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¿Como Cambio Mi vida, tras la pandemia COVID-19?

INTRODUCCION

Aún recuerdo aquel 31 de diciembre del 2019 a unas horas de recibir el año 2020
mientras estaba pidiendo que sea un buen año para todos. En las primeras dos semanas
empezaba a escuchar sobre un virus extraño en China que afectaba en las vías
respiratorias. No le ponía mucha atención porque creía que era como la influenza, que
pronto se solucionaría y que sería controlado. Conforme pasaban los días, la situación se
marcaba complicada… Europa empezaba a tener este contagio con las mismas
características que sufrían los contagiados en China. Al pasar las semanas, en las
noticias indicaban que había contagios en Estados Unidos. Mientras tanto en nuestro país
los comentarios eran, sobre esta situación y eran las preguntas: ¿llegará a México el
virus? ¿Es muy fuerte? ¿Cambiará el ritmo de nuestra vida?

Dentro de los antecedentes de la pandemia, resalta que el 30 de enero de 2020, la


Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la COVID-19 como “emergencia de
salud pública de alcance internacional”

Para el 11 de marzo del 2020 fue denominada como pandemia (Bedford et al., 2020). En
México comenzaron las actividades de prevención cuando se diagnosticó el primer caso
de COVID-19, el cual se identificó el 27 de febrero del 2020 y el 24 de marzo fue el inicio
de la Fase 2 de contingencia sanitaria, fecha en la que se establecieron medidas más
estrictas de distanciamiento social, confinamiento y restricción laboral.

México declaró la emergencia sanitaria el 30 de marzo del 2020 y se llevó a cabo la


ampliación de la Jornada Nacional de Salud de Sana Distancia y con ello se dieron a
conocer las medidas de seguridad para evitar la propagación del virus.

Por este motivo es que se hace evidente y necesario hacer un balance general de las
causas y las consecuencias que la pandemia de la COVID-19 ha tenido de manera
personal.
La crisis sanitaria originada por un nuevo coronavirus llamado SARS-CoV-2, un virus
fácilmente transmisible entre personas y con aparente alta tasa de letalidad, ha
modificado drásticamente la vida de miles de millones de personas en todo el mundo. Las
implicaciones que la pandemia ha tenido abarcan prácticamente todas las áreas de la vida
humana y van desde la salud pública y la economía, hasta la violencia intrafamiliar y los
flujos migratorios.

Bajo este escenario global, México ha tenido que enfrentar la peor crisis económico-
sanitaria de su historia, con un ilimitado número de carencias en infraestructura,
equipamiento médico además de recurso humano insuficiente, información para la toma
de decisiones, entre muchas más. Nunca antes se habían conjuntado tantos elementos
en donde la salud de todos los mexicanos se viera tan vulnerada y comprometida a la vez,
por una economía mermada, frágil y en picada. El nivel de incertidumbre con la que
millones de mexicanos hemos tenido que tomar decisiones ha sido lamentable. En crisis
como ésta resalta el papel indispensable que debe jugar el Estado. El Estado debe ser el
principal garante de la seguridad de los ciudadanos, de su salud, de su patrimonio y de su
bienestar. Es la institución que debe intervenir con toda su fuerza y con todos sus
instrumentos para enfrentar la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales, de
tal forma que pueda asegurar que las condiciones de cada uno de los ciudadanos sean
las mejores posibles en el corto y en el mediano plazo. Su esfera de acción es en todas
las áreas y debe enfrentar la crisis de forma integral, pues las implicaciones de una
pandemia de las características de la COVID-19 son tales que afecta la vida en todas sus
expresiones. El papel del gobierno en turno es, por tanto, fundamental.

Cuando comenzó la pandemia actual, como medida principal para evitar la propagación
del SARS-CoV-2, se optó por el aislamiento de casos, y después se activó el proceso de
cuarentena, confinamiento y distanciamiento social. Dichas acciones son consideradas
como parte de las medidas preventivas en la salud pública.

Se entiende por cuarentena a la restricción voluntaria u obligatoria de aquellas personas


que han estado en exposición de contagio o se encuentren contagiadas.
El aislamiento es, entonces, la separación de las personas contagiadas de las sanas.
El distanciamiento social conlleva a la restricción del contacto e interacción entre las
personas manteniendo cierta distancia física y evitando el contacto entre ellas, por lo que
su aplicación ha requerido el cierre de lugares de concentración poblacional tales como
escuelas, centros comerciales, centros recreativos, etcétera. Por su parte,
el confinamiento es una intervención dada por las autoridades ante la mala respuesta de
medidas preventivas, en la cual se aplica el aislamiento temporal a toda la población.

La pandemia de COVID-19 ha sido un reto para todo el mundo y ha alterado la forma en


que vivimos. Los seres humanos hemos estado expuestos a algo que amenaza nuestra
salud y seguridad durante bastante tiempo, y esa amenaza aún no se ha eliminado por
completo. Cuando reconocemos esto y lo normalizamos, puede ser muy tranquilizador.

La situación actual de la población durante el confinamiento por COVID-19 ha provocado


cambios severos en la alimentación, pues se ha visto influenciada por diferentes factores
como económicos, conductuales, laborales, sociales y emocionales que han favorecido el
incremento de malos hábitos alimenticios, alto consumo de comida azucarada y un
descontrol en el horario de alimentación y han causado el desarrollo de obesidad y
trastornos emocionales. Por ello, se debe fomentar entre las personas la planificación de
horarios de alimentación, organización de colaciones naturales o con alimentos bajos en
azúcares como intermedios de comida, tomar suficiente agua al día y evitar la compra de
alimentos procesados con el fin de no tenerlos al alcance. Todo esto creará hábitos
alimenticios saludables.

Los tres pilares de la salud sostenible son la dieta, el ejercicio y el sueño saludable. Este
último se define como un sueño de duración, calidad y tiempo adecuado. En este sentido,
es de suma importancia prestar atención a las alteraciones que han surgido durante la
actual pandemia. Bajo estas circunstancias, se han hecho presentes situaciones
estresantes en la vida como cambios en un nivel personal y amenazas al bienestar
psicológico o físico que pueden desencadenar alteraciones del sueño. Dichos cambios
han sido causados por las medidas preventivas para evitar la propagación del SARS-CoV-
2, que resultaron en aumento de estrés. Como consecuencia de que las personas se
acuestan más tarde de lo acostumbrado, y pasan a la vez más tiempo sin dormir, se
descuidó la higiene del sueño. Al respecto, se ha demostrado que existe un aumento en
las alteraciones de la calidad del sueño. Aproximadamente, una tercera parte de la
población en confinamiento ha presentado cambios en el ciclo del sueño, lo cual ha
impactado de manera significativa en la presencia y mantenimiento de trastornos
mentales como ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático. El trastorno
más frecuente es el insomnio, el cual se define como la imposibilidad de dormir, mantener
el sueño o su combinación, aunado a la sensación de un sueño no reparador. Este
trastorno es mayor en las mujeres y en adultos mayores; sin embargo, también puede
presentarse en la infancia.

Los trastornos emocionales como depresión, ansiedad y el estrés se asocian con


frecuencia al insomnio, el cual se presenta por causas primarias o secundarias
(comórbidas) derivado de situaciones de estrés.

Cabe mencionar los siguientes impactos que ha tenido la pandemia de maneral general
en la sociedad, pero que afecta de manera importante en la vida diaria de las personas:

 EL IMPACTO EN EL EMPLEO Y LA POBREZA El impacto de la pandemia en los


niveles de pobreza, de ingresos, desigualdad y desempleo se hizo notar desde
mediados de marzo. Se han levantado varias encuestas que apuntan en la misma
dirección. El propio INEGI levantó la primera Encuesta Telefónica de Ocupación y
Empleo (ETOE) al no poder acudir directamente a los hogares. Sin ser
perfectamente comparable con la tradicional Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo (ENOE), la ETOE indica que en abril de 2020, con respecto a la referencia
de marzo, disminuyeron la participación laboral, la población ocupada y las horas
trabajadas de quienes trabajaron. Es decir, se incrementó la subocupación
laboral.13 Los datos son graves. En abril más de 12 millones de personas se
retiraron de la población económicamente activa, ocupados y desocupados
buscando empleo.

 EL IMPACTO EN EL SECTOR EDUCATIVO Por su trascendencia, el sector


educativo ha sido uno de los más afectados por la pandemia de COVID-19.
Durante esta contingencia se ha tenido que recurrir al uso de las tecnologías de la
información y la comunicación para enfrentar el embate de la enfermedad. Aunado
a esto, la autoridad educativa federal ha tomado decisiones que perturban y
retrasan la eficiente y efectiva toma de decisiones. Durante esta pandemia de la
COVID-19, México al igual que el resto de los países del mundo, se ha visto
obligado a tomar medidas extraordinarias para rescatar el ciclo escolar que está
transitando. Ningún sistema educativo en el mundo pudo haber advertido el nivel
de restricción y contingencia que estamos actualmente viviendo; mucho menos,
haberse preparado para enfrentarlo. Por lo que la decisión de continuar con el
rescate del ciclo escolar en este año debe considerarse como una medida
adecuada y pertinente. La política de hacer uso de todos y cada uno de los medios
tecnológicos que se tuvieran a la mano representó la mejor, y quizá única,
iniciativa ante este delicado escenario. Además de que muchos hogares no
cuentan con acceso ni equipo a internet y equipo de cómputo adecuado, es
importante precisar que para tener una educación a distancia efectiva se requieren
también otras capacidades de estudiantes y maestros, infraestructura y diseño de
cursos para la modalidad a distancia. No se trata de tener videoconferencias a una
hora determinada (preestablecida) y con un material diseñado con objetivos
didácticos tradicionales. El riesgo de que se continúe en México con esta
modalidad es que genera estrés en alumnos y maestros, y los niveles de
aprendizaje disminuyen sensiblemente. La política de hacer uso de todos y cada
uno de los medios tecnológicos que se tuvieran a la mano representó la mejor, y
quizá única, iniciativa ante este delicado escenario.

 VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y DEPRESIÓN Un porcentaje alto de mujeres vive


bajo violencias estructurales que en tiempos regulares son perniciosas, pero que
durante la época de confinamiento se han incrementado drásticamente. Muchas
mujeres han quedado con pocas o nulas alternativas para escapar de las
agresiones psicológicas, emocionales y físicas que en muchos casos son
mortales. Los datos del Secretariado General del Sistema Nacional de Seguridad
Pública (SESNSP) muestran un incremento general en la incidencia delictiva
contra las mujeres. En términos globales, tanto los indicadores construidos a partir
de carpetas de investigación abiertas en las fiscalías, como aquellos que se basan
en las llamadas telefónicas de auxilio al número único 911, reflejan una tendencia
ascendente en la incidencia delictiva contra las mujeres.

Finalmente, el aislamiento social, las presiones económicas y la incertidumbre pueden


tener graves consecuencias en la salud mental de la población.

 EL REGRESO A LA “NUEVA NORMALIDAD” Mexico han tomado la riesgosa


decisión de iniciar una reincorporación paulatina a la normalidad, lo que traerá
consigo un latente rebrote de la enfermedad.
Dada la crisis económica y financiera en la que se encuentra inmerso México, la
decisión de una reapertura a las actividades productivas no debería depender
únicamente de lo económico, sino más bien de su complementariedad con lo
sanitario. La estrategia para el regreso a la “nueva normalidad” carece de una
serie de medidas complementarias que permitan el regreso paulatino a la apertura
económica sin descuidar la estabilidad sanitaria
CONCLUSION:

En México, como en el resto del mundo, la pandemia trajo consigo un estancamiento de la


actividad económica y comercial. Casi de manera inmediata se empezaron a sentir los
efectos de esta parálisis en la gran mayoría de las familias del país.

El confinamiento por COVID-19 ha provocado cambios severos en los estilos de vida, los
cuales se manifiestan en una mala alimentación, inactividad física, alteraciones del sueño,
principalmente insomnio y alteraciones mentales como estrés, ansiedad y depresión.

Estas alteraciones propician el desarrollo de una vida sedentaria, la cual favorece la


presencia de enfermedades crónicas no transmisibles como obesidad, diabetes e
hipertensión. Por lo tanto, la información presentada contribuye a que la población
conozca la importancia de los estilos de vida saludables y de esta manera evitar riesgos
en su salud. Se sugiere a los ciudadanos y comunidades organizar y promover estilos de
vida saludables en los hogares, escuelas, centros de trabajo, entre otros, para lograr
manejar adecuadamente los efectos negativos que la pandemia trae consigo y de esta
manera evitar el incremento de enfermedades en tiempos de confinamiento. Cabe resaltar
que aun sin confinamiento los estilos de vida son elementos preventivos para disfrutar de
un buen estado de salud.

El cambio en los estilos de vida como parte de la rutina pueden alterar la salud física y
mental de los individuos. Por lo anterior, se espera que los resultados presentados
contribuyan a la práctica de estilos de vida saludable en un nivel individual y colectivo.
También se busca que a futuro se fomenten intervenciones locales, estatales y nacionales
para promover su práctica. Además, surgen preguntas como las siguientes: 

a) ¿La población en general maneja adecuadamente el término estilos de vida y su


utilidad? b) ¿Los estilos de vida son considerados por la población como un elemento
para disfrutar de la buena salud? Por ende, la divulgación de la información entre la
sociedad resulta trascendental para que logre identificar los estilos de vida saludables y
evite afectaciones por su falta de práctica tanto en pandemia como en la normalidad.
BIBLIOGRAFIA:

REFERENCIAS ELECTRÓNICAS Solano, L., 2020. En su primer año, el presupuesto del


Insabi será de 112 mil 538 mdp. [online]

La Jornada. Disponible en: https://www.jornada.com. mx/ultimas/sociedad/2020/01/04/en-


su-primerano-el-presupuesto-del-insabi-sera-de-112-mil-538- mdp-2305.html. Animal
Político. 2019.

https://signosvitalesmexico.org.mx/rb/wp-content/uploads/2020/10/Pandemia-en-Me%CC
%81xico-SC-1.pdf

https://cienciaergosum.uaemex.mx/article/view/16875/12730

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