Contestacion de Demanda
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Contestacion de Demanda
VS
MIGUEL ANGEL DELGADO ESPINOZA
EXPEDIENTE: 438/2021
En cuanto a sus prestaciones, las que se contestan en orden realizado por la accionante ya
que no cuenta con numeración.
Manifiesto que al igual que la actora es mi deseo terminar con el vinculo matrimonial.
No existe oposición por parte del suscrito, en cuanto a que la guarda y custodia de mi
menor hija quede a cargo de la actora y como consecuencia de ello, al suscrito le asiste
derecho de visita.
El suscrito no se adecua a hipótesis alguna por la cual pueda ser condenado al pago de
gastos y costas.
Tercero.- Este hecho es cierto, el domicilio señalado fue donde establecimos nuestro
domicilio conyugal.
Cuarto.- Este hecho es cierto, no obstante desconozco la razón por la cual la accionante
señala que dicha manifestación la realizamos ambos. Pero bajo el contexto como lo
menciona no hay bienes materia de liquidación de sociedad conyugal.
1.- Este hecho es falso en cuanto a que el suscrito no cumplía con sus obligaciones
alimentarias, como lo señale en puntos anteriores siempre he procurado el sustento
familiar, en la medida de mis posibilidades.
En un primer momento, alega que el suscrito no cumplí con mis obligaciones alimentarias,
sigue diciendo, que ella no tenia medios económicos para aportar al hogar, mas haya de
sus labores domesticas.
En un segundo momento señala que tenía trabajos eventuales, este precepto implicaría
que existen dos situaciones distintas para un mismo hecho.
Así también señala que sus padres la apoyaban pero no establece bajo que concepto se
daba dicho apoyo, limitándose a realizar una simple manifestación unilateral sin sustento
y no un hecho.
Dice que el apoyo de su padres lo pedía para poder darle una vida digna, ya que el tiene
tres años de edad, esta manifestación resulta obscura e incongruente, desconozco del
porque la característica de tener tres años sea susceptible de tener una vida digna y no de
forma general independientemente de la edad, es decir la edad la establece como una
consecuencia inmediata para tener una vida digna.
“inclusive me tope con la pandemia de la enfermedad del COVID-19” esta cita fue
plasmada por la actora, desconociendo el suscrito el motivo y cual sea la intención
procesal por parte de esta. Todo el país y el mundo entero afrontamos la pandemia, en
mayor o menor medida. A todos ha afectado de una u otra forma.
Lo cierto es que nuestro matrimonio fue decayendo poco a poco, nuestra relación personal
afectiva se vio afectada por falta de entendimiento, las diferencias comunes en las
relaciones se hicieron por demás crónicas derivando de nimiedades y culminando en
amenazas e insultos por parte de la actora.
Siendo por ende, falso que el motivo de nuestra separación lo fuera por la existencia de
otra relación.
Lo que es cierto es que como lo señala, no estableció causal de divorcio, atendiendo a que
invoca un divorcio incausado, luego entonces y bajo un contexto legal es irrelevante el
establecimiento de hechos, la narrativa histórica, mas haya del cumplimiento de los
requisitos legales, es decir acreditar la existencia de un vinculo matrimonial y desde luego
la existencia de un hijo habido dentro del matrimonio.
Por lo que hubiese bastado le exhibición de las documentales señaladas y la manifestación
del deseo de no querer continuar con el matrimonio, así como las condiciones que habrían
de imperara de acuerdo a los intereses de la demandante.
Hace referencia a las condiciones de vida de ella y de nuestro hijo, estableció que no
aportaba pensión alimenticia alguna, de hecho que incluso vivía de la caridad de sus
padres, luego señala que no aporto mis obligaciones alimentarias completas y luego
señala que solicita el pago de una pensión que le permita que ella pueda continuar
dándole a nuestro hijo el estilo de vida a la que están acostumbrados.
Señala que requiere alimentos propios pero en este contexto la pensión alimenticia se
otorga a favor de nuestro menor hijo no así de la promovente, esta no tiene disminución
en sus facultades, ni incapacidad de ninguna naturaleza, es capaz de valerse por si misma,
y mas aun esta también tiene una obligación para con nuestro hijo.
A continuación hace referencia a una tesis, supongo al pretender establecer que su acción
en realidad atiende a un divorcio incausado aunque no hace mayor señalamiento. Ni que
pretende con dicha manifestación.
Así también señala tesis en cuanto a pensión alimenticia, de la que es evidente que
establece la necesidad de quien requiere alimentos mi cónyuge no se adecua en tal
hipótesis, ya que es perfectamente capaz de procurarse sus propios alimentos.
A pesar de que ha señalado en diversos puntos de su escrito inicial que no genera ingresos,
adoptando una postura de menosprecio hacia si misma en realidad siempre a realizado
actividades económicas, siendo el ultimo del que tengo conocimiento, el que realiza en el
domicilio de trabajo de mi cónyuge ubicado en calle Miguel Leandro Guerra, numero 263
Lagos de Moreno, Jalisco. Por lo que solicito se gire atento oficio con el objeto de que
informe a este H. Juzgado sobre la relación laboral existente, así como sus percepciones
netas mensuales, antigüedad de relación laboral, y la totalidad de sus prestaciones.
Siguiendo el orden de ideas he reiterar que siempre cumplí con mi obligación alimentaria,
por lo que no había adeudo pendiente alguno.
Objeción de documentos
PRUEBAS
5.- La testimonial a cargo del C. Raúl Abraham Delgado Espinoza, persona que tiene su
domicilio ubicado en calle 31 de marzo numero 46 Colonia centro, Lagos de Moreno,
Jalisco. A quien me comprometo a presentar el día y hora que señale su señoría para el
desahogo de dicha probanza, prueba que se desahogara al dar contención a las preguntas
que se le formulen de forma oral en la audiencia correspondiente, esta prueba la relaciono
con todos y cada uno de los hechos de mi escrito de demanda. Y con la cual comprobare
la situación que he vivido y vivo respecto con la demandada, su postura frente al suscrito y
mi hijo.
6.- La testimonial a cargo de la C. Alma Delia Rojo Espinoza, persona que tiene su
domicilio ubicado en avenida democracia numero 415 Colonia centro, Lagos de Moreno,
Jalisco. A quien me comprometo a presentar el día y hora que señale su señoría para el
desahogo de dicha probanza, prueba que se desahogara al dar contención a las preguntas
que se le formulen de forma oral en la audiencia correspondiente, esta prueba la relaciono
con todos y cada uno de los hechos de mi escrito de demanda. Y con la cual comprobare
la situación que he vivido y vivo respecto con la demandada, su postura frente al suscrito y
mi hijo.
9.- El informe que remita la fuente de trabajo de mi aun esposa, al que hago mención, para
lo que reitero solicito se gire atento oficio a al misma.
Excepciones y defensas
La accionante carece de derecho para solicitar el monto que por concepto señala como
pensión alimenticia bajo el contexto de que ella también esta obligada a proporcionar
alimentos.
La derivada del hecho de que solicita un porcentaje de pensión alimenticia para cubrir
gasto innecesario y que no son de primeras necesidades para nuestro menor hijo.
La derivada del hecho de que la demanda esta capacitada para procurarse alimentos y
en el cuerpo de su escrito inicial pretende establecer que los alimentos solicitados son
par su sustento propio.
D E R E C H O
CONSIDERANDO:
I. Sentencias dictadas por el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito
A continuación, se exponen los antecedentes que dieron lugar a las dos sentencias de
amparo, los argumentos que las sustentan y el criterio que se adoptó en ambas
resoluciones:
A) Amparo directo 339/2012
1. Antecedentes
Inconforme con esta resolución, la actora interpuso recurso de apelación, por medio del
cual, la Sala responsable confirmó la sentencia recurrida. En contra de esa
determinación, la actora promovió juicio de amparo directo.
2. Argumentación de la sentencia
Al sujetar a las personas para que puedan disolver el vínculo matrimonial de manera
unilateral, esto es, sin el consentimiento de la contraparte, a la acreditación necesaria
de las diversas causales previstas por el referido precepto legal, se atenta contra la
dignidad humana, el derecho a la intimidad y el libre desarrollo de la personalidad, en el
que se encuentra su derecho a permanecer en el estado civil en que se desee sin que el
Estado lo impida.
Por otro lado, en dicho precedente también se sostuvo que el derecho al libre desarrollo
de la personalidad, es la base para la consecución del proyecto de vida que tiene el ser
humano para sí como ente autónomo, de tal manera que tal derecho implica el
reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser
individualmente como quiere ser, sin coacción ni controles o impedimentos externos
injustificados, con el fin de cumplir las metas y objetivos que se ha fijado, de tal manera
que es la persona humana quien decide el sentido de su existencia, de acuerdo con sus
valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera, y que, por supuesto, como todo derecho,
no es absoluto, pues encuentra sus límites en los derechos de los demás y en el orden
público.
En este sentido, en el citado precedente también se estableció que el derecho al libre
desarrollo de la personalidad comprende, entre otras cosas, la libertad de contraer
matrimonio, la libertad de contraer matrimonio o no hacerlo; de procrear hijos y su
número, así como en qué momento de la vida, o bien, la de decidir no tenerlos, pues
todos estos aspectos son parte de la manera en que el individuo desea proyectarse y
vivir su vida, lo que sólo él puede decidir en forma autónoma.
Asimismo, en dicho precedente se señaló que, aun cuando el derecho al libre desarrollo
de la personalidad y a la dignidad no se enuncie en forma expresa en la Constitución,
están implícitos en disposiciones de los instrumentos internacionales suscritos por
México y, en todo caso, deben entenderse derechos que derivan del reconocimiento al
derecho a la dignidad humana, previsto en el artículo 1o. de la Constitución, pues sólo a
través de su pleno respeto podría hablarse de un ser humano en toda su dignidad.
De acuerdo con lo anterior, puede afirmarse válidamente que el artículo 175 del Código
Civil Familiar para el Estado de Morelos, al exigir la demostración de determinada causal
como única forma para lograr la disolución del matrimonio cuando no existe
consentimiento mutuo de los contrayentes para divorciarse, resulta inconstitucional, en
virtud de que el legislador local restringe sin justificación alguna el derecho relativo al
desarrollo de la personalidad humana estando íntimamente relacionado con la libre
modificación del estado civil de las personas, que deriva, a su vez, del derecho
fundamental de la dignidad humana consagrada en los tratados internacionales de los
que México es parte, y reconocido implícitamente en los artículos 1o. y 4o.
constitucionales, conforme al cual, todas las personas tienen derecho a elegir en forma
autónoma su proyecto de vida, en el que se comprende, precisamente, el estado civil en
que deseen estar, como ocurre, en este caso, con la quejosa, al pretender colocarse en el
estado civil de soltera.
Del mismo modo que el artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
reconoce que el matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de
los contrayentes, también lo es que dicho matrimonio no debe continuar si falta la
voluntad o el consentimiento de uno de los consortes de seguir unido en matrimonio al
otro, toda vez que la celebración de éste, de ningún modo implica que pierda su derecho
a decidir libremente el desarrollo de su personalidad y el estado civil en que desee estar
como garantía de la dignidad humana. Por lo demás, el ejercicio del derecho humano a
contraer matrimonio de manera libre y voluntaria no puede, por ningún motivo,
conllevar la privación o restricción de otro -disolver el vínculo matrimonial cuando así lo
desee-, que se sustenta en el mismo principio, como lo es la voluntad de las partes de
estar unido a otro.
En ese mismo contexto, aunque es verdad que todo derecho fundamental no es absoluto
y tiene sus límites en los derechos de terceros, así como el orden público y el interés
social, es innegable que, en el caso concreto, el riesgo de lesión de la dignidad humana
vinculado con el estado civil en que la quejosa desea proyectar y vivir su vida, y que sólo
a ella corresponde decidir, no puede estar supeditado al interés del Estado por preservar
a toda costa la institución de la familia, al limitar la disolución del vínculo matrimonial
únicamente cuando se demuestre alguna de las causales que para el efecto previó o al
consentimiento mutuo de los consortes, sin atender a que la voluntad de uno de ellos es
suficiente para que no se le obligue a permanecer en un estado en que no desea estar.
Así, lejos de preservar los verdaderos valores y principios de la familia que debe existir
entre sus integrantes, relativos a una relación estable, libre, consciente, responsable,
aceptada y dirigida por la pareja, así como el respeto entre ellos, éstos se ponen en
riesgo ante la falta de voluntad de uno de los consortes de continuar unido al otro, ya
que es evidente que desaparece su interés por cumplir con tales principios, al ya no ser
su voluntad cohabitar con su consorte. De ahí que resulte contrario al derecho a la
dignidad humana que no se permita a cualquiera de los consortes disolver el matrimonio
cuando su voluntad no sea continuar con éste, toda vez que ese derecho no puede
hacerse depender de la demostración de causa alguna.
Por lo demás, este criterio, que se corrobora con lo expuesto por la Primera Sala de la
Suprema Corte en el amparo en revisión 917/2009, en el que se analizó la
constitucionalidad de los artículos 266 y 267 del Código Civil para el Distrito Federal,
relativos al divorcio, por voluntad unilateral del cónyuge, consideraciones que dieron
origen a la tesis de rubro: "DIVORCIO POR VOLUNTAD UNILATERAL DEL CÓNYUGE. LOS
ARTÍCULOS 266 Y 267 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, REFORMADO
MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA ENTIDAD EL 3 DE
OCTUBRE DE 2008, NO VIOLAN EL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 4o. DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS."(2)
En tales condiciones, como el matrimonio es una institución del derecho civil que parte
de la base de la autonomía de la voluntad de las personas, lo que implica una decisión
libre de ambas para continuar unidas o no unidas en ese vínculo, es claro que no se
justifica que se restrinja la disolución del vínculo matrimonial a la demostración de
determinadas causales, o bien, a la existencia de un acuerdo mutuo de los consortes,
porque con ello desconoce el derecho del que ya no quiere seguir unido a la otra persona
en virtud del matrimonio y que, por ende, quiere divorciarse.
1. Antecedentes
Una vez concluido el proceso en todas sus etapas, el Juez civil dictó sentencia en la que
determinó que ninguna de las partes demostró los elementos constitutivos de su acción
y decretó como subsistente el matrimonio y la patria potestad. Inconformes, tanto la
actora como la demandada interpusieron recurso de apelación, por medio del cual, la
Sala responsable determinó modificar únicamente el resolutivo relativo al régimen de
visitas y convivencias, quedando firmes el resto de los resolutivos y subsistente el
matrimonio, por no probar las causales de divorcio que se hicieron valer. En contra de
esa determinación, la actora promovió juicio de amparo directo.
2. Argumentación de la sentencia
Por otro lado, en dicho precedente también se sostuvo que el derecho al libre desarrollo
de la personalidad, es la base para la consecución del proyecto de vida que tiene el ser
humano para sí, tiene el ser humano como ente autónomo, de tal manera que tal
derecho implica el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona
a ser individualmente como quiere ser, sin coacción ni controles o impedimentos
externos injustificados, con el fin de cumplir las metas y objetivos que se ha fijado, de tal
manera que es la persona humana quien decide el sentido de su existencia, de acuerdo
con sus valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera, y que, por supuesto, como todo
derecho, no es absoluto, pues encuentra sus límites en los derechos de los demás y en el
orden público.
Así, en dicho precedente también se señaló que, aun cuando el derecho al libre
desarrollo de la personalidad y a la dignidad no se enuncie en forma expresa en la
Constitución, están implícitos en disposiciones de los instrumentos internacionales
suscritos por México y, en todo caso, deben entenderse derechos que derivan del
reconocimiento al derecho a la dignidad humana, previsto en el artículo 1o. de la
Constitución, pues sólo a través de su pleno respeto podría hablarse de un ser humano
en toda su dignidad.
Del mismo modo que el artículo 23 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
reconoce que el matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de
los contrayentes, también lo es que dicho matrimonio no debe continuar si falta la
voluntad o el consentimiento de uno de los consortes de seguir unido en matrimonio al
otro, toda vez que la celebración de éste, de ningún modo implica que pierda su derecho
a decidir libremente el desarrollo de su personalidad y el estado civil en que desee estar
como garantía de la dignidad humana. Por lo demás, el ejercicio del derecho humano a
contraer matrimonio de manera libre y voluntaria no puede, por ningún motivo,
conllevar la privación o restricción de otro -disolver el vínculo matrimonial cuando así lo
desee-, que se sustenta en el mismo principio, como lo es la voluntad de las partes de
estar unido a otro.
En ese mismo contexto, aunque es verdad que todo derecho fundamental no es absoluto
y tiene sus límites en los derechos de terceros, así como el orden público y el interés
social, es innegable que en el caso concreto, el riesgo de lesión de la dignidad humana
vinculado con el estado civil en que la quejosa desea proyectar y vivir su vida, y que sólo
a ella corresponde decidir, no puede estar supeditado al interés del Estado por preservar
a toda costa la institución de la familia, al limitar la disolución del vínculo matrimonial
únicamente cuando se demuestre alguna de las causales que para el efecto previó, o al
consentimiento mutuo de los consortes, sin atender a que la voluntad de uno de ellos es
suficiente para que no se le obligue a permanecer en un estado en que no desea estar.
De esta manera, lejos de preservar los verdaderos valores y principios de la familia que
debe existir entre sus integrantes, relativos a una relación estable, libre, consciente,
responsable, aceptada y dirigida por la pareja, así como el respeto entre ellos, éstos se
ponen en riesgo ante la falta de voluntad de uno de los consortes de continuar unido al
otro, ya que es evidente que desaparece su interés por cumplir con tales principios, al ya
no ser su voluntad cohabitar con su consorte. De ahí que resulte contrario al derecho a la
dignidad humana, que no se permita a cualquiera de los consortes disolver el
matrimonio cuando su voluntad no sea continuar con éste, toda vez que ese derecho no
puede hacerse depender de la demostración de causa alguna.
Es cierto también, que se elevó a rango de garantía constitucional de protección a la
organización y desarrollo de la familia, en términos del primer párrafo del artículo 4o. de
la Constitución. No obstante, ello no lleva al extremo de que el Estado deba mantener el
vínculo matrimonial a toda costa con apoyo en esa disposición constitucional, sino que,
más bien, debe buscar los medios o instrumentos adecuados para evitar su
desintegración, pero sin afectar los derechos humanos que le son inherentes a cada uno
de sus integrantes, como lo es su conciliación, pero si ésta no lo logra, es evidente que el
Estado no puede obligar al consorte que no lo desee, a continuar unido al otro, aunque
este último esté en desacuerdo.
De este modo, declarar la improcedencia del divorcio solicitado por la quejosa, lejos de
beneficiar la estabilidad familiar, implica desconocer la separación de hecho que
prevalece entre los consortes, e incluso propicia el desgaste entre los integrantes de la
familia, al limitar el libre desarrollo de los que son obligados a permanecer como
cónyuges formalmente, aun cuando materialmente cada uno ha decidido continuar con
su vida por separado.
Por lo demás, este criterio que se corrobora con lo expuesto por la Primera Sala de la
Suprema Corte en el amparo en revisión 917/2009, en el que se analizó la
constitucionalidad de los artículos 266 y 267 del Código Civil para el Distrito Federal,
relativos al divorcio por voluntad unilateral del cónyuge, consideraciones que dieron
origen a la tesis de rubro: "DIVORCIO POR VOLUNTAD UNILATERAL DEL CÓNYUGE. LOS
ARTÍCULOS 266 Y 267 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, REFORMADO
MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA ENTIDAD EL 3 DE
OCTUBRE DE 2008, NO VIOLAN EL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 4o. DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS."
En tales condiciones, como el matrimonio es una institución del derecho civil que parte
de la base de la autonomía de la voluntad de las personas, lo que implica una decisión
libre de ambas para continuar unidas o no unidas en ese vínculo, es claro que no se
justifica que se restrinja la disolución del vínculo matrimonial a la demostración de
determinadas causales, o bien, a la existencia de un acuerdo mutuo de los consortes,
porque con ello desconoce el derecho del que ya no quiere seguir unido a la otra persona
en virtud del matrimonio y que, por ende, quiere divorciarse.
De esta manera, si no existe la voluntad de uno de los consortes para continuar con el
matrimonio, el divorcio debe autorizarse, puesto que esa decisión les compete a cada
uno de ellos, del mismo modo en que lo hicieron al celebrar el matrimonio. En
consecuencia, la resolución reclamada resulta violatoria de los derechos de la quejosa,
puesto que a pesar de que no quedaron demostradas las causales de divorcio que se
adujeron, se debió advertir su voluntad de ya no seguir unida en matrimonio, máxime
que el otro cónyuge tampoco desea seguir unido por dicho vínculo, toda vez que
también reconvino de su contraparte el divorcio.
De acuerdo con lo expuesto, la Sala responsable debió decretar el divorcio, para lo cual
debió dejar de aplicar la norma que se lo impide, por condicionarlo a la acreditación de
alguna causal distinta a la expresa voluntad de terminar con el vínculo matrimonial por
parte de ambos cónyuges, al estar facultada para ello conforme al artículo 1o.
constitucional. En el entendido de que decretar el divorcio sin la existencia de cónyuge
culpable no implica desconocer la necesidad de resolver sobre las cuestiones de índole
familiar relacionadas, como son la custodia de los hijos, el régimen de convivencias con
sus padres y los alimentos correspondientes.
En este sentido, cuando ambos consortes desean divorciarse, aun cuando no sea por
mutuo acuerdo, debe decretarse el divorcio como efecto de utilidad de su voluntad, pues
esa medida evita el desgaste procesal que implica probar alguna de esas causas, con el
posible desacreditamiento de la persona que resulte cónyuge culpable del divorcio.
II. Sentencia dictada por el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de
la Cuarta Región, en el amparo directo 1020/2013
A continuación, se exponen los antecedentes que dieron lugar a la sentencia de amparo,
los argumentos que la sustentan y el criterio que se adoptó en ella.
1. Antecedentes
********** demandó por la vía ordinaria civil a **********, la disolución del vínculo
matrimonial, por estimar actualizadas las causales previstas en las fracciones XVII y XVIII
del artículo 141 del Código Civil para el Estado de Veracruz,(7) al tiempo que también
solicitó la disolución de la sociedad conyugal y la cancelación de la pensión alimenticia.
En su contestación, la demandada negó que se hubieran presentado las situaciones de
violencia referidas por su cónyuge.
Seguidos los trámites procesales, el Juez dictó sentencia en la que estimó que el actor no
había acreditado las causales de divorcio que invocó en la demanda, razón por la cual,
absolvió a su contraparte de las prestaciones reclamadas y determinó la cancelación de
la pensión alimenticia que venía disfrutando la hija del matrimonio, al haber alcanzado
ésta la mayoría de edad, quedando subsistente únicamente la pensión alimenticia fijada
en un juicio anterior a favor de la demandada. En desacuerdo con esa resolución, ambas
partes interpusieron recurso de apelación. Posteriormente, al dictar la sentencia de
segunda instancia, la Sala responsable modificó el fallo apelado únicamente para el
efecto de establecer un porcentaje menor respecto de la pensión alimenticia y dejando
subsistente el matrimonio. En contra de esa determinación, el actor promovió juicio de
amparo directo.
2. Argumentación de la sentencia
Las aseveraciones del actor resultan insuficientes para acreditar de forma fehaciente,
que la separación se dio por el tiempo necesario para actualizar las causales que él
mismo invoca. Aunque existe el reconocimiento, por parte de la demandada, en el
sentido de que se encontraba, "abandonada física, moral y económicamente" por su
esposo, lo cierto es que no existe certeza de que esa separación hubiera continuado de
manera ininterrumpida por más de dos años.
En primer lugar, porque el artículo 14 constitucional establece que en los juicios del
orden civil, la sentencia deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la
ley, lo que por sí mismo excluye para los órganos jurisdiccionales en esta materia la
posibilidad de resolver conflictos en conciencia. En segundo lugar, como ya se señaló, el
artículo 4o. constitucional establece el interés superior de la ley en preservar la unidad
familiar, lo que conlleva a establecer que, si el matrimonio es una de las bases de la
familia, en consecuencia, constituye una institución de orden público que solamente
puede disolverse por excepción.
Dicho de otro modo, aun cuando evidentemente no existe argumento válido alguno con
base en el cual pueda obligarse a una persona a seguir unida a otra en matrimonio
cuando ya no lo desea, lo cierto es que no basta su sola voluntad para que deba
decretarse el divorcio (salvo que la propia ley contemple esa posibilidad), porque la
figura jurídica en comento implica un contrato civil, aunque de naturaleza sui géneris,
que no puede disolverse unilateralmente, sino que el vínculo jurídico que se crea con su
celebración, sólo puede desaparecer cuando se surtan los supuestos expresamente
establecidos en la ley.
De acuerdo con lo anterior, los preceptos que establecen las causales por las que
procede decretar el divorcio necesario, en realidad resultan acordes con la Constitución,
pues brindan seguridad jurídica en torno a los supuestos en que legalmente puede
exceptuarse el principio de preservación de la unidad familiar. En todo caso, si con
posterioridad subsiste la separación entre los consortes una vez transcurrido el tiempo
que la ley exige para ello, el consorte que así lo desee puede válidamente plantear una
nueva demanda de divorcio, con base en las nuevas circunstancias que se presenten.
En las sentencias que resolvieron los amparos directos 339/2012 y 32/2013, el Cuarto
Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito sostuvo que el artículo 175 del Código
Familiar para el Estado de Morelos, es inconstitucional, al exigir la demostración de
determinada causal de divorcio como única forma para lograr la disolución del
matrimonio cuando no existe consentimiento mutuo de los contrayentes para
divorciarse, en virtud de que con ello, el legislador local restringe, sin justificación
alguna, el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el cual comprende la
modificación del estado civil de las personas. De esta manera, el Tribunal Colegiado de
Circuito estableció que, aun cuando no se actualice ninguna causal de divorcio prevista
en la ley, deberá decretarse el divorcio por voluntad unilateral de uno de los cónyuges.
Por otro lado, en la sentencia que resolvió el amparo directo 1020/2013, el Segundo
Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Cuarta Región sostuvo que el
artículo 4o. constitucional establece un mandato de protección al matrimonio, de tal
manera que éste sólo puede disolverse por excepción cuando no hay consentimiento
mutuo. Así, el Tribunal Colegiado de Circuito expuso que, si bien el derecho al libre
desarrollo de la personalidad conlleva la ausencia de injerencias en la vida privada, este
derecho no puede utilizarse válidamente como argumento para disolver unilateralmente
un vínculo jurídico sin que se actualicen los supuestos legales establecidos para su
procedencia. En consecuencia, el artículo 141 del Código Civil para el Estado de Veracruz,
es constitucional, porque brinda seguridad jurídica, al establecer los supuestos en los
que legalmente puede exceptuarse el principio de preservación de la unidad familiar.
Con todo, lo anterior no significa que, en este caso, las partes hayan expresado su
voluntad de divorciarse por mutuo consentimiento; de ahí que pueda decirse que el
pronunciamiento del Tribunal Colegiado de Circuito se realizó ante circunstancias
fácticas similares, aunque no idénticas, de conformidad con lo establecido en la tesis de
rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO ADOPTAN EN
SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE
DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN
NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES."(8)
Así, mientras que el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito consideró
inconstitucional, que el Código Familiar para el Estado de Morelos exija la demostración
de determinada causal para decretar el divorcio en aquellos casos en los que no existe
consentimiento mutuo, toda vez que esa medida legislativa viola los derechos
fundamentales al libre desarrollo de la personalidad y a la dignidad; el Segundo Tribunal
Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Cuarta Región determinó que era
constitucional, que el Código Civil para el Estado de Veracruz sólo autorice la disolución
del matrimonio cuando no hay consentimiento mutuo en aquellos casos en los que se
prueben las causales de divorcio, las cuales constituyen los únicos supuestos en los que
legalmente puede exceptuarse el principio de preservación de la unidad familiar,
derivado del artículo 4o. constitucional.
Al respecto, debe recordarse, por un lado, que esta Primera Sala sostuvo en la
contradicción de tesis 309/2011,(9) que no procede declarar inexistente una
contradicción de tesis por el hecho de que los pronunciamientos de los Tribunales
Colegiados de Circuito hayan interpretado legislaciones distintas, "siempre y cuando los
preceptos en análisis sean de igual contenido jurídico; motivo por el cual, ante la
divergencia de criterios, lo conducente es que esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación se pronuncie sobre la tesis que debe prevalecer" (énfasis añadido), criterio
recogido en la tesis de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. NO DEBE DECLARARSE
INEXISTENTE CUANDO LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO ABORDARON EL
ESTUDIO DEL TEMA, CON BASE EN UN PRECEPTO DE IGUAL CONTENIDO JURÍDICO PARA
LEGISLACIONES DE DISTINTOS ESTADOS."(10)
Por otro lado, también debe tenerse presente que en la contradicción de tesis 2/1997,
(11) el Pleno de este Alto Tribunal determinó que cuando "los Tribunales Colegiados de
Circuito emiten criterios divergentes respecto de la constitucionalidad de leyes
examinadas en los juicios de amparo directo ... no sólo es procedente, sino
recomendable la denuncia de contradicción de tesis ante la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, a efecto de que ésta se ocupe de resolver la discrepancia y restaurar la
seguridad jurídica motivada por la existencia de criterios jurídicos diversos sobre un
mismo punto de derecho, cuya obtención es uno de los propósitos fundamentales de la
instauración del sistema de contradicción de tesis." (énfasis añadido), criterio que fue
recogido en la tesis de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES PROCEDENTE A PESAR DE
QUE LOS CRITERIOS DIVERGENTES HAYAN SIDO SUSTENTADOS EN JUICIOS DE AMPARO
DIRECTO RESPECTO DE CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES."(12)
En este orden de ideas, el hecho de que el presente asunto tenga por objeto
pronunciamientos de Tribunales Colegiados de Circuito, donde se analiza la
constitucionalidad de distintas legislaciones locales, no es obstáculo para la existencia
de la presente contradicción de tesis, toda vez que tanto la legislación de Morelos, como
la de Veracruz regulan, en los mismos términos, el divorcio necesario, al exigir en ambos
casos la necesidad de acreditar una causal para poder declarar la disolución del vínculo
matrimonial, de tal manera de que al margen que los preceptos de los códigos de ambas
entidades federativas no tengan exactamente el mismo contenido, el régimen de
disolución del vínculo matrimonial en aquellos casos en los que no existe consentimiento
mutuo, es esencialmente el mismo.
Más allá de la forma institucional que pueda adoptar en los distintos ordenamientos, ya
sea como derecho fundamental o como un principio informador del orden jurídico, en el
derecho comparado se ha entendido que el libre desarrollo de la personalidad otorga la
posibilidad a cada individuo de determinar por sí mismo su proyecto vital, sin que el
Estado pueda interferir en esas decisiones, salvo para salvaguardar derechos similares
de las demás personas.(13)
Si esto es así, para determinar si una medida legislativa vulnera este derecho
fundamental hay que precisar, a su vez, los límites del libre desarrollo de la
personalidad. En relación con este tema, en el citado amparo directo 6/2008, el Pleno de
esta Suprema Corte explicó que este derecho "no es absoluto, pues encuentra sus límites
en los derechos de los demás y en el orden público" (énfasis añadido). Como puede
observarse, se trata de límites externos al derecho, que funcionan como cláusulas que
autorizan al legislador a intervenir en el libre desarrollo de la personalidad,(19) siempre
y cuando la medida legislativa sea idónea para proteger los derechos de terceros y/o el
orden público y, además, no restrinja de manera innecesaria y desproporcionada este
derecho fundamental. Como ha explicado la doctrina especializada, los derechos
fundamentales y sus respectivos límites externos operan como principios, de tal manera
que las relaciones entre éstos encierran una colisión que debe resolverse con ayuda del
test de proporcionalidad.(20)
Así, el derecho fundamental adopta una doble fisonomía: antes de practicar el test de
proporcionalidad presenta un carácter prima facie, y sólo después de que se ha realizado
el escrutinio adquiere un carácter definitivo, de tal suerte que, si la medida legislativa
limitadora no supera el test de proporcionalidad en sus tres gradas (idoneidad,
necesidad y proporcionalidad en estricto sentido), el contenido definitivo del derecho
será coincidente con el atribuido prima facie; en cambio, si la ley se encuentra justificada
a la luz del test de proporcionalidad, el contenido del derecho será más reducido que el
aparente o prima facie.(21)
Sobre este tema, el Pleno de este Alto Tribunal sostuvo, en el amparo directo 6/2008,
que "el derecho al libre desarrollo de la personalidad comprende, entre otras, la libertad
de contraer matrimonio o no hacerlo". Si esto es así, es válido suponer que la decisión de
un cónyuge de no permanecer casado, con independencia de los motivos que tenga para
ello, también forma parte de un plan de vida elegido de manera autónoma, el cual no
debe ser obstaculizado por el Estado, ni por un tercero, como ocurre cuando el otro
cónyuge se niega a otorgar el divorcio, lo que significa que esa decisión también está
amparada al menos prima facie por este derecho.
En este orden de ideas, esta Primera Sala estima que el régimen de disolución del
matrimonio que se está analizando, no supera ni siquiera la primera grada del test de
proporcionalidad, toda vez que la medida legislativa no es idónea para alcanzar ninguno
de los fines que legítimamente se pueden perseguir, de conformidad con los límites
externos del derecho a libre desarrollo de la personalidad: ni la protección de derechos
de terceros ni la protección del orden público.
En este segundo caso, al margen de lo complicado que resulta definir un concepto tan
vago como el "orden público", no parece posible imaginar de qué forma una medida
como la que se analiza pudiera ser adecuada para promover ese fin. En cambio, sí es
posible sostener que la medida enjuiciada tiene como objetivo la protección de otros
derechos, específicamente, los derechos de la familia establecida a partir del matrimonio
que se pretende disolver. Así, para poder determinar si la medida es idónea para
alcanzar ese fin, es necesario, primero, precisar los alcances que esta Suprema Corte ha
atribuido al derecho a la protección de la familia.
En esta línea, en el amparo directo en revisión 1905/2012,(27) esta Primera Sala afirmó
que el orden jurídico mexicano ha evolucionado "hacia un concepto de familia fundado
esencialmente en la afectividad, el consentimiento y la solidaridad libremente aceptada
con la finalidad de llevar a efecto una convivencia estable" (énfasis añadido), lo que
significa que sólo "se puede seguir afirmando que la familia es la base de la sociedad si
la misma se equipara a una estructura básica de vínculos afectivos vitales, de
solidaridad intra e intergeneracional y de cohesión social, pero parece claro que esa
estructura descansa sobre una base muy diversificada, en la cual el matrimonio es sólo
un elemento posible, pero no necesario" (énfasis añadido).
En este orden de ideas, esta Primera Sala sostuvo en el amparo directo en revisión
917/2009,(28) precedente donde se analizó por primera vez la constitucionalidad de una
legislación que establecía el divorcio sin causa, que "el Estado, a través de la figura del
divorcio, ha buscado solucionar las relaciones disfuncionales de maltrato o de violencia
familiar que pudieran suscitarse con posterioridad a la unión matrimonial, cuando los
cónyuges estimen ya no convivir; de ahí que debe otorgar los medios necesarios para
disolver esa unión y solucionar las desavenencias existentes, sin que sea su objetivo
crear candados para mantener unidos a quienes han decidido por su propia voluntad no
cohabitar ni cumplir con los deberes del matrimonio sino que, por el contrario, uno de
los objetivos que persigue al proteger a la familia es evitar la violencia, ya sea física o
moral como consecuencia de la controversia suscitada con motivo de los divorcios
necesarios" (énfasis añadido).
Por todas las consideraciones anteriores, esta Primera Sala concluye que el régimen de
disolución del matrimonio contemplado en las legislaciones de Morelos y Veracruz, que
exige la acreditación de causales cuando no existe mutuo consentimiento de los
contrayentes para divorciarse, es una medida legislativa que restringe
injustificadamente el derecho al libre desarrollo de la personalidad, toda vez que no
resulta idónea para perseguir ninguno de los límites constitucionalmente legítimos que
tiene este derecho fundamental: los derechos de terceros y el orden público. En
consecuencia, son inconstitucionales los artículos 175 del Código Familiar para el Estado
de Morelos y 141 del Código Civil para el Estado de Veracruz, en los cuales se establecen
las causales que hay que acreditar para que pueda decretarse la disolución del
matrimonio cuando no existe mutuo consentimiento de los cónyuges para divorciarse.
Por lo demás, esta Primera Sala estima importante destacar que estas instituciones del
derecho familiar, en las cuales resulta relevante la figura de "cónyuge culpable", no
resultan afectadas por la inconstitucionalidad del sistema de divorcio a través de
causales. Por un lado, no hay que perder de vista que en la mayoría de los casos estas
instituciones funcionan de manera independiente al sistema de causales de divorcio, es
decir, las legislaciones analizadas no condicionan su existencia o aplicación a la
declaratoria de culpabilidad de unos de los cónyuges. Por otro lado, esta Primera Sala ha
sostenido, expresamente en varios precedentes, que algunas de estas instituciones no
deben relacionarse con la culpabilidad de alguno de los cónyuges.
En el caso de los alimentos, las legislaciones de los Estados de Morelos y Veracruz
establecen el derecho a una pensión alimenticia para el cónyuge inocente cuando se
decrete el divorcio por alguna causal (artículo 179 del Código Familiar para el Estado de
Morelos y artículo 162 del Código Civil para el Estado de Veracruz). Sin embargo, en la
contradicción de tesis 148/2012,(29) esta Primera Sala ha establecido que los alimentos
tienen como fundamento "la solidaridad que debe manifestarse entre las personas con
algún vínculo familiar", de tal manera que en ningún caso puede considerarse que se
trata de una sanción. En consecuencia, los alimentos no pueden condicionarse ni
decretarse en función de la culpabilidad de alguno de los cónyuges.
Por otro lado, la indemnización por hecho ilícito (artículo 286), se trata de un caso de
responsabilidad civil extracontractual que debe cumplir con los requisitos de cualquier
acción de este tipo: la acreditación de que una determinada acción causó un daño
indemnizable y que con dicha acción se vulneró un determinado estándar de conducta
exigido por el ordenamiento. Como puede observarse, se trata de una acción cuya
existencia no está en absoluto condicionada a la declaración de culpabilidad de uno de
los cónyuges con motivo del divorcio.
En relación con la institución de la guarda y custodia de los hijos menores de edad, en las
legislaciones que se estudian no se incluye a la inocencia o culpabilidad de los cónyuges
como criterio para otorgar la guarda y custodia. Además, en cualquier caso esta Primera
Sala, en reiteradas ocasiones, ha establecido que el interés del menor constituye el límite
y punto de referencia último de la institución de la guarda y custodia, por lo que es dicho
principio el que debe guiar la decisión y no la culpabilidad o inocencia de los cónyuges.
PRIMERO.-Sí existe contradicción de tesis entre las sustentadas por el Cuarto Tribunal
Colegiado del Décimo Octavo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Centro
Auxiliar de la Cuarta Región, en los términos expresados en el considerando cuarto.
SEGUNDO.-Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos
precisados en el último considerando de esta resolución.
Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos relativos al lugar
de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto total y definitivamente
concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por mayoría
de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (ponente), Jorge Mario
Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena en contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz, por lo que
respecta a la competencia y por mayoría de tres votos de los Ministros Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea (ponente), José Ramón Cossío Díaz (quien se reserva el derecho de
formular voto concurrente) y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en contra de los
emitidos por los Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo y presidente Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena (quienes se reservaron el derecho de formular voto particular), por lo que se
refiere al fondo del asunto.
_______________
1. "Artículo 175. Causales de divorcio. Son causales de divorcio.
"...
"XI. La violencia familiar, las amenazas, la crueldad o las injurias de un cónyuge contra
el otro."
2. Novena Época. Registro digital: 165809. Instancia: Primera Sala. Tesis: Aislada.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, diciembre de 2009,
materias civil y constitucional, tesis 1a. CCXXII/2009, página 281.
3. Décima Época, Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito, Semanario
Judicial de la Federación «del viernes 17 de enero del 2014 a las 13:02 horas y en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación», Libro 2, Tomo IV, enero de 2014,
página 3050, tesis aislada XVIII.4o.10 C (10a.), materia constitucional.
10. Décima Época. Registro digital: 2001867. Instancia: Primera Sala. Tesis: Aislada.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XIII, Tomo 2, octubre de
2012, materia común, tesis 1a. LXI/2012 (10a.), página 1198.
12. Novena Época. Registro digital: 195529. Instancia: Pleno. Tesis: Aislada. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VIII, septiembre de 1998, materia
común, tesis P. LXI/98, página 55.
13. Díez-Picazo, Luis María, Sistema de Derechos Fundamentales, 2a. ed., Madrid,
Thomson-Civitas, 2005, página 67.
14. Nino, Carlos, Ética y Derechos Humanos. Un ensayo de fundamentación, 2a. ed.,
Buenos Aires, 1989, página 204.
19. Sobre esta manera de entender la forma en la que operan los límites externos a los
derechos, véase Prieto Sanchís, Op. cit, página 222.
20. Ídem.
26. Caso Atala Riffo y Niñas vs. Chile. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 24 de
febrero de 2012. Serie C No. 239. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 24 de
febrero de 2012. Serie C No. 239.
27. Sentencia de 22 de agosto de 2012, resuelta por unanimidad de cinco votos de los
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (ponente), Guillermo I.
Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea.
29. Sentencia de 11 de julio de 2012, resuelta por mayoría de cuatro votos de los
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y presidente (ponente) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en
contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz.
PROTESTO LO NECESARIO