TP 8.2. - CARBONELL Et Al - Homo Sapiens. Quienes Somos

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MONOGRÁFICO

M ètode Science Studies Journal (2017). Universitat de València.


DOI: 10.7203/metode.8.9481
Artículo recibido: 11/01/2017, aceptado: 07/04/2017.

‘HOMO SAPIENS’: ¿QUIÉNES SOMOS?


CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE NUESTRA ESPECIE

Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Robert Sala

En este artículo analizamos cuáles son los rasgos que conforman a los humanos actuales a partir de su
génesis. El objetivo es caracterizar la evolución biológica y cultural de la humanidad dentro del marco
evolutivo de las especies de nuestro género. Jerarquizamos que características son las que nos distin-
guen dentro del reino animal: fabricar una gran diversidad de herramientas, el control del fuego, el
lenguaje, el ritual funerario, etc. Tenemos que descubrir si realmente el aumento de complejidad solo se
da en nuestra especie o se trata de un proceso por el que otras especies también han pasado o pasarán.

Palabras clave: hominización, humanización, singularidad, herramientas, lenguaje, complejidad, especie.

La singularidad de Homo sapiens puede representar la convergente. Es verdad que una y otra forma de evolu-
síntesis evolutiva de todo nuestro género y, por tanto, ción tienen diferentes ritmos de integración. Mientras
una expresión evolutiva singular. Somos una especie que durante las primeras fases la progresión biológica
más, con un desarrollo y una complejidad que se han y la cultural eran lentas, durante el último millón de
hecho patentes con la socialización de adquisiciones años estas se han ido acelerando, hasta llegar al punto
desarrolladas inicialmente por otras especies con las actual, en el que nuestra especie se encuentra en pro-
que hemos convivido o que nos han precedido. Con- ceso de evolución cultural y técnica exponencial, sobre
secuencia de esta captura de adquisiciones es el creci- todo en los últimos decenios.
miento exponencial que ha registrado nuestra especie Ahora, mientras se producen pocas modificaciones
en los últimos miles de años. de tipo biológico, se están des-
encadenando de forma acelerada
«EN LA DIALÉCTICA
muchas adquisiciones culturales.
■■ INTRODUCCIÓN
Llamamos «complejidad» al con-
HOMINIZACIÓN-
Hay cuestiones que se mueven junto de adquisiciones que nos
entre el conocimiento y el pensa- HUMANIZACIÓN, LOS permiten diferenciarnos especí-
miento científico. Algunas sobre- DEBATES SIEMPRE SE HAN ficamente de los otros animales.
pasan este ámbito y se convierten MOVIDO EN LA DICOTOMÍA Entre las biológicas, nos referimos
en el centro de las grandes pre- ENTRE EVOLUCIÓN
principalmente al crecimiento del
guntas que se hace la humanidad. encéfalo y, por lo que respecta a
Quiénes somos es el objeto que BIOLÓGICA Y EVOLUCIÓN
las culturales y técnicas, que son
queremos abordar desde el punto CULTURAL» diversas y en muchos casos se-
de vista biológico, etológico, so- cuenciales, estamos hablando de
cial y cultural. Es muy interesante tecnología lítica, del fuego, del
verlo desde una perspectiva holística que nos proporcio- lenguaje o bien de enterrar a los muertos o del simbolis-
ne una visión completa no solo del proceso de hominiza- mo, entre otras adquisiciones.
ción sino también del proceso de humanización. Los humanos actuales nos definimos por haber-
Por lo que respecta a la dialéctica hominización-hu- nos convertido en seres complejos. La cuestión es si
manización, los debates siempre se han movido en la la complejidad es exclusiva de nuestra especie o si ha
dicotomía entre evolución biológica y evolución cultu- emergido y se ha consolidado en otras especies (Agustí
ral. Estos procesos ahora se analizan de otra manera y Carbonell, 2013).
y se llaman «procesos de coevolución». Nosotros pre- Solamente contestando estas preguntas, a partir de
ferimos el concepto de evolución integrada o proceso datos analíticos, seremos capaces de responder la cues-

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tión de quiénes somos y si somos fruto de las adquisi-


ciones de otras especies; así mismo podremos definir,
cuando existan, los rasgos específicos de nuestra espe-
cie respecto de las otras de nuestro género.
Nos referimos a quiénes somos los Homo sapiens.
Tenemos que empezar buscando nuestro origen en el
espacio y nuestra posición filogenética. Después podre-
mos referirnos a las adquisiciones. Eso quiere decir ha-
blar de dónde venimos, conocer nuestras raíces o, por lo
menos, plantear una hipótesis sobre esta cuestión.

■■ RASTREANDO EL ORIGEN
Los restos más antiguos de nuestra especie se encuen-
tran en África. Son los de Kibish, en Etiopía, represen-
tados por Omo 1 y Omo 2, que tienen una cronología
de 195.000 años. En el momento de ser descubiertos en
1967, se pensaba que eran menos antiguos, pero unas
dataciones posteriores dieron la sorpresa: son 40.000
años más viejos que los restos de Herto (Shea et al.,
Equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC

2002), también de Etiopía, pertenecientes todos ellos a


la subespecie Homo sapiens idaltu (White et al., 2003).
Hace 100.000 años, Homo sapiens ya se encontraba
diseminado por toda África. En Sudáfrica es represen-
tativo el yacimiento de Klasies River y, en el norte del
continente, el de Jebel Irhoud (Marruecos), con una an-
tigüedad semejante a Herto. A finales del Pleistoceno
medio, hace unos 120.000 años, Homo sapiens partió
del continente africano y lo encontramos desperdigán-
dose por Asia y llegando después a Australasia hace
unos 60.000 años (Gillespie, 2002). Finalmente, llegó a Composición de los restos ATD6-15 (fragmento de cráneo) y ATD6-
Europa hace unos 45.000 años, antes de ocupar la últi- 69 (maxilar), que podrían pertenecer al mismo individuo de Homo
ma frontera: el continente americano. antecessor. El conjunto se conoce como «el chico de la Gran Do-
El proceso de ocupación del planeta ha continua- lina». H. antecessor tiene caracteres primitivos del clade Homo,
compartidos con otros homininos del Pleistoceno medio, así como
do hasta hoy, cuando nuestra especie ha pisado toda la un conjunto de rasgos que comparte con los neandertales.
superficie terrestre y la ha ocupado de forma continua
excepto pequeñas discontinuidades.
¿Cuáles son nuestros orígenes biológicos? Esta es
otra cuestión interesante que aún nos es desconocida
pero que ha dado pie a algunas hipótesis. La lista de los «NO SOLO TENEMOS ANTECESORES
homínidos que precedieron a Homo sapiens en África COMUNES CON OTRAS ESPECIES,
incluye a Homo rodhesiensis, cuyos fósiles más carac- SINO QUE, ADEMÁS, NOS HEMOS
terísticos son, entre otros, los de Broken Hill (Zambia)
HIBRIDADO CON ESPECIES
y Bodo (Etiopía).
Tras encontrar a Homo antecessor, el equipo del PALEONTOLÓGICAS QUE HAN
yacimiento español de Atapuerca (Burgos) publicó en CONVIVIDO CON NOSOTROS»
1997 que las características craneales de este homini-
no lo convertían en candidato a ser el origen común
de neandertales en Europa y Homo sapiens en África
(Bermúdez de Castro et al., 1997).
Esta hipótesis tan arriesgada nos viene dada por
las características tan modernas del maxilar, en el que
destacan la falta de prognatismo y las depresiones su-

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■■ CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS Y BIOLÓGICAS


‘SAPIENS’
Homo sapiens se caracteriza anatómicamente por los
siguientes rasgos: un esqueleto craneal redondeado y
una frente erguida, que presenta un gran volumen en-
cefálico, con una media de 1.350 cm3; una cara plana y
más reducida, con las placas infraorbitales orientadas
coronalmente; presencia de mentón en la mandíbula;
una dentición caracterizada por una reducción con res-
pecto a la de especies anteriores; y, para acabar, el es-
queleto poscraneal es más grácil que en otras especies
de su género.

Estructura genética e hibridación


Durante muchos años se había pensado que la especie
paleontológica Homo sapiens era también una especie
biológica.1 Algunas pruebas, como las que se encon-
traron en Lagar Velho (Portugal), nos pusieron sobre
la pista de la existencia de caracteres híbridos en un
recién nacido, información que no fue admitida por
Equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC

muchos de los colegas paleoantropólogos cuando se


presentó el descubrimiento.
La evolución de los métodos de secuenciación final-
mente ha permitido comprobar que algunas poblaciones
de Homo neanderthalensis se cruzaron con humanos
anatómicamente modernos y que en la actualidad los
pobladores eurasiáticos tenemos un pequeño porcentaje
de genes de los neandertales. Por su parte, también en
Oceanía los humanos actuales de la región retienen un
pequeño polo genético arcaico, pero en este caso corres-
Cráneo número 5 del yacimiento de la Sima de los Huesos, en la ponde a genes de los denisovanos, una población ances-
Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca. Los hallazgos de este ya-
cimiento han permitido conocer que los huesos del oído de los
tral descubierta en una cueva de Siberia y descrita úni-
humanos de la Sima de los Huesos estaban preparados para recibir camente mediante análisis genético (Krause et al., 2010).
en la banda intermedia y ancha, tal como ocurre en los humanos Una vez conocido parte del genoma de estas especies
actuales. Eso quiere decir que estaban preparados para capturar un y su historia genética, hay que plantear que probable-
lenguaje que vehiculara sus acciones. mente solo se trata de especies paleontológicas y no de
especies biológicas. En el sentido estricto de la palabra,
borbitales marcadas, que le dan una morfología igual se trataría de variabilidad biológica. Por tanto, ni tan
a la de nuestra especie. También porque H. antecessor siquiera en este terreno los humanos anatómicamente
tiene caracteres primitivos del clado Homo, caracteres modernos seríamos específicamente diferentes. No solo
compartidos con otros homininos del Pleistoceno me- tenemos antecesores comunes con otras especies sino
dio, así como un conjunto de rasgos compartidos con que, además, nos hemos hibridado con especies paleon-
los neandertales (Bermúdez de Castro et al., 2017). tológicas que han convivido con nosotros durante los
Estos caracteres que ahora nos distinguen de otras es- 200.000 años de nuestra evolución. Ahora en nuestro
pecies paleontológicas son los que ya emergieron hace planeta solo existen Homo sapiens, pero eso solo ocurre
cerca de un millón de años. desde hace unos 30.000 años. Aun así, como hemos di-
Se trata, sin embargo, de definir cuáles son las ca- cho, somos probablemente una síntesis filogenética.
racterísticas de Homo sapiens con respecto a nuestros
coetáneos que se extinguieron hace unos 30.000 años.
Entre 70.000 y 30.000 años fue el período en que con-  Una especie biológica es aquella en la que los individuos masculinos y los
1

vivieron más especies en nuestro género: los últimos femeninos tienen descendencia fértil después de cruzarse. Por otra parte,
unos restos esqueléticos pertenecen a una especie paleontológica cuando
Homo erectus, los denisovanos, Homo neanderthalen­ tienen una serie de características morfológicas asociadas que los diferen-
sis y Homo floresiensis. cian de otras asociaciones esqueléticas.

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El lenguaje
Para que podamos hablar ha sido necesario que se pro-
dujesen una serie de modificaciones genéticas, anatómi-
cas y neuronales. Por lo que respecta a las transforma-
ciones en la anatomía, estas modificaciones van desde el
desarrollo del área frontoparietal hasta los cambios en
el tracto vocal. Ahora sabemos que eso está presente en
diferentes especies de nuestro género; por lo menos en
algunas de estas ya lo hemos podido contrastar.
Ahora mismo tenemos una serie de pruebas indirec-
tas que nos hacen pensar que el lenguaje puede ser una
característica del género Homo y no de la especie Homo
sapiens, como formulaba Noam Chomsky (1985). Po-
dría ser innato en el género Homo y, por tanto, tampoco
sería una especificidad de nuestra especie, como antes
se había dicho. Al menos sabemos que los homininos de
hace cerca de 500.000 años podían comunicarse verbal-
mente con fonemas y morfemas como lo hacemos noso-
tros. La prueba se ha conseguido gracias al análisis de
fósiles obtenidos en la Sima de los Huesos en Atapuerca
(Martínez et al., 2004).
Los huesos del oído medio nos han servido para dar
respuesta a la pregunta de si la recepción sonora huma-
Susana Sarmiento

na semejante a la actual es o no es antigua. El estudio


de los fósiles de la Sima de los Huesos nos dice que los
humanos que la habitaban podían recibir en la banda in-
termedia y ancha como nos pasa a los humanos actuales, Bifaz de cuarcita, bautizado con el nombre de Excalibur, recuperado
lo que quiere decir que tendría que haber emisarios que en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la Cueva Mayor de la
sierra de Atapuerca. La transición desde el uso de estas herramientas
capturaban su lenguaje, es decir, una lengua que permitía hacia lascas y láminas demuestra que existe una síntesis y evolución
vehicular sus acciones no solo en lenguaje corporal como con una gran diversificación. La producción de láminas no solo es
hacen los simios o con interjecciones o expresiones más propia de nuestra especie, otras como los neandertales también la
o menos complejas, sino con la palabra. La estructura y desarrollaron.
morfología del oído medio indican que los homínidos de
la Sima escuchaban con banda ancha, mientras que los las características anatómicas que nuestra especie ad-
otros simios, no; y tampoco tienen habla. quirió por evolución cultural.
Por lo que respecta a la genética, la presencia del gen Algunas de las actividades consideradas complejas
FOXP2 (Krause et al., 2007), tanto en Homo neander­ desde una perspectiva actual no son propias solamen-
thalensis como en Homo sapiens, nos indica que las dos te de nuestro género, pero sí que podemos decir que es
especies tenían el lenguaje fijado hace decenas de miles nuestra especie la que acaba generalizándolas a lo largo
de años. En los fósiles de Homo neanderthalensis de la de su evolución. Las detallamos a continuación.
cueva de El Sidrón (Asturias) se ha podido identificar Homo sapiens se caracteriza culturalmente y social-
este gen relacionado con el lenguaje. Por tanto, esta tam- mente por varias cuestiones. En el campo tecnológico,
poco es una característica específica de Homo sapiens, las industrias líticas experimentan una gran evolución
sino que, como ya hemos dicho, la comparte el género en el transcurso del proceso de adaptación de nuestra
Jordi Mestre / IPHES

Homo (Whitfield, 2008). especie que se desarrolla en África y también en su sali-


da de aquel continente. Mientras que las primeras tecno-
■■ CARACTERÍSTICAS CULTURALES Y TÉCNICAS logías se incluyen en la Edad Media de Piedra (Middle
Stone Age o MSA), las herramientas caracterizadas por
Existe una cuestión importante que nos fuerza a distin- la transición del Modo 2 al Modo 3 y el Modo 42 mues-
guir entre biología y cultura. Aunque no se han produci-
do grandes cambios en el esqueleto desde la aparición de
 Mientras que el Modo 2 se caracteriza por las industrias de gran formato
2
los humanos anatómicamente modernos, sí que se han como bifaces, picos o hendedores, en el Modo 3 destacan las lascas y las
dado grandes cambios culturales desde la aparición de lascas retocadas, y en el Modo 4, las láminas y lascas muy estilizadas.

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tran una síntesis y evolución del sustrato con una gran del Pleistoceno superior de Zambia, de 60.000 años,
diversificación, desde la presencia masiva de la técnica ya nos indican una fuerte complejidad de estos homi-
Levallois (preparación de núcleos de piedra antes de ninos, una complejidad diferente de la que conocemos
la extracción de lascas) hasta la utilización sistemática en otras especies de esta cronología.
del hueso como materia prima, así como la presencia
de la técnica laminar y, al final, la reducción micro- La construcción de cabañas
lítica. La producción de láminas no la emplea solo La construcción con materiales perecederos es muy
nuestra especie; otras especies, como los neandertales, antigua. Tampoco aquí Homo sapiens es único. Desde
también la desarrollaron en el transcurso de su evolu- las antiguas posibles cabañas de Olduvai (Tanzania)
ción cultural. de hace 1,9 millones de años hasta las cabañas de Te-
Lo que podemos decir es que, como pasa con otras rra Amata (Francia), o bien las de los neandertales,
adquisiciones, Homo sapiens acaba generalizando su todas las especies han construido lugares de refugio.
producción en todas las poblacio- Por tanto, la arquitectura tiene un
nes a escala planetaria, pero com- largo recorrido de género y no
parte estos conocimientos con solo de especie. Si bien es cier-
otras especies. Por lo que respecta «ALGUNAS DE
to que las cabañas gravetienses
a las herramientas de madera, se LAS ACTIVIDADES construidas con huesos de ma-
desarrollaron desde muy antiguo; CONSIDERADAS COMPLEJAS muts al este de Europa presentan
las lanzas y otros elementos vege- NO SON SOLAMENTE DE una gran complejidad, superior a
tales encontrados en Schöningen cualquier otra anterior, lo que in-
NUESTRO GÉNERO, PERO ES
(Alemania), con una cronología dican precisamente es esta larga
de más de 300.000 años, así lo NUESTRA ESPECIE LA QUE
tradición de construcción entre
indican (Thieme, 1997). ACABA GENERALIZÁNDOLAS los humanos.
Si nos referimos a las herra- A LO LARGO DE SU
mientas de hueso, aunque los EVOLUCIÓN»
El fuego y los hogares
neandertales también las fabri- El descubrimiento del fuego y el
caron, las secuencias de arpones uso social que se le ha dado es
muy antiguo. Tenemos evidencias
empíricas de la cueva de Wonderwerk en Sudáfrica,
donde poblaciones de Homo erectus ya lo utilizaban
para iluminarse, calentarse y cocinar hace cerca de un
millón de años. El fuego tardará en socializarse más
de 600.000 años (James et al., 1989). Los neandertales
utilizaron el fuego de forma sistematizada igual que lo
hace Homo sapiens. Podríamos decir que cuesta en-
contrar diferencias entre lo que hicieron unos y otros
con una gran variabilidad de medidas y formas: hoga-
res planos, hogares en covacha, hornos linterna, cons-
truidos con piedra, en el interior de gours (“hoyas”), en
abrigos naturales, etc. Eso también demuestra que la
complejidad no emerge solo en nuestra especie y que
la generalización del fuego es inespecífica. Representa
una larga tradición adaptativa en nuestro género que
acaba convirtiéndose en un rasgo esencial para las es-
pecies que la introducen como mecanismo de sociali-
zación.
El fuego y su estructura, el hogar, es muy impor-
tante a la hora de continuar desarrollando el lenguaje y
Vista de los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril de la sierra sobre todo el lenguaje articulado. La radialización per-
de Atapuerca, entre los que está la cueva de la Gran Dolina, donde mite la relación intergeneracional y el paso de informa-
se encontraron los restos de Homo antecessor. El equipo de Ata-
puerca publicó en 1997 que las características craneales de este ho-
ción, además de todas las funciones primitivas, como
minino lo hacían candidato a ser el origen común de neandertales dar luz para alargar las horas de actividad, espantar a
en Europa y de Homo sapiens. los animales, perfeccionar herramientas o cocinar.

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Ritual funerario
Probablemente la Sima de los Huesos es el primer lugar
donde empíricamente se puede probar la existencia de
una acumulación intencionada de cadáveres de la his-
toria evolutiva de nuestro género: 28 individuos fueron
arrojados al fondo de una sima de 12 metros de profun-
didad hace unos 400.000 años (Arsuaga, Martínez, Gra-
cia, Carretero y Carbonell, 1993; Carbonell et al., 2003).
Eran individuos de la especie Homo heildebergensis.
Más tarde, Homo neanderthalensis inició también el
comportamiento de enterrar a sus muertos. Tenemos
pruebas de este comportamiento neandertal desde Euro-
pa hasta el próximo Oriente, aunque algunos colegas no
están de acuerdo (Pettitt, 2002). Los ejemplos incluyen
yacimientos como Shanidar 4 en Irak, La Ferrassie en
Francia o Kebara en Israel. Por tanto, los rituales fune-
rarios no son una adquisición solo de los humanos mo-
dernos, sino que este hábito lo comparten otras especies.
Arte y música
El arte es una expresión simbólica básica de nuestra es-
pecie. Eso era por lo menos lo que pensábamos hasta
hace poco. Ahora tenemos pruebas de actividad artística
en el Pleistoceno medio, en dos yacimientos aixelianos.
Nos referimos a la Venus de Tam Tam, encontrada en
Marruecos con 400.000 años de antigüedad, y la Venus
de Berekhat Ramo, en los Altos del Golán, de más de
200.000. Se trata de esculturas, una producción artística
en tres dimensiones (D’Errico y Nowell, 2000).
Fundación Atapuerca

También disponemos de una serie de grabados in-


tencionados en el yacimiento del Pleistoceno medio de
Bilzingsleben, en Alemania. Podemos decir, pues, que,
con una alta probabilidad, el arte no es un invento espe- Excavación en el nivel TD10 del yacimiento de la cueva de la Gran
cífico de Homo sapiens, sino que lo es también de otras Dolina, que registra las últimas fases de ocupación humana de este
especies, algunas ellas contemporáneas y otras que nos yacimiento. En este nivel, con una antigüedad de entre 300.000 y
han precedido. 500.000 años, se han encontrado restos de actividad de grupos de
homininos.
Lo que sí que podemos afirmar es que el arte lo ha ge-
neralizado nuestra especie desde hace unos 45.000 años,
pero no antes. Aunque haya testimonios anteriores, hasta
esta fecha no se hace masivo y se extiende por nuestro «‘HOMO SAPIENS’ NO ES LA ESPECIE
planeta. Es con esta cronología que encontramos instru- ELEGIDA NI LA CULMINACIÓN DE
mentos de viento como las flautas. A partir de este mo- NADA, SINO QUE REPRESENTA
mento, la presencia de esta actividad simbólica es univer-
UN PROCESO NORMAL, AUNQUE
sal y, por tanto, la encontramos en todos los continentes.
SINGULAR, DE LA SELECCIÓN

■■ CONCLUSIÓN NATURAL»

Lo hemos planteado en otras ocasiones y aquí también


lo hemos dejado caer: los humanos anatómicamente mo-
dernos representamos una síntesis evolutiva, biológica y
cultural de nuestro género. La genética nos ha permitido
contrastar la existencia de multitud de hibridaciones de
las poblaciones que vivieron y convivieron con Homo
sapiens fuera de África.

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en el planeta. La capacidad de socialización que han pro-


porcionado las adquisiciones realizadas por nuestra espe-
cie es la responsable de la emergencia de una conciencia
compleja. Es responsable de que seamos como somos.
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evolución integrada y compartida.
Homo sapiens, contrariamente a lo que algunos pue- Eudald Carbonell. Investigador del Instituto Catalán de Paleoecología
den pensar, no es la especie elegida ni la culminación Humana y Evolución Social (IPHES). Profesor de la Universitat Rovira i Virgili
de nada, sino que representa un proceso normal, aunque (URV) de Tarragona (España). Director general de la Fundación Atapuerca.
Prehistoriador. Especialista en evolución humana y tecnología lítica.
singular, de la selección natural. Lo que pasa es que el
José María Bermúdez de Castro. Jefe de investigación del Departamento de
aumento exponencial de complejidad de la especie, sobre Paleoantropología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución
todo por lo que respecta al comportamiento cultural y Humana (CENIEH), Burgos (España). Vicepresidente de la Fundación
técnico (herramientas, lenguaje, fuego, arte, entierro de Atapuerca. Biólogo. Especialista en evolución humana y dentición.

los muertos, etc.) nos ha permitido incrementar la so- Robert Sala. Director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y
Evolución Social (IPHES). Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona
ciabilidad de manera inconmensurable, como no había (España). Prehistoriador. Especialista en tecnología lítica, fundamentalmente
pasado nunca en ninguna otra población de seres vivos en trazas de uso de herramientas paleolíticas.

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