Dios No Nos Ha Dado Un Espíritu de Temor
Dios No Nos Ha Dado Un Espíritu de Temor
Dios No Nos Ha Dado Un Espíritu de Temor
TEMOR
InicioPredicas Cristianas EscritasDIOS NO NOS HA DADO UN ESPÍRITU DE TEMOR
Las cartas a Timoteo fueron escritas por el apóstol Pablo. Son parte de lo que
comúnmente se llama las epístolas pastorales, que incluyen 1 y 2 Timoteo y Tito.
Timoteo era el protegido más joven de Pablo y era pastor en la iglesia de Éfeso. El
mensaje de Pablo para él fue animarlo en su papel.
Para cuando llegamos al versículo 7, donde dice que Dios no nos ha dado espíritu de
temor, nos damos cuenta de una lucha que tuvo Timoteo. Luchó con un espíritu de
temor o miedo. Parece que Timoteo tenía una personalidad tímida y Pablo lo
animaba a hablar la verdad del evangelio con denuedo, pues no nos ha dado Dios
espíritu de temor o cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio.
En Hechos 4:29 se nos dice: "Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus
siervo que con todo denuedo hablan tu palabra". Dios no quiere que nos
retractemos de proclamar el evangelio, sino que lo declaremos con valentía, incluso
frente a la oposición o la persecución.
(También te puede interesar: Muchas son las aflicciones del justo pero de todas ellas le
librará Jehová)
Dios no es tímido, cobarde, temeroso, asustado, nervioso o preocupado por nada, así
que tu tampoco deberías sentir temor o todas estas cosas mencionadas, porque tú
tienes el Espíritu de Dios viviendo dentro de ti, y Dios no nos ha dado espíritu de
temor sino de poder.
La versión Dios Habla Hoy dice: "Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor,
sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio"
Hasta ahora hemos abordado la cuestión de qué significa el versículo "Dios no nos ha
dado un espíritu de temor". Ahora cambiemos las tornas y veamos lo que NO
significa este versículo. Cuando mires las páginas de las Escrituras, una de las cosas
que notarás es que Dios nunca le dice a alguien que deje de sentir temor por
completo sino que sea valiente a pesar del temor que como seres humanos
podemos sentir. El miedo o la timidez pueden ser una emoción humana normal,
especialmente si se tienen en cuenta las circunstancias.
No te dejes dominar por el miedo, pues Dios no nos
ha dado Espíritu de temor
En el capítulo 1 de Lucas, por ejemplo, el ángel Gabriel visita a María y una de las cosas
que le dice es no tengas miedo. Estoy seguro que a la mayoría de nosotros, si se nos
apareciera también un ángel nos podría causar cierto emoción de temor como pudo
sentirla María. En esas circunstancias, el miedo es una emoción humana natural.
Dios no quiere que corras con una S grande en el pecho, tratando de ser un
superhombre o una supermujer, actuando como si no tuvieras miedo de nada;
pero tampoco tienes que dejarte abrumar por el miedo, porque recuerda que Dios
no nos ha dado espíritu de temor sino de poder.
“Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.
Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis'”( 1 Pedro 3:14 ).
"¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin
vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no
temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos" ( Mateo 10: 29-31 ).
Creo que en algún momento de nuestras vidas todos nos hemos enfrentado a este
tipo de miedos. Preocupado por la provisión. Preocupado por la protección.
Preocupado por otras personas y por lo que dirán, pensarán o harán. Preguntándose
si Dios ayudará.
Hemos establecido que en algún momento de su vida puede que tenga que lidiar
con el miedo. Cuando esto sucede, ¿Cuál es la respuesta adecuada? Quiero
presentarles una simple respuesta al miedo en su vida.
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" ( 1
Pedro 5: 7 ).
Lo primero que debe hacer es poner todo sobre nuestro Dios. Echar toda nuestra
ansiedad. Todo lo temes, todo lo que te preocupa, todo lo que te pone ansioso o
nervioso, entrégaselo todo a Jesús. Jesús No está en tu contra. Lo más importante es
que está listo, dispuesto y capaz de ayudarlo en su momento de miedo o
ansiedad. Cuando ese miedo te golpee de inmediato, ora y comienza a echarle toda
ansiedad y temor sobre él.
Dios no nos ha dado espíritu de temor, echamos todas nuestras cargar, temores,
ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de nosotros.
La iglesia primitiva era llena del Espíritu Santo y, por lo tanto, predicaban con denuedo
la palabra de Dios. Es importante ser lleno del Espíritu Santo que nos dará el poder
para testificar de las maravillas de Dios, pues Dios no nos ha dado espíritu de temor
sino de poder para predicar y hablar las maravillas de Dios.
Los discípulos vencieron su miedo no esforzándose más en lo humano, sino
obteniendo más de la presencia de Dios al ser llenos del Espíritu Santo. Estaban
constantemente llenos de poder y fuerza del Espíritu Santo, lo que les permitía
superar todos los miedos que pudieran tener.
Una vez que hayas elegido y hayas sido lleno de Espíritu Santo, lo único que queda por
hacer es confiar en Dios. Note que el salmista está diciendo en medio de mi temor,
cuando tenga miedo, en ese momento confiaré en en Dios.
Dios no nos ha dado un espíritu de temor, debemos confiar en Dios, hemos sido
llenos de su espíritu de poder y tiene cuidado de nosotros.
¿Cuál es tu posición? ¿Dios te está llamando o pidiéndote que hagas algo que está
provocando miedo en tu corazón? Comenzamos este artículo preguntando qué
significa “Dios no nos ha dado espíritu de temor”. Espero este artículo te motive a
superar el temor. Entender que el miedo vendrá pero también entender que hay
uno más grande que vive dentro de ti.
Con el poder y la fuerza de Dios podrás vencer cualquier miedo ya que Dios no nos ha
dado espíritu de temor. Podrás hacer lo que él quiere que hagas, cuando él quiera
que lo hagas porque te dará lo que necesitas para hacerlo.
Tu trabajo es sencillo. Familiarízate con las promesas de Dios. Llénate del Espíritu
Santo. Ve y haz lo que Dios te ha encomendado hacer. Con su poder puedes hacerlo,
pues Dios no nos ha dado espíritu de temor sino de poder.