Devocionario de Las Almas Del Purgatorio
Devocionario de Las Almas Del Purgatorio
Devocionario de Las Almas Del Purgatorio
Acto de contrición.
En lugar del Padre Nuestro se reza una Salve
En lugar del Ave María se dice:
- Por tu Santo Escapulario, Virgen del Monte Carmelo.
Se contesta:
- Cúbrela con tu manto y llévala pronto al Cielo
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ROSARIO POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
PRIMER MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre, en la noche de vuestra dolorosa
Pasión y cruel agonía en el huerto de las Olivos. Y vosotras,
almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que
deseamos conseguir por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin
pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
SEGUNDO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre con el tormento de los crueles azotes
que sufristeis amarrado a una columna. Y vosotras, almas
santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola
diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado
concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos.
TERCER MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió Vuestro amantísimo Corazón y el de
vuestra Purísima Madre con la cruel coronación de espinas,
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burlas y escarnios. Y vosotras, almas santas, alcanzadnos
del Señor las gracias que deseamos conseguir por
intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros
que recurrimos a Vos.
CUARTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre en el encuentro de la calle de la
Amargura caminando con pesada cruz de nuestros pecados.
Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir por intercesión de la Santísima
Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María!
sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a
Vos.
QUINTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las
sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo
corazón y el de vuestra Purísima Madre en las tres horas
de mortal agonía y afrentosa muerte en la Cruz. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir por intercesión de la Santísima
Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh
María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que
recurrimos a Vos.
Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve. Pedid con
fe y recibiréis.
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Coronilla a las Almas del Purgatorio
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La oracion por las Benditas almas del Purgatorio es el más
maravilloso acto de amor que a un alma se puede dar.
Coronilla:
Introducción:
Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como
una fuente de Misericordia para nosotros, en Ustedes confío.
(Se repite tres veces)
Padrenuestro, Avemaría y Credo.
Amén
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Para convencerlos de que es así, los invito a considerar que
las almas en pena experimentan gran refrigerio por el hecho
de que al orar por ellas, lo hacen en Mi Voluntad. Consideren
que son contrarias a ciertas oraciones de ustedes pidiendo
inmediata liberación.
Ellas no quieren liberación sino cuando Yo la quiero.
Consideren también qué suma de sacrificios Me He impuesto
por amor de ellas y cuán feliz soy de haberlas llevado a
salvo. Por eso, reflexionen bien en que Yo Soy la rueda
motriz de sus oraciones; que no las hacen por casualidad o
por idea suya, sino por Mi Voluntad.
¿De esto sigue que tal vez debo escucharlos en poco tiempo
o después de mucho tiempo? No es cuestión de tiempo, sino
de cumplimiento de Mis condiciones particulares que pongo
respecto del alma que ha de ser liberada o de la persona o
personas que Me imploran.
No hay regla en cuanto a que, fuera de Mi liberalidad
(caridad, disposición), la salvación del alma purgante
depende del cumplimiento de las condiciones puestas por Mí.
Y no es la última de estas condiciones la obtención, de parte
del que Me implora, de un cierto grado de amor Divino que
varía de persona a persona.
Todo está armoniosamente fusionado y Mi obra de salvación
tiene admirable corona en la liberación de las penas
agudísimas del Purgatorio.
Ciertamente, el poder sobre aquellas almas es absoluta
prerrogativa Mía. Y la Iglesia en la tierra está plenamente en
la verdad, incluso en esta materia como en todas las otras
que son propias de los viadores. ¡Ah, si se comprendiera qué
materno afán mueve a Mi Iglesia a orar por los difuntos y,
sobre todo, si se comprendiera al menos un poco de aquella
conclusión de las oraciones que pone la Iglesia cuando
implora acogida por Mis méritos, o bien, por el honor Mío!
En cambio, podría continuar mucho camino. Más bien Me
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limito a decirles que las almas del Purgatorio, liberadas por Mí
con sus oraciones y con los ofrecimientos que Me hacen, los
consideran como queridísimos hermanos a los cuales deben
su felicidad en plano subordinado.
Por eso, no pueden ustedes imaginar qué gratitud les tienen
y cómo Me piden por ustedes...
Ustedes las sacan de las penas más fuertes que pueden
existir en un alma buena y, ¿cómo no van a estarles
agradecidas por ello? Ven Mi bondad, pero ven también su
ayuda y saben corresponder por el don que se les hace,
con un amor muy ardiente.
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Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis
maestros y pastores de almas.
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los caídos en los campos de
batalla. Ayudad a los sepultados en los
mares.
Ayudad a los muertos repentinamente.
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
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