Vegetacion Ribera FMagdaleno
Vegetacion Ribera FMagdaleno
Vegetacion Ribera FMagdaleno
En una segunda banda aparecería la vegetación riparia arbustiva y arbórea, de gran importancia
por su eficaz protección de las orillas. Los sistemas radicales de estas plantas actúan como
defensa frente a la erosión directa de las aguas, los desmoronamientos de las orillas, etc.
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Estructura y composición de la vegetación de ribera – FernandoMagdaleno (CEDEX)
Además, se trata de especies con gran capacidad de regeneración (brotan bien de cepa, se
reproducen bien por estacas, sus frutos presentan adaptaciones a la colonización de nuevos
ambientes riparios), por lo que la destrucción total o parcial que pueden sufrir como
consecuencia de las avenidas que soportan estas zonas queda bien compensado por una rápida
recolonización. En esta banda destacan los sauces, los alisos e incluso los álamos y chopos.
En una tercera banda se situarían las especies que sólo soportan un encharcamiento temporal,
pero que necesitan vegetar sobre suelos frescos ocasionalmente inundados. Son las formaciones
de vega, en las que destacan especies como los chopos, los olmos, los fresnos y los tarays. Estas
zonas han sufrido, como se ha indicado, numerosas agresiones por parte del hombre, al situarse
en zonas de gran interés agrícola e industrial.
- Estrato arbóreo: compuesto generalmente por varias especies, aunque con frecuencia
dominado, en cada banda, por una sola especie. Está formado, normalmente, por árboles
planocaducifolios, proporcionando una intensa sombra a los estratos inferiores.
- Estrato arbustivo: muy habitual en los claros y bordes del bosque, formando una orla
muy característica. Se puede hablar, por una parte, de la banda arbustiva más próxima al cauce
(dominada por los sauces), y por otra, de los arbustos típicos de la orla espinosa (zarzas, rosales,
endrinos, agracejos, majuelos, arraclanes, etc.).
- Estrato herbáceo: formado básicamente por plantas nemorales. Destacan los helechos,
gramíneas y plantas bulbosas, pero también numerosas especies nitrófilas, debido al aporte
continuo de materiales arrastrados por el río.
- Estrato lianoide: alcanza un gran desarrollo, sobre todo en las zonas más térmicas,
destacando especies como la parra silvestre (Vitis vinifera), la hiedra (Hedera helix), la
zarzaparrilla (Smilax aspera), la nueza negra (Tamus communis), el lúpulo (Humulus lupulus),
las rubias (Rubia sp.), la brionia (Bryona cretica) y las madreselvas (Lonicera sp.).
- Estrato epifítico: está formado, generalmente, por musgos, hepáticas y líquenes
(criptógamas no vasculares), y suele ser abundante y diverso.
4. PRINCIPALES FORMACIONES.
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Estructura y composición de la vegetación de ribera – FernandoMagdaleno (CEDEX)
Uno de los árboles ripícolas más conocidos es el aliso. Su sistema radicular necesita un contacto
permanente con el agua. Cumple una notable de función de estabilización de las orillas, por lo
que se ha utilizado en muchas zonas de Europa con esta finalidad. No es menos importante su
papel como especie fertilizadora del suelo, por su capacidad para fijar nitrógeno. En países
como Dinamarca y Alemania ha sido utilizado para recuperar tierras agotadas por los cultivos.
El aliso no solo abunda en la región eurosiberiana; es también muy abundante en las gargantas
de algunas sierras gaditanas, asociado al rododendro, constituyendo una de las formaciones
relícticas más originales, al amparo del microclima de los "canutos" o bosques de ribera típicos
de esa zona.
Por lo que respecta a los álamos y chopos, Populus alba y P. nigra, son dos especies autóctonas,
pero muy difundidas por el territorio peninsular por el hombre, que ha contribuido a la
expansión de la distribución geográfica de estas formaciones, por el interés que estas especies
tienen desde un punto de vista recreativo e industrial. Aún con requerimientos ecológicos algo
diferenciados, aparecen en ocasiones en contacto.
Mucho más frecuentes son los tarays (también conocidos como tarajes, tarayes y atarfes). Son
árboles capaces de soportar la presencia de suelos pobres o salinos (Tamarix gallica, Tamarix
africana), llegando incluso a preferir este tipo de suelos (Tamarix boveana, Tamarix
canariensis), alcanzando su óptimo en los arroyos y ramblas de zonas de carácter semiárido y
árido. Los tarays forman bosques muy luminosos, aunque densos. Juegan un importante papel al
vegetar sobre dichos suelos, siendo de rápida colonización y crecimiento.
Los fresnos ocupan suelos de vega ricos en nutrientes. Viven generalmente en las proximidades
de los ríos, aunque también pueden ocupar zonas con encharcamiento temporal alejadas de
cualquier cauce. Tienen una gran importancia como suministradores de material leñoso al
ganado (ramoneo), por lo que han sido muy aprovechados por el hombre. Entre las especies más
importantes, destacan Fraxinus angustifolius (fresno de hoja estrecha, fresno de la tierra),
Fraxinus excelsior (fresno de hoja ancha) y Fraxinus ornus (fresno de flor).
Una especie cada vez menos frecuente es el olmo (Ulmus minor), que ocupó una gran
superficie, mermada primero por la extensión de los cultivos agrícolas y más tarde por la
grafiosis. Esta enfermedad apareció en Holanda en 1919, y desde entonces ha ido diezmando las
olmedas europeas. A pesar de las diferentes medidas adoptadas, lo cierto es que el olmo
comienza a ser una especie rara en el paisaje español, donde antes era muy abundante en los
setos, cunetas, zonas agrarias, etc.
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Estructura y composición de la vegetación de ribera – FernandoMagdaleno (CEDEX)
La vegetación de ribera en el tramo central del Ebro ha sufrido una notable transformación a lo
largo del siglo XX. A partir del análisis de las imágenes aéreas existentes en el tramo fluvial
desde Rincón de Soto hasta Mequinenza, se han podido analizar estos cambios, que han
afectado a la estructura, composición y funcionamiento actuales del corredor ripario del Ebro.
La superficie total de vegetación leñosa riparia autóctona disminuyó un 8% entre 1927 y 1957,
pero la modificación más importante se produce a partir de esta fecha, y hasta 2003, periodo en
el que la tasa de reducción de la superficie se multiplica por 4, hasta dejar el valor total de
decremento, a lo largo de todo el periodo, en un 35% de la superficie original (Magdaleno,
2011).
6. REFERENCIAS BÁSICAS.
Costa, M., Morla, C., Sainz, H. (eds.). 1997. Los bosques ibéricos. Planeta, Barcelona.
Ferreras, C. & Arozena, M.E. 1995. Los Bosques. Serie “Guía física de España”. Alianza
Editorial.
Lara, F., Garilletti, R., Ramirez, P., Varela, J.M. 1996. Estudio de la vegetación de los ríos
carpetanos de la cuenca del Jarama. Serie Monografías. Centro de Estudios y
Experimentación de Obras Públicas, Ministerio de Fomento. Madrid.
Lara, F., Garilletti, R., Calleja, J.A. 2005. La vegetación de ribera de la mitad norte española.
Serie Monografías. Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, Ministerio de
Fomento. Madrid.
Magdaleno, F. 2011. Evolución hidrogeomorfológica del sector central del río Ebro a lo largo
del siglo XX. Implicaciones ecológicas para su restauración. Tesis doctoral. Universidad
Politécnica de Madrid. 91 p.