Unidad 12 - Resena de Clase
Unidad 12 - Resena de Clase
Unidad 12 - Resena de Clase
PÚBLICA
UNIDAD 12
Año 2.017
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Unidad 12: Órganos de Control. Responsables
1. Control interno y externo de la Hacienda. Conceptos y diferenciación
2. Control interno. Contaduría General. Funciones. Competencia
3. Control externo. Tribunal de Cuentas. Funciones. Competencia. Responsable.
Juicio de Cuentas. Juicio Administrativo de Responsabilidad. Fallos del Tribunal.
Recursos contra los fallos del Tribunal de Cuentas.
FUENTES:
- Atchabahian, Adolfo – Contabilidad Pública
- Atchabahian, Adolfo – Régimen Jurídico de la Gestión y del Control en la Hacienda
Pública
- Ivanega, Miriam M. – Las responsabilidades de los funcionarios públicos
NORMAS LEGALES:
- Constitución de la Provincia de Misiones
- Ley VII Nº 11 de Contabilidad de la Provincia
- Ley I Nº 3 Orgánica del Tribunal de Cuentas
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La responsabilidad en la Administración Pública
La representación
La representación es el fenómeno por el cual la nación a través de técnicas diversas,
principalmente la elección, designa a cierto número de ciudadanos para que, ante la
imposibilidad de hacerlo por sí misma, participen en la creación de la voluntad estatal.
Diversas teorías han buscado explicar el fenómeno de la representación, las que pueden
esquematizarse en las siguientes: la del mandato imperativo, la clásica de la representación y
la organicista alemana.
El mandato imperativo
La Teoría del Mandato Imperativo considera al representante como un procurador sometido y
limitado por las instrucciones de sus representados. El representante no tiene voluntad propia,
sino que es exclusivamente el medio a través del cual los representados expresan su voluntad
política.
Es la visión contractual y privatista de la representación política.
Clásica de la representación
La Teoría Clásica de la Representación, de acuerdo a la cual el representante no esta limitado
por ninguna clase de mandato, es independiente de sus representados, no expresa a ningún
distrito o circunscripción electoral en particular, sino que es representante de toda la nación,
los representantes son pagados por el estado. No existe ningún tipo de responsabilidad entre el
representante y el representado, salvo la política. El representante crea y no meramente repite
la voluntad de la nación.
Organicista alemana
La Teoría Organicista Alemana sostiene que los representantes son un órgano del estado.
Desde esta perspectiva el pueblo y el parlamento o congreso son órganos del estado. El
pueblo como órgano primario y en su función de cuerpo electoral, tiene como principal
objetivo crear al parlamento, éste, deviene así, órgano secundario del estado, representa al
pueblo de manera inmediata y su actividad es considerada como voluntad del pueblo.
La teoría del órgano surge como una consecuencia lógica del dogma de la personalidad
jurídica del Estado, de forma tal que el concepto de órgano se convierte
en el punto inicial de toda la teoría jurídica de la organización pública.
Esta concepción permitió reconocer la responsabilidad directa del Estado por el actuar de los
agentes públicos.
Siguiendo esa interpretación, nuestra Corte Suprema ha dicho que “la actividad que los
órganos o funcionarios del Estado realizan para el desenvolvimiento de los fines de las
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entidades de las que dependen, ha de ser considerada propia de éstas, que deben responder de
modo principal y directo por sus consecuencias dañosas”.
Fallos 306:2030
Cuando aquél actúa “hacia dentro de la administración”, es decir, como sujeto de derecho, con
derechos y obligaciones propios, distintos a los de la organización (que incluso pueden ser
contrapuestos), el vínculo que se establece es “de servicio”; dando lugar a la noción de
empleo público.
De esta relación se derivan las responsabilidades del agente público.
LA RESPONSABILIDAD EN EL ESTADO
La administración pública es un instrumento esencial en la satisfacción directa e inmediata de
las necesidades colectivas, pues debe responder a los fines estatales.
Su organización está llamada a “atender” a los administrados; por ello, sus objetivos y la
actuación de quienes la componen deben estar dirigidos a cumplir la finalidad pública ínsita
en la noción misma de Estado.
En ese contexto el agente público es un servidor cuya actuación debe ser cumplida para la
finalidad pública del Estado, orientada hacia el bien de la comunidad.
Por eso la noción de agente público no puede ser escindida de la responsabilidad y de la
asunción de las consecuencias por las irregularidades que cometa.
La responsabilidad es garantía y control.
Es garantía de los ciudadanos, pero también es un principio de orden y un instrumento de
control del poder.
Su noción está ligada a todos los ámbitos en los que el agente público puede manifestar o
expresar su comportamiento o conducta.
Atendiendo a ello, y en función de los distintos bienes o valores jurídicos que tienden a
proteger o tutelar, se la clasifica en: política, penal, civil, disciplinaria o administrativa y
patrimonial.
LA RESPONSABILIDAD POLÍTICA
Se funda en el principio del control recíproco de los actos de los poderes de gobierno.
Es aquella en la cual “un determinado detentador del poder tiene que dar cuenta a otro
detentador del poder sobre el cumplimiento de la función que le ha sido asignada”.
Miguel Ángel Ekmedjian - Tratado de derecho constitucional
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La Suprema Corte ha puntualizado que los únicos magistrados y funcionarios que pueden ser
sometidos a juicio político son los comprendidos en la Constitución, no pudiendo una ley de
rango menor crear más inmunidades que las contenidas en ella.
Ha expresado la Corte que “...si se admitiese la discrecionalidad del Congreso para determinar
de antemano quiénes gozarán del privilegio derivado de ese status hasta que se levante su
inmunidad se vulneraría el principio de igualdad ante la ley, que es derivación directa del
sistema republicano adoptado por la Constitución nacional…”
Fallos 314:1091
El juicio político es el control que ejercen las cámaras del Congreso de la Nación sobre otros
órganos del gobierno federal, con el objeto de hacer efectiva su responsabilidad conforme a
las causas expresadas en la Constitución, mediante un procedimiento especial.
Humberto Quiroga Lavié et al. - Derecho constitucional argentino
No se trata de un juicio penal, pues no se persigue castigar sino separar del cargo a una
autoridad pública; no se juzga un hecho como delictuoso, sino una situación de gobierno
como inconveniente para el Estado.
Es el proceso administrativo desarrollado por órganos políticos (la o las cámaras
parlamentarias), ámbito en el que se juzga la responsabilidad política de un alto agente del
Estado, cuya sanción es, principalmente, la remoción del cargo.
Su objeto es quebrar la inamovilidad, separar del cargo y quitar la inmunidad de jurisdicción
penal, sin perjuicio de las acciones penales posteriores.
Por su parte, el artículo 115 de la Constitución nacional establece también que los jueces de
tribunales inferiores de la Nación serán removidos por las causales expresadas en el artículo
53, por un jurado de enjuiciamiento integrado por legisladores, magistrados y abogados de la
matrícula federal.
En nuestra Provincia el artículo 158 de la Constitución establece que los miembros del Poder
Judicial y los funcionarios no sujetos al Juicio Político y que requieran acuerdo de la
Legislatura para su nombramiento, podrán ser acusados por cualquier habitante y por las
mismas causas del artículo 151, ante un Jurado de Enjuiciamiento que estará integrado por el
Presidente del Superior Tribunal, dos ministros de éste, dos legisladores y dos abogados de la
matrícula.
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Respecto de los Diputados, en tanto, el artículo 89 de la Constitución Provincial establece:
“Cuando se promueva acción penal contra un miembro de la Cámara, ésta podrá, luego de
examinar el mérito del sumario en juicio público, con los dos tercios de votos de los
miembros presentes, levantar los fueros y ponerlo a disposición de juez competente.”
El artículo 90, por su parte, establece:
“Con dos tercios de votos de la totalidad de sus miembros podrá corregir con multa,
suspensión y aún con la expulsión de su seno, a cualquiera de sus miembros.”
Las causales para esta medida son: “la inasistencia reiterada y contumaz o mala conducta en
el desempeño de sus funciones, y removerlos por inhabilidad física o moral, sobreviniente a
su incorporación.”
En nuestra Provincia, los funcionarios políticos que no tienen la garantía de estabilidad que
confieren los regímenes laborales del Estado y que no se encuentran alcanzados por los
procesos de Juicio Político o de Jurado de Enjuiciamiento, la remoción se ejercita mediante
instrumentos legales de la misma jerarquía de los requeridos al momento de la designación.
LA RESPONSABILIDAD PENAL
Se configura por los actos u omisiones -dolosos o culposos- que constituyen infracciones
consideradas “delitos” por el Código Penal o leyes especiales.
La responsabilidad penal nace en la medida “en que su conducta encuadre típicamente en
algunas de las reprimidas por la norma penal de fondo. Es decir, que, en este aspecto, la
legislación penal actúa como límite externo y negativo para el agente...”.
Fabián Omar Canda - “Responsabilidad penal de los agentes de la administración pública
Los delitos previstos en el Código Penal vinculados con los agentes públicos se clasifican en
dos grupos:
• los delitos propios de éstos –son tales por la existencia necesaria de un agente
público-, y
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• aquellos delitos en los que la figura del agente público produce un agravamiento de la
sanción.
Dentro de los primeros se ubican: abuso de autoridad, violación de deberes públicos, cohecho,
tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, negociaciones incompatibles con el
ejercicio de funciones públicas, exacciones ilegales, enriquecimiento ilícito.
En los del segundo grupo, los supuestos son, por ejemplo, los delitos de violación de
domicilio, de secretos, atentado y resistencia a la autoridad, usurpación de autoridad, títulos y
honores, denegación y retardo de justicia, evasión y quebrantamiento de pena, encubrimiento
y lavado de activos de origen delictivo, defraudación, rebelión y falsificación de sellos.
LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Se deriva del comportamiento -doloso o culposo- del agente público, del cual se deriva un
daño o perjuicio a terceros ajenos a la administración.
El “sujeto lesionado” es el parámetro que permite diferenciarla de la responsabilidad
patrimonial en sentido estricto: la civil atiende a la reparación a los terceros, mientras que
para la patrimonial, el sujeto dañado es la administración.
La Suprema Corte había entendido que existe responsabilidad del Estado y no del agente
público, cuando se causen daños a terceros.
Con la sanción del nuevo Código Civil y Comercial vigente, el Estado carece de
responsabilidad civil ante terceros, correspondiendo la aplicación del procedimiento
administrativo vigente en cada jurisdicción, por tratarse éste de competencias no delegadas
por las Provincias a la Nación.
En este nuevo escenario, serán los agentes públicos los demandados por terceros, como
consecuencia de daños que pudieran ser provocados en el ejercicio de funciones o tareas en la
administración del Estado.
LA RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA
Esta responsabilidad, también denominada administrativa, traduce el poder disciplinario de la
administración y se presenta ante una falta de servicio cometida por el agente en trasgresión a
las reglas de la función pública.
La responsabilidad disciplinaria alcanza a los agentes públicos que se encuentran
comprendidos en los distintos escalafones que rigen en la administración del Estado. Quedan
por ello excluidos quienes ejercen cargos de naturaleza política y que por ese motivo carecen
de estabilidad en ellos.
En cuanto al principio non bis in ídem, se entiende que la circunstancia de que un agente
público resulte sancionado disciplinaria , patrimonial y penalmente por una misma infracción
no implica trasgresión a garantía constitucional alguna, dado que la finalidad de cada una es
distinta.
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La jurisprudencia coincide con este criterio al entender que la independencia existente entre el
régimen disciplinario administrativo y los procesos legales tramitados en la instancia judicial,
origina que las conclusiones alcanzadas en una y otra sede pueden resultar divergentes, dado
que se trata de juzgar hechos y conductas mediante la aplicación de distintos regímenes
jurídicos.
A diferencia de lo que ocurre en el ámbito penal, el poder disciplinario se puede ejercer aún
en ausencia de una norma legal formal que tipifique la falta o contemple la sanción
Sin embargo, si las sanciones se encuentran taxativamente previstas en una norma jurídica,
sólo pueden imponerse ellas; a lo que se suma que en la aplicación de sanciones como multa o
arresto, resulta necesario la determinación de éstas por vía legislativa.
Deben considerarse dentro de ese último supuesto las sanciones que impliquen la extinción
del vínculo entre la administración y el agente público, en las que resulta comprometida la
garantía de estabilidad.
La responsabilidad disciplinaria se encuentra vinculada con las exigencias éticas que las
normas legales y convenciones internacionales imponen.
La ética se presenta como pauta obligada de conducta de los agentes públicos, de ahí que en
todos los países se hayan dictado normas que consagran principios, obligaciones y sanciones
en la materia.
En la República Argentina, el artículo 36 de la Constitución Nacional expresa que “el
Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función”.
En 1999 se dictó la Ley N° 25.188 -Ley de Ética de la Función Pública-, modificada por el
Decreto N° 862/01 (sustituyó los artículos
14 y 15), reglamentada por el Decreto N° 164/99 -con las modificaciones del Decreto N°
808/00- y complementada por varias resoluciones en particular, respecto a las declaraciones
juradas patrimoniales a prestar por los agentes.
Esta norma establece un conjunto de deberes, prohibiciones e incompatibilidades aplicables,
sin excepción, a todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus
niveles y jerarquías, en forma permanente o transitoria, por elección popular, designación
directa, por concurso o por cualquier otro medio legal, extendiéndose su aplicación a todos los
magistrados, funcionarios y empleados del Estado.
LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL
Un claro criterio que permite comprender este tipo de responsabilidad entiende que en la
medida en que los actos del agente público -en virtud de la teoría del Órgano- son atribuibles
al Estado, aquel resulta responsable.
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Es contrario al Estado de derecho, que sustenta la responsabilidad estatal, soslayar la
responsabilidad patrimonial de los agentes públicos, cuando el damnificado es el erario
público.
Persigue el resarcimiento de los daños y perjuicios económicos que damnifican al Estado por
el accionar de sus agentes.
Las particularidades de esta responsabilidad son:
1) Su determinación es independiente de las otras responsabilidades en las que puede incurrir
el agente.
2) Implica la existencia de un “perjuicio fiscal”, es decir, el daño jurídico, el desmedro
patrimonial susceptible de apreciación pecuniaria.
3) El interés jurídico protegido es el patrimonio del Estado.
4) Mediante ella se persigue el resarcimiento de los daños económicos producidos al Estado,
es decir, restablecer el equilibrio económico cuando éste se ha visto quebrantado.
5) El autor del daño es un agente público.
6) Según el régimen legal aplicable, puede ser determinada mediante procedimientos
administrativos llevados a cabo por órganos de control, como por ejemplo los tribunales de
cuentas, contralorías generales o auditorías generales.
7) La acción de responsabilidad corresponde al Estado.
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Emergen así, los modelos de control que conseguimos actualmente, y que tienen por
objeto garantizar que los fondos que los ciudadanos aportan para el sostenimiento del Estado,
no se destinen a fines ajenos al interés común y que su administración se realice conforme
procedimientos específicamente regulados.
La SIGEN coordina los sistemas de control interno a nivel nacional lo que incluye el
cumplimiento de las normas contables, emanadas de la Contaduría General de la Nación
(CGN), aspectos legales y operativos. Por eso se habla de un enfoque sistémico e integral.
Entre sus diversas funciones se hallan las de dictar y aplicar normas de control
interno, las que deberán ser respetadas por las Unidades de Auditoría Interna (UAI) que
funcionan en cada Ministerio y organismo autárquico de la Administración Pública Nacional.
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sobre el desempeño de la Administración Pública Nacional y la situación de la hacienda
pública.
Así, la Contaduría General, asume las funciones de control interno además de las que
le competen como órgano encargado de dictar las normas de procedimiento del quehacer
administrativo y contable, de asesoramiento y de registro de las operaciones presupuestarias,
financieras y patrimoniales del Estado.
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1. Gestión administrativa- contable
- Ejecuta los aspectos administrativos-contables de las políticas de gobierno, a través de las
Direcciones de Servicios Administrativos, dependencias del organismo que actúan en la
esfera de la Administración Central.
- Ejerce la superintendencia de todos los bienes que integran el patrimonio del estado.
- Tiene a su cargo el Registro Oficial de Proveedores del Estado.
- Procesa las novedades en la planta de personal de la Administración Central para la
posterior liquidación de haberes.
- Realiza la registración contable por partida doble y centralizada relativa a la ejecución del
presupuesto y la gestión del patrimonio, en base a la cual prepara anualmente la Cuenta
General del Ejercicio consolidando los Estados correspondientes a los Organismos
Descentralizados.
2. Control
Comprende:
- El control interno previo de legitimidad, efectuado por los Delegados Fiscales constituidos
en cada uno de los Servicios Administrativos en la Administración Central, en las
Direcciones de Administración de Organismos Descentralizados, Tribunal de Cuentas,
Tribunal Electoral, y Poderes Legislativo y Judicial.
- Las auditorías practicadas a través de los Auditores, promoviendo acciones que tiendan a
mejorar y profundizar los métodos de control que hagan más eficientes los sistemas
administrativos.
- En su función de control previo, la Contaduría tiene una facultad singular que es la de
formular actos de oposición u observación de los decretos o resoluciones de los distintos
Poderes y Organismos, las resoluciones de los Ministerios, las disposiciones de los jefes de
repartición y Directores de Administración, cuando contraríen o violen disposiciones
legales o reglamentarias referentes a la Hacienda Pública Provincial. Estos actos de
observación paralizan el acto observado, que solo puede ser llevado adelante, sea por su
depuración aceptando la observación o bien, mediante insistencia de quien lo haya emitido.
En el caso de insistencia, cesa la responsabilidad del Contador General por las
consecuencias del acto observado, la que por tanto solo recaerá en quien lo haya realizado
bajo insistencia.
3. Asesoramiento
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En el artículo 131º, indica además, que sin perjuicio de lo que disponga la ley, la Contaduría
no prestará su conformidad a pago alguno que no esté autorizado por la ley general de
presupuesto o por leyes especiales, y la Tesorería no podrá ejecutar pago alguno que no haya
sido previamente autorizado por la Contaduría.
En la Ley de Contabilidad de la Provincia, Ley VII Nº 11, el capítulo X, artículos 115º a 132º,
establece la organización de la Contaduría General de la Provincia, sus competencias,
atribuciones y deberes, sus delegaciones fiscales y servicios administrativos.
En relación a su organización señala que la Contaduría General funcionará bajo la dirección
inmediata del Contador General de la Provincia, quien mantendrá relación directa con todos
los Organismos de la Administración General. En caso de ausencia o impedimento del
Contador General, sus funciones serán cumplidas por el Sub-Contador General de la
Provincia, quien será su reemplazante legal. Podrá no obstante, compartir con el Contador
General la atención del despacho diario y la Dirección Administrativa de la repartición, de
acuerdo con la reglamentación interna, sin que ello importe subrogarlo en las atribuciones
específicas que esta Ley acuerda a aquél. La Dirección Administrativa del Organismo estará
integrada además, por Contadores Mayores, cuyo número será propuesto por la Contaduría
General conforme a las necesidades del servicio; en caso de ausencia o impedimento
simultáneos del Contador General y Sub-Contador General, las firmas y atención del
despacho estarán a cargo del Contador Mayor de más antigüedad en la función.
1. Organización
ARTICULO 118: Los cargos de Contador y Sub-Contador General deberán ser provistos sin
excepción, por personas que posean títulos de doctor en Ciencias Económicas, Contador
Público Nacional ó título equivalente, expedido por Universidad Nacional, con cinco (5) años
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por lo menos, de antigüedad en el ejercicio de la profesión; ésta antigüedad podrá sustituírse
por cinco (5) años de actividad en tareas afines, en la Administración Pública Nacional o
Provincial. Para ejercer el cargo de Contador Mayor, se requerirá título de Contador Público o
Título equivalente, expedido por Universidad Nacional. Los cargos de Delegados Fiscales y
Jefes de Servicios Administrativos, serán llenados por concurso en las condiciones que
determine la reglamentación. Estos cargos no podrán ser desempeñados por personas que se
encuentren inhibidas, en estado de quiebra o concursados civilmente.
ARTÍCULO 120: El Contador y Sub-Contador General deberán dedicar todas sus actividades
al servicio exclusivo de la Administración Pública, con la sola excepción del ejercicio de la
docencia.
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b) Dictar las instrucciones obligatorias sobre métodos de registración, preparación de
balances, estados financieros y demás instrumentos contables, para todos los organismos de la
Administración General, sin excepción.
c) Inspeccionar los Servicios de Contabilidad de las Direcciones de Administración, Servicios
Administrativos y de las reparticiones u oficinas que lleven registraciones contables.
d) Intervenir las salidas de fondos y valores de la Tesorería General de la provincia y arquear
sus existencias. Verificar arqueos en las tesorerías de las Direcciones de Administración,
Servicios Administrativos y dependencias que manejen fondos de la Provincia.
e) Controlar la emisión, distribución e inutilización de valores fiscales.
f) Confeccionar la Cuenta General del Ejercicio a que se refiere el Artículo 82, de la presente
Ley, y la Memoria General del Organismo. g) Intervenir en la emisión y cancelación de letras
de tesorería y títulos públicos.
h) Comunicar al Tribunal de Cuentas, dentro de las cuarenta y ocho horas de haber tomado
conocimiento de toda insistencia a sus observaciones, acompañando copia de los actos
observados.
2. En Orden Interno:
a) La proposición al Poder Ejecutivo, de los nombramientos y promociones del personal de su
dependencia, previo concurso o examen conforme a la reglamentación respectiva.
b) La ubicación del personal de la Contaduría General, incluidos los Delegados Fiscales y
Jefes de Servicio Administrativo, para la realización de funciones o tareas especiales.
c) La anuencia para que cualquier funcionario o empleado de su dependencia preste servicios
en comisión en otras reparticiones o servicios públicos.
d) Dictar el reglamento interno y asignar funciones al personal del organismo, inclusive a los
Contadores Mayores, Delegados Fiscales y Jefes de Servicio Administrativo.-
ARTICULO 125: A los efectos del cumplimiento de las disposiciones que le encomienda la
Ley, la Contaduría General de la Provincia mantendrá en cada Dirección de Administración y
en los demás organismos que estime conveniente, una delegación constituida por un Delegado
Fiscal y el personal auxiliar necesario. Cada Delegación de la Contaduría General, deberá
ejercer una intervención amplia y permanente en el movimiento de fondos y valores y en la
contabilidad.
ARTÍCULO 126: Compete a las Delegaciones fiscales de la Contaduría General, en ejercicio
de sus funciones específicas y conforme al Artículo 122 inciso c) de esta Ley:
a) Intervenir, con carácter previo a su resolución, en toda gestión de compra, o autorización de
gasto, prestando conformidad o formulando las consideraciones que estime oportunas.
b) Verificar el desarrollo de todas las operaciones económico financieras y patrimoniales.
c) Vigilar la regularidad y exactitud de las operaciones contables, y sus registros escriturales.
d) Intervenir previamente en todo gasto como así también los ingresos del ente fiscalizado.
e) Certificar mensualmente los estados de ejecución del presupuesto en sus diversas etapas,
procediendo en igual forma con respecto a los cargos por responsables y subresponsables.
f) Estudiar previamente las rendiciones de cuentas, procediendo su aprobación en primera
instancia, siempre que reúna los requisitos exigidos por las normas vigentes.
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g) Practicar arqueos de fondos y/o valores, elevando a la Contaduría General de la Provincia,
las actuaciones respectivas.
h) Realizar según lo estime conveniente inspecciones de cualquier aspecto de la gestión
administrativa, mediante compulsas periciales de grado amplio o selectivo, en las
documentaciones y registraciones existentes. Las funciones de las Delegaciones Fiscales serán
ejercidas en forma tal que no obstaculicen ni demoren el normal desenvolvimiento del
organismo.
ARTÍCULO 130: Las observaciones legales formuladas por la Contaduría General serán
comunicadas de inmediato al organismo de origen y suspenderán el cumplimiento del acto en
todo o en la parte observada. El Poder Ejecutivo, bajo su exclusiva responsabilidad, podrá
insistir en el cumplimiento de los actos observados. Respecto a las observaciones formuladas
a los actos de los Poderes Legislativo y Judicial, Tribunal de Cuentas, Tribunal Electoral, y
Organismos Descentralizados, la insistencia será dictada por el Presidente de cada uno de los
Poderes u Organismos, respectivamente, bajo su exclusiva responsabilidad. En la insistencia,
en su caso, y si correspondiera, podrá invocarse el ejercicio del Poder discrecional respecto al
mérito, oportunidad ó conveniencia del acto. Dictada la insistencia, la Contaduría General
dará curso de inmediato a las respectivas actuaciones, comunicando al Tribunal de Cuentas
y/o a Fiscalía de Estado, según correspondiera, dentro de las cuarenta y ocho horas de haber
tomado conocimiento de la misma.
5. Servicios Administrativos
ARTÍCULO 131: En cada uno de los Ministerios o Jurisdicciones que establezca el Poder
Ejecutivo, se organizará un Servicio Administrativo dependiente de la Contaduría General de
la Provincia, con funciones de carácter administrativo contable, que tendrá a su cargo:
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a) Centralizar la preparación del anteproyecto de presupuesto de su respectiva jurisdicción e
intervenir en los reajustes posteriores.
b) Llevar la contabilidad analítica en sus distintos aspectos, de acuerdo a lo prescripto en esta
Ley, y conforme a las normas que dicte la Contaduría General de la Provincia.
c) Intervenir en la gestión previa y en la ejecución de todas las contrataciones.
d) Verificar, previo al pago de haberes, la regular prestación de los servicios del personal,
conforme a la certificación de autoridad competente, como así también liquidar los demás
gastos de los organismos en su jurisdicción.
e) Intervenir en todos los asuntos que se relacionen con la recepción, recaudación y/o
depósitos de fondos especiales y demás bienes de la jurisdicción.
f) Oponerse por escrito a todo acto que importe una transgresión a esta Ley o su
reglamentación, en cuanto a la legitimidad del acto, comunicando su oposición en caso de que
sea insistida, al Contador General de la Provincia, a los fines previstos en el Artículo 128 de la
presente Ley. En estas condiciones cesa su responsabilidad.
g) Informar y asesorar en toda actuación que sea de su competencia.
h) Rendir cuentas a la Contaduría General de la Provincia, de acuerdo con las disposiciones
reglamentarias que rigen en la materia.
i) Las demás funciones que se le adjudiquen por vía reglamentaria.
Direcciones de Administración
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La Ley de Contabilidad determina, respecto de las Direcciones de Administración lo
siguiente:
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En ejercicio de funciones de control netamente externo, el Tribunal de Cuentas tiene
a su cargo actuar como órgano jurisdiccional para hacer efectiva la responsabilidad
patrimonial del poder administrador y de los órganos secundadores de la gestión ejecutiva.
La Ley I Nº 3 Orgánica del Tribunal de Cuentas, determina que este órgano tendrá
las atribuciones establecidas por la Constitución y las que marca esa Ley, funcionando de
acuerdo a las prescripciones de las mismas (artículo 1º).
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ejercer el control externo de legalidad de las cuentas de percepción e inversión de las
rentas públicas provinciales y municipales, fiscalizando el cumplimiento de las leyes y
reglamentos relativos a la utilización de los recursos financieros–patrimoniales
estatales en los actos dictados por la autoridad responsable de ello;
El examen y juicio de legalidad de las cuentas rendidas por los órganos competentes
de la provincia y municipios y quienes administren caudales de la Provincia;
Pronunciarse sobre la Cuenta General del Ejercicio;
El examen y juicio de las cuentas rendidas por las personas de derecho privado que
reciban subsidios de la Provincia y de los Municipios
Abrir juicio administrativo de responsabilidad a todo funcionario público provincial o
municipal;
La declaración de responsabilidad en el orden administrativo y formulación del
pertinente cargo, cuando corresponda;
Aplicar a los responsables en juicio de cuenta y administrativo de responsabilidad, en
caso de trasgresión a disposiciones legales o reglamentarias sin perjuicio del cargo o
alcance que corresponda formular a los mismos, por los daños materiales que puedan
derivarse;
Las disposiciones de la Ley Orgánica referidas a estos aspectos son las siguientes:
ARTÍCULO 1.- El Tribunal de Cuentas tiene las atribuciones establecidas por la Constitución
y las que marca la presente Ley, funcionando de acuerdo con las prescripciones de las
mismas.
ARTÍCULO 2.- El Tribunal de Cuentas es el órgano competente para examinar las cuentas de
percepción e inversión de las rentas públicas de la Provincia, de los municipios y de las
entidades autárquicas, aprobándolas o desaprobándolas dentro del plazo de un (1) año de su
presentación.
ARTÍCULO 3.- El Tribunal de Cuentas solo depende de la Ley. Ejerce su jurisdicción en todo
el territorio de la Provincia y reside en la Capital de la misma.
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6) la declaración de responsabilidad en el orden administrativo y formulación del pertinente
cargo, cuando corresponde;
7) presentar anualmente al Poder Ejecutivo el Presupuesto de Gastos del Tribunal, a fin de
ser incluido en el Presupuesto General de la Provincia;
8) autorizar y aprobar sus gastos, con arreglo a lo que establece su propio reglamento;
9) aplicar a los responsables en juicio de cuenta o administrativo de responsabilidad, en caso
de trasgresión a disposiciones legales o reglamentarias, sin perjuicio del cargo o alcance
que corresponda formular a los mismos, por los daños materiales que pueden derivarse
para la hacienda del Estado Provincial o Municipal, multa de hasta un treinta por ciento
(30%) del monto del cargo que se formula o hasta la cantidad de pesos quinientos ($500)
cuando el porcentaje indicado es inferior a dicha suma;
10) apercibir y aplicar multas de hasta el treinta por ciento (30%) del monto de los intereses y
valores cuestionados, o de los sueldos o retribuciones que se perciben en los casos de
desobediencia a sus resoluciones;
11) designar, promover y remover, previa vista al Fiscal Superior, al personal de su
dependencia ante la propuesta de cualquiera de sus miembros titulares;
12) solicitar directamente el dictamen de los asesores legales del Gobierno de la Provincia,
cuando lo considera necesario;
13) aprobar su reglamento interno y todos aquellos necesarios para la ejecución de la presente
Ley;
14) asesorar a los poderes del Estado Provincial, cuando estos lo requieran, en la materia de
su competencia.
ARTÍCULO 25.- El Tribunal de Cuentas puede, cuando lo juzga conveniente, examinar los
libros de contabilidad y la documentación existentes en las oficinas públicas, provinciales o
municipales, sean centralizadas o autárquicas, en los cuales se administran o fiscalizan bienes
públicos, así como vigilar su funcionamiento, practicar arqueos de caja, etcétera, siendo la
facultad de proponer la realización de tales tareas ejercida por los Vocales en sus áreas
respectivas y/o la Presidencia en relación a cualquiera de esas áreas.
ARTÍCULO 27.- El pronunciamiento del Tribunal de Cuentas es previo a toda acción judicial
tendiente a hacer efectiva la responsabilidad civil de los agentes de la administración
provincial o comunal.
Responsables
La Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas determina que los hechos y omisiones
violatorias de disposiciones legales o reglamentarias, comportan responsabilidad solidaria
para quienes los dispongan, ejecuten o intervengan.
Es por ello que la misma ley establece que todo estipendiario de la Administración
provincial o comunal responde de los daños que por su culpa o negligencia sufre la hacienda
del Estado Provincial o Municipal y está sujeto, por tal causa, a la jurisdicción del Tribunal de
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Cuentas. Expresa además que quedan sujetos a la misma jurisdicción todas aquellas personas
que, sin ser estipendiarios del Estado Provincial o Comunal, manejan bienes públicos.
Surge así, que son responsables ante el Tribunal de Cuentas, los estipendiarios, es
decir los que perciben remuneración del Estado; pero también lo son aquellos que aun no
siendo agentes de la Administración, manejan bienes públicos. Estos últimos, son los
beneficiarios de subsidios y subvenciones, que están obligados a rendir cuentas de estos al
Tribunal.
ARTÍCULO 28.- Están sujetos a la jurisdicción y competencia del Tribunal de Cuentas todos
los agentes de la administración provincial o comunal, así como los pensionistas a cargo del
Tesoro Provincial que, por errónea o indebida liquidación, adeudan sumas que deben
reintegrar a la Provincia en virtud de una decisión administrativa de autoridad competente.
ARTÍCULO 34.- El agente que cesa en sus funciones por cualquier causa, queda eximido de
responsabilidad una vez aprobada la rendición de cuentas de su gestión. Sus reemplazantes
deben incluir en sus rendiciones las que corresponden a dicho agente.
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El primero de los procedimientos está dirigido a todos aquellos funcionarios que
tienen a su cargo la percepción de recursos y la ejecución de los gastos del Estado y que por
tal condición asumen la condición de obligados o cuentadantes. Es decir, que deben rendir
cuentas de las percepciones e inversiones.
Igual carácter asumen quienes son beneficiarios de subsidios del Estado, que les son
concedidos con cargo de oportuna y documentada rendición al Tribunal.
Sin perjuicio de lo anterior, pueden existir actos, hechos u omisiones extraños a las
rendiciones de cuentas, o comprobados antes o después de esas rendiciones, en las que los
cuentadantes u otros agentes o funcionarios públicos resulten responsables por daños
ocasionados al Erario.
La Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas determina que serán alcanzados por el
Juicio de Cuentas los cuentadantes definiéndolos explícitamente en su artículo 36º
1) En las cuentas provinciales:
a) Los directores de los Servicios Administrativos, responsables de cajas recaudadoras,
responsables de cuentas especiales, delegados fiscales y tesoreros de los Servicios
Administrativos en el ámbito de la Administración Central;
b) Los directores de Administración, delegados fiscales y tesoreros en los organismos
descentralizados, autárquicos y Poderes Legislativos y Judicial;
c) Los funcionarios y/o agentes que por disposición emanada de autoridad competente,
reciban anticipos de fondos con cargos de oportuna y documentada rendición, en lo
atinente a la rendición de tales anticipos.
2) En las cuentas Municipales:
Los funcionarios a quienes la reglamentación que dicte al efecto el Tribunal de Cuentas
confiera esa condición
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En tanto que en relación al Juicio Administrativo de Responsabilidad el artículo 56º
establece que la determinación administrativa de responsabilidad que no sea emergente de una
rendición de cuentas, se establecerá mediante juicio que mandará iniciar el Tribunal de
Cuentas cuando se le denuncien actos, hechos u omisiones susceptibles de producir un
perjuicio a la Hacienda Pública, o adquiera por si la convicción de su existencia.
Agrega además, en el artículo siguiente, que los obligados a rendir cuentas también
pueden ser traídos a Juicio de Responsabilidad:
a) antes de rendirla, cuando se concreten daños para la hacienda pública o para intereses
puestos bajo la responsabilidad del estado;
b) en todo momento, cuando se trate de actos, hechos u omisiones extraños a la rendición
de cuentas;
c) después de aprobadas las cuentas, en los plazos y condiciones determinados en la Ley,
cuando sobre la base de documentación no obrante en la rendición de cuentas
aprobada, posteriormente se comprueben daños imputables a culpas o negligencias del
responsable.
Es decir que en este juicio se juzgan las conductas de los agentes públicos, que con
su acción u omisión puedan ocasionar daños al erario público, a fin de determinar la
responsabilidad que le cupiese, concluyendo eventualmente en la formulación del cargo
correspondiente.
Los siguientes artículos de la Ley Orgánica del Tribunal de Cuentas, contienen las
normas que regulan estos aspectos:
ARTÍCULO 36.- Son alcanzados por juicio de cuentas, los cuentadantes. A tal fin,
considerase cuentadantes:
1) en las cuentas provinciales:
a) los Directores de los Servicios Administrativos, responsables de cajas
recaudadoras, responsables de cuentas especiales, delegados fiscales y tesoreros de los
Servicios Administrativos en el ámbito de la Administración Central;
b) los Directores de Administración, delegados fiscales y tesoreros en los
organismos descentralizados, autárquicos y Poderes Legislativo y Judicial;
c) los funcionarios y/o agentes que, por disposición emanada de autoridad
competente, reciben anticipos de fondos con cargos de oportuna y documentada
rendición, en lo atinente a la rendición de tales anticipos;
2) en las cuentas municipales, los funcionarios a quienes la reglamentación que dicta al efecto
el Tribunal de Cuentas confiere esa condición.
ARTÍCULO 44.- El Tribunal de Cuentas, con acuerdo del Fiscal Superior, se encuentra
facultado para implementar y reglamentar la formulación de oficio de la rendición de cuentas
en casos de incumplimiento o cuando lo determina la reglamentación.
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documental. Sus conclusiones las hace conocer al Tribunal de Cuentas mediante un informe
que eleva al efecto y en el que solicita su aprobación, cuando no le merece reparo o en caso
contrario, las medidas que considera correspondan por la naturaleza de las infracciones u
omisiones que reputa.
El Fiscal de Cuentas debe expedirse en el término que fija el Tribunal de Cuentas.
En los servicios administrativos y direcciones de administración de las jurisdicciones de los
Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y en las reparticiones autárquicas, el tribunal designa
Fiscales de Cuentas para la realización de la verificación “in situ”, en la forma, tiempo y
condiciones que establece. En estos casos, el Fiscal de Cuentas que interviene debe elevar un
informe por cada uno de los períodos mensuales que comprende el ejercicio financiero y uno
al cierre, donde debe formular las observaciones que le merece el análisis o indica la
inexistencia de éstas. Dicho informe debe ser presentado dentro de los cuarenta (40) días
hábiles posteriores a la finalización de cada mes y de la fecha a la que tuvo a consideración la
documentación de cierre de ejercicio, respectivamente. En el caso de que dichos informes
contengan observaciones, el Tribunal debe dar intervención a los responsables a efectos de su
toma de conocimiento y descargo.
Igual procedimiento al previsto en el párrafo anterior es de aplicación a las municipalidades
de primera categoría de la Provincia, en las que la verificación “in situ” se realiza por
períodos trimestrales en la forma y condiciones que establece el Tribunal.
ARTÍCULO 46.- Si el Tribunal de Cuentas considera que la cuenta examinada debe ser
aprobada, dicta resolución al efecto, en la que dispone asimismo las registraciones contables
que deben practicarse, la comunicación al obligado declarándolo libre de responsabilidad, la
notificación al Fiscal de Cuentas y el archivo de las actuaciones.
ARTÍCULO 47.- Si la cuenta es objeto de reparo por parte del Fiscal de Cuentas, el Tribunal
corre traslado al o a los obligados de los cargos formulados por el Fiscal de Cuentas y por un
término no mayor de treinta (30) días.
Este término corre desde la notificación del emplazamiento y puede ser ampliado por el
Tribunal, cuando la naturaleza del asunto o razones de distancia lo justifican.
En los casos de cuentas examinadas bajo la modalidad “in situ”, el Tribunal corre traslado a
los obligados de los informes que efectuaron los Fiscales de Cuentas, de conformidad a lo
establecido en el tercer párrafo del Artículo 45, si de los mismos surgen reparos, dentro del
término a que se refiere el presente artículo.
ARTÍCULO 48.- Toda notificación se hace mediante pieza certificada con aviso de retorno o
por medio de la Policía del lugar. Si no consta el domicilio, por tratarse de ex funcionarios, el
emplazado o notificado es citado por edictos que se publican durante cinco (5) días en el
Boletín Oficial de la Provincia.
ARTÍCULO 49.- Toda persona afectada por reparos o cargos en un juicio de cuentas pueden
comparecer por sí, personalmente o por escrito, o por apoderado, a contestarlos; acompañar
documentos o solicitar que el Tribunal de Cuentas pida los que hacen a su descargo y deben
obrar en oficinas públicas.
ARTÍCULO 50.- El Tribunal de Cuentas, de oficio o a pedido del obligado, debe requerir a
las oficinas públicas de cualquier jurisdicción que los poseen o deben proporcionarlos, los
documentos, informes, copias o certificados, que se relacionan con el reparo o cargo.
A tales efectos, todos los magistrados y funcionarios provinciales o municipales, están
obligados a suministrar al Tribunal de Cuentas dentro del término que él señala, los
antecedentes mencionados en el párrafo anterior. Si tales magistrados o funcionarios son
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morosos en su cumplimiento, el Tribunal de Cuentas les fija un término perentorio y
subsidiariamente les puede aplicar la multa del Artículo 24, inciso 10).
ARTÍCULO 51.- Producido el descargo por el obligado, con la agregación de las pruebas si
corresponde, o vencido el plazo señalado por el Tribunal de Cuentas al efecto, se pasan las
actuaciones al Fiscal de Cuentas para que se pronuncie concretamente sobre los descargos y
las pruebas pertinentes, con lo cual el expediente queda terminado para sentencia.
En los casos de cuentas examinadas bajo la modalidad “in situ”, producido el descargo por el
obligado, con la agregación de las pruebas si corresponde, o vencido el plazo señalado por el
Tribunal de Cuentas al efecto, se pasan las actuaciones al Fiscal de Cuentas para que se
pronuncie concretamente sobre los descargos y pruebas pertinentes relacionadas con el
período en consideración. Los descargos así efectuados, juntamente con el pronunciamiento
del Fiscal de Cuentas, se acumulan hasta integrar la totalidad de los correspondientes al
Ejercicio Financiero bajo examen, con lo cual el expediente queda terminado para sentencia.
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ARTÍCULO 55.- La renuncia, separación del cargo, incapacidad legalmente declarada o
muerte del obligado, no impide ni paraliza el juicio de cuentas, el que, en los dos últimos
casos, se sustancia con los curadores o herederos del causante.
ARTÍCULO 58.- Los agentes del Estado que tienen conocimiento de irregularidades que
ocasionan o pueden ocasionar algún perjuicio pecuniario al fisco, deben comunicarlas de
inmediato a su superior jerárquico, quien las pone, cuando corresponde, en conocimiento del
Tribunal de Cuentas, el que interviene con jurisdicción y competencia administrativa de
carácter exclusivo, a los efectos de instaurar, si corresponde, el respectivo Juicio de
Responsabilidad, el que debe tramitarse y resolverse en igual plazo al establecido en el
Artículo 2 y puede prorrogarse por una vez e igual término cuando razones debidamente
fundadas lo justifican. Dicha prórroga puede ser solicitada por el responsable de efectuar el
descargo. En todos los casos el Tribunal de Cuentas debe resolver la iniciación, si
corresponde, del juicio administrativo de responsabilidad dentro de los treinta (30) días de
haber tomado conocimiento de los hechos, susceptibles de ocasionar algún perjuicio a la
hacienda pública.
ARTÍCULO 59.- El juicio de responsabilidad se inicia con el sumario que debe instruir, de
oficio o a instancia del Tribunal de Cuentas, el organismo de quien depende el responsable.
El Tribunal de Cuentas puede también, de oficio o a pedido del respectivo organismo,
designar un sumariante para que instruya el respectivo sumario si la índole del asunto, la
importancia del caso o las características singulares del mismo justifican, a su juicio, esa
intervención directa.
ARTÍCULO 60.- El sumariante practica todas las diligencias que hacen al esclarecimiento de
lo investigado y las que propone el denunciante o el acusado, cuando las estima procedentes,
dejando constancia en el caso de que las deniegue, de los fundamentos que lo justifican.
En las diligencias aludidas se aplican supletoriamente las disposiciones pertinentes del Código
Procesal Penal.
Todo agente del Estado está obligado a prestar la colaboración que le sea requerida para la
investigación.
Rigen para los sumariantes las causas de excusación o recusación señaladas en el Artículo 22.
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ARTÍCULO 61.- Cerrado el sumario, el sumariante lo eleva con sus conclusiones
directamente o por la vía jurisdiccional respectiva al Tribunal de Cuentas, el que resuelve,
según corresponda:
1) su archivo, si del mismo resulta evidente la inexistencia de responsabilidad. En su caso y
correlativamente, el descargo en la cuenta del responsable;
2) la ampliación del sumario por el mismo sumariante u otro designado al efecto, así como
otras medidas para mejor proveer;
3) la citación de los presuntos responsables, para que tomen vista de las actuaciones y
produzcan su descargo.
ARTÍCULO 62.- La citación aludida en el inciso 3) del artículo anterior se hace en la forma
prescripta en el Artículo 48 a todos los que, directa o indirectamente, aparecen implicados y
contiene el emplazamiento para contestar la vista en un término que nunca es menor de quince
(15) días ni mayor de treinta (30).
Este término, que corre desde la notificación del emplazamiento, puede ampliarse por el
Tribunal de Cuentas cuando la naturaleza del asunto o razones de distancia lo justifican.
ARTÍCULO 64.- Realizados los trámites que prescriben los artículos anteriores, el Tribunal
de Cuentas, sin perjuicio de las medidas previas que puede dictar para mejor proveer, lo pasa
a un fiscal de cuentas para que examine la causa y solicite lo que conforme con la Ley debe
resolverse.
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ARTÍCULO 67.- Las disposiciones del presente capítulo no excluyen las medidas de carácter
disciplinario que adoptan los superiores jerárquicos, las que son independientes del juicio a
sustanciarse ante el Tribunal de Cuentas y no influyen en la decisión de este.
ARTÍCULO 69.- Rigen para el juicio administrativo de responsabilidad las disposiciones del
Artículo 55.
Recursos que pueden interponerse ante las Sentencias del Tribunal de Cuentas
Ante los fallos del Tribunal de Cuentas se podrán interponer Recurso de Revisión,
ante el mismo Tribunal, y Recurso ante el Superior Tribunal de Justicia.
El recurso ante el Superior Tribunal de Justicia puede ser interpuesto por los
alcanzados por un fallo del Tribunal de Cuentas, dentro de los quince (15) días hábiles de la
última notificación en el expediente administrativo, y solo podrá fundarse en: a) vicios o
defectos de procedimientos substanciales que afecten el derecho a la defensa en juicio y que
como consecuencia de ello se provoque un daño cierto y determinado a los intereses legítimos
del recurrente; o, b) errónea interpretación y aplicación del derecho, ley, ordenanza,
reglamento o doctrina legal aplicable al caso por parte del Tribunal de Cuentas o arbitrariedad
manifiesta de su resolución.
ARTÍCULO 77.- Contra los fallos del Tribunal de Cuentas no hay otros recursos que el de
revisión y el que autoriza el Artículo 53.
ARTÍCULO 78.- El recurso de revisión se interpone ante el mismo Tribunal dentro de los
quince (15) días hábiles de la última notificación a las partes sujetas a juicio y puede fundarse
en:
1) alegación de hechos y de pruebas nuevas que hacen al descargo del obligado;
2) errónea interpretación de pruebas o documentos obrantes en el expediente.
La interposición del recurso tiene efecto suspensivo y no puede exigirse el previo depósito del
cargo o importe impuesto por el fallo del Tribunal.
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Contra la resolución que dicte el Tribunal en el recurso de revisión puede ser interpuesta la
acción prevista en el Artículo 53.
ARTÍCULO 80.- Si el Tribunal de Cuentas revoca su fallo anterior y deja sin efecto los
cargos formulados, los comunica al Poder Ejecutivo o al Intendente Municipal o Comisión de
Fomento, para que disponga la restitución inmediata de las sumas que se pagaron en virtud
del fallo revocado, sin esperar que la Cámara de Representantes o el Concejo Deliberante, en
su caso, voten los créditos especiales, debiendo el Poder Ejecutivo o el Intendente dar cuenta
a la Cámara de Representantes o al Concejo Deliberante dentro del término de treinta (30)
días.
El fallo del Tribunal hace efecto de cosa juzgada en lo atinente a la legalidad de las
recaudaciones e inversiones de los fondos provinciales o comunales, así como a la legalidad
de la gestión de los demás bienes públicos.
ARTÍCULO 76.- El fallo del Tribunal de Cuentas hace cosa juzgada en cuanto se refiere a la
legalidad de las recaudaciones e inversiones de los fondos provinciales o comunales, así como
a la legalidad de la gestión de los demás bienes públicos.
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