Lectio Divina

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LECTIO DIVINA

Comúnmente llamada “lectura orante” de la palabra de Dios, la Lectio es un ejercicio


espiritual que nos ayuda a interiorizar, de manera personal y comunitaria, el mensaje de
amor que Dios regala a sus hijos. Nosotros, escuchando su Palabra, sintiéndonos amados
y escudados por Él, le respondemos desde nuestra libertad y llenos de amor y gratitud.
LECTIO ¿Qué dice el texto?
Analizamos juntos lo que dice el pasaje del EVANGELIO de manera textual, sin
preocuparnos todavía por lo que quiera significar. Atendemos solamente “lo que dice”. Las
instrucciones que vienen después del Evangelio nos ayudarán a realizar este ejercicio.
Del Evangelio de San Juan, 13,1-15; 21-27; 34-35
"Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de salir de
este mundo para ir al Padre, como había amado a los suyos que quedaban en el mundo,
los amó hasta el extremo. Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el
corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle. Jesús, por su parte,
sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que había salido de
Dios y que a Dios volvía.
Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Echó
agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos; y luego se los secaba
con la toalla que se había atado. Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú, Señor,
¿me vas a lavar los pies a mí?» Jesús le contestó: «Tú no puedes comprender ahora lo
que estoy haciendo. Lo comprenderás más tarde.» Pedro replicó: «Jamás me lavarás los
pies.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo.» Entonces
Pedro le dijo: «Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «El que se ha bañado, está completamente limpio y le basta lavarse los
pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.» Jesús sabía quién lo iba a entregar, por
eso dijo: «No todos ustedes están limpios.»
Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les
dijo: «¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor,
y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los
pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y
ustedes deben hacer como he hecho yo."
"Tras decir estas cosas, Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: «En
verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar.» Los discípulos se miraron unos a
otros, pues no sabían a quién se refería. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba,
estaba recostado junto a él en la mesa, y Simón Pedro le hizo señas para que le
preguntara de quién hablaba. Se volvió hacia Jesús y le preguntó: «Señor, ¿quién es?»
Jesús le contestó: «Voy a mojar un pedazo de pan en el plato. Aquél al cual se lo dé, ése
es.» Jesús mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Apenas
Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a
hacer, hazlo pronto.»
Cuando Judas salió, dijo Jesús: "Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a
los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. En esto
reconocerán todos que son mis discípulos, en que se amen unos a otros.»"
Palabra del Señor. Todos: Gloria a ti Señor Jesús.

Instrucciones:

 Vuelve a leer todo el texto, pausadamente, tratando de entenderlo.


 Marca con “ “ los personajes importantes.
 Marca con ( ) los lugares.
 Encierra en un círculo los verbos más importantes.
 Subraya las actitudes relevantes de los personajes.
 Marca con < > las frases que te hayan llamado más la atención.

MEDITATIO ¿Qué me dice el texto?


Después del análisis textual del Evangelio, es momento de encontrar su mensaje central,
“lo que a mí me dice” personalmente. Las siguientes preguntas te pueden ayudar a
interiorizar más la lectura. Si deseas puedes plantearte alguna otra. Escribe tus
respuestas, esto te ayudará a tener presentes tus ideas y a poder organizarlas.
Preguntas para meditar personalmente:
1.- “Sabiendo Jesús que había llegado la hora de partir de este mundo”, ¿qué significará
ese “amor hasta el extremo”?
2.- Que el maestro lavara los pies a sus discípulos puede verse como un gesto negativo,
una actitud de sumisión; el mismo Pedro lo expresa: “siendo tú el maestro”. ¿Qué habrá
querido enseñar Jesús a sus apóstoles con este signo? ¿Qué significará lavarse los pies
unos a otros?
4.- ¿Cuál es la actitud de Pedro cuando Jesús se le acerca para lavarle los pies? ¿Cómo
le responde Jesús? ¿Qué sentido tendrá ese “si no te lavo no tendrás parte conmigo”?
3.- ¿Cuál es el mandamiento nuevo que Jesús les da a sus apóstoles? ¿Por qué insiste
tanto en que sus discípulos lo pongan en práctica?
5.- Reflexionando sobre lo que he vivido en estos pocos meses del año, ¿cómo se
encuentra mi corazón: como el de Judas, como el de Pedro o alguno de los discípulos?
6.- ¿Por qué será que Jesús no quiso evitar su muerte, impidiendo que Judas lo
entregara?¿A que me está invitando Jesús con su palabra?

ORATIO ¿Qué le digo a Dios?


Toda palabra escuchada exige una respuesta. Dios nos habla, nosotros le respondemos
con nuestras palabras (esto es orar). En este momento se te invita a que, desde el interior
de tu corazón, respondas dejándote guiar por lo que el Espíritu de Dios te inspira dentro
de tu corazón. Se trata de un momento íntimo, personal, entre Jesús y tú. Trata de estar a
solas y en silencio Escribe en tu cuaderno aquello que le quieres decir a Dios.

CONTEMPLATIO ¿Cómo elevo mi alma a Dios, para unirme totalmente a Él?


En la contemplatio buscamos realizar la voluntad de Dios, sus deseos en nosotros,
elevando nuestra alma hacia Él: “hágase, Señor, tu voluntad”. Nos olvidamos de nuestros
“intereses personales” para entrar en plena comunión con Dios.
En este momento de oración vamos a contemplar el sacrifico de Cristo, quien padeció aún
antes de ser clavado en la cruz al ser despojado de sus vestiduras; fue humillado con
insultos y golpes, coronado de espinas, muerto y sepultado …

ACTIO ¿A qué me mueve la Palabra de Dios?


Jesús nos enseña a ser cristianos no solamente de palabra sino también de obras. Actio
significa precisamente actuar. ¿Cómo puedo responder, con mi actitud cotidiana, al
mensaje que recibí hoy en la palabra de Dios?
Después de contemplar la entrega generosa del amor “extremo” que Dios me tiene, de
considerar el sacrificio de Cristo, su Hijo, por mí, ¿cómo lo puedo expresar en mi vida
ordinaria, buscando igualmente el bien de mi prójimo?

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