Biblia 2-2
Biblia 2-2
Biblia 2-2
Tema:
La Biblia
Nombres:
Daniel Josué Acosta Veliz
Curso:
1er. Bachillerato “D”
Docente:
Año-Lectivo
2017-2018
La Biblia
24– 01 – 2018
Mes de Febrero
OBJETIVOS:
GENERAL
ESPECIFICOS:
JUSTIFICACIÓN
1) ¿Qué es la Biblia?
La Biblia es la fuente literaria por excelencia de la religión Cristiana. Para todo cristiano y
sin importar la denominación a la que pertenezca es la Palabra de Dios inspirada e
infalible; formada por 66 libros en el caso de los protestantes y otras denominaciones y 73
para los católicos que incluyen 7 libros más en el antiguo testamento.
Estos son los libros de la Biblia, junto con el nombre de quien la mayoría de los eruditos
bíblicos asumen que es el autor, así como la fecha aproximada de su autoría:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio = Moisés – 1400 a.C.
Josué = Josué – 1350 a.C.
Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel = Samuel / Natán / Gad – 1000 – 900 a.C.
1 Reyes, 2 Reyes = Jeremías – 600 a.C.
1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías = Esdras – 450 a.C.
Ester = Mardoqueo – 400 a.C.
Job = Moisés 1400 a.C.
Salmos = muchos diferentes autores, principalmente David – 1000 – 400 a.C.
Proverbios, Eclesiastés, Cantares = Salomón – 900 a.C.
Isaías = Isaías – 700 a.C.
Jeremías, Lamentaciones = Jeremías – 600 a.C.
Ezequiel = Ezequiel – 550 a.C.
Daniel = Daniel – 550 a.C.
Oseas = Oseas – 750 a.C.
Joel = Joel – 850 a.C.
Amós = Amós – 750 a.C.
Abdías = Abdías – 600 a.C.
Jonás = Jonás – 700 a.C.
Miqueas = Miqueas – 700 a.C.
Nahúm = Nahúm – 650 a.C.
Habacuc = Habacuc – 600 a.C.
Sofonías = Sofonías – 650 a.C.
Hageo = Hageo – 520 a.C.
Zacarías = Zacarías – 500 a.C.
Malaquías = Malaquías – 430 a.C.
Mateo = Mateo – 55 d.C.
Marcos = Juan Marcos – 50 d.C.
Lucas = Lucas – 60 d.C.
Juan = Juan – 90 d.C.
Hechos = Lucas – 65 d.C.
Romanos, 1 Corintios, 2, Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1
Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón = Pablo 50 – 70
d.C.
Hebreos = desconocido, principales posibles son Pablo, Lucas, Bernabé, o Apolos – 65
d.C.
Santiago = Santiago – 45 d.C.
1 Pedro, 2 Pedro = Pedro – 60 d.C.
1 Juan, 2 Juan, 3 Juan = Juan – 90 d.C.
Judas = Judas 60 d.C.
Apocalipsis = Juan – 90 d.C.
1-Génesis
2-Éxodo
25-Eclesiastés
3-Levítico
26-El Cantar de los Cantares
4-Números
27-Libro de la Sabiduría
5-Deuteronomio
28-Libro del Eclesiástico
Libros Históricos
Libros Proféticos Profetas mayores
6-Libro de Josué
29-Libro de Isaías
7-Libro de los Jueces
30-Libro de Jeremías
8-Libro de Rut
31-Libro de las Lamentaciones
9-Primer Libro de Samuel
32-Libro de Baruc
10-Segundo Libro de Samuel 11-
33-Libro de Ezequiel
Primer Libro de los Reyes
34-Libro de Daniel
12-Segundo Libro de los Reyes
Profetas menores
13-I Crónicas o I Paralipómenos
35-Libro de Oseas
14-II Crónicas o II Paralipómenos
36-Libro de Joel
15-Libro de Esdras
37-Libro de Amós
16-Libro de Nehemías
38-Libro de Abdías
17-Libro de Tobías
39-Libro de Jonás
18-Libro de Judit
40-Libro de Miqueas
19-Libro de Ester
41-Libro de Nahúm
20-I Macabeos
42-Libro de Habacuc
21-II Macabeos
43-Libro de Sofonías
Libros Sapienciales
44-Libro de Ageo o Libro de Hageo
22-Libro de Job
45-Libro de Zacarías
23-Libro de los Salmos
46-Libro de Malaquías
24-Proverbios
1. Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor. 2.
Dichosos los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón, 3.que sin cometer
injusticia caminan por sus sendas. 4. Tú eres quien promulgó tus ordenanzas para que las
observen totalmente. 5. Ojalá sea firme mi conducta en cumplir con tus preceptos. 6.
Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos tus mandamientos. 7. Te daré
gracias con rectitud de corazón cuando vaya aprendiendo tus juicios justos. 8. Tus
preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente. 9. ¿Cómo un
joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras. 10. ¡Con todo mi corazón te
he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! 11. En mi corazón escondí tu palabra
para no pecar contra ti. 12. ¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos! 13. Con mis
labios he enumerado todos los juicios de tu boca. 14. Me he complacido en seguir tus
testimonios más que en tener toda una fortuna. 15. Quiero meditar en tus ordenanzas y
tener ante mis ojos tus senderos. 16. En tus preceptos me deleitaré, jamás me olvidaré de
tus palabras. 17. Sé bueno con tu servidor y viviré, pues yo quisiera guardar tu palabra. 18.
Abre mis ojos para que yo vea las maravillas de tu Ley. 19. En la tierra soy sólo un
pasajero, no me ocultes pues tus mandamientos. 20. Mi alma se consume deseando tus
juicios en todo tiempo. 21. Tú amenazas a los arrogantes malditos, que desertan de tus
mandamientos. 22. Ahórrame el desprecio y la vergüenza pues tus testimonios he
guardado. 23. Aunque príncipes sesionen en mi contra, tu servidor meditará en tus
maravillas. 24. Tus testimonios son también mis delicias, tus preceptos son mis consejeros.
25. Mi alma está adherida al polvo, vivifícame conforme a tu palabra. 26. Te expuse mis
proyectos y me respondiste: enséñame tus preceptos. 27. Haz que tome el camino de tus
ordenanzas para que medite en tus maravillas. 28. Mi alma está deprimida de pesar,
levántame de acuerdo a tu palabra. 29. Aleja de mí el camino engañador, y dame la gracia
de tu Ley. 30. He elegido el camino de la verdad, y tus juicios he deseado. 31. Me he
apegado, Señor, a tus testimonios, que no me decepcione. 32. Corro por el camino de tus
mandamientos, ahí me ensanchas el corazón. 33. Señor, enséñame el camino de tus
preceptos, que los quiero seguir hasta el final. 34. Dame la inteligencia para guardar tu
Ley, y que la observe de todo corazón. 35. Guíame por la senda de tus mandamientos,
pues en ésa me complazco. 36. Inclina mi corazón hacia tus testimonios y no hacia la
ganancia. 37. Guarda mis ojos de mirar cosas vanas, me darás vida en tus caminos. 38.
Cumple con tu siervo tu promesa dirigida a aquellos que te temen.
39. Aparta de mí el desprecio que temo pues tus juicios son para mi bien. 40. Mira cómo
deseo tus ordenanzas, tú que eres justo, vivifícame. 41. Que venga a mí, Señor, tu gracia y
tu salvación, conforme a tu palabra. 42. Entonces responderé a los que se burlan, que
puedo confiar en tus palabras. 43. Que no se me olvide la palabra de verdad, pues espero
en tus juicios... 44.Quiero observar tu Ley constantemente, por siempre jamás. 45. Estaré a
mis anchas en todos mis caminos, pues tus ordenanzas he buscado. 46. Ante reyes
hablaré de tus testimonios y no tendré vergüenza. 47. Me he deleitado en tus
mandamientos a los que amaba mucho. 48. Alzaré mis manos hacia ti y meditaré en tus
preceptos. 49. Recuerda tu palabra a tu servidor, ella ha mantenido mi esperanza. 50. Este
es mi consuelo en mi miseria que tu palabra me vivificará. 51. Los soberbios se burlaban
mucho de mí, pero no me he movido de tu Ley. 52. Me acuerdo de tus juicios de otros
tiempos y eso, Señor, me da aliento. 53. Al ver a los impíos me da rabia: ¿por qué
abandonan tu Ley? 54. Tus preceptos son salmodias para mí en la casa donde me reciben.
55. Por la noche me acuerdo de tu nombre, oh Señor, y observo tu Ley. 56. Por lo menos
esto me quedará, haber guardado tus ordenanzas. 57. Lo que escojo, Señor, yo lo he
dicho, es observar tus palabras. 58. Con todo mi corazón he procurado que tu rostro se
enternezca, ten piedad de mí según tu palabra. 59. He reflexionado en mis caminos, a tus
testimonios readecuaré mis pasos. 60. Me he apresurado, no me he retardado en
obedecer tus mandamientos. 61. Las pecadores intentaron seducirme, pero no me
olvidado de tu Ley. 62. A medianoche me levanto, te doy gracias por tus justos juicios. 63.
Me he aliado con todos los que te temen y que observan tus ordenanzas. 64. De tu
bondad, Señor, está llena la tierra, enséñame tus preceptos. 65. Has sido bueno con tu
servidor, Señor, de acuerdo a tu palabra. 66. Enséñame el buen sentido y el saber pues
tengo fe en tus mandamientos. 67. Antes de ser humillado me había alejado pero ahora yo
observo tu palabra., 68.Tú que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos. 69. Los
soberbios me recubren de mentira, mas, con todo el corazón, guardo tus ordenanzas. 70.
Su corazón está obstruido como de grasa, pero para mí tu Ley es mi delicia. 71. Fue bueno
para mí que me humillaras para que así aprendiera tus preceptos. 72. La ley de tu boca
vale más para mí que millones de oro y plata. 73. Tus manos me han hecho y organizado,
dame la inteligencia para aprender tus mandatos. 74. Se alegrarán los que te temen al ver
que he esperado en tu palabra. 75. Sé, Señor, que tus juicios son justos y que con razón
me has afligido. 76. Que tu gracia me asista y me consuele, conforme a tu palabra dada a
tu siervo. 77. Que venga a mí tu ternura y me dé vida, porque mis delicias son tu Ley. 78.
Confunde a los soberbios que me calumnian, mientras yo medito en tus ordenanzas. 79.
Que se vuelvan a mí los que te temen y que saben de tus testimonios. 80. Que cumpla mi
corazón sin falla tus preceptos para que no quede avergonzado. 81. Mi alma se desgastó
anhelando tu salvación, espero en tu palabra. 82. Mis ojos se cansaron por tu palabra,
¿cuándo vendrás a confortarme? 83. Aunque parezco un cuero ahumado, no he olvidado
tus preceptos. 84. ¿Qual será la suerte de tu servidor? ¿Cuándo harás justicia con mis
perseguidores? 85. Los soberbios me han cavado trampas, lo que estaba en contra de tu
Ley. 86. Todos tus mandamientos son verdad: me persiguen sin razón, ¡ayúdame! 87. Por
poco no me dejaban en el suelo, pero yo no abandoné tus ordenanzas. 88. Por tu bondad
dame vida, para que observe el testimonio de tu boca. 89. Tu palabra, Señor, es para
siempre, inmutable en los cielos. 90. De generación en generación tu verdad; igual que la
tierra que tú fundaste 91.y que se mantiene por tu decisión, pues el universo es tu servidor.
92. Si en tu Ley no hubiera puesto mis delicias habría perecido en mi miseria. 93. Jamás
olvidaré tus ordenanzas pues por ellas me haces revivir. 94. Tuyo soy, sálvame, ya que he
buscado tus ordenanzas. 95. Los malvados me espían para perderme, pero estoy atento a
tus testimonios. 96. He visto el fin de todo lo perfecto, ¡cuánto más amplio es tu
mandamiento! 97. ¡Cuánto amo tu Ley! En ella medito todo el día. 98. Me haces más sabio
que mis enemigos por tu mandamiento que es siempre mío. 99. Soy más agudo que todos
mis maestros, merced a tus testimonios que medito. 100. Superé a los ancianos en saber
pues guardo tus ordenanzas. 101. Aparté mis pasos de todo mal camino, pues quería ser
fiel a tu palabra. 102. De tus juicios no me he apartado, pues tú me los enseñas. 103. ¡A mi
paladar son dulces tus palabras, más que la miel para mi boca! 104. Tus ordenanzas me
han dado la inteligencia, por eso odio cualquier ruta mentirosa. 105. Para mis pasos tu
palabra es una lámpara, una luz en mi sendero. 106. He hecho un juramento y lo
mantendré de guardar tus justos juicios. 107. He sido hasta el colmo afligido vivifícame,
Señor, según tu palabra. 108. Acepta, Señor, la ofrenda de mi boca, y enséñame tus
juicios. 109. Expongo mi vida a cada instante, pero jamás me olvido de tu ley. 110. Los
malvados me han tendido una celada pero no me alejé de tus ordenanzas. 111. Tus
testimonios han sido siempre mi herencia, son la alegría de mi corazón. 112. Incliné mi
corazón a cumplir tus preceptos, siempre y totalmente. 113. Odio los corazones repartidos
y amo tu Ley. 114. Tú eres mi refugio y mi escudo, he puesto en tu palabra mi esperanza.
115. Apártense de mí, agentes del mal, para que guarde los mandamientos de mi Dios.
116. Sostenme según tu palabra, y viviré que no sea en vano mi esperanza. 117. Sé mi
apoyo y estaré salvado, que tus preceptos sean siempre mis delicias. 118. Desprecias a
los que abandonan tus preceptos, sus proyectos no son más que mentira. 119. Los malos
del país son para ti la escoria, por eso yo amo tus testimonios. 120. Ante ti mi carne
tiembla de miedo, tus juicios me llenan de temor. 121. He actuado con derecho y con
justicia, no me entregues a mis opresores. 122. Defiende la causa de tu servidor, no dejes
que me opriman los soberbios. 123. Por tu salvación mis ojos languidecen, y por tu justa
palabra. 124. Según tu amor actúa con tu siervo, y enséñame tus preceptos. 125. Soy tu
servidor, dame la inteligencia para que conozca tus testimonios. 126. Señor, es tiempo de
que actúes, pues se viola tu Ley, 127.al verlo amo más tus mandamientos, los aprecio más
que el oro fino. 128. Me regulo por todos tus preceptos y odio cualquier camino de mentira.
129. Maravillosos son tus testimonios por eso mi alma el guarda. 130. Exponer tus
palabras es dar luz y abrir la inteligencia de los sencillos. 131. Abro una boca grande para
aspirar pues estoy ávido de tus mandamientos. 132. Vuélvete a mí y ten de mí piedad,
como los que aman tu nombre lo merecen. 133. Afirma con tu palabra mis pasos, no dejes
que me domine algún mal. 134. Líbrame de la opresión del hombre, para que pueda
observar tus ordenanzas. 135. Haz brillar tu faz sobre tu siervo y enséñame tus preceptos.
136. De mis ojos han brotado ríos de lágrimas al ver que no se observa tu Ley. 137. Tú
eres justo, Señor, y rectos son tus juicios. 138. Has dictado tus testimonios con justicia, y
con toda verdad. 139. Me consumo de indignación pues mis adversarios olvidan tus
palabras. 140. Tu palabra está totalmente comprobada por eso tu servidor el ama. 141.
Aunque soy poca cosa y despreciable, no me olvido de tus ordenanzas. 142. Tu justicia es
justicia eternamente y tu Ley es verdad. 143. Si me asaltan la angustia y la ansiedad, tus
mandamientos aún son mis delicias. 144. Tus testimonios son justicia eterna, dame la
inteligencia y viviré. 145. Te invoco, Señor, con todo el corazón, respóndeme, pues quiero
observar tus preceptos. 146. Yo a ti clamo, sálvame, pues quiero guardar tus testimonios.
147. Me adelanto a la aurora para clamarte, espero en tus palabras. 148. Mis ojos se
adelantaron a las horas y volví a meditar en tu palabra. 149. Por tu amor, Señor, oye mi
voz, hazme vivir según tus juicios. 150. Mis perseguidores se adhieren al crimen, pero se
alejan de tu Ley. 151. Tú estás cerca, Señor, y todos tus mandamientos son verdad. 152.
Lo que hace tiempo sé de tus testimonios es que los fundaste para siempre. 153. Mira mi
miseria y líbrame, pues no me he olvidado de tu Ley. 154. Defiende mi causa y líbrame,
que me vivifique tu palabra. 155. La salvación está lejos de los impíos, pues no se
interesan en tus preceptos. 156. Frecuentes son, Señor, tus misericordias, hazme vivir
según tus juicios. 157. Mis perseguidores y mis enemigos son sin cuento, pero no me
aparté de tus testimonios. 158. Vi a los traidores y me dieron asco, pues no respetan tu
palabra. 159. Mira cuánto amo tus ordenanzas, Señor, hazme vivir según tu gracia. 160. El
principio de tu palabra es la verdad, tus juicios son justos para siempre. 161. Si bien los
príncipes me perseguían sin razón, mi corazón temía más a tus palabras. 162. Tu palabra
me llena de gozo como quien encuentra un gran tesoro. 163. Detesto la mentira, la
aborrezco, pero eso sí que amo tu Ley. 164. Siete veces al día yo te alabo por tus juicios
que son justos. 165. Una paz grande para los que aman tu Ley, nada podrá hacerlos
tropezar. 166. Espero, Señor, tu salvación, y pongo en práctica tus mandamientos. 167. Mi
alma toma en cuenta tus testimonios, los amo totalmente. 168. Observo tus ordenanzas,
tus testimonios, a tu vista están todos mis caminos. 169. ¡Que mi grito se acerque a tu faz,
Señor, según tu palabra, dame la inteligencia! 170. ¡Que mi súplica llegue hasta tu
presencia, líbrame de acuerdo a tu palabra! 171. ¡Que mis labios publiquen tu alabanza,
pues tú me enseñas tus preceptos! 172. ¡Que mi lengua celebre tu palabra, pues son
justos todos tus mandamientos! 173. ¡Que tu mano venga a socorrerme, pues yo elegí tus
ordenanzas! 174. He ansiado, Señor, tu salvación, y tu Ley ha sido mi delicia. 175. ¡Que mi
alma viva para alabarte, y tus juicios vendrán en mi ayuda! 176. Iba errante como oveja
perdida, ven a buscar a tu servidor, pues bien sabes que no olvidé tus mandamientos.
Según la fe cristiana, el Evangelio (del latín evangelĭum, y este del griego εὐαγγέλιον
[euangelion], «buena noticia», propiamente de las palabras εὐ, «bien», y -αγγέλιον,
«mensaje») es la narración de la vida y palabras de Jesús, es decir la buena nueva del
cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham, Isaac y Jacob de que redimiría a
su descendencia del pecado por medio de la muerte de su Hijo unigénito Jesucristo, quien
moriría en expiación por el pecado de toda la Humanidad y resucitaría al tercer día para
dar arrepentimiento y perdón de los pecados a todo aquel que crea en él.
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