La Evolución Del Ser Humano (2021)
La Evolución Del Ser Humano (2021)
La Evolución Del Ser Humano (2021)
Introducción
Nosotros, los seres humanos, somos los únicos entes de toda la naturaleza que se preguntan por
su origen, por su evolución y por su destino, así como por el sentido de su existencia. ¿Quiénes
somos? Es decir: ¿En qué consiste ser humano? ¿De dónde venimos? O sea: ¿Cuál fue la
especie, y el género, de homínido pre humano que ha dado lugar al género humano? ¿Cómo ha
evolucionado nuestro género hasta llegar a nosotros? ¿Cuándo apareció nuestra especie? ¿Dónde
lo hizo y a partir de qué especie humana surgió la nuestra? ¿Cuál es el origen de la conciencia
humana moderna? ¿Apareció al mismo tiempo que la anatomía humana moderna? ¿Somos un
mono con suerte? ¿o somos hijos de Dios? ¿Somos un animal más? ¿Estamos hechos sólo de
materia? ¿O tenemos un alma racional y espiritual? ¿Con la muerte se aniquila, o nihilidad, todo
el individuo humano o acaso hay algo de nosotros que logra sobrevivir a la muerte? ¿Cuál es el
sentido de la existencia humana? ¿Desaparecerá alguna vez la humanidad?
El hombre por la capacidad de razonamiento que posee se pregunta sobre sí mismo ya que en
su propio pensamiento se ve, así como un misterio. Durante toda la historia de la humanidad esta
ha sido una constante en el pensamiento del hombre, es por ello por lo que muchos han intentado
por diferentes métodos deducir el origen del hombre, de su lugar en el universo, de su
constitución, así como de su fin.
En este sentido se puede encontrar dos teorías, una de carácter religioso y la otra de carácter
científico, las cuales pudieran parecer como contrarias entre si ya que en sus argumentos no se
consiguen aparentemente puntos de unión. Sin embargo, según la visión filosófica – teológica de
Teilhard De Chardin Sacerdote Jesuita y antropólogo francés, en él se puede mostrar una
perspectiva diferente en la que cada una de las teorías antes mencionadas no se presentan
contrarias sino más bien como complementos una de la otra.
La capacidad de formularse preguntas como estas y la capacidad para elaborar respuestas que
sean racionales, que estén debidamente argumentadas y que sean empíricamente fundamentadas
es, sin lugar a duda, una de las características que nos singulariza frente a todos los animales, y
nos convierte en únicos en toda la realidad física. Todos estos aspectos mencionados han llevado
a los filósofos (y a los teólogos) a reflexionar, durante más de 2,500 años, sobre la naturaleza
humana. Pero... ¿Y la ciencia? ¿Qué nos dice la ciencia sobre el origen y la evolución del
hombre?
La evolución, que proviene del término latino evolutivo, se podría definir como desenvolverse y
desarrollarse pasando de un estado, a otro, es decir, la evolución es desarrollo de los organismos
por el cual pasan gradualmente de un estado a otro o de un cambio biológico de los ancestros
más primitivos (Astrolopitecus sp.) del ser humano hasta la aparición de nuestra especie (Homo
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Los seres humanos proceden de antiguos mamíferos, que bajo el proceso de evolución han ido
experimentando cambios hasta llegar al ser humano actual. Los ancestros que ya tenían
características biológicas muy parecidas a las del ser humano son los homínidos. Actualmente
los animales más cercanamente emparentados con el ser humano son los primates.
Se cree que la cuna de la evolución del ser humano empezó en África, que después se fue
extendiendo hasta todo el mundo. Este proceso tuvo inicios hace 5 a 7 millones de años.
Los científicos estiman que la línea de los homínidos comenzó a separarse de la de los simios
africanos hace unos 10 o 5 millones de años, aunque todos procedieron de ancestros comunes.
Se calcula que hace 180 millones de años, cuando aún dominaban los reptiles en el
planeta, aparecieron los primeros mamíferos sobre la Tierra. La multitud de
especies de mamíferos que comenzaron a desarrollarse a partir de entonces eran
muy diferentes a las que actualmente conocemos y muchas de ellas han
desaparecido por completo.
Los primates
Para los paleontólogos el punto de inicio de la historia de la humanidad empezó con la aparición
de los primates, hace unos 65 millones de años. Los primeros de ellos eran unos pequeños seres
que empezaron a vivir en los árboles en lugar de permanecer en
el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Entre las especies
que pertenecen a los primates están, además del ser humano,
los simios, monos y musarañas. Durante su desarrollo
evolutivo, estos primates se hicieron de ciertos rasgos
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especiales: buena visión, manos con las que se pueden sujetar firmemente objetos y un cerebro
relativamente grande.
Por pertenecer a la misma familia, las diferentes especies de primates, en especial monos y
simios guardan similitud con el ser humano. Según algunos estudiosos, el último ancestro común
entre el ser humano y el chimpancé, nuestro primo más cercano, existió hace 6 ó 7 millones de
años. Después de esta separación apareció el primer homínido, el llamado Australopithecus, que
posteriormente dio lugar al Homo Habilis, el primer espécimen del género Homo,
al que pertenecemos los seres humanos modernos.
Cuando nos enfrentamos con nuestros orígenes, tropezamos con una gran
paradoja. El ser que, gracias al rigor de su mente y de su imaginación, ha llegado
casi a dominar las fuerzas de la naturaleza externa también es un animal. Si tratamos de
comprender el proceso por el cual el hombre ha llegado a la civilización gracias a su capacidad
para ajustarse a casi cualquier medio ambiente, debemos tener en cuenta su evolución como
organismo y reconocer que tanto su evolución biológica como social se ha realizado en el
contexto de un marco físico de evolución.
La hominización: es el proceso evolutivo que originó la aparición del ser humano a partir de los
homínidos predecesores. Como afirmó hace 100 años el naturalista inglés Charles Darwin, el ser
humano y los monos tuvieron un antepasado común, desconocido hasta el momento. Prueba de
ello es la similitud bioquímica que compartimos con los monos antropomorfos, establecida
mediante el análisis de sus respectivos cromosomas.
Antes se pensaba que el origen del ser humano estaba en el Asia por los hallazgos Hombre de
Java y Hombre de Pekin, pero numerosos descubrimientos en África acabaron por reconocer la
prioridad de este continente. Allí, el surafricano Raymon Dart descubrió al primer
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Muy célebre, también, fue el descubrimiento de buena parte del esqueleto de “Lucy”, otro
australopitecus, femenino, que existió hace cerca de 3,8 millones de años en el África. Después
de Lucy se encontraron restos de la especie más antigua que se conoce del ser humano, la que se
denominó Homo Habilis por su habilidad para tallar instrumentos en piedra.
Homínidos
Los límites que señalen el comienzo y el final de los distintos homínidos no son exactos, se
calcula que aparecieron hace 4.5 millones de años y se extinguieron hace unos 2 millones de
años. Durante mucho tiempo debieron coexistir diferentes tipos, y el final de una especie se
entremezcló con las generaciones de otra en el transcurso de miles de años.
Los científicos distinguen entre varias especies de homínidos. Todos ellos comparten algunas
características básicas: Pueden mantenerse erguidos y caminar en dos pies, tienen un cerebro
relativamente grande en relación con el de los monos, su mano tiene un dedo pulgar desarrollado
que les permite manipular objetos.
Australopithecus
El género Homo
La mayoría de los científicos aceptan que hay dos grandes grupos, o géneros, de homínidos en
los últimos 4 millones de años. Uno de ellos es el género Homo, que apareció hace 2.5 millones
de años y que incluye por lo menos tres especies: Homo habilis, Homo erectus, Homo sapiens.
Uno de los grandes misterios de los estudiosos de la prehistoria es cuándo, cómo y dónde el
género Homo remplazó a los Australopithecus.
En zonas del este de África se encontraron restos de otros homínidos que existieron al mismo
tiempo que los Australopithecus, lo que viene a demostrar que esta especie de homínidos no era
la única sobre la Tierra hace dos o tres millones de años. Como los homínidos que se encontraron
parecen mucho más "hombres", se les ha puesto el nombre de Homo. La primera especie del
género Homo apareció hace 2.5 millones de años y se dispersó gradualmente por África, Europa
y Asia.
Una o más subespecies del Homo Erectus evolucionaron hasta llegar al Homo Sapiens, un nuevo
tipo físico. Los restos más antiguos del Homo Sapiens tienen una edad entre 250 mil y 50 mil
años. En sentido estricto se le denomina Homo Sapiens Neanderthalis: el hombre de
Neanderthal. Recibe este nombre por el lugar dónde se encontró el primer cráneo que
demostraba la existencia de su especie, en el valle de Neander, en Alemania.
Los hombres de Neanderthal se cubrían con pieles y disponían de mejores útiles de piedra que
sus antepasados. Además, realizaban una actividad novedosa: enterraban a sus muertos con gran
esmero (p.a.. en Asia se encontró un niño de Neanderthal enterrado entre un círculo de cuernos
de animales). Los muertos no sólo eran enterrados cuidadosamente, sino que también el muerto
era provisto de utensilios y comida. Es posible que los enterramientos y los vestigios de rituales
en los que aparecen animales señalen los inicios de la religión. Tal vez creían ya en una especie
de continuación de la vida después de la muerte.
El hombre de Neaderthal desapareció bruscamente, su lugar fue ocupado por los hombres
modernos, hace unos 35 mil años.
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Para los biólogos, todos los seres humanos formamos parte de la misma especie (Homo Sapiens
Sapiens) aunque hay distintas razas. Las líneas generales de distribución racial se iniciaron en la
Prehistoria. Desde el punto de vista físico se pueden reconocer por lo menos cuatro categorías
raciales fundamentales: negroide, caucasoide, mongoloide, australoide.
Lo que dio al hombre moderno su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su capacidad de
aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural por medio de su inteligencia.
¿Qué define entonces al ser humano como humano? El ser humano es el único mamífero que
puede mantener una posición erguida sostenida y tiene un aparato locomotor bípedo, es decir,
que camina y se sostiene por el tiempo que quiera sobre sus dos piernas. De los demás homínidos
se diferencia en particular, porque puede articular un lenguaje y porque el tamaño y la capacidad
de su cerebro son mayores. En el cerebro humano reside, además, la información que le permite
manipular con sus manos toda clase de objetos a la par que crea tecnologías o mecanismos para
hacer más efectiva su relación con el medio ambiente. De no ser así, el ser humano no hubiera
podido sobrevivir, puesto que su condición física es muy frágil.
La inteligencia humana es también muy particular, lo cual quiere decir que otras especies
animales y hasta vegetales no tengan una inteligencia y una sensibilidad también. Los científicos
han definido la inteligencia como el proceso que, en los humanos, integra varias habilidades
como la manipulación, el lenguaje gestual y verbal y la capacidad memorística asociativa e
imitadora. El ser humano es el único, al parecer, que tiene la capacidad de observarse a sí
mismo, de reflexionar sobre sus actos e identificarse con un yo individual, no como los animales
que tienen un principio de identificación colectivo.
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Finalmente, el ser humano tiene la capacidad para dedicarse a la creación consciente, ya sea el
arte, la tecnología, y a reflexionar sobre la existencia de un ser o seres superiores (Dios o dioses)
a los que ha venerado siempre en muy diversas y riquísimas expresiones religiosas. Como
podemos observar, el ser humano se ha transformado no sólo en su constitución física, sino
también en su conducta y en sus actividades. Este último aspecto nos lleva a lo que se ha
llamado la segunda fase de la hominización: la cultura.
La cultura es el conjunto de respuesta que nuestros antepasados han creado, y nosotros seguimos
creando, para satisfacer necesidades materiales y espirituales. La cultura es el modo de vida que
identifica y caracteriza a una sociedad: abarca la vivienda, la alimentación, los instrumentos de
trabajo, las costumbres, las normas, los valores y formas de organización política y hasta los
conocimientos científicos, las expresiones artísticas y las creencias religiosas. La cultura se
transmite, por la educación, de generación en generación y ha contribuido a hacernos más
humanos y diferentes de los animales.
Resulta imposible hacer predicciones sobre el futuro de la humanidad. Hoy sabemos que el
vehículo de nuestra evolución siempre ha estado moviéndose y que la cultura y la tecnología, así
como la existencia de muchas personas vivas genéticamente diversas, pueden funcionar como
aceleradores más que como frenos. Como dijo Carl Sagan, sosteniendo una postura minoritaria
en su tiempo: "No hay razón para pensar que el proceso evolutivo se ha detenido. El hombre es
un animal de transición".
Referencias bibliográficas
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Alemania
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Mendez et al. 2013. An African American Paternal Lineage Adds an Extremely Ancient Root to
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March 2013 (Vol. 92, Issue 3, pp. 454-459)
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López Moratalla, Natalia (2007). La dinámica de la evolución humana. Eunsa. ISBN 978-84-
313-2438-4.
Fuentes Internet:
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/historia/histdeltiempo/mundo/pr
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http://www.geocities.com/eureka/3750/icono2.htm
https://concepto.de/evolucion-del-hombre/
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