Este documento ofrece consejos para hablar en público de manera efectiva. Explica que la oratoria es una habilidad útil para el liderazgo y las relaciones interpersonales. Recomienda prepararse a profundidad sobre el tema, dominar la técnica oral, y usar el lenguaje corporal de manera natural para transmitir el mensaje con claridad y mantener la atención de la audiencia. También enfatiza la importancia de proyectar seguridad en uno mismo a través de la postura, la mirada y la gesticulación.
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Este documento ofrece consejos para hablar en público de manera efectiva. Explica que la oratoria es una habilidad útil para el liderazgo y las relaciones interpersonales. Recomienda prepararse a profundidad sobre el tema, dominar la técnica oral, y usar el lenguaje corporal de manera natural para transmitir el mensaje con claridad y mantener la atención de la audiencia. También enfatiza la importancia de proyectar seguridad en uno mismo a través de la postura, la mirada y la gesticulación.
Este documento ofrece consejos para hablar en público de manera efectiva. Explica que la oratoria es una habilidad útil para el liderazgo y las relaciones interpersonales. Recomienda prepararse a profundidad sobre el tema, dominar la técnica oral, y usar el lenguaje corporal de manera natural para transmitir el mensaje con claridad y mantener la atención de la audiencia. También enfatiza la importancia de proyectar seguridad en uno mismo a través de la postura, la mirada y la gesticulación.
Este documento ofrece consejos para hablar en público de manera efectiva. Explica que la oratoria es una habilidad útil para el liderazgo y las relaciones interpersonales. Recomienda prepararse a profundidad sobre el tema, dominar la técnica oral, y usar el lenguaje corporal de manera natural para transmitir el mensaje con claridad y mantener la atención de la audiencia. También enfatiza la importancia de proyectar seguridad en uno mismo a través de la postura, la mirada y la gesticulación.
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EL ARTE DE HABLAR EN
PÚBLICO
Guía para Controlar el Miedo Escénico
Coach Robinson Morey
¿Por qué ser un Orador? En las sociedades siempre han existido personas que sobresalen de los demás, y por lo general, aquellos que sobre salen son personas que saben hablar en público, son oradores, y no es porque sepan o hablen mucho, sino porque saben expresar lo que piensan y hacen que en base a eso la gente actué. El miedo es el límite más poderoso del ser humano. Lo más común es que el miedo no tenga bases ni argumentos, y resulta ser una mentira que parece real. Pero esta emoción nos puede paralizar. Hablar en público quita este miedo, desarrolla la confianza en ti y aumenta la autoestima. Cuando confías en ti, los límites son los que te propongas. El arte de hablar el público puede ser visto como una de las habilidades más útiles de la vida. Con ella te puedes dar a conocer como persona o puedes hacer que conozcan tus ideas. Una buena expresión oral no es solo útil frente a audiencias, sino que también en el día a día, en las relaciones, para tener seguridad personal o para trabajar. El liderazgo y la oratoria están estrechamente relacionados. Cuando uno habla ante otros siempre está ejerciendo una cierta medida de liderazgo, entonces la oratoria te impulsa ser líder. Así que a un líder le es imprescindible dominar la oratoria. Un líder necesita de la oratoria, nadie podría ejercer el liderazgo influyendo en los demás si no es elocuente y sabe hablar de forma que motive a otros. Y ¿a quién no le gusta que lo sigan? ¿A quién no le gusta ser líder? Con la oratoria puedes pensar y expresar sus ideas con claridad, efectividad y soltura, tanto en conversaciones familiares, de amigos, de negocios, así como ante grupos más numerosos, no solo para hablar ante muchas personas, en el día a día es esencial. La oratoria es tal vez la habilidad más preciada del ser humano. Entonces, ¿a quién no le gusta que lo entiendan? La Expresión oral es la manifestación más importante del humano. Es el medio principal que utilizamos para establecer comunicación con los que nos rodean. Mientras mejor hablemos, nuestras ideas serán mejor recibidas. Entonces, hablar bien es esencial para sabernos expresar y más aún cuando hablamos frente a un público. Todo orador habla para los demás, no para sí mismo. El público es lo más importante, él nos define el vocabulario, como hablar, como movernos, o inclusive como vestirnos. El orador solo actúa para transmitir el mensaje. Al final, el orador es quien se adapta, no al contrario, porque todo orador habla para los demás, no para sí mismo. Cuando un orador habla ante su público demuestra lo que sabe, lo que ha practicado y si sea a preparado, pero en ese momento no se aprende. El aprendizaje siempre se da antes del evento, no durante. La preparación es la base de todo buen orador, que debe ser técnica y práctica, esto es, saber las técnicas de la oratoria y hacer los ejercicios de ellas, pero también debe haber una preparación académica, donde se debe dominar el tema a profundidad, esto es, hablar con argumentos. Solo con la preparación se logra el éxito. Pero créase o no, el lenguaje corporal dice más que el lenguaje verbal. Se debe estar consciente de cómo se está su postura, a quien observa, cómo se mueve sus manos, porque si no, se crea confusión y el mensaje que se quiere transmitir no llega. Todo buen orador debe acompañar su discurso con un buen mensaje corporal. Se puede haber preparado y ser un experto, se puede haber estudiado el cuerpo y manejarlo conscientemente, pero si habla se debe de entender lo que pronuncia. Las palabras hay que pronunciarlas bien, con un volumen que lo pueda escuchar toda la audiencia, a una velocidad calmada. Con una buena dicción no habrá dudas en lo que dijo. Cuando se domina la forma de la oratoria y se junta con el contenido se tiene un buen orador, ya que se domina el cómo y el qué. Pero el excelente orador tiene Inteligencia Emocional y domina 2 factores. El miedo escénico es una ilusión mental que se cura con práctica. Preparación Entre más información se conozca de un tema, más herramientas se tienen para brindar al público una exposición interesante, creíble y cautivadora; mejora la imagen que tienen del orador. La preparación y dominio sobre el tema son esenciales para un buen discurso, apoya la seguridad, y demuestra credibilidad, lo que logra mantener por más tiempo la atención de la audiencia, además de contener un mensaje coherente, lógico y estructurado. Cuando se va a hablar sobre un tema, el primer paso que el orador tendrá que hacer, es dominarlo. Mucho antes de practicar, antes de aprender técnicas, todo orador debe intentar ser un experto en su tema. Mientras más conozca del tema, mejor argumentado será su discurso. La verdad es un arma muy poderosa. Mientras más conozca del tema, tendrá más confianza en sí mismo. No hay temor si estamos seguro de lo que hablamos. Influirá mucho en el auditorio sentir que nos "emocionamos con el tema", ya que será la única forma en que realmente podremos manifestarle y comunicarle nuestra idea sentimientos y emociones. Tiene gran importancia que durante la etapa preparatoria de nuestra exposición, hagamos notas sobre los puntos de interés a mencionar debiendo conocer mucho más del tema que lo que realmente vamos a utilizar. Cuerpo El arte de la oratoria combina en particular armonía, el lenguaje verbal con el lenguaje gestual. Porque el orador, expuesto frente al público de un modo muy visible y protagónico, debe tener conciencia de que sus gestos, sus movimientos corporales, su mirada, pueden y deben acompañar la elocuencia de sus palabras. En la oratoria, el lenguaje gestual es tan importante, al menos, como el lenguaje verbal. Porque el orador expone su cuerpo, su rostro, sus manos y no solamente sus ideas verbalizadas en el discurso. Puede hablar con una retórica impecable y una voz muy bien colocada. Pero si durante la presentación hace una equivocada utilización de su cuerpo y de sus gestos, fracasará como si su discurso fuese mediocre. En la ponencia hay concordancia entre cuerpo-voz y discurso, siempre de manera elegante. Los gestos, las manos, la voz, deben adaptarse al discurso. Cuando coinciden lo que se dice los mensajes el público lleva el mensaje de la forma más clara posible y quien habla se convierte un orador excepcional. No se debe subestimar el lenguaje corporal. Presentación Personal Es de vital la buena apariencia física, ya que debemos tomar en cuenta el punto de vista de público, que nos catalogará según la buena o mala impresión que le causemos, y esto ayudará a que nos presten atención, o por el contrario dificultará la buena comunicación. Si la primera impresión es positiva, la atención cuando hablemos será mejor. La presentación personal no ayuda en esto. Simplemente se trata de estar arreglado. Postura Al hablar de pie: Manténgase erguido de manera Autoritaria, pero se puede sentir antinatural: Los pies deben estar paralelos entre sí, uno al lado del otro (ni uno adelante o atrás), con la anchura de la cadera (no de los hombros), apuntando al frente. La barbilla debe quedar paralela al azuelo (no mirar hacia abajo o arriba) Los hombros deben estar relajados y el codo por debajo de ellos Consejos al hablar de pie No ponga más peso sobre una pierna No balancearse hacia los lados, tampoco hacia adelante y hacia atrás. Camine (si puede hacerlo) con un paso firme, lento y pausado. No de un lado a otro como animal enjaulado. No arrastre los pies. Nunca darme la espalda al público. Siempre colocarse donde pueda ver a toda la audiencia. No dé la espalda al público en ningún momento. Tampoco se perfile a una persona, sino intente que el cuerpo este abierto para todos Al hablar sentado: Evite recostarse de la mesa. No se esconda detrás de ella. Gestos Nuestra técnica consiste en dejar que los brazos y las manos, con toda naturalidad y sin forzarlos, acompañen nuestro mensaje tal como lo harían si estuviésemos en una simple reunión de amigos. Sin forzar ningún movimiento, debemos dejar los brazos sueltos y distendidos a ambos lados del cuerpo y comenzar a hablar. Olvidarnos que tenemos brazos y manos y concentrarnos solamente en nuestra presentación. Después de segundos estarán actuando naturalmente. Tomar en cuenta las siguientes recomendaciones: Evite que sus movimientos distraigan a la audiencia. Cada movimiento que haces que no añade presencia distrae de ella. El movimiento de las manos debe acompañar y reforzar las palabras Imaginarse que se tiene un rectángulo al frente, desde el ombligo al principio de cuello, para establecer el espacio de movimiento de las manos Consejos No dejar las manos colgadas o enfundadas en los bolsillos. Tampoco cruzar los brazos. No repetir el mismo movimiento hasta que se conviértete en monótono. La posición de las manos como apoyos al hablar, pueden colocarse de dos formas, pero siempre a la altura del ombligo: manos cruzadas y yemas de los dedos juntos. Puente Emocional Entre el orador y el público debe establecerse un vínculo bidireccional; como si existieran hilos invisibles que permitieran la transferencia de comunicación al nivel racional y también emocional. Una manera muy eficaz de lograrlo es mediante la creación del puente emocional. El puente emocional se compone de tres elementos, mirada, sonrisa y rostro. Mirada: Siempre resulta desagradable estar con alguien que nos habla sin mirarnos, algo incompatible con un orador. Cuando hable, mire a su público de frente y sin temor. Mire a los ojos o al medio de las cejas, no mire al piso, tampoco al techo. Si se siente nervioso mire a la fila del medio. No se detenga en alguien en particular, intente mirar a todos. Sonrisa: Sonría ante su público. Con la sonrisa podemos agradar al público sin que antes oigan nuestro discurso, esto le graneará simpatía. Tu sonrisa debe ser genuina y encantadora, no fingida. Rostro: El él no puede estar mirando a todos, todo el tiempo, sí es mirado por casi todos, todo el tiempo. Por eso debe tener conciencia de sus gestos. Si algo le disgusta o desagrada, si algo le provoca gracia y no debe manifestarlo, si siente algo que no debe evidenciar, se hace necesario un absoluto auto-control de su rostro. No sonreír cuando no se justifica pues puede parecer irónico. No permanecer serio cuando se produce una situación graciosa, pues puede parecer antipático Voz Al hablar pronunciamos palabras, que según como las utilicemos pueden persuadir, transformar, inspirar, explicar, o desagradar, aburrir e insultar; por lo tanto, hay que ser cuidadosos del como decimos las cosas. En este aspecto, todo dependerá de que sepamos ser claros, concisos, convincentes y precisos en nuestra forma de hablar. Dicción (Pronunciación) Es la manera de pronunciación dentro de las condiciones que imponen las reglas gramaticales. En pocas palabras, es pronunciar correctamente las palabras. Es importante tener una buena dicción para poder informar de la manera acertada lo que queremos dar a conocer. Recomendaciones: No nos comamos las terminaciones ni inicios de las palabras, como: Caraca por Caracas o Puerto La Cru por Puerto La Cruz... Tampoco digamos erdá por verdad, amos por vamos, apá por papá. Evitar completamente el lenguaje coloquial, como: pana, chamo, silsa, bulda, que e´ lo que e´, abre cancha, despeja la pista, y otras palabras o frases similares quedan totalmente excluidas. No hablar con los labios y dientes pegados, literalmente abrir la boca, pronunciaremos claro. Evite quedarse sin aire, hable calmado. Volumen El factor que en mayor grado afecta la inteligibilidad, es probablemente el nivel sonoro de las palabras, que depende a su vez, por una parte, de la distancia entre el emisor y el receptor y por otra de la intensidad de los ruidos ambientales, ya que estos pueden debilitar los sonidos. Es pues una de las responsabilidades básicas del orador, hacer el uso más adecuado de su fuerza vocal, es decir, que debe hablar con intensidad suficiente para ser oído por el auditorio. Recomendaciones: Si el orador quiere dar la impresión de energía, debe aumentar la fuerza de su voz, es decir, debe hablar con intensidad suficiente para ser oído por el auditorio, correctamente. Para atraer más la atención o para provocarla, será necesario bajar el volumen de la voz Para despertar interés será conveniente levantarla el volumen de la voz Siempre asegúrese que toda la sala lo está escuchando Entonación Es la fuerza con que se emite la voz para llegar a los oyentes, y es a la vez la duración de cada sonido o silaba, siendo la intensidad de gran valor en lo que se refiere a dar énfasis a palabras o silabas de nuestra exposición. Las palabras pronunciadas con diferente tiempo de duración pueden tener distintos significados para la persona que escucha Recomendaciones: Recalcar las palabras importantes, y cola las no importantes: sobre enfatiza una o dos palabras más importantes de una oración Varia tu entonación: cambia las voces de tu conversación que fluya hacia arriba y hacia abajo Una entonación ascendente sugiere interrogación, indecisión, incertidumbre, duda o suspenso. Una entonación descendente sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o confianza. Ritmo En su mayoría, las personas hablan a una velocidad de 170-180 palabras por minuto, pero no es aconsejable hacerlo de manera uniforme. Lo correcto es ajustar la velocidad al tipo de pensamiento o sentimiento que el orador quiere trasmitir. Las variaciones en el ritmo, al igual que los contrastes en la modulación de la voz y del acento, tienen gran importancia para dar expresividad y sentido a nuestra palabra y para retener la atención del que escucha. Recomendaciones: Cambia tu velocidad de habla: deberíamos hablar varias palabras con una gran rapidez, llegado a la palabra o frase que deseamos destacar, dejar que la voz persistir y dedicar tanto tiempo sea necesario para eso, y entonces podríamos correr al final de la oración como un rayo. Pausas Las pausas son las interrupciones o detenciones que realizamos cuando hablamos o leemos. Se originan por dos razones: Fisiológicas y lingüísticas. Lo ideal es que coincidan las dos. Fisiológicamente vienen determinadas por la necesidad de respirar y lingüísticamente porque señalan el final de una expresión. Sirven para separar los pensamientos, del mismo modo que la coma, punto y coma y punto, sirven para separar las palabras escritas en grupos de pensamientos, las pausas de distintas duración nos ayudan a separar las palabras. La pausa permite fácilmente las inflexiones de la voz, el cambio de tono y ritmo y en definitiva contribuye, si se hace buen uso de ella, a mantener más viva la atención, porque una parrafada sin pausa es una monotonía aterradora. Recomendaciones: Cuidemos siempre la utilización de pausas, ya que ellas ayudan al oyente a captar y analizar los puntos interesantes de la exposición. Hacer una pausa antes y después de importante ideas: produce que todos se pongas atentos, despiertos de lo que vendrá. Además reclinarse y mirar fijamente al público a los ojos y mantener el silencio por unos minutos Discurso Como ya sabemos, el mensaje es lo que decimos, es lo que con nuestras palabras hacemos llegar a quienes nos escuchan. Es importante establecer una división para hacer más sencilla la comprensión de este punto tan importante, dentro de los tantos que componen la expresión oral efectiva. Objetivo Es ideal que tu charla y exposición tengan un solo propósito, el cual debe ser claro, es decir, el expositor debe fijarse una meta, un punto al cual llegar. Esto se puede aplicar a cualquier charla, sin importar cuál sea su duración. La ausencia de claridad de propósitos demuestra irresponsabilidad y confusión. El orador elige como preparar su disertación adaptándola al auditorio y a las circunstancias, a fin de lograr el objetivo deseado. Existen cuatro objetivos fundamentales al dar una charla: Informar: Se le comunica a la audiencia datos que ilustren o amplíen la información Esclarecer: Es aclarar algunas dificultades de comprensión y disipar las dudas. Convencer: Buscar el acuerdo de la audiencia, Se busca uniformidad de criterios. El orador tendrá éxito en persuadir a los escuchas, apelando a las sensaciones, sentimientos e instintos, los cuales no siempre estarán de conformidad con pensamientos lógicos Motivar: Se estimula a la audiencia para una acción definida. Para lograr verdaderamente activar a las personas, es necesario hacerlas transitar por los tres puntos anteriores Estructura El discurso siempre estará conformado por tres puntos básicos e indispensables, el punto inicial (introducción), el punto medio (desarrollo), el punto final (conclusión). Introducción: La apertura de un discurso es una de las cosas más importantes, la mente de la audiencia está limpia y completamente predispuesta para impresionar. Es demasiada consecuencia de ser dejado al azar. Es aquí donde el expositor debe crear una atmósfera propicia al entendimiento entre él y su público, ya que el objetivo principal de esta parte introductoria del contenido es establecer una buena relación con los oyentes. Se debe comenzar con algo que llame la atención del auditorio. Recomendaciones: Se puede partir de una narración, a la gente le gusta escuchar historias y anécdotas. También se puede utilizar una frase o cita interesante y de impacto que despierte la curiosidad. Una o varias preguntas que capten la atención. Desarrollo: El desarrollo del discurso es donde se va a platear nuestras ideas principales. Debemos mantener una secuencia lógica entre ellas para que sea entendible. Se compone de: la idea central, las ideas principales, los puntos secundarios. Por lo antes dicho, se concluye que toda exposición debe poseer una idea central, es decir, el objetivo (se puede pensar como el titulo) y es a partir de ella que surgen las ideas principales. Las ideas principales, se pueden pensar como los brazos de la idea central, que nos sirven para explicarla de manera detallada, lógica y secuencial (son los puntos a desglosar). Los puntos secundarlos, se pueden pensar como la mano de un brazo, se usa para reforzar una idea principal, no la idea central, pero no son necesarias en discursos cortos. Recomendaciones: antes de hablar es recomendable anotar las ideas principales, en un papelito, de forma resumida (1 - 5 palabras), y es preferible hacerlo con un objetivo, Evitar aprenderse un discurso de memoria, es preferible memorizar solo las ideas principales y los puntos. Conclusión: Es la parte final del discurso y se puede entender como el recordatorio. Es realmente su elemento más estratégico porque lo que se dice va a ser lo más recordado. Resume, reafirma, explica en términos generales brevemente los mayores puntos que has cubierto. Recomendaciones Jamás terminar diciendo “esto es todo lo que tengo que decir” o de alguna otra forma parecida No dejes cabos sueltos: menciona tus ideas principales Es aquí cuando debes Pedir Acción: cuando quieres que hago se haga Es muy recomendable terminar con una cita de una persona famosa, siempre acorde al tema. Estar preparado para responder las preguntas de la audiencia Argumento Es importante tener un discurso argumentado porque nos da credibilidad. Los argumentos justifican nuestro discurso, en pocas palabras, demuestran que nuestra idea es la correcta, dependiendo de qué tan bueno sea. Para tener un discurso argumentado, de una manera sencilla, se tiene que responder a 5 preguntas: ¿Por qué?, ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Cuándo? y ¿Quién? Vocabulario Tratemos de adaptar siempre nuestro lenguaje a nuestro público y el tipo evento, evítennos las palabras coloquiales o tecnicismos, a menos que sean realmente necesarios. Usemos, siempre que sea posible, palabras familiares. Recomendaciones Evitemos las palabras de dudoso significado que puedan confundir. Para saber que vocabulario usar, siempre ten consiente del tipo de evento y tipo de audiencia Fluidez Para que el discurso sea fluido es esencial dominar el tema, tener claridad en las ideas y creer en sí mismo. La fluidez no es sinónimo de rapidez, pues si el orador habla rápidamente el mensaje no será descifrado en su totalidad. La fluidez es la capacidad de producir y relacionar ideas. Recomendaciones: No digamos muletillas como: O sea... Eh... mmm... Indagar lo más que se pueda Inteligencia Emocional Miedo Escénico Es un estado de ansiedad que sienten las personas cuando deben ponerse en pie para hablar ante una audiencia. Su consecuencia es que reduce la efectividad comunicacional e impide el despliegue de las capacidades expresivas y conductuales de los afectados. Entre los síntomas físicos del miedo escénico están la respiración acelerada, la sudoración, tensión corporal, urgencia urinaria, malestar estomacal, dolor de cabeza, escalofríos y náuseas. En cuento a respuestas psicológicas están fallas de memoria y concentración, pensamientos pesimistas, confusión de ideas, temor al rechazo, al fracaso y al ridículo. Y en lo conductual, los comportamientos más vistos son, intentos de huida, tartamudeo, reducción de volumen de la voz y silencios frecuentes. Entre las causas más comunes Inexperiencia: como nos estamos enfrentando a lo nuevo (hablar en público) tenemos miedo y no sabemos qué hacer. Desconocimiento del tema: no saber del tema que se va a hablar. Experiencias previas: tener alguna experiencia traumante donde se pasó mucha pena Verse como una persona incapaz: esto es una percepción errónea de sí mismo, sin importar de donde vengas o cual sea tu entorno, con esfuerzo, si puedes. Debes proponértelo y lo vas a lograr si trabajas por ello. Con esfuerzo todos somos capaces. Formas de derrotarlo: Admitirlo Práctica: El miedo es el resultado de no saber lo que verdaderamente que hacer. Y no saber lo que verdaderamente puedes hacer es causado por la falta de experiencia. La práctica es el mejor remedio para el miedo y la mejor herramienta para ser orador. Cuando tienes experiencia detrás de ti, el miedo se desaparecerá y mejoraras. Informándose: Para sentirse muy cómodo cuando se enfrenta a un público, hay que saber del tema que se va a hablar. Mientras más se conozca más seguridad de se tendrá. Aprender de los errores: si no nos equivocamos, no aprendemos, eso es ley. Pero el punto esta que cuando nos equivoquemos lo corrijamos. Anota cuando te equivoques, así tendrás guardado en que debes mejorar. Corrige tus errores, y aprenderás. Creer en sí mismo: la base de la oratoria es creer que uno es capaz de hacerlo. Persuasión ¿Qué es lo que diferencia un presentador de un orador? La única diferencia entre estos dos, es el que orador persuade y el presentador no. La persuasión es la mejor técnica en la oratoria porque nos permite influenciar y enganchar a la audiencia con nuestro discurso. Pero contrario a lo que se cree, persuadir no es manipular. Cuando hablas con persuasión es a través de los argumentos (de la razón) y mostrando los beneficios. Cuando manipulas hablas a través de los sentimientos, jugando con el corazón y la buena voluntad de tus oyentes. Persuadir se compone de un 80% argumentos y 20% emociones, manipular se compone de un 80% emociones y 20% argumentos. Siempre puedes persuadir, pero nunca manipular. Un discurso persuasivo nunca da a la audiencia la oportunidad de elegir un dictamen sobre el tema, sino que el hablante trata de ofrecer sólo una posición sobre el tema. Recomendaciones: Al dar un discurso persuasivo, nunca te desvíes de tu reclamo o postura sobre el tema. Para convencer a la audiencia de tu punto de vista, es importante ofrecer al menos tres grandes argumentos. Estos puntos son fuertes elementos de prueba que demuestran que tu posición es la mejor posición para tomar. Cómo Persuadir Despierte la curiosidad: Suscite interés en la audiencia (recomendaciones de introducción). Háblele de ellos: Exprese la información en sentido del público, cómo los afecta, cómo los ayuda, cómo complementa. Para convencer hay que hablar en base los intereses del otro. Muéstrele ganancias: Especifique y señale los beneficios para el oyente. Exponga su mensaje: Sin titubeos, sea directo con la idea central que emita su objetivo. Demuestre: Soporte sus argumentaciones con pruebas. Brinde razones para decidir: Exponga las ventajas de decidirse por las ideas propuestas reforzándolas con las consecuencias. Concluya: presente un resumen preciso de las principales ideas planteadas para reforzar y reorganizar la información. “No hay nada mejor que hacer que aquello que le guste”. Si de verdad vas a ser un orador es porque tú quieres hacerlo, no porque te lo impongan, sino porque tú sabes de la gran cantidad de beneficios que trae. Cuando tú quieres, tú puedes.