Modernizarción Policial y Gestión Pública

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITECNICA
DE LAS FUERZAS ARMADAS
NUCLEO-COJEDES

PROFESOR: INTEGRANTE:

PEDRO OROPEZA ENRIQUE D. CISNEROS U.


C.I:25.591.959
MODERNIZACIÓN POLICIAL Y GESTIÓN PÚBLICA
Una fuerza policial es democrática cuando responde a las necesidades de individuos, de
grupos privados y del gobierno. La mayor parte de las fuerzas policiales son lo que yo
denomino “policías de régimen”, preocupadas fundamentalmente de lo que el Estado
requiere. La policía democrática, en cambio, orienta sus actividades fundamentalmente a
satisfacer las necesidades de las personas.

La modernización se impulsa a través del diseño de planes de seguridad pública para


municipios y estados; adecuación del marco normativo para instituciones de seguridad
pública; formulación de estándares, protocolos y normas técnicas de actuación policial; y
desarrollo de sistemas de evaluación del desempeño policial.

La constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1.999), establece “Toda persona


tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de la seguridad
ciudadana regulados por la Ley, y la participación de los ciudadanos y ciudadanas, en los
programas destinados a la prevención seguridad y administración de emergencias “En este
sentido, el Preámbulo de Nuestra Carta Magna busca establecer una sociedad democrática,
participativa y protagónica, en aras de refundar la República. Por lo tanto, el ciudadano
tiene derecho a participar de la mano con el Estado en la ejecución de las Políticas Públicas
que permitan mejorar su calidad de vida. Sobre este particular el Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación 2007 – 2013, Primer Plan Socialista Simón Bolívar, La Nueva
Ética Socialista, busca propiciar la consolidación de un Nuevo Ciudadano.

Por un lado, desde amplios sectores del Gobierno Nacional se está apostando con firmeza a
la transformación del obsoleto modelo policial venezolano, caracterizado como represivo,
improvisado y violador sistemático de los derechos y las garantías constitucionales que
debería defender (herencia de más de 200 años de historia de abandono de la
institucionalidad policial).Se avanza en la transformación asumiendo con criterio científico la
profesionalización y adecuación del sistema de policía a estándares de actuación y de
reconfiguración institucional, que permitan a Venezuela contar con una policía moderna,
con capacidad de respuesta técnico-científica, profesionalizada y que recupere el
reconocimiento social sobre la base de una ética manifestada en sus prácticas.

A esto apunta claramente la consolidación del proyecto bandera que es la Policía Nacional
Bolivariana, creada con la perspectiva que aportó la extinta Comisión Nacional para la
Reforma Policial en 2006 y que se ha efectivizado en las decisiones emanadas del Consejo
General de Policía, estandarizando la labor policial para todos los cuerpos del país, así como
en la fundación dela Universidad Nacional Experimental de la Seguridad. Pero, por otra
parte, sectores en el propio gobierno tienden a fortalecer la visión de la acción policial como
un factor de choque permanente contra la población (con especial direccionalidad hacia los
sectores populares), sobre la base de un falso efectismo en el “combate a la delincuencia"
(más pensado en función de la repercusión mediática que otra cosa) y apoyados en la
ausencia total de códigos éticos y legales que sustenten tal manera de proceder,
reivindicando las estrategias represivas al mejor estilo “disparen primero y pregunten
después" o "plomo al hampa", que finalmente termina siendo más de lo mismo.

Los elementos que han caracterizado la idiosincrasia política de los países latinoamericanos
con relación a la participación ciudadana han sido casi similares en su concepción y práctica.
No obstante, el caso de Venezuela ha sido bien particular y amerita profundos estudios
científico-sociales que permitan darle distintas lecturas a dicho proceso. Seguidamente,
haremos referencia a algunos aspectos socio-históricos que han dado luces importantes de
este proceso en el país. En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV)
de 1999 se consagra por primera vez a nivel constitucional la seguridad ciudadana (artículo
55), entendida en sentido amplio como la protección de los derechos, libertades y garantías
constitucionales.

Ello implica al menos conceptualmente la superación del tradicional modelo de seguridad


basada en el orden público acuñado durante largo tiempo en el país, que garantizaba sobre
todo el normal funcionamiento de las instituciones del Estado y bajo el cual se protegía
(distorsionada mente) el orden económico y político, tanto en gobiernos dictatoriales como
democráticos, incluso por encima de los derechos y garantías civiles (Núñez, 2001). A partir
de 1999, el constituyente parece re definir las relaciones entre el individuo y el Estado en
materia de seguridad, en el seno de un modelo constitucional propio de un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia “que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político” (Artículo 2,CRBV).Ciertamente cuando
se habla de seguridad ciudadana, se ven involucrados distintos actores: distintas instancias
públicas y privadas, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, y sobre todo la
sociedad civil como parte importante para la solución de los asuntos públicos; sin embargo y
muy especialmente, son las actividades desarrolladas por (y desde) el Estado las que ponen
aprueba la coherencia política e institucional de todo el sistema, por cuanto el desarrollo de
la política de seguridad requiere de la intervención de una multiplicidad de organismos, y en
su debida articulación, el Estado tiene una gran responsabilidad. Específicamente a los
organismos del Poder Público Nacional (Asamblea Nacional, Ministerio del Interior y Justicia,
Ministerio Público y Tribunales de la República entre otros) les corresponde desempeñar un
papel fundamental en el desarrollo de la política nacional de seguridad.

Según el programa de gobierno del ex Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, la


política nacional de seguridad ciudadana debía tender a proteger y organizar la seguridad
ciudadana, “entendida como la protección de los derechos ciudadanos y las libertades
civiles, a fin de mantener la armonía social y la consolidación de la paz pública para el logro
de los objetivos nacionales.” Para el período 2001-2007 fue diseñado un Plan de Desarrollo
Económico y Social de la Nación (PDESN), que en lo social establece como objetivo la
construcción de una nueva condición de ciudadanía basada en el reconocimiento pleno y en
el ejercicio garantizado de los derechos.

Como estrategias de esta política específica, el Plan menciona el fortalecimiento de la


coordinación policial y el incremento de la participación ciudadana en la prevención del
delito, la oportunidad de reinserción social a los transgresores de la ley y la actualización del
marco jurídico-normativo de la seguridad ciudadana. Ahora bien, la existencia de esta
orientación reflejada en las estrategias descritas en el Plan, no garantiza el cumplimiento de
la política pública, pues formular una política es una cosa y poder asegurar la intervención
que ella requiere es otra (Lahera, 2002), y es importante tener en cuenta que, en este
proceso, intervienen variables políticas, sociales, económicas y culturales que determinan el
desarrollo de esa política.

La política de seguridad ciudadana se presenta entonces como producto de un proceso que


se desarrolla en un tiempo y marco específico que van definiendo el tipo y el nivel de los
recursos disponibles y empleados, y donde a través de complejos es quemas de
interpretación y de juicios de valor, se va definiendo tanto la naturaleza de los problemas
planteados como las orientaciones dela acción en materia de seguridad. Como se evidencia,
la influencia de determinadas variables es determinante en la definición del perfil y estilo de
la política de seguridad (Duran, 1990; Feick, 1990) y es ese perfil el que en definitiva
permitirá una mejor explicación del objeto de estudio.

En esta tarea, la Asamblea Nacional desempeña un papel fundamental en cuanto a la


protección de los valores que deben ser protegidos por el Estado venezolano,
principalmente de los derechos humanos como principios informadores de todo el
ordenamiento jurídico. Si no fuera así, los principios constitucionales quedarían condenados
a ser una mera declaración de intenciones, unas vagas líneas generales que no llegan a
concretarse en la realidad, dejando en el aire la efectiva garantía de los derechos delas
personas

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