La Criminologia en Latinoamerica y en Bolivia

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LA CRIMINOLOGIA EN

LATINOAMERICA Y EN BOLIVIA

DOCENTE: DR. NELSON HURTADO PAREDES

1- INTRODUCCION
La criminología está cargada de problemas del mundo globalizado y la principal
dificultad para iniciar un estudio sobre el particular, radica en establecer un
aspecto crítico que permita hacerlo. Se estima que pueden ser dos enfoques
analíticos como son la situación penal, procesal, penitenciaria y si la
criminología es una ciencia con metodología propia y su vinculación con otras
disciplinas. Palabras clave: realidad social, criminología, globalización,
aspectos críticos, modelos de control.

La criminología latinoamericana se presenta como predominantemente


holística, prescriptiva y con gran carga de denuncia moral. Asociados a la
comisión delictiva, dado que dicha cuestión parece aje- na a la forma como son
percibidos la dinámica y los procesos de criminalización.

Latinoamérica registra el 33 % de los casos de criminalidad en el mundo, aun


cuando concentra solo el 8 % de la población del planeta. La presencia
permanente y creciente del crimen organizado y las pandillas genera cada día
nuevas víctimas que mantienen a la región como las más violenta a nivel
mundial.

Urbanización y crimen

El 80 % de la población en América Latina es urbana; varias de las


megaciudades de la región están entre las más grandes del mundo como
Buenos Aires, México y Sao Paulo, además de ciudades en expansión como
Bogotá, Lima y Río de Janeiro. Estos procesos acelerados y descontrolados de
urbanización han generado asentamientos de periferia, zonas caracterizadas
por la fragmentación, segregación y exclusión, lo que complejiza la lucha contra
la criminalidad. 

El experto Ricardo Sosa asegura que América Latina necesita prestar más
atención a la criminología ambiental, una disciplina que va más allá del
delincuente como sujeto individual y  se concentra en el análisis del contexto
del perpetrador del delito y los objetivos que lo rodean en un momento
específico de tiempo y lugar.  

“A medida que le demos paso a la criminología ambiental en el diseño y


planificación de las nuevas urbanizaciones estaremos incorporando factores
que nos ayuden a prevenir y desincentivar la criminalidad. Una comunidad
limpia, ordenada, iluminada y con infraestructura verde, desincentiva al criminal
a cometer delitos”, advierte. 

Pobreza y criminalidad

A pesar de las mejoras en la reducción de pobreza, la disminución de la


desigualdad de ingresos y el aumento de la clase media, la violencia criminal
prevalece en los países latinoamericanos y sigue en aumento en la mayoría de
ellos. 

Por falta de oportunidades y necesidades básicas insatisfechas hacen que la


población más vulnerable sean los jóvenes. Según el informe, las tasas de
homicidio se concentran especialmente entre la población juvenil, con cifras
tres veces más altas que la población general, llegando a 70 por cada 100.000
habitantes. De hecho, el 46 % de todas las víctimas de homicidio en América
Latina tienen entre 15 y 29 años.

2.- LA BÚSQUEDA DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA DEL CONTROL


SOCIAL LATINOAMERICANA

Eduardo Novoa Monreal considera que el objeto de estudio de la criminología


es el de "examinar la criminalidad desde un punto de vista natural y fáctico"
[1986:317], mientras que ANIYAR sost1e484 diciembre 1990 Nuevo Foro
Penal, Nº 50 CRIMINOLOGÍA que es la criminalización, aun cuando en vez de
llamarla "criminología" la bautiza como "Teoría crítica del control social"
[1986:311]. Ambas posiciones, por su aparente intransigencia, podrían dar la
impresión de constituir un insalvable obstáculo epistemológico para cualquier
diálogo posterior, sobre todo porque se muestra como un enfrentamiento entre
el saber jurídico y el saber criminológico. La colaboración entre penalistas y
criminólogos en América Latina sin embargo se vuelve cada vez más necesaria
y por lo tanto más factible que necesaria, o viceversa. Son cada vez más los
juristas que se acercan al saber criminológico y también los criminólogos -
aunque con mayor resistencia- que intentan una relectura del derecho penal.
Ya no para desmitificarlo, como se hizo en el inicio de la criminología crítica en
América Latina, sino más bien para profundizar en aspectos concretos teniendo
presente que de lo que se trata es de rechazar una determinada forma de
hacer derecho penal y no el derecho penal en sí. Igual que se ha rechazado
una determinada forma de hacer criminología, pero no necesariamente a la
criminología. Para resolver este enfrentamiento, sin embargo, hace falta
esclarecer algunos aspectos, y, tal como brillantemente lo sugirió LUIS BRAVO
DÁVILA, de lo que se trata es de "profundizar en_ la especificidad de las
nociones y en las conexiones lógicas entre ellas [1987:553]; o, dicho con las
palabras de nuestro recordado amigo -siempre presente entre nosotros-
EMIRO SANDOVAL HUERTAS, y citadas por BRA vo DÁVILA: "La pretensión
de analizar un sistema penal desde la perspectiva de la criminología crítica
exige primeramente que se precise, así sea de modo sucinto, en qué consiste
dicha perspectiva" [1985:104]. En nuestro caso, ·habrá entonces que precisar
primero qué es objeto de estudio, antes de plantear cuál objeto de estudio en el
caso concreto de América Latina.

3 LA CRIMINOLOGIA EN BOLIVIA

Adquiere importancia a principios del Siglo XX, en 1901, cuando Bautista


Saavedra, futuro Presidente de Bolivia y a la sazón profesor de Derecho en la
UMSA, publica la primera obra “Compendio de Criminología”, lo que ya
determina caracteres especiales y establece al proceso de investigación
criminal como parte esencial del trabajo judicial y policial en Bolivia.
Por su parte, la evolución de la Criminalística en Bolivia (como disciplina
complementaria), incluso es anterior a la propia Criminología, pues sus
primeros antecedentes se los puede encontrar en la “Ley de Reglamentación
de Policía” de 11 de noviembre de 1886.
La tendencia actual del objeto de estudio de la Criminología tiene un alto
componente sociológico, determinando a la divergencia social de relevancia
penal (en cuanto a las acciones sociales) y al control social penal (en lo que
atañe a las estructuras sociales), como elementos centrales de debate
criminológico
El estudio metodológico de los hechos criminales se condensa en la ciencia de
la Criminología, que ha evolucionado positivamente hasta nuestros días. Desde
sus principales precursores, como César Lombroso, Rafael Garófalo, y Enrico
Ferri, esta disciplina se ha convertido hoy -con múltiples recursos y disciplinas
varias- en un conjunto de diversas teorías que aportan a la comprensión del
comportamiento humano en la comisión de crímenes y delitos.
Según estudiosos del Derecho, la Criminología es una ciencia causal
explicativa que responde a tres preguntas: 1) ¿Por qué delinque el ser
humano? 2) ¿Qué hacer para que no cometa delitos? 3) ¿Qué hacer con el que
delinquió?
Las respuestas tienen que ver con aplicación de la prevención o control social
de la delincuencia y el delito; el manejo científico en el descubrimiento,
investigación e interpretación de los factores externos e internos que generan
delito; y con la solución de estos cuestionamientos que, finalmente, deben
proponer métodos de readaptación social para los delincuentes.
La Criminología estudia las conductas antisociales del potencial delincuente,
por lo que tiene como objeto demostrar al sistema administrador de justicia y
sobre todo al experto en materia criminológica (criminólogo o criminalista),
todas las circunstancias, datos, evidencias y elementos por las que se
delinque, sea por culpa o dolo.
El criminólogo José Reyes Valenzuela, en su obra “Retazos de Criminología”,
establece que el criminólogo trabaja sobre una simbiosis o combinación teórica
de lo que otras ciencias aportan y responde a los cuestionamientos que la
propia Criminología le formula.
“El criminalista va a aplicar técnicas, valiéndose de otras ciencias: primero
levantaría, un plano fotográfico y videos para fijar la escena y rodearla, luego
examinará, el entorno de lo que hay alrededor de una escena desde los rasgos,
huellas hasta lo que hay debajo de las uñas de la víctima”, señala Reyes. Bajo
este encuadre teórico, sin duda que entre las disciplinas que contribuyen a la
Criminología como ciencia madre, se destaca a la Criminalística, disciplina
forense-policial de carácter empírico y multidisciplinar, directamente
relacionada a la Criminología y al Derecho Penal y que tiene como objetivo
investigar la escena del crimen para demostrar cómo se cometieron los hechos
delictivos, quiénes fueron sus protagonistas y a qué motivaciones se respondió.
4. PANORAMA DELICTIVO Y LA IMPUNIDAD
El panorama vigente, en términos de presencia y actividad de la criminalidad
organizada, no es halagüeño. Según datos de la Organización de Naciones
Unidas (ONU) presentados en el Informe “The Globalization of Crime. A
Transnational Organized Crime Threat Assessment” (2010, pp. 221-272), la
violencia criminal organizada alcanza en algunas áreas geográficas un carácter
pandémico. Se recurre al empleo del calificativo de países “bajo estrés” para
alertar de la entidad lesiva que representa el crimen organizado y su carácter
pluriofensivo, tanto para la seguridad de las personas, como para la estabilidad
social, económica y política de las instituciones democráticas. La violencia, la
corrupción y sus actividades relacionadas protagonizadas por la delincuencia
organizada, inhiben el desarrollo sostenible y constituyen una flagrante
violación de los derechos humanos, sometiendo bajo presión a las
democracias. La interferencia criminal en la cultura política y el Estado de
Derecho es una realidad incómoda. Plantea abiertamente el reto de explorar
las sinergias y, en no pocos casos, la simbiosis entre la criminalidad organizada
y la institucionalidad estatal. Además, plantea sus efectos estructurales -más
allá de la corrupción- a medio y largo plazo, que desafían en última instancia
los límites de la gobernabilidad democrática. Entonces, la interferencia criminal
representa un componente fundamental dentro del proceso de deterioro de la
calidad de la democracia. Detrimento que se refleja, tanto en la propia esencia
de la democracia, como en su funcionamiento, desvirtuándose ambos
progresivamente al unísono con la creciente interferencia de la criminalidad
organizada en aras a socavar el propio orden constitucional. Orden que, a
todas luces de prevalecer y lograr su efectiva consolidación, representa la
configuración más sólida en términos de construcción de Estado y democracia,
y afianzamiento de sistemas de partidos y ejercicio de gobierno. La democracia
constitucional y el Estado de Derecho, se vuelven estrategias de confrontación
frente al crimen organizado.

5.- VALORES CULTURALES Y VIOLENCIA LATINOAMÉRICA

Dentro de los diversos factores generadores de la violencia y la criminalidad en


América Latina, el tema cultural ha venido tomando progresiva trascendencia;
por tal razón, la investigación buscó establecer las relaciones existentes entre
cultura y delincuencia, para luego definir conceptualmente los diversos
fenómenos culturales de la región que se consideran asociados a
manifestaciones delictivas, con el fin de establecer algunas razones relativas a
su origen, desarrollo y permanencia en Latinoamérica, para mostrar cómo a
través de diversas teorías y enfoques de seguridad ciudadana se ha procurado
contrarrestar dichos fenómenos anticulturales, mediante la implementación de
políticas públicas de seguridad ciudadana con base en experiencias aplicadas
en Chile y en el departamento de Antioquia (Colombia). Se concluyó que en la
escuela existen diversas formas para resolver los conflictos, pero en las
familias, no son claros. La familia considera que se necesita del diálogo para
convivir.

En América Latina es común la asociación entre violencia y criminalidad a los


siguientes factores: Crecimiento económico, equidad y calidad de vida,
fortaleza del Estado de Derecho, la disponibilidad de armas de fuego, el
narcotráfico, otras formas del crimen organizado y la cultura ciudadana.

Dentro de este último factor se ha analizado un fenómeno cultural que ha sido


caracterizado y denominado de diversas formas: “Cultura del atajo”, “cultura de
la ilegalidad”, “cultura del dinero fácil”, “delito aspiracional”, el cual se da de
forma generalizada y es aceptado socialmente en Latinoamérica.

Los casos de Antioquia y Chile mostrarán las relaciones entre estos fenómenos
culturales y la seguridad en la región, las cuales revelarán la importancia de
contrarrestar y prevenir esta cultura a través de diversas políticas de seguridad
ciudadana, sustentadas en diversas teorías y enfoques, a niveles nacional,
regional y local, las cuales ya se han venido implementando en algunos países
con resultados positivos.

6.-SEGURIDAD CIUDADANA Y DERECHOS HUMANOS AMERICA LATINA


La seguridad ciudadana está en el debate público latinoamericano desde muy
distintas perspectivas. La prensa, en general, tiende a destacar los hechos más
violentos, ejerciendo un papel de denuncia del aumento de la violencia y de la
inseguridad en los distintos países de América Latina. De parte de los políticos,
hay llamados a desarrollar acciones para el enfrentamiento del fenómeno con
medidas más o menos radicales en función de sus posiciones respecto del
gobierno de turno. Los especialistas —con menor presencia en los medios—
hacen llamados para precisar conceptos y mejorar la medición del fenómeno;
en tanto entre los ciudadanos aumenta la inseguridad y se generan formas
innovadoras para suplir una ausencia institucional. Sin embargo, nadie duda de
que la inseguridad ciudadana, producto de un incremento de la delincuencia
violenta en la región, ha aumentado y que se requieren medidas adecuadas
para enfrentarla. En esa dirección este trabajo intenta ampliar y actualizar la
información sobre la situación en América Latina presentada en la Agenda
Social del Panorama Social de América Latina, edición 1998, y mostrar algunas
experiencias exitosas llevadas a cabo. El texto se centrará en temas relativos a
la violencia social y la delincuencia urbana, dejando fuera otros tipos de
violencia presentes en la región (1).  En la primera parte de este documento se
presenta un diagnóstico de la situación en los años noventa tratando aspectos
altamente relacionados: violencia, agresión, frustración, delincuencia e
inseguridad en América Latina; se examina, asimismo, la magnitud del
fenómeno, el perfil de las víctimas y de los delincuentes, los costos asociados a
la violencia y las formas tradicionales y emergentes de la delincuencia. En la
segunda parte, se presenta un cuadro de los distintos enfoques y programas
tradicionales y emergentes que se han llevado a cabo en términos de
prevención y control de la delincuencia y de mejoramiento de la seguridad
ciudadana. (1) Nos referimos a la violencia política, que responde a una pugna
por el poder entre diversos grupos y a la violación de derechos humanos, que
corresponde a la violencia ejercida desde el Estado.

8. CONCLUSIONES

Como característica distintiva de la criminología en América Latina podemos


resaltar la incomunicación, a excepción de algunos momentos históricos donde
se realizan congresos y ponencias al respecto, pero en conclusión la
criminología está actualmente sufriendo cambios respecto a esa falta de
comunicación, tanto en el objeto de estudio y las investigaciones.

La antigua criminología positivista y clínica está siendo fuertemente


cuestionada en sus principios aplicados a Latinoamérica, y se da una mayor
influencia sociológica acompañado de un fuerte deseo de conocer la realidad
de nuestros países latinoamericanos, con el objetivo de emendar en parte, el
gran error cometido en los inicios cuando en nuestros países
subdesarrollados , nuestros “padres de la patria” se limitaron a hacer una burda
copia de legislaciones de países que nos llevan años luz en su desarrollo
social, económico, jurídico, etc.

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