Loa Loa

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INSTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR TECNOLOGICO PÚBLICO

"NARANJILLO"
METODOS Y TECNICAS DE STUDIO PARASITOLOGICO

LOA – LOA

DOCENTE: GUNDER LAFFOSSE GRIJALVA


INTEGRANTES:
o Malpartida Ramirez Jade Tiffani
o Fernández Acasio Saraí Ruth
o Vara Cabrera Lisbeht
o Tovar Cardenas Nicolle Jurase
DEDICATORIA

Dedico este trabajo principalmente a Dios, por haberme dado la vida y permitirme el
haber llegado hasta este momento tan importante de mi formación profesional. A mi
madre, por ser el pilar más importante y por demostrarme siempre su cariño y apoyo
incondicional sin importar nuestras diferencias de opiniones. A mi padre, a pesar de
nuestra distancia física, siento que estás conmigo siempre y aunque nos faltaron
muchas cosas por vivir juntos, sé que este momento hubiera sido tan especial para ti
como lo es para mí. A mi tía Pilar, a quien quiero como a una madre, por compartir
momentos significativos conmigo y por siempre estar dispuesta a escucharme y
ayudarme en cualquier momento. A Romina, porque te amo infinitamente hermanita.
A mis compañeras, porque sin el equipo que formamos, no hubiéramos logrado esta
meta.
CONTENIDO
LOA-LOA.............................................................................3
Características....................................................................4
Taxonomía..........................................................................5
Morfología..........................................................................5
Ciclo de vida.......................................................................7
Reproducción del nematodo Loa Loa................................9
Transmisión......................................................................10
Síntomas de infección......................................................10
Diagnóstico.......................................................................11
tratamiento......................................................................12
Cómo evitar contagiarse con la larva...............................12
LOA-LOA
El Loa Loa, miembro de la familia Filariidae, es un nematodo parasitario que vive a expensas de
la persona que lo aloja. Este animal invertebrado es un diminuto organismo con características
físicas similares a la de un gusano y que resulta casi desconocido para las personas.

El primer caso conocido se remonta a finales del siglo XVIII, por el cirujano francés Mogin, que
describió a la filaria desplazándose a través del ojo de una paciente en Santo Domingo, y relata
cómo, a pesar de sus intentos de extraer el gusano, la operación concluyó sin éxito. No
obstante, la infección ya era conocida en las colonias americanas debido al intenso comercio
esclavista con la zona de África Occidental. Muchos esclavos padecían esta enfermedad, y
fueron objeto de diversas cirugías que en la mayoría de los casos finalizaron en fracaso y con el
consiguiente desarrollo de oftalmia.

 Los viajeros tienen más probabilidades de infectarse si permanecen en zonas endémicas


durante varios meses o años. No obstante, también pueden infectarse, incluso si se
encuentran en la zona durante menos de 30 días.

Es una parasitosis endémica en África occidental, estando presente principalmente en países


como Camerún, Guinea Ecuatorial, Nigeria, Gabón, República Centroafricana, y Angola, entre
otros, y en donde la infección representa la tercera causa de consulta médica y la tasa de
infestación puede superar el 20% de la población. El reconocimiento de la infección producida
por Loa loa se ha convertido en un indicador importante debido a que ha limitado los
programas de control y erradicación de la oncocercosis.

La loasis aparece en un área limitada al cinturón de bosques húmedos de África Occidental y


Central. Los seres humanos son el único reservorio natural de este parásito.

Loa loa es una especie de gusano redondo que pertenece al filo Nematoda con una forma
cilíndrica y con un cuerpo que se encuentra revestido por una cutícula con tres capas
superficiales formadas por colágeno y demás compuestos que son segregados por la piel. Es un
parásito que afecta al ser humano, causando una enfermedad conocida como loasis, la cual es
también es conocida como filariasis subcutánea.

Recibe ese nombre porque el parásito se aloja en los tejidos subcutáneos del huésped. Aparte
de Loa loa también hay otros nematodos causantes de filariasis, como por ejemplo
Onchocerca volvulus.

Esta cutícula hace posible que este organismo irrumpa el tracto digestivo de cualquier animal
sin ningún tipo de problema. Se debe tomar en cuenta el dimorfismo sexual presente en esta
especie pues la hembra suele alcanzar mayores longitudes que el macho.

Estos animales invertebrados tienen una longevidad de alrededor 15 años, aunque se conoce


que pueden llegar a vivir mucho mas tiempo.

A pesar de su pequeño tamaño que lo convertiría en un organismo que no representa ninguna


amenaza, estos animales tienen un efecto letal en los seres humanos al producir una de las
enfermedades subcutáneas más peligrosas, denominada filariasis de piel y ojos.

Este gusano es conocido por pasar largas horas penetrando en los tejidos subcutáneos de su
huésped. Cuando pasa mucho tiempo estático en una zona del cuerpo suele marcar su figura
en la piel. Un dato muy importante a tomar en cuenta es que su huésped intermediario son las
moscas Tabanidae.

Características
Los Loa Loa se caracterizan por mudar al menos en 4 ocasiones en dos etapas: dos en el
interior del cascarón y las dos restantes antes de ser adultos. Estos organismos nematodos
poseen una pequeña longitud de aproximadamente 70 mm.

Loa loa es un animal que pertenece al dominio Eukarya y por lo tanto es un organismo
pluricelular. Su ADN se encuentra empaquetado dentro de un núcleo celular, constituyendo a
los cromosomas. Igualmente, desde el punto de vista de su desarrollo embrionario, es un
animal triblástico, porque posee las tres capas germinativas: ectodermo, mesodermo y
endodermo. A partir de estas capas se diferencian las distintas células que conformarán los
tejidos de cada órgano del animal. Es un animal que se caracteriza por su simetría bilateral, lo
que quiere decir que está conformado por dos mitades exactamente iguales, unidas en el
plano longitudinal del cuerpo del parásito.

Estos parásitos se reproducen de forma exclusivamente sexual y son vivíparos, con desarrollo


indirecto. Esto implica que luego de que ocurra la fecundación, la hembra libera al medio las
larvas que deben experimentar un proceso de metamorfosis para alcanzar la morfología del
adulto.

Como se ha dicho anteriormente, Loa loa es un parásito, lo cual quiere decir que para poder
desarrollarse obligatoriamente debe estar en el interior de algún huésped o vector. Su
huésped definitivo es el ser humano, en tanto que su vector es una mosca.

A pesar de su pequeño tamaño que lo convertiría en un organismo que no representa ninguna


amenaza, estos animales tienen un efecto letal en los seres humanos al producir una de las
enfermedades subcutáneas más peligrosas, denominada filariasis de piel y ojos.
Taxonomía
La clasificación taxonómica de Loa loa  es la siguiente:
-Dominio: Eukaria
-Reino: Animalia
-Subreino: Eumetazoa
-Filo: Nematoda
-Clase: Secermentea
-Orden: Spirurida
-Familia: Onchocercidae
-Género: Loa
-Especie: Loa loa.

Morfología
Loa loa es un gusano nematodo y como tal tiene una forma cilíndrica y alargada. Son dioicos, lo
que quiere decir que los sexos se encuentran separados. Además presentan dimorfismo
sexual, por lo que la hembra y el varón tienen ciertas diferencias que permiten distinguirlos.

El cuerpo de estos gusanos están divididos en tres áreas o zonas: una cabeza simple, un cuerpo
y una cola que termina en punta roma. Además, se componen de una especie de cubierta
protectora que está constituida principalmente por colágeno.

En lo referente al color, son mayormente pálidos, de un color blanquecino.


Hembra
Tal como ocurre con mucho parásitos, las hembras de Loa loa son de mayor tamaño que los
machos. Pueden llegar a medir 5,5 cm x 0,45 mm. hasta 8 cm de longitud. Su cola es recta.

Internamente, su aparato reproductor se encuentra conformado por dos ovarios, a partir de


los cuales salen dos oviductos que se comunican con el útero, el cual desemboca en el poro
genital.

Macho
Los machos son de menor tamaño que las hembras. Miden hasta 3 cm x 0,35 mm. Su cola
desarrolla una curvatura ventral característica. Además tienen dos espículas.

Su aparato reproductor está integrado por un testículo que desemboca en la vesícula seminal.
De esta sale el conducto eyaculador, el cual se abre hacia el exterior del animal en la cloaca.
Ciclo de vida

Como es bien conocido, los parásitos requieren de ciertas condiciones y elementos para que su
ciclo de vida se desarrolle de manera exitosa. Entre esos elementos son de vital importancia un
huésped y un vector. Pues Loa loa no es la excepción.

En el caso particular de este parásito, el vector está representado por un insecto, una mosca
perteneciente al género Chysops. Esta es hematófoga, es decir, se alimenta de la sangre que
obtiene a través de la picadura a individuos como el ser humano. Este constituye el huésped
por excelencia de este parásito.

Este parásito tiene tres formas larvarias: microfilarias (L1), labditiformes (L2) y filariformes (L3).
Las microfilarias se producen en el interior del ser humano y posteriormente experimenta su
metamorfosis dentro de la mosca.

Una vez aclarado esto, el ciclo biológico de Loa loa trata de que los seres humanos que se
encuentran infectados por el parásito, tienen microfilarias circulando por su torrente
sanguíneo. Cuando una mosca lo pica y chupa su sangre, también succiona esas microfilarias.

En el tubo digestivo de la mosca, la microfilaria pierde su cápsula protectora y se desplaza


hacia sus músculos torácicos. Allí sufre un proceso de metamorfosis, atravesando el estadio L2
(labditiformes) y L3 (filariformes).

Las larvas L3 se desplazan desde los músculos del tórax hacia la probóscide de la mosca. La
probóscide es un órgano alargado que utilizan algunos invertebrados para succionar. En el caso
de las moscas, lo usan para succionar la sangre de los animales a los que pican.

Una vez pican a un ser humano sano las larvas filariformes (L3) aprovechan la herida hecha por
el insecto para ingresar al organismo del huésped.

En el interior del cuerpo humano, la larva se desplaza a los tejidos subcutáneos. Allí
experimentan una nueva metamorfosis y se transforman en un individuo adulto.

Los adultos se aparean y son capaces de producir microfilarias (L1). En las personas infectadas
se han recolectado microfilarias en el líquido cefalorraquídeo, la orina y el pulmón. También
circulan en la sangre durante el día.

Cuando una mosca pica a una persona infectada, adquiere las larvas L1, dando inicio
nuevamente al ciclo.

Este pequeño gusano tiene hábitos alimenticios carnívoros y por muy raro que parezca, se
nutre de todos los fluidos en los tejidos.
Esto se debe a las glándulas faríngeas que, en conjunto con el epitelio intestinal, elaboran una
serie de enzimas digestivas que le permiten engullir los fluidos corporales de los huéspedes.

Los fluidos extraídos los usa para desarrollarse durante su estadía en el cuerpo humano.

Reproducción del nematodo Loa Loa 


Durante esta etapa podemos observar un proceso bastante curioso en las hembras, al ser
capaz de segregar una sustancia química denominada “pheromone” que le permite llamar la
atención del macho.

Cuando este ha captado su llamado, a continuación envuelve su cuerpo alrededor de la


hembra hasta aproximarse sobre el poro genital femenino. Para esto el macho
desarrolla espículas que utiliza para inmovilizar a la hembra durante la actividad sexual.
Tras una fertilización interna, la hembra produce microfilarias que entran al torrente
sanguíneo.

Este momento es considerado uno de los más importantes, ya que el gusano es más propenso
de ser adquirido por cualquier especie de su portador intermediario (moscas) que se nutren
del huésped transmitido.

Una vez que son ingeridas, las microfilarias evolucionan en el interior del cuerpo (de las
moscas) hasta que llegan a la edad juvenil.

Al llegar a esta etapa, el juvenil infeccioso se traslada a la boca de la mosca, de tal manera que
cuando pica a una persona este lo ingiere e ingresa una vez más al cuerpo de su próximo
huésped humano, donde se desplegará durante un año para nuevamente repetir este curioso
ciclo.

Transmisión
Las microfilarias Loa loa se transmiten por tábanos (Chrysops [mosca de los renos o de los
caballos]). Las microfilarias maduran para transformarse en helmintos adultos en los tejidos
subcutáneos del huésped humano.Las hembras miden entre 5-7 cm de longitud con 0,5 mm de
diámetro, mientras que los machos miden de 3 a 4 cm de largo por 0,4 mm de ancho. Las
formas adultas alcanzan la madurez a los tres meses de haber penetrado en el hospedador, y
pueden llegar a vivir en el tejido conjuntivo subcutáneo de 4 a 17 años.

La transmisión se produce por la picadura de un tábano perteneciente al género Chrysops. Los


tábanos se infectan cuando se alimentan de la sangre de una persona infectada. La transmisión
de la larva en el hombre se produce a través de la lesión de la picadura y migran hacia el tejido
conjuntivo subcutáneo, donde evolucionarán a individuos adultos. Las hembras grávidas
producen las microfilarias que se desplazan por la sangre periférica. La infección se relaciona
con episodios de localización de la microfilaria en la conjuntiva ocular y también con
manifestaciones edematosas locales conocidas como “edema de Calabar”.

Esto ocurre porque ellas al picar a la persona, depositan las larvas del parásito allí y estás
aprovechan de ingresar al torrente sanguíneo.

No se han registrado casos de transmisión directa de un ser humano al otro, por lo que este
mecanismo de transmisión está totalmente descartado.

Síntomas de infección
La enfermedad que causa Loa loa  se conoce con el nombre de loasis. Esta es una infección que
afecta principalmente a los tejidos subcutáneos del cuerpo, ya que allí es donde se reproduce
el parásito.

El período de incubación es de unos tres meses aproximadamente. Al cabo de este tiempo, la


persona infectada comienza a manifestar ciertos síntomas y signos.
Entre los signos más característicos de esta infección está el llamado edema de Calabar. Este se
caracteriza por ser una zona en la que hay edema (inflamación) sin enrojecimientos. Esa
inflamación es subcutánea y muy extensa, pudiendo llegar a medir hasta 20 cm.

Además, antes de que aparezca el edema, se puede experimentar prurito (picazón), ardor y
dolor. El edema de Calabar se desarrolla principalmente en el rostro, muñecas y tobillos,
específicamente a nivel de las articulaciones. Su duración es variable, desde horas hasta
incluso semanas. Cuando desaparece el edema, es muy factible que reaparezca pero en otra
localización.

A nivel sanguíneo, la persona afectada sufre eosinofilia. Esto quiere decir que los eosinófilos
(tipo de célula sanguínea), incrementa su concentración en la sangre. Esto ocurre porque estas
células tienen, entre una de sus muchas funciones, combatir las infecciones por parásitos.

Así mismo, las formas adultas del parásito tienden a ocasionar ciertas reacciones locales en el
sitio en el que se encuentran. Uno de los tejidos predilectos de estos gusanos es la conjuntiva
ocular. Cuando esto ocurre, la persona experimenta lagrimeo, hormigueo y sensación de
cuerpo extraño.

Cuando la infección progresa, es factible que se presenten complicaciones a nivel renal,


neurológico, pulmonar y cardiacas.

La gravedad de la infección depende principalmente del estado del sistema inmunológico de la


persona afectada y del grado de inmunidad al parásito. Por ejemplo, en las regiones en las
cuales la loasis es endémica, es posible encontrar microfilarias en la sangre de sus habitantes,
sin que estos presenten síntomas o signos.

Diagnóstico
El diagnóstico del Loa loa debe realizarlo un médico general u oftalmólogo a través de la
evaluación de los síntomas o por la identificación de la larva en el ojo. Además de esto, el
médico podrá solicitar la realización de exámenes de sangre para que se identifique la
presencia de las larvas en la sangre, siendo importante que la recolección de la muestra sea
por la mañana.También podrán solicitar la realización de exámenes inmunológicos para
verificar si existe o no la presencia de anticuerpos contra el Loa loa  para confirmar el
diagnóstico.

El diagnóstico de la loasis se puede dar a través de varios mecanismos:

Observación directa del gusano

El doctor puede observar a la forma adulta del gusano en la conjuntiva del paciente o en la
piel.

Examen de sangre

Este es el examen más utilizado para diagnosticar a la infección por Loa loa. Para llevarlo a cab,
es necesario tomar una muestra de sangre del paciente. Esto debe realizarse en el lapso de
tiempo entre las 10:00 am y las 2:00 pm, ya que es el momento en el que hay mayor
concentración de microfilarias en la sangre.
Reacción en cadena de la Polimerasa (PCR)

Este es un examen altamente especializado de diagnóstico molecular. Gracias a ello se logra


detectar directamente el ADN del parásito, así como también cuantificar la cantidad de
parásitos que hay. Este es un examen sumamente costoso que debe realizarse en centros
especializados. No es común que se realice para diagnosticar la infección.

tratamiento
El tratamiento debe ser siempre orientado por el oftalmólogo, ya que puede variar de acuerdo
con el grado de desarrollo de la larva y de los síntomas que se presenten. Los medicamentos
más utilizados son:

 Antiinflamatorios como el flurbiprofeno o el diclofenaco: se pueden utilizar en forma


de colirio o comprimido para aliviar los síntomas de dolor, enrojecimiento y picazón;

 Antiparasitarios como albendazol, tiabendazol o mebendazol: se utilizan como


comprimidos para eliminar las larvas del cuerpo;

 Corticoides como la prednisolona o la hidrocortisona: generalmente se utilizan como


colirio y permiten aliviar la picazón y otros síntomas. Conozca los principales tipos de
colirio.

En los casos más avanzados, se recomienda la cirugía para retirar las larvas del ojo,
especialmente las que están más superficiales.

Normalmente, el tratamiento tiene buenos resultados y, por lo tanto, el individuo no


desarrolla ninguna secuela. Sin embargo, en los casos más graves, pueden surgir dificultades
de visión, incluso después del tratamiento.
Cómo evitar contagiarse con la larva
La mejor forma de evitar el contagio con esta larva es reduciendo la exposición a este tipo de
mosca. Para ello algunos consejos son:

 Evitar ir a sitios con barro, especialmente en la sombra o cerca de los ríos;

 Colocarse un repelente de insectos en la piel;

 Colocarse una camisa de manga larga, para disminuir la cantidad de piel expuesta;

 Preferir utilizar pantalones en vez de shorts o faldas.

Generalmente este tipo de moscas están más activas durante el día, por lo que estos cuidados
se deben mantener principalmente mientras esté el sol.

CONCLUSION

Estos parásitos infectan al huésped humano, moviéndose principalmente a través de los


tejidos subcutáneos causando inflamación de la piel, especialmente cuando el parásito se
detiene por un período de tiempo en un área específica del cuerpo. A menudo, las áreas
afectadas son muñecas y tobillos, muy propensos a las picaduras, pero la incomodidad
desaparece tan pronto como el parásito se reanuda en movimiento. Los parásitos también
pueden viajar a través del ojo, infectándolo y causando hinchazón. Los síntomas más comunes
incluyen picazón, dolor en las articulaciones, cansancio e incluso pueden causar la muerte del
huésped. Los principales métodos de diagnóstico incluyen la presencia de microfilarias en la
sangre, la presencia de un gusano en el ojo (claramente visible) y la presencia de hinchazón de
la piel. Los gusanos se pueden extirpar fácilmente quirúrgicamente, generalmente seguidos de
un tratamiento basado en medicamentos.
ANEXO
BIBLOGRAFIA

1. Agbolade O., Akinboye D. y Ogunkolo O. (2005) Loa loa  and  Mansonella perstans:


neglected human infections that need control in Nigeria, Afr. J. Biotechnol. 4

2. Akue, J. (2016). Loa loa Pathogenesis in human. Chapter in book: Human emerging


infections: Viral & Parasitic infections. First Edition.

3. Curtis, H., Barnes, S., Schneck, A. y Massarini, A. (2008). Biología. Editorial Médica
Panamericana. 7° edición.

4. Gómez, N., Primelles, R., Gómez, N., Pérez, H. y Tipantasig, W. (2015). Filariasis. Revista
de Ciencias Médicas. 19(1)

5. Hickman, C. P., Roberts, L. S., Larson, A., Ober, W. C., & Garrison, C. (2001). Integrated
principles of zoology (Vol. 15). McGraw-Hill.

6. Rajeev, J., Chen J., Butcher, A. y Casson, R. (2008). Subconjunctival Loa lloa worm.
International Journal of Infectious diseases. 12 (6).

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