La Evolución Del Ser Humano (2021)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Las preguntas sobre qué somos, en qué

consiste nuestra condición humana, cuál


es nuestro origen como especie y de qué
manera se ha desarrollado la cultura,
forman parte de los interrogantes que el
ser humano se ha planteado desde la
antigüedad. Tanto nuestra naturaleza
biológica como nuestra dimensión
cultural constituyen elementos
fundamentales a la hora de llevar a cabo
la reflexión filosófica sobre el ser
humano. La rama de la filosofía que se
dedica al estudio del ser humano en
todas sus facetas se denomina
antropología (de “anthropos”, ser
humano, y “logos” estudio o
conocimiento).

Son muchas las ideas generadas por el


pensamiento filosófico sobre el ser
LA EVOLUCIÓN humano a lo largo de la historia. De
hecho, la antropología filosófica es una
de las ramas más antiguas de la filosofía,
pues sus orígenes se remontan a la
DEL SER HUMANO antigua Grecia. Una de sus preguntas
fundamentales es “¿qué es el ser
humano?”

Grisel Rivera Villafañe


EDFU 4019
1

La evolución del ser humano

Introducción

Nosotros, los seres humanos, somos los únicos entes de toda la naturaleza que se preguntan por
su origen, por su evolución y por su destino, así como por el sentido de su existencia. ¿Quiénes
somos? Es decir: ¿En qué consiste ser humano? ¿De dónde venimos? O sea: ¿Cuál fue la
especie, y el género, de homínido pre humano que ha dado lugar al género humano? ¿Cómo ha
evolucionado nuestro género hasta llegar a nosotros? ¿Cuándo apareció nuestra especie? ¿Dónde
lo hizo y a partir de qué especie humana surgió la nuestra? ¿Cuál es el origen de la conciencia
humana moderna? ¿Apareció al mismo tiempo que la anatomía humana moderna? ¿Somos un
mono con suerte? ¿o somos hijos de Dios? ¿Somos un animal más? ¿Estamos hechos sólo de
materia? ¿O tenemos un alma racional y espiritual? ¿Con la muerte se aniquila, o nihilidad, todo
el individuo humano o acaso hay algo de nosotros que logra sobrevivir a la muerte? ¿Cuál es el
sentido de la existencia humana? ¿Desaparecerá alguna vez la humanidad?

El hombre por la capacidad de razonamiento que posee se pregunta sobre sí mismo ya que en
su propio pensamiento se ve, así como un misterio. Durante toda la historia de la humanidad esta
ha sido una constante en el pensamiento del hombre, es por ello por lo que muchos han intentado
por diferentes métodos deducir el origen del hombre, de su lugar en el universo, de su
constitución, así como de su fin.

En este sentido se puede encontrar dos teorías, una de carácter religioso y la otra de carácter
científico, las cuales pudieran parecer como contrarias entre si ya que en sus argumentos no se
consiguen aparentemente puntos de unión. Sin embargo, según la visión filosófica – teológica de
Teilhard De Chardin Sacerdote Jesuita y antropólogo francés, en él se puede mostrar una
perspectiva diferente en la que cada una de las teorías antes mencionadas no se presentan
contrarias sino más bien como complementos una de la otra.

La capacidad de formularse preguntas como estas y la capacidad para elaborar respuestas que
sean racionales, que estén debidamente argumentadas y que sean empíricamente fundamentadas
es, sin lugar a duda, una de las características que nos singulariza frente a todos los animales, y
nos convierte en únicos en toda la realidad física. Todos estos aspectos mencionados han llevado
a los filósofos (y a los teólogos) a reflexionar, durante más de 2,500 años, sobre la naturaleza
humana. Pero... ¿Y la ciencia? ¿Qué nos dice la ciencia sobre el origen y la evolución del
hombre?

La evolución, que proviene del término latino evolutivo, se podría definir como desenvolverse y
desarrollarse pasando de un estado, a otro, es decir, la evolución es desarrollo de los organismos
por el cual pasan gradualmente de un estado a otro o de un cambio biológico de los ancestros
más primitivos (Astrolopitecus sp.) del ser humano hasta la aparición de nuestra especie (Homo
2

sapiens). La evolución biológica, más concretamente, es el proceso que continuamente se lleva a


cabo, en el cual, a través de las diversas generaciones, la especie experimenta cambios acordes a
la adaptación a nuevos climas, o la aparición de algún problema. La evolución humana (u
hominización) es el proceso de evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros
hasta el estado actual.

Los seres humanos proceden de antiguos mamíferos, que bajo el proceso de evolución han ido
experimentando cambios hasta llegar al ser humano actual. Los ancestros que ya tenían
características biológicas muy parecidas a las del ser humano son los homínidos. Actualmente
los animales más cercanamente emparentados con el ser humano son los primates.

Se cree que la cuna de la evolución del ser humano empezó en África, que después se fue
extendiendo hasta todo el mundo. Este proceso tuvo inicios hace 5 a 7 millones de años.

La teoría de la evolución de Darwin actualmente es el mayor principio unificador de la biología.


Darwin fue el primero que describió un mecanismo válido para explicar la evolución. Él
imaginaba a la evolución como un proceso doble, que dependía: 1) de la existencia de
variaciones hereditarias entre los organismos, y 2) del proceso de selección natural por el cual los
organismos, en virtud de sus variaciones hereditarias, se extinguían o sobrevivían.

Los científicos estiman que la línea de los homínidos comenzó a separarse de la de los simios
africanos hace unos 10 o 5 millones de años, aunque todos procedieron de ancestros comunes.

La Era de los mamíferos

Se calcula que hace 180 millones de años, cuando aún dominaban los reptiles en el
planeta, aparecieron los primeros mamíferos sobre la Tierra. La multitud de
especies de mamíferos que comenzaron a desarrollarse a partir de entonces eran
muy diferentes a las que actualmente conocemos y muchas de ellas han
desaparecido por completo.

Las cerca de 5 mil especies de mamíferos conocidos en la actualidad se agrupan en


órdenes, como son: cetáceos, carnívoros, marsupiales, roedores, desdentados, entre otros. De los
distintos órdenes, los seres humanos, así como sus ancestros más lejanos, pertenecen al de los
primates.

Los primates

Para los paleontólogos el punto de inicio de la historia de la humanidad empezó con la aparición
de los primates, hace unos 65 millones de años. Los primeros de ellos eran unos pequeños seres
que empezaron a vivir en los árboles en lugar de permanecer en
el suelo, como la mayoría de los mamíferos. Entre las especies
que pertenecen a los primates están, además del ser humano,
los simios, monos y musarañas. Durante su desarrollo
evolutivo, estos primates se hicieron de ciertos rasgos
3

especiales: buena visión, manos con las que se pueden sujetar firmemente objetos y un cerebro
relativamente grande.

Por pertenecer a la misma familia, las diferentes especies de primates, en especial monos y
simios guardan similitud con el ser humano. Según algunos estudiosos, el último ancestro común
entre el ser humano y el chimpancé, nuestro primo más cercano, existió hace 6 ó 7 millones de
años. Después de esta separación apareció el primer homínido, el llamado Australopithecus, que
posteriormente dio lugar al Homo Habilis, el primer espécimen del género Homo,
al que pertenecemos los seres humanos modernos.

Los cambios en la biología de los primates que desembocaron en los primeros


homínidos se dieron en África: en el Este y en el Sur. El cañón de Olduvai, en
Tanzania, el noreste de África es uno de los lugares donde se han encontrado los
fósiles más antiguos que aportan datos sobre la historia evolutiva del ser humano.

Cuando nos enfrentamos con nuestros orígenes, tropezamos con una gran
paradoja. El ser que, gracias al rigor de su mente y de su imaginación, ha llegado
casi a dominar las fuerzas de la naturaleza externa también es un animal. Si tratamos de
comprender el proceso por el cual el hombre ha llegado a la civilización gracias a su capacidad
para ajustarse a casi cualquier medio ambiente, debemos tener en cuenta su evolución como
organismo y reconocer que tanto su evolución biológica como social se ha realizado en el
contexto de un marco físico de evolución.

¿Por qué el ser humano es cómo es?

La hominización: es el proceso evolutivo que originó la aparición del ser humano a partir de los
homínidos predecesores. Como afirmó hace 100 años el naturalista inglés Charles Darwin, el ser
humano y los monos tuvieron un antepasado común, desconocido hasta el momento. Prueba de
ello es la similitud bioquímica que compartimos con los monos antropomorfos, establecida
mediante el análisis de sus respectivos cromosomas.

Si la hominización fue el resultado de una transformación lenta en el tiempo como consecuencia


de la interacción con el medio ambiente o si fue ä saltos”, es algo que aún no se ha podido
determinar. Muchos científicos afirman que ambas vías son posibles, hasta que no se demuestre
con un hallazgo concreto, que existió una manera diferente de acceder a la condición de humano.

Hace 19 millones de años el Kenyapithecus, que es el primer representante conocido de los


homínidos. Otros descubrimientos, como el de los denominados Astralopitecus, son más claros
en cuanto a antecesores intermedios entre el ser humano y otros homínidos. Los Australopitecus
(de austral=sur y pitecus=monos) constituyeron una subfamilia de primates que se extinguió y
cuyos fósiles tienen parecido con los seres humanos.

Antes se pensaba que el origen del ser humano estaba en el Asia por los hallazgos Hombre de
Java y Hombre de Pekin, pero numerosos descubrimientos en África acabaron por reconocer la
prioridad de este continente. Allí, el surafricano Raymon Dart descubrió al primer
4

australopitecus (africanus) en 1925. Este encuentro de un ser en posición erguida y que


caminaba sobre sus dos piernas, lo colocó entre los antecesores del ser humano.

Muy célebre, también, fue el descubrimiento de buena parte del esqueleto de “Lucy”, otro
australopitecus, femenino, que existió hace cerca de 3,8 millones de años en el África. Después
de Lucy se encontraron restos de la especie más antigua que se conoce del ser humano, la que se
denominó Homo Habilis por su habilidad para tallar instrumentos en piedra.

La evolución humana comprende el surgimiento de las siguientes especies principales (existieron


otras menores que no formaron parte vital del árbol evolutivo). Veamos a continuación:

Homínidos

Los límites que señalen el comienzo y el final de los distintos homínidos no son exactos, se
calcula que aparecieron hace 4.5 millones de años y se extinguieron hace unos 2 millones de
años. Durante mucho tiempo debieron coexistir diferentes tipos, y el final de una especie se
entremezcló con las generaciones de otra en el transcurso de miles de años.

Los científicos distinguen entre varias especies de homínidos. Todos ellos comparten algunas
características básicas: Pueden mantenerse erguidos y caminar en dos pies, tienen un cerebro
relativamente grande en relación con el de los monos, su mano tiene un dedo pulgar desarrollado
que les permite manipular objetos.

Australopithecus

El Australopithecus es el homínido más antiguo que se conoce.


Australopithecus quiere decir "simio sudafricano" y se estima su antigüedad
hasta en 4 millones de años.

En 1925, el paleontólogo Raymond Dart descubrió el cráneo de un


Australopithecus en Taung, al sur de África. El descubrimiento de este fósil,
ancestro del ser humano e íntimamente relacionado con el mono, provocó
polémica porque se encontró en África y hasta entonces se había fundado el
origen del ser humano en Europa. En lugares cercanos a este descubrimiento
5

se encontraron otras especies de Australopithecus (afarensis, africanus, robustus, boisei), que


confirmaron el origen del hombre en África.

Sus restos demostraron que estos homínidos medían más de un metro de


estatura y que sus caderas, piernas y pies se aparecían más a los de los seres
humanos que a los de los simios. El cerebro se asemejaba al de estos
animales y tenía un tamaño similar al del gorila. La mandíbula era grande y el
mentón hundido. Caminaban erguidos y podían correr, a diferencia de los simios.
Sus largos brazos acababan en manos propiamente dichas, con las yemas de los
dedos planas, como las de los seres humanos. Se cree que estos seres eran
carnívoros, pues a su alrededor se han encontrado huesos y cráneos que habían
sido machacados para extraer el tuétano y los sesos.

Quizá la especie más famosa de Australopithecus es la


Australopithecus afarensis, gracias al descubrimiento, en 1974 en Hadar,
Etiopía, de los restos de , una joven mujer de la que se encontraron
52 huesos de un esqueleto semicompleto, con una edad aproximada de 3.2
millones de años. Esta especie trepaba árboles, pero también podía caminar en dos pies. Durante
mucho tiempo se pensó en Lucy como la abuela de la humanidad. Sin embargo, esta especie
pudo haberse extinguido sin que a partir de ella se continuaran las ramas de la evolución
humana. Se enfrentaron a un cambio climático intenso en la sabana de su época, viéndose
obligados a abandonar la dieta vegetariana y empezar a cazar, dando así el origen al género
Homo.

El género Homo

La mayoría de los científicos aceptan que hay dos grandes grupos, o géneros, de homínidos en
los últimos 4 millones de años. Uno de ellos es el género Homo, que apareció hace 2.5 millones
de años y que incluye por lo menos tres especies: Homo habilis, Homo erectus, Homo sapiens.
Uno de los grandes misterios de los estudiosos de la prehistoria es cuándo, cómo y dónde el
género Homo remplazó a los Australopithecus.

Árbol genealógico que representa la


posible evolución del hombre. Hace
algún tiempo, el diagrama hubiera sido
una línea recta, pero en la actualidad
los especialistas piensan que la
situación fue más compleja.
6

Homo Habilis y Homo Erectus

En zonas del este de África se encontraron restos de otros homínidos que existieron al mismo
tiempo que los Australopithecus, lo que viene a demostrar que esta especie de homínidos no era
la única sobre la Tierra hace dos o tres millones de años. Como los homínidos que se encontraron
parecen mucho más "hombres", se les ha puesto el nombre de Homo. La primera especie del
género Homo apareció hace 2.5 millones de años y se dispersó gradualmente por África, Europa
y Asia.

En sus primeras manifestaciones se le conoce como Homo habilis, y tenía


una capacidad craneana de 680 cm3 y su altura alcanzaba el metro y
55cms. Era robusto, ágil, caminaba erguido y tenía desarrollada la
capacidad prensil de sus manos. Sabía usar el fuego, pero no producirlo, se
protegía en cuevas. Vivía de recolectar semillas, raíces, frutos y
ocasionalmente comía carne. Se dice que existió la especie
de Homo ergaster, la cual fue la primera en salir de África hace 1,8 millones de
años y colonizar otros territorios, gracias a lo cual sirvió a su vez de eslabón
entre otras dos especies venideras: Homo erectus (en China y extremo oriente) y
Homo cepranensis u Homo antecesor (en Europa).

La especie que se desarrolló posteriormente a esta se denomina Homo Erectus,


hace 1.5-1.8 millones de años. La diferencia fundamental del Homo Erectus y
los homínidos que lo antecedieron radica en el tamaño, sobre todo del cerebro.
Su cuerpo es la culminación de la evolución biológica de los homínidos: era más
alto, más delgado, capaz de moverse rápidamente en dos pies, tenía el pulgar
más separado de la mano y su capacidad craneana llegó a ser de 1250 cm3. También fabricó
herramientas, como el hacha de mano de piedra, y aprendió a conservar el fuego, aunque no
podía generarlo. Los científicos creen que esta especie se propagó hacia el Norte, por Europa
(hasta Francia) y Asia, durante 4 000 años. Esta especie duró diez veces más tiempo de la que
lleva sobre la tierra el ser humano moderno. Entre los Homo Erectus que se han encontrado
restos están el "Hombre de Java" (700 mil años) y el "Hombre de Pekín" (400 mil años).

✓ Homo antecessor. De mayor altura y cerebro todavía pequeño en comparación con


el Homo sapiens, fueron el primer eslabón humano europeo, que sirvió de peldaño entre
el Homo ergaster y el Homo heidelbergensis, y tal vez sea el único ancestro común entre
los humanos modernos y el Homo neardenthalensis.
✓ Homo heidelbergensis. Surgida hace 600.000 años, poseían grandes cráneos de 1200
cm3 y mandíbulas salientes, mayor apertura nasal y, posiblemente, un primer lenguaje
simbólico. Sus primeros fósiles se hallaron cerca de la ciudad alemana de Heidelberg, y
de allí su nombre.
✓ Homo rhodesiensis. Surgido hace 600.000 años en África, poseía una capacidad craneal
más elevada, entre 1280 y 1325 cm3, y rasgos comunes con
el H. erectus, H. ergaster y H. antecessor. Sin embargo, sus rasgos apuntan ya más al
futuro H. sapiens que a las especies que le fueron contemporáneas, por lo que se trataría
de nuestro antecesor directo.
7

Homo sapiens neanderthalis

Una o más subespecies del Homo Erectus evolucionaron hasta llegar al Homo Sapiens, un nuevo
tipo físico. Los restos más antiguos del Homo Sapiens tienen una edad entre 250 mil y 50 mil
años. En sentido estricto se le denomina Homo Sapiens Neanderthalis: el hombre de
Neanderthal. Recibe este nombre por el lugar dónde se encontró el primer cráneo que
demostraba la existencia de su especie, en el valle de Neander, en Alemania.

Los hombres de Neanderthal tenían el cerebro de mayor tamaño y el cráneo


distinto que del Homo Erectus. Su mentón estaba hundido y su constitución era
muy gruesa. Esta especie se encontró desde Europa occidental y Marruecos hasta
China, pasando por Irak e Irán.

Los Neanderthales estaban más capacitados y eran


mentalmente más avanzados que ningún otro ser que
hubiera habitado en la Tierra anteriormente. Esta
especie humana vivió la última glaciación y se adaptó a
ella construyendo hogares excavados en el suelo o
en cavernas y manteniendo hogueras
encendidas dentro de ellos. Los Neanderthales que
vivían en las zonas del norte de Europa fueron
cazadores y se especializaron en atrapar a los grandes
mamíferos árticos: el mamut y el rinoceronte lanudo, cuyos restos
llevaban arrastrando hasta la entrada de sus cuevas, en donde los
cortaban en pedazos.

Los hombres de Neanderthal se cubrían con pieles y disponían de mejores útiles de piedra que
sus antepasados. Además, realizaban una actividad novedosa: enterraban a sus muertos con gran
esmero (p.a.. en Asia se encontró un niño de Neanderthal enterrado entre un círculo de cuernos
de animales). Los muertos no sólo eran enterrados cuidadosamente, sino que también el muerto
era provisto de utensilios y comida. Es posible que los enterramientos y los vestigios de rituales
en los que aparecen animales señalen los inicios de la religión. Tal vez creían ya en una especie
de continuación de la vida después de la muerte.

El hombre de Neaderthal desapareció bruscamente, su lugar fue ocupado por los hombres
modernos, hace unos 35 mil años.
8

Homo Sapiens Sapiens

Después del Neanderthal vino el Homo Sapiens Sapiens, que es la


especie a la cual pertenecemos los seres humanos modernos. Se
han encontrado restos de los primeros miembros de esta rama en el
Cercano Oriente y los Balcanes, fechados entre el 50 mil y el 40 mil
antes de Nuestra Era. Quizá avanzaron hacia el norte y occidente a
medida que retrocedía el hielo. Estos seres humanos también
cruzaron el estrecho de Bering, penetrando así en el continente
americano y llegaron a Australia hace unos 25 mil años.

Los Homo Sapiens Sapiens se extendieron por la Tierra más que


ninguno de los primates anteriores. Un grupo prehistórico de esta
especie fueron los hombres de Cro-Magnon (32 mil años), llamados así por la cueva cercana a la
aldea de Les Eyzies, Francia, donde fueron hallados sus restos óseos. Los Cro-Magnones
vivieron la última glaciación y aunque su cerebro no era mayor que el del hombre de
Neanderthal, le dieron nuevos usos pues, entre otras cosas, hicieron y mejoraron muchos
instrumentos y armas. Los Cro-Magnones son también los artistas más antiguos. El hombre
actual no difiere básicamente ni en capacidad cerebral, ni en postura, ni en otros rasgos físicos,
del modelo que la evolución había logrado en el hombre de Cro-Magnon.

Para los biólogos, todos los seres humanos formamos parte de la misma especie (Homo Sapiens
Sapiens) aunque hay distintas razas. Las líneas generales de distribución racial se iniciaron en la
Prehistoria. Desde el punto de vista físico se pueden reconocer por lo menos cuatro categorías
raciales fundamentales: negroide, caucasoide, mongoloide, australoide.

Lo que dio al hombre moderno su control sobre la Tierra no fue su físico, sino su capacidad de
aprovechar y transmitir a sus descendientes la información cultural por medio de su inteligencia.

¿Qué define entonces al ser humano como humano? El ser humano es el único mamífero que
puede mantener una posición erguida sostenida y tiene un aparato locomotor bípedo, es decir,
que camina y se sostiene por el tiempo que quiera sobre sus dos piernas. De los demás homínidos
se diferencia en particular, porque puede articular un lenguaje y porque el tamaño y la capacidad
de su cerebro son mayores. En el cerebro humano reside, además, la información que le permite
manipular con sus manos toda clase de objetos a la par que crea tecnologías o mecanismos para
hacer más efectiva su relación con el medio ambiente. De no ser así, el ser humano no hubiera
podido sobrevivir, puesto que su condición física es muy frágil.

La inteligencia humana es también muy particular, lo cual quiere decir que otras especies
animales y hasta vegetales no tengan una inteligencia y una sensibilidad también. Los científicos
han definido la inteligencia como el proceso que, en los humanos, integra varias habilidades
como la manipulación, el lenguaje gestual y verbal y la capacidad memorística asociativa e
imitadora. El ser humano es el único, al parecer, que tiene la capacidad de observarse a sí
mismo, de reflexionar sobre sus actos e identificarse con un yo individual, no como los animales
que tienen un principio de identificación colectivo.
9

Finalmente, el ser humano tiene la capacidad para dedicarse a la creación consciente, ya sea el
arte, la tecnología, y a reflexionar sobre la existencia de un ser o seres superiores (Dios o dioses)
a los que ha venerado siempre en muy diversas y riquísimas expresiones religiosas. Como
podemos observar, el ser humano se ha transformado no sólo en su constitución física, sino
también en su conducta y en sus actividades. Este último aspecto nos lleva a lo que se ha
llamado la segunda fase de la hominización: la cultura.

La cultura es el conjunto de respuesta que nuestros antepasados han creado, y nosotros seguimos
creando, para satisfacer necesidades materiales y espirituales. La cultura es el modo de vida que
identifica y caracteriza a una sociedad: abarca la vivienda, la alimentación, los instrumentos de
trabajo, las costumbres, las normas, los valores y formas de organización política y hasta los
conocimientos científicos, las expresiones artísticas y las creencias religiosas. La cultura se
transmite, por la educación, de generación en generación y ha contribuido a hacernos más
humanos y diferentes de los animales.

Resulta imposible hacer predicciones sobre el futuro de la humanidad. Hoy sabemos que el
vehículo de nuestra evolución siempre ha estado moviéndose y que la cultura y la tecnología, así
como la existencia de muchas personas vivas genéticamente diversas, pueden funcionar como
aceleradores más que como frenos. Como dijo Carl Sagan, sosteniendo una postura minoritaria
en su tiempo: "No hay razón para pensar que el proceso evolutivo se ha detenido. El hombre es
un animal de transición".

Referencias bibliográficas

Andrade, A. (2010). Adaptación al cambio climático basada en ecosistemas. En: Naranjo, G.


(ed.) Cambio climático en un paisaje vivo: Vulnerabilidad y adaptación en la Cordillera Real
Oriental de Colombia, Ecuador y Perú. WWF – Fundación Natura. Cali, Colombia, pp. 65-74.

GTZ – CDB (2010). Diversidad biológica y medios de vida: Beneficios de REDD Eschborn,
Alemania

IUCN (2009). Ecosystem-based Adaptation: a natural response to climate change. Gland,


Switzerland.

ELAN (2011). Red de Adaptación de los Ecosistemas y Medios de Vida. [En línea] Disponible
en: http://www.elanadapt.net/es [Consulta: 1/10/2011]

Reich, David; Richard E. Green, et al. (2010) «Genetic history of an archaic hominin group from
Denisova Cave in Siberia». Nature, 468(1012): 1053–1060.

Mendez et al. 2013. An African American Paternal Lineage Adds an Extremely Ancient Root to
the Human Y Chromosome Phylogenetic Tree. The American Journal of Human Genetics - 7
March 2013 (Vol. 92, Issue 3, pp. 454-459)
10

López Moratalla, Natalia (2007). La dinámica de la evolución humana. Eunsa. ISBN 978-84-
313-2438-4.

Guillén-Salazar, F. (2005). Existo, luego pienso: los primates y la evolución de la inteligencia


humana. Madrid: Ateles Editores

Fuentes Internet:

http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/historia/histdeltiempo/mundo/pr
ehis/t_evolu.htm

http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/historia/histdeltiempo/mundo/pr
ehis/t_cere.htm

http://www.cyberpadres.com/articulos/aranda/evoluc/cambios.htm

http://pobladores.lycos.es/territorios/aficiones/Cueva_de_la_Arqueologia/pagina/6

http://www.geocities.com/eureka/3750/icono2.htm

https://concepto.de/evolucion-del-hombre/
11

También podría gustarte