Mecanismos de Defensa

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

MECANISMOS DE DEFENSA

En 1894 Freud introduce el concepto de Mecanismo de Defensa con la publicación de su


libro llamado «Las Neuropsicosis de Defensa». Para Freud este era un mecanismo que
actuaba en los casos de histeria, que más tarde llamaría «represión”.

Para Freud los mecanismos de defensa son inconscientes y propios del Yo, su función es
proteger al individuo del exceso de carga pulsional y de las ideas insoportables.

Es importante mencionar que los mecanismos de defensa son comunes en todos y


necesarios, ya que, según Freud, aseguran un buen equilibrio en nuestra Psique.

Y bueno aunque fue Freud quien habló por primera vez de ellos, su hija Anna Freud la que
estudió y describió posteriormente a la muerte de su padre. Y otros psicoanalistas también
siguieron describiendo y reformulando muchos de ellos.

Es necesario conocer que todos los mecanismos de defensa requieren una cierta inversión
de energía y pueden ser satisfactorios o no en el cese de la ansiedad, lo que permite
dividirlos en dos grupos: los mecanismos de defensa exitosos y los ineficaces. Los exitosos
son aquellos que logran disminuir la ansiedad ante algo que es peligroso. Los ineficaces son
aquellos que no logran disminuir la ansiedad y terminan siendo un ciclo de repeticiones.

Las personas adoptamos estas estrategias psicológicas de manera inconsciente en


situaciones muy diversas: cuando creemos que nuestra identidad o sistema de creencias
pueden verse dañadas, cuando adaptarnos a una nueva realidad nos supondría un gran
esfuerzo psicológico o cuando, emocionalmente, una situación es demasiado compleja o
intensa para asumirla, provocando ansiedad en la persona

Aunque los mecanismos de defensa tienen la función de protegernos del sufrimiento al


evitarnos las emociones dolorosas, los pensamientos negativos, la ansiedad, no siempre nos
beneficia no ser conscientes de ellos, ya que podemos estar evitando resolver
conflictos que están repercutiendo negativamente en nuestra vida personal, social y
familiar.
El motivo que puede llevarnos a recurrir a un mecanismo puede ser tanto interno (algunos
impulsos, por ejemplo) como externos (situaciones que se presentan en la realidad).

Los mecanismos de defensa alivian la ansiedad pero lo hacen negando o distorsionando la


realidad. No la afrontan cara a cara. Le dan la espalda.

Proyección

En la proyección el sujeto atribuye sentimientos, deseos, cualidades que le están generando


ansiedad a otras personas, generando ansiedad. Lo proyectado no se reconoce como propio
porque resulta inaceptable en uno mismo.

Por ejemplo, cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de
nosotros. 

 Lo que comúnmente proyectamos en otros:

 Rasgos de nuestra personalidad que no nos agradan.


Es normal criticar o juzgar a una persona por ser de determinada manera cuando, en
el fondo, nosotros somos así, solo que no lo aceptamos.
 Deseos que no consideramos moralmente correctos pero que en realidad nosotros
tenemos.
Por ejemplo, si deseamos en algún momento ser infieles a nuestras parejas podemos
proyectar que en realidad son ellos quienes nos son infieles a nosotros.
él mismo. Cuida de otro que considera vulnerable, solo por no reconocer su propia
vulnerabilidad.
IDEALIZACION

La idealización es un mecanismo de defensa que consiste en deformar algo adornándolo


para que no haga sufrir. Se sustituye por una idea más conveniente, inspirada por un ideal
de perfección.

En ciertas ocasiones la realidad no nos conviene, nos lastima, nos hace vulnerables, incluso
nos angustia. Entonces lo que hace este mecanismo es transfigurar la realidad para que
parezca mejor

Desidealización

Cuando la realidad se impone y la persona ya no puede seguir depositando sus ideales en un


objeto puede tomar tierra y pasar a retirarle todas las virtudes y cualidades superiores de
las que disfrutaba.

Y si el golpe ha sido duro puede llevar al objeto hasta el rencor y el desprecio. No sólo ya no
es magnífico, sino que ahora es despreciable con la misma intensidad con que antes era
admirado.

Es natural que el niño pequeño idealice a sus padres. Papá es el mejor, o el más grande, y
mamá la mejor, la más guapa, nuestra casa es la más bonita y el coche de los padres el más
veloz, etc. 

Cuando a cierta edad ya no se sostiene la antigua admiración infantil hacia los padres, el
adolescente puede pasar un tiempo lanzando reproches a los padres. Y más tarde, cuando
se tiene algo más de madurez, se aceptan esos “defectos” de los padres que en realidad
simplemente habían sido personas normales, con sus defectos y virtudes, investidas por la
tendencia a la idealización de un niño.
Ejemplos: declararse fan de alguien

Igualmente ocurre con las personas fallecidas. Solo hay buenas palabras para ellas. Se
tienden a recordar las virtudes y a borrar lo indigno. Se puede llegar a enaltecer y a
ponderar a un muerto como nunca antes se había hablado de él así en vida. Paradojas de la
cultura.

Otro ejemplo, en el proceso de enamoramiento, siempre hay una idealización del objeto
amado. No se ven los defectos del ser amado, solo sus bondades y éstas realzadas
considerablemente.

  suele ocurrir que cuando la atracción inicial implicó una fuerte idealización del
partenaire, la decepción sea el siguiente paso, ya que la convivencia, la experiencia,
hará que la realidad no sea capaz de sostener los imaginarios de la idealización y
caigan por su propio peso. Fuertes decepciones, desencantos y consecuentes
reproches suelen sobrevenir. A veces depresión, si el duelo del ideal se atasca.

La Represión

Para Freud la represión es cuando el Yo impide que los pensamientos que generan ansiedad
accedan a la conciencia.

Es un proceso que envía al inconsciente todo aquello que angustia al Yo

Cuando alguien vive una mala experiencia, es posible que ese recuerdo o algunas partes del
mismo se repriman para evitar el malestar que generan. La represión es el mecanismo de
defensa que más usamos en general.

¿Qué es lo que se intenta reprimir? Lo que se intenta reprimir la expresión de una pulsión.
Pero recordemos que no conocemos las pulsiones de manera directa sino a través de sus
representaciones.

EJEMPLOS: No recordar el día en el que se recibió un abuso psicológico u otras formas de


maltrato psicológico o físico.
Un perro en la infancia mordió a un individuo. Esto se convierte en una fobia a los perros,
pero la persona no recuerda de dónde se originó este miedo.

Un individuo que sufrió abuso infantil no lo recuerda como adulto, pero tiene dificultades
para establecer relaciones saludables.

 Desplazamiento
 Se desvía o redirecciona el afecto hacía un objeto hacia otro blanco que lo sustituya.
Se sustituye el verdadero deseo de la persona que provoca ansiedad por otro que no
provoca ansiedad. Actúa en las fobias ante el fracaso de la represión, y en los
sueños, cuando la censura se vuelve más permisiva. Por ejemplo un hijo que teme a
su padre termina desplazando su miedo a su padre a miedo a los caballos por
ejemplo, tener miedo a su padre puede ser intolerable para su conciencia entonces
desplaza ese miedo a algo que no le crea tanto conflicto: los caballos.
 Condensación
 Este es descrito por Freud. Varios elementos presentes en el sueño latente se
conjugan en un mismo momento, siendo posible hacerlos evidentes mediante
asociación libre. Actúa en los sueños. Un ejemplo de condensación se da cuando
soñamos con una persona que reúne rasgos de diferentes personas, a veces se
presenta como una persona determinada y de pronto se convierte o desempeña el
papel de alguna otra más
 Identificación
 Aumentar los sentimientos de valía personal adoptando o asimilando las
características de alguien (un objeto total o parcial) admirado. Debe distinguirse de
la introyección (vivida como una operación corporal) y de la interiorización (se
realiza con relaciones interpersonales). Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en
un niño o adolescente que buscando su identidad o teniendo poca autoestima se
apropia de rasgos de alguien idealizado para parecerse a él en como viste, habla, se
expresa, etc. Lo hace como una manera de salvar su sentimiento de poca
autoestima. 
 Identificación proyectiva
 Mecanismo de defensa interpersonal descrito por M. Klein. El sujeto introduce algún
rasgo de su propia persona o self en el interior del objeto para controlarlo, dañarlo o
poseerlo. Acaba haciendo sentir al otro como si de verdad tuviera ese rasgo. Es típico
del trastorno límite de personalidad, donde se produce una escisión del self (parte
buena y parte mala) y el individuo coloca sobre el otro una de estas dos partes,
haciéndole sentir como si realmente fuera así.
 Identificación con el agresor
 Descrito por Anna Freud y por Ferenczi. El sujeto introyecta alguna característica de
la persona que le produce angustia y elabora una experiencia traumática sufrida.
Simultáneamente, pasa de ser amenazado al que amenaza. Un ejemplo clásico de
identificación con el agresor lo constituye el llamado “síndrome de Estocolmo”. Este
término se aplica cuando las víctimas establecen un vínculo afectivo con sus captores
durante un secuestro.

Introyección

Descrito por Ferenczi. Consiste en la atribución a uno mismo de características de los otros,
sin ser elaboradas ni ajustadas al self. es lo contrario a la proyección descrita anteriormente.
Por ejemplo, fallece el padre de una persona, y a partir de ese momento se comienza a
parecerse más a él, a actuar igual que lo hacía su padre, vestir la misma ropa.
Formación reactiva

Los pensamientos censurables se reprimen y expresan con sus opuestos. Este mecanismo de
defensa explicaría la manía para el psicoanalisis , que escondería una depresión reprimida,
por ejemplo.

Sublimación

Sustituir un objeto o actividad inaceptable por otro que posea un valor social o ético más
elevado. Por ejemplo, una persona está llevando a cabo la sublimación cuando sustituye su
pulsión sexual por alguna actividad cultural o intelectual (crear arte, leer, escribir…)

Racionalización

Descrito por Jones. Justificación racional (en base a razones socialmente aprobadas) de los
pensamientos o conductas que producen ansiedad. Sirve al individuo para justificar su
conducta y disminuye la desilusión ante objetivos inalcanzables. No evita los afectos (como
la intelectualización) pero les atribuye justificaciones plausibles, racionales o ideales, no las
verdaderas. Quizá el ejemplo de racionalización más antiguo llega de la mano de la historia
de Esopo “La zorra y las uvas”.

En dicha fábula, la zorra ve unas uvas e intenta alcanzarlas. Sin embargo, tras varios intentos
infructuosos se da cuenta de que están demasiado altas. Entonces las desprecia diciendo:
“¡No están maduras!”.

Intelectualización

Para controlar y mantener a raya los conflictos y emociones, el individuo le da una


formulación discursiva. Se aísla la emoción producida por un hecho doloroso, se le despoja
la implicación personal y se le da una explicación racional. P. e. Supongamos que Pedro ha
sido criado por un padre estricto y rigido, y se siente herido y enojado por ello. Aunque
Pedro puede tener intensos sentimientos de odio hacia su padre, cuando habla de su
infancia, Pedro podría decir: «Sí, mi padre era una persona bastante firme, supongo que
tengo sentimientos de antipatía hacia él, incluso ahora». Pedro intelectualiza, elige palabras
racionales y emocionalmente frías para describir las experiencias que suelen ser
emocionales y muy dolorosas. Este es un mecanismo de disociación afectiva, como ya os
hablamos en nuestro vídeo sobre la disociación.

Aislamiento

Descrito por Freud para explicar el comportamiento psicótico.

Se separa una representación molesta de su afecto, permaneciendo a nivel consciente pero


privada de toda conexión asociativa. Se activa cuando la represión no es suficiente. este
sería otro proceso disociativo típico. 

Regresión

Retorno a una fase anterior de desarrollo psicosexual (superada sólo parcialmente) ante


situaciones de estrés o demandas de las fases posteriores que cree no poder afrontar.
Ejemplos típicos son el niño que vuelve a mojar la cama después de tener un hermano o de
que sus padres se separen, las personas que fuman compulsivamente en momentos de
estrés, o el joven que al irse a estudiar fuera se aferra a su peluche de infancia en los
momentos de incertidumbre. Se trata de la búsqueda de un consuelo, evocando de forma
inconsciente esos

También podría gustarte