Actividad 2 Ética UEM
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Normativa relacionada
con la conciliación
laboral y el teletrabajo
¿Qué es el teletrabajo?
El teletrabajo o trabajo a distancia es una modalidad de trabajo tanto por cuenta ajena como
de forma autónoma en la que una parte importante del tiempo laboral se realiza desde una
ubicación diferente a la oficina de la empresa mediante la utilización de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación. En otras palabras, el teletrabajo es una
forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad
profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte de su
horario laboral. Además, engloba una amplia gama de actividades y puede realizarse a
tiempo completo o parcial.
Las relaciones de trabajo a las que resultará de aplicación el presente real decreto-ley serán
aquellas en las que concurran las condiciones descritas en el artículo 1.1 del texto refundido
de la Ley del Estatuto de los Trabajadores aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015,
de 23 de octubre, que se desarrollen a distancia con carácter regular.
Artículo 2: Definiciones.
b) “teletrabajo”: aquel trabajo a distancia que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o
prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.
En los contratos de trabajo celebrados con menores y en los contratos en prácticas y para la
formación y el aprendizaje, solo cabrá un acuerdo de trabajo a distancia que garantice, como
mínimo, un porcentaje del cincuenta por ciento de prestación de servicios presencial, sin
perjuicio del desarrollo telemático, en su caso, de la formación teórica vinculada a estos
últimos.
CAPÍTULO II
El acuerdo de trabajo a distancia
Sección 1.ª Voluntariedad del trabajo a distancia
1. El acuerdo de trabajo a distancia deberá realizarse por escrito. Este acuerdo podrá estar
incorporado al contrato de trabajo inicial o realizarse en un momento posterior, pero en
todo caso deberá formalizarse antes de que se inicie el trabajo a distancia.
2. Las personas que realizan trabajo a distancia desde el inicio de la relación laboral durante
la totalidad de su jornada, tendrán prioridad para ocupar puestos de trabajo que se realizan
total o parcialmente de manera presencial.
3. Los convenios o acuerdos colectivos podrán establecer los mecanismos y criterios por los
que la persona que desarrolla trabajo presencial puede pasar a trabajo a distancia o
viceversa, así como preferencias vinculadas a determinadas circunstancias, como las
relacionadas con la formación, la promoción y estabilidad en el empleo de personas con
diversidad funcional o con riesgos específicos, la existencia de pluriempleo o pluriactividad
o la concurrencia de determinadas circunstancias personales o familiares, así como la
ordenación de las prioridades establecidas en el presente real decreto-ley.
CAPÍTULO III
Derechos de las personas trabajadoras a distancia
Sección 1.ª Derecho a la carrera profesional
Las personas que trabajan a distancia tendrán derecho, en los mismos términos que las que
prestan servicios de forma presencial, a la promoción profesional, debiendo la empresa
informar a aquellas, de manera expresa y por escrito, de las posibilidades de ascenso que se
produzcan, ya se trate de puestos de desarrollo presencial o a distancia.
En 2018 según Eurostat, tan solo el 4,3% de los personas trabajadoras en España reconocía
trabajar desde casa regularmente, de forma paradójica en la UE, los países más afectados
por el COVID-19 también registran una menor presencia de la modalidad de teletrabajo. Sin
embargo, en 2020 con el estallido de la crisis sanitaria del COVID- 19 se obligó a adoptar
una serie de medidas de distanciamiento social, consolidándose el teletrabajo como la
modalidad más común de trabajo remunerado. En concreto, como ya se anticipó, el RDL
8/2020 lo estableció como la forma prioritaria de trabajo, dejando de ser una opción interna
de la empresa e iniciándose así el proceso de regulación que cristalizó en el RDL 28/2020, y
más tarde en la Ley 10/2021.
Para el año 2050 en España se prevé que más del 58% de la población sea mayor de 64
años, por lo que probablemente ello conlleve la existencia de más personas dependientes, lo
que se traducirá en una necesidad de tareas de cuidado que serán llevadas a cabo por
personas trabajadoras60, con la consiguiente necesidad de implementar en las empresas y
Administraciones las correspondientes medidas conciliadoras.
Un ojo inexperto podría decir que sí, que el teletrabajo ha venido para quedarse ya que está
triunfando en nuestro país. Hay datos que confirmarían esta impresión. Se pasó del 8,3% de
teletrabajo sobre el total de la plantilla en 2019 al 13,6% en 2021; Estaríamos ante poco más
de un millón de nuevos teletrabajadores (aunque ya lejos de los 3,5 millones de
confinamiento domiciliario en 2020). Efectivamente, el 55% de los nuevos teletrabajadores
se deben a la pandemia. Sin embargo, este análisis tan superficial escondería una realidad
mucho menos prometedora.
Otra señal de cómo el teletrabajo sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país es la
comparativa internacional. Antes del COVID, España se situaba en el puesto 21 en Europa,
en cuanto a seguimiento de teletrabajo y nuestro diferencial con la media de la Unión
Europea se cifraba en un 6% menos. Un año después, apenas nos situamos en el puesto 18 y
hemos recortado medio punto respecto a la media europea. En otras palabras, la expectativa
de que el teletrabajo había llegado para quedarse se desvanece, se mire por donde se mire.
Así, la pregunta inicial vuelve a tomar protagonismo. ¿Qué motiva esta aversión al trabajo a
distancia en España? Se podría argumentar que es una modalidad mal recibida por los
trabajadores, pero los datos van en sentido contrario: la valoración media del teletrabajo
entre los empleados supera el 8 sobre 10 (INE). Es difícil encontrar otro elemento en la
nueva sociedad que suscite tal aprobación. El valor de esta nota es aún más destacado, si
cabe, si se tiene en cuenta que las personas trabajadoras detectan sus desventajas –el 82%
lamenta el aislamiento social que puede provocar, el 61% denuncia la dificultad para
desconectar y casi la mitad crítica la sobrecarga laboral– pero las sitúan por debajo de sus
ventajas: evita desplazamientos innecesarios –el 95% de los consultados– y facilita la
autogestión del tiempo de trabajo y la conciliación –el 87%–.
El fracaso del teletrabajo, aunque nos moleste, viene del mundo empresarial, que muestra
una numantina resistencia a su implantación. El INE todavía nos da la clave: a un 36% de
los trabajadores se les prohíbe teletrabajar, a pesar de que su actividad laboral se puede
realizar a distancia. Un veto que las propias compañías confirman: la mitad de las empresas
españolas no autorizan el teletrabajo, cifra que sube al 79% en el caso de las empresas de
menos de 10 empleados. Estos son los frenos que, por definición, los puestos de teletrabajo
nativos, como el de los perfiles TIC, sufren hasta un 60% de presencialidad obligatoria. Un
sinsentido que alcanza hasta el 18% de las empresas tecnológicas españolas.
Aunque permitir que los empleados trabajen desde casa puede mejorar su desempeño, es de
gran importancia establecer reglas a este respecto en una política general de condiciones de
trabajo para establecer expectativas y cumplir con las obligaciones legales holandesas.
Ley holandesa sobre salud y seguridad de los empleados donde el empleador debe
asegurarse de que la salud y la seguridad de los empleados estén protegidas con respecto a
todos los aspectos relacionados con el empleo, también cuando el lugar de trabajo es en el
hogar. Todas las reglas y obligaciones a este respecto están incluidas en la Ley de
Condiciones de Trabajo ( Arbowet ), el Decreto de Condiciones de Trabajo ( Arbobesluit )
y el Reglamento de Condiciones de Trabajo ( Arboregeling ). La Inspección SZW (
Ministerie van Sociale Zaken en Werkgelegenheid ) es responsable de hacer cumplir esta
legislación. Cuando un empleador viola esta legislación, se le puede imponer una
multa. Además, un empleador puede ser considerado responsable de los daños.
El empleador debe contar con una política general de condiciones de trabajo. Como parte de
la política general de condiciones de trabajo, el empleador debe contar con una política
encaminada a prevenir/limitar la presión psicosocial relacionada con el empleo. Cuando se
trabaja desde casa, es importante que el empleador evite que los empleados experimenten
una presión laboral excesiva. El empleador debe informar a los empleados sobre los riesgos
para la salud y la seguridad y proporcionar orientación sobre cómo limitar estos riesgos. En
relación con las cuestiones que afecten a la política de condiciones de trabajo y su
aplicación, el empleador está obligado a consultar al comité de empresa o al órgano de
representación del personal. En las empresas que no tengan constituido un comité de
empresa o un órgano de representación del personal, el empleador deberá consultar a los
trabajadores individualmente.
El empleador es responsable del lugar de trabajo en casa, que incluye: el diseño del puesto
de trabajo, el método de trabajo, el suministro de herramientas, etc. El empleador debe
asegurarse de que el empleado tenga una silla ergonómica y un escritorio en casa (y es
responsable de la costes), así como garantizar que haya suficiente luz (artificial) en el
lugar de trabajo. Dado que el empleador es responsable del lugar de trabajo en el hogar,
debe haber una visita (física) del empleador o de un experto en salud y seguridad para
evaluar si el lugar de trabajo cumple con las normas y obligaciones establecidas en la
legislación mencionada anteriormente. Si esto no es factible, también es posible pedirle al
empleado que envíe fotos y videos del lugar de trabajo en casa. El empleador es
responsable de los costos de hacer que el lugar de trabajo sea ergonómico y seguro.
Pero la verdad es que sí ha sido menor, pues Holanda ya hacia un uso bastante extendido
del llamado teletrabajo desde antes de la pandemia,, lo cual permitió una actuación no
solamente más rápida, sino también mejor adaptada.
Por otro lado , los efectos adversos que la pandemia ha tenido sobre la sociedad holandesa,
como en todos lados, destacan los cambios en la manera de relacionarse de la gente,
condicionado en general por la sensación de miedo e inseguridad que aun a día de hoy una
parte de la población
Otra razón puede ser la estructura del gobierno holandés, no por su estructura específica,
sino porque muchos de sus miembros son personas relativamente jóvenes, que ante la
situación excepcional que estamos viviendo, supieron utilizar las redes sociales y otros
medios. más allá de lo convencional para llegar a un mayor número de personas,
especialmente a los sectores más jóvenes de la población; ya través de estos medios,
realizaron una legítima campaña de información y concientización que ayudó a las personas
a responder mejor y de una manera más consciente y responsable.
Por otra parte, un gran número de empleados se siente afectado por la pérdida de conexión
personal con los compañeros de trabajo (9 %) y también por el hecho de que se les exija
trabajar más horas que cuando estaban en la oficina (6 %).
“La investigación de Ivanti demuestra que la experiencia del teletrabajo, tanto para los
empleados de oficina como para los profesionales de TI, varía en función del género.
Aunque, en general, las mujeres son las más beneficiadas por la flexibilidad que supone el
teletrabajo, la realidad es que un mayor número de mujeres que de hombres considera que
no se las ha tenido en cuenta a la hora de conseguir un ascenso, y que se espera de ellas que
trabajen más horas que los hombres. Este cambio en la experiencia del empleado no se
puede pasar por alto. Para afrontarlo, los responsables de las empresas deberían responder
adoptando una tecnología que facilite la colaboración y reduzca este tipo de diferencias
entre géneros, priorizando la participación de los empleados en cada implementación
tecnológica”, ha asegurado Meghan Biro, fundadora y CEO de Talent Culture.
En cuanto a las posibles modalidades del futuro del trabajo, la investigación concluye que el
42 % de los empleados prefiere un modelo de trabajo híbrido, categoría que ha aumentado
un 5 % desde el último estudio.
El 30% declaró que preferiría trabajar desde casa de forma permanente, lo que supone un
descenso del 20% desde el último estudio y demuestra que son muchos los empleados que
desean volver a relacionarse con sus compañeros. Este descenso podría atribuirse también al
hecho de que, si bien el trabajo a distancia ha supuesto numerosos cambios positivos –
como el ahorro de tiempo, consecuencia de la reducción de los desplazamientos (48 %), una
mayor conciliación entre la vida familiar y laboral (43 %) y un horario de trabajo más
flexible (43 %) - ha tenido también algunos inconvenientes. De hecho, el 49 % de los
encuestados afirman haberse visto afectados negativamente por el teletrabajo; entre las
principales desventajas, están la falta de interacción con los compañeros (51 %), la
dificultad para colaborar o comunicarse de forma eficaz (28 %), el ruido y las distracciones
(27 %).
La automatización será cada vez más relevante, dado que se prevé que los entornos sean
cada vez más complejos. De hecho, el 15 % de los encuestados afirma que prefiere trabajar
desde cualquier lugar, lo que supone un aumento del 87 % desde el último estudio.
El estudio pone también de manifiesto que algo menos de una cuarta parte (24 %) de los
encuestados abandonó su trabajo en el último año, y el 28 % tiene previsto hacerlo en los
próximos seis meses. Si se tiene en cuenta a los encuestados de entre 25 y 34 años, el
porcentaje de empleados que tienen intención de abandonar su trabajo en los próximos seis
meses asciende al 36 %. Las políticas de regreso a la oficina son el factor clave detrás de
esas bajas, pues casi una cuarta parte (un considerable 24 %) admite que renunciaría a su
puesto de trabajo si su empresa aplicara una política de incorporación a la oficina a tiempo
completo.
“Los empleados disponen de más alternativas que nunca, y además son buenas”, asegura
Meghan Brio. Pueden desplazarse a cualquier sitio y trabajar para cualquiera, lo que
significa que las empresas tienen que cambiar sus estrategias de retención e implementar la
mejor tecnología, que haga el trabajo de todos más fácil y más ameno.
Ivanti hace que sea posible trabajar desde “cualquier lugar”. En el teletrabajo, los empleados
utilizan un sinfín de dispositivos para acceder a las aplicaciones de TI y a los datos a través
de diferentes redes para mantener su productividad mientras trabajan desde cualquier parte
del mundo. La plataforma de automatización Ivanti Neurons conecta las soluciones líderes
del sector de gestión unificada de terminales, ciberseguridad y gestión de servicios
empresariales, proporcionando una plataforma de TI unificada que permite a los
dispositivos autocurarse y autoprotegerse, además de capacitar a los usuarios para su
autogestión. Más de 40.000 clientes, entre los que se encuentran 96 de las 100 empresas de
la lista Fortune, han elegido Ivanti para descubrir, gestionar, segurizar y dar servicio a sus
activos de TI desde la nube hasta el terminal, ofreciendo excelentes experiencias de usuario
final a los empleados, dondequiera y comoquiera que trabajen. En conclusión, este modelo
podría ser una posible evolución del teletrabajo en España de cara al futuro, con infinidad de
ventajas y comodidades.
Bibliografía.
Jefatura del Estado - boe.es. (n.d.). Retrieved March 15, 2022, from https://boe.es/boe/dias/
2020/09/23/pdfs/BOE-A-2020-11043.pdf