El Grabado Durante El Renacimiento Alemán
El Grabado Durante El Renacimiento Alemán
El Grabado Durante El Renacimiento Alemán
DNI: 46085937-D
En el último tercio del siglo XVI, a pesar de los contratiempos de las luchas políticas y
religiosas, fue la edad de oro del grabado y la edición de estampas en los Países Bajos.
Durante el Concilio de Trento (1545-1563) comenzó la respuesta católica de la
Contrarreforma, liderada por el rey Felipe II. La Iglesia aprovechó la portabilidad de la
estampa, doctrinal y económico, y aumentaron los enfrentamientos entre católicos y
protestantes, entre los gobernantes y poderosos partidarios de una y otra creencia.
Respecto a la obra de Lucas van Leyden, ésta destaca por la monumentalidad de sus
figuras, influencia miguelangelesca por su viaje a Italia, la utilización de la perspectiva
aérea, el naturalismo en la caracterización de los personajes, y la minuciosidad en los
ropajes. En su producción juvenil, fue evidente la influencia de Durero.
Lucas van Leyden tuvo un gran interés por el arte italiano, sobre todo, por la abundancia
de obras mitologías y desnudos. Posteriormente, absorbió influencias de Jan Gossaert y
del incipiente manierismo francés.
Sus notables fondos de grabado renacentista alemán y flamenco-holandés son tan sólo
comparables a los de las colecciones de la Biblioteca Nacional de España, siendo esta
colección esencial para estudiar a los grabadores más importantes de Europa. En esta
colección destacan los grabados de Lucas van Leyden, representando a la escuela
holandesa. Asimismo, otra parte de la colección está dedicada al grabado renacentista
alemán, principalmente a los grabadores de la generación inmediatamente posterior a
Durero.
Entre los grabados de esta colección, quiero destacar los que se ubicaban en un primer
momento en el Palacio Milessi de Roma, cuya fachada no tiene nada que ver, en la
actualidad, con la majestuosidad que ostentaba con los bajorrelieves de los temas
presentes en los grabados. En la actualidad, se han dibujado los relieves perdidos en la
fachada de este palacio, pero aun así no hace justicia a la presencia que tenía este
palacio en su origen.
Comenzaré comentando el friso del castigo de Níobe, realizado por Jan Saenredam,
según el diseño de Polidoro da Caravaggio y la dirección de Hendrick Goltzius. Este
friso se divide en ocho planchas, está realizado en buril, hacia el año 1594. Se trata de la
obra más grande de la colección, puesto que mide aproximadamente 4,5 m. de longitud.
Es un grabado que desarrolla una historia mitológica, y nos narra el castigo de Níobe,
que contaré a continuación: Níobe es un personaje que tuvo una gran fecundidad, tuvo
catorce hijos, y se burlaba de Leto porque ella sólo había podido tener dos hijos, que
eran Apolo y Artemisa. Así pues, Apolo y Artemisa se vengan de esas burlas hacia su
madre de la manera más sangrienta, pues matan a todos los hijos de Níobe menos a dos
de ellos. Apolo mata a todos los hijos varones de Níobe menos a uno, y Artemisa mata a
todas las mujeres menos a una, que es Melibea. Y condenan a Níobe a que contemple
los cadáveres de sus hijos. Entonces, Níobe, por el dolor que siente al ver a sus hijos
muertos, se convierte en estatua de piedra.
A parte de este friso, también podemos observar en este palacio vasos realizados por
Polidoro Da Cravaggio, estos vasos se ubicaban sobre las ventanas del palacio. Los
escudos realizados por el mismo autor y que se muestran en la presentación de
PoewerPoint, también se encontraban las ventanas, decorando el vano.
BIBLIOGRAFÍA
• HUIDOBRO, Concha. (1997). Durero y la Edad de Oro del Grabado Alemán. Madrid:
Electa.