El Arte de La Guerra Aparicio Baños Eduardo 1109 02
El Arte de La Guerra Aparicio Baños Eduardo 1109 02
El Arte de La Guerra Aparicio Baños Eduardo 1109 02
LICENCIATURA EN CONTADURÍA
“POR MI RAZA
HABLARÁ EL ESPÍRITU”
EL ARTE DE LA GUERRA
Presenta:
EDUARDO APARICIO BAÑOS
Materia:
ADMINISTRACIÓN
Profesor:
AMERICA ROCIO RIVERA DIAZ
El Arte de la Guerra es el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a Napoleón,
Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas. Este libro de dos mil quinientos años
de antigüedad, es uno de los más importantes textos clásicos chinos, en el que, a pesar del tiempo
transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea
útil. Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica militar, sino un tratado
que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana
en los momentos de confrontación. No es, por tanto, un libro sobre la guerra; es una obra para
comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. “la mejor victoria es vencer sin
combatir”, nos dice Sun Tzu, “y ésa es la distinción entre le hombre prudente y el ignorante”.
Sobre la evaluación
Sun Tzu dice: la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte,
el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar
seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que
respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es mas querido; y ello no debe ocurrir entre
nosotros. Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones
entre diversas condiciones de los bandos rivales, con vistas a determinar el resultado de la guerra.
El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el cuarto,
el mando; y el quinto, la disciplina.
Los habitantes constituyen la base de un país, los alimentos son la felicidad del pueblo. El príncipe
debe respetar este hecho y ser sobrio y austero en sus gastos públicos.
Sírvete de una unidad especial para engañar al enemigo atrayéndole a una falsa persecución,
haciéndole creer que el grueso de tus fuerzas está muy lejos; entonces, lanzas una fuerza de ataque
sorpresa que llega antes, aunque emprendió el camino después. Por consiguiente, la lucha armada
puede ser provechosa y puede ser peligrosa. Para el experto es provechosa, para el inexperto
peligrosa.
Movilizar a todo el ejército para el combate en aras de obtener alguna ventaja tomaría mucho
tiempo, pero combatir por una ventaja con un ejército incompleto tendría como resultado una falta
de recursos. Si te movilizas rápidamente y sin parar día y noche, recorriendo el doble de la distancia
habitual, y si luchas por obtener alguna ventaja a miles de kilómetros, tus jefes militares serán
hechos prisioneros. Los soldados que sean fuertes llegarán allí primero, los más cansados llegarán
después - como regla general, sólo lo conseguirá uno de cada diez. Cuando la ruta es larga las tropas
se cansan; si han gastado su fuerza en la movilización, llegan agotadas mientras que sus adversarios
están frescos; así pues, es seguro que serán atacadas. Combatir por una ventaja a cincuenta
kilómetros de distancia frustrará los planes del mando, y, como regla general, sólo la mitad de los
soldados lo harán.
Cuando te halles en un terreno mortal, lucha. Terreno cerrado significa que existen lugares
escarpados que te rodean por todas partes, de manera que el enemigo tiene movilidad, que puede
llegar e irse con libertad, pero a ti te es difícil salir y volver. Cada ruta debe ser estudiada para que
sea la mejor. Hay rutas que no debes usar, ejércitos que no han de ser atacados, ciudades que no
deben ser rodeadas, terrenos sobre los que no se debe combatir, y órdenes de gobernantes civiles
que no deben ser obedecidas. En consecuencia, los generales que conocen las variables posibles
para aprovecharse del terreno sabe cómo manejar las fuerzas armadas. Si los generales no saben
cómo adaptarse de manera ventajosa, aunque conozcan la condición del terreno, no pueden
aprovecharse de él. Si están al mando de ejércitos, pero ignoran las artes de la total adaptabilidad,
aunque conozcan el objetivo a lograr, no pueden hacer que los soldados luchen por él. Si eres capaz
de ajustar la campaña cambiar conforme al ímpetu de las fuerzas, entonces la ventaja no cambia, y
los únicos que son perjudicados son los enemigos.
Por esta razón, no existe una estructura permanente. Si puedes comprender totalmente este
principio, puedes hacer que los soldados actúen en la mejor forma posible. Por lo tanto, las
consideraciones de la persona inteligente siempre incluyen el analizar objetivamente el beneficio y
el daño. Cuando considera el beneficio, su acción se expande; cuando considera el daño, sus
problemas pueden resolverse. El beneficio y el daño son interdependientes, y los sabios los tienen
en cuenta. Por ello, lo que retiene a los adversarios es el daño, lo que les mantiene ocupados es la
acción, y lo que les motiva es el beneficio. Cansa a los enemigos manteniéndolos ocupados y no
dejándoles respirar. Pero antes de lograrlo, tienes que realizar previamente tu propia labor. Esa
labor consiste en desarrollar un ejército fuerte, un pueblo próspero, una sociedad armoniosa y una
manera ordenada de vivir.
Sobre la topología
Algunos terrenos son fáciles, otros difíciles, algunos neutros, otros estrechos, accidentados o
abiertos. Cuando el terreno sea accesible, sé el primero en establecer tu posición, eligiendo las
alturas soleadas; una posición que sea adecuada para transportar los suministros; así tendrás
ventaja cuando libres la batalla. Cuando estés en un terreno difícil de salir, estás limitado. En este
terreno, si tu enemigo no está preparado, puedes vencer si sigues adelante, pero si el enemigo está
preparado y sigues adelante, tendrás muchas dificultades para volver de nuevo a él, lo cual jugará
en contra tuya. Cuando es un terreno desfavorable para ambos bandos, se dice que es un terreno
neutro. En un terreno neutro, incluso si el adversario te ofrece una ventaja, no te aproveches de
ella: retírate, induciendo a salir a la mitad de las tropas enemigas, y entonces cae sobre él
aprovechándote de esta condición favorable. En un terreno estrecho, si eres el primero en llegar,
debes ocuparlo totalmente y esperar al adversario. Si él llega antes, no lo persigas si bloquea los
desfiladeros. Persíguelo sólo si no los bloquea. En terreno accidentado, si eres el primero en llegar,
debes ocupar sus puntos altos y soleados y esperar al adversario. Si éste los ha ocupado antes,
retírate y no lo persigas. En un terreno abierto, la fuerza del ímpetu se encuentra igualada, y es difícil
provocarle a combatir de manera desventajosa para él. Entender estas seis clases de terreno es la
responsabilidad principal del general, y es imprescindible considerarlos. Éstas son las
configuraciones del terreno; los generales que las ignoran salen derrotados.