Anticonceptivos U8d

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MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS

Díaz, Hernández Verónica

Se consideran métodos anticonceptivos a todos aquellos que evitan la


capacidad reproductiva de un individuo o una pareja, con el fin de prevenir
embarazos no deseados. Dependiendo de la capacidad para recobrar la
fertilidad se les clasifica como reversibles o temporales, y permanentes o
irreversibles. A continuación encontrarás una clasificación general de métodos
anticonceptivos. Sin embargo, por la disponibilidad y mayor uso de los
anticonceptivos hormonales este material didáctico está enfocado en revisar de
manera más concreta a los anticonceptivos hormonales.

Reversibles o temporales

- Hormonales
En el caso de los anticonceptivos hormonales orales debes considerar la
concentración y tipo de hormona que contiene.

Se dividen en:
1. Primera generación: los que contienen ≥ 50ug de etinilestradiol
(estrógeno sintético).
2. Segunda generación: los que contienen levonogestrel, norgestimato
(progestágeno) y 30 o 35 ug de etinilestradiol.
3. Tercera generación: son derivados de la nortestosterona; contiene
desogestrel o gestodeno o etonorgestrel o norelgestromina con 20 o 30
ug de etinilestradiol.

Además se encuentra la drospirenona (progestágeno) un derivado de la


espirolactona. Tiene actividad antiandrogénica que ayuda a mejorar la piel y
cabello de mujeres con tendencia acnéica.

- Se pueden clasificar en función de su composición hormonal y vía de


administración:

1. Anticonceptivos hormonales combinados

En éstos, el estrógeno más usado es el etinilestradiol. A su vez, éstos


pueden ser clasificados como monofásicos, bifásicos o trifásicos, según si la
concentración hormonal de las tabletas es variable entre ellas o no.

Los monofásicos se administran de manera oral durante 21 a 24 días.


Todas las tabletas contienen la misma dosis de las hormonas. En los
hormonales bifásicos la dosis de estrógenos se mantiene constante en todas
las tabletas, mientras que la concentración del progestágeno cambia, los
primeros diez días la dosis es menor con respecto a las pastillas de los once
días restantes.

En el caso de los hormonales trifásicos, las dosis de ambas hormonas


varían según la tableta comercial de la que se trate.
2. Anillo vaginal. Anillo compuesto por bajas dosis de estrógenos
(etinilestradiol y progestágeno de tercera generación [etonogestrel]), se
coloca a través de la vagina, seguida de una semana sin anillo. Se debe
colocar el primer día del ciclo sexual, es decir, el primer día de
sangrado.

Verónica Díaz. (s. f.). Anillo vaginal [fotografía].

3. Parches transdérmicos. Son anticonceptivos transdérmicos en forma de


parche. Contienen 6 mg de norelgestromina (progestágeno de segunda
generación) y 600 mg de etinilestradiol. Es un tipo de anticonceptivo
que lo toleran bien las mujeres que tuvieron efectos secundarios muy
pronunciados al usar anticonceptivos hormonales orales. Al iniciar el uso
del parche, éste se debe colocar el primer día del ciclo menstrual y
continuar con la aplicación de dos parches más, eligiendo un mismo día
de la semana. En la cuarta semana se deja de colocar el parche y con
ello vendrá el flujo menstrual. El inconveniente en su uso es que algunas
mujeres presentan irritación en piel debida al pegamento.

(s. a). (s. f.). Parches anticonceptivos [fotografía]. Tomada de


http://goo.gl/ZLF7zD
4. Inyectable intramuscular. Consiste de una inyección intramuscular
mensual de un estrógeno y un progestágeno en el día 7 al 10 del ciclo
sexual. Al igual que los anticonceptivos hormonales orales pueden
contener un estrógeno y un progestágeno.

5. Anticonceptivos sólo de progestágenos. Se encuentran píldoras de


progestina, implantes de levonorgestrel y etonorgestrel; en todos los
casos, los efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales pueden
ser: náuseas, dolor de mamas, cefalea y fatiga. Entre los inconvenientes
del uso de este tipo de anticonceptivos se han reportado un mayor
número de embarazos ectópicos con respecto a otro tipo de hormonales,
además de un incremento de riesgo cardiovascular. Son frecuentes las
irregularidades en el ciclo menstrual.

6. Anticoncepción postcoital o de emergencia. El uso de anticonceptivos de


emergencia como método eficaz para evitar embarazos no planeados se
hizo popular alrededor de los años setenta. Hoy en día existen pastillas
que contienen levonogestrel (progestina), con una dosis total de
administración de 1.5 mg; sin embargo, existen combinaciones
hormonales que se siguen utilizando, como el método de Yuzpe,
mifepristona y el uso de dispositivos intrauterinos.

- Regímenes hormonales como métodos anticonceptivos de emergencia

1. Método de Yuzpe. Este método debe su nombre al canadiense Albert


Yuzpe. Consiste en la administración de una doble dosis de 100 ug de
etinilestradiol y 250 ug de levonogestrel (progestágeno) dentro de las
primeras 72 horas posteriores al coito. El lapso entre una dosis y otra
debe ser de 12 horas. Según lo reportado por Larrea y colaboradores
(2003), el 75% de los embarazos esperados en fase fértil son evitados.

2. Mifepristona (RU-486): consiste de una dosis de 600 mg de


mifepristona, su acción es antiprogesterona Entre sus efectos
secundarios está la alteración del patrón del sangrado endometrial.

3. Método de progestina sola. Consiste en la administración de la toma de


dos dosis de 0.75mg de levonogestrel dentro de las primeras 72 horas
después del coito. La diferencia de tiempo entre la primera y segunda
dosis debe ser de 12 horas. La eficiencia anticonceptiva del método es
del 85%. Como se comentó con anterioridad, existe una presentación
llamada pastilla del día después, es considerada únicamente como un
método de emergencia y no debe considerarse un anticonceptivo
habitual. Una de las ventajas de este hormonal es que puede ser
utilizado en cualquier fase del ciclo menstrual.
Se recomienda su uso en caso de:

- Violación
- Fallo del método anticonceptivo habitual como podría ser la ruptura del
condón
- Después de practicar sexo sin protección
- Falla en la ejecución del coito interrumpido
- Retraso en el uso de anticonceptivos hormonales

El hormonal más usado en México es el levonorgestrel (progestágeno de


segunda generación). Se puede obtener en farmacias sin necesidad de una
receta médica. Se trata de una hormona sintética perteneciente a la familia de
los progestágenos con baja actividad esteroide. No es recomendado su uso en
mujeres con embarazo confirmado, o que hayan tenido cáncer de mama, de
ovario o útero.

Se puede obtener en una presentación de dosis única de 1.5 mg o en dos dosis


de 0.75 mg, las cuales deben ser ingeridas con un lapso de diferencia de 12
horas.

Verónica Díaz. (s. f.). Método anticonceptivo de emergencia [fotografía].

Las náuseas son el síntoma más frecuente entre las usuarias, por lo que se
recomienda la toma del medicamento con los alimentos antes de acostarse a
dormir. Si llegara a presentarse el vómito en un periodo de dos horas, se
deberá tomar nuevamente la dosis. Además, el uso del levonorgestrel puede
provocar dolor de mamas, dolor de cabeza, mareo y fatiga.

Específicamente la pastilla del día siguiente no es recomendada como


anticonceptivo rutinario debido a que se incrementa la posibilidad de embarazo
en comparación de los anticonceptivos regulares; además, puede haber un
incremento de los efectos secundarios y generar sangrados intermestruales.

- Mecanismos de acción de los métodos anticonceptivos hormonales


La función de los anticonceptivos hormonales se debe a su acción sobre la
función: hipotálamo-hipofisaria con el ovario y, éste a su vez, con la tuba
uterina y el endometrio. Su acción principal es la anovulación, es decir, inhibe
la liberación de un ovocito maduro bloqueando la comunicación de eje
hipotálamo-hipófisis-ovario. Específicamente inhibe la secreción pulsátil de las
hormonas folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), de
manera que evita el desarrollo folicular y la obtención de un folículo maduro
capaz de ovular. Este efecto inhibitorio es transitorio y se revierte al suspender
el uso del hormonal.

Otro blanco de acción de los anticonceptivos hormonales es la estructura


endometrial: en la fase proliferativa del ciclo sexual, el endometrio prolifera
menos gracias a la baja concentración de estrógenos y el efecto prematuro de
los progestágenos. Por otra parte, los progestágenos promueven una rápida
transformación secretora del endometrio promoviendo un adelgazamiento de la
capa funcional del endometrio que impide la implantación del blastocisto.

Además modifican el conducto cervical promoviendo la secreción de un


mococervical viscoso, que evita el paso de los espermatozoides hacia la
cavidad uterina y su deposición en las trompas uterinas.

En conclusión, dado que los hormonales evitan la ovulación, adelgazan el


endometrio y espesan el moco cervical, resultan altamente eficientes para
evitar el embarazo, pero se requiere de una sistematización en su
administración por parte de la usuaria, lo cual suele ser una desventaja en el
uso de estos anticonceptivos. Es importante señalar que los hormonales no
tienen un efecto como abortivo, de manera que si el uso no sistematizado de
los hormonales permite un embarazo.

Mecanismo de acción de la pastilla del día siguiente (1.5 mg de levonogestrel):


un estudio realizado por Durand y colaboradores, en 2001, evidenció que la
administración preovulatoria de levonogestrel inhibe o retrasa la ovulación.
Hasta el momento no existe una evidencia sólida sobre su capacidad de
modificar el endometrio, por lo cual sólo es clasificado como un método
anticonceptivo y no abortivo.

De barrera

Entre éstos se incluyen los condones, el diafragma, el capuchón cervicouterino


y los espermicidas.

- El preservativo o condón masculino. Es el único anticonceptivo que


además protege contra el contagio con VIH y otras enfermedades de
transmisión sexual. Su eficiencia radica en su correcta utilización. El
material de los condones puede ser látex, el cual es comercializado de
forma popular, o de poliuretano, que son más delgados que los de látex,
pero no presentan un mercado de consumo muy amplio.
Verónica Díaz. (s. f.). Condón masculino [fotografía].

- El condón femenino. Al igual que en el caso del varón, protege contra


enfermedades de transmisión sexual, virales y bacterianas, aunque no
se ha establecido con claridad si protege contra la infección de VIH.
Comparado con el condón masculino es costoso y no fuertemente
comercializado.

Verónica Díaz. (s. f.). Condón femenino [fotografía].

- Diafragma y capuchón cervicouterino. Están hechos de látex o caucho,


se insertan en la vagina y se ajustan en el cuello uterino. Se requiere de
un examen pélvico para determinar el tamaño correcto en la usuaria.
- Espermicidas. Generalmente se usan junto con el diafragma o el
capuchón cervical. Si se usan solos, su eficiencia es muy baja. Su uso
prolongado puede llevar al desarrollo de infecciones urinarias
recurrentes en las mujeres.

- Dispositivo intrauterino (DIU): existen dos tipos de DIU, el inerte


(generalmente hecho de cobre) y el DIU con levonorgestrel. Ambos
dispositivos promueven una reacción inflamatoria en el interior del útero
que evita que el embrión pueda implantarse. En el caso de estar
impregnado con un gestágeno, producen el adelgazamiento del
endometrio. Presentan efectos secundarios como dolor menstrual y un
sangrado más abundante.

Irreversibles o definitivos

Debido a su carácter irreversible se requiere que los usuarios estén


completamente seguros de no querer tener hijos en el futuro.

- Oclusión tubaria bilateral. Consiste en cortar y ligar un fragmento de la


tuba uterina para evitar el encuentro del ovocito con los
espermatozoides. Consulta la siguiente liga para mayor ejemplificación
del proceso: https://www.youtube.com/watch?v=IIAktB46ng8

- Vasectomía. En este procedimiento los conductos deferentes son


cortados y atados para evitar el paso de los espermatozoides. Consulta
la siguiente liga para que puedes observar la animación de una
vasectomía: https://www.youtube.com/watch?v=MJGucxKMa4s

Bibliografía consultada

Durand, M., Cravioto, M. C., Raymond, E. G., Durán-Sánchez, O., Cruz-


Hinojosa, M., Castell-Rodríguez, A., et ál. (2001). Contraception, 64: 227-234.

Introducción a los métodos anticonceptivos: Información general. (2002) (2ª


ed.). México: Secretaría de Salud. ISBN 968-811-927-X.

Larrea, F., Durand-Carbajal, M., Cravioto, M. C. y Schiavon R. (2003).


Anticoncepción de emergencia. Gaceta Médica de México, 139 (1): S29-S36.

Lete, I., Arróniz, M. y Esquisábel, R. (2001). Anticoncepción de emergencia.


Atención Primaria, 28: 59-68.

Norma Oficial Mexicana NOM 005-SSA2-1993: De los Servicios de Planificación


Familiar. (1993). México.

Soriano, H., Ródenas, L. y Moreno-Escribano, D. (2010). Criterios de


elegibilidad de métodos anticonceptivos. Nuevas recomendaciones. Revista
Clínica de Medicina de Familia, 3 (3): 206-216.

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