Devocionario de Las Almas Del Purgatorio

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DEVOCIONARIO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN POR LAS BENDITAS


ALMAS DEL PURGATORIO

Este rosario consta de cinco decenas aplicadas a las benditas


almas del purgatorio.

Acto de contrición.
En lugar del Padre Nuestro se reza una Salve
En lugar del Ave María se dice:
- Por tu Santo Escapulario, Virgen del Monte Carmelo.
Se contesta:
- Cúbrela con tu manto y llévala pronto al Cielo

En lugar de Gloria se dice:


Dale Señor, el descanso eterno y brille para ella la luz
perpetua.
Descansen en Paz. Amen.

No dejes de utilizar el poder que se dignó concederte tu


Unigénito Hijo, especialmente en este día. Amen.

Oh Jesus, siempre justo en la sentencia.


Por las almas benditas yo te ofrezco todo ayuno, vigilia o
abstinencia y cualquier obra buena en que merezca.
Todo el rezo, el trabajo, la indulgencia.
Lo que sufro,callo y padezco.
Y ofrezco, por alivio en sus quebrantos, los meritos de Cristo y
de los Santos.
Piadosisimo Jesus, mira con benignos ojos las almas de
los fieles difuntos, por los cuales has muerto,
derramado tu sangre, y recibido tormentos de la Cruz.

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ROSARIO POR LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO

Este rosario consta de cinco decenas aplicadas a las


benditas almas del purgatorio.

PRIMER MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre, en la noche de vuestra dolorosa
Pasión y cruel agonía en el huerto de las Olivos. Y vosotras,
almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias que
deseamos conseguir por intercesión de la Santísima Virgen,
saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin
pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

SEGUNDO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre con el tormento de los crueles azotes
que sufristeis amarrado a una columna. Y vosotras, almas
santas, alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos
conseguir por intercesión de la Santísima Virgen, saludándola
diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María! sin pecado
concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos.

TERCER MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió Vuestro amantísimo Corazón y el de
vuestra Purísima Madre con la cruel coronación de espinas,
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burlas y escarnios. Y vosotras, almas santas, alcanzadnos
del Señor las gracias que deseamos conseguir por
intercesión de la Santísima Virgen, saludándola diez veces
con la jaculatoria.
¡Oh María! sin pecado concebida, rogad por nosotros
que recurrimos a Vos.

CUARTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y
convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones
de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre en el encuentro de la calle de la
Amargura caminando con pesada cruz de nuestros pecados.
Y vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir por intercesión de la Santísima
Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh María!
sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a
Vos.

QUINTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio
y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las
sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo
corazón y el de vuestra Purísima Madre en las tres horas
de mortal agonía y afrentosa muerte en la Cruz. Y
vosotras, almas santas, alcanzadnos del Señor las gracias
que deseamos conseguir por intercesión de la Santísima
Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria. ¡Oh
María! sin pecado concebida, rogad por nosotros que
recurrimos a Vos.
Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve. Pedid con
fe y recibiréis.

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Coronilla a las Almas del Purgatorio

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La oracion por las Benditas almas del Purgatorio es el más
maravilloso acto de amor que a un alma se puede dar.

Orar por ellas es una demostración de fe en el Reino


prometido por Jesús, es una prueba de amor por aquellos que
más lo necesitan ya que nada pueden hacer por cuenta
propia para acortar sus penas, y es un gesto de unión en la
Comunión de los santos, de la iglesia peregrina en la tierra,
con la iglesia purgante que está camino a la Iglesia
Glorificada, la de los santos que estan en el Cielo.

Les presentamos esta coronilla a las Almas del Purgatorio,


breve y simple de rezar, para que nos unamos cada día al
pedido que Jesús le hizo a tres almas santas: a Santa
Gertrudis la grande, a Santa Faustina Kowalska y a Sor Maria
Consolata Betrone. A estas tres esposas Jesús les pidió
especial devoción por las almas purgantes, les mostró los
sufrimientos de las almas en el lugar de la purificación, les
enseñó el misterio del purgatorio, y también les entregó
oraciones para realizar por las almas.
Conjugando las revelaciones que Jesús hizo a estas tres
almas es que surge esta

Coronilla:

Se reza con las cuentas de un Rosario tradicional.

Introducción:
Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como
una fuente de Misericordia para nosotros, en Ustedes confío.
(Se repite tres veces)
Padrenuestro, Avemaría y Credo.

Jaculatoria, se reza antes de iniciar las cuentas pequeñas:


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Padre Eterno, te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Tu Amadisimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
en unión con las Misas celebradas hoy en todo el mundo, por
las Benditas Almas del Purgatorio, y por los pecados y
pecadores del mundo entero.

En cada una de las diez cuentas de cada decena se reza:


Jesús, María os amo, salvad las almas.

Entre las decenas se reza la Jaculatoria.

Al final del Rosario, se reza en las tres últimas cuentas antes


de la Cruz: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten
piedad de nosotros y del mundo entero.

REQUIEM PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Oración por las Benditas Ánimas del Purgatorio

María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por


las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de
caridad o de justicia.

Dios te salve María...


Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más


abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú,
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Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la
Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen
así el eterno descanso.
Dios te salve María...

Dales, Señor, el descanso eterno.


Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que


han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para
que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas
misericordias del Señor.
Dios te salve María...

Dales, Señor, el descanso eterno.


Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial


por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo
y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya
que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas
y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo.
Dios te salve María...

Dales, Señor, el descanso eterno.


Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.

María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por


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aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas
sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no
podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por
ellas, y Dios escuchará tu oración.
Dios te salve María...

Dales, Señor, el descanso eterno.


Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Así sea.

Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las


benditas ánimas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás,
si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía,
pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar
defraudado.

Amén

Oracion por los Difuntos

María Valtorta fue una mística italiana que gozó de la Gracia


de Dios en la forma de revelaciones de Su Vida en Palestina
dos mil años atrás. Su obra cumbre, "Poema del Hombre-
Dios" alimenta el alma de sincero amor a Cristo.

Oración por los difuntos (dictada a María Valtorta): Escrito del


24 de octubre de 1944.

Dice María Valtorta: ...escribo todo lo que Jesús dicta:


Ruega así por ellos:
¡Oh Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has
mostrado cómo serán eternamente los 'hijos de Dios',
concede la santa resurrección a nuestros seres queridos,
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fallecidos en tu Gracia, y a nosotros, en nuestra hora. Por el
sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los
méritos de todos los Santos, abre tu Reino a sus espíritus.

¡Oh Madre!, cuya aflicción finalizó con la alborada pascual


ante el Resucitado y cuya espera de reunirte con tu Hijo
cesó en el gozo de tu gloriosa Asunción, consuela nuestro
dolor librando de las penas a quienes amamos hasta más
allá de la muerte, y ruega por nosotros que esperamos la
hora de volver a encontrar el abrazo de quienes perdimos.

Mártires y Santos que estáis jubilosos en el Cielo, dirigid una


mirada suplicante a Dios, y una fraterna a los difuntos que
expían, para rogar al Eterno por ellos y para decirles a ellos:
'He aquí que la paz se abre para vosotros'.

Amados, tan queridos, no perdidos sino separados, que


vuestras oraciones sean para nosotros el beso que añoramos,
y cuando por nuestros sufragios estaréis libres en el beato
Paraíso con los Santos, protegednos amándonos en la
Perfección, unidos a nosotros por la invisible, activa, amorosa
Comunión de los Santos, anticipo de la perfecta reunión de
los 'benditos' que nos concederá, además de gozarnos con la
visión de Dios, el encontraros como os tuvimos, pero
sublimados por la gloria del Purgatorio.
RECEN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO -
Estas son las palabras de Jesús en nuestro idioma.

Gozosa y gloriosa el alma liberada, pasa de las penas del


Purgatorio a las delicias del Paraíso, rodeada de luces,
cargada de Celestiales dones. Cuando se pide la liberación de
las almas purgantes se mueve todo el Cielo hacia Mí y, si ve
que Yo quiero liberar alguna, se une a la oración que se hace
en la tierra en apoyo y complemento de la misma oración. Y
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es necesario ese apoyo, porque con mucha frecuencia los
motivos que mueven a los viadores (Jesús usa en este texto
esta palabra, que significa: criatura que está en esta vida y
aspira y camina a la eternidad) a pedirme la liberación de las
almas purgantes, son de orden puramente humano o
insuficientemente sobrenaturales.
Por eso, mientras recibo peticiones de la tierra, recibo
también peticiones del Cielo en favor de las almas del
Purgatorio; pero los Bienaventurados nunca piden sin ser
escuchados, por lo cual, si no ven que Yo quiero conceder la
liberación, no piden nada.
De ahí se signe que la acogida favorable está condicionada
para todos a Mi Querer, en el cual luego se genera el
movimiento de oración ya sea en ustedes, ya en Mis
Bienaventurados. Si se sienten movidos a orar es porque Yo
quiero dar liberación y gloria a algún alma, pero en el tiempo
y con el modo por Mí establecidos.
¿Quién piensa que Yo Soy el primero en querer el gozo de
aquellas almas salvadas pero sufrientes?
¿Quién reflexiona en que sin Mi querer no Me pedirían ni por
una ni por otra alma del Purgatorio?
La criatura que está en la tierra cree que hace todo por sí
misma, mientras que nada puede sin Mí. ¡Nada! ¿Quién de
ustedes comprende la nada? ¡Más bien, muchos piensan que
acumulando oraciones y oraciones se logra moverme, como
si Yo fuese duro de Corazón y tuviese necesidad de Mi
criatura para socorrer!
Oren, oren siempre y pidan, les digo Yo: Pidan, pero con
espíritu humilde, sencillo, reconociendo que es Mi bondad la
que puede obrar el milagro de la liberación. Y sobre todo,
oren por el motivo que Yo quiero, porque ninguna razón
humana puede igualar a Mi Voluntad que dispone todo en
ustedes para la acogida de la oración que Me hacen.

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Para convencerlos de que es así, los invito a considerar que
las almas en pena experimentan gran refrigerio por el hecho
de que al orar por ellas, lo hacen en Mi Voluntad. Consideren
que son contrarias a ciertas oraciones de ustedes pidiendo
inmediata liberación.
Ellas no quieren liberación sino cuando Yo la quiero.
Consideren también qué suma de sacrificios Me He impuesto
por amor de ellas y cuán feliz soy de haberlas llevado a
salvo. Por eso, reflexionen bien en que Yo Soy la rueda
motriz de sus oraciones; que no las hacen por casualidad o
por idea suya, sino por Mi Voluntad.
¿De esto sigue que tal vez debo escucharlos en poco tiempo
o después de mucho tiempo? No es cuestión de tiempo, sino
de cumplimiento de Mis condiciones particulares que pongo
respecto del alma que ha de ser liberada o de la persona o
personas que Me imploran.
No hay regla en cuanto a que, fuera de Mi liberalidad
(caridad, disposición), la salvación del alma purgante
depende del cumplimiento de las condiciones puestas por Mí.
Y no es la última de estas condiciones la obtención, de parte
del que Me implora, de un cierto grado de amor Divino que
varía de persona a persona.
Todo está armoniosamente fusionado y Mi obra de salvación
tiene admirable corona en la liberación de las penas
agudísimas del Purgatorio.
Ciertamente, el poder sobre aquellas almas es absoluta
prerrogativa Mía. Y la Iglesia en la tierra está plenamente en
la verdad, incluso en esta materia como en todas las otras
que son propias de los viadores. ¡Ah, si se comprendiera qué
materno afán mueve a Mi Iglesia a orar por los difuntos y,
sobre todo, si se comprendiera al menos un poco de aquella
conclusión de las oraciones que pone la Iglesia cuando
implora acogida por Mis méritos, o bien, por el honor Mío!
En cambio, podría continuar mucho camino. Más bien Me
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limito a decirles que las almas del Purgatorio, liberadas por Mí
con sus oraciones y con los ofrecimientos que Me hacen, los
consideran como queridísimos hermanos a los cuales deben
su felicidad en plano subordinado.
Por eso, no pueden ustedes imaginar qué gratitud les tienen
y cómo Me piden por ustedes...
Ustedes las sacan de las penas más fuertes que pueden
existir en un alma buena y, ¿cómo no van a estarles
agradecidas por ello? Ven Mi bondad, pero ven también su
ayuda y saben corresponder por el don que se les hace,
con un amor muy ardiente.

¡Oren por ellas, oren! Yo los escucharé y ellas les ayudarán a


evitar el purgatorio. Lo que hacen por ellas, recuerden, Yo lo
considero como hecho a Mí.

ORACIÓN PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia,


apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis
queridos padres y antepasados.

A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!

Ayudad a mis hermanos y parientes.


Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
Ayudad a cuantos debo amor y oración.
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Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayudad a los que han faltado contra mí.
Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.
Ayudad a los que os desean más ardientemente.
Ayudad a los que sufren más.
Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
Ayudad a los que menos auxilio reciben.
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras
buenas.
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos
Sacramentos.
Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia
se han salvado.
Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus
súbditos.
Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon
del dinero y del placer.
Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus
riquezas o talentos para el cielo.
Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no
acordándose de su propia muerte.
Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa,
estando completamente desprevenidos para el viaje más
importante.
Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto
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más les fue confiado.

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Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis
maestros y pastores de almas.
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los caídos en los campos de
batalla. Ayudad a los sepultados en los
mares.
Ayudad a los muertos repentinamente.
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.

V. Dadles, Señor, a todas las almas el descanso eterno.


R. Y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amén.

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