Unidad 1 - Resena de Clase
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Unidad 1 - Resena de Clase
CONTABILIDAD PÚBLICA
UNIDAD 1
Año 2.017
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PROGRAMA DE LA UNIDAD 1
Unidad 1: Contabilidad Pública
1. Definición de la materia. Campo de aplicación. Divisiones
2. La Contabilidad Pública y la Contabilidad Nacional
3. La Hacienda Pública. Conceptos
4. Carácter de la Hacienda. Central y descentralizada. Art. 6 y 7 Ley VII
Número 11 (Ley de Contabilidad de la Provincia de Misiones). Empresas
del Estado y Sociedades del Estado
5. Ordenadores Primarios y Secundarios
6. Nociones de derecho administrativo
FUENTES:
- Atchabahian, Adolfo – Contabilidad Pública
- Atchabahian, Adolfo – Régimen Jurídico de la Gestión y del Control en la Hacienda
Pública
- Bielsa, Rafael – Compendio de Derecho Administrativo
- Cuadernos de la Cátedra de Contabilidad Pública – Facultad de Ciencias Económicas
- UNNE
- Gordillo, Agustín – Derecho Administrativo
- Marienhoff, Miguel S. – Tratado de Derecho Administrativo
NORMAS LEGALES:
- Constitución Nacional
- Constitución de la Provincia de Misiones
- Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia de Misiones
- Decreto Nº 3421/86 Reglamentario de la Ley de Contabilidad
- Ley XV Nº 5 Orgánica de Municipalidades
- Ley I Nº 3 Orgánica del Tribunal de Cuentas
- Ley Nacional Nº 24.156 de Administración Financiera
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Unidad 1: Contabilidad Pública
Definiciones
Divisiones
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ejercicio determinado, y del cálculo estimado de los recursos o ingresos del tesoro
que habrán de financiar las erogaciones.
Las cifras del presupuesto se exponen en cuentas o partidas específicas.
La contabilidad preventiva está referida exclusivamente al presupuesto considerado
en el momento previo a su utilización.
Trata de la formulación del plan de gastos y entradas de los ramos financieros del
Estado; de las cuestiones técnicas referentes a la proyección y aprobación del
presupuesto; de su presentación formal y su estructura; de su vigencia o duración y
de las reglas que deben respetarse en su confección.
Se considera estática, ya que se refiere al presupuesto no ejecutado.
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- Recomendar adecuaciones para el mejoramiento de los sistemas.
El parlamento o poder legislativo es el órgano máximo de control.
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De la misma manera, el presupuesto del Estado, que es el instrumento
característico de la contabilidad pública, no es otra cosa que un aspecto del presupuesto
para toda la economía nacional, si bien los caracteres de ambos difieren notoriamente.
Caracterizado con mayor precisión el concepto de la contabilidad nacional,
podemos decir que con ésta se trata de medir la actividad económica desarrollada por la
nación: esto es, el objeto que somete a apreciación cuantitativa es el grupo social
denominado nación. Por ende, escapan de la contabilidad nacional los aspectos
económicos referentes a grupos extra nacionales o a otros grupos menores cuando la
actividad de sus integrantes es aislada y no susceptible de producir actos de efectividad
social.
Según J. MARCZEWSKI, la contabilidad nacional tiene los siguientes fines: 1)
medir el bienestar material de los ciudadanos, en cuanto resulta de la actividad
económica de la nación; 2) elegir los medios más adecuados para acrecer dicho
bienestar material.
De la contabilidad nacional ha surgido la idea de la posibilidad de formular un
cálculo preventivo de la actividad económica general de la nación. Así como en la
contabilidad pública, la rama denominada preventiva se ocupa de la formulación del
presupuesto financiero -instrumento éste que limita los gastos a efectuar durante un
ejercicio con cargo al tesoro del Estado-, en la contabilidad nacional se ha pretendido
predeterminar la producción y consumo de bienes y servicios económicos durante uno o
más ejercicios. De este modo han resultado los llamados presupuestos económicos
nacionales ("national economic budget"), que no son sino planes de la actividad
económica a desarrollar por el grupo social que es la nación.
La idea de preparar presupuestos económicos nacionales parte de dos
concepciones esenciales de la ciencia económica: a) la posibilidad de influir sobre la
marcha del ciclo económico, y b) la repercusión de los gastos públicos en la coyuntura
económica. En efecto, la creciente interrelación entre las diversas unidades económicas
que actúan en una economía nacional y la importancia cada vez más grande de la
hacienda pública en el movimiento económico general, son hechos demostrativos de
que los diversos aspectos de la gestión pública y privada de la riqueza se hallan
estrictamente correlacionados, y que la acción económica del Estado es decisiva en la
estructura económica nacional y en la variación de las magnitudes de bienes y servicios.
El conocimiento de estos fenómenos de interacción recíproca condujo a la tendencia
política de planificar la actividad económica nacional y dirigirla para procurar mayor
bienestar material. El presupuesto económico nacional es la concreción de esta
tendencia.
No obstante, una diferencia esencial separa el presupuesto del Estado del
presupuesto económico nacional. Mientras el primero, como instrumento de la
contabilidad preventiva, es una autorización máxima para gastar conferida por el órgano
volitivo del Estado al órgano ejecutivo o administrador y de la cual éste no puede
apartarse, el presupuesto económico nacional es una orientación o una guía, un
programa para el desarrollo de la economía.
El presupuesto financiero del Estado debe adecuarse al presupuesto económico
nacional, pues los ingresos públicos dependen del nivel de la renta nacional; vale decir,
la formulación de un presupuesto económico nacional tiene innegable importancia para
la fijación del presupuesto de gastos públicos. La vinculación entre los egresos públicos
y la renta nacional, los ingresos de los particulares, la inversión global, la propensión a
consumir e invertir de los sectores y la marcha de la coyuntura, obliga a que ambos
instrumentos preventivos se hallen correlacionados estrechamente. Si los gastos del
Estado absorben una porción cada vez mayor del producto nacional, es evidente que la
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medida probable de éste es imprescindible para determinar el monto de aquellos gastos.
A la vez, los gastos públicos inciden sobre la actividad económica, provocando
contracciones o ampliaciones del nivel económico de ocupación de recursos, de
inversión, de transacciones, etc.; por ende, mediante los gastos públicos, el organismo
estatal puede provocar alteraciones en las tendencias cíclicas. Esta incidencia del
presupuesto financiero en la actividad económica general obliga a formular dichos
presupuestos con sujeción a la situación de la economía y a la orientación que desee
imprimírsele.
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La Informática: es el conjunto de conocimientos científicos y técnicos que hacen
posible el tratamiento automático de la información por medio de procesadores
electrónicos de datos.
La Contabilidad General: existe una relación directa, ya que de ella toma los
principios y preceptos.
Las varias relaciones puestas así de manifiesto no significan, en modo alguno,
negar a la Contabilidad Pública un campo exclusivo y propio de investigación y
aplicación, apto para fundar su autonomía.
La Contabilidad Pública debe dar cuenta de la acción cumplida por los órganos
y de las variaciones patrimoniales producidas. Y como la conjugación de estos
elementos (patrimonio, órganos, hechos y actos), puestos en juego, administrativamente
constituyen la hacienda del Estado; entonces el sujeto de la Contabilidad Pública es la
Hacienda Pública.
El Estado es la organización política de un grupo social y sedentario mediante
un orden jurídico garantizado por un poder soberano ejercido por un cuerpo de
funcionarios que tiende a realizar el bien común.
Ente es todo lo que existe o puede existir. En la vida del ente se realizan
actividades de todo tipo, una de ellas es la gestión económica.
La gestión económica es una serie de operaciones económicas coordinadas,
encaminadas a la satisfacción de las necesidades.
Este sector de la conducta de los entes da origen a su actividad administrativa
de naturaleza económica; y es en este sector donde surge el concepto de Hacienda.
La hacienda está inserta dentro de la administración económica del ente.
b) Objeto de la Contabilidad Pública
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- La significación de los elementos integrantes del presupuesto y del seguimiento de
las distintas etapas relativas a su ejecución; del régimen de las contrataciones y de la
incidencia de los contratos; y las variaciones patrimoniales en la Hacienda Pública.
- La comparación entre la predeterminación de las funciones y su cumplimiento; de la
especie y grado de la responsabilidad de los agentes que tienen a su cargo la gestión
de los órganos; y de los órganos que la verifican y juzgan.
La Hacienda Pública
Concepto y contenido:
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la posibilidad de exigir contribuciones obligatorias, ya sea en cargas o prestaciones
personales, en dinero o en especie.
Al hablar de la Hacienda se lo hace de tal forma que se califica a tal
coordinación desde el punto de vista económico. Ello no significa considerarla como
sujeto jurídico. El sujeto jurídico de dicha Hacienda es la persona que adquiere los
derechos y asume las obligaciones que resultan de las operaciones por ella realizadas
(Estado Nacional, Estado Provincial, Municipalidades).
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La finalidad: consiste en satisfacer las necesidades colectivas, lo que distingue
claramente la Hacienda Pública de toda hacienda privada, en otras palabras, atender los
servicios públicos en su más amplio significado.
Caracteres esenciales
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Dicho órgano no constituye una persona diferente, ni se ubica dentro de otra entidad
pública.
Descentralización institucional o administrativa: se da cuando por LEY se crea una
persona jurídica, con patrimonio propio, a la que se concede facultades para cumplir
funciones determinadas. Son entes AUTARQUICOS. Se les otorga su carta orgánica y
se elige a sus autoridades.
Deben diferenciarse dos conceptos. Autarquía y autonomía. En el primero, el
ente tiene facultades para administrarse por sí mismo. En el segundo, además de la
autarquía, el ente tiene la facultad de dictar sus propias normas.
División
La Hacienda Pública del Estado se halla integrada por dos núcleos claramente
separables por su naturaleza (esta división se originó, en principio, con un proceso de
desconcentración o descentralización burocrática):
Hacienda Central Erogativa: es la encargada de la administración general y
económica de los bienes de dominio público y privado del Estado, afectados a la
prestación de servicios públicos indivisibles. Esta Hacienda es de consumo o de
erogación porque aplica los recursos obtenidos de la riqueza de los particulares, por
medio de la imposición, a la satisfacción de las necesidades colectivas indiferenciadas,
genéricas o indivisibles. Las actividades son de índole meramente administrativa y los
órganos dependen jerárquicamente de una autoridad máxima que es el titular del poder
al que corresponden.
Haciendas Menores Anexas: convierten en divisa a la Hacienda del Estado. Se hallan
dotadas por ley de autarquía financiera o administrativa, y tienen facultades dadas por
sus leyes orgánicas. Son entes públicos con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Tiene finalidades distintas, y pueden ser de Erogación (organismos descentralizados) o
de Producción (empresas y sociedades del Estado). Esta distinción es fundamental
porque realizan gestiones distintas, por lo que requieren de presupuestos con alcances y
estructuras diferentes y distintas normas de operatoria ejecutiva, de control, etc. La
circunstancia de existir Haciendas Anexas junto al núcleo central, no significa que la
Hacienda Pública máxima carezca de unidad. Las Haciendas menores concurren directa
o indirectamente a realizar el objeto de la Hacienda Central (que es la de satisfacer las
necesidades públicas) y además tanto una como las otras tienen un único sujeto titular:
El Estado.
Algunas son de erogación con funciones similares a las del núcleo central, por lo que se
ha considerado conveniente y necesario descentralizar confiriéndoles poderes para
administrarse a sí mismas.
Otras son de producción, pues su objeto es elaborar bienes económicos o prestar
servicios divisibles que ofrecen al mercado como cualquier Hacienda de producción
privada (En nuestra Provincia no existen Haciendas que tengan estas características. En
la Nación el Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas).
Las primeras reciben el nombre de servicio administrativos descentralizados o
personificados; y las segundas, empresas del Estado.
La realización de funciones administrativas y productivas por parte de distintos órganos
hace que la Hacienda del Estado sea compuesta además de divisa.
Haciendas Menores Conexas o Paraestatales: son entes privados que tienen por
finalidad la realización de funciones o tareas que interesan a la comunidad, por sus
resultados y por la índole de las necesidades que satisfacen.
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Interesan al Estado pues actúan junto a él sin pertenecerle (por eso son conexas),
cumpliendo funciones que muchas veces son propias del Estado. De éste carácter
también proviene su nombre de Paraestatales.
Son entes del Derecho Privado, pero sus funciones revisten el carácter de públicas.
Todas las Haciendas Conexas no revisten el mismo carácter, ya que tienen a su cargo
finalidades diferentes. Se denominan establecimientos de utilidad pública, son
privadas, prestan servicios públicos divisibles y son de producción.
Las sociedades del Estado tienen la estructura general de una sociedad anónima
y funcionan mayormente en el marco del derecho privado, aunque tienen diferentes
obligaciones y responsabilidades que otros tipos societarios por lo que le son aplicables
algunas normas del derecho público. Se trata de un tipo jurídico que se ubica a medio
camino entre una sociedad anónima y una empresa del Estado (En nuestra Provincia el
IPLYCSE es una sociedad del Estado),
Por su parte, el Estado puede formar parte de sociedades constituidas según los
tipos previstos en la Ley de Sociedades Nº 19550. Del mismo modo, integrar sociedades
con participación estatal mayoritaria según lo que prescribe esa ley (En nuestra
Provincia son sociedades con participación del Estado EMSA, Multimedios SAPEM).
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5. Ordenadores Primarios y Secundarios
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Dice DELPIAZZO, que la expresión “jerarca máximo” del artículo 26 del Texto
Ordenado, está aludiendo al órgano que se ubica en la cúspide de la
Administración respectiva, o sea, aquel por encima del cual no existe otro.
El artículo 28 del T.O.C.A.F. define quienes son los ordenadores secundarios, pues
según el legislador:
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La jerarquía es la relación jurídica que vincula entre sí a los órganos de
administración y los funcionarios mediante poderes de subordinación, para
asegurar unidad en la acción.
Por lo que la subordinación será el nexo radical del poder, que ha quedado con
grado variable en el orden interno de la organización estática y se aplica, más que
como una relación en sentido individual o personal, como consecuencia de la
sujeción física en que se hallan las distintas porciones del Estado.
Además se establece que ese órgano subordinado, cualquiera sea la posición que
ocupe dentro del organismo, será ordenador secundario en la medida en que se le
asigne competencia para gastar por una norma objetiva de Derecho.
Solamente en esa materia se ven limitados los poderes del jerarca, por lo que no
podrá avocar la decisión del subordinado, y sólo podrá conocer ulteriormente lo
actuado en base a la consideración de un eventual recurso jerárquico. Por lo que
nunca supone una ruptura absoluta del vínculo jerárquico.
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2. Desconcentración no privativa o impropia: es cuando se le atribuye a un órgano
subordinado una potestad propia de decisión en determinada materia, pero sin
privar de idéntica potestad al jerarca.
Existen dos órganos –el jerarca y el subordinado- que poseen en una determinada
materia competencia coincidente, el primero de ellos que actúe en el ejercicio de
dicha competencia, expresará la voluntad de la Administración.
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En el literal c), la última hipótesis que prevé el artículo 29 del T.O.C.A.F., se
requiere también un “acto de determinación” dictado por el ordenador primario
competente, estableciendo cuales son los funcionarios a cargo de dependencias
que serán considerados ordenadores secundarios. Dicha autorización no podrá ser
superior al límite máximo de las licitaciones abreviadas, vigente para cada
organismo.
La delegación, para ser válida, debe estar autorizada por ley.
O sea, para que opere la delegación se necesita una potestad delegatoria y una
vocación delegatoria.
De la lectura del artículo 30 del Texto Ordenado surge que la potestad
delegatoria es asignada a todos los ordenadores primarios y secundarios.
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Dice bien DELPIAZZO, que cualquier funcionario subordinado al ordenador
primario o al ordenador secundario delegante, tiene la aptitud de recibir
delegación de ordenador respectivo. Deben distinguirse los ordenadores de
gastos, de los de pago, que son los que disponen el cumplimiento del compromiso
previamente contraído.
Ordenadores de gastos
En nuestra Provincia, en materia de gastos, el ordenador primario es el
Gobernador. En tal sentido, el artículo 116º de la Constitución Provincial determina en
su inciso 5) como atribución y deber del Gobernador “hacer recaudar las rentas de la
Provincia, decretar su inversión con arreglo a la ley …”.
No obstante ello, la Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia establece:
ARTÍCULO 86.- El Poder Ejecutivo aprobará las contrataciones que excedan de pesos
doscientos cincuenta mil ($250.000) y el Vicegobernador, ministros, Fiscal de Estado, y
Contador General de la Provincia, dentro de su jurisdicción, las que superen la suma de
pesos treinta mil ($ 30.000).
ARTÍCULO 87.- El Poder Ejecutivo determinará para cada Jurisdicción, los
funcionarios facultados para autorizar los gastos, cualquiera sea, contrataciones que no
excedan los pesos treinta mil ($30.000).
ARTÍCULO 88.- Los Poderes Legislativo y Judicial, Tribunal de Cuentas y Tribunal
Electoral, designarán los funcionarios que autorizarán y aprobarán las contrataciones a
realizar en sus respectivas jurisdicciones.
ARTÍCULO 89.- En los Organismos Descentralizados, la autorización y aprobación
serán acordadas por las autoridades que sean competentes, según la respectiva ley y sus
reglamentos.
Lo anterior permite apreciar que la atribución constitucional del inciso 5) del
artículo 116º, ha sido reglamentada por la Ley de Contabilidad, permitiendo que otros
funcionarios distintos del Gobernador puedan autorizar y aprobar gastos,
constituyéndose en tal carácter en ordenadores. Por tanto estos son los ordenadores
secundarios.
Las aperturas presupuestarias que determina anualmente la Ley de Presupuesto,
definirán estos ordenadores secundarios.
Ordenadores de pagos:
En materia de pagos, el ordenador primario es también el Gobernador, ya que
según el artículo 56º de la Ley VII Nº 11 “Una vez promulgado el Presupuesto General,
el Poder Ejecutivo dictará Órdenes de Disposición de Fondos, por el total de los créditos
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autorizados para la Administración Central y Organismos Descentralizados. Estas
Órdenes de Disposición serán a favor de cada una de las Direcciones de Administración
y Servicios Administrativos, bajo cuya responsabilidad se encuentre el uso de los
créditos presupuestarios”. Incluso en casos de modificaciones presupuestarias se
requiere la intervención del Gobernador. Así el artículo 57º de la Ley de Contabilidad
establece que “Cuando se modifique el Presupuesto General, el Poder Ejecutivo deberá
adecuar la Orden de Disposición de Fondos”.
Los ordenadores secundarios de pagos, en tanto, son los Servicios
Administrativos, Direcciones de Administración y Contaduría General, tal lo que
prescribe el artículo 60º de la Ley de Contabilidad, que reza: “Los gastos legítimos
realizados contra los créditos del Presupuesto General, serán cancelados mediante
Órdenes de Pago que emitirán los titulares de las Direcciones de Administración,
Servicios Administrativos o Contaduría General, contra la Orden de Disposición de
Fondos en poder de la Tesorería”.
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Estas razones demandan un “ordenamiento” del proceder en el Sector Público,
el que se establece por medio de disposiciones legales.
Las disposiciones legales tienen su origen en distintas esferas del Poder
Público, conforme las atribuciones y competencias reguladas para cada una de ellas.
La multiplicidad normativa de diverso origen, hace necesaria la comprensión
del orden de prelación, que se conoce como “la pirámide jurídica” y que para el
ejercicio administrativo es básicamente la pirámide de la expresión.
En el orden Federal
En la cúspide de la pirámide se encuentra la Constitución Nacional, que es el
modo de expresión de una Convención Constituyente.
Se asimilan a este nivel los Tratados Internacionales suscriptos por el Estado
Nacional y aprobados por el Congreso Nacional.
Le siguen las Leyes Nacionales, modo en que se expresa el Congreso de la
Nación, que deben resultar acordes con las facultades que al Congreso asigna la
Constitución Nacional.
En el orden Nacional
Le siguen en importancia los Decretos del Poder Ejecutivo y las Decisiones
Administrativas de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
En igual plano a estos se ubican las Acordadas de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación y los Decretos de ambas Cámaras del Congreso de la Nación, en lo
atinente a su manejo interno.
En el orden Provincial
Nuestro país se organizó como un Estado Federal, por lo cual las provincias
preexisten a la Nación.
Los Estados Provinciales, por tanto, se dan también sus propias Constituciones,
con la condición de no contravenir la Constitución Nacional.
Así, estas Constituciones son el modo de expresión de las Convenciones
Constituyentes de cada Estado Provincial.
Las Leyes Provinciales son el modo de expresión de las Legislaturas
Provinciales y deben ser acordes a lo que establece la Constitución Provincial, lo que
asegura que no exista colisión entre la materia sujeta a legislación por el Congreso
Nacional y las Legislaturas Provinciales. Aunque estas pueden emitir también
declaraciones, comunicaciones y pedidos de informes, las que por cierto no tienen
efectos administrativos directos e inmediatos.
Dentro de cada ámbito provincial, por su parte, el Poder Ejecutivo se expresa a
través de Decretos.
Algunos de estos para reglamentar las leyes que lo requieran y otros para
posibilitar el desarrollo de sus propias actividades y regular su funcionamiento interno.
Sin perjuicio de ellos, los Ministros expiden Resoluciones y otros funcionarios
de rango inferior (subsecretarios, directores generales, directores), disposiciones,
instrucciones, memorándums.
El Poder Judicial se expresa mediante Acordadas, en lo atinente a su
funcionamiento interno, así como mediante Resoluciones de la Presidencia del Superior
Tribunal de Justicia.
La actividad jurisdiccional se expresa a través de las Resoluciones del Pleno
(Fallos).
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La Cámara de Representantes, además de su facultad legislativa que se expresa
típicamente por medio de leyes (existen además las declaraciones, comunicaciones y
resoluciones), en lo atinente a su desenvolvimiento interno se expresa por medio de
Decretos de la Presidencia de la Cámara y Resoluciones de sus Secretarios Legislativos.
En el orden Municipal
Las Municipalidades, en tanto, no constituyen un Estado.
No existe en nuestro sistema constitucional un Estado Municipal.
Es un “Régimen Municipal” que funciona conforme lo que determina la
Constitución Nacional, la Constitución Provincial y la Ley Orgánica por las que se
rigen, a excepción de aquellas que tienen su propia Carta Orgánica.
Esta facultad en nuestra Provincia está reservado a los Municipios de Primera
Categoría según lo que establece el artículo 170º de la Constitución Provincial.
Tratándose de un Régimen Municipal y no un Estado Municipal, sus áreas
deliberativas y ejecutivas no son poderes, sino departamentos.
Las Cartas Orgánicas Municipales, que pueden darse los Municipios de
Primera Categoría, constituyen el modo de expresión de las Convenciones Municipales.
El Departamento Deliberativo Municipal se expresa mediante Ordenanzas. Las
Ordenanzas son virtualmente las leyes de la Municipalidad.
Para su funcionamiento interno los presidentes de los Concejos Deliberantes
expiden Resoluciones o Disposiciones.
El Departamento Ejecutivo Municipal se expresa generalmente mediante
Resoluciones del Intendente, aunque en algunos casos existe la figura del Decreto del
Intendente, tal es el caso de la Municipalidad de Posadas.
Funcionarios de rango inferior pueden emitir Resoluciones, Disposiciones,
Instrucciones, Memos, todo dependiendo de la magnitud y complejidad administrativa
que adquiera el municipio.
Los Municipios no tienen un Departamento Judicial a la manera de un Poder
Judicial (aunque podría asimilarse a esta función, la que realizan los Tribunales de
Faltas en las Comunas que lo tienen organizados por sus Cartas Orgánicas).
En ausencia de los Tribunales de Faltas, es el propio intendente quien resuelve
las cuestiones litigiosas que surgen por aplicación del código de faltas municipal.
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A diferencia de la inicial que se estampa en la copia del instrumento, el
refrendo se estampa en el original y en la copia junto a la del Gobernador o Presidente
de Cámara.
La Constitución
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La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado
(poderes que, en los países occidentales modernos, se definen como poder
legislativo, ejecutivo y judicial),
y de éstos con sus ciudadanos, estableciendo así las bases para su gobierno y para la
organización de las instituciones en que tales poderes se asientan.
También garantiza al pueblo derechos y libertades.
La Constitución Nacional representa el valor máximo del ordenamiento
jurídico del País.
En orden correlativo, en una organización de tipo federal como la nuestra, en
que las provincias como estados concurren a la formación del Estado Nacional, las
Constituciones Provinciales son el vértice superior de la pirámide jurídica de cada
provincia.
Las constituciones son dictadas por convenciones constituyentes.
Las mismas constituciones pueden establecen los mecanismos de enmiendas.
Así, la Constitución de la Provincia de Misiones determina los procedimientos
de enmienda por Convención Constituyente (artículos 172 a 177) y de enmienda
legislativa (artículos 178 y 179).
La Ley
El Decreto
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El decreto puede ser concebido como una decisión tomada por la autoridad
competente en materia de su jurisdicción. Disposición del Poder Ejecutivo de carácter
general.
En otros términos, es toda norma general emanada de autoridad distinta del
Poder Legislativo.
El Poder Legislativo es el órgano constitucional específico con atribuciones
para hacer leyes.
El Poder Ejecutivo es el órgano administrativo y ejecutor de las normas
generales del Poder Legislativo. Pero en determinadas circunstancias previstas por la
Constitución o la Ley se atribuye la potestad de legislar.
Un caso especial es el de los llamados Decretos de Necesidad y Urgencia.
En ellos, por la competencia que específicamente para tales casos le asigna la
Constitución, el Poder Ejecutivo asume la facultad de hacer leyes, en tanto se acrediten
los supuestos de la necesidad y la urgencia que deben ser fundamento de ese
procedimiento excepcional.
En general, los Decretos tienen el alcance que específicamente le determina en
cada caso la Constitución o la Ley.
En ocasiones la propia Ley requiere que para su aplicación sea reglamentada
por el Poder Ejecutivo.
En su calidad de administrador, es propio del Poder Ejecutivo el dictado de
Decretos que hagan al normal desenvolvimiento de la gestión administrativa del Estado,
materia que constituye el contenido típico de los Decretos.
Dentro de ese concepto típico, encontramos que también en el Poder
Legislativo se dictan Decretos.
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En ese orden se pueden citar por ejemplo, las Ministeriales, las de autoridades
de los Organismos Descentralizados o de dependencias inferiores dentro de cada uno de
los Poderes del Estado.
Las Ordenanzas
Las Ordenanzas son disposiciones normativas aprobadas por acuerdo del pleno
del Cuerpo Deliberativo de un gobierno local, para la regulación de los servicios,
actividades y los ingresos que corresponden a esas entidades locales.
Las ordenanzas deberán responder a los conceptos de ornato, sanidad,
asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educación protección, fomento,
conservación y demás estimaciones encuadradas en su competencia constitucional que
estén correlacionadas con las atribuciones provinciales y nacionales. (art. 29 - Ley XV
N° 5 – Digesto Jurídico – Ex Ley 257 de Municipalidades)
Están referidas a todos los aspectos que la Constitución y la ley reservan a la
esfera de competencia municipal, básicamente orientados a las cuestiones vinculadas
con la atención de todos los servicios indispensables para el desenvolvimiento de un
núcleo urbano.
Son las disposiciones que adopta el Concejo Deliberante y que crea, suspende
o deroga una regla general cuyo cumplimiento compete a la rama ejecutiva (art. 72° inc.
a – Ley XV N° 5 – Digesto Jurídico – Ex Ley 257 de Municipalidades).
Las Ordenanzas son dictadas por el cuerpo deliberativo de un gobierno local.
Estos gobiernos locales, en nuestro sistema constitucional se denominan
“Municipalidades”.
Las Municipalidades no constituyen un “Estado”; se trata de un “régimen
municipal”.
Por tal razón, las Comunas no tienen “poderes”, sino “departamentos”:
• Un Departamento Deliberativo (Concejo Deliberante).
• Un Departamento Ejecutivo (Intendente).
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Pero también puede suceder que la Administración actúe sin que hubiera un
acto administrativo previo que lo haya ordenado (ej.: que los bomberos destruyan una
casa para evitar que el incendio se propague; lo deciden hacer sin que haya habido un
acto administrativo).
Los hechos son realizados por la administración para obtener un resultado, a
veces por medio de un acto de declaración de voluntad y otras no.
Si bien el hecho administrativo no está destinado a producir efectos jurídicos,
en ocasiones, simples hechos pueden producirlos.
Así, un accidente de tránsito protagonizado por un vehículo oficial que cumple
una actividad material específica, ocasiona consecuencias jurídicas para el Estado por el
perjuicio patrimonial que puede representar el daño al rodado, o por las derivaciones
civiles de demandas de terceros ocasionadas por el siniestro.
El procedimiento administrativo
Los expedientes
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El trámite de un expediente, puede concluir en el dictado de una Resolución o
Disposición.
Ese instrumento legal debe constar de las siguientes partes:
• Los vistos,
• los considerandos, y
• la parte resolutiva
La Resolución o Disposición se considera dictada cuando:
• está firmada por la autoridad del servicio público correspondiente;
• se le ha conferido el número de registro, que es el que la identifica; es decir, ha sido
registrada.
Regularmente, las Resoluciones o Disposiciones se redactan en original y
copia.
• La copia para ser firmada por todos aquellos funcionarios de rango inferior al titular
del servicio público que dicta la resolución o disposición. Estas firmas que se aplican
en el margen izquierdo de las copias se denominan “iniciales” y acreditan la
responsabilidad de esos funcionarios en el trámite.
• El original, para ser firmado exclusivamente por el titular del servicio público
correspondiente.
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Toda Ley tiene su inicio en un expediente.
Este expediente se inicia en la Cámara de Representantes de la Provincia, sea
con motivo de un proyecto presentado por Diputados, sea por un proyecto presentado
por el Poder Ejecutivo o sea para el tratamiento de una petición particular.
No necesariamente todo expediente de proyecto se convierte en Ley.
La Ley, para su vigencia, debe seguir un procedimiento que tiene tres etapas
(arts. 102 y 103 C.P.):
• la sanción,
• la promulgación, y
• la publicación.
La sanción de la Ley es atribución de la Cámara de Representantes.
La promulgación de una Ley, corresponde al Poder Ejecutivo.
La Ley, en su estructura formal -a diferencia de lo que ocurre con los Decretos,
las Resoluciones y las Disposiciones-, solo tiene Parte Resolutiva.
Tratándose de un instrumento legal emergente de un debate parlamentario, no
requiere de vistos y considerandos, ya que su motivación queda plasmada en los
fundamentos del proyecto, en los dictámenes de las Comisiones legislativas y en la
versión taquigráfica de la discusión por el Pleno, que pueden ser consultados para
conocer el “espíritu del legislador”.
El texto de la Ley sancionada es firmado por el Presidente de la Legislatura, a
quien acompaña en la firma, el Secretario Legislativo a cargo del Área Legislativa.
El Decreto de promulgación es firmado por el Gobernador y refrendado por el
Ministro Secretario General y de Coordinación de Gabinete.
Interviene además la Dirección General de Información Legislativa del Poder
Ejecutivo, quien confiere el número que corresponde a la Ley.
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