Libro Profético de Amós
Libro Profético de Amós
Libro Profético de Amós
Amós
I. Características personales
3. Lugar de origen:
Tecoa.
“Amós se presenta ante sus lectores como "uno de los pastores", es decir "boyero"
("pastor", BJ) que también recogía "higos silvestres" (cap. 1: 1; 7: 14). En la
introducción de su libro afirma que actuó durante los reinados de Uzías de Judá y
Jeroboam II de Israel. Puesto que éstos son los dos únicos reyes mencionados,
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puede entenderse que Amós profetizó durante el tiempo cuando ambos eran reyes
exclusivos en sus reinos respectivos. Uzías reinó solo en Judá de 767 a 750, y
Jeroboam en Israel de 782 a 753; por lo tanto, el ministerio de Amós puede haber
ocurrido entre los años 767 y 753 a. C. A pesar de que se menciona que recibió
su primer mensaje de parte de Dios "dos años antes del terremoto" (cap. 1: 1),
es imposible situar su ministerio con mayor precisión, pues se desconoce la fecha
del terremoto. Sin embargo, este sismo debe haber sido muy fuerte, pues lo
recuerdan los que vivieron 250 años más tarde, según lo demuestra Zacarías 14:
5.
Este profeta fue ciudadano de Judá, pero también fue portavoz de mensajes para
el reino de Israel. Varios de sus mensajes fueron dirigidos contra naciones
extranjeras. Fue a Betel, ciudad santuario del reino del norte, para pronunciar allí
24 mensajes proféticos de advertencia, reprensión y castigo para Israel”.
(Comentario bíblico adventista, t.4, p. 24)
Los frutos:
1. Al principio gustó su predicación, porque escucharon que
lanzaba juicios de condenación contra las naciones enemigas de
Israel.
2. Después empezó a lanzar denuncias contra Israel, y ahí
encontró el rechazo, las amenazas y la persecución.
3. Se puede decir que no tuvo éxito en su ministerio, pero sus
mensajes están escritos para las generaciones futuras.
“La apostasía fue el principal pecado del reino del norte de Israel (cap. 3:
14; 4: 4; 5: 4,5). Sin embargo, debe notarse en este capítulo que los
pecados que especialmente provocaron el reproche divino y atrajeron el
castigo fueron una grave corrupción moral, codicia y disipación, que a su
vez produjeron un abierto desprecio de los sencillos deberes que tenemos
para con nuestros prójimos y una violenta opresión contra los pobres.
Este último mal causó, repetidas veces, una tajante censura (cap. 2: 6-
7; 4: 1; 5: 11-12; 8: 5-6). Amós condena vigorosamente a los grandes y
a los ricos por el descuido y el mal uso de su riqueza e influencia,
bendiciones que deberían haber sido usadas para remediar esa corrupción
y pobreza. (Comentario Bíblico Adventista, t.4, pp.984,988).
a. Hambre de pan.
b. Sequía.
c. Viento solano y oruga.
d. Mortandad.
1. Las langostas:
2. El fuego:
a. Amós intercede.
b. Dios oye.
3. La plomada:
a. Escena de juicio.
b. No hay manera de escapar de Dios (Sal.139).
c. Dios zarandea a Israel (9:8-10).
d. Quedan el trigo y el grano, que son el remanente.
e. No destruiré del todo la casa de Jacob.
Privilegios Implicaciones