SARNA
SARNA
SARNA
¿Qué es la sarna?
La sarna es un ácaro (un insecto diminuto) que se mete bajo la piel. Cuando un ácaro hembra
se mete en la piel de una persona para poner sus huevos se produce un salpullido que causa
picor.
Cualquiera puede contraer sarna. Probablemente hay millones de personas con sarna. Sin
embargo, las personas que tienen más compañeros de relaciones sexuales corren un riesgo
mayor de contraer sarna.
Los túneles que los ácaros hacen por lo general son difíciles de ver. Son surcos muy
estrechos de 5 a 15 mm de longitud. El ácaro de la sarna normalmente excava en la piel de
la cara interna de las muñecas, los costados de los dedos y el tejido que los une y, a veces,
alrededor de los pezones o las nalgas. Pueden aparecer ampollas pequeñas al final de los
surcos. Si la sarna se transmite a través del contacto sexual, los ácaros por lo general
excavan en la piel de la parte inferior del cuerpo – el abdomen, las nalgas, los muslos o el
área genital.
La sarna se trata con medicamentos recetados en forma oral o tópica. También hay cremas,
lociones o champús especiales que puedes comprar en una farmacia. Pero debes consultar a
tu proveedor de cuidados de salud para averiguar lo que es mejor para ti. Si nunca has
tenido sarna, es definitivamente importante que hables con tu proveedor de cuidados de
salud antes de intentar tratarte por tu propia cuenta. Aun después de que termines el
tratamiento y el ácaro de la sarna esté muerto, puedes seguir teniendo picor por algún
tiempo (a menudo por varias semanas). Si te rascas demasiado, puede darte una infección.
Si te da una infección, debes ver tu proveedor de cuidados de salud.
Si tienes sarna, evita el contacto físico cercano con otras personas. Debes recibir
tratamiento de inmediato para evitar contagiar a otros. Asegúrate de lavar tu ropa y
sábanas en agua caliente, o límpialas a seco o plánchalas con una plancha bien caliente. Esto
matará los insectos y sus huevos. Si averiguas que tienes sarna, tienes que decírselo a tu(s)
compañero(s/as) de relaciones sexuales o a cualquier persona con la que hayas tenido
contacto cercano o compartido sábanas, ropa o toallas. Estas personas deben tratarse
aunque no tengan picor o salpullido.