Mafia de Traidores ... Roberts

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Hugo Roberts Barragán

MAFIA DE
BIBLIOTECA DIGITAL

TEXTOS SOBRE BOLIVIA

TEXTOS SOBRE LA HISTORIA POLÍTICA, TEORÍA POLÍTICA Y


GEOPOLÍTICA, DE ALGUNOS DE LOS PRESIDENTES DE LA REPÚBLICA DE
BOLIVIA, SU GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN, HISTORIA MILITAR,
BATALLAS, GUERRAS INTERNACIONALES, GUERRA CIVIL O FEDERAL Y
GUERRILLA

TEXTOS PARTICULARES SOBRE PRESIDENTES Y SU ADMINISTRACIÓN


PRESIDENCIAL

FICHA DEL TEXTO

Número de identificación del texto en clasificación Bolivia: 4324


Número del texto en clasificación por autores: 1573
Título del libro: Mafia de traidores. Presidentes Manuel Isidoro Belzu, Agustín Morales
e Hilarión Daza, insignes defensores de la patria, asesinados por la traición masónica
Autor (es): Hugo Roberts Barragán
Derecho de autor: Dominio público
Imprenta: Talleres Offset de Industrias Gráficas
Año: 1994
Ciudad y país: Santa Cruz – Bolivia
Número total de páginas: 304
Fuente: Digitalizado por la Fundación
Temática: Manuel Isidoro Belzu
HUGO ROBERTS BARRAGAN
Político y escritor

Obras publicadas:
• LA REVOLUCION DEL 9 DE ABRIL

• GRAN TRAICION EN LA GUERRA DEL PACIFICO

• LOS CUATRO EJERCITOS DE SALAMANCA

• TRES MASONES CASTIGADOS: BOLIVAR, PANDO

Y VILLAROEL

• LA OBRA DE LA MASONERIA EN BOLIVIA

• LAS TREINTA MONEDAS.


H ugo R oberts Barragán

MAFIA DE
TRAIDORES
PRESIDENTES MANUEL ISIDORO BELZU, AGUSTIN
MORALES E HILARION DAZA, INSIGNES DEFENSORES DE
LA PATRIA, ASESINADOS POR LA TRAICION MASONICA.
A los 9 días de tu dolorosa partida.
Discurso de despedida en ocasión de las exequias del
Sr. Hugo Roberts Barragán
Don Hugo Roberts Barragán ha sido convocado a la eternidad por el
Supremo Hacedor del Universo.
Se ha marchado hacia el ignoto más allá, por la carretera más amplia
y expedita de todos los tiempos, que no tiene retomo.
Se ha ido después de cumplir su ciclo biológico com o peregrino en
este valle de lágrimas. Pero estoy seguro, que se va sin haber conseguido
coronar la realización de todo lo que como soñador se propuso, conforme
al ideario de esa causa noble y justa que abrazó desde su juventud.
Y no alcanzó a hacer efectivo ese programa grandioso de realizaciones
en bien del pueblo y de la Patria que tanto amó, porque le tocó actuar en
una etapa de adversidades, llena de egoísmos, zancadillas y mezquindades.
Soñó muy alto como patriota honesto que era, buscando sin descanso ni
intereses ocultos, lo mejor para la Bolivia que siendo todavía adolescente
concibió, la Bolivia Engrandecida y Renovada.
Cuando estalló la Guerra del Chaco, muy joven don Hugo Roberts
Barragán todavía, se alistó y marchó a los secos arenales del sudeste para
cumplir con su deber de boliviano, defendiendo la heredad territorial y
nuestra riqueza hidrocarburífera. Ahí se probó el valor del hombre y su
profundo amor a esa Bolivia desgarrada por sus cuatro costados. Ahí en
la adversidad, en la fragua del combate diario en las candentes y
sofocantes arenas del sudeste, mirando los harapos de la Patria, se forjó,
se maduró y profundizó su vocación inclaudicable por esta tierra que le
vio nacer y le cobijó.
V uelto de la guerra y templado su espíritu en la contienda, directamente
y sin titubeos, se alista en la lucha política por esa Patria que había
imaginado grande y justa. Desde entonces su vida fue un continuo parte
de guerra; ora en la palestra pública, en los periódicos, ora en las calles,
en las cárceles purgando el ideario que predicaba y en el exilio recorriendo
las playas extranjeras, junto a otros valores del nacionalismo puro, que
como él, amaban entrañablemente a su querido terruño.
1

La ingratitud de los gobiernos demagógicos que no sabían dónde


comenzaba su marxismo ni dónde terminaba su nacionalismo y su
entreguismo, se sirvieron de este patriota honesto, capaz y sincero, para
después vejarlo, perseguirlo, apresarlo y desterrarlo, pretendiendo negarle
su valeroso accionar y así tergiversar la verdadera historia, que él escribió
en épicas jomadas de lucha conduciéndola hacia el triunfo, y como dice
sabiamente el pueblo, las revoluciones se comen a sus conductores y son
aprovechadas y desvirtuadas por sus impostores. Eso sucedió con Hugo
Roberts Barragán, el hombre de la revolución nacional.
Pero Hugo Roberts Barragán no sólo fue un inclaudicable
revolucionario, que buscaba la transformación de los sistemas caducos
de Bolivia y conducirla hacia mejores derroteros con la Revolución
Integral, sino que también incursionó en el difícil accionar de la
investigación de nuestro pasado, como inquieto historiador e insobor­
nable escritor de brillo y hombre de fuste.
Roberts Barragán tiene el mérito de haber sido el escritor que ha
iniciado la etapa de la historia verdadera, rectificando esa historia de
falsedades. Así tenemos sus libros: La Revolución del Nueve de Abril,
Gran Traición de laGuerra del Pacífico, Los Cuatro Ejércitos de Salamanca,
Las Treinta Monedas, Obra Masónica en Bolivia, entre otras y Mafia de
Traidores que todavía no ha sido presentada, pero que ya se encuentra
impresa. Son verdaderas obras maestras, mediante las cuales su autor
pone al descubierto la verdad de los sucesos para que el pueblo conozca
nuestro pasado desnudo. Eso y mucho más ha sido el ilustre ciudadano al
que venimos a darle lapostrer despedida, inclinándonos ante sus despojos,
para decirle gracias por su contribución a la Patria y al
Nacionalismo, del cual fue puntal e ideólogo profundo.

Descansa en paz!
Luis Mayser Ardaya

Santa Cruz de la Sierra, 18 de octubre de 1994

La Flia. Roberts Moreno agradecemos profundamente a este


hidalgo amigo por tan invalorable homenaje

Santa Cruz, 27-10-94


M a r a de T r a id o r e s

PROLOGO
He leído con interés los libros publicados por
Don Hugo Roberts Barragán. Cada uno de ellos dice
verdades que algunos tergiversan o mañosamente
callan. El autor penetra en el fondo de los
acontecimientos del pasado, y sin dar muchas vueltas,
los juzga con severidad y criterio profesional,
revelando lo que se encubre y, en muchos casos, lo
que de mala fe se distorsiona o falsifica.
Presenta cada fragmento de nuestra historia
en la forma más transparente y sencilla, de manera
que el lector pueda entenderla con facilidad y emitir
de inmediato su opinión.
En sus libros se encuentra algo más que la
simple asimilación cognoscitiva de su contenido;
ellos inspiran un profundo sentimiento de amor
hacia lo boliviano, y elevan nuestro espíritu sobre las
sangrantes heridas de nuestra sacrificada Patria,
impulsando a nuestras energías en sentido de la
rectificación o su defensa.
Investigar en Historia, más aún como lo hace
Don Hugo Roberts Barragán con un sentido
pedagógico, es una tarea muy difícil, ya que no se
puede manejar los'acontecimientos del pasado con la
objetividad de las ciencias exactas. Todo está
sumergido en el abismo de los tiempos y cubierto con
el manto de la eternidad. En tales condiciones, para
armar el rompecabezas de los hechos, cuyas piezas
están perdidas en el camino sin retorno de la historia,
no sólo se necesita de bastante talento, sino de
mucha profundiad reflexiva, madurez intelectual,
criterio lógico, genio creador, experiencia en la
práctica política y, sobre todo, mucha intuición.
Solamente con esas cualidades superlativas, se
puede descubrir a los ojos actuales y a los de mañana,
lo que en sí ya dejó de ser.
En esta obra, es sorprendente la secuencia del
crimen político y la traición, que el autor establece,
desde la fundación de la República. Ella se extiende
a través de la vil conjura en contra del gran constructor
déla nacionalidad Don Andrés Santa Cruz, la compo­
nenda con el rapaz vecino del sud, la inmolación
criminal del ejército aliado en el Alto de la Alianza y,
por último, la entrega total del litoral boliviano sobre
el Pacífico.
Los historiadores comprometidos han descrito
los acontecimientos históricos, aislando los unos de
los otros, de tal modo que el lector y el estudioso, no
puedan establecer la uniformidad delictiva de
procedimientos y la complicidad de los autores, todos
M a f ia de T r a id o r e s

los cuales pertenecieron a una misma organización y


actuaron de consuno durante la primera centuria
republicana.
Pero la relación que realiza el presente libro,
establece el nexo indiscutible que hubo entre ellos,
desde Olañeta, el artífice de la felonía, hasta Campero
el genocida del Alto de la Alianza.
El autor teje con cada una de las causas que
originaron un acontecimiento, todo un sistema his­
tórico, que tiene la particularidad de desenmarañar
la obscuridad y mostrarnos la verdad desnuda.
Sus páginas escritas con calor y énfasis, dejan
traslucir su profundo amor a lo nuestro y al mismo
tiempo que demuestran su veneración por los hombres
que dieron su vida por forjarnos una Patria digna a
todos los que nacimos entre sus montañas o en sus
ubérrimos llanos orientales, denuncia con valentía a
los que la traicionaron obedeciendo a consignas
extrañas.
Teniendo en cuenta que solamente conociendo
la verdad, encontraremos el camino de la dignidad
que nos llevará a ser más libres y nos dará el poder
moral para reconstruir nuestra Patria, te reco­
mendamos, estimado lector, repasar con atención las
páginas del magnífico libro que hoy le presentamos.

Hugo Nogales Loayza


PREAMBULO

E n este trabajo nos proponemos exponer


la historia de la logia masónica fundada y orga­
nizada por Casimiro Olañeta, en la ciudad de
Chuquisaca, antes de la fundación de la Repú­
blica.
Esta sociedad secreta, para cumplir su fi­
nalidad substancial, que era la de dominar la
Nación política y económicamente, realizó una
serie ininterrumpida de maniobras, a cual más
viles y traidoras, que ensombrecieron la trágica
Historia de Bolivia, desde su fundación.
En razón de su comportamiento, nosotros
le damos diversas denominaciones.
Describiendo la época de su fundación, la
citamos con su nombre primitivo, de "logia chu-
quisaqueña".
M a f ia de T r a id o r e s

Luego, cuando la logia ejecutó la tentativa


de asesinato del Mariscal Sucre, realizó los ase­
sinatos de José Miguel Lanza y Pedro Blanco,
creimos justo ascenderla a la categoría de "ma­
fia" y la citamos con ese apelativo.
Ejecutada por Olañeta la traición que de­
term inó la victoria chilena de Yungay, y sus
compromisos con el país araucano, le agregamos
un adjetivo determinante, y la llamamos "mafia
masónica chilenófila".
Y por último, a la caída del Presidente José
María Linares, prominente mañoso, la misma
logia cambió su nombre por el de Partido Rojo,
con el que ejecutó la entrega del Litoral a Chile.
Asi mismo, nos permitimos afirmar, que to­
dos los miembros de la logia chuquisaqueña,
tanto los fundadores, como los que fueron ingre­
sando en ella sucesivamente, actuaron bajo los
mismos principios que la genialidad maligna de
Olañeta había establecido, es decir, la negación
de la divinidad de Cristo, el desconocimiento de
los postulados de Patria, Soberanía e integri­
d a d ^ un racismo absoluto, o sea la superioridad
del origen hispánico y el odio a las mayorías na­
cionales de mestizos y aborígenes.
Por tanto, el antipatriotismo, el entreguis-
mo, la supeditación al enemigo, la traición y la
vileza, fueron condiciones comunes a todos sus
miembros, sin ninguna excepción.
Para todos ellos, la Patria no existió nunca,
la denominación de la República Boliviana fue
cuando más un simple nombre, que les servía
para distinguirla de otros países. Su verdadero
concepto consistía en considerar a la Nación co­
mo una hacienda propia, cuyos recursos huma­
nos, físicos y económicos debían ser administra­
dos y explotados en provecho de la organización
esotérica y sus componentes, como sucesores le­
gítimos de los colonizadores españoles.
RELACION HISTORICA

PRIMERA PARTE

LA LOGIA CHUQUISAQUEÑA

ANTECEDENTES:

En la ciudad de Chuquisaca se organizó


una logia masónica, durante los últimos años de
vida colonial. Como todas las de su género tenía
como principios fundamentales la inexistencia
de Cristo, como DIOS y la vacuidad de las ideas
de Patria, Nacionalidad y Soberanía.- Siendo to­
dos sus componentes criollos, descendientes di­
rectos de españoles, sus sentimientos, eran ab­
solutamente racistas; las normas de la logia ha­
bían establecido el mayor desprecio a los mesti­

9
zos y el odio a los aborígenes, es decir su repul­
sión hacia el pueblo altoperuano al cual conside­
raban física, intelectual y moralmente inferior.
Cuando las continuas lucubraciones de la
logia llegaron a la conclusión de que el dominio
español llegaba a su ocaso, surgió la idea de cre­
ar una entidad independiente que se hiciera car­
go del dominio político y administrativo del Alto
Perú. Como la población de este territorio tenía
como denominadores comunes la ignorancia, la
mediocridad y el hábito de la obediencia inculca­
da en tres siglos de dominio colonial, fue virtual­
mente lógica la conclusión a que llegaron: que
ellos, los miembros de la logia, con la superiori­
dad racial e intelectual de que se creían posee­
dores, podían sustituir con facilidad al poder co­
lonial y crear un feudo que obedeciera discrecio­
nalmente a sus intereses.
Al llegar a esa conclusión ellos no pensaban
en crear una nueva patria, sino en adquirir un
inmenso feudo, con ese territorio cuyas grandes
riquezas podían explotar sin control alguno, y
una población sumisa, a la cual se la podría des­
tinar a diversos trabajos gratuitos, tal como lo
habían practicado los colonizadores españoles.

10
M a f ia de T r a id o r e s

Las ideas de patriotismo, integridad terri­


torial y soberanía nacional, no entraban al pro­
grama de la logia chuquisaqueña respecto al Al­
to Perú, porque haciéndose ella dueña del terri­
torio, podían cederlo, alquilarlo o disgregarlo, se­
gún sus conveniencias.

LA LOGIA DE SALTA:

Cuando los chuquisaqueños se enteraron


de que había una organización similar en Salta -
Argentina, resolvieron trasmitirle sus planes y
las conclusiones programáticas a que había lle­
gado, proponiéndoles unificación.
El jefe de la logia de Salta, Mariano Serra­
no, encontró magníficas las sugerencias de sus
"hermanos" y aceptó la fusión de ambas entida­
des.
Serrano estaba radicado en esa ciudad del
Norte argentino, desde donde tenía la oportuni­
dad de observar los movimientos de las fuerzas
libertadoras; fingía un patriotismo acendrado
ante los argentinos, pero como buen criollo, ser­
11
vía como agente secreto de las fuerzas españo­
las. Era un hombre muy capaz, tal es así, que
hasta redactó el Acta de la Independencia Ar­
gentina, en el Congreso de Tucumán al que asis­
tió como representante de las provincias altas,
es decir de Charcas, lo cual no le impidió seguir
redactando los informes que requería don Pedro
Antonio Olañeta, último comandante del ejército
colonial, para invadir y rescatar los territorios arre­
batados a la corona española.
Esta dualidad o dos carismo analizada tan
bien por el escritor Charles Amade, era común a
todos los miembros de las logias charquinas,
porque su espíritu recibía constantemente la in­
fluencia de su ancestro familiar, en lucha con el
medio ambiente plagado de ideas de libertad,
emancipación y patriotismo.
Aprovechando las informaciones proporcio­
nadas por Serrano, los ejércitos españoles inva­
dieron nueve veces el suelo argentino, sin haber
podido consolidar nuevamente el poder colonial.

12
LOS COMPONENTES DE LA LOGIA:

A la cabeza de Casimiro Olañeta funciona­


ba la logia chuquisaqueña, compuesta de los si­
guientes miembros: José María Urcullo, Maria­
no Enrique Calvo, Leandro Usin,Mariano Calvi-
monte, Mariano Ballejo, José Antequera, José
Santos Cavero, los cuatro hermanos Moscoso,
Angel Mariano, José Eustaquio, José Antonio y
Rudecindo, y otros varios, todos graduados en la
Academia Carolina y oficiales criollos de la Au­
diencia. Posteriormente, con la unión aceptada
por Serrano, y la incorporación de los miembros
de Salta, la logia llegó a tener más de treinta co­
frades.
Después de la fundación de la República,
Casimiro Olañeta y sus "hermanos" vieron la
necesidad de incorporar otros individuos, siem­
pre que fueran "criollos" comprobados y estuvie­
ran munidos de títulos profesionales. Ingresa­
ron por este medio los potosinos José María Li­
nares y Tomás Frías, los tarijeños Aniceto Arce
y Narciso Campero.
Una necesidad que fue sentida en la logia
fue la presencia de militares. Casimiro Olañeta,
abusando de su prestigio y condescendencia
del Mariscal Sucre, incorporó a su organización
a los generales José Miguel de Velasco de Santa
Cruz y Carlos Medinacelli de Potosí y a los Co­
roneles Mariano Armaza, Manuel Vera y José
Ballivián de La Paz. Tbdos estos militares reu­
nían las condiciones exigidas por Olañeta, es de­
cir su ascendencia hispánica directa y su repul­
sión a los mestizos y aborígenes del Alto Perú.

PROCEDIMIENTO DE LA LOGIA:

Para cumplir sus objetivos, la logia estable­


ció una serie de reglas. Siendo presidencialista
el régimen de gobierno de la nueva República, la
primera providencia era conseguir que el Presi­
dente de la República sea indefectiblemente,
miembro de la organización masónica.
Como el presidente gobernaba a través de
su gabinete, la mayoría de los ministros y si fue­
ra posible todos ellos, deberían ser "hermanos"
de la cofradía.
M a f ia de T r a id o r e s

Los personeros principales de los otros po­


deres del Estado, también deberían reunir las
mismas condiciones.
Y si fuera posible, los jefes del Ejército, es­
tarían inscritos en la logia, siempre que sus con­
diciones de raza, estrato social y relaciones fa­
miliares lo permitieran, llevando estrictamente
el cumplimiento de estas reglas, la logia man­
tendría la seguridad de gobernar y de tener so­
metidos a los mestizos y subyugados a los aborí­
genes.
En el caso fortuito de que algún político o
militar se atreviera a tomar el gobierno, toda la
logia, sin excepción alguna de sus miembros, es­
taría obligada a procurar su derrocamiento por
cualquier procedimiento, incluso el de la violen­
cia y la eliminación física, hasta restablecer el
poderío masónico.

LA REALIDAD HISTORICA:
La fundación de la República se realizó el 6
de agosto de 1825, en una reunión de 48 repre­
sentantes de las cinco provincias del Alto Perú.
De ese conjunto, solamente uno había combatido
en la lucha revolucionaria por la Independencia;
cinco eran representantes efectivos de La Paz y
los 43 restantes eran miembros de la logia chu-
quisaqueña o amigos íntimos de Casimiro Ola­
ñeta, que habían asumido la representación apó­
crifa de las otras provincias, siendo hasta el día
anterior funcionarios del régimen colonial.
En los primeros meses de vida de la nueva
República, gobernaron dictatorialmente Bolívar
y Sucre, en nombre del ejército colombiano que
el Mariscal había introducito al país, después de
la victoria de Ayacucho. Luego fue convocado un
Congreso, que se reunió en 1826, el cual desig­
nó Presidente Constitucional a José Antonio de
Sucre.
La logia chuquisaqueña se conformó con
ese nombramiento ante la presencia de las fuer­
zas extranjeras, pero tomó a su cargo todas las
cabezas de los otros poderes del Estado. Casimi­
ro Olañeta asumió la presidencia del Congreso.
El Mariscal puso todo su empeño en la or­
ganización del nuevo Estado, y los miembros de
la logia aparentaban estar conformes con todos
sus actos. Casimiro Olañeta le demostraba un
16
M a f ia de T r a id o r e s

afecto extraordinario y un sometimiento absolu­


to.

LA EXEULSIQN PE SUCRE;.

El Mariscal debía renunciar y entregar el


mando, según su propia decisión, en mayo de
1828. Para esta entrega y el nombramiento de
nuevos gobernantes, fue convocado un Congreso.
Pero en abril Olañeta recibió, del Gral. Santan­
der, jefe de la masonería colombiana, la orden de
proceder a la eliminación de Sucre, por ser ami­
go de Bolívar.
La orden criminal de Santander, coincidió
con la invasión del territorio por el Gral. Agus­
tín Gamarra, con 4.000 hombres del Perú, quien
imponía la salida y repatriación inmediata del
ejército colombiano.
Olañeta y la logia encontraron propicia la
oportunidad de asumir solos el gobierno de la
República y tornando violentamente su actitud
amistosa por odio enconado hacia el Gran Ma­
riscal, prepararon su asesinato.. Olañeta provo­
có un motín militar el 18 de abril de 1828, en el
que Sucre fue herido por una bala disparada pa­
ra matarlo, pero que llegó solamente a uno de
sus brazos.
En seguida Olañeta y la logia incitaron al
populacho con argumentos demagógicos y movie­
ron a los militares adictos, con cuyo concurso
consiguieron la expulsión ignominiosa del Ma­
riscal.
El héroe de Ayacucho, que había dado liber­
tad e independencia a todo un continente y era
el verdadero creador de la República, fue obliga­
do a dejar su lecho de enfermo y emprender via­
je forzado hacia su patria, en las condiciones
más deprimentes de miseria y soledad; al extre­
mo de que, uno de los concurrentes a su partida,
conmovido por su probreza, se ofreció a prestarle
mil pesos para sus gastos de viaje.

ASESINATO DE JOSE MIGUEL LANZA:


En esos mismos días, mientras el Mariscal
Sucre yacía en su lecho, y la logia chuquisaque-
ña se ufanaba de ser única dueña del poder, Ca­
simiro Olañeta ordenó el asesinato de José Mi­
guel Lanza.
M a f ia de T r a id o r e s

Este personaje altoperuano, de singular


tradición heroica, que había luchado durante ca­
torce años frente a las poderosas fuerzas colo­
niales, con sus propios recursos y su inventiva
doméstica de armas y municiones, había sobre­
vivido después de cien combates hasta la victo­
ria de Ayacucho y concurrido a la fundación de
la República, con el ideal de constituir una pa­
tria libre y soberana, capaz de cobijar a todo el
pueblo, sin distinción de razas ni posición social.
Como hombre libre, no comprom etido en
ninguna organización ajena a la Patria, mani­
festó su protesta por los vejámenes que sufría
injustamente el Mariscal de Ayacucho.
La logia chuquisaqueña, celosa de su acti­
tud altiva, decidió eliminarlo y aun antes de que
Sucre partiera, fue brutalmente agredido y ase­
sinado en una de las calles de esa ciudad.
Con su muerte, provocada por el odio masó­
nico y el regionalismo, desapareció el héroe in­
marcesible de la lucha libertadora, que comenzó
su acción patriótica en cuanto escuchó el primer
grito de la independencia americana prorrumpi­
do en La Paz, por don Pedro Domingo Murillo, el
16 de Julio de 1809.
19
EMMEBA PRESIEKSfílA. B1LYELAS.C0;

Se reunió el Congreso el 25 de mayo de


1828, Procedió a la elección del Presidente de la
República, que recayó en la persona del Gral.
Andrés de Santa Cruz. Este nombramiento no
causó alarma en la logia, porque en esa época
había la certidumbre de que el Mariscal de Zepi-
ta jamás querría gobernar Bolivia, porque sus
intereses y sus miras políticas estaban en el Pe­
rú.
Pero cuando el congreso se abocó al nom­
bramiento de Vicepresidente, la logia en su inte­
gridad, presionó para que recayera en favor de
un miembío de su organización. No fue difícil
influir en varios diputados para que dieran su
voto en favor de José Miguel de Velasco, sin em­
bargo de que otros candidatos tenían mayor
prestigio.
En ausencia de Santa Cruz, Velasco asumió
la Presidencia provisoria.Gobernó bajo la direc­
ción de su canciller Casimiro Olañeta quien con­
trolaba todos sus pasos. En este período es que
se atrevió a desafiar al Libertador Bolívar y de­
20
M a f ia de T r a id o r e s

clarar la guerra a Colombia, baladronada que


cayó en ridículo ante las naciones sudamerica­
nas.

EL ASESINATO DE PEDRO BLANCO:

Mientras el Gral. Gamarra permanecía en


Bolivia con sus numerosas huestes, el Coronel
Pedro Blanco entró en acuerdos con él a espal­
das de la logia. Mediante el influjo del caudillo
peruano consiguió reunir un Congreso Extraor­
dinario y se hizo elegir Presidente Constitucio­
nal de la República.
Entró en ejercicio de sus funciones el 27 de
diciembre de 1828, y en esa misma fecha cesó el
provisoriato de José Miguel de Velasco.
La presidencia del Cnl. Pedro Blanco, signi­
ficaba una interferencia en los planes de la logia
chuquisaqueña. Si bien había servido a Olañeta
como instrumento en la canallesca expulsión del
Gran Mariscal, él, Pedro Blanco, no pertenecía a
la organización secreta y, por tanto, era un per­
sonaje ajeno que debía ser eliminado a cualquier
costo.
21
Consecuentemente, Casimiro Olañeta orde­
nó a los militares adictos, Ballivián, Armaza y
Vera, deponer al intruso mediante un golpe mi­
litar, el que se realizó el 31 de diciembre del
mismo año. Pedro Blanco permanecía preso en
el palacio. Pero Olañeta ordenó su traslado a la
Recoleta y su eliminación física inmediata.
Ballivián, Armaza y Vera, obedientes adep­
tos de la logia, ingresaron a la celda donde per­
manecía preso Blanco y acabaron con su exis­
tencia, acribillándolo a puñaladas y sablazos.
El infeliz Presidente Constitucional había ejer­
cido sus funciones apenas cinco días.
Con el atentado a la vida de Sucre, y los
asesinatos realizados del guerrillero Lanza y el
Cnl. Pedro Blanco, la logia chuquisaqueña tomó
las características inequívocas de una mafia de­
lictiva.

Reducida la interrupción de Blanco en esa


forma sangrienta, la logia volvió a imponer a
Velasco en la Presidencia.
M a f ia de T r a id o r e s

Parecía que este nuevo período tendría du­


ración y estabilidad indefinida, pero, de impro­
viso el Mariscal Andrés Santa Cruz ingresó en
el país y asumió sus funciones presidenciales
en la ciudad de La Paz, el 14 de mayo de 1829,
sin esperar la venia del gobernante provisorio
que residía en Chuquisaca.

LA PRE SIPENCIA
DE ANDRES SANTA CRUZ:

Ante los hechos consumados, la mafia chu-


quisaqueña tuvo que resignarse. El Mariscal de
Zepita, por sus méritos personales, tenía el apo­
yo de toda la Nación y hubiera sido empresa
descabellada intentar su desconocimiento.
En esa emergencia, Casimiro Olañeta y sus
parciales, acordaron allegarse al gobierno del
Mariscal y aprovechar el tiempo ocupando las
funciones principales de la organización estatal.
Ya llegaría, para ellos, la oportunidad de resta­
blecer el control total del aparato gubernamen­
tal.
23
El M ariscal Santa Cruz, emprendió con
verdadera vehemencia la organización del Esta­
do, echando mano de todos los pocos hombres
preparados que existían, sin hacer ninguna dis­
criminación. Como los miembros de la mafia es­
taban entre los hombres más preparados, por
haber cursado estudios universitarios y ejercido
funciones importantes, fueron preferidos por el
administrador extraordinario, que requería de
colaboración calificada, para realizar su proyec­
to de levantar la Patria a las cumbres de la
grandeza.

DATOS BIOGRAFICOS;

Nació en el pueblo de Huarina, situado


junto al lago Titicaca, más o menos el año 1792:
sus padres fueron dos indígenas aimaras. Su
madre se llamaba Basília Calahumana.
A la edad de 18 años fue incorporado en
una de las unidades del Ejército Colonial, donde
el Capitán español Santa Cruz Villavicencio lo
tom ó a su servicio com o a siste n te , por su
vivacidad y diligencia.

24
M a f ia de T r a id o r e s

El soldad o A n d rés a p ren d ió a leer y


escribir y, por sus condiciones excepcionales de
aplicación y diligencia, fue ascendido a cabo,
sargento, subteniente y los demás grados de la
carrera militar, hasta llegar a Teniente Coronel.
Le ayudó en este vertiginosoascenso el haber
ab an d on a d o su a p e llid o p a tern o , que era
aimara, y optado el de su Capitán.
En 1821 cayó prisionero de las fuerzas
libertadoras del General José de San Martín
que com ba tían para dar lib e rta d al P erú .
E xh ortad o por el je fe p a triota , d ecid ió
abandonar el ejército colonial e ingresar al
servicio de la causa de la libertad americana.
Por imposición de San Martín ingresó en la
masonería, pero nunca tuvo la oportunidad de
p ro fu n d iza r en los principios de a q u ella
in stitu ció n n egativa, por lo cual con servó
incólumes sus postulados de Dios, Patria 3
Hogar, y su ardiente amor a su tierra natal. Es
así que, en el ejercicio de su presidencia, fundó
la logia "Titicaca", con el solo objeto de poner a
la masonería al servicio de Bolivia.
Fue ascendido a Coronel y luego a General
en las d iv ersa s a ccion es lib ra d a s p or el

25
L ib e rta d o r B olíva r, esp e cia lm e n te las de
Pichincha y Junín.
En 1823 in gresó al A lto P erú con un
ejército de 1.500 hombres, para dar libertad a su
p a tria . In te rce p ta d o por dos fra ccio n e s
españolas en Zepita, derrotó a sus adversarios,
siguiendo su marcha victoriosa hasta la ciudad
de Oruro.
Por las maniobras de Casimiro Olañeta que
consiguió detener al E jército A rgentino del
General José Pérez de Urdininea, que debía
unirse a Santa Cruz marchando al Norte, el
M ariscal de Z epita tuvo que aban donar su
propósito de libertar el Alto Perú.
En 1826 asum ió la p re sid e n cia de la
República del Perú que ejerció hasta 1827.
En 1828, en ausencia suya, fue elegido
presidente Constitucional de Bolivia, cargo que
asumió un año después.
LA OBRA DE SANTA CRUZ;
El gran gobernante dedicó todo su talento,
su esfuerzo y su tiempo a la organización de la
República.
Organizó el ejército, dando a la milicia ca­
rácter profesional.
26
M a f ia de T r a id o r e s

Estableció la educación pública, instalando


colegios primarios y secundarios en todas las
ciudades del país.
Fundó las universidades de La Paz y Co­
chabamba (San Andrés y San Simón).
Dio forma definitiva a la división política
de la República, en Departamentos, Provincias,
Cantones y Vice-cantones; y proveyó de autori­
dades responsables a cada división.
Dictó una carta constitucional y sancionó
los códigos civil, penal, mercantil y los procedi­
mientos complementarios.
Con todas estas medidas, Bolivia ocupó en
esa época el primer lugar entre los países hispa-
no-americanos liberados de España.
En toda esta proficua labor tomaron parte
los miembros de la mafia chuquisaqueña, bajo
las directivas y órdenes del gran gobernante, a
pesar de no estar en su programa el progreso del
Estado ni la grandeza de la Patria.
Olañeta, Mariano Enrique Calvo, Linares y
Armaza, ocuparon ministerios; Serrano, Urcu-
11o, Usin y los demás, presidieron instituciones
superiores y los militares Velasco, Ballivián y
Vera, fueron empleados en comandos de Divi­
sión. Todos ellos ganaron los más altos sueldos
del presupuesto administrativo.

LA CONFEDERACION PERU-BOLIVIANA:

El Mariscal de Zepita, tenía la convicción


de que las Repúblicas del Perú y Bolivia, se
complementaban, y unidas constituirían una po­
tencia continental. Las similitudes ancestrales
de raza y origen hacían factible esta unidad.
Desde su alta magistratura, inició gestio­
nes ante autoridades y personajes de la Repúbli­
ca vecina, y una vez avanzada la preparación
anímica de ambas colectividades étnicas, cruzó
el Desaguadero con 5.000 hombres e impuso la
confederación que tenía proyectada.
Chile, que consideraba fracasadas sus am­
biciones de conquista y usurpación, con el esta­
blecimiento y consolidación de la unión confede­
rativa del Perú y Bolivia, y la Argentina que
guardaba recelos políticos con el Mariscal de Ze­
pita, movilizaron ejércitos para disolver la con­
federación.
M a f ia de T r a id o r e s

El ejército boliviano derrotó a los argenti­


nos en tres batallas sucesivas: Humahuaca, Iru-
ya y Montenegro, obligándolos a retirarse defi­
nitivamente de la campaña.
El ejército chileno ingresó al Perú, y el boli­
viano en una operación envolvente de gran en­
vergadura, consiguió coparlo y obligarlo a la
rendición en Paucarpata.
Los militares peruanos, que con el estable­
cimiento de la Confederación quedaron frustra­
dos en sus am biciones políticas, organizaron
ejércitos considerables y enfrentaron a Santa
Cruz. El ejército boliviano, en las batallas de So-
cabaya y Yanacocha, derrotó heroicamente a es­
tas huestes armadas.

LA TRAICION DE PLANETA:

Parecía consolidada la Confederación Perú-


Boliviana, pero luego se supo que Chile armaba
un nuevo ejército para invadir el territorio con­
federado.
El Mariscal de Zepita, dispuso el viaje de
su canciller, Casimiro Olañeta, a la ciudad de
29
Santiago, en calidad de Embajador Extraordina­
rio. La misión concreta de esta representación,
era disuadir al gobierno chileno de sus planes
agresivos y proponer relaciones de amistad y
franca colaboración entre ambas naciones.
En el desempeño de su misión Olañeta des­
cubrió que su mafia podía tener un poderoso
apoyo, para destruir a Santa Cruz y volver a
gozar del control absoluto de Bolivia; y traicio­
nando flagrantemente al mandatario gobernan­
te que representaba, propuso a los chilenos un
plan de mutua colaboración.
Por lo pronto en prueba de su sinceridad,
escribió desde Santiago a los mafiosos Velasco y
Ballivián para que abandonaran el ejército de la
Confederación.
Además, con el propósito de consolidar la
protección del país araucano, subordinó la logia
ch u q u isa q u eñ a que g ob ern a b a , bajo la
dependencia y supeditación de la m asonería
chilena, cuyo oriente estaba enValparaiso.
Desde aquel momento, quedó constituida,
para desgracia de Bolivia, la mafia masónica
chilenófila.

30
EL DESASTRE DE YUNGAY:
Mientras avanzaba el ejército chileno, Casi­
miro Olañeta, el genial impostor, regresó al país,
y se introdujo al Comando de Santa Cruz, como
secretario privado.
Desde el corazón de aquel cuerpo directivo,
inició una labor de desmoralización de los lugar­
tenientes de Santa Cruz y se dio' modos para
proporcionar al enemigo todos los datos relati­
vos a posiciones, efectivos y planes que requería
para obtener una victoria fácil. En esa forma
es que Bulnes, el general de las huestes invaso-
ras, pudo triunfar frente a los aguerridos solda­
dos bolivianos de la Confederación que habían
vencido en tantas batallas.
LA-TRAICION DE LOS DESERTORES;
Cuando Santa Cruz se disponía a reunir
sus fuerzas para desquitarse del desastre sufri­
do en Yungay, los mañosos Velasco y Ballivián
que habían desertado del glorioso ejército boli­
viano, lanzaron sendos pronunciam ientos en
La Paz y Chuquisaca desconociendo el gobierno
del Mariscal de Zepita y proponiendo el encum­
bramiento de un nuevo mandatario. Les siguie­
ron en esta acción los mañosos José María Lina-
31
res, Mariano Serrano y todos sus cómplices, los
cuales llenaron el país de insultos y calumnias
contra la persona de Santa Cruz.
Ante tales actitudes, el Protector de la Con­
federación, viendo fracasada su grandiosa obra,
tomó el camino de la proscripción, de cepciona­
do de los hombres a quienes había favorecido.
Se cumplió la máxima que dice: "Criad cuervos,
que os sacarán los ojos".

TE R CER A PRE SID EN CIA DE VELASCO j

En cuanto Santa Cruz, desapareció de la


escena política, la mafia chilenófila volvió a es­
coger, para ungirlo en el poder, a su leal como­
dín José Miguel de Velasco.
Este personaje, patentizó su traición y su
antipatriotismo, mandando felicitar al gobierno
y al ejército chileno por su triunfo de Yungay,
"como si en esa batalla no se hubiera derramado
sangre boliviana y humillado el pendón nacio­
nal".
El portador voluntario de este mensaje ver­
gonzoso fue el mafioso Tbmás Frías que más tar-
32
M a f ia de T r a id o r e s

de fue premiado, en pago de sus "altas virtudes


cívicas", con la presidencia de la República..
Para que Olañeta hiciera efectivo el precio
de sus servicios aleves, sin pérdida de tiempo
Velasco lo envió a Chile como Embajador Extra­
ordinario, quien desde este cargo, pudo actuar
en los prolegómenos de la batalla de Ingavi.

LA IMPOSICION DE JOSE BALLIVIAN:

El general Sebastián Agreda reunió unos


pocos beneméritos del ejército de la Confedera­
ción y con el apoyo del pueblo de La Paz, arreba­
tó el mando de la Nación a Velasco, en nombre
del crucismo.
Cuando comenzaba a gobernar, recibió la
noticia de que el general Agustín Gamarra del
Perú iniciaba la invasión del país con el propósi­
to de restablecer la Confederación Perú-Bolivia-
na bajo su mando.
Ante esta emergencia, Chile que había des­
movilizado sus efectivos después de Yungay, re­
solvió enfrentar a las huestes peruanas con fuer­
zas provenientes del mismo país invadido. Para

33
esta delicada misión, buscó un militar boliviano
y encontró que José Ballivián reunía las condi­
ciones requeridas, tanto por sus relaciones fami­
liares como por ser miembro prominente de la
mafia chilenófila.
Impartidas a través de Casimiro Olañeta
las ordenas chilenas, todos los miembros de la
mafia masónica en Bolivia, cuyas influencias
eran m anifiestas, procedieron a ungir en el
mando supremo al Coronel José Ballivián; y
hasta el general Agreda que gobernaba en for­
ma provisoria, acató sumisamente la disposición
procedente de Santiago.
Los historiadores que en todo tiempo, des­
plegaron la función de Celestinos de todos los ac­
tos de la mafia, afirman que fue el país íntegro,
es decir el pueblo boliviano, el que pidió la ele­
vación de Ballivián a la primera magistratura.
¡Mentira!. Ese personaje fue elegido bajo las
instrucciones concretas del poder araucano, sin
la intervención de la voluntad popular bolivia­
na.
No se realizaron elecciones, no se reunieron
manifestaciones multitudinarias, ni hubieron
comicios vecinales.
34
LA BATALLA DE INGAVT:

El invasor Gamarra ingresó al país y esta­


cionó sus huestes en Viacha, "porque no quería
resentir a los bolivianos ocupando su capital".
José Ballivián hizo un llamamiento y con
tres mil voluntarios desarmados emprendió un
viaje al Sud, saliendo furtivamente de La Paz
por río abajo.
En ese tiempo, el país no podía armar, ni
cien hombres, porque todo su ejército había sido
desmantelado en Yungay y en el trayecto desde
el Perú. En toda la República no había una sola
unidad equipada con armamento.
A los quince días de haber partido, Balli­
vián volvió con un ejército perfectamente arma­
do e incluso setecientos (700) caballos con sus
arreos respectivos. Tuvo el mayor cuidado de no
decir de donde procedía tan colosal fornitura y
comenzó el adiestramiento febril de sus solda­
dos.
La m adrugada del 18 de noviem bre de
1841, el Gral. Gamarra creyó estar soñando al
ver desplegado, en son agresivo, un ejército dis­
puesto a combartir. Alineó inmediatamente su
defensa y se resignó a librar una batalla que ja­
más había previsto.
La falta de conocimiento del terreno le hizo
incurrir en el error de empantanar su caballería
en los lodazales de Willir-Oko, que se ex tienden
en Ingavi, frente a Viacha.
Esta emergencia imprevista y el empuje del
heroico soldado boliviano, inclinaron la balanza
en favor del ejército de Ballivián. La muerte
sorpresiva de Gamarra, ocasionada por una bala
perdida, consumó la derrota irreversible del in­
vasor peruano.

LA PROCEDENCIA DEL ARMAMENTO:

Pasada la emoción que produce todo triun­


fo, el pueblo se preguntaba, ¿qué milagro había
sucedido para que un conjunto de hombres casi
desnudos, resultara equipado con armamento y
municiones? ¿Quién era el santo que había reali­
zado semejante milagro? Y la mente popular lle­
gó a la conclusión de que solamente Chile, país
interesado en impedir la unión de Bolivia y el
Perú, era el autor de obsequio tan oportuno.
M a f ia de T r a id o r e s

Posteriormente, el celestinaje, que todo lo


tuerce y encubre, afirmó que había sido José Mi­
guel de Velasco, quien cedió su material bélico a
Ballivián; pero este acertó piadoso carece de to­
do fondo de verdad, porque el "comodín" Velasco
jamás reunió ninguna fuerza propia para esca­
lar el poder. Sólo esperaba tranquilamente que
la mafia lo "utilizara".

LOS FRUTOS DE LA VICTORIA:

Bolivia no se benefició con la victoria de In-


gavi. Además de la muerte de Gamarra, perso­
naje ingrato al país, y el orgullo que adquirieron
los soldados vencedores, la República no cosechó
ninguna utilidad.
En cambio para Chile, en cuyo beneficio se
realizó toda una batalla, la victoria de Ingavi tu­
vo tanta significación como la de Yungay:
En Yungay se firmó la supremacía de Chi­
le, en Ingavi se rubricó la supeditación de Boli­
via a ese poder usurpador.
En Yungay se selló el destino incierto de
Bolivia, en Ingavi se afirmó su tenebroso porve­
nir.
37
En Yungay se frustró la Confederación Pe­
rú-Boliviana; en Ingavi se rompió para siempre
la unificación de dos pueblos hermanos.
Tanto Yungay como Ingavi, restablecieron
el poder de la mafia masónica chilenófila, que
deparó a Bolivia días de terrible infortunio.

ADMINISTRACION DE BALLIVIAN;

El prestigio de haber ganado una batalla le


dio a José Ballivián la posibilidad de realizar un
gran gobierno.
Mas, su conducta personal y los compromi­
sos con la mafia, frustraron sus posibilidades.
Apenas pudo realizar la fundación del De­
partamento Beni, porque la mayor parte de su
tiempo lo dedicó al goce de placeres concupiscen­
tes.
Se preocupó también de fortalecer la mafia
y de crear una nueva oligarquía con el ingreso
de varios personajes acaudalados. Con estas or­
ganizaciones sojuzgó a los mestizos y esclavizó
al campesino.
Su esterilidad administrativa y el abuso del
poder en la práctica de sus caprichos, le crearon
M a f ia de T r a id o r e s

una oposición enconada, ante cuyas amenazas


decidió abandonar el mando y buscar el camino
del exilio voluntario. A su partida le sucedió su
ministro de guerra el Gral. Eucebio Guilarte,
pero la mafia que asechaba volvió a encumbrar
su "comodín" José Miguel de Velasco, aprove­
chando de la indisciplina que había cundido en
el ejército.

Un congreso, elegido con los mismos proce­


dimientos "democráticos" que estilaba la mafia,
aprobó en 1848 los actos del provisoriato y nom­
bró Presidente y Vicepresidente Constituciona­
les a José Miguel de Velasco y José María Lina­
res, recuperando el poder que la mafia chilenófi-
la había perdido precariamente.
Pero, un militar de honor, surgido del cora­
zón del pueblo, aclaró el horizonte negro que
presentaba la Patria y, derrotando a Velasco en
las alturas de Yamparáez asumió el mando de la
Nación. Ese fue el Coronel Manuel Isidoro Bel-
zu.
39
GOBIERNO PJE VEbZV;
La derrota de Yamparáez, fue toda una he­
catombe para la mafia, porque la desplazó del
poder por mucho tiempo, y el milagro de las pre­
sidencias de Velasco no se pudo volver a repetir.
Belzu, hijo de una mujer humilde, se había
criado en la pobreza, en contacto con el pueblo.
Cursó educación primaria en el convento de San
Francisco, donde ejercía los oficios de monagui­
llo y luego de sacristán .
A los 15 años se alistó en el ejército de San­
ta Cruz, cuando ocupó La Paz, después de la vic­
toria de Zepita, y siguió la carrera militar en las
filas patriotas, hasta el grado de Coronel. Se dis­
tinguió en las batallas de Socabaya, y Yanaco-
cha, donde ganó ascensos y condecoraciones. Su
actuación heroica en la batalla de Ingavi, se de­
bió a que ignoraba, como todos los demás jefes
bolivianos, que se luchaba por intereses ajenos a
su Patria.
Belzu no era un soldado cualquiera. Había
aprendido a leer en la biblioteca de San Francis­
co y este hábito superlátivo le acompañó toda su

40
M a f ia de T r a id o r e s

vida. Educó su intelecto y plasmó su espíritu en


los cánones del deber, la moral y el patriotismo.
A la edad madura era un verdadero intelectual,
cuyos conocimientos y cultura le sirvió incluso
para educar a su esposa y a sus hijas, convir­
tiéndolas en escritoras de notable prestigio.
En cuanto asumió el mando se rodeó de los
hombres más honestos y patriotas; con los cua­
les quiso dar orden y eficiencia a su administra­
ción. Su preocupación máxima fue levantar el
nivel social de los mestizos e indígenas, que for­
maban una mayoría absoluta en el pueblo boli­
viano y estaban sometidos a una oligarquía mi­
noritaria.
Los poderes públicos estaban representados
por pocos oligarcas, la mayoría de los cuales no
tenían otro mérito que el estar afiliados o apoyar
in condicionalm ente a una sociedad secreta,
exenta de principios morales y patrióticos.
Los ciudadanos activos, no pasaban de
5.000; eran los únicos que gozaban los derechos
de elegir y ser elegidos.
Lo primero que hizo Belzu fue extender los
derechos democrácticos a todos los habitantes
del país, con el solo requisito de leer y escribir.
La clase indígena vivía en un estado de
práctica esclavitud. Obligada a desempeñar los
trabajos de producción minera y agrícola, y los
servicios domésticos, era objeto de todo género
de abusos y extorsiones. Belzu extendió la mano
a estos parias y les dio protección. Por eso los
habitantes de la gleba lo llamaban cariñosamen­
te el Tata Belzu.
Durante su administración, Belzu anuló
completamente la influencia y los prestigios de
la mafia masónica chilenófila, e imponiendo la
igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, hi­
zo vislumbrar los destellos de una Patria Nueva.

LA CAIDA DEL REGIMEN BELCISTA:

Ante la posibilidad de perder sus prerroga­


tivas definitivamente y el control político de la
Nación, la mafia masónica se movilizó agresiva­
mente. No pudiendo derrocar al gran caudillo,
por el apoyo popular de que gozaba, la mafia
desplegó una gigantesca campaña de calumnias
y acusaciones, que después de circular en el país
se extendió a los demás paises del continente.
42
M a f ia de T r a id o r e s

Chile, que consideraba peligroso a sus pro­


pósitos de conquista, el fenómeno de integración
que se desarrollaba en Bolivia, bajo el influjo pa­
triótico de Belzu, tomó a su cargo la deposición
del gran caudillo y exponente del pueblo bolivia­
no, sufragando, mediante el mañoso José María
Linares, 33 revoluciones, que mantuvieron el
país en constante zozobra y detuvieron su desa­
rrollo durante diez años.
Aprovechando la debilidad de carácter y la
inexperiencia política del Gral. Jorge Córdova,
a quien Belzu había transmitido el poder mien­
tras viajaba a Europa, José M aría Linares,
siempre apoyado en el dinero del país araucano,
consiguió triunfar en la última revolución que
encabezó en Oruro, el 9 de septiembre de 1857 y,
de esa manera, fue restablecido el poder de la si­
niestra organización chilenófila.

EL GOBIERNO DE LINARES:

La mayor preocupación de Linares, al ini­


ciar sus actividades, fue reorganizar y potenciar
la mafia chilenófila. En los diez años anteriores,
habían desaparecido varios miembros fundado­
res; por esta razón incorporó a elementos nue­
vos que tuvieron la oportunidad de colaborarle
en las revoluciones que le habían llevado al po­
der. Entre éstos ingresaron Mariano Donato
Muñoz, Mariano Baptista, Eliodoro Camacho,
Adolfo B allivián, José Rosendo G utiérrez y
otros, elementos cuyas tendencias mostraban
afinidad con su apego a Chile y a la política trai­
dora de Olañeta.
Cuando Chile creyó colmado su apoyo a la
mafia masónica boliviana, con el éxito alcanzado
por Linares, decidió cobrar sus desembolsos, y
para este objeto envió a don José Santos Ossa a
exigir a Linares la entrega de un territorio.
El nuevo mandatario de la mafia, refrenda­
do por su ministro de Hacienda, Tbmás Frías, no
tuvo empacho en ceder a Chile la península de
Mejillones, con sus colosales depósitos de huano,
que representaban para la Nación un cuantioso
caudal de riqueza. Fue esa la primera desmen-
bración de territorio patrio.
Las actuaciones administrativas de este fa­
nático partidario de la mafia, estuvieron cir­

44
M a f ia de T r a id o r e s

cunscritas a favorecer a sus cofrades y perseguir


a los opositores. La slaña persecutoria de Lina­
res llevó al patíbulo a varios ciudadanos, por el
pecado de mostrar valientemente su desacuerdo
con el tirano. Produjo el mayor geno cidio de abo­
rígenes que registra la Historia, por haber de­
mostrado éstos su afecto al Tata Belzu.
Cansados con la misantropía y la esterili­
dad del "caudillo de septiembre,"sus mismos mi­
nistros desconocieron su poder y lo arrojaron del
palacio el 14 de enero de 1861.
En cuanto a Casimiro Olañeta, genio del
mal y la traición, actuó todavía en la época de
Linares, intruyendo a los nuevos adeptos.Llegó a
su ocaso, cuando en 1860 desempeñaba la Presi­
dencia de la Corte Suprema de Justicia. Le su­
cedió en la jefatura de la mafia Adolfo Ballivián
por su talento diabólico, su arraigada conciencia
de raza y su predilección por Chile.
habían desaparecido varios miembros fundado­
res; por esta razón incorporó a elementos nue­
vos que tuvieron la oportunidad de colaborarle
en las revoluciones que le habían llevado al po­
der. Entre éstos ingresaron Mariano Donato
Muñoz, Mariano Baptista, Eliodoro Camacho,
A dolfo B allivián, José Rosendo G utiérrez y
otros, elementos cuyas tendencias mostraban
afinidad con su apego a Chile y a la política trai­
dora de Olañeta.
Cuando Chile creyó colmado su apoyo a la
mafia masónica boliviana, con el éxito alcanzado
por Linares, decidió cobrar sus desembolsos, y
para este objeto envió a don José Santos Ossa a
exigir a Linares la entrega de un territorio.
El nuevo mandatario de la mafia, refrenda­
do por su ministro de Hacienda, Tbmás Frías, no
tuvo empacho en ceder a Chile la península de
Mejillones, con sus colosales depósitos de huano,
que representaban para la Nación un cuantioso
caudal de riqueza. Fue esa la primera desmen-
bración de territorio patrio.
Las actuaciones administrativas de este fa­
nático partidario de la mafia, estuvieron cir­

44
M a f ia de T r a id o r e s

cunscritas a favorecer a sus cofrades y perseguir


a los opositores. La s.'aña persecutoria de Lina­
res llevó al patíbulo a varios ciudadanos, por el
pecado de mostrar valientemente su desacuerdo
con el tirano. Produjo el mayor geno cidio de abo­
rígenes que registra la Historia, por haber de­
mostrado éstos su afecto al Tata Belzu.
Cansados con la misantropía y la esterili­
dad del "caudillo de septiembre,"sus mismos mi­
nistros desconocieron su poder y lo arrojaron del
palacio el 14 de enero de 1861.
En cuanto a Casimiro Olañeta, genio del
mal y la traición, actuó todavía en la época de
Linares, intruyendo a los nuevos adeptos.Llegó a
su ocaso, cuando en 1860 desempeñaba la Presi­
dencia de la Corte Suprema de Justicia. Le su­
cedió en la jefatura de la mafia Adolfo Ballivián
por su talento diabólico, su arraigada conciencia
de raza y su predilección por Chile.
SEGUNDA PARTE

EL PARTIDO ROJO

PRINCIPIOS Y VENTAJAS;

L o s acérrimos partidarios del Dictador de­


puesto, es decir los miembros de la mafia masó­
nica chilenófila, resolvieron constituirse en par­
tido político y tomaron el nombre de Partido Ro­
jo, bajo la jefatura de Don Adolfo Ballivián.
La transformación operada, reportaba las
siguientes ventajas:

a) Los miembros prominentes de la mafia que­


daban convertidos en líderes políticos y po­
dían actuar amparados en los derechos y li­
bertades que la "democracia" reconoce a to­
da entidad partidista.
M a f ia de T r a id o r e s

b) Sus maniobras de traición y entreguismo ya


no tendrían que ser encubiertas, sino pro­
puestas y ejecutadas públicamente.
En caso de ser consideradas por la opinión
como negativas o adversas, pasarían como
errores comunes e inocentes.
c) La propaganda profusa realizada por el par­
tido "Rojo" se encargaría de convencer al
público ignorante o indiferente, sobre la
bondad de sus maniobras, aunque estas fue­
ran de lo más negativas, traidoras o entre-
guistas.

El partido "Rojo" tenía como principios los


mismos que habían sido establecidos por la pri­
mitiva logia chuquisaqueña, bajo la dirección de
Casimiro Olañeta, es decir la negación de los
conceptos de DIOS y PATRIA; y su odio recon­
centrado a las clases mestiza y aborigen del pa­
ís. Y en cuanto a sus finalidades fundamenta­
les, eran también la de dominar, explotar y go­
bernar exclusivamente el país en provecho de
sus intereses, sin importarles su soberanía ni su
integridad.
LA PREOCUPACION
DEL PARTIDO RQJQ;

Mientras el Presidente Achá pasaba los dí­


as placenteramente, gozando del clima delicioso
de Cochabamba y de los encantos de su bella es­
posa, en todas las ciudades de la República, los
políticos y los encontrados partidos convertían el
país en campo de discordia.
En La Paz el belcismo levantaba cabeza,
porque su líder había prometido volver pronto al
país.
El jefe del partido Rojo, y los demás corifeos
de su organización, que se encontraban en la
oposición, consideraban la situación política sú-
mamente peligrosa, porque la indiferencia del
gobernante bonachón que había sucedido al Dic­
tador, dejaba progresar los preparativos y apres­
tos del partido belcista.
El posible retorno del caudillo popular era
motivo de preocupación y profundo temor de los
miembros del rojismo, que consideraban con ho­
rror, en tal caso, perdidas sus canonjías, sus pri­
vilegios y su poder. A ningún otro grupo políti­
48
M a f ia de T r a id o r e s

co afectaba con tanta gravedad la presencia po­


sible de Belzu.
Antes que aquella desgracia les ocurriera,
decidieron descabezar al belcismo y en conse­
cuencia, ordenaron al temible Plácido Yáñez pro­
cediera a su exterminio. La horrenda matanza
del Loreto, fue ejecutada a espaldas del gobier­
no, el 31 de octubre de 1861. En esa noche tene­
brosa habían sido acribillados cincuenta perso­
najes, cuyos cadáveres yacían sangrantes en las
aceras del edificio que hoy es Palacio Legislati-
.
EL ENCUMBRAMIENTO
DE MELGAREJO;

El asesinato del Loreto no dio a la mafia los


resultados que esperaba. Por el contrario, sirvió
para despertar al pueblo y promover el ingreso
de nuevos valores al belcismo.
Los hermanos Barragán, entre otros, ini­
ciaron con valentía extraordinaria la investiga­
ción de los hechos y la personificación de los au­
tores, publicando un vocero que se llamó "El
Juicio Público".
El lider del Partido "Rojo", Adolfo Balli-
vián, digno sucesor de Casimiro Olañeta, deci­
dió entonces recurrir a otro medio más drástico
y expeditivo, para impedir el regreso de Belzu y
someter definitivamente a sus partidarios: Ins­
taurar una tiranía secante y autoritaria, que so­
juzgue al pueblo por el terror. El conocía al
hombre que podía desempeñar esa misión; era
el General Mariano Melgarejo, que se había for­
mado en su propia casa, al servicio de su señor
padre. Militar autoritario, despótico, temerario,
que no retrocedía ante la posibilidad de conse­
guir lo que deseaba, aunque tuviera que incu­
rrir en un crimen. Había sido tres veces senten­
ciado a muerte por sus delitos, y sólo se había
librado del patíbulo, merced a su suerte y a su
audacia.
Sí, Melgarejo era el hombre que necesitaba
utilizar la mafia masónica, por todos sus ante­
cedentes de barbarie y violencia.
Ballivián no vaciló un instante más, y sin
importarle las consecuencias emergentes de co­
locar en la presidencia a semejante malhechor, le
propuso pública y privadamente lanzarse a la
toma del poder.
Para no contravenir a los principios racis­
tas de la logia, no incorporó al cholo Melgarejo
en la organización de la mafia, pero lo sometió
al tutelaje de un alto miembro del partido "Ro­
jo", el abogado Mariano Donato Muñoz, bajo cu­
yas directivas tendría que gobernar.
Con el apoyo de toda la mafia masónica
chilenófila, convertida en partido "Rojo", y la co­
laboración de algunos militares adictos a ella,
Melgarejo derribó al Presidente Achá en Cocha-
bamba, y tomó el mando de la Nación, el aciago
día 28 de diciembre de 1864.
52
M a f ia de T r a id o r e s

¡¡ Ese fue, sin duda alguna, el acto criminal


más funesto que Ballivián y sus partidarios
perpetraron en detrimento de Boliviaü.

EL TRATADO DE 1866;

Las relaciones con el país araucano estaban


interrumpidas desde el año 1863 en que el Con­
greso decretó declarar la guerra a Chile, des­
pués de oir el informe del intemacionalista Ra­
fael Bustillo, durante la administración del Gral.
José María A cha,

Chile tenía proyectado plantear la incorpo­


ración a su soberanía del desierto de Atacama,
aprovechando de que la mafia chilenófila estaba
prácticamente en el poder, pero no podía enviar
ni acreditar su representación diplomática ante
el gobierno de Melgarejo, mientras no fuera le­
vantada la interdicción.
En esa emergencia, encargó al señor Benja­
mín Vicuña Mackena, eminente miembro de la
logia Lautaro, para que a su paso por Bolivia
"recomendara" la reanudación de relaciones de
Bolivia con su país.
La mafia masónica, transformada en Parti­
do "Rojo", pretextando luchar por la causa de la
"unificación americana", inició campaña inusita­
da, hasta conseguir que la cancillería boliviana
levantara la ruptura de relaciones que el Con­
greso había reconocido.
Inm ediatam ente llegaron de Santiago el
embajador Aniceto Vergara Albano y su secreta­
rio Carlos Wálker Martínez, representación di­
plomática que por primera vez acreditaba Chile
ante el gobierno de Bolivia.
Sin pérdida de tiempo plantearon ante la
cancillería un proyecto de "rectificación de lími­
tes" que consistía en que Chile avanzaba tres
grados geográficos al Norte, perdiendo Bolivia
toda la extensión del desierto de Atacama.
En consulta con el jefe del Partido Rojo y
sus principales corifeos, Mariano Donato Muñoz
redactó un protocolo por el que Bolivia renuncia­
ba a los tres grados apetecidos por los chilenos.
Los procedim ientos que los diplomáticos
chilenos emplearon para conseguir la firma de
Mariano Melgarejo, que era contrario a todo tra­
to con araucanos, son de público conocimiento.
. 54
M a f ia de T r a id o r e s

Cuando por fin fue doblegada la voluntad


del tirano, Muñoz, en quien despertaron apeten­
cias monetarias, propuso a los chilenos agregar
al protocolo la cláusula de la medianería, que
comprometía la propiedad de todas las riquezas
del Litoral y lesionaba la soberanía de Bolivia.
De esta manera, Chile quedó dueña del
50% de todas las substancias minerales y orgá­
nicas existentes en el Litoral boliviano, sin po­
ner un solo centavo de capital, ni exponer un
palmo de su territorio.
El tratado leonino y fraudulento se firmó
con el pleno conocimiento y complicidad de la
mafia masónica chilenófila el 6 de agosto de
1866 y su aprobación legislativa fue conseguida
por la mayoría parlamentaria compuesta por los
diputados del Partido "Rojo” y algunos indepen­
dientes, que fueron manipulados por el mañoso
José Rosendo Gutiérrez, que los comprometió
mediante dádivas o amenazas.

EL DERROCAMIENTO DEL TIRANO:

La tiranía de Melgarejo, dirigida por el par­


tido "Rojo", fue la que produjo mayores males a
la Nación, a su integridad territorial y a la vida
de sus pobladores. Seis años de opresión, de crí­
menes, de secuestros, de enajenaciones territo­
riales, de incautaciones de tierras arrebatadas a
los comunarios aborígenes, colmaron la pacien­
cia de los hombres honrados que aún existían en
el País.
Hasta que, el Coronel Agustín Morales, in­
fluenciado por el político Alejo Barragán, decidió
salvar a la Patria de baldón tan oprobioso y el
15 de enero de 1871, se lanzó a la revolución.
La gesta del pueblo paceño, en ese día glorioso,
estuvo poblada de actos heroicos, de renuncia­
mientos y sacrificios,hasta que su victoria se
plasmó con la fuga del sátrapa y su séquito de
malhechores entre los que iba el mañoso Maria­
no Donato Muñoz. El escritor Agustín Aspiazu
calificó esa fecha con el título de "Día Magno
de La Paz".
En la batalla de ese día tomaron parte una
pléyade de militares, pero el jefe que decidió la
contienda por su valor y su denuedo, fue Hila­
rión Daza, comandante del batallón 3ro., que es­
taba de guarnición en La Paz.
56
LA PRESIDENCIA DE MORALES;

El pueblo de La Paz, en agradecimiento al


comportamiento de Agustín Morales, lo ungió en
la Presidencia.
La rectificación de los abusos y la recupera­
ción de los territorios que había perdido Bolivia
en el Pacífico, fue la preocupación substancial de
su labor administrativa.
Chile preparaba su ejército para lanzarse a
la conquista del último jirón que Bolivia poseía
en el Litoral, y el afán patriótico del Presidente
Morales consistió en crear los elementos defensi­
vos para repelar a ese propósito de conquista.
Sus intenciones altamente patrióticas le
impulsaron a las siguientes actuaciones.
Mediante una misión diplomática, presidi­
da por el gran intemacionalista Rafael Bustillo,
exigió a Chile el anulamiento de la cláusula de
la medianería, incluida en el tratado de 1866.
Redujo a su mínima expresión las concesio­
nes de salitreras hechas en favor de firmas chi­
lenas por Muñoz y Melgarejo.
Reglamentó la participación de los inter­
ventores chilenos en las Aduanas de Antofagas­
ta y Mejillones.
Comenzó la organización del Ejército Na­
cional.
Instruyó al embajador en Lima, don Juan
de la Cruz Benavente, para que proponga la fir­
ma de un tratado defensivo y ofensivo con el Pe­
rú, y envió redactado el protocolo respectivo.
Restringió el ingreso de "rotos" en el terri­
torio del Litoral.
Y por último, para neutralizar la superiori­
dad bélica del país araucano, encargó la contra­
tación de un empréstito de los bancos de Euro­
pa, para l,a compra de dos barcos de guerra y
una gran partida - de armas y muniones.
Como esta comisión debía ser desempeñada
por persona idónea, llamó al señor Adolfo Balli-
vián, que conocía ese continente y dominaba los
idiomas inglés y francés, para que viajara inme­
diatamente con ese cometido, sin imaginarse
que ese personaje era precisamente el jefe de la
mafia chilenófila.
Adolfo Ballivián se resignó a viajar, sobre
toda otra consideración, por la necesidad de ale­
M a f ia de T r a id o r e s

jarse del país y librarse de una responsabilidad


inminente; la suerte del Presidente Morales es­
taba echada, por la defensa, que haría de su Pa­
tria, y de un momento a otro debía producirse su
eliminación...

EL ASESINATO
DEL PRESIDENTE MORALES

Efectivam ente, pocos días después de la


partida de Adolfo Ballivián aconteció el asesina­
to del Presidente Patriota.
La mafia chilenófila, que había sido de­
puesta del poder en la gloriosa gesta del "Día
Magno de La Paz", desde el momento mismo de
su caída, buscó la forma de rescatar el mando,
eliminando al héroe victorioso. Consiguió pri­
meramente introducir en su organización al so­
brino del Presidente, que desempeñaba el cargo
de primer edecán de su Excelencia, y en consor­
cio con la embajada chilena, convencieron a és­
te, para que quitara la vida de su tío y protector.
El arma diminuta que utilizó el traidor y
asesino, fue proporcionada por el embajador chi­
leno Santiago Lindsay, y el día 27 de noviembre
de 1872 fue disparada siete veces sobre las es­
paldas del gran patriota, hasta quitarle la vida.
De esa manera, la mafia masónica chileno-
fila, mimetizada en el Partido Rojo, anuló la
obra que Morales realizaba en defensa de Boli-
via.

LA PRESIDENCIA
DE ADOLFO BALLIVIAN:

Adolfo Ballivián había llegado a Europa y


realizado con todo éxito la consecución del em­
préstito. Un banco de Londres se comprometió
prestar a Bolivia 2.000.000 de libras esterlinas,
suma con la cual podía comprarse los barcos y
bastimentos requeridos.
Con ese óptimo resultado emprendió su re­
torno; pero mientras viajaba se habían produci­
do en Bolivia grandes acontecimientos. El Pre­
sidente Morales había desaparecido; sus parti­
darios eran nuevamente dueños absolutos de la
Nación; y el congreso había nombrado a él y a
Tomás Frías, Presidente y Vicepresidente Cons­
titucionales de la República.
M a f ia de T r a id o r e s

Su administración, fue una escala delictiva


de atentados contra Bolivia.
La frustración del empréstito tramitado, la
no concurrencia de la Argentina al tratado de
alianza con el Perú, la concesión graciosa de sa­
litreras, con absoluta liberación de impuestos, a
la Compañia del Ferrocarril y Salitres de Anto­
fagasta, y otras descaradas maniobras en favor
de Chile están descritas en su biografía y la de
su canciller Mariano Baptista.
Aquejado por una dolencia incurable, con­
traída en sus andanzas particulares, He gó
al sepulcro, el 31 de enero de 1874. Desde su
tumba, ya no pudo inferir mayores males a Boli­
via.

SL TRATAPQ PE 1874

A la muerte de Adolfo Ballivián le sucedie­


ron Tomás Frías en la Presidencia de la Repúbli­
ca y Mariano Baptista en la jefatura del Partido
Rojo. Ambos prominentes miembros de la mafia
masónica chilenófila.
Llegó a Bolivia Carlos Wálker Martínez,
embajador de Chile, yerno del extinto dictador
Linares y amigo íntimo del canciller Mariano
Baptista. Venía con el propósito de neutralizar
la extensión del tratado de alianza Perú-Bolivia­
no a la República Argentina. En lugar de aque­
lla maniobra diplomática favorable al país, pro­
puso al gobierno la suscripción de un tratado en
el que se suspendería, "aparentemente" la cláu­
sula de la medianería, pactada el año 1866. En
compensación Bolivia pagaría una suma fabulo­
sa y además, liberaría de todo impuesto, duran­
te 25 años, a las exportaciones de salitre y otros
productos. Esta liberación beneficiaba única­
mente a Chile, ya que todas las exportaciones
las hacían empresas chilenas, en cuyo poder es­
taban la totalidad de las salitreras, huaneras y
minas del Litoral.
Los mañosos Frías y Baptista, no obstante
de que todas las cláusulas del protocolo presen­
tado por Wálker Martínez, eran lesivas a los in­
tereses y la soberanía de la Nación, firmaron el
oprobioso tratado de 1874, y contra la voluntad
manifiesta de todo el país, lo hicieron aprobar
por un congreso, cuya leve mayoría consiguie­
ron mediante cuantiosos sobornos y obsequios
procedentes del tesoro Nacional.

62
TERCERA PARTE

LA GUERRA

EL RELEVO DE FRIAS
El Coronel Daza, que había colaborado he­
roicamente al derrocamiento de Melgarejo, orga­
nizó el regimiento "Colorados" 1ro. de infantería,
disciplinando a sus soldados y oficiales en forma
excepcional. Con esa unidad mantenía en el po­
der al gobierno constitucional.
Pero, habiendo comprobado la deslealtad y
la parcialidad del jefe del Estado, Tomás Frías,
en favor de Chile, decidió relevarlo, y se hizo
cargo de la Presidencia de la República el 4 de
mayo de 1876.
LA ENTREGA TOTAL
M ientras el P residen te D aza ejercía el
mando de la Nación, Chile preparaba activa­
mente su ejército para proceder a la invasión
del Litoral.
En realidad, el año 1876, todo el Litoral es­
taba entregado a Chile en las siguientes propor­
ciones:
63
a) Era dueña del 50 % de minerales y produc­
tos orgánicos de ese territorio, es decir hua-
no, salitres, bórax, cobre y plata.

b) Tbda la producción y exportaciones de estas


substancias estaban concedidas a empresas
chilenas, sin ninguna excepción.

c) Por las exportaciones de estos productos, el


Estado no percibía ningún impuesto, por­
que ellos estaban liberados según el tratado
de 1874.

d) Todo el territorio y los centros de trabajo es­


taban atestados de "rotos", cuyo ingreso se
había antecedido a la invasión.

e) El único vestigio de soberanía boliviana es­


taba representado por el Prefecto del De­
partamento y sus doce soldados.

La mafia masónica chilénófila había cum­


plido sus objetivos de traición y entrega, y el go­
bierno chileno no tenía nada más que conquis­
tar en ese jirón patrio.

64
M a f ia de T r a id o r e s

Sin embargo, había un motivo para hollar


con su ejército el Litoral Boliviano; era la necesi­
dad de cruzar su extensión, para conquistar la
Provincia peruana de Tarapacá, que contenía ri­
quezas tan cuantiosas como las de Bolivia.

EL DESEMBARCO ARMADO

Al amanecer del 14 de febrero de 1879, tres


barcos de guerra atracaron en las dársenas de
A n tofagasta, procediendo al desem barco de
1.500 soldados de las tres armas. El comandan­
te mandó notificar al Prefecto boliviano, para
que abandonara la ciudad, porque su ejército ha­
bía procedido a su ocupación.
El Cnl. Severino Zapata contestó a la inti­
mación con una nota de protesta y como no te­
nía ningún recurso para enfrentar a los asaltan­
tes, partió en un barco que viajaba al Norte.
Pero antes, dispuso con la mayor celeridad,
que sus doce soldados vestidos de paisanos lle­
varan furtivamente sus armas y la munición
que existía, a la pequeña población de Calama.
65
Pocas horas después del desembarco de las
tropas chilenas, el masón inglés Hiks, organizó
una gran poblada de "rotos", con la cual desman­
teló la Prefectura, arrancó de su portada el escu­
do nacional e incitó al saqueo de las casas donde
habitaban familias bolivianas.

LAJ3EFENSA DE CALAMA

En la primera caleta desembarcó el Prefec­


to Zapata y se dirigió a Calama, recogiendo
cuantas armas existían en los pueblos del tra­
yecto. Llegó a su destino portando 75 fusiles y
varios cajones de municiones, con el propósito
de organizar una resistencia que impidiera el
avance de los chilenos al interior del país.
Con armas que aportaron otros patriotas
pudo equipar 105 combatientes, a los cuales dis­
tribuyó en los tres puentes del río Loa, que da­
ban acceso al pueblo de Calama.
Las circunstancias épicas en que se desa­
rrolló aquella gesta, están descritas en diferen­
tes tratados de historia. Pero ellos sostienen
una falsedad, y es que atribuyen la defensa de
Calama a la dirección de un personaje llamado
66
M a f ia de T r a id o r e s

Ladislao Cabrera, completamente ajeno a ese


hecho de armas, con el avieso propósito de birlar
esa gloria a su legítimo y único ejecutor, el Coro­
nel Severino Zapata, entonces Prefecto y Co­
mandante del Departamento del Litoral y amigo
personal del Presidente Daza.

LA MOVILIZACION

Pocos instantes después de que Gregorio


Colque, el chasqui formidable que corrió 8 días
para llegar a La Paz, entregó el parte de la ocu­
pación chilena de Antofagasta, 11 de la noche
del día 25 de febrero de 1879, el Presidente Da­
za suspendió todo festejo carnavalero y lanzó al
vuelo todos los campanarios de la ciudad para
comunicar al pueblo la infausta noticia.
Luego reunió a su gabinete ministerial y al
amanecer del siguiente día estaban redactados,
listos para conocimiento público, tres decretos
relativos a la defensa de la Nación.
En uno de ellos declaraba ingenuamente
amnistía general, sin imaginar que, diseminados
en el país, colaboraban al invasor los enemigos
internos de la Patria.
67
La organización y movilización del ejército
comenzó ese mismo día. Venciendo la terrible
crisis que sufría el país, formó cinco divisiones y
el día 18 de abril de 1879 partió a Tacna con las
cuatro primeras, a juntarse con los aliados del
Perú y hacer frente al enemigo.
Creyó encontrar en Tacna fuerzas bien or­
ganizadas y equipadas, pero, en vista de la reali­
dad, tuvo que adquirir armamento para los dos
ejércitos con su propio peculio. Pidió a Alema­
nia ocho cañones Krup, pero sus recursos no pu­
dieron alcanzar para adquirir los modernos fusi­
les que ya se habían estrenado en la guerra del
70.

LAS OPERACIONES

El enemigo desembarcó 12.000 hombres en


el puerto de Pisagua, con el propósito de con­
quistar Tarapacá.
El comandante de las fuerzas aliadas, Gral,
Mariano Ignacio Prado, dispuso que la división
del Gral. Daza se trasladara a Tarapacá, para
reforzar a las unidades aliadas que defendían
esa provincia.
68
M a f ia de T r a id o r e s

La División boliviana debía llegar a su des­


tino en ocho etapas, caminando por el desierto.
Ante la absoluta carencia de agua y víveres, cu­
ya provisión estaba encargada al Perú, tuvo que
contramarchar a Tacna. Esta contramarcha se
hizo a petición de los jefes y oficiales reunidos en
Consejo de Guerra presidida por el Cnl. Eliodoro
Camacho, que planteó la petición.
Mientras tanto en Tarapacá se ejecutaron
operaciones desgraciadas que terminaron con el
desbande de San Francisco. Estas operaciones
fueron ordenadas por el Gral. Prado y ejecuta­
das bajo la dirección de sus lugartenientes Suá-
rez y Buen Día, sin intervención alguna del Co­
mando Boliviano.

LOS TRAJINES DE LA MAFIA

Apenas el Presidente Hilarión Daza partió


a Tacna con el ejército que había movilizado, la
mafia masónica chilenófila o Partido Rojo, se pu­
so en movimiento para derrocar al gobernante
patriota y favorecer el triunfo de los invasores.
Mariano Baptista quedó encargado de orga­
nizar y fomentar el descontento en el interior del
69
país. Trabajando de consuno con el traidor Fe­
derico Lafaye, asesino de Morales, que viajaba
desde Chile, trayendo a Bolivia instrucciones y
dinero para la conspiración, organizó un primer
golpe revolucionario que fracasó en Cochabam­
ba, gracias al patriotismo de ese pueblo.
Pero continuó su acción demoledora abu­
sando de que el Presidente estaba en las líneas
de combate.
El mafioso Aniceto Arce tomó a su cargo
mediante sus cuantiosos recursos económicos, la
labor de impedir que salieran del país nuevos
contingentes, y dejar al ejército combatiente re­
ducido a su mínima expresión.
Invirtiendo fuertes sumas de dinero, que
después de la guerra recuperó de las arcas chile­
nas, interrumpió: primero, que la Quinta Divi­
sión concurriera al frente de operaciones; luego
paralizó a la poderosa Sexta División en Potosí;
y por último, sobornando con fuertes sumas a los
oficiales de los regimientos organizados en La
Paz, consiguió su dispersión vergonzosa apenas
habían partido de la ciudad.

70
M a f ia de T r a id o r e s

En estas operaciones delictivas, en las que


tuvo como colaboradores a su cofrade Narciso
Campero, al mercenario argentino Nicanor Flo­
res y al precoz traidor Luis Salinas Vega, consi­
guió frustrar la concurrencia de 7.500 hombres a
la defensa Nacional.
El mañoso Eliodoro Camacho, quedó encar­
gado de catequizar adeptos a la traición entre
los miembros del ejército. Trabajó intensamen­
te hasta conseguir el derrocamiento del gober­
nante patriota.
Y los mañosos Narciso Campero y Eliodoro
Camacho juntos, consiguieron dar el golpe de
muerte al ejército combatiente aliado, produ­
ciendo la terrible masacre del Alto de la Alianza.
Fuera de estos traidores principales, toda
la mafia masónica se encargó de informar al in­
vasor de todos los datos que precisaba para rea­
lizar con éxito sus operaciones de conquista.
Chile no necesitó gastar un centavo en espiona­
je.
Es así como el asaltante araucano pudo ga­
nar, con toda facilidad, la guerra del Pacífico,
donde Bolivia quedó totalmente mutilada y en­
71
claustrada. La participación de sus aliados, los
miembros de la mafia masónica, que trabajaban
en el interior del país, fue factor decisivo para
sus triunfos y el resultado final de la contienda.

EL GOLPE DE LA TRAICION

El Ejército chileno desembarcó por segunda


vez en lio con 22.000 hombres. Antes de em­
prender una ofensiva sobre Tacna y Arica, el
canciller chileno, Domingo Santa María, tentó la
posibilidad de eliminar al único verdadero ene­
migo de los invasores, el Gral. Hilarión Daza.
Permanecían en Santiago varios militares
bolivianos que figuraban como prisioneros, de
los cuales, algunos de ellos prestaban servicios a
Chile como espías. Entre éstos se podía citar a
Federico Lafaye, el asesino del Presidente Mora­
les, Benigno Eguino y algunos otros, que de vez
en cuando gozaban de "vacaciones" para viajar
al Perú y Bolivia, donde recogían "novedades"
que las transmitían al Comando enemigo.
Santa María escogió en esta vez al Cnl. Be­
nigno Eguino y lo mandó a Tacna con la misión
de entregar al Cnl. Eliodoro Camacho una pro­
72
M a f ia oe T r a id o r e s

posición concreta. Se trataba del derrocamien­


to del Presidente Daza. La proposición estaba
acompañada de un plan de ejecución y de abun­
dante dinero.
En la biografía de Camacho, miembro pro­
minente de la mafia chilenófila, hemos descrito
cómo cumplió su compromiso aleve, con la com­
plicidad de los militares mañosos que rodeaban
al Presidente.

El patriota mandatario boliviano, sorpren­


dido por los traidores, mientras viajaba al puer­
to de Arica a proponer una retirada oportuna,
no tuvo más remedio que resignarse a la pérdi­
da del poder y del mando militar, y para no cre­
ar problemas decidió ausentarse a Europa, don­
de permaneció hasta 1893.

Cuando regresaba a la patria, para presen­


tarse ante la Corte Suprema de Justicia, Ma­
riano Baptista, con objeto de acallar para siem­
pre al testigo que conocía las traiciones cometi­
das por la mafia, lo mandó asesinar en el pueblo
de Uyuni.
73
FUERZAS Y ALTERNATIVAS

El ejército invasor contaba con 22.000 hom­


bres, armados con fusiles de repetición, 40 ame­
tralladoras flamantes, 80 cañones y una caballe-
ríade2.000 jinetes.
Mientras tanto, las fuerzas aliadas sólo
contaban con 9.500 hombres, fusiles anticuados
de una sola carga, 8 ametralladoras viejas y 8
cañones.
La diferencia numérica de combatientes
era de 2.3 por 1, y la de armamentos era 6 por 1,
o sea que, según las reglas de táctica militar y
de sentido común, debía ser evitado cualquier
combate.
No quedaba más alternativa, para los alia­
dos, que ejecutar inmediata retirada hacia el in­
terior del Perú y después, una vez potenciado su
ejército con la movilización y el enrolamiento de
nuevos contingentes peruanos y bolivianos, pre­
sentar batalla en condiciones de igualdad o ven­
taja numérica.

74
CAMPERO VIAJA A TACNA

El Gral Narciso Campero, después de eva­


dir su concurrencia a la línea de fuego y retener
insulsamente a La Quinta División, fue ungido
Presidente, por acción de la mafia chilenófila.
Permanecía en La Paz, completamente ajeno a
las actividades bélicas y a la defensa nacional,
hasta que el embajador del país aliado, Dr. Enri­
que Bustamante y Salazar, le hizo recuerdo de
sus deberes y le obligó a marchar a la zona de
operaciones.

Campero, desde su llegada a Tacna, en


acuerdo absoluto con Eliodoro Camacho, se pre­
ocupó de cumplir el compromiso traidor que te­
nía contraído con el invasor, de liquidar a las
fuerzas aliadas, sin importarle la vida de sus
compatriotas ni la pérdida del Litoral.

Y en lugar de proceder a una retirada, úni­


ca alternativa de la campaña, procedió a prepa­
rar el exterminio de las tropas que comandaba.

75
LAS MANIOBRAS PRELIMINARES

Para que no fallara la criminal operación


del exterminio procedieron a los siguientes pre­
parativos:

a) Perdieron el tiempo en marchas y contra­


marcas, en lugar de activar la preparación
táctica de la tropa.

b) Eligieron un campo llano, sin ningún acci­


dente que protegiera a los combatientes.

c) Se abstuvieron de construir ningún defen­


sivo ni parapeto, individual ni colectivo, de
modo que el soldado luchara a pecho descu­
bierto.

d) Provocaron al enemigo para que, sin pérdi­


da de más tiempo, procediera a la masacre.

e) Rechazaron la colaboración de nuevas fuer­


zas peruanas que marchaban a reforzar al
ejército aliado.

76
M a f ia de T r a id o r e s

f) Y, estando frente a las líneas enemigas, va­


riaron el plan acordado por el Estado Ma­
yor, de luchar en guerrillas, para equiparar
posibilidades, y ordenaron criminalmente
que las unidades aliadas tomaran la inicia­
tiva del ataque y marcharan al sacrificio a
pecho descubierto y "al paso de vencedo-
11
res .

LA INMOLACION SANGRIENTA

El luctuoso día 26 de mayo de 1879, una


franja gris cubrió el horizonte. Eran los nume­
rosos enemigos que avanzaban en línea de com­
bate.
Los jefes concurrieron presurosos a recibir
la última orden:
- Hay que adelantarse al enemigo e iniciar
la batalla frontalmente. Solo así podemos sor­
prenderlo y ganarle.- dijo el gran asesino, y los
jefes atónitos, sin conocer la potencia chilena,
repitieron a sus soldados la consigna.
Fue grande la sorpresa chilena al ver que
los aliados ingresaban a su zona de fuego con ce­
guera suicida, y esperaron tranquilos.
77
; COMENZO LA REFRIEGA?

El avance ordenado continuaba impertérri­


to.- Con ansiedad febril disparaban sus armas
los aliados, sin conseguir intimidar al enemigo,
pero el fuego letal que recibían era mucho más
efectivo y diezmaba sus filas con implacable
afán.

Cuando el ímpetu aliado comenzó a decaer,


dos colosos bizarros entraron en la arena.
Eran los batallones Canévaro del Perú y
Colorados de Bolivia.
Con agilidad y maestría sin igual en sus
movimientos y el manejo de sus armas, abrieron
un gran claro en las filas contrarias.
De pronto se oyó el galope de innúmeros ca­
ballos que cayeron como una trumba sobre los
heroicos batallones.
Hubo un confuso torbellino de caballos, ji­
netes y soldados, pero al cabo de veinte minutos
de indecisión, cientos de caballos pataleaban en
el suelo, y los restantes, volviendo las grupas,
emprendieron fuga incontenible.

78
M a f ia dh T r a id o r e s

¡Sobre los gladiadores de esa lucha titánica,


el sol de medio día pareció despedir sus lampos
de victoria!.
Pero el valor, el denuedo, la maestría y el
sacrificio resultaron inútiles... La fuerza del nú­
mero, de las armas múltiples y modernas y de
las metrallas crepitantes, concentradas sobre los
dos colosos, impuso la ley homicida de la guerra.
En los pocos minutos subsiguientes los bra­
vos combatientes quedaron reducidos y en el
campo yacían desperdigadas las casacas azules
y rojas de los héroes diezmados.
Desde ese momento, la carnicería incle­
mente se extendió en todo el frente de combate.
Las unidades aliadas quedaron mutiladas por el
fuego concentrado del enemigo que sembraba
muerte y exterminio; y apenas algunos grupos,
reptando por la arena, pudieron salvar su vida
de la tormenta ígnea.
¡Todo estaba perdido!.
La mafia asesina, había cumplido sus si­
niestros designios,.
Cuando apenas faltaba poco espacio, para
quedar cubierto el campo de batalla con despojos
7Q
humanos, el traidor genocida emprendió rauda
fuga, tratando de llegar a la frontera.
No lo perseguían los soldados chilenos ¡No!
Era que lo impelía la terrible desazón de la con­
ciencia.

80
LA CALUMNIA
MAS LUCRATIVA
DEL MUNDO
EL RETORNO AL PAIS;

Campero detuvo su escapatoria de Tacna


en el pueblo de Corocoro, porque alguien le dijo
que debía ingresar a la ciudad de La Paz, co­
mandando una porción siquiera del ejército so­
breviviente, lo que le permitiría simular haber
dirigido la retirada.
Esperó unos días en esa pequeña población,
por donde tenían que pasar forzosamente los
dispersos, y cuando llegó a reunir doscientos
restos, de diversas unidades exterminadas, em­
prendió la marcha a la ciudad. El pueblo lo reci­
bió con frialdad manifiesta porque, aún sin co­
nocer los detalles de la traición, presentía la te­
rrible realidad acaecida-
81
Mientras en Tacna se preparaba la gran
carnicería, Aniceto Arce había reunido un con­
greso de amigos, cómplices y partidarios, que
eligió Presidente Constitucional y Vicepresiden-
tesa Narciso Campero, Aniceto Arce y Belisario
Salinas.

LOS PROBLEMAS DEL MOMENTO

Dos problemas preocuparon inmediatamen­


te a la mafia encumbrada nuevamente en el po­
der:

1.- Ocultar ante el pueblo la conducta de Nar­


ciso Campero, en la última batalla de la
guerra.

2.- Eludir las responsabilidades de la guerra,


encubriendo al Partido Rojo y sus cómpli­
ces.

EL EMBOBAMIENTO POPULAR

El primer problema resultó fácil de resol­


ver, dada la ingenuidad de la población.

82
M a f ia de T r a id o r e s

Mediante la propaganda verbal y escrita


profusamente difundida, y de todos los otros me­
dios de publicidad, se ponderó y exageró el com­
portamiento de los Colorados durante la batalla
del 26 de mayo, elevando su actuación hasta lí­
mites apoteósicos.
Tal fue la intensidad y persistencia de se­
mejante glorificación, que el pueblo boliviano,
sensiblero y patriota, quedó embobado con ellas
y olvidó los demás detalles horrendos de la ma­
sacre.
Casi hasta nuestros días, la táctica de dis­
traer al pueblo respecto a esa batalla, sigue
siendo vigente. Comienza en las escuelas, sigue
en las Universidades y persiste en los cuarteles,
no terminando siquiera en las manifestaciones
populares.
En ninguna sociedad histórica, ni cívica, y
aún en las instituciones del Ejército Nacional, se
hizo un examen exhaustivo de aquella hecatombe
ni de sus funestas consecuencias
El Ejército, que desde el punto de vista pu­
ramente militar, pudo hacer un estudio profun­
do y veraz de semejante acción, se sumó al em­
83
bobamiento popular sin llegar a calificar la te­
rrible traición de Narciso Campero; como si el
comportamiento de un puñado de valientes hu­
biera podido evitar la infructuosa muerte de
6.000 hombres y el enfrentamiento de una fuer­
za pequeña contra un coloso seis veces superior,
ordenado por un comandante traidor o irrespon­
sable, no fuera un crimen condenado por todos
los códigos militares del mundo.

LA INCULPACION A DAZA

El segundo problema resultó de solución


más complicada, porque las responsabilidades
de los actores eran patentes y difíciles de ocul­
tar.
Buscaron una "cabeza de turco" a quien in­
culpar de la derrota y de la pérdida del Litoral,
pero no encontraban un justificativo de la incul­
pación. Indudablemente, el Gral. Hilarión Daza
era el personaje más señalado para ese objeto,
no sólo por haber conducido al país y al Ejército
a la defensa de su integridad, sino por el odio
que los mañosos profesaban a su persona, por
haberles arrebatado el mando de la Nación dos
84
M a f ia de T r a id o r e s

veces; la primera del Melgarejo, en el "Día Mag­


no de La Paz", y la segunda el 4 de mayo de
1874, de manos de Tomás Frías.
Estando en esa incertidumbre, les llegó una
acusación que formulaba Eliodoro Camacho des­
de su cautiverio de Santiago de Chile, contra el
excomandante del Ejército donHilariónDaza.
En ella, se permitía afirmar que la derrota
de Dolores y San Francisco se había producido
por haber ordenado Daza la contramarcha de la
segunda División, desde Camarones, y haber
evitado la concurrencia de esa importante frac­
ción del Ejército a la defensa de Tarapacá.
Camacho afirmaba, faltando a la verdad,
que Daza había sido el autor de la iniciativa de
efectuar la contramarcha, iniciativa que había
triunfado en el Consejo de Guerra, contra la opo­
sición de él, Camacho, y la de todos los jefes y
oficiales de la División.
Si bien la realidad de los hechos había sido
completamente distinta y que Camacho alteraba
groseramente el papel de los personajes que ac­
tuaron en esa emergencia, la famosa acusación
resultaba inocua, infundada y pueril, por las si­
guientes razones:
85
Cualquiera que hubiera sido el autor de la
iniciativaj la urden de la contramarcha fue una
medida oportuna, justa y salvadora, ya que la
División, después de haber sufrido hambre y sed
absolutos durante los primeros cuatro días de
marcha hacia Tarapacá, no habría resistido
otros cuatro días de caminata por un desierto in­
hóspito, en completo ayuno, es decir sin probar
alimentos ni agua. Simplemente, la tropa hu­
biera perecido antes de llegar a Tarapacá.
Y aún en el caso hipotético de que se hubie­
se acercado a su destino, un encuentro con el
enemigo, en estado agónico, habría obligado al
Ejército a rendirse o someterse a un exterminio,
ya que no habría tenido la más remota posibili­
dad de huir o replegarse.
La prueba de estas afirmaciones estuvo en
que la División, al efectuar la contramarcha,
apenas pudo llegar al punto de partida, por el
estado de extenuación y agotamiento de sus
componentes.

DIFUSION DE LA CALUMNIA
Sin embargo de la claridad de estos razo­
namientos, la mafia masónica o Partido Rojo,
86
M a f ia de T r a id o r e s

dio pábulo a las fútiles acusaciones de Camacho


y agregándole otras insidias, acusó a Daza de
que no solo era responsable de la derrota de Do­
lores, sino el causante de la pérdida de la guerra
y del Litoral sobre el Pacífico.
El infundio burdo, arbitrario y pueril fue
propalado por todos los vientos.
La mafia utilizó todo su poder de gobernan­
te y poseedor de caudales, en impulsar la propa­
ganda que requería. Contrató periodistas, escri­
tores e historiadores y hasta compremetió, en su
afán de mendacidad, a los educadores, para que
imprimieran en la mente de la niñez la estereo­
tipia de la mentira que habían inventado.
La persistencia de los procedimientos pro­
pagandísticos consiguió menguar completamen­
te la personalidad del patriota Presidente Hila­
rión Daza. El nunca cedió a Chile ningún terri­
torio; nunca suscribió tratado alguno con el
usurpador; rechazó con repugnancia las proposi­
ciones del invasor y fue el único quijote que pre­
tendió defender su territorio. Sin embargo, que­
daron marcados en el cerebro de todos los boli­
vianos, desde los estudiantes de primaria, hasta
87 i.
los profesionales de diversas ramas y del pueblo
en general, los conceptos más depresivos contra
su persona. Y todos se acostumbraron a repetir
sin fundamento alguno: ¡Daza fue un traidor!
¡Daza fue un cobarde! ¡Daza entregó a Chile
nuestro Litoral! ¡Daza perdió la guerra del Pací­
fico!.

EL PREMIO _A LA TRAICION

La mixtificación masónica, alienó la mente


de los habitantes de la Nación, por cuyo efecto
quedaron olvidados los tratados leoninos; las en­
tregas gratuitas de territorio, las concesiones
graciosas de tesoros potenciales del país, la fa­
mosa cláusula de la medianería, la ominosa dic­
tadura de Melgarejo; los horrendos exterminios
del Loreto; el asesinato del patriota Agustín Mo­
rales; la masacre del Alto de la Alianza, y todos
los crímenes que antecedieron y favorecieron la
invasión de Chile y su victoria final. La gran
superchería, además, convirtió a los verdaderos
delincuentes y traidores Muñoz, Baptista, Arce,
Campero, Camacho y sus colaboradores, en per­
sonajes heroicos, dignos de toda consideración y
88
M a f ia de T r a id o r e s

acreedores a todos los honores superlativos que


brinda la República y sus intituciones.
La calumnia que blandieron contra Daza,
como centella encantada, les eximió de toda res­
ponsabilidad y les permitió desempeñar a ellos y
sus descendientes, hasta la quinta generación,
todos los cargos jerárquicos y representativos de
la Nación. Ejercieron presidencias, ministerios,
senaturías, diputaciones, embajadas, etc., etc.,
es decir que, por arte de magia, les permitió ha­
cerse dueños absolutos del país que habían mu­
tilado y enclaustrado.
Provincias y poblaciones, calles, plazas y
avenidas; universidades y centros- de estudio;
regimientos y fortines militares; fueron señala­
dos con sus "ilustres" nombres. El afán de pre­
miar sus "hazañas" no tuvo límites.

IMPOSICION TERRORIFICA

Durante los gobiernos inmediatamente


posteriores a la guerra, hubieron varios intentos
de esclarecimiento o crítica a la conducta de los
traidores, todos ellos fueron acallados por el te­
rror.
89
Campero fusiló durante su presidencia a
varios civiles y militares que se atrevieron a
efectuar algún análisis, aun indirecto, de su
comportamiento. Fue extremadamente celoso
en esta materia.
Exacerbó sus resquemores y procedió con la
vesanía criminal que le caracterizaba, cuando
los sobrevivientes del heroico batallón Colorados
se atrevieron a recordar a su fundador y exjefe,
Cnl. Hilarión Daza, y prorrumpieron en vivas a
su nombre, el 26 de mayo de 1881, aniversario
del Alto de la Alianza.

Campero mandó apresar a 110 clases y sol­


dados que habían salvado su existencia en la
masacre, y fusiló a ocho sargentos, en la plaza
de Potosí, en presencia del público horrorizado,
colgando sus cadáveres de los postes; y a los sol­
dados restantes los exterminó en las mazmorras
del tenebroso cuartel que existe en la misma ciu­
dad!.
Las protestas públicas por este horrendo
asesinato colectivo, también fueron reprimidas
con la persecución y el terror.
90
M a f ia de T r a id o r e s

Catorce años más tarde, el Presidente Ma­


riano Baptista, con el propósito de acallar para
siempre la voz del testigo presencial de la gue­
rra del Pacífico, acusado injustamente, Gral. Hi­
larión Daza, mandó traerlo de Europa, recu­
rriendo a un subterfugio leguleyesco, y cuando
ingresaba al país, lo asesinó cobardemente en el
pueblo de Uyuni.
La presión terrorista recién atemperó en
este siglo, con la caida del Partido Liberal, acae­
cida el 12 de j ulio de 1820. Con la revolución
del Dr. Bautista Saavedra, la influencia de la
masonería tuvo que reprimir sus arrestos de po­
der y escritores independientes pudieron expre­
sar sus ideas.

El. ESCLARECIMIENTO
DE LA VERDAD

Han pasado más de cien años desde la Gue­


rra del Pacífico y sigue subsistiendo la burda ca­
lumnia que enlodó al gran patriota Hilarión Da­
za.
En los últimos treinta años diversos auto­
res han publicado obras injundiosas aclarando
91
los hechos en procura de la verdad. Las más
notables son " El Presidente Daza" del historia­
dor militar Gral. Enrique Vidaurre Retamoso,
" La Quinta División" de Raúl Murillo y Aliaga,
"Historia Secreta de la Guerra del Pacífico" de
Edgar Oblitas Fernández, "Gran traición en la
Guerra del Pacífico" del autor que escribe, y
otros folletos y artículos periodísticos.

Sin embargo, la mentira no ha sido desvir­


tuada y siguen sus efectos perniciosos ensombre­
ciendo la Trágica Histuria de Bolivia.
La famosa Academia de la Historia, no ha
hecho ninguna investigación, ni rectificación de
los hechos acaecidos desde la fundación de la
República, y sigue sirviendo a la mafia masónica
y encubriendo a los autores de las desgracias y
desmembraciones nacionales.
Los textos antiguos de Historia siguen en­
venenando la mente de la niñez y la juventud.
Los maestros continúan enseñando lo que les
impusieron transmitir hace cien años y hay es­
critores que todavía sostienen argumentos tor­
cidos.
92
M a f ia de T r a id o r e s

Para terminar, nosotros nos preguntamos:


¿HASTA CUANDO SUBSISTIRAN LAS SU­
PERCHERIAS IMPUESTAS POR LA MASO­
NERIA?

EPILOGO
Varios autores sostienen que Casimiro Ola-
ñeta fue un personaje versátil e inconstante, en
cuanto a sus tendencias y opiniones, que apoya­
ba una causa política tan pronto como la comba­
tía.

: NOSOTROS CREEMOS
1,0 CONTRARIO !

Olañeta creó un organismo masónico, con


principios y finalidades determinadas y durante
toda su vida sostuvo sus primitivos plantea­
mientos.
Su finalidad substancial fue el dominio de
la Nación, mediante gobiernos y gobernantes
que la explotaran política y económicamente,
para beneficio exclusivo de la logia que había
creado en Chuquisaca.
Sus diversas maniobras políticas, sus apa­
rentes veleidades, sus traiciones e inconsecuen­
cias no fueron más que mutaciones que perse­
guían una sola finalidad, el mantener a la cabe­
za del Estado a uno de sus cofrades, al amparo
del cual la logia chuquisaqueña gobernaría ple­
namente.
Olañeta procedía bajo una idea central, que
para él era una convicción; que el Alto Perú, des­
pués llamado Bolivia, pertenecía a él y a los
miembros de la logia, por legítima sucesión de
sus antecesores, los colonizadores españoles.
Por esa certidumbre no permitía el ingreso de
elementos nuevos que no fueran legítimos crio­
llos.
Conceptuaba a los demás pobladores del
país, simples vasallos, que no tenían el más mí­
nimo derecho de reclamar nada, sino de obede­
cer.
La traición al Mariscal Santa Cruz, y su
componenda con el gobierno chileno, que los bo­
livianos conceptuamos mostruosa e imperdona­
ble, para Olañeta no fue más que una maniobra
natural y lógica, que le permitía recuperar ple-
94
M a f ia de T r a id o r e s

namente, con el apoyo de una potencia extranje­


ra, la posesión de una propiedad detentada por
un intruso.
La entrega del Dictador Linares, al ceder la
península de Mejillones y los depósitos de hua-
no, no fue otro acto, que el de pagar a Chile los
favores monetarios que había recibido, con una
porción pequeña de su propiedad, acto legítimo y
natural consentido y aprobado por todos sus
hermanos de la logia.
Para Olañeta y sus cofrades: Sucre, Blanco,
Santa Cruz, Belzu, Morales y Daza, no fueron
otra cosa que intrusos que habían usado de la
fuerza para detentar los derechos de la logia y
que debían ser eliminados sin consideración al­
guna.

El que Daza hubiera movilizado todo un


ejército con el propósito de recuperar un territo­
rio que no le correspondía y que había sido vo­
luntariamente cedido por sus legítimos dueños,
la logia chuquisaqueña convertida en Partido
Rojo, era un abuso imperdonable que, tarde o
temprano, terna que pagar con su vida.
95
Y así, todas las cesiones y concesiones que
el Partido Rojo realizó, fueron actos de libre po­
sesión, uso y abuso de los bienes que la logia po­
seía desde la fundación de la República.
Para la logia chuquisaqueña de Olañeta y
sus sucesores, no existió nunca una Patria, sino
un feudo que podía ser vendido, dividido o con­
servado, según las necesidades e intereses de la
organización chuquisaqueña.
Los bolivianos consideramos a Olañeta el
genio del mal, de la falsedad y la traición. Los
miembros de la logia lo distinguen en cambio,
como el paladín de sus ideales, el maestro in­
comparable y el talento prominente de su her­
mandad.
Para nuestra desgracia subsiste una ver­
dad: la Historia de Bolivia no es el trasunto de
la nobleza de Sucre, de la visión altruista de
Santa Cruz, del amor a su pueblo de Belzu, del
patriotismo de Morales... es, simplemente, ¡La
historia triunfal de Olañeta!.

96
NOTAS BIOGRAFICAS

A continuación form ulam os las b io­


grafías de los principales actores negativos de la
tragedia del Pacífico y la pérdida del Litoral.
Ellos fueron:
Casimiro Olañeta, fundador de la logia
chuquisaquena, José Miguel de Velasco y José
B allivián de Seguróla, que favorecieron la
derrota de Yungay y establecieron el predominio
de Chile sobre Bolivia; José María Linares,
Mariano Donato Muñoz. Mariano Melgarejo,
A dolfo B allivián, Tomás Frías y M ariano
Baptista, ejecutores de las entregas de territorio
y la preparación de la conquista chilena; y
A niceto Arce*Narciso Campero y E liodoro
Camacho, conductores directos de la derrota
bélica del ejército aliado.
Por no cansar al público lector nos
abstenem os de publicar la biografía de los
demás artífices y cómplices de la gran traición,
que fueron: José Rosendo Gutiérrez, Belisario
Salinas, Luis Salinas Vega, Ladislao Cabrera,
Casimiro Corral, Nicanor Flores, Juan Mariano
Mujía, Federico Lafaye, Benigno Eguino y otros
de menor categoría.

98
CASIMIRO OLAÑETA

PRIMERA PARTE

LA COLONIA

Nació en Chuquisaca el 3 de marzo de


1796 Recibió su primera educación en el
Colegio de Nuestra Señora de Montserrat de
Salta, donde vivía su tío Pedro A ntonio.
P osteriorm ente em prendió estudios en la
Universidad San Francisco Javier donde obtuvo,
en 1814, su título de bach iller en leyes
canónicas. Habiendo ingresado en la Academia
Carolina, después de jurar fidelidad al Rey y a
la religión católica, llegó a ocupar los cargos más
altos de ese foro, por su dedicación a los estudios

99
y, sobre todo, por su lealtad al Rey y a las
instituciones coloniales (1)

LA LOGIA DE CHUQUISACA

Sin embargo de que el ideal de la libertad


bullía en todas las ciudades del Alto Perú desde
1809, Chuquisaca seguía siendo el baluarte
inconmovible del poder español.
Hasta 1820 el poderío del sistema colonial
se mantuvo incólume pero, con el triunfo de San
Martín en el Perú, comenzó su deterioro. (2)
En 1821, Casimiro Olañeta y sus íntimos
amigos, todos criollos, habían formado una logia
al influjo del antiguo maestro de la masonería,
el Canónigo' Terrazas, que tantas mentes
ilustres había robado al catolicismo encubierto
por sus hábitos sacerdotales. En esta pequeña
logia se analizó la inestabilidad del régimen
colonial que de un m om ento a otro podía
derrumbarse, dejando en la orfandad a todos
sus adeptos. (3)
Más por el temor de perder sus cononjías y
emolumentos, que por ninguna idea de carácter
patriótico, los miembros de la logia, en sus

100
M a f ia de T r a id o r e s

elucubraciones, descubrieron que lo interesante


para ellos sería mantener la unidad del Alto
Perú y constituir un estado independiente del
poder español y del Virreinato de Buenos Aires.
Así los "hermanos" podrían quedar amos y
señores del nuevo país y usufructuar libremente
de sus rentas, sin el control de ninguna
superioridad. (4)

I A LOGIA DE SALTA

Otro ilustre chuquisaqueño, tam bién


egresado de la Academia Carolina y contagiado
de los principios m asónicos del canónigo
Terrazas, estaba radicado en Salta, ciudad del
Norte Argentino, desde donde ejercía, con toda
reserva, el papel de espía informante de los
ejércitos realistas, m ientras fingía un
patriotismo a toda prueba. Este personaje se
llamaba José Mariano Serrano.
Formó también otra logia con elementos de
su terruño, cuya finalidad consistía en procurar
la derrota de los libertadores, para regresar a
su tierra natal y gozar de la paz colonial. (5)
José Mariano Serrano enviaba informes
escritos al General Pedro Antonio Olañeta,
Comandante del Ejército Español en el Alto
Perú, delatando los planes y posibilidades de los
patriotas argentinos.
En una visita que Casimiro hizo a su tío,
tuvo la oportunidad de leer uno de estos
informes e inmediatamente se puso en contacto
con el espía, proponiéndole el plan de su
organización. Serrano recibió la propuesta de
Casimiro con alborozo, por considerarla genial
para esas circustancias, y ambos traidores de
sus respectivas causas comenzaron a obrar de
consuno.

EL GENERAL ANDRÉS SANTA CRUZ

El año 1823, cuando las intrigas de las


logias avanzaban cam pantes, surgió un
obstáculo que puso en peligro de fracaso todos
sus planes.
El General Andrés Santa Cruz, con un
fuerte contingente peruanot desembarcó en
Arica y avanzó velozmente para internarse en el
Alto Perú. Las huestes de Canterac y Valdés
corrieron a interceptarle, pero fueron vencidas
en Zepita el l 2 de agosto de 1823.
M a f ia de T r a id o r e s

Santa Cruz tomó la ciudad de La Paz y


llevó triunfalmente sus divisiones hasta Oruro,
donde hizo una pausa esperando que los
ejércitos argentinos ingresaran a colaborarle por
el Sud. (6)
A C asim iro no le cayó nada bien la
intromisión de un factor nuevo en la liberación
del Alto Perú. So pretexto de proporcionar
datos a los patriotas, tomó contacto con ellos,
cuando su objeto era conocer su magnitud y sus
planes; y al descubrir que el éxito de Santa Cruz
dependía de la in terven ción del ejército
argentino estacionado en Salta, se puso en veloz
comunicación con Serrano y le encargó la misión
de impedir que el General Pérez de Urdininea,
comandante de aquellas unidades, emprenda la
esperada marcha sobre las provincias del Norte.
Serrano desem peñó su com isión con
d iligen cia. Desató en Buenos A ires una
campaña periodística contra el proyecto de que
fuerzasargentinas fueran sacrificadas en una
nueva invasión auxiliar, y por último consiguió
inutilizar a Pérez de Urdininea mediante una
acusación que le ocasionó arresto temporal.
El General Santa Cruz, ante la posiblidad
de ser atrapado por tres fuerzas realistas,
103
suposición que fue exagerada por las
informaciones falsas de Casimiro, emprendió
súbita retirada hacia el puerto de Arica.
Y con estos procedim ientos, las logias
tomaron nuevamente el control de la situación.
(7)

LA GRAN INTRIGA

Llegaron de España tres nuevos jefes que


tomaron el mando del Ejército Colonial. Esos
fueron La Serna, Canterac y Valdés, militares
de la tendencia con stitu cion a lista . Ellos
m an ifestaron no estar de acuerdo con los
antiguos sistemas de lucha colonial.
El G eneral Pedro O lañeta era un
absolutistarecalcitranteque despreciaba a estos
militares de nuevo cuño, pero ellos lo mantenían
en la je fa tu ra del Alto Perú por sus
conocim i entos del territorio y sus cualidades de
mando.
C asim iro descu brió que una de las
condiciones del éxito de su plan era mantener el
encono que su tío guardaba hacia sus nuevos
superiores, y para conseguir esto apeló a los

104
M a f ia de T r a id o r e s

recursos más vedados. Llegó a falsificar una


carta del Rey de España, en la que aquel
monarca ofrecía al General Pedro Olañeta el
Virrenato del Perú, si es que se mantenía
alejado de los jefes liberales "porque pronto
Fernando VII se sacudiría de la cadena
constitucional.." (8)

LA GUERRA SEPARATISTA

Los militares constitucionales llegaron a


imponerse en el Perú, e incluso consiguieron
promover al General La Serna como Virrey, en
lugar de Pezuela.
Ante el avance de los ejércitos libertadores
de Bolívar y Sucre, el Virrey La Serna ordenó al
Gral. Pedro Olañeta que abandonara La Paz y
se uniera al grueso de sus tropas.
Pedro Olañeta, enceguecido por las intrigas
de su sobrino, desoyó la orden y en lugar de
marchar al Norte se encaminó al Sud de la
República.
Ante semejante desacato La Serna encargó
al Gral. Gerónimo Valdés ingresar al Alto Perú
con sus 4.000 hombres y doblegar por la fuerza
la obstinación del jefe renuente.
ios
Es así como se produjo el más insólito
encuentro entre españoles, que se dio en llamar
la "guerra separatista" y que terminó con el
retiro intempestivo del Gral. Valdés.... Se había
producido la batalla de Junín y los españoles
requerían estar unidos. (9)

106
SEGUNDA PARTE

EL TRANSFUGIO DE CASIMIRO

El General Pedro Olañeta volvió a


localizar sus divisiones en La Paz, donde recibió
la noticia de la derrota realista de Ayacuho.
Como este acontecimiento frustraba los
proyectos iniciales de Casim iro, concibió
inmediatamente una nueva felonía.
Convenció a los lugartenientes de su tío que
era necesario anular la obstinación de aquel
supremo jefe, de seguir defendiendo el régimen
colonial, y los comprometió a tomarlo preso o
elim inarlo físicam ente. E inm ediatam ente
escribió al General Sucre delatando los planes
de su tío, entre los que se detallaba una compra
de armamento.
Con la ciega confianza que el general Pedro
Antonio tenía en su sobrino, comisionó a este

107
para ir a recoger dichos arm am entos y le
entregó 10.000 pesos para cancelar su precio.
Casimiro partió el 17 de enero a Tarapacá,
acom pañado del Cnl. Pablo E cheverría..
Llegando a su destino consiguió deshacerse de
su acompañante delatándolo y precipitando su
fusilamiento. (10)
C um plida esta faena, él y su cofrade,
Mariano Calvimontes, retornaron sin pérdida de
tiempo y llegaron a Puno el día 3 de febrero.
Ese mismo día Casimiro, siendo protegido ,
sobrino carnal y secretario privado del General
Pedro Antonio Olañeta, se presentó ante el
General Sucre, ofreciendo sus servicios a la
causa de los libertadores.

EL ULTIMO GENERAL ESPAÑOL

El repliegue del General Pedro Olañeta


desde La Paz hasta Potosí fue ejecutado bajo el
signo de la tragedia. Sus huestes se
desmoronaban a medida que recorría el camino.
Llegó a la Villa Imperial donde trató de
reorgaizar sus mermados efectivos, que apenas
llegaban a 1.200 hombres.
10«
M a f ia db T r a id o r e s

El ejército patriota le seguía "pisándole los


talones". Sucre no deseaba enfrentarlo porque
prefería esperar su rendición.
Desde Potosí mandó a Carlos Medinacelli a
Cotagaita con el encargo de contener cualquier
intento de irrupción argentina. Pero el desleal
lu garten ien te encontró la oportunidad de
traicion ar a su protector, declarándose
partidario de la causa de la libertad. Pedro
Olañeta corrió a su encuentro y ambas frac­
ciones se reunieron en el río Tumusla, el l 9 de
abril de 1825.
No hubo vestigio de combate, pero en algún
momento, un único disparo hirió por la espalda
al General Olañeta y le causó la muerte.

Las hablillas populares insistieron en


afirmar que, para cumplir las instruciciones de
C asim iro, fueron las manos asesinas de
Medinacelli las que se mancharon con la sangre
del último defensor de la dominación española.
El General Sucre protestó vivamente al conocer
el desenlace de Tumusla. No podía concebir que
la gloriosa Guerra de la Independencia hubiera
sido cerrada con un broche de traición, crimen y
alevosía. (11)
109
TERCERA PARTE

LA CONVOCATORIA
DEL 9 DE FEBRERO

LA REPUBLICA

En cuanto traspasó Sucre las fronteras del


Alto Perú, dio publicidad a un documento que
tenía redactado, convocando a representantes de
las cinco provincias charquinas pera que,
reuniéndose en Oruro,, determinaran sobre la
suerte de su territorio, es decir, si se anexarían
al Virreinato del Perú, al Virreinato de Buenos
A ires o se con stitu irían en Estado
Independiente.
Casimiro Olañeta que había ganado la
confianza de Sucre, le pidió encarecidamente
que la reunión convocada se realizara en
Chuquisaca y que fuera postergada por dos
meses. El 10 de julio de 1825 se reunió en la

110
M a f ia de T r a id o r e s

ciudad de los Oidores, la Asamblea Constitu­


yente, form ada por am igos y cofrades de
Casimiro, que se decian representantes de las
cinco provincias del Alto Perú. Formaban
excepción los representantes de La Paz, ciudad
en la que no habían valido las influencias de
Casim iro; y el 6 de agosto del mismo año
declararon fundada la República de Bolivia,
libre, independiente y soberana. (12).

I.A INCORPORACION DE MILITARES

La Asamblea de 1826 eligió al Mariscal de


Ayacucho Presidente de Bolivia.
Casim iro Olañeta valiéndose de las
influencias que le delegaba Sucre, incorporó al
ejército de la joven República, que todavía no
contaba con soldados, a varios jefes que decían
haber luchado por la libertad y otros de las fuer­
zas coloniales extinguidas. A todos ellos les
puso como única condición ingresar previamente
a la logia masónica que él dirigía. Los incor­
porados fueron el General José Miguel de
Velasco, el Coronel Carlos Medinacelli, a quien
lo ascendió a General por su "hazaña” de
Tumusla, los Coroneles Manuel Vera y Mariano
Armanza, el Teniente Coronel José Ballivián y
otros.
Así resultaron jefaturizan do el nuevo
ejército patriota, los que hasta el día anterior
habían ganado ascensos cortanto cabezas de
guerrilleros.

EXPULSION Y ASESINATO

Olañeta aparentaba el mayor afecto y


sumisión al Presidnete Sucre, pero su logia no
podía desenvolverse con la plenitud que hubiera
deseado, en el gobierno y el m anejo
administrativo del Estado.
Llegó por fin de Colombia la orden del jefe
de la m asonería el General Santander, de
eliminaraSucre por ser amigo y partidario de
Bolívar.
Casimiro, sin el menor empacho, tornó su
actitud afectuosa hacia el Mariscal y preparó el
motín del 18 de noviembre de 1826, en el que
Sucre se libró de ser asesinado, y recibió una
herida. (13)
Pero, deseoso de librarse inmediatamente

112
M a f ia de T r a id o r e s

del ccontrol presidencial, movió todos los


resortes políticos y militares, para conseguir la
expulsión violenta del Mariscal. Arrancado de
su lecho donde convalecía de su herida, el Gran
Mariscal, en medio de los insultos de la plebe
aleccionada, partió de Chuquisaca, después de
prestarse mil pesos para sus gastos de viajes.
(14).
Perm anecía en C huquisaca el ínclito
campeón de la lucha guerrillera, José Miguel
Lanza, que había demostrado su contrariedad
por la expulsión del Mariscal Sucre, Olañeta
dispuso su eliminación y sus sicarios cumplieron
la consigna hiriéndolo mortalmente mientras
transitaba por una de las calles de la ciudad.
Así desapareció el más glorioso guerrillero de la
lucha por la Independencia
Virtualmente, con estas maniobras, Casi­
miro Olañeta y su grupo quedaron dueños
absolutos de la Repúlbica.

ASESINATO DE PEDRO BLANCO

El Coronel Pedro Blanco, natural de


Cochabamba, militó en el ejército de la Libertad
113
y fue partícipe de la victoria de Ayacucho. Poco
tiem po después de la expulsión de Sucre,
consiguió convencer al Congreso para que lo
eligiera Presidente de la República. (15)
A los cinco días de ejercer su mandato fue
apresado por un motín cuartelado y recluido en
el convento de la Recoleta. Por la noche ingre­
saron a su celda tres militares entorchados;
Ballivián, Armaza y Vera, y acribillando a Blan­
co cobardemente con sus sables y puñales, le
quitaron la vida..Los tres asesinos salieron de la
celda con sus manos y sus uniformes manchados
de sangre, después de haber cumplido una
misión masónica.. Eran los tres sujetos que
había incorporado al Ejército y luego a su logia,
Casimiro Olañeta. (16)

LA PRESIDENCIA DE SANTA CRTT7

Al gobierno precario de José Miguel de


Velasco siguió el del Mariscal de Zepita, Andrés
Santa Cruz.
La logia chuquisaqueña tuvo que resig­
narse a su mandato, no obstante la repugnancia
que le inspiraba su condición racial, porque

114
M a f ia de T r a id o r e s

Santa Cruz contaba con el apoyo de todo el país.


Al no poder conspirar, O lañeta y su logia
decidieron sacar el m ayor provecho y se
aprestaron a conseguir los mejores cargos
administrativos. Como la logia estaba com­
puesta por personal competente, egresado de
aulas universitarias, fue favorecida por el
mandatario inteligente y patriota, que requería
del mejor personal posible para implantar orden
y progreso en la organización del Estado. (17)
Aparentemente, los masones chuquisa-
queños y sus allegados, Velasco, Ballivián,
Linares y otros, colaboraban de buena fe a la
obra del constructor máximo de la nacionalidad,
pero era que solo esperaban una oportunidad
que les fuera favorable, para sacudirse del
"mandatario aborigen que se permitía hacerlos
trabajar bajo su mando".
Cuando el M ariscal atravesó el D esa­
guadero con su Ejército, para consolidar su
grandiosa obra de la Confederación Perú-
Boliviana, Olañeta y su logia creyeron llegado el
momento de derrocar al gran gobernante, y
emprendieron en todo el país una propaganda
deletérea desprestigiando su obra. (18 ) (18 a)
115
LA OPOSICION CHILENA

Después de las inmarcesibles victoiias de


Humahuaca, Iruya, Montenegro, Yanacocha y
Socabaya, quedó aparentemente consolidada la
Confederación; pero Chile, celosa del poderío que
p od ía a lca n za r la u nión de dos esta d os
fronterizos, que frustraban sus proyectos de
expansión y rapiña, inició una cam paña de
oposición a ella y amenazó con la guerra. Santa
Cruz envió a Casimiro Olañeta como embajador
especial, con la misión de aplacar los recelos
araucanos.
El embajador inició su cometido normal­
m ente, pero en form a su brepticia, contrajo
com prom isos secretos con el gobierno de la
M oneda, que consistían en 'con segu ir desde
dentro, el fracaso de la política crucista y la
derrota del Ejército Boliviano. (19)
D esde S a n tia go ya im p a rtió órden es
p e rtin e n te s a sus am igos, y por lo p ron to
consiguió la deserción del General Velasco y el
Coronel Ballivián. (20)
Las huestes araucanas invadieron el Perú e
inm ediatam ente Casim iro se allegó a Santa

116
Mafia de Traidores

Cruz como secretario privado. Lo hizo con el


propósito de destruir al caudillo, tal como lo
había practicado anteriormente con su tío Pedro
Antonio. Desde el corazón del comando crucista,
desató una campaña de desmoralización entre
los jefes combatientes y proporcionó todos los
datos de número, posiciones y planes que el
enem igo requ ería para consegu ir una fácil
victoria. (21)

Producida por estos medios la fatal derrota


de Yungay, Santa Cruz se aprestó a reunir sus
fuerzas dispersas, pero en Bolivia los desertores
Ballivián, Velasco y Linares desconocieron su
autoridad e implantaron un nuevo gobierno. (22)

D isuelta la Confederación y prófugo su


Protector, Casimiro Olañeta partió a Santiago,
con el propósito de cobrar sus "honorarios" que
le correspondían como partícipe del triunfo de
las huestes araucanas en Yungay. Lo hizo
amparado en el título de embajador extraor­
dinario que el nuevo Presidente de Bolivia, José
Miguel de Velasco, le extendió inmediatamente.

117
CONCLUSION

La vida de Casimiro Olañeta fue una serie


in in te rru m p id a de tra icio n e s y a le v o sía s.
Algunas de ellas favorecieron a la consecución
de la Independencia pero las demás hasta el día
de su muerte, perjudicaron en grado extremo a
la República.
Con su gran talento inclinado al mal, fue el
creador de la escuela del crimen, la traición y la
felonía como elem entos indispensables de la
lu ch a p o lític a ; y el in icia d o r de la m afia
m asónica ch ilen ófila. Am bas in stitu cion es
influyeron decisivamente en la suerte trágica de
Bolivia.
Olañeta y toda la mafia pertenecían a una
casta social que se conceptuaba superior por su
origen hispánico. Sus sentimientos dominantes
eran el d e sp re cio al m estizo y el odio al
aborigen. No amaron nunca la Patria Boliviana,
más que para explotar sus riquezas y apro­
vech a r el trab ajo gra tu ito de su p oblación
nativa.
Referencias:

(1) La Dramática insurgencia de Bolivia


por Charles Arnade - Librería
Juventud - La Paz - Bolivia Pags. 100 a 103
(2) Amade o.c. Pag. 104
(3) Amade o.c. Pag. 127
(4) Amade o.c. Pag. 114
(5) Amade o.c. Pag. 128
(6) Amade o.c. Pag. 129
(7) Amade o.c. Pags. 130 y 131
(8) Amade o.c. Pag. 131 a 135
(9) Amade o.c. Pag. 137 a 160
(10) Amade o.c. Pag. 176 a 179
(11) Amade o.c. Pag. 201 a 204
(12) Amade o.c. Pag. 138 a 192
(13) Historia de Bolivia por Agustín
Iturricha - Imp. Boliviana
Sucre - Bolivia 1920 Pags. 225 a 231
(14) Iturricha o.c. Pags. 192 a 207
(15) Santa Cruz el Cóndor Indio por
Alfonso Crespo - Pánuco -
México 1963 Pag. 82
(16) Iturricha o.c. Pag. 438

119
(17) Iturrucha o.c. Pags. 476 a 474
(18) Alfonso Crespo o.c. Pag. 103
(19) Alfonso Crespo o.c. Pags. 207 a 211
(20a) Casimiro Olañeta por
José Luis Roca - Ed. Amigos
del Libro Pags. 13, 34 y 35
(21) Casimiro Olañeta o.c. Pags. 222, 223 y 245
(22) Casimiro Olañeta o.c. Pag. 50
(23) Periódico "La Verdad Desnuda”
de Guayaquil - Ediciones
de 1839 a 1840
(24) Alfonso Crespo o.c. Pags. 304 a 306
JOSE MIGUEL
DE VELASCO

ANTECEDENTES PERSONALES

Nació en Santa Cruz, el 29 de septiembre de


1795.
Ingresó al ejército colonial donde ascendió
hasta el grado de Teniente Coronel. Sus biógrafos
afirman que pasándose al ejército libertador, luchó
bajo el mando de San Martín en el Perú y luego en
Junín y Ayacucho. (1)
Pero, examinadas cuidadosamente las listas
de revistas de esos ejércitos, no aparece el nombre
de Velasco.
Teniendo en cuenta su graduación super­
lativa, es imposible que no haya figurado en
ninguna acción de importancia. Sobre todo en las
batallas de Junín y Ayacucho, donde los altos jefes
patriotas eran contados y todos ellos tuvieron bajo
su mando alguna unidad y a su cargo estuvo
encomendada alguna de las acciones importantes
que determ inaron el triunfo de las armas
patriotas.
La no in clu sión de un jefe de tan alta
jerarquía en los documentos relativos a Junín y
Ayacucho, hace presumir que el Teniente Coronel
Velasco, dejó el uniforme militar en el Perú, al
com probar que la causa de la independencia
am ericana tenía todas las posibilidades de
triunfar y que, como buen am ericano, era el
momento de retirarse.
De todos modos, sea cual fuere la veracidad
de sus ascensos y sus actuaciones en favor de la
libertad, el hecho es que en los albores de la
Repúlbica, apareció un General reclam ando
derechos.
Su uniforme impecable, sus entorchados
brillantes y, sobre todo, su apostura magnífica,
impresionaron a los patriotas de esa época, y nadie
se atrevió a discutir sus antecedentes.
122
M a f ia de T r a id o r e s

Junto con otros m ilitares de las filas


emancipadoras y también de las disueltas huestes
españolas, ingresó al prim er grupo de
comandantes, antes de que hubieran soldados que
comandar, con la única condición de adscribirse a
la logia m asónica organizada por Casim iro
Olañeta.

SU PRIMERA PRESIDENCIA

El congreso constituyente de 1828 lo eligió


Vicepresidente de la República, impresionado por
su gran prestancia y por su actuación p re­
ponderante en las maniobras aleves que Casimiro
Olañeta realizó para expulsar del país al Gran
Mariscal de Ayacucho, Padre de la Patria.
Como el Presidente elegido, Mariscal Andrés
Santa Cruz, estaba ausente, asumió Velasco la
magistratura provisionalmente.
Por su mediocridad intelectual y su debilidad
de carácter, se convirtió en el instrumento dócil de
Olañeta, quien, desde la cancillería, le indujo a
cometer errores y villanías.
123
Antes de fin a liza r su corto período
presidencial, de cuatro y medio meses, cometió la
ins ensatez y felonía de desafiar al Libertador
Simón Bolívar y declarar la guerra a Colombia,
mientras aquella nación amiga se hallaba en
guerra con el Perú. Felizmente, esta declaratoria
cayó en ridículo, debido a la derrota que sufrieron
las huestes peruanas en el Pórtete de Tarqui. (2)

LA SEGUNDA PRESIDENCIA.

Asumió nuevam ente la Presidencia


Provisoria el l 2 de enero de 1829, como emergencia
de haber sido asesinado el Presidente
Constitucional Pedro Blanco. En su segundo
período, que duró cuatro meses 14 días, no hizo
más que gobernar pasivam ente, sin ningún
provecho para el progreso de la nación.
Entregó el mando al Mariscal de Zepita, que
llegó de Chile, el 14 de mayo de 1825.

TERCERA PRESIDENCIA.
Cuando el ejército boliviano defendía la obra
grandiosa del Mariscal Andrés Santa Cruz ylas
124
Mafia de- Traidores

huestes chilenas iniciaron campaña para disolver


la Confederación Perú- Boliviana, el General José
Miguel de Velasco desertó de las filas patriotas a
instancias de su m e jo r político, Casimiro
Olañeta, quien, desempeñando la embajada de
Bolivia en Santiago de Chile, traicionaba al
Mariscal y a su Patria.

No satisfecho con este acto de indisciplina,


que en tiempo de guerra importaba una traición,
corroboró su delincuencia con un nuevo acto; se
pronunció en rebelión contra el Protector de la
Confederación y constituyó en Bolivia, el 9 de
febrero de 1839, un nuevo gobierno, acto con el
cual quedó disuelta la Confederación y derrotado
su creador. (3)

Apoyado por toda la mafia m asónica


chilenófila, asumió Velasco el mando provisorio
por tercera vez. Su primer acto fue enviar un
mensaje de felicitación al gobierno y el ejército de
Chile por haber triunfado en Yungay sobre las
fuerzas bolivianas. El portador de este mensaje
vergonzoso fue Tomás Frías. (4)
La esterilidad de Velasco en m ateria
administrativa concitó la oposición del país, que
añoraba la presencia del lider crucista, hasta que
el General Sebastián Agreda, con el señuelo de
restablecer el régimen de Santa Cruz, lo derrocó el
10 de junio de 1841.(5)

CUARTA PRESIDENCIA

Ante la renuncia intem pestiva de José


Ballivián, le sucedió su Minsitro de GuerraEucebio
Guilarte. Pero la mafia chilenófila, pretendiendo
recuperar el poder que había perdido momen­
táneamente, convocó a un Congreso que se reunió
en 1848 y eligió Presidente Constitucional a su
infaltable comodín José Miguel de Velasco y
Vicepresidente a José María Linares.

Cuando estos dos notables masones


gobernaban estérilmente la República, surgió la
personalidad del Coronel Manuel Isidoro Belzu,
quien después de levantarse en armas, derrotó a
Velasco en Yam paráez deponiéndolo d efi­
nitivamente del poder. (6)
19K
CONCLUSION

El General José M iguel de Velasco, no


obstante de su medianía, desempeño cuatro veces
la Presidencia de la República sin haber puesto de
su parte el más mínimo esfuerzo. Este milagro se
debió al afán de la mafia masóncia creada por
Casimiro Olañeta, de no dejar el poder enninguna
circunstancia de acefalía.
Fue el personaje más obsecuente e
incondicional de la logia chuquisaqueña primero, y
de la mafia chilenófila después.
Fue el comodín dócil y oportuno impuesto
para impedir que personajes independientes o
fuerzas patrióticas surjan en la Nación.
Las varias oportunidades en que asumió la
Presidencia, fueron cuatro interregnos en los que
triunfó la medianía, la esterilidad y la regresión.

Referencias:

(1) Los Generales de Bolivia por


Julio Díaz Arguedas. Imp. General
de Guerra - La Paz - Bolivia 1929 Pag. 64
(2) Historia de Bolivia por Agustín

127
Iturricha Imp. Boliviana
-Sucre - Bolivia 1920 Pags. 353 al 357
(3) Nueva Historia de Bolivia por Enrique
Finot, Ed. Gisbert y Cia - La Paz
- Bolivia 1980 Pag. 226
(4) Santa Cruz por Alfonso Crespo Rodas
- Gráfica Panamericana - Pánuco
- México. 1944 Pag. 304
(5) Enrique Finot - o.e. Pag. 228
(6) Díaz Arguedas - o.e. Pag. 66

128
JOSE BALLIVIAN
Y SEGUROLA

BIOGRAFIA

Nació en La Paz el 5 de mayo de 1805,


emparentado con prominentes familias san-
tiaguinas.
Se alistó en el ejército realista, en cuyas
fila s a scen d ió m uy jo v e n h a sta T en ien te
C oron el, por la saña que d em ostró en la
persecución de los guerrilleros alto peruanos.
Al c o n stitu irse la R ep ú b lica , fue
incorporado al ejército patriota que estaba en
fo rm a ció n , con su m ism o grado an terior,
ju n ta m e n te con otros m ilita re s re a lista s,
en em igos de la e m a n cip a ción , a qu ien es
129
Casimiro Olañeta les puso como única condición
su ingreso a la logia masónica chuquisaqueña
que él comandaba.
Su primer acto público consistió en el
a se sin a to b ru ta l del p rim er P re sid e n te
boliviano, el General Pedro Blanco, ejecutado
con sus mismas manos. (1)
A ctu ó en los e jé r cito s de la C o n fe ­
deración Perú - Boliviana-, pero, influido por la
m a son ería ch ilen a , d esertó de esas fila s y
conspiró alevosamente contra el Gran Mariscal
Andrés Santa Cruz, poniendo en peligro a las
fuerzas nacionales que lucharon en el Perú. (2)

SU ASCENSO AL PODER

El General Agustín Gamarra, m anda­


tario peruano, ingresó a Bolivia con un contin­
gente de 4.000 hombres. Traía el propósito de
restablecer la Confederación bajo su mando.
Ante semejante realidad, el gobierno de
C h ile, que h a b ía lice n cia d o a sus h u estes
después de la batalla de Yungay, encontro más
cómodo y menos costoso enfrentar a Gamarra
130
M afia de Traidores

con una fu erza form a d a en el m ism o país


invadido. Para esto buscó a un militar boli­
vian o con qu ien tu v iera v in cu la cion es y
descubrió al Coronel José Ballivián digno de
toda su confianza.
Casimiro Olañeta que desempeñaba la
embajada boliviana, impartió desde Santiago
in stru ccion es term in an tes a sus adeptos y,
sorpresivamente, todos los jefes de los partidos
en pugna, y hasta el General Sebastián Agreda
que detentaba el mando supremo en nombre del
cru cism o , u n g ieron a B a lliviá n en la
Presidencia de la República. (3)

EL EQUIPAMIENTO DEL EJÉRCITO

En esa época, después del desastre de


Yungay, el país carecía de armamento para
equipar cualquier contingente militar. José
Ballivián reunió 3.000 hombres y con ellos se
encaminó furtivamente al Sud de la República,
de donde retorn ó dotado de arm am en to,
municiones, y 700 caballos ¿Quién le había
proporcionado semejantes implementos. (4)
131
Las habladurías del vulgo afirmaron que
solo el país interesado en impedir la unión de
peruanos y bolivianos, podía incurrir en obse­
quio tan cuantioso e importante.
Los historiadores, aseguran sin ningún
fundam ento que fue José M iguel de Velasco
quien cedió su material bélico al nuevo ejército
de B a lliv iá n . E sta e x p lica ció n p ia d o sa es
complemente falsa, porque Velasco no poseía ni
una muía, ni formaba ninguna fuerza propia, y
solo esperaba, como en las ocasiones anteriores,
que hubiera alguna acefalía para ocupar la silla
presidencial, y ser nuevamente "acomodado" por
la mafia masónica.

LA BATALLA DE INGAVI

En las p ro x im id a d e s del p u e b lo de
Viacha se libró la batalla de Ingavi, ganada por
el ejército im provisado de Bolivia, merced al
heroismo y esfuerzo de sus mejores hijos, bajo la
jefatura de José Ballivián. A su alrededor se
habían reunido todos los militares del país, sin
conocer las verdaderas finalidades de Gamarra,
132
Mafia de Traidores

ni sospechar el origen de los elementos bélicos


que portaban sus soldados. (5)
Además del galardón moral que ganó el
soldado b oliv ia n o y la m uerte del G eneral
Gamarra, la victoria de Ingavi no benefició a
Bolivia en lo más mínimo. Sirvió a Chile tanto o
más que la de Yungay. En esa batalla se firmó
el trágico porvenir de Bolivia, en la de Ingavi se
rubricó ese mismo destino.
La supeditación a las am biciones del
u su rp a d or del Sur, quedó d efin itiv a m en te
consolidada y Bolivia perdió el único amigo que
tenía en el continente.
La leyenda de que Bolivia reafirmó su
independencia con la victoria de Ingavi, es una
su p erch ería bu rda p ropalada por la m afia
masónica chilenófila.

SU ADMINISTRACION

Durante su largo período de gobierno no


tuvo lugar el progreso del país. Sus afanes
estuvieron destinados a una vida licenciosa y
concupiscente. La conquista o el secuestro de
m u jeres b o n ita s, g en era lm en te esp osas de
m ilita re s e x p ro fe sa m e n te e n v ia d os a
d e se m p e ñ a r s e rv icio s le ja n o s, le tu v ieron
embargado.
Apenas se puede mencionar la fundación
del Departam ento Beni como obra útil de su
administración. (6)
La masonería ensalza con predilección al
" hermano*" Ballivián, para quien ha conseguido
el título de Mariscal de Ingavi. Esta diligencia
no se debe solam ente a la v ictoria sobre el
invasor, sino, ante todo, por el hecho de haber
fundado la oligarquía boliviana y reforzado la
mafia m asónica chilenófila con el ingreso de
varios magnates.
"El héroe de Ingavi, dice Enrique Finot,
en razón de sus vinculaciones personales y de
fam ilia, h abía form ado a su a lred ed or una
especie de aristocracia que le permanecía fiel".
(7)
Con e lla y la m a son ería c h ile n ó fila
mantuvo bajo sus plantas a las clases populares
del país y fomentó sistemas de explotación del
indio, más severas que las de la colonia.
1 -5/1
Mafia de Traidores

El caudillo denodado y valiente, que ganó


una importante batalla para Chile, dejó el poder
repentinamente, atemorizado por las amenazas
de la oposición. Esta heroica decisión la tomó él,
por no considerar suficientes para su protección
las cam panillas de sus galardones, la mafia
masónica que le apoyaba, ni la fiereza de su
asistente íntimo Mariano Melgarejo. (8)
Estando proscrito voluntariam ente en
Rio de Janeiro, le sorprendió la muerte el 6 de
octubre de 1852.
Referencia?;
(1) Historia de Bolivia por
Agustín Iturricha Imp. Boliviana
- Sucre - Bolivia 1920 Pags. 476 a 654
(2) Nueva Historia de Bolivia
por Enrique Finot - Ed. Gisbert y Cia
- La Paz - Bolivia 1980. Pag. 226
(3) Finot - o.c. Pag. 228
(4) Finot - o.c. Pag. 229
(5) Finot - o.c. Pag. 229
(6) Finot - o.c. Pag. 231
(7) Finot - o.c. Pag. 238
(8) Finot - o.c. Pag. 232

t o e
JOSE MARIA LINARES

SU BIOGRAFIA

De padres criollos, descendientes de la


nobleza española, nació José María el 10 de julio
de 1808, en Ticala, hacienda rural situada en el
Departamento de P otosí.
Educado en la Villa Imperial y preparado
a n ím ica m en te por su m adre, doña J osefa
Lizarazu de Casa Real, para mandar y ordenar
a sus semejantes, terminó sus estudios en la
Universidad de San Francisco Javier.
En 1830, como buen criollo, ingresó en la
logia olañetista y, como premio especial, recibió
el mandato popular de diputado de Potosí, antes
de cumplir los veinticinco años.
JEn 1839 vuelve a ser elegido, y luego del
desastre de Yungay, desempeña las carteras de
Gobierno y Relaciones Exteriores en el gobierno
de José Miguel de Velasco, que traiciona al gran
Santa Cruz, y luego le sucede en la presidencia.
En 1842 es enviado a España como M i­
nistro Plenipotenciario, por el Presidente José
B a lliviá n , y lleva com o secreta rio al jo v e n
Narciso Campero, uno de los privilegiados de la
masonería olañetista.
En los cinco años de perm anencia en la
Madre Patria, aprovecha Linares para obtener
la toga de abogado. Su representación obtiene
el reconocimiento español a la independencia
boliviana, obra única que m erece el recon o­
cimiento de la nueva Nación.

REGRESA A SU PATRIA EN
NOVIEMBRE DE 1847

A la dejación que Ballivián hace del poder,


vuelve a la magistratura ejecutiva el infalible
suplente General Velasco, quien convoca a un
C ongreso E xtra ord in a rio, para con v etir su
138
Mafia de Traidores

interinato en mandato constitucional. En ese


parlam ento, el año 1848, son elegidos José
Miguel de Velasco a la Presidencia y José María
Linares a la Vicepresidencia. (1)
Pocos meses después el General Manuel
Isidoro Belzu, que con su sola presencia en La
Paz, había ocasionado la escapatoria del héroe
de In g a v i, com p robó que la A sa m b lea
E x tra o rd in a ria de 1848, com o el gobiern o
elegido por esta, no eran más que la restitución
de la oligarqu ía m asón ica creada por José
Ballivián. Por tanto, movilizó al ejército que le
era adicto y derrotó a Velasco en Yamparáez,
asumiendo el mando de la Nación. (2) (3)
Desde ese momento, José María Linares se
cree en el derecho de conseguir la restauración
del m andato recib id o del C ongreso
E xtraordinario y prepara su prim er conato
revolucionario que fracasa el 9 de febrero de
1849. (4)
L u eg o,a l ten er con o cim ien to de las
reformas que implantaba el Presidente Belzu,
relativas a la dem ocratización de las clases
mestizas y artesanales, a quienes, por primera
139
vez les concede los derechos de ciudadanía; y
adem ás, los ofre cim ie n to s de p ro te cció n y
garan tías que h acía a los a b oríg en es, p ro­
m e tié n d o le s la lib e ra ció n de las cad en a s
esclavistas de que eran objeto.- Linares, por
encargo de la oligarquía, torna sus intenciones
r e sta u ra d o ra s en una fu re n te d e cisió n de
aniquilar al Quijote que se había atrevido a
legislar en favor de los parias del Alto Perú, e
in icia una serie in in terru m p id a de golp es
subversivos., que pone al país en con sta n te
zozobra durante diez años. (5)
Como dicen sus panegiristas, "tan pronto
aparece en la frontera argentina, como en la del
Perú y Chile" para lanzar a la revuelta a los
partidarios que le siguen, sean estos voluntarios
o sobornados. (6)
Los paises limítrofes y especialmente Chile,
favorecieron los trabajos de Linares, ya sea con
re cu rso s e con óm icos o con p rop a g a n d a
calum niosa, porque tuvieron el propósito de
e x te n u a r al país y fru stra r los p la n es de
integración que alentaba el Presidente Belzu.
(7)
140
Mafia de Traidores

Su empeño extraordinario, su tenacidad


permanente y el valor desplegado por Linares,
hubieran m erecid o rea lm en te el aplau so
gen eral, si es que sus sa crificios hubiesen
perseguido un objetivo realmente patriótico de
liberar a su país de algún terrible mal, o de
p re se rv a r la sob era n ía e in teg rid a d de la
Nación; pero, la defensa de las prerrogativas de
una clase privilegiada, puestas en peligro por la
probidad de Belzu, no ju stificó, de ninguna
manera, su persistencia revolucionaria.

El solo hecho de conspirar durante diez


años y obligar a un país pobre a sofocar treinta
y tres revolu cion es, fue un crim en de lesa
patria, mostruoso e imperdonable.

Al final, habiendo sufrido una derrota


contundente frente al ejército de Córdova,
sucesor de Belzu, Linares se retiró al Norte
argentino. En la ciudad de Tucumán conoció a
una bella dama y, olvidando momentáneamente
su fiebre golpista, se casó con ella. (8)

141
LA TOMA DEL PODER

C uando gozaba del d esca n so y las


fru iciones de su luna del m iel, recibió una
llam ada u rg en te de sus "h erm a n os" de
Valparaíso, que lo precisaban para ultimar las
condiciones de un golpe decisivo. José María
Linares abandonó el hogar y, atravesando la
cordillera de los Andes por el paso de Copiapó,
en pleno invierno, se presentó en Chile listo a
negociar su aventura definitiva. (9)
Apareció de im proviso en Oruro, el 9 se
septiembre de 1857, donde sus partidarios ya
habían sobornado a la guarnición y conseguido
num erosos adeptos, y redujo a su m ando la
plaza sin ningún sacrificio. Marchó presuroso a
C ochabam ba y obtuvo fácilm en te el m ism o
resultado. (10)
El Presidente Córdova que residía en la
Capital, cuyo poder estaba minado por haber
ten ido la d eb ilid a d de tr a n s ig ir con la
oligarquía, arrastra penosamente sus tropas
adictas y es derrotado frente a las barricadas de
la ciudad del Tunari.

142
JOSÉ MARIA LINARES
LLEGO POR FIN AL PODER

LA DICTADURA

José María Linares asumió la Presidencia


suprimiendo todas las actividades democráticas
y se declaró Dictador. Con sus partidarios más
obsecuentes formó su gabinete prim igenio y
puso en la cartera de Gobierno al argentino
Ruperto Fernández.
Su primera preocupación fue someter al
ejército a un proceso de regeneración, porque
consideraba que generales, jefes y oficiales
esta ba n corroid os por la in m o ra lid a d , la
indisciplina y los vicios repugnantes.
Procede en esta forma porque su conciencia
le echa en cara lo sucedido en diez años de
actividad conspirativa, durante los cuales, los
militares fueron sometidos a las tentaciones del
soborno, de la indisciplina, del transfugio y la
traición. Casi todos habían sucumbido en sus
dotes de m oralid a d , le a lta d y s a cr ificio .
D espu és de sem ejan te d e sb a ra ju ste , sólo
quedaban incólumes algunos oficiales formados
por Belzu, tales como Severino Zapata, Ramón
González, Manuel Otton Jofré, Lino Morales y
algunos pocos, pero estos eran precisam ente
leales a su antiguo jefe y fueron extrañados del
país por el nuevo mandatario.

Para estar a salvo de posibles transfugios,


entregó las prin cipales u nidades a que fue
reducido el ejército, a la jefatura de dos mili­
tares argentinos: los coroneles Nicanor Flores y
Narciso Balsa, a quienes consideró incorrup­
tibles.
Luego se empeñó en la m oralización del
clero, que él conceptuaba plagado de vicios, de
corrupción y de falta de capacidad para ejercer
su ministerio.
Y por últim o seleccion ó a los m aestros
reduciendo su número a la mínima expresión.

En resumen, el Dictador limitó sus afanes


y preocupaciones políticas y administrativas a la
regeneración de las mentalidades tortuosas del
ambiente.
SUS LABORES EJECUTIVAS

Y mientras tanto, ¿qué era de la economía,


de la vertebración, de la sanidad, de las obras
públicas y de los demás servicios indispensables
para la vida y el progreso de la Nación?.
El erario se debatía en constante falencia,
porque el Dictador suponía que el presupuesto
podría nivelarse sobre la base, de ahorros y
sacrificios...
Como aseveran sus panegiristas, Linares
d ecretó la lib re salid a del oro, la lib re
exportación de minerales y la supresión del
banco de la quina, única industria establecida
en el país, de modo que la cascarilla fuera
exportada lib rem en te... Sin em bargo de la
fa len cia econ óm ica, con estas m ed id as, el
Dictador acentuó su parcialidad en favor de la
clase que representaba. (11).

LA ENTREGA DE MEJILLONES.

La península de Mejillones está situada en


la costa del Pacífico, al Norte del puerto de
A n tofagasta, en territorio que era in d iscu ­
tiblemente boliviano. Por su forma singular,
protegía el descanso de las aves marinas, en
cualquier dirección que soplaran los vientos del
océano. D u ran te m ilen ios, las aves fu eron
depositando inmensas cantidades de huano, que
form aron yacim ientos de m agnitud extraor­
dinaria, llamados covaderas.

El huano procendente de aves era un abono


muy codiciado por los europeos, cuyas tierras
estaban empobrecidas. Por esta cualidad, varios
industriales bolivianos obtuvieron concesiones
de los gobiernos anteriores, para explotar y
exportar dicho fertilizante. Los impuestos que
pagaban, aun siendo muy bajos, fortalecían la
esmirriada renta nacional.

El país arau can o varias veces in ten tó


apoderarse de aquel emporio de riqueza natural,
pero Santa Cruz y Belzu supieron protegerlo
mediante acciones de fuerza y severidad.
D esgraciadam ente, coin cidien do con la
toma del poder que realizó Linares, la marina de

146
M a f ia de T r a id o r e s

guerra chilena ocupó militarmente la península


de M ejillones y desalojó por la fuerza a los
concesionarios bolivianos que explotaban huano.

Era de su p on er que el nuevo gobiern o


movilizara el ejército para corregir semejante
depredación, pero en lugar de aquella medida
elemental, Linares expidió el siguiente decreto,
refrendado por su Ministro de Hacienda Tomás
Frías:
"Se con ced e a don José S a n tos O ssa
(re p re se n ta n te del g ob iern o ch ile n o ) los
depósitos y covaderas de huano descubiertos en
el Litoral, ¡ y los que se descubrieren en lo
sucesivo¡". (12)

Quedó así consolidada en favor del rapaz


invasor chileno la Península de Mejillones, con
los in m en sos y a cim ien tos de h u an o, que
constituían una gran fuente de riqueza nacional.

El Dictador Linares, pagó con esta moneda,


el auxilio pecuniario que recibió de Chile, para
subir al poder.
EL GENOCIDIO DE AIMARAS

El recuerdo im percedero del Tata Belzu


bullía en la mente de los aborígenes aimaras.
Por este motivo, en sus festividades, siempre se
oía la expresión emocionada de "Viva Belzu",
que más tarde in tra n q u iliza b a al D icta d or
Linares.
H ubo un am ago de a lza m ie n to en los
alrededores del lago Titicaca, que no llegó a
ten er ninguna trascen d en cia . El D icta d or
aprovechó esa oportunidad para orden ar al
Coronel argentino Nicanor Flores, que fuera con
el regimiento que comandaba, a escarmentar a
los altivos indios, y lo hiciera en la forma más
drástica posible.

El Coronel N icanor Flores, m ercenario


argentino que no tenía ningún apego al país ni a
sus pobladores, se situó en las proximidades de
C opacabana, región densam ente poblada, y
ejecutó las órdenes superiores exterm inando
ferozmente a cerca de 5.000 indios y ejecutando
todo género de hechos vandálicos. Para coronar
1 AP.
M a f ia de T r a id o r e s

esa orgía de sangre, ingresó al pueblo, donde se


habían refugiado muchos infelices y fusiló a los
que pudo apresar con vida. (13)
Tal fue de salvaje la matanza efectuada
junto a la frontera, que el gobierno del Perú
planteó reclamación diplomática y amenazó con
la guerra si continuaba el genocidio.

EPILOGO

Cansados de su irrealidad, de su carácter


autoritario, de su esterilidad administrativa y
de sus costumbres misantrópicas, sus mismos
ministros acordaron quitarle el poder y, el 14 de
enero de 1861, lo d ep u sieron del m ando
presidencial. (14 (15)

A su caída, los oligarcas y masones que le


eran fieles, formaron el partido
"Rojo", fracción política que en lo sucesivo
produ jo los m ayores m ales a la República,
ocasionando con sus traiciones su desm em ­
bración te rrito ria l y el e n cla u stra m ie n to
definitivo de la Nación.
149
Los pan egiristas del D ictador L inares,
pergeñaron extensas biografías, atribuyéndole
virtudes incomparables. Se distinguieron en
este p ro p ó sito los ch ilen os C a rlos W álk er
Martínez, Benjamín Vicuña Mackenna y Ramón
S otom ayor V aldez, a qu ien es les con v en ía
ensalzar al caudillo de Septiembre por haber
regalado Mejillones a su país, y los bolivianos
A lcid e s A rg u ed a s y M anuel F ron ta u ra
Argandoña, masones y liberales conocidos. Pero
todos ellos callaron los errores del Dictador, su
chilenofilia descarada, su odio a los mestizos y
aborígenes y la primera desm em bración que
sufrió faltalmente el territorio patrio.

Referencias;

(1) Nueva Historia de Bolivia por Enrique

Finot» Gisbert y Cia

- La Paz - Bolivia 1980 Pag. 237


(2) Finot - o.c. Pag. 238
(3) El Dictador Linares por Walker Martínez

- Imp. y Ene. Barcelona - Santiago de

Chile 1900 Pag. 39


(4) Finot - o.c. Pag. 249

1 5 0
(5) El dictador Linares por Carlos. Wálker

Martínez - Imp. y Ene. Barcelona

- Santiago Chile 1900 Pag. 19

(6) El dictador Linares por Ml. Frontaura

Argandoña - Imp. Quelco - Oruro

- Bolivia 1970. Pag. 96

(7) Frontaura Argandoña o.c. Pag. 71

(8) Walker Martínez - o.c. Pags. 60 y 61

(9) Wálker Martínez - o.c. Pag. 61

(10) Wálker Martínez - o.c. Pags. 61 y 62

(11) Wálker Martínez - o.c. Pag. 81

(12) La Inteligencia del Cholaje Boliviano

por Fausto Reinaga Imp. Renovación

- La Paz - Bolivia 1967 Pag. 233

(13) Los Generales de Bolivia por

Julio Díaz Arguedas Pag. 291

(14) Walker Martínez - o.c. Pags. 118 y 119

(15) Historia de Bolivia por Agustín

Iturricha - Imp. Boliviana Sucre

- Bolivia 1920 Pag. 775


ADOLFO BALLIVIAN

Hijo del vencedor de Inga vi, nació en La


Paz, el 15 de noviembre de 1831.
Recibió la educación más esmerada en
los institutos de Santiago y Valparaiso, espe­
cializándose en música, literatura e idiomas,
in glés y fra n cés, h ab ien d o llega d o a ser
concertista y compositor.
Siguiendo los pasos de su padre, ingreso*
en la carrera militar, habiendo ascendido a
capitán meteóricamente.
Tomó parte en la re v o lu ció n que
encabezó Linares el año 1857 y, triunfante ésta,
fue nombrado edecán del caudillo. Poco después
le confió la comandancia de un escuadrón de
cabellería con el grado de Teniente Coronel. (1)
Se inscribió en la logia m asónica de
Valparaiso, y una vez restituido al país, se hizo
partícipe déla mafia chilenófila, dando curso a
sus inclinaciones sociales y familiares.
Inició su carrera política en el partido
"Setembrista"; y producido el golpe del 14 de
enero de 1861, que depuso a Linares, se incluyó
en el partido "Rojo", transformación a la que
llegó la mafia masónica chilenófila, para actuar
francamente en la lid partidista.
En el parlamento de 1861 fue designado
jefe de su partido. (2)

LOS ASESINATOS DEL LORETO

Mi en.tras el Presidente José María Achá,


hombre bonachón y poco avisado, gozaba en
Cochabamba de una paz y felicidad edénicas, en
la ciudad del Illimani el partido belcista levan­
taba nuevamente cabeza, ante el ofrecimiento de
su caudillo de regresar próximamente.
El partido "Rojo" lid eriza d o por don
A d o lfo B a lliv iá n , con m ayor se n s ib ilid a d
política, consideraba la inercia gubernamental
sum anente peligrosa, porque para la m afia
masónica el retorno de Belzu era una pesadilla
154
M a f ia de T r a id o r e s

horripilante. Despiertos y durmiendo soñaban


los mañosos con el caudillo paceño y lo veían
vociferando ante las multitudes sobre derechos
d em ocrá ticos, sobre igu a ld ad socia l, sobre
e q u ilib rio econ óm ico, sobre P a tria , sobre
Patriotismo... Y su conciencia cargadales decía
que en ese caso term inarían sus prebendas,
a ca b a ría su d esp otism o y qu ed a ría
completamente anulado su poder...si, su poder,
esa facultad maravillosa que habían cultivado y
conservado desde los tiempos de Olañeta... ¡ Que
horror !, ¡ Que horror!, ¡ Que horror!
Había que poner coto a tanta desgracia.
Felizmente, aunque no estaban los rojos en el
gobierno, tenían un puntal precisamente en la
ciudad de La Paz, donde prosperaba el enemigo.
Era P lácido Yánez, el terrib le je fe p olítico
departamental, que odiaba a Belzu por la baja
del ejército sufrida durante aquel régimen.
El culto, delicado y sentimental lider del
partido "Rojo", aceptando las sugerencias de sus
conm ilitantes, dio la orden de exterm inio y
Y áñez, sin vacilar, puso m anos a la obra
macabra.
El 23 de octubre de 1861 amaneció la
ciudad ensangrentada. El líquido rojo corría de
la plaza hacia la calle Ayacuho y cincuenta
cadáveres yacían junto al Loreto.... Habían sido
asesinados la noche anterior. Entre los cuerpos
heridos por las balas homicidas estaban los de
Francisco Paula Belzu, hermano del caudillo,
Jorge Córdova, expresidente de la República y
otros dirigentes del partido belcista. (3)
El exterminio se había consumado sin el
co n o cim ie n to del g ob ern a n te cán d id o y
bonachón.

LA DICTADURA DE MELGAREJO
El múltiple asesinato del Loreto tuvo un
resultado adverso para sus incitadores. Dio
lugar a que el pueblo despertara de su letargo y
nuevos luchadores se interesaran por la causa.
Los hermanos Barragán, Cirilo, Alejo y Román,
con ím p etu e x tra o rd in a rio , tom aron los
pendones del belcismo y desde un periódico que
fu ndaron con el nom bre de Ju icio P ú blico,
iniciaron el esclarecim iento del "Crimen del
siglo". (4)
156
M a f ia de T r a id o r e s

A unque no lleg a ron a tip ific a r con


precisión a los autores intelectuales, la valentía
de sus artículos levantó la moral del pueblo.
Ante semejante fracaso, Adolfo Ballivián
no encontró otro recurso que p roceder a la
im plantación de un régim en de fuerza, que
doblegara los ideales populares por el terror. El
conocía al hombre que podía desempeñar esa
función, era Mariano Melgarejo que se había
formado en su casa. Tenía todas las cualidades
requeridas, individuo ambicioso, dispuesto a
cometer cualquier atentado por conseguir sus
o b je tiv o s; adem ás ign ora n te, v icio so y
depravado; tenía un carácter de hierro, un valor
que lindaba en la temeridad y una decisión que
limitaba con el delito.
Privada y públicamente Ballivián incitó
a M elgarejo a tom ar el poder y puso a su
disposición los amigos que tenía en el ejército.
(5)
Su empeño tuvo resultado y la mañana
del 28 de diciembre de 1864, día siniestro para
la Patria, Mariano Melgarejo se encumbró en el
poder. (16)
157
I

EL LLAMADO A CAMPERO

Corría el año 1865. La mano fuerte de


Melgarejo no conseguía amedrentar al pueblo
e n a rd e cid o . A d olfo B a lliv iá n lleg ó a la
conclusión de que el único medio que quedaba
para impedir el retorno de Belzu al poder era
eliminarlo. El no contaba con ningún miembro
de la mafia masónica que tuviera el valor de
realizar semejante empresa. Entonces concurrió
a su memoria el nombre de Narciso Campero,
que hacía años pemanecía en Europa... Inme­
diatamente llamó a su cofrade y, en cuanto se
hizo presente, le im partió las instrucciones
necesarias para que, in trod u cién d ose en el
com an do de M e lg a re jo , con sig u ie ra la
eliminación física del caudillo paceño. (7)

Circunstancias adversas ayudaron a que


el gran ca u d illo del p u eb lo paceño fu era
elim in a d o por C am pero, con form e a las
instrucciones de Adolfo Ballivián. (8) (9)

158
M1SIQN g y INGLATERRA

La ominosa dictadura de Melgarejo fue


derrotada por el pueblo, bajo la jefatura del
Coronel Agustín M orales, el 15 de enero de
1871.
El insigne campeón del "día magno de
La Paz" se propuso encarar la defensa de la
P atria am enazada por C h ile. Para este
propósito era n ecesario gestion ar recursos
financieros en bancos del continente europeo.
Entre los personajes conocidos no había mas que
uno que ten ía ap titu d es para desem p eñ ar
misión tan delicada. Era don Adolfo Ballivián,
que conocía Inglaterra y Francia y dominaba
sus idiomas.
Llam ó el P resid en te M orales a este
personaje y le encargó tramitar un ^empréstito
de 2.000.000 de libras esterlinas, que estarían
destinadas para com prar dos barcos y una
cantidad apreciable de armamento.

Ballivián, muy de mala gana, tuvo que


aceptar la m isión, sin em bargo de que ella
159
contrariaba sus sentimientos, y partió a Europa
el mes de mayo de 1871.
La fama de opulencia que tenían los
paises am ericanos en el lejano continente ,
desde los tiempos de Potosí, facilitó el cometido
de Ballivián, quien, conseguido el compromiso
formal de un banco de Inglaterra, de conceder a
Bolivia el empréstito solicitado, se dispuso a
regresar al país. (10)
M ie n tr a s el com ision a d o u ltim a b a
trámites y emprendía su largo viaje de regreso,
acontecieron cambios fundamentales en el país.
La mafia m asónica, en colaboración con la
embajada de Chile, había eliminado, mediante
asesinato, al gran patriota Presidente Morales;
el mañoso Tomás Frías había asumido el mando
supremo; y un congreso había elegido Presi­
dente de la R epública, precisam en te a don
Adolfo Ballivián.
Poco tiempo después de asumir el cargo,
el Presidente Ballivián convocó a una sesión
reservada del Parlamento. En ella expresó que
había la posibilidad de contraer un préstamo de
2.000.000 de libras de un banco de Inglaterra; y
160
M a f ia de T r a id o r e s

que esta suma la em plearía su gobierno en


obras importantes a realizarse en el país. Tuvo
buen cuidado de no informar que ese cuantioso
empréstito había sido tramitado para la compra
de barcos y armamentos, según el encargo del
extinto Presidente Agustín Morales.
El Parlamento, considerando excesiva la
pretensión presidencial de disponer de una
suma tan elevada, cualesquiera que fueran las
obras que p royecta b a , y que la situ a ció n
financiera del país no perm itía atender tan
cu a n tiosa o b lig a ción , negó a B a lliv iá n la
autorización de contratar dicho préstamo.
Y es así como, por desviar a otros fines
los recu rsos con segu id os para la d efen sa
n a cion a l, el lid er de la m afia m a són ica
chilen ófila, hizo fracasar la p osib ilid ad de
potenciar al ejército, frente a las amenazas del
país del Sud. (11)

EL TRATADO DE ALIANZA

Una de las medidas patrióticas que tomó


el Presidente Agustín Morales, fue ordenar al
embajador en Lima, don Juan Benavente, que
tram itara en el Perú, la suscripción de un
tratado de alianza defensivo y ofensivo.
Al mismo tiempo que asumía el mando
presid en cial don A dolfo B allivián , llegó el
Enviado Extraordinario del Perú, don Víctor
Aníbal de la Torre. Traía la misión de conseguir
aprobación legislativa del tratado de alianza
que había sido suscrito por los plenipotenciarios
de ambas naciones, en 6 de febrero de 1873 y
que recibió veredicto aprobatorio del Congreso
peruano el 22 de abril del mismo año.

Tal fue la exigen cia del d ip lom á tico


peruano y la presión de su gobierno, que la
frialdad glacial que demostró Ballivián, fue
sobrepasada y no tuvo más remedio que pre­
sentar el tratado al Congreso, el cual lo aprobó
sobre tablas, el 2 de junio del mismo año. (12)

LA EXTENSION A LA ARGENTINA

El gobierno peruano, interesado viva­


mente en neutralizar los propósitos chilenos de
•i c* o
M a f ia de T r a id o r e s

agresión y conquista, propuso la incorporación


de la República A rgentina en el tratado de
alianza que se había firmado. Para este trámite
nombró Embajador Extraordinario ante la casa
"rosada" al Dr. Manuel Irigoyen, que mantenía
relaciones con los altos círculos argentinos, con
la instrucción de entrevistar, a su paso por
Chuquisaca, al Presidente Adolfo Ballivián e
interesarlo en tan importante empresa.
Ballivián, más interesado en los asuntos
relativos a Chile y a sus ambiciones, que en
implantar medidas de seguridad para su Patria,
recibió la in v ita ción peruana con fria ld a d
absoluta, e hizo todo cuanto pudo por hacer
fracasar la brillante oportunidad de asegurar la
paz del continente.
En la biografía de su canciller Mariano
Baptista, describimos las circunstancias que
mediaron en trámite tan antipatriótico, traidor
y desgraciado. (13 ) (14)

I-A TRANSACCION PEROO


Por decreto de 15 de septiembre de 1869,
Muñoz y Melgarejo concedieron a una empresa
chilena 2.672 leguas cuadradas, es decir, una
extensión mayor a todo el litoral boliviano, para
la explotación y exportación exclusiva de salitre,
libre de todo impuesto. El Presidente Agustín
Morales en 1872, rectificó esta concesión mons­
truosa y la redujo a 375 leguas cuadradas.
La empresa concesionaria transfirió sus
derechos a la Compañía de Salitres y Ferrocarril
de Antofagasta, la cual, en 1873, aprovechando
de que el m a n d a ta rio p a trio ta h ab ía sido
asesinado, y gobernaba el país el jefe de la mafia
chilenófila, don Adolfo Ballivián, acreditó a don
Mariano Peroo para reclamar por la reducción
realizada por Morales.
Peroo ofreció un 10% de las utilidades
netas de la empresa, en pago de impuestos y
regalías al Estado.
Ballivián y su canciller dieron inmediato
curso a la solicitud de Peroo y le concedieron
una enorm e exten sión de los m ejores y a c i­
mientos de salitre, sin otra obligación que pagar
2.000 pesos anuales al Estado. (15)
En esta nueva concesión, tan leonina
com o la de M elg a rejo, el im p etra n te salió
1XA
M a f ia de T r a id o r e s

agraciado con un millón de veces más de lo que


voluntariamente había ofrecido, es decir que, el
10% sobre las utilidades netas podía sobrepasar
a 2.000 pesos multiplicados por un millón.
El decreto pertinente no solo lesionó al
Estado boliviano en proporción enorme, sino
que, posteriomente, cuando el Parlamento de
1878 llegó a revisarlo para darle aprobación
legislativa, devino en la famosa ley de los ”10
centavos", que sirvió de pretexto para justificar
la invasión araucana, la Guerra del Pacífico y la
pérdida del Litoral. (16 ) (17)

MUERTE DE BALLIVIAN

Adolfo Ballivián, durante su estadía en


Europa, abusó de su juventud y se dedicó a una
vida licenciosa en la que fue contagiado con una
enfermedad incurable.
En enero de 1874, su dolencia se agravó
hasta llevarlo al sepulcro. En medio de sus
consternados conmilitones se extinguió su vida y
su voluntad chilenófila de causar mayores daños
a Bolivia.
4or
EPILOGO

Adolfo Ballivián, personaje descrito por


los historiadores como un dechado de hones­
tidad, bondad extrema y gran cultura, realizó
durante su permanencia en Bolivia los actos
más lesivos a la seguridad, paz, y tranquilidad
de la P a tria . H izo todo cu an to pudo por
favorecer a Chile. Obras suyas son el crimen
del Loreto, la terrible tragedia de Melgarejo y la
muerte del gran caudillo paceño Isidoro Belzu.
Sus inclinaciones afectivas lo acercaban
más a la tierra de Diego Portales. Durante su
niñez y su juventud permaneció en Chile, donde
pudo cultivar hondas vinculaciones e incluso
contraer matrimonio con una dama de la más
alta sociedad santiaguina.
A Bolivia lo unían apenas los lazos de la
cuna y de la tradición de su padre, pero a Chile
lo am arraban las fib ra s del cora zón y los
compromisos esotéricos de la conciencia.
No fue más ni menos que el sucesor de
Casimiro Olañeta, el jefe del partido "Rojo", el
lider de la mafia masónica chilenófila.
166
Referencias;
( 1) Gran Traición en la Guerra del Pacífico

por Hugo Robert Barragan - Imp. Offset

- La Paz - Bolivia 1979 Pag. 126

(2 ) El dictador Linares por Manuel

Frontaura Argadoña - Ed. Camarlinchi

- La Paz - Bolivia 1970 Pag. 307

(3) Matanzas de Yañez-Gabriel René Moreno

- Ed. Potosí -Potosí - Bolivia 1954.

"El Juicio Público”. Pags. 1 al 462

(4) Periódico "El Juicio Público"

por los hermanos Cirilo, Alejo

y Román Barragán Pags. 1 al 47

(5) Nueva Historia de Bolivia por Enrique

Finot - Ed. Guibert y Cia.

- La Paz - Bolivia 1980 Pag. 266

(6) Finot - o.c. Pag. 269

(7) Recuerdos de mi regreso de Europa

- por Narciso Campero- A. Bouret e hijos

- París 1874 Pag. 19

(8) Roberts Barragán - o.c. Pag. 292

(9) "Belzu" por Fausto Reinaga

- Ed. Comercio La Paz -Bolivia 1953 Pag. 106

( 10) "El Indio y el cholaje boliviano"

por Fausto Reinaga Imp. Renovación

Ltda. - La Paz - Bolivia. Pag. 43

167
(11) Los Generales de Bolivia por Julio Diaz

Arguedas - Imp. Intendencia Gral, de

Guerra - La Paz - Bolivia 1929 Pags. 108 al 111

(12) Historia Internacional de Bolivia

por Miguel Mercado Moreira Imp.

Atenea - La Paz - Bolivia 1930 Pag. 444

(13) "La Guerra de 1879. nuevos

esclarecimientos por Alberto Gutiérrez

- C Bouret - París 1920 Pags. 160 a 172

(14) Mercado Moreira - o.c. Pags. 444 a 457

(15) Guerra del Pacífico por Gonzalo Bulner

- Ed. Universo-Valparaiso 1912 Pag. 47

(16) Roberts Barragán - o.c. Pags. 162 y 163

(17) Mercado Moreira - o.c. Pags. 469 a 471

168
MARIANO DONATO MUÑOZ

DATOS BIOGRAFICOS

El p erson a je más e scu rrid iz o de la


traged ia del P a cífico, fue M ariano D onoto
Muñoz, sobre cuya biografía se ha escrito muy
poco, sin embargo de ser el verdadero espécimen
de la traición y el agente más efectivo de la
usurpación chilena.
P arece que nació en La Paz, más o
menos por losaños 1818 a 25 y se educó en la
misma ciudad. Obtuvo el título de abogado en
la Universidad "San Andrés". Como miembro
del partido "Rojo" no se descuidó en viajar a
Valparaiso donde ingresó en la logia Lautaro,
ascendiendo rápidam ente de grados por su
capacidad intelectual descollante y su lealtad a
la sociedad esotérica.
Las relaciones históricas de la época dicen
que Muñoz "fue un abogado sin clientela". Esta
afirm ación parece ser verdadera porque su
oñcina estaba dedicada a los asuntos políticos y a
sus relaciones con las logias, sin que tuviera el
menor interés en atender pleitos particulares (1)
Fue dos veces diputado. Asistió a los
congresos de 1860 y 1863.

LA REVOLUCION DE MELGAREJO

Durante el gobierno de José María Achá,


Muñoz cultivó hondas relaciones de amistad con
el General Mariano Melgarejo, en cuyas apti­
tudes de audacia y temeridad cifraba grandes
esperanzas de constituir un gobierno fuerte,
dictatorial y omnímodo.
En esa época, la oligarquía, la masonería
y el partido "Rojo" vivían atemorizados por la
certidum bre de que el General Isidoro Belzu
volvería al país de un momento a otro, y por esa
obsesión, se vieron precisados a constituir un
poder capaz de reprimir los ideales populares, e
impedir el retorno de su gran lider.
170
M a f ia de T r a id o r e s

El que la masonería hubiera ordenado al


terrible Yáñez ejecutar el crimen del Loreto, en
el que fueron asesinados cincuenta prominentes
partidarios del belcismo, no sólo que no pudo re­
primir a esta facción, sino que dio margen a que
ingresaran a sus filas nuevos luchadores de
calidad, tales como los hermanos Barragán, que
estuvieron a punto de levantar al pueblo paceño,
con la valentía, de los artículos publicados en su
propio periódico, el "Juicio Público".
Por estos motivos, Adolfo Ballivián y
Donato Muñoz decidieron acelerar el derroca­
m ien to del P resid en te José M aría A chá e
indujeron a Mariano Melgarejo a tomar el poder,
el 28 de diciembre de 1864. (2)

EL DOMADOR Y LA FIERA
D esde a q u ella fecha fa tíd ica , en tre
M uñoz y M elgarejo se estableció la m ism a
re la ció n del D om ador fren te a la F iera ,
manejada con cadena.
Ningún movimiento realizaba la Fiera
sin que su dom ador le d iera im pu lso o le
señalara dirección.
171
Claro que el Domador se cuidaba de no
tirar mucho de la cadena y dejaba obrar a la
Fiera en el mayor círculo posible. Le dejaba
retozar a sus anchas, cometer atropellos, em­
bestir a la gente, asesinar, lastimar o violar. El
sabía que la Fiera tenía sus instintos y había
que dar gusto a sus tropelías sin pretender
dominarla en absoluto.
Intervenía solamente cuando la bestia­
lidad podía perjudicar a sus amigos, o despertar
la crítica de la opinión general. Entonces sí,
d esp u és del h ech o con su m a d o, actu aba
decididamente para justificar el atropello.
En cierta ocasión la Fiera mandó apresar
a una parejita de origen francés, por el hecho de
ser ella muy joven y muy bonita....Mientras el
m a rid o p erm a n ecía en cerra d o en una
mazmorra, la fiera convertida en Sátiro cometió
el más bestial de los atropellos, con la joven
esposa, hasta dejarla sangrando de los senos y
de otras partes pudendas.
El D om ador, una vez sa ciad os los
instintos lúbricos de la fiera, liberó a las víc­
tim as y las hizo salir del país ... antes que
172
M a f ia de T r a id o r e s

hubiera una interven ción consular o d ip lo­


mática. (4)
En las demás ocasiones, el Dom ador
contem plaba con indiferen cia y a veces con
fruición los arrebatos de furia de la Fiera y sus
ansias de sangre. Así procedió cuando la Fiera
secuestró en su palacio a una niña de quince
años y la hizo su querida por la fuerza. La
madre clamaba de rodillas que le devolvieran a
su hija, pero el Domador la contemplaba con
indiferencia.

Lo mismo aconteció cuando el infeliz


C oron el C ortez fue victim a d o. Su cráneo
triturado a culatazos salpicó con sus sesos a los
sargentos que obraban por orden de la Fiera,
mientras el Domador contemplaba la terrible
tragedia sin mover una pestaña..
De indéntica manera, cuando la fiera
enfurecida mandó a cuatro tiradores descargar
sus armas sobre el cuerpo arrojado del político y
escritor Cirilo Barragán.
En general, el Domador dejó que la Fiera
desfojara su violencia en otras cien víctimas que
173
no tuvieron defensores o am igos entre los
hermanos de la maña masónica.
El Domador ejercía influencias y hasta
m ucha a u torid a d sobre la F iera, pero, por
ningún motivo, quería resentir aquel don de
m ando traspasado por la m afia m asónica y
luego estrechado por la complicidad y el trato
cotidiano. Reservaba el Domador sus interven­
ciones e influencias para cuando se presentaran
g ra n d e s a su n tos, de m onto e im p orta n cia
superior.

EL NEGOCIO ESTUPENDO

La esperada oportunidad se presentó con


la llegada de Anicero Vergara Albano, primer
em b aja d or de C hile, a quien M uñoz había
conocido años antes, al ingresar en Valparaíso a
la logia Lautaro. (5)
Mariano Melgarejo odiaba a los chilenos
y, por este m otivo, era p ru d en te su avisar
previamente su voluntad.
M uñoz abrió el cam in o del éxito
aconsejando al embajador que realizara un plan
174
M a f ia de T r a id o r e s

de acercam iento hacia su pupilo, que debía


consistir en llenarlo de obsequios y alabanzas.
Vergara Albano colmó de licores finos, caballos
de raza, joyas preciosas y dinero para sus gastos
de g obiern o y adem ás, con p u b lica cion es
laudatorias en la prensa chilena...Todo este plan
se realizó bajo la dirección de Muñoz, hasta que
el rep resen tan te del pais rapaz, con sigu ió
ablandar las facultades volitivas de Melgarejo.

LA PROPOSICION CHILENA

Preparado el terreno, Vergara Albano


abordó a M elg a rejo con la p rop osición
fundamental, que consistía en la "rectificación
de las fronteras entre los dos paises". Esta
rectificación consistía en recorrer los límites
divisorios desde el paralelo 27 hasta el paralelo
24 de latitud sud, con lo cual virtualm ente
Bolivia cedía a Chile tres grados geográficos de
territorio Litoral sobre el Océano Pacífico.
El em b aja d or ten ía form u la d o un
proyecto de tratado, pero Muñoz se ofreció para
redactar otro protocolo, en el que Bolivia no
17K
apareciera cediendo ningún territorio suyo, sino
reconociendo el derecho supuesto de Chile sobre
los tres grados pretendidos..! (6)
Las a s p ira cio n e s de C h ile, en ese
m om ento, se lim itaban a conseguir los tres
grados de territorio o sea toda la extensión del
D esierto de A tacam a, y ja m á s se hubieran
atrevido a proponer concesiones sobre el único
litoral que quedaba a Bolivia. Pero, el traidor
Muñoz, deseoso de ganar más dinero y servir
mejor a la logia Lautaro, propuso una fórmula
que él ideó con h a b ilid a d v esá n ica , para
introducir a Chile en la posesión de las riquezas
del jirón más rico de la Patria.
Si U d. em b a ja d or, -d eb ió d e cirle -se
somete a duplicar sus dádivas, yo le daría una
fórm u la que le perm itiría particip ar d ire c­
tamente en las riquezas de nuestro territorio.

C onocida la fórm ula, Vergara Albano


pagó con largueza la genialidad satánica del
canciller boliviano, y firmó el protocolo de 1866,
donde quedó establecida la siniestra cláusula de
la medianería.
176
T^\ MEDIANERIA

E stab lecid a esta clá u su la que C hile


partiría con Bolivia, a m edias, de todas las
rentas emergentes de la producción y expor­
tación de productos naturales existentes entre el
paralelo 24 y el 23, o sea el litoral netamente
boliviano, tales como salitre, bórax, cobre, plata,
etc. Chile quedaba virtualmente dueño de todas
esas riquezas, sin poner un solo centavo de
ca p ita l y sin p aga r n in gún gasto de
administración o exportación.
Además, como dueño del 50% de todos
esos bienes, quedaba con el derecho de importar
por los puertos de Antofagasta y M ejillones,
todos los productos de origen chileno, sin pagar
un solo centavo de impuesto de importación, con
lo cual todo el Pais quedaba som etido a la
economía de los araucanos.

APROBACION DEL NUEVO PACTO

Una vez firmado en Santiago el siniestro


tratado de 1866, origen de todas las desventuras
1 7 T
de Bolivia, y de la guerra del Pacífico, Chile
exigió que fuera aprobado por un congreso.
El tirano era refractario a cualquier tipo
de parlamento, pero Muñoz le aseguró que él y
la mafia que representaba, nombrarían a los
diputados a voluntad. Efectivamente, el pueblo
in c o n s c ie n te dio su voto a los ca n d id a tos
oficales, y el 10 de agosto de 1866 fue aprobado
el docum ento más lesivo a la integridad, la
soberanía, y el porvenir de la Nación. Apenas
doce diputados tuvieron la valentía de rechazar
su aprobación. (7)

LA PÉRDIDA DE LA AMAZONIA
Y EL MATOGROSO

En 1863, estando en la ciudad de Oruro,


el e m b a ja d o r del B ra sil, R egó M on teiro,
propuso a Bolivia la suscripción de un tratado
de límites, por el que el país resultaba perdiendo
150.000 kilómetros cuadrados en la Amazonia, y
otro tanto en las nacientes del río Paraguay.
Estas concesiones habrían cerrado la salida del
país hacia el Atlántico.

178
M a f ia de T r a id o r e s

Ocupaba entonces la cancillería b oli­


viana el Dr. Rafael Bustillo, celoso defensor de
nuestros derechos territoriales*
Con argumentos consistentes y patrio­
tismo inquebrantable, rechazó la proposición de
Regó Monteiro, así como las condecoraciones y
ofertas pecuniarias que se le hicieron.
"El m in istro b ra silero en con tró en
Bustillo un patriota insobornable y un inva­
riable defensor del derecho; entonces creyó
p ru d en te r e tira rse , term in an do así las
conferencias de Oruro". (8)
En 1867 el nuevo embajador del Brasil,
F elipe López N ieto, viendo que los chilenos
h a b ía n con seg u id o cercen a r el te rrito r io
b o liv ia n o m ed ian te obsequ ios y d ád ivas
pecuniarias, repitió la proposición que había
hecho infructuosamente su antecesor en 1863.

En esta vez no hubo n ecesid a d de


m u chos p reá m b u los, para lleg a r a una
definición. Muñoz acordó con López Nieto las
condiciones pecuniarias de la transacción y se
firmó sobre tablas el tratado de 27 de marzo de
*«~7n
EPILOGO

El en g en d ro de la tra ició n M ariano


D on a to M uñ oz, orig in ó todos los m ales y
desventuras que aquejaron a Bolivia durante la
trágica guerra del Pacífico, y las consecuencias
em e rg e n te s de la p érd id a de su L itora l
marítimo.
Sin embargo, después de la contienda,
los gobiernos que se sucedieron y la oligarquía,
lle n a ro n de co n s id e ra cio n e s y h on ores al
máximo traidor. Sus descendientes, hasta la
q u in ta g en era ción , recib ieron las m ayores
d is tin c io n e s y d esem p eñ os p o lítico s y
administrativos: fueron ministros, senadores,
diputados, embajadores, alca! des, etc. etc.
La m afia m asónica considera al gran
tra id o r M aria n o D on a to M uñ oz, com o el
ex p o n e n te m áxim o de la g rey e so té rica ;
mientras el pais y el pueblo boliviano sufren las
consecuencias de sus tremendas fechorías.
Los e s c rito re s e h isto ria d o re s de la
m ason ería trataron de lib era rlo de culpas,
atribuyendo todas sus traiciones a M ariano
182
M a f ia de T r a id o r e s

Melgarejo... Pero la conciencia pública sabe que


la inteligencia del tirano estaba limitada por su
ignorancia y su beodez permanente; y que fue
Muñoz quien manejó realmente las riendas del
gobierno.
Referencias;
(1) Melgarejo, un tirano romántico por

Max Daireaux - 2da. Edición - Ed. Gisbert

y Cia. - La Paz - Bolivia 1958 Pag. 101

(2) Matanzas de Yáñez por Gabriel René

Moreno - Ed. Potosí - Potosí

- Bolivia 1954

(3) Nueva Historia de Bolivia por Enrique

Finot - Ed. Gisbert y Cia. - La Paz

- Bolivia 1980 Pag. 266

(4) Max Daireaux - o.c. Pag. 125

(5) Gran traición en la Guerra del Pacífico

por Hugo Roberts Barragán Ed. Offset

- La Paz - Bolivia 1979 Pag. 81

(6) "Realidad del equilibrio Hispano

- Americano" por Julio Méndez Ed.

Don Bosco - La Paz - Bolivia 1972 Pag. 13, 14 y 55

(7) Historia Internacional de Bolivia

por Miguel Mercado Moreira - Imp. Atenea - La


Paz - Bolivia - 1930 Pag. 69
(8) Mercado Moreira- o.c. Pags del 9 al 15

(9) Mercado Moreira- o.c. Pags. 13 al 21

(10) El historiador chileno Gonzalo Bulnes, al

referirse a esta concesión dice: "El privilegio

era tan extremo, las concesiones tan vastas,

que el pueblo boliviano protestó con razón

enérgicamente contra ellas. Guerra del

Pacífico - Ed. Universo - Valparaíso 1912 Pag. 40

184
MARIANO MELGAREJO

N ació este sujeto en Tarata (C ocha-


bamba), hijo de una mujer del pueblo. Nunca se
supo quien fue su padre.
Muy joven ingresó al cuartel, donde se
caracterizó por su temperamento levantisco y
pendenciero. Incitó varias veces a la soldadesca
y promovió motines que causaron pérdida de
vidas. Fue sentenciado tres veces a la pena
ca p ita l, pero circu sta n cia s im p rev ista s le
salvaron.
José Ballivián lo tomó a sus servicios, en
cuya casa ascendió hasta el grado de Coronel,
sin asistir al Cuartel. (1)
Fue a scen d id o a G en eral porqu e al
comandar un regimiento, durante el gobierno de
Achá, decidió con su empuje una batalla, frente

185
a las fu erzas re v o lu cio n a ria s del G en eral
Gregorio Pérez. (2)
P e rso n a lm en te no fue más que un
malhechocun delincuente avesado que cometió
todos los crímenes imaginables: fue asesino,
lad rón , a sa lta n te de ca m in os, su b v ertor,
secuestrador, violador, etc., etc.
Desde su juventud adquirió el vicio de la
bebida y era un beodo brabucón y foragido.
Como todo criminal impune mostraba un valor y
una temeridad sin límites, cualidad que nunca
empleó en la defensa de su Patria, sino en el
exterminio de los que se le oponían, a los cuales
jamás perdonó.

Por todos estos "méritos" fue elegido por


la m afia m asón ica com o in stru m en to para
soj uzgar al pueblo y someterlo por el terror a
sus intereses y consignas. No le fue permitido
ingresar en el seno de la sociedad esotérica, por
la condición excluyente de su raza indomestiza;
pero, antes de lanzarlo a la toma del poder,
aseguraron su lealtad sometiéndolo a la tutela
de un alto miembro de la mafia, el Dr. Mariano
186
M a f ia de T r a id o r e s

Donato Muñoz, de cuya autoridad no se sacudió


jamás. (3)
Cuando llegó a la P resid en cia de la
República, infligió a los bolivianos y al país da­
ños abismales e irreparables, bajo el consejo y la
dirección de su tutor.
Causó a B oliv a su m u tila ción y en-
claustramiento, tanto obsequiando a Chile todo
el Litoral sobre el Pacífico, en el tratado de
1866, como al Brasil la Amazonia, Y parte de la
Chiquitanía en el tratado de 1867.
Los ú n icos a ten u a n tes de a q u ellos
delitos delesa Patria, están en su irrespon ­
sabilidad y en el hecho de haber sido inspirados
y dirigidos por el traidor M ariano D onato
Muñoz, que lo pilotaba en representación de la
mafia chilenófila.
D errocado por los grandes patriotas
A gu stín M orales e H ila rión D aza, que en
denodada lucha vencieron a la masonería el 15
de enero de 1871, fugó a Chile, donde pretendió
hacer valer sus m éritos aviesos y el grado
burlesco de General que le concedieron por su
felonía.
187
Trasladado a la ciudad de Lima, preten­
dió r e la cio n a rse n u eva m en te con J u a n ita
Sánchez, a quien había tenido secuestrada en su
palacio. El hermano de ella le quitó la vida
disparándole un balazo, en el acto de impedir
que ingresara por la fuerza al domicilio de su
familia. (4)
La m asonería pretendió sacudirse de
toda responsabilidad imputando a Melgarejo de
los crímenes cometidos, pero el juicio imparcial
tiene clara conciencia de quienes conspiraron
contra la integridada de Bolivia.
Referencias:
(1) José Ballivián, estando ya en el destierro,

ascendió a Mariano Melgarejo al grado de

Coronel, sin consen-timiento del Ejército.

(La "Epoca" de Sucre, de 19 de junio de 1848).

Recuerdos de Francisco Burdet O’ Connor

- Ed. Don Bosco - La Paz - Bolivia - 1972 Pag. 33

(2) Melgajero, un tirano romántico

"por Daireaux 2da Edicción - Ed. Gisbert

y Cia-La Paz, Bolivia 1958 Pag. 91

(3) Max Daireaux - o.c.

(4) La muerte del tirano por Vicente

Terán Erquicia-Ed. CIMA-La Paz, Pags. 179 al 187


MARIANO BATTISTA

NACIO EN COCHABAMBA
F,L Ifi DE JIJLIO DE 1832

O btuvo el b a ch illera to en el colegio


"Junín" de su tierra natal y el doctorado de
Derecho en la Univerdidad de "San Simón".

Desde muy joven militó en el partido


"R ojo", presidido por A dolfo B a lliviá n . Se
distinguió por su facilidad oratoria, cualidad
que la utilizó hábilm ente en las m aniobras
políticas de su partido.
Cuando el Dictador Linares fue depuesto
del poder y exiliado, acompañó a este personaje
a la ciudad de Santiago y, en cumplimiento de

189
obligaciones partidistas y masónicas, lo asistió
hasta los últimos días de su vida.
El año 1872 ca p ita n eó la m a yoría
p arla m en ta ria que im pugnó al P resid en te
Agustín Morales, por la defensa que hacía de los
intereses nacionales, frente al defraudador
Arteche, cómplice y favorito de Melgarejo. (1)
Esta actitu d de B ap tista preparó el
ambiente público que requería la Embajada de
C h ile y la m a son ería , para p erp etra r
impunemente el asesinato del mandatario pa­
triota y austero, que después de destruir la
tiranía de Melgarejo, se atrevía a defender la
integridad y la economía de Bolivia. (2)
Durante las presidencias sucesivas de
Adolfo Ballivián y Tomás Frías, desempeñó la
cartera de Relaciones Exteriores, desde la cual
colaboró con celo y eficacia en la política chile-
nófila y antiboliviana de ambos gobernantes.

EL TRATADO DE ALIANZA

A pen as el nuevo P re sid e n te A d olfo


Ballivián inició sus labores, llegó a La Paz y

190
M a f ia de T r a id o r e s

luego a S u cre, el E m bajador y E n v ia d o


Extraordinario del Perú, don Víctor Aníbal de
la Torre, quien traía instrucciones precisas para
conseguir la aprobación legislativa del tratado
de alianza que había sido suscrito en Lima por
los plenipotenciarios de ambas naciones, en
fecha 6 de feb rero de 1873, a in sta n cia s e
instrucciones del extinto Presidente Morales, y
h abía recib id o v ered icto a p ro b a to rio del
congreso peruano.

Sin embargo de la franca frialdad que


dem ostraba el g ob iern o, para som eter al
Congreso el conocimiento y aprobación de aquel
documento, fue tanta la presión del canciller
peruano desde Lima, y la diligencia de sus
representantes diplomáticos, que Ballivián y su
cancilller Baptista no tuvieron otro recurso que
darle libre trám ite. El parlamento de 1873
aprobó el tratado en fecha 2 de junio del mismo
año. (3)
El g o b iern o del P erú p rop u so al de
B oliv ia la in co rp o ra ció n de la R e p ú b lica
Argentina al pacto de alianza suscrito. Para
esta op era ción , nom bró al d octor M an uel
Irigoyen como Embajador Extraordinario.
Este personaje, que mantenía vincula­
ciones con los altos círculos políticos argentinos,
conferenció con el Presidente Ballivián y su
canciller Baptista, pidiéndoles la elección de un
representante boliviano con quien iniciar en
conjunto las gestiones diplomáticas respectivas
ante el gobierno de Buenos Aires.
Sin embargo de la importancia suprema
que rev estía la con secu ción del con cu rso
arg en tin o en el m a n ten im ien to de la paz
americana, Ballivián ni Baptista demostraron el
más leve interés por iniciar esas negociaciones,
y al no haber procedido a nombrar, en plazo
o p ortu n o, al fu n cio n a rio que In rig oy en
solicitaba, se ofreció él mismo a representar a
Bolivia ante los altos poderes argentinos.
Don M iguel Irigoyen, atingido por el
tiempo que transcurría sin solución alguna,
partió a Buenos Aires, recabando previamente
la prom esa formal del canciller B aptista de
m a n d arle los p od eres n ece sa rio s p ara el
desempeño de su misión.

192
M a f ia de T r a id o r e s

El ilustre Embajador Extraordinario del


Perú hizo cuanto pudo por conseguir la incor­
poración argentina en el pacto de alianza, pero,
cuando sus gestiones estaban a punto de ser
coronadas, tropezó con el inconveniente de no
tener a mano el poder que se le había ofrecido.
Mariano Baptista ni siquiera se había
propuesto redactar aquel documento, porque
estaba empeñado en otra gestión opuesta, favo­
rable a las intenciones expansionistas de Chile.

Y de esta manera, por acción concreta de


la traición, llegaron al fracaso las gestiones
emprendidas por el gobierno del Perú, para
deten er las am bicion es ra p a ces del país
araucano. (4) (5)

EL TRATADO DEL 1874

Poco días después de que el Congreso


aprobó el pacto con el Perú, llegó el Encargado
de Negocios de Chile, Carlos Wálker Martínez,
que contaba con los favores del partido oficial,
porque era yerno del extinto Dictador Linares.
Vulnerando el estricto secreto en que
debían mantenerse las gestiones del Embajador
Irig oy en , el C a n ciller B a p tista in form ó al
chileno sobre el proyecto de incluir a la Repú­
blica Argentina en el pacto de alianza defensivo.

W álker M a rtín ez, p rofu n d a m en te


impresionado, consultó a su gobierno sobre el
camino que se debería tomar, para impedir el
perfeccionamiento del acuerdo tripartito y, como
las instrucciones de la M oneda tardaban en
llegar, consiguió por lo pronto que su amigo
Baptista le prometiera retener los trámites que
Irigoyen realizaba en Buenos Aires.

M ien tras retorn a b a el correo desde


Santiago, las dolencias de don Adolfo Ballivián
lo llevaban al sepulcro; y la presidencia fue
sustituida por Tomás Frías. Para beneplácito de
Wálker M artínez, en este nuevo período fue
también nombrado Canciller su íntimo Mariano
Baptista.
Llegadas del Mapocho las instrucciones,
Frías, Baptista y Martínez, decidieron en una
194
M a f ia de T r a id o r e s

conferencia que duró apenas veinte minutos,


suscribir un nuevo tratado, que sirviera para
detener in d efin id am en te el trám ite que se
realizaba en Argentina. (6)

Baptista, sin pérdida de tiempo, redactó


el protocolo del nuevo tratado que contenía los
términos siguientes: (7)

a.- La famosa supresión del condomio sobre


las riquezas minerales de Antofagasta,
serviría de pretexto substantivo; pero,
aq u ella con d ición era una bu rla : se
suprimía el condominio sobre las subs­
tancias inorgánicas y se lo mantenía para
la explotación del huano.

b.- Se definía el límite de Chile en el paralelo


24 de latitud Sud, con lo cual quedaba
ratificada, en forma definitiva e inamo­
vible, la cesión efectuada por Muñoz y
Melgarejo. En cuanto al límite oriental,
Chile avanzaba en mayor profundidad
sobre territorio boliviano.

195
c.- La demarcación Pissis- Mujía, observada
como defectuosa por el intemacionalista
Rafael Bustillo, era ratificada, incluyendo
Caracoles dentro de territorio chileno.

d.- Los im puestos sobre exportaciones de


m inerales quedaban congelados por 25
años, no pudiendo Bolivia crear ninguna
otra imposición.

e.- Los p rod u ctos de C h ile p od rían ser


internados al Litoral y distribuidos en
todo el te rrito rio n a cion a l sin p aga r
ningún derecho aduanero.

fi- Y por último, en com pensación del su­


puesto levantamiento parcial del condo­
minio, Bolivia se comprometía a reconocer
una indemnización cuantiosa. Es decir
que, para recuperar sus legítimos dere­
chos, usurpados dolosamente, ¡ Bolivia
tenía que indemnizar al usurpador!.
El execrable protocolo constituía una
ra tifica ción palm aria,, m ejorada y aún más
1 Q fi
M a f ia de T r a id o r e s

lesiva a los intereses nacionales, que el tratado


de 1866; y su publicación despertó la indig­
nación de todo el país. De todas las capitales y
h a sta de las p ro v in cia s, lle g a ro n airad as
protestas y se realizaron en ellas multitudinarias
manifestaciones de repudio.
El 21 de agosto de 1874 fue presentado,
para su aprobación por el Congreso, el protocolo
firm a d o por el C a n cille r B o liv ia n o y el
Encargado de Negocios del país araucano.
Para neutralizar la reacción adversa que
también se presentó en el cuerpo legislativo,
Baptista ocupó la tribuna varias horas, haciendo
un derroche de sus dotes oratorias, pero su
discurso tampoco convenció a los congresales.
Antes de que fracasara su proyecto aleve,
el Canciller llamó a su despacho a los diputados
vacilantes y, uno a uno, les ofreció favores
adm inistrativos, prebendas y hasta dádivas
pecuniarias a cambio de su voto; y el Encargado
de Negocios anunció el retiro de la cláusula más
lesiva que contenía el protocolo, que consistía en
la in d em n ización a C h ile p or el retiro del
condominio.
107
Con estas maniobras consiguieron una
leve m ayoría y en la trágica sesión del 6 de
noviembre de 1874, ante la perplejidad de todo
el país, fue aprobado el monstruoso tratado. (8)
(9) (10)

LA CONCESION GRACIOSA

Por decreto de 5 de septiembre de 1868.


Muñoz y Melgarejo concedieron a la Compañía
E x p lo ta d o ra del D esierto de A tacam a "el
p riv ile g io ex clu siv o por 15 añ os, para la
exploración, elaboración y exportación de salitre
del d e sie rto de A ta ca m a ". Com o ú nica
retribucción para el Estado se fijó la patente de
diez mil pesos, pagaderos por una sola vez.
El m onstruoso decreto com prom etía,
2.672 leguas cuadradas, o sea una extensión
mayor a la superficie del territorio litoral.

El P resid en te A gu stín M ora les, en


cuanto asumió el mando, promulgó una Ley
anulando las concesiones graciosas efectuadas
por Melgarejo; y la Compañía chilena no tuvo
198 .
M a f ia de T r a id o r e s

otro recu rso que a cred ita r a don D om ingo


A rtea g a A lem p erte, para recla m a r por la
pérdida de sus supuestos derechos.

Para no violentar las relaciones inter­


nacionales, antes de recibir los barcos y arma­
mentos que había pedido a Inglaterra, Morales
se avino a reducir la fabulosa extensión antes
concedida, a 375 leguas cuadradas, liberando de
todo impuesto por diez años la exportación de
salitre que realizara, la Compañía.
La empresa chilena, transform ada en
"C om pañ ía de S a litres y F e rro ca rril de
Antofagasta", no satisfecha con los términos de
la reducción, aprovechó la desaparición del
Presidente patriota, cobardemente asesinado, y
acreditó ante el gobierno de Adolfo Ballivián a
don Belisario Peró, para suscribir un nuevo
contrato que concordara con sus intereses.
Peró comenzó por ofrecer al Estado una
participación del 10% en las utilidades netas de
la empresa salitrera que representaba.
Como en este régimen el favor oficial
h a cia C hile era p a ten te, las gestion es de
1QQ
B e lis a r io Pero fu eron coron a d a s in m e d ia ­
tamente.
El canciller redactó un decreto, entre
cuyas cláusulas se establecía lo siguiente:

a.-Además del paralelogramo delimitado por


el decreto de abril de 1872, (el de Mora­
les), se concedía a la empresa la extensión
denominada Salar del Carmen, donde ella
e fe ctu a b a la e x p lo ta ció n de sa litre
clandestinamente y, además, 50 estacas
de 1.000 metros, con cargo de pagar una
patente anual de cuarenta pesos por cada
una de estas.

b.- Se le otorgaba la facultad de explotar el


sa litre y exp ortarlo por A n tofa ga sta ,
liberado de todo género de im puestos,
sean fiscales o municipales, por el término
de 25 años, contados desde la fecha del
contrato.

Como se ve, esta transacción anómala


lesionaba los intereses del Estado en grado

2 0 0
M a f ia de T r a id o r e s

máximo, ya que los 2.000 pesos anuales que


debía pagar la compañía, no representaban ni la
milésima parte del 10% que el impetrante había
ofrecido. Se le concedió mil veces más de lo que
había solicitado.
Las con secu en cia s lesiv a s de esta
transacción, no solamente se circunscribieron a
un quebranto económico colosal, sino que, más
tarde, junto al tratado de 1874, sirvieron de
fundamento jurídico, para justificar la invasión
chilena y la pérdida de nuestro Litoral. (11) (12)

EL ASESINATO DEL
EXPRESIDENTE DAZA

Después del trágico final de la guerra


injusta, los que habían enajenado el patrimonio
nacional mediante tratados leoninos ordenados
por la m asonería, los que habían cum plido
arteram ente planes contra la integridad de
B oliv ia , los que habían tra icion a d o en las
batallas, consiguiendo el aniquilam iento de
nuestros soldados, todos ellos, se comprome­
tieron sucederse sincrónicamente en el ejercicio
del poder. A Mariano Baptista le tocó el turno
de gobernar y subió el 5 de agosto de 1892.
Para encubrir sus culpas ante el pueblo y
la Historia, buscaron una "cabeza de turco" a
quien atribu ir las pérdidas del Litoral y el
resultado adverso de los combates. Esta víctima
fue el patriota Presidente Hilarión Daza.
Ocurrido su derrocamiento, Daza perma­
neció 14 años en Europa; pero los responsables,
temerosos de que un día u otro pudiera decidirse
a clarificar la verdad desde el exterior, urdieron
un plan para a tra erlo al país y h a cerlo
desaparecer.
Esta operación la realizó Baptista, de
acuerdo a los m étodos y a la técnica que la
masonería tiene establecidos, en la ejecución de
los crímenes políticos, desde los tiempos del
venerable "hermano" Francisco María Voltaire.
Primero, propalaron, él y sus cómplices,
tanto género de calum nias, inculpaciones e
im putacion es inju riosas contra su persona,
h asta su m ergirlo en las profu ndidades del
desprestigio público, o sea producir en vida la
muerte civil. Para este cometido hicieron uso de
M a f ia de T r a id o r e s

todos los m edios de publicidad: periódicos,


revistas, conferencias, textos de enseñanza,
libros de autores célebres, etc.
Y luego de cumplir esta labor siniestra
Baptista, procedió impunemente.

EL HECHO SE PRODUJO
EN LA SIGUIENTE FORMA

Fue in icia d o un ju fcio de r e s p o n ­


sabilidades ante la Corte Suprema de Justicia y
se consiguió una notificación de comparendo
verificada mediante el consulado en Francia.
Daza que tenía la seguridad de triunfar en
cualquier demanda, cometió la ingenuidad de
ingresar a territorio nacional, para presentarse
al tribunal supremo que le había notificado.
Cuando llegó a Uyuni, como el tren se
detenía por una noche en ese pueblo, Daza se
alojó en la casa del jefe de estación que era su
com p ad re. A los pocos m in u tos, tres
"comisionados de confianza" del Presidente de la
República, capitaneados por un Coronel llamado
Andrés Guzmán Achá, lo llevaron a la policía.
AI llegar a ese local, el asesino Guzmán
A chá preparó furtivam ente su revólver y le
disparó un balazo por la espalda.
El in sig n e p a trio ta pudo apenas
exclamar: ¡ Cobardes, me asesinan! y cayó al
suelo sin alientos de vida. (13) (14)

EPILOGO

En el siglo pasado los masones actuaban


con una hipocresía manifiesta, porque aun tenía
poder la Iglesia Católica. Fingían un cristianis­
mo que no lo sentían y hacían demostraciones
religiosas, que por excesivas, se hacían ridiculas.
M arian o B a p tista era uno de estos
m asones que, sin embargo de haber actuado
toda su vida en el partido "Rojo", formado por
los "herm anos" del D ictador Linares, haber
practicado las doctrinas esotéricas y cumplido
las consignas de la masonería chilena, aun en
perjuicio evidene de su Patria, llevaba colgada
de su cuello una cruz de cuatro pulgadas, de tal
modo que todo el mundo lo tom ara como un
fervoroso creyente del catolicismo.

204
M a f ia de T r a id o r e s

Después de un período administrativo


completamente estéril, entregó el poder a su
sucesor Severo Fernández Alonso y se retiró a
su tierra natal, donde el país le tributó las
aclam aciones más sonoras, por sus grandes
condiciones oratorias, por su inteligencia y por
su "patriotismo".
A n tes y d esp u és de su m u erte, la
masonería lo cubrió de honores y alabanzas, por
haber cumplido las consignas esotéricas con
absoluta precisión.
Referencias;

(1) Nacionalismo y coloniaje por Carlos

Montenegro - Ed. Talleres Gráficos

Bolivianos - La Paz - Bolivia 1953 Pag. 127

(2) Gran Traición en la Guerra del Pacífico

por Hugo Roberts Barragán - Imp. Offsset

- La Paz - Bolivia 1979 Pag. 107

(3) Historia Internacional de Bolivia

por Miguel Mercado Moreira - Imp.

Atenea - La Paz - Bolivia 1930 Pag. 444

(4) La guerra de 1879- nuevos

esclarecimientos por Alberto Gutiérrez


- C. Bouret-París 1920 Pag. 160 al 172

o n tr
(5) Mercado Moreira - o.c. Pags. 444 al 457
(6) Guerra del Pacífco por Gonzalo
Bulnes - Ed. Universo Valparaíso 1912 Pag. 47
(6a) Páginas de un viaje.... por Carlos Wálker
Martínez - Imp. Independencia - Santiago

1876 Pags. 146 al 147


(7) Walker Martínez - o.c. Pags. 221 al 222
( 8) Roberts Barragán - o.c. Pags. 150 al 153
(9) Wálker Martínez - o.c. Pag. 230
( 10 ) Apuntes para la Historia de Bolivia
por Jenaro Sanjinés - Imp. Boliviana
- Sucre -Bolivia 1902 Pag. 185
( 11) Mercado Moreira - o.c. Pags. 469 al 471
( 12 ) Roberts Barragán - o.c. Pags. 162 al 163
(13) El asesinato del General Daza por Luis
Subieta Sagámaga - Ed. Universitaria
- Potosí - Bolivia 1967.

Pags. 29 al 51
(14) El crimen de Uyuni- Autor anónimo
- "La Tribuna" La Paz-1894 Pag. 30
TOMAS FRIAS

STTS ANTECEDENTES

En la V illa Im perial de Potosí, el año


1 80 4 , n a ció T om á s F r ía s . C u rsó p r im e r o s
v

e s tu d io s en la m ism a ciu d a d y p a só a la
U n iv e rsid a d de C h u q u isa cá , don de tuvo la
oportunidad de ingresar en la logia olañetista y
titularse de abogado.
Sus amigos le consiguieron el cargo de
secretario de la legación en Santiago de Chile,
donde ascendió sucesivamente a encargado de
negocios y embajador titular.
Estando en ese desempeño, se prestó a
transmitir las desgraciadas felicitaciones que el
Presidente Velasco envió al Ejército Chileno por
su tr iu n fo en Y u n gay, " b a t a lla en q u e se
on7
derram ó s a n g re b o liv ia n a y en que fu e
humillado el pabellón nacional (1)
Poco tiempo después, con servilismo sin
precedentes, pidió la intervención arm ada de
C h ile, p ara im p ed ir el retorn o del M arisca l
Santa Cruz. (2)
Los cuatro años de su perm anencia en
Santiago tuvieron influencia determ inante en
todos los actos políticos de su vida, en los cuales
pospuso los intereses de la Patria, favoreciendo
siempre las espectativas del país araucano.
D e regreso al país, el P residen te José
B allivián , com o a m iem bro prom inente de la
m afia chilenófila, le honró con los cargos más
altos de la burocracia. Fue Prefecto de Potosí,
M in is tr o de I n s t r u c c ió n y M in is tr o de
Relaciones Exteriores.

XA ENTREGA DE MEJILLONES

D esp u és del triu n fo paceñ o del 15 de


enero de 1871, fue exiliado junto con sus demás
adeptos y cofrades; pero, restituido a raíz del
m a la d a d o a cu e rd o tr a n s a c c io n a l que p a ctó

208
M afia de T raidores

Córdova con la oposición, volvió al país a ocupar


la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia.
H abiendo recuperado el poder para la
mafia chilenófila, el Dictador Linares lo nombró
Ministro de Hacienda.
Desde aquel cargo refrendó con su firma
el famoso decreto por el que Linares concendió a
Manuel Santos Ossa (representante de Chile),
la s h u a n e ra s y co v a d e r a s e x is te n te s en la
p e n ín s u la de M e jillo n e s , c o n c e s ió n qu e
co n stitu y ó el p rim e r d e s m e m b r a m ie n to de
territorio boliviano. (3) (4)

EL ASESINATO DE MORALES

D espués del triu n fo paceño del 15 de


e n e r o de 1 8 7 1 , en q u e fu e e x tin g u id a la
te n e b r o s a é p o c a d el s e x e n io , la t r a ic ió n
m a s ó n ica e lig ió un c o n g r e s o q u e tra tó de
recu p era r in m ed ia ta m en te el p od er para la
mafia chilenófila. Ese congreso reaccionario fue
presidido por Tom ás Frias. D esde ese p a rla ­
mento, en complicidad con Mariano Baptista y
el e m b a ja d o r c h ile n o S a n tia g o L in d sa y ,

209
co n s ig u ió el a s e s in a to d el gra n P r e s id e n te
patriota Agustín Morales. (5)

PRIMERA PRESIDENCIA

No se había enterrado aún el cadáver del


P r e s id e n te a se s in a d o , cu a n d o Tom ás F ría s
asumió la presidencia provisoria de la Nación.

Su a p u r o t e n ía p o r o b je to p r e m ia r
inm ediatam ente al em bajador Lindsay por su
participación en la eliminación de Morales. Por
esto, ap en as a los dos d ías de co m e n z a r su
mandato, aprobó en todas sus partes el protocolo
que le fue presentado, llamado Corral - Lindsay,
cu y a s c o n d ic io n e s le s iv a s a lo s in t e r e s e s
nacionales fueron las siguientes:

l 9.- Restituyó la vigencia del tratado de 1866

29.- Señaló como límite definitivo por el Sud el


p aralelo 24, ren u n cian d o a los derech os
reclam ados por Bolivia, hasta el paralelo
25.

210
M afia de Traidores

39.- E s ta b le c ió com o lím ite o r ie n ta l de los


territorios usurpados por Chile, ya no las
faldas occidentales de la cordillera, sino las
cumbres de e'sta.

49.- A n u ló la d e m a rca ció n ju s t a del lím ite,


s o b r e el p a r a le lo 24, le g a liz a n d o los
avances que había hecho Chile, sobre ese
paralelo.

59.- R atificó la m edianería sobre las riquezas


b olivia n a s del L itoral, exten dien do este
co n d o m in io a tod as la s su b sta n cia s no
metalíferas.

6V Estableció la fiscalización chilena en todas


las aduanas bolivianas establecidas en la
costa del Pacífico.
En resumen, mediante las estipulaciones
unilaterales de aquel documento, Bolivia perdía
d e fin itiv a m e n te su sob era n ía , sin recla m a r
ninguna compensación. (6)
El "venerable anciano" pretendió hacer
aprobar el monstruoso protocolo por el Congreso

211
Extraordinario que funcionaba solo por cuatro
días; pero, felizm ente, este no llegó a conside­
rarlo porque concluyeron sus sesiones.

El s e g u n d o a cto de Tom ás F ría s fu e


nombrar a don Aniceto Arce, alto miembro de la
m afia ch ilen ófila, P refecto del D epartam ento
L itoral, con la sigu ien te m isión con creta: El
P r e s id e n te A g u s tín M o ra le s h a b ía d icta d o
varias m edidas para restrin g ir el in greso de
"rotos" a territorio boliviano. El Prefecto Arce,
cumplió superabundantemente las instrucciones
de Frías y anulando las medidas proteccionistas
de Morales, abrió las puertas de la frontera para
que el rotaje invadiera el territorio codiciado por
Chile, penetración de tal magnitud, que los
trabajadores y residentes bolivianos, tuvieron
que ceder el campo a los invasores y retornar a
sus hogares del interior. La invasión pacífica
del Litoral se había consumado plenamente. (7)

El te rce ro y ú ltim o acto de F ría s fue


convocar a elecciones generales de un Congreso
Ordinario, que debía nombrar a los gobernantes

212
M afia de Traidores

del país. Fueron elegidos Adolfo Ballivián a la


Presidencia y Tomás Fríasa la Vicepresidencia.

EL TRATADO DE 1874

A la muerte prematura de Adolfo Balli­


vián, le sustituyó constitucionalm ente Tomás
Frías.
Poco antes había llegado CarlosW alker
M a r t ín e z , e m b a ja d o r de C h ile , qu e v ia jó
intem pestivam ente desde el M apocho al tener
noticias de la firma de un tratado de alianza con
el Perú, y su posible extensión a la República
Argentina.
El Presidente Tomás Frías y su canciller
Mariano Baptista recibieron a Walker Martínez
con m anifestaciones de afecto, no solo porque
era yerno del extinto Dictador Linares, sino por
su a fin idad esp iritu al y aním ica en favor de
Chile.
Como primera demostración de afecto y
con fianza, le m ostraron el texto del tratado,
docum ento que por su carácter estrictam ente
reservado debía guardarse en secreto; y luego le

213
prom etieron retardar el trám ite que se hacía
ante el gobierno argentino, hasta que recibiera
instrucciones para interponer algún recurso que
lleg a ra a dar p or nulas las a ctu a ccion es del
r e p r e s e n ta n te p e ru a n o M a n u el Irig o y e n en
Buenos Aires. (9)
L le g a r o n p o r fin la s in s t r u c c io n e s
esperadas por el embajador chileno, juntam ente
co n un p r o y e c t o c o n c r e t o de t r a ta d o . El
P r e s id e n t e T om á s F r ía s r e c ib ió a W á lk e r
Martínez, y en una audiencia que duró apenas
vein te m in u tos, aprobó el proyecto ch ilen o y
ordenó a su canciller formalizarlo. (10)
L a p u b lic a c ió n d el tr a ta d o de 1874,
s u s c r it o p o r C a r lo s W á lk e r M a r tín e z en
representación de Chile y Mariano Baptista en
representación de Bolivia, levantó un torrente
de protesta en todo el territorio nacional. De las
ciudades principales, de las provincias y hasta
de muchos cantones, llegaron pronunciamientos
pidiendo la nulidad de aquel documento ominoso
y lesivo a los intereses nacionales. (11)
P resen ta n d o el p r o t o c o lo para su
a p r o b a c ió n le g is la t iv a , fu e r e c h a z a d o en

214
M afia de Traidores

p r in c ip io , y es e n to n c e s q u e el c h ile n ó filo
P residen te de B olivia, dem ostró que era más
partidario de Chile que de su Patria, y amenazó
con su renuncia inmediata si no era plenamente
aprobado el tratado suscrito. (12)

D esgraciadam ente, esta am enaza y las


m an iobras traid oras que realizó su can ciller
Baptista, consiguieron la aprobación del tratado
de 1874, que ra tificó y m ejoró la entrega de
M e lg a re jo y que sirv ió de p re te x to p a ra la
\
invasión araucana y la Guerra del Pacífico. (13)

EPILOGO

Tomás Frías fue uno de los personajes


m ás d istin g u id os y fa vorecid os por la m afia
m a s ó n ic a c h ile n ó fila . En to d a s la s
administraciones dominadas por la masonería,
ocupó cargos relevantes.

D e sd e su ju v e n t u d fu e un o d ia d o r
gratuito de las clases populares y aborígenes y
el admirador fanático de la nación chilena.

215
Com probó su antibolivianism o desde la
felicitación que transmitió al Ejército de Bulnes
por su victoria en Yungay, hasta su participación
intelectual en el asesinato del Presidente más
p a tr io ta que ha te n id o B o liv ia , el G en era l
Agustín Morales.

P o r e sta s c u a lid a d e s r e le v a n t e s fue


ensalzado por los historiadores y ungido dos
veces en la Presidencia de la República.

Referencias;
(1) Santa Cruz por Alfonso Crespo Rodas
Gráfica - Pana-mericana
- Pánuco México 1944 Pag. 304
(2) Nueva Historia de Bolivia por Enrique
Finot Ed. Gisbert y Cia - La Paz
- Bolivia 1972 Pag. 229
(3) La inteligencia del cholaje boliviano
por Fausto Reynaga - Imp. Renovación
- La Paz-Bolivia 1967 Pag. 233
(4) Ladislao Cabrera por Enrique Vidaurre Retamoso -
Ed. "Don Bosco" - La Paz - Bolivia 1963 Pag. 33

216
Gran traición en la guerra del Pacífico
por Hugo Roberts Barragan Imp.
Offsset - La Paz - Bolivia 1979 Pags. 107 y 119
Historia Internacional de Bolivia
por Miguel Mercado Moreira - Imp.
"Atenea" La Paz - Bolivia 1930 Pag. 436
"Campero y Arce" Por Bernardo Trigo -
Universidad Misael Saracho-Tarija 1952 Pag. 58

El presidente Daza por Enrique Vidaurre


Retamoso - Lic. e Imp. "Unidas” - La Paz
- Bolivia 1975 Pag. 95
Páginas de mi viaje...
por Carlos Wálker Martínez - Imp.
Independencia - Santiago 1876 Pag. 218
Wálker'Martínez - o.c. Pags. 221 al 222
Wálker Martínez - o.c. Pag. 230
Mercado Moreira - o.c. Pag. 466
Apuntes para la Historia de Bolivia
por Jenaro Sanjinez Imp. Boliviana
-Sucre-Bolivia 1902. Pag. 185

217
'

'
ANICETO ARCE

DATOS BIOGRAFICOS

Un p e r s o n a je q u e p ú b lic a y m a n i­
fiestamente expresó su adhesión incondicional
hacia el in vasor chilen o, y que sin em bargo,
desempeñó las funciones más altas del gobierno
y la administración estatal, durante la segunda
mitad del siglo pasado, fue Aniceto Arce.

Nació en Tarija, el 17 de abril de 1824.


Sus primeras letras las aprendió en la escuela
de Padcaya y obtuvo el bachillerato en el colegio
"Junan" de Chuquisaca.
En 1847 se titu ló abogado, pero m ás
inclinado a las actividades topográficas, prefirió
el oficio de cateador de minas.

219
En 1850 es elegido diputado por Tarija y
lu e g o c o n fin a d o al G u a n a y , d e s d e d on d e
consigue fugar al exterior del país.
En su peregrinación por Chile obtiene su
primer trabajo propiamente minero y ejerce de
barretero, capataz y administrador.
En 1850 se radica en Potosí y tiene la
su e rte de co n tra e r m a trim o n io con A m a lia
Argandoña, acaudalada propietaria de minas y
otros bienes.
H asta 1859 exp lota con éxito la m ina
Huanchaca, obteniendo un rendimiento colosal
que lo constituye en el millonario más poderoso
de Bolivia.
En 1860 es elegido diputado por Potosí y,
sin em bargo de p erten ecer al p artido "Rojo"
sirve al g ob iern o de A ch á com o M in istro de
Hacienda.

LA OCUPACION PACIFICA
CHILENA DEL LITORAL

P ara in t e n s ific a r lo s t r a b a jo s de
Huanchaca, la m ina argentífera más grande del
220
M afia de T raidores

país después del cerro rico de Potosí, Aniceto


A rce en V alparaiso con stitu ye, una sociedad
industrial con capitalistas chilenos, reserván­
dose, solamente un 45% de derechos y acciones.
Esta operación financiera la realiza, más por
p r o t e g e r su g ra n e m p re s a c o n tr a p o s ib le s
in te r v e n c io n e s e s ta ta le s , a c o g ié n d o s e a la
influencia determ inante de Chile, país que ya
im peraba sobre la p olítica y la econ om ía de
Bolivia. (1)
E n esta m ism a ép oca , A n ice to A rce,
in ic ia su fr a n c o a p o y o a la s p r e te n s io n e s
araucanas sobre el L itoral boliviano. A cepta
ejercer la Prefectura de Cobija en 1872, con dos
objetivos concretos: (2)

1.- O rg a n iza r el tra n sp o rte de m in era les


hasta los puertos del Litoral.

2.- Derogar las restricciones establecidas por


el Presidente Agustín Morales, asesinado
ú ltim a m en te, p ara im p e d ir el in g reso
in d is crim in a d o de "rotos" ch ilen os al
territorio nacional.

221
E n se is m e se s de e je r c e r este ca rg o
c o n s ig u ió la ir r u p c ió n m a s iv a d el "ro ta je "
chileno, invasión que desplazó virtualm ente a
lo s p o b la d o r e s b o liv ia n o s , o b lig á n d o lo s a
contraerse en el interior del país. (3)
Se puede afirmar que Aniceto Arce es el
a u to r de la o c u p a c ió n p a c ífic a c h ile n a del
L it o r a l, d e p la z a m ie n t o q u e p r e c e d ió a la
invasión militar, efectuada posteriormente.

LA MAFIA MASONICA
QUE COLABORO A CHILE

En cu a n to C h ile ocu p ó m ilita rm e n te


Antofagasta, Aniceto Arce ocupó la jefatura de
la m a fia m a s ó n ic a c h ile n ó f ila , q u e h a s ta
entonces había actuado bajo la dirección activa
de M ariano Baptista. Este cam bio se produjo
por las múltiples posibilidades que adquirió el
magnate de Huanchaca para tal desempeño.

B a p tista , d u rante su a ctu a ción h abía


coronado las siguientes hazañas: a) El asesinato
del P re s id e n te A g u s tín M o ra le s, b ) E l v e r ­

222
M afia de Traidores

gonzoso protocolo Corral Linasay, c) El bloqueo


al proyecto peruano de introducir a la República
A r g e n t in a en el p a cto de a lia n z a P erú -
Boliviano, d) La suscripción del leonino tratado
del 1874 y e) La concesión gratuita de salitreras
al representante de una empresa chilena.

El nuevo jefe, no menos acucioso en actos


de traición, realizó, las siguientes operaciones
delictivas:

a) M antenim iento de la más amplia infor­


mación al invasor chileno, durante toda la
campaña.

b) Fomento activo del descontento contra el


General Hilarión Daza, General en Jefe
del Ejército Aliado e indisciplina de las
unidades del ejército boliviano.

c) Retención en el pais de fuerzas bolivianas


destinadas al potenciamiento del Ejército.
Combatiente.

223
LAS INFORMACIONES

La em presa m in era H u a n ch aca m a n ­


tenía en m ovim iento 200 carretas que tra n s­
portaban mineral a los puertos de Antofagasta y
M e jillo n e s, para su e x p o rta ció n al exterior.
Durante toda la campaña, estas carretas jam ás
dejaron de realizar sus viajes, no obstante los
peligros y dificultades de la guerra. Pero en
todas e^tas no solo llevaban su carga de material
argentífero, sino todos los datos y chismes que el
señor Arce recogía en el país, para información
d el C om ando C h ile n o . M erced a e ste
p ro ce d im ie n to tra id o r y d e lic tiv o , C h ile no
necesitó gastar un solo centavo en espionaje. (4)

EL SOLrVTANTAMIENTO PERMANENTE

Aniceto Arce, desde los primeros días de


la guerra, no dejó de predisponer a los jefes de
las unidades en compaña, contra el prestigio y
la autoridad del General Daza, Presidente de la
República y Comandante Supremo del Ejército
Boliviano.

224
M afia de Traidores

Mientras parte de estas unidades perma­


necían estacionadas en los puertos de Tarapacá,
en e s p e ra de p o s ib le s d e s e m b a r c o s de la
escuadra chilena, Arce encargó al m ercenario
N ic a n o r F lo r e s , q u e e n to n c e s p e rm a n e cía
alejado de las filas, para que ambulara de una
guarnición a otra sembrando la desconfianza, el
d escon ten to y la in su b o rd in a ció n de je fe s y
oficiales. Esta labor resultaba costosa, ya que
h a b ía que p a g a r h o t e le s , c o m p r a r r e g io s
caballos, costear su m an ten im ien to, reponer
gastos de representación por las reuniones que
tenía que realizar y cancelación de sueldos del
mercenario. Pero ninguna de estas cuantiosas
erogaciones arredraba al magnate antipatriota,
que tenía como meta el debilitamento anímico
del oficial y el sodado bolivianos. (5)

En tre s m e se s de e s ta la b o r a le v e ,
N ica n o r F lores co n sig u ió p re d isp o n e r a los
generales Villegas y Alcoreza, jefes de la 3a y 4a
divisiones, de tal manera, que para las acciones
de Pisagua, D olores y San F ran cisco, am bos
altos comandantes maldecían la existencia de su
4

225
antigüo camarada y amigo, el Presidente Daza,
y se m o stra ro n p ro cliv e s a la d e rro ta y la
dispersión. (6)

LA 5A DIVISION

En cuanto se organizó en P otosí la 5a


D ivisión, A n iceto A rce tom ó contacto con su
jefe, el Coronel Narciso Campero, y le inficionó a
que rehuyera m archar a los campos de batalla
convenciéndolo, mediante el soborno cuantioso y
el ofrecimiento de hacerlo proclamar Presidente
de la República.
D e sp u é s de p e rd e r los seis p rim e ro s
m eses de la cam paña, sin haberse m ovido de
Potosí, Campero se vio obligado a partir con su
D iv is ió n , ante la s órd e n e s te rm in a n te s del
Comando Aliado y el clamor del pueblo patriota.
La 5a División se puso en marcha recién el 11 de
octubre de 1879. (7)

E n su p r im e r a c a m in a ta c o n s ig u ió
a rriba r a San C ristóbal, desde don de debía
dirigirse hacia Canchas Blancasy Calama, para

226
M afia de T raidores

e n fr e n ta r al in v a s o r que a v a n za b a por ese


sector.
A l lle g a r a esta pequeña población, ya
encontraron a los emisarios de Aniceto Arce, un
señ or C a stillo y dos a com p a ñ a n tes, quienes
entregaron a Cam pero instrucciones precisas y
dinero para el sostenimiento de la tropa y para
sus gastos personales. (8)
E n v ir t u d d e la s n u e v a s d ir e c tiv a s
im partidas por A rce, Cam pero ordenó que su
D iv is ió n , en lu g a r de d ir ig ir s e a C a n ch a s
B la n ca s, to m a ra un ru m bo d ia m etralm en te
opuesto, o sea, se dirigiera a Huanchaca, dando
un enorme rodeo por los fragosos senderos del
Altiplano.
El 12 de noviembre de 1879, la División
Perdida se encontraba en Tomave, dependencia
del asiento m inero de H uanchaca, después de
haber recorrido por segunda vez las extensiones
del A ltip la n o . D e im p ro v is o lle g ó , dán d ole
a lc a n c e , el C a p itá n C ip r ia n o U g a rte ,
extraordinario enviado por el Comando Aliado,
Gral. Juan Buen Día, y tam bién del Gral. Daza,
portando órd en es term in a tes para que la 5a
227
División partiera inmediatamente a Tarapacá..
S in o tra p o s ib ilid a d de d ila c ió n , C a m p e ro
dispuso la marcha de sus unidades al frente de
com b a te... P ero, antes de que im p a rtiera la
orden de partida, se presentó en cuerpo y alma
el señor Aniceto Arce, quién invitó a Campero a
una reunión estrictamente reservada. (9)
F u eron tan co n tu n d en tes los ra z o n a ­
m ie n to s del m a g n a te y la s c o n sig n a s de la
superioridad masónica, que el Com andante de
la 5a División, totalmente transfigurado, expuso
en un consejo de jefes, la determ inación de
suspender la marcha ordenada.
Con esta maniobra, Aniceto Arce impidió
que la 5a División concurra a las acciones de
Dolores y San Francisco, realizadas en Tarapacá
el 19 de n o v ie m b re de 1879, con r e s u lta d o
adverso, para la Patria.

LA TOMA DEL GOBIERNO

La 5a División siguió realizando sus idas


y venidas por el Altiplano, evitando m archar a
la línea de fuego, mientras los defensores de la

228
M afia de Traidores

P a tria s u fr ía n la s c o n s e c u e n c ia s de su
inferioridad numérica y potencial.
Al fin, el 5 de enero de 1880, Cam pero
recibe la noticia del derrocamiento del General
Hilarión Daza, y entonces emprende su última
peregrinación hacia la ciudad de Oruro, donde,
en p re m io de su s hazañas, r e c ib e la
proclam ación de P residen te P rov isorio de la
R e p ú b lic a , cu y o s p r o n u n c ia m ie n to s h a b ía
maquinizado don Aniceto Arce en las ciudades
del interior. (10)

I A fiA DIVISION

La batalla de San Francisco en Tarapacá


term in ó con la d is p e r s ió n de lo s so ld a d o s
b o liv ia n o s , q u e a n te s de ca e r p r is io n e r o s
emprendieron su retom o a territorio boliviano,
cruzando las sendas que atravesaban ten u e­
mente por la Cordillera Occidental de los Andes.
El General M anuel Otton Jofrer, gran
patriota, partió inmediatamente de Tacna hacia
el altiplano de Oruro y Potosí, con el propósito
de in te r c e p ta r a la s tro p a s d is p e r s a s . Su

229
fin alid a d fue am pliam ente cum plida, porque
reunió a casi todos los desbandados, soldados y
o f ic ia le s , co n los que fo rm ó seis u n id a d e s
agrupadas en la 6a División. El pueblo potosino
hizo un amplio derroche de dinero y compró el
m e jo r a rm a m e n to , in c lu s o a r t ille r ía , para
equipar a la 6a División, con la esperanza de
que su potencia pudiera influir en la victoria
boliviana.
Derrocado sorpresivamente el Presidente
Daza, por los agentes chilenófilios de la mafia
m asónica, fue inmediatamente dado de baja el
g ra n p a tr io ta que h a b ía fo rm a d o la n u ev a
D ivisión potosina. Campero y Arce, ya encum­
brados en el poder, entregaron esa comandancia
a uno de sus cómplices, el mercenario Nicanor
Flores.
Tanto por im posición del pueblo, como
por los pedidos angustiosos de Tacna, el Gral.
N arciso Campero, antes de partir al frente de
o p e r a c io n e s , o rd e n ó la m a r c h a de la 6a
D ivisión. M as, Aniceto Arce, que quedó en el
p a ís com o P r e s id e n te P r o v is o r io , im p a r tió
inm ediata contraorden, e incluso doblegó con

230
M afia de Traidores

d in e r o la v o lu n ta d d e l m e r c e n a r io , h a sta
c o n s e g u ir la in c o n c u r r e n c ia de la p od erosa
División, que contaba con 3.000 hom bres. (11)
( 12 )

LA DISPERSION DE REGIMIENTOS

En la c iu d a d de L a P a z, m e rce d al
patriotismo de los hijos del Illimani, también se
organ iza ron cuatro regim ien tos dispuestos a
potenciar el frente de combate. El Presidente
Narciso Campero, los mantenía exprofesamente
en un e s ta d o de m is e r ia y h a m b re , no
pagán d oles sus socorros y em olum entos, con
evidente intención de disolverlos, hasta que el 3
de m a r z o de 1 8 8 0 , los c o r o n e le s S ilv a y
Guachalla, mediante un golpe de mano, tomaron
a su c a rg o el g o b ie r n o , e in m e d ia ta m e n te
procedieron a mejorar la situación angustiosa de
aquellos regimientos.
Aniceto Arce y su secretario privado Luis
Salinas Vega, el joven estudiante precozmente
in icia d o en la tra ición , h icie ro n la sigu ien te
proposición form al a Silva: E llos lo apoyarían

231
i
con todo su poder político y financiero, si rompía
inmediatamente el pacto de alianza con el Perú
y firmaba la paz con Chile. (13)

La n e g a tiv a p a t r ió t ic a de S ilv a fu e
terminante y en cambio manifestó su propósito
de en v ia r al fren te a los cu atro reg im ien tos
paceños.
Mientras Silva preparaba la m archa de
aquel poderoso contingente, Arce y Salinas Vega
desp legaron inusicada activid ad d elictiv a en
sob orn a r, con fu e rte s su m a s de d in e ro a la
o fic ia lid a d h a m b r ie n ta de los c u a tro r e g i­
m ientos, para que evadieran partir al frente,
precipitando el desbande de sus soldados.

Los regim ientos "2e Victoria" y "Oruro"


en plena plaza central de La Paz, después de un
simulacro de combate, se dispersaron tomando
sus s o ld a d o s d ife r e n te s c a lle s ... T res d ía s
después, los regimientos "Bustillo" y "Murillo",
qu e p a r t ie r o n ru m b o a T a cn a , ta m b ié n se
desban daron, im pulsados por sus oficiales, a
pocas leguas de la seja de "El A lto”. (14 (15)

232
CUANTIA DE LA TRAICION

En resu m en , A n ice to A rce , con estas


operaciones, consiguió im pedir la concurrencia
de las siguientes fuerzas al frente de combate:

5a División, retenida en el Altiplano 2.500.—


6a División, retenida en Potosí 3.00 0.-

4 Regimientos, dispersados en La Paz 2.000.—


Total 7 .500.-
hombres.

PÉRDIDA DE PUERTO PACHECO

El confeso traidor Aniceto Arce, llegó a la


Presidencia de la República pocos años después,
mediante la violencia y el cohecho. Fuera de los
cargos por atentados alevosos cometidos durante
la guerra del Pacífico, pesa en su contra una
responsabilidad histórica de quilates enormes:
La Pérdida de Puerto Pacheco y de la soberanía
sobre el río Paraguay, única salida al mar que a
Bolivia le quedaba.

233
I
El hecho se produjo así:

En 1887, al g o b ie r n o de la R e p ú lica
P a ra g u a y a , que se d e b a tía en un a p ob reza
franciscana, tanto en recursos económicos, como
en población masculina, exterminada esta en la
g u erra de la "T rip le A lia n z a ", se le o cu rrió
conquistar la soberanía del río de su nombre,
m ediante la ocupación de Fuerte Olim po y la
conquista de Puerto Pacheco. Mas, su ambicioso
p ro y e cto tro p e za b a con la im p o s ib ilid a d de
r e u n ir h o m b r e s h á b ile s p a ra s e m e ja n t e s
empresas.
El Dr. Santiago Vaca Guzmán, personaje
de gran valía en los campos literario, político y
d ip lo m á tic o , e sta n d o en A s u n c ió n , tu v o la
o p o r t u n id a d de d e t e c t a r lo s a p r e s to s d el
g o b ie rn o p a ra g u a y o y, com o b u en p a tr io ta ,
e s c rib ió al ca n d id a to y lu e g o al P re s id e n te
e le c t o , d on A n ic e to A r c e , la r g a s m is iv a s
com unicándole las im portantes novedades que
h a b ía p o d id o d e s c u b r ir . R e c o m e n d a b a la
urgencia de que el gobierno boliviano ocupara y
reforzara Puerto Pacheco y Fuerte Olimpo con

234
M a -ia de Traidores

pequeñas guarn icion es arm adas, com puestas


cuando más de cien hombres cada una.
Como no recibiera contestación alguna y
la preparación paraguaya progresaba, insistió
seriamente en sus misivas, en las cuales pedía y
h a s ta e x ig ía que A rce to m a r a m e d id a s
in m ed iatas para p roteger el dom in io del río
Paraguay.
Aniceto Arce, que disponía de un ejército
de 3.000 hombres para reguardar su poderío, ni
s iq u ie r a dio c o n t e s t a c ió n a los p e d id o s
angustiosos del Dr. Vaca Guzmán. Pudo haber
enviado la guarnición que se le pedía, de 200 o
300 hombres, sin menguar su poder, pero como a
él no le interesaba el territorio nacional más que
para extraerle sus riqu ezas, no dio' ningun a
im portancia a los llam ados del deber y de la
Patria.
Pasaron los meses y el pobre Paraguay,
habiendo conseguido 65 hombres, más o menos
d ota d os, p roced ió a la o cu p a ció n de F u erte
O lim p o, don de q u e d a ro n 45 y con 20 d e s a ­
rrapados, armados con fusiles inservibles, tomó
Puerto Pacheco que estaba indefenso. El hecho,

235
tr á g ic o p a ra B o liv ia , se e fe c tu ó el 13 de
septiembre de 1888. (15)
A niceto Arce, indolente, antipatriota y
felón, permitió otro desmembramiento nacional,
y la pérdida de la soberanía boliviana sobre el
río Paraguay.

EL RESARCIMIENTO
DE SUS INVERSIONES

Pasada la contienda, el gobierno de Chile


c o n s titu y ó un fon d o p a ra in d e m n iz a r a los
ciudadanos y empresas chilenas que hubieran
sufrido quebrantos por motivos de la guerra.
La em presa H uanchaca, q u e e s ta b a
inscrita como chilena, consiguió la devolución
del empréstito de 100.000 pesos bolivianos que
había efectuado por im posición del Presidente
Daza, para gastos de guerra.
Y el s e ñ o r A n ic e to A r c e , q u e era
boliviano, obtuvo de los mismos fondos, más de
c in c u e n t a m il pesos por la s s ig u ie n t e s
inversiones: devolución de los dineros que había
g a s ta d o en r e t e n e r a la 5a D iv is ió n en el

236
x M afia de T raidores

Altiplano; devolución de los fondos entregados al


mercenario Nicanor Flores, tanto para su acción
soliviantadora en Tarapacá, como para impedir
que la 6a D ivisión se m ueva de P otosí; y las
fu erte s sum as em p lea d a s en so b o rn a r a los
o fic ia le s de las c u a tr o u n id a d e s p a ce ñ a s y
conseguir la dispersión de sus soldados.
Es en e s ta form a , d a n d o c u rso a su
cicatería proverbial, descubrió públicamente sus
horrendas traiciones. (16)
Su teoría, de que Bolivia debía estar a la
ca b e z a de la s c o n q u is ta s c h ile n a s , a u n q u e
s a c r ific a r a su p r o p ia in t e g r id a d , cu y a
publicación le valió un destierro ordenado por su
m ism o c ó m p lic e , la lle v ó a la p r á c t ic a

CONCLUSION

M ientras los dem ás traidores, M uñoz,


Baptista, Campero y Camacho mimetizaron sus
actos delictivos, A niceto Arce hizo gala de su
antipatriotismo y de su decidida inclinación al
invasor. ¿Cómo pudo ser favorecido por el voto

237
de los ciudadanos bolivianos?... ¿Es que el país
había perdido su dignidad?
Al té r m in o de su m a n d a to , sus
partidarios afirmaron que él había invertido su
gran fortuna, en obras realizadas en el país.
H a sta h o y la m a fia c h ile n ó fila m a s ó n ic a
pretende afirmar tal infundio. Aniceto Arce fue
el m ás rid ícu lo m ag n a te que llegó al poder,
incapaz de ningún acto de generosidad para su
Patria o para sus semejantes.
F e liz m e n te , c o n tra d ic ie n d o la p r o p a ­
ganda interesada y m alévola, el m ayor de sus
panegiristas, don Ignacio Prudencio B u stillo,
aclara paladinam ente ese aspecto, afirm ando
que A rce había perdido la m ayor parte de su
fortuna, ocho m illones de pesos Bolivianos, en
lo s t r a b a jo s de p r e p a r a c ió n de la m in a
Andacava, que el magnate creyó más rica que
H u a n ch a ca , p o rq u e sus v e ta s s u p e r fic ia le s
tenían más contenido argentífero, pero que ellas
desaparecieron en profundidad.
En general. Aniceto Arce, no hizo nada
que no redundara directamente en su provecho
personal o en deterioro de Bolivia.

238
Referencias;

La Compañía Minera Huanchaca fue


fundada en Valparaíso, como empresa
chilena, el año 1875. Fueron socios
capitalistas los chilenos Melchor Concha
y Toro, y Juan Francisco Rivas, tomando
parte, con un 45% de acciones, don Aniceto
Arce y Manuel Frontaura Argandoña,
propietario de la concesiones mineras.
"Guerra de 1879" por Alberto Gutiérrez
Ed. B. Bouret-París 1914 Pag. 117
"Campero y Arce" por Bemando Trigo
-Universidad Misael Saracho-Tarija 1952 Pag. 58
"El Presidente Daza por Vidaurre Retamoso
- Lic. e Imp. Unidas - La Paz - Bolivia 1875 Pag. 43
"Gran Traición en la guerra del Pacífico

por Hugo Roberts Barragán Editorial Offsset


- La Paz - Bolivia 1979 Pag. 28
"Los generales de Bolivia"
por Julio Diaz Arguedas - o.c.

Roberts Barragán - o.c. Pags. 218 al 219


Roberts Barragán - o.c. Pag. 305
"La División Perdida” por Enrrique
Vidaurre Retamoso -Publicaciones
Militares - La Paz 1948 Pag. 45
(9) Diario de compaña de la Quinta División

- Escuela Tipográfica Salesiana


- La Paz - Bolivia 1943 Pag. 119
(10) Roberts Barragán - o.c. Pag. 312
(11) E1 General Eliodoro Camacho por Joaquín
de Lemoine - Ed. "La Paz" - La Paz-Bolivia

1942 Pags. 206 al 210


(12) Guerra con Chile por Ruben Vargas
Ugarte - Ed. Carlos Millar Batres
- Lima Perù 1970 Pag. 16
(13) "La revolución del 12 de marzo de 1880"
por José M. Guachalla - Imp. Demócrata
- La Paz 1884 Pags. 18 al 19
(14) "E1 Dr. Arce y su rol en la política boliviana"
por Santiago Vaca Guzmán - Buenos Aires
1881. Imp. de Pablo E. Coni. Pag. 23

(15) Historia Internacional de Bolivia por


Miguel Mercado Moreira 2da Ed. Atenea
- La Paz - Bolivia 1930 Pags. 235 al 239
(16) "Después de la Guerra”
por Luis Espinosa y Saravia
- Ed. Renacimiento-La P a z-1929 Pag. 15
(17) Vida y Obra de Aniceto Arce por Ignacio
Prudencia Bustillo - Ed. Renacimiento
-La Paz- 1920 Pag. 123

240
ELIODORO CAMACHO

Nació' Eliodoro Camacho en Inquisivi, en­


tonces cantón de la Provincia Sicasica y hoy capital
de la provincia de su mismo nombre.
Su educación secundaria la realizó en el
Colegio "Sucre" de Cochabamba y luego pasó a
la Universidad de San Simón, donde obtuvo, con
varias interrupciones, el título de abogado.
En 1856 in g r e s ó en lo s c lu b e s de
conspiradores que propiciaban el liderazgo de
J o sé M a ría L in a re s , y un año d e s p u é s , se
incorporó en las montoneras de aquel caudillo,
llegando a tomar parte activa en la batalla de
Cochabamba que derrotó al Presidente Córdova.
( 1)
El D ic t a d o r p re m ió su a d h e s ió n
in corp orá n d olo al B a tallón "A n g elitos" 2e de

241
línea, comandado por el Coronel Plácido Yáñez,
famoso por su rigor disciplinario y su ferocidad.
El l 9 de diciembre de 1861 fue ascendido
a Mayor, por influencias del P residente Achá
que su stituyó a L in ares; y lu ego a Teniente
Coronel.
C o n s titu id o el " P a r tid o " R o jo ", fu e
elegido diputado por Inquisivi y concurrió al
Congreso de 1864, donde permaneció mudo, por
no contrariar a ninguno de los bandos en pugna.
(2 )
H a b ie n d o su b id o al p o d e r M a ria n o
M e lg a re jo y d e s a p a r e cid o el g ra n ca u d illo
Manuel Isidoro Belzu, el partido "Rojo", que ya
no n e c e sita b a u tiliz a r la m an o a se s in a del
tirano, decidió derrocarlo. E liodoro Cam acho
acudió al llamado de sus partidarios y combatió
en las canterías de Potosí. Ante la victoria del
o fic ia lis m o huyó a C in ti, desde d on d e
d e s a p a r e c ió de la c ir c u la c ió n d u r a n te los
terribles años del sexenio.
La gloriosa batalla del 15 de enero de
1871, derribó heroicamente el pedestal de poder
que había sostenido tanto tiempo a Melgarejo, y

242
Mafia de Traidores

que había sido constituido por la m asonería,


para sojuzgar al pueblo de Bolivia.
En la cam paña política de 1871, Elio-
doro Camacho fue elegido diputado por Mizque,
El Presidente Agustín M orales, ungido
por el pueblo después de la victoria del "Día
Magno de La Paz", se vio muy pronto acosado
d e sd e el C o n g re s o p o r lo s p a r t id a r io s d el
"rojismo" y, el 27 de noviem bre de 1872, cayó
cobardemente asesinado. El hecho delictivo lo
instrumentaron Frías, Baptista y la em bajada
del país araucano.
Durante los gobiernos de Frías, Ballivián
y nuevamente Frías, que sucedieron al patriota
a s e s in a d o , el C o r o n e l E lio d o r o C a m a c h o ,
últimamente ascendido por el Congreso de 1871,
ocupó los cargos de mayor jerarquía en el cuerpo
castrense y desde ahí concurrió a sofocar la
serie de revoluciones que pretendían el mando
en fa v o r de lo s c o la b o r a d o r e s d ir e c t o s de
Melgarejo. (3)
El 4 de m a y o de 1 8 7 8 , el C o r o n e l
Hilarión Daza, luego de comprobar la deslealtad
y el chilen ism o del P resid en te Tom ás F ría s,

243
tomó el gobierno de la Nación, arrebatando de la
masonería, por segunda vez, el mando supremo
que detentaba.

El odio de los "hermanos" hacia el joven


mandatario se multiplicó, y el Coronel El iodoro
C a m a ch o , en q u ié n b u llía n adem ás los
sen tim ie n to s de p rofu n d a e n v id ia , p id ió su
retiro del ejército. (4)

L A IN VASIO N CH ILEN A

El 14 de fe b re ro de 1879, sin p rev ia


declaratoria de guerra, Chile tomó militarmente
la ciudad dé Antofagasta e inició la invasión de
nuestro territorio.
El P resid en te D aza convocó a toda la
p o b la ció n al cu m p lim ie n to del d e b e r en la
defen sa de la in teg rid a d n a cion a l, com en zó
inm ediatam ente la organización del ejército y
dictó un decreto de amnistía general.
Además, llamó bajo banderas a todos los
m ilita re s, in clu so a sus m ayores en em ig os,
porque con sid eraba que los odios y ren cillas

244
M afia de Traidores

anteriores, debían desaparecer ante la Patria


herida.
El Coronel Eliodoro Camacho, que vivía
tranquilamente en Cochabamba, no pudo evadir
su concurso, y fue nombrado por el gobernante
m a g n á n im o y p a tr io t a , C o m a n d a n te d el
Escuadrón Rifleros de Vanguardia. Esta unidad
se organizó en Cochabamba con voluntarios de
cla se a d in e ra d a , que se o fr e c ie r o n con sus
respectivas cabalgaduras iniciando la caballería
del ejército.

E l C o r o n e l C a m a c h o , cu y o o d io se
sobreponía al amor patrio, procuró enrolar en
esa u n id a d a su s a m ig o s, co n la fin a lid a d
proditoria de utilizarla posteriormente.

LA CONTRAMARCHA DE CAMARONES

El C o m a n d o A lia d o a c o r d ó qu e la
Segunda División Boliviana, com andada por el
General Daza, partiera a Tarapacá, para batir
al enemigo que había desembarcado en Pisagua,
con un ejército de 12.000 hombres.

245
El aprovisionamiento de agua y víveres
debía correr por cuenta del Perú, durante las
ocho etapas de la travesía.
Se puso en camino la División el 11 de
noviembre de 1879, y desde la primera etapa se
vio privada de todo recurso. Venció la cuarta
e ta p a en e sta d o de in a n ic ió n y lle g ó a
Camarones, donde por fin pudo saciar su sed en
el hilo de agua que corría por ese valle.
P or a c u e r d o de je f e s y o fic ia le s , el
Coronel Cam acho pidió un C onsejo Superior,
para plantear la necesidad de que el ejército no
continuara su marcha, porque más adelante el
d e s ie r to o fr e c ía s o la m e n te "s e d ; h a m b re ,
desolación y muerte...". (5)
El Consejo Superior encontró razonables
los argumentos de Camacho, "que conocía palmo
a p a lm o esos d e s ie r t o s " y d e te r m in ó la
contramarcha de la División.

El General Daza, muy contrariado, tuvo


que acatar las determ inaciones de sus jefes y
oficiales; pero, dispuso que él, acom pañado de
un a fra cció n m on tad a , a v a n za ría h a s ta las

246
Mafia de Traidores

proximidades de Jazpampa, para determinar la


p o t e n c ia d el e n e m ig o , y n o m b ró je f e d el
escuadrón que le acompañaría, precisamente al
Coronel Camacho, que era el proponente de la
contramarcha.

Partió muy temprano el Escuadrón, y a


m e d io d ía a v is t a r o n u n a p o lv a r e d a qu e
anunciaba la proxim idad de fuerzas enem igas
de proporción. El General Daza ordenó que el
Escuadrón se pusiera en apronte y preparara su
armamento de fuego. Pero, su sorpresa fue muy
grande al comprobar que sus acompañantes no
portaban un solo cartucho de munición...!

¡ El J efe del E scu a d ró n V a n g u a rd ia ,


había desprovisto de municiones a su tropa, con
el avieso propósito de entregar inerm e, nada
m en os que al G en era l en J e fe del E jé r c ito
Boliviano!. (6)

El General Daza pudo haber conseguido


el fusilam iento inm ediato de Cam acho en un
Consejo de Guerra, ¿porqué no lo hizo?.

247
EL DERROCAMIENTO
DEL PRESIDENTE DAZA

La S egunda D ivisión volvió a A rica y


lu e g o p a só a T a cn a . D u r a n te su r e to r n o
lle g a r o n lo s p a r te s de la d e r r o t a de S an
Francisco, acaecida el 19 de noviembre de 1879,
o p e r a c ió n que h a b ía sid o o r d e n a d a p o r el
G e n e ra l P ra d o , C o m a n d a n te G e n e ra l del
Ejército Aliado, a sabiendas de que la Segunda
División Boliviana no llegaría a su destino.
E l c a n c ille r ch ile n o , D o m in g o S a n ta
María, que obsesivamente tenía el proyecto de
separar a las fuerzas bolivianas de las peruanas
y producir un enfrentamiento entre ellas, envió
a T a cn a a uno de su s a g e n te s , el t r a id o r
boliviano Benigno Eguino, Coronel que figuraba
com o p r is io n e r o en S a n tia g o , con una
p ro p o s ic ió n co n cre ta d e s tin a d a al C o ro n e l
E lio d o r o C a m a ch o , p a ra que r e a liz a r a las
siguientes operaciones:

1.- Q ue p r o c e d ie r a al d e r r o c a m ie n to del
P r e s id e n te H ila r ió n D a za , "ú n ic o

248
M afia de Traidores

obstáculo" que se oponía a sus ansias de


conquista. Para ese objeto le mandó un
p la n d e ta lla d o y una c a n tid a d
considerable de dinero.

2.- Que una vez eliminado Daza y asumido él


la je fa t u r a , r e t ir a r ía la s fu e r z a s
bolivianas de Tacna.

3.- Q u e a n te s de a le ja r s e h a c ia B o liv ia ,
in ic ia r ía de im p r o v is o u n a o fe n s iv a
fu lm in an te con tra los p eru an os, h asta
conseguir su exterminio o dispersión.

Eliodoro Camacho, en consulta con sus


ín tim os "herm anos", B elisa rio S alin as, José
Manuel Pando y José Rosendo Gutiérrez, aceptó
la p ro p o s ic ió n a rtera , co m p ro m e tié n d o s e a
realizarla en sus tres aspectos. (7) (8)

E l d ía 27 de d ic ie m b r e de 1879,
a p ro v e ch a n d o que el P r e s id e n te v ia ja b a al
puerto de Arica, puso en ejecución el plan de
Santa M aría y com etió el nefando crim en de

249
derrocar al Jefe Suprem o de la N ación y del
E jé rcito , colab ora d o por sus cofra d es de la
masonería chilenófila. (9)

M a s, cu a n d o quiso e je c u ta r la s
o p e r a c io n e s s u b s ig u ie n te s , a que se h a b ía
com prom etido con absoluta inm oralidad, falta
de patriotismo y singular tendencia delictuosa,
encontró tal resistencia en la oficialidad y la
tr o p a , que se r e s ig n ó a p o s te r g a r la s p a ra
ocasión más propicia.

LA VIL CALUMNIA

E liod oro C am acho, en cu an to se hizo


cargo de la jefatura del Ejército Boliviano, lanzó
el sigu ien te in fun dio: De que los desastres
sufridos por el Ejército Aliado en San Francisco,
se debían a la in con curren cia de la Segunda
División, por haber ésta contramarchado desde
Camarones, y sin pudor alguno acusó a Daza de
h ab er sido el p rom otor de la con tram arch a,
negando categóricamente haber sido él mismo
quien propuso aquella maniobra. (10)

250
M afia de Traidores

Los jefes que habían tomado parte en el


Consejo de Guerra realizado en Camarones, no
desmintieron el infundido, unos por cobardía y
otros por haber sido acallados por la presión
oficial.
La m a fia m a s ó n ic a r e q u e r ía de un
a rg u m e n to de a p a r e n te c r e d ib ilid a d , p a ra
engañar a la opinión pública y ocultar la mano
de los traidores que entregaban el L itoral al
invasor chileno. Por eso hizo suyo el infundio
lanzado por Cam acho y aum entándole alguna
que otra mentira, lo difundió por todo el país y
el extranjero, mixtificando hasta nuestros días
al pueblo boliviano, haciéndole consentir que el
resp o n sa b le de la d errota y del e n cla u stra -
miento de Bolivia fue el expresidente Hilarión
Daza.

EL EXTERMINIO DE LOS ALIADOS

P ocos m esesd esp u és lleg ó a T acn a el


nuevo mandatario Narciso Campero. El Coronel
E lio d o r o C a m a ch o se p u so a su s ó r d e n e s
discrecion alm en te y, con fron tan do sus ideas,
llegaron a la conclusión de que, la única forma
de definir la contienda bélica en favor de Chile
era liquidar físicamente al Ejército Aliado.
O brando de consuno y en com plicidad
absoluta, prepararon las circunstancias adversas
en que debía realizarse la batalla final, y hasta
designaron cuidadosamente el campo raso donde
lo s c h ile n o s e je c u ta r ía n el h o lo c a u s to ,
haciéndolo aceptar por las mismas víctimas con
el nombre rimbombante de Alto de la Alianza.
( 11)
C am ach o que era un m ilita r e x p e r i­
m en tado en m ateria b é lica , tam bién aceptó
traidoramente el plan propuesto por Campero,
de p ro v o c a r a los ch ile n o s , p ara que e stos
precipitaran el combate. En ejecución de aquel
plan, am bos em pujaron el E jército hasta los
puestos avanzados del enemigo, la noche del 25
de mayo, con el señuelo falaz de conseguir una
victoria sorpresiva. (12)
El 26 de m ayo de 1 8 7 9 , las h u e s te s
e n e m ig a s , r e s p o n d ie n d o a la p r o v o c a c ió n
nocturna efectuada por Campero y Camacho, se
p resen ta ron d esp legad as en lon ta n a n za . Se

252
M a f ia d e T r a id o r e s

inició la batalla y en pocas horas de lucha fiera y


desigual cayeron abatidos dos terceras partes de
los soldados peruanos y bolivianos. El avieso
Cam pero, para librarse del cóm plice y testigo
presencial de sus felonías, destinó a su émulo a
la zona más batida. De ese modo, el Coronel
Eliodoro Camacho cayó mortalmente herido en
la refriega... (13)

PRISIONERO EN SANTIAGO

L as p a tr u lla s s a n it a r ia s c h ile n a s
descubrieron a Camacho entre los heridos y en
lugar de "repasarlo", como lo hicieron con las
demás víctimas de la masacre, lo llevaron a una
posta sanitaria. Restablecido, merced al celo que
p u s ie r o n lo s m é d ico s a rau can os por
reco m e n d a cio n e s su p eriores, fue lleva d o en
calidad de prisionero a Santiago.
Durante su cautiverio, que duró más de
dos años, perm aneció alojado en los m ejores
h o t e le s . G ozó de la s a te n c io n e s de lo s
gobernantes, de la sociedad santiaguina y de sus
"h erm a n os", to d o s los c u a le s q u is ie r o n

253
retribu irle por los im portantes servicios que
había prestado a Chile traicionando a su Patria.
(14)

EPILQQQ

Eliodoro Cam acho, hom bre m ediocre y


sin moral, retornó más convencido que nunca de
la s u p e r io rid a d ch ile n a . F u n d ó el P a rtid o
Liberal y, para consolidar la entrega definitiva
del Litoral, lanzó la "tesis practicista", que
co n sistía en recla m a r para B o liv ia T acn a y
A rica, olvidando la recu peración de nuestros
territorios perdidos en la guerra.
Junto a Muñoz, Baptista, Aniceto Arce y
Cam pero, form a el quinteto de la traición, al
cual se debe el enclaustramiento de Bolivia.

Referencias:

(1) El general Eliodoro Camacho por Joaquín


de Lemoine-Ed. "La Paz"-La Paz

-Bolivia 1942 Pags. 34 al 35


(2) Joaquín de Lemoine - o.c. Pag. 64

(3) Joaquín de Lemoine - o.c. Pags. 124 al 125


(4) Joaquín de Lemoine - o.c. Pags. 129 al 132

254
(5) Semblanzas de la Guerra del Pacífico
por José Vicente Ochoa - Imp. Unión
Americana - La Paz - Bolivia 1881 Pag. 81
(6) Vicente Ochoa - o.c. Pag. 95
(7) Guerra del Pacífico por Gonzálo Bulnes
- Ed. Universo - Valparaíso 1912 Pags. 720 y 721
(8) Diario de Campaña del Ejercito Nacional
por José Vicente Ochoa - Tipografía
Económica - Sucre 1899 Pag. 240
(9) Historia secreta de la Guerra del Parifico
por Edgar Oblitas Fernández- Ed. Peña y
Lillo S.A. Buenos Aires - Argentina 1978 Pag. 256
(10) Gran traición en la guerra del Pacífico
por Hugo Roberts Barragán- Ed. Offsset
-La Paz Bolivia - 1979 Pags 270 al 272
(11) Por orden general de 16 de mayo de 1880,
se nominó a la plañida de Intiorco
"Alto de la Alianza”
Roberts Barragán - o.c. Pag. 358
(12) Roberts Barragán - o.c. Pags. 262 al 263
(13) Roberts Barragán - o.c. Pags. 264 al 267
(14) Joaquín de Lenoime - o.c. Pag. 284

255
s

'•’I
NARCISO CAMPERO

Nació Narciso Campero en el pueblecito


de Tojo, D e p a rta m e n to de T a rija , el 28 de
octubre de 1813, Perdió a su m adre tres días
después de nacer y fue am am antado por una
bella campesina. Cuando su padre se acordó de
él fue enviado a Chuquisaca, donde obtuvo su
bachillerato y luego el título de abogado.
En 1838, ante la proximidad del ejército
argentino, se incorporó en las fuerzas patriotas
del General Braun y tomó parte en la batalla de
Montenegro, donde emprendió la carrera militar
hasta llegar al grado de Teniente Coronel.
Elegido por la m asonería, a la cual se
incorporó, viajó a Europa como secretario del
Dr. José María Linares, Enviado Extraordinario
a n te la C o ron a de E sp a ñ a . Y cu m p lid a su
misión, el gobierno le encargó perfeccionar sus

257
estudios militares en las academias de Prusia y
F ran cia, donde p erm aneció diez años, hasta
obtener los títulos de Ingeniero Militar y Oficial
de Estado Mayor. (1)
No habiendo conocido el cariño de una
madre ni el calor del hogar paterno, su espíritu
no pudo ser inculcado de sentimientos nobles y
a lt r u is t a s . Si b ie n se m o s tr a b a a fa b le y
amanerado en el trato familiar, era en el fondo
frío, calculador, utilitario y rencoroso.

SU INCURSION EN POLITICA

En 1855 C a m p e ro r e to r n ó al p a ís ,
lla m a d o p or el P r e s id e n te C ó rd o v a , y el
Congreso lo elevó al grado de Coronel. Sin em­
b argo, olvid an d o esas d istin cion es, con spiró
contra su protector y fue m erecidam ente dado
de baja del ejército. (2)
En 1857, d esp u és de in co rp o ra rs e al
partido "Rojo", consigue ser elegido D iputado
por Potosí y es llevado a las más altas funciones
del ram o m ilitar por su cofrade, el Dr. José
M aría Linares.
258
M a f ia d e T r a id o r e s

Durante el gobierno del Presidente Achá,


que sucede a Linares, es sorprendido en alta
traición a la Patria, y el congreso de 1861 lo
declara fuera de la L ey Para escabullirse de la
c o n s ig u ie n t e p e r s e c u c ió n , huye a otro
continente y se radica en París. (3)

EL ASESINATO DEL GENERAL BELZU

El año 1 8 65, N a r c is o C a m p e ro es
llamado urgentemente por el jefe de su partido,
don Adolfo Ballivián, para coloborar al tirano
Melgarejo y conjurar el posible retorno al poder,
del caudillo popular don Isidoro Belzu. (4)
En cuanto arribó a Lima, se enteró de
que Belzu ultimaba sus preparativos para viajar
a Bolivia.
Sin pérdida de tiem po, se encam inó a
Oruro, para encontrar a Melgarejo antes de que
partiera al Sud de la República, en uno de sus
viajes punitivos.
Cambió el tirano de rumbo y encaminó
sus huestes a la ciudad del Illimani, nombrando
a Campero Ayudante General del Ejército.

259
El día 23 de m arzo, ya re cib ie ro n la
n oticia del in greso a p oteósico de B elzu , del
alzamiento general del pueblo, levantado por los
hermanos Cirilo,Alejo y Román Barragán, y de
los preparativos de una defensa poderosa.
Al amanecer del día 27, Melgarejo avistó
la ciudad desde la ceja de El Alto, y una hora
más tarde sus unidades comenzaron el asedio de
la ciudad.
Las fuerzas revolucionarias rechazan a
las oficiales en todos los frentes y después de
cuatro horas de combate se acentúa la derrota
de las segundas. En la barricada de las Cajas
(hoy esquina A yacucho M ercado), M elgarejo,
bajo la sugerencia de Campero decide avanzar
hacia la plaza con unos pocos coraceros.... Los
defensores de la ciudad suponiendo que aquella
com itiv a ca m in a b a a p a cta r una re n d ició n ,
suspendieron el fuego y le permitieron llegar a
las puertas del palacio.

M e lg a je r o y C a m p e ro in g r e s a r o n
indem nes y escalaron rápidam ente las gradas
que conducían directamente al salón principal.
260
M a f ia d e T r a id o r e s

El General Belzu, en aquellos trágicos


m om en tos, co m e tió la fa ta l im p re v is ió n de
adelantarse a recibirlos.
El Coronel Narciso Campero, que ingresó
por d elan te, se acercó a B elzu con absoluto
aplom o y sacando de im proviso su revólver le
descargó un balazo en pleno rostro. (5) (6) (7) (8)

Mientras tanto Melgarejo, que había sido


retenido en las gradas, también sacó a relucir su
fla m a n te r e v ó lv e r , p ero no le fu e p o s ib le
d esca rg a rlo sobre el cu erp o de su enem igo,
porque no respondía a sus repetidos martilleos.
Luego ambos cómplices abandonaron el
palacio, para consolidar en la ciudad el éxito de
la maniobra temeraria que habían realizado.
En seguida Melgarejo premió al asesino
y "dignándose destocarse el sombrero en plena
p la z a , cu a n d o a p e n a s h a b ía te rm in a d o el
combate, se sirvió declarar al Coronel Narciso
Campero, en alta voz y en nombre de la Patria: ¡
Benemérito G en era l!!.
Luego pidió una hoja de papel y expidió
el siguiente decreto: "Queda ascendido a la alta

261
clase de General de Brigada, de los ejércitos de
Bolivia, S. S. el Coronel Narciso Campero" M.
Melgarejo— M. Muñoz. (9)

(E s a b s o lu t a m e n te fa ls a la e s c e n a
I* i'

d e s crita p or F a lcid e s A rg u e d a s , en la que


M e lg a re jo sale al b a lcó n y d ice: ¡ B elzu ha
muerto, ahora ¿quién vive? En la plaza de La
Paz no había nadie, porque todos combatían aun
en las barricadas.)

MELGAREJO EXPULSA
POR DESLEAL A CAMPERO

En los últim os m eses del año 1865, el


ré g im e n de M e lg a r e jo s u fr ió una grave
tran sición p olítica : El partido "R ojo" que le
h abía im pu lsado al poder, apenas m uerto el
caudillo Isidoro Belzu, consideró que ya no era
necesario seguir unido al carro de aquel soldado
a rb itra rio y v olu n ta rioso, y creyó lleg a d o el
momento de tomar directamente el poder. Con
este propósito organizó un movimiento sedicioso
en Potosí.
262
M a f ia d e T r a id o r e s

El General Narciso Campero estableció


secretamente contacto con los revolucionarios de
su partido y, por mala suerte suya, una de sus
comunicaciones fue interceptada por el Tirano.
M e lg a r e jo , en un a r r e b a to de
indignación, expulsó violentam ente al m ilitar
desleal de su comando y ordenó su inm ediato
fu s ila m ie n to . F u e su a m ig o y p a r tid a r io
M a ria n o D o n a to M u ñ o z, q u ié n in te r v in o
oportunamente y consiguió la conmutación de la
pena capital por el destierro. (10)

LA DIVISION PERDIDA

En cu a n to com enzó la g u e r r a , el
Presidente Daza, con la nobleza y el patriotismo
que le caracterizaban, invitó cordialmente a uno
de sus principales enemigos, el General Narciso
Cam pero, a com partir la heroica em presa de
d e fe n d e r la P a tr ia c o m a n d a n d o la Q u in ta
División.
U na vez a ce p ta d a la d e s ig n a ció n , el
M inistro de Guerra Manuel Otton Jofré', puso
bajo su comando las cinco unidades que tenía
O R'5
e n cu a rte la d a s en el Sud de la R e p ú b lica , e
instruyó a las prefecturas de Potosí y Tarija
p a ra que a te n d ie r a n a los g a s to s de
organización y equipamiento de las mismas. (11)

Cuando el E s ta d o M a y o r G e n e r a l
E x p id ió orden term in a n te de que la Q u in ta
D iv is ió n , que co n sid e ra b a tota lm en te o rg a ­
nizad a, se pu siera en m archa con destino al
frente de batalla, Campero informó que su tropa
no estaba en condiciones de movilizarse. (12)
Los je fe s de las unidades, seriam ente
p reocu p ad os por la in s u ls a ta r d a n z a ,
observaban en silencio las maniobras dilatorias
de su com andante, cuya conducta solo podía
e x p lic a r s e por e x tr a ñ a s in t e r v e n c io n e s .
E fe c tiv a m e n te , o b se rv a ro n que ca d a cie rto
tiempo recibía la visita de misteriosos emisarios,
que descubrieron proceder de don Aniceto Arce.
(13)
Por fin, no pudiendo resistir el clamor de
todo el país, Cam pero ordenó la partida de la
Q u in ta D iv is ió n , ru m b o a S an C r is t ó b a l y
Canchas Blancas, el 11 de octubre de 1879. (14)
M a f ia d e T r a id o r e s

Llegó la División a San Cristóbal, el 20


del m ismo, donde los em isarios de Arce ya la
esp e ra b a n , para e n tre g a r a su com an d a n te
nuevas instrucciones. (15)
El General Campero, obedeciendo a las
últimas instrucciones, dispuso que sus unidades
se d ir ig ie r a n a un ru m b o d ia m e tr a lm e n te
opuesto a Canchas Blancas.
S e p e r d ie r o n m u ch o s d ía s en S an
Cristóbal, hasta que recién, el 6 de noviembre, a
un mes de haber partido, la Q uinta División
emprendió una caminata de cincuenta leguas,
a tra v e sa n d o sen das p e d re g o sa s por todo el
altiplano, y llegó hasta Tomave, asiento minero
de Aniceto Arce. (16)

EL LLAMAMIENTO DEL COMANDO

El 12 de noviem bre llegó a Tomave el


e x tr a o r d in a r io C a p itá n C ip r ia n o U g a rte ,
trayendo órdenes terminantes del General Daza
y tam bién del aliado General Juan Buen Día,
p a ra que la D iv is ió n e m p re n d ie ra m arch a
in m e d ia ta a T a ra p a cá . C a m p e ro, sin otra

265
alternativa, se dispuso a dar cum plim iento al
lla m a m ie n to p e r e n t o r io ... P e ro , a n te s de
impartir la orden de partida, se hizo presente de
im p ro v iso , don A n iceto A rce, qu ién in vitó a
C am pero a una r e u n ió n e s t r ic ta m e n t e
reservada...
Tan c o n tu n d e n te s d e b ie r o n ser los
razonam ientos de A rce y las consignas de la
su p eriorid a d m asónica, que C am pero, en un
consejo m ilitar que convocó inm ediatam ente,
e x p u s o su d e t e r m in a c ió n de p o s t e r g a r la
expedición a Tarapacá, "Hasta que el Prefecto de
Potosí proveyera de nuevo vestuario a su tropa".
(17)
Con tal motivo, retuvo a su División 15
días más en Tomave, m ientras en el frente se
desarrollaban operaciones que requerían de su
concurrencia.

PROSIGUE LA MARCHA INTERMINABLE

El 26 de noviem bre, para ju stifica r su


indolencia cobarde, puso en marcha su División
hacia los lejanos parajes de Salinas de G arcí

266
M a f ia d e T r a id o r e s

M e n d o z a , m ás p ró x im o s a O ru ro que a la
frontera, y llegó a su destino después de abru­
mar a su tropa en 44 leguas de recorrido. (18)

A n tes de a rriba r a esa p ob la ción , un


emisario secreto entrega a Campero el parte que
anunciaba la derrota sufrida en la batalla de
Dolores, acaecida el 19 de noviembre, mientras
él descansaba plácidamente en Tomave.
Los primeros diez días de diciembre de
1879, la Q uinta D ivisión pierde el tiem po en
Salinas. El día 10 em prende de im proviso el
retorno a Challapata, "para vigilar el desarrollo
de la política interna” y se acantona en Condo,
después dé un recorrido de 37 leguas.

U na orden perentoria del E. M. G. en


Tacna, instruye que la Quinta División marche a
Lípez.- El General Campero, se vio' obligado a
d e ja r su cóm od o p u e sto de o b s e r v a c ió n de
C o n d o , y en lo s ú ltim o s días de d icie m b re
arrastró su División sangrante ¡otra vez a
Tomave...! (19)

267
EL DERROCAMIENTO QUE ESPERABA

El d ía 5 de en ero de 1880, C am p ero


recibe los partes relativos al derrocamiento del
P resid en te D aza, y a los p ron u n cia m ien tos
e lig ié n d o le P r e s id e n te P r o v is o r io de la
R e p ú b lic a . C in co d ía s d e s p u é s la D iv is ió n
errante emprende su última peregrinación por
los ásperos caminos de la pampa andina.
El "Gran Procer" don Narciso Campero,
llegó tonante a Oruro, el 19 de enero de 1880, y
orgulloso de sus "hazañas" proclamó su triunfo
sobre los despojos de la División Perdida, a la
cual no habían podido derrotar las privaciones,
la miseria, la extensión de los eriales, el polvo
del camino interminable, ni el sol canicular, sino
el amargo sabor de la desesperanza... (20)

LA MAFIA MASONICA EN EL PODER

A p e n a s N a rciso C a m p e ro lle g ó a las


puertas del palacio, los escritores y periodistas
que servían a la masonería chilenófila, empren­
dieron la tarea de crear un nimbo de prestigio

268
M a f ia d e T r a id o r e s

alrededor de su persona. Todos los calificativos


honoríficos le fueron atribuidos. Le adjudicaron
inteligencia, preparación, sabiduría, nobleza,
generosidad, valentía sin límites y, sobre todo,
¡patriotismo!. (21)
Pero, desde que se invistió, comenzó un
olvido total del conflicto bélico y una posposición
absoluta de las necesidades del ejército.
El General Manuel Otton Joíré, antes de
que cayera Daza, había conseguido encuartelar
a los dispersos procedentes de San Francisco y
formar una poderosa Sexta División compuesta
de 3.000 hombres, que el Departamento rico de
P o to s í h a b ía d o ta d o d el m e jo r e q u ip o y
arm am ento. En Oruro languidecía la Quinta
D ivisión, sin recursos para la subsistencia de
sus soldados; y en La Paz también se morían de
h am bre cu atro reg im ien tos que podían ir a
Tacna.- En resum en, habían cerca de 7.500
hombres para reforzar el frente de operaciones.
(22) V

A p ro v e ch a n d o de este a ban don o y la


complicidad presidencial, el traidor Aniceto Arce

269
in v ir it ió un a b o ls a d a de d in e ro con la que
sobornó a la oficialidad y sargentos acosados por
el ham bre, y consiguió dispersar a los cuatro
regimientos que habían en La Paz. (23)

CAMPERO VIAJA AL FRENTE


DE COMBATE

Una de las condiciones que el gobierno de


Chile impuso a la masonería nativa, al colaborar
con d in e r o al p la n de d e r r o c a m ie n to del
P r e s id e n te D a za , fu e la de que el E jé r c ito
Boliviano debía retirarse inmediatamente de la
alianza y atacar por la espalda a su ex-aliado del
Perú.
En principio, la m afia aceptó condición
tan alevosa, pero su ejecución se hizo imposible.

C o n sid e ra n d o la s u p e r io r id a d de las
huestes araucanas, que con taban con 23.000
hombres y un armamento de calidad cinco veces
más efectivo, se plantearon tres alternativas
para seguir la campaña:
M a f ia d e T r a id o r e s

a) Emprender inmediatamente una retirada


h a c ia el in t e r io r d el P e rú ; u n ir se al
segundo ejército peruano y combatir a la
d e fe n s iv a , h a s ta q u e a m b os p a ise s
m o v iliz a r a n m a y o re s c o n tin g e n te s ,
constituyendo una fuerza poderosa que
p u d ie ra c o n tr a r r e s ta r la p oten cia del
invasor. Esta era la única posibilidad
realizable y patriótica.

b) R e p le g a r s e al p u e rto de A r ic a , p lan
descabellado que significaría esperar la
le n ta e x tin c ió n , d e n tr o de un cerco
infranqueable.

c) E sperar al enem igo en Tacna, donde el


terreno era especial, para el exterminio de
la s fu e rz a s co a lig a d a s . E n este caso
desesperado, la batalla liquidaría en pocas
horas al ejército aliado.

El P residen te N arciso Cam pero eligió


crim in a lm e n te la te rce ra a lte rn a tiv a , com o
único medio de cum plir su com prom iso con el
g ob ie rn o ch ilen o y d ecid ió ejecu ta r su plan
s in ie s t r o , sin im p o r ta r le la p é rd id a de los
mejores jefes, oficiales y soldados de su Patria.

EN LA ZONA DE OPERACIONES

A com pañado del E m bajad or del Perú,


don E n riqu e B u sta m en te y Salazar, llegó el
General Narciso Campero a Tacna, el 19 de abril
de 1880. Fue inm ediatam ente investido como
Supremo Director de la Guerra. (24)
En el m es que siguió a su llegada, se
preocupó solamente de que la tropa ejectura una
serie de m a rch a s y co n tra m a rch a s, com o si
estuviera preparando una parada militar.

T od os e s p e r a b a n q u e al no to m a r
m e d id a s p a ra u n a r e t ir a d a , p or lo m e n o s
mandara construir trincheras y defensivos que
p u d ie ra n e q u ip a r a r el d e s e q u ilib r io de la s
fuerzas contendientes.
El com an d an te M on tero exigió que se
realizara una reunión de E stado M ayor, y en
ella se acordó, por unanimidad, que los aliados

272
M a f ia d e T r a id o r e s

no enfrentarían directamente al enemigo, sino


q u e se b a tir ía n en lu ch a d e fe n s iv a , h a sta
desgastarlo. (25)
El día 25, a las 8 de la mañana, hubo un
am ago de b a ta lla , y C am pero creyó que ya
com enzaban las acciones, pero la vanguardia
c h ile n a se r e p le g ó y q u ed ó fr u s ta d a esa
espectativa. Sus nervios ya no podían soportar
las dilaciones del ejército araucano.
De pronto se le ocurrió una idea lum i­
nosa: Llamó a sus dos lugartenientes, Montero y
Camacho, y les expuso, con absoluta sangre fría
el p la n q u e h a b ía im a g in a d o . "E sta n d o
com probada la superioridad del enem igo -les
dijo- la única posibilidad de ganarle una batalla,
s e r ía s o r p r e n d e r lo d e s p r e v e n id o . D ebe
practicarse un avance, en formación de combate,
hasta llegar de noche al campamento chileno... y
caerle de sorpresa antes de que sus soldados
estuvieran despiertos".
M o n te ro y C a m a ch o , sin so m e te r a
ningún análisis la propuesta falaz de su jefe,
aceptaron la evolución descabellada. Antes de
m edia noche, el ejército abandonó sus posiciones

273
y emprendió larga y penosa caminata... Cundió
de pronto el desconcierto y estando casi en las
manos del enemigo, retrocedieron en tropel. (26)

Cuando la tropa pretendía recuperar del


cansancio, con una hora de sueño, y el enjambre
de r a b o n a s in ic ia b a su c o t id ia n a la b o r de
preparar el yantar matinal, se oyó el estridente
s o n id o de u n a tr o m p e t a q u e a n u n c ia b a la
proximidad de las huestes chilenas. Una Franja
entre gris y azul cubría parte del horizonte.
Eran las filas apretadas del invasor que
avan zaba en fo r m a c ió n de co m b a te ,
respondiendo a las provocaciones del Supremo
Director.

EL COMBATE SUICIDA

D esoyen do in t e n c io n a lm e n t e la s
disposicion es de su E stado M ayor, C am pero
im p a r t ió la o rd e n t e r m in a n t e de q u e la s
unidades, tomaran la iniciativa del combate. "Al
paso de vencedores y con todo ím petu” entraron
nuestros soldados a la lucha.... (27)

274
M a f ia d e T r a id o r e s

El. encuentro fatal fue terrorífico. 23.000


fu s ile s de r e p e t ic ió n y cu a r e n ta m e tra lla s
ch ilen a s cu m p lía n su ob jetivo leta l... D esde
n u estra s fila s, rifle s a n ticu ad os de diversos
calibres y cuatro am etralladoras estropeadas
trataban de competir con la furia enemiga.
Sin em bargo, el denuedo, el valor y el
heroismo de los soldados bolivianos y peruanos,
que se traducía en una verdadera inmolación,
puso en serio aprieto a los invasores.
M ás, el n ú m ero de sus reservas y su
p o te n cia b é lic a , se im p u s ie ro n , y n u estra s
u n id a d e s , ra le a d a s to ta lm e n te , ced ieron la
victoria al enem igo, cuando el campo estaba
cubierto con sus despojos.
A la s tr e s de la ta r d e todo e s ta b a
perdido....! (28) (29)

S in a tr e v e r s e a p r e s e n c ia r el fin a l
h o rro ro so de a q u e lla m asacre, cinco jin e te s
em prendieron rauda carrera. Era el Director
Suprem o de la Guerra y su pequeña com itiva
que, abandonando a sus soldados en desbande,
huía hacia la frontera de Bolivia.

275
DESPUÉS DEL EXTERMINIO

De los 9.000 com batientes aliados, solo


quedaron indemnes 3.000. La m ayor parte de
los je fe s y casi la to ta lid a d de los oficia les
habían m uerto. Los peruanos se retiraron al
N orte conducidos por su jefe. Los bolivianos,
apenas pudieron llegar a sus hogares, merced a
la diligencia y el sacrificio de las pobres rabonas.
(30)
Campero detuvo su escapatoria recién en
Corocoro. En ese pueblo esperó varios días a los
d is p e r s o s , y c u a n d o lle g ó a r e u n ir u n os
d o s c ie n to s , in g r e só a la ciu d a d de L a P a z,
h a c ie n d o c o n s e n t ir q u e h a b ía d ir ig id o la
retirada del ejército vencido.

Una Convención de eunucos, nombrada a


dedo en 1880 por la m afia m asónica, le había
e le g id o P r e s id e n te C o n s t it u c io n a l de la
República, y esperaba su llegada para orlar su
pecho con un galardón suigéneris, que no había
sido creado en ninguna otra nación del orbe: LA
CONDECORACION A LA DERROTA.

276
EL ASESINATO DE LOS COLORADOS
DE BOLIVIA

El Batallón Colorados fue fundado por el


Coronel Hilarión Daza después del 15 de enero
de 1871, en que fue bajado del poder Melgarejo y
derrotada la mafia masónica. Su fundador dio a
su personal la mejor instrucción militar, de tal
m a n e ra qu e, h a s ta 1879 fu e la m á x im a
expresión de civismo, organización y disciplina.
En la b a ta lla del A lto de la A lia n z a
dem ostró, a fuerza de m aestría y bravura, su
c a lid a d in c u e s t io n a b le , de se r el e p ón im o
representante del valor boliviano.

La metralla chilena, cubrió el campo de


b a ta lla con sus d e sp o jo s, pero im p e rte rrito ,
batiendo fieramente al invasor, pudo salvar sus
últimos efectivos: 145 sobrevivientes.
El Presidente Campero, que le guardaba
od io r e co n c e n tr a d o , p or los o ríg e n es de su
fundación soterró a sus soldados a la ciudad de
Sucre, donde vegetaban impagos, alimentados
apenas por las rabonas.

277
El día 26 de mayo de 1881 reclamaron el
pago de su soldada, siquiera por ser aniversario
de su hazaña heroica...Al habérselos engañado
hasta las últimas horas y algo enardecidos por
a lg u n o s tra g o s de lic o r que les d e s liz a r o n
furtivamente las rabonas, decidieron sobrepasar
la guardia y abandonar el cuartel.
No hubo n in g u n a v íctim a d u ra n te el
hecho, pero, desgraciadam ente al salir, se les
ocurrió prorrumpir en vivas al General Daza, su
antiguo comandante.
C a m p e ro o r d e n ó la c a p t u r a de los
c o lo r a d o s y su r e m is ió n a P o t o s í p a ra ser
enjuiciados. La Sentencia con mostruosa parcia­
lidad, decretó el fusilamiento de los sargentos y
el confinamiento de los demás soldados.
La sociedad potosina y todo el pueblo,
p id ie r o n el in d u lto de lo s C o lo r a d o s , en
homenaje a sus antecedentes, pero el Presidente
C am p ero, con sa ñ a in c o n tro la d a , o rd en ó la
inmediata ejecución de la Sentencia.
El 8 de agosto de 1881, día nefasto, en
p le n a p la z a de P o t o s í, y a n te el p u e b lo
horrorizado, fueron fusilados los ocho sargentos
278
M a f ia d e T r a id o r e s

y colgados de faroles sus cadáveres, para que se


exhibieran durante varios días.
L os p a rie n te s de los dem ás sold a d os
fu e r o n a p r e s e n c ia r la p a r tid a de sus
d e u d o s ...L a e s p e ra fue in ú til e in d e fin id a ,
porqu e tod os e llo s d u ra n te la n oche habían
desaparecido, aniquilados y sepultados bajo las
mazmorras del cuartel sombrío. (31)
A sí fue com o, el asesino del Alto de la
Alianza, terminó en Potosí su obra macabra, de
e x te r m in a r a lo s m e jo re s d e fe n s o re s de la
Patria.

CONCLUSION

El G eneral N arciso C am pero, traidor,


g e n o c id a y p é s im o g o b e r n a n te , en v id a y
después de su muerte, recibió los más grandes
honores en premio a sus "hazañas". La mafia
m asónica reconoció con amplitud su celo en el
cu m p lim ien to de sus con sign as, aunque esa
devoción hubiera perjudicado definitivamente a
Bolivia, y hubiera beneficiado flagrantemente al
invasor chileno.
279
A v e n id a s , c a lle s , p la z a s , fo r t in e s ,
provincias, regim ientos y dos logias masónicas
lle v a n su n o m b r e en to d a la R e p ú b lic a ,
com probando el principio sentado por el gran
escritor argentino Aní bal Rotger: E L M ASO N .
C U A N TO M A S TR A ID O R ,
M E JO R M ASON ES’
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(13) Memorias por Ezequiel Apodaca- Archivo
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(14) Robert Barragán - o.c. Pag. 305
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Retamoso-Publicaciones militares
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(18) Roberts Barragán - o.c. Pag. 310
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(20) Roberts Barragán - o.c. Pag. 312
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(26) Roberts Barragán - o.c. Pags. 362 y 363
(27) Rubén Vargas Ugarte - o.c. Pag. 103
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(29) Vidaurre Retamoso - o.c. Pag. 109
(30) Manuel V. Alba - o.c. Pag. 183 al 186
(31) Joaquín de Lemoine - o.c. Pag. 253
(32) Crónicas del Ejército Nacional por Luis
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BIBLIOGRAFIA

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Hilarión Daza y sus ministros de
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Arguedas - Alcides La Dictadura y la Anarquía Histo­
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Amade - Charles La dram ática insurgencia de
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Aspiazu - Agustín El día Magno de La Paz.

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- Mariano Páginas escogidas de Mari ano
Baptista

Barragán - Cirilo Observaciones al m anifiesto y

283
proclama del general Córdova
Barros Arana Diego Guerra del Pacífico
Basadre- Jorge Historia de la República del Perú
Benavides - Julio Plancha Masónica
Bulnes - Gonzalo Guerra del Pacífico
Blanco - Alcides La fundación de la República
Blanco - Cleomedes Biografía del Gral. Pedro Blanco.
Cáceres - Andrés Guerra entre Perú y Chile
Caivano - Tomás Historia de la Guerra de América
entre Chile, Perú y Bolivia.
Camacho - Eliodoro Manifiesto sobre el 27 de diciembre
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Campuzano- Severino Documentos de la Quinta División
Campero - Narciso Recuerdo de mi regreso de Europa
Proyecto de Revolución
Civati Bernasconi -
Edmundo H. Guerra del Pacífico
Cortez - José Manuel Ensayo sobre la historia de Bolivia
Crespo Rodas- Alfonso El Condor Indio
Daza - Hilarión Proclama del Presidente de Bolivia
a sus conciudadanos
Dellepiane - Carlos Historia Militar del Perú
Diaz Arguedas - Julio Los Generales de Bolivia

Historia del Ejército Boliviano


Fastos Militares Bolivianos

284
Daireaus - Max Melgarejo, un tirano romántico

Ekdal - Wilhelm Historia Militar de la guerra del


Pacífico

Espinosa y Saravia
- Luis Después de la guerra
Finot - Enrique Nueva Historia de Bolivia

Frontauna Argandoña

Manuel El dictador Linares


El litoral de Bolivia

Guachalla
- José Manuel La revolución del 12 de marzo de

1880
Gutiérrez - Alberto Guerra de 1879
Guerra de 1879 - nuevos esclare­
cimiento*
El melgarejismo antes y después
de Melgarejo

Gutiérrez
-José Rosendo Alegato en el proceso de Federico
Lafaye

Guzmán - Alcibiades Los colorados de Boliva


Guzmán - Augusto El gran tribuno

Imaña Castro
- Teodoro Sentido histórico.... conferencia
Iturricha - Agustín Historia de Bolivia

285
Lemoine - Joaquín de El general Eliodoro Camacho
Maldonado-Abraham Derecho Agrario
Méndez - Julio Realidad del equilibrio Hispano
Americano
Mercado Moreira
- Miguel Historia Internacional de Bolivia
Montenegro - Carlos Nacionalismo y Coloniaje
Morales Avila - Carlos Recuerdos de Francisco Burdet O'
Coinor - Prólogo
Moreno - Gabril Rene* Daza y las bases chilenas de 1879

Matanzas deYáñez
Ultimos días coloniales
Muñoz - Mariano
Donato Las memorias de la asamblea de
1871.
Murillo - Raúl La Quinta División
Oblitas Fernández
- Edgar Historia Secreta de la guerra del
Pacífico
La geopolítica chilena y la guerra
del pacífico
Ochoa - Vicente Diario de Campaña del Ejército
Aliado
Semblanzas de las Guerras del
Pacífico

286
O' Connor D' Arlach

- Tomás Juana Sánchez


O' Connor D' Arlach

- Tomás El Gral. Melgarejo, Hechos y dichos


de este hombre célebre.
O’ Connor

- Francisco Burdet Recuerdos hombre célebre


Quiroga - Lizandro L. La cam paña de los 18 días en
Tarapacá
Paredes - Rigoberto Melgarejo y su tiempo
Paz Soldán - Felipe Guerra de Chile contra Perú y
Bolivia.
Peñaloza - Luis Historia económica de Bolivia
Pérez - Gregorio Exposición sobre los aconteci­
mientos de septiemre de 1857
Prudencio - Almansor Acusación contra Aniceto Arce
Prudencio- Bustillo
- Ignacio Aniceto Arce la misión Bustillos
Reinaga - Fausto "Belzu"
La inteligencia del cholaje boli­
viano
El indio y el cholaje boliviano
Reyes Ortiz - Félix Historia de los cuatro días
Roca - José Luis "Olañeta"
Rojas - Casto Historia financiera de Bolvia

287
Salinas Vega - Luis Mi defensa
Sanjinés - Alfredo El Quijote mestizo
Sanjinés - Jenaro Apuntes para la historia de Bolivia
Santiváñez
- José María El General José Ballivián
Sotoraayor Valdes
- Ramón Ensayo sobre la Histoira de Bolviia
Subieta Sagárnaga
- Luis Crónc^as del ejercito nacional El
asesinato del Gral, Helarión Daza
Taborga - Miguel
de los Santos Para la Historia
Tamayo - Isaac
(Tajmara) Habla Melgarejo
Tapia - José Calasans Una carta del Dr. Arce
Terán Esquicia
- Vicente La muerte del tirano
Trigo - Bernando Campero y Arce
Vaca Guzmán
- Santiago El Dr. Arce y su rol en la política
boliviana
Vargas Ugarte
- Rubén Guerra con Chile
Velasco - Gastón La noticia de la ocupación chilena
Artículo en Presencia y

288
Antofagasta
Vidaurre Retamoso

- Enrique El Presidente Daza


Ladislao Cabrera
La division perdida
Vicuña Mackena
- Benjamin El Washington del Sud
Viscarra - Eufronio Guerra del Pacífico
Walker
Martinez Carlos El dictador Linares
Páginas de mi viaje....

289
INDICE

PROLOGO....................................................... Pag. 3
PREAMBULO..................................................." 6

Primera Parte
RELACION HISTORICA

Antecedentes................................................... .." 9
La logia de S a lta ............................................ .." 11
Los componentes de la logia......................... .." 13
Procedimientos de la logia..............................." 14
La realidad histórica..................................... .." 15
La expulsión de S u cre ................................... .." 17
Asesinato de José Miguel Lanza.................. .. " 18
Primera presidencia de Velasco................... .. " 20
El asesinato de Pedro Blanco....................... .. " 21
Segunda presidencia de V elasco.................. .. " 22
La presidencia de Andrés Santa C ruz........ .. " 23
Datos biográficos............................................ .. " 24
La obra de Santa Cruz................................... .. " 26
La Confederación Perú-Boliviana..................." 28
La traición de Olañeta......................................" 29
El desastre de Yungay........ *........................... " 31
La traición de los desertores........................ .. " 31
Tercera presidencia de Velasco.................... ..." 32
La imposición de José Ballivián................... ...” 33
La batalla de Ingavi....................................... ..." 35
La procedencia del armamento.................... ..." 36
Los frutos de la victoria................................... " 37
Administración de Ballivián........................ .. " 38
Cuarta presidencia de Velasco..................... .. " 39
Gobierno de Belzu.......................................... .. " 40
La caida del régimen belcista....................... .. " 42
El gobierno de Linares..................................... " 43

Segunda Parte
EL PARTIDO ROJO

Principios y ventajas...................................... .. " 46


La preocupación del Partido R o jo .................. " 48
El encumbramiento de M elgarejo.................. " 51
El tratado de 1866 ......................................... .. " 53
El derrocamiento del tira n o......................... .. " 55
La presidencia de Morales.................................... 57
El asesinato del presidente Morales.............. " 59
La presidencia de Adolfo Ballivián..................... 60
El tratado de 1874 ......................................... .. " 61
Tercera Parte
LA GUERRA

El relevo de Frías..............................,............ " 63


La entrega to ta l............................................. " 63
El desembarco arm ado.................. ............... " 65
La defensa de Calam a................................... " 66
La movilización............................................... " 67
Las operaciones............................................... " 68
Loa trajines de la mafia................................. " 69
El golpe de la traición..................................... " 72
Fuerzas y alternativas................................... " 74
Campero viaja a Tacna.................................. " 75
Las maniobras preliminares........................ " 76
La inmolación sangrienta.............................. " 77
¡Comenzó la refriega!..................................... " 78

LA CALUMNIA MAS LUCRATIVA


DEL MUNDO

El retorno al p a ís ........................................... " 81


Los problemas del momento......................... " 82
EL embobamiento popular........................... " 82
La inculpación a D a za ................................... " 84
Difusión de la calumnia................................. " 86
Premio a la traición....................................... " 88
Imposición terrorífica................................... " 89
El esclarecimiento de la verdad................... " 91
EPILOGO
¡Nosotros creemos lo contrario!.................... .. " 93

NOTAS BIOGRAFICAS................................. " 97

Primera Parte
CASIMIRO OLAÑETA

La Colonia....................................................... .. " 99
La logia de Chuquisaca................................... " 100
La logia de S a lta ................... ........................... " 101
El Gral. Andrés Santa C ruz......................... .. " Í02
La gran intriga.................................................. " 104
La guerra separatista.................................... .. " 105

Segunda Parte

El transfugio de Casim iro............................ .. " 107


El último General español............................... " 108

Tercera Parte

La convocatoria del 9 de febrero.................. .. " 110


La incorporación de m ilitares...............*........ " 111
Expulsión y asesinato.................................... .. " 112
Asesinato de Pedro Blanco........................... .. " 113
La presidencia de Santa Cruz...................... .. " 114
La oposición chilena....................................... .. " 116
Conclusión....................................................... " 118
Referencias...................................................... " 119

JOSE MIGUEL DE VELASCO

Antecedentes personales............................... " 121


Su primera presidencia................................. " 123
La segunda presidencia................................. " 124
Tercera presidencia....................................... " 124
Cuarta presidencia........................................ " 126
Conclusión.................... .................................. " 127
Referencias...................................................... " 127

JOSE BALLIVIAN Y SEGUROLA

Biografía.................................... ...................... " 129


Su ascenso al poder........................................ " 130
El equipamiento del ejército......................... " 131
La batalla de Ingavi....................................... " 132
Su administración.......................................... " 133
Referencias...................................................... " 135

JOSE MARIA LINARES

Su biografía..................................................... " 137


Regresa a su Patria en noviembre de 1847 . " 138
La toma del p oder.......................................... " 142
La dictadura.................................................... " 143
Sus labores ejecutivas................................... " 145
La entrega de M ejillones.............................. " 145
El genocidio de aimaras................................. " 148
Epílogo............................................................. " 149
Referencias...................................................... " 150

ADOLFO BALLIVIAN

Biografía.......................................................... " 153


Los asesinatos del L oreto............................. " 154
La dictadura de Melgarejo ............................ " 156
El llamado a Cam pero................................... " 158
Misión en Inglaterra...................................... " 159
El tratado de alianza..................................... " 161
La extensión a la Argentina.......................... " 162
La transacción P eroo..................................... " 163
Muerte de Ballivián....................................... " 165
Epilogo............................................................. " 166
Referencias...................................................... " 167

MARIANO DONATO MUÑOZ

Datos biográficos............................................ 169


La revolución de M elgarejo.......................... " 170
El domador y la fiera ..................................... " 171
El negocio estupendo..................................... " 174
La proposición chilena................................... " 175
La medianería................................................ " 177
Aprobación del nuevo pacto.......................... " 177
La pérdida de la Amazonia y el Matogroso . " 178
Las concesiones............................................... " 180
Epílogo............................................................. " 182
Referencias...................................................... " 183

MARIANO MELGAREJO

Datos biográficos............................................. " 185


Referencias...................................................... " 188

MARIANO BAPTISTA

Nació en Cochabamba el 16 de julio 1832 ... " 189


El tratado de alianza ...................................... " 190
El tratado de 1874 ......................................... " 193
La concesión graciosa.................................... " 198
El asesinato del Presidente D a za ................ "201
El hecho se produjo en la siguiente forma... " 203
Epilogo............................................................. " 204
Referencias...................................................... " 205

TOMAS FRIAS

Sus antecedentes........................................... " 207


La entrega de M ejillones............................... " 208
El asesinato de Morales................................. "209
Primera presidencia...................................... " 210
El tratado de 1874 ......................................... " 213
Epílogo............................................................. " 215
Referencias...................................................... " 216

ANICETO ARCE

Datos biográficos............................................ " 219


La ocupación pacífica chilena del litoral.... " 220
^ La mafia masónica que colaboró a C hile.... " 222
Las informaciones.......................................... " 224
El soliviantamiento perm anente................. " 224
La 5a División................................................. " 226
La toma del gobierno..................................... " 228
La 6a División................................................ 229
La dispersión de regimientos ........................ " 231
Cuantía de la traición................................... " 233
Pérdida de Puerto Pacheco........................... 233
El resarcimiento de sus inversiones........... " 236
Conclusión....................................................... " 237
Referencias...................................................... " 239

ELIODORO CAMACHO

Biografía.......................................................... " 241


kíLa invasión chilena........................................ 244
La contramarcha de Camarones.................. " 245
El derrocamiento del Presidente D aza....... " 248
La vil calumnia.............................................. " 250
El exterminio de los aliados......................... " 251
Prisionero en Santiago.................................. " 253
Epílogo.............................................................. " 254
Referencias...................................................... " 254

NARCISO CAMPERO

Biografía.......................................................... “ 257
Su incursión en política................................. " 258
El asesinato del Gral. Belzu......................... " 259
Melgarejo expulsa por desleal a Campero... " 262
La división perdida........................................ " 263
El llamamiento del Comando....................... " 265
Prosigue la marcha interminable................ " 266
El derrocamiento que esperaba.................... " 268
La mafia masónica en el p od er.................... " 268
Campero viaja al frente de com bate............ " 270
xEn la zona de operaciones............................. " 272
El combate suicida......................................... " 274
Después del exterminio................................. " 276
El asesinato de los Colorados....................... " 277
Conclusión....................................................... " 279
Referencias...................................................... " 280
BIBLIOGRAFIA...................... ...................... " 283
Este libro se terminó de imprimir
el 26 de Septiembre de 1994 en los talleres Offset de
(AP) INDUSTRIAS GRAFICAS
calle Ñuflo de Chávez Na 646 • Tel. Piloto 347800
Santa Cruz - Solivia

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