Fisiología Respiratoria
Fisiología Respiratoria
Fisiología Respiratoria
Prefacio vii
Capítulo 5 R
elaCiÓn ENTRE VentilaCiÓn Y PerfusiÓn—Cómo
las relaciones entre el aire y la sangre determinan
el intercambio de gases 63
ix
x ÍNDICE DE CAPÍTULOS
1
2 CAPÍTULO 1
Membrana alveolocapilar
El oxígeno y el dióxido de carbono se desplazan entre el aire y la sangre por
difusión simple, es decir, desde una zona de presión parcial elevada a otra de
presión parcial baja1, de forma parecida a como el agua corre cuesta abajo. La ley
de difusión de Fick establece que la cantidad de gas que se desplaza a través de una
lámina de tejido es proporcional al área de la misma, pero inversamente propor-
cional a su grosor. La membrana alveolocapilar es extremadamente fina (fig. 1-1),
y tiene una superficie que oscila entre 50 m2 y 100 m2. Es, por lo tanto, muy ade-
cuada para su función de intercambio de gases.
¿Cómo puede obtenerse un área de difusión tan prodigiosa en el interior de la
limitada cavidad torácica? Pues envolviendo los pequeños vasos sanguíneos (capi-
lares) alrededor de un enorme número de pequeños sacos aéreos denominados
alvéolos (fig. 1-2). Existen, aproximadamente, 500 millones de alvéolos en el pul-
món humano, cada uno de ellos de alrededor de 1/3 mm de diámetro. Si fueran
esféricos2, su superficie total sería de 85 m2 aunque su volumen fuera sólo de 4 l.
Por el contrario, una única esfera de ese volumen tendría una superficie interna de
tan sólo 1/100 m2. Así pues, el pulmón proporciona esta gran área de difusión por
estar dividido en innumerables unidades.
El aire llega a uno de los lados de la membrana alveolocapilar transportado por
las vías respiratorias, y la sangre llega al otro lado a través de los vasos sanguíneos.
La presión parcial de un gas se obtiene multiplicando su concentración por la presión total. Por ejem-
1
plo, el aire seco tiene un 20,93 % de O2. Su presión parcial (Po2) a nivel del mar (presión atmosférica de
760 mm Hg) es de 20,93/100 × 760 = 159 mm Hg. Cuando el aire entra en las vías respiratorias supe-
riores, se calienta y humedece, y la presión de vapor de agua es entonces de 47 mm Hg, de modo que la
presión total del aire seco es sólo de 760 – 47 = 713 mm Hg. La Po2 del aire inspirado es, por lo tanto, de
20,93/100 × 713 = 149 mm Hg. Un líquido expuesto a un gas hasta llegar al equilibrio tiene la misma pre-
sión parcial que el gas. En el apéndice A, se ofrece una explicación más completa de las leyes de los gases.
Los alvéolos no son esféricos, sino poliédricos. Ni toda su superficie está disponible para la difusión
2
(v. fig. 1-1). Estas cifras son, por lo tanto, sólo aproximadas.
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN 3
Hem
FB
Hem
2
IN 3
4
IN
EN
EP
EN
EP
MB
FB
1µm
Figura 1-1. Microfotografía electrónica que muestra un capilar pulmonar (C) en la pared
alveolar. Obsérvese la membrana alveolocapilar extremadamente delgada, de unos 0,3 µm,
en algunos puntos. La flecha grande indica la vía de difusión desde el aire alveolar hasta el
interior del hematíe (Hem), y comprende la capa de agente tensioactivo (no mostrada en la
preparación), el epitelio alveolar (EP), el intersticio (IN), el endotelio capilar (EN) y el plasma.
También se observan partes de las células estructurales denominadas fibroblastos (FB), la
membrana basal (MB) y un núcleo de una célula endotelial.
Figura 1-2. Corte pulmonar que muestra muchos alvéolos y un pequeño bronquíolo. Los
capilares pulmonares discurren en las paredes de los alvéolos (fig. 1-1). Los agujeros de las
paredes alveolares son los poros de Kohn.
de músculo liso. Dado que las vías respiratorias de conducción carecen de alvéolos
y, por lo tanto, no intervienen en el intercambio de gases, constituyen el espacio
muerto anatómico, en que el término «espacio muerto» hace referencia a las zonas
del pulmón que reciben ventilación pero no reciben flujo sanguíneo. Su volumen
es de, aproximadamente, 150 ml.
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN 5
Figura 1-3. Molde de las vías respiratorias de unos pulmones humanos. Los alvéolos se
han eliminado, con lo que pueden verse las vías respiratorias de conducción desde la trá-
quea hasta los bronquíolos terminales.
Z
Tráquea
0
Zona de conducción
Bronquios 1
3
4
Bronquíolos
5
Bronquíolos
terminales 16
17
Bronquíolos
respiratorios 18 Figura 1-4. Idealización de
Zonas de transición
500
400
Área transversal total ( cm2)
300
200
Zona de Zona Figura 1-5. Esquema que mues
conducción respiratoria
tra el aumento extremadamente
rápido del área transversal total
de las vías respiratorias en la zona
100 respiratoria (compárese con la
Bronquíolos fig. 1-4). Debido a ello, la velocidad
terminales de avance del aire durante la ins
piración disminuye mucho en la
región de los bronquíolos respira-
0 5 10 15 20 23 torios, y la difusión de los gases
pasa a ser el modo principal de
Generación de la vía respiratoria ventilación.
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN 7
gran número de ramas (fig. 1-5), que la velocidad de avance del aire disminuye.
La difusión del aire por las vías respiratorias pasa a ser entonces el mecanismo
dominante de ventilación en la zona respiratoria. La velocidad de difusión de las
moléculas de gas en las vías respiratorias es tan rápida y las distancias a cubrir son
tan cortas que las diferencias de concentración en el interior del ácino desapare-
cen, prácticamente, en un segundo. Sin embargo, como la velocidad del aire dis-
minuye rápidamente en la región de los bronquíolos terminales, el polvo inhalado
se acumula, frecuentemente, aquí.
El pulmón es un órgano elástico, y regresa de forma pasiva al volumen preins-
piratorio durante la respiración en reposo. Es enormemente fácil de distender. Una
respiración normal de unos 500 ml, por ejemplo, necesita una presión de disten-
sión de menos de 3 cm H2O. Por el contrario, el globo de un niño puede necesitar
una presión de 30 cm H2O para producir la misma variación de volumen.
La presión necesaria para desplazar aire por las vías respiratorias también es
muy pequeña. Durante la inspiración normal, una velocidad de flujo aéreo de 1 l/s
necesita una disminución de presión a lo largo de las vías respiratorias de menos de
2 cm H2O. Compárese con la paja de refresco, que necesita una presión de unos
500 cm H2O para que se produzca la misma velocidad de flujo.
Vías respiratorias
500 µ
Figura 1-6. Imagen de una pared alveolar (en la rana) que muestra el denso retículo de
capilares. También puede observarse una arteria pequeña (izquierda) y una vena (dere-
cha). Los segmentos capilares individuales son tan cortos que la sangre forma una lámina
casi continua.
dos o al inflar los pulmones a grandes volúmenes, por ejemplo, se puede aumentar
el estrés sobre la pared de los capilares hasta el punto de poderse producir cambios
estructurales. Se filtra, entonces, plasma desde los capilares, e incluso hematíes,
hacia los espacios alveolares.
La arteria pulmonar recibe todo el gasto cardíaco desde el corazón derecho,
pero la resistencia del circuito pulmonar es asombrosamente pequeña. Se necesita
una presión media en la arteria pulmonar de tan sólo unos 20 cm H2O (unos
15 mm Hg) para un flujo de 6 l/min (el mismo flujo a través de una paja de refresco
necesita 120 cm H2O).
Membrana alveolocapilar
Cada hematíe pasa 0,75 s en el retículo capilar y, durante este tiempo, es pro-
bable que atraviese dos o tres alvéolos. Es tan eficaz la anatomía para el intercam-
bio de gases que este corto tiempo es suficiente para completar, prácticamente, el
equilibrio del oxígeno y el dióxido de carbono entre el aire alveolar y la sangre
capilar.
Los pulmones tienen un sistema sanguíneo adicional, la circulación bronquial,
que aporta sangre a las vías respiratorias de conducción hasta aproximadamente
los bronquíolos terminales. Parte de esta sangre se aleja de los pulmones a través
de las venas pulmonares, y parte entra en la circulación sistémica. El flujo a tra-
vés de la circulación bronquial es una mera fracción del que discurre por la cir
culación pulmonar, y los pulmones pueden funcionar bastante bien sin él, por
ejemplo, tras un trasplante pulmonar.
Vasos sanguíneos
CO NCE P TOS C L AV E
1. La membrana alveolocapilar es extremadamente delgada y presenta una gran
superficie, que es ideal para el intercambio de gases por difusión pasiva.
2. Las vías respiratorias de conducción se extienden hasta los bronquíolos termi-
nales, con un volumen total de unos 150 ml. Todo el intercambio de gases se
produce en la zona respiratoria, cuyo volumen es de unos 2,5 l a 3 l.
3. El flujo por convección conduce aire inspirado hasta los bronquíolos termi-
nales; más allá de este punto, el desplazamiento de aire es, cada vez más, por
difusión en la región alveolar.
4. Los capilares pulmonares ocupan una enorme área de la pared alveolar, y un
hematíe pasa alrededor de 0,75 s en ellos.
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN 11
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
14
VENTILACIÓN 15
Los tres capítulos siguientes explican cómo el aire inspirado llega a los alvéolos,
cómo los gases atraviesan la membrana alveolocapilar y cómo son eliminados de
los pulmones a través de la sangre. Estas funciones se llevan a cabo mediante la
ventilación, la difusión y el flujo sanguíneo, respectivamente.
La figura 2-1 es un esquema muy simplificado de un pulmón. Los diversos
bronquios que constituyen las vías respiratorias de conducción (v. figs. 1-3 y 1-4)
se representan ahora con un solo tubo señalado como «espacio muerto anató-
mico», que conduce a la región pulmonar de intercambio de gases, que está
rodeada por la membrana alveolocapilar y la sangre de los capilares pulmonares.
Con cada inspiración, entran en el pulmón unos 500 ml de aire (volumen corriente)
y aproximadamente sale el mismo volumen. Obsérvese qué proporción tan pe
queña del volumen pulmonar total está representada por el espacio muerto
anatómico. Cuanto mayor es el volumen del espacio muerto, menor es el volumen
de aire fresco que entra en los alvéolos. Obsérvese también lo pequeño que es el
volumen de sangre capilar en comparación con el volumen de aire alveolar (com-
párese con la fig. 1-7).
Volúmenes pulmonares
Antes de observar el movimiento del aire en el interior de los pulmones, es útil
mirar brevemente los volúmenes pulmonares estáticos. Algunos de ellos pueden
medirse con un espirómetro (fig. 2-2). Obsérvese que ahora los dispositivos elec-
trónicos han sustituido al espirómetro de agua que se muestra en esta figura.
VOLÚMENES FLUJOS
Ventilación alveolar
5 250 ml/min
Aire alveolar
3 000 ml
–~
–1
Figura 2-1. Esquema de un pulmón que muestra los volúmenes y los flujos típicos.
Existe una variación considerable en torno a estos valores en función del tamaño y el sexo
del paciente.
16 CAPÍTULO 2
8
Papel
Capacidad
6 pulmonar Espirómetro
total
Capacidad
vital
Litros
4
Volumen Lápiz
corriente
2
Capacidad
residual Volumen
funcional residual
0
Figura 2-2. Volúmenes pulmonares. Obsérvese que la capacidad pulmonar total, la capa
cidad residual funcional y el volumen residual no pueden medirse con el espirómetro.
C1 C2
V1
V2
P V
donde P3 y P4 son las presiones en la boca antes y después del esfuerzo inspirato-
rio, y V2 es la FRC. Así, puede obtenerse la FRC.
El pletismógrafo corporal mide el volumen total de aire en los pulmones,
incluso el que pueda quedar atrapado más allá de vías respiratorias cerradas (en la
fig. 7-9, se muestra un ejemplo) y, que por lo tanto, no se comunica con la boca.
Por el contrario, el método de dilución de helio sólo mide gas que se comunica, o
volumen pulmonar ventilado. En las personas jóvenes y sanas, estos volúmenes
son prácticamente iguales, pero en pacientes con neumopatías, el volumen venti-
lado puede ser considerablemente inferior al volumen total, a causa del aire atra-
pado más allá de las vías respiratorias obstruidas.
Volúmenes pulmonares
Ventilación
Supongamos que el volumen exhalado con cada respiración es de 500 ml (fig. 2-1)
y que la frecuencia respiratoria es de 15 resp/min. El volumen total que abandona
los pulmones cada minuto será, entonces, 500 × 15 = 7 500 ml/min. Esto se conoce
como ventilación total o ventilación por minuto. El volumen de aire que entra en los
pulmones es ligeramente superior, porque se capta más oxígeno que el dióxido de
carbono que se expulsa.
Sin embargo, no todo el aire que pasa por los labios alcanza el comparti-
miento aéreo alveolar, que es donde se produce el intercambio de gases. De
cada 500 ml inhalados en la figura 2-1, 150 ml permanecen por detrás del espacio
muerto anatómico. Así, el volumen de aire fresco que entra en la zona respiratoria
cada minuto es de (500 – 150) × 15 o 5 250 ml/min. Es lo que se denomina venti-
lación alveolar, y tiene una importancia clave porque representa la cantidad de aire
fresco inspirado que está disponible para el intercambio de gases (estrictamente,
la ventilación alveolar también se mide en espiración, aunque el volumen es casi el
mismo). Obsérvese que aunque sólo entran 350 ml de aire fresco en los alvéolos
con cada respiración, aún así el volumen alveolar se expande al tamaño completo
del volumen corriente, ya que los 150 ml de aire que quedan en el espacio muerto
anatómico al final de la espiración previa son arrastrados hasta los alvéolos con
cada respiración antes de que entre el aire fresco.
La ventilación total puede medirse fácilmente haciendo que el paciente respire
a través de una caja de distribución que separa el aire inspirado del espirado, y
VENTILACIÓN 19
recogiendo todo el aire espirado en una bolsa. La ventilación alveolar es más difí-
cil de determinar. Un modo consiste en medir el volumen del espacio muerto
anatómico (v. más adelante) y calcular la ventilación del espacio muerto (volu-
men × frecuencia respiratoria). Esto se resta luego de la ventilación total.
Se puede resumir todo convenientemente con símbolos (fig. 2-5). Usando V
para indicar volumen, y los subíndices T, D y A para indicar corriente (tidal),
espacio muerto (dead space) y alveolar, respectivamente:
VT = VD + VA*
por lo tanto,
VT · n = VD · n + VA · n
VD
VT
FI FE
* Obsérvese que VA aquí significa volumen de aire alveolar en el volumen corriente y no volumen de aire
alveolar total en los pulmones.
20 CAPÍTULO 2
volumen corriente es más eficaz porque esto reduce la fracción de cada respiración
ocupada por el espacio muerto anatómico (que a veces se denomina fracción de
espacio muerto).
Otro modo de medir la ventilación alveolar en personas sanas es a partir de la
concentración de CO2 en el aire espirado (fig. 2-5). Como no se produce inter-
cambio alguno de gases en el espacio muerto anatómico, no existe aquí CO2 al
final de la inspiración (se puede despreciar la pequeña cantidad de CO2 en el aire).
Así, como todo el CO2 espirado procede del aire alveolar,
· · % CO2
Vco2 = VA ×
100
El cociente % CO2/100 se denomina, con frecuencia, fracción de CO2, y se
representa por Fco2.
Por lo tanto,
· ·
Vco2 = VA × Fco2
y reordenando,
·
· Vco2
VA =
Fco2
A Inicio de
la inspiración
80
O2
Concentración de N2 (%)
Final de
la espiración
Registro
40
Tubo de
muestreo
Meseta
alveolar
Inicio de la
espiración Medidor
de N2
0
0 5 10
Tiempo (s)
B
Concentración de N2 (%)
40
A
B
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
Volumen espirado (l)
Figura 2-6. Método de Fowler para medir el espacio muerto anatómico con un analiza
dor rápido de N2. A) Muestra que, tras una inspiración de prueba con O2 al 100 %, la concen
tración de N2 aumenta durante la espiración hasta casi un nivel «meseta», que representa
aire alveolar puro. B) La concentración de N2 se representa frente al volumen espirado, y el
espacio muerto es el volumen hasta la línea vertical discontinua, que hace que las áreas A y
B sean iguales.
22 CAPÍTULO 2
representa gas alveolar puro. Esta fase se denomina a menudo «meseta» alveolar,
aunque en las personas sanas no es muy aplanada, y en los pacientes con neumopa-
tías puede elevarse de forma empinada. También se registra el volumen espirado.
El espacio muerto se obtiene representando la concentración de N2 frente al
volumen espirado y trazando una línea vertical, de modo que el área A es igual
al área B en la figura 2-6B. El espacio muerto es el volumen espirado hasta la
línea vertical. En efecto, este método mide el volumen de las vías respiratorias de
conducción hacia el punto medio de la transición desde el espacio muerto al aire
alveolar.
VT · Feco2 = VA · Faco2
Ahora,
VT = VA + VD
Por tanto,
VA = VT – VD
Sustituyendo:
VT · Feco2 = (VT – VD) · Faco2
De donde:
VD Paco2 – Peco2
= (ecuación de Bohr)
VT Paco2
VD Paco2 – Peco2
=
VT Paco2
Debe señalarse que los métodos de Fowler y de Bohr miden cosas algo diferen-
tes. El método de Fowler mide el volumen de las vías respiratorias de conducción
hacia el nivel en que se produce la dilución rápida del aire inspirado con aire que
ya había en los pulmones. Este volumen se determina por la geometría de las vías
respiratorias que se expanden rápidamente (v. fig. 1-5) y, como refleja la morfolo-
VENTILACIÓN 23
Ventilación
100
Ventilación/unidad de volumen
133Xe Contadores
de radiación
80
60
40
20
Zona Zona Zona
0 inferior media superior
Distancia
CO NCE P TOS C L AV E
1. Los volúmenes pulmonares que no pueden medirse con un espirómetro senci-
llo son la capacidad pulmonar total, la capacidad residual funcional y el volu-
men residual, que sí pueden determinarse mediante el método de dilución de
helio o con un pletismógrafo corporal.
2. La ventilación alveolar es el volumen de aire fresco (no del espacio muerto)
que entra en la zona respiratoria por minuto. Puede determinarse a partir de
la ecuación de la ventilación alveolar, es decir, la producción de CO2 dividida
por la fracción de CO2 en el aire espirado.
3. La concentración de CO2 (y, por lo tanto, su presión parcial) en el aire alveolar
y en la sangre arterial es inversamente proporcional a la ventilación alveolar.
4. El espacio muerto anatómico es el volumen de las vías respiratorias de conduc-
ción, y puede medirse a partir de la concentración de nitrógeno tras una sola
inspiración de oxígeno.
5. El espacio muerto fisiológico es el volumen pulmonar que no elimina CO2. Se
mide por el método de Bohr utilizando CO2 arterial espirado.
6. Las regiones pulmonares inferiores ventilan mejor que las superiores, a causa
de los efectos de la gravedad sobre el pulmón.
VENTILACIÓN 25
CASO CLÍNICO
P reg untas
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
2. En el ácino pulmonar:
A. Menos del 90 % de la captación pulmonar de oxígeno se produce en los
ácinos.
B. El porcentaje de cambio de volumen de los ácinos durante la inspiración
es menor que el de todo el pulmón.
C. El volumen de los ácinos es menos del 90 % del volumen pulmonar total
con FRC.
D. A cada ácino llega un bronquíolo terminal.
E. La ventilación de los ácinos en la base pulmonar a FRC en una persona
erecta es menor que la de los ácinos del vértice.
26 CAPÍTULO 2
28
DIFUSIÓN 29
Leyes de la difusión
La ley de Fick describe la difusión a través de los tejidos (fig. 3-1). Esta ley esta-
blece que el índice de transferencia de un gas a través de una lámina de tejido
parecida a un sello es proporcional a la superficie tisular y a la diferencia de
presión parcial del gas entre los dos lados, e inversamente proporcional al grosor
del tejido. Como ya hemos visto, la superficie de la membrana alveolocapilar en
los pulmones es enorme (50 m2 a 100 m2), y el grosor es sólo de 0,3 μm en muchos
puntos (v. fig. 1-1), de modo que las dimensiones de esta membrana son ideales
para la difusión. Además, el índice de transferencia es proporcional a una cons-
tante de difusión, que depende de las propiedades del tejido y del gas concreto.
La constante es proporcional a la solubilidad del gas, e inversamente proporcio-
nal a la raíz cuadrada del peso molecular (fig. 3-1). Esto significa que el CO2
difunde unas 20 veces más rápidamente que el O2 a través de láminas tisulares,
porque su solubilidad es mucho mayor, pero su peso molecular no es muy dife-
rente.
solubilidad
Áre D∝
O2 a (A Peso mol.
)
P1
CO2
Grosor (T)
Principio Final
del capilar del capilar
Alveolar
N 2O
O2 (Normal)
Presión parcial
O2 (Alterada)
CO
Figura 3-2. Captación de monóxido de carbono, óxido nitroso y O2 a lo largo del capilar
pulmonar. Obsérvese que la presión parcial en sangre del óxido nitroso alcanza práctica
mente la del aire alveolar muy al principio del capilar, de forma que la transferencia de este
gas está limitada por la perfusión. Por el contrario, la presión parcial del monóxido de car
bono en la sangre casi no varía, por lo que su transferencia está limitada por la difusión. La
transferencia de O2 puede estar limitada por perfusión o limitada, en parte, por la difusión,
dependiendo de las situaciones.
DIFUSIÓN 31
exacta debido al índice de reacción del monóxido de carbono con la hemoglobina (v. más adelante).
32 CAPÍTULO 3
iguales. Como analogía, pensemos en la velocidad con que unas ovejas pueden
entrar en un campo a través de una entrada. Si la entrada es estrecha, pero el
campo es grande, la cantidad de ovejas que pueden entrar en un tiempo determi-
nado está limitada por el tamaño de la entrada. Sin embargo, si tanto la entrada
como el campo son pequeños (o ambos son grandes), el número de ovejas está
limitado por el tamaño del campo.
A
Alveolar
100
Normal
Alterada
Po2 mm Hg
50
Muy alterada
Esfuerzo
0
0 0,25 0,50 0,75
Figura 3-3. Curso temporal
del oxígeno en el capilar pulmo
nar cuando la difusión es normal
B Alveolar y cuando está alterada (p. ej., a
50 causa del engrosamiento de la
Normal membrana alveolocapilar por una
Alterada enfermedad). A) Muestra el curso
Po2 mm Hg
El oxígeno fluye a favor de este gran gradiente de presión, y la Po2 del hematíe
aumenta rápidamente; en realidad, como ya se ha visto, casi alcanza la Po2 del aire
alveolar en el momento en que el hematíe sólo ha recorrido un tercio de su camino
a lo largo del capilar. Así, en circunstancias normales, la diferencia de Po2 entre el
aire alveolar y la sangre al final del capilar es inmensurablemente pequeña (una
mera fracción de 1 mm Hg). En otras palabras, las reservas de difusión de los pul-
mones sanos son enormes.
Con un esfuerzo intenso, el flujo sanguíneo pulmonar aumenta notablemente,
y el tiempo que normalmente pasa el hematíe en el capilar (alrededor de 0,75 s)
puede disminuir hasta tan sólo la tercera parte. Por lo tanto, el tiempo disponible
para la oxigenación es menor, aunque en personas sanas que respiran aire no suele
producirse aún una disminución mensurable en la Po2 al final del capilar. Sin
embargo, si la membrana alveolocapilar está muy engrosada por alguna causa
patológica, de modo que se impida la difusión del oxígeno, el índice de aumento
de la Po2 en los hematíes es correspondientemente lento, y la Po2 puede no alcan-
zar la del aire alveolar antes del tiempo disponible para la oxigenación en el capi-
lar. En este caso, puede producirse una diferencia mensurable entre la Po2 del aire
alveolar y la de la sangre al final de los capilares.
Otro modo de subrayar las propiedades de difusión de los pulmones es dismi-
nuir la Po2 alveolar (fig. 3-3B). Supongamos que se ha disminuido a 50 mm Hg,
porque la persona ha ascendido a una gran altitud o porque ha inhalado una mez-
cla con escaso O2. Ahora, aunque la Po2 en el hematíe al principio del capilar
puede ser sólo de unos 20 mm Hg, la diferencia de presión parcial responsable de
conducir el O2 a través de la membrana alveolocapilar ha disminuido desde
60 mm Hg (fig. 3-3A) a sólo 30 mm Hg. El O2 atraviesa, por tanto, más lenta-
mente. Además, la velocidad del aumento de la Po2 para un determinado aumento
de la concentración de O2 en la sangre es menor de la que era, a causa de la escar-
pada pendiente de la curva de disociación para el O2 cuando la Po2 es baja (v. cap. 6).
Por ambas razones, por lo tanto, el aumento de la Po2 a lo largo del capilar es
relativamente lento, y es más probable que no se pueda alcanzar la Po2 alveolar.
Así, el esfuerzo intenso a una gran altitud es una de las pocas situaciones en las que
puede demostrarse, de modo convincente, la alteración de la difusión de la trans-
ferencia de O2 en personas sanas. De modo análogo, será más probable que los
pacientes con un engrosamiento de la membrana alveolocapilar muestren signos
de alteración de la difusión si respiran una mezcla con escaso oxígeno, especial-
mente si también realizan esfuerzos.
· A
Vgas = · D · (P1 – P2)
T
donde P1 y P2 son las presiones parciales del aire alveolar y de la sangre capilar,
respectivamente. Como ya se ha visto (fig. 3-2), la presión parcial del monóxido de
carbono en la sangre capilar es extremadamente pequeña y, generalmente, puede
despreciarse. Así:
·
Vco
DL =
Paco
Pared
alveolar
Hematíe
Alvéolo
O2 O2 + Hb → HbO2
DM θ • Vc
Figura 3-4. La capacidad de difusión
del pulmón (DL) consta de dos compo
nentes: el debido al propio proceso de
difusión y el atribuible al tiempo que
1 1 1 tarda el O2 (o el CO) en reaccionar con la
= +
DL DM θ • Vc hemoglobina.
1 1 1
= +
DL DM θ · Vc
Interpretación de la capacidad
de difusión para el CO
Está claro que la capacidad de difusión medida del pulmón para el CO depende,
no sólo del área y el grosor de la membrana alveolocapilar, sino también del volu-
men de sangre en los capilares pulmonares. Además, en los pulmones enfermos, la
determinación se ve afectada por la distribución de las propiedades de difusión, el
volumen alveolar y la sangre capilar. Por estas razones, en ocasiones (sobre todo
en Europa) se usa el término factor de transferencia para destacar que la medición
no refleja únicamente las propiedades de difusión del pulmón.
C onceptO s C L AV E
1. La ley de Fick establece que la velocidad de difusión de un gas a través de
una lámina de tejido es proporcional al área de la lámina y a la diferencia
de presión parcial a través de ella, e inversamente proporcional al grosor de
la lámina.
2. El monóxido de carbono y el óxido nitroso son ejemplos de gases limita-
dos por la difusión y por la perfusión, respectivamente. La transferencia de
oxígeno está limitada normalmente por la perfusión, pero puede producirse
alguna limitación por la difusión en algunas situaciones, entre ellas el esfuerzo
intenso, el engrosamiento de la membrana alveolocapilar y la hipoxia alveolar.
3. La capacidad de difusión pulmonar se mide usando monóxido de carbono
inhalado. El valor aumenta notablemente con el esfuerzo.
4. La velocidad de reacción finita del oxígeno con la hemoglobina puede dis-
minuir su velocidad de transferencia a la sangre, y el efecto es similar al de la
disminución de la velocidad de difusión.
5. La transferencia de dióxido de carbono a través de la membrana alveolocapilar
probablemente no está limitada por la difusión.
38 CAPÍTULO 3
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
1. Usando la ley de Fick de difusión de los gases a través de una lámina tisular, si
un gas X tiene una solubilidad y una densidad cuatro veces superiores a las de
otro gas Y, ¿cuál es el cociente entre las velocidades de difusión de X con res-
pecto a Y?
A. 0,25
B. 0,5
C. 2
D. 4
E. 8
DIFUSIÓN 39
2. Una persona que realiza esfuerzo respira una baja concentración de CO en una
situación de equilibrio. Si la Pco alveolar es de 0,5 mm Hg y la captación de
CO es de 30 ml/min, ¿cuál es la capacidad de difusión del pulmón para el CO
en ml/min/mm Hg?
A. 20
B. 30
C. 40
D. 50
E. 60
4. Si una persona realiza varias respiraciones de una mezcla de gases que con-
tenga concentraciones bajas de monóxido de carbono y óxido nitroso:
A. Las presiones parciales del monóxido de carbono en el aire alveolar y en la
sangre al final de los capilares serán prácticamente iguales.
B. Las presiones parciales del óxido nitroso en el aire alveolar y en la sangre
al final de los capilares serán muy diferentes.
C. El monóxido de carbono se transfiere a la sangre en toda la longitud del
capilar.
D. Se captará poco óxido nitroso en la parte inicial del capilar.
E. Puede usarse la captación del óxido nitroso para medir la capacidad de
difusión del pulmón.
8. Una mujer de 58 años que toma ibuprofeno desde hace mucho tiempo para la
artrosis acude a su médico debido a un cansancio excesivo. Las pruebas ana
líticas revelan una concentración de hemoglobina de 9 g/dl (normal 13 g/dl a
15 g/dl). ¿Cuál de las siguientes anomalías es más probable que se observe?
A. Disminución de la capacidad de difusión para el monóxido de carbono.
B. Disminución de la capacidad residual funcional.
C. Disminución del volumen residual.
D. Aumento del espacio muerto fisiológico.
E. Aumento de la ventilación a las zonas pulmonares superiores.
FLUJO SANGUÍNEO
Y MetabolismO
Cómo la circulación
pulmonar elimina gases
de los pulmones y altera
algunos metabolitos
4
• Presiones en el interior de los
vasos sanguíneos pulmonares V eremos ahora cómo se eliminan de
los pulmones los gases respiratorios. En primer
• Presiones alrededor de los
vasos sanguíneos pulmonares lugar, se consideran las presiones dentro y
fuera de los vasos sanguíneos pulmonares y,
• Resistencia vascular pulmonar a continuación, se comentará la resistencia
• Medición del flujo sanguíneo vascular pulmonar. Explicaremos después
pulmonar la medición del flujo sanguíneo pulmonar total
y su distribución desigual causada por
• Distribución del flujo
la gravedad. Seguiremos con el control activo
sanguíneo
de la circulación, y con el equilibrio hídrico
• Control activo de en los pulmones. Finalmente, se abordan
la circulación otras funciones de la circulación pulmonar,
• Equilibrio hídrico en particularmente las funciones metabólicas
los pulmones de los pulmones.
• Otras funciones de la
circulación pulmonar
• Funciones metabólicas
de los pulmones
41
42 CAPÍTULO 4
25 120
0 0
VD VI 20
Cap Cap
AD AI
~ 2 5
–8
10
Vena Vena
es, por lo tanto, muy pulsátil. Por el contrario, la presión media en la aorta es de
unos 100 mm Hg, unas seis veces más que en la arteria pulmonar. Las presiones en
las aurículas derecha e izquierda no difieren mucho: unos 2 y 5 mm Hg, respectiva-
mente. Así, las diferencias de presión de la entrada y la salida de los sistemas pul-
monar y sistémico son, aproximadamente, de (15 – 5) = 10 y (100 – 2) = 98 mm Hg,
respectivamente: un factor de 10.
En armonía con estas bajas presiones, las paredes de la arteria pulmonar y sus
ramas son muy delgadas, y contienen relativamente poca musculatura lisa (se con-
funden fácilmente con venas). Esto contrasta llamativamente con la circulación
sistémica, donde las arterias generalmente tienen paredes gruesas y las arteriolas,
en particular, cuentan con abundante musculatura lisa.
Las razones para estas diferencias quedan claras cuando se comparan las fun-
ciones de ambas circulaciones. La circulación sistémica regula el aporte de sangre
a diversos órganos, entre ellos los que pueden estar muy por encima del nivel del
corazón (el brazo estirado hacia arriba, por ejemplo). Por el contrario, se necesi-
tan los pulmones para aceptar todo el gasto cardíaco en todo momento. Rara vez
tiene que ver con dirigir sangre de una región a otra (una excepción es la hipoxia
alveolar localizada; v. más adelante), y su presión arterial es, por lo tanto, tan baja
como acorde con la elevación de la sangre hacia el vértice pulmonar. Esto man-
tiene el trabajo del corazón derecho tan reducido como conviene para que se
produzca un eficaz intercambio de gases en los pulmones.
La presión en el interior de los capilares pulmonares es desconocida. El mejor
dato sugiere que se encuentra, aproximadamente, a medio camino entre la presión
arterial y la presión venosa pulmonares, y que, probablemente, gran parte de la
caída de presión se produce en el interior del propio lecho capilar. Ciertamente,
la distribución de presiones a lo largo de la circulación pulmonar es mucho más
simétrica que en su equivalente sistémica, donde la mayor parte de la caída de pre-
sión se produce justo antes de llegar a los capilares (fig. 4-1). Además, la presión
dentro de los capilares pulmonares varía considerablemente por todo el pulmón, a
causa de efectos hidrostáticos (v. más adelante).
Vasos
extraalveolares
¿Qué presión es la que rodea a las arterias y venas pulmonares? Puede ser con-
siderablemente inferior a la presión alveolar. Cuando el pulmón se expande, estos
vasos sanguíneos de mayor tamaño se abren por la tracción radial del parénquima
pulmonar elástico que los rodea (figs. 4-2 y 4-3). En consecuencia, la presión
eficaz a su alrededor es baja; de hecho, hay algunos datos que indican que esta
presión es incluso inferior a la presión que rodea a todo el pulmón (presión intra-
pleural). Esta paradoja puede explicarse por la ventaja mecánica que se produce
cuando una estructura relativamente rígida, como un vaso sanguíneo o un bron-
quio, está rodeada por un material elástico que se expande rápidamente, como el
Figura 4-3. Corte de un pulmón, que muestra muchos alvéolos y un vaso extraalveolar
(en este caso, una pequeña vena) con su envoltura perivascular.
FLUJO SANGUÍNEO Y METABOLISMO 45
parénquima pulmonar. En todo caso, tanto las arterias como las venas aumentan
su calibre cuando el pulmón se expande.
El comportamiento de los capilares y de los vasos sanguíneos de mayor tamaño
es tan diferente que, a menudo, se alude a ellos como vasos alveolares y vasos
extraalveolares respectivamente (fig. 4-2). Los vasos alveolares están expuestos a la
presión alveolar, e incluyen a los capilares y los vasos ligeramente mayores en las
esquinas de las paredes alveolares. Su calibre está determinado por la relación
entre la presión alveolar y la presión en su interior. Los vasos extraalveolares son
todas las arterias y venas que discurren por todo el parénquima pulmonar. Su
calibre está muy afectado por el volumen pulmonar, porque esto determina el
empuje expansivo del parénquima sobre sus paredes. Los vasos sanguíneos muy
grandes que se encuentran cerca del hilio están por fuera de la sustancia pulmonar,
y están expuestos a la presión intrapleural.
Los cardiólogos expresan, a veces, la resistencia vascular pulmonar en dinas · s · cm-5. El valor normal
1
300
Resistencia vascular pulmonar (cm H2O/ l /min)
200
Aumento de presión
arterial
Figura 4-4. Descenso de
la resistencia vascular pul
monar cuando aumenta la
presión arterial o venosa pul
100
monar. Cuando se cambió la
Aumento de presión presión arterial, la presión
venosa venosa se mantuvo constante
a 12 cm H2O, y cuando se cam
bió la presión venosa, la pre
0 sión arterial se mantuvo a
10 20 30 40 37 cm H2O. (Datos de una pre
Presión arterial o venosa (cm H2O) paración de un pulmón de ani
mal extirpado.)
que permiten la regulación del flujo sanguíneo hacia diversos órganos del cuerpo.
La circulación pulmonar no tiene estos vasos, y parece tener una resistencia tan
baja que es compatible con la distribución de sangre en una delgada película sobre
una amplia superficie en las paredes alveolares.
Aunque la resistencia vascular pulmonar normal es extraordinariamente pe
queña, tiene una notable facilidad para disminuir aun más cuando aumenta la pre-
sión en el interior de los vasos. La figura 4-4 muestra que un aumento en la
presión arterial pulmonar o en la venosa hace que la resistencia vascular pulmonar
disminuya. Dos son los mecanismos responsables de ello. En condiciones norma-
les, algunos capilares están cerrados o abiertos pero sin flujo de sangre. Cuando la
presión aumenta, estos vasos empiezan a conducir sangre, con lo que disminuye
la resistencia global. Es lo que se denomina reclutamiento (fig. 4-5), que es, apa-
rentemente, el principal mecanismo de la disminución de la resistencia vascular
pulmonar que se produce cuando la presión arterial pulmonar asciende desde
niveles bajos. No se conoce bien la razón por la que algunos vasos no están per-
fundidos con presiones de perfusión bajas, pero quizá se deba a diferencias aleato-
rias en la geometría del complejo retículo (v. fig. 1-6), que da lugar a canales
preferentes para el flujo.
Con presiones vasculares más elevadas, se produce un ensanchamiento de seg-
mentos capilares individuales. Este aumento de calibre, o distensión, es muy sor-
prendente, teniendo en cuenta la membrana tan delgada que separa el capilar del
espacio alveolar (v. fig. 1-1). Probablemente, la distensión es, fundamentalmente,
un cambio de forma de los capilares, desde casi planos a más circulares. Hay datos
que indican que la pared de los capilares es muy resistente al estiramiento. La
distensión es, aparentemente, el mecanismo predominante de la caída de la resis-
tencia vascular pulmonar con presiones vasculares relativamente elevadas. Sin
embargo, es frecuente que el reclutamiento y la distensión se produzcan al mismo
tiempo.
Otro importante factor determinante de la resistencia vascular pulmonar es el
volumen pulmonar. El calibre de los vasos extraalveolares (fig. 4-2) está determi-
nado por un equilibrio entre varias fuerzas. Como ya hemos visto, se abren cuando
los pulmones se expanden. Debido a ello, su resistencia vascular es baja con volú-
menes pulmonares grandes. Por otro lado, sus paredes contienen músculo liso y
tejido elástico, que resiste la distensión y tiende a reducir el calibre de los vasos.
En consecuencia, tienen una resistencia elevada cuando el volumen pulmonar es
bajo (fig. 4-6). Realmente, si el pulmón está completamente colapsado, el tono de
la musculatura lisa de estos vasos es tan eficaz que la presión en la arteria pul
monar tiene que aumentar varios centímetros de agua por encima de la presión
aguas abajo antes de que haya flujo alguno. Es lo que se denomina presión crítica de
apertura.
¿Está la resistencia vascular de los capilares influida por el volumen pulmonar?
Esto depende de si la presión alveolar cambia con respecto a la presión dentro
de los capilares, es decir, si se altera su presión transmural. Si la presión alveolar
aumenta con respecto a la presión capilar, los vasos tienden a aplastarse, y su resis-
Vaso
extraalveolar
120
Resistencia vascular (cm H2O/ l /min)
Capilar
tencia aumenta. Es lo que suele ocurrir cuando una persona sana inspira pro
fundamente, porque la presión vascular desciende. (El corazón está rodeado
por presión intrapleural, que disminuye con la inspiración.) Sin embargo, las pre-
siones en la circulación pulmonar no permanecen estables tras una maniobra
de este tipo. Un factor adicional es que el calibre de los capilares disminuye con
unos volúmenes pulmonares grandes debido al estiramiento de las paredes. Una
analogía sería un trozo de tubo de goma de paredes finas que se estira a través de
su diámetro, con lo cual el calibre se reduce mucho. Así, incluso si la presión trans-
mural de los capilares no varía con grandes insuflaciones pulmonares, su resisten-
cia vascular aumenta (fig. 4-6).
Debido al papel que desempeña la musculatura lisa en la determinación del
calibre de los vasos extraalveolares, las sustancias que producen contracción de la
musculatura aumentan la resistencia vascular pulmonar. Entre ellas se encuentran
la serotonina, la histamina, la norepinefrina y la endotelina. El importante papel
de la hipoxia se expone luego. Estos fármacos son vasoconstrictores especialmente
eficaces cuando el volumen pulmonar es bajo y las fuerzas de expansión que actúan
sobre los vasos son débiles. Las sustancias que pueden relajar la musculatura lisa
en la circulación pulmonar comprenden la acetilcolina, los inhibidores de la fos-
fodiesterasa, los antagonistas del calcio y la prostaciclina (PGI2).
150
Flujo sanguíneo/unidad de volumen
Contadores
de radiación 100
50
Base Vértice
0
0 5 10 15 20 25
Distancia hasta el pulmón (cm)
Zona 1
PA > Pa > Pv
Alveolar Zona 2
Pa > PA > Pv
PA
Pa Pv
Arterial Venosa
Distancia
Zona 3
Pa > Pv > PA
Flujo sanguíneo
Más abajo (zona 2), la presión arterial pulmonar aumenta a causa del efecto
hidrostático, y supera la presión alveolar. Sin embargo, la presión venosa sigue
siendo muy baja y menor que la presión alveolar, lo que lleva a unas peculiares
características de la relación presión-flujo. En estas condiciones, el flujo sanguí-
neo está determinado por la diferencia entre las presiones arterial y alveolar (no la
diferencia habitual arteriovenosa de presión). En realidad, la presión venosa
carece de influencia sobre el flujo, salvo que supere a la presión alveolar.
Un tubo de goma flexible en el interior de una cámara de vidrio puede ser un
modelo de este comportamiento (fig. 4-9). Cuando la presión de la cámara es
mayor que la presión de salida, el tubo de goma se colapsa en su extremo aguas
abajo, y la presión en el tubo en este punto limita el flujo. El lecho capilar pulmo-
nar es, claramente, muy diferente de un tubo de goma; sin embargo, el comporta-
miento global es similar y, con frecuencia, se denomina resistor de Starling, efecto
compuerta o cascada. Como la presión arterial aumenta al descender de zona,
pero la presión alveolar es la misma en todo el pulmón, la diferencia de presión
responsable del flujo aumenta. Además, por debajo de esta zona se produce un
reclutamiento cada vez mayor de capilares.
En la zona 3, la presión venosa supera a la presión alveolar, y el flujo viene
determinado, del modo habitual, por la diferencia arteriovenosa de presión.
Aparentemente, el aumento del flujo sanguíneo por debajo de esta región pulmo-
nar se debe, principalmente, a la distensión de los capilares. La presión en el inte-
rior de éstos (que se encuentra entre la arterial y la venosa) aumenta al descender
de zona, mientras que la presión en el exterior (alveolar) permanece constante.
Así, la presión transmural aumenta y, realmente, las medidas muestran que su
amplitud media aumenta. El reclutamiento de vasos anteriormente cerrados tam-
bién puede intervenir algo en el aumento del flujo sanguíneo al descender de esta
zona.
El esquema que se muestra en la figura 4-8 resume el papel que desempeñan
los capilares en la determinación de la distribución del flujo sanguíneo. Con vo
lúmenes pulmonares bajos, la resistencia de los vasos extraalveolares adquiere
importancia, y se observa una disminución del flujo sanguíneo regional, que
empieza primero en la base del pulmón, donde el parénquima se expande menos
(v. fig 7-8). Esta región de flujo sanguíneo disminuido se denomina, en ocasiones,
Existen otros factores que causan desigualdad del flujo sanguíneo en el pul-
món. La disposición compleja y en parte aleatoria de los vasos sanguíneos y
capilares (v. fig. 1-6) produce una cierta desigualdad de flujo sanguíneo en cual-
quier nivel pulmonar. También hay pruebas de que el flujo sanguíneo disminuye
a lo largo del ácino, con partes periféricas con menor aporte sanguíneo. Algunas
mediciones sugieren que las regiones periféricas de todo el pulmón reciben
menos flujo sanguíneo que las regiones centrales. En algunos animales, algunas
regiones pulmonares parecen tener una resistencia vascular intrínsecamente
mayor.
100
80
Flujo sanguíneo (% control)
60
40
20
Figura 4-10. Efecto de la disminución de la Po2 alveolar sobre el flujo sanguíneo pulmo
nar. (Datos de un gato anestesiado.)
Alvéolos
Espacio alveolar
2
Intersticio
Figura 4-11. Dos vías Capilar
1
posibles para el líquido que Pared alveolar
sale de los capilares pul
monares. El líquido que entra
en el intersticio inicialmente
encuentra su camino en los
espacios perivasculares y pe Bronquio
ribronquiales. El líquido más
tardío atraviesa la pared al Arteria
veolar, llenando los espacios
alveolares.
Espacio perivascular
que indica la eficacia de la pared capilar para evitar el paso de proteínas a través
de ella. Así,
salida neta de líquido = K[(Pc – Pi) – s (πc – πi)]
donde K es una constante denominada coeficiente de filtración. Esto se denomina
ecuación de Starling.
Desgraciadamente, el uso práctico de esta ecuación es limitado ya que se desco-
nocen muchos de los valores. La presión coloidosmótica en el interior del capilar
es de unos 25 a 28 mm Hg. La presión hidrostática capilar se encuentra, probable-
mente, a medio camino con valores entre la presión arterial y la venosa, pero es
muy superior en la base pulmonar y no tanto en el vértice. Se desconoce la presión
coloidosmótica del líquido intersticial, pero es de unos 20 mm Hg en la linfa pul-
monar. Sin embargo, este valor puede ser mayor que el del líquido intersticial que
rodea los capilares. La presión hidrostática intersticial se desconoce, pero algunas
medidas muestran que está muy por debajo de la presión atmosférica. Es probable
que la presión neta de la ecuación de Starling sea hacia fuera, causando un pequeño
flujo de linfa de unos 20 ml/h en los seres humanos en condiciones normales.
¿Dónde va el líquido cuando deja los capilares? La figura 4-11 muestra que
el líquido que sale al intersticio de la pared alveolar atraviesa el espacio inters
ticial hasta los espacios perivascular y peribronquial dentro del pulmón.
Numerosos linfáticos recorren los espacios perivasculares, y ayudan a transpor-
tar el líquido hacia los ganglios linfáticos hiliares. Además, la presión en estos
espacios perivasculares es baja, con lo que se forma un sumidero natural para el
drenaje de líquido (compárese con la fig. 4-2). La forma inicial del edema pul-
monar 2 se caracteriza por la congestión de estos espacios peribronquiales y peri-
vasculares, y se denomina edema intersticial. El índice de flujo linfático desde
Para una explicación más extensa sobre el edema pulmonar, véase JB West, Fisiopatología pulmonar,
2
es hasta 50 veces más activa que su precursora, no se afecta por el paso a través de
los pulmones. La conversión de la angiotensina I está catalizada por la enzima
de conversión de la angiotensina (ECA), que se localiza en pequeñas fositas en la
superficie de las células del endotelio capilar.
Muchas sustancias vasoactivas se inactivan, parcialmente o completamente,
durante el paso a través de los pulmones. La bradicinina se inactiva en gran medida
(hasta un 80 %), y la enzima responsable es la ECA. Los pulmones son el principal
punto de inactivación de la serotonina (5-hidroxitriptamina), aunque no por
degradación enzimática, sino por un proceso de captación y almacenamiento
(tabla 4-1). Parte de la serotonina puede transferirse a plaquetas en el pulmón, o
almacenarse de algún otro modo y liberarse durante la anafilaxia. Las prostaglan-
dinas E1, E2 y F2α también se inactivan en los pulmones, que es una fuente abun-
dante de las enzimas responsables. La noradrenalina también es captada por los
pulmones en cierta medida (hasta un 30 %). Parece que la histamina no se inactiva
a su paso por el pulmón sano, pero sí cuando éste está afectado por alguna lesión.
Algunas sustancias vasoactivas atraviesan los pulmones sin sufrir aumento ni
pérdida significativos de actividad. Entre ellas, se encuentran la adrenalina, las
prostaglandinas A1 y A2, la angiotensina II y la vasopresina (ADH).
Diversas sustancias vasoactivas y broncoactivas se metabolizan en los pulmo-
nes, y pueden liberarse a la circulación en determinadas circunstancias. Son
importantes entre ellas los metabolitos del ácido araquidónico (fig. 4-12). El
ácido araquidónico se forma por la acción de la enzima fosfolipasa A2 sobre fosfo-
lípidos unidos a las membranas celulares. Hay dos vías principales de síntesis, y las
reacciones iniciales están catalizadas por las enzimas lipooxigenasa y ciclooxige-
nasa, respectivamente. La primera produce los leucotrienos, entre ellos el media-
dor descrito originalmente como sustancia de reacción lenta de la anafilaxia
(SRS-A). Estos compuestos producen constricción de las vías respiratorias, y pue-
58 CAPÍTULO 4
Fosfolipasa A2
Ácido araquidónico
Lipooxigenasa Ciclooxigenasa
Leucotrienos Prostaglandinas,
tromboxano A2
Figura 4-12. Dos rutas del metabolismo del ácido araquidónico. Los leucotrienos se
generan por la vía de la lipooxigenasa, mientras que las prostaglandinas y el tromboxano A2
lo hacen por la vía de la ciclooxigenasa.
CO N CE P TOS C L AV E
1. Las presiones en la circulación pulmonar son muy inferiores a las de la circu-
lación sistémica. Además, los capilares están expuestos a la presión alveolar,
mientras que las presiones que rodean a los vasos extraalveolares son inferiores.
Puede encontrar más detalles en JB West, Fisiopatología pulmonar, 8.ª ed. Lippincott Williams & Wilkins.
3
Barcelona, 2013.
FLUJO SANGUÍNEO Y METABOLISMO 59
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
3. Un paciente con una afección vascular pulmonar presenta una presión arterial
y una presión venosa medias de 55 y 5 mm Hg, respectivamente, y el gasto
cardíaco es de 3 l/min. ¿Cuál será la resistencia vascular pulmonar, expresada
en mm Hg/l por minuto?
A. 0,5
B. 1,7
C. 2,5
D. 5
E. 17
5. En una medición del gasto cardíaco utilizando el principio de Fick, las concen-
traciones de O2 de la sangre venosa mixta y la sangre arterial son de 16 y
20 ml/100 ml, respectivamente, y el consumo de O2 es de 300 ml/min. El gasto
cardíaco en l/min es:
A. 2,5
B. 5
C. 7,5
D. 10
E. 75
FLUJO SANGUÍNEO Y METABOLISMO 61
11. Un varón de 45 años ingresa en el hospital con neumonía grave del lóbulo
inferior derecho y recibe ventilación mecánica. Al segundo día del ingreso,
su hipoxemia empeora y la repetición de la radiografía de tórax muestra un
aumento de las opacidades en ambos pulmones. La gasometría revela un
pH de 7,47 y una Po2 arterial de 55 mm Hg, mientras que la ecocardiografía
muestra una función del ventrículo izquierdo y un tamaño de la aurícula
izquierda normales, pero una presión arterial pulmonar sistólica considera-
blemente aumentada. ¿Cuál de los siguientes factores es probable que expli-
que los datos obtenidos en esta ecocardiografía?
A. Disminución de la Po2 alveolar.
B. Disminución de la Po2 arterial.
C. Disminución de la actividad del sistema nervioso simpático.
D. Aumento del pH sanguíneo.
E. Aumento de la presión venosa pulmonar.
Hasta aquí, hemos considerado el desplazamiento del aire hacia y desde la mem-
brana alveolocapilar, la difusión de gases a través de ella, y el desplazamiento de
sangre hacia y desde la membrana. Sería natural suponer que, si todos estos pro-
cesos fueran adecuados, estaría asegurado un intercambio de gases normal en los
pulmones. Desgraciadamente, no sucede así, porque el ajuste entre la ventilación
y el flujo sanguíneo en varias regiones pulmonares es esencial para que se pro-
duzca un intercambio de gases adecuado. Realmente, el desequilibrio entre la ven-
tilación y el flujo sanguíneo es responsable de la mayor parte del intercambio de
gases defectuoso en las enfermedades pulmonares.
Después de realizar un análisis preliminar de la transferencia normal de O2,
examinaremos las principales razones por las cuales las personas presentan hipoxe-
mia, es decir, una Po2 anormalmente baja en la sangre arterial. A continuación
consideraremos tres causas relativamente simples de deterioro del intercambio de
gases: hipoventilación, limitación de la difusión y cortocircuito, y luego analizare-
mos en mayor detalle el tema importante (pero difícil) de cómo las relaciones
entre la ventilación y el flujo sanguíneo determinan el intercambio de gases.
150
Aire
Pulmones y sangre
PO 2 mm Hg
100
Perfecta
50 Hipoventilación
Tejidos
0
Atmósfera Mitocondrias
Figura 5-1. Esquema de las presiones parciales de O2 desde el aire a los tejidos. La línea
continua muestra una situación perfecta hipotética, y la línea discontinua indica hipoventila-
ción. La hipoventilación disminuye la Po2 en el aire alveolar y, por lo tanto, en los tejidos.
RELACIÓN ENTRE VENTILACIÓN Y PERFUSIÓN 65
poral de 37 °C, la presión del vapor de agua del aire húmedo inspirado (que está
totalmente saturado con vapor de agua) es de 47 mm Hg. Así, la Po2 del aire ins-
pirado es de (20,93/100) × (760 – 47), o 149 mm Hg (150, redondeando).
En la figura 5-1, se representa un pulmón perfecto hipotético, y muestra que
en el momento en que el O2 ha llegado a los alvéolos, la Po2 ha descendido apro-
ximadamente a 100 mm Hg es decir, un tercio. Esto es así porque la Po2 del aire
alveolar está determinada por un equilibrio entre dos procesos: por un lado, la
retirada del O2 por la sangre capilar pulmonar y, por otro, su continua reposición
por la ventilación alveolar. (Estrictamente, la ventilación alveolar no es continua,
sino respiración a respiración. Sin embargo, la fluctuación de la Po2 alveolar
con cada respiración es sólo de unos 3 mm Hg, porque el volumen corriente es
pequeño, en comparación con el volumen de aire de los pulmones, así que el pro-
ceso puede considerarse continuo.) La velocidad de retirada del O2 de los pulmo-
nes está dirigida por el consumo tisular de O2, y varía poco en situaciones de
reposo. En la práctica, por lo tanto, la Po2 alveolar está fundamentalmente deter-
minada por el nivel de ventilación alveolar. Lo mismo se aplica a la Pco2 alveolar,
que normalmente es de unos 40 mm Hg.
Cuando la sangre arterial sistémica alcanza los capilares tisulares, el O2 difunde
hasta las mitocondrias, donde la Po2 es mucho menor. La Po2 «tisular» probable-
mente difiere considerablemente por todo el organismo y, en algunas células al
menos, es de tan sólo 1 mm Hg. Sin embargo, el pulmón es un enlace esencial en
la cadena del transporte de O2, y todo descenso de la Po2 en la sangre arterial debe
producir una menor Po2 tisular, siendo otros valores iguales. Por los mismos moti-
vos, la alteración del intercambio de gases en los pulmones causa un aumento de
la Pco2.
Aunque así es como tiene lugar el intercambio normal de gases, en algunas
situaciones estos procesos se frustran y los pacientes presentan hipoxemia. Esto
puede suceder por una de varias razones, que se denominan hipoventilación, cor-
tocircuito, anomalía de la difusión y desequilibrio ventilación-perfusión.
• Hipoventilación.
• Limitación de la difusión.
• Cortocircuito.
• Desequilibrio ventilación-perfusión.
Hipoventilación
Ya hemos observado que el nivel de Po2 alveolar está determinado por un equili-
brio entre la velocidad de extracción de O2 por la sangre (que se establece por las
demandas metabólicas de los tejidos) y la velocidad de reposición de O2 por la
ventilación alveolar. Así, si la ventilación alveolar es anormalmente baja, la Po2
alveolar desciende. Por motivos similares, la Pco2 aumenta. Es lo que se conoce
como hipoventilación (fig. 5-1).
66 CAPÍTULO 5
.
Vco2
Pco2 = . ×K
VA
. .
donde Vco2 es la producción de CO2, VA es la ventilación alveolar y K es una
constante. Esto significa que, si la ventilación alveolar se reduce a la mitad, la Pco2
se duplica, una vez establecida una situación estable.
La relación entre el descenso de la Po2 y el aumento de la Pco2 que se produce
en la ventilación puede calcularse a partir de la ecuación del aire alveolar, si conoce-
mos la composición del aire inspirado y el cociente de intercambio respiratorio R.
Este último viene dado por la relación producción de CO2/consumo de O2, y está
determinado por el metabolismo de los tejidos en una situación estable. Se le
conoce, a veces, como cociente respiratorio. Una forma simplificada de la ecua-
ción del aire alveolar es:
Paco2
Pao2 = Pio2 – +F
R
Hipoventilación
LIMITACIÓN DE LA DIFUSIÓN
La figura 5-1 muestra que, en un pulmón perfecto, la Po2 de la sangre arterial sería
la misma que la del aire alveolar. En la vida real, no es así. Una de las razones es
que, aunque la Po2 de la sangre aumenta y se acerca cada vez más a la del aire
alveolar, a medida que la sangre atraviesa el capilar pulmonar (v. fig. 3-3), nunca
puede llegar a alcanzarla. En condiciones normales, la diferencia de Po2 entre el
aire alveolar y la sangre al final de los capilares que resulta de la difusión incom-
pleta, es inmensurablemente pequeña, pero se muestra de forma esquemática en
la figura 5-2. Como hemos visto, la diferencia puede hacerse mayor durante el
esfuerzo, o cuando la membrana alveolocapilar se vuelve más gruesa, o si se inhala
una mezcla con escaso O2 (v. fig. 3-3B). No obstante, la limitación de la difusión
casi nunca provoca hipoxemia en reposo a nivel del mar, ni siquiera en presencia
de enfermedad pulmonar, porque los hematíes pasan tiempo suficiente en el capi-
lar pulmonar como para permitir un equilibrio casi completo.
150
Aire
PO2 mm Hg
100
Gas Capilar Arteria
50 Difusión Cortocircuito
Tejidos
0
Atmósfera Mitocondrias
Figura 5-2. Esquema de la transferencia de O2 desde el aire a los tejidos que muestra la
disminución de la Po2 arterial causada por difusión y cortocircuito.
68 CAPÍTULO 5
Cortocircuito
Otra razón por la que la Po2 de la sangre arterial es inferior a la del aire alveolar es
la sangre que se desvía. El término cortocircuito (o shunt) se refiere a sangre que
entra en el sistema arterial sin pasar por áreas ventiladas del pulmón. En el pul-
món sano, las venas pulmonares recogen parte de la sangre arterial bronquial tras
perfundir los bronquios y vaciar parcialmente su O2. Otra fuente es una pequeña
cantidad de sangre venosa coronaria que drena directamente en la cavidad del
ventrículo izquierdo a través de las venas de Tebesio. El efecto de la adición de
esta sangre poco oxigenada es la disminución de la Po2 arterial. Algunos pacientes
tienen una conexión vascular anómala entre una pequeña arteria pulmonar y una
vena (malformación arteriovenosa pulmonar). En pacientes con cardiopatías,
puede existir una adición directa de sangre venosa a sangre arterial a través de un
defecto entre los lados derecho e izquierdo del corazón.
Cuando el cortocircuito se debe a la adición de sangre venosa mixta a sangre que
drena de los capilares, se puede calcular la cantidad de flujo del cortocircuito
(fig. 5-3).
. La cantidad total de O2 que abandona el sistema es el flujo total.de sangre
Q T multiplicado por la concentración de O2 en la sangre arterial Cao2 , o Q T × Cao2.
Esto
. debe ser igual a la suma de las cantidades de . O2 en
. la sangre del cortocircuito,
Q S × Cv–o , y la sangre al final de los capilares, (Q
2 T – Q S ) × Cc'o2 . Así pues,
. . . .
Q T × Cao2 = Q S × Cv–o2 + (Q T – Q S ) × Cc'o2
Reordenando, se obtiene:
.
QS Cc'o2 – Cao2
. =
QT Cc'o – Cv–o
2 2
QS CC'O2 – CaO2
=
QT CC'O2 – CVO2
500
400
Po2 arterial (mm Hg)
% Cortocircuito
0
300
Aire 10
200 inspirado
20
100
30
50
0 20 40 60 80 100
Concentración de O2 inspirado (%)
O2 al 100 %
Concentración de O2 (ml/100 ml)
15
10
Cortocircuito
Cociente ventilación-perfusión
Hasta aquí, hemos considerado tres de las cuatro causas de hipoxemia: hipoventi-
lación, difusión y cortocircuito. Abordaremos ahora la última causa, que es la más
frecuente y la más difícil de entender: el desequilibrio ventilación-perfusión.
Muestra que, si la ventilación y el flujo sanguíneo se desajustan en varias regiones
pulmonares, se produce una alteración de la transferencia tanto del O2 como del
CO2. La clave para entender cómo sucede esto es el cociente ventilación-perfusión.
Consideremos un modelo de una unidad pulmonar (v. fig. 2-1) en el que se
imita la captación de O2 usando colorante y agua (fig. 5-6). El colorante en
RELACIÓN ENTRE VENTILACIÓN Y PERFUSIÓN 71
Colorante en polvo V
O2 = 150 mm Hg
CO2 = 0
B A C
O2 = 40 O2 = 100 O2 = 150
CO2 = 45 CO2 = 40 CO2 = 0
O2 = 40
CO2 = 45
0 Normal ∞
Disminución Aumento
VA / Q VA / Q
Figura 5-7. Efecto de la alteración del cociente ventilación-perfusión sobre la Po2 y la Pco2
en una unidad pulmonar.
entra en la unidad tiene una Po2 de 40 mm Hg y una Pco2 de 45 mm Hg. La Po2
alveolar de 100 mm Hg está determinada por un equilibrio entre la adición de O2
por la ventilación y su retirada por el flujo sanguíneo. La Pco2 normal de 40 mm Hg
se establece de forma similar.
Supongamos ahora que el cociente ventilación-perfusión de la unidad dismi-
nuye gradualmente al obstruir su ventilación, dejando el flujo sanguíneo invaria-
ble (fig. 5-7B). Está claro que el O2 en la unidad descenderá y que el CO2 se
elevará, aunque los cambios relativos de ambos no son evidentes de forma inme-
diata1. Sin embargo, podemos predecir fácilmente lo que ocurrirá al final cuando
la ventilación se elimine por completo (cociente ventilación-perfusión de cero). El
O2 y el CO2 del aire alveolar y de la sangre al final de los capilares deben ser, ahora,
iguales a los de la sangre venosa mixta. (En la práctica, unidades completamente
obstruidas se colapsan finalmente, pero podemos dejar a un lado estos efectos a
largo plazo en este momento.) Obsérvese que estamos suponiendo que lo que
sucede en una unidad pulmonar de entre un gran número de ellas no afecta a la
composición de la sangre venosa mixta.
Supongamos, en su lugar, que el cociente ventilación-perfusión aumenta por la
obstrucción gradual del flujo sanguíneo (fig. 5-7C). Ahora, el O2 aumenta y el
CO2 disminuye, alcanzando finalmente la composición del aire inspirado cuando
1
La ecuación del gas alveolar no puede aplicarse aquí, porque el cociente de intercambio respiratorio no
es constante. La ecuación adecuada es:
.
VA Ca O − C VO
= 8,63 R
2 2
.
Q PA CO
2
Se denomina ecuación del cociente ventilación-perfusión. Véase el apéndice B para más detalles.
RELACIÓN ENTRE VENTILACIÓN Y PERFUSIÓN 73
50 –
V
A
0
PCO 2 mm Hg
Nor ma
· ·
D ism i nu c ió n V / Q l
A
Aum
en t
o V·
A /
·
Q
I
∞
0 50 100 150
PO 2 mm Hg
Figura 5-8. Esquema O2–CO2 que muestra una línea de cociente ventilación-perfusión. La
Po2 y la Pco2 de una unidad pulmonar se desplazan a lo largo de esta línea desde el punto
venoso mixto hasta el punto del aire inspirado I, a medida que el cociente ventilación-perfu-
sión aumenta (compárese con la fig. 5-7).
0,15
3
% del volumen pulmonar (l/min)
Cociente ventilación-perfusión
Flujo sanguíneo
0,10
2
VA / Q
Ventilación
0,05 1
Número de costilla
Base Vértice
5 4 3 2
Figura 5-9. Distribución de la ventilación y del flujo sanguíneo al descender por un pul-
món en posición vertical (compárense las figs. 2-7 y 4-7). Obsérvese que el cociente ventila-
ción-perfusión disminuye al descender por el pulmón.
60
–
V
PCO2 mm Hg
40 VA / Q bajo
VA
/Q
alt
o
20
I
0
40 60 80 100 120 140
PO2 mm Hg
PO2 = 101 mm Hg
132
Figura 5-12. Disminución de la Po2 arterial
por desequilibrio ventilación-perfusión. En este
esquema de los pulmones en posición vertical,
sólo se muestran dos grupos de alvéolos, uno en
el vértice y otro en la base. Los tamaños relativos
97 de las vías respiratorias y los vasos sanguíneos
indican sus ventilaciones y flujos sanguíneos re
89 lativos. Como la mayor parte de la sangre pro-
cede de la base poco oxigenada, es inevitable la
disminución de la Po2.
VA 1 VA 10 VA 10
= = =
Q 10 Q 10 Q 1
–
V
a
Figura 5-13. Otra razón para la disminución de la Po2 arterial por desajuste entre la ven-
tilación y el flujo sanguíneo. Las unidades pulmonares con un cociente ventilación-perfusión
elevado añaden relativamente poco oxígeno a la sangre, comparado con la disminución
causada por los alvéolos con un cociente ventilación-perfusión bajo.
78 CAPÍTULO 5
1,5
Ventilación o flujo sanguíneo (l/min)
Ventilación
0,5
Sin cortocircuito
0
0 0,01 0,1 1,0 10,0 100,0
Cociente ventilación-perfusión
0,6
Ventilación o flujo sanguíneo (l/min)
0,4
Sin cortocircuito
0
0 0,01 0,1 1,0 10,0 100,0
Cociente ventilación-perfusión
Desequilibrio ventilación-perfusión
como causa de retención de CO2
Imagínese un pulmón uniformemente ventilado y perfundido, y que está transfi-
riendo cantidades normales de O2 y CO2. Supongamos que, de forma algo mágica,
el equilibrio entre ventilación y flujo sanguíneo se altera repentinamente, perma-
neciendo todo lo demás sin cambios. ¿Qué ocurriría con el intercambio de gases?
Parece que el efecto de este desequilibrio ventilación-perfusión «puro» (es decir,
80 CAPÍTULO 5
Desequilibrio ventilación-perfusión
. .
• El desequilibrio ventilación-perfusión (VA / Q) determina el intercambio
de gases en cualquier unidad pulmonar.
. .
• Las diferencias regionales de VA / Q en el pulmón humano en posición
vertical causan un patrón de intercambio de gases regional.
. .
• El desequilibrio VA / Q altera la captación o la eliminación de todos los
gases por los pulmones.
. .
• Aunque la eliminación de CO2 está alterada por el desequilibrio VA / Q,
esto puede corregirse aumentando la ventilación alveolar.
. .
• Por el contrario, la hipoxemia causada por el desequilibrio VA / Q no puede
eliminarse por aumentos de la ventilación.
• El comportamiento diferente de los dos gases se debe a las diferentes
formas de las curvas de disociación.
Puede encontrar más detalles sobre este complicado tema en JB West, Fisiopatología pulmonar, 8.ª ed.
2
A partir de la ecuación del gas alveolar, la Po2 alveolar ideal viene dada por:
60
Pao2 = 149 – + F = 74 mm Hg
0,8
CO N CE P TOS C L AV E
1. Las cuatro causas de hipoxemia son: hipoventilación, limitación de la difusión,
cortocircuito y desequilibrio ventilación-perfusión.
2. Las dos causas de hipercapnia, o retención de CO2, son la hipoventilación y el
desequilibrio ventilación-perfusión.
3. El cortocircuito es la única causa de hipoxemia en la que la Po2 arterial no se
eleva hasta el nivel esperado cuando se administra a un paciente O2 al 100 %.
4. El cociente ventilación-perfusión determina la Po2 y la Pco2 en cualquier uni-
dad pulmonar. Como el cociente es elevado en el vértice pulmonar, la Po2 está
aquí elevada y la Pco2 es baja.
5. El desequilibrio ventilación-perfusión disminuye la eficacia del intercambio de
gases en los pulmones, para todos los gases. Sin embargo, muchos pacientes
con desequilibrio ventilación-perfusión tienen una Pco2 arterial normal porque
aumentan la ventilación de los alvéolos. Por el contrario, la Po2 arterial es siem-
pre baja. El comportamiento diferente de los dos gases puede atribuirse a las
formas diferentes de las dos curvas de disociación.
6. La diferencia alveoloarterial de Po2 es una medida útil del desequilibrio ven-
tilación-perfusión. La Po2 alveolar se calcula a partir de la ecuación del gas
alveolar, usando la Pco2 arterial.
RELACIÓN ENTRE VENTILACIÓN Y PERFUSIÓN 83
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
2. Un hombre con los pulmones sanos y una Pco2 arterial de 40 mm Hg ingiere
una sobredosis de barbitúricos que reduce a la mitad la ventilación alveolar
pero que no altera la eliminación de CO2. Si su cociente de intercambio respi-
ratorio es de 0,8, ¿cuál será su Po2 arterial (en mm Hg), aproximadamente?
A. 40
B. 50
C. 60
D. 70
E. 80
9. Un paciente con neumopatía que respira aire tiene una Po2 y una Pco2 arteria-
les de 49 y 48 mm Hg, respectivamente, y un cociente de intercambio respira-
torio de 0,8. La diferencia alveoloarterial aproximada de la Po2 (en mm Hg) es:
A. 10
B. 20
C. 30
D. 40
E. 50
86 CAPÍTULO 5
0,21 7,48 32 51 23
0,80 7,47 33 55 23
11. Una mujer de 69 años ingresa en el hospital con neumonía grave del lóbulo
inferior izquierdo. Las determinaciones en la unidad de cuidados intensivos
mostraron que su fracción de cortocircuito era del 20 %. Suponiendo que
tuviera una fracción de cortocircuito normal antes del ingreso, ¿cuál de los
siguientes cabría esperar ver como consecuencia del cambio en la fracción de
cortocircuito?
A. Disminución de la Po2 alveolar.
B. Aumento de la Pco2 arterial.
C. Aumento del espacio muerto fisiológico.
D. Ningún cambio en la diferencia alveoloarterial de oxígeno.
E. Una respuesta a la administración de oxígeno suplementario que dista
de ser óptima.
87
88 CAPÍTULO 6
Oxígeno
El O2 se transporta por la sangre en dos formas: disuelto y combinado con la
hemoglobina.
O2 disuelto
Obedece a la ley de Henry, según la cual, la cantidad disuelta es proporcional a la
presión parcial (fig. 6-1). Por cada mm Hg de Po2, existe 0,003 ml O2/100 ml de
sangre. De este modo, la sangre arterial normal, es decir, con una Po2 de 100 mm Hg
contiene 0,3 ml O2/100 ml.
Resulta fácil ver que esta forma de transportar O2 no debe ser adecuada.
Supongamos que el gasto cardíaco durante el esfuerzo intenso es de 30 l/min.
Dado que la sangre arterial contiene 0,3 ml O2/100 ml de sangre (es decir, 3 ml
O2/l de sangre) como O2 disuelto, la cantidad total aportada a los tejidos es sólo
de 30 × 3 = 90 ml/min. Sin embargo, las necesidades tisulares pueden ser de
hasta 3 000 ml O2/min. Está claro que se necesita un método adicional para
transportar O2.
Hemoglobina
El hemo es un compuesto de hierro y porfirina que está unido a cada una de
las cuatro cadenas polipeptídicas, que juntas constituyen la proteína globina. Las
O2 total
22
100
Concentración de O2 (ml/100 ml)
18
80 O2 combinado con Hb
Saturación de Hb (%)
14
60
10
40
6
20
O2 disuelto
2
0
20 40 60 80 100 600
PO2 (mm Hg)
Figura 6-1. Curva de disociación del O2 (línea continua) para pH 7,4, Pco2 40 mm Hg y
37 °C. Se muestra también la concentración total de O2 en sangre para una concentración de
hemoglobina de 15 g/100 ml de sangre.
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 89
Hemoglobina
30
(HbCO = 33%)
100 50
10 50
Hb = 10
50
0 0 0 0
0 30 60 90 120
PO2 (mm Hg)
hasta una Po2 de unos 50 mm Hg, pero por encima de ésta, la curva se aplana
mucho.
La cantidad máxima de O2 que se puede combinar con la Hb es lo que se deno
mina capacidad de O2, y significa que todos los lugares de unión disponibles están
ocupados por O2. Puede medirse exponiendo la sangre a una Po2 muy elevada
(600 mm Hg) y restando el O2 disuelto. Un gramo de Hb pura puede combinarse
con 1,39 ml de O21, y como la sangre normal tiene unos 15 g de Hb/100 ml, la
capacidad de O2 es de unos 20,8 ml O2/100 ml de sangre.
La saturación de O2 de la Hb es el porcentaje de lugares de unión disponibles
que tienen O2 fijado, y viene dada por:
O2 combinado con Hb
× 100
capacidad de O2
La saturación de O2 de la sangre arterial con Po2 de 100 mm Hg es de, aproxi
madamente, el 97,5 %, mientras que la de la sangre venosa mixta con una Po2 de
40 mm Hg es de alrededor del 75 %.
El cambio en la Hb desde el estado totalmente oxigenado a su estado desoxi
genado se acompaña de un cambio de conformación en la molécula. La forma
oxigenada es el estado R (relajado), mientras que la forma desoxigenada es el
estado T (tenso). Es importante entender las relaciones entre la Po2, la satura
ción de O2 y la concentración de O2 (fig. 6-2). Por ejemplo, supongamos que un
paciente con anemia grave tiene una concentración de Hb de sólo 10 g/100 ml de
1
Algunas mediciones dan 1,34 o 1,36 ml. La razón es que, en condiciones normales del organismo,
parte de la hemoglobina se encuentra en formas como la metahemoglobina, que no pueden combinarse
con el O2.
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 91
Sat
1,39 × Hb × 100 + 0,003 Po 2
Sat.
60 PCO2
Temp. DPG 0
PO2 100
+
PCO2 H
40 100
7,6
% 7,2
Sat. 7,4
20
pH
0
PO2 100
0
0 20 40 60 80 100
PO2 (mm Hg)
Figura 6-3. Desviación hacia la derecha de la curva de disociación del O2 por aumento de
H+, Pco2, temperatura y 2,3-difosfoglicerato (DPG).
sangre humana es de unos 27 mm Hg. Hay tres puntos útiles en la curva de diso
ciación para recordar convertir una Po2 determinada a su saturación aproximada.
Son para la sangre arterial normal Po2 100, So2 97 %; para la sangre venosa mixta
normal Po2 40, So2 75 %, y P50 27, So2 50 %.
El monóxido de carbono interfiere con la función de transporte de O2 de la
sangre al combinarse con la Hb para formar carboxihemoglobina (COHb). El CO
tiene una afinidad por la Hb 240 veces superior a la del O2, lo que significa que el
CO se combinará con la misma cantidad de Hb que el O2 cuando la presión par
cial de CO es 240 veces menor. De hecho, la curva de disociación del CO tiene
una forma casi idéntica a la curva de disociación del O2 de la figura 6-3, con la
excepción de que el eje de la Pco está muy comprimido. Por ejemplo, para una
Pco de 0,16 mm Hg, el 75 % de la Hb está combinado con CO en forma de
COHb. Por esta razón, pequeñas cantidades de CO pueden unirse a una gran
cantidad de Hb de la sangre, haciendo que no esté disponible para el transporte de
O2. Si esto sucede, la concentración de Hb y la Po2 de la sangre pueden tener
valores normales, pero la concentración de O2 está muy disminuida. La presencia
de COHb también desplaza la curva de disociación hacia la izquierda (fig. 6-2),
con lo que interfiere con la descarga de O2. Es una característica adicional de la
toxicidad del CO.
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 93
• Puntos «de fijación» útiles: Po2 40, So2 75 %; Po2 100, So2 97 %; P50 27, So2 50 %.
• La curva se desvía a la derecha con los aumentos de la temperatura,
la Pco2, la concentración de H+ y el 2,3-DPG.
• Una adición pequeña de CO a la sangre causa una desviación a la iz
quierda.
Dióxido de carbono
100 % 5
Carbamino
30
90 HCO3–
60
Disuelto Disuelto
CO2 CO2 CO2 CO2
Ca
CA
rba
HCO–3 HCO –3 H+
HHb
Cl – Cl – Hb –
Na+ K+
HbO2
O2 O2 O2 O2
H2O H2O
60
Concentración de CO2 (ml/100 ml)
% HbO2 0 75 97,5
40 PO2
–
40
Concentración
55 V
100
de CO2
50
20 a
45
40 50
PCO2
Disuelto
0 20 40 60 80
Presión parcial de CO2 (mm Hg)
Figura 6-6. Curvas de disociación del CO2 en sangre con diferentes saturaciones de O2.
Obsérvese que la sangre oxigenada transporta menos CO2 para la misma Pco2. La gráfica
pequeña muestra la curva fisiológica entre la sangre arterial y venosa mixta.
96 CAPÍTULO 6
60
v
a CO2
o de CO2 (ml/100ml)
Concentración de O2
50
40
30
a
20 v
O2 Figura 6-7. Curvas de disociación tí
10 picas del O2 y del CO2 representadas a la
0 misma escala. Obsérvese que la curva del
0 20 40 60 80 100 CO2 es mucho más empinada. a y v– indican
sangre arterial y venosa mixta, respectiva-
Presión parcial de O2 y CO2 (mm Hg) mente.
la concentración de CO2 para una Pco2 determinada. Como ya hemos visto, este
efecto Haldane puede explicarse por la mejor capacidad de la Hb reducida para
tomar los hidrogeniones producidos cuando se disocia el ácido carbónico, y
la mayor facilidad de la Hb reducida para formar carbaminohemoglobina. La
figura 6-7 muestra que la curva de disociación del CO2 es considerablemente más
empinada que la del O2. Por ejemplo, en el intervalo de 40 a 50 mm Hg, la con
centración de CO2 cambia alrededor de 4,7, en comparación con una concentra
ción de O2 de sólo 1,7 ml/100 ml. Esta es la razón por la que la diferencia de Po2
entre la sangre arterial y la venosa mixta es grande (habitualmente, de unos
60 mm Hg), aunque la diferencia de Pco2 es pequeña (unos 5 mm Hg a 7 mm Hg).
Estado acidobásico
El transporte de CO2 tiene un efecto profundo sobre el estado acidobásico de la
sangre y el organismo como un todo. Los pulmones excretan más de 10 000 mEq
de ácido carbónico al día, comparado con menos de 100 mEq de ácidos fijados por
los riñones. Por lo tanto, alterando la ventilación alveolar y, así, la eliminación de
CO2, el cuerpo tiene mayor control sobre su equilibrio acidobásico. Este tema
sólo se tratará brevemente, ya que se superpone al área de la fisiología renal.
El pH que resulta de la disolución del CO2 en la sangre y la consiguiente diso
ciación de ácido carbónico viene dado por la ecuación de Henderson-Hasselbalch.
En la ecuación:
H2CO3 H+ + HCO –3
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 97
Tomando logaritmos,
(HCO –3)
log KA = log (H+) + log
(CO2)
de donde:
(HCO –3)
–log (H+) = –log KA + log
(CO2)
(HCO –3)
pH = pKA + log
(CO2)
(HCO –3)
pH = pKA + log
0,03 Pco2
24
pH = 6,1 + log = 6,1 + log 20 = 6,1 + 1,3
0,03 × 40
Por lo tanto,
pH = 7,4
Acidosis respiratoria
La acidosis respiratoria se debe a un aumento de la Pco2, que disminuye el cociente
HCO –3/Pco2 y, por tanto, desciende el pH. Se corresponde con un desplazamiento
desde A a B, véase en la figura 6-8. Siempre que la Pco2 aumenta, el bicarbonato
debe también aumentar en alguna medida, a causa de la disociación del ácido car
bónico producida. Esto se refleja por la pendiente hacia arriba izquierda de la línea
amortiguadora en la figura 6-8. Sin embargo, el cociente HCO –3/Pco2 disminuye.
La retención de CO2 puede estar causada por hipoventilación o por desequilibrio
ventilación-perfusión.
Si la acidosis respiratoria persiste, los riñones responden conservando HCO–3.
Lo que les impulsa a hacerlo es el aumento de la Pco2 en las células tubulares
renales, que excretan entonces una orina más ácida, secretando hidrogeniones
(H+). Éstos se excretan en forma de H2PO4– o NH4+; los iones HCO –3 se reabsorben.
El aumento resultante del HCO –3 plasmático desplaza el cociente HCO –3/Pco2
hacia su nivel normal. Esto corresponde al desplazamiento de B a D a lo largo de
la línea de Pco2 = 60 mm Hg en la figura 6-8, y se conoce como compensación para
la acidosis respiratoria. Los acontecimientos típicos serán:
24
pH = 6,1 + log = 6,1 + log 20 = 7,4 (Normal)
0,03 × 40
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 99
A
PCO2 (mm Hg)
50
120 80 60 40 30 20
HCO3– plasmático (mEq/l)
40 15
30 B
A
C
20
10
B 60
D 40 PCO2
40 Re
sp.
Co E
mp
l
. 20
na
.
mp
HCO3– plasmático (mEq/l)
Re
.
tab
Co
Me
.
Alc
30 B Re
sp.
Aci A Re
d. sp.
Alc
.
ab
. C
et
id.
M
20
Ac
Co nal
Re
p.
Res
m
G p.
Co
mp
. F
10
7,1 7,4 7,7
pH
Acidosis Alcalosis
Figura 6-8. Diagrama de Davenport que muestra las relaciones entre HCO3–, pH y Pco2.
A) Muestra la línea amortiguadora normal BAC. B) Muestra los cambios que se producen en
la acidosis y la alcalosis respiratorias y metabólicas (v. texto). La distancia vertical entre las
líneas amortiguadoras DE y BAC es el exceso de bases, y la distancia entre las líneas GF y
BAC es el déficit de bases (o exceso de bases negativo).
100 CAPÍTULO 6
28
pH = 6,1 + log = 6,1 + log 15,6 = 7,29 (Acidosis respiratoria)
0,03 × 60
33
pH = 6,1 + log = 6,1 + log 18,3 = 7,36 (Acidosis respiratoria compensada)
0,03 × 60
Alcalosis respiratoria
Se debe a una disminución de la Pco2, que aumenta el cociente HCO –3/Pco2 y, por
tanto, aumenta el pH (desplazamiento de A a C en la fig. 6-8). Una disminución
de la Pco2 está causada por hiperventilación, por ejemplo, a gran altitud (v. cap. 9).
Otro ejemplo es una crisis de ansiedad. La compensación renal se produce
mediante un aumento de la excreción de bicarbonato, con lo que el cocien
te HCO –3/Pco2 regresa hacia su valor normal (C a F a lo largo de la línea de
Pco2 = 20 mm Hg). Tras una estancia prolongada a una gran altitud, la compensa
ción renal puede ser casi completa. Existe un exceso de bases negativo, o déficit de
bases. Obsérvese que la compensación respiratoria típicamente es rápida, mientras
que la compensación metabólica es lenta.
Acidosis metabólica
En este contexto, «metabólica» significa un cambio primario del HCO–3, es decir,
el numerador de la ecuación de Henderson-Hasselbalch. En la acidosis metabó
Acidosis
Respiratoria Pco2 ↑ HCO3 ↑
Metabólica HCO3 ↓ Pco2 ↓
Alcalosis
Respiratoria Pco2 ↓ HCO3 ↓
lica, disminuye el cociente entre HCO –3 y Pco2, con lo que disminuye el pH. El
HCO –3 puede disminuir por la acumulación de ácidos en la sangre, como en una
diabetes mellitus mal controlada, o tras hipoxia tisular, que libera ácido láctico. El
cambio correspondiente en la figura 6-8 es un desplazamiento desde A hacia G.
En este caso, la compensación respiratoria se produce mediante un aumento de
la ventilación, que disminuye la Pco2 y eleva el cociente HCO –3 /Pco2 disminuido.
El estímulo para aumentar la ventilación es, fundamentalmente, la acción de los
hidrogeniones sobre los quimiorreceptores periféricos (cap. 8). En la figura 6-8, el
punto se desplaza desde G hacia F (aunque no llega a F). Existe un déficit de bases
o exceso de bases negativo.
Alcalosis metabólica
Un aumento de HCO –3 eleva el cociente HCO –3 /Pco2 y, por tanto, el pH. Las
causas son una ingestión excesiva de álcalis y la pérdida de secreción gástrica de
ácido por vómitos. En la figura 6-8, el desplazamiento se produce desde A hacia
E. A veces, se produce una cierta compensación respiratoria mediante una dismi
nución de la ventilación alveolar, que eleva la Pco2. El punto E se desplaza,
entonces, hacia D (aunque no todo el camino). Sin embargo, la compensación
respiratoria de la alcalosis metabólica suele ser pequeña y puede faltar. El exceso
de bases está aumentado.
Obsérvese que, con frecuencia, se producen alteraciones respiratorias y meta
bólicas mixtas, y puede ser difícil desenmarañar la secuencia de acontecimientos.
PO2 mm Hg
25
0
A B C
Figura 6-9. Esquema que muestra el descenso de Po2 entre capilares adyacentes abier-
tos. A) El aporte de oxígeno no es adecuado. B) Crítico. C) Inadecuado para el metabolismo
aerobio en el núcleo tisular central.
Sangre
Anemia O O O O ↓ O ↓ ↓ Síb
Intoxicación O O O O ↓ Oc ↓ ↓ Síb
por CO
Tejidos
Intoxicación O O O O O O ↑ ↑ No
por cianuro
a
O, normal; ↑, aumentado; ↓, disminuido.
De algún valor (aunque limitado) a causa del aumento de oxígeno disuelto (v. fig. 5-4 para
b
cortocircuito).
Si se calcula la saturación de O2 para hemoglobina no unida a CO.
c
CO N CE P TOS C L AV E
1. La mayor parte del O2 transportado en la sangre está unido a la hemoglobina.
La cantidad máxima que se puede unir se denomina capacidad de O2. La satu
ración de O2 es la cantidad combinada con la hemoglobina dividido por la
capacidad, y es igual a la proporción de lugares de unión que están ocupados
por O2.
2. La curva de disociación de O2 se desplaza a la derecha (es decir, disminuye la
afinidad del O2 de la hemoglobina) si aumenta la Pco2, H+, la temperatura y el
2,3-difosfoglicerato.
3. La mayor parte del CO2 en la sangre se encuentra en forma de bicarbonato, y
hay pequeñas cantidades disuelto o en compuestos carbamino.
4. La curva de disociación del CO2 es mucho más empinada y más lineal que la
del O2.
5. El estado acidobásico de la sangre está determinado por la ecuación de
Henderson-Hasselbalch y, especialmente, el cociente entre la concentración
de bicarbonato y la Pco2. Las alteraciones acidobásicas son la acidosis y la
alcalosis respiratorias y metabólicas.
6. En algunos tejidos, la Po2 es inferior a 5 mm Hg, y el objetivo de la Po2 mucho
mayor de la sangre capilar es proporcionar un gradiente adecuado para la difu
sión. Los factores que determinan el aporte de O2 a los tejidos son la concen
tración sanguínea de O2 y el flujo sanguíneo.
104 CAPÍTULO 6
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
3. Un paciente con una intoxicación con monóxido de carbono se trata con oxí
geno hiperbárico, que aumenta la Po2 arterial a 2 000 mm Hg. La cantidad de
oxígeno disuelto en la sangre arterial (en ml/100 ml) es:
A. 2
B. 3
C. 4
D. 5
E. 6
8. Un paciente con una neumopatía crónica tiene una Po2 y una Pco2 arteriales
de 50 y 60 mm Hg, respectivamente, y un pH de 7,35. ¿Cómo se describe
mejor este estado acidobásico?
A. Normal.
B. Alcalosis respiratoria parcialmente compensada.
C. Acidosis respiratoria parcialmente compensada.
D. Acidosis metabólica.
E. Alcalosis metabólica.
9. La Po2 (en mm Hg) en las células del músculo esquelético durante el esfuerzo
está más cerca de:
A. 3
B. 10
C. 20
D. 30
E. 40
12. Un paciente con disnea está respirando aire a nivel del mar, y en una muestra
de sangre arterial se obtienen los siguientes valores: Po2 90 mm Hg, Pco2
32 mm Hg, pH 7,30. Suponiendo que el cociente de intercambio respirato
rio es de 0,8, estos datos indican:
A. Alcalosis respiratoria primaria con compensación metabólica.
B. Diferencia alveoloarterial de Po2 normal.
C. Saturación arterial de O2 inferior al 70 %.
D. La muestra se tomó, por error, de una vena.
E. Acidosis metabólica parcialmente compensada.
TRANSPORTE DE GASES POR LA SANGRE 107
14. Una mujer de 41 años recibe ventilación mecánica tras una sobredosis de
drogas. Al quinto día del ingreso, presenta fiebre (39 ºC) y se observa que
tiene una infección de la sangre. La gasometría arterial realizada esa mañana
mostró una Po2 arterial de 72 mm Hg, que no había variado respecto a los
resultados de la gasometría del día anterior. ¿Cuál de los siguientes cambios
fisiológicos cabría esperar?
A. Disminución de la producción de dióxido de carbono.
B. Disminución de la fracción de cortocircuito.
C. Aumento de la concentración de oxígeno arterial.
D. Aumento de la saturación de oxígeno arterial.
E. Aumento de la P50 para la hemoglobina.
108
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 109
Músculos de la respiración
Inspiración
El músculo más importante de la inspiración es el diafragma, que consiste en una
lámina muscular delgada, en forma de cúpula, que se inserta en las costillas infe-
riores, y que está inervado por los nervios frénicos de los segmentos cervicales 3,
4 y 5. Cuando se contrae, se empuja el contenido abdominal hacia abajo y hacia
delante, y aumenta la dimensión vertical de la cavidad torácica. Además, los már-
genes costales de levantan y alejan, haciendo que aumente el diámetro transversal
del tórax (fig. 7-1).
En la respiración corriente normal, el nivel del diafragma se desplaza, aproxi-
madamente, 1 cm, pero en la inspiración y la espiración forzadas, puede produ-
cirse un desplazamiento total de hasta 10 cm. Cuando un lado del diafragma se
paraliza, asciende, en lugar de descender, con la inspiración, porque disminuye la
presión intratorácica. Es lo que se conoce como movimiento paradójico, y puede
demostrarse mediante radioscopia cuando el paciente inhala.
Los músculos intercostales externos conectan costillas adyacentes y se mueven
hacia abajo y hacia delante (fig. 7-2). Cuando se contraen, empujan las costillas
hacia arriba y hacia delante, haciendo que aumenten los diámetros lateral y ante-
roposterior del tórax. La dimensión lateral aumenta a causa del movimiento en
«asa de cubo» de las costillas. Los músculos intercostales están inervados por los
nervios intercostales, que proceden de la médula espinal al mismo nivel. La pará-
lisis de los músculos intercostales solos no afecta gravemente a la respiración en
reposo, porque el diafragma es muy eficaz.
Los músculos accesorios de la inspiración son los músculos escalenos, que elevan
las dos primeras costillas, y el esternocleidomastoideo, que eleva el esternón.
Existe escasa actividad, o ninguna, en estos músculos durante la respiración
en reposo, pero durante el esfuerzo pueden contraerse enérgicamente. Otros
Inspiración
Diafragma
Espiración
Músculos
abdominales
Activa
Pasiva
Músculos
intercostales
Externos
Columna Internos
vertebral
Costillas Cabeza
Tubérculo
Eje de rotación
músculos que pueden desempeñar un papel menor son los alares de la nariz, que
producen el movimiento de las aletas de la nariz, y pequeños músculos en la
cabeza y el cuello.
Espiración
Es pasiva durante la respiración en reposo. El pulmón y la pared torácica son elás-
ticos, y tienden a regresar a sus posiciones de equilibrio tras expandirse activamente
en el transcurso de la inspiración. Durante el esfuerzo y la hiperventilación volun-
taria, la espiración pasa a ser activa. Los músculos más importantes de la espiración
son los de la pared abdominal, entre ellos los rectos abdominales, los músculos obli-
cuos externos e internos y el transverso abdominal. Cuando estos músculos se con-
traen, aumenta la presión intraabdominal, y el diafragma sufre un empuje hacia
arriba. La contracción de estos músculos se fuerza durante la tos, el vómito y la
defecación.
Los músculos intercostales internos contribuyen a la espiración activa empujando
las costillas hacia abajo y hacia dentro (acción opuesta a la de los músculos inter-
costales externos), con lo que disminuye el volumen torácico. Además, ponen rígi-
dos los espacios intercostales para evitar que sobresalgan hacia fuera durante la
tensión. Estudios experimentales muestran que las acciones de los músculos respi-
ratorios, especialmente los intercostales, son más complicadas de lo que esta breve
explicación indica.
Músculos respiratorios
Curva presión-volumen
Supongamos que tomamos los pulmones extirpados de un animal, canulamos la
tráquea y lo colocamos en un frasco (fig. 7-3). Cuando la presión en el interior del
frasco disminuye por debajo de la presión atmosférica, el pulmón se expande, y
puede medirse su variación de volumen con un espirómetro. Se mantiene la pre-
sión a cada nivel, como indican los puntos, durante unos segundos, para permitir
al pulmón que vuelva a la situación de reposo. De este modo, puede representarse
la curva de presión-volumen del pulmón.
En la figura 7-3, la presión que se expande alrededor del pulmón está generada
por una bomba, pero en los seres humanos, se produce por un aumento del volu-
men de la caja torácica. El hecho de que el espacio intrapleural entre el pulmón y
la pared torácica es mucho menor que el espacio entre el pulmón y la botella de la
figura 7-3 no supone una diferencia esencial. El espacio intrapleural contiene sólo
unos mililitros de líquido.
La figura 7-3 muestra que las curvas que sigue el pulmón durante la insuflación
y el desinflado son diferentes. Este comportamiento se denomina histéresis.
Obsérvese que el volumen pulmonar para cualquier presión concreta durante el
desinflado es mayor que durante la insuflación. Obsérvese también que el pulmón
sin presión de expansión tiene algo de aire en su interior. De hecho, incluso si la
presión que rodea al pulmón aumenta por encima de la presión atmosférica, es
escaso el aire adicional que se pierde, porque se cierran pequeñas vías respirato-
rias, atrapando aire en los alvéolos (compárese con la fig. 7-9). Este cierre de vías
respiratorias se produce con mayores volúmenes pulmonares al aumentar la edad y
también en algunos tipos de neumopatías.
Volumen (l)
Volumen 1,0
Bomba
0,5
Presión
Pulmón
0 – 10 – 20 – 30
Presión alrededor del pulmón (cm H2O)
Distensibilidad
La pendiente de la curva de presión-volumen, o el cambio de volumen por
unidad de presión, es lo que se conoce como distensibilidad. Por lo tanto, la ecua-
ción es
∆V
Distensibilidad =
∆P
En el intervalo normal (presión de expansión de unos –5 a –10 cm H2O), el
pulmón es muy distensible. La distensibilidad del pulmón humano es de unos
200 ml/cm H2O. Sin embargo, con presiones de expansión elevadas, el pulmón es
más rígido, y su distensibilidad es menor, tal como muestra la pendiente más apla-
nada de la curva.
Una disminución de la distensibilidad se produce por un aumento del tejido
fibroso pulmonar (fibrosis pulmonar); también disminuye por edema alveolar, que
impide la insuflación de algunos alvéolos, así como en caso de que el pulmón no
ventile durante un largo período, especialmente si su volumen es bajo. Esto puede
deberse, en parte, a atelectasia (colapso) de algunas unidades, pero también se
producen aumentos de la tensión superficial (v. más adelante). La distensibilidad
también disminuye algo si la presión venosa pulmonar aumenta y el pulmón se
congestiona con sangre.
Se produce un aumento de la distensibilidad en el enfisema pulmonar y en el
pulmón sano de más edad. En ambos casos, la causa probable será una alteración
del tejido elástico de los pulmones.
La distensibilidad de un pulmón depende de su tamaño. Claramente, el cambio
de volumen por unidad de cambio de presión será mayor en un pulmón humano
que, por ejemplo, en el pulmón de un ratón. Por este motivo, a veces, se mide la
distensibilidad por unidad de volumen del pulmón, o distensibilidad específica,
cuando se desea extraer conclusiones sobre las propiedades elásticas intrínsecas
del tejido pulmonar.
La presión que rodea a los pulmones es menor que la presión atmosférica en
la figura 7-3 (y en el tórax en vida) debido a la retracción elástica del pulmón.
¿Cuál es la causa del comportamiento elástico del pulmón, es decir, de su ten-
dencia a regresar a su volumen de reposo después de la distensión? Un factor es
el tejido elástico, que puede verse en los cortes histológicos. Pueden observarse
fibras de elastina y colágeno en las paredes alveolares y alrededor de vasos y
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 113
Tensión superficial
Otro factor importante en el comportamiento de la presión-volumen pulmonar es
la tensión superficial de la película de líquido que tapiza los alvéolos. La tensión
superficial es la fuerza (en dinas, por ejemplo) que actúa a través de una línea ima-
ginaria de 1 cm de longitud en la superficie del líquido (fig. 7-4A). Se origina
porque las fuerzas de atracción entre moléculas adyacentes del líquido son mucho
más intensas que las fuerzas entre el líquido y el aire, con lo que la superficie del
líquido se hace tan pequeña como le es posible. Este comportamiento puede verse
claramente en una burbuja de jabón al final de un tubo (fig. 7-4B). Las superficies
de la burbuja se contraen cuanto pueden, formando una esfera (la menor superfi-
cie para un determinado volumen) y generando una presión que puede preverse
por la ley de Laplace:
4T
P=
r
donde P es la presión, T es la tensión superficial, y r el radio. Cuando sólo inter-
viene una superficie en un alvéolo esférico tapizado de líquido, el numerador tiene
el número 2 en lugar del 4.
El primer dato de que la tensión superficial podría contribuir al comporta-
miento de la presión-volumen del pulmón se obtuvo cuando se demostró que los
1 cm
P r
Burbuja de jabón P = 4T
r
A B C
Figura 7-4. A) La tensión superficial es la fuerza (p. ej., en dinas) que actúa a través de una
línea imaginaria de 1 cm de longitud en una superficie líquida. B) Las fuerzas superficiales en
una burbuja de jabón tienden a reducir el área de la superficie, y generan una presión en el
interior de la burbuja. C) Como la burbuja más pequeña genera una mayor presión, aumenta
la burbuja mayor.
114 CAPÍTULO 7
pulmones insuflados con solución salina tienen una distensibilidad mucho mayor
(se distienden con mayor facilidad) que los pulmones llenos de aire (fig. 7-5).
Como la solución salina eliminaba las fuerzas de tensión superficial, pero proba-
blemente no afectaba a las fuerzas tisulares del pulmón, esta observación significó
que la tensión superficial contribuía en gran medida a la fuerza de retracción está-
tica del pulmón. Algún tiempo después, fisiólogos que estudiaban la espuma del
edema que procedía de pulmones de animales expuestos a gases nocivos observa-
ron que diminutas burbujas de aire de la espuma eran enormemente estables.
Reconocieron que esto indicaba que existía una tensión superficial muy baja, una
observación que condujo al importante descubrimiento del surfactante o agente
tensioactivo pulmonar.
Se sabe, actualmente, que algunas de las células que tapizan los alvéolos secre-
tan una sustancia que disminuye profundamente la tensión superficial del líquido
que tapiza los alvéolos. El agente tensioactivo es un fosfolípido, y la dipalmitoil
fosfatidilcolina (DPPC) es un constituyente importante. Las células del epitelio
Solución
salina
200
150 Insuflación
de aire Figura 7-5. Comparación
Volumen (ml)
de curvas de presión-vo
lumen de pulmones llenos
100 de aire y llenos de solu
ción salina (gato). Círculos
vacíos, insuflación; círculos
50 llenos, desinflado. Obsér
vese que los pulmones lle-
nos con solución salina
tienen una mayor distensi-
0
0 10 20 bilidad y, también, una his-
téresis mucho menor que
Presión (cm H2O) los que están llenos de aire.
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 115
alveolar son de dos tipos. Las células de tipo I tienen forma de huevo frito, con
largas extensiones citoplásmicas que se extienden ligeramente sobre las paredes
alveolares (v. fig. 1-1). Las células de tipo II son más compactas (fig. 7-6), y la
microscopía electrónica muestra cuerpos lamelados en su interior, que se expulsan
a los alvéolos y se transforman en agente tensioactivo. Parte de éste puede elimi-
narse de pulmones de animales aclarándolos con solución salina.
El fosfolípido DPPC se sintetiza en los pulmones a partir de ácidos grasos que
se extraen de la sangre o que se sintetizan en los pulmones. La síntesis es rápida, y
el recambio de agente tensioactivo es veloz. Si desaparece el flujo sanguíneo hacia
una región pulmonar a consecuencia de un émbolo, por ejemplo, puede desapare-
cer el agente tensioactivo allí. Esta sustancia se forma relativamente tarde en la
vida fetal, y los recién nacidos sin cantidades adecuadas de agente tensioactivo
presentarán dificultad respiratoria y pueden fallecer sin apoyo ventilatorio.
Transductor
de fuerza
Barrera Extracto
100
móvil pulmonar
0 25 50 75
Tensión superficial (dinas/cm)
A B
Figura 7-7. A) Equilibrio superficial. El área de la superficie se altera, y se mide la tensión
superficial a partir de la fuerza ejercida sobre una tira de platino colocada en la superficie.
B) Representaciones de la tensión superficial y el área obtenidas con un equilibrio de super-
ficie. Obsérvese que los lavados pulmonares muestran un cambio en la tensión superficial
con el área, y que la tensión mínima es muy pequeña. Los ejes se elijen para permitir una
comparación con la curva de presión-volumen del pulmón (figs. 7-3 y 7-5).
Los efectos de esta sustancia sobre la tensión superficial pueden estudiarse con
una balanza de superficie (fig. 7-7), que consiste en una bandeja con solución
salina en la que se coloca una pequeña cantidad de material de prueba. El área de
la superficie se expande y comprime, alternativamente, con una barrera móvil,
mientras se mide la tensión superficial a partir de la fuerza ejercida sobre una tira
de platino. La solución salina pura proporciona una tensión superficial de unas
70 dinas/cm (70 mN/m), independientemente del área de su superficie. Si se
añade detergente, se reduce la tensión superficial, pero esto es, de nuevo, indepen-
dientemente del área. Cuando se colocan los lavados pulmonares en la solución
salina, se obtiene la curva que se muestra en la figura 7-7B. Obsérvese que la
tensión superficial cambia enormemente con el área de la superficie, y que existe
histéresis (compárese la fig. 7-3). Obsérvese también que la tensión superficial
desciende a valores extremadamente bajos cuando el área es pequeña.
¿Cómo reduce tanto la tensión superficial el agente tensioactivo? Aparen
temente, las moléculas de DPPC son hidrófobas en un extremo e hidrófilas en
el otro, y se alinean en la superficie. Cuando esto sucede, sus fuerzas de repul-
sión intermolecular se oponen a las fuerzas de atracción normales entre las
moléculas de la superficie del líquido que son responsables de la tensión super-
ficial. La disminución de la tensión superficial es mayor cuando se comprime
la película, porque las moléculas de DPPC se apiñan más y se repelen más
entre sí.
¿Cuáles son las ventajas fisiológicas del agente tensioactivo? En primer lugar,
una baja tensión superficial en los alvéolos aumenta la distensibilidad del pul-
món y disminuye el trabajo de expandirlo con cada respiración. Además, se pro-
mueve la estabilidad de los alvéolos. Los 500 millones de alvéolos parecen ser
inherentemente inestables, porque se forman con frecuencia áreas de atelectasia
(colapso) cuando existe alguna patología. Se trata de un tema complejo, pero
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 117
– 10 cm H2O
Presión
intrapleural
– 2,5 cm H2O
100%
Volumen
1
La explicación es una simplificación excesiva porque el comportamiento presión-volumen de una parte
de una estructura como el pulmón puede no ser idéntica a la del órgano entero.
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 119
– 4 cm H2O
Presión
intrapleural (VR)
+ 3,5 cm H2O
100%
Volumen (%)
• El peso del pulmón vertical genera una presión intrapleural más alta (me
nos negativa) en torno a la base en comparación con el vértice.
• Debido a la curva de presión-volumen no lineal, los alvéolos situados en
la base se expanden más que los del vértice.
• Si se realiza una inspiración pequeña a partir del volumen residual (VR),
el límite de la base del pulmón no se ventila.
P=0 P = –5 P=0
P=0 P=0
P=0
Normal Neumotórax
100 100
ca
áci
Pared
tor
torácica
80 en reposo
ed
par
torácica
75
n+
60
Pu
Capacidad vital (%)
Pared
Nivel
respiratorio
Volumen 40 en reposo 50
n
FRC
ó
Pulm
20
Presión Volumen 25
residual
0
Volumen
mínimo
0
– 20 –10 0 +10 +20 +30
Presión de la vía respiratoria (cm H2O)
Laminar Turbulento
P1 P2 P1 P2
C
∆P
De transición
P1
B P2
Figura 7-12. Patrones de flujo de aire en tubos. A) El flujo es laminar. B) Transitorio con
formación de remolinos en las ramificaciones. C) Turbulento. La resistencia es (P1 – P2)/flujo.
4
= Pπr
V
8nl
donde P es la presión impulsora (ΔP en la fig. 7-12A), r es el radio, n es la viscosi-
dad, y l es la longitud. Puede observarse
· que la presión impulsora es proporcional
a la velocidad de flujo, o P = KV. Como la resistencia al flujo R es la presión impul-
sora dividida por el flujo (compárese con la pág. 45), tenemos:
8nl
R=
πr 4
Obsérvese la vital importancia del radio del tubo; si el radio se reduce a la mi
tad, ¡la resistencia aumenta 16 veces! Sin embargo, si se duplica la longitud, la
resistencia sólo se multiplica por dos. Obsérvese también que la viscosidad del
aire, y no la densidad, afecta a la relación presión-flujo en situaciones de flujo
laminar.
Otra característica del flujo laminar cuando está totalmente desarrollado es que
el aire del centro del tubo se desplaza a una velocidad que duplica la velocidad
promedio. Así, hay una punta de aire que se desplaza rápidamente por el eje del
tubo (fig.7-12A). Esta velocidad cambiante a través del diámetro del tubo es lo que
se conoce como perfil de velocidad.
El flujo turbulento tiene propiedades diferentes. En este caso, la presión no es
proporcional ·a la velocidad de flujo, sino que lo es, aproximadamente, a su cua-
drado: P = KV 2. Además, la viscosidad del aire se hace relativamente poco impor-
tante, aunque un aumento de la densidad del aire aumenta la caída de presión para
un determinado flujo. El flujo turbulento no presenta la elevada velocidad de flujo
axial que es característica del flujo laminar.
124 CAPÍTULO 7
Que el flujo sea laminar o turbulento depende en gran medida del número de
Reynolds, Re, que viene dado por:
2rvd
Re =
n
donde d es densidad, v es velocidad promedio, r es radio y n es viscosidad. Como
la densidad y la velocidad están en el numerador, y la viscosidad en el denomina-
dor, la expresión proporciona el cociente de fuerzas de inercia con respecto a
fuerzas viscosas. En tubos rectos y finos, es probable que exista turbulencia cuando
el número de Reynolds sea mayor de 2 000. La expresión muestra que es más pro-
bable que se produzca turbulencia cuando la velocidad de flujo es alta y el diáme-
tro del tubo es grande (para una velocidad determinada). Obsérvese también que
un gas de densidad baja, como el helio, tiende a producir menos turbulencia.
En un sistema complicado de tubos como el árbol bronquial con sus numerosas
ramificaciones, cambios de calibre y superficies irregulares de las paredes, la apli-
cación de los principios anteriores es difícil. En la práctica, para que se produzca
flujo laminar, son vitales las condiciones de entrada del tubo. Si se forman turbu-
lencias en un punto previo de la ramificación, la alteración se transporta hacia
delante una cierta distancia, antes de desaparecer. Así, en un sistema de rápida
ramificación como es el pulmón, es probable que sólo se produzca un flujo lami-
nar totalmente desarrollado (fig. 7-12A) en las vías respiratorias muy pequeñas,
donde los números de Reynolds son muy bajos (aproximadamente 1 en los bron-
quíolos terminales). En la mayor parte del árbol bronquial, el flujo es de transición
(B), mientras que la turbulencia real puede producirse en la tráquea, especial-
mente con el esfuerzo, cuando las velocidades de flujo son elevadas. En general, la
presión impulsora· está determinada
· tanto por la velocidad de flujo como por su
cuadrado: P = K1V + K2V 2.
Inspiración Espiración
0
Volumen
0,1 (l)
0,2
0,3
0,4
P1 A
–5 Presión
intrapleural
–6 (cm H2O)
–7 B
P2 –8 B' C
+0,5 Flujo
(l/s)
0
– 0,5
+1 Presión
alveolar
(cm H2O)
0
–1
Figura 7-13. Presiones durante el ciclo respiratorio. Si no hay resistencia de la vía respi-
ratoria, la presión alveolar permanecería en cero, y la presión intrapleural seguiría la línea
discontinua ABC, que está determinada por la retracción elástica pulmonar. El descenso de
la presión alveolar es responsable de la parte sombreada de presión intrapleural (v. texto).
La presión intrapleural puede calcularse colocando una sonda con globo en el esófago.
2
126 CAPÍTULO 7
3
Existe también una contribución debida a la resistencia tisular, que se considera más adelante, en este
capítulo.
MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN 127
0,08
0,06
0,04
Bronquios Bronquíolos
segmentarios terminales
0,02
0 5 10 15 20
Generación de vía respiratoria
Figura 7-14. Localización del punto principal de resistencia de la vía respiratoria. Ob
sérvese que los bronquios de tamaño intermedio contribuyen a la mayoría de la resistencia,
y que relativamente poca corresponde a las vías respiratorias muy pequeñas.
4 4
RVR
Resistencia de vías respiratorias
2 Conductancia 2
Figura 7-15. Variación de
1 1 la resistencia de la vía respira-
toria (RVR) con el volumen
pulmonar. Si se representa la
recíproca de la resistencia de
0 2 4 6 8 las vías respiratorias (conduc-
tancia), la gráfica es una línea
Volumen pulmonar (l) recta.
Flujo C
CPT VR
Volumen
Figura 7-16. Curvas flujo-volumen. A) Una inspiración máxima se siguió con una espira-
ción forzada. B) La inspiración fue inicialmente lenta, y luego forzada. C) El esfuerzo espi
ratorio fue submáximo. En los tres, las partes descendentes de las curvas están casi
superpuestas. CPT, capacidad pulmonar total; VR, volumen residual.
4 Volumen medio
Figura 7-17. Curvas isovolu
métricas de presión-volumen re
2 presentadas para tres volúmenes
Volumen bajo
pulmonares. Cada una de ellas se
obtuvo de una serie de espi
raciones e inspiraciones forzadas
– 20 – 15 – 10 –5 5 10 15 20 25 (v. texto). Obsérvese que, para el
Presión intrapleural volumen más elevado, un au
(cm H2O) mento de la presión intrapleural
2
(por aumento del esfuerzo espira-
torio) produce un mayor flujo es
piratorio. Sin embargo, para los
4
volúmenes medio y bajo, el flujo
se vuelve independiente del es
Flujo inspiratorio fuerzo después de superar una
(l/s) 6 determinada presión intrapleural.
de la vía respiratoria es de cero (no hay flujo) en todas partes, y como la pre-
sión intrapleural es de –5 cm H2O, hay una presión de 5 cm H2O (es decir, presión
transparietal) que mantiene abierta la vía respiratoria. Cuando empieza la inspi
ración (B), tanto la presión intrapleural como la alveolar disminuyen 2 cm H2O
(el mismo volumen pulmonar que en A, y se desprecia la resistencia tisular), y se
inicia el flujo. Debido a la caída de presión a lo largo de la vía respiratoria, la pre-
sión en el interior es de –1 cm H2O, y existe una presión de 6 cm H2O que man-
+5 +6
–5 –7
O O O –2 –1 O
Son varios los factores que exageran este mecanismo de limitación del flujo.
Uno de ellos es cualquier aumento de la resistencia de las vías respiratorias perifé-
ricas, porque eso aumenta la caída de presión a través de ellas y, por tanto, dismi-
nuye la presión intrabronquial durante la espiración (19 cm H2O en D). Otro es un
volumen pulmonar pequeño, porque disminuye la presión impulsora (alveolar-
intrapleural). Esta presión impulsora también disminuye si lo hace la presión de
retracción, como en el enfisema. También en esta enfermedad, la tracción radial
sobre las vías respiratorias está disminuida, y se comprimen más rápidamente.
Realmente, mientras que este tipo de limitación de flujo se observa sólo durante la
espiración forzada en personas sanas, puede suceder durante las espiraciones de
una respiración normal en pacientes con una neumopatía grave.
132 CAPÍTULO 7
FEV1
FVC FEV1 FVC
FEV1
Litros
FVC
1s 1s
1s
Figura 7-19. Medición del volumen espiratorio forzado (FEV1) y la capacidad vital forza
d
a (FVC).
A A
Volumen
B
C
Inspiración Espiración
Tiempo
Resistencia tisular
Cuando los pulmones y la pared torácica se mueven, se necesita cierta presión
para superar las fuerzas viscosas de los tejidos cuando se deslizan unos sobre otros.
Así, parte de la parte sombreada de la figura 7-13 debe atribuirse a estas fuerzas
tisulares. Sin embargo, esta resistencia tisular es sólo el 20 %, aproximadamente,
de la resistencia total (tejidos + vías respiratorias) en los pacientes jóvenes y sanos,
si bien puede aumentar en algunas enfermedades. Esta resistencia total recibe, a
veces, el nombre de resistencia pulmonar, para diferenciarla de la resistencia de las
vías respiratorias.
Trabajo respiratorio
Se necesita trabajo para mover los pulmones y la pared torácica. En este contexto,
es más conveniente medir el trabajo como presión × volumen.
1,0 D C
Es
0,5 F E B
p.
ns
del pulmón que muestra el trabajo respirato- I
A
rio realizado que supera las fuerzas elásticas
0 –5 – 10
(área 0AECD0) y las fuerzas viscosas (área
sombreada ABCEA). Presión intrapleural (cm H O)
2
Trabajo útil
Eficacia (%) = × 100
Energía total gastada (o coste de O2)
CO N CE P TOS C L AV E
1. La inspiración es activa, pero la espiración durante el reposo es pasiva. El mús-
culo más importante de la respiración es el diafragma.
2. La curva de presión-volumen pulmonar no es lineal y muestra histéresis. La
presión de retracción pulmonar puede atribuirse a su tejido elástico y a la ten-
sión superficial de la capa que tapiza los alvéolos.
3. El agente tensioactivo (surfactante) pulmonar es un fosfolípido producido por
las células de tipo II del epitelio alveolar. Si el sistema del surfactante es inma-
136 CAPÍTULO 7
duro, como sucede en algunos recién nacidos prematuros, los pulmones tienen
una escasa distensibilidad, y son inestables y edematosos.
4. La pared torácica es elástica, al igual que el pulmón, pero normalmente tiende
a expandirse. En la FRC, la retracción del pulmón hacia dentro y la retracción
hacia fuera de la pared torácica están en equilibrio.
5. En el flujo laminar, como el que existe en las pequeñas vías respiratorias, la
resistencia es inversamente proporcional a la cuarta potencia del radio.
6. La resistencia de la vía respiratoria pulmonar disminuye al aumentar el volu-
men pulmonar. Si se contrae el músculo liso de la vía respiratoria, como sucede
en el asma, la resistencia se reduce mediante tratamiento con agonistas adre-
nérgicos β2.
7. La compresión dinámica de las vías respiratorias durante una espiración for-
zada produce un flujo que no depende del esfuerzo. La presión impulsora es
entonces la presión alveolar menos la presión intrapleural. En los pacientes
con enfermedad pulmonar obstructiva, puede producirse compresión diná-
mica durante el esfuerzo leve, lo que causa una importante discapacidad.
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
5. Las regiones basales del pulmón humano en posición vertical están, normal-
mente, mejor ventiladas que las regiones superiores porque:
A. La resistencia de las vías respiratorias hacia las regiones superiores es mayor
que la de las regiones inferiores.
B. Existe menos agente tensioactivo en las regiones superiores.
C. El flujo de sangre hacia las regiones inferiores es mayor.
D. Las regiones inferiores tienen un pequeño volumen en reposo y un au
mento de volumen relativamente grande.
E. La Pco2 de las regiones inferiores es relativamente alta.
10. Según la ley de Poiseuille, la disminución del radio de una vía respiratoria a
una tercera parte, ¿cuántas veces aumentaría la resistencia?
A. 1/3
B. 3
C. 9
D. 27
E. 81
13. ¿Cuál de los siguientes factores aumenta la resistencia de las vías respiratorias?
A. Aumento del volumen pulmonar por encima de la FRC.
B. Aumento de la estimulación simpática de la musculatura lisa de las vías
respiratorias.
C. Ascender a gran altitud.
D. Inhalación del humo de cigarrillos.
E. Respiración de una mezcla de O2 al 21 % y helio al 79 % (peso molecu-
lar de 4).
140 CAPÍTULO 7
14. Una persona sana realiza un esfuerzo inspiratorio contra una vía respiratoria
cerrada. Se espera que ocurra lo siguiente:
A. Disminuye la tensión en el diafragma.
B. Se activan los músculos intercostales internos.
C. Aumenta la presión intrapleural (se vuelve menos negativa).
D. La presión alveolar desciende más que la presión intrapleural.
E.
Desciende la presión en el interior de los capilares.
15. Una mujer de 30 años da a luz a una niña a las 29 semanas de gestación. Poco
después del nacimiento, el bebé presenta dificultad creciente para respirar
e hipoxemia, y necesita ventilación mecánica. El fisioterapeuta respiratorio
observa que la resistencia de las vías respiratorias es normal, pero que la dis
tensibilidad es inferior a la prevista. ¿Cuál de los siguientes factores es proba-
ble que sea el causante de la insuficiencia respiratoria en este caso?
A. Disminución de la actividad de los macrófagos alveolares.
B. Disminución de la concentración de agente tensioactivo alveolar.
C. Aumento de la producción de moco en las vías respiratorias.
D. Aumento del edema de las paredes de las vías respiratorias.
E. Aumento de la contracción de la musculatura lisa de las vías respirato-
rias.
16. A un varón de 20 años se le pide que realice una espirometría como parte de
un proyecto de investigación. En el primer intento, exhala deliberadamente
con sólo el 50 % de su esfuerzo máximo. En el segundo intento, exhala con
el 100 % de su esfuerzo máximo. Si analizara los datos del segundo intento,
¿qué patrón de cambios cabría esperar ver en el flujo espiratorio máximo
y el flujo en la última parte de la espiración en comparación con el primer
intento?
142
CONTROL DE LA VENTILACIÓN 143
Controlador central
Bulbo raquídeo,
Estímulo protuberancia, otras partes Estímulo
del encéfalo eferente
Sensores Efectores
Los tres elementos básicos del sistema de control respiratorio (fig. 8-1) son:
1. Sensores, que recogen información y la conducen al
2. Controlador central en el encéfalo, que coordina la información y, a su vez,
envía impulsos a los
3. Efectores (músculos respiratorios), que producen la ventilación.
Veremos que el aumento de actividad de los efectores suele disminuir, finalmente,
el impulso sensitivo al encéfalo, por ejemplo, disminuyendo la Pco2 arterial. Es
una muestra de retroalimentación negativa.
Controlador central
El proceso automático normal de la respiración se produce por impulsos que pro-
ceden del tronco encefálico. Si se desea un control voluntario, la corteza cerebral
puede no hacer caso a estos centros. En determinadas situaciones, se producen
impulsos adicionales en otras partes del encéfalo.
Tronco encefálico
La naturaleza periódica de la inspiración y la espiración está controlada por el
generador del patrón central que comprende grupos de neuronas localizadas en la
protuberancia y el bulbo raquídeo. En la actualidad, se reconocen tres grupos
principales de neuronas.
1. Centro respiratorio bulbar, en la formación reticular del bulbo raquídeo, por
debajo del suelo del cuarto ventrículo. Existe un grupo de células en la
región ventrolateral, que se denominan complejo pre-Botzinger, que parece
ser esencial en la generación del ritmo respiratorio. Además, un grupo de
células de la región dorsal del bulbo raquídeo (grupo respiratorio dorsal) se
144 CAPÍTULO 8
Centros respiratorios
Corteza cerebral
La respiración está bajo control voluntario en gran medida, y la corteza cerebral
puede ignorar la función del tronco encefálico dentro de unos límites. No es difí-
cil reducir a la mitad la Pco2 arterial mediante hiperventilación, aunque la consi-
guiente alcalosis puede causar tetania, con contracción de los músculos de las
manos y los pies (espasmo carpopedio). La reducción a la mitad de la Pco2 aumenta
el pH arterial en, aproximadamente, 0,2 unidades (v. fig. 6-8).
La hipoventilación voluntaria es más difícil. La duración de la contención de la
respiración está limitada por varios factores, entre ellos la Pco2 y la Po2 arteriales.
Un período preliminar de hiperventilación aumenta el tiempo de contención de la
respiración, especialmente si se respira oxígeno. Sin embargo, intervienen otros
factores, además de los químicos, y se demuestra por la observación que si, en el
punto de interrupción de la contención respiratoria, se inhala una mezcla de gases
que eleva la Pco2 arterial y disminuye la Po2, es posible un período adicional de
contención respiratoria.
Efectores
Los músculos respiratorios son el diafragma, los músculos intercostales, los
músculos abdominales y los músculos accesorios como el esternocleidomastoideo.
Al principio del capítulo 7, se describen las acciones de todos ellos. También se
envían impulsos a los músculos nasofaríngeos para mantener la permeabilidad de
las vías respiratorias superiores. Esto es especialmente importante durante el
sueño. En el contexto del control de la ventilación, es de vital importancia que
estos diversos grupos de músculos actúen de forma coordinada; ésta es la respon-
sabilidad del controlador central. Hay datos que señalan que algunos recién naci-
dos, particularmente los prematuros, presentan una actividad no coordinada de la
musculatura respiratoria, en especial durante el sueño. Por ejemplo, los músculos
torácicos pueden tratar de inspirar mientras los músculos abdominales espiran.
Esto puede ser un factor en el síndrome de la muerte súbita del lactante.
146 CAPÍTULO 8
Sensores
Quimiorreceptores centrales
Un quimiorreceptor es un receptor que responde a un cambio en la compo-
sición química de la sangre u otro líquido que le rodee. Los receptores más
importantes que intervienen en el control minuto a minuto de la ventilación son
los situados cerca de la superficie ventral del bulbo raquídeo, en la vecindad de la
salida de los pares craneales IX y X. En los animales, la aplicación local de H+ o
CO2 disuelto en esta zona estimula la respiración en unos segundos. En un tiempo,
se pensó que el propio centro respiratorio bulbar era el lugar de acción del CO2,
pero actualmente se acepta que los quimiorreceptores están separados anatómica-
mente. Algunos datos indican que se encuentran unos 200 mm a 400 µm por
debajo de la superficie ventral del bulbo raquídeo (fig. 8-2).
Los quimiorreceptores centrales están rodeados por líquido extracelular encefá-
lico (LEE), y responden a cambios de la concentración de H+. Un aumento de
la concentración de H+ estimula la ventilación, mientras que una disminución la
inhibe. La composición del líquido extracelular alrededor de los receptores está
regida por el líquido cefalorraquídeo (LCR), el flujo sanguíneo local y el metabo-
lismo local.
De todos ellos, el LCR es, aparentemente, el más importante. Está separado de
la sangre por la barrera hematoencefálica, que es relativamente impermeable a los
iones H+ y HCO–3, aunque el CO2 molecular difunde a través de ella con facilidad.
Cuando aumenta la Pco2 sanguínea, el CO2 difunde al LCR desde los vasos sanguí-
neos cerebrales, liberando iones H+, que estimulan los quimiorreceptores. Así, el
nivel de CO2 en la sangre regula la ventilación, principalmente, por su efecto sobre
el pH del LCR. La hiperventilación resultante disminuye la Pco2 en la sangre y, por
Encéfalo
Vaso
sanguíneo
H+ HCO3– CO2
Barrera
LEE
Quimiorreceptor
LCR
pH
Cráneo
Quimiorreceptores centrales
Quimiorreceptores periféricos
Los quimiorreceptores periféricos se localizan en los cuerpos carotídeos, en la
bifurcación de las arterias carótidas primitivas, y en los cuerpos aórticos, por
encima y por debajo del arco o cayado aórtico. Los cuerpos carotídeos son los
más importantes en el ser humano. Contienen células glómicas de dos tipos. Las
células de tipo I muestran una intensa tinción fluorescente, debido a su gran
contenido de dopamina, y están en estrecha aposición a las terminaciones del
nervio del seno carotídeo aferente (fig. 8-3). El cuerpo carotídeo también con-
tiene células de tipo II y abundantes capilares. El mecanismo preciso de los
cuerpos carotídeos sigue en duda, aunque muchos fisiólogos creen que las célu-
las glómicas son los lugares de quimiorrecepción, y que la regulación de la libe-
ración de neurotransmisores de las células glómicas mediante estímulos
fisiológicos y químicos afecta al ritmo de descarga de las fibras aferentes del
cuerpo carotídeo (fig. 8-3A).
Los quimiorreceptores periféricos responden a disminuciones de la Po2 y el
pH arteriales, y a aumentos de la Pco2 arterial. Son característicos entre los teji-
148 CAPÍTULO 8
SNC
75
II I
25
Cap 0
PO2 PCO2 50 100 500
pH
PO2 arterial (mm Hg)
A B
Figura 8-3. A) Esquema de un cuerpo carotídeo que contiene células de tipo I y de tipo II
con muchos capilares (Cap). Los impulsos se desplazan hacia el sistema nervioso central
(SNC) por el nervio del seno carotídeo. B) Muestra la respuesta no lineal a la Po2 arterial.
Obsérvese que la respuesta máxima se produce por debajo de una Po2 de 50 mm Hg.
En los seres humanos, los cuerpos carotídeos, aunque no los aórticos, respon-
den al descenso del pH arterial. Esto sucede independientemente de si la causa es
respiratoria o metabólica. Se produce la interacción de los diversos estímulos. Así,
los aumentos de la actividad de los quimiorreceptores en respuesta a descensos de
la Po2 arterial se potencian por aumentos de la Pco2 y, en los cuerpos carotídeos,
por descensos del pH.
Quimiorreceptores periféricos
Receptores pulmonares
1. Receptores de estiramiento pulmonar
También conocidos como receptores de estiramiento pulmonar de adaptación
lenta, se cree que se encuentran en la musculatura lisa de las vías respiratorias.
Estos receptores emiten impulsos como respuesta a la distensión pulmonar, y su
actividad se mantiene con la insuflación pulmonar; es decir, muestran una escasa
adaptación. Los impulsos discurren por el nervio vago a través de grandes fibras
mielínicas.
El principal efecto reflejo de estos receptores es una lentificación de la fre-
cuencia respiratoria, debido a un aumento del tiempo espiratorio. Es lo que se
conoce como reflejo de insuflación de Hering-Breuer. Puede demostrarse bien
en una preparación de conejo en la que el diafragma contiene un trozo de mús-
culo del que pueden obtenerse registros sin interferir con los demás músculos
respiratorios. Los experimentos clásicos mostraban que la insuflación de los pul-
mones tendía a inhibir la actividad adicional de los músculos inspiratorios.
También se observa la respuesta opuesta; es decir, el desinflado de los pulmones
tiende a iniciar la actividad inspiratoria (reflejo de desinflado). Así pues, estos
reflejos pueden proporcionar un mecanismo autorregulador de retroalimenta-
ción negativa.
Se llegó a pensar que los reflejos de Hering-Breuer desempeñaban un papel
importante en la ventilación determinando la frecuencia y la profundidad respira-
torias. Esto podría hacerse utilizando la información de estos receptores de esti
ramiento para regular el mecanismo de «desactivación» del bulbo raquídeo. Por
ejemplo, la vagotomía bilateral, que elimina el impulso que llega a estos recepto-
res, causa una respiración lenta y profunda en la mayoría de los animales. Sin
embargo, estudios más recientes indican que los reflejos están fundamentalmente
inactivos en los seres humanos adultos, salvo que se supere 1 litro el volumen
corriente, como sucede en el esfuerzo. El bloqueo bilateral transitorio de los ner-
vios vagos por anestesia local en seres humanos despiertos no cambia ni la fre-
cuencia ni el volumen respiratorios. Algunos datos apuntan que estos reflejos
pueden ser más importantes en los recién nacidos.
150 CAPÍTULO 8
3. Receptores J
Estos receptores son las terminaciones de fibras C amielínicas y, a veces, se cono-
cen por ese nombre. Se usa el término «yuxtacapilar», o J, porque se cree que
estos receptores se encuentran en las paredes alveolares, junto a los capilares. La
prueba de su localización es que responden con gran rapidez a sustancias químicas
inyectadas en la circulación pulmonar. Los impulsos ascienden por el nervio vago
en fibras amielínicas de conducción lenta, y pueden producir una respiración
rápida y superficial, si bien la estimulación intensa causa apnea. Hay datos que
indican que la congestión de los capilares pulmonares y los aumentos del volumen
del líquido intersticial de la pared alveolar activan estos receptores. Pueden des-
empeñar un papel en la respiración rápida y superficial, y la disnea (sensación de
dificultad respiratoria) asociadas a la insuficiencia cardíaca izquierda y la neumo-
patía intersticial.
4. Fibras C bronquiales
Están irrigadas por la circulación bronquial en lugar de por la circulación pulmo-
nar, como sucede con los receptores J descritos anteriormente. Éstas responden
rápidamente a las sustancias químicas inyectadas en la circulación bronquial. Las
respuestas reflejas a la estimulación son una respiración rápida y superficial, bron-
coconstricción y secreción de moco.
Otros receptores
1. Receptores nasales y de las vías respiratorias superiores
La nariz, la nasofaringe, la laringe y la tráquea contienen receptores que respon-
den a la estimulación mecánica y química. Son una extensión de los receptores de
sustancias irritantes definidas anteriormente. Se han descrito varias respuestas
reflejas, entre ellas el estornudo, la tos y la broncoconstricción. Puede producirse
espasmo laríngeo si la laringe sufre una irritación mecánica, por ejemplo, durante
la inserción de un tubo endotraqueal con anestesia local insuficiente.
3. Sistema gamma
Muchos músculos, entre ellos los músculos intercostales y el diafragma, contie-
nen husos musculares que perciben el alargamiento muscular. Esta información
se utiliza para controlar, de forma refleja, la potencia de la contracción. Estos
receptores pueden intervenir en la sensación de disnea que se produce cuando se
necesitan esfuerzos respiratorios inusualmente intensos para mover los pulmones
y la pared torácica, como cuando existe, por ejemplo, una obstrucción de las vías
respiratorias.
4. Barorreceptores arteriales
Un aumento de la tensión arterial puede causar hipoventilación refleja o apnea a
través de la estimulación de los barorreceptores del seno aórtico y carotídeo. Por
el contrario, una disminución de la tensión arterial puede causar hiperventilación.
5. Dolor y temperatura
La estimulación de muchos nervios aferentes puede causar cambios en la ventila-
ción. El dolor causa, con frecuencia, un período de apnea seguido de hiperventi-
lación. El aumento de temperatura de la piel puede producir hiperventilación.
Respuestas integradas
Tras estudiar las diversas unidades que constituyen el sistema de control respira-
torio (fig. 8-1), es útil considerar las respuestas globales del sistema a los cambios
del CO2, el O2 y el pH arteriales, y al esfuerzo.
37
50
PO2 alveolar
110°
Ventilación (l/min BTPS)
40 47 o 169
30
Una disminución de la Pco2 arterial es muy eficaz para reducir el estímulo para
la ventilación. Por ejemplo, si el lector hiperventila voluntariamente durante unos
segundos, sentirá que no necesita respirar durante un corto período. Un paciente
anestesiado dejará de respirar, con frecuencia, durante un minuto, aproximada-
mente, si primero el anestesista lo hiperventila. En las carreras cortas, algunos
nadadores hiperventilan en el taco de salida para reducir la necesidad de respirar
durante la carrera.
La respuesta ventilatoria al CO2 disminuye con el sueño, el aumento de la edad,
y por factores genéticos, raciales y de personalidad. Los buceadores y deportistas
entrenados tienden a presentar una baja sensibilidad al CO2. Varios fármacos depri-
men el centro respiratorio, entre ellos la morfina y los barbitúricos. Los pacientes
que han ingerido una sobredosis de uno de estos fármacos suelen presentan una
notable hipoventilación. La respuesta ventilatoria al CO2 también disminuye si
aumenta el trabajo respiratorio, lo que puede demostrarse al hacer respirar a perso-
nas sanas a través de un tubo estrecho. No disminuye el impulso neurológico del
centro respiratorio, pero no es tan eficaz en la producción de ventilación. La res-
puesta ventilatoria anormalmente escasa a la CO2 y la retención de CO2 en algunos
pacientes con neumopatía puede explicarse, en parte, por el mismo mecanismo. En
estos pacientes, la disminución de la resistencia de las vías respiratorias con bronco-
dilatadores aumenta, con frecuencia, la respuesta ventilatoria. También hay signos
de que la sensibilidad del centro respiratorio está disminuida en estos pacientes.
Como ya hemos observado, el principal estímulo para aumentar la ventilación
cuando se eleva la Pco2 procede de los quimiorreceptores centrales, que respon-
den al aumento de la concentración de hidrogeniones del líquido extracelular
encefálico junto a los receptores. Un estímulo adicional procede de los quimiorre-
ceptores periféricos, producido tanto por el aumento de la Pco2 arterial como por
el descenso del pH.
Respuesta al oxígeno
El modo en que una disminución de la Po2 de la sangre arterial estimula la venti-
lación puede estudiarse haciendo que una persona respire mezclas de gases hipóxi-
cas. La Po2 y la Pco2 al final de la espiración se usan como medida de los valores
arteriales. La figura 8-5 muestra que cuando la Pco2 alveolar se mantiene a unos
36 mm Hg (alterando la mezcla inspirada), la Po2 puede disminuir hasta un valor
próximo a 50 mm Hg antes de que se produzca algún aumento apreciable de la
ventilación. La elevación de la Pco2 aumenta la ventilación con cualquier valor de
Po2 (compárese la fig. 8-4). Obsérvese que cuando aumenta la Pco2, una disminu-
ción de la Po2 por debajo de 100 mm Hg estimula algo la ventilación, a diferencia
de la situación en la que la Po2 es normal. Así, los efectos combinados de ambos
estímulos superan la suma de cada estímulo por separado; es lo que se denomina
interacción entre estímulos de CO2 elevado y O2 bajo. Se producen respuestas
muy diferentes entre las distintas personas.
Dado que la Po2 puede disminuirse tanto, normalmente, sin provocar una res-
puesta ventilatoria, el papel que desempeña este estímulo hipóxico en el control
diario de la ventilación es pequeño. Sin embargo, si se asciende a gran altitud, se
produce un gran aumento de la ventilación en respuesta a la hipoxia (v. cap. 9).
154 CAPÍTULO 8
60
50
Ventilación (l/min BTPS)
40 PCO2
alveolar
30 48,7
20
43,7
Figura 8-5. Curvas de respuesta a la
10 hipoxia. Obsérvese que cuando la Pco2 es
35,8 de 35,8 mm Hg, casi no se produce au
mento de la ventilación hasta que la Po2
0 disminuye a 50 mm Hg, aproximadamen
20 40 60 80 100 120 140
te. BTPS, temperatura corporal, presión
PO2 alveolar (mm Hg) ambiental, saturación de vapor de agua.
Respuesta al pH
Una disminución del pH de la sangre arterial estimula la ventilación. En la prác-
tica, con frecuencia es difícil separar la respuesta ventilatoria producida por un
descenso del pH de la causada por una elevación acompañante de la Pco2. Sin
embargo, en animales de laboratorio en los que es posible disminuir el pH con
una Pco2 constante, puede demostrarse de forma convincente el estímulo para la
ventilación. Los pacientes con una acidosis metabólica parcialmente compensada
(como una diabetes mellitus no controlada) que tienen un pH bajo y una Pco2 baja
(v. fig. 6-8) muestran un aumento de la ventilación. Realmente, a esta se debe la
disminución de la Pco2.
Como ya hemos comentado, el principal lugar de acción de un pH arterial dis-
minuido son los quimiorreceptores periféricos. También es posible que los quimio-
rreceptores centrales o el propio centro respiratorio puedan verse afectados por un
cambio del pH sanguíneo, si es lo suficientemente importante. En este caso, la
barrera hematoencefálica se vuelve parcialmente permeable a los hidrogeniones.
Respuesta al esfuerzo
Con el esfuerzo, la ventilación aumenta rápidamente, y durante el esfuerzo agota-
dor puede alcanzar niveles muy elevados. Los jóvenes en forma que alcanzan un
consumo de oxígeno máximo de 4 l/min pueden presentar una ventilación total de
150 l/min, es decir, más de 15 veces su nivel de reposo. Este aumento de la venti-
lación se empareja estrechamente con el aumento de la captación de O2 y la expul-
sión de CO2. Hay que señalar que se sabe poco acerca de la causa del aumento de
la ventilación durante el esfuerzo.
La Pco2 arterial no aumenta durante el esfuerzo; en realidad, durante el
esfuerzo intenso, es típico que descienda ligeramente. La Po2 arterial suele aumen-
tar ligeramente, aunque puede descender con niveles de esfuerzo intensos. El pH
arterial permanece casi constante durante el esfuerzo moderado, aunque durante
el esfuerzo intenso desciende, a causa de la liberación de ácido láctico por glucó-
lisis anaerobia. Está claro, sin embargo, que ninguno de los mecanismos que
hemos comentado hasta el momento pueden ser la causa del gran aumento de la
ventilación que se observa durante el esfuerzo leve a moderado.
Se han propuesto otros estímulos. El movimiento pasivo de las extremidades
estimula la ventilación tanto en los animales anestesiados como en los seres huma-
nos despiertos. Se trata de un reflejo con receptores probablemente localizados en
las articulaciones o los músculos, y puede ser responsable del brusco aumento de la
ventilación que se observa durante los primeros segundos del esfuerzo. Una hi
pótesis sugiere que oscilaciones de la Po2 y la Pco2 arteriales pueden estimular los
quimiorreceptores periféricos, incluso aunque el nivel medio permanezca sin alte-
raciones. Estas fluctuaciones se deben a la naturaleza periódica de la ventilación, y
aumentan cuando lo hace el volumen corriente, como sucede con el esfuerzo. Otra
teoría sugiere que los quimiorreceptores centrales aumentan la ventilación para
mantener la Pco2 arterial constante por algún tipo de servomecanismo, igual que el
termostato puede controlar una caldera con pocos cambios en la temperatura. La
objeción de que la Pco2 arterial a menudo desciende con el esfuerzo se contesta con
la afirmación de que el nivel preferido de Pco2 se retoma (reset) de algún modo. Los
156 CAPÍTULO 8
que proponen esta teoría creen que la respuesta ventilatoria a la inhalación de CO2
puede no ser una indicación fiable de lo que sucede con el esfuerzo.
Otra de las hipótesis afirma que la ventilación está relacionada, de algún modo,
con la carga de CO2 adicional que llega a los pulmones en la sangre venosa mixta
durante el esfuerzo. En experimentos con animales, se ha demostrado que un au
mento de esta carga, producida por infusión de CO2 en la sangre venosa o por un
aumento del retorno venoso, se relacionaba con la ventilación. Sin embargo, el pro-
blema que plantea esta hipótesis es que no se ha encontrado un receptor adecuado.
Entre otros factores que se han propuesto, se encuentran el aumento de la tem-
peratura corporal durante el esfuerzo, que estimula la ventilación, y los impulsos
desde la corteza motora. Sin embargo, ninguna de las teorías propuestas hasta la
fecha es totalmente satisfactoria.
CO N CE P TOS C L AV E
1. Los centros respiratorios responsables del patrón rítmico de la respiración se
localizan en la protuberancia y el bulbo raquídeo del tronco encefálico. La
corteza cerebral puede no hacer caso, en cierta medida, de los impulsos de
estos centros.
2. Los quimiorreceptores centrales se localizan junto a la superficie ventral del
bulbo raquídeo, y responden a cambios en el pH del LCR que, a su vez, se
deben a la difusión de CO2 desde capilares cerebrales. Las alteraciones de la
concentración de bicarbonato del LCR regulan el pH y, por lo tanto, la res-
puesta de los quimiorreceptores.
3. Los quimiorreceptores periféricos, principalmente en los cuerpos carotídeos,
responden a una disminución de Po2 y a un aumento de la Pco2 y la concen-
CONTROL DE LA VENTILACIÓN 157
CASO CLÍNICO
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
• Esfuerzo
• Gran altitud
Hiperventilación
Policitemia
Otros cambios fisiológicos L os pulmones sanos tienen grandes reservas
en reposo, lo que les permite satisfacer el
a gran altitud
Residentes permanentes aumento de las demandas del intercambio de
a gran altitud gases durante el esfuerzo. Además, los pulmones
• Toxicidad del O2 actúan como nuestro principal vínculo fisiológico
Atelectasia por absorción con el entorno en el que vivimos; su superficie es
aproximadamente 30 veces mayor que la de la
• Vuelo espacial piel. El impulso humano por ascender cada vez
• Aumento de presión más y sumergirse más profundamente somete
Efectos de la descompresión al aparato respiratorio a un gran estrés, ¡aunque
Narcosis por gases inertes estas situaciones son leves agresiones, en
Toxicidad del O2 comparación con el momento del nacimiento!
Tratamiento con O2
hiperbárico
• Atmósferas contaminadas
• Respiración de líquidos
• Respiración perinatal
Intercambio de gases a
través de la placenta
Primera respiración
Cambios circulatorios
161
162 CAPÍTULO 9
Esfuerzo
Las demandas del intercambio de gases en los pulmones aumentan notablemen
te durante el esfuerzo. Habitualmente, el consumo de oxígeno en reposo de
300 ml/min puede aumentar a unos 3 000 ml/min en una persona moderadamen
te en forma (y hasta 6 000 ml/min en los deportistas de élite). De igual modo, la
expulsión de CO2 en reposo, es decir, 240 ml/min aumenta a unos 3 000 ml/min.
Típicamente, el cociente respiratorio (R) aumenta desde alrededor de 0,8, en re
poso, hasta 1, con el esfuerzo. Este aumento refleja una mayor disposición de los
hidratos de carbono, en lugar de las grasas, para producir la energía necesaria.
Realmente, R alcanza, a menudo, niveles incluso mayores durante la situación
inestable de esfuerzo intenso, cuando se produce ácido láctico por glucólisis anae
robia, y se elimina, por lo tanto, CO2 adicional desde el bicarbonato. Además,
existe un aumento de la eliminación de CO2 porque el aumento de la concentra
ción de hidrogeniones estimula los quimiorreceptores periféricos, con lo que la
ventilación aumenta.
El esfuerzo se estudia convenientemente en una cinta sin fin o en una bicicleta
estática. Cuando se aumenta el ritmo (o potencia) de trabajo, la captación de oxí
geno aumenta de forma lineal ·(fig. 9-1A). Sin embargo, cuando se supera un
determinado
· ritmo de trabajo, Vo2 se vuelve constante; es lo que se conoce como
Vo2 máx. Un aumento del ritmo de trabajo por encima de este nivel sólo puede
producirse mediante glucólisis anaerobia.
La ventilación también aumenta · de forma lineal inicialmente
· cuando se repre
senta frente al ritmo de trabajo o Vo2, aunque con valores de Vo2 elevados, aumenta
con mayor rapidez porque se libera ácido láctico, y esto aumenta el estímulo ven
tilatorio (fig. 9-1B). A veces, existe un claro corte en la pendiente; es lo que se ha
denominado umbral anaerobio o umbral de ventilación, aunque el término es algo
Ventilación y gasto cardíaco (l/min)
4 150
UA
Lactato en sangre (mM)
VO2 máx 10
100
VO2 (l / min)
2 La
VE 5
50
Q
0 0 0
0 100 200 300 0 2 4
A Índice de trabajo (vatios) B VO2 (l / min)
·
Figura 9-1. A) El consumo de O2 (Vo2) aumenta de forma casi lineal con el índice de trabajo
·
hasta alcanzar el Vo2 máx. B) La ventilación aumenta, en un principio, de forma lineal con el
consumo de O2, pero aumenta más rápidamente cuando se forman cantidades importantes de
lactato. Si existe un punto de inflexión claro, se denomina, a veces, umbral anaerobio o umbral
de ventilación (UA). El gasto cardíaco aumenta más lentamente que la ventilación.
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 163
controvertido. Las personas que no hacen ejercicio producen lactato con niveles
de esfuerzo relativamente bajos, mientras que las que están bien entrenadas pue
den alcanzar niveles de esfuerzo bastante elevados antes de que aparezca una glu
cólisis anerobia importante.
Son muchas las funciones del aparato respiratorio que varían en respuesta al
esfuerzo. La capacidad de difusión de los pulmones aumenta a causa de incremen
tos en la capacidad de difusión de la membrana (DM) y del volumen de sangre en
los capilares pulmonares, Vc. Estos cambios se producen por reclutamiento y dis
tensión de capilares pulmonares, particularmente en las partes superiores de los
pulmones. Normalmente, la capacidad de difusión aumenta, al menos, tres veces.
No obstante, algunos deportistas de élite muestran, con niveles de esfuerzo extre
madamente elevados, una disminución de la Po2 arterial causada probablemente
por una limitación de la difusión debido al reducido tiempo disponible para la
carga de oxígeno en los capilares pulmonares (v. fig. 3-3).
El gasto cardíaco aumenta de forma, aproximadamente, lineal con respecto al
nivel de esfuerzo, a causa del aumento tanto de la frecuencia cardíaca como del
volumen sistólico. Sin embargo, el cambio del gasto cardíaco es sólo una cuarta
parte del aumento de la ventilación (en l/min). Esto tiene sentido, porque es
mucho
· ·más
fácil desplazar aire que sangre.
· Si observamos la ecuación de Fick,
Vo2 = Q (Cao2 – C –vo2), el aumento de Vo2 se produce tanto por un aumento del
gasto cardíaco como por un aumento de la diferencia arteriovenosa de O2 a causa
de la disminución de la concentración de oxígeno de la sangre· venosa. · Por el con
trario, si observamos la ecuación análoga de la ventilación, Vo2 = Ve (Fio2 – Feo2),
la diferencia entre las concentraciones de O2 inspirado y espirado no varía. Esto es
compatible con el aumento mucho mayor de la ventilación que del flujo sanguí
neo. El aumento del gasto cardíaco se asocia a elevaciones en las presiones tanto
arterial como venosa pulmonar, que son la causa del reclutamiento y la distensión
de capilares pulmonares. La resistencia vascular pulmonar desciende.
En las personas sanas, la magnitud del desequilibrio ventilación-perfusión dis
minuye durante el esfuerzo moderado, debido a la distribución topográfica más
uniforme del flujo sanguíneo. Sin embargo, dado que el grado de desequilibrio
ventilación-perfusión en las personas sanas no es importante, las consecuencias
son escasas. Se ha observado que, en los deportistas de élite, se produce un cierto
desequilibrio ventilación-perfusión cuando realizan un esfuerzo muy intenso,
posiblemente a causa de un ligero nivel de edema pulmonar intersticial. Cier
tamente, debe salir líquido de los capilares pulmonares a causa del aumento de
presión en su interior.
La curva de disociación del oxígeno se desplaza a la derecha en los músculos
que realizan esfuerzo, debido al aumento de la Pco2, la concentración de hidroge
niones y la temperatura. Esto ayuda a la descarga de oxígeno en los músculos.
Cuando la sangre regresa a los pulmones, la temperatura de la sangre desciende
un poco y la curva se desplaza algo hacia la izquierda. En algunos animales, como
los caballos y los perros, el hematocrito aumenta con el ejercicio, porque se expul
san hematíes desde el bazo, aunque es algo que no sucede en los seres humanos.
En los tejidos periféricos, se abren capilares adicionales, con lo que disminuye
la distancia de la vía de difusión a las mitocondrias. La resistencia vascular perifé
rica disminuye porque el gran aumento del gasto cardíaco no se asocia en gran
parte con un aumento de la presión arterial media durante el esfuerzo dinámico,
164 CAPÍTULO 9
como correr aunque la presión sistólica con frecuencia aumenta de manera consi
derable. Durante el esfuerzo estático, como el levantamiento de peso, se producen
con frecuencia grandes aumentos de la presión arterial sistémica. El entrena
miento aumenta el número de capilares y mitocondrias en el músculo esquelético.
Esfuerzo
Gran altitud
La presión atmosférica disminuye con la distancia por encima de la superficie
terrestre, de un modo aproximadamente exponencial (fig. 9-2). La presión a
5 800 m es sólo la mitad de la normal de 760 mm Hg, de modo que la Po2 del aire
húmedo inspirado es de (380 – 47) × 0,2093 = 70 mm Hg (47 mm Hg es la presión
parcial del vapor de agua a temperatura corporal). En la cima del Everest (8 848 m),
la Po2 inspirada es sólo de 43 mm Hg. A 19 200 m, la presión atmosférica es de
47 mm Hg, por lo que la Po2 inspirada es cero.
A pesar de la hipoxia asociada a la gran altitud, unos 140 millones de personas
viven a alturas superiores a 2 500 m, y en los Andes, los residentes permanentes
viven por encima de los 5 000 m. Se produce un importante grado de aclimatación
cuando los seres humanos ascienden a estas altitudes; en realidad, los alpinistas
previamente han vivido varios días a altitudes elevadas que, de lo contrario, pro
ducirían inconsciencia en unos segundos si no se hubiera realizado la aclimata
ción.
Hiperventilación
La característica más importante de la aclimatación a las grandes altitudes es la
hiperventilación. Su valor fisiológico puede observarse al considerar la ecuación
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 165
Altitud (ft)
0 10 000 20 000
800
Presión atmosférica (mm Hg) A nivel del mar 150
Denver
0
0
0 2 000 4 000 6 000 8 000
Altitud (m)
Figura 9-2. Relaciones entre altitud y presión atmosférica. Obsérvese que la Po2 del aire
húmedo inspirado es de unos 130 mm Hg a 1 520 m (Denver, CO), pero es sólo de 43 mm Hg
en la cima del Everest.
del aire alveolar para un alpinista en la cima del Everest. Si la Pco2 alveolar del
alpinista fuera de 40 y el cociente de intercambio respiratorio1 tuviera un valor
de 1, la Po2 alveolar del alpinista sería de 43 – (40/1) = ¡3 mm Hg! Sin embargo, al
multiplicar por cinco la ventilación del alpinista, y reducir así la Pco2 a 8 mm Hg
(v. pág. 20), la Po2 alveolar aumenta a 43 – 8 = 35 mm Hg. Normalmente, la Pco2
arterial en residentes permanentes a 4 600 m es de unos 33 mm Hg.
El mecanismo de la hiperventilación es la estimulación hipóxica de los qui
miorreceptores periféricos. La baja Pco2 arterial y la alcalosis resultantes
tienden a inhibir este aumento de la ventilación, pero al cabo de un día, aproxi
madamente, el pH del líquido cefalorraquídeo regresa por la salida de bicarbo
nato del LCR y, al cabo de 2 o 3 días, el pH de la sangre arterial regresa casi a la
normalidad, por la excreción renal de bicarbonato. Estos frenos sobre la ventila
ción disminuyen, y esto hace que aumente más. Además, no hay signos de que la
sensibilidad de los cuerpos carotídeos a la hipoxia aumente durante la aclimata
ción. Curiosamente, las personas que han nacido a gran altitud presentan una
disminución de la respuesta ventilatoria a la hipoxia, que sólo se corrige si des
pués se vive a nivel del mar.
Policitemia
Otra característica aparentemente importante de la aclimatación a grandes altitu
des es un aumento de la concentración sanguínea de hematíes. El consiguiente
incremento de la concentración de hemoglobina y, por lo tanto, de la capacidad de
100
4 600 m
50
0
Figura 9-3. Valores de Po2 desde el aire inspirado a la sangre venosa mixta a nivel del
mar y en residentes a una altitud de 4 600 m. Obsérvese que, a pesar de la Po2 inspirada
mucho menor en altitud, la Po2 de la sangre venosa mixta es sólo 7 mm Hg menor.
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 167
nocivo, y algunos fisiólogos creen que la intensa policitemia que a veces se observa
es una respuesta inadecuada.
Toxicidad del O2
El problema habitual es obtener suficiente O2 en el organismo, pero es posible
tener demasiado. Cuando se respiran grandes concentraciones de O2 durante
muchas horas, pueden dañarse los pulmones. Si se colocan cobayas en O2 al 100 %
a presión atmosférica durante 48 h, presentan edema pulmonar. Los primeros
cambios fisiopatológicos se observan en las células endoteliales de los capilares
pulmonares (v. fig. 1-1). Es difícil (quizá afortunadamente) administrar concentra
ciones de O2 muy elevadas a los pacientes, pero se han demostrado signos de
alteración del intercambio de gases tras la inhalación de O2 al 100 % durante 30 h.
Los voluntarios sanos que respiran O2 al 100 % a presión atmosférica durante 24 h
se quejan de molestias subesternales, que se agravan con la respiración profunda,
y presentan una disminución de la capacidad vital de 500 ml a 800 ml. Proba
blemente, esto se deba a atelectasia por absorción (v. a continuación).
Otro riesgo de la respiración de O2 al 100% se observa en los recién nacidos
prematuros que presentan ceguera debido a retinopatía de la prematuridad, es
decir, formación de tejido fibroso por detrás del cristalino. Aquí, el mecanismo
es la vasoconstricción local causada por la elevada Po2 en la incubadora, y puede
evitarse si se mantiene la Po2 arterial por debajo de 140 mm Hg.
O2 Puro Aire
O2 (100)
O2 668 CO2 (40)
CO2 45 N2 573
H2O 47 H 2O 47
Total 760 O2 40 Total 760
O2 55 CO2 45
CO2 45 N2 573
H2O 47 H2O 47
Total 147 Total 705
A B
Figura 9-4. Razones para la aparición de atelectasia de los alvéolos más allá de las vías
respiratorias bloqueadas cuando se respira O2 (A) y cuando se respira aire (B). Obsérvese
que, en ambos casos, la suma de las presiones parciales de los gases en la sangre venosa
mixta es menor que la de los alvéolos. B) La Po2 y la Pco2 se muestran entre paréntesis por-
que estos valores cambian con el tiempo. Sin embargo, la presión alveolar total permanece
a pocos mm Hg de 760.
Vuelo espacial
La ausencia de gravedad provoca diversos cambios fisiológicos, y algunos de ellos
afectan a los pulmones. La distribución de la ventilación y del flujo sanguíneo se
vuelve más uniforme, con una correspondiente mejora del intercambio de gases
(v. figs. 5-8 y 5-10), aunque sigue existiendo alguna desigualdad debida a factores
no gravitatorios. Se altera el depósito de aerosol inhalado, a causa de la ausencia de
sedimentación. Además, el volumen sanguíneo torácico aumenta inicialmente por
que la sangre no se almacena en las extremidades inferiores, y esto eleva el volumen
de sangre en los capilares pulmonares y la capacidad de difusión. Al regresar a la
Tierra, aparece hipotensión postural; es lo que se conoce como descondicionamiento
cardiovascular. Puede producirse descalcificación ósea y atrofia muscular, probable
mente por falta de movimiento. Existe también una pequeña reducción de la masa
eritrocitaria. El mal del espacio durante los primeros días de vuelo puede suponer
un grave problema operativo.
Aumento de presión
Durante la inmersión, la presión aumenta 1 atmósfera por cada 10 m de descenso.
La presión en sí es relativamente inocua, en tanto esté equilibrada. Sin embargo,
si una cavidad con aire, como los pulmones, el oído medio o un seno intracraneal
no puede comunicar con el exterior, la diferencia de presión puede causar com
presión al descender o hiperexpansión al ascender. Por ejemplo, es muy impor
tante para los buceadores con escafandra exhalar al ir ascendiendo, para evitar la
hiperinsuflación y la posible rotura pulmonar. Esto se conoce como barotrauma
tismo. El aumento de densidad del aire en la profundidad aumenta el trabajo res
piratorio, lo que puede causar retención de CO2, especialmente con el esfuerzo.
Efectos de la descompresión
Durante la inmersión, la elevada presión parcial del N2 fuerza a este aire poco
soluble a entrar en solución en los tejidos corporales. Esto se produce sobre todo
en el tejido adiposo, que tiene una relativamente elevada solubilidad para el N2.
Sin embargo, el aporte sanguíneo del tejido adiposo es escaso, y la sangre puede
transportar poco N2. Además, el gas difunde lentamente a causa de su escasa solu
bilidad. Como resultado, el equilibrio entre los tejidos y el entorno tarda horas.
Durante el ascenso, el N2 se elimina lentamente de los tejidos. Si la descompre
sión es excesivamente rápida, se forman burbujas de N2 gaseoso, igual que cuando
se libera CO2 al abrir una botella de champán. Pueden aparecer algunas burbujas sin
que se produzcan alteraciones fisiológicas, pero las grandes cantidades de burbujas
y el aumento de volumen que experimentan durante el ascenso pueden causar dolor,
especialmente en la región de las articulaciones. En casos graves, pueden aparecer
alteraciones neurológicas como sordera, alteración de la visión e incluso parálisis,
debido a burbujas en el sistema nervioso central que obstruyen el flujo sanguíneo.
El tratamiento de los efectos de la descompresión es una nueva compresión. Se
reduce así el volumen de las burbujas, y se las fuerza a volver a entrar en solución,
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 171
Efectos de la descompresión
Toxicidad del O2
Ya comentamos que la inhalación de O2 al 100 % a 1 atmósfera puede dañar los
pulmones. Otra forma de toxicidad del O2 es la estimulación del SNC, que pro
duce convulsiones, cuando la Po2 supera considerablemente los 760 mm Hg. Las
convulsiones pueden ir precedidas por síntomas como náuseas, pitidos en los
oídos y espasmo facial.
La probabilidad de que aparezcan convulsiones depende de la Po2 inspirada y
de la duración de la exposición, y aumenta si las personas realizan esfuerzo. Con
una Po2 de 4 atmósferas, aparecen convulsiones, frecuentemente, en 30 min. En
inmersiones cada vez más profundas, la concentración de O2 disminuye progresi
vamente para evitar los efectos tóxicos, y puede, finalmente, ser de tan sólo un 1 %
¡para una Po2 inspirada normal! El submarinista aficionado nunca debe llenar sus
tanques con O2, a causa del peligro de sufrir una convulsión bajo el agua. Sin
embargo, los militares utilizan el O2 puro, en ocasiones, para inmersiones a poca
profundidad, porque un circuito respiratorio cerrado con un dispositivo para
absorber CO2 no produce burbujas detectables. No se conoce bien la base bioquí
mica de los efectos nocivos de una elevada Po2 sobre el SNC, pero es probable que
se encuentre en la inactivación de determinadas enzimas, especialmente deshidro
genasas que contienen grupos sulfhidrilo.
Atmósferas contaminadas1
La contaminación atmosférica es un problema cada vez mayor en muchos países,
a medida que aumenta el número de industrias y de automóviles. Los principales
contaminantes son varios óxidos de nitrógeno y azufre, el ozono, el monóxido de
carbono, varios hidrocarburos y materia particulada. De ellos, el óxido de nitró
1
Puede encontrar más información en JB West, Fisiopatología pulmonar, 8.ª ed., Lippincott Williams &
Wilkins. Barcelona 2013.
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 173
Respiración de líquidos
Es posible que los mamíferos sobrevivan unas horas respirando líquido en lugar de
aire, algo que se observó por primera vez con ratones en solución salina en los que
se aumentó la concentración de O2 por la exposición a O2 al 100 % a 8 atmósferas
de presión. Posteriormente, ratones, ratas y perros han sobrevivido un período
respirando fluorocarburo expuesto a O2 puro a 1 atmósfera. Este líquido presenta
una gran solubilidad tanto para el O2 como para el CO2. Los animales volvieron
sin problema a respirar aire.
174 CAPÍTULO 9
Como los líquidos tienen una densidad y viscosidad mucho mayores que el
aire, el trabajo respiratorio aumenta notablemente. Sin embargo, puede lograrse
la oxigenación adecuada de la sangre arterial si se eleva lo suficiente la concentra
ción inspirada. Curiosamente, la eliminación de CO2 es un grave problema.
Comentamos anteriormente que la difusión en las vías respiratorias es fundamen
talmente responsable del intercambio de gases que se produce entre los alvéolos y
los bronquíolos terminales o respiratorios, donde se produce la mayor parte del
flujo por convección. Como los índices de difusión de gases en líquido son muchos
órdenes de magnitud menores que en la fase de gas, esto significa que debe man
tenerse una gran diferencia de presión parcial de CO2 entre los alvéolos y los
bronquíolos terminales. Los animales que respiran líquido, sin embargo, suelen
presentar retención de CO2 y acidosis. Obsérvese que la presión de difusión del
O2 puede elevarse siempre aumentando la Po2 inspirada, pero esta opción no
existe para contribuir a eliminar CO2.
Respiración perinatal
A la cabeza
25
Pulmón CA Pulmón
V 19
C 14
S
AD AI
FO Ao
VCI 22
VD VI
14
Tejidos
30
Placenta
Figura 9-5. Circulación sanguínea en el feto humano. Los números muestran la Po2 apro-
ximada de la sangre en mm Hg. En el texto, se ofrecen más detalles.
Ver a continuación el resumen de las tres diferencias más importantes entre las
circulaciones fetal y del adulto:
1. La placenta está dispuesta en paralelo a la circulación de los tejidos, mien
tras que el pulmón está en serie en el adulto.
2. El conducto arterioso desvía la mayor parte de la sangre desde la arteria
pulmonar a la Ao descendente.
3. La corriente en la aurícula derecha significa que la sangre oxigenada de la
placenta llega preferentemente a la aurícula izquierda a través del foramen
oval y, por lo tanto, ascendiendo de la Ao al cerebro.
Primera respiración
La llegada de un niño al mundo es quizá el mayor cataclismo de su vida. Es bom
bardeado repentinamente con una diversidad de estímulos externos. Además, el
176 CAPÍTULO 9
Cambios circulatorios
Tras las primeras respiraciones, se produce un espectacular descenso de la resis
tencia vascular pulmonar. En el feto, las arterias pulmonares están expuestas a la
presión sanguínea sistémica total a través del conducto arterioso, y sus paredes son
muy musculares. Debido a ello, la resistencia de la circulación pulmonar es enor
memente sensible a agentes vasoconstrictores como la hipoxemia, la acidosis y la
serotonina, y a vasodilatadores como la acetilcolina. Son varios los factores que
intervienen en el descenso de la resistencia vascular pulmonar al nacer, entre ellos
el brusco ascenso de la Po2 alveolar, que elimina la vasoconstricción hipóxica, y el
aumento del volumen de los pulmones, que aumenta el calibre de los vasos extra
alveolares (v. fig. 4-2).
Con el aumento resultante del flujo sanguíneo pulmonar, aumenta la presión
en la aurícula izquierda, y el foramen oval se cierra rápidamente. Un aumento de
la presión aórtica, como resultado de la pérdida de la circulación umbilical para
lela, también aumenta la presión en la aurícula izquierda. Asimismo, la presión en
la aurícula derecha desciende a medida que se interrumpe el flujo umbilical. El
conducto arterioso empieza a contraerse en unos minutos después, en respuesta a
la acción directa del aumento de Po2 sobre su musculatura lisa. Además, a esta
APARATO RESPIRATORIO Y ESTRÉS 177
C O N C E P TOS C LAV E
1. El esfuerzo aumenta notablemente la captación de O2 y la expulsión de CO2.
El consumo de O2 aumenta de forma lineal con el ritmo de trabajo hasta el V̇o2
máx. Se produce un gran aumento de la ventilación, aunque el gasto cardíaco
aumenta menos.
2. La característica más importante de la aclimatación a gran altitud es la hiper
ventilación, que produce valores de Pco2 arterial muy bajos a altitudes extre
mas. La policitemia aumenta la concentración de O2 de la sangre, pero aparece
de forma lenta. Otras características de la aclimatación son los cambios de
enzimas oxidativas y un aumento de la concentración de capilares en algunos
tejidos.
3. Los pacientes que respiran una concentración elevada de O2 pueden sufrir
atelectasia si se obstruye una vía respiratoria, por ejemplo, por moco. Las ate
lectasias también pueden producirse al respirar aire, aunque de forma mucho
más lenta.
4. Tras una inmersión profunda, pueden aparecer los efectos de la descompre
sión a causa de la formación de burbujas de N2 en la sangre. Estas burbujas
pueden causar dolor en las articulaciones y, también, efectos sobre el SNC.
Puede evitarse mediante un ascenso gradual, y el tratamiento consiste en una
nueva compresión.
5. Los contaminantes atmosféricos se encuentran, frecuentemente, como aero
soles que se depositan en los pulmones por impacto, sedimentación o difusión,
dependiendo del tamaño de las partículas. Posteriormente, se eliminan de las
vías respiratorias a través del sistema mucociliar, y de los alvéolos, mediante
los macrófagos.
6. El entorno del feto es muy hipóxico, con una Po2 en la Ao descendente inferior
a 25 mm Hg. La transición del intercambio de gases a través de la placenta
al intercambio pulmonar produce cambios llamativos en la circulación, entre
ellos un gran descenso de la resistencia vascular pulmonar, y el cierre final del
conducto arterioso y el foramen oval.
178 CAPÍTULO 9
CASO CLÍNICO
Esfuerzo Esfuerzo
Variable Reposo intermedio máximo
Consumo de O2 250 2 000 4 000
(ml/min)
Gasto de CO2 (ml/min) 200 1 950 4 500
Ventilación (l/min) 6 60 150
Presión arterial 110/70 180/75 230/80
s istémica (mm Hg)
Presión arterial pulmo- 25 28 35
nar sistólica (mm Hg)
Po2 arterial (mm Hg) 90 90 89
Pco2 arterial (mm Hg) 40 39 31
pH 7,4 7,39 7,10
120
3 000
• •
90
VO2 2 000 VE
(ml/min) (l/min) 60
1 000
30
0 0
0 100 200 300 400 500 0 100 200 300 400 500
Índice de trabajo (vatios) Índice de trabajo (vatios)
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
1. En cuanto al esfuerzo:
A. Puede aumentar el consumo de oxígeno más de diez veces, en comparación
con el reposo.
B. El cociente de intercambio respiratorio no puede ser mayor de 1,0.
C. La ventilación aumenta menos que el gasto cardíaco.
D. Con el esfuerzo leve, las concentraciones de lactato aumentan, normal
mente, con rapidez.
E. El cambio que se produce en la ventilación durante el esfuerzo puede
explicarse totalmente por el descenso del pH arterial.
9. Una mujer de 23 años asciende desde el nivel del mar hasta la cima de una
montaña de 4 000 m en 1 día. Si se le toma una muestra de sangre arterial
poco después de llegar a la cima, ¿cuál de los siguientes cabría esperar?
10. Una mujer de 48 años pedalea hasta su capacidad máxima de esfuerzo du
rante una prueba de esfuerzo cardiopulmonar a nivel del mar y otra vez tras
el ascenso a una altitud de 5 400 m. Se realiza una gasometría arterial en
reposo y con el esfuerzo máximo. A continuación se muestran los valores de
la Po2 arterial en mm Hg:
¿Cuál de los siguientes mecanismos es más probable que explique los cambios
observados en la Po2 arterial?
A. Disminución de la fracción de espacio muerto.
B. Disminución de la concentración de hemoglobina.
C. Hipoventilación.
D. Aumento de la fracción de cortocircuito.
E. Reducción del tiempo de tránsito de los hematíes en los capilares.
PRUEBAS
FUNCIONALES
RESPIRATORIAS
Cómo se aplica
la fisiología respiratoria
10 FEV
• Ventilación
Espiración forzada
Volúmenes pulmonares
• Difusión
E ste último capítulo está dedicado a
las pruebas funcionales respiratorias, que
• Flujo sanguíneo constituyen una importante aplicación práctica
• Relaciones de la fisiología respiratoria a la clínica. En primer
ventilación-perfusión lugar, comentaremos la espiración forzada,
Distribución topográfica de una prueba muy sencilla y, sin embargo, de gran
la ventilación y la perfusión utilidad. A continuación, presentamos secciones
Desigualdad de la ventilación sobre relaciones entre ventilación y perfusión,
Desequilibrio gasometría, mecánica pulmonar, control de la
ventilación-perfusión ventilación y papel que desempeña el esfuerzo.
• Gasometría y pH El capítulo finaliza haciendo hincapié en que es
más importante entender los principios de
• Mecánica de la respiración fisiología respiratoria que contienen los capítulos
Distensibilidad pulmonar
1 a 9 que concentrarse en los detalles de
Resistencia de las vías
respiratorias las pruebas funcionales respiratorias
Volumen de cierre
• Control de la ventilación El presente capítulo es sólo una introducción breve a las
1
182
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 183
Ventilación
Espiración forzada
La medición del volumen espiratorio forzado (FEV) y la capacidad vital forzada
(FVC) se ha explicado en el capítulo 7 (v. fig. 7-19). A veces, esto se denomina
espirometría.
Otro método útil de contemplar las espiraciones forzadas es con curvas de flujo-
volumen (v. fig. 7-16). La figura 10-1 nos recuerda que después de exhalar una
cantidad de aire relativamente pequeña, el flujo se ve limitado por la compresión
de la vía respiratoria, y está determinado por la fuerza de retracción elástica del
pulmón y la resistencia de las vías respiratorias previas al punto de colapso. En las
enfermedades restrictivas, disminuye el flujo máximo, como el volumen total espi
rado. Sin embargo, si se relaciona el flujo con el volumen pulmonar absoluto (es
decir, incluyendo el volumen residual, que no puede medirse mediante una sola
espiración), el flujo es entones anormalmente alto durante la última parte de
la espiración, debido al aumento de la retracción pulmonar (fig. 10-1B). Esto
puede explicarse por el aumento de la retracción pulmonar y el aumento de la
tracción radial que mantienen las vías respiratorias abiertas. Por el contrario, en
las enfermedades obstructivas, el flujo es muy bajo con respecto al volumen pulmo
nar, y a menudo se observa un aspecto hundido tras el punto de máximo flujo.
¿Qué importancia tienen estas medidas de espiraciones forzadas? La FVC
puede disminuir en su extremo superior o inferior (fig. 10-1). En las enfermedades
restrictivas, la inspiración está limitada por la disminución de la distensibilidad de
los pulmones o de la pared torácica, y la debilidad de los músculos inspiratorios.
184 CAPÍTULO 10
A B
Colapso de vías respiratorias
8 8
Normal
Flujo (l/s)
6 Parte independiente 6
del esfuerzo
4 4
Obstructiva Restrictiva
2 2
6 5 4 3 2 1 0 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0
Volumen pulmonar (l) Volumen pulmonar (l)
Figura 10-1. Curva de flujo-volumen obtenida mediante el registro del flujo frente al vo
lumen durante una espiración forzada desde una inspiración máxima. La figura muestra
volúmenes pulmonares absolutos, aunque no pueden medirse por espiraciones únicas.
Véase texto para más detalles.
Volúmenes pulmonares
La determinación de los volúmenes pulmonares por espirometría y la medición de
la capacidad residual funcional (FRC) mediante el método de dilución de helio y
pletismografía corporal ya se comentaron anteriormente (v. figs. 2-2 a 2-4). La
FRC también puede determinarse haciendo que el paciente respire O2 al 100 %
durante varios minutos y arrastrando todo el N2 de sus pulmones.
Supongamos que el volumen pulmonar es V1, que el volumen total de aire
espirado en 7 min es V2 y que su concentración de N2 es C2. Sabemos que la
concentración de N2 en los pulmones antes del lavado era del 80 %, y podemos
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 185
Difusión
Los principios de la medición de la capacidad de difusión para el monóxido de
carbono mediante el método de respiración única se comentaron en la pág. 36. La
capacidad de difusión para el O2 es muy difícil de medir, y sólo se realiza como
procedimiento de investigación.
Flujo sanguíneo
La medición del flujo sanguíneo pulmonar total mediante el principio de Fick y
por el método de dilución por indicador se comentó en las págs. 48-49.
Relaciones ventilación-perfusión
Desigualdad de la ventilación
Puede determinarse mediante los métodos de respiración única y respiración múl
tiple. El método de respiración única es muy similar al descrito por Fowler para
medir el espacio muerto anatómico (v. fig. 2-6). Allí vimos que si se mide la con
centración de N2 en los labios tras una respiración única de O2, la concentración
de N2 del aire alveolar espirado es casi uniforme, proporcionando una «meseta
alveolar» casi plana. Esto refleja la dilución aproximadamente uniforme del aire
alveolar por el O2 inspirado. Por el contrario, en pacientes con neumopatía, la
concentración de N2 alveolar sigue aumentando durante la espiración, a causa de
la dilución desigual del N2 alveolar por el O2 inspirado.
186 CAPÍTULO 10
La razón por la que la concentración aumenta se debe a que los alvéolos mal
ventilados (aquellos en los que el N2 se ha diluido menos) se vacían siempre al
final, probablemente porque tienen constantes prolongadas (v. figs. 7-20 y 10-4).
En la práctica, el cambio en el porcentaje de concentración de N2 entre 750 ml y
1 250 ml de volumen espirado se usa con frecuencia como índice de ventilación
desigual. Es una prueba sencilla, rápida y de utilidad.
El método de respiración múltiple se basa en la velocidad de eliminación de N2,
como muestra la figura 10-2. Se conecta al paciente a una fuente de O2 al 100 %
y un medidor de N2 de respuesta rápida obtiene muestras en los labios. Si la ven
tilación pulmonar fuera uniforme, la concentración de N2 se reduciría la misma
fracción en cada respiración. Por ejemplo, si el volumen corriente (excluyen
do el espacio muerto) fuera igual a la FRC, la concentración de N2 se reduciría
a la mitad con cada respiración. En general, la concentración de N2 es
FRC/[FRC + (VT – VD)] veces el de la respiración anterior, donde VT y VD son el
volumen corriente (tidal) y el espacio muerto anatómico, respectivamente. Como
el N2 disminuye la misma fracción con cada respiración, la representación de la
escala logarítmica de la concentración de N2 frente a al número de respiraciones
sería una línea recta (fig. 10-2), si los pulmones se comportaran como un compar
timiento único y uniformemente ventilado. Esto es casi lo que sucede en las per
sonas sanas.
En los pacientes con neumopatías, sin embargo, la ventilación desigual, no
uniforme, produce una gráfica curva porque unidades pulmonares diferentes
diluyen su N2 a diferentes velocidades. Así pues, los alvéolos ventilados rápida
mente producen un descenso rápido inicial del N2, mientras que los espacios
ventilados lentamente son los que corresponden a la larga cola de la eliminación
(fig. 10-2).
100% O2
Normal Anómalo
Concentración de N2 (%)
80 80 80
Medidor de N2
Espacio rápido
(escala log.)
40 8 8
Espacio
lento
0,8 0,8
0
0 1 2 3 4 5 0 10 20 30 40 0 10 20 30 40
Número de respiraciones Número de respiraciones Número de respiraciones
Figura 10-2. Prueba con N2 obtenida cuando un paciente respira O2 al 100 %. Los pulmo-
nes sanos proporcionan una gráfica casi lineal de concentración de N2 frente al número de
respiraciones sobre papel semilogarítmico, pero esta gráfica no es lineal cuando existe ven-
tilación desigual.
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 187
Desequilibrio ventilación-perfusión
Riley introdujo una forma de medir el desajuste entre la ventilación y el flujo san
guíneo en los pulmones enfermos. Se basa en las determinaciones de Po2 y Pco2
en la sangre arterial y el aire espirado (los principios se describieron brevemente
en el cap. 5). En la práctica, el aire espirado y la sangre arterial se obtienen al
mismo tiempo del paciente, y se computan varios índices de desequilibrio ventila
ción-perfusión.
Una medida útil es la diferencia alveoloarterial de Po2. En la figura 5-11 ya
observamos cómo se producía a causa de diferencias regionales del intercambio de
gases en el pulmón sano. La figura 10-3 es un gráfica O2-CO2 que nos permite
estudiar esto con más detalle. En primer lugar, supongamos que no existe desequi
librio ventilación-perfusión y que todas las unidades pulmonares se representan
por un solo punto (i) en la línea de ventilación-perfusión. Es lo que se conoce
como punto «ideal». Cuando se produce desequilibrio ventilación-perfusión, las
unidades pulmonares empiezan a alejarse de i hacia v̄ (cocientes ventilación-
perfusión bajos) y hacia I (cocientes ventilación-perfusión elevados) (compárese la
fig. 5-7). La línea sobre la v hace referencia a sangre venosa mixta. Cuando esto
sucede, la sangre capilar mixta (a) y el gas alveolar mixto (A) también se alejan de
i. Lo hacen a lo largo de las líneas i a v̄ e i a I, que representan un cociente de
intercambio respiratorio constante (expulsión de CO2/captación de O2), ya que
éste se determina por el metabolismo de los tejidos corporales2.
60
–
V VA / Q bajo
i
40
PCO2 mm Hg
Línea del R VA
a /Q
de la sangre el
ev
ad
Lí o
ne
20 a
A de
lR
de
la
ire
I
0
40 60 80 100 120 140
PO2 mm Hg
Figura 10-3. Gráfica O2-CO2 que muestra el punto ideal (i), es decir, la composición hipo-
tética del aire alveolar y la sangre al final de los capilares cuando no existe desequilibrio
ventilación-perfusión. Cuando aparece desequilibrio, los puntos arterial (a) y alveolar (A)
divergen a lo largo de las líneas de sus respectivos R (cociente de intercambio respiratorio).
La diferencia alveoloarterial mixta de la Po2 es la distancia horizontal entre los puntos.
2
En esta descripción, necesariamente simplificada, se omiten algunos detalles. Por ejemplo, cuando el
punto de sangre venosa mixta se altera durante el desequilibrio ventilación-perfusión.
188 CAPÍTULO 10
. .
donde Q PS /Q T se refiere al cociente entre el cortocircuito fisiológico y el flujo
total. La concentración de O2 de la sangre ideal se calcula a partir de la Po2 ideal
y la curva de disociación del O2.
El otro índice es el espacio muerto alveolar. Suponemos ahora que todo el des
plazamiento del punto alveolar (A) alejándose del punto ideal (i) se debe a la
adición de aire inspirado (I) al aire ideal. De nuevo, no es una idea tan extrava
gante como pueda parecer en principio, porque unidades con cocientes ventila
ción-perfusión se comportan de forma muy parecida al punto. Después de todo,
una unidad con un cociente ventilación-perfusión infinitamente elevado con
tiene aire con la misma composición que el aire inspirado (v. figs. 5-6 y 5-7). La
ecuación de Bohr para el espacio muerto (v. pág. 22) se utiliza del siguiente
modo:
Gasometría y pH
La Po2, la Pco2 y el pH se miden fácilmente con electrodos en muestras de sangre.
Se utiliza un electrodo de vidrio para medir el pH de la sangre total. El electrodo
para medir la Pco2 es, en efecto, un diminuto medidor de pH en el que una solu
ción amortiguadora de bicarbonato se separa de la muestra de sangre a través de
una membrana muy delgada. Cuando el dióxido de carbono difunde a través de la
membrana desde la sangre, el pH del amortiguador cambia según la relación de
Henderson-Hasselbalch. El medidor de pH realiza la lectura de la Pco2. El elec
trodo para medir el o2 es un polarógrafo, es decir, un dispositivo que, cuando se
le aplica el voltaje adecuado, proporciona una corriente muy pequeña que es pro
porcional a la cantidad de O2 disuelto. En la práctica, se disponen los tres electro
dos para proporcionar sus estímulos al mismo medidor, mediante conexiones
adecuadas, y puede realizarse un análisis completo de una muestra de sangre en
unos minutos. A veces, la saturación de O2 arterial también se mide con un instru
mento que se denomina cooxímetro.
En el capítulo 5, se explicaron las cuatro causas de una Po2 arterial baja, o
hipoxemia: 1) hipoventilación; 2) difusión; 3) cortocircuito y, 4) desequilibrio ven
tilación-perfusión. La Po2 arterial también puede estar reducida si el valor inspi
rado es bajo, como sucede, por ejemplo, a una gran altitud.
Para diferenciar estas causas, hay que tener en cuenta que la hipoventilación
siempre se asocia a una Pco2 arterial elevada, y que sólo cuando existe un cortocir
cuito la Po2 arterial no aumenta hasta el nivel esperado al administrarse O2 al
100 %. En las neumopatías, la alteración de la difusión siempre se acompaña de
desequilibrio ventilación-perfusión y, en realidad, suele ser imposible determinar
hasta dónde la alteración de la difusión es responsable de la hipoxemia.
Dos son las causas del aumento de la Pco2 arterial: a) hipoventilación, y b) dese
quilibrio ventilación-perfusión. Esta última no siempre causa retención de CO2,
190 CAPÍTULO 10
Mecánica de la respiración
Distensibilidad pulmonar
La distensibilidad se define como el cambio de volumen por unidad de cambio de
presión a través del pulmón. Para obtenerla, es necesario conocer la presión intra
pleural. En la práctica, la presión esofágica se mide mediante un pequeño globo
en el extremo de una sonda introducida en el esófago del paciente. Esta presión no
es idéntica a la presión intrapleural, pero refleja bastante bien sus cambios. La
medición no es fiable en decúbito supino, debido a la interferencia del peso de las
estructuras mediastínicas.
Una forma sencilla de medir la distensibilidad consiste en hacer espirar al
paciente desde la capacidad pulmonar total (CPT) en un espirómetro por etapas
de, por ejemplo, 500 ml, y midiendo la presión esofágica simultáneamente. La
glotis debe estar abierta, y debe dejarse que los pulmones se estabilicen durante
unos segundos después de cada etapa. De esta forma, se obtiene una curva pre
sión-volumen similar a la línea superior de la figura 7-3. La curva entera es el
modo que proporciona más información sobre el comportamiento elástico de los
pulmones. Pueden derivarse índices a partir de la forma de la curva. Obsérvese
que la distensibilidad, que es la pendiente de la curva, variará dependiendo del
volumen pulmonar utilizado. Por convención, se recoge la pendiente sobre el litro
por encima de la FRC medida durante el desinflado. Aun así, la medición no
puede repetirse mucho.
También puede medirse la distensibilidad pulmonar durante la respiración en
reposo, como se muestra en la figura 7-13. En este caso, aprovechamos el hecho
de que, en puntos sin flujo (final de la inspiración o la espiración), la presión intra
pleural refleja sólo las fuerzas de retracción elástica y no las asociadas al flujo de
aire. Así pues, la distensibilidad es la diferencia de volumen dividida por la dife
rencia de presión en estos puntos.
Este método no es válido en pacientes con afecciones de las vías respiratorias,
porque la variación de constantes de tiempo a través del pulmón significa que
sigue existiendo flujo en el interior de los pulmones cuando ha cesado en la bo
ca. La figura 10-4 muestra que, si consideramos una región pulmonar que tiene
una vía respiratoria parcialmente obstruida, siempre irá por detrás del resto del
pulmón (compárese con la fig. 7-20). De hecho, puede seguir llenándose cuando
el resto del pulmón ha empezado a vaciarse, con lo que el aire se desplaza a su
interior desde unidades adyacentes: es lo que se denomina pendelluft (aire osci
lante). Cuando la frecuencia respiratoria aumenta, la proporción del volumen
corriente que se dirige a esta región parcialmente obstruida disminuye gradual
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 191
A B
1 2 2
1
C D
1 2 1 2
mente. Así pues, cada vez es menor la parte pulmonar que participa en los cam
bios del volumen corriente y, por lo tanto, el pulmón parece volverse menos
distensible.
Las presiones inspiratoria y espiratoria máximas también pueden medirse para
determinar si un paciente con un patrón restrictivo en la espirometría padece o no
un trastorno neuromuscular.
∆V
A B C
Figura 10-5. Medición de la resistencia de las vías respiratorias mediante un pletismó-
grafo corporal. Durante la inspiración, el aire alveolar se expande y, por lo tanto, aumenta la
presión en el habitáculo. A partir de esto, puede calcularse la presión alveolar. La diferencia de
presión entre los alvéolos y la boca, dividida por el flujo, proporciona la resistencia de las vías
respiratorias (v. texto).
Volumen de cierre
Puede buscarse una afección inicial en las vías respiratorias pequeñas usando el
método de respiración única con N2 (v. fig. 2-6) y, por tanto, aprovechando las
diferencias topográficas de ventilación (v. figs. 7-8 y 7-9). Supongamos que una
persona realiza una respiración hasta la capacidad vital con O2 al 100 % y, durante
la posterior exhalación, se mide la concentración de N2 en los labios (fig. 10-6).
Pueden reconocerse cuatro fases.
En primer lugar, se exhala el espacio muerto puro (1), seguido de una mezcla
del espacio muerto y el aire alveolar (2), y a continuación el aire alveolar puro (3).
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 193
CPT VR
CV
50
1 2 3 4
Concentración de N2 (%)
40
30
20
Volumen
10 de cierre
0
6 5 4 3 2 1 0
Volumen pulmonar (l)
Figura 10-6. Medición del volumen de cierre. Si una inspiración de O2 al 100 % hasta la
capacidad vital va seguida por una espiración completa, pueden reconocerse cuatro fases en
la concentración de N2 medida a nivel de los labios (v. texto). La última se debe al vaciado
preferente del vértice pulmonar después de que se hayan cerrado las vías respiratorias de
zonas inferiores. CPT, capacidad pulmonar total; CV, capacidad vital; VR, volumen residual.
Control de la ventilación
La respuesta de los quimiorreceptores y el centro respiratorio al CO2 puede
medirse haciendo que el paciente respire en una bolsa, como se comentó en la
página 151. Vimos que la Po2 alveolar también afecta a la ventilación, de forma
que, si sólo se necesita la respuesta al CO2, la Po2 inspirada debe mantenerse por
encima de 200 mm Hg para evitar cualquier impulso hipóxico. La respuesta ven
194 CAPÍTULO 10
Esfuerzo
Si se realizan pruebas cuando la persona realiza esfuerzo, pueden obtenerse datos
adicionales sobre la función respiratoria. Como se comenta al principio del capí
tulo 9, los pulmones en reposo tienen enormes reservas; su ventilación, flujo san
guíneo, transferencia de O2 y CO2, y su capacidad de difusión pueden aumentar
varias veces con el esfuerzo. Al principio de las enfermedades, los resultados de las
pruebas funcionales respiratorias de los pacientes se encuentran dentro de los
límites de la normalidad en reposo, pero aparecen alteraciones cuando el esfuerzo
afecta al aparato respiratorio.
La banda sin fin y la bicicleta ergométrica son métodos para realizar un esfuerzo
controlado. Las mediciones que suelen hacerse durante el esfuerzo son la ventila
ción total, la frecuencia del pulso, la captación de O2, la expulsión de CO2, el
cociente de intercambio respiratorio, la gasometría arterial y la capacidad de difu
sión pulmonar para el monóxido de carbono. A veces, estas mediciones pueden
identificar si el esfuerzo está condicionado por limitaciones de la función cardíaca,
la capacidad ventilatoria o la capacidad para intercambiar gases a través de la
membrana alveolocapilar.
CO N CE P TOS C L AV E
1. La medición de la espiración forzada es sencilla de realizar y, a menudo, pro
porciona mucha información. Se producen patrones específicos en las neumo
patías obstructivas y restrictivas.
2. La gasometría arterial puede medirse rápidamente con electrodos, y esta infor
mación es, con frecuencia, esencial en el tratamiento de pacientes en estado
grave.
3. El grado de desequilibrio ventilación-perfusión en unos pulmones enfermos
puede evaluarse a partir de una muestra de sangre arterial, calculando la dife
rencia alveoloarterial de Po2.
4. Los volúmenes pulmonares y la resistencia de las vías respiratorias puede
medirse mediante un pletismógrafo corporal con relativa facilidad.
5. Las pruebas de esfuerzo pueden ser valiosas para identificar la causa de la limi
tación del esfuerzo del paciente.
PREG U NTAS
Elija la mejor respuesta para cada pregunta.
7. Se lleva a cabo una prueba de respiración múltiple con nitrógeno como parte
de la evaluación de un varón con disnea crónica. La representación del loga
ritmo de la concentración de N2 frente al número de respiraciones revela dos
fases distintas, con un descenso rápido de la concentración de N2 en la primera
fase y más lento en la segunda. ¿Qué conclusión puede extraerse respecto a la
función del aparato respiratorio en este paciente?
A. La concentración de hemoglobina está disminuida.
B. El caudal de quimiorreceptores periféricos está disminuido.
C. La membrana alveolocapilar está engrosada.
D. El número de capilares pulmonares está disminuido.
E. El paciente tiene una ventilación no uniforme.
PRUEBAS FUNCIONALES RESPIRATORIAS 197
199
200 APÉNDICE A
Ejemplos
Contenido de O2 en sangre arterial: Cao2.
Fracción espirada de N2: FeN2.
Presión parcial de O2 en sangre venosa mixta: PvO2.
Unidades
En este libro, se han usado las unidades tradicionales del sistema métrico. Las
presiones se proporcionan en mm Hg; el torr es una unidad casi idéntica.
En Europa, se usan habitualmente las unidades SI. La mayor parte son muy
habituales, pero el kilopascal, la unidad de presión, es algo confusa al principio.
Un kilopascal = 7,5 mm Hg (aproximadamente).
Ecuaciones
Leyes de los gases
Ley general de los gases: PV = RT
donde T es temperatura y R es una constante. Esta ecuación se usa para corregir
volúmenes de gas por cambios de presión de vapor de agua y temperatura. Por
ejemplo, la ventilación se proporciona convencionalmente como BTPS, es decir,
temperatura corporal 37 °C (body temperature), presión ambiental y saturada con
vapor de agua, porque corresponde a los cambios de volúmenes del pulmón. Por
el contrario, los volúmenes de gases en sangre se expresan como STPD, es decir,
temperatura (0 °C o 273 °K) y presión (760 mm Hg) habituales (standard tempera-
tura and pressure) y seco (dry), como es habitual en química. Para convertir un
volumen de gas en condiciones BTPS a un volumen en condiciones STPD, se
usará la siguiente ecuación:
273 Pb – 47
×
310 760
V1 T1
la Ley de Charles: = (a presión constante)
V2 T2
Px = (PB – 47) · Fx
Ventilación
VT = VD + VA
V̇co2
V̇A = × K (ecuación de ventilación alveolar)
Paco2
Si V̇A está a BTPS y V̇co2 está a STPD, K = 0,863. En las personas sanas, la Paco2
es casi idéntica a Paco2.
Ecuación de Bohr:
VD Paco2 – Peco2
=
VT Paco2
VD Paco2 – Peco2
=
VT Paco2
Difusión
En la fase de gas, la ley de Graham establece que la velocidad de difusión de un gas
es inversamente proporcional a la raíz cuadrada de su peso molecular.
En líquido o un corte tisular, la ley de Fick1 establece que el volumen de gas por
unidad de tiempo que difunde a través de una lámina tisular viene dado por:
· A
Vgas = · D · (P1 – P2)
T
Sol
D∝
PM
1 1 1
= +
DL DM θ · Vc
Flujo sanguíneo
Principio de Fick:
.
. Vo2
Q=
Cao2 – Cv–o2
Resistencia vascular pulmonar:
Part – Pven
PVR = ·
Q
1
La ley Fick se expresó originalmente en términos de concentraciones, pero las presiones parciales son
más convenientes para nosotros.
SÍmbolOs, UniDADEs, Y ECuaCionEs 203
donde Part y Pven son las presiones arterial y venosa pulmonares medias, respecti-
vamente.
Ley de Starling del intercambio de líquidos a través de los capilares:
Paco2
1–R
Pao2 = Pio2 – + Paco2 · Fio2 ·
R R
Esto sólo es válido si no hay CO2 en el aire inspirado. El término entre corche-
tes es un factor de corrección relativamente pequeño cuando se respira aire
(2 mm Hg cuando Pco2 = 40, Fio2 = 0,21 y R = 0,8). Así, una aproximación útil será:
Paco2
Pao2 = Pio2 –
R
Cortocircuito venosoarterial:
Cortocircuito fisiológico:
.
Q PS Cio2 – Cao2
. =
QT Cio2 – C–vo2
Vd Pico2 – Paco2
=
VT Pico2
Gases sanguíneos y pH
Oxígeno disuelto en sangre:
(HCO3–)
pH = pKA + log
(CO2)
La pKA para este sistema suele ser 6,1. Si las concentraciones de HCO3– y CO2
están en milimoles por litro, puede sustituirse CO2 por Pco2 (mm Hg) × 0,030.
Mecánica de la respiración
Distensibilidad = ΔV/ΔP
Distensibilidad específica = ΔV/(V · ΔP)
Ecuación de Laplace para la presión causada por la tensión superficial de una
esfera:
2T
P=
r
donde r es el radio y T es la tensión superficial. Obsérvese que, para una burbuja
de jabón, P = 4T/r porque existen dos superficies.
Ley de Poiseuille para el flujo laminar:
· Pπr4
V=
8nl
SÍmbolOs, UniDADEs, Y ECuaCionEs 205
2rvd
Re =
n
donde v es la velocidad lineal promedio del gas, d es su densidad y n es su viscosi-
dad.
La caída (descenso) de presión para el flujo laminar es PαV, pero la caída de pre-
sión para el flujo turbulento es PαV̇2 (aproximadamente).
Resistencia de las vías respiratorias:
Palv – Pboca
·
V
donde Palv y Pboca se refieren a las presiones alveolar y bucal, respectivamente.
Para los que sabemos poco latín y menos griego: se trata de una deformación de la letra griega η.
2
B
ApÉndiCE
RESPUESTAS
Capítulo 1
Caso clínico
1. La respuesta correcta es la D. Las paredes de los capilares son tan delgadas que,
si la presión en su interior se eleva en exceso, se dañan, filtrándose plasma o
sangre, una afección conocida como insuficiencia por estrés. Las demás opcio-
nes no son correctas porque la parte más delgada de la membrana alveoloca-
pilar tiene unos 0,3 μm de grosor, su área total supera los 50 m2, casi toda el
área de la pared alveolar está ocupada por capilares y el oxígeno atraviesa la
membrana por difusión pasiva.
2. La respuesta correcta es la B. Véase el pie de la figura 1-1.
206
RESPUESTAS 207
Capítulo 2
Caso clínico
Capítulo 3
Caso clínico
Caso clínico
Capítulo 4
Caso clínico
Caso clínico
Capítulo 5
Caso clínico
Caso clínico
1. La respuesta correcta es la D. La Po2 del aire húmedo inspirado viene dada
por 0,2093 × (447 – 47), es decir, unos 84 mm Hg.
2. La respuesta correcta es la B. Para responder a esta pregunta, se utiliza en
primer lugar la ecuación de la ventilación alveolar, que establece que si no
varía la eliminación de CO2, la Pco2 es inversamente proporcional a la ven-
tilación alveolar. Por lo tanto, dado que la ventilación alveolar se redujo a la
mitad, la Pco2 aumentó de 40 mm Hg a 80 mm Hg. A continuación, se utiliza
la ecuación del aire alveolar Pao2 = Pio2 – Paco2/R + F, y se ignora F porque
es muy bajo. Por lo tanto, Pao2 = 149 – 80/0,8, que es aproximadamente igual
a 50 mm Hg.
3. La respuesta correcta es la A. La ecuación anterior muestra que, para retor-
nar la Po2 arterial a su valor normal en torno a 100, es necesario aumentar la
Po2 inspirada desde 149 mm Hg a 199 mm Hg. Recuérdese que la Po2 inspi-
rada equivale a la fracción de oxígeno × (760 – 47). Por lo tanto, la fracción es
igual a 199/713 o 0,28, aproximadamente. Así pues, la concentración, como
un porcentaje, de oxígeno inspirado debe aumentar desde 21 a 28, es decir,
un 7 %. Obsérvese que en este ejemplo se destaca la potencia del efecto de
aumentar la concentración de oxígeno inspirado sobre la Po2 arterial cuando
la hipoxemia se debe a hipoventilación.
4. La respuesta correcta es la B. Esta pregunta se refiere a la ecuación del corto-
circuito que se muestra en la figura 5-3. El cortocircuito como una fracción del
gasto cardíaco viene dado por (Cc'o2 – Cao2)/(Cc'o2 – Cv–o2) en que todas las
concentraciones hacen referencia a O2. La introducción de valores propor-
ciona el cortocircuito como (20 – 18)/(20 – 14) o 2/6, es decir, 33 %.
5. La respuesta correcta es la B. La Po2 del aire inspirado es de 0,21 × (247 – 47),
o 42 mm Hg. Por lo tanto, utilizando la ecuación del aire alveolar como se
indicó anteriormente y despreciando el factor F, la Po2 alveolar viene deter-
minada por 42 – Pco2/R, donde R es igual o inferior a 1. Así pues, para man-
tener una Po2 alveolar de 34 mm Hg, la Pco2 alveolar no puede ser mayor
de 8 mm Hg.
6. La respuesta correcta es la E. En esta pregunta se comprueban los cono-
cimientos sobre los efectos del desequilibrio ventilación-perfusión sobre
214 APÉNDICE B
Capítulo 6
Caso clínico
Capítulo 7
Caso clínico
Capítulo 8
Caso clínico
Capítulo 9
Caso clínico
Capítulo 10
1. La respuesta correcta es la A. Los broncodilatadores disminuyen la resisten-
cia de las vías respiratorias, por lo que su eficacia puede valorarse mediante
esta prueba. Las demás opciones son incorrectas. La compresión dinámica
de las vías respiratorias es el principal factor que limita el flujo espiratorio
máximo; el flujo está muy disminuido en la enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica (EPOC), pero puede ser normal o incluso estar aumentado en
la fibrosis pulmonar; está disminuido en los pacientes con asma y es fácil de
realizar.
2. La respuesta correcta es la D. La pérdida de tracción radial es uno de los fac-
tores que contribuyen a la compresión dinámica de las vías respiratorias en la
EPOC. Las demás opciones son incorrectas. La acción del diafragma no afecta
a la compresión dinámica; si un broncodilatador es eficaz, puede aumentar el
FEV; el flujo es independiente del esfuerzo espiratorio; y no se produce un
aumento de la retracción elástica en la EPOC, aunque si se produjera, podría
aumentar el FEV.
3. La respuesta correcta es la D (v. explicación en la figura 2-6). Las demás opcio-
nes son incorrectas. La pendiente de la meseta alveolar está aumentada en la
bronquitis crónica porque las unidades poco ventiladas se vacían más tarde en
la espiración que las unidades bien ventiladas. El último aire exhalado proce
de del vértice pulmonar debido al cierre de las vías respiratorias en la base, y la
prueba no necesita mucho tiempo.
4. La respuesta correcta es la B (v. la explicación en la sección «Medición del
desequilibrio ventilación-perfusión» en el cap. 5). Las demás opciones son
incorrectas. La Po2 alveolar ideal se calcula usando la Pco2 arterial, y el des-
equilibrio VA/Q aumenta la diferencia alveoloarterial de Po2, el cortocircuito
fisiológico y el espacio muerto fisiológico.
5. La respuesta correcta es la B. Casi al final de la espiración, el aire espirado
procede preferentemente del vértice pulmonar debido al cierre de las vías res-
228 APÉNDICE B
piratorias en la base (v. fig. 7-9). El vértice pulmonar tiene una Pco2 relati-
vamente baja (v. fig. 5-10). Las demás opciones son incorrectas. El volumen
residual es mucho menor que la mitad de la capacidad vital; si la vía respiratoria
está obstruida a RV y la persona se relaja, la presión en las vías respiratorias es
menor que la presión atmosférica (v. fig. 7-11); la presión intrapleural siempre
es menor que la presión alveolar; y sólo las vías respiratorias cerca de la base
pulmonar están cerradas con volumen residual (v. fig. 7-9).
6. La respuesta correcta es la B. El bajo cociente FEV1/FVC indica que la paciente
tiene una obstrucción del flujo de aire. La disminución de la retracción elástica
del pulmón contribuye a la aparición de la obstrucción del flujo de aire mediante
una disminución del gradiente de presión responsable del flujo de aire durante
la exhalación y una reducción de la tracción radial en las vías respiratorias. Las
otras respuestas son incorrectas. La disminución del número de capilares pul-
monares y el engrosamiento de la membrana alveolocapilar pueden afectar al
intercambio de gases, pero no afectarán al flujo de aire. Las alteraciones fibróti-
cas en el espacio intersticial aumentan la retracción elástica del pulmón y abren
las vías respiratorias, y no están asociadas a la obstrucción del flujo de aire.
El aumento del área transversal para el flujo de aire mejoraría el flujo de aire
durante la exhalación en lugar de limitarlo.
7. La respuesta correcta es la E. La presencia de dos fases distintas en la representa-
ción de la concentración de nitrógeno frente al número de respiraciones indica
que, en las unidades pulmonares, el nitrógeno se diluye a diferentes velocidades
y, por lo tanto, la persona tiene una ventilación no uniforme (v. fig. 10-2). Las
otras opciones son incorrectas. La prueba con nitrógeno no se ve afectada por
la concentración de hemoglobina, el caudal de quimiorreceptores periféricos
o el grosor de la membrana alveolocapilar. La prueba con nitrógeno evalúa la
desigualdad de la ventilación, antes que la perfusión, y no se vería afectada por
el número de capilares pulmonares.
8. La respuesta correcta es la D. La paciente tiene una gran diferencia alveolo
arterial de oxígeno a pesar de inspirar O2 al 100 %. Esto es indicativo de la
presencia de un cortocircuito. Las otras opciones son incorrectas. Puesto que
la Pco2 es de 34, la paciente no tiene hipoventilación. El deterioro de la difu-
sión casi nunca es una causa de hipoxemia a nivel del mar. La desigualdad del
cociente ventilación-perfusión provoca hipoxemia, pero la Po2 aumentaría en
mucha mayor medida de lo que se observa aquí con la administración de oxí-
geno suplementario.
procedencia
de las FIGURAS
229
230 PROCEDENCIA DE LAS FIGURAS PROCEDENCIA DE LAS FIGURAS
Figura 7-8. De West JB: Ventilation/Blood Flow and Gas Exchange,
ed. 5. Oxford: Blackwell, 1990.
Figura 7-9. De West JB: Ventilation/Blood Flow and Gas Exchange,
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Figura 7-17. Redibujada de Fry DL, Hyatt RE: Am J Med 29:672, 1960.
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Society, 1964.
Figura 10-5. Modificada de Comroe JH: The Lung: Clinical Physiology and
Pulmonary Function Tests, ed. 2. Chicago: Year Book, 1965.
ÍNDICE ALFABÉTICO
DE MATERIAS
Los números de página seguidos de una t indican tablas y los seguidos de una f indican figuras.
A B
Ácido araquidónico Barorreceptores arteriales, 151
metabolitos, 57t Bicarbonato, 93, 95, 216
vías, 58f Bohr, ecuación, 188
Acidosis, 87, 98, 99f, 100, 100t, 106, 216 efecto, 91
metabólica, 100 Boyle, ley, 200
parcialmente compensada, 106, 217 Bradicinina, 57t
respiratoria, 98 Bronquíolos, 2, 4f
compensada, 98 terminales, 2, 5
Ácino pulmonar, 5, 25, 207-208
Aclimatación, grandes altitudes, 167 C
Aire
alveolar, 15, 19, 31 Cambios circulatorios, respiración perinatal,
ecuación, 66 176-177
hacia los tejidos, esquema, 67f Capacidad
transporte de oxígeno, 64-65, 64f difusión, 34, 39, 202
Alcalosis captación máxima de oxigeno, 39, 209
metabólica, 101 medición, 34-35
respiratoria, 100 monóxido de carbono, interpretación, 37
Alvéolos, 2, 4f respiración de oxígeno, 40, 209
estabilidad, 10 residual funcional 16, 120
Amina, 57t dilución de helio, 16f, 26, 208
Anemia espirómetro y cronómetro, 24, 207, 16f,
concentración de oxígeno, 90f 25, 207
baja en sangre venosa mixta, pletismógrafo, 17f
105, 216 respiratoria máxima, 167
Angiotensina vital, 16
I, 57t forzada, 183-184
II, 57t Capilares
Anhidrasa carbónica, 94 adyacentes abiertos, presión de oxígeno,
Aparato respiratorio bajo estrés, 161-181 102f
Área espiratoria, 144 cambios ultraestructurales, 8
Arteria pulmonar, 7 diámetro, 9
Atelectasia, 177, 225 endotelio, 3f
absorción, 168-169 pulmón del perro, 9f
causas, 169f pulmonares, 3f, 4f
Atmósfera contaminada, 172-173 captación de oxígeno, 32-33, 32f
Avogadro, ley, 201 flujos, 55f
231
232 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS
Célula tipo II del endotelio, microfotografía curvas de disociación de CO2 y O2, 85,
electrónica, 115f 213-214
Centro/s disminución de presión arterial, 77f
apnéusico, 144 ecuación del aire alveolar, 196, 227
neumotáxico, 144 esfuerzo, 163
respiratorio/s, 158, 223 intercambio global de gases, 76, 76f
bulbar, 143-144 medición, 81-82
Charles, ley, 200 pruebas, 187
Cianosis, 91 resumen, 81
Circulación pulmonar/sistémica, presiones, Desviación de cloruro, 94
42-43, 42f, 60, 211 2,3-Difosfoglicerato, 92
Coeficiente de filtración, 55, 203 Difusión, 2, 7, 28-40, 67, 185
Cociente ventilación-perfusión, 70-71 captación de oxígeno, 32-33, 32f
distribución de, 78, 78f, 79, 79f conceptos clave, 37
ecuación, 72 constante de, 202
gasto cardíaco, 84, 213 índices de reacción con hemoglobina,
modelo para, 71f 35-36, 36f
patrón de desigualdad, 74f leyes de difusión, 29-30, 29f
prueba, 187-189 limitaciones de la perfusión y, 30-32, 30f,
unidad pulmonar y, 71-72, 71f, 73f 39, 209-210
Concentración fraccional, 19f, 20 pruebas, 185
Constante de tiempo desigual, ventilación, tisular, 29f
191f transferencia
Controlador central, 143-144 CO2, 37
Corteza cerebral, 145, 156, 158, 223 monóxido de carbono limitada por, 31
Cortocircuito (shunt) Dióxido de carbono, 93-96
disminución de presión arterial, 70f concentración sanguínea, 93f
ecuación, 188 curva de disociación, 95-96, 95f, 96f
fisiológico, 188 resumen, 96
gasto cardíaco, 84, 213 disuelto, 93
medición del flujo, 69-70, 70f esquema de captación, 94f
sangre, 68 presión parcial, 95f, 96f
Cuerpo carotídeo, 148f respuesta ventilatoria, 151-153, 152f, 158,
Curva/s 224
disociación del oxígeno, desviaciones retención desequilibrio, ventilación-
izquierda y derecha, 163 perfusión, 79-80
flujo-volumen, 129f transferencia a través de los capilares
presión-flujo, isovolumétrica, 129, 130f pulmonares, 37
presión-volumen transporte, 93-95, 93f-94f
medición, 111f Dipalmitoil fosfatidilcolina, 114, 117
pulmones, 113 Distensibilidad, 112
relajación, 121f aumento, 112
trabajo inspiratorio, 135f disminución, 112
efectos, 133f
específica, 112
D Distensión, 47
Dalton, ley, 201 Dopamina, 57t
Davenport, diagrama, 99f
Déficit de bases, 98, 100 E
Descompresión, efectos, 170-171, 179, 226
Desequilibrio ventilación-perfusión Edema pulmonar, 163
como causa de retención de CO2, 79-81 Efectores, 145
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS 233