Clase 2

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FUNDACIÓN CEYTEC

(Centro de Estudio y Tratamiento de las Enfermedades de la Conducta)

Curso de Capacitación Online: Psicología Integral de la

Práctica Clínica

CLASE Nº 2: Introducción a la Psicología Integral

Lic. Luisina Vidable

En el marco del Curso anual de Psicología Integral de la Práctica Clínica dictado


por la Fundación Ceytec, es que hoy nos encontramos (virtualmente), para adentrarnos
más en esta propuesta que tiene que ver con el abordaje integral de la persona.

Como ya sabemos, esta propuesta no es un “invento” o “una nueva corriente de


psicología”. Los presupuestos en los que se asienta la Psicología Realista son tan
antiguos como actuales, porque actualizamos contantemente la mirada respetuosa de
los clásicos frente a la naturaleza humana. Frente a esa unidad sustancial de cuerpo y
alma que es el hombre.

En esta clase, proponemos sentar las bases la Psicología Realista e


introducirnos en ella. Por eso es que comenzaremos remontándonos al origen, para
conocer los cimientos de la ciencia psicológica en su raíz filosófica. Luego definiremos
a la Psicología, su digno objeto de estudio y su método. Expondremos además, ciertas
nociones antropológicas para entender al hombre y nuestra mirada hacia él. Y
avanzando un poco más nos encontraremos con algunas ideas en relación Psicoterapia.

1. Filosofía y Psicología

Filosofía es un término griego formado por dos partes: filo que significa amor y
sofía que significa sabiduría. Las personas, como seres racionales, buscamos
respuestas. No nos basta que las cosas estén ahí, o simplemente sucedan.

1
Necesitamos conocer la razón de su ser, qué son y cómo están hechas. Necesitamos
saber para qué están las cosas ahí, para que estamos aquí1.

La filosofía parte de esta actitud natural del hombre al conocimiento. Existe una
tendencia innata y original en nosotros al saber. El niño que le pregunta a su madre
porque determinada cosa es así, de alguna manera ya está demandando una razón,
una explicación2. Es esa mirada contemplativa ante las cosas, es esa capacidad de
asombro.

La filosofía estudia las llamadas verdades esenciales, lo que las cosas en sí


mismas son, lo que hace que una determinada cosa sea esa cosa y no otra.

Nos podemos preguntar ¿Qué tiene que ver la filosofía con la psicología? ¿En
qué puntos se relacionan? Eso es justamente lo que pretendemos con estas líneas:
Ubicar a la psicología en su lugar dentro de la filosofía.

Dijimos entonces que la filosofía se va a ocupar de hacernos conocer las


esencias de las cosas. Y es la psicología, como rama de la filosofía, que va a estudiar
aquello que hace que el hombre sea hombre. Se va a encargar de a estudiar la esencia
del mismo.

La propuesta de basar nuestra Psicología en los clásicos de la Filosofía no es un


mero capricho o el empuje innecesario de forzar la realidad. Es, volver al origen de la
ciencia que hoy nosotros abordamos.

Al repasar la Filosofía encontramos a Aristóteles como fundador de la ciencia del


alma. En efecto, el De Anima, así como los otros libros que escribió a cerca de los
vivientes, contiene la primera exposición sistemática de lo que hoy podríamos llamar
una psicología. Aritóteles, pues, no solo representa una síntesis de las diversas
doctrinas de sus predecesores sino que, además y por sobre todo, es quien pone los
cimientos de la Psicología estableciendo su objeto, método, su carácter científico, sus
relaciones con otras disciplinas y, finalmente, desarrollando su contenido temático.

El Filósofo inicia su De Anima con un elogio de la ciencia de la que se propone


tratar. Ella, dice, merece ocupar los primeros puestos entre las ciencias más bellas y
honorables; y esto por una doble razón, a saber, en virtud de la nobleza de su objeto-
pues el alma es el principio de los vivientes-y a causa del rigor de su método. El
conocimiento del alma, concluye Aristóteles, contribuye gradualmente al conocimiento

1
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul
2
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul

2
de la verdad en todos los campos del saber y especialmente en el terreno de la
naturaleza .

2. Psicología: definición, objeto y método de estudio.

2.a- La ciencia del alma

Como dice Santo Tomás, la psicología es la ciencia del “hombre interior”. El


término psicología deriva etimológicamente del griego ψυχή (psykhé) y λογία (logía)
lo que significa el estudio del alma.

El alma es el primer principio vital en aquello que vive entre nosotros3.

El hombre no es el alma, sino un compuesto a partir del alma y del cuerpo4.


En este sentido podemos citar las palabras de J. B. Genta:

Lo humano se envilece y se corrompe cuando pretende ser pura animalidad o pura


espiritualidad. El hombre es una inteligencia carnal: no es ni bestia, ni ángel, ni Dios,
simplemente hombre: horizonte y confín- dice Santo Tomas- entre lo corpóreo y lo incorpóreo
(pág. 42)

El alma es la forma del cuerpo. Y necesita de este, ya que la actividad


inmaterial del pensamiento se apoya en la sensación y en la imagen, a su vez para
expresarse se sirve de un signo material y sensible como un gesto o la voz5.

El alma inteligente es inmortal. En su búsqueda de la verdad tiende hacia la


eternidad de Dios y hacia lo eterno de los seres creados.

Nuestra propuesta apunta mirar al hombre entero, a esa unidad sustancial


de cuerpo y alma.

Es por ello que el estilo de psicología que hacemos lo hemos venido en


llamar “Realista o Integral”. “La Psicología Integral o Realista es el estudio científico
de los procesos mentales, volitivos y afectivos del ser humano, considerado como
totalidad unificada de alma y cuerpo a la luz de los aportes de la tradición
antropológica clásica greco – latina: representada por los grandes clásicos, y
enriquecida por los humanistas y científicos de todos los tiempos. De esta visión

3 S.th I, 75
4 S.th I, 75
5 Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul

3
integral del ser humano se proyectan luego las líneas pragmáticas para una
psicoterapia respetuosa de la naturaleza humana”6.

2.b- Objeto de la psicología

El objeto de la psicología lo podríamos representar en una especie de


círculos concéntricos: es, en general, el ser vivo, pero más especialmente el hombre,
y a su vez el hombre entero, pero más especialmente su vida subjetiva, sensible e
intelectual7.

Su objeto propio es estudiar la naturaleza, las potencias y las operaciones


del alma (actos, pasiones, estados y hábitos) esto es; todo el caudal de la riquísima
experiencia psíquica, desde los fenómenos de la inteligencia y la de la voluntad cuyo
sujeto es el alma sola, hasta los fenómenos la sensibilidad8

Es importante que destaquemos que la psicología estudia al hombre entero.


La psicología es una ciencia que en su historia, en sus diferentes corrientes ha
sufrido reduccionismos que atentan contra su objeto de estudio, el hombre.

La psicología del comportamiento o de la conducta ha reducido al hombre a


un manojo de reflejos condicionados y de conductas. De esta manera ha
desconocido la riquísima vida interior del ser humano. El psicoanalis también ha
tenido su parte en el hecho de desvirtuar el objeto de estudio de la psicología. Esta
corriente ha mirado al hombre en sus sombras, solamente en aquella vida
inconsciente, oscura e impenetrable.

2.c- Fenómenos Psíquicos

Hemos comprendido que el hombre es una unidad sustancial de cuerpo y alma.


El alma anima al cuerpo y este le da la fuerza y la pujanza de su energía vital. El alma
es una y se distingue por una jerarquía de potencias y facultades (intelectuales,
sensitivas y vegetativas).

El alma entera está en la totalidad del cuerpo y en cada una de sus partes (San
Agustín). Toda el alma se manifiesta en una sonrisa o una mirada. Aquí se hacen
patente los fenómenos psíquicos. Estos son una manifestación de nuestra vida íntima,
del mundo interior propio del hombre.

6Randle, Marcos y González Celina. Abordaje Integral de la Persona. Una propuesta del
Proyecto terapéutico de la Fundación CEyTEC. EDIVE, 2018.
7 Verneaux, R., & MEDRANO, L. (1988). Filosofía del hombre. Barcelona: Herder.
8
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul

4
Los fenómenos psíquicos se presentan inmediatamente en el porte, en la risa,
en el gesto. Es esa luminosidad que irradia la inteligencia humana que se hace nítida y
plena en el lenguaje, en el verbo creado para expresar su propia vida9.

Encontramos cierta diversidad en la experiencia psíquica. Es decir, son


diferentes las formas en que se manifiestan estos femémonos en el hombre como
expresión de su intimidad. Citaremos algunos ejemplos para considerar esta realidad:

 Estamos alegres y las cosas que nos rodean se animan y


se nos presentan con soltura, facilidad, el tiempo parece ligero, fugaz.
Nuestra mirada adquiere un brillo distinto, lleno de esperanza.
 Estamos tristes y nos invade la pesadumbre que nos
apoca el ser, ahora el tiempo tiene pies de plomo y es lento. Nuestra
mirada vidriosa mira sin ver, nuestros movimientos parecen más
pesados, todo parece aburrimiento y angustia.
 Somos testigo de la risa de una persona que sonríe frente
a nosotros. Esta puede ser una risa espontánea, franca, cordial o
repulsiva, burlona, despreciable. En cualquier caso, se descubre ante
nosotros el alma noble o innoble, un alma vulgar o una magnánima.

Todo el cuerpo es expresión de una realidad superior, de una intimidad de un


alma.

Los fenómenos psíquicos se diferencian de los fenómenos físicos. Estos últimos


corresponden al mundo exterior, y los primeros al mundo interior propio del hombre.
Existe una radical oposición entre ellos. Los fenómenos psíquicos son:

1º Privados: pertenecen exclusivamente a la persona que los experimenta,


aunque tienden a expresarse y comunicarse, podemos ocultarlos o disimularlos. En
cambio los fenómenos físicos son públicos, son observados desde fuera por todos, se
pueden repetir y verificar cuantas veces se quiera.

2º Personales: no existen las sensaciones ni los sentimiento, o las ideas, sino


mis sensaciones, mis sentimientos, mis ideas. Los fenómenos físicos por el contrario
son anónimos, impersonales.

3º Tienen sentido o finalidad: Todo lo que padecemos o actuamos responde a


una finalidad determinada, tiene que ver con un valor. Los fenómenos físicos carecen
de sentido considerados en sí mismos, son mecánicos, instrumentales.

9
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul

5
4º Inmateriales: las sensaciones, los sentimientos, las imágenes, las ideas, los
actos volitivos son inmateriales, no tienen dimensiones, no ocupan lugar alguno; si
podemos hablar de un dolor más profundo o de una alegría más intensa, pero esto es
sentido figurado o metafórico. La materialidad caracteriza a los femémonos físicos; la
homogeneidad, la uniformidad, la repetición, la resistencia, la inercia definen la
condición de la materia.

2.d- Método de estudio de la Psicología

El método de una ciencia determinada se define en el modo de ser del objeto


que esa ciencia estudia.

Al ser heterogénea la realidad, esta constituida por diversos modos de ser, cada
uno de los cuales identifica a todos los individuos existentes que participan de la misma
naturaleza especifica. El método de la ciencia se adecua y se orienta al modo propio del
objeto al que tiende. De ahí las diferentes ciencias y métodos de conocimiento.

El saber filosófico nos ha permitido distinguir el ser moral del hombre, del ser
físico. A partir de esta distinción podemos encarar el conocimiento del hombre:

1. Objetivar las manifestaciones de su vida interior o moral


2. Objetivar su cuerpo en la mera exterioridad de su estructura
morfológica y de los mecanismos montados en él.

En el primer caso el procedimiento que seguimos es el de la observación interior


o introspección y en el segundo, la observación externa o experimentación.

 El método propio de la psicología es la introspección

La introspección es la observación interior, es un mirar-adentro. Este método


aunque ha sido considerado como subjetivo, es tan objetivo y verdadero como la
observación exterior.

La introspección puede ser directa o indirecta, según se aplique al examen del


propio yo o del yo ajeno. Se trata siempre del hombre interior.

El examen de la intimidad del otro, lo hacemos a través de su fisonomía, de sus


gestos, de sus actitudes, de sus palabras. Lo hacemos a través de su comportamiento.
Los movimientos corporales son signos de un alma que actúa, o mejor, que debe actuar
conscientemente.

Además, la psicología se vale del método de observación externa o


experimentación, teniendo este un valor auxiliar y complementario.

6
Este tipo de método es el propio de las ciencias de la realidad exterior.

El alma está unida sustancialmente al cuerpo. Por medio de este, el alma se


siente a sí misma y padece la acción de las demás cosas sobre ella. Toda sensación
externa o interna, está referida a una excitación o una incitación. Esto quiere decir, la
acción de una cosa física sobre los órganos de los sentidos o una necesidad material
del organismo. La sensación representa la dependencia inmediata del alma respecto
de su cuerpo y de las cosas exteriores.

Entonces es conveniente la aplicación de la observación exterior o la


experimentación al estudio de las condiciones materiales de los fenómenos psíquicos.
Pero en este sentido, la experimentación encuentra una limitación en este tipo de
fenómenos, no puede llegar al fondo de la cuestión. Y esto tiene que ver con lo expuesto
líneas atrás, lo propio de la psicología es la introspección, que permite acceder a esa
intima experiencia, personal u única.

3. Antropología Realista: Naturaleza Humana

Santo Tomás de Aquino siguiendo a Boecio, define a la persona como:


“Sustancia Individual de Naturaleza Racional”

En el hombre el alma “asume de modo eminente” las formas inferiores


vegetativas y sensitivas10. La animalidad está en la humanidad perfeccionada, es decir,
la forma humana (el alma) contiene las perfecciones propias del animal (el ser sensitivo)
pero sobreelevando esas perfecciones a un nivel más alto.

La animalidad, por hallarse en la humanidad, recibe un perfeccionamiento


intrínseco. Da mucho más de sí que cuando se da en el solo animal. El ojo humano ve
más perfectamente que el del animal, aunque llegue menos lejos, porque ve
entendiendo y captando significados.

Además, todo en el hombre es humano, también su animalidad. Nada hay de


animal como tal en el hombre. Su sensibilidad se racionaliza y su afectividad se hace
espiritual.

Pero esta asunción eminente no se da tan perfectamente que no queden


tensiones. En toda personalidad hay sectores que no están plenamente integrados que
explica que haya desequilibrios al menos esporádicos incluso en personas que parecen
muy armónicas y maduras. De todos modos, incluso en quienes tienen problemas lo

10
Tomamos esto de Pithod, A., El alma y su cuerpo, Buenos Aires (1994(, 54-62.

7
que más resalta es la unidad fundamental y trascendente de la persona que no pueden
borrar estos desequilibrios.

 Clasificación de las facultades del hombre:


Conocimiento y Apetito

La psicología se aboca al estudio de la vida consciente del hombre. Este


constituye el objeto principal de dicha ciencia11. La conciencia está en el núcleo de la
vida humana. Es, además un deber esforzarnos por alcanzar la más alta conciencia, es
decir, el completo dominio y conocimiento de nuestros actos12.

“El hombre es un animal racional; es un ser que vive y sabe que vive”. Estas
palabras de Jordan B. Genta nos dejan en claro el modo en que el hombre conoce y
sabe acerca de su propia existencia, se conoce y se sabe.

Siguiendo a Verneaux sabemos que lo que existe es la persona concreta con su


vida de conciencia, su vida psíquica una y múltiple; pero ninguna psicología es posible,
ni en el plano científico ni en el metafísico, sin un trabajo preliminar de abstracción y de
clasificación13.

Por eso es que siguiendo el planteamiento del autor consideraremos la


calificación de los femémonos psicológicos basada en Aristóteles: el funcionamiento de
las cuatro facultades principales del hombre, conocimiento y apetito de orden sensible
y conocimiento y apetito de orden intelectual

Hay que distinguir ante todo dos reacciones fundamentales de un ser consciente
con respecto del mundo: el conocimiento y la apetición. El conocimiento consiste en
dejarse invadir por el objeto y captarlo en sí de un cierto modo. La apetición, o tendencia,
consiste en ir hacia un objeto que se presenta como bueno de un modo u otro.

Por otra parte, cada una de estas reacciones puede efectuarse en dos planos
que llamaremos sensible e intelectual según que el objeto sea concreto e individual o
abstracto y general.

Habrá pues cuatro funciones psicológicas principales:

11
Verneaux, R., & MEDRANO, L. (1988). Filosofía del hombre. Barcelona: Herder.
12
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul
13
Verneaux, R., & MEDRANO, L. (1988). Filosofía del hombre. Barcelona: Herder.

8
1º El conocimiento sensible, que comprende todos los actos de
conocimiento de un objeto concreto: sensación, imaginación, memoria, al que se
une la conciencia sensible.

2.° El conocimiento intelectual, que comprende todos los actos que


versen sobre un objeto abstracto: la idea, el juicio y el razonamiento, al que se
une la conciencia intelectual que es reflexiva.

3.° El apetito sensible, que es la tendencia hacia un bien concreto, de


donde derivan el placer y el dolor, así como las emociones.

4.° El apetito intelectual, que es la tendencia hacia un objeto concebido


por la inteligencia y que se llama voluntad. De la tendencia resulta la actividad.
Por la actividad física se forman costumbres; por la actividad espiritual, hábitos.

 Las potencias del hombre

Después de estudiar el funcionamiento de las cuatro facultades principales del


hombre, conocimiento y apetito de orden sensible y conocimiento y apetito de orden
intelectual, vamos a precisar lo que es una facultad, en general, y a estudiar las
disposiciones que una facultad es susceptible de adquirir.

El alma es el único primer principio vital del ser humano, pero el hombre también
es capaz de realizar diferentes operaciones como pensar, sentir, etc.

El alma es una y se distingue por una jerarquía de potencias o facultades. No


está totalmente sumergida en el cuerpo y emerge sobre el mismo por sus actos del
querer y del pensar14

Según Verneaux:

La conciencia atestigua que realizamos ciertos actos psicológicos; es, pues, que
tenemos la potencia de realizarlos. Este razonamiento puede ser ridiculizado fácilmente,
pero es inatacable: si el opio hace dormir, es que tiene una virtud dormitiva. Si el hombre
comprende ciertas cosas, es que tiene el poder de comprender que llamamos
«inteligencia».

14
Genta J. B (1966). Curso de Psicología. Librería Huemul

9
Esta potencia activa es una facultad. Una facultad se definirá, pues: un principio
próximo de operación. El principio remoto es el hombre mismo que actúa por sus
facultades.

El hombre está constantemente en acto de vivir, pues su vida es su existencia


misma; por lo tanto, no diremos que tiene la facultad de vivir. Su alma es el principio
inmediato de su vida, y nada autoriza a distinguir en esta línea un principio próximo y un
principio remoto. En cambio, en la línea de la inteligencia, por ejemplo, la distinción es
inevitable, pues el hombre no está siempre en acto de comprender. Sin embargo, incluso
cuando duerme, ¿no es inteligente? Sí, sin duda, en el sentido de que es capaz de hacer
actos de inteligencia, lo que se conoce por los actos que precedentemente ha realizado

Las facultades son, pues, accidentes diversos de una misma substancia. No


tienen existencia independiente, sino que existen en la substancia, enraizadas en ella,
soportadas por ella. Esto significa también que no existen ni actúan por sí mismas, sino
que el hombre es quien actúa por ellas.

Se pueden distinguir tres géneros de potencias que emanan del alma: las
facultades vegetativas, las sensitivas y las espirituales15.

1- Las potencias vegetativas

Son las funciones primarias del organismo. No caen de modo directo


bajo nuestra conciencia ni bajo nuestra libertad. Son tres funciones principales:
la función nutritiva, la aumentativa o de crecimiento y la generativa (cf. S.Th.,
78,2). La psicología no presta mucha atención a ellas y sus perturbaciones son
tratadas directamente por la medicina clínica, aunque la psicología sí tiene en
cuenta que los trastornos en alguna de estas funciones puede tener
repercusiones sobre todo el organismo, constituyendo a veces la base física de
trastornos anímicos (piénsese en las dificultades digestivas).

2- Las potencias sensitivas

Son las que dependen del sentido y colocamos aquí tanto las facultades
de conocimiento sensible como las facultades apetitivas sensibles.

Las potencias sensibles de conocimiento son de dos tipos: externas


(olfato, gusto, oído, tacto, vista) e internas (sentido común, imaginación, memoria

15
S.Th, 78, 1
10
y cogitativa). Las apetitivas son dos: el apetito de placer (concupiscible) y el
apetito de superación o lucha (irascible).

3- Las potencias espirituales

Son las que tienen por sujeto inmediato al alma y son por naturaleza
espirituales y son la inteligencia y la voluntad.

4. Etimología propia y Etimología usual

La coyuntura actual de nuestra ciencia presenta un aspecto paradójico,


según Abelardo Pithod: Por un lado (cara externa, anverso) contemplamos una
imagen fulgurante, de crecimiento. Es la ciencia “de moda” en nuestros días.

Y, por otra parte, el reverso de la situación, es el estado epistemológico de la


psicología actual: Epistemológicamente, es decir en tanto que ciencia, la psicología
presenta un rostro mucho menos brillante que su rostro social.

En primer lugar no se ve como una ciencia unitaria. Su falta de unidad se revela


en varios síntomas. Uno (que no afecta solo a ella sino que es el mal de todas las
disciplinas modernas) es el que se refiere a la separación entre psicología “científica” y
psicología “antropológica” o filosófica. Los intentos por conocer al hombre no siempre
están ligados a, ni se interesan por lo que puede haber aportado la psicología
“científica”, sea la psicología de laboratorio o la psicología clínica. A la inversa tal vez
sea peor, pues los psicólogos científicos no se preocupan mucho de integrar sus
conocimientos en una síntesis superior antropológica, o carecen de la posibilidad de
hacerlo debido a su formación antimetafísica. Tomada como un todo, la Psicología no
ha logrado aún una síntesis.16

Considerar al hombre sólo científicamente, sin estudiar filosóficamente su


naturaleza, inevitablemente nos llevaría a una concepción errónea de su ser real. Y es
innegable que de los dos estudios es el filosófico el más importante; pues, aun
prescindiendo del análisis científico, podemos formarnos una concepción esencialmente
exacta de la naturaleza humana. En cambio, dudo yo de que, despreciando el análisis
filosófico, pueda obtenerse una noción verdadera de la realidad del hombre.17

16
Pithod, Abelardo. (1994) El alma y su cuerpo. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano.

17
Brennan, Roberto E. Historia de la Psicología, Ed Javier Morata. Madrid 1957

11
Cuando a partir de Christian Wolff la palabra “psicología” pasó a designar, en el
uso común, el viejo saber acerca del alma, no sólo se consagró un término desconocido
por el pensamiento antiguo sino también, y sobre todo, como bien recuerda Fabro, se
puso “la dificultad capital para la determinación de la naturaleza y de la tarea de la
Psicología en las circunstancias culturales actuales” (2).

Es que junto con aquel término, relativamente nuevo (3), Wolff legó a sus
sucesores y epígonos la poco feliz distinción (o mejor, separación) entre una
psychologia rationalis y una psychologia empírica. A la primera la situó como parte de
una supuesta metaphysica specialis; (contribuyendo, de paso, a la ruina racionalista de
la metafísica), suerte de discurrir “metafísico” acerca de la realidad psicológica que
procede a priori de un único concepto de alma humana.

A la segunda, en cambio, la concibió fundada, a posteriori, en la observación de


los procesos y de los contenidos de experiencia. Los textos Wolffianos, al respecto, son
de meridiana claridad (4).

Este dualismo de objeto y de método tuvo buen suceso (no así, desde luego, la
Psicología que se vio perturbada en su desarrollo posterior). A medida que el proceso
de la Ciencia Moderna fue reduciendo toda experiencia a mera experiencia sensible y
mensurable y haciendo de la ciencia fundada en esta experiencia reducida el único
modelo válido de conocimiento científico, la separación wolffiana fue avanzando hasta
consumarse en el siglo XIX en que la ruptura se hizo definitiva. La psicología empírica
de Wolff pasó a llamarse, sin más, a partir de los fisiólogos y de los filósofos
decimonónicos, psicología científica por completo independiente y ajena a la psichologia
metaphysica.18

Hay muchas corrientes, escuelas y divisiones en la Psicología actual.


Creemos que el factor decisivo que distingue una corriente o escuela de otras-como
afirma Martín Eccavarría- estriba más en los principios filosóficos, y en particular
antropológicos, en que se fundan, que no en las distintas técnicas de intervención. De
hecho hemos comprobado cómo, en la mayoría de los autores, la psicoterapia es una
filosofía de vida aplicada.19

La raíz de todas las dificultades está en el fracaso de los investigadores al tratar


de determinar el objetivo propio de esta ciencia. No pueden ponerse de acuerdo sobre
qué materia debe estudiar la psicología. Parece que pasan por alto o que olvidan que

18
Caponnetto, Mario. ¿Qué es la Psicoterapia?, en: Mesones Arroyo, Humberto. La Psicoterapia y las
psicoterapias. Ed. Ananké, 2º edición. Buenos Aires 2004. Pg. 48
19
Echavarría Martín. Corrientes de Psicología contemporánea. Ed. Scire, S.L. Barcelona, 2010

12
para cosntruir una verdadera ciencia del alma, no basta estudiar los fenómenos
somáticos como sustitución de los psíquicos; no basta estudiar las tendencias evolutivas
del organismo ni sus respuestas motoras a los estímulos; es necesario estudiar al
hombre en todas sus manifestaciones.20

Una de las cuestiones que se deben resolver al abordar el problema de la


psicología contemporánea es el epistemológico: de entrada no está nada claro qué cosa
sea la psicología en el sentido actual del término.

En nuestra opinión aquí hay que hacer una primera gran distinción: una cosa es
la psicología como saber especulativo y otra las psicologías prácticas. No siempre hay
una relación (al menos directas) entre ambas.

La Psicología académica de los últimos ciento cincuenta años ha hecho una


enorme parábola que comienza con el intento, fundado en la ideología positivista, de
separarse objetiva y metodológicamente de la filosofía (a veces negando
completamente su valor de verdad) para, recientemente, volver a acentuar su conexión
con ella (especialmente en lo que se ha dado en llamar “ciencias cognitivas”). Aún
distinguiendo entre el conocimiento universal y necesario del alma, propio de la
psicología llamado filosófica (y mal llamada por Wolff “racional”), y el descriptivo y
contingente, propio de la psicología experimental y fisiológica (en sus distintas ramas),
no hay que romper la unidad epistemológica que debe haber entre estos modos diversos
de conocer el alma y de cuya separación son estos últimos los que más salen perdiendo.
En este sentido hay que recordar la unidad que antiguamente tenían estas disciplinas
dentro de la filosofía natural, tal como las desarrollaron Aristóteles y Santo Tomás.21

5. Psicología y Psicoterapia

La psicología ha de partir de algún concepto de persona. De lo contrario, dice


Aquilino (2012) sería una disciplina una ofuscada que estaría incapacitada para cumplir
con su fin. Si no hay antropología no puede haber psicología humana. La psicología
necesita apoyarse en un fundamento antropólogo22.

El concepto de persona que está inmerso en el contexto de psicología actual es


el de: un ser bio-psico-social. Este concepto es bastante integrador, pero es erróneo,

20
Cf. Brennan, Roberto E. Historia de la Psicología, Ed Javier Morata. Madrid 1957
21
Cf. Echavarría Martín. Corrientes de Psicología contemporánea. Ed. Scire, S.L. Barcelona, 2010

22
Polaino-Lorente, A. (2012). Psicoterapía y religión:¿ incompatibilidad o complementariedad?

13
está incompleto. Carece de una dimensión esencial del hombre que es la espiritual y
trascendental.

La dimensión espiritual no se refiere a la religiosidad. Lo espiritual es esencial


del hombre, se da de manera distinta en la intimidad de cada ser humano. La religión,
en cambio, es el escenario en donde se hace patente y de forma más explícita la
espiritualidad.

La persona se nos presenta entonces como un ser bio-psico-espiritual-social


que ha de ser respetado en sus dimensiones por la psicoterapia, porque todas estas
dimensiones hacen a la persona23.

Cada proceso de psicoterapia se estructura en base a un modelo antropológico.


Y eso es lo que desde este curso queremos presentar. Una psicoterapia con sentido,
una psicoterapia que implique al hombre entero en todas sus dimensiones. Por eso es
que respetamos esa intimidad y dignidad infinita de la naturaleza humana que se
presenta y se actualiza en cada paciente.

Cuando hablamos de psicoterapia nos referimos al tratamiento de naturaleza


psicológica, basado en la evidencia científica que promueve y tiene como fin un
perfeccionamiento del hombre, en cuanto a su bienestar y orden bio-psico-espiritual-
social.

La psicoterapia realista o integral se aplica y se ajusta a lo que el hombre es. Por


ese motivo, en nuestra práctica clínica trabajamos desde el ámbito más sensible y
exterior de la persona, para llegar a su afectividad, y después a su inteligencia, voluntad
y espiritualidad. Ese núcleo íntimo que es su vida interior.

23
Polaino-Lorente, A. (2012). Psicoterapía y religión:¿ incompatibilidad o complementariedad?.

14

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