Unidad 1 - Resena de Clase

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ADMINISTRACION Y

CONTABILIDAD PÚBLICA

RESEÑA DE CLASES TEÓRICAS

UNIDAD 1

Año 2.017

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PROGRAMA DE LA UNIDAD 1
Unidad 1: Contabilidad Pública
1. Definición de la materia. Campo de aplicación. Divisiones
2. La Contabilidad Pública y la Contabilidad Nacional
3. La Hacienda Pública. Conceptos
4. Carácter de la Hacienda. Central y descentralizada. Art. 6 y 7 Ley VII
Número 11 (Ley de Contabilidad de la Provincia de Misiones). Empresas
del Estado y Sociedades del Estado
5. Ordenadores Primarios y Secundarios
6. Nociones de derecho administrativo

FUENTES:
- Atchabahian, Adolfo – Contabilidad Pública
- Atchabahian, Adolfo – Régimen Jurídico de la Gestión y del Control en la Hacienda
Pública
- Bielsa, Rafael – Compendio de Derecho Administrativo
- Cuadernos de la Cátedra de Contabilidad Pública – Facultad de Ciencias Económicas
- UNNE
- Gordillo, Agustín – Derecho Administrativo
- Marienhoff, Miguel S. – Tratado de Derecho Administrativo

NORMAS LEGALES:
- Constitución Nacional
- Constitución de la Provincia de Misiones
- Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia de Misiones
- Decreto Nº 3421/86 Reglamentario de la Ley de Contabilidad
- Ley XV Nº 5 Orgánica de Municipalidades
- Ley I Nº 3 Orgánica del Tribunal de Cuentas
- Ley Nacional Nº 24.156 de Administración Financiera
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Unidad 1: Contabilidad Pública 

1. Definición de la materia. Campo de aplicación. Divisiones

Definiciones

Contabilidad Pública es la disciplina que tomando los principios y preceptos


básicos de la Contabilidad General, permite registrar todas y cada una de la operaciones
que realiza el estado en todas sus áreas, mediante la utilización de cuentas referidas a
partidas, para poner de manifiesto, en forma permanente, cuales son, las etapas que se
van cumpliendo tanto en lo que hace a los recursos como a los gastos, pretendiendo
brindar a la finalización del ejercicio, un estado final general que exhiba cual es la
verdadera situación a ese momento, teniendo como objetivo principal ofrecier una
información que nos permita ver en qué medida se han satisfecho o no las necesidades
públicas.

Definición de Bayetto: La Contabilidad Pública es la disciplina que se ocupa de la


economía de la hacienda pública, cuyas operaciones estudia en conjunto y en detalle, a
los efectos de formar y perfeccionar, por vía racional y experimental (y con miras al
mejor cumplimiento de su fin) la doctrina administrativa de aquella.
En su definición, el Profesor Bayetto hace hincapié en el aspecto económico de
la hacienda. Ello así por entender que ocupándose la Contabilidad Pública del estudio de
la gestión administrativa de los entes públicos, no analiza esa gestión en su totalidad
sino que se limita a la administración económica, esto es, la actividad encaminada a la
obtención de recursos y su correlativo empleo para la concreción de los fines del
Estado.

Definición de Arévalo: La Contabilidad Pública tiene un objetivo propio, que consiste


en la aplicación sistemática de los principios y preceptos del contralor, tomados de la
contabilidad general, a la actividad administrativa de carácter económico financiero del
Estado, para revelar dicha actividad, registrarla, exponerla y apreciarla exactamente. Lo
que presupone un conocimiento preciso de la organización y gestión de la hacienda
pública y un vínculo estrecho y constante en su proceso operativo.

Divisiones

En orden a la realización de las tareas que comprende, la Contabilidad Pública


se divide en tres ramas:

a) Preventiva (estática): Analiza la preparación y fijación o aprobación del


presupuesto por los órganos competentes y prevé para un lapso dado, la gestión
financiera a desarrollar por los entes recaudadores de ingresos y los ordenadores de
gastos.
La aprobación corresponde al parlamento o legislatura.
Se ocupa de la valuación preventiva y limitativa, expresada en unidades susceptibles
de traducción monetaria, de los gastos a cargo del tesoro, que se destinarán a
satisfacer las necesidades del Estado o de la comunidad durante un período o

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ejercicio determinado, y del cálculo estimado de los recursos o ingresos del tesoro
que habrán de financiar las erogaciones.
Las cifras del presupuesto se exponen en cuentas o partidas específicas.
La contabilidad preventiva está referida exclusivamente al presupuesto considerado
en el momento previo a su utilización.
Trata de la formulación del plan de gastos y entradas de los ramos financieros del
Estado; de las cuestiones técnicas referentes a la proyección y aprobación del
presupuesto; de su presentación formal y su estructura; de su vigencia o duración y
de las reglas que deben respetarse en su confección.
Se considera estática, ya que se refiere al presupuesto no ejecutado.

b) Ejecutiva (dinámica): Se corresponde con el seguimiento de las operaciones


derivadas de la ejecución presupuestaria y se ocupa de su conveniente registración
contable, tanto en los aspectos financieros como patrimoniales.
En esta se pueden mencionar:
La Contabilidad Ejecutiva Financiera, que registra todos los movimientos vinculados
con la ejecución del presupuesto y sus etapas. Comprende la Contabilidad de
Presupuesto y la Contabilidad de Fondos y Valores.
Tiene por objeto poner de manifiesto los ingresos y los egresos que se producen. Es
decir, que atiende la ejecución de presupuesto en lo referido a los procedimientos de
ingreso de los recursos y de realización de los gastos.
La Contabilidad Ejecutiva Patrimonial, por su parte, registra desde el inicio y hasta el
cierre del ejercicio, la existencia de bienes del patrimonio, con las altas que se
producen por compras o donaciones y las bajas por desuso, rezago, venta o
destrucción.
Es decir que registra las variaciones patrimoniales, a partir del patrimonio inicial para
exponer el patrimonio resultante al cierre. Se dirige a la realización de todos los actos
de mantenimiento, conservación o utilización, jurídica o económica, de los bienes
susceptibles de posesión estatal.

c) Crítica: Está referida al control de la gestión financiero-patrimonial de los entes


públicos. Abarca el control de las operaciones de la gestión ejecutiva y todo cuanto
atañe a la forma de asegurar y hacer efectiva la responsabilidad de los agentes
encargados de la administración, guarda o conservación de los fondos, valores y
bienes del Estado, cualquiera fuere su naturaleza.
A partir de las previsiones formuladas y de las normas legales de procedimiento
económico, determina el ajuste de los hechos a dichas normas, ejercitando los
controles que corresponden a través de los órganos competentes.
Tiene por objeto detectar todas aquellas desviaciones que se producen dentro del
ámbito del sector público y adoptar los recaudos necesarios para corregirlas y evitar
que se reiteren a futuro.
A este efecto involucra acciones administrativas, disciplinarias, penales y políticas
para asegurar el regular desenvolvimiento de las operaciones que se realizan en el
Estado.
Esta etapa tiene como propósitos:
- Evitar desviaciones por acción u omisión en el desempeño de los agentes públicos
encargados de la administración financiero-patrimonial (objetivo preventivo y
concomitante de control).
- Detectar errores o transgresiones en que se ha incurrido (objetivo ulterior de
control)

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- Recomendar adecuaciones para el mejoramiento de los sistemas.
El parlamento o poder legislativo es el órgano máximo de control.

2. La Contabilidad Pública y la Contabilidad Nacional. Relaciones de la Contabilidad


Pública con otras disciplinas

Contabilidad Pública y Contabilidad Nacional

El Congreso Internacional de Contabilidad reunido en París en 1948 consideró


especialmente el tema de la contabilidad nacional y su aplicación a la medida de la renta
o ingreso de la nación. Expertos economistas de distintos países presentaron a esa
reunión cinco informes sobre los siguientes aspectos: vinculación de la contabilidad
económica nacional con la contabilidad privada y pública; comparación temporal y
espacial de las mediciones del rendimiento nacional; contabilidad social; relaciones de
la contabilidad pública con las tentativas de establecimiento de un presupuesto nacional;
y las nacionalizaciones y la contabilidad nacional.
La contabilidad nacional es un procedimiento técnico que utiliza la ciencia
económica para realizar estudios cuantitativos en torno a algunas cuestiones de macro
economía. Desplazada la conducta humana individual como objeto típico de la
investigación económica -tal como sucedió en la escuela clásica y llegó a su máximo
exponente en la escuela sicológica o austríaca-, los economistas se ocuparon del análisis
del comportamiento material de los grandes conjuntos humanos, y especialmente del
mayor conjunto interno, que es la nación. Esta conversión de la microeconomía, en
macroeconomía, al sustituir el objeto de investigación, conduce forzosamente a la
aplicación de nuevos mecanismos y procedimientos técnicos, entre los cuales podemos
mencionar, por sus relaciones con nuestra materia, la contabilidad nacional y el
presupuesto económico.
Sirviéndose de técnicas propias de la econometría y de la estadística, la contabilidad
nacional trata de determinar las relaciones cuantitativas existentes en el conjunto
económico que es la nación, entre las unidades individuales (hombres y empresas) y el
conjunto nacional, midiendo, además, las magnitudes de ciertos hechos económicos
generales, como el consumo total, la inversión total, el producto total. La contabilidad
nacional es, por consiguiente, una técnica que utiliza métodos matemáticos aplicados a
grandes conjuntos económicos, a fin de facilitar a la ciencia económica los elementos
numéricos que ésta debe interpretar y ponderar.
Caracterizada la contabilidad nacional de esta manera, se nos presenta como
una disciplina muy comprensiva y general, que abarca a la misma contabilidad pública o
contabilidad del Estado. Así, mientras nuestra disciplina tiene por objeto la hacienda
pública representada por el Estado y considera los aspectos económicos de tal hacienda,
con miras al mejoramiento de su gestión administrativa, la contabilidad nacional, como
disciplina más amplia, estudia el grupo social genérico -tanto la hacienda pública, como
las haciendas privadas de erogación y producción-, con la finalidad de perfeccionar la
gestión de todo el conjunto económico. La contabilidad pública y la contabilidad
nacional coinciden en su finalidad pragmática, que es perfeccionar el funcionamiento de
los organismos económicos, pero se diferencian por el sujeto a que se dirigen: la
primera atiende al Estado en tanto coordinación económica activa; la segunda analiza a
la nación como grupo económico interno máximo.

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De la misma manera, el presupuesto del Estado, que es el instrumento
característico de la contabilidad pública, no es otra cosa que un aspecto del presupuesto
para toda la economía nacional, si bien los caracteres de ambos difieren notoriamente.
Caracterizado con mayor precisión el concepto de la contabilidad nacional,
podemos decir que con ésta se trata de medir la actividad económica desarrollada por la
nación: esto es, el objeto que somete a apreciación cuantitativa es el grupo social
denominado nación. Por ende, escapan de la contabilidad nacional los aspectos
económicos referentes a grupos extra nacionales o a otros grupos menores cuando la
actividad de sus integrantes es aislada y no susceptible de producir actos de efectividad
social.
Según J. MARCZEWSKI, la contabilidad nacional tiene los siguientes fines: 1)
medir el bienestar material de los ciudadanos, en cuanto resulta de la actividad
económica de la nación; 2) elegir los medios más adecuados para acrecer dicho
bienestar material.
De la contabilidad nacional ha surgido la idea de la posibilidad de formular un
cálculo preventivo de la actividad económica general de la nación. Así como en la
contabilidad pública, la rama denominada preventiva se ocupa de la formulación del
presupuesto financiero -instrumento éste que limita los gastos a efectuar durante un
ejercicio con cargo al tesoro del Estado-, en la contabilidad nacional se ha pretendido
predeterminar la producción y consumo de bienes y servicios económicos durante uno o
más ejercicios. De este modo han resultado los llamados presupuestos económicos
nacionales ("national economic budget"), que no son sino planes de la actividad
económica a desarrollar por el grupo social que es la nación.
La idea de preparar presupuestos económicos nacionales parte de dos
concepciones esenciales de la ciencia económica: a) la posibilidad de influir sobre la
marcha del ciclo económico, y b) la repercusión de los gastos públicos en la coyuntura
económica. En efecto, la creciente interrelación entre las diversas unidades económicas
que actúan en una economía nacional y la importancia cada vez más grande de la
hacienda pública en el movimiento económico general, son hechos demostrativos de
que los diversos aspectos de la gestión pública y privada de la riqueza se hallan
estrictamente correlacionados, y que la acción económica del Estado es decisiva en la
estructura económica nacional y en la variación de las magnitudes de bienes y servicios.
El conocimiento de estos fenómenos de interacción recíproca condujo a la tendencia
política de planificar la actividad económica nacional y dirigirla para procurar mayor
bienestar material. El presupuesto económico nacional es la concreción de esta
tendencia.
No obstante, una diferencia esencial separa el presupuesto del Estado del
presupuesto económico nacional. Mientras el primero, como instrumento de la
contabilidad preventiva, es una autorización máxima para gastar conferida por el órgano
volitivo del Estado al órgano ejecutivo o administrador y de la cual éste no puede
apartarse, el presupuesto económico nacional es una orientación o una guía, un
programa para el desarrollo de la economía.
El presupuesto financiero del Estado debe adecuarse al presupuesto económico
nacional, pues los ingresos públicos dependen del nivel de la renta nacional; vale decir,
la formulación de un presupuesto económico nacional tiene innegable importancia para
la fijación del presupuesto de gastos públicos. La vinculación entre los egresos públicos
y la renta nacional, los ingresos de los particulares, la inversión global, la propensión a
consumir e invertir de los sectores y la marcha de la coyuntura, obliga a que ambos
instrumentos preventivos se hallen correlacionados estrechamente. Si los gastos del
Estado absorben una porción cada vez mayor del producto nacional, es evidente que la

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medida probable de éste es imprescindible para determinar el monto de aquellos gastos.
A la vez, los gastos públicos inciden sobre la actividad económica, provocando
contracciones o ampliaciones del nivel económico de ocupación de recursos, de
inversión, de transacciones, etc.; por ende, mediante los gastos públicos, el organismo
estatal puede provocar alteraciones en las tendencias cíclicas. Esta incidencia del
presupuesto financiero en la actividad económica general obliga a formular dichos
presupuestos con sujeción a la situación de la economía y a la orientación que desee
imprimírsele.

Relaciones de la Contabilidad Pública con otras disciplinas

La Contabilidad Pública es una disciplina social y en virtud de ello se interesa


por el comportamiento del hombre, en cuanto a ser que vive en sociedad, pero limitando
la esfera de su conocimiento a ciertos aspectos de esa convivencia. Dentro de lo social,
tiene una naturaleza política, de allí que guarda relación con disciplinas que tratan de la
vida del Estado, en particular con la Economía Política, el Derecho Público y la Ciencia
Política.
Es así que se relaciona con:
El Derecho Constitucional: que estudia la sociedad como institución política, la
organiza en ese carácter y rige las relaciones del poder público con el individuo. Tiene
por objeto la organización del Estado y sus poderes, la declaración de los derechos y
deberes individuales y colectivos y las garantías.
El Derecho Civil: que define la personalidad jurídica del ente administrativo que
corresponde al Estado y establece el régimen jurídico de la materia administrable,
cuando se refiere a los bienes del Estado (del dominio público y privado).
El Derecho Administrativo: que regula la actividad del Estado en orden a la
organización y a la operación de las funciones y de los servicios públicos.
La Ciencia Política: que concurre a señalar las necesidades colectivas, según el estudio
de los fines del Estado y los medios más adecuados para satisfacerlas. Es la ciencia que
tiene por objeto de estudio al Estado. Estudia la actividad política entendida como la
actividad humana destinada a ordenar jurídicamente la vida social, a crear estructuras
para perfeccionar la convivencia de la comunidad humana.
La Economía: con el aporte de sus leyes macroeconómicas, microeconómicas y su
política económica, determinará la importancia de realizar un gasto antes que otros y
permite conocer los efectos de la detracción de riquezas del sector privado y las
consecuencias de la realización de ciertos gastos.
La Economía Política: que es la ciencia de los bienes económicos y de la aplicación de
estos a la satisfacción de las necesidades humanas.
Las Finanzas Públicas: que investiga las fuentes originarias y derivadas de donde han
de obtenerse los ingresos públicos. La vinculación con la Contabilidad Pública es muy
estrecha. Se ocupa de aquella parte de la Economía que se refiere a la actividad
económica del Estado como organización política. Comprende la determinación del
nivel de actividad y gasto público, la forma de obtener los recursos para llevar a cabo
esa actividad y los efectos del ingreso y gasto público en el sector privado de la
economía.
Las Matemáticas: que como ciencia de la cantidad se relaciona con la Contabilidad
General y por consiguiente con la Contabilidad del Estado.
La Estadística: que aplicando a los fenómenos sociales las leyes de la cantidad, pone
de manifiesto sus efectos y resultados y funda las previsiones.

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La Informática: es el conjunto de conocimientos científicos y técnicos que hacen
posible el tratamiento automático de la información por medio de procesadores
electrónicos de datos.
La Contabilidad General: existe una relación directa, ya que de ella toma los
principios y preceptos.
Las varias relaciones puestas así de manifiesto no significan, en modo alguno,
negar a la Contabilidad Pública un campo exclusivo y propio de investigación y
aplicación, apto para fundar su autonomía.

3. La Hacienda Pública. Conceptos

a) Sujeto de la Contabilidad Pública

La Contabilidad Pública debe dar cuenta de la acción cumplida por los órganos
y de las variaciones patrimoniales producidas. Y como la conjugación de estos
elementos (patrimonio, órganos, hechos y actos), puestos en juego, administrativamente
constituyen la hacienda del Estado; entonces el sujeto de la Contabilidad Pública es la
Hacienda Pública.
El Estado es la organización política de un grupo social y sedentario mediante
un orden jurídico garantizado por un poder soberano ejercido por un cuerpo de
funcionarios que tiende a realizar el bien común.
Ente es todo lo que existe o puede existir. En la vida del ente se realizan
actividades de todo tipo, una de ellas es la gestión económica.
La gestión económica es una serie de operaciones económicas coordinadas,
encaminadas a la satisfacción de las necesidades.
Este sector de la conducta de los entes da origen a su actividad administrativa
de naturaleza económica; y es en este sector donde surge el concepto de Hacienda.
La hacienda está inserta dentro de la administración económica del ente.
 
b) Objeto de la Contabilidad Pública

El objeto de la Contabilidad Pública consiste en el análisis de la gestión


administrativa de los entes públicos, pero no en su totalidad. Se limita a estudiar la
administración económica; es decir la acción de gobierno, dirección y ejecución
orientada hacia la obtención y aplicación de medios de índole económica para lograr,
con ese empleo, la satisfacción de las necesidades del ente al que la hacienda pertenece.
La Contabilidad Pública tiene una doble misión: conocimiento teórico de la gestión
administrativa de la Hacienda Pública para formular y perfeccionar una doctrina; y
aplicación práctica de dicha doctrina para facilitar la organización, administración y
control de la Hacienda Pública.
El primer Simposio Nacional de Profesores Universitarios de Contabilidad
Pública (Bahía Blanca – Mayo 1981) definió como objeto de la Contabilidad Pública, el
estudio de la Hacienda Pública, desde los puntos de vista de su organización, gestión y
control.
El Simposio señalo que la Contabilidad Pública desde esos 3 puntos de vista se
ocupa de:
- Las distintas funciones de la Hacienda Pública, los órganos del Estado encargados de
su cumplimiento y de las interrelaciones entre ellos.

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- La significación de los elementos integrantes del presupuesto y del seguimiento de
las distintas etapas relativas a su ejecución; del régimen de las contrataciones y de la
incidencia de los contratos; y las variaciones patrimoniales en la Hacienda Pública.
- La comparación entre la predeterminación de las funciones y su cumplimiento; de la
especie y grado de la responsabilidad de los agentes que tienen a su cargo la gestión
de los órganos; y de los órganos que la verifican y juzgan.

La Hacienda Pública

En virtud de lo anterior, resulta necesario conceptualizar la Hacienda Pública.


Origen:

Las primeras formas de Hacienda aparecen por la unión de los individuos,


constituyendo el grupo familiar cerrado, y de la ampliación de esto, por lógica
consecuencia, se evoluciona hacia el clan y otros grupos cada vez más amplios.
El proceso de la asociación culmina, en la formación de grupos de finalidad
política, que van asumiendo progresivamente mayores funciones y extendiéndose a
territorios más habitados.
Finalmente se llega al Estado, comunidad política perfecta, asentada sobre un
territorio e integrado por individuos, ligados a una autoridad pública por relaciones de
subordinación.

Concepto y contenido:

Las distintas asociaciones a que el sujeto da vida se distinguen por su finalidad


y por el sector de actividad humana al cual se encaminan. Algunos entes tienen fines
materiales, otros fines espirituales y algunos reúnen ambas condiciones.
El ente es el concepto comprensivo y extensivo que designa al ser, esto es
aquello que existe. El hombre, la familia, el gremio, la iglesia, el municipio, la
provincia, el Estado, son entes.
Existen entes que se destinan a satisfacer las necesidades mediante la
aplicación de bienes materiales a la prestación de servicios útiles. Esta conducta de los
entes da origen a su actividad administrativa de naturaleza económica, y es en este
sector donde surge otro concepto más particular y menos comprensivo que el de ente: es
el de Hacienda.
La Hacienda es la coordinación económica de la actividad humana y de los
bienes. De esta manera, al individuo corresponde una hacienda, lo mismo que a la
familia, a la empresa, a la producción, a la provincia y al Estado.
Cuando se trata de entes colectivos, la Hacienda puede ser definida como la
coordinación económica – activa de personas y de bienes, para satisfacer necesidades
propias.
Si aplicamos el concepto de Hacienda a la esfera del ente político máximo, el
Estado, entonces:
La Hacienda Pública es la coordinación económica activa de elementos
humanos y materiales, establecida por los habitantes de un territorio con la finalidad de
satisfacer las necesidades colectivas, que los individuos aisladamente no podrán atender.
Para el cumplimento de esta finalidad, la Hacienda Pública requiere medios
económicos que obtiene de dos maneras: una directa u originaria, y la otra derivada.
La directa consiste en el usufructo de sus propios bienes; la derivada, que es
la más importante, resulta de su poder coactivo sobre los individuos y se manifiesta en

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la posibilidad de exigir contribuciones obligatorias, ya sea en cargas o prestaciones
personales, en dinero o en especie.
Al hablar de la Hacienda se lo hace de tal forma que se califica a tal
coordinación desde el punto de vista económico. Ello no significa considerarla como
sujeto jurídico. El sujeto jurídico de dicha Hacienda es la persona que adquiere los
derechos y asume las obligaciones que resultan de las operaciones por ella realizadas
(Estado Nacional, Estado Provincial, Municipalidades).

Diferencias entre Hacienda Pública y hacienda privada:

HACIENDA PÚBLICA HACIENDA PRIVADA


EL Estado se hace cargo del conjunto de Se trata de una persona (física o ideal) y
funciones necesarias para el logro del el fin es la satisfacción de una necesidad
bienestar común. o la producción de un bien.
Los individuos no pueden eximirse de La formación o integración de haciendas
formar parte de ella. privadas es voluntaria.
Es de existencia perdurable, en cuanto La existencia de la Hacienda Privada
son perdurables las necesidades públicas depende de la voluntad y de la vida de los
a las cuales debe su nacimiento. hombres
No puede procurarse sus recursos por Tiene su primera fuente de recursos en el
medio del trabajo, debiendo exigirlos, en trabajo.
forma de contribuciones.
La Hacienda Pública puede poseer un Estos recursos tienden, después de
patrimonio fructífero, pero la posesión de satisfacer necesidades actuales, a la
ese patrimonio no es inherente al fin de la formación de un capital.
Hacienda. Sus rentas significan poco, por
lo general, en relación con los recursos
obtenidos de la contribución de los
particulares.
Atiende al aspecto financiero, al Atiende al aspecto patrimonial, al
equilibrio entre el costo de las aumento o disminución del “capital
necesidades a satisfacer y los recursos neto”.
con que se cuenta para cubrirlas.

Elementos que la integran

Su condición de coordinación económica activa de personas y de bienes y su


finalidad de satisfacer necesidades de orden colectivo, permiten determinar los
elementos que dan vida e integran la Hacienda Pública.
Sujeto: es un ente colectivo formado por la reunión de los habitantes de un lugar; es el
Estado (Elemento subjetivo). Persona de derecho público de existencia necesaria.
Materia administrable: es el conjunto de bienes susceptibles de posesión Estatal, o sea,
el patrimonio del Estado (Elemento objetivo).
La gestión administrativa: es la acción concreta de los órganos administrativos sobre la
materia administrable, movilizando la riqueza y aplicándola a la satisfacción de
necesidades. Actividad que permanentemente encaran las jurisdicciones, entidades, en
los diferentes sectores o ámbitos del Estado, cumpliendo con su misión.

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La finalidad: consiste en satisfacer las necesidades colectivas, lo que distingue
claramente la Hacienda Pública de toda hacienda privada, en otras palabras, atender los
servicios públicos en su más amplio significado.
 
Caracteres esenciales

Por su carácter: es en esencia una Hacienda de Erogación. El Estado consume


permanentemente la propia riqueza que administra; esto se llama Gasto Público, aun
cuando su erogación implique la adquisición de bienes y no se consuman. Las
erogaciones en bienes de capital también son gastos del Estado.
Por su duración: es de Existencia Perdurable. Es una consecuencia de la naturaleza
permanente del sujeto al cual pertenece y por la índole de las necesidades que satisface.
Su vida es ilimitada.
Por la naturaleza del vínculo: es Coactiva o Necesaria, porque no se puede elegir
pertenecer o no a ella, y también porque se manifiesta a través del ejercicio del poder de
imperio por parte del Estado.
Por su finalidad: es de Erogación o Consumo al igual que por su carácter. Busca medios
económicos para satisfacer necesidades colectivas. Por excepción es una Hacienda de
Producción, cuando produce bienes o presta servicios a través de sus empresas. El
estado como ente del bien público, no puede espirar al lucro por sí mismo, y al asumir
tareas de producción sólo persigue la mejor prestación de algunos servicios públicos
divisibles o la obtención de recursos para aliviar la carga tributaria. Cuando en un
mismo ente concurren aspectos de Hacienda de Erogación y Producción (empresas del
Estado) se dice que es una Hacienda Compuesta.
Por la condición jurídica de su titular: es Pública, en virtud del ente al que pertenece,
porque el Estado es una persona de derecho público.
Por la integración de sus órganos: es Dependiente, porque los órganos volitivo y
directivo son divididos y son asignados a personas distintas. Depende de todo el pueblo
y no de alguien en particular. Es del pueblo de quien emana su poder. Este carácter tiene
en cuenta la necesidad de asegurar la responsabilidad de los agentes encargados de su
administración (por manejar bienes ajenos).
Por la división del trabajo administrativo: es Divisa, porque junto a la hacienda Central
funcionan haciendas menores (anexas), facultadas para administrarse a sí mismas, pero
acatando a los mandatos del núcleo central.

4. Carácter de la Hacienda. Central y descentralizada. Art. 6 y 7 Ley VII Número 11


(Ley de Contabilidad de la Provincia de Misiones). Empresas del Estado y
Sociedades del Estado

En un principio, al existir una Hacienda Pública indivisa, no había delegación


de la administración.
La evolución del Estado, que generó mayores complejidades a su gestión y
volumen en su conformación, requirió divisiones, desconcentraciones y
descentralizaciones. Se crearon así ministerios con atribuciones específicas,
delegándose en ellos parte de la Administración.
Desconcentración o descentralización burocrática: se lleva a cabo cuando por ley o
decreto se otorga a distintos entes el poder de resolver ciertas cuestiones. Consiste en
atribuir a un órgano inferior competencias limitadas o exclusivas en forma permanente.

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Dicho órgano no constituye una persona diferente, ni se ubica dentro de otra entidad
pública.
Descentralización institucional o administrativa: se da cuando por LEY se crea una
persona jurídica, con patrimonio propio, a la que se concede facultades para cumplir
funciones determinadas. Son entes AUTARQUICOS. Se les otorga su carta orgánica y
se elige a sus autoridades.
Deben diferenciarse dos conceptos. Autarquía y autonomía. En el primero, el
ente tiene facultades para administrarse por sí mismo. En el segundo, además de la
autarquía, el ente tiene la facultad de dictar sus propias normas.

División

La Hacienda Pública del Estado se halla integrada por dos núcleos claramente
separables por su naturaleza (esta división se originó, en principio, con un proceso de
desconcentración o descentralización burocrática):
Hacienda Central Erogativa: es la encargada de la administración general y
económica de los bienes de dominio público y privado del Estado, afectados a la
prestación de servicios públicos indivisibles. Esta Hacienda es de consumo o de
erogación porque aplica los recursos obtenidos de la riqueza de los particulares, por
medio de la imposición, a la satisfacción de las necesidades colectivas indiferenciadas,
genéricas o indivisibles. Las actividades son de índole meramente administrativa y los
órganos dependen jerárquicamente de una autoridad máxima que es el titular del poder
al que corresponden.
Haciendas Menores Anexas: convierten en divisa a la Hacienda del Estado. Se hallan
dotadas por ley de autarquía financiera o administrativa, y tienen facultades dadas por
sus leyes orgánicas. Son entes públicos con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Tiene finalidades distintas, y pueden ser de Erogación (organismos descentralizados) o
de Producción (empresas y sociedades del Estado). Esta distinción es fundamental
porque realizan gestiones distintas, por lo que requieren de presupuestos con alcances y
estructuras diferentes y distintas normas de operatoria ejecutiva, de control, etc. La
circunstancia de existir Haciendas Anexas junto al núcleo central, no significa que la
Hacienda Pública máxima carezca de unidad. Las Haciendas menores concurren directa
o indirectamente a realizar el objeto de la Hacienda Central (que es la de satisfacer las
necesidades públicas) y además tanto una como las otras tienen un único sujeto titular:
El Estado.
Algunas son de erogación con funciones similares a las del núcleo central, por lo que se
ha considerado conveniente y necesario descentralizar confiriéndoles poderes para
administrarse a sí mismas.
Otras son de producción, pues su objeto es elaborar bienes económicos o prestar
servicios divisibles que ofrecen al mercado como cualquier Hacienda de producción
privada (En nuestra Provincia no existen Haciendas que tengan estas características. En
la Nación el Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas).
Las primeras reciben el nombre de servicio administrativos descentralizados o
personificados; y las segundas, empresas del Estado.
La realización de funciones administrativas y productivas por parte de distintos órganos
hace que la Hacienda del Estado sea compuesta además de divisa.
Haciendas Menores Conexas o Paraestatales: son entes privados que tienen por
finalidad la realización de funciones o tareas que interesan a la comunidad, por sus
resultados y por la índole de las necesidades que satisfacen.

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Interesan al Estado pues actúan junto a él sin pertenecerle (por eso son conexas),
cumpliendo funciones que muchas veces son propias del Estado. De éste carácter
también proviene su nombre de Paraestatales.
Son entes del Derecho Privado, pero sus funciones revisten el carácter de públicas.
Todas las Haciendas Conexas no revisten el mismo carácter, ya que tienen a su cargo
finalidades diferentes. Se denominan establecimientos de utilidad pública, son
privadas, prestan servicios públicos divisibles y son de producción.

Empresas del Estado:

Constituyen un tipo jurídico para el funcionamiento de empresas públicas, con


una estructura diferenciada tanto de la administración pública como de las sociedades
comerciales de derecho privado.
Las empresas del Estado se caracterizan por tener un mayor acento en el
derecho público que en el derecho privado. En las empresas del Estado, los funcionarios
superiores pertenecen a la administración pública, mientras que la explotación
comercial, el personal y las relaciones con terceros se rigen por el derecho privado. El
Estado ejerce su control sobre las empresas del Estado en forma externa, nombrando a
su dirección y regulando sus actos mediante acciones administrativas. (En la Provincia
el Banco de la Provincia de Misiones fue una empresa del Estado).

Sociedades del Estado y Sociedades en las que el Estado forma parte:

Las sociedades del Estado tienen la estructura general de una sociedad anónima
y funcionan mayormente en el marco del derecho privado, aunque tienen diferentes
obligaciones y responsabilidades que otros tipos societarios por lo que le son aplicables
algunas normas del derecho público. Se trata de un tipo jurídico que se ubica a medio
camino entre una sociedad anónima y una empresa del Estado (En nuestra Provincia el
IPLYCSE es una sociedad del Estado),
Por su parte, el Estado puede formar parte de sociedades constituidas según los
tipos previstos en la Ley de Sociedades Nº 19550. Del mismo modo, integrar sociedades
con participación estatal mayoritaria según lo que prescribe esa ley (En nuestra
Provincia son sociedades con participación del Estado EMSA, Multimedios SAPEM).

Ámbito de aplicación de la Ley de Contabilidad y régimen presupuestario.

El artículo 6º de la Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia establece que


“La Administración Central a los efectos de esta Ley, involucra a los Poderes y
Organismos del Estado Provincial que no cuenten con recursos propios”.
Por su parte el artículo 7º de la misma Ley expresa: “Entiéndese por
Organismos Descentralizados, aquellos que desarrollan una actividad administrativa,
cuentan con recursos propios, y han sido creados por leyes especiales de acuerdo a lo
establecido en el Artículo 101 inciso 21) de la Constitución Provincial”.
De acuerdo a lo anterior, la Ley de Contabilidad es solo aplicable a la
Administración Central y a los Organismos Descentralizados. No alcanza a la gestión de
eventuales empresas del Estado ni a las de las sociedades en las que el Estado forma
parte.
Del mismo modo, el Presupuesto General de la Provincia no abarca a las
empresas o sociedades estatales.

13
5. Ordenadores Primarios y Secundarios

Respecto a los ordenadores de gastos, nuestra legislación positiva no


contempla esa figura, la que solo es objeto de desarrollo en la teoría.
En la legislación comparada asimilable a nuestro régimen contable público,
encontramos el caso de la República Oriental del Uruguay, que en su Texto Ordenado
de Contabilidad y Administración Financiera (TOCAF), ha plasmado expresamente los
conceptos doctrinarios del tema.
Lo que continúa seguidamente está extractado de la parte de la obra de Pablo
Leiza Zunino (Contratos de la Administración Pública), en la que aborda aquellos
aspectos de la normativa jurídica que recogen los conceptos doctrinarios sobre los
ordenadores de gastos.

El Texto Ordenado de la Contabilidad y Administración Financiera –


T.O.C.A.F.-, establece dos tipos de ordenadores en el Estado: los de gastos y los de
pagos. Los ordenadores de gastos son los órganos competentes para dictar actos
administrativos por los cuales se contraen compromisos con el Estado.

             El artículo 14 del T.O.C.A.F., dice que:

“Constituyen compromiso los actos administrativos dictados por la autoridad


competente, que disponen definitivamente la asignación presupuestal o parte de
ella, a la finalidad enunciada en la misma. Los compromisos deberán  ser
referidos, por su concepto e importe, a la asignación presupuestal que debe 
afectarse para su cumplimiento. Para los gastos cuyo monto recién pueda
conocerse en el momento de la liquidación el compromiso estará dado por la suma
que resulte de ésta”.

Dice bien DELPIAZZO, que la ley define al compromiso como un acto


administrativo dictado por  la autoridad competente, con lo que aparece asociado
al concepto de competencia para comprometer el gasto respectivo.

Los ordenadores de gastos se clasifican en primarios y secundarios. Los


primarios se definen y enumeran en los artículos 26 y 27 del TOCAF, y los
secundarios en los artículos 28 y 29 del Texto Ordenado. En la terminología
habitual, los ordenadores son los jerarcas, de diversos grados, que actúan de
acuerdo a los límites impuestos por las normas.

El artículo 26 del T.O.C.A.F. establece:

             “Son ordenadores primarios de gastos, hasta el límite de la asignación


presupuestal, los jerarcas máximos de toda Administración, cualquiera sea su
naturaleza jurídica”.

El límite del ordenador primario  para comprometerse en los gastos de


funcionamiento  o de inversiones, será hasta la asignación de presupuesto
respectiva. Así lo establece el referido artículo: “Estos ordenadores primarios
podrán ordenar gastos por cualquier monto hasta el límite de la asignación
presupuestal respectiva”.

14
Dice DELPIAZZO, que la expresión “jerarca máximo” del artículo 26 del Texto
Ordenado,  está aludiendo al órgano que se ubica en la cúspide de la
Administración respectiva, o sea, aquel por encima del cual no existe otro.

Y que la referencia a “toda Administración” con mayúscula, significa que se está


refiriendo a la Administración en sentido subjetivo, para individualizar a toda
persona pública estatal que actúa a través de sus órganos en el ejercicio  de la
función administrativa.

Cuando el legislador manifiesta en el artículo en análisis “toda Administración 


cualquiera sea su naturaleza jurídica”, se refiere cualquiera sea la naturaleza de la
Administración, sea centralizada o descentralizada, tanto por razón territorial o
funcional.

Luego, el artículo 27 del T.O.C.A.F., establece cuales son los ordenadores


primarios dentro de nuestro sistema orgánico estatal:

             “En especial son ordenadores primarios:


a) En la Presidencia  de la República, el Presidente actuando por sí.
b) En el Poder Ejecutivo, el Presidente actuando en acuerdo con el Ministro o
Ministros  respectivos o actuando en Consejo de Ministros en su caso.
c) En el Poder Legislativo, el Presidente  de la Asamblea General y los Presidentes
de cada Cámara en su caso.
d) En el Poder Judicial, la Suprema Corte de Justicia.
e) La Corte Electoral, el Tribunal de Cuentas y el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo.
f) En los Gobiernos Departamentales, el Intendente Municipal  y el Presidente de la
Junta Departamental, cada uno dentro de sus competencias.
g) En la Administración autónoma y descentralizada, los Directorios, Consejos
Directivos o Directores Generales de cada uno de estos organismos o entes
públicos.
Estos ordenadores primarios  podrán ordenar gastos por cualquier monto hasta el
límite de la asignación presupuestal respectiva.
Cuando el ordenador primario sea un órgano colegiado, la competencia de ordenar
el gasto será del mismo actuando en conjunto, pero la representación a efectos de
la firma del compromiso u orden respectiva será de su presidente, o en su defecto
de miembro o miembros  que designe dicho órgano en su oportunidad”.

El artículo 28 del T.O.C.A.F. define quienes son los ordenadores secundarios, pues
según el legislador:

“Son ordenadores secundarios de gastos, los titulares de órganos sometidos a


jerarquía, a quienes se asigne competencia para disponer gastos por una norma
objetiva de Derecho”.

Este concepto de ordenadores secundarios que da el artículo 28 del Texto


Ordenado, nos introduce a la noción de subordinación al referirse “los titulares de
órganos sometidos a jerarquía”.

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La jerarquía  es la relación  jurídica que vincula entre sí a los órganos de 
administración y los funcionarios mediante poderes de subordinación, para
asegurar unidad en la acción.

Para MENDEZ, la misma es una relación técnica interna de naturaleza


administrativa, que asegura la unidad estructural y funcional mediante el ejercicio
de poderes de subordinación.

Por lo que la subordinación será el nexo radical del poder, que ha quedado con
grado variable en el orden interno de la organización estática y se aplica, más  que
como una relación en sentido individual o personal, como consecuencia de la
sujeción física en que se hallan las distintas porciones del Estado.

Afirma MENDEZ, que la subordinación constituye el aspecto negativo de la


relación jerárquica, el deber específico de las entidades sometidas a ella,
positivamente, esto es, mirada desde los órganos superiores, se manifiesta como
supremacía.

Además se establece que ese órgano subordinado, cualquiera sea la posición  que
ocupe  dentro del organismo, será ordenador  secundario en la medida en que se le
asigne competencia para gastar por una norma  objetiva de Derecho.

El legislador está aplicando en esta disposición el concepto de desconcentración,


definido como la atribución de poderes propios de decisión en una o más materias
a un órgano sometido a jerarquía.

Dice CAJARVILLE PELUFFO, que cuando las normas jurídicas consagran la


desconcentración, el sistema  jerarquizado –centralizado o descentralizado- se
altera en su funcionamiento, pero no en su estructura. Esa alteración funcional
consiste en que, mientras en la concentración todos los poderes de administración
radican en el jerarca, quien dicta por ende todos los actos administrativos
necesarios para cumplir los cometidos atribuidos al sistema, con la
desconcentración aparece la posibilidad de que ciertos actos jurídicos
administrativos los dicte un órgano subordinado.

             La  desconcentración  puede asumir dos modalidades:

1. Desconcentración privativa: la atribución de competencia al subordinado puede


acarrear la privación de la misma al jerarca, de manera que él o los actos a que
refiera sólo podrá dictarlos el subordinado y no el jerarca. Se trata de un poder
propio y privativo de decisión que se le atribuye al subordinado.

Solamente en esa materia se ven limitados los poderes del jerarca, por lo que no
podrá avocar la decisión del subordinado, y sólo podrá conocer ulteriormente lo
actuado en base a la consideración de un eventual recurso jerárquico. Por lo que
nunca supone una ruptura absoluta del vínculo jerárquico.

Afirma ROTONDO, que la atribución al subordinado debe ser restringida, porque


de otro modo, el poder de mando del jerarca quedaría virtualmente
desnaturalizado.

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2. Desconcentración no privativa o impropia: es cuando se le atribuye a un órgano
subordinado una potestad propia de decisión en determinada materia, pero sin
privar de idéntica potestad al jerarca.

En esta desconcentración existe una competencia alternativa o concurrente,


entendiendo por tal la atribución de una misma competencia a dos o más órganos
que pueden ejercerla individual e indistintamente.

Existen dos órganos –el jerarca y el subordinado- que poseen en una determinada
materia competencia coincidente, el primero de ellos que actúe en el ejercicio de
dicha competencia, expresará la voluntad de la Administración.

La desconcentración tanto privativa o no privativa deberá provenir de una norma


objetiva, constitucional o legal; o sea tendrá que tener el mismo o superior rango
jurídico que aquellas normas que confieren la competencia que se trata de
desconcentrar.

El artículo 29 del Texto Ordenado al referirse a los ordenadores secundarios, los


enumera aplicando un criterio cuantitativo.

             Dice el artículo:

“En especial, son ordenadores secundarios:


a) los Ministros  en su Ministerio, el Secretario de la Presidencia de la República,
el Director de la Oficina de Planeamiento  y Presupuesto y el Director de la
Oficina Nacional del Servicio Civil, dentro de sus dependencias, con el límite del
cuádruple del máximo de las licitaciones abreviadas; vigentes para cada
organismo.
b) los Directores, Gerentes u otros Jerarcas de dependencias directas de los
ordenadores primarios, o de los ordenadores secundarios mencionados en le literal
anterior que se determinen, con el límite máximo del doble de las licitaciones
abreviadas vigente para cada organismo.
c) los  funcionarios a cargo de las dependencias que deberá establecer la
reglamentación, ponderando la naturaleza y características de las mismas y la
jerarquía de dichos funcionarios, con el  límite  máximo de las licitaciones
abreviadas, vigente para cada organismo.

En el literal a) de esta disposición el legislador estableció  cuáles son los


ordenadores secundarios que están comprendidos en los Ministerios, el Secretario
de la Presidencia de la República, el Director de la Oficina de Planeamiento y
Presupuesto y el Director de la Oficina Nacional del Servicio Civil, tendrán un
monto  de hasta el cuádruple del máximo de las licitaciones abreviadas.

En el literal b),  se requiere un “acto de determinación”  del ordenador primario,


pero limitado  en su alcance a quienes dependen directamente de ordenadores
primarios o de algunos de los ordenadores secundarios incluidos en el literal a).

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En el literal c), la última hipótesis que prevé el artículo 29 del T.O.C.A.F., se
requiere también un “acto de determinación”  dictado por el ordenador primario
competente, estableciendo cuales son los funcionarios  a cargo de dependencias
que serán considerados ordenadores secundarios. Dicha autorización no podrá ser 
superior al límite máximo de las licitaciones abreviadas, vigente para cada
organismo.

             EL artículo 30 del Texto Ordenado establece:

“Los ordenadores primarios y secundarios podrán  delegar la competencia para


ordenar gastos en funcionarios de su dependencia.
Los delegatarios actuarán bajo supervisión y responsabilidad del ordenador
delegante.
Los delegatarios no podrán subdelegar la atribución delegada pero podrán
habilitar a titulares de proveeduría y otros servicios dependientes a efectos de
permitirles efectuar gastos menores o eventuales cuyo monto no exceda el límite
máximo establecido para las contrataciones directas excluidas las de excepción”.

El legislador en este artículo establece la posibilidad jurídica de que tanto los


ordenadores primarios como secundarios, deleguen  su competencia para ordenar
gastos.

La delegación de atribuciones puede definirse como el acto por el cual el órgano


delegante –debidamente autorizado para ello por una norma expresa- inviste al
delegado de la potestad (poder – deber) de expresar la voluntad orgánica, en un
determinado sector de su competencia.

             La delegación, para ser válida, debe estar autorizada por ley.

Afirma CAJARVILLE PELUFFO, que el principal efecto de la delegación de


atribuciones, es la atribución al delegado de la potestad de expresar la voluntad del
órgano delegante, en el ámbito de la competencia delegada.

La actuación del delegado se imputa siempre al órgano delegante. El órgano


delegante nunca pierde la potestad de expresar la voluntad que delegó.

La delegación deberá concretarse a través de un acto delegatorio, resolución


fundada del órgano delegante, autorizado como ya se mencionó por una norma
habilitante –ya sea constitucional o legal-.

O sea, para que opere la delegación se necesita una potestad delegatoria y una
vocación delegatoria.

De la lectura del artículo 30  del Texto Ordenado  surge  que la potestad
delegatoria es asignada a todos los ordenadores primarios y secundarios.

Y la vocación delegatoria, que es la posibilidad de recibir una atribución delegada,


por disposición legal, operará en cualquier funcionario de su dependencia.

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Dice bien DELPIAZZO, que cualquier funcionario subordinado al ordenador
primario o al ordenador secundario delegante, tiene la aptitud de recibir
delegación de ordenador respectivo. Deben distinguirse los ordenadores de
gastos, de los de pago, que son los que disponen el cumplimiento del compromiso
previamente contraído.

El artículo 31 del T.O.C.A.F., dice:

“Son ordenadores de pagos, además de los ordenadores de gastos, los Directores


de servicios administrativos o  funcionarios  autorizados al efecto, pudiendo librar
las órdenes  que determina el artículo 22 sin límite de monto.
Dichos Directores de servicios administrativos, o funcionarios autorizados al
efecto, podrán  delegar bajo su responsabilidad, en titulares de sus servicios
dependientes, la facultad para ordenar los pagos, hasta el límite establecido para
las contrataciones directas”.

En definitiva, cabe conceptualizar teóricamente dos tipos de ordenadores: de


gastos y de pagos.

Ordenadores de gastos
En nuestra Provincia, en materia de gastos, el ordenador primario es el
Gobernador. En tal sentido, el artículo 116º de la Constitución Provincial determina en
su inciso 5) como atribución y deber del Gobernador “hacer recaudar las rentas de la
Provincia, decretar su inversión con arreglo a la ley …”.
No obstante ello, la Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia establece:
ARTÍCULO 86.- El Poder Ejecutivo aprobará las contrataciones que excedan de pesos
doscientos cincuenta mil ($250.000) y el Vicegobernador, ministros, Fiscal de Estado, y
Contador General de la Provincia, dentro de su jurisdicción, las que superen la suma de
pesos treinta mil ($ 30.000).
ARTÍCULO 87.- El Poder Ejecutivo determinará para cada Jurisdicción, los
funcionarios facultados para autorizar los gastos, cualquiera sea, contrataciones que no
excedan los pesos treinta mil ($30.000).
ARTÍCULO 88.- Los Poderes Legislativo y Judicial, Tribunal de Cuentas y Tribunal
Electoral, designarán los funcionarios que autorizarán y aprobarán las contrataciones a
realizar en sus respectivas jurisdicciones.
ARTÍCULO 89.- En los Organismos Descentralizados, la autorización y aprobación
serán acordadas por las autoridades que sean competentes, según la respectiva ley y sus
reglamentos.
Lo anterior permite apreciar que la atribución constitucional del inciso 5) del
artículo 116º, ha sido reglamentada por la Ley de Contabilidad, permitiendo que otros
funcionarios distintos del Gobernador puedan autorizar y aprobar gastos,
constituyéndose en tal carácter en ordenadores. Por tanto estos son los ordenadores
secundarios.
Las aperturas presupuestarias que determina anualmente la Ley de Presupuesto,
definirán estos ordenadores secundarios.

Ordenadores de pagos:
En materia de pagos, el ordenador primario es también el Gobernador, ya que
según el artículo 56º de la Ley VII Nº 11 “Una vez promulgado el Presupuesto General,
el Poder Ejecutivo dictará Órdenes de Disposición de Fondos, por el total de los créditos

19
autorizados para la Administración Central y Organismos Descentralizados. Estas
Órdenes de Disposición serán a favor de cada una de las Direcciones de Administración
y Servicios Administrativos, bajo cuya responsabilidad se encuentre el uso de los
créditos presupuestarios”. Incluso en casos de modificaciones presupuestarias se
requiere la intervención del Gobernador. Así el artículo 57º de la Ley de Contabilidad
establece que “Cuando se modifique el Presupuesto General, el Poder Ejecutivo deberá
adecuar la Orden de Disposición de Fondos”.
Los ordenadores secundarios de pagos, en tanto, son los Servicios
Administrativos, Direcciones de Administración y Contaduría General, tal lo que
prescribe el artículo 60º de la Ley de Contabilidad, que reza: “Los gastos legítimos
realizados contra los créditos del Presupuesto General, serán cancelados mediante
Órdenes de Pago que emitirán los titulares de las Direcciones de Administración,
Servicios Administrativos o Contaduría General, contra la Orden de Disposición de
Fondos en poder de la Tesorería”.

6. Nociones de derecho administrativo

Formas de expresión de las decisiones administrativas

La actividad privada, no requiere modos determinados para expresar las


decisiones.
En emprendimientos unipersonales la mayoría de las veces la decisión se
expresa concretamente en la acción.
En las pequeñas organizaciones, predomina el modo verbal.
Por lo general la decisión se expresa de esta forma simple, aunque en ciertos
casos puedan existir algún tipo de manifestaciones más elaboradas tales como los
“memos”, notas y otras piezas de similar estilo.
Las organizaciones más grandes y complejas suelen adoptar en cambio algún
tipo estandarizado, como las órdenes de servicio, las instrucciones, además de los
memos y notas.
Todo esto sin perjuicio de los requisitos exigidos en los casos de determinados
tipos societarios, en los que las “actas” constituyen la expresión del análisis de situación
y consecuente definición de medidas.
Así aparecen las actas de directorio, actas de asamblea, actas de consejo
directivo, etc.
En la actividad pública, en cambio, las decisiones administrativas no se
adoptan en forma verbal.
Diversas son las razones a las que esta metodología obedece:
a) La complejidad propia derivada del volumen de actividad y el tamaño de la
administración;
b) La existencia de competencias específicas reguladas para los distintos niveles de
funciones;
c) La necesidad de determinar responsabilidades en el accionar administrativo;
d) El deber de fundar todo acto administrativo no en pareceres personales sino en el
contexto normativo en que se inscribe todo el quehacer reglado público;
e) Dar garantías al ciudadano de que la actuación administrativa se lleva a cabo
siguiendo los procedimientos regulares que corresponden en el trámite.
f) Constituirse en el fundamento para el juzgamiento de los actos en el marco de las
responsabilidades penales, administrativas, civiles y disciplinarias a las que todos
quienes administran caudales públicos se encuentran sometidos.

20
Estas razones demandan un “ordenamiento” del proceder en el Sector Público,
el que se establece por medio de disposiciones legales.
Las disposiciones legales tienen su origen en distintas esferas del Poder
Público, conforme las atribuciones y competencias reguladas para cada una de ellas.
La multiplicidad normativa de diverso origen, hace necesaria la comprensión
del orden de prelación, que se conoce como “la pirámide jurídica” y que para el
ejercicio administrativo es básicamente la pirámide de la expresión.

En el orden Federal
En la cúspide de la pirámide se encuentra la Constitución Nacional, que es el
modo de expresión de una Convención Constituyente.
Se asimilan a este nivel los Tratados Internacionales suscriptos por el Estado
Nacional y aprobados por el Congreso Nacional.
Le siguen las Leyes Nacionales, modo en que se expresa el Congreso de la
Nación, que deben resultar acordes con las facultades que al Congreso asigna la
Constitución Nacional.

En el orden Nacional
Le siguen en importancia los Decretos del Poder Ejecutivo y las Decisiones
Administrativas de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
En igual plano a estos se ubican las Acordadas de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación y los Decretos de ambas Cámaras del Congreso de la Nación, en lo
atinente a su manejo interno.

En el orden Provincial
Nuestro país se organizó como un Estado Federal, por lo cual las provincias
preexisten a la Nación.
Los Estados Provinciales, por tanto, se dan también sus propias Constituciones,
con la condición de no contravenir la Constitución Nacional.
Así, estas Constituciones son el modo de expresión de las Convenciones
Constituyentes de cada Estado Provincial.
Las Leyes Provinciales son el modo de expresión de las Legislaturas
Provinciales y deben ser acordes a lo que establece la Constitución Provincial, lo que
asegura que no exista colisión entre la materia sujeta a legislación por el Congreso
Nacional y las Legislaturas Provinciales. Aunque estas pueden emitir también
declaraciones, comunicaciones y pedidos de informes, las que por cierto no tienen
efectos administrativos directos e inmediatos.
Dentro de cada ámbito provincial, por su parte, el Poder Ejecutivo se expresa a
través de Decretos.
Algunos de estos para reglamentar las leyes que lo requieran y otros para
posibilitar el desarrollo de sus propias actividades y regular su funcionamiento interno.
Sin perjuicio de ellos, los Ministros expiden Resoluciones y otros funcionarios
de rango inferior (subsecretarios, directores generales, directores), disposiciones,
instrucciones, memorándums.
El Poder Judicial se expresa mediante Acordadas, en lo atinente a su
funcionamiento interno, así como mediante Resoluciones de la Presidencia del Superior
Tribunal de Justicia.
La actividad jurisdiccional se expresa a través de las Resoluciones del Pleno
(Fallos).

21
La Cámara de Representantes, además de su facultad legislativa que se expresa
típicamente por medio de leyes (existen además las declaraciones, comunicaciones y
resoluciones), en lo atinente a su desenvolvimiento interno se expresa por medio de
Decretos de la Presidencia de la Cámara y Resoluciones de sus Secretarios Legislativos.

En el orden Municipal
Las Municipalidades, en tanto, no constituyen un Estado.
No existe en nuestro sistema constitucional un Estado Municipal.
Es un “Régimen Municipal” que funciona conforme lo que determina la
Constitución Nacional, la Constitución Provincial y la Ley Orgánica por las que se
rigen, a excepción de aquellas que tienen su propia Carta Orgánica.
Esta facultad en nuestra Provincia está reservado a los Municipios de Primera
Categoría según lo que establece el artículo 170º de la Constitución Provincial.
Tratándose de un Régimen Municipal y no un Estado Municipal, sus áreas
deliberativas y ejecutivas no son poderes, sino departamentos.
Las Cartas Orgánicas Municipales, que pueden darse los Municipios de
Primera Categoría, constituyen el modo de expresión de las Convenciones Municipales.
El Departamento Deliberativo Municipal se expresa mediante Ordenanzas. Las
Ordenanzas son virtualmente las leyes de la Municipalidad.
Para su funcionamiento interno los presidentes de los Concejos Deliberantes
expiden Resoluciones o Disposiciones.
El Departamento Ejecutivo Municipal se expresa generalmente mediante
Resoluciones del Intendente, aunque en algunos casos existe la figura del Decreto del
Intendente, tal es el caso de la Municipalidad de Posadas.
Funcionarios de rango inferior pueden emitir Resoluciones, Disposiciones,
Instrucciones, Memos, todo dependiendo de la magnitud y complejidad administrativa
que adquiera el municipio.
Los Municipios no tienen un Departamento Judicial a la manera de un Poder
Judicial (aunque podría asimilarse a esta función, la que realizan los Tribunales de
Faltas en las Comunas que lo tienen organizados por sus Cartas Orgánicas).
En ausencia de los Tribunales de Faltas, es el propio intendente quien resuelve
las cuestiones litigiosas que surgen por aplicación del código de faltas municipal.

Otros modos de expresión en las decisiones administrativas


Con independencia de todos los “instrumentos” antes detallados, que expresan
la decisión administrativa, y que como tales deben ser fundados, existen otro tipo de
intervenciones que pueden plasmarse en los llamados pases, providencias o informes.
Estas se constituyen en constancias de que quienes tienen responsabilidad
funcional en algún asunto sometido a consideración en un trámite, han tomado
intervención en el mismo, se han expedido sobre el asunto y lo han despachado
conforme lo exige la naturaleza de sus funciones.
Por otra parte, en la pieza material de los Decretos, Resoluciones,
Disposiciones, queda constancia de la intervención de todos aquellos agentes y
funcionarios que tienen competencia en el asunto sobre el que ese instrumento versa.
En los Decretos, tanto del Gobernador, como del Presidente de Cámara, existe
además la figura del refrendo.
Consiste en la firma del Ministro o Secretario con competencia en el asunto
sobre el que se resuelve, acompañando a la del Gobernador o Presidente de la Cámara.
Puede haber más de un refrendo, conforme el asunto que se trate involucre más
de un área de competencia de ministros o secretarios.

22
A diferencia de la inicial que se estampa en la copia del instrumento, el
refrendo se estampa en el original y en la copia junto a la del Gobernador o Presidente
de Cámara.

Conceptos normativos. Referencias conceptuales sobre la estructura del contexto legal


en que se desenvuelve la Contabilidad Pública

La Contabilidad Pública se encuentra estrictamente regulada por las normas


legales que rigen el desenvolvimiento del Estado.
Tiene por tanto una estrecha vinculación con el Derecho Público. En especial
con el Derecho Administrativo.
Las normas del Derecho Privado le son aplicables en tanto atiende las
situaciones en las que el Estado actúa como persona de derecho privado.
La organización de la Hacienda Pública se desenvuelve según las normas del
Derecho Público.
La gestión administrativa de la Hacienda Pública, en tanto, debe desarrollarse
según los principios del Derecho Administrativo.
Por los fundamentos que devienen del Derecho Administrativo, en la
Contabilidad Pública rige el principio del “quehacer reglado”.
Según éste: “todo lo que no está expresamente permitido, está prohibido”.
Quedan así, claramente establecidas también, las facultades discrecionales de
la Administración.
Ese criterio, determina una diferencia sustancial entre el desempeño en el
sector público, respecto del desempeño en el sector privado.
Es que en un sentido totalmente opuesto, en la esfera privada, “todo aquello
que no está expresamente prohibido, es permitido”.
La Contabilidad Pública al estar referida al desempeño del Sector Público, se
rige por ese modo del “quehacer reglado”.
Ley I - Nº 3 Artículo 33º.- Los hechos y omisiones violatorios de disposiciones legales
o reglamentarias comportan responsabilidad solidaria para quienes los disponen,
ejecutan o intervienen.
Los agentes que reciben órdenes de hacer o de no hacer deben advertir, por escrito, a su
respectivo superior sobre toda posible infracción que trae aparejada el cumplimiento de
dichas órdenes. De lo contrario, incurren en responsabilidad exclusiva si aquél no pudo
conocer la causa de la irregularidad sino por su advertencia u observación.
Si no obstante la referida prevención por escrito, el superior insiste también por escrito
en su orden, cesa para el inferior toda responsabilidad, recayendo ésta exclusivamente
en aquél.
En particular, cesa la responsabilidad del Contador General o Subcontador General de
la Provincia que observo el acto irregular.
Ese encuadre jurídico, nos obliga al reconocimiento del orden legal que rige el
desenvolvimiento del Estado en todos sus ámbitos y esferas, que es de donde provienen
las competencias, facultades, atribuciones, formas y modos del quehacer administrativo
del Sector Público.

La Constitución

La Constitución o carta magna es la norma fundamental de un Estado


soberano, establecida o aceptada para regirlo.

23
 La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado
(poderes que, en los países occidentales modernos, se definen como poder
legislativo, ejecutivo y judicial),
 y de éstos con sus ciudadanos, estableciendo así las bases para su gobierno y para la
organización de las instituciones en que tales poderes se asientan.
 También garantiza al pueblo derechos y libertades.
La Constitución Nacional representa el valor máximo del ordenamiento
jurídico del País.
En orden correlativo, en una organización de tipo federal como la nuestra, en
que las provincias como estados concurren a la formación del Estado Nacional, las
Constituciones Provinciales son el vértice superior de la pirámide jurídica de cada
provincia.
Las constituciones son dictadas por convenciones constituyentes.
Las mismas constituciones pueden establecen los mecanismos de enmiendas.
Así, la Constitución de la Provincia de Misiones determina los procedimientos
de enmienda por Convención Constituyente (artículos 172 a 177) y de enmienda
legislativa (artículos 178 y 179).

La Ley

Por debajo de la Constitución, en el ordenamiento jurídico, siguen en orden de


importancia las leyes.
Puede definirse a la ley, como una declaración de la voluntad soberana, que
manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite.
Las leyes tienen aplicación dentro del ámbito que corresponde al nivel de su
sanción.
Así, las leyes sancionadas por el Congreso de la Nación, tienen vigencia en
todo el ámbito territorial del país, y las dictadas por los parlamentos locales, en el de
cada provincia.
Es la Constitución Nacional la que formula el encuadre que permite armonizar
la delimitación de competencias entre los ámbitos nacional y el de las provincias.
Las leyes son dictadas por los parlamentos, que es donde expresada por sus
representantes, reside la voluntad soberana del pueblo. Es el modo legislativo en un
sistema democrático y representativo como el nuestro.
El procedimiento para la formación de las leyes está definido en la
Constitución y por lo general la variación más significativa depende de la característica
del parlamento: si es uni o bi cameral.
La Nación y por lo general las Provincias más antiguas participan del sistema
bicameral, en tanto las nuevas Provincias tienen regímenes unicamerales. Tal el caso de
Misiones.
En concordancia con el procedimiento que para la formación de las leyes
determina la Constitución, el mecanismo interno que sigue el Parlamento para su
formulación, depende de las prescripciones que al respecto establezca el Reglamento
dictado por el Poder Legislativo, según las atribuciones que al efecto le confiere la
misma Constitución.

El Decreto

24
El decreto puede ser concebido como una decisión tomada por la autoridad
competente en materia de su jurisdicción. Disposición del Poder Ejecutivo de carácter
general.
En otros términos, es toda norma general emanada de autoridad distinta del
Poder Legislativo.
El Poder Legislativo es el órgano constitucional específico con atribuciones
para hacer leyes.
El Poder Ejecutivo es el órgano administrativo y ejecutor de las normas
generales del Poder Legislativo. Pero en determinadas circunstancias previstas por la
Constitución o la Ley se atribuye la potestad de legislar.
Un caso especial es el de los llamados Decretos de Necesidad y Urgencia.
En ellos, por la competencia que específicamente para tales casos le asigna la
Constitución, el Poder Ejecutivo asume la facultad de hacer leyes, en tanto se acrediten
los supuestos de la necesidad y la urgencia que deben ser fundamento de ese
procedimiento excepcional.
En general, los Decretos tienen el alcance que específicamente le determina en
cada caso la Constitución o la Ley.
En ocasiones la propia Ley requiere que para su aplicación sea reglamentada
por el Poder Ejecutivo.
En su calidad de administrador, es propio del Poder Ejecutivo el dictado de
Decretos que hagan al normal desenvolvimiento de la gestión administrativa del Estado,
materia que constituye el contenido típico de los Decretos.
Dentro de ese concepto típico, encontramos que también en el Poder
Legislativo se dictan Decretos.

Así, el Presidente de la Cámara de Representantes emite Decretos para regular


el desenvolvimiento del manejo administrativo interno del Poder. Pero a ese solo efecto.
En ámbito del Poder Judicial, por su parte, similar efecto tienen las
denominadas Acordadas.
Pero mientras el Poder Ejecutivo puede dictar Decretos que alcancen a todas
los otros Poderes del Estado y todo el ámbito territorial, es decir que pueden tener
efectos externos a ese Poder, los Decretos del Presidente de la Cámara de
Representantes y las Acordadas del Superior Tribunal de Justicia, tienen efecto
exclusivamente interno para de cada uno de esos Poderes.

Las Resoluciones, las Disposiciones

La resolución administrativa consiste en una orden escrita, dictada por el jefe


de un servicio público, que tiene carácter general, obligatorio y permanente, y se refiere
al ámbito de competencia del servicio.
Las resoluciones se dictan para cumplir las funciones que la ley encomienda a
cada servicio público.
En cuanto a su ámbito material, la resolución alcanza a todo aquello que
complemente, desarrolle o detalle a la ley o al decreto en la esfera de competencia del
servicio público.
Son las normas, reglamentos, órdenes o decisiones adoptadas en las instancias
inferiores de cada uno de los Poderes, conforme las competencias legalmente asignadas
a sus respectivos responsables.

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En ese orden se pueden citar por ejemplo, las Ministeriales, las de autoridades
de los Organismos Descentralizados o de dependencias inferiores dentro de cada uno de
los Poderes del Estado.

Las Ordenanzas

Las Ordenanzas son disposiciones normativas aprobadas por acuerdo del pleno
del Cuerpo Deliberativo de un gobierno local, para la regulación de los servicios,
actividades y los ingresos que corresponden a esas entidades locales.
Las ordenanzas deberán responder a los conceptos de ornato, sanidad,
asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educación protección, fomento,
conservación y demás estimaciones encuadradas en su competencia constitucional que
estén correlacionadas con las atribuciones provinciales y nacionales. (art. 29 - Ley XV
N° 5 – Digesto Jurídico – Ex Ley 257 de Municipalidades)
Están referidas a todos los aspectos que la Constitución y la ley reservan a la
esfera de competencia municipal, básicamente orientados a las cuestiones vinculadas
con la atención de todos los servicios indispensables para el desenvolvimiento de un
núcleo urbano.
Son las disposiciones que adopta el Concejo Deliberante y que crea, suspende
o deroga una regla general cuyo cumplimiento compete a la rama ejecutiva (art. 72° inc.
a – Ley XV N° 5 – Digesto Jurídico – Ex Ley 257 de Municipalidades).
Las Ordenanzas son dictadas por el cuerpo deliberativo de un gobierno local.
Estos gobiernos locales, en nuestro sistema constitucional se denominan
“Municipalidades”.
Las Municipalidades no constituyen un “Estado”; se trata de un “régimen
municipal”.
Por tal razón, las Comunas no tienen “poderes”, sino “departamentos”:
• Un Departamento Deliberativo (Concejo Deliberante).
• Un Departamento Ejecutivo (Intendente).

Actos y hechos administrativos

El acto administrativo puede ser concebido como toda declaración unilateral de


voluntad, realizada en el ejercicio de la función administrativa, que produce efectos
jurídicos individuales de forma inmediata.
Es una manifestación del poder administrativo, cuya característica es que se
adopta en vía de decisión singular, a diferencia del acto del legislador o de la
Administración que sea de carácter general (ley o reglamento, respectivamente),
caracterizado por ser una imposición unilateral, imperativa y con consecuencias
jurídicas para el destinatario.
El hecho administrativo consiste en la ejecución material de las decisiones que
constituyen actos administrativos. Por ejemplo la demolición de un muro o de una casa,
ordenada por autoridad administrativa por alguna razón de interés público; el retiro de
los obstáculos que se oponían al libre tránsito en una calle; etc.  
Los hechos no traducen explícitamente la voluntad del Estado; son
comportamientos materiales de la Administración Publica, porque la actividad de la
Administración no se agota con solo emitir actos administrativos, sino que para
ejecutarlos necesita la operación material (hacer lo que se dice).

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Pero también puede suceder que la Administración actúe sin que hubiera un
acto administrativo previo que lo haya ordenado (ej.: que los bomberos destruyan una
casa para evitar que el incendio se propague; lo deciden hacer sin que haya habido un
acto administrativo).
Los hechos son realizados por la administración para obtener un resultado, a
veces por medio de un acto de declaración de voluntad y otras no.
Si bien el hecho administrativo no está destinado a producir efectos jurídicos,
en ocasiones, simples hechos pueden producirlos.
Así, un accidente de tránsito protagonizado por un vehículo oficial que cumple
una actividad material específica, ocasiona consecuencias jurídicas para el Estado por el
perjuicio patrimonial que puede representar el daño al rodado, o por las derivaciones
civiles de demandas de terceros ocasionadas por el siniestro.

El procedimiento administrativo

El Procedimiento administrativo es el cauce formal de la serie de actos en que


se concreta la actuación administrativa para la realización de un fin.
El procedimiento tiene por finalidad esencial la emisión de un acto
administrativo.
A diferencia de la actividad privada, la actuación pública requiere seguir unos
cauces formales, más o menos estrictos, que constituyen la garantía de los ciudadanos
en el doble sentido:
• que la actuación es conforme con el ordenamiento jurídico, y
• que esta puede ser conocida y fiscalizada por los ciudadanos.
El procedimiento administrativo se configura como una garantía que tiene el
ciudadano de que la Administración no va a actuar de un modo arbitrario y discrecional,
sino siguiendo las pautas del procedimiento administrativo.
Procedimiento que por otra parte el administrado puede conocer y que por
tanto no va a generar indefensión.

Aspectos formales y materiales. Características específicas de los instrumentos legales

Los expedientes

El expediente administrativo constituye el soporte material, en el que se plasma


el desenvolvimiento del trámite administrativo seguido para determinada cuestión.
Expone todas las fases de las actuaciones desarrolladas en las diversas etapas
de una determinada gestión, y genéricamente exhibe las instancias de:
• iniciación,
• trámite, y
• resolución (acto administrativo si correspondiera).

Materialmente un expediente debe tener:


• Identificación: compuesta de un número que se asigna por orden correlativo, y la
carátula, que debe indicar brevemente la reseña del asunto a que se refiere;
• Cuerpo: integrado por las fojas o folios numerados, que se van incorporando para
hacer constar cada uno de los trámites que se siguen hasta la conclusión de la gestión
que lo motiva.

Aspectos formales de la Resolución y Disposición

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El trámite de un expediente, puede concluir en el dictado de una Resolución o
Disposición.
Ese instrumento legal debe constar de las siguientes partes:
• Los vistos,
• los considerandos, y
• la parte resolutiva
La Resolución o Disposición se considera dictada cuando:
• está firmada por la autoridad del servicio público correspondiente;
• se le ha conferido el número de registro, que es el que la identifica; es decir, ha sido
registrada.
Regularmente, las Resoluciones o Disposiciones se redactan en original y
copia.
• La copia para ser firmada por todos aquellos funcionarios de rango inferior al titular
del servicio público que dicta la resolución o disposición. Estas firmas que se aplican
en el margen izquierdo de las copias se denominan “iniciales” y acreditan la
responsabilidad de esos funcionarios en el trámite.
• El original, para ser firmado exclusivamente por el titular del servicio público
correspondiente.

Aspectos formales del Decreto

El trámite de un expediente, también puede concluir en el dictado de un


Decreto.
Al igual que en el caso de las Resoluciones o Disposiciones, ese instrumento
legal debe constar de las siguientes partes:
• Los vistos,
• los considerandos, y
• la parte resolutiva
El Decreto se considera dictado cuando:
• está firmada por el Gobernador de la Provincia con el refrendo del ministro del ramo
correspondiente;
• se le ha conferido el número de registro, que es el que lo identifica; es decir, ha sido
registrado, y
• se lo publica
• A diferencia de las Resoluciones o Disposiciones, los Decretos deben llevar
obligatoriamente la firma del o los ministros que tiene o tienen competencia sobre el
asunto de que trata ese Decreto (art. 122 – C.P.).
• Esto se llama el REFRENDO de un Decreto. La determinación del o los ministros
que deben refrendar el instrumento se establece expresamente en la parte resolutiva
del mismo.
Regularmente, los Decretos se redactan en original y copia.
• La copia para ser firmada por todos aquellos funcionarios de rango inferior al titular
del servicio público que dicta la resolución o disposición. Estas firmas que se aplican
en el margen izquierdo de las copias se denominan “iniciales” y acreditan la
responsabilidad de esos funcionarios en el trámite. En la copia también se estampan
los refrendos.
• El original, para ser firmado por el Gobernador y el o los ministros que lo refrendan.

Aspectos formales de la Ley

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Toda Ley tiene su inicio en un expediente.
Este expediente se inicia en la Cámara de Representantes de la Provincia, sea
con motivo de un proyecto presentado por Diputados, sea por un proyecto presentado
por el Poder Ejecutivo o sea para el tratamiento de una petición particular.
No necesariamente todo expediente de proyecto se convierte en Ley.
La Ley, para su vigencia, debe seguir un procedimiento que tiene tres etapas
(arts. 102 y 103 C.P.):
• la sanción,
• la promulgación, y
• la publicación.
La sanción de la Ley es atribución de la Cámara de Representantes.
La promulgación de una Ley, corresponde al Poder Ejecutivo.
La Ley, en su estructura formal -a diferencia de lo que ocurre con los Decretos,
las Resoluciones y las Disposiciones-, solo tiene Parte Resolutiva.
Tratándose de un instrumento legal emergente de un debate parlamentario, no
requiere de vistos y considerandos, ya que su motivación queda plasmada en los
fundamentos del proyecto, en los dictámenes de las Comisiones legislativas y en la
versión taquigráfica de la discusión por el Pleno, que pueden ser consultados para
conocer el “espíritu del legislador”.
El texto de la Ley sancionada es firmado por el Presidente de la Legislatura, a
quien acompaña en la firma, el Secretario Legislativo a cargo del Área Legislativa.
El Decreto de promulgación es firmado por el Gobernador y refrendado por el
Ministro Secretario General y de Coordinación de Gabinete.
Interviene además la Dirección General de Información Legislativa del Poder
Ejecutivo, quien confiere el número que corresponde a la Ley.

Aspectos formales de la Ordenanza

Tratándose de un instrumento legal emergente de un debate del Departamento


Deliberativo, no requiere de vistos y considerandos, ya que su motivación queda
plasmada en los fundamentos del proyecto, en los dictámenes de las Comisiones
deliberativas y en la versión taquigráfica de la discusión por el Pleno, que pueden ser
consultados para conocer el “espíritu del concejal”.
No obstante, es común que las Ordenanzas de los Municipios de la Provincia
integren Vistos y Considerandos.
La Ordenanza es sancionada por el Honorable Concejo Deliberante y
promulgada por el Intendente Municipal.
Tiene vigencia, si no es vetada por el Intendente dentro de los 10 días corridos
de su notificación.
Está suscripta por el Presidente del Concejo a quien acompaña en la firma el
Secretario del Concejo. La resolución de promulgación debe ser firmada por el
Intendente.

Aspectos formales de la Resolución Municipal

La Resolución del Intendente Municipal es suscripta por éste para su vigencia.


No existe la exigencia legal del refrendo, como en el caso de los Decretos,
aunque por habitualidad, son acompañados en la firma por los Secretarios del ramo con
competencia en la materia a que se refieren.

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