JetBlue - Caso de Estudio
JetBlue - Caso de Estudio
JetBlue - Caso de Estudio
En 2007, JetBlue era una línea aérea joven y próspera, con una gran reputación por
ofrecer un excelente servicio. De hecho, la aerolínea de bajo costo se definía a sí misma
como una compañía de servicio al cliente que sólo volaba aviones. Sin embargo, el día
de San Valentín de 2007, JetBlue fue golpeada por la tormenta perfecta (literalmente)
de eventos que le provocaron una caída operativa. Una de las tormentas más graves de
la década cubrió su central principal en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de
Nueva York con una gruesa capa de nieve y hielo. La pequeña empresa no contaba con
infraestructura para manejar una crisis como ésta. La gravedad de la tormenta, aunada
a una serie de malas decisiones administrativas, dejó a los pasajeros de JetBlue varados
en los aviones sobre las pistas hasta durante 11 horas. Para empeorar las cosas, el efecto
dominó de la tormenta provocó importantes alteraciones en sus vuelos durante seis días
más.
Como era de esperarse, los clientes estaban furiosos. Los esfuerzos de la aerolínea por
resolver el desastre después de la pesadilla de seis días, iniciada el día de San Valentín,
le costó más de 30 millones de dólares en tiempo extra, devolución de pagos, cupones
para futuros viajes y otros gastos. Sin embargo, el golpe a la reputación que tenía de un
servicio al cliente excelente fue peor que el costo económico. JetBlue se convirtió en el
blanco de las burlas de los presentadores de los programas de entrevistas nocturnos.
Algunos observadores de la industria incluso pronosticaron que éste sería el fin de la
carrera de siete años de la aerolínea.
Sin embargo, sólo tres años después, la compañía no sólo continúa volando, sino que
está creciendo, es redituable y está mejor que nunca. Durante la reciente recesión
económica, incluso cuando la mayoría de las líneas aéreas competidoras estaban
reduciendo sus rutas, retirando aeronaves, despidiendo empleados y perdiendo dinero,
JetBlue añadía aviones, se extendía a nuevas ciudades, contrataba miles de empleados
nuevos y ganaba dinero. Aún más, sus clientes la adoran. Por quinto año consecutivo
(incluyendo 2007), la compañía ha obtenido la calificación más alta de satisfacción del
cliente de toda la industria aérea según J. D. Power and Associates. No sólo se recuperó
con rapidez de su tropiezo del día de San Valentín, sino que está más fuerte que nunca.