Guerra Anfibia

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GUERRA ANFIBIA - GUERRA DE MANIOBRA

Gastón Arriagada Rodríguez


Capitán de Navío IM

"La Guerra Anfibia debe planificarse para


obtener la victoria con rapidez, con un
número mínimo de bajas y un limitado
apoyo externo y todo eso, contra un
enemigo físicamente superior. Estos
imperativos demandan una doctrina de
Guerra de Maniobra"
General USMC A. M.
Gray.

Introducción.
Algunas de las tradicionales características de la Guerra Anfibia
hacen imperativo y justificable que ésta se adapte a los conceptos
de Guerra de Maniobra. Por ejemplo:
- El terreno más apto para el asalto anfibio, analizado desde
el punto de vista marítimo, es simultáneamente el que mejor
se presta para la defensa desde el punto de vista terrestre.
- Durante el movimiento buque playa, las fuerzas de desembarco
están prácticamente indefensas.
- Una vez lanzado el asalto anfibio, prácticamente no caben
posibilidades de repliegue si es que el enemigo presenta una
resistencia demasiado fuerte en la playa y terreno interior.
- Al iniciar las acciones en tierra, las fuerzas de desembarco
pasan por el momento más crítico de toda la operación, debido
a que no disponen de un apoyo de fuego contundente, de una
adecuada organización táctica, de comunicaciones expeditas,
ni de una apoyo logístico integral, lo cual obliga a generar
un poder de choque prácticamente desde cero.
Las características descritas obligan a replantearse el
concepto anfibio de desembarco frontal, intentando alcanzar
playas no protegidas para llegar a tierra sin oposición y desde
allí generar movimientos envolventes sobre los flancos y
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retaguardia del dispositivo enemigo, lo cual representa un uso


adecuado de la maniobra.
La Guerra de Maniobra es un filosofía de combate que busca
destruir la cohesión enemiga mediante una serie de acciones
rápidas, violentas e inesperadas que produzcan un deterioro rápido
y turbulento de la situación a la que el adversario no pueda
hacerle frente.
De esta definición se desprende que el fin de la Guerra de
Maniobra es conseguir la incapacidad del enemigo para resistir,
mediante la destrucción de su cohesión moral y física, o lo que es
lo mismo, de su capacidad para combatir como un todo eficaz y
coherente.
Para comprender con claridad lo que se entiende por
"Maniobra" es preciso analizar en mejor forma el término.
El significado tradicional de Maniobra tiene connotaciones
especiales, por una parte considera el espacio para alcanzar una
posición más ventajosa con respecto al enemigo, sin embargo, para
hacerla más eficiente implica también una dimensión temporal, lo
que representa generar un ritmo operativo mayor que el adversario
para lograr ventaja del factor tiempo. Es mediante el esfuerzo
coordinado de la maniobra en las dimensiones, espacio y tiempo que
una Fuerza inferior puede obtener resultados decisivos frente a
una Fuerza superior en medios y efectivos.
Mientras el objetivo de la Guerra de Maniobra es romper la
cohesión del enemigo, su efecto inmediato es alcanzar una
situación en la que éste no pueda reaccionar.
Pretende crear un ambiente en las que las acciones se
desarrollen en forma tan rápida e inesperada que el enemigo no
pueda enfrentarlas, llevándolo a una situación de pánico y
parálisis que lo haga perder su capacidad de resistencia.
La Guerra de Maniobra lleva implícita la rapidez para
conseguir la iniciativa, imponer los términos del combate y
desequilibrar al enemigo de forma tal que sus reacciones sean
progresivamente más lentas hasta que sea superado por los
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acontecimientos. También es inherente la necesidad de violencia,


no tanto como fuente de desgaste físico, como de confusión moral.
Para ello es imperativo concentrar la fuerza contra las
vulnerabilidades críticas del enemigo, golpeándolo rápida y
audazmente donde más afecte su capacidad de lucha.

La guerra anfibia actual y futura.


El concepto de guerra anfibia imperante, en la mayoría de las
Armadas del mundo, proviene de la doctrina que, el Cuerpo de
Infantería de Marina de los EE.UU. creó, durante la II Guerra
Mundial, como solución para capturar los bastiones japoneses en el
Pacífico Occidental. La operación anfibia de entonces suponía
desembarcar sobre playas, en condiciones tales, que era muy
difícil lograr la sorpresa, lo cual equivalía, en el plano táctico
a lanzar un ataque frontal, desde el mar contra posiciones
fuertemente organizadas.

Esta solución resultó apropiada para esta Guerra,


satisfaciendo plenamente los objetivos perseguidos, en múltiples
asaltos anfibios, sobre playas del Atlántico, costas de Italia e
islas del Pacífico. Finalizada la II Guerra Mundial el concepto
quedó consagrado y se ha mantenido vigente, por 50 años,
conservando sus características fundamentales, tales como:
- Intensa preparación del área objetivo.
- Aislamiento de la cabeza de playa, en previsión de las
operaciones de refuerzo y contraataque enemigo.
- Concentración de los buques transporte, de apoyo y cobertura,
a corta distancia de la costa.
- Ataque frontal, desde el mar, mediante olas sucesivas en
embarcaciones y vehículos anfibios.
- Apoyo de fuego naval y aéreo continuo en los momentos
iniciales del asalto.
- Amplio desarrollo de sistemas logísticos y de comunicaciones.
- Unidad de mando y transferencia progresiva de control, del
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mando naval al terrestre, hasta el término de la operación


anfibia.
Tales procedimientos, apenas modificados en su versión
original, por la capacidad de envolvimiento vertical, aportada por
el helicóptero, continúan considerándose adecuados en nuestros
días.
Sin embargo, resulta fácil darse cuenta que, ciertas
características señaladas, tienden a caer en la obsolescencia,
debido a los siguientes factores:
- Se hace imperativo disponer libremente de los espacios
marítimos y aéreos en el área objetivo, como asimismo el
control del espectro electromagnético, para asegurar las
comunicaciones, que garanticen la coordinación de la maniobra
y la conducción de las operaciones.
- Es inconveniente la cercanía a la costa del área de
concentración de buques, ante la lógica reacción de la
tierra sobre el mar.
- El ataque frontal, efectuado con los actuales medios de
transporte anfibio, hacen del movimiento buque-playa la fase
más peligrosa e insegura de toda operación.
La relativa lentitud de este movimiento, permite al enemigo,
que ya conoce la ubicación de la posible área de desembarco,
disponer del tiempo suficiente para trasladar sus fuerzas,
reorganizar su dispositivo defensivo, concentrarse y atacar a la
Fuerza de Desembarco, cuando aún no ha establecido toda su
potencia de combate en tierra.
Lo anterior hace necesario un cambio e innovación, en el
concepto de empleo de las Fuerzas Anfibias, que incluya entre
otros puntos:
- Aumentar considerablemente la movilidad táctica de los medios
que ejecutan el movimiento buque-playa.
- Incrementar el poder destructivo del armamento y, en general,
aumentar la potencia de combate.
- Intensificar el desarrollo de los sistemas de mando, control
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y guerra electrónica.
- Desplazar el área exterior de transportes más allá del
horizonte.
- Disponer de mandos experimentados en la conducción de Fuerzas
Anfibias, creativos y audaces, para explotar las
vulnerabilidades del enemigo y alcanzar las condiciones
favorables a su maniobra.
- Mantener las Fuerzas Anfibias en un alto grado de
entrenamiento, que garantice la ejecución oportuna y
coordinada del asalto anfibio.
Ello hace imperativo, modificar el concepto anfibio vigente,
pasando de una Fuerza Anfibia concentrada, que actúa en las
proximidades de la costa, con embarcaciones lentas, a una que,
desde grandes distancias, lance su asalto con medios rápidos,
capaces de llegar hasta la retaguardia enemiga o atacar sus
flancos simultáneamente. Esto representa el moderno concepto de
"Asalto Anfibio Trans-Horizonte", que implica el cambio más
significativo en la doctrina anfibia empleada desde 1940.
Este concepto establece que la Fuerza Naval, desde sus
formaciones de navegación oceánica, inicia el movimiento buque-
playa, lanzando el asalto anfibio desde distancias superiores a 30
millas, incorporando entre sus medios gran cantidad de
helicópteros, vehículos de colchón de aire y buques de diseño
avanzado que, por su alta velocidad permiten abordar la costa en
forma segura y sorpresiva.
La incorporación de estos medios modernos permite aumentar en
gran medida las posibilidades de acceso a la costa, ya que no
requieren de playas especiales para el desembarco. Es así como, el
Colegio Británico de Ingenieros Navales, ha manifestado que la
combinación de vehículos de colchón de aire y helicópteros aumenta
el porcentaje de playas abordables en el mundo, de un 17 a un 73%.
Sin embargo, esto no es la solución total del problema. La
Fuerza de Desembarco requiere, para el desarrollo de sus acciones
en tierra, de medios mecanizados; de artillería pesada, armas
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antitanque y antiblindaje y del apoyo logístico necesario para


enfrentar la alta potencia de combate, que el adversario opone en
su defensa. Estos medios deberán también ser transportados trans-
horizonte, en buques de gran velocidad, para lo cual se encuentra
en estudio el diseño de un nuevo buque tipo LST, denominado LSF
(Landing Ship Fast), con casco de fondo cóncavo, de especiales
características hidrodinámicas, que reduce a un tercio la
resistencia al medio acuático, respecto a buques convencionales y
que podrán alcanzar entre 50 y 70 nudos y transportarían entre 150
a 200 hombres aproximadamente; 10 Tractores Anfibios o su
equivalente en tanques o piezas de artillería.

Aplicación de la Guerra de Maniobra a la Guerra Anfibia.


El desarrollo tecnológico, el acceso más fácil a la costa por
medios helitransportados y vehículos de colchón de aire y la
necesidad de abordar el litoral sin oposición hacen imperativo
replantearse modalidades tácticas más creativas y audaces para
lograr poner en tierra la Fuerza de desembarco en forma segura y
oportuna.
La inevitable reacción de la tierra sobre el mar y la
concentración de fuerzas que el enemigo opondrá en las playas más
probables de abordar generan la necesidad de emplear soluciones
novedosas y diferentes al desembarco frontal.
Las posibles soluciones de este problema táctico las ofrece
precisamente la guerra de maniobra la cual aplicando los conceptos
tácticos recomendamos por Sun-Tzu basa su esfuerzo en "Sacar
ventaja de la falta de preparación del enemigo para aproximarse
por rutas inesperadas y golpearlo en los puntos más vulnerables de
su dispositivo".
Con la intención de aplicar la conceptualización de guerra de
maniobra se han planteado teorías tendientes a modificar la
estructura tradicional de las operaciones anfibias, modificando su
faseamiento y definiciones conceptuales más importantes. Por
ejemplo, ya en el año 1982 el Coronel USMC Bruce G. Brown exponía
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los siguientes planteamientos en el Marine Corps Gasette :

- La operación anfibia debería pensarse como un "Ataque


lanzado desde el mar", no en un Asalto, ya que este término
da la idea de un ataque frontal, lo cual se contrapone a la
guerra de maniobras en que "el frente de las defensas
enemigas debe ser evitado".

- Enfatizar la importancia de la obtención de información del


enemigo mediante reconocimientos anticipados.
- La fase ensayo se justificaría sólo para efectuar las
coordinaciones principales de los diferentes órganos de
maniobra y la comprobación de los enlaces, evitando
comprobar los planes, la sincronización y el alistamiento de
las fuerzas, ya que todo esto último restringe la
flexibilidad para reaccionar ante cambios en la situación del
enemigo y canaliza a la fuerza de desembarco en una
definitiva modalidad de empleo restringiendo su capacidad de
sorpresa táctica.

Por otra parte la Junta de Reglas de la Infantería de Marina


de España recomienda al respecto:
- Extender el campo de combate, tanto en tierra como en la zona
de mar, para flexibilizar las operaciones de la Fuerza de
Desembarco.
- Postergar la determinación de algunas Resoluciones Básicas
hasta obtener información actualizada del enemigo.
- Dar gran énfasis a las operaciones de decepción y engaño.
- Iniciar el movimiento buque-playa a gran distancia de la
costa para ganar seguridad y sorpresa.
- Desembarcar con el mínimo de oposición y en lo posible sin
ella.
- Cambiar el concepto de Cabeza de Playa por Zona de
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Responsabilidad Táctica de la Fuerza de Desembarco.


- Crear el concepto de playas tácticas transitorias que
permitan la proyección inicial de la Fuerza de Desembarco a
tierra y desde ellas operar para conquistar la playa
principal en que se produciría la descarga general.
- Disponer de su sistema logístico de gran movilidad que
garantice un apoyo integral tanto en tierra como a flote.

Los conceptos planteados son relevantes en el sentido de


orientar un cambio respecto de los procedimientos vigentes y
principalmente alentadores en el sentido de permitir una solución
para Fuerzas de Tarea Anfibia que no cuentan con capacidad para
desgastar y neutralizar las posibles playas de desembarco mediante
un sostenido y contundente bombardeo naval y fuego de apoyo aéreo
y naval.
En resumen aplicando la teoría de guerra de maniobras, la
guerra anfibia podría flexibilizarse y facilitar el cumplimiento
de la misión de la Fuerza de Tarea Anfibia mediante:
- Un intenso esfuerzo de búsqueda e información por agencias
especializadas de la propia F.T.A. y F.D. pre-día D.,
tendiente a obtener inteligencia del enemigo, en tiempo
real. La guerra de maniobra define que el objetivo
fundamental y prioritario es el enemigo, por lo tanto hay que
conocer cabalmente su organización, fuerza, ubicación,
equipamiento, dispositivo y actividad que desarrolla
(OFUEDA).
- Iniciar el movimiento buque-playa a la mayor distancia
posible de la costa, objeto asegurar la sorpresa del
desembarco, el cual debe ser descentralizado y sobre playas
no protegidas y distantes de la principal, objeto favorecer
la maniobra en tierra.
- Combinar desembarcos anfibios sobre playas transitorias con
desembarcos verticales en la profundidad del dispositivo de
defensa en tierra a fin de obligar al enemigo a reaccionar en
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diferentes frentes y con ello debilitar el esfuerzo principal


de su defensa.
- Combinar adecuadamente un sostenido apoyo logístico desde a
bordo durante las primeras operaciones con un eficiente e
integral apoyo logístico en tierra.

La Guerra de Maniobra en las operaciones terrestres.


La teoría y conceptos generales de la guerra de maniobras se
establecen en la obra de Williams S. Lynd titulada "Manual de la
Guerra de Maniobras". El autor, asesor en asuntos militares del
Presidente de la comisión de Defensa del Senado de los EE.UU. y
presidente del Instituto para la reforma militar de su país, basa
su obra en la experiencia del Coronel de la Fuerza Aérea
Norteamericana John Boyd, quien estudiando el excelente
rendimiento de los pilotos norteamericanos en la Guerra de Corea
no se explicaba como los aviones americanos F-86, inferiores en
velocidad y condiciones aerodinámicas que los MIG-15 norcoreanos,
pudieron obtener resultados exitosos.
En su investigación descubrió dos elementos determinantes,
que finalmente se constituirían en el fundamento de su teoría;
el avión F-86 tenía un mejor campo de visión desde su cabina y
disponía de un sistema de comando y control hidráulico que le
facilitaba reaccionar con mayor rapidez y agilidad. Estas ventajas
técnicas permitían a los pilotos norteamericanos disponer de mayor
tiempo para apreciar el panorama exterior y reaccionar rápidamente
en función de lo observado. Por su parte los pilotos norcoreanos
no disponían de esa ventaja siendo canalizados en sus acciones por
los sucesivos cambios de actitud de su adversario.
Concluido su análisis el Coronel Boyd determinó que los
pilotos norteamericanos lograban cumplir con mayor rapidez lo que
él denominó el ciclo OARA (Observación - Apreciación - Resolución
- Acción), provocando en sus oponentes incertidumbre,
desconcierto, descontrol y finalmente la derrota.
En resumen, el autor concluye que si una fuerza en combate
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puede realizar el ciclo Boyd más rápido que su oponente gana una
ventaja. Cuando la fuerza más lenta actúa, la más rápida está
haciendo algo diferente a lo que aquella observó y por lo tanto su
reacción resultará inapropiada.
Consecuente con esta teoría, Maniobra significaría introducir
al enemigo en el ciclo Boyd, siendo consistentemente más rápido
en la ejecución de éste, hasta que el enemigo pierda su cohesión y
finalmente se vea impedido de combatir como una Fuerza organizada
y efectiva.
Maniobra en el ámbito de la guerra terrestre se interpreta
como sinónimo de movimiento, sobre todo cuando se refiere a fuego
y maniobra en el nivel de pequeñas Unidades. Consecuente con ello,
el Coronel soviético F.D. Sverdlov la define como: "Movimiento
organizado de Fuerzas en un eje diferente tendiente a lograr una
posición favorable respecto al enemigo".
El Ejército de los EE.UU. en su Manual de Operaciones FM 100-
5 se refiere a la maniobra como "Empleo de Fuerzas mediante el
movimiento apoyado por fuego para alcanzar una posición ventajosa,
desde la cual destruir o amenazar con destruir al enemigo".
En otro ámbito, pero también coincidente con la idea de
movimiento el Almirante Castex identifica la maniobra con la
"Realización de movimientos acertados para crear una situación
favorable".
De lo anterior es factible deducir que el concepto movimiento
es común en variadas definiciones implicando un término de acción,
por el cual la maniobra pasa a constituirse en el elemento
dinámico del combate que genera la capacidad de concentrar fuerzas
en un punto crítico para lograr sorprender al adversario.
Una maniobra bien concebida debe lograr desequilibrar la
fuerza enemiga; pero sin descuidar la protección de la propia. Por
su condición dinámica requiere que la Fuerza ejecutora cuente con:
una alta movilidad tanto anfibia, aérea y terrestre, conocimiento
acabado del enemigo y del terreno, un mando y control eficiente,
una adecuada organización, y un apoyo logístico seguro.
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El moderno concepto de guerra de maniobra implica el


desarrollo de procedimientos para su aplicación que dan origen a
la táctica de guerra de maniobra, la cual es la resultante de la
combinación de técnicas de combate con un razonamiento para
decidir una aproximación original hacia el enemigo en un momento
y lugar definido. La combinación de estos dos elementos se basa en
que la conducción táctica sin conocimiento técnico produce una
acción ineficiente y una técnica sin razonamiento produce una
resultante rígida y predecible por el oponente.
Aplicando la concepción táctica referida, la guerra de
maniobra destaca los siguientes puntos para la conducción de las
operaciones terrestres:

1. Concentrar la atención sobre el enemigo.


El objeto de la guerra terrestre es la destrucción física del
enemigo o el quiebre de su voluntad de combatir. Por ende el
principal objetivo físico será siempre la fuerza enemiga.

2. Definir claramente el centro de gravedad.


Se refiere a identificar el punto preciso en que se
concentrará el esfuerzo principal para golpear al enemigo rápida y
contundentemente y causarle el mayor daño a su capacidad para
combatir.

3. Atacar las vulnerabilidades del enemigo evitando sus


fortalezas.
En el plano táctico se refiere a identificar fallas en la
organización del sistema defensivo, brechas en el dispositivo, y
debilidades en su potencia de combate factibles de explotar.

4. Designar el esfuerzo principal.


Se refiere a identificar claramente la Unidad de Combate cuyo
esfuerzo operativo está orientado al centro de gravedad del
enemigo y en definitiva destinado a lograr la decisión y que por
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lo tanto deberá estar apoyada directa e indirectamente por todos


los componentes de la fuerza.

5. Ordenes tipo misión.


La orden tipo misión es la clave para lograr la
descentralización en el cumplimiento del plan previsto. Este tipo
de orden orienta al Comandante subordinado en el qué hacer,
imponiéndole una misión, pero dejándole una completa libertad de
acción para su cumplimiento.
Junto con la tarea impuesta es de vital importancia conocer
la intención del Comandante, es decir, cual es el efecto final que
se persigue con las acciones propias.
La orden tipo misión que implica ejecución descentralizada
requiere de mandos subordinados resolutivos y de gran capacidad
profesional para actuar independientemente.
De igual modo debe existir una reciprocidad de confianza
entre el mando superior y los Comandantes subordinados, en el
sentido que el primero confíe en que se cumplirá su intención y
los subalternos sientan la confianza que serán apoyados cuando
apliquen su iniciativa.

6. Apoyo de fuego combinado.


Es importante precisar que la maniobra sin un apoyo de fuego
eficiente no es concebible. No se trata de tener un poder de fuego
sobredimensionado para desgastar y destruir; sólo se requiere de
una capacidad suficiente para inmovilizar al enemigo y facilitar
la evolución de la maniobra.
El fuego combinado pretende enfrentar al enemigo al efecto de
dos tipos de armas simultáneamente, de manera que cuando intente
neutralizar uno se vea vulnerable a la acción del otro. La idea es
que con el fuego de apoyo tradicional el enemigo se enfrenta a un
problema, con el fuego combinado se le crea un dilema.

7. Empleo de la Reserva.
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Fundamentalmente la guerra de maniobra enfatiza los


siguientes puntos respecto al empleo de la reserva.
a. Dado el papel decisivo que se le asigna a la reserva, ésta debe
estar conformada por la mejor Unidad y con el mejor
Comandante.
b. La reserva debe usarse para decidir la acción; para explotar el
éxito o para consolidar la victoria.
c. Debe emplearse completa, como un todo contundente, como un
golpe violento y decisivo y en el momento oportuno.
d. La dosificación de Fuerzas para constituir la reserva debe
estar dada por la certeza de la información. Mientras más
incierta sea la situación, más fuerte debe ser la reserva.
e. En la defensa, la reserva sólo debe emplearse para el
contraataque, el cual debe ser:
Fuerte : Orientado a destruir o aniquilar.
Sorpresivo: En el sentido de golpear al adversario en el punto
más débil creado por su propio impulso ofensivo.
Oportuno : Lanzándolo en el momento en que el enemigo está más
comprometido, objeto sea incapaz de reaccionar ante
una amenaza inesperada.

8. Liderazgo.
La guerra de maniobra considera como un elemento esencial de
la potencia de combate un liderazgo competente y confiable. Es el
líder quien determina el grado en que se maximizan la potencia de
fuego, la maniobra o la protección y asegura que estos factores se
equilibren decidiendo cómo emplearlos contra el enemigo. Es quien
provee el propósito, la dirección y la motivación en el combate.
La habilidad y personalidad de todo Comandante representan
parte importante de la Potencia de Combate de su Unidad.
Aunque los requisitos de liderazgo difieren según el tamaño y
tipo de Unidad todos los Comandantes deben ser resolutivos,
comprender a su personal y conocer cabalmente los medios con que
cuentan para combatir. Deben ser capaces de actuar con valentía y
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determinación durante la incertidumbre y confusión que genera el


combate.

V.- Conclusiones.
1. El enfoque dado al desarrollo del tema ha pretendido exponer
los conceptos de guerra de maniobra aplicando sus características
a la guerra anfibia y terrestre. Este nuevo estilo de conducción
es aplicable desde el Comandante de una Fuerza de Tarea Anfibia
hasta el Comandante de una Escuadra de Fusileros, independiente de
la naturaleza del conflicto.
2. La guerra de maniobra es producto de una mentalidad nacida de
una voluntad audaz, gran iniciativa y decidida explotación de la
oportunidad. Requiere de una voluntad dispuesta a destrozar el
enemigo moral y físicamente, paralizándolo mediante el
aprovechamiento de sus vulnerabilidades, evitando sus fortalezas
y golpeándolo en el punto que más afecte su capacidad de lucha. En
resumen la guerra de maniobra es un estilo de conducción destinado
a generar el mayor efecto decisivo sobre el enemigo al menor costo
posible.

3. La preparación para vencer en el combate debe tener la máxima


prioridad en la asignación del tiempo, recursos y estímulos o
reconocimientos a cualquier nivel y bajo toda circunstancia. La
guerra de maniobras requiere que la ejecuten los mejores y en la
mejor forma posible. Si ello implica cambiar algunas prácticas
establecidas, significa entonces que es necesario apoyar los
cambios.
4. Las Fuerzas Anfibias son herederas de una gran tradición
militar, una tradición militar que resalta tanto las ideas
innovadoras como la fortaleza y lealtad. Tienen un espíritu
suficientemente poderoso como para cambiar aquellos procedimientos
que limitan su efectividad, teniendo siempre presente que el
combate debe ser y será el objetivo principal de su esfuerzo
15

diario.
5. Las Fuerzas Anfibias han sido desafiadas por la guerra de
maniobra y pueden ser las primeras en materializar un cambio
significativo en el estilo de conducir las operaciones. Es una
oportunidad que las Fuerzas Anfibias debieran aceptar con la
alegría de mantener el privilegio de ser siempre las primeras en
lo nuevo y en lo bueno.

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BIBLIOGRAFIA

- Manual de Operaciones Anfibias de la Armada.


- Doctrina en Operaciones Anfibias, CAI 10-1, Escuela IM. del
Comandante Jaime Charles.
- FM 100-5, Operaciones.
- Williams S. Lind, Manual de la Guerra de Maniobras.
- Sun-Tzu, El Arte de la Guerra.
- Bernardino Parada M, General de Ejército, Polemología Básica.
- Abel Gamundi Inzua, Buques de diseño Avanzado en Operaciones
Anfibias, Temas Profesionales.
- Agustín Rosety Fernández, El camino del futuro: Infantes de
Marina y Estratégia, Tecnología Militar.
- Pedro Eduardo Giromini, CC.IM., Puede la Infantería de Marina
Argentina hacer la guerra de Maniobra.
- A. M. Gray, General US. Marine Corp, Warfighting.

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