Biografía de Bartolomé de Las Casas

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BIOGRAFÍA DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (RESUMEN)

Las
Casas.
IOGRAFÍA DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (RESUMEN)

Las Casas.
Biografía resumida de Bartolomé de las Casas

Bartolomé de las Casas nació en Sevilla (España) el 24 de agosto de 1474. Fue hijo de don
Pedro de Las Casas, quien participó en el Segundo Viaje de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo.
Su madre fue Isabel de Sosa. En su juventud estudió el idioma Latín en Salamanca.

En 1502, llegó a la isla La Española (Santo Domingo), y se dedicó a la extracción de oro


explotando a los indios de su encomienda. En 1506 regresó a España, y se convirtió en
sacerdote. Regresó a La Española en 1508 y participó en varias expediciones contra los
indígenas. Pero en 1514, influido por la prédica indigenista del fraile Antonio de Montesinos,
renunció a sus encomiendas, para convertirse en un acérrimo defensor de los nativos que
estaban siendo exterminados cruelmente por los conquistadores.

Primero ante el rey Fernando "El Católico" y después ante Carlos I, Bartolomé de las Casas
criticó duramente los crueles métodos de explotación que padecían los indios.

Gracias a sus gestiones en 1542 la Corona promulgó las "Leyes Nuevas", donde se prohibió
la esclavitud de los indígenas, quienes pasaron a ser vasallos tributarios del Rey de España.

En 1543, fue nombrado Obispo de Chiapas (Sur de México), cargo que ejerció hasta 1547, año
en que regresó a España. Allí siguió defendiendo a los indios hasta que falleció en Madrid el
17 de julio de 1566.

Su obra escrita más conocida es Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552),
donde relató las crueldades de los conquistadores durante la invasión a América.
Hermano Pedro de San José Betancurt 
(1626-1667)

 El Beato Pedro de San José Betancur nace en Vilaflor de


Tenerife el 21 de marzo de 1626 y muere en Guatemala el 25
de abril de 1667. La distancia en el tiempo no opaca la luz que
emana de su figura y que ha iluminado tanto a Tenerife como
a toda la América Central desde aquellos remotos días de la
Colonia.

El Beato Pedro de San José Betancur supo leer el Evangelio


con los ojos de los humildes y vivió intensamente los
Misterios de Belén y de la Cruz, los cuales orientaron todo su pensamiento y acción de
caridad. Hijo de pastores y agricultores, tuvo la gracia de ser educado por sus padres
profundamente cristianos; a los 23 años abandonó su nativa Tenerife y, después de 2 años,
llegó a Guatemala, tierra que la Providencia había asignado para su apostolado misionero.

Apenas desembarcado en el Nuevo Mundo, una grave enfermedad lo puso en contacto directo
con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, quiso consagrar
su vida a Dios realizando los estudios eclesiásticos pero, al no poder hacerlo, profesó como
terciario en el Convento de San Francisco, en la actual La Antigua Guatemala, con un bien
determinado programa de revivir la experiencia de Jesús de Nazaret en la humildad, la
pobreza, la penitencia y el servicio a los pobres.

En un primer momento realizó su programa como custodio y sacristán de la Ermita del Santo
Calvario, cercana al convento franciscano, que se convierte en el centro irradiador de su
caridad. Visitó hospitales, cárceles, las casas de los pobres; los emigrantes sin trabajo, los
adolescentes descarriados, sin instrucción y ya entregados a los vicios, para quienes logró
realizar una primera fundación para acoger a los pequeños vagabundos blancos, mestizos y
negros. Atendió la instrucción religiosa y civil con criterios todavía hoy calificados como
modernos.

Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes que se
encontraban de paso por la ciudad y para estudiantes universitarios, necesitados de
alojamiento seguro y económico. Recordando la pobreza de la primera posada de Jesús en la
tierra, llamó a su obra «Belén».

Otros terciarios lo imitaron, compartiendo con el Beato penitencia, oración y actividad


caritativa: la vida comunitaria tomó forma cuando el Beato escribió un reglamento, que fue
adoptado también por las mujeres que atendían a la educación de los niños; estaba surgiendo
aquello que más tarde debería tener su desarrollo natural: la Orden de los Bethlemitas y de
las Bethlemitas, aún cuando éstas sólo obtuvieron el reconocimiento de la Santa Sede más
tarde.
El Beato Hermano Pedro se adelantó a los tiempos con métodos pedagógicos nuevos y
estableció servicios sociales no imaginables en su época, como el hospital para
convalecientes.Sus escritos espirituales son de una agudeza y profundidad inigualables.
Muere apenas a los 41 años el que en vida era llamado «Madre de Guatemala». A más de tres
siglos de distancia, la memoria del «hombre que fue caridad» es sentida grandemente, viva y
concreta, en su nativa Tenerife, en Guatemala y en todos los lugares donde se conoce su
obra. El Hermano Pedro fue Beatificado solemnemente por Vuestra Santidad el 22 de junio de
1980, en un acontecimiento de incalculable valor pastoral y eclesial para Guatemala y para
toda América.

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