AnaÌ Lisis de Vassa-2
AnaÌ Lisis de Vassa-2
AnaÌ Lisis de Vassa-2
futuro distópico. Así, la obra juega con los anacronismos y sostiene algunas elementos
reconocibles para el espectador actual (la inflación, la pérdida del valor de la moneda, el
afán de comprar dólares, la inseguridad exterior).
En lo relativo al código de iluminación, una de sus funciones es la de mostrar/
ocultar algunos de los espacios. Por ejemplo, la habitación del marido de Vassa (una
suerte de terapia intensiva improvisada que ocupa parte del proscenio). Lo mismo
sucede con el exterior: en algunos momentos permanece en penumbras; en otros, las
luces de patrulleros permiten observar la presencia de plantas y construcciones en
ruinas. Hay además cortes de luz, que hacen que deban utilizarse linternas.
En cuanto a los códigos que pertenecen al actor, se pueden organizar los
personajes en dos sistemas distintos: uno para Vassa; otro para el resto de los
personajes. Esta diferencia no está motivadamente simplemente por las diferencias en el
desempeño (en el sentido actancial), sino también por la naturaleza de las actuaciones.
La propuesta de Tortonese mantiene un tono alto y una expresión desbordada, con una
mímica exagerada y mucha gestualidad. Además, se aleja de la estética típica del
realismo y, por momentos, rompe la cuarta pared, buscando complicidad con los
espectadores. Asimismo, alterna los códigos de actuación del melodrama con los del
grotesco exacerbado. Esto genera un fuerte contraste con lo que hacen los demás
intérpretes.
Hipótesis de lectura: por todo lo expuesto, sostenemos que todos los códigos y
significantes apuntalan al personaje de Vassa, jerarquizándolo por encima de todo lo
demás. Se construye un fuerte prototipo de “madre” mediante el empleo de estereotipos
(madre judía, madre italiana, madre argentina). Esta se presenta como un ser sumamente
poderoso, que reacciona con violencia cuando se siente amenazada por sus propios hijos
ante la inminente muerte del marido. La amenaza es externa, pero también intrafamiliar:
Vassa teme perder el control de los bienes de su esposo y también el poder que
históricamente tuvo sobre toda la familia. De hecho, hay un intento de parte de los hijos
de vender una propiedad: el único modo de lograrlo es mediante la falsificación de la
firma del padre moribundo.
En una entrevista, Tortonese dice que hay puntos de contacto con la serie
Succession (HBO), que gira alrededor de un multimillonario y sus hijos, que hacen lo
imposible para heredar una parte mayor de sus empresas.
Se observa la paranoia en las relaciones familiares: sus miembros luchan por el
poder en una sociedad peligrosa y económicamente quebrada. Las continuas referencias
al dólar y a la inseguridad son el contexto macro que los afecta y los constituye al
mismo tiempo.
La amenaza latente durante toda la obra se concreta al final, de la mano del
personaje de la empleada de la casa, que forma parte de la clase subalterna. Es ella,
finalmente, quien deja en un mismo plano de derrota a los miembros de la familia que
se disputaban el poder.
La historia, el texto, la palabra pasan a un segundo plano. Funciona casi como
un guión para las acciones físicas, los continuos desplazamientos, los gestos
exagerados. En este sentido, considero que la actuación es el centro, especialmente la de
Tortonese, al construir el personaje matriarcal en la lucha por no perder su posición.