Medidas A Adaptarse Frente A Un Conflicto

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Generación y manejo de conflictos

Medidas a adaptarse frente a un conflicto


Cierto nivel de conflicto es natural en todo tipo de relaciones humanas; pero
cuando los problemas se presentan, es necesario hacerles frente de la mejor
manera

Tener cierto grado de discrepancia ya sea con los compañeros de trabajo, con la
familia o con otras personas con las que compartimos la rutina es natural, ya que
no todos tenemos las mismas formas de ver y actuar frente a las circunstancias.
De esta manera los conflictos se presentan y es necesario plantarles la mejor
cara y resolverlos de buena forma; aceptando que “tener problemas” con los
demás es algo lógico siempre y cuando éstos no sean intensos y recurrentes en tu
vida.
Los motivos de conflicto entre una persona y otra o con un grupo pueden ser
varios, pero siempre se trata de formas de pensar o actuar distintas. Lo primero a
tener en cuenta para atenuar los problemas es respetar a los demás no
queriendo imponer nuestro punto de vista. Naturalmente habrá decisiones
compartidas con compañeros de trabajo, con una pareja o con personas
importantes en nuestra vida que tengan un peso más importante y otras que no
nos afecten en nada; pero la clave para parar los conflictos a tiempo es mantener
la calma hasta en las situaciones más adversas. Revisa algunos consejos que te
ayudarán a hacerle frente a un conflicto de la mejor manera frenando tus ganas
de ir al choque cuando una situación de discrepancia se presenta.

Formas de prevenir o manejar de buena manera los conflictos

1 – No pierdas tu eje cuando los demás se ofusquen

Si pierdes tu eje cuando los demás se muestran furiosos puedes tener una mala
reacción de la que después te arrepientas. Claro que no se trata de quedarte
callado: puedes demostrar que estás en desacuerdo y molesto, pero hazlo de
forma tranquila teniendo el control de tus emociones.

2 – Tu punto de vista es solo uno más


Nadie tiene la verdad absoluta sobre un hecho y al contrario, cada situación tiene
al menos tres puntos de vista: el propio, el de la persona con la que se discute y el
de los demás. Practicar la empatía poniéndose en el lugar del resto es un buen
ejercicio para entender que no tenemos la razón siempre y para lograr ver las
cosas desde otra perspectiva.

3 – Antes de hablar siéntete en calma

No hay nada más fácil para equivocarnos y decir algo indebido que hablar cuando
estamos enojados. A todos nos pasa el sentirnos ofuscados frente a determinadas
situaciones; pero recuperar la calma antes de empezar a hablar sobre lo que
nos puso así es fundamental para que la cosa no llegue a mayores. Piensa que
la discrepancia es temporal, pero sin embargo la relación, ya sea de trabajo o
personal, no terminará ahí y es importante que continúe en buenos términos.

4 – Trata a los demás como te gustaría que te traten

Esta es la regla básica de toda relación humana, no hacer a los demás lo que no
nos gustaría que nos hagan o mejor aún, tratar a los demás como nos gustaría ser
tratados. Has esto y no solo por la satisfacción de hacer las cosas bien, sino
porque además verás cómo el mundo y la actitud de las personas a tu
alrededor evolucionan de forma positiva cuando éstas se sienten bien tratadas.

5 – Piensa positivo
La vida está compuesta por momentos muy gratos y otros para nada placenteros y
bastante difíciles. Es la ley de la vida, nadie puede vivir todo el tiempo 100% feliz.
Pero sin embargo afrontar las tormentas con la mejor actitud mental posible
puede hacer la diferencia entre sentirse torturado frente a una adversidad o sacar
un gran aprendizaje de cada mala experiencia, sobrellevando mucho mejor los
malos momentos.

6 – Haz preguntas y escucha las respuestas

Cuando un conflicto asome, realizar preguntas y escuchar las respuestas al


respecto es fundamental para calmar las aguas; en vez de comenzar a hablar
disparando argumentos sin escuchar al otro. Toma el hábito de preguntar
y escuchar con atención el punto del otro.
7 – No digas algo que haga daño

Como ya hemos señalado, cuando estás furioso estás muy vulnerable a decir algo
de lo que después te arrepientas, o decir algo que dañe al otro. Reprime a toda
costa los impulsos que puedan llevarte a herir al otro.

8 – Señala un error sin caer en críticas destructivas


Si tienes que señalarse un error a alguien, no lo hagas desde el lado de crítica,
sino que busca que sea una retroalimentación o una sugerencia amigable. No te
excuses bajo el papel de “frontal y sincero” para decirle cualquier cosa al otro; así
que si tienes que sugerir algo a alguien, hazlo de buena manera o generarás un
roce casi instantáneamente.

9 – Si eres tolerante lo serán contigo

De la misma manera que si “lanzas” cosas e intenciones buenas seguramente


te vuelvan de la misma forma, si eres tolerante con los demás los demás lo
serán contigo; aún en los aspectos más negativos de tu personalidad.

10 – Reconoce cuando te equivocaste

Reconocer cuando uno se ha equivocado y aceptar la responsabilidad que se ha


tenido en la generación de un conflicto, habla de la humildad de una persona (una
característica positiva) y además evita la victimización. Cuando aceptas tu
responsabilidad en un conflicto y reconoces tu parte del error con la persona
implicada, fortaleces tu relación y aprendes de las diferencias.

Formas alternativas de resolución de conflictos

Las formas alternativas corresponden a mecanismos no formales y solidarios que


brindan un elemento fundamental en la humanización del conflicto, con la presencia de
una tercera persona que actúa como facilitadora especialista en resolución o prevención
del conflicto. Las formas alternativas son una debida opción cuando la convivencia
diaria, familiar y comunitaria han sido transgredidas de manera intencional y repetitiva
con perjuicios a nivel emocional, social, físico o legal de una persona. Las figuras
alternativas también permiten a los individuos ser gestores de cambios que faciliten el
bienestar mutuo, así como la satisfacción y el beneficio de los actores involucrados. El
profesional en Trabajo Social está capacitado para actuar en el manejo de los
mecanismos alternativos de resolución de conflictos Ejerce un rol educativo que busca
no sólo reforzar comportamientos sino capacitar a los actores que intervienen en lo
referente al manejo de habilidades, buscando potencializar las capacidades para
manejar, enfrentar y resolver el problema en forma eficiente. Se posibilita la
comunicación y la relación entre las partes, y clarifica el origen y la estructura del
conflicto; facilita, además, el proceso de negociación y la identificación y análisis de
alternativas, así como permite que los actores aprendan del conflicto y lo conciban
realmente como una oportunidad de aprendizaje. . Dentro de las formas alternativas de
resolución de conflictos se encuentran:

La negociación,

La mediación,

La conciliación y

El arbitraje.

Negociación Es el proceso a través del cual los actores o partes involucradas llegan a un
acuerdo. Se trata de un modo de resolución pacífica, manejado a través de la
comunicación, que facilita el intercambio para satisfacer objetivos sin usar la violencia.
La negociación «es una habilidad que consiste en comunicarse bien, escuchar, entender,
recibir feedback, buscando una solución que beneficie a todos. Cuando la gente usa la
violencia, a veces las cuestiones se complican, se “pudre todo”, y no hay retorno». Las
partes involucradas negocian fundamentadas en el respeto y la consideración; los
intereses corresponden a lo que dificulta la negociación; lo que las partes reclaman y lo
que se busca satisfacer son las necesidades, deseos o cuestiones materiales. la
negociación es considerada como la relación que logra equilibrar intereses opuestos,
articular diversidad de oposiciones y conciliar diferencias a través de pactos concebidos,
neutralizando divergencias y puntos de vista concebidos como antagónicos por los
actores vinculados. Esta actividad lleva implícitos procesos de aprendizaje y fortalece
una cultura democrática caracterizada por el debate, el escrutinio y la crítica abierta de
las ideas, intereses y proyectos que integran la comunidad. La negociación implica el
buen manejo de los procedimientos para cada una de las partes involucradas, es decir,
exige un manejo sistemático mediante el cual se legitima un acuerdo en el que se
comprometen los actores. Por lo tanto, es necesario planificar el proceso, tener claros
los objetivos propios y los de la contraparte, clarificar los intereses particulares, saber
sobre qué aspectos se está dispuesto a ceder y diseñar estrategias para el logro de los
objetivos propuestos.
Mediación Consiste en un proceso en el que una persona imparcial, el mediador,
coopera con los interesados para encontrar una solución al conflicto. Se trata de un
sistema de negociación facilitada, mediante el cual las partes involucradas en un
conflicto, preferiblemente asistidas por sus abogados, intentan resolverlo, con la ayuda
de un tercero imparcial (el mediador), quien actúa como conductor de la sesión
ayudando a las personas que participan en la mediación a encontrar una solución que les
sea satisfactoria. El mediador escucha a las partes involucradas para determinar los
intereses y facilitar un camino que permita encontrar soluciones equitativas para los
participantes en la controversia. El acuerdo no produce efectos jurídicos, salvo que las
partes acuerden formalizarlo en una notaría o centro de conciliación.

La mediación es de gran utilidad en el ámbito de lo general viabilizando la


comunicación entre los actores. Allí el mediador es fundamental, pues de alguna forma
contribuye a la resolución del conflicto, brinda una orientación cooperativa y
competitiva procurando el beneficio de las partes, y busca eliminar o reducir la conducta
conflictiva. En la mediación el conflicto está relacionado con la capacidad de hacer
concesiones, tanto al mediador — qué contribución puede hacer para llegar a un
acuerdo— como a las partes o actores —capacidad de los actores para reunir apoyo para
hacer concesiones o modificar sus posiciones originales y alcanzar un acuerdo—.
Finalmente, la mediación se basa en la adopción de premisas normativas referidas al
poder, la confianza y la capacidad de hacer concesiones.

Conciliación Se trata de un proceso o conjunto de actividades a través del cual las


personas o partes involucradas en un conflicto pueden resolverlo mediante un acuerdo
satisfactorio. Adicional a las partes, interviene una persona imparcial denominada
conciliador, que actúa con el consentimiento de las partes o por mandato de la ley, para
ayudar a los actores a llegar a un acuerdo que los beneficie. «Este proceso busca
complementar el sistema tradicional de justicia, mediante un procedimiento breve en el
cual una autoridad judicial o administrativa interviene como un tercero para lograr
posibles soluciones a un problema que involucra a dos o más personas en controversia»
La conciliación es un proceso de civilidad porque los acuerdos son el resultado del
ejercicio pacífico y democrático del derecho a la controversia, en el cual se involucra de
manera directa a los actores interesados en arreglar las diferencias, procurando acuerdos
recíprocos y satisfactorios sin que se presenten vencidos ni vencedores, activando la
comunicación, reduciendo y aliviando las tensiones, y evitando la escalada del conflicto.
Por lo tanto, es necesario comprender acertadamente el conflicto para verlo como una
totalidad y una fuente de transformaciones que contribuyen al crecimiento y evolución
de los diferentes grupos sociales —entre ellos, el sistema familiar—, permitiendo
relaciones más gratificantes y no la dominación y la imposición, así como la visión «tú
pierdes, yo gano». Como acto democrático, se fundamenta en la capacidad de los
ciudadanos y ciudadanas para ser autores del conflicto y generadores de soluciones,
asunto en el cual se determina la igualdad entre las partes, la legitimidad de sus intereses
y la voluntad para negociar y concertar acuerdos, sintetizando el ejercicio de la
democracia. El proceso democrático de la conciliación se desarrolla a través de varias
fases:

a) la fase inicial, en la cual se define el contexto de la conciliación;

b) la fase de intercambio de historias, donde se definen los puntos de vista de cada uno
de los actores, los hechos y sentimientos;

c) la fase de situación del conflicto, es decir, donde se concretan los puntos a tratar y se
enfatiza en lo conciliable;

d) la fase donde se generan soluciones, promoviendo su búsqueda y planteando varias


alternativas de solución, para seleccionar la mejor

e) la fase en la cual se establecen los acuerdos y el cierre que se especifican en un acta.


Arbitramento Se trata de un proceso mediante el cual un tercero, que es un particular,
decide sobre el caso que se le presenta y las partes o actores aceptan la decisión. Se
parece a un juicio donde el árbitro es elegido por las partes, en procura de la
conciliación. En este proceso, la decisión del tribunal de arbitramento se asimila a la
sentencia de un juez y es denominada «laudo arbitral». El árbitro actúa como auxiliar de
la justicia, buscando que esta se haga más clara para que los actores interesados puedan
determinar las reglas de procedimiento y se convierta en un instrumento comunitario.
Para concluir, se puede afirmar que actuando y enseñando las ideas y los ideales de la
resolución de conflictos manejados a través de las alternativas de resolución entre
quienes conforman la sociedad, se puede contribuir a la reducción de la violencia y al
fortalecimiento de espacios pacíficos para las futuras generaciones.

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