Libro Música Originaria Vol II
Libro Música Originaria Vol II
Libro Música Originaria Vol II
Lecturas de Etnomusicología
Volumen II
Rafael Díaz S.
EDICIONES AMAPOLA
MAIL: COMERCIAL@AMAPOLAEDITORES.CL
Volumen II
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intelectual
© Inscripción N° 216554
Derechos reservados
Noviembre 2019
ISBN: 978-956-8757-26-11
Noviembre 2019
LA MÚSICA ORIGINARIA.
LECTURAS DE ETNOMUSICOLOGÍA
VOLUMEN II
Prólogo
ARTÍCULOS
42
139
CONFERENCIAS
187
205
PRÓLOGO
Este libro agrupa seis trabajos escritos entre el 2013 y el 2017. Versan sobre
diferentes tópicos y épocas de los pueblos originarios de Chile: prehistórica
(aónikenk), colonial y el siglo XXI. Los trabajos constituyen una red
interdependiente, y buscan respetar la perspectiva de las expresiones
cultivadas por miembros de estos pueblos en el marco del actual proceso de
globalización por la que atraviesa el mundo.
Este texto podrá ser utilizado por estudiantes de diferentes áreas disciplinarias,
v.gr. música, musicología, teoría general de la música, composición,
antropología, sociología, estética e historia, por señalar las principales. Los
aspectos técnicos más específicos se pueden comprender mejor al insertarse
en el marco general de las conclusiones de cada uno de los trabajos.
Por estas razones, pienso que este libro puede constituir un aporte para el
investigador interesado en las prácticas antropológico/musicales de los pueblos
originarios.
Etnomusicólogo
El instrumento musical totemizado: la huella dactilar
del hombre precolombino sudamericano1
Introducción
1 Este artículo surge del proyecto de investigación Fondecyt regular 1150078, “De San Pedro a la
Patagonia: reconstrucción del idiolecto sonoro de aerófonos precolombinos”, 2015-2017, del cual el
autor es el responsable.
2 Lévi-Strauss, 1965
2
aquello que hace vivir y sufrir al hombre, que lo sana y lo mata indistintamente, es
parte también de este concepto de Dios en todo. De ahí los símbolos y pictogramas con
que son estilizados los aerófonos precolombinos. Muchos de ellos son zoomorfos que
representan animales en estado salvaje, letales para el hombre, como la flauta-boa de
Otávalo, Ecuador y los silbatos que representan a los grandes felinos.
Según Santisteban Oliva, los tótems nunca fueron considerados dioses por las tribus
americanas6 .Tampoco eran representaciones de deidades, como ocurre con la cultura
greco-romana. En realidad tenían una gran cantidad de funciones: por ejemplo, a falta
de un algún sistema de escritura, en estas columnas se conmemoraban
acontecimientos de importancia como el nacimiento, la muerte, las sequías, las plagas
y, por tanto, las hambrunas. También se plasmaban narraciones mitológicas de la
tribu (o históricas, si lo miramos desde una visión emic). Su carácter de reliquia de
clan era dado porque el tótem explicaba el origen de la tribu y el sentido de la honra
(muy desarrollado) por los mayores (ancestros). En esencia, un tótem, es un carnet de
identidad, el libro de memorias de un clan familiar, pero escrito con un tipo especial
de criptograma los que aluden, muchas veces, a animales porque muchas tribus nor-
americanas creían que cada tribu descendía de algún animal en especial, del cual
habían heredado ciertas características y que, eventualmente, podía oficiar como su
protector (o su destructor). “It´s good to see something wild and free in this world”,
dice el compositor y poeta norteamericano Henry John Deuthschendorf, mientras
observa oculto como un lobo se acerca a abrevar en un lago de Alaska. Agrega “(…)
because we are wild and free too, and as long as we can observe them, we´ll be able to
6Santiesteban Oliva 2003, Se refiere a las tribus que habitaban la región de los grandes lagos de
Norteamérica, especialmente entre el noreste de Estados Unidos hasta Canadá.
4
Figura 1
Tótem-Portal de la Cultura Haida, Columbia británica, costa nor-oeste de Norteamérica (actual USA).
Madera de cedro rojo. Siglo XIX. British Museum. Londres. Fotografía del autor.
Sonidos totemizados
7“Es bueno ver algo libre y salvaje en este mundo, porque nosotros somos libres y salvajes también. Y
en la medida de que podamos ver a estos animales, podremos recordar un pedazo de nosotros, que es,
en mi opinión, una gran parte que nos constituye”. Del documental “Alaska, coming home”.
5
Figura 2a
Figura 2b Figura 2c
Figura 2d Figura 2e
Figura 2f Figura 2g
A pesar de esta connotación sagrada del tótem musical, sus representaciones aluden
directamente a la naturaleza, es decir, sus representaciones totémicas son
7
panteísticas. Incluso un reptil letal posee connotación sagrada porque “todo es Dios”.
El veneno de la serpiente es útil para las cabezas de las flechas con las que el indígena
caza sus presas. La protección y el alimento que el tótem ayuda a proveer debe
“sonar” como la imagen que representa. También el aerófono totemizado puede
rendir homenaje a las capacidades de ciertos animales que son considerados
superiores en algunas de sus facetas. En este aspecto, el totemismo se confunde con el
shamanismo9, práctica de sanación en la que el shaman se viste con la piel del animal
tutelar shamánico cuyo poder invoca en un proceso de trance inducido. En realidad, el
aparato simbólico del totemismo es lo que hace posible la práctica chamánica, y no al
revés. Sin animales tutelares, el chamán no tiene posibilidad de transfigurarse y
adquirir poderes extra-humanos. El totemismo es aquella variable del aparato
religioso de una tribu que hará necesario el rol del chamán.
9 Berenguer 2000: 31, Shamán, palabra atribuida a un dialecto siberiano, ha terminado por describir a
una persona que tiene la capacidad de entrar en estado de “éxtasis”; una especie de trance obtenido a
través de medios físicos (flagelaciones, danzas, cantos, ejecuciones instrumentales, ayunos) o químicos
(alucinógenos). En este estado alterado de conciencia pueden trasponer el umbral de los sentidos y
acceder a dimensiones que trascienden la realidad sensorial. Para alcanzar este estadio, el shamán se
transmuta en algún animal tutelar. Los shamanes son “escogidos” por un destino superior y no tiene
que ver la voluntad propia para acceder a tal condición. Sí deben someterse a un riguroso proceso de
aprendizaje con un maestro que potencie sus dones naturales. También Berenguer (2000) le da
importancia al rol de los shamanes, porque es muy probable que ellos hubiesen sido los intermediarios
entre la gente y los dioses y llegaran a ser imprescindibles para la sociedad. Los templos eran los
lugares donde los shamanes entraban en trance. Esto incluía danzas, cantos y sonidos que activaban a
las fuerzas sobrenaturales para atraer a los espíritus benignos y alejar a los malignos. “El trance era
inducido por fuertes sustancias intoxicantes e incluía dramáticas transformaciones”.
8
Figura 3
Figura 4
Representación de performática chamánica del oasis de San Pedro. Dibujo de Claudia Valiente.
Con el decaimiento del imperio de Tiwanaku (hacia 1200 D.C) su aparato religioso y
la práctica del shamanismo adscrita a ella, fue disminuyendo. Con el decaimiento de la
práctica chamánica, el papel del animal guardián se sustituyó por el del ancestro y
éste pasó a ser un emblema tribal. Se mantuvo un fino vínculo con el chamanismo, ya
9
que el ancestro zoomorfo era adoptado por muchas culturas sur-andinas como una
especie de protector, del cual incluso se creía podían haber sido descendientes y por
lo tanto, estar vinculados parentalmente. Cristóbal Acevedo sostiene que descender de
un animal es el aspecto social más determinante del totemismo. Para él, es un
fenómeno sociológico por el que los pueblos se dividen en clases y cuyos miembros se
sienten emparentados. Cada unión lleva su propio nombre, que está tomado del
mundo de la naturaleza circundante, predominando los nombres de animales10.
El instrumento musical totémico es el puente entre esta figura parental mítica con los
miembros de un grupo social y, tal como el tótem, vincula a los miembros de un clan
más allá de la sangre. Es un vínculo extra-sanguíneo, lo que lo vuelve muy poderoso.
Esto se corresponde con las prácticas exogámicas de la mayoría de las culturas
precolombinas norte meso y sudamericanas, es decir, que los miembros del clan
debían de emparentar con miembros de otras tribus, pues esto permitía mantener el
control y las buenas relaciones con los otros grupos. Es por eso que los aerófonos
totémicos poseen una dispersión territorial tan vasta. Ellos eran exportados juntos
con su unidad cultural a otros grupos culturales exógenos, lo que los llevaba a una
diáspora geográfica de asombrosas bifurcaciones y extensiones. Un caso notable es el
que veremos a continuación.
Los exploradores europeos de los siglos XVIII y XIX dejaron una serie de testimonios
que dejan en claro la práctica del totemismo en el área cultura patagónica /fueguina.
Al respecto dice Falkner: “se han imaginado una multitud de estas deidades, creyendo
que cada cual rige los destinos de cada estirpe o familia de indios, que se supone haya
creado él. Unos se dicen de la casta del tigre, algunos del león y otros del guanaco, y
otros del avestruz, etc. Imaginan que estas deidades tienen sus moradas aparte, en
vastas cavernas subterráneas debajo de algún lago, cerro, etcétera, y cuando algún
10 Acevedo, 2002
10
indio muere, su alma va a vivir con aquella deidad, que preside sobre su propia
familia, y que goza allí la dicha en una ebriedad perenne”11.
“Sus hechiceros, al son de sus cajas, y haciendo ruido con sus calabazas llenas de
caracoles, pretenden ver debajo de la tierra hombres, ganados, etcétera, con ventas de
caña, aguardiente, cascabeles, y otras varias cosas”12 Y respecto a la figura del chamán,
personaje inseparable de todo aparato simbólico totémico, Falkner, da referencia de
una práctica totémica patagónica:
11 Falkner 1774:131
12 Falkner 1774:132
13 Falkner 1774:133
11
Figura 5a
Figura 5b
El timbal tehuelche posee directa filiación cultural con el kultrun mapuche, sólo que
en el área mapuche el kultrun ha sido siempre un instrumento sagrado. El timbal
tehuelche tuvo una funcionalidad chamánica en el pasado, esto lo sabemos gracias a
Falkner. El timbal tehuelche, como las sonajas de calabaza eran parte del ajuar
instrumental del chamán. Hoy en día, el timbal tehuelche posee una funcional secular.
Pérez Bugallo lo describe a continuación: “Timbal tehuelche de características
similares al kultrún pero sin resonadores en su interior. Los testimonios de los
primeros viajeros por la Patagonia indican que ya a partir del contacto entre indígenas
y hombres blancos, los primeros comenzaron a elaborar su timbal aprovechando
“bacinillas”. La información recogida en campaña en la provincia de Santa Cruz
asegura que el elemento original para construir el cuerpo del instrumento era una
caparazón de “peludo” a la que se “retobaba igual que una “boleadora” con un cuero
de lomo o panza de guanaco. Se utilizaban dos percutores –llamados kák- hechos con
ramas de calafate que presentaran un abultamiento natural en uno de sus extremos, a
las que se descortezaba. Era de ejecución masculina, sentado, y acompañaba las
danzas pantomímicas de los jóvenes”16
Figura 6c
Ejecución del kultrun en contexto cultural tehuelche. Forma masculina de ejecutar el kultrun, de muy
probable influencia tehuelche. Chenque Nyyeu, Río Negro, 1986. Foto: Pérez Bugallo”17.
Figura 7a
Momificación y ajuar funerario. Cultura Chinchorro. Museo San Miguel de Azapa. Arica. Foto del autor.
14
Figura 7b
El hombre cosifica a la cosa. Cerámica de músico Nasca. Cultura Nazca, Siglos VII al IX D.C.
Figura 7c
Vasija de doble cámara (Silbato) homoforma. Representa a una mujer embarazada. Cultura Vicus 400
AC-500 DC. La representación de la mujer embarazada, o incluso pariendo, fue común en el área
cultural Sur-Andina precolombina. Era el símbolo de la fertilidad de la tierra. Museo Chileno de Arte
Precolombino. Chile. Foto del autor.
15
Figura 7d
Vasija de doble cámara (silbato), homoforma-chamánica. Cultura Chorrera. 1800-300 AC. Museo
Chileno de Arte Precolombino. Chile. Foto del autor.
La influencia incaica arrastró grandes sedimentos culturales por una larga extensión
de territorio. La circulación de manufacturas e ideofacturas del imperio Inka dejó
huellas, en el, tal vez, aparato significativo totémico más antiguo de la humanidad: el
lenguaje. Las palabras pampa, charqui, huanaco, chasqui, son de origen kechua.
Aparecen en el libro de Musters, Vida entre los patagones. A lo largo de sus páginas
encontramos una gran cantidad de palabras quechuas que el aborigen tehuelche
utiliza en su cotidianeidad. Existen dos teorías: que las palabras quechuas hayan
llegado al vocabulario tehuelche a través del contacto con habitantes de lengua
española, o, se hayan incorporado a la lengua tehuelche a través de su contacto con el
pueblo mapuche.
16
Un dato duro presentado por primera vez en el libro Cultura originaria y música
chilena de arte. Hacia un imaginario de identidad18 y luego en el artículo “La flauta
traversa del Nuevo Mundo surgió en Tiwanaku”19, de este autor, es que el sistema
escalar del pinkulwe (flauta travesera y también vertical del pueblo mapuche) es
pentáfono. Este sistema escalar rompe la modalidad idiomática de las trompetas
naturales, silbatos (pifúlkas) y las flautas de pan de este pueblo (piloilos). El pinkulwe
no puede ser rastreado antes de la llegada de los españoles. El pinkulwe de la Colonia
posee un sistema escalar pentáfono, completamente ajeno a los sistemas escalares
mapuches caracterizados por tetracordios de terceras menores sucesivas (trutruca,
piloilo, sonoridad resultante de dúos de pifülkas, canto de machi, etc.), lo que es muy
revelador de la influencia incaica en su manufactura. El inca, a su vez, utilizaba un
phala que no se aparta del canon pífano militar español. Por tanto podemos colegir
que el modelo introducido por el inca en la cultura mapuche fue un prototipo ya
adaptado del pífano militar europeo20. La única explicación científica posible es que
el pinkulwe fue un préstamo cultural de alguna cultura del área suradina. Descartando
la conexión Tiwanaku-mapuche, la que no ha podido ser demostrada hasta el
momento21, la única cultura poseedora de la modalidad idiomática pentáfona y que
tuvo real contacto con el pueblo mapuche es la inca. El pinkulwe es llamado pitucavoe
por el cronista Luys de Valdivia (1581-1606), el que define como “un pífano”, lo que
18 Díaz 2012
19 Díaz 2013
20 En tiempos post-colombinos el instrumento se llamó de diversos modos. En Ecuador se llamó flauta
de Carrizo. La tunda ecuatoriana también adquirió las características del pífano travesero de seis
agujeros. En el norte de Chile (Arica y Atacama) como en Bolivia y Perú, el pífano recibió el nombre de
phala o phalahuito. El phala pasó en la Colonia a llamarse pífano en las fiestas patronales de Bolivia.
21 Estudios sobre esta hipotética vinculación fueron emprendidos por María Ester Grebe en 1998.
El arte diaguita de origen cuzqueño tiene, al igual que el arte de origen preincaico, una
naturaleza esencialmente abstracta. La lógica de la visualidad abstracta diaguita-
cuzqueña tiende a la simplicidad. No obstante, articula complejidades ontológicas y
cosmogónicas sorprendentes como un metalenguaje geométrico -matemático. Entre
los conceptos fundamentales de la abstracción diaguita-cuzqueña están la mediación
entre opuestos y la cuatripartición de la unidad mínima mediante la doble reflexión
especular y el concepto de traslación23. Característicos de esta época cultural son los
diseños en base a figuras geométricas simples como, por ejemplo, líneas rectas,
puntos, círculos, rombos y estructuras cuadriculadas, articulados por distintos
principios simétricos.
22 Valdivia, 1606
23 González 2013: 170
18
24 Boone 1994: 4
25 González 2013: 171
Las guardas y las insignias del quillango son lo relevante a nivel simbólico. Partiendo
de la base que la simbología totémica es esencialmente la identidad de un clan
familiar, debemos poner mucha atención especialmente al diseño de una guarda, que,
según Echeverría, son “los dibujos laterales de los Kai Ajnun que contienen al campo
donde están dibujados los motivos principales representativos de cada grupo familiar.
Los dibujos de éstas suelen estar representando al grupo familiar o tribal al que
pertenece la persona que lo usa. En algunos casos se adopta el dibujo de la familia del
padre, de la madre o de alguno de los abuelos. La persona que ingresa a una familia,
usará en el campo del Kai Ajnun el dibujo que lo identifica y en la guarda el
correspondiente a la familia a la cual ingresa. Las guardas laterales y la de abajo son
iguales, no así la superior que será distinta y podrá pertenecer a algunos de sus
grupos familiares”29.
Las insignias para Echeverría son “al parecer, las personalidades tales como caciques
mayores o de grupos, puesto que no son muy comunes en los Kai Ajnun”30.
29
Echeverría 1994:67
30
Echeverría 1994:67
20
Figura 8a
Figura 8b
Esquema gráfico de la inscripción en el aerófono tehuelche. Dibujo del autor de este texto.
La diáspora de este símbolo, que en el área patagónica tiene calidad totémica, puede
encontrarse en culturas de más al norte. El análisis iconográfico debe considerar los
sustratos culturales presentes, para descartar el factor coincidencia de la reaparición
del diseño.
Figura 9
Figura 10
La figura 10 corresponde a un jarro pato del periodo clásico fase II, Diaguita. Podemos
reconocer la figura en V invertida, muy presente en la mayoría de los ejemplos de
cerámica diaguita como en los diseños de la vestimenta. Lo importante aquí es que la
cerámica es homínida, lo que es un rasgo de totemización. Pero falta algo crucial, la
piedra Roseta que aporte las identidades tribales de la cultura diaguita en esta fase
temporal.
23
Figura 11a
La figura 11a corresponde a un jarro pato, pero de la fase III ‘’Diaguita-Inca’’. Esto es
importante, porque el reticulado aparece de modo pregnante, aflorando la influencia
incaica. Y tenemos información que la red de circulación cultural inka, alcanzo al
pueblo mapuche, y este al tehuelche. El reticulado pregnante no es algo menor.
Dice la curadora del Museo Arqueológico de San Pedro de Atacama, Jimena Cruz: “este
tipo de figura rectangular es muy típico de la cultura andina, especialmente quechua
que se expandió por gran parte del Tawantinsuyu, como se puede ver en tejidos y
cerámica”32.
Figura 11b
Uncu incaico proveniente de la isla del Sol, Lago Titicaca. Las creaciones rectangulares fueron una
característica dominante de la cultura andino-incaica.
“Al parecer también hay disposiciones jerarquizadas, como el dibujo del Altar Mayor
del Coricancha Si seguimos esa misma interpretación, el orificio podría ser una
representación de Wiracocha (El Hacedor) quien también es Dios (El Creador).
Seguidamente se observan trazos muy claros que forman pequeñas celdas
rectangulares. En el dibujo del siglo XVII (figura 11c), estas celdas representaban a los
campos sembrados, las denominadas Colcapata o “terrazas”, sistema de cultivo andino
antes de la Conquista. Estos reticulados de cultivo se diferencian de las del Altar de
Coricancha, en que todas sus celdas están cerradas”33.
Figura 11c
Figura 11d
Representación actual del Altar Mayor del Coricancha. “Uncu incaico proveniente de la isla del Sol, Lago
Titicaca. Las creaciones rectangulares fueron una característica dominante de la cultura andino-
incaica”34.
Figura 12
El Imperio Inca, pese a que su expansión en Chile tuvo por frontera el río Maule, su
influencia cultural en cuanto a manufacturas e ideofacturas, se proyectó en el tiempo y
en el espacio. Es así que podemos encontrar diseños geométricos pintados en la
alfarería de Estilo Valdivia, que presenta motivos comunes a las cerámicas de todo el
Imperio, y que podemos encontrar en el Museo Histórico y Antropológico Mauricio
Van de Maele en Valdivia. A continuación observaremos dos imágenes de cerámica
estilo Valdivia.
35 González 2004
27
Figura 13
Cerámica estilo Valdivia. Museo Histórico y Antropológico Mauricio Van de Maele en Valdivia, Chile.
Fotografías del catálogo de exposición.
Según Francisca Rojas36, “la cerámica Valdivia, muchas veces asociada a El Vergel
como tradición alfarera bicroma, rojo sobre blanco, supone una ubicación más ligada
hacia el sector meridional de la Araucanía entre el río Toltén y el golfo de Reloncaví.
Su distancia con El Vergel se establece más bien en términos cronológicos y
espaciales, pues decorativamente las similitudes son amplias. Sin embargo varios
autores plantean aún que ambos estilos conformarían una sola tradición alfarera. Se le
ha llamado estilo y no complejo, como a Pitrén y El Vergel, debido a que estos últimos
conforman tradiciones funerarias a las cuales se asocia un tipo cerámica a la que se le
asigna el mismo nombre, que no es el caso de la cerámica Valdivia (…). Dillehay sitúa
cronológicamente al estilo Valdivia como una manifestación prehispánica (1000-1300
d.C.), prolongada hasta épocas históricas, siendo característico de los periodos
colonial y republicano temprano (siglos XVII a XIX). Hoy en día se considera a Valdivia
como un estilo predominantemente histórico, es decir, pos contacto. En términos
36 Rojas 2009:19-23
28
Con respecto a la decoración del estilo Valdivia, tema que nos importa porque podría
darnos pistas respecto a la vinculación cuzqueña-inka y, eventualmente, a la aparición
de símbolos tutelares zooformos tan propios del área cultural sur-andina, Francisca
Rojas nos dice: “(…) el Tipo 1 [Valdivia] corresponde a cerámicas con el cuerpo
decorado por bandas de triángulos con líneas paralelas en oposición arriba-abajo37.
Este patrón decorativo es el que se presenta con mayor frecuencia en la alfarería
Valdivia y se encuentra en jarros, jarros asimétricos y platos (…). La variante 1A,
posee una ubicación geográfica mayoritariamente meridional. Su decoración, en tanto,
está dada por una “superposición de bandas de triángulos opuestos rellenos con
líneas. La composición del cuello se caracteriza por una banda de chevrones, mientras
que el cuerpo se divide en dos campos o bandas de triángulos opuestos rellenos con
37 Muy similar a los diseños de bandas del quillango. La distribución en bandas de las unidades
simbólicas y la jerarquía del “arriba-abajo” son elementos en común con la semántica inconográfica del
quillango tehuelche. Nota del autor.
29
líneas paralelas al lado más largo del triángulo. Las bandas se separan por 4 o 5 líneas
horizontales sucesivas. La disposición es de tipo estrellada por triángulos
concéntricos opuestos dobles. (…) Existen casos en los que las piezas, además de
presentar los diseños ya expuestos, incluyen elementos decorativos en el cuello,
cuerpo y/o labio como puntos, cruces o triángulos opuestos rellenos. Asimismo, para
la banda que separa los campos de triángulos, que generalmente son líneas, se
incorpora en ocasiones el diseño en clepsidras. Esta variante es por lejos la más
común y representativa dentro del estilo Valdivia. La variante 1B corresponde a una
decoración con “superposición de bandas de triángulos opuestos rellenos con líneas
con variación en la composición del cuello. El cuello de esta variante se compone por
la superposición de una banda achurada y otra en la que se sucede el elemento
clepsidra. En algunos casos se trata de tres bandas, la primera y la tercera achurada y
la segunda con clepsidras. El cuerpo se comporta de la misma manera que en la
variante anterior. Se observa una disposición estrellada por triángulos concéntricos
dobles. En la variante 1C la decoración y disposición es igual a la presentada en la 1A,
salvo por el elemento principal del cuerpo que, en este caso, corresponde a triángulos
rellenos enmarcados por un triángulo mayor en oposición arriba-abajo. La pieza Nº 1
es asociable a esta variante:
Pieza N°1
30
La variable diaguita
Figura 14a
Piloilo de piedra, fotografiado por ambas caras. Museo arqueológico de La Serena. Fotografías de
Andrea Ramírez Betancourt.
40Algunos de esos patrones simbólicos del quillango han sido identificados. Llevan los nombres de los
grupos familiares a los que identifican, entre ellos, Karrukeuek, Chértejen, Nauke, Shotel, Chirulajen,
Koorto, Tanke. Ver Echeverría 1994.
32
Figura 14b
Lo que nos dice que el sistema escalar tetrafónico de esta flauta de pan, posee una
sonoridad idiomática pentatónica. Un dato relevante para afirmar que el instrumento
está directamente vinculado con la cultura incaica. Considerando que esta flauta de
pan fue encontrada en territorio diaguita (región de Coquimbo), podemos colegir que
el instrumento fue fabricado en alguna de las expansiones del Tawantinsuyu,
posiblemente del último, es decir, en el siglo XV, que coincide con la última etapa de la
cultura diaguita42.
Esta flauta de pan posee inscripciones que fueron marcadas intencionalmente. Poseen
las características propias del período ceramológico ’Diaguita-Inca’’ fase III. Las
inscripciones son muy notorias a simple vista, aunque no tanto al fotografiar el
Figura 14b
Destacado en blanco de las inscripciones del piloilo de piedra, por ambas caras. Trabajo de intervención
fotográfica por Andrea Ramírez.
Respecto al origen de este diseño, es muy probable que sea un patrón simbólico
exportado del área cultural incaica, y asimilado por la cultura diaguita. María Ester
Grebe afirma que “[en el pueblo diaguita], antaras, silbatos y ocarinas formaron parte
34
43 Grebe 1974: 48
44 Tabletas para inhalar alucinógenos.
45 Lévi-Straus 1962
46 Grebe 1974:38
47 González 2004
35
Conclusiones
Los instrumentos musicales precolombinos eran objetos que podían abarcar grandes
extensiones de espacio y tiempo gracias al principio de la exogamia. La preceptiva de
algunos pueblos sur-andinos, de que los miembros de una tribu debían aparearse con
miembros de tribus distintas, sirvió como vehículo de dispersión de manufacturas
como los aerófonos, que siempre estuvieron al servicio de la identidad filial de su
propietario. Así, no importando dónde una inscripción totémica pudo haberse
originado, el instrumento musical fue un vehículo de exportación de esa unidad
cultural totémica. En esta circulación de ideologías, el más fuerte terminaba por
imponer sus condiciones. Luego, un instrumento musical nunca fue algo tan inocente,
fue un prototipo totémico que viajó en sucesivas oleadas de emigración producto de la
exogénesis y de las guerras de conquista. La naturaleza policéntrica de los
instrumentos musicales totemizados tiene como consecuencia una diáspora cultural
divergente. Eso hace imposible buscar un centro único y exclusivo de una praxis
chamánica/totémica. Estas más bien fueron consecuencia de una diáspora divergente
desde distintos centros ontogónicos. Que simbologías totémicas cuzqueñas
aparecieran en la Patagonia no debería asombrarnos. Los pueblos precolombinos
estuvieron vinculados entre el actual Ecuador con el extremo sur del actual Chile y
Argentina. Ese vínculo tuvo zonas de interacción quebradas, pero esos baches de
circulación pudieron perfectamente ser restaurados por la exogamia y el contacto
fronterizo de las guerras de expansión de los imperios.
37
Referencias
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1994. Kai ajnun: el milenario arte tehuelche de los quillangos pintados. Punta Arenas:
Editorial Ateli.
LÉVI-STRAUS, CLAUDE
LORENZEN, ANA
SMITH, LIONEL
RUIZ, CARLOS
Introducción
49 Este artículo es producto del proyecto de investigación FONDECYT regular 1150078 (2015-2017),
“De San Pedro de Atacama a la Patagonia: reconstrucción del idiolecto sonoro de aerófonos
precolombinos”, del cual el autor es el investigador responsable.
Agradezco a Don Mateo Martinic, historiador vinculado al Instituto de la Patagonia y a la Universidad de
Magallanes, creador del Museo del Recuerdo, la Revista Magallania, y el Centro de Estudios del
Hombre Austral, quien me aportó valiosos datos para esta investigación con una generosidad propia de
los hombres grandes; a Isabella Riquelme, arqueóloga Universidad Internacional SEK; Felipe Martínez,
Doctor en Antropología Biológica de la Universidad de Cambrdige, UK; Andrea Ramírez, Licenciada en
Música, IMUS-PUCV, María José Pérez, Fotógrafa y Diseñadora Gráfica Universidad Arsis; Francesca
Brautigam, Antropóloga Universidad de Chile; Isabel Césped, Licenciada en Música y Magister en
Historia PUCV; Alejandro Lavanderos,, Diploma de Pedagogía Instrumental, en el Conservatorio
Nacional Regional de Boulogne - Billancourt y Diploma de Perfeccionamiento Instrumental, en la Ecole
Normal de Musique “Alfred Cortot” de París; Gastón Pérez, artesano replicador y restaurador de piezas
arqueológicas fueguinas ; Alexander Cherkinsky, Doctor Jefe del Center for Applied Isotopes Studies de
la University of Georgia; Mario Echeverría, investigador especializado en petroglifos y toponimias
tehuelches; Carlos Ríos, Doctor en Recursos Naturales por la University de Bremen, Alemania y ex
director del Centro de Estudios e Investigaciones del Instituto de la Patagonia; Alfredo Prieto,
investigador del Instituto de la Patagonia, arqueólogo de extensa y destacada trayectoria en Chile y en
el extranjero; Osvaldo Vidal, Doctor en Recursos Naturales de la Universidad de Friburgo, Alemania y
miembro del departamento de Botánica del Centro de Estudios e Investigaciones del Instituto de la
Patagonia; Teresa Arias, Secretaria del Instituto de la Patagonia; Flavia Morello, Doctora en
Arqueología, Ecole Doctoral d’Archéologie, UFR 03 y Fabiana Martin, Doctora en Ciencias Naturales,
Universidad Nacional de la Plata, ambas profesionales del Centro de Estudios del Hombre Austral del
Instituto de la Patagonia; y a los profesionales, asistentes y auxiliares del Ethnologisches Museum zu
Berlín, especialmente a la Dra. Susanne Ziegler y a Albrecht Wiedmann por las facilidades, apoyo
técnico e información aportada. Gracias a todos los nombrados por su valiosa ayuda en estos ocho años
de investigación (2011-2017).
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que en su Vida entre patagones, dice haber observado la ejecución de una flauta
vertical durante una bacanal tehuelche. Los argumentos de Pérez Bugallo, en contra
de la existencia de la flauta patagónica, eran sólidos, la referencia de Musters era
controversial. A su vez, las réplicas de flauta patagónica de los museos de Río Gallegos
y Mar del Plata, no fueron producidas a partir de un modelo original conocido, hecho
que este investigador pudo comprobar por sí mismo. Sin embargo, la existencia de la
quena de tres agujeros, encontrada en la bahía de San Gregorio, en el estrecho de
Magallanes, y actualmente conservada en el Centro de Estudios del Hombre Austral
(CEHA), del Instituto de la Patagonia de la ciudad de Punta Arenas, refuta a su vez la
tesis de Pérez Bugallo, demuestra que la hipótesis del Dr. Merino era correcta y
presenta a la comunidad científica un aerófono fueguino, muchas veces mencionado
como posibilidad por María Ester Grebe y Cañas Pinochet, esta vez con la evidencia
más dura posible: el aerófono mismo.
La tribu aónikenk
El pueblo aónikenk pertenece a una subfamilia del gran grupo étnico tehuelche y
a la gran familia de los pueblos fueguinos50. Se ha inferido que estos pueblos
carecieron en el pasado de instrumentos musicales. Sin embargo, no parece probable
que los fueguinos carecieran efectivamente de instrumentos, lo más probable es que
ellos hayan perecido debido a los materiales bio-degradables con los que estaban
50 Conformado por los kaweskar, selk´nam, yaganes, haush y tehuelches con sus familias hermanas,
entre ellas, los aónikenk. La expresión “pueblos fueguinos” proviene de las humaredas vistas por Fitz
Roy, desde el barco Beagle, al cruzar el Estrecho de Magallanes. El término “fueguino”, no guarda
relación con la isla Tierra del Fuego propiamente tal, sino con toda la región comprendida entre el
Golfo de Penas y Tierra del Fuego, donde hubo presencia de pueblos aborígenes. Nota del autor.
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hechos. Según Hornbostel, “la aserción de muchos autores de que los fueguinos
carecen totalmente de instrumentos musicales es errónea”51. Tanto Gusinde como
Hornbostel concuerdan con que los fueguinos poseyeron diversos medios para
producir intencionalmente recursos sonoros, entre los cuales los más presumibles son
los aerófonos de hueso de pájaro, los idiófonos percutidos como bastones hechos de
troncos ahuecados, sonajas de piedras contenidas en cueros y sonajas de concha
enfilada, ramas y palos, y, por supuesto, el propio cuerpo del fueguino 52. Nos
concentraremos en el pueblo aónikenk, pues, el aerófono patagónico que es el objeto
de estudio de este artículo, pertenece a esa cultura. En la figura siguiente, podemos
apreciar que la dispersión del pueblo aónikenk alcanzó las costas del estrecho de
Magallanes. Ellos fueron la rama tehuelche de mayor proximidad con las aguas del
estrecho y tuvieron, por tanto, mayor contacto con navegantes que atravesaron el
estrecho a partir del siglo XVI:
Figura 1
51Hornbostel 1948: 87
52Gusinde 1931-1939; Hornbostel 1948
53Tehuelches es el nombre más común, pero no el más propio. Tehuelche es el nombre que le dieron los
A diferencia de la, hasta ahora, hipotética flauta patagónica, el arco musical llamado
koolo, nunca ha presentado controversia. Martinic lo describe como un arco y su
complemento, el hueso que se deslizaba sobre la cuerda de crines. Respecto del hueso,
Musters da a entender que también era soplado, sirviendo así como instrumento de
viento, lo que explicaría los agujeros practicados en algunos, a la manera de una flauta,
“afirmación, que ha creado confusión entre los estudiosos, aceptándose por algunos
que se diera la combinación entre el arco y la flauta”54. A continuación, el investigador
Martinic explica el proceso de fabricación del koolo:
“El arco musical era de fabricación igualmente simple: una rama de calafate u otra
madera similar, de entre 45 y 60 cm. de largo, ni gruesa ni delgada, que despojada de
corteza y bien alisada, era curvada con una ligera pronunciación mayor hacia un
extremo, entre cuyas puntas se insertaba un haz de entre 15 y 20 cuerdas de crin de
caballo”55. Las piezas óseas –kchoo-56 que se empleaban como complemento del arco
musical, se confeccionaban con huesos largos y livianos de aves, o con partes de los
mismos, cortados a un largo variable entre 15 y 25 centímetros, luego se agujereaban
a la manera de una flauta y/o se las decoraba con incisiones”57.
“El tubo de frotación denominado por algunos como chor o koj, y por otros como
tárrümk, se construía con las epífisis del hueso del alón de ñandú o cóndor al cual se
le extraía la médula (háa o haráj para los tehuelches) con una varilla de alambre.
Por ejemplo, Ko significa hueso y. Kchechene, pajaritos. El nombre que nombra al instrumento (koolo)
guarda directa relación con el sonido que emite el koolo, un suave destello de armónicos que recuerda
al canto de un ave lejana.
57 Martinic 1995:244
46
“En 1974, Luis Merino publica en la Revista Musical Chilena un trabajo etnohistórico
sobre organología musical en el que no sólo repite el error de Musters sino que lo
aumenta refiriéndose a ´un hueso de muslo de huanaco con tres agujeros de
digitación, el que se podía ejecutar como flauta`. Sin duda, la confusión de Merino ha
58 Pérez Bugallo 1993. En este libro Pérez Bugallo habla acerca del mito de la existencia de flautas entre
los tehuelches meridionales.
59 Merino 1974: 82
47
sido la de tomar al pie de la letra la descripción de Musters y el dibujo que, según los
datos disponibles realizó su colaborador Zwecker. Tanto los ingleses como el chileno
interpretaron las incisiones circulares o puntiformes del tubo óseo como ‘agujeros de
digitación de una ‘flauta que se coloca en la boca y se ‘toca con los dedos’. Nada más
alejado de la realidad”60.
“Siempre es bueno despejar equívocos (…). Por ello, este artículo girará en torno a la
presunta presencia de instrumentos musicales aerófonos dentro de la organología
tehuelche. Todo comenzó en Londres y en 1871, cuando George Chaworth Musters
publicó su libro At home with the Patagonians. A year´s wanderings over untrodden
ground from the straits of Magellan to the Río Negro (…). En el capítulo III, El Río Chico
(…) Musters dice que: ‘la orquesta consistía en un tambor hecho de un pedazo de
cuero estirado sobre una vasija y de una especie de instrumento de viento formado
por un fémur de guanaco agujereado, que se coloca en la boca y se toca con los dedos o
con un arco corto de crin de caballo”61.
Figura 3
A continuación Pérez Bugallo hace un comentario del dibujo 8 del grabado que
aparece arriba (figura 3) y que aparece amplificado en la figura 4:
Figura 4
Según Pérez Bugallo, “la desproporción y el error han convertido el tubo frotador en
una flauta. Además, el epígrafe reza Instrumentos musicales, pluralización coherente
con el error del texto”63.
Pérez Bugallo continúa argumentando que “lo cierto es que el error arraigó. Poco
después Ameghino asegura despreocupadamente que el instrumento en cuestión
estaba formado por dos huesos ‘con varios agujeros’, agregando que ‘se puede opinar
que constituye una especie de flauta o violín primitivo’64. “Participando de la
Expedición Antártica de 1882, el oficial de la Marina italiana G.Roncagli tuvo la
oportunidad de ver ejecutar el koolo. En su informe dejó consignado que las dos piezas
del instrumento eran un arco de madera con pelo de caballo y una tibia de ñandú; y
que sus toques acompañaban al canto”65.
Figura 5a
“Dibujo del arco musical según Roncagli (1884, fig. 5). La tibia de ñandú ha sido dibujada con una de sus
epífisis, lo que probablemente se trata de un error” 66.
“En la década siguiente Ramón Lista se encargó de aportar mayores precisiones sobre
la técnica de ejecución. Por cierto, ninguno de los dos [Roncagli y Lista] habló para
nada de flautas y Lista abundó –omitiendo el apple que antes había mencionado- que
el koolo era “el único instrumento que le es propio al tehuelche”67. “Ampliando la
visión de Otis T. Mason –que en su trabajo sobre el arco musical había pasado por alto
su vigencia en la Patagonia-, Ten Kate elaboró en 1898 un artículo sobre este
instrumento. Sus datos de fuente viva los aportó un grupo de indígenas del centro-
oeste patagónico con los que había tomado contacto en 1896 (especialmente con uno
de ellos, mestizo de tehuelche y mapuche, poseedor y ejecutante de un arco musical, y
a quien Ten Kate fotografió y adquirió su instrumento para el Museo de La Plata). Ya
no quedaban motivos –aparentemente-para dudar sobre el aspecto y verdaderas
características del koolo”68.
Figura 5b
“Tres años después, aparece la monografía The Natural History of the musical Bow, de
Balbfour, quien menciona los koolos patagónicos del Museo de Berlín70 y de acuerdo
con Ten Kate se inclina por la invención independiente del arco musical en esta parte
del mundo. Refiriéndose a los datos de Musters –e inexplicablemente sin atreverse
aún a arriesgar si el tubo óseo era o no una flauta –cae nuevamente en la poco
comprometida solución intermedia: una solución intermedia: una misteriosa
opuesta, que los ornamentos tallados en el hueso habrían roto la cuerda de crin al primer roce. Lo cual
es cierto, en opinión del luthier de réplicas patagónicas, Gastón Pérez Araya.
52
Figura 6
Arcos musicales del Museo de Berlín76. “Los tubos óseos presentan la decoración incisa y punteada que
induce a confundirnos con posibles flautas”77.
Figura 7
mencionan de ese modo, esbozan una ambigua descripción y sustentan sus datos con
prolijos dibujos de inspiración musteriense. Pero jamás han llegado a mostrar un
ejemplar -como no sea construido ad hoc- ni una fotografía del algún tehuelche
ejecutando el rambo, ni tampoco un registro magnetofónico de campo con una
melodía a cargo de esa imaginada flauta. Y esto ocurre simplemente, porque los
tehuelches no poseyeron flautas, como no sea dentro de la imaginación de Musters y
de quienes copiaron su error y lo aderezaron con florituras literario-nativistas”82.
desagradable de la asociación que tenga la palabra, un investigador tiene el deber de abstraerse de ello
para poder llegar el fondo del asunto. Otros nombres atávicos para el tubo óseo con característica de
flauta son chor ó koj, y también tárrümk. Nota del autor.
82 Pérez Bugallo 1989: 11-12
83 Casamiquela 1990:44
84 Casamiquela 1990:44
55
Pieza Colección Zeballos Largo: 28,5 cm. Descripción: tubo de hueso largo de
187 ave –probablemente pata de
cóndor- que carece tanto de
incisiones como de perforaciones.
85 Casamiquela 1995:44
86 Pérez Bugallo 1989
87 Pérez Bugallo 1989, “la ficha se encuentra asociada al arco de madera n° 20008, identificado este
“Las piezas 1 y 2 son los dos únicos frotadores de koolo antiguos que se conservan en
el citado museo. (…) Casimiro (…) debió reacondicionar un instrumento del Museo. De
los frotadores que tuvo a mano –tal vez cuatro o cinco- eligió lógicamente uno largo y
sin orificios. ¿Razones? Un frotador corto –como el n° 1807 – sólo permite un
recorrido extremadamente breve sobre la cuerda; y los agujeros no sólo resultan
inocuos a los efectos acústicos sino que su contacto con la cuerda –de por sí frágil y
propensa a habituales cortes en condiciones óptimas- resulta fatal para la integridad
del instrumento. Cabe recordar que todos los frotadores de koolo que construyó el ya
citado Luis Cuaterno (constructor de la pieza 5), fueron lisos, y que este informante no
admitía sugerencias en el sentido de practicarles perforaciones “para no romper la
cerda”88.
Figura 8
Pieza 2 de la ficha de Pérez Bugallo. En el actual catálogo del Museo aparece como: ’Tubo de frotación
de arco musical Koolo (Tehuelche), Nº 1807. Sus dimensiones señalan un largo de 22,4 cm y un
diámetro de 2,2 cm. Fotografía de Andrea Ramírez.
88Pérez Bugallo 1989. Esta aseveración de Pérez Bugallo es fundamental, descarta la posibilidad de que
un tubo óseo con agujeros pueda operar como frotador para el koolo. La razón es de sentido común, los
agujeros romperían la crin, además de no ser funcionales para incrementar el débil sonido del
cordófono. Luego, un frotador agujereado sólo pudo haber servido como aerófono. La opinión de Pérez
Bugallo coincide con la opinión del luthier Gastón Pérez, quien construyo una réplica de la flauta San
Gregorio.
58
Figura 9
Fotografías de Lehmann-Nitsche89.
c) el liso, que en los últimos tiempos fue el más común de todos, si no el único vigente.
Ninguno de ellos –repitámoslo una vez más-era una flauta”91.
Situación del Catálogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, hacia julio
2004.
“Se pudo acceder al fichaje de cada una de las piezas instrumentales correspondientes
a la cultura tehuelche, ubicadas en la División Etnográfica del Museo, Sección
Etnomusicológica, a cargo del Dr. Héctor Lahitte, quien autorizó el préstamo de
91 Pérez Bugallo 1989. No lo eran, Pérez Bugallo tiene razón. Los frotadores del Museo de Ciencias
Naturales de la Plata son trabajos artesanales construidos ad hoc, posiblemente de data
contemporánea, y cuidadosamente labrados para operar como complemento de los koolos,
posiblemente originales.
92 El objetivo era poder reestablecer la filiación cultural pewenche-tehuelche a través de dos
A continuación un resumen de las piezas con las cuales se trabajó durante la visita:
93 Ramírez 2014
61
Figura 10a
“El arco está hecho de costilla de caballo. El arco tiene amarrado, de un extremo a otro,
una cuerda constituida por aproximadamente 30 pelos de cola de caballo”94
Figura 10b
Los tubos de frotación que fotografió Andrea Ramírez están demasiado bien
conservados. A simple vista, su naturaleza de réplica contemporánea es bastante
explícita. Estos frotadores los vio Pérez Bugallo y comenta respecto a los diseños
tatuados en estos huesos: “se dice que esta ornamentación era típicamente
representativa de la perspectiva cosmovisional de los cazadores patagónicos, sin duda
algún lenguaje hay detrás de esta simbología”96. La verdad es que el diseño del
frotador que aparece en la figura 11a, guarda alguna relación con la antigua ancestral
decoración totémica del quillango. Pérez Bugallo no llegó a familiarizarse con este
tópico. Más adelante en este artículo, podremos ver la solución al enigma de las
marcas en los tubos frotadores antiguos.
Figura 11a
Pieza ‘’Tubo de frotación de arco musical Koolo tehuelche Nº 1807” 97, Sus dimensiones señalan un largo
de 22,4 cm y un diámetro de 2,2 cm. Fotografía de Andrea Ramírez.
Figura 11b
Piezas “Arco de madera y su tubo de frotación”, 1812. E.Z. Zeballos. Chubut” 98. Fotografía de Andrea
Ramírez.
Figura 11c
99 Jorge C. Schythe, fue designado gobernador de la colonia de Magallanes por el presidente Manuel
Montt, en 1853.Schythe era profesor de Ciencias Naturales, nacido Dinamarca.
100 Actualmente la colección Jorge C. Schythe del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago, se
Hay un hecho más notable, las piezas aónikenk VC 96a/b y VC 97a/b, fueron
manufacturadas entre 1853-1863103 y los arcos son de madera. Tanto la fecha como el
material de manufactura (madera), nos retrotraen a una data contextual del siglo XIX.
Estamos en una etapa en que el instrumento musical tehuelche se ha vuelto un
souvenir, un objeto folclorizado. A continuación, anotaciones del catálogo escrito por
Jorge C. Schythe, los que resultan muy interesantes porque, en ellos, se pueden leer las
explicaciones y comentarios hechos por el mismo Schythe, y que dan relación de
quiénes y cuándo utilizaban los objetos incluidos en la colección, así como detalles
respecto a su fabricación y que aparecen al extremo derecho del catálogo.
Figura 12
y el detalle importante aparece en la tercera página del catálogo, en las filas marcadas
con los símbolos VC96 (59) a/b y VC 97 (58) a/b):
Figura 13
67
Pieza: VC 96a/b, Georg C. Schythe, 6.2.1814 30.1.1877. La leyenda explicativa dice '”Knochenflöte und
Streichbogen”, es decir, flauta de hueso y arcos. Fotografía del catálogo de exhibición del
Ethnologisches Museum zu Berlin104.
El arco está hecho de madera, eso es un rasgo de folclorización del siglo XIX. La
materia prima original fue tradicionalmente la costilla de caballo o de camélido Sin
embargo, la pieza tiene legítimos diseños de quillango, del tipo triángulo invertido
dentado, que, según Mario Echeverría, es el símbolo de un clan familiar tehuelche que
él pudo catalogar en su trabajo fundamental sobre el tema105.
Figura 15a
Diseños del arco de madera del koolo del Ethnologisches Museum zu Berlin
104 Este ejemplar pudo ser estudiado por el autor de esta investigación en el Ethnologisches Museum zu
Berlin, en septiembre del 2009.
105 Echeverría 1994:77
68
El tubo rozador del Ethnologisches Museum (figura 14) tiene 23.5 cm de longitud,
suficientemente largo para funcionar como rozador, pero tiene agujeros que
atraviesan el tubo completamente. Por tanto es un frotador inoperante como tal,
porque sus perforaciones e incisiones decorativas romperían la crin. El
frotador/aerófono está sobrecargado de adornos, uno de ellos es compatible con la
insignia de un cacique tehuelche del área de Santa Cruz106:
Figura 15b
El frotador/aerófono no tiene muesca, como las quenas, pero si posee tres agujeros y
el material óseo es de origen camélido. Es descartable como un frotador genuino, pero
podría funcionar perfectamente como un tubo sonoro como una püfilka107, pero con
agujeros de digitación. De hecho, así lo catalogan los curadores del Ethnologisches
(“knochenflöte”, es decir, flauta de hueso).
verticalmente cortando el aire del bisel del agujero de insuflado. Se fabricó en piedra, hoy mayormente
en madera. Nota del autor.
69
pudiera operar como flauta. En eso Pérez Bugallo no se equivocaba: un tubo con
agujeros y decoraciones no puede funcionar como tubo frotador. La persistencia de
fabricar frotadores con agujeros es un signo de que, alguna vez, existió un hueso para
hacer sonar. Faltaba encontrar el origen de esa manufactura mítica que alimentó la
memoria oral del artesano. Ese hueso estuvo siempre más cerca de lo pensado, estaba
al alcance de la mano. Era necesario “verlo”, algo no tan fácil por la atávica
prescindencia del arqueomusicólogo en los equipos de trabajos arqueológicos en
Chile.
Los primeros indicios bibliográficos sobre la flauta San Gregorio, los entregó Mateo
Martinic en 1995: “en el sitio indígena histórico de San Gregorio ha sido encontrado
un trozo de hueso para frotar el koolo (11 cms.) que además de huellas de decoración
incisa, presenta tres agujeros que no podrían atribuirse necesariamente a fines de
ornato, como sí los tienen en cambio las dos piezas observadas en el Museum für
Völkerkunde zu Berlin. No queda pues excluida la posibilidad de uso de hueso
perforado, al modo de una flauta, como lo sugiere Musters”108.
Tal como Luis Merino en 1974, el profesor Martinic, en 1995, se abre a la posibilidad
de la existencia de una flauta patagónica, por la fuerza de los hechos. La convicción de
ambos maestros tenía más verosimilitud de lo que podían suponer en su momento,
algunos detractores de la teoría. Faltaba la evidencia arqueomusicológica, y esta
surgió con esta investigación.
Según comunicación oral del profesor Mateo Martinic a este investigador109, la flauta
San Gregorio fue donada por el Sr. Hans Roehrs110, a fines de la década de los noventa.
La pieza en estudio se encuentra en un mueble con vitrina del Centro de Estudios del
Hombre Austral del Instituto de la Patagonia, junto a otros objetos arqueológicos.
Es muy probable que las aves hayan provisto al fueguino de la materia orgánica para
fabricar algún tipo de flauta. Esto, debido a que los huesos neumáticos de las aves
(cavernosos y vacuos), son ideales para ser utilizados como pabellón para la
109 Entrevista con el Profesor Mateo Martinic en junio del 2011, en su oficina del Instituto de la
Patagonia, en Punta Arenas. La información fue ratificada el 2013 a Isabella Riquelme por el arqueólogo
Alfredo Prieto, en el mismo Instituto de la Patagonia.
110 Hans Roehrs Bahrdt (1920-2011), hijo de una familia de ascendencia alemana arraigada en
Magallanes desde fines del siglo XIX, El padre de Hans Roehrs se ganó la vida desde puestero a
administrador de estancia, lo que llevó a su familia a radicarse en las pampas de Tierra del Fuego y en
la Patagonia. Así, Hans Roehrs desarrolló su talento para la observación de la naturaleza. Durante más
de cuatro décadas pasó a ser un colaborador desinteresado del Instituto de la Patagonia y
específicamente del Centro de Estudios del Hombre. Tuvo la visión de donar toda su colección de
trabajo de campo a este instituto (incluyendo la flauta San Gregorio). Este investigador le debe a Hans
Roehrs y a don Mateo Martinic, el descubrimiento de la flauta aónikenk.
111 San Gregorio-1, Sur, posición geográfica de un sitio con valor histórico-arqueológico de la bahía de
San Gregorio.
112 Isabella Riquelme es licenciada en Arqueología por la Universidad Internacional SEK y Doctora en
“El objetivo de esta visita a Punta Arenas (desde el día 28 al 30 de agosto de 2013), fue
la continuación de las tareas de investigación llevadas a cabo en el mes de mayo de
2013, momento en que se analizó y extrajo una muestra de una pieza de museo que se
encuentra en las vitrinas del Centro de Estudios del Hombre Austral (CEHA), parte del
Instituto de la Patagonia, en la ciudad de Punta Arenas. La pieza analizada, (a partir de
ahora la llamaremos por fines operativos, “Flauta San Gregorio”) es de materia prima
ósea animal, que por sus características morfo-funcionales, correspondería a un
instrumento musical de tipo aerófono. La primera visita al Instituto de la Patagonia
tuvo como finalidad el estudio preliminar de la pieza, mediante la observación y
medición de sus características cuali y cuantitativas, para finalmente realizar la
extracción de una pequeña muestra del tejido óseo que la constituye, para luego
enviarla a un laboratorio extranjero para análisis de isótopos estables y datación por
radiocarbono114. La segunda visita al Instituto de la Patagonia, tuvo como propósito, el
estudio acabado de la pieza, tanto de sus aspectos morfo-funcionales, como
zooarqueológicos, de conservación y de adscripción cultural. En esta segunda estadía,
se procedió a una segunda extracción de una muestra de tejido óseo de la pieza, para
lograr la masa mínima requerida para los estudios radiocarbónicos en un laboratorio
extranjero.
113Resumen del informe. Los comentarios de las notas a pie son del autor de este texto.
114La primera visita de Isabella Riquelme al Instituto de la Patagonia fue en mayo del 2013. El objetivo
esencial era extraer una muestra ósea en gramos de la flauta, para ser enviada al Centro de Estudios
Radiocarbónicos de la University of Georgia. La muestra no resultó ser suficiente. Esto obligó a una
segunda visita para extraer una muestra de la cantidad en gramos necesaria.
72
Dimensiones de la pieza
Longitud máxima mm
Análisis de manufactura
Foto 3
Foto 5
Luego de una observación exhaustiva del extremo proximal, especialmente del borde
donde morfo-funcionalmente debería haber tenido contacto con los labios del
76
individuo que utilizó el instrumento, se detectó una pequeña fractura con faltante en
forma de “V”. Esta pequeña alteración posiblemente intencional, sugiere que este
instrumento pudo haber sido elaborado con una muesca en forma de “V”, de la
manera en que se elaboran las quenas (ver fotos 6 y 7). Sin embargo, con el paso del
tiempo y/o del uso, el instrumento se fracturó debido al escaso grosor del tejido óseo
en los bordes de los extremos, siendo reactivado con nuevas actividades de pulido en
el área fracturada, momento en que probablemente se habría realizado la primera
horadación, la que presenta una forma más ovalada que las horadaciones restantes
que se encuentran debajo del área decorada116.
Foto 6 foto 7
116Esta observación de la arqueóloga Isabella Riquelme es crucial. El vestigio de una muesca en el tubo
óseo, lo relaciona inequívocamente con un aerófono de tipo muesca, afín a la familia de la quena.
77
perpendicularmente al eje de la cuerda, las huellas de uso del arco frotador debieran
mostrar un desgaste profundo en forma de pulido irregular, con la disminución del
grosor del tejido óseo en la superficie exterior de la cara anterior del hueso empleado.
Si pudiéramos observar un arco frotador de este instrumento, detectaríamos este
desgaste en una porción de la cara posterior del hueso, con cambios de coloración,
textura y densidad de la superficie. Al observar las huellas de uso de la pieza de este
estudio, es posible descartar que esta pieza corresponda a un arco frotador de koolo,
ya que no se observa tal desgaste propio de la fricción de hueso contra una o más
cuerdas en sentido perpendicular, en la superficie de la cara posterior de la pieza ósea.
Por el contrario, se observan huellas de uso en el borde del extremo proximal de la
pieza, donde se muestra un desgaste irregular, el que se acentúa en la cara posterior
del hueso. Esto podría indicar el uso como flauta, atribuyendo este desgaste
pronunciado del borde del extremo proximal, acentuado en la cara posterior, al uso
como boquilla para el paso del aire117. No se observan otros tipos de huellas de uso en
otras áreas de la pieza, no obstante, esta pieza presenta un leve desgaste en las dos
horadaciones menores, que se encuentran bajo el área decorada. Esto demuestra que
para la elaboración de un instrumento musical aerófono son necesarios una serie de
pasos intencionales de modificación del hueso que participa como soporte al artefacto
a elaborar. La coincidencia de estos pasos metodológicos y sus gestos técnicos
asociados, apoyan la idea de funcionalidad de instrumento musical aerófono para el
caso de esta pieza, en desmedro de la función asociada a un arco frotador de koolo.
Foto 8
Análisis Zooarqueológico
La pieza no está hecha con un denso tejido trabecular de porosidad densa, propia de
un animal mamífero. Así, fue necesaria la búsqueda de la especie animal de la que
proviene su materia prima, descartando tanto el guanaco como otros mamíferos y
animales de talla mayor, que presenten huesos largos de tejidos trabeculares densos y
epífisis destacadamente anchas respecto a la diáfisis. La recopilación de antecedentes
bibliográficos de elaboración y uso de instrumentos aerófonos a partir de piezas óseas
de animales pequeños, sugirió que el origen de la materia prima ósea de la pieza
podría estar asociado a un ave. La información bibliográfica respecto a otros contextos
de elaboración de aerófonos a partir de piezas óseas fue sorprendente. En muchos
casos, se observa una marcada preferencia de materias primas óseas de avifauna para
la elaboración de instrumentos musicales aerófonos. Especialmente, se ha detectado
la reiterada elección de huesos largos de ulnas, húmeros y radios, partes de las alas de
79
las aves119. Esto se podría explicar por la búsqueda informada de los artesanos, de
piezas óseas de formas más rectas que curvas, menos porosas, livianas, de escaso
tejido trabecular visible, y de epífisis menos gruesas. Dichas características de los
huesos largos de alas, permiten lograr instrumentos delicados tras actividades de
pulido, el que sería muy leve por la superficie interna. La escasa porosidad y la menor
dificultad para lograr superficies lisas podrían explicar la elección de estos huesos
para conseguir sonidos más puros120. Respecto a las especies de la que provienen las
piezas óseas para la elaboración de aerófonos, se cuenta con antecedentes de
aprovechamiento de aves de gran tamaño como buitres y águilas 121 pelícanos122 y
cigüeñas123. También la información etnográfica y arqueológica sugiere criterios de
selección de especies para la elaboración de aerófonos, tales como la preferencia por
aquellos bien alimentados, de talla mediana a grande, y de mediana edad 124. Durante
el trabajo de terreno en el Instituto de la Patagonia, se contó con la colaboración de
zooarqueólogos y su colección de piezas óseas de animales locales, por lo que se
realizó un análisis de morfología comparada con dicha colección de referencia. El
resultado, se encuentra respaldado por los antecedentes bibliográficos de la cultura
tehuelche y otros hallazgos de la Patagonia tanto chilena como argentina. Al evaluar la
pieza original, los zooarqueólogos del Instituto de la Patagonia concluyeron que se
trata de una ulna, y posiblemente proveniente de un espécimen del género
Thalassarche sp. (Albatros)125. Este género corresponde a los albatros, aves pelágicas,
de gran tamaño, con especies que habitan en las costas de Perú y Chile, contando con
especies que llegan a habitar la Patagonia chilena y argentina126. Acerca del albatros,
es conocida su explotación local secundaria por parte de grupos cazadores
recolectores de la Patagonia desde el Holoceno”.
119 Pérez Bugallo 1988-1989, Brenes 1999, Arias-Gago et al. 2006, Shady et al. 2000
120 Shady et al. 2000
121 Arias-Gago et al. 2006
122 Brenes 1999, Shady et al. 2000
123 Pérez Bugallo 1988-1989
124 Shady et al. 2000, Arias Gago et al. 2006
125 Especie que habitó y habita el espacio geográfico de los aónikenk.
126 Savigny et al. 2005, Moreno y Robertson 2008, Ojeda et al. 2011
80
Figura 16a
Fotografía de aproximación a los decorados de la flauta San Gregorio y síntesis gráfica del diseño a la
derecha, por Isabella Riquelme.
La decoración de la flauta San Gregorio tiene directa vinculación con los diseños del
quillango, una técnica que ha estudiado profundamente el investigador especializado
en cultura tehuelche, Mario Echeverría. Este autor define el quillango como “el
tradicional manto de piel tehuelche. (…) Una gran pieza rectangular, hecha de muchas
pieles de chulengos130 cocidas. La parte externa del cuero es usualmente decorada con
pigmentos minerales colores amarillo, azul, rojo, ocre y negro. El propósito de estas
capas de chulengos era mantener el cuerpo tibio en la hostil estepa patagónica. (…). El
tehuelche también fabricó quillangos para ser usados como mortajas. Estas mortajas
estaban hechas de cuero de caballo. Los caballos poseían para el tehuelche un valor
espiritual, porque ellos eran los portadores del espíritu hacia el más allá”131.
Figura 16b
Kay Ajinum o quillango de dibujos esquinados. Perteneciente a la familia Jamieson. Fotografía de Mario
Echeverría134.
“Desde las épocas más remotas, el tehuelche nos ha dejado marcado su paso por Santa
Cruz, mediante el grabado y la pintura, arte que se ha prolongado hasta el presente
por medio de los quillangos pintados que, suponemos, deben tener su origen hace
muchos milenios ya que algunos dibujos y guardas, son reconocidos por los
Ahora, ¿qué buscar como signo de relevancia totémica en el manto de Kai Ajnum?
Esencialmente las guardas y las insignias del manto. Partiendo de la base que la
simbología totémica es esencialmente la identidad de un clan familiar, debemos poner
mucha atención especialmente al diseño de una guarda.
Echeverría define ‘guarda’ como “los dibujos laterales de los Kai Ajnun que contienen
al campo donde están dibujados los motivos principales representativos de cada
grupo familiar. Los dibujos de éstas suelen estar representando al grupo familiar o
tribal al que pertenece la persona que lo usa. En algunos casos se adopta el dibujo de
la familia del padre, de la madre o de alguno de los abuelos. La persona que ingresa a
una familia, usará en el campo del Kai Ajnun el dibujo que lo identifica y en la guarda
el correspondiente a la familia a la cual ingresa. Las guardas laterales y la de abajo son
iguales, no así la superior que será distinta y podrá pertenecer a algunos de sus
grupos familiares”137.
Con respecto a las insignias, Echeverría dice que “al parecer, las insignias podrían ser
la característica de personalidades tales como caciques mayores o de grupos, puesto
que no son muy comunes en los Kai Ajnun”138.
Dice Echeverría, “En el mismo Kai Ajnun, en la parte superior, está pintada esta guarda
con dos líneas de terkeko139 ocupando los espacios entre zigzag encajonado por
paralelas o como dijo un paisano ‘una raya que va y otra que viene’. La línea de color
rojo, corresponde a la orilla”140.
Figura 16c
Esta guarda de la figura 16c, representa a un grupo familiar y/o tribal porque es un
símbolo de una guarda superior. Es una entre las decenas de guardas representadas
en el catálogo de Kai Ajnun compilado por Echeverría, y ocupa un lugar jerárquico
preferencial. El preferencial se ubica en la parte de arriba o superior de la guarda.
“Hay guardas, como ya hemos visto, que pertenecen a dibujos de campo, provenientes
de un grupo familiar”141.
En la figura 16d, tenemos una insignia recopilada por Mario Echeverría. Respecto a
esta insignia, Echeverría dice que “pertenece al Kai Ajnun que se encontraba en el
Museo de los Pioneros de Río Gallegos, inaugurado el 19 de diciembre de 1989, en
homenaje a los 105 años de la fundación de la ciudad. Al parecer, las insignias podrían
ser la característica de personalidades tales como caciques mayores, puesto que su
diseño es diferente al de las guardas y su aparición en el Kai Ajnun no es recurrente,
eso implica que representa a una figura social que podría estar ausente en la tribu
como el cacicazgo”142.
Figura 16d
Todo lo que podemos saber respecto a estos patrones geométricos del quillango, es
que las guardas representan a un grupo tribal y las insignias tienen un menor grado
jerárquico representando a caciques mayores o sub-grupos familiares, ya sea
consanguíneos o adoptivos de una tribu. El nombre de una determinada tribu que
representa la guarda es una información que nos queda demasiado lejos, lo mismo la
identificación de los caciques mayores a través de las insignias. Lo que sí podemos
Figura 16e
Tal vez nunca sepamos el nombre de la tribu que la “guarda” de quillango inscrita en
la flauta San Gregorio representa. Tal vez no es lo más importante. Lo trascendente es
que la flauta está totemizada, es decir, hay un grupo tribal que imprimió su nombre en
este instrumento y lo hizo en un hueso de ave, un animal que habita el aire y la tierra.
La elección del animal tutelar no ha sido nunca casual, no es consecuencia de la
facilidad de conseguir su materia orgánica. Al contrario, conseguir materia orgánica
de ave es mucho más difícil que de camélidos en la Patagonia144. El ave como animal
tutelar aónikenk no está estudiado, porque la aparición de esta flauta patagónica es
reciente. Las implicancias chamánico/totémicas surgen recién ahora. Sabemos que el
chamanismo fue parte importante de la cultura tehuelche145 y la flauta San Gregorio,
al estar totemizada, debió cumplir funciones chamánicas. El chamanismo es la
manifestación ritualizada de una inscripción llamada tótem146.
El ave tutelar
Fotografía: NZ00571d Buller's Albatross ( Thalassarche bulleri ) The Sisters-Chathams NZ Nov 2010-
L148.
144 “De esta manera se observa que la selección de la especie y del individuo a cazar para conseguir la
pieza ósea deseada no es al azar, y depende de las necesidades tecnológicas para la elaboración de los
instrumentos, como también se ha observado en algunos casos, que los conjuntos de decisiones que
forman parte en la cadena operativa se asocian directamente al contexto en cual serán utilizados los
instrumentos. Éste es el caso de los rituales, donde existe la figura de un personaje chamánico quien es
el usuario del instrumento aerófono, el que como se ha descrito por Brenes (1999), y especialmente
Pérez Bugallo (1988-1989) y Arias-Gago et al. (2006), plantean que el instrumento aerófono elaborado
sobre hueso de ave, tiene como finalidad lograr el vuelo chamánico, momento en que el personaje del
chamán, cuando sopla el tubo, se convierte en ave y libre de su carga se dirige a cumplir su cometido, se
sopla como pájaro, delicadamente” (Pérez Bugallo 1988-1989).
145 Martinic 1995: 149-150
146 Levy Strauss 1964: 162; Augé 1988:79
147 Albatros de ceja negra Thalassarche melanophris Orden: Procellariiformes; Familia: Diomedeida;
Figura 16g149
Sección de la mano
Figura 16h
Jouventin, P., Robertson, C.J.R., and Robertson, G.G. 1996. http://www.acap.aq. Consultado el 3 de
noviembre del 2017.
89
La datación del hueso de la flauta era fundamental Si ésta arrojaba una data del siglo
XIX, entonces teníamos que considerar la realidad que la flauta era el producto de la
adaptación/folclorizacion del instrumento en tiempos de prácticas musicales
coloniales y/o republicanas. La teoría de Pérez Bugallo volvía a tener algún asidero.
Pero si la data llegaba a ser más antigua. Digamos siglos XVI, XVII o XVIII, la situación
era completamente diferente.
Figura 17
El hueso llamado “Flauta San Gregorio”, con las iniciales S.G (San Gregorio) marcadas por el colector de
la pieza, Hans Roehrs (ver nota a pie 62).
Así pues, enviamos una muestra del hueso del instrumento que hemos llamado “flauta
San Gregorio” al laboratorio radiocarbónico de la University of Georgia, USA. La
persona que extrajo la muestra fue la arqueóloga Isabella Riquelme. La muestra
enviada fue identificada como S.G (es decir San Gregorio).
90
La prueba del Carbono-14, es el primer método que se usó, para fechar restos
orgánicos. Esta prueba, sólo se puede aplicar a restos de origen animal y vegetal y hoy
es muy precisa. La prueba consiste en “ver” el desgaste que sufre el isotopo Carbono-
14, y, como sabemos a qué ritmo se desgasta y ese ritmo es constante, podemos saber
exactamente de qué época son los restos tratados con la prueba del Carbono-14. Para
este estudio, solicitamos una técnica más avanzada de datación radiocarbónica, que es
la espectrometría de masas. Ésta es la técnica radiocarbónica más refinada que un
laboratorio puede ofrecer. El laboratorio de la University of Georgia posee la técnica
de espectrometría de masas (AMS) y fue ésta la que solicitamos. Creemos necesario
describir en términos generales en qué consiste esta técnica, que es una versión más
avanzada de la antigua técnica de datación carbono 14, conocida como “conteo
proporcional de gases” (LSC).
Espectrometría de masas
A partir de ahora, la explicación de esta técnica proviene del comité científico de Beta
Analytic Inc150.
150 Beta Analytic Inc. (Headquarters) 4985 SW 74 Court Miami, Florida 33155 USA y, Beta Analytic
Limited London Bioscience Innovation Centre 2 Royal College Street London NW10NH United
Kingdom, Citado de https://www.radiocarbon.com/espanol/index.htm, el 24 de noviembre del 2017.
Este laboratorio de datación por radiocarbono consiguió revolucionar los campos de la arqueología y
de la geología del cuaternario tardío. Antes de su creación en 1979, las fechas radiocarbónicas eran
escasas y disponibles sólo en pequeños laboratorios universitarios; para obtener los resultados de los
análisis se necesitaban meses, a veces años. Este laboratorio pudo satisfacer la necesidad de la
comunidad científica mundial, de entregar de resultados más rápidos y más precisos.
Beta Analytic fue creada por Murry Tamers (doctorado por la Universidad de Yale y la Sorbona de
París) y Jerry Stipp (doctorado por la Universidad Nacional Australiana). Ambos han sido
fundamentales en el desarrollo de la metodología de la datación por radiocarbono desde 1959.
151 14C= carbono 14.
91
Informe del “El Centro para el Estudio Aplicado del Isótopo”, de la University of
Georgia, para la muestra de hueso llamada S.G (San Gregorio)
152 En el método tradicional de datación (LSC), las medidas se hacen tradicionalmente contando
la desintegración radiactiva de átomos individuales de carbono por recuento proporcional gaseoso o
por recuento de centelleo líquido. Pero estas dos técnicas son relativamente insensibles y están sujetas a
relativamente grandes incertidumbres estadísticas cuando las muestras son pequeñas (menores de 1 g
de carbono). La sensibilidad ha sido incrementada usando técnicas basadas en la espectrometría de
masas (AMS), donde todos los átomos de 14C pueden ser contados directamente, no solamente aquellos
que se desintegran durante el intervalo de recuento asignado para cada análisis.
92
este investigador en octubre del 2013. Incluimos aquí la traducción del documento. El
documento original se incluye en el apéndice n° 1 de este texto.
Traducción del informe del “El Centro para el Estudio Aplicado del Isótopo”,
para la muestra S.G. (San Gregorio) de la University of Georgia153
Adjunto sírvase por favor revisar los resultados de los análisis de radiocarbono C14 y de
los análisis δC13 de la proporción de isótopos estables154 para la muestra recibida en
nuestro laboratorio, el 25 de septiembre del 2013.
UGAMS#155 Sample Material ö13C %o157 14C age +/- PMC160 +/-161
ID156 years 159
BP158
La muestra fue tratada con una mezcla de solventes orgánicos con un dispositivo
SOXHLET para remover residuos de goma. Luego se le aplicó un enjuague con acetona y
153 Las notas a pie son del Dr. Cherkinsky llegadas a través de intercambio epistolar vía mail.
154 “La proporción de isótopos estables muestra el natural fraccionamiento de los isótopos. Se usa este
análisis para corregir la datación del C14 por este fraccionamiento” (Dr. Alexander Cherkinsky). Texto
original: “The stable isotope ratio shows the natural isotope fractionation. We use these analyses to
correct the 14C data for this fractionation”. Dr. Alexander Cherkinsky. Mail enviado al autor de este
texto por el Dr. Alexander Cherkinsky. Fecha de envío del mail: jueves, 24 de octubre de 2013 15:14.
155 Cantidad de gramos de la muestra: 15.534.
156 Nombre identificatorio de la muestra: S.G (San Gregorio).
157 Porcentaje de isótopos de carbono estables.
158 Datación de C14 antes del presente (BP=Before Present). Se considera como fecha de consenso 1950
como BP.
159 Margen de error de la datación por radiocarbono utilizando la Espectrometría por Acelerador de
Masas (AMS).
160 Porcentaje del carbono moderno (PMC).
161 Margen de error para el porcentaje del carbono moderno.
162 Hueso.
93
un secado a 60°C. Después de este proceso, la muestra de hueso fue tratada con IN HCI
para disolver los minerales adheridos al hueso. El residuo fue filtrado, enjuagado con
agua des-ionizada con bajos niveles de acidez (PH=3) y luego calentada a 80° C por seis
horas, para disolver trazas de colágeno y separar sustancias húmicas (ácido húmico). La
solución de colágeno fue filtrada luego para aislar el colágeno puro y secarlo163.
La fecha citada arriba de la muestra no calibrada166 (260 años antes del presente), ha
sido expresada en años de radiocarbono antes de 1950, usando la media de vida 5.568
años del C14.
163 Toda esta labor de limpieza es para remover el ADN de las personas que hayan tocado y/o
manipulado el hueso, así como también las trazas de vegetación, tierra y otras materias orgánicas no
humanas adheridas.
164 CUO es Óxido de Cobre. El carbono de la muestra pre-tratada se oxida primero a CO2, ya sea por la
combustión en una corriente de oxigeno o por reacción directa con Óxido de Cobre reducido (alambre
de metal en polvo) para orgánicos o por medio de hidrólisis ácida para carbonato.
165 PDB (iniciales de The Python Debugger) es un depurador interactivo del código de las fuentes que
Resumen
Colágeno de hueso
Alan G Hogg, Quan Hua, Paul G Blackwell, Caitlin E Buck, Thomas P Guilderson, Timothy
J Heaton, Mu Niu, Jonathan G Palmer, Paula J Reimer, Ron W Reimer, Christian S M
Turney, Susan R H Zimmerman
Créditos:
[acherkin@uga.edu]
173260 +/- 20 BP, significa que la data radiocarbónica de la flauta San Gregorio, es 260 años “Before
Present” (antes del presente). Para los análisis radicocarbónicos, BP significa “antes de 1950”. Esto
quiere decir que la antigüedad radiocarbónica sin calibrar, es 260 años antes de 1950 (o sea 1690, con
un margen de error 20 años más o menos de esta fecha).
97
Gráfico 1: de calibración
174Para calibrar la datación de carbono 14, la comunidad científica debe recurrir a datos de valor
universal. Para ello se utilizan, entre otros métodos, la datación por carbono 14 de muestras de edad
conocida, como las de los anillos de los troncos de los milenarios pinos del Colorado o las secuoyas.
Estas tablas de calibración son establecidas por consenso por las comunidades científicas y publicadas
en la revista Radiocarbon. Consultado en www://naukas.com (antes Amazings.es). Miguel Artime,
Antonio Martínez, y Javier Peláez, el 24 de octubre del 2017.
98
sigmas175 es 40 (límite gris claro). La curva en rojo del gráfico corresponde a la curva
de calibración terrestre (uno y dos sigmas de desviación) para el hemisferio sur
terráqueo y utilizado por el laboratorio de la University of Georgia, la cual fue
publicada por Hogg y colaboradores el año 2013. Es esta curva la que permite deducir
la edad calibrada de la muestra. Los histogramas en la parte inferior del Gráfico (eje
horizontal) muestran las posibles edades calibradas de la muestra. Cuanto mayor sea
el histograma, mayor será su probabilidad176.
1784-1794 0.208
¿Cómo interpretar de manera correcta los rangos de edad calibrados entregados por
el laboratorio?
177 Este problema lo corrige el sistema AMS. La fecha ha sido corregida por fraccionamiento de isótopo,
Sin esta corrección del margen de error por fraccionamiento del isótopo, el margen puede alcanzar
cifras de sobre los cien años. El problema al que alude el Dr. Martínez fue superado por este medio. Ver
nota 121 del Dr. Cherskinky.
178 High probality density method. Método de rango de densidad de alta probabilidad.
179 Este es criterio conocido como el método de rango de densidad de alta probabilidad (HPD, en su
sigla en inglés), que asigna picos histográficos en el eje horizontal del gráfico HDP. Éstas muestran las
posibles edades calibradas de la muestra. Cuanto mayor sea el histograma, mayor será su probabilidad.
100
“En años recientes, se ha vuelto una práctica común entre los investigadores utilizar
un método matemático que calibra la edad convencional de radiocarbono y
perfecciona estadísticamente la “probabilidad” de un rango de calibración sobre otro
dentro de las probabilidades de 95.4 y 68.3183. Estas probabilidades se representan
gráficamente mediante un área de tono gris oscuro en la gráfica (siendo los picos más
elevados los de mayor probabilidad) y por valores porcentuales indicados al lado de
cada rango. El método se conoce como rango de densidad de alta probabilidad, HPD
por sus siglas en inglés.
Este enfoque para interpretar las fechas de radiocarbono se aplica solamente a una
edad de radiocarbono medida. Si se realizan múltiples análisis, fechas
estadísticamente similares pero diferentes podrían generar diferentes probabilidades.
A pesar de ello, este enfoque se considera legítimo y es aceptado en revistas
arbitradas. Ha habido un creciente número de solicitudes de revisores de artículos
científicos para que los autores proporcionen calibraciones en este formato con las
probabilidades asociadas especificadas. Beta Analytic decidió convertir su formato de
calibración al método HPD, proporcionando opciones de dataciones compiladas y
promedios a solicitud del cliente”.
Por tanto, podemos concluir que la datación más probable para la flauta San Gregorio,
corresponde a cualquiera de los dos fechados establecidos por el HPD, ya sea con un
sigma de aproximación o con dos.
Gráfico 1
184Felipe Martínez, “Análisis para el examen radiocarbónico”, capítulo: Edad radiocarbono versus edad
calibrada. Ver en páginas precedentes.
102
El fechado de mayor probabilidad calculado del hueso “San Gregorio”, con un sigma de
desviación es:
1647- 1670
1641- 1674
En ambas lecturas HPD, el fechado del hueso “San Gregorio” es impresionante. Nos
lleva directamente a la segunda mitad del siglo XVII.
A partir de ahora, seguimos la recomendación del Dr. Felipe Martínez, que dice en su
informe: “en general, la estrategia aconsejable para aumentar la precisión es estudiar
los diferentes materiales provenientes del contexto arqueológico al que se atribuye el
objeto analizado”185.
Contexto histórico/arqueológico
Las bandas de tiempo 1647- 1670 y 1641- 1674, debemos cotejarlas ahora con los
datos históricos. En esencia, debemos saber en qué estaban los aónikenk en este lapso
de tiempo y, en particular, qué pasaba en la Bahía San Gregorio, donde fue encontrada
la flauta San Gregorio.
Los aónikenk, hacia 1640, “se encontraban en pleno proceso de transformación como
resultado del uso ecuestre”186. Esto significa que el uso del caballo, permitió al
aónikenk generar la capacidad de mudar sus asentamientos hacia lugares más
remotos y propicios. De todos ellos, eran las bahías protegidas con pampas suaves las
ideales para su modo de vida. Así pues, la Bahía de San Gregorio187 pasó de ser un
lugar estacional a un lugar permanente. La lejanía relativa ya no era un problema, el
caballo permitió diversificar los asentamientos en función de las necesidades. Es por
eso que San Gregorio es hoy en día un lugar de importancia arqueológica, por la
cantidad de artefactos encontrados en los terrenos arenosos de la costa y la pampa.
No es casualidad que un objeto como la flauta San Gregorio fuera encontrada allí, en
una recolección superficial por el Sr. Hans Roehrs.
187 Como se dijo, la bahía San Gregorio está ubicada al nor-este de Punta Arenas, muy cercano a la
frontera con Argentina, en la costa septentrional del Estrecho de Magallanes.
188 Martinic 1995: 95
104
había ganado el gran canal de Magallanes, el que así tornó a ser abandonado tras el
zarpe de la última comisión española (1789)”189.
Esto arroja una conclusión fundamental: la quena de hueso San Gregorio fue
construida en una gran soledad. La siguiente tabla de contactos entre aónikenk y
viajeros, da testimonio que la flauta fue construida en el momento en que la bahía San
Gregorio dejó de ser visitada:
Figura 18
patagón, significa que esta pieza, como otras encontradas en el mismo sitio, eran
producto de una vida cultural autónoma y consecuencia de una vida sedentaria de
esta tribu, una vida no dependiente del intercambio de souvenirs o el trato comercial
con europeos190. Significa que la flauta San Gregorio fue construida para el uso de los
propios habitantes aónikenk y no como un objeto de trueque.
Figura 19
Figura 20
Panorámica de la Bahía San Gregorio. Fotografía de Andrea Ramírez Betancourt. Septiembre 2017.
No podemos considerar sólo como una posibilidad endogámica que una quena
pudiera surgir en tierras patagónicas. El catastro estadístico de la antropóloga
Francesca Brautigam, para la diseminación sudamericana de la quena de hueso, que
considera sólo la data radiocarbónica calibrada del hueso San Gregorio (un sigma:
1647-1670; dos sigmas: 1641-1674), lo dejará en claro, como veremos más adelante.
“Hola Rafael, al fin terminé de definir las familias lingüísticas en Sudamérica para
mediados del siglo XVII y comienzos del XVIII192. Usaré eso en vez de etnias en la
191 Mail entre la antropóloga Brautigam y el autor de este texto, del 2 Nov 2014.
107
primera maqueta [figura 21a] porque éstas son demasiadas y poco precisas. Estudié
[familias lingüísticas] hasta el año 8.000 aprox. porque encontré registros de quena
de hueso hasta esa data. Si miras la historia que quedará reflejada en la maqueta 1,
hay tres caminos posibles de dispersión de la quena de hueso: los diaguitas en las
guerras Calchaquíes avanzaron hacia el sur por Argentina, a su vez esta quena tiene
amplia dispersión en el N-E y N-O argentino hasta el día de hoy, lo cual se ve reflejado
en las melodías "Bagualas tritónicas193 de por sí, y los tehuelches llegaron hasta el sur
de la provincia de Buenos Aires. Los jesuitas a su vez, así como los españoles llevaron
a yanaconas descendientes de Tiwanaku en todos sus intentos de conquistas en
ambas vertientes de la cordillera; en la misma guerra Calchaquí se llevaron más de
mil194. De todas formas en la maqueta quedará todo. Otra cosa, incluiré sitios
arqueológicos, como el núcleo “Valdivia” (por el diseño marcado en la quena) que
corresponden todos a datas de mediados/fines del siglo XVII y comienzos del XVIII
centrados principalmente en la X región y el Chubut en Argentina, justo en la misma
época de la quena y, claro que corresponden a pasos pehuenches, entre mapuches y
tehuelches. Para la maqueta 2 [figura 21b], son fundamentales los siguientes datos:
1.- Fronteras e incursiones militares en el siglo XVII del Virreinato del Perú
2.- Incursiones y misiones establecidas por órdenes religiosas católicas en Chile y
Argentina a lo largo de todo el siglo XVII y parte del siglo XVIII.
¿Por qué es esto importante?; porque los españoles acostumbraban a llevar a esclavos
e indígenas amigos (yanaconas) en sus incursiones militares/religiosas, al mismo
tiempo que se movilizaban los grupos indígenas, como los diaguitas que hicieron
192 Franceska Brautigam utilizo este sesgo cronológico a petición mía, porque, como ya vimos, el test
radiocarbónico calibrado de la flauta San Gregorio arrojo una banda de probabilidad de 1641-1674, con
un delta de dos sigmas y de 1647-1670, con un delta de un sigma.
193 En realidad la Baguala también puede ser tetrafónica, e incluso hexafónica. Todo ello con quenas de
tres agujeros.
194 Le recomiendo a Brautigam que incluya las tres campañas guerreras, porque todas ellas sirvieron
guerra tanto con incas como con españoles ( guerras Calchaquíes) y es importante
para definir fronteras195.
195Los límites de las fronteras que se establecieron con las guerras y posterior proceso de pacificación,
son situaciones ideales para el intercambio de manufacturas culturales de pueblos que estuvieron en
conflicto. Es el caso de los inkas y los mapuches, eso permitió un rico intercambio de palabras quechuas
que fueron a parar a la lengua mapuche y la circulación de manufacturas musicales como el palahuito
incaico, que pasó a la cultura mapuche con el nombre de pinkulwe. Ver, Díaz 2013.
109
los considera como miembros de la familia Chon, más no hay consenso al respecto),
78. Selknam (Casamiquela los considera como miembros de la familia Chon, más no
hay consenso al respecto), 79, Haush (Casamiquela los considera como miembros de
la familia Chon, más no hay consenso al respecto), 80. Yaganes o Yámanas, 81
Macrolengua Chon (a-Günuna Küne, b-Teushen Kenk, c -Aónikenk), 82 Mapudungun
(a- Picunches, b- Mapuches, c- Huilliches) 83 Rapanui”.
110
El cuadro de la figura 21a está de acuerdo con las concepciones históricas respecto a
la quena, entre otras, la de Valera de la Vega: “es frecuente la aparición de la quena en
las tumbas precolombinas, lo que le da una antigüedad indudablemente anterior a la
época colonial. Fue muy popular en el Perú antiguo, lo mismo entre los "quichuas" y
los "aimarás" de la sierra, que entre los "yuncas" de la costa. Respecto a la dispersión,
debemos corregir o actualizar a Carlos Vega (…) fuera de la zona limítrofe con Bolivia -
afirma Carlos Vega-, “nunca hubo quenas en territorio argentino con tal denominación
y características”196.
196 Ver: Valera de la Vega., Juan Bautista. Anotaciones Históricas Sobre La Quena.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/anotaciones-historicas-sobre-la-quena/html/.
Consultado el 5 de diciembre del 2015.
112
considerar que esa data es compatible con el fenómeno de circulación del instrumento
quena por todo el cono sudamericano. El intercambio de manufacturas culturales
entre el inka y el mapuche en la última expansión del Tahuantinsuyo197, hace a la
quena inka un objeto posiblemente conocido por el mapuche en el encuentro de
ambas culturas en los límites del río Maule. La irrupción de la cultura mapuche en la
Patagonia, actualmente argentina, era una ruta de transmisión lógica para que la
quena inka se hubiera instalado en tierras tehuelches. El gráfico de la antropóloga
Brautigam representa e interconecta el flujo cultural mapuche-pewenche-tehuelche:
197Mostny 1981:123-125. “A partir de 1463, el inca Pachacuti, junto con su hijo y sucesor Topa Inca
Tupanqui, inició la expansión de su imperio, subyugando las tierras al norte del Cusco (…). Se dirigió
después hacia el sur, llegando con sus conquistas hasta el río Maule (…). El nombre oficial del imperio
incásico era Tawantinsuyu (Cuatro Provincias). Y se extendía desde el río Ancasmayo en el Ecuador,
hasta el río Maule.
113
Figura 21b
114
“El cuadrado con líneas en la X región es zona de hallazgos de sitios arqueológicos del
tipo ‘Valdivia’ que data de comienzos del siglo XVIII. Los números corresponden a
grupos lingüísticos de la época en cuestión, los círculos color mostaza son culturas
prehispánicas con respecto a las cuales se cuenta con data de quenas de hueso, las
flechas son pasos comprobados de uso hispánico e indígena, el número 50 representa
a los "manzaneros", los cuales Bengoa define como huilliches serranos y Casamiquela
como pehuenches, el número 74 son los "Pampas" Querandíes o Het que Casamiquela
115
Ya sea si la quena San Gregorio es producto del contacto inka-mapuche y luego del
traslado de la manufactura quena por la familia pewenche hacia tierras patagónicas,
o, haya sido una invención originaria de la tribu aónikenk, la condición de posibilidad
de una quena en la cultura tehuelche era un hecho estadísticamente inevitable. Los
instrumentos musicales precolombinos eran objetos que podían abarcar grandes
extensiones de espacio y tiempo gracias al principio de la exogamia. La obligación de
que los miembros de una tribu debían aparearse con miembros de tribus distintas,
sirvió como vehículo de dispersión de manufacturas como los aerófonos, que siempre
estuvieron al servicio de la identidad filial de su propietario.
Figura 21c
Quena de hueso Esta flauta de hueso pertenece a la cultura Nazca, que se desarrolló en la costa sur de
Perú entre los años 100 y 700 d.C. Fotografía del Museo Chileno de Arte Precolombino.
198 Comunicación epistolar con Franceska Brautigam, vía mail, viernes, 28 de febrero de 2014.
116
recorrer las pampas de esta isla, buscando piezas de valor arqueológico de las culturas
selk´nam y yamana. Durante años fabricó réplicas de flechas y armas de la cultura
selknam. Paulatinamente se convirtió en asesor de expediciones arqueológicas a
Tierra del Fuego, dibujante de artefactos y objetos líticos precolombinos, fabricantes
de réplicas arqueológicas y restaurador de piezas originales199. Por su experiencia, a él
se le encargó la construcción de la réplica de la flauta San Gregorio. Para el efecto, los
primeros días de enero 2005, viajó a Punta Arenas para observar in situ la flauta San
Gregorio en dependencias del Instituto de la Patagonia.
Figura 22
Pieza San Gregorio original. El hueso está cortado en su parte superior e inferior.
199Consultar Pérez Araya, Gastón (2005). Catálogo de Réplicas de Armas y Utensilios Selknam. Punta
Arenas: Prensa Austral.
117
Figura 23
Los pasos seguidos por Gastón Araya, con apoyo técnico de Isabella Riquelme y la
University of Georgia fueron:
Figura 24a
118
Figura 24b
Figura 24c
Para replicar el estado actual de la flauta San Gregorio (Figura 24a) Gastón Pérez
confeccionó dos prototipos: la primera con una pasta de resinas, aserrines y papel
mache, la segunda con madera de raulí:
Figura 25a
Figura 25b
120
Figura 25c
Imágenes de la réplica de la flauta San Gregorio completa, construida por Gastón Pérez, a partir de un
hueso de cóndor, según la proyección organométrica computacional y el plano organométrico.
Fotografías de María José Pérez.
https://youtu.be/CrT_jUYTWao
Figura 26
Lo que quiere decir que su estructura escalar natural es tetrafónica. Sobre las
posibilidades eventualmente idiomáticas: microtonos, glissandi, portamenti, formas de
ataque no tradicionales, posibilidades de ejecución distintas a la tradición occidental
es imposible pronunciarse. El único argumento posible sobre la modalidad de
ejecución de esta quena por un indígena aónikenk de mediados del siglo XVII, es
acercarnos al repertorio onomatopéyico de este pueblo. La mimesis de la naturaleza
es la forma más antigua de hacer música en la historia de la humanidad201. Para
explorar posibilidades gestuales de este instrumento, debemos pues, recurrir al medio
ambiente natural de un indígena aónikenk en la banda de tiempo en que fue
construida la quena.
La quena San Gregorio es la prueba de que los cientos de réplicas construidas en base
a un aerófono desconocido, es el resultado de una transmisión oral de la existencia de
un prototipo genuino. Como nunca había aparecido el aerófono original, las réplicas se
volvieron artesanías de un mero valor mítico o estético, sin filiación conocida,
artesanías bastardas, huérfanas de pasado.
La quena San Gregorio les da a estas réplicas un origen cultural y de algún modo,
dignifica la tarea de los artesanos que trabajaron en los últimos dos siglos
Conclusiones
En resumen, los hechos duros son: existe un hueso encontrado en las inmediaciones
de la bahía San Gregorio del estrecho de Magallanes, que fue adaptado para funcionar
como aerófono, y que posee una data radiocarbónica calibrada de 1647-1670 (un
sigma) y 1641-1674 (dos sigmas). El hueso proviene del cúbito del ala de un ave. El
estudio paleontológico indica que el hueso tuvo alguna vez una muesca, y posee, en
buena conservación, tres agujeros que atraviesan el tubo y muestran desgaste por uso.
Los análisis de potencialidad sonora arqueo-computacionales, así como los estudios
de contexto histórico, le atribuyen sentido exclusivo como instrumento musical. Se
trata de un aerófono de la especie quena. La pieza aparecida en la bahía San Gregorio,
es incompatible como tubo frotador de un koolo (13 cm. aprox. demasiado corto para
ser un frotador). Además posee agujeros y grabados en relieve que pueden cortar la
crin de caballo de un koolo. Estas características convierten a la quena San Gregorio
en el aerófono patagónico más genuino y más antiguo hasta ahora encontrado.
Su aparición en esta región era un hecho cultural inevitable, a juzgar por los estudios
de la antropóloga Franceska Brautigam, que muestran la dispersión exogámica de la
quena de hueso.
estos cantos demuestra la filiación cultural entre ambos pueblos. Esto es un dato
corroborado por los estudios antropológicos, pero en esta investigación pudimos
demostrarlo en términos estrictamente musicales. Todo esto hace verosímil la
hipótesis de la existencia de la quena San Gregorio como el resultado de una
circulación cultural inka-mapuche-pewenche-tehuelche.
Ocho años y dos proyectos Fondecyt para poder demostrar que un aerófono fueguino
del área patagónica no es una utopía, sino un hecho concreto, tan concreto como el
hueso que está en las vitrinas del Centro de Estudios del Hombre Austral, del Instituto
de la Patagonia. ¿Cuántos aerófonos fueguinos, ya sea tehuelches, selknam, yaganes
existirán por ahí, con data de antigüedad del siglo XVII sino más antiguas?
Esta investigación abre otros objetos de estudio: la quena San Gregorio tiene
inscripciones totémicas que la vinculan con algún tipo de repertorio antiguo, sin duda
vinculado con prácticas chamánicas para proteger la vida de algún grupo tribal en el
seno del cual, la quena fue construida. Que la quena San Gregorio haya sido
totemizada en un hueso de ave, permite conjeturar sobre un ave protectora tutelar de
este grupo tribal. Se trata de un ave (Albatros) que no se caracteriza por anidar en un
202
Merino, 1974: 82
124
solo lugar, lo que podría tener directa relación con el carácter nómade que el pueblo
aónikenk progresivamente adquirió (llegó a ser la tribu tehuelche más alejada de su
centro geográfico de origen). Un ave totémica como el albatros u otras, tiene
profundas y significativas repercusiones en el aparato religioso de un pueblo
aborigen. La quena San Gregorio estuvo destinada a proteger a una tribu con un
“animal que habita en aire”, no con un animal de tierra como el huanaco, cuyos huesos
también son perfectamente compatibles con la construcción de una quena.
Por último, una palabra respecto a estos ocho años de investigación. Prácticamente
todas las expediciones arqueológicas en territorio chileno son emprendidas sin
arqueomusicólogos. Es evidente que la quena San Gregorio no debe ser el único
espécimen de la región, pero la tarea de encontrar más ejemplares choca con una serie
de impedimentos, entre ellos tal vez el más grave, es la falta de profesionales en la
arqueomusicología especializados, y que, a su vez, exista una política cultural que
facilite la integración de este tipo de profesionales al trabajo arqueológico. Este
investigador tuvo acceso a los instrumentos encontrados en la cueva Fell, en la
Patagonia chilena, asentamiento de aprox. 1260 D.C. En esa colección, hay un
instrumento ingresado como lítico cuya funcionalidad cultural es, a mi juicio,
controversial, podría tener características fónicas. El problema es que el papel
subalterno de un arqueomusicólogo deja fuera de la especificidad del catálogo el
posible rasgo cultural musical de la pieza. Luego, no es oficializable. La otra dificultad
para un etno o arqueomusicólogo es la posibilidad de acceder a fuentes primarias
arqueológicas ¿Por qué es más fácil investigar catastros arqueológicos de pueblos
originarios en Alemania que en Chile? El sentido común dice que podría ser al revés,
porque las manufacturas de los pueblos fueguinos son un patrimonio del país, más
aún, de la humanidad. El problema no es la falta de fuentes primarias, el problema es
la accesibilidad.
125
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SUÁREZ, POLA
VIGGIANO, JULIO
ARCHIVOS
Siete cilindros de cera más tres copias y sus respectivas fichas de descripción.
a) Legajos de manuscritos
b) Álbum de fotografías
N-0070 b 1292: Briefe von Juan Castro u.a. und Robert Lehmann-Nitsche.
135
Apéndice 1
Summary
S.G.
UGAMS-15534
Bone collagen
% area enclosed Cal AD age ranges Relative area under probability distribution
Alan G Hogg, Quan Hua, Paul G Blackwell, Caitlin E Buck, Thomas P Guilderson,
Timothy J Heaton, Mu Niu, Jonathan G Palmer, Paula J Reimer, Ron W Reimer,
Christian S M Turney, Susan R H Zimmerman
Comments:
** 2 sigma = 2 x square root of (sample std. dev.^2 + curve std. dev.^2), where ^2 =
quantity squared.
Note: Cal ages and ranges are rounded to the nearest year which may be too precise
in many instances. Users are advised to round results to the nearest 10 yr for samples
with standard deviation in the radiocarbon age greater than 50 yr.
(acherkin@uga.edu)
138
139
Introducción
Este artículo aspira a reconstruir el sistema musical tehuelche más antiguo al que
podemos acceder, aquel enfocado en su canto onomatopéyico de ritualidad panteística
(“Dios en todo”), a través del canto de las aves que habitaron y habitan el medio
ambiente patagónico.
Arqueología de fantasmas
La semejanza inmaterial
Figura 1
Himnario protestante
Música mapuche,
(primeros misioneros
pewenche y huilliche
británicos)
Canciones de loberos
Himnario salesiano
y traficantes de pieles
El cancionero onomatopéyico
Rafael Díaz (a partir de ahora R.D.): Hoy Julio 1° de 2011 estamos en casa de Mario
Echeverría, investigador de la cultura precolombina del área extremo sur de
Sudamérica. No diremos sólo de Chile, sino también de Argentina. Es una memoria
viviente y queremos aprovecharnos un poco de tu gentileza, Mario; registrarte. Y
queremos fundamentalmente comenzar la primera pregunta que te tenemos aquí
preparada es; ¿cómo fue posible que tú, un hombre de ascendencia vasca,
posiblemente, un hombre occidental haya ganado tanto la confianza de los
tehuelches? ¿Cómo fue que el pueblo tehuelche te acogió a ti y te hizo un hermano? , y
¿cómo te acercaste a ellos? cómo te ganaste su confianza y su amistad?
Mario Echeverría (a partir de ahora M.E.): Sí, en primer término porque yo nací y
me crie en el campo muy cerca del glaciar Perito Moreno, en el Lago Argentino. Y ahí
en el campo entré en contacto desde muy niño con algunos tehuelches, pero también
fuimos formando una linda amistad. Tuve de compañero de juegos en mi niñez a un
chico tehuelche y a un anciano tehuelche que trabajaba en mi casa y que era el que me
iba enseñando poco a poco a pronunciar las palabras, los nombres de las cosas y eso,
pero muchos años después descubrí otro atenuante muy importante; Mi abuelo que
llegó el año uno, 1901.
207 Entrevista realizada a Mario Echeverría Baleta (nacido en 1938, en Calafate, Provincia de Santa Cruz,
Argentina), investigador argentino residente en Río Gallegos, especializado en toponimia tehuelche,
petroglifos y otras manifestaciones culturales de la población indígena de la región patagónica de
Argentina. La entrevista fue realizada por Rafael Díaz en casa de Mario Echeverría, en Río Gallegos, en
julio del 2011. Transcripción de Andrea Ramírez Betancourt.
144
M.E: Del Uruguay, pero él se había criado en Buenos Aires. Esa es una historia larga. Se
hizo marinero desde muy niño y anduvo en la famosa fragata Sarmiento y por último
el año 1901 quedó acá en Río Gallegos, que era un villorrio de casas. De acá empezó a
andar hacia el interior y fue la época final, digamos, de las grandes matanzas que se
hicieron de tehuelches. Para algunos...
M.E: Sí, sí, en todo Santa Cruz. Pero en la zona de aquí, en la zona del Cañadón Kamusu
Aike digamos, que es donde está la reserva, ahí mi abuelo recogió a un niño tehuelche
que estaba escondido porque los personeros de los Menéndez Behety le habían
matado toda la familia. Y lo llevó a este niño y lo contuvo con él mucho tiempo...
M.E: Juan Echeverría. Y bueno, después el chico quedó con otras familias ya cuando
terminó la persecución hacia ellos. La persecución la hizo un tipo que estaba
contratado por los Menéndez Behety. Ese hombre se llamaba Alexander McLennan,
era inglés, y le decían de apodo ‘”chancho colorado”. El famoso “chancho colorado”
recibía una libra esterlina por par de orejas tehuelches que llevara. Entonces salía a
matar paisanos, a matar tehuelches, volvía con sus maletas cargadas de oreja y se iba a
cobrar. Para gastarlo en alcohol, lógicamente. Terminó loco en Punta Arenas y
abandonado en las calles. Ese fue el final de “chancho colorado”; loco y olvidado y
145
M.E: ...cerca del Lago Cardiel. El nombre que le daban a él como nombre tehuelche era
“Marguaso”…
R.D: Marguaso…
R.D: Tu abuelo...
M.E: Sí, mi abuelo. Entonces posiblemente ese nexo, esa conexión a través de este
hombre hizo que los demás tehuelches tomaran mucha confianza y mucho afecto
hacia todos nosotros los de la familia, que siempre tuvimos muy buena relación.
Entonces ellos cualquier cosa, cualquier duda que tenían, cualquier personaje que
aparecía por allá por la reserva indígena a preguntarle algo, a investigar, no les decía
146
R.D: ¿Quién fue ese hombre tehuelche que te enseñó a leer la música de los pájaros, y
la música de la naturaleza?
M.E: Ah, eso cuando era muy niño, muy chico. Tendría 3 o 4 años. En mi casa había un
paisano tehuelche que se llamaba Manuel Quintillán y nosotros le decíamos “Bai
Manuel”, “Bai” que quiere decir en tehuelche; ‘’Bai’’: abuelo. Entonces era el abuelo
Manuel, y ese era el que me enseñaba a escuchar y a reconocer los pájaros por el
canto.
M.E: Entre 3 y 4 años…comenzó, claro, vieras tú, como 2 o 3 años en mi casa. Entonces
me llevaba de la mano, me mostraba las cosas; los cerros, los ríos, el lago y me contaba
historia y cosas que habían ocurrido en esos lugares. Que vendría a ser lo que
nosotros hoy en día le decimos “mitos”, “leyendas”, “creencias”. Pero aparte de eso, a
reconocer no sólo los pajaritos sino todos los animales del campo por sus voces. Y
luego identificar si esa voz correspondía a un pájaro, si ese pájaro estaba alegre,
estaba perseguido, estaba asustado. Por qué gritaba y por qué cantaba determinado
pájaro. Entonces como ellos conocen y viven en el campo, conocen todos esos sonidos,
y eso este anciano me lo enseñaba a mí desde muy niño.
R.D: A ver, haga un esfuerzo de memoria y de silbido. Sílbanos algunos pájaros que
están en tu memoria y que te enseñó a reconocer. Ayer nos hiciste un par…
M.E: Sí (...) puede ser la Calandria, el Zorzal, el Cabecita Negra, la Viudita, el Chingolito.
Todos estos pajaritos tienen distintos tonos y distintos cantos, y la que más variantes
147
M.E: Ah sí, claro el silbido de cada uno de los pájaros. Nunca fui buen silbador...
M.E: Kiken. Ese es el chingolito en tehuelche. Es decir, ellos nominaban a todas las
cosas, todos los animales, a todos los lugares le ponían nombre. A los paraderos le
ponían nombre. Ustedes verán por ejemplo que en nuestro mapa de Santa Cruz hay
muchos lugares que dice por ejemplo: Güer Aike , Kamusu Aike ..y todos terminaban en
aike.
M.E: La palabra aike viene a decir ‘’estancia’’, porque significa ‘’donde se está. Donde
se vive’’. Yo la traduciría como estancia porque nosotros le decimos estancia a la
margarita, estancia a la pochola, estancia a Cerro Cuadrado. Esa estancia quiere decir
que ahí se está, y la palabra aike es lo mismo. Es donde se está. Pero hay un dato que
no puedo omitir, lo que es el siguiente; En los mapas van a ver ustedes por ejemplo
Kaat aiken, Kert aiken... Ya no es aike, es aiken; Kaat aiken. Y esa terminación en ‘’n’’
significa, no que en ese paradero hay, porque la palabra Kaat208 quiere decir
‘’témpano’’. No significa que ahí hay témpanos sino que desde ahí se ven témpanos… la
‘’n’’ que se le agrega a aike significa que es el lugar donde se vive pero que de ahí se ve
tal cosa. Porque hay un lugar que se llama, precisamente, Tkelt aiken, y yo decía bueno
capaz que lo han escrito mal, le han puesto qué se yo. Y después me di cuenta; porque
digo, claro si en ese lugar no hay témpanos, es un lugar de la tierra. El témpano está en
el agua, son desprendimientos del glaciar…de los ventisqueros. Entonces, este, empecé
a ver en otros nombres que decía aiken, y allí me pude dar cuenta de que es ‘’desde acá
se ve’’…se dice Koi aiken, de ahí se ve la laguna...
M.E: Eh… estoy muy olvidado de hablar la lengua tehuelche, porque nunca tengo con
quien hablarla....recuerdo, recuerdo gran cantidad de palabras, algunas frasecitas, un
saludo…
M.E: Eh, bueno… yo les diría, por ejemplo tengo acá en la pared un letrerito que ya se
los alcanzo… (busca letrero) … Acá dice: ketu uespen . Eso quiere decir ‘’bienvenidos’’.
Entonces el saludos sería Ua ingue yenú, ketu uespen; ‘’ Bienvenidos amigos’’. ‘’Hola’’.
M.E: Amigo. Amigo es yenú . Eh… ua ingue es el saludo; buen dia, buenas tardes. Lo
mismo, es un saludo. Entonces uno dice ua ingue yenú . Entonces si se trata de amigos
se le dice de inmediato: ketu uespen, que es ‘’bienvenido’’. Entonces la respuesta es,
también, ua ingue yenú. (...) Y si es una visita; ua ingue yike: ‘’ bienvenida la visita’’. Esa
sería en síntesis las palabras fundamentales para recepcionar a la gente. Yo esto lo
puse en la pared, esto de bienvenido, para que la gente lo vaya memorizando. Que
muchos vienen y lo copian, y eso es lindo porque se difunde. Una cosa tradicional
como es, este, el idioma de los viejos y queridos tehuelches.
R.D: ¿Recuerdas alguna cancioncita o algo que te hayan enseñado para cantar?
M.E: Bueno no, de los pájaros uno (...) si los escucha. Yo si los escucho de inmediato los
identifico. Desde acá adentro puedo escuchar casi todos los días las gaviotas, las
bandurrias, patos que pasan volando...
R.D: ¿Pero esa ave que le gustaba imitar a las otras aves?
M.E: ¡Ah!, no les puedo hacer los sonidos porque no me salen, no me salen pero, es un
pajarito muy lindo, no tiene colores llamativos ni nada. Es un color ocre amarronado y
(...) pero uno escucha el canto de la calandria y es un canto alegre, son sonidos dulces.
Un canto muy dulce… que lastima que no aparece ninguna por este momento. Pero la
calandria es más del interior de la provincia…Acá los que más llegan son los
chingolitos, los gorriones, los zorzales también. Pero no puedo repetir el canto porque
no me sale.
R.D: Ya…
R.D: ¿Alguna vez supiste si el carancho sirvió para fabricar instrumentos musicales?
M.E: Yo no sé si se ha utilizado, por ejemplo algún huesito del ala del carancho. Así
como se utiliza el cóndor, el ala del brazuelo del cóndor...
M. E: Se utiliza para un instrumento que se llama khoolo, que es una (...) Se hace con
una costilla de caballo, o una costilla de guanaco Se le ponen cuerdas de cerdas de
caballo o bien de tendones de espinazo de guanaco. Entonces eso se apoya en la boca
para que la boca haga de caja sonora y con ese huesito afinado de ala de cóndor se
toca. Pero yo creo también que no eran tan exclusivistas los tehuelches, sino tendrían
un huesito de cóndor, bueno, con un huesito de cualquier pájaro.
R.D: Así es… ¿no te suena a ti tehuelche con lo que tú conoces de la lengua tehuelche?,
¿rambo no te suena, no? como parte de...
M.E: No, no, si, si...rambo me suena únicamente como instrumento musical, pues
siempre desde niño conocí el instrumento musical que se llamaba rambo…
M.E: ¡Claro!
R.D: ¿Sí?
R.D: Ah ¿sí?
M.E: Y al otro que era como un violín, digamos para decir alguna forma, es este khoolo.
209 Sin embargo, en el diccionario tehuelche compilado por Pablo Rojas, podemos encontrar muchas
palabras que admiten la combinación mr, am, mb, entre otras: Pie, o Pierna: Namon; Andar: Amon;
Sentir (interiormente): Anunmahuun; Voluntad: Suam; Artesano (oficio): saman; Madera: Mamel;
Carpintero: Mamel saman; Totora : Chambal; Sobaco : Shamaken; Sur : Aonken; Raza : Iamens; Reunión
: Komuaen; Rizoma del junco:Omkem; Perforar (con lezna manos y brazos) :Chemkami; Para mayor
información revisar tal vez el único diccionario tehuelche disponible en el mundo, y que fue obra del
antropólogo Pablo Rojas Ver: http://www.taringa.net/posts/info/972390/Diccionario-Castellano--
Tehuelche.html.Responsable: Pablo Rojas Baamonde (Antropología) UACH.
No es descartable que el significado de la palabra flauta: “rambo”, pudo haber sido efectivamente
acuñada en la lengua aónikenk, porque, al menos, desde el punto de vista fonético, esto es posible.
También hay que considerar que la flauta tehuelche ha tenido otros nombres, como por ejemplo, kchoo,
palabra que como vimos anteriormente, es una combinación de dos palabras: Ko significa hueso y.
Kchechene, pajaritos (Ver: Martinic 1995:244).
152
M.E: Bueno, había algunos paisanos todavía, claro que para eran desconocidos, que
tocaban este instrumento. Pero después desapareció totalmente porque esa gente ya
se retiró, se fue de allí. Pero lo que he visto tocar era el khoolo y el apple. Es decir tocar
ese instrumento de percusión. Y tengo noticias de que hay (...) que fue encontrado un
rambo en la desembocadura del río Santa Cruz donde había un gran asentamiento de
tehuelches. Y ese lo llevaron a Buenos Aires, y en Buenos Aires estaba en la casa de
una familia de los que fueron los dueños (...) la misma familia de los Braun Menéndez.
R.D: Ya…
M.E: Estaba en una casa de ellos. Y otro rambo que llevaron desde la meseta del Lago
Cardiel, del centro de la provincia. Y ese se lo llevaron a Buenos Aires, pero no sé
quién lo llevó ni dónde está. ¡No, perdón!, a Italia, lo llevaron a Italia pero no sé quién
lo llevó. Algún italiano ha sido, o algún explorador o así…
M.E: Que son los dos (...) No se sabe dónde está, ojala que este en un museo…
R.D: Dime, la desembocadura del río Santa Cruz donde se encontró este rambo,
desemboca ese río... ¿dónde?, en el estrecho...
M.E: No, no, pero se encuentran vestigios, muchísimos vestigios de piedras trabajadas,
de huesos trabajados también…
M.E: Eh, no se ha hecho un estudio de antigüedad…Pero se sabe que acá en Santa Cruz
se han hecho estudios para determinar la antigüedad de la presencia del hombre, y
han dado una fracción hasta de 13.000 años de antigüedad...es la datación más antigua
que se conoce en la República Argentina de la presencia del hombre. Pero si esta gente
ha venido desde el norte, porque han venido desde (...) desde el territorio de China,
han cruzado el Estrecho de Bering o Las Aleutianas (...), no el Estrecho de Bering,
porque por el Estrecho de Bering pasaron los que nosotros llamamos tehuelches. Y
vinieron poblando todo América. Tal es así que los Sioux, los ‘’pieles rojas’’, los
Cheyenne por ejemplo. Estos corresponden al mismo grupo étnico de lo que nosotros
llamamos tehuelches acá. Y luego han habido varios desplazamientos hacia… hacia el
este. Y (...) pero otros grupos a través de miles de años han llegado acá. Y se calcula
que el paso de Bering debe ser cercano a los 40.000 años de antigüedad. Eh… 40.000
años comenzaron avanzar hacia el sur hasta llegar acá hace 13.000 años o un poco
más…
R.D: ¿Tú teoría es que el pueblo tehuelche llegó por migración a través del estrecho de
Bering y no es un pueblo formado aquí endogámicamente, en el sur..?
M.E: Sí, porque de acá de América no se han encontrado ningún vestigio de hombre
anterior a la presencia de los asiáticos, porque las características que tienen todos los
indígenas de América son realmente asiáticas. El doble párpado clásico del asiático.
Entonces...
R.D: Y con respecto a la laringe del tehuelche, que esto tiene que ver con el canto... lo
que te voy a preguntar a continuación es; si eran hombres tan alto probablemente las
laringes eran muy largas y podían tener un tono de voz muy grave. Podían hablar muy
grave, muy profundo, y la laringe era muy larga…los hombres muy altos suelen tener
un registro grave…
R.D: Ya que nos describes la fisonomía y los somático del cuerpo tehuelche. Dime
¿cómo era el tono de voz de ellos?, ¿cómo hablaban, en qué registro?
M.E: Claro, por lo general el tono de voz de esta gente es un tono grave, un tono fuerte.
Yo recuerdo siempre a un hombre tehuelche que se llamaba Sainól. Y Sainól estuvo
grabando unos cantos y (...) entonces él cantaba en su lengua tehuelche y por ahí me
dice: ‘’YO CANTO FIERO, PERO JUERTE!’’.
R.D: ¡risa!
M.E: Sí, ahora, cantan por lo general las mujeres. Las mujeres son las cantoras. Por
ejemplo en la fiesta el grupo de mujeres cantan y tocan los instrumentos y los
hombres en grupos de a cuatro bailan.
M.E: Claro, yo tengo ahí un dibujo que tomé de un libro de Musters; ‘’Vida entre los
Patagones’’. Lo amplié, lo hice más grande, en donde están los cuatro tehuelches
bailando. De este lado están los hombres y del lado de allá están las mujeres. Una con
el rambo y otra con un apple. Están tocando.
M.E: Sí, sí tocaban el rambo y tocaban el apple. El apple es el bombo. Ahora, el Khoolo
era un instrumento para hombres solos, porque suena muy bajito. Entonces uno para
entretenerse tocaba lo que, lo que a uno le agradaba o lo que uno podía tocar o invitar
a otros, a otros sonidos a otras músicas.
R.D: En qué libro tuyo está ese ejemplar, esa imagen que tú ampliaste, ese diagrama…
M.E: En el libro ’’Raíz folclórica de la Patagonia’’. En ese libro está el dibujito que está
reducido al mínimo porque yo lo hice, lo amplié, lo hice grande para hacerle los
detalles y todo eso. Y ahí se ve claramente que hay una mujer tocando el rambo y otra
155
que tiene un apple chiquito así, porque el apple era un instrumento de percusión que
se hacía de distintas formas. Una de las formas de hacerlo era agarrar una cáscara de
piche…que es un armadillo. De piche o de peludo que son similares, se cubre con cuero
y después se toca como si fuera una caja…porque el canto era inconfundible, no…ya
conociéndolos uno sabía que ese canto es de fulano , que este de mengano , que éste
de tal familia. Cada familia con su canto, así como tienen también un dibujo con que se
identificaba en los quillangos pintados. Desde la misma forma también había un canto
que era el canto Yemel . Yemel es decir de ‘’familia’’. Cada familia tenía su canción.
R.D: ¿A qué edad escuchaste por primera vez un rambo y quién lo tocaba?
M.E: El viejito Bai Manuel tocaba rambo. Así que sí (...) sí, más o menos a los 4 años
por ahí escuché. Después nunca más vi un rambo en ningún lado, ni a nadie más
tocarlo.
M.E: De hueso…
M.E: Sí, o de fémur de avestruz posiblemente porque era un cañito así, con agujeritos
y tocaba.
M.E: Pero estoy enterado, también, de que hacían con huesos de fémur de guanaco
que es mucho más grande, es más grueso, más largo más pesado. Pero a falta de caña
hueca utilizarían cualquier elemento que pudiese, este, adaptarse a los sonidos. Así
como también el apple, los sonidos, el ritmo, eso también había distintos elementos
con que producir sonidos.
156
R.D: Recuerda ¿qué tipo de melodías tocaban en el rambo..?, si eran rápidas, lentas,
agudas, graves.
M.E: Si, hay quienes han hecho un estudio sobre ese tema. Yo no lo hice porque no soy
músico, no entiendo, no puedo clasificar los sonidos. Pero hay quien los ha hecho y
hablan de tonos y de medios tonos. Lo que yo he leído. Aunque no recuerdo si lo
agregue en el librito. No sé si lo puse ese dato. Pero sé que se han hecho estudios...
incluso por allí tengo en mi archivo algunos datos relacionados con ese tema.
R.D: ¿Pero te sonaba alegre, o te sonaba triste la melodía que escuchaste? Eras muy
pequeño…
M.E: Bueno, había cosas que eran más bien tristes. Pero por allí había momentos en
que eso pasaba, digamos de la tristeza a la alegría con tonos más altos, más fuertes,
más variedad de sonidos.
R.D: ¿Tú podrías aseverar que la quena se parecía al sonido del rambo?
M.E: Y posiblemente ese material le haga más agudo el sonido más dulce... en cambio
el hueso tal vez lo contiene más al sonido.
M.E: No…
R.D: Claro…
M.E: Porque una misma música con muchos tonos, con altibajos, tiene sonido al oírlo,
¿no es cierto?
R.D: Y el dibujo de rambo que aparece en tu libro, ¿cómo fue reproducido? ¿Lo
reprodujiste de otro libro?
210Llama la atención los seis agujeros y la forma moderna de la quena dibujada por Mario Echeverría.
Es muy posible que se trate de un ejemplar ya impactado por la cultura musical republicana argentina.
De todos modos el dibujo es valioso, porque contradice la tesis de algunos etnomusicólogos argentinos
de que la quena no se conoció en territorio patagónico en la primera mitad del siglo XX.
158
R.D: Por tanto eso tiene mucho valor porque es un dibujo de una memoria de un
niño…
M.E: Claro son cosas que quedan en la memoria. Porque no son cosas que se reiteran,
Son cosas que uno la vio en un momento de la vida y después no lo vio más. Pero a uno
le queda el recuerdo de eso que vio. Por otra parte donde vivíamos nosotros en el
campo que nunca veíamos otras personas, no había novedad de importancia. Un
hecho por pequeño que sea queda grabado en la memoria, y si no hay otras cosas que
interrumpan la memoria en ese estado de tranquilidad, de soledad en el campo…
M.E: 1938…
R.D: Por tanto la primera vez que escuchaste un rambo estamos en el año 42…
M.E: Eh, entre Lago Rico y Lago Roca que están al sur del lago Argentino, muy cerca
del glaciar Perito Moreno…
Malvinas, porque ahí en ese tiempo estaba el gobernador Vernet, que era el
gobernador puesto por el gobierno argentino (...) no, esto fue antes, en 183 y tanto
claro, fue antes. Estaba el gobierno de este hombre y la llevaron para que conozcan. Y
ellos se quedaron a trabajar con el gaucho Rivero. El gaucho Rivero era el capataz del
gobernador de las Islas Malvinas que tenía (...) explotaba los campos, criaban caballos,
vacas, ovejas, y se quedaron a trabajar ahí. Tal es así que después por, yo me confundí
al principio con el año. En 1833 los ingleses toman las Malvinas por la fuerza, y el
gobernador no estaba. El gaucho Rivero con los cuatro tehuelches y con otros
paisanos que habían traído de la provincia de Buenos Aires, de Entre Ríos, de por ahí,
forman una guerra de guerrilla y atacan a los ingleses y durante varios meses
mantiene el gobierno... ¡Mantienen el poder ellos! El gaucho Rivero esperaba que
venga algún barco argentino y no vino ninguno. Y después apareció un barco inglés
cargado, armado hasta los dientes. Y con una guerra de guerrilla lo fue eliminando, y al
cabo de seis meses de guerra de guerrilla quedó únicamente vivo el gaucho Rivero y
otro gaucho de apellido Lucero. Los ingleses los tomaron prisioneros y los llevaron a
Inglaterra para juzgarlos. Y allá los ingleses, que dentro de todo tienen esa
caballerosidad, reconocieron que estos gauchos habían atacado a la soberanía, que
peleaban por soberanía, que no eran vulgares asesinos. Entonces los metieron a un
barco y los mandaron de vuelta y los desembarcaron en el Uruguay.
R: D: Última pregunta, ¿qué vinculación hay entre el pueblo tehuelche y los yamanas?
¿O yaganes?
M.E: No, con ellos no había contacto pero hay una información interesante. Aquí hacia
el oeste de Santa Cruz, cerca del límite con Chile, en el actual límite porque antes no
existían, por suerte no existían los límites (...) este, ahí en esa zona se han encontrado
muchos esqueletos pequeños, y hay un lugar, un cerrito que tiene un nombre que
cuando hice el trabajo sobre toponimia de Santa Cruz me costó descifrarlo, porque en
los mapas está escrito ‘’Irué’’ , y yo no le encontraba traducción a esto. Entonces
empecé a buscar quién lo catalogó, quién lo escribió (…) Lo escribió un inglés,
160
entonces no hay que pronunciar Irué , hay que pronunciar ‘’Airué’’. Airué le decían los
tehuelches a los fueguinos, a los chonos, a los chiquititos. Y precisamente en esa zona,
irué quiere decir ‘’muchos’’, muchos fueguinos. En esa zona fueron encontrados
muchos esqueletos de indios fueguinos muertos ahí bajo las rocas, perdidos por ahí.
Entonces quiere decir que había contacto entre ellos.
R.D: Claro…
M.E: Que han llegado hasta ahí, no sé cómo pero han llegado. Y claro, los tehuelches
ocupaban todo esto y toda la región de Natales al sur, todo lo que es actualmente
Punta Arenas. Eso es todo terreno tehuelche, entonces también entrarían los otros,
con los que evidentemente tendrían buenas relaciones porque si llegaban hasta acá y
nadie los corrían quiere decir que andaban bien…
R.D: Bueno, nos despedimos Mario. Por favor unas palabras de cierre a tu, ¿a tu
arbitrio? (...) Ya nos dijiste que eres nacido en 1938. ¿En qué ciudad..?, ¿en qué ciudad
naciste el 38’?
R.D: Ah ya…
M.E: Este, entonces yo les digo; hasta pronto (...) cómo es, ketu uespen uiper; ‘’
bienvenidos siempre’’. (...) y ojalá que sigan, sigamos comunicándonos.
1. Calandria
211Losregistros de audio están tomados de dos fuentes principales, identificadas en esta nota a pie y en
las precedentes. Calandria mora, proveniente de: SAA Calandria Mora: https://drive.google.com/
open?id=0B3sDWAAh94c MdFMzY2xFVE9FZ3M.
163
2. Colegial
Colegial (también llamado cabecita negra) Foto de Andrea Ramírez Avistamiento: Río Gallegos
(Estuario), Punta Arenas (Humedal Tres Puentes).
3. Chincol
Chincol (chincolito) Foto de Andrea Ramírez Avistamiento: Punta Arenas Bahía San Gregorio, Río
Gallegos.
212 Registro de audio de Colegial, usado para esta transcripción, fue tomado de: SAA Colegial:
https://drive.google.com/ open?id=0B3sDWAAh94c MbG1VSDhUOWNlQWs.
164
4. Caiquén
Caiquén. Fotografía de Andrea Ramírez. Avistamiento: Punta Arenas, Bahía San Gregorio. Río Gallegos.
213 Registro de audio de Chincol, usado para esta transcripción, fue tomado de: TCH Chincol:
https://drive.google.com/ open?id=0B3sDWAAh94c MbW51MzN5UGo1ODg.
214 Registro de audio del Caiquén usado para esta transcripción, fue tomado de: SAA Caiquén:
5. Churrete
6. Zorzal
Zorzal Foto de Andrea Ramírez. Avistamiento: Punta Arenas, Bahía San Gregorio. Río Gallegos.
215 Registro de audio de Churrete, usado para esta transcripción, fue tomado de: SAA Churrete:
https://drive.google.com/ open?id=0B3sDWAAh94c MVVhVU3JKZEoweWs.
166
7. Jilguero
Jilguero Foto de Andrea Ramírez. Avistamiento: Punta Arenas, Bahía San Gregorio. Río Gallegos.
216 Registro de audio de Zorzal, usado para esta transcripción, fue tomado de: TCH Zorzal:
https://drive.google.com/ open?id=0B3sDWAAh94c MaHFIb2ktdmpxd1U.
217 Registro de audio de Jilguero, usado para esta transcripción, fue tomado de: TCH Jilguero:
Para entender el gráfico en donde se sintetiza la estructura tonal 218 de cada canto
(gráfico de modalidad idiomática), usaremos el sistema reduccionista neo-
schenkeriano, según la preceptiva de Wallace Berry219
Figura de negra sin plica, posee valor ornamental, sin peso estructural
dentro del canto
169
Figura 3b
Estamos aquí frente a una apariencia formal de “himno de estrofas iguales” (A-A’), con
un pequeño puente que une a ambos períodos. La estructura modal profunda
establece una finalis (Re) y una repercusa (Fa#), con un sonido ornamental. Lo único
que conserva del antiguo sustrato del cancionero tehuelche es el sistema escalar
tetrafónico, que es claramente una herencia del período panteísta del canto tehuelche
(aquel inspirado en la naturaleza) y el sintagma rítmico sincopado que claramente es
una onomatopeya (posiblemente un canto de ave) al que se le superpuso un texto.
“Hijo del pobre padre” acusa una fuerte influencia de las canciones de himnarios de
los primeros misioneros que pasaron por San Gregorio, primeros británicos y luego
franceses. La rigurosa sintaxis de los diseños melódicos deja en claro la herencia del
canto devocional. También lo dilata la estructura tonal del modo, en donde las
implicancias armónicas V-I están basadas en el tricordio Fa#-Mi-Re.
171
Figura 3d
Figura 3f
Este canto tiene una evidente herencia de la música ritual mapuche, tanto en su
tratamiento minimalista del “patrón” (marcado con un corchete en la figura
precedente), el que se repite como una célula fundamental, permanentemente, casi sin
variaciones, y con una identidad armónica marcada por el típico tetracordio de cuarta
disminuida, en este caso La-Do-Re#, que es idiomático del toquido de la trukuka. Este
tetracordio de ámbito de cuarta disminuida, pasó de la trutruka al canto de machi,
convirtiéndose en el sintagma más identitario del canto ritual mapuche223. En este
caso, tenemos un canto que es claro reflejo de la influencia de la cultura mapuche en la
tehuelche. Es tan evidente, que ni siquiera podemos hablar aquí de injerto cultural
mapuche o hibridismo o sincretismo (las tres categorías de la apropiación de un rasgo
cultural ajeno por una cultura determinada). Estamos hablando literalmente de la
aparición de un canto mapuche en plena Patagonia tehuelche argentina (Santa Cruz)
sin deformación alguna, salvo la superposición de un texto tehuelche, el que no afecta
la identidad sonora del canto mapuche transculturado. La modalidad idiomática es
muy reveladora, irrumpe con valor estructural profundo el intervalo de segunda
aumentada y el tritono, intervalos absolutamente ausentes en el trinar/gorjeo de los
pájaros (desconozco la razón) pero si son intervalos característico de la trutruka,
porque esta trompera tubular, al desplegar la serie de armónicos que la hace sonar,
por la naturaleza de su construcción , provoca que los armónicos impares (el
223Ver Díaz, Rafael (2013). La Música Originaria: lecturas de etnomusicología Vol.I.Santiago: Ediciones
UC, pp. 82-92.
175
Figura 3g
225 La chakana tiene apariencia de cruz y, en las culturas precolombinas del área sur-andina es un
símbolo recurrente La forma clásica del área incaica es una especie de cruz de doce puntas.
La chakana representaría a la cruz del sur, aunque el trasfondo de este símbolo pudiera tener
significado de mayor profundidad espiritual. Algunos la relacionan como una escalera hacia lo
trascendente. Nota del autor.
179
Figura 4
Tótem de la fachada lateral derecha del templo de Santo domingo. Cusco. Fotografía del autor. 2013.
En el canto de los pueblos originarios sucede lo mismo. Llegaron al siglo XXI, desde el
pasado, recargado de estilizaciones que deforman su superficie, mas no totalmente su
identidad profunda.
Conclusiones
los instrumentos están directamente relacionados. Más aún, existe una suerte de
mimetismo entre ambos instrumentos y es muy difícil discernir cuál de los dos es el
modelo a seguir. Sin duda, existe una retroalimentación de recursos, un intercambio
de posibilidades y, a la larga, una mimesis. Así ocurrió entre el canto mapuche y el
toquido de la trutruka, y así debió haber ocurrido entre el canto tehuelche y los
diseños melódicos de la recién aparecida flauta de hueso de pájaro
Sabemos que todo canto posee en sí un espectro armónico tácito y subyacente, y que
este espectro habría estado directamente vinculado con los instrumentos musicales
de estos pueblos. La teoría sicoacústica del siglo XXI ayuda a demostrar que el canto
fueguino es el reflejo del contexto natural en que surgió y que, a pesar de que los
instrumentos musicales estuvieron desaparecidos por siglos, nunca lo hicieron las
aves que siguen habitando la región, cuyos sonidos serían el verdadero y profundo
origen del sistema espectral armónico del canto tehuelche y la razón de ser de su
soporte instrumental.
181
REFERENCIAS
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BINFORD, LEWIS
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2007 Vida entre los patagones. Un año de excursiones desde el estrecho de Magallanes
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Arturo Costa Álvarez, traductor, Buenos Aires: Continente-Pax, 2007.
184
CONFERENCIAS
2016-2017
187
VARELA, Francisco. “Present time consciousness”. Journal of counsciouness, studies 6-2-3, (1999).11-
227
140.
188
llegan a una curiosa situación de compatibilidad, a una íntima afinidad que esta
ponencia aspira a poner en evidencia.
Tiempo= Distancia/Velocidad
Tiempo y temporalidad
Es más fácil observar cómo transcurre el tiempo en otra persona que en uno mismo.
Por tanto, proyectaré mi percepción del tiempo en ti lector, a partir de ahora, observo
la materia inefable del tiempo atravesando la corporalidad de tu persona, de ti que
me lees, a la que observo en estos momentos.
Estimado lector, ahora ya puedes leer "Concepción del tiempo en las culturas sur-
andinas", de María Ester Grebe. Tenga cuidado con "La duración y la simultaneidad"
de Henry Bergson, porque en ese texto, Bergson excluye del tiempo toda dimensión
191
espacial. Es un error grosero que después corrigió, pero ya era demasiado tarde, su
primer libro sobre el tema se volvió su palabra oficial sobre el tiempo. A veces los
errores hay que asumirlos (a veces más vale “nunca que tarde”). Es fácil aprender de
las estupideces ajenas, pero es difícil aprender de las nuestras, porque no podemos
separarnos del lenguaje que las constituye. El hombre puede ver sus errores cuando
muere, porque entonces “ya está más allá del lenguaje”228. Un error grosero como el
de Bergson es comprensible, porque él fue un filósofo que no limpió de metáforas sus
conceptos, antes de filosofarlos. Era difícil que lo hiciera, el filósofo trabaja con micro-
metáforas llamadas palabras, es mejor partir con las matemáticas, o con una unidad
metronómica si se es músico. Las matemáticas son la metáfora en sí, son lo más
esencial que tenemos. No tenemos metáfora más precisa que un número, un número
se cierra en sí mismo, nos obliga a percibir el ser y el estar al mismo tiempo.
Figura 1
Altiplano cercano al pueblo de San Pedro de Atacama. Chile. Fotografía del autor.
228“Al muerto nada podemos decirle ni tenemos el derecho de hacerlo, porque él ya está fuera del
lenguaje”. BROCH, HERMANN (1945). Der Tod des Virgil (La Muerte de Virgilio). New York: Pantheon
Books, p.563.
192
El kultrun representa la mitad del universo por su forma semi esférica. Esto implica
una partición en dos del espacio. El universo conocido es la esfera del kultrun. Lo que
no se conoce no se representa. El parche representa cuatro puntos cardinales (otra
bipartición, seguramente originada por la primera, por partir el universo en dos). Las
figuras dibujadas en el kultrun son los poderes omnipotentes de Ngnechen dominador
del universo, el que, por cierto no es el Dios cristiano. El mundo que se le permitió al
mapuche habitar, está representado por dos líneas a manera de cruz y sus extremos
se ramifican en tres líneas más, representando las patas del choique (avestruz); dentro
de los cuartos que quedan divididos por las líneas, se dibujan las estaciones del año,
los meses “machos” (fríos) y los meses hembras(cálidos). Existen líneas imaginarias o
tácitas que cortan transversalmente el parche, y que representan el recorrido del
sol, Puel (Este) y Gulu (Oeste). El tiempo se mueve para el mapuche pendularmente,
pero dentro de un círculo. Es así como se lee el día y la noche y los cambios de
estación:
Figura 2
193
Figura 3
Varela propone una propia y nueva concepción del tiempo, la llama “la estructura
cuádruple del ahora”229. Varela busca superar con este modelo una descripción lineal
del tiempo, punto por punto, línea por línea (“el horror de lo sucesivo”, en otras
palabras). Entonces introduce flujos o tendencias dinámicas. Luego introduce un
concepto de Husserl (su principal gurú en la materia), el concepto de la doble
intencionalidad, es decir, la constitución estática y genética. Para Varela, la doble
intencionalidad ayuda a reforzar la homología que existe en la constitución del tiempo
y del espacio. Varela se mantiene fiel a que el núcleo fenomenológico del tiempo es el
centro/margen. Estas tres variables son las que constituyen la nueva representación
del tiempo de Varela:
Varela sostiene que las energías dinámicas obligan a dejar atrás no sólo una
representación geométrica lineal del tiempo (aquella sólo conformada por puntos y
líneas) sino también cambiar el modelo simétrico de puntos/líneas por una
representación asimétrica de flujos.
229 VARELA, Francisco (2016). El fenómeno de la vida. Santiago de Chile: J-C-Saez Editor, p.324.
195
Temporalización
Centro/periferia
230 VARELA, Francisco (2016). El fenómeno de la vida. Santiago de Chile: J-C-Saez Editor, p.325.
196
Al fin, Varela llega a su modelo de temporalización (ver figura 3), que, en esencia, son
las nuevas variables del tiempo, a las que llegó como resultado del análisis
neurofenomenológico expuesto en El fenómeno de la vida. En esencia su modelo
implica dos sub-modelos de dos figuras o conceptos espacio/temporales cada una. La
primera esclarece las fuerzas dinámicas y la variable estática/genética puestas en
juego en la temporalización:
Figura 4a
231 VARELA, Francisco (2016). El fenómeno de la vida. Santiago de Chile: J-C-Saez Editor, p.325.
197
Figura 4b
Luego Varela reúne ambos sub-modelos bipartitos y los llama “la estructura cuádruple
del ahora”, que ya mostramos en páginas precedentes.
Figura 4c
198
El gran aporte del modelo de Varela es que recupera para el hombre la percepción
temporal en el “siendo”, es decir, en el elusivo instante en que este fluye y que no es
todavía, antes o después. Otro gran aporte del modelo de temporalización de Varela es
que le otorga al flujo dinámico del tiempo/siendo un valor emocional, y este valor
emocional es tan incidente, tan trascendente, que puede modificar lo que va a
transcurrir. En otras palabras, la emoción puede modificar el siendo del siendo.
En esencia, esa es la estrategia temporal del compositor chileno de René Silva que
emplea en Kallfvlem (2009)233 tres procedimientos esenciales:
232 Compositor chileno (1984), formado en la Universidad de Chile, con Jorge Pepi y quien escribe. En su
opus, muestra una particular afinidad con las perfomárticas musicales mapuches. Combina sus labores
docentes y la composición con la práctica de promesante chino, en una cofradía de Coquimbo.
233 fue estrenada por Patricia Castro en 2009, en la Sala Zegers de la Facultad de Artes, con electrónica
en tiempo diferido y con textos del poeta mapuche Cesar Millahueique, fragmento del texto “A orillas
del rio”.
234 Terminología proveniente de la Semiología. Fundamentalmente, se entenderá como estilema a un
diseño melódico o célula musical que alude un estilo de un repertorio determinado. El estilema,
específicamente, indica “un ente musical que, por su frecuente uso por parte de los compositores,
puede ser considerado como componente del estilo que caracteriza a un repertorio. Puede consistir en
una configuración particular articulada en un parámetro musical -una sucesión de alturas, un
encadenamiento de acordes, una sonoridad instrumental o vocal, etc.-, o en la concurrencia de varios -
un acento obtenido con determinado timbre, un tipo de figuraciones rítmicas emitidos por un
199
b) memoria colectiva del oyente familiarizado con la música ritual mapuche y con
el pop de raíz mapuche235.
a) Resonancias estilemáticas
Figura 5
soporte armónico a una máquina de producir ruido. En los compases cinco y siete, el
estilemático patrón rítmico del “Choique purrun” se presenta deformado, diríamos
gestualizado. Por tanto, el estilema “Choique purrun” retorna a su origen
onomatopéyico y se desprende de su carácter motívico tan propio de la música
folclórica y popular de raíz mapuche. Por último, en el compás 11 se instala un
ostinato propio de la danza “Choique purrun”, en base a un sistema interválico
trifónico, muy característico de los patrones de tres notas del piloilo237. El carácter
permanente e invariable de este patrón induce a un estado de trance propio del
machitún. En este ritual de sanación, la Machi repite una oración una y otra vez, hasta
que la mente se vacía de cualquier otra información que la de aquella breve oración y
esta pasa a ocupar el Yo completo de la Machi, y del propio enfermo. Aquella breve
oración termina siendo una vibración interna, que parece provenir de las fuerzas de la
Naturaleza, las que pasan al médium Machi y luego, a la persona que está siendo
sometida al rito de sanación. En la obra Kallfvlem, el ostinato de la danza “Choique
purrun” hace aparecer, en electrónica diferida, aquellos sonidos esenciales de la
naturaleza, los que son una sola cosa con la sensibilidad mapuche. Trance, sonido y
Naturaleza se vuelven una sola cosa, en una palabra, el Panteísmo (Dios en todo) es lo
que propicia el estado de equilibrio entre el Yo y el cosmos y por tanto, se induce la
sanación.
237 Flauta de pan, de piedra, compuesta normalmente de tres agujeros, los que producen tres notas
diferentes, casi siempre constituyendo una trifonía de ámbito de tritono (por ejemplo, Re-Fa-Lab).
202
Figura 6
Todos los gestos que aparecen en la figura 6, son motivos desfigurados, que adquieren
rasgos propios del canto de las aves. No es paradójico que los intervalos
característicos de estos gestos de la figura 6, coincidan con los intervalos del canto de
las aves, es decir, predominancia de segundas menores ascendentes conectadas con
terceras menores descendentes, propias del chincol, o patrones de notas repetitivas
sobre un acorde de ámbito de quinta justa descendente, rellenado por segundas
menores (Sol-Lab.Si-do-Do#-Re), propio del chucao. A su vez, estos intervalos son los
propios del canto mapuche y, a la vez, caracterizan los sistemas escalares de los
aerófonos pifülka, piloilo y trutruka. No podía ser de otra forma, Naturaleza y canto
203
mapuche son inseparables, no sólo en este pueblo, sino en toda cultura panteísta de
Centro y Sudamérica.
Figura 7
238 Membranófono mapuche del tipo “timbal-sonaja”, porque contiene semillas y la propia voz de la
Machi en su interior. Esto lo vuelve membránófono-idiófono. Po supuesto, su modos de ejecución se
realizan en contexto de sanación, tanto del cuerpo/alma como de la propia sanación de la tierra o del
clima..
204
tratamiento curativo que ejerce la Machi. Se aprecia en este patrón, una unidad
interna subyacente de tipo ternaria, lo que es un estilema rítmico des-figurado, lo que
lo convierte en un musema.
Los ejemplos 5 al 7 muestran cómo René Silva ha ido más allá en esta voluntad de
representar al Otro en la escritura musical contemporánea. La tendencia hacia la
escritura des-temporalizada es un rasgo evidente de abstracción con respecto a la
posición idioléctica de compositores chilenos pro-mapuches del siglo XX.
Rafael Díaz S.
Mi conferencia de la British Library: "The tune in which we're all agreed" (when music
becomes a language)”. Por primera vez puedo llegar a acuerdo con un etnomusicólogo
sobre una cualidad extraña de la música (no es casual que haya sido con un
etnomusicólogo africano): que la música pueda llegar a ser un lenguaje univoco para
algunos pueblos, que el sonido pueda convertirse en palabra, e incluso más, en
literatura.
239“La melodía en la cual todos estamos de acuerdo: cuando la música llega a ser un lenguaje”.
Conferencia dictada en octubre del 2016, en la Biblioteca Británica de Londres, Inglaterra.
206
Figura 1
“Un significado linguístico es algo más preciso que una metáfora, es una lengua que
suena", me dice un colega etnomusicólogo de Ghana, mientras me muestra un
membranófono que, cuando es percutido con un determinado timbre, relata un
episodio de la historia de una tribu ganhesa. A este relato literario escrito con ritmos
y/o, con notas musicales, lo llaman "mimesis insignificante", es decir, algo que imita
un comportamiento atávico pero que no podemos escribir. Algo que comunica algo
207
concreto con un lenguaje (la música) que no significa nada. Así llaman los
etnomusicólogos de West África a la percusión de un instrumento que narra una
historia, una oración o un poema con su discurso rítmico. El instrumento trasciende
su soporte, ya no es una manufactura, es una ideofactura, porque tiene el poder de
significar.
Figura 2
El tambor de Ghana, exhibido en la British Library, que posee la capacidad de narrar historias a través
de su poliritmia. Fotografía del autor.
¿Es tan singular la percusión de este instrumento, que tiene la capacidad de devenir
en un lenguaje?
Ambas cosas, no es sólo la percusión parlante que emerge del membranófono, y que
posee significado unívoco para una determinada tribu. Lo sorprendente, lo notable, es
que el timbre también “significa”. El color particular del instrumento llega a ser un
factor de comunicación que no puede excluirse. En otras palabras, antes de la música
del siglo XX, el timbre en West África era tan fundamental como el parámetro
duración.
208
Figura 3
240 La aldea de Conchi Viejo es un antiguo sitio de ocupación prehispánico que se encuentra a unos 80
kilómetros de Calama, a orillas del rio Loa, y a 3.110 metros sobre el nivel del mar. En este lugar se
celebra la “Fiesta de la Virgen del Carmen de Conchi Viejo”, que dura tres dias, entre el 15 al 18 de julio,
siendo el 16, el día con las manifestaciones de religiosidad popular más importantes.
241 Las “fórmulas” son secuencias melódicas que usan los balies, comparsas y cofradías para ser usadas
durante sus danzas rituales. Usualmente estas fórmulas son ancestrales y no admiten modificaciones o
influencias de la cultura de la música popular.
209
Las “Lakitas del Carmen” sólo participan el día 16 de julio. Ellos han terminado por ser
un factor desestabilizante dentro de la fiesta patronal de Conchi Viejo, porque sus
“fórmulas” y otras prácticas suelen poner en crisis las regulaciones impuestas por las
autoridades católicas.
Es así que han comenzado a utilizar como fórmulas, canciones que provienen de la
Música Popular Urbana, Las usan despojada de su letra. Sólo conservan su diseño
melódico pero modifican el tempo y a veces, desplazan la canción de su género
original (por ejemplo, pueden hacer de una balada, una cumbia).
Ese el caso de Los caminos de la Vida242, popularizada por Vicentico, cuya letra omitida
es:
242“Los caminos de la vida”, del compositor colombiano Omar Geles, que Vicentico convirtió en hit en
toda América.
210
Por otra parte, la fórmula basada en Los Caminos de la Vida, transmite un mensaje
subliminal al inconsciente colectivo del promesante, del devoto, del público curioso. El
mensaje del texto es descarnado, “los caminos de la vida son difíciles de caminarlos y
no encuentro la salida”. Los caminos de la vida son la vida misma, donde no hay Dios
ni ángeles custodios que le salven el pellejo a uno. Se pelea hasta morir, sin esperanza
de vencer, el fracaso, la derrota y la muerte es lo único cierto, “porque yo sé que el
destino es así”.
211
Es una fórmula procesional esencialmente atea. Es una visión cruda de la real, sin
ángeles de la guarda, sin recompensas en la otra vida que no existe. La fórmula se toca
en ritmo de cumbia/huayno y respetando casi estrictamente el diseño melódico. Por
eso, todo el mundo sabe qué significa, a pesar de estar vertido en el lenguaje
insignificante de la música. Lo esencial está, el diseño rítmico, que deriva
directamente de la palabra. Es el ritmo el que permite recordar lo que no se canta, lo
que no se dice:
Figura 4
“Los caminos de la vida”, en tempo y ritmo de cumbia/huayno. Fiesta patronal de Conchi Viejo.
Hay discursos musicales en los que la poesía se debe pre-sentir en la música. Algo
como las “Canciones sin palabras” de Mendelssohn , pero más radical aún. En
Mendelssohn podemos presentir el texto en la línea melódica del piano. En la canción-
obra Temblor de Cielo de Massakre243, una banda chilena pionera del Thrash Metal, la
poesía se sub-entiende a lo largo y ancho de un vasto y profundo paisaje sonoro. En
Temblor de Cielo de Massakre, no se oye nunca un solo verso del poema homónimo de
Vicente Huidobro. Sin embargo, cada matiz del poema resuena en la música de
Massakre. La llamo canción/obra porque rara vez en la historia de la música chilena
se puede oír una canción como si se tratara de un poema sinfónico. Temblor de Cielo
de Massakre lo es.
Figura 5
243fundada en 1983 por Yanko Tolic. Sus miembros han sido Yanko Tolic (voz y guitarra), Gabriel Head
(guitarra), Eduardo “Lalo” Vidal (bajo) y Yamil Cáceres (batería).
213
Es posible que este grado de radicalidad entre medios de expresión vecinos se deba a
que el Thrash Metal es más que un género musical. Los cultores del TM ejercen una
especie de ideología, ritualidad y política cultural que los hace diferentes y los aparta
de cualquier circuito comercial. Usualmente sus tópicos ético/estéticos desafían lo
convencional, suelen ser rupturistas, agresivos para el “establishment”.
Alguna vez Yanko Tolic definió Temblor de Cielo como un trabajo “atmosférico… un
viaje imaginario”244.
Temblor de Cielo es un buen ejemplo de lo que Frith define como aquel texto (musical)
donde “se descompone el lenguaje tradicional. El valor del sonido tiene
preponderancia por sobre la frase o la referencia externa. El contenido poético y la
propuesta musical se complementan como un discurso crítico a la sociedad que
contextualiza el discurso”245.
¿Qué oímos en Temblor de Cielo de Massakre? Un vasto friso sonoro hecho de pedales,
elusivos diseños melódicos, constantes modulaciones dentro de un sistema modal
contemporáneo, polifonías exquisitas, diáfanas, nunca pesadas a pesar de sostener un
contrapunto a veces denso, profundidad de campo orquestal (detrás de un plano
sonoro, hay otro y otro y otro).
“Cuántas cosas han muerto adentro de nosotros. Cuánta muerte llevamos en nosotros.
¿Por qué aferrarnos a nuestros muertos? ¿Por qué empeñarnos en resucitar nuestros
muertos? Ellos nos impiden ver la idea que nace. Tenemos miedo a la nueva luz que se
presenta, a la que no estamos habituados todavía como a nuestros muertos inmóviles
y sin sorpresa peligrosa. Hay que dejar lo muerto por lo que vive.
Piensa, recuerda, olvida. Que tu recuerdo olvide sus recuerdos, que tu olvido recuerde
sus olvidos. Cuida de no morir antes de tu muerte.”246
247 Conferencia dictada en el Museo Fonck de Viña del Mar, Chile, en julio del 2015.
216
Las bellotas son una huella reveladora para colegir el origen de un instrumento
musical, en especial, las bellotas florecidas de cinco pétalos, eran el símbolo en la alta
Edad Media y Renacimiento para cierta clase de luthier. Una bellota de cinco
estambres nos revela una serie de rasgos organológicos: tipo de instrumento,
materiales de construcción, temperamentos. Los hombres y sus sonidos se fueron,
pero la naturaleza permaneció, por lo menos hasta el barroco, en que la naturaleza se
volvió alegórica (o tal vez grotesca, en el sentido de "gruta", según Whisler).
Figura 1
Conversaciones en el recreo
Figura 2
Árbol del paquío. Santa Cruz de la Sierra. Flauta de Tiwanaku. Museo de San Pedro de Atacama.
software del profesor, una especie de simulador de materias primas compatibles con
la fabricación de instrumentos musicales. El simulador informático me arroja una
decena de posibilidades. El software va eliminando posibilidades hasta llegar a sólo
dos:
Mis humildes trozos de materia orgánica tienen sólo tienen siete posiciones diferentes
probables dentro de la morfología del instrumento. El software resuelve el problema:
reconfigura la posición de las piezas en el total y analiza la composición de la madera y
la corteza para contextualizar géneros y temperamentos posibles. Ah, por cierto, no
olvidar la bellota de cinco pétalos, reduce aún más las opciones al descartar a una
infinidad de luthiers y quedarnos sólo con aquellos pertenecientes al gremio de la
cuerda frotada. La enigmática tromba marina surge como la probabilidad de más alto
rango. Es un cordófono que alcanzó su peak de dispersión en el siglo XV, de una a dos
cuerdas, construido para ser embarcado en las barcas fluviales que surcaban los ríos
brumosos. El software me entrega ahora su sonoridad… hermosa, como si un animal
marino aullara en la oscuridad. Su sonido es una señal de alarma, algo como un santo
y seña entre barqueros ciegos por la niebla. Es inquietante y hermoso a la vez. Con
razón Vivaldi compuso música para ella.
https://youtu.be/WKHjCPTzNv0
https://youtu.be/ZRfwaf8ZlKk?list=RDZRfwaf8ZlKk
https://youtu.be/erIySs_6ZF8
219
Figura 3a
Tromba marina del Museo de Instrumentos Antiguos de Venecia. Fotografías del autor
Figura 3b
Figura 3d
Francis Galpin tocando una trompa marina. Fotografía Catálogo Museo de Instrumentos Musicales de
Bruselas.
Creo que los temperamentos (sistemas de afinación) reflejan una visión del mundo, tal
como lo hacen las lenguas (que reflejan la idiosincrasia de los pueblos). Un
temperamento no es transferible, tal como el sentido (poético) de una lengua no es
traducible.
¿Afinación o temperamento?
Cuando los hombres comenzaron a concertarse para hacer música, tuvieron que elegir
un sistema de afinación común para todos. Esta concertación derivó en un sistema de
afinación que dictamina un valor igual para cada frecuencia (nota musical) a ser
tocada por ese grupo concertado. Esto implica también escoger algunas frecuencias,
de todas las posibilidades del universo del sonido y descartar otras. Las frecuencias
seleccionadas por el sistema de afinación pasan a llamarse notas musicales. Las
demás, “ruido”. La historia de la música occidental clasificó de dos maneras los
sistemas de afinación, que, en el fondo, son criterios matemáticos:
Todas las músicas de los pueblos originarios del mundo son “temperamentales”.
223
Luego, ¿vale la pena temperar el temperamento como lo hizo Bach? Para su música sí,
para la música occidental sí, porque de otro modo no podrían existir las orquestas ni
las agrupaciones de cámara (que requieren un sistema de afinación concertado).
Pero los músicos de las culturas originarias no las necesitan. Por eso una quinta justa
de una trutruka mapuche jamás ha sido una quinta justa, es más cerca de un tritono. Y
tritonos es lo que canta la machi en el machitún. Y a nadie le molesta.
Figura 4
224
¿Por qué un arqueomusicólogo tiene que excavar? ¿Por qué lo que busca siempre está
debajo y no el cielo, por ejemplo? A veces lo que se busca está en el cielo, por ejemplo
el tercer artículo de este libro se basa en la teoría de que las aves proveen el
temperamento del canto tehuelche.
248 Gordon Matta Clark, Nueva York, EE.UU., 1943 – 1978. Arquitecto y artista del espacio. Hijo del
pintor chileno Roberto Matta. En su corta y fecunda vida, abrió nuevas líneas de desarrollo para las
artes del espacio, la instalación y la de-construcción. En su última etapa se dedicó a intervenir casas,
iglesias, muelles y otras edificaciones abandonadas, de-construyéndolas con herramientas de
demolición y filmando todo el proceso. Nota del autor.
225
Figura 5
249 Descending Steps For Batan. Fotograma extraído del registro fílmico del mismo nombre. Fuente:
https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/f5/71/dd/f571ddfa80bff4d86de6f782f2f05522.jpg.
Consultado el 21-10-17
250 El hermano gemelo de Gordon Matta, Batan Matta murió en 1976. Este hecho, que produjo un gran
impacto en la vida del artista, repercutió en su producción artística. El 21 de Abril de 1977, Matta-Clark
inauguró en la galería Yvon Lambert de París, una actuación en homenaje a su hermano fallecido.
Llevaba el título Descending Steps for. Batan, y hasta su finalización en la primera semana de mayo,
Matta-Clark estuvo excavando un hoyo de forma gradual en el sótano de la galería.
226
buscaba? Nadie sabe lo que buscaba, si es que buscaba algo. Era tal vez un ¿Descending Steps
for Batan251?
Poco antes de iniciar esta última excavación, Gordon Matta escribiría: “Los espacios
sobreviven al paso del tiempo de la misma manera que sobrevive una persona a la
muerte: en esa alianza estrecha entre la memoria y la imaginación. Los lugares existen
en tanto sigamos pensando en ellos, imaginando en ellos; en tanto los recordemos, nos
recordemos ahí, y recordemos lo que imaginemos en ellos”252.
251 Es una acción de arte u ocupación de espacio de 1977, cuando Gordon Matta Clark se encontraba
trabajando con mundo subterráneo de las ciudades. Posee un conjunto de trabajos caracterizados por
esta temática, como la obra de Descending Steps for Batan, o la de 1976 Substrait, que consiste en una
grabación que documenta un paseo por las redes subterráneas de la ciudad de Nueva York.
252 Citado de Luiselli, Valeria. 2010. “Relingos”. En Papeles Falsos. Madrid, Sextopiso.
227
Y un día llegaron a Alsacia, donde estoy ahora, y aquí se quedaron, hasta que seres
orgullosos de su ignorancia y su brutalidad los obligaron a irse. Terminó el workshop.
Ya puedo ir al pueblo de los abuelos, a recorrer un sendero vertical, sin saber por qué,
sin saber qué buscar. Cualquier casita en un recodo, pequeña y humilde, podría ser la
casa donde vivieron mis abuelos, fabricando relojes de péndulo, tranquilos, sin
molestar a nadie. Felices de contemplar las llanuras de Alsacia después de cerrar el
taller.