Un Mapa Geológico Domo Lugo
Un Mapa Geológico Domo Lugo
Un Mapa Geológico Domo Lugo
Departamento de Geología, Universidad de Oviedo, c/ Jesús Arias de Velasco s/n, 33005 Oviedo
(email: marcos@geol.uniovi.es)
Resumen: Una nueva cartografía geológica de la parte septentrional del domo de Lugo muestra una
distribución de las rocas paleozoicas y precámbricas diferente a la aceptada hasta el presente. La falla
considerada en esta zona como el cabalgamiento basal del Manto de Mondoñedo se interpreta aquí
como una falla normal inclinada hacia el E, con un desplazamiento hacia el antepaís. Sus caracterís-
ticas y edad relativa son comparables a las de la falla de Vivero, bien conocida desde antiguo, aunque
ésta muestra una inclinación y sentido de desplazamiento contrarios. Esta interpretación explica
satisfactoriamente la estructura en superficie de la zona limitada por ambas fallas, que constituye la
terminación occidental del Manto de Mondoñedo. Además, permite interpretar el antiforme del
domo de Lugo como una culminación producida por el apilamiento en profundidad de las láminas
cabalgantes del Manto de Mondoñedo y del dominio del Navia y alto Sil. La estructura profunda
deducida satisface de un modo sencillo los condicionantes impuestos por los datos geofísicos exis-
tentes y permite reconstruir satisfactoriamente la estructura del Orógeno varisco en el NO de la
península ibérica.
Palabras clave: Geología regional, Manto de Mondoñedo, Domo de Lugo, Orógeno varisco.
Abstract: A new geological map of the northern part of the Lugo dome shows a distribution of
Paleozoic and Precambrian rocks different from which has been accepted up to now. The fault
considered in this area as the basal thrust of the Mondoñedo Nappe is interpreted here as a normal
fault dipping to the E, with a displacement towards the foreland. The characteristics and relative
age of this fault make it comparable to those of the Vivero fault, well known long ago, although it
has opposite dip and displacement. This interpretation explains satisfactorily the surface structure
of the area bounded by two faults, which corresponds to the western end of Mondoñedo Nappe.
Furthermore it allows us to interpret the Lugo dome antiform as a culmination produced by stac-
king in depth of the sheets of the Mondoñedo Nappe and Navia y alto Sil domain. The deduced
deep structure satisfies in a simple way the constraints imposed by existing geophysical data and can
successfully reconstruct the structure of the Variscan Orogen in NW Iberian peninsula.
Key words: Regional Geology, Mondoñedo Nappe, Lugo Dome, Variscan Orogen.
172 ALBERTO MARCOS
El mapa geológico a escala 1:200.000 que acompaña Tabla I. Hojas del Mapa Geológico de España a escala 1:50.000
a este trabajo (Figura 1) se sitúa en el N de la pro- incluidas en la región estudiada. (*) La elaboración de las refe-
vincia de Lugo (Galicia, NO de España) e incluye rencias bibliográficas de estas Hojas se presta con frecuencia a
la mayor parte de las hojas números 2, 3, 8, 9, 23, confusión. En este trabajo he seguido el criterio de considerar
como autores a los que figuran al pie de la hoja geológica, que en
24, 47 y 48 del Mapa topográfico de España a escala algunos casos no coincide con los autores de la Memoria explica-
1:50.000. Desde el punto de vista geológico se sitúa tiva. La fecha de referencia corresponde a la del Depósito Legal
dentro del Orógeno varisco (Lotze, 1945; Julivert et que figura igualmente al pie del mapa (ver referencias completas
al., 1972), principalmente en el Dominio del Manto en la Bibliografía).
de Mondoñedo de la Zona Asturoccidental-leonesa
Nº de Hoja
(ZAOL) (Marcos, 1973), y comprende la parte más y denominación
Autores (*)
interna del Manto de Mondoñedo en su extremo
septentrional (Matte, 1968). En el borde occidental 2 (Cillero) Arce Duarte et al. (1977a)
de la zona estudiada, la falla de Vivero1 pone en con- Fernández Tomás y Montese-
3 (San Ciprián)
tacto la Zona Asturoccidental-leonesa con la Zona rín López (1977)
Arce Duarte y Fernández
Centroibérica (ZCI) (Dominio del Ollo de Sapo) 8 (Vivero)
Tomás (1976)
(González Lodeiro et al., 1983) (ver esquema de si- Martínez-Álvarez et al.
tuación general incluido en la Figura 1). 9 (Foz)
(1977)
23 (Puentes de
Arce Duarte et al. (1973)
La existencia de cartografías geológicas previas ha fa- García Rodríguez)
cilitado en gran medida la realización del trabajo de 24 (Mondoñedo) Arce Duarte et al. (1977b)
campo. Las primeras cartografías geológicas moder-
47 (Villalba) Tena-Dávila (1973)
nas de esta zona comienzan a publicarse en la década
González Lodeiro et al.
de los 70 del pasado siglo y corresponden a las hojas 48 (Meira)
(1978)
del Mapa geológico de España a Escala 1:50.000 del
Plan Magna (Tabla I). Con anterioridad solamente
se disponía de mapas geológicos de pequeña escala,
en general muy poco precisos en lo que atañe a la re- Walter en 1968, una cartografía geológica de excep-
gión estudiada (ver las sucesivas ediciones del Mapa cional calidad que se sitúa, en su mayor parte, inme-
Geológico de España a escalas entre 1:400.000 y diatamente al Este de la región estudiada.
1:1.000.000 impresas a partir de 1907) o esquemas
geológicos muy generales (Schulz, 1835; Parga-Pon- Después de la publicación de los mapas a escala
dal y Aleixandre, 1966; Parga Pondal, 1967; Matte, 1:50.000 arriba citados, solamente se publican ma-
1968). En este escenario, solamente cabe destacar el pas geológicos de síntesis a menor escala. Así, en
mapa del NO de la provincia de Lugo publicado por 1983 Martínez Catalán presenta un mapa geológi-
co a escala 1:250.000 del Domo de Lugo, es decir,
1
del sector O de la ZAOL, que aporta nuevos datos
Siguiendo las recomendaciones de la Guía Estratigráfica
y sintetiza todos los disponibles hasta la fecha: este
Internacional, en este artículo se respetan los epónimos ori-
ginales de las unidades de rocas con el fin de evitar confu- mapa vería la luz en 1985. Esta cartografía, con po-
siones. Así, por ejemplo, se usa la denominación histórica cas modificaciones, es la que recogen para el sector
de Micaesquistos de Villalba (por traducción directa de Mi- estudiado las Hojas números 1 y 8 del Mapa Geoló-
caschistes de Villalba de Barrois, 1882) o Areniscas del Gistral gico de España a escala 1:200.000 (respectivamente
(Parga Pondal y Aleixandre, 1966) en lugar de traducirlas
respectivamente a Micaesquistos de Vilalba o Areniscas del Xis-
Bastida et al., 1984; González Lodeiro et al., 1983).
tral , tal como correspondería a la toponimia actual en len- Si se exceptúan algunas cartografías temáticas -tales
gua gallega. Esta recomendación se aplica del mismo modo como la cartografía de rocas graníticas entre Viveiro
a las estructuras; así, por ejemplo, se utiliza la denominación y Burela publicada por Galán en 1987- los nume-
de Falla de Vivero (Matte, 1968) en vez de traducirla a Falla rosos trabajos realizados a partir de mediados de los
de Viveiro. En todos los demás casos, es decir, en lo referente
a localidades geográficas, nuevas unidades de rocas o estruc-
años 80 (ver referencias en adelante) no modifican
turas, etc., se utilizará en este trabajo la toponimia oficial sustancialmente las cartografías geológicas que se
vigente en Galicia. acaban de citar.
Cabo Ortegal
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA…
A CORU A
OVIEDO
s
s s s
s
VIGO
s
s
s
s
s
58 72
80
PORTO
66
64
60
57
55 62
23
41 15
15 43
60 26
26
52
40
60 42 28
83 45 41 15
43 37 22
30
45 53
30 70
48 52
63
70 29 70 35
72 70 30
46
48
60 14 19
10
52 39 74 25 15
20
55 17
65 87 64 38 21 42
25 37
60 40
70 45
45 14
48 25
63
60
15
8 35
75
60 40
35 25
25 33 40
50
32 70 88
15 25
80 55 15
40
35 55 25 25
80 87 82
34 75 60
60 56 40
22 28
50 40 35 30 10
60
50
45 60
21 40
64 80 60 15
60 62 35
75 50 25
80 10
30 20
65 75 35 25
40
70 66 33 88 40 20
32
50 43 20
38 37
65 58 30
70 45 32 54
50 20
50 45
25
55 15
30
70 60 50 10
48
70 76
60 15
32
48 35
18
42 48
59 15 40 30
50 45
70 34 30
70 53 68 28 18
35 34 16
53
70 20 20
44
50 35 20
23 21
15 39
20
50 32 30 34 38 10
50 44
70 25 20
45
45 78 35 25
65 45 42 62 50 70 15
20 18 35 20 22
53 85 55 31
18 66 20 40
20 60 31 25 30 20
70 64 20 30 45
50 28
38 72 75
15 11 20
20 20
82 66 53 54 80 70
19 10
25
46
40 52 70 13
74 35 3 28 20 25
54
90 40 52 79 833 27 80
65 20
46 30 28 25 25
173
38 80 26 42
25 52 32
64 32
18 30 20
45 80 25
50 63 42 78 30 75 28
69 79
45 30 36 58 71 75 25
65 48 55 50
71 32
80 25 25 25
56
56 50 32 80
50 85 50 76 45 15
40 40 40
42 38 73 24 38
61 0 25
65 67 45 35
50 36 46 33 48 9 25 30 15
70 60 75 64 34 30 30 32
47 63 85 32 4
46 72 76 39 36
55 66 66 6319
18 32 8
30 50 82 41 70 17 20
20
22 20 47
45 30 40 25 34
53 68 28
45 30
60 42 20 20 28 71
60 58 43
27 42
63 12 50 70 35
10 20 76 31 20
32 48 40 34 32
80 23 52 34 70 80 40 15
65 18 50 2 25 43
54 58 85 20
55
50
55
56
48 70 42 55 43
65
42 45 60 62
70 10 75 55 72 52
63 84 35 42 45
27 15 80 50 75 55 40 20
50 37 10 34
45 90 20
16 21 43 77 65
67 7 44
65 7 55 70 32 60 48
28 30 30 55 70 25 35
65 6
2 55 44 10 10
18 45 66 30
37 58 20 10 10 10 11 30 22
30 30 30
10 16 46 74 55 86 20
0 25 12 72 32 25
35 34
37 40 39 43
7 19 25 45 30 35
37 40 30
78 25 15 10
30 30 27
40 20
51 43 20 30
14 80 48 25
18 35 20 10
16 20 15 34 12 20 42 60 15
8 3 30
18 12 40
59 38 18 2 40 38
43 36 45 28
36 58
15 50
65 49 31 30 35 45
48 55 32 35 18
64 16 20 30 40 30 25
49 30 20 20
45 50 40 30
63 55 37 55
75 15 48 35 10
66 45
58 78 75 40 40 30
65 25
69 10 32 22
13 20
55 10 28 60 30
8
55
79 50
25 15 10
60 40 45 15
30 38 8
27 50 18 12 32
70 48 20
47 16
58 37 15
65 53
70 63 70 10 38
55 45
43 20
17 40 30 40
60 50
51 36
25 25
40 50 49 10
40 30 35
65 15 25
40
12 22
22 40 5 35
25 45 18
70 38 35 20 25
32 4
56 30 20
40
32
20
45 15
25 15 5
20
40
75 16 48 25
15 18
15
45 30
0
60 38 30 35
36 30
34
30 10
75 80 51
27 20
31
33 10 10
15
70 28 12 5 10
19 30
10 22
40
60 10 10 15
2 40 10
80
25 2 35
35 25
20
80 73 30 15
57 10
5
25
45 70 70 33
40 62 40 3
84 11
60 9
23
90 70 58
2614
15 10
74 77 31 15
87 31
67 50 10
65
42 43
75
45 50 20 30
68 50
90 40 20
70 43 35
15 20
18 30
37
70
12 15
36
28 20 1
30 20
20
35
36
85 20
55 30 8
60 37 12
22
20
26 12
80 75
35 30 15
10 28 30
10 20 10
24
18
20
48
26 24
72 25 5
32 35
20 10
18 10
38 20
30
40
62 20
20
20
10
20
20
Figura 1. Mapa geológico del extremo NO del manto de Mondoñedo. Esquema de situación basado en Parga Pondal et al. (1982), con la división en zonas del rógeno varisco según Lotze
(1945), Julivert et al. (1972) y Farias et al. (1987). La cuadrícula del mapa general corresponde a los límites de las Hojas del Mapa Topográfico de España e. 1:25.000.
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 175
estas estructuras se relacionan con la primera fase de (S1); dado que estos pliegues son prácticamente iso-
deformación herciniana (D1) y su formación tuvo clinales, la foliación tectónica se dispone en general
lugar esencialmente en condiciones de metamorfis- paralelamente a la estratificación (S0)(con la excep-
mo de presión intermedia (M1) cuyas características ción, claro está, de las estrechas zonas de charnela de
generales se describen más adelante. Las principales los mismos).
síntesis sobre la estructura de las ZAOL y ZCI pue-
den encontrarse en González Lodeiro (1983), Gon- Sobre los planos de la foliación principal se desarro-
zález Lodeiro et al. (1983), Julivert (1983), Bastida lla una lineación definida por el crecimiento orien-
et al. (1984), Pérez-Estaún et al. (1990, 1992), Mar- tado de minerales (principalmente filosilicatos) o
tínez Catalán et al. (1990, 1992, 2004) y Marcos et el estiramiento de objetos pretectónicos (Le). Esta
al. (2004). lineación se dispone en toda la zona perpendicular-
mente a la lineación de intersección S1-S0 (L1) o a
En el mapa de la Figura 1 se encuentran representa- los ejes b1 de los pliegues y su orientación coinci-
das la dirección e inclinación de la foliación principal de con la observada en los niveles más superficiales
de las rocas. En la mayor parte de las localidades se del manto de Mondoñedo (Marcos, 1978; Martínez
trata de una foliación tectónica, es decir, de un cli- Catalán, 1985).
vaje, una esquistosidad o una foliación gneísica (de-
pendiendo del grado de metamorfismo) que muestra Los grandes pliegues D1 se encuentran deformados
una disposición paralela al plano axial de los pliegues por pliegues de amplio radio de curvatura y superficie
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 177
axial subvertical (D3). Estos pliegues son homoaxiales alto grado en la parte central, flanqueada al E y O por
con los anteriores y sus ejes se inclinan unos 15º hacia áreas donde el grado metamórfico es más bajo (ver
el S, de modo que la superposición da lugar a figu- esquemas generales de distribución del metamorfis-
ras de interferencia del tipo 3 de Ramsay (1967). En mo en Martínez Catalán, 1985; y Arenas y Martí-
la zona estudiada se desarrollan dos de estos grandes nez Catalán, 2003). Como más adelante veremos, la
pliegues: un antiforme al W (el domo de Lugo) y un zona con metamorfismo de alto grado se sitúa en el
sinforme al E (sinforme de Bretoña) (Martínez Cata- bloque inferior de dos fallas extensionales (las fallas
lán, 1985) (ver situación en Figura 18, más adelante). de Vivero y Areoura) (ver situación en la Figura 1 y
Debe destacarse que el clivaje de crenulación S3 se 15, más adelante), donde las rocas desarrollan para-
encuentra aquí menos generalizado que en el vecino génesis propias de la zona de la sillimanita o incluso
Dominio del Navia y Alto Sil (ver igualmente la situa- de la sillimanita-feldespato potásico, coincidiendo
ción en las Figuras 1 y 18, más adelante). con la intrusión de numerosos cuerpos graníticos.
En el bloque superior de estas fallas el grado meta-
Cabe destacar también la existencia de dos impor- mórfico relacionado con el evento M1 es más bajo y
tantes fallas extensionales, las fallas de Vivero y corresponde en general a las zonas de la biotita (falla
Areoura (Figura 1 y Figura 15, más adelante). La de Vivero) o del granate (falla de Areoura).
primera constituye el limite occidental del Manto
de Mondoñedo y es ya conocida desde antiguo. Las Cabe añadir que en los bloques superiores de las fa-
características de la falla de Areoura, que se describe llas de Vivero y Areoura, respectivamente, existen
por vez primera en este trabajo, serán tratadas más unas estrechas franjas, paralelas a las fallas, en las
adelante. que las rocas pelíticas desarrollan un metamorfismo
peculiar caracterizado por la presencia de cloritoide,
estaurolita, andalucita y en ocasiones cianita en las
Metamorfismo y magmatismo rocas ricas en Al. Este metamorfismo se superpone
En el Dominio del Manto de Mondoñedo las rocas al metamorfismo regional y se encuentra en estre-
paleozoicas y precámbricas se encuentran afectadas cha relación con el desarrollo de zonas de cizalla
por un metamorfismo regional de tipo Barroviense dúctil asociadas a las cuales se observan diferentes
relacionado con la orogénesis varisca, cuyo grado se microestructuras (Capdevila, 1969; Martínez Cata-
incrementa de E a O siguiendo la zonación clásica lán, 1985; Martínez et al., 1996, 2001; Reche et al.,
clorita-botita-granate-estaurolita (M1) (Capdevila 1998 a,b; López Sánchez, 2007, 2013).
1969). Los minerales que definen las paragénesis de
grado bajo (zona de la clorita) son sincinemáticos
con la formación del clivaje S1. Este primer evento Un breve apunte sobre las fallas alpinas y su im-
metamórfico evoluciona hacia condiciones de más pacto sobre la distribución cartográfica de las ro-
alta temperatura caracterizadas por la aparición de cas fanerozoicas y precámbricas
andalucita y sillimanita (M2) al final del proceso Las estructuras hercinianas se encuentran cortadas
orógenico, relacionándose con el emplazamiento de por una red de fracturas subverticales que se agru-
granitos (Capdevila, 1969; Bastida y Pulgar, 1978; pan esencialmente en dos conjuntos de dirección
Martínez-Catalán, 1985; Bastida et al., 1986; Are- dominante ONO-ESE y NE-SO, que se relacionan
nas y Martínez Catalán, 2003). Los cuerpos graní- con la tectónica alpina (Figura 4). Esta distribución
ticos (principalmente granitos de dos micas y gra- es común en sectores adyacentes (Martínez-Cata-
nodioritas) alcanzan un importante desarrollo en la lán, 1985) y en general en el NO de la península
parte septentrional de la región estudiada, situándo- ibérica (Parga, 1969 a, b; ver síntesis en De Vicen-
se principalmente en el sector comprendido entre las te, 2004).
fallas de Vivero y Areoura, y jalonando también el
trazado de estas fallas hacia el S (Figura 1). Dentro del primer conjunto destacan las fallas de
As Pontes y Murás, que con un trazado práctica-
La distribución del metamorfismo en el área estudia- mente rectilíneo se pueden seguir sin dificultad
da pone de manifiesto la existencia de una zona de a lo largo de más de 40 km a través de toda la
178 ALBERTO MARCOS
N=76 0 10
20
30
40
50
60
70
80
90
8 7 6 5 4 3 2 1 1 2 3 4 5 6 7 8
Figura 4. Esquema geológico mostrando el trazado de las principales fallas alpinas y diagrama en rosa de las mismas.
región estudiada. Se trata de fallas con un compo- más de 100 m de altura por encima de la planicie
nente dextral de movimiento en dirección y otro citada. A su vez, la falla de Murás, paralela por el
vertical, con elevación del bloque septentrional. N a la anterior, produce una elevación de 100 m
Inmediatamente al O de la región estudiada, la adicionales, dando lugar a la Serra do Xistral, cuya
falla de As Pontes se relaciona con una cuenca cota más alta alcanza los 1032 m. Con un trazado
terciaria rellena por sedimentos del Oligoceno y paralelo a estas dos fallas se pueden reconocer otras
Mioceno temprano (López Martínez et al., 1993; muchas que alcanzan un desarrollo importante so-
Santanach, 1994; Cabrera et al., 1996; Santanach bre todo en el extremo septentrional de la región
et al., 2005). estudiada.
Ambas fallas poseen además una importante expre- Las fallas NE-SO se disponen principalmente a lo
sión fisiográfica, ya previamente reconocida para largo de un estrecho corredor en la parte oriental
la falla de As Pontes (Martín-González y Heredia, de la región estudiada, siguiendo aproximadamente
2011 a,b). Ésta es responsable de los relieves de la la lineación definida por las localidades de Foz y
Serra da Carba y Coto de Monseibán que se levan- Mondoñedo (sistema de fallas Mondoñedo-Foz en
tan al N de Vilalba y que alcanzan cotas del orden la Figura 4). Su trazado es en ocasiones algo sinuo-
de los 900 m sobre la planicie de la Terra Cha, de so, debido posiblemente a que discurren en mu-
unos 500 m de altitud; cabe destacar que en la cima chos tramos de modo un tanto paralelo a las estruc-
del monte Abeleira (unos 4 km al SO de Abadín) turas hercinianas, y muestran frecuentes relevos; las
(43º 20’ 29”N/ 7º 30’ 27”W), situado en el blo- fallas más occidentales producen un hundimiento
que elevado de esta falla, se han localizado depósi- del bloque O y las orientales del E, con valores de
tos terciarios discordantes sobre rocas paleozoicas a desplazamiento que superan los 500 m.
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 179
Ambos sistemas de fallas podrían interpretarse de Lugo; ii) el Flysch micacítico de Villalba; y iii) la
como un sistema conjugado relacionado con un Arenisca ortocuarcítica del Gistral. Cuando se observa
esfuerzo compresivo subhorizontal de dirección la distribución de estas rocas en su esquema geoló-
aproximadamente N-S. Esta interpretación es co- gico (Figura 5) y dejando, obviamente, de lado su
herente con la distribución de esfuerzos propuesta atribución temporal, se pueden comprobar algunas
para tiempos cenozoicos (Andeweg, 2002; De Vi- coincidencias con el mapa geológico que se presenta
cente et al., 2004) en este trabajo.
En una región caracterizada por la existencia de Poco más tarde, Capdevila (1969) agrupó todas las
pliegues acostados prácticamente isoclinales, el im- rocas esquistosas que afloran en el entorno de Vilal-
portante salto vertical producido por cada una de ba bajo la denominación de Micaesquistos de Villal-
estas fracturas dificulta considerablemente la carto- ba, asignándolas al Precámbrico.
grafía geológica al impedir una correlación direc-
ta de las estructuras variscas en ambos bloques de La publicación de las Hojas del Mapa Geológico de
falla. España a escala 1:50.000 del sector estudiado con-
tribuyó a complicar aún más este escenario. Así, Te-
na-Dávila (1973) dividió las rocas precámbricas del
La extensión de las rocas precámbricas en la parte entorno de Vilalba (Hoja nº 47) en dos niveles: uno
septentrional del Domo de Lugo: los Micaesquis- inferior de micaesquistos y cuarcitas tableadas (Serie
tos de Villalba, la Serie de Trastoy y las Capas de de Alba) y otro superior de esquistos con intercalacio-
Curros nes de gneises anfibólicos (Serie de Villalba). Sin em-
Los datos existentes sobre las características y bargo, la distribución espacial de estas unidades repre-
extensión de las rocas precámbricas en la región sentada en su mapa geológico no se corresponde con
estudiada son extremadamente confusos. La pri- las características de los afloramientos, donde siempre
mera asignación al Precámbrico de las rocas que se observa un mismo tipo de rocas, a saber, micaes-
afloran en el entorno de Vilalba se remonta a la quistos con intercalaciones de gneises anfibólicos.
segunda mitad del siglo XIX (Barrois, 1882). Este
autor, atribuyó al Terreno Primitivo o Arcaico, es Hacia el N, en el ámbito de la Hoja 1:50.000 de
decir, al Precámbrico, las rocas que afloran por Puentes de García Rodríguez (nº 23) y en continui-
debajo de los materiales cámbricos en una sección dad cartográfica con la Serie de Alba de Tena-Dá-
realizada entre las localidades de Vilalba y Gon- vila (1973), Arce Duarte et al. (1973) diferencian
tán-Abadín (ver Barrois, op. cit., lámina XVI- una sucesión formada esencialmente por esquistos y
II). En realidad, Barrois estableció dos conjuntos gneises pelíticos con intercalaciones de cuarcitas ta-
en las rocas precámbricas: uno inferior formado bleadas y anfibolitas que denominan Serie de Trastoy
esencialmente por micaesquistos de dos micas con y que sitúan por debajo de la Serie de Villalba esta-
niveles subordinados de anfibolitas y gneises, que blecida por aquel autor. Aún más hacia el N, la Serie
denominó Micaesquistos de Villalba, y otro supe- de Trastoy se representa también en las hojas de Vi-
rior formado por esquistos verdes, cloritosos, anfibó- vero (nº 8) (Arce Duarte y Fernández Tomás, 1976)
licos y talcosos o micáceos con niveles subordinados y Cillero (nº 2) (Arce Duarte et al., 1977a). Estos
de cuarcitas, serpentina y cipolinos. Sin embargo, autores destacan el hecho de que en estas hojas, la
de acuerdo con los datos proporcionados en este Serie de Trastoy se encuentra parcialmente migma-
trabajo, todas las rocas consideradas precámbricas tizada. Salvo en lo relativo al grado metamórfico,
por Barrois y situadas en la citada sección corres- no existe sobre el terreno ninguna diferencia entre
ponden en realidad a las Pizarras de Cándana del esta Serie y los Micaesquistos de Villalba situados
Cámbrico inferior. más al S.
Muy posteriormente, Parga-Pondal y Aleixandre Por su parte, Martínez-Catalán (1985) divide las ro-
(1966) diferencian dentro de lo que consideran in- cas precámbricas del Domo de Lugo en un Tramo
fracámbrico tres conjuntos de rocas: i) los Esquistos inferior, formado por una alternancia de pizarras gri-
180 ALBERTO MARCOS
ses y areniscas o limolitas verdosas con intercalacio- existe una discordancia, como sucede más al E, en el
nes de gneises anfibólicos, y un Tramo superior con- Antiforme del Narcea). La facies de estas rocas corres-
sistente en pelitas grises que alternan rítmicamente ponde a sedimentos marinos, posiblemente turbiditas
con limolitas. Para el entorno de Vilalba considera distales, y sus características son muy semejantes a las
que todo el precámbrico corresponde al tramo in- de las Pizarras del Narcea o de Mora descritas en el
ferior, criterio que es seguido también por González Antiforme del Narcea por Lotze (1956) y De Sitter
Lodeiro et al. (1983) y Bastida et al (1984). (1961, 1962). El resto de los materiales habitualmen-
te considerados precámbricos (ver principalmente
De acuerdo con la cartografía geológica realizada Barrois, 1882; Parga Pondal y Aleixandre, 1966; Cap-
(Figura 1), las rocas precámbricas ocupan exclusi- devila, 1969; Tena-Dávila, 1973; Arce Duarte et al.,
vamente el núcleo del anticlinal de Mayor (Walter, 1973, 1977a; Arce Duarte y Fernández Tomás, 1976;
1968), donde se caracterizan por una alternancia de Martínez-Catalán, 1983; González Lodeiro et al.,
pizarras gris-verdosas, limolitas y areniscas de grano 1983; Bastida et al., 1984) corresponden a las Pizarras
fino (Capas de Curros de este autor). Esta secuencia se de Cándana del Cámbrico inferior. En efecto, en las
sitúa claramente por debajo de la Cuarcita inferior de áreas afectadas por metamorfismo de grado alto (por
Cándana, aunque la naturaleza del contacto no pue- debajo de la isograda del granate), las pizarras grises
de observarse sobre el terreno (es decir, la ausencia de y verdosas con intercalaciones de rocas carbonatadas
buenos afloramientos hace imposible comprobar si (margas, calizas y dolomías) y areniscas feldespáticas
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 181
que caracterizan a las Pizarras de Cándana, se trans- 1835), Arcaico (Macpherson, 1883, 1884, 1886) o
forman en micaesquistos muy oscuros (debido al cre- Estrato cristalino (Hernández Sampelayo, 1922), es
cimiento de biotita) con para-anfibolitas (rocas calco- decir, las consideran como formando parte de los te-
silicatadas con anfíboles en gavillas, las amphibolites à rrenos más antiguos de Galicia, debido sin duda al
gerbes de los autores franceses) y cuarcitas feldespáti- elevado grado de metamorfismo que presentan. Más
cas. En los taludes de la nueva autovía entre Baamon- recientemente, Nissen (1960), Lotze y Sdzuy (1961)
de y Vilalba, en el entorno de esta última localidad, y Sánchez de la Torre (1962) estudiaron estas rocas
se pueden reconocer espectaculares intercalaciones a en el entorno de Burela considerándolas compara-
escala decamétrica de estas para-anfibolitas en los mi- bles a la Cuarcita de Cándana del Cámbrico inferior
caesquistos. en Asturias. Poco más tarde, Walter (1965) apunta la
posibilidad de que la Cuarcita del Gistral pertenez-
En la parte N de la zona estudiada (entorno de Vi- ca al Ordovícico. Parga Pondal y Aleixandre (1966)
lalba) la disposición subhorizontal de la foliación (a denominan a estas rocas Arenisca ortocuarcítica del
la que habría que añadir aún la existencia de pliegues Gistral o simplemente Arenisca del Gistral, realizando
isoclinales acostados) unida a la planicie de la Terra análisis mineralógicos y asignándolas con dudas al
Chá explica la gran amplitud de los afloramientos de Cámbrico más bajo o incluso al Precámbrico.
las Pizarras de Cándana.
Matte (1968) considera a estas rocas como pertene-
cientes a la Cuarcita inferior de Cándana y a partir
La controversia sobre la posición estratigráfica y de este autor todos los trabajos sobre la zona coinci-
edad de las cuarcitas de la Serra da Carba, Serra den en situarlas, con mayor o menor precisión, den-
do Xistral y Montes de Cabaleiros tro del Grupo Cándana. Así, fueron consideradas
En la parte occidental de la región estudiada existen cámbricas, sin mas precisiones, en las hojas del Mapa
amplios afloramientos de cuarcitas (representadas en Geológico de España a escala 1:50.000 de Puentes
el mapa de la Figura 1 como correspondientes a la de García Rodríguez (Arce Duarte et al., 1973), Vi-
Cuarcita superior de Cándana) en los que destacan llalba (Tena-Dávila, 1973) y Vivero (Arce Duarte y
niveles potentes de areniscas feldespáticas blancas y Fernández Tomás, 1976).
amarillentas de grano grueso, que tradicionalmente
fueron denominadas Areniscas o Cuarcitas del Gistral Por su parte, Martínez Catalán (1985) estableció
(Parga Pondal y Aleixandre, 1966); estas rocas ocupan para el Grupo Cándana en este sector una sucesión
relieves importantes, principalmente las sierras de A que considera diferente a la propia del Manto de
Carba y de O Xistral y su prolongación por los Mon- Mondoñedo, ya que al aflorar en el núcleo de una
tes de Cabaleiros hacia la Mariña lucense, a orillas del ventana tectónica se correspondería con la del Do-
Mar Cantábrico. Las Cuarcitas del Gistral se encuen- minio del Navia y Alto Sil. Según este autor, la prin-
tran intensamente deformadas por pliegues isoclinales cipal diferencia se encontraría en la existencia de una
de escala kilométrica acompañados por una esquisto- unidad estratigráfica, la Cuarcita de Gistral, equiva-
sidad de plano axial. Sus afloramientos coinciden con lente a la Cuarcita superior de Cándana, pero mu-
las zonas de más alto metamorfismo, definido por la cho más potente (1000-1500 m), ya que el resto de
presencia de andalucita y sillimanita, y se encuentran las unidades estratigráficas que según él afloran en la
limitados por esquistos oscuros biotíticos o incluso zona (las Capas de Transición y las Pizarras de Cán-
paragneises biotíticos de grano fino, con intercalacio- dana) poseen características similares a las del resto
nes delgadas de para-anfibolitas y areniscas. La posi- del Dominio del Manto de Mondoñedo. Esta inter-
ción estratigráfica y la edad de estas rocas han sido pretación fue generalmente aceptada y se encuentra
objeto de controversia, como veremos a continuación. recogida en el Mapa de Síntesis 1:200.000 (Bastida
et al., 1984) y -con ligeras variaciones- en todos los
La existencia de estos amplios afloramientos de rocas trabajos posteriores (Bastida et al., 1986; Martínez
cuarcíticas es ya mencionada por los geólogos desde Catalán, 1990; Martínez Catalán et al., 1990; 1992;
mediados del siglo XIX. Los autores más antiguos 1995; 2003; Pérez-Estaún et al., 1991; Aller y Basti-
incluyen estas rocas en el Terreno Primitivo (Schulz, da, 1993; Ayarza y Martínez Catalán, 2007).
182 ALBERTO MARCOS
De acuerdo con el mapa geológico que acompaña este Sobre la base de las limitaciones impuestas por el
trabajo, la Cuarcita del Gistral se corresponde, tanto modo de afloramiento, puede suponerse que los
desde el punto de vista litológico como del estratigráfi- grandes macizos graníticos poseen una geometría
co, con la Cuarcita superior de Cándana del Dominio de tipo lacolítico, es decir, que a grandes rasgos son
del Manto de Mondoñedo. En efecto, estas cuarcitas subparalelos al trazado general de las estructuras.
se encuentran en contacto con las pizarras verdosas La geometría deducida a partir de datos geofísicos
y azuladas con intercalaciones de areniscas, margas para el macizo granito de La Tojiza (Aranguren et
y rocas carbonáticas pertenecientes a las Pizarras de al., 2003) constituye el paradigma de este hecho (ver
Cándana, que en las zonas de más alto grado de me- corte B en la Figura 15).
tamorfismo se encuentran transformadas en esquistos
y paragneises de color gris muy oscuro o negro, muy Aunque este modo de yacimiento podría hacer pen-
ricos en biotita, con intercalaciones de cuarcitas y ro- sar en un emplazamiento precoz de los granitos (sin-
cas calcosilicatadas (anfibolitas en gavillas). En estas o tardi-D1) (Martínez Catalán, 1985), lo cierto es
zonas de alto grado de metamorfismo las areniscas que solamente los granitos situados en contacto con
y cuarcitas pertenecientes a la Cuarcita Superior de las fallas de Vivero y Areoura presentan microestruc-
Cándana experimentan localmente una importante turas desarrolladas en estado sólido o sub-sólido (zo-
recristalización estática de los granos de cuarzo, que nas de cizalla a diferentes escalas y foliación tectónica
da lugar a un notable aumento del tamaño del grano asociada a las mismas, tal como se ha señalado más
(por ejemplo, en Pena Goia, al SE de Murás). arriba). En efecto, todos los granitos datados en el
ámbito de la región estudiada (Vivero, Penedo Gor-
Por lo que se refiere al espesor estratigráfico de estas do, San Ciprián, Burela y La Tojiza) han proporcio-
unidades, éste no tiene por qué ser superior al esta- nado edades en torno a los 295 Ma (Ries, 1979; Fer-
blecido para el Dominio del Manto de Mondoñedo nández-Suárez et al., 2000; López Sánchez, 2013).
puesto que la amplia extensión de los afloramientos
de las rocas pertenecientes tanto a la Cuarcita supe-
rior de Cándana como a las Pizarras de Cándana se La falla de Areoura y su relación con la falla de
explica considerando por una parte su disposición Vivero: el comienzo del proceso de adelgazamiento
general próxima a la horizontal y por otra el desarro- en el Orógeno varisco
llo de pliegues isoclinales que multiplican el espesor Las características de la gran fractura que separa las
original de las capas (ver Figura 15, más adelante). zonas Asturoccidental-leonesa y Centroibérica (Figu-
ra 1), la falla de Vivero, son bien conocidas a partir de
numerosos trabajos previos (ver principalmente Parga
La relación entre las intrusiones graníticas y la Pondal, 1967; Matte, 1968; Capdevila, 1969; Mar-
estructura de las rocas encajantes tínez Catalán, 1985; Martínez et al., 1996; y López
Aunque a escala del afloramiento se observan contac- Sánchez, 2007, 2013). Resumiendo las características
tos netamente intrusivos entre los granitos y las rocas establecidas por López Sánchez (op. cit.), i) se trata de
de caja (Figura 6 A), la mayor parte de los cuerpos una falla normal de trazado N-S, con un buzamien-
graníticos en la región estudiada se disponen a favor to medio de unos 60º al O, un desplazamiento esen-
de la anisotropía dominante (comúnmente S0+S1); cialmente en la vertical y un trazado cartográfico que
en ocasiones se observan estructuras primarias de puede seguirse a lo largo de centenares de km; ii) aso-
flujo (Balk, 1937) paralelas a sus límites y reducidas ciada a la falla existe una zona de cizalla dúctil de más
al entorno próximo de los mismos. De este modo, de 1 km de anchura en su extremo septentrional, que
los granitos muestran una geometría lenticular o se deforma tanto los metasedimentos encajantes como
emplazan simplemente como diques paralelos a la las rocas graníticas emplazadas en su entorno hacia
foliación (Figura 6 B). Además, en muchos casos los los 295 Ma; iii) en su bloque superior se origina un
granitos muestras estructuras de tipo pinch-and-swell metamorfismo caracterizado por el desarrollo local de
o boudins (Figura 6 C, D). Esta disposición general asociaciones con andalucita y biotita contemporáneo
es sin duda debida al contexto tectónico en el que se con el emplazamiento de granitos y la actividad de la
produce el emplazamiento de los magmas. falla (Martínez et al, 2001); y iv) considerando el con-
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 183
Figura 6. Geometría de los cuerpos graníticos en la región estudiada. A) granito de dos micas intrusivo en la Cuarcita superior de
Cándana en los alrededores de Fra, al N de Balsa (O a la derecha); B) dique granítico paralelo a la foliación dominante en A Cabana,
1 km al NE de Balsa (E a la derecha); C y D) boudins de granito de dos micas en los alrededores de Vilalba (E a la derecha).
junto de sus dimensiones, características estructurales (originados durante una segunda fase de deformación,
y asociación con magmas mantélicos (Galán, 1987) se D2). El conjunto de estas estructuras estaría deforma-
puede deducir que se trata de una estructura de escala do por amplios pliegues rectos originados durante una
cortical. etapa final de replegamiento (D3) (Figura 7).
Partiendo de los trabajos previos de Matte (1968) y Posteriormente, Martínez Catalán (1979, 1985)
Walter (1968), la primera reconstrucción precisa de prosiguió el trazado cartográfico de este cabalga-
una sección transversal del Manto de Mondoñedo fue miento basal hacia el N y el O. Como puede apre-
realizada por Bastida y Pulgar (1978) siguiendo los ex- ciarse en su mapa, el cabalgamiento dibujaría una
cepcionales afloramientos proporcionados por la costa ventana tectónica, que denominó Ventana del Gistral
cantábrica; para estos autores, esta gran estructura es- (Figuras 8 y 9). Esta interpretación fue generalmente
taría formada esencialmente por dos grandes pliegues aceptada y se encuentra recogida en las hojas nº 1 y
acostados superpuestos (los anticlinales de Mondoñe- 8 del Mapa de Síntesis a escala 1:200.000 (Bastida
do y Foz-Tapia) originados durante una primera fase et al., 1984; González Lodeiro et al., 1983) y, con
de deformación (D1), situados sobre una zona de ci- ligeras variaciones, en todos los trabajos posteriores
zalla que se manifiesta como un cabalgamiento al E (ver, entre otros, Bastida et al., 1986; Martínez Ca-
(Marcos, 1973) y como una zona de cizalla dúctil al O talán, 1990; Martínez Catalán et al., 1990, 1992,
184 ALBERTO MARCOS
Figura 7. Corte esquemático interpretativo del Manto de Mondoñedo a lo largo de la costa cantábrica (reproducido de Bastida y
Pulgar, 1978). 1 Precámbrico; 2 Cámbrico inferior; 3 Cámbrico medio-Ordovícico inferior; 4 Granitos; 5 Zona de cizalla. AM y
AFT anticlinales de Mondoñedo y de Foz-Tapia; SV y SNM sinclinales de Villaodrid y Nois-Mantaras; GV Granito de Vivero.
1995, 2003; Pérez-Estaún et al., 1991; Aller y Basti- por zonas de cizalla desarrolladas en estado sólido
da, 1993; Ayarza y Martínez Catalán, 2007). en las rocas graníticas (Figura 11B, C, D, E), como
en los metasedimentos encajantes afectados por el
Como veremos a continuación, la falla considera- metamorfismo de contacto inducido por el empla-
da hasta la fecha como el cabalgamiento basal del zamiento del mismo (Figura 12).
Manto de Mondoñedo se interpreta aquí como una
falla normal de bajo ángulo y buzando hacia el E Al N de este granito la falla se prosigue por Abadín,
que denominaremos falla de Areoura. Su trazado continuando por Feira do Monte y flanqueando por
cartográfico no coincide con el propuesto por Mar- el SE el monte Carballosa. A lo largo de la mayor parte
tínez Catalán (1985) para aquel cabalgamiento. de este trazado la falla de Areoura pone en contacto
La falla de Areoura muestra un trazado subparale- principalmente las Pizarras de Cándana con las Capas
lo a la de Vivero (Figura 1) y un desplazamiento de Curros. La zona de cizalla dúctil asociada no resulta
en sentido contrario, es decir hacia las zonas exter- en todo este tramo fácil de reconocer debido a la escasez
nas del orógeno. En su extremo N, el acantilado y discontinuidad de los afloramientos en la planicie de
de la costa proporciona una sección excepcional la Terra Cha. No obstante, se pueden observar algunas
de la zona de cizalla dúctil asociada a la misma, microestructuras asociadas a ella a la altura de la auto-
hecho que ha permitido la realización de trabajos pista entre Vilalba y Abadín, donde se observan venas
estructurales detallados (Bastida y Pulgar, 1978; graníticas deformadas (Figura 11 D), y también en los
Aller y Bastida, 1993), por lo que no se insistirá granitos de dos micas situados al E de Vilalba y en algu-
en su descripción. De acuerdo con estos autores, nos afloramientos de esquistos en la carretera entre esta
la intensidad de la deformación decrece hacia el E localidad y Vila da Igrexa (ver Figura 1).
y las microestructuras asociadas (pliegues, clivaje,
estructuras de tipo C’ y orientación de ejes c de De acuerdo con estos datos, esta fractura y la zona
cuarzo) son consistentes con un movimiento hacia de cizalla asociada se interpretan aquí como una falla
el E y hacia abajo del bloque superior (Figura 11A). directa de bajo ángulo (alrededor de 30º) que corta
toda la estructura del Manto de Mondoñedo, inclui-
El trazado de la falla de Areoura hacia el S se en- do su cabalgamiento basal (Figura 13). Los cortes
cuentra enmascarado por una fractura tardía y por la geológicos realizados a través de ella sugieren un des-
presencia de sedimentos cuaternarios hasta el entor- plazamiento inferior a los 10 km.
no de Ferreira do Valadouro. A partir de esta locali-
dad, puede reconocerse tanto en el borde occidental Considerando los datos de edad absoluta existentes,
del granito de La Tojiza, que se encuentra afectado el desarrollo de la falla de Areoura debió de tener lu-
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 185
Cabalgamiento
basal
gar en torno a los 295 Ma. En efecto, la edad del gra- posean una geometría lístrica. Como es sabido, el
nito de La Tojiza, que se encuentra deformado por desarrollo de un sistema conjugado de fallas de este
ella, ha sido establecida en 283,8 ± 0,7 Ma mediante tipo solamente es posible mediante un movimiento
40
Ar/39Ar en moscovita (Dallmeyer et al., 1997) y en secuencial de las mismas (Ramsay y Hubert, 1987)
295 ± 2 Ma mediante U-Pb en circones (Fernández (Figura 14). El resultado final del juego de las fallas
Suárez et al., 2000). En adición, micaesquistos de- es la formación de una estructura de tipo graben en
formados en la zona de cizalla de la falla de Areoura la parte superior y de un horst en la inferior. Un mo-
han proporcionado edades 40Ar/39Ar en moscovita vimiento de este tipo crea problemas de compatibili-
de 275,5 ± 0,9 y 298,2 ± 0,6 Ma en dos localidades dad en profundidad -que aún se agudiza más debido
diferentes (Dallmeyer et al., 1997). a la geometría lístrica de las fallas- dando lugar a la
apertura de huecos virtuales que favorecerían la fu-
Los datos geocronológicos que se acaban de citar in- sión parcial de las rocas por descompresión y el em-
dican que las fallas de Vivero y Areoura debieron ser plazamiento de magmas. La estructura resultante se
aproximadamente contemporáneas. Dada su dispo- asocia a un adelgazamiento cortical, que produciría
sición relativa podría tratarse de fallas conjugadas y en profundidad una elevación de las isotermas y la
por sus dimensiones parece razonable suponer que migración hacia arriba del magma.
186 ALBERTO MARCOS
Figura 9. Corte geológico del Manto de Mondoñedo. Reproducido de Martínez Catalán 1985. Ver situación en el mapa de la Figura
8 (la mitad derecha del corte se encuentra fuera del mapa).
Esta interpretación permite explicar satisfacto- al., 1996) resulta probable que esta zona de cizalla se
riamente la distribución del metamorfismo en la relacione con la prolongación meridional de la falla
región estudiada, ya que las zonas de más alto de Areoura.
grado de metamorfismo (M2) se sitúan precisa-
mente en el horst elevado que conforma el blo- Pérez-Estaún et al. (1991) consideran que la falla
que inferior de ambas fallas y se encuentran limi- de Vivero pudo haberse formado en el flanco de la
tadas por ellas. culminación antiformal del domo de Lugo contem-
poráneamente con el apilamiento de cabalgamien-
No se han realizado observaciones sobre la prolonga- tos en profundidad (ver la figura 6 de estos autores).
ción de la falla de Areoura al S de la región estudia- Aunque es evidente que la falla se dispone en uno de
da. No obstante, Aranguren y Tubía (1992) descri- los flancos de esta culminación y que la hipótesis es
ben en el granito de Hombreiro (al O de Lugo) una coherente desde un punto de vista mecánico, el largo
zona de cizalla dúctil inclinada al E que consideran lapso de tiempo transcurrido entre la formación de
relacionada con el cabalgamiento basal del Manto cabalgamientos y fallas normales -del orden de 50
de Mondoñedo; dado que la edad de este granito ha Ma, como más adelante veremos- hace que esta rela-
sido establecida en c. 298 Ma (Santos-Zalduegui et ción sea poco probable.
Figura 10. Sección E-W a través del Orógeno varisco en el NO del Macizo Ibérico: la colocación del Manto de Mondoñedo por
debajo de la Zona Centroibérica obliga a suponer un salto para la falla de Vivero de decenas de kilómetros (línea roja). Reproducción
parcial de la figura 2.161 de Simancas et al. (2004). ZC Zona Cantábrica; ZAOL Zona Asturoccidental-Leonesa; ZCI Zona Cen-
troibérica; ZGTM Zona de Galicia-Tras-Os-Montes.
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 187
Figura 11. Estructuras en la zona de cizalla asociada a la falla de Areoura. A) Estructuras C’ en las Pizarras de Cándana en el acantila-
do al E de la playa de Areoura (E a la izquierda); B) Zonas de cizalla desarrolladas en el granito de la Tojiza, pista para aerogeneradores
en los alrededores del monte O Cadramón, al OSO de Ferreira do Valadouro (43º 31’ 49”N/ 7º 30’ 54”W) (E a la derecha); C)
Foliación tectónica en el granito de la Tojiza a unos 2 km al NO de As Cancelas (43º 30’ 57”N/ 7º 31º 50”W) (E a la derecha); D)
Zonas de cizalla y foliación tectónica en el granito de La Tojiza, 3 km al N de Basilias, en la carretera entre esta localidad y Ferreira
do Valadouro (43º 26’ 36”N/ 7º 30’ 32”W) (E a la derecha); el rectángulo rojo muestra en detalle la zona de cizalla (E); F) Vena
granítica intruida paralelamente a la foliación tectónica principal (S1) en las Pizarras de Cándana deformada por pequeños pliegues
que muestran un clivaje de crenulación asociado (paralelo al mango del martillo) en el enlace de Castromaior de la autopista entre
Vilalba y Abadín (43º 20’ 31”N/ 7º 32’ 33”W) (E a la derecha).
188 ALBERTO MARCOS
La estructura general del extremo septentrional poco a su diseño prácticamente isoclinal2. A escala
del domo de Lugo y el problema del enraizamien- métrica, los pliegues D1 muestran las mismas ca-
to hacia el O del Manto de Mondoñedo racterísticas en todo el sector (Figura 17).
La estructura varisca de las rocas situadas en el
bloque superior de la falla de Areoura corresponde De acuerdo con esta disposición de las rocas, la falla
al sector mejor estudiado del Manto de Mondo- de Areoura cortaría el cabalgamiento basal del Man-
ñedo (ver referencias antes citadas) y por ello no to de Mondoñedo en profundidad, de modo que no
se insistirá en su descripción. Al O de la falla de llega a alcanzar la superficie topográfica (Figura 13).
Areoura, es decir, en su bloque inferior y hasta Consecuentemente, el antiforme o domo de Lugo
alcanzar por el O la falla de Vivero, los aflora- y el sinforme de Bretoña deben ser considerados ab
mientos están ocupados exclusivamente por dos initio como pliegues de flexión desarrollados en el
formaciones: la Cuarcita superior de Cándana y bloque superior del cabalgamiento basal del Manto
las Pizarras de Cándana, que debido a su posición de Mondoñedo, con independencia de que hayan
subhorizontal ocupan una amplia extensión de te- sido posteriormente reapretados durante la fase ge-
rreno (Figuras 1 y 15). La estructura de este sector neral de replegamiento D3. La interpretación del an-
se caracteriza por la existencia de grandes pliegues tiforme de Lugo como una culminación producida
D1 acostados que en conjunto definen una gran por el desarrollo de cabalgamientos en profundidad
estructura sinformal vergente al E. Una idea de
las características geométricas de estos pliegues a 2
escala decamétrica la proporciona el corte de la Fi- El levantamiento del corte fue realizado en la primavera de
2010, poco tiempo después de la apertura de la autopista Fe-
gura 16; se trata de una sección situada a unos 30º rrol-Vilalba. Desafortunadamente, a finales del año 2012 he
de la sección principal, lo cual incrementa ligera- comprobado que la sección ya se encontraba muy enmascarada
mente la amplitud de los pliegues, aunque afecta debido a la alteración superficial y crecimiento de vegetación.
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 189
Figura 13. Sección general a través del Manto de Mondoñedo (ver situación en el mapa esquemático de la Figura 15, más adelante).
Las rocas graníticas han sido eliminadas para facilitar la comprensión de la estructura. La mitad oriental del corte ha sido reprodu-
cida, con algunas modificaciones, de González Lodeiro et al. (1982). Rocas EGMA (Eastern Galicia Magnetic Anomaly): cuerpo
magnético anómalo (corteza inferior máfica y/o ultramáfica) de Aller et al. (1994).
se encuentra ya en Pérez-Estaún et al. (1991), aun- lineación de estiramiento sobre los planos de S1 que
que estos autores consideran que se trata de cabalga- se dispone aproximadamente con una dirección E-O;
mientos fuera de secuencia desarrollados por debajo aunque la disposición de la lineación de estiramien-
del cabalgamiento basal del Manto de Mondoñedo. to L1 es semejante en los bloques inferior y superior
de las fallas extensionales, es muy posible que en el
En el bloque inferior de las fallas de Vivero y Areoura bloque inferior se encuentre acentuada debido a un
el buzamiento de las capas se acentúa como conse- aplastamiento y estiramiento homoaxial a alta T.
cuencia del desplazamiento producido por las mis-
mas (Figura 15). En efecto, en el horst limitado por
ambas fallas los pliegues D1 se encuentran excepcio- La estructura del Domo de Lugo en el contexto
nalmente aplastados y estirados, hecho ya destacado general del Orógeno varisco
por Bastida y Pulgar (1978), Bastida (1980) y Mar- La interpretación de la estructura del Domo de
tínez Catalán (1985). Debe destacarse que en este Lugo que se acaba de exponer es clave para el es-
sector se aprecia un desarrollo muy marcado de una tablecimiento de la estructura general del Orógeno
Figura 14. Modelo conceptual mostrando el desarrollo de un sistema conjugado de fallas normales mediante un movimiento se-
cuencial (A, B y C) a lo largo de las mismas. La flecha indica en cada caso la falla activa. Las fallas tienen una trayectoria lístrica y se
prosiguen en profundidad como zonas de cizalla dúctil (sombreado). En C, el rejuego de la primera falla se produce desde la parte
inferior (ver B) dando lugar en profundidad a un levantamiento del horst central. En C, la línea ‘e’ representaría el nivel de erosión
actual para el sistema de fallas Vivero-Areoura. Esquemas inspirados en Ramsay y Hubert (1987).
190 ALBERTO MARCOS
Figura 16. Corte mostrando la geometría de pliegues D1 a escala decamétrica en la Cuarcita superior de Cándana. Talud meridional de la autopista Ferrol-Vilalba, a la altura del enlace
de Santabaia (O Carrizo).
191
192 ALBERTO MARCOS
Figura 17. Pliegues D1 a escala métrica en niveles de la Cuarcita superior de Cándana (E a la derecha). A) Pista de O Campo a Pena
da Cadela. B) Serra da Carba.
varisco en el NO de la península Ibérica. En pri- En segundo lugar, el modelo satisface los requeri-
mer lugar, cuando se incorpora el modelo repre- mientos establecidos por los datos geofísicos existen-
sentado en la Figura 13 a una sección aproximada- tes. Así, la estructura profunda del Domo de Lugo
mente E-O del orógeno desde la Zona Cantábrica es coherente con los modelos propuestos por Aller
hasta el Complejo de Cabo Ortegal la estructura (1984) y Aller et al. (1994) y con los datos de sís-
profunda resulta coherente con los datos geológi- mica de refracción de Córdoba et al. (1987, 1988,
cos de superficie (Figura 18). Así, el apilamiento 1998) y Córdoba y Banda (1988), explicando satis-
en profundidad de los cabalgamientos basales del factoriamente las anomalías magnéticas existentes en
Manto de Mondoñedo y del Dominio del Navia la zona, al relacionar el denominado cuerpo EGMA
y alto Sil (CBM y CBN, en la Figura 18) explica de estos autores con la prolongación en profundidad
la generación por flexión de los amplios pliegues del cabalgamiento basal del Manto de Mondoñedo
del antiforme del Domo de Lugo y del sinforme de (EGMA y CBM en las Figuras 13 y 18). Del mismo
Bretoña. El brusco cambio paleogeográfico existen- modo, muchos de los reflectores que se observan en
te entre el Dominio del Manto de Mondoñedo y la la sección ESCI-N3.3 de sísmica de reflexión (Mar-
Zona Centroibérica -en particular en lo referente tínez Catalán et al., 1995; Pérez-Estaún et al., 1995;
a la sucesión del Ordovícico inferior- hace necesa- Álvarez Marrón et al., 1996; y Ayarza et al., 1998)
rio suponer la existencia de un cabalgamiento que (Figura 18) adquieren pleno significado. A este res-
aproxime ambas unidades (CBC en la figura 18), pecto, llama particularmente la atención la existencia
dado que la falla de Vivero por si sola no soluciona de un alineamiento de reflectores inclinados hacia el
el problema de la relación estructural entre ambas E en una posición que coincide con la prolongación
unidades. en profundidad de la Falla de Areoura (Figura 19).
Los tres grandes cabalgamientos representados en la En el Orógeno varisco la etapa de colisión debió
figura 18 (CBC, CBM y CBN) se interpretan aquí comenzar hacia los 370 Ma (Devónico tardío), tal
como los límites de tres grandes láminas cabalgan- como se deduce de la edad del metamorfismo de HP
tes a escala cortical desarrolladas en la placa inferior. y BT en rocas de los complejos de Galicia (Van Cals-
Este apilamiento de láminas se produciría como una teren et al., 1979; Dallmeyer et al., 1997; Rodríguez
respuesta a la convergencia tectónica una vez alcan- et al., 2003; Abati et al., 2012), en la Zona de Os-
zado el límite de enterramiento de la corteza conti- sa-Morena (Macizo de Évora, Moita et al., 2005)
nental de la placa inferior bajo la superior (Coward, y en el Macizo Armoricano francés (Île de Groix y
1994). Al O de la sección representada en la figura, Champtoceaux complex, Bosse et al., 2000, 2005)
cabe suponer que estos cabalgamientos terminen por (Figura 20 B). La convergencia tectónica y el desa-
enraizar en la base de la corteza o en partes más pro- rrollo de estructuras en relación con la colisión debió
fundas dentro del manto litosférico. proseguir en las partes internas del orógeno (ZCI y
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 193
Figura 18. A) Sección transversal desde Cabo Ortegal a la Zona Cantábrica. CBC, CBM, CBN y CBZC, cabalgamientos basales
de la Zona Centroibérica, del Manto de Mondoñedo, del Dominio del Navia y Alto Sil y de la Zona Cantábrica, respectivamente.
Basada en datos propios y en Marcos y Farias (1999) para el entorno de Cabo Ortegal; Martínez Catalán (1985) y Bastida et al.
(1984) para el Dominio del Manto de Mondoñedo; Marcos (1973), Pulgar (1980) y Alonso et al. (in litt.) para el Dominio del Navia
y Alto Sil; y Alonso et al. (2009) para la Zona Cantábrica. Para el establecimiento de la estructura en profundidad se han considerado
los datos geofísicos y modelos de Aller (1984), Córdoba et al. (1987,1988, 1998), Córdoba y Banda (1988), Aller et al. (1994),
Martínez Catalán et al. (1995), Pérez-Estaún et al. (1995), Álvarez Marrón et al. (1996), Ayarza et al. (1998) y Fernández-Viejo et
al. (2000). No se han representado las rocas graníticas para una mejor visualización de la estructura. B) Restauración aproximada de
la sección con anterioridad al juego de las fallas extensionales de Vivero y Areoura.
ZAOL) al menos hasta aproximadamente los 340 formación de fallas extensionales (Coward, 1994).
Ma (Viseense, Mississipiense medio) (Dallmeyer et El lapso de tiempo transcurrido entre los eventos de
al., 1997), coincidiendo con el apilamiento de las engrosamiento y adelgazamiento de la corteza (unos
láminas cabalgantes de la placa inferior (Figura 20 55 Ma) es coherente con el observado en otros oró-
D) y aún con posterioridad durante la etapa de re- genos (entre los 50 y 70 Ma para el Himalaya y el O
plegamiento general. de Norteamérica, según Sonder et al., 1987).
El desarrollo de fallas normales hacia los 295 Ma En este contexto, las fallas de Vivero y Areoura se
(Pérmico temprano) acompañado por un impor- interpretan aquí como estructuras extensionales
tante magmatismo en las zonas internas del orógeno relacionadas con el adelgazamiento de una corteza
indicaría que en este momento la parte basal de la engrosada. Este etapa de adelgazamiento se produ-
placa inferior se encontraba ya demasiado caliente ciría al final del ciclo orogénico debido a la dis-
y débil como para soportar el peso de la corteza en- minución de la resistencia a la deformación de las
grosada y comenzaría a adelgazarse provocando la rocas situadas en la base de la placa inferior como
194 ALBERTO MARCOS
Figura 19. Interpretación del perfil ESCIN3.3 (migrado) según Martínez Catalán et al. (1995). La línea roja destaca la alineación
de reflectores que podrían interpretarse como la expresión de la falla de Areoura.
Conclusiones
La realización de una nueva cartografía geológica
de la parte septentrional del domo de Lugo permite
observar una distribución de las rocas paleozoicas y
Figura 20. Esquemas mostrando el desarrollo progresivo de es-
precámbricas diferente a la aceptada hasta el presen- tructuras a escala cortical en el Orógeno varisco. A) Etapa pre-
te. Las secciones realizadas sobre este mapa a través colisional (subducción de corteza oceánica y formación de un
del Manto de Mondoñedo muestran que el cabal- prisma de acreción); B, C y D) Etapa colisional, con subducción
gamiento basal de esta gran estructura no alcanza restringida de corteza continental (B); duplicación de la corteza
la superficie topográfica y que el sector occidental continental debido a la flotabilidad de la corteza continental de
la placa inferior y formación de una meseta elevada en la placa
del manto forma parte de la terminación occiden- superior (C); y formación de láminas cabalgantes en la placa
tal del sinclinal de Villaodrid, uno de los grandes inferior en respuesta al acortamiento (D). Las flechas indican los
pliegues acostados que caracterizan el Manto de cabalgamientos activos. Modelo inspirado en la evolución de los
Mondoñedo. Este sector del manto, considerado orógenos de colisión propuesta por Coward (1994).
UN NUEVO MAPA GEOLÓGICO DE LA PARTE SEPTENTRIONAL DEL DOMO DE LUGO GALICIA ORIENTAL, NO DE ESPAÑA… 195
previamente como una ventana tectónica, consti- cabalgantes de este manto y del dominio del Navia y
tuye una elevación del basamento limitada por dos alto Sil. La estructura profunda deducida satisface de
fallas normales: las fallas de Vivero y Areoura. Esta un modo sencillo los condicionantes impuestos por
última, considerada tradicionalmente como el ca- los datos geofísicos existentes y permite reconstruir
balgamiento basal del Manto de Mondoñedo, se satisfactoriamente la estructura del Orógeno varisco
interpreta aquí como una falla extensional con un en el NO de la península ibérica.
desplazamiento hacia el antepaís. La distribución
general del metamorfismo y magmatismo es cohe- Las fallas extensionales de Vivero y Areoura poseen
rente con esta interpretación. características cinemáticas similares y forman un sis-
tema conjugado desarrollado hacia los 295 Ma, al
El enterramiento del cabalgamiento basal del Manto final del ciclo orogénico, debido probablemente a la
de Mondoñedo permite interpretar el antiforme del disminución de la resistencia mecánica de la parte
domo de Lugo como una culminación producida inferior de la corteza como consecuencia de su ca-
por el apilamiento en profundidad de las láminas lentamiento tardivarisco.
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