División intermedia entre la provincia y el municipio. En la actualidad sólo Cataluña, Aragón y Galicia han
establecido oficialmente estas entidades supramunicipales con gran tradición histórica y fuerte contenido geográfico.
Mancomunidad: corresponde a una agrupación voluntaria de municipios. En general se constituyen para conseguir
servicios que serían muy costosos de mantener para cada uno de los municipios por separado o desarrollar actividades
conjuntas.
Existen otras, como la merindad, o la parroquia en algunas partes de España.

Desequilibrios regionales.
A.-Desequilibrios económicos y sociales:
En España existe una distribución desigual de los recursos económicos lo que, a su vez, genera desigualdades sociales.
Da igual el indicador que utilicemos, la distribución del PIB, de la renta per cápita, la tasa de pobreza o el Índice de
Desarrollo Humano reflejan estos contrastes, entre una España más rica y otra más pobre. En el cuadrante nororiental
de la Península Ibérica y Baleares se concentran las regiones donde el PIB alcanza valores más altos. En contrapartida,
las CCAA con menos PIB per cápita coinciden con las que tienen mayor población ocupada en la agricultura. A su
vez, dentro del sector agrícola también existen notables contrastes: por un lado están las áreas de agricultura intensiva,
generalmente de regadío, donde se cultivan productos de alto valor añadido y son más rentables (Murcia, Valencia); y
por otro las de agricultura extensiva que, asociadas a los cultivos de secano y de productos forrajeros, tienen menor
rentabilidad.
Los desequilibrios territoriales se han acentuado entre las regiones que han experimentado un mayor crecimiento
económico y las que han quedado al margen de este proceso. Entre las primeras se sitúan las que concentran
actividades industriales altamente productivas con dotaciones de parques empresariales y tecnológicos, servicios
especializados, o aquellas en las que se ha desarrollado la actividad turística e inmobiliaria (zonas costeras y grandes
ciudades); entre las segundas, lo hacen aquellas cuya economía no ha sido capaz de adaptarse a los cambios recientes.

B.- Desequilibrios demográficos.


En España existen notables disparidades demográficas, que se explican fundamentalmente por razones históricas y
económicas. Éstas han condicionado los procesos de ocupación por parte de la población que, en cada etapa de nuestra
historia reciente, es atraída por las áreas con mayor dinamismo económico.
1.- Si consideramos la densidad de la población a escala autonómica, los mayores contrastes se producen entre Madrid
y las Comunidades situadas en el entorno del Mediterráneo, por un lado, y las del interior, por otro. Desde el punto de
vista provincial, se aprecian mejor algunos de los contrastes demográficos actuales, por ejemplo, se observan las
diferencias entre Barcelona y Lleida en el caso de Cataluña; o entre Cádiz y Jaén en el caso de Andalucía. Sin
embargo, en este análisis no se aprecian las diferencias dentro de una misma provincia entre las zonas urbanas más
densas, y otros espacios (más alejados de las ciudades) con menor densidad, apreciándose que la población se
distribuye en el territorio a partir de las principales ciudades y siguiendo las vías de comunicación. A su vez, las
diferencias demográficas entre los municipios son notables, pues el 96,6% de la población española se concentra en
tan sólo el 39,7% de los municipios, lo que indica que dos de cada tres están casi despoblados. La localización de los
más poblados de España muestra una situación muy semejante a la descrita en el nivel provincial. Las ciudades de
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga, entre otras, han condicionado el crecimiento de su periferia
y, por ello, se considera que forman áreas metropolitanas.
2.-Otro indicador muy significativo para analizar las disparidades demográficas es la dinámica de la población. Así,
por ejemplo, en el caso de la fecundidad de las Comunidades Autónomas, se constatan profundas diferencias entre
unas Comunidades más envejecidas y menos fecundas (Galicia, Asturias, Castilla y León) y otras donde la fecundidad
es más elevada (Cataluña, Madrid, Murcia y Andalucía). Para comprender estos contrastes es preciso tener en cuenta
la evolución histórica, pues cuestiones como la emigración gallega, la crisis minera asturiana o el despoblamiento rural
de Castilla-León, explican las circunstancias del mencionado envejecimiento de unas áreas. En todos estos casos no
sólo incide la falta de generaciones fértiles (lo que reduce la natalidad), sino que se produce una limitación de las
expectativas sociales y económicas.
3.- También los movimientos migratorios han incrementado, en algunos casos, las disparidades demográficas. Los
recién llegados se asientan básicamente en los lugares con una economía más dinámica,.El impacto de los inmigrantes
es importante: aumenta el total de efectivos, hay más demanda sanitaria y educativa, se incrementan las cotizaciones a
la Seguridad Social, etc.

C.- Desequilibrios en la sociedad del conocimiento.


La aplicación desigual de las TIC en España ha incrementado los contrastes territoriales que ya existían en el siglo
XX, al tiempo que ha generado nuevos desequilibrios vinculados, en este caso, a la sociedad del conocimiento.
La importancia de este fenómeno es relativamente reciente. Un aspecto fundamental a considerar es la educación. Son
varias las variables que pueden usarse para el análisis educativo, como el del fracaso escolar, la distribución del gasto
público educativo, así como el nivel de inversiones de un país en Investigación y desarrollo (I+D).
En definitiva, el proceso de incorporación de las Comunidades Autónomas a la sociedad del conocimiento se está
produciendo con distinta intensidad y ritmo lo que, a la larga, podría acrecentar los desequilibrios entre ellas.

Políticas regionales y de cohesión.


Son el medio para paliar los desequilibrios regionales de un Estado y de fomentar el desarrollo regional. Se iniciaron
en España en la década de 1960, con los planes de desarrollo y se revitalizaron a partir de 1986, en consonancia con el
deseo de llevar a la práctica el principio de la solidaridad interterritorial establecida por la Constitución, el
establecimiento y desarrollo del estado de las autonomías y la adhesión a la Comunidad Europea.
El ingreso de España en la Comunidad Europea supuso su integración en la política regional comunitaria. Desde
entonces ha recibido fondos comunitarios y su política regional debe ser aprobada por la UE. La política regional
europea tradicional, iniciada en 1975, ha tenido como objetivos coordinar las políticas regionales de los estados
miembros y corregir los desequilibrios entre las regiones europeas, apoyando económicamente a las más
desfavorecidas con el fin de aumentar la cohesión territorial.
La nueva política regional 2007-2013 pretende, además reforzar la competitividad de todas las regiones para hacer
frente a la creciente competencia mundial entre territorios determinada por la globalización. Para conseguirlo, la
política regional se propone tres objetivos en los que se encuadran las correspondientes regiones europeas:
a) La Convergencia pretende aproximar a las regiones menos desarrolladas a las más avanzadas.
b) La Competitividad Regional y el Empleo se propone mejorar la competitividad y el empleo de las regiones.
c) La Cooperación Territorial Europea pretende mejorarse mediante proyectos de cooperación transfronteriza,
transnacional e interregional.
Los instrumentos que financian la política regional europea son los fondos estructurales y el fondo de cohesión.
Los fondos estructurales que se destinan a tres tipos de objetivos: el desarrollo de las regiones más atrasadas, es
decir, con renta per cápita inferior al 75% de la media comunitaria; la reconversión socioeconómica de las zonas
industriales, agrarias, pesqueras o urbanas en crisis, y el fomento del recurso humanos.
Los cinco fondos de los que se sirve la UE para alcanzar estos objetivos son: el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo
Regional), financia inversiones destinadas a reducir los desequilibrios territoriales; y el FSE (Fondo Social Europeo),
apoya proyectos relacionados con el empleo en toda Europa e invierte en el capital humano europeo (trabajadores,
jóvenes y demandantes de empleo).
El fondo de cohesión financia proyectos de transporte y medio ambiente en países cuya renta nacional bruta (RNB)
per cápita sea menor que el 90% de la media de la UE. En 2014-2020, estos países son Bulgaria, Chequia, Chipre,
Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal y Rumanía.
Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader): se centra en la resolución de problemas específicos de las
zonas rurales de la UE.
Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP): ayuda a los pescadores a practicar una pesca sostenible y a las
comunidades costeras a diversificar sus economías, mejorando la calidad de vida en las zonas litorales europeas.

España ha recibido ayudas comunitarias, pues la mayoría de las regiones españolas se encontraban, en el momento de
la adhesión, en clara desventaja respectos a las del resto de la Unión en renta per cápita, productividad, paro,
desarrollo de los sectores agrario e industrial, equipamientos e infraestructuras. El resultado de estas ayudas fue una
disminución de los desequilibrios, favoreciendo una mayor igualación de la renta per cápita de las regiones, al
concentrar las ayudas en las más desfavorecidas.

La política regional de Estado tiene por objetivo lograr un desarrollo regional equilibrado, potenciando a las regiones
más desfavorecidas, y fomentar el potencial endógeno. La consecución de estos objetivos se apoya en diversos ejes
estratégicos:
a) La consolidación del crecimiento de las áreas más dinámicas (Madrid, valle del Ebro y eje mediterráneo norte).
b) La detención del declive de la cornisa cantábrica y la recuperación de su antiguo potencial de crecimiento.
c) El impulso al despegue del eje mediterráneo sur (Andalucía y Murcia) incorporándolo al dinamismo del eje
mediterráneo norte.
d) Un apoyo reforzado al resto de las regiones, a través de importantes inversiones en infraestructuras, diversificación
económica y desarrollo del potencial endógeno.
Para alcanzar estos objetivos el Estado debe fomentar la economía de las zonas menos favorecidas y de las que
atraviesan especiales dificultades económicas.
Los instrumentos para conseguirlo son la concesión de incentivos regionales y los Fondos de Compensación
Interterritorial.

La ley de incentivos regionales tiene como objetivos lograr la competitividad de las empresas y la solidaridad
interregional. Para ello recurre a dos instrumentos: la inversión en infraestructuras y equipamientos, y la
compensación a la inversión en las áreas desfavorecidas. Así, se define un mapa con tres tipos de áreas incentivables
con cargo a los presupuestos generales del Estado:
a) Las zonas de Promoción económica son las menos desarrolladas del país por su renta per cápita y su tasa de paro.
b) Las zonas Industrializadas en Declive son las más afectadas por la crisis industrial y combinan altas tasas de
desempleo con niveles de renta relativamente altos. El objetivo es paliar en un plazo reducido las consecuencias
negativas del ajuste industrial.
c) Las Zonas Especiales pueden ser creadas por el gobierno si median circunstancias especiales.
El Fondo de Compensación Interterritorial es un medio de combatir los desequilibrios regionales y de llevar a la
práctica el principio de solidaridad interterritorial establecido por la Constitución. Los ingresos del fondo proceden de
los presupuestos generales del Estado. Lo reciben aquellas comunidades con renta per cápita inferior a la media
nacional.

La creciente competencia entre territorios a escala mundial y nacional determina que las políticas regionales se dirijan
no tanto a favorecer a las regiones más atrasadas como a fomentar el desarrollo regional, entendido no solo como
potencia económica, sino como bienestar social y calidad medioambiental. Este enfoque implica analizar cuáles son en
cada región los factores que frenan o favorecen el desarrollo y planificar las actuaciones oportunas. Para que la
planificación resulte eficaz y no genere contradicciones, debe realizarse coordinadamente para el conjunto del
territorio.

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